LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA Mateo
LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA Mateo
LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA Mateo
18.15-17
26 febrero, 2013
En la misma línea, Tito 3.10-11 enseña que: “Al hombre que cause divisiones, después
de una y otra amonestación deséchalo”. Ambos cartas escritas a Timoteo contienen
instrucciones dadas al joven evangelista de “mandar” a unos a no enseñar doctrinas
diferentes y “corregir” a los oponentes con gentileza (1 Timoteo 1.3-4; 2 Timoteo 2.24-
26).
En 1 Timoteo 1.18-20, Pablo menciona el caso en que tuvo que “entregar a Satanás”
personalmente (la misma terminología como en 1 Corintios 5.5) a dos que tenían que
aprender a no blasfemar.
Pero Jesús y Pablo no son los únicos que tienen una enseñanza respecto a este tema. En
la tercera carta de Juan “el anciano” dice que cuando él llegue confrontará al engreído
Diótrefes en cuanto a su conducta y su actitud (3 Juan 5-11). Más textos podrían ser
incluidos, pero éstos son suficientes para mostrar que la disciplina es parte fundamental
del cristianismo del Nuevo Testamento, y que si vamos a ser bíblicos, entonces no
podremos ser negligentes en cuanto a este tema.
MODELOS INADECUADOS
¿Por qué muchas veces no se aplica esté recurso bíblico? Por modelos inadecuados. Y
por experiencias negativas que han pasado en las iglesias, sobre todo cuando las
personas se declaran en rebeldía y no aceptan, muchas veces le declaran la guerra al
pastor o a la directiva, la falta de humildad para no reconocer el error les lleva entonces
a convertirse en jueces de los demás y andan buscando las fallas para condenar. Esto es
un riesgo que hay que correr.
En Mateo 18.15, Jesús dijo: “si tu hermano peca contra ti…” La disciplina surge de la
comunión, y uno de sus propósitos es preservar la comunión (“has ganado a tu
hermano”). Sin una verdadera comunión la disciplina es imposible, o por lo menos es
un acto pernicioso.
Por eso mismo es que los casos de disciplina son muy escasos en las congregaciones de
más de 300 miembros, porque los miembros tienen menos oportunidad de conocerse
unos a los otros.
Hebreos 12.4-10 nos enseña que Dios disciplina a los que él ama, y a los de la iglesia de
Laodicea, Jesús les dijo: “Yo reprendo y castigo a todos los que amo” (Apocalipsis
3.19). En otras palabras, la necesidad de disciplina en la iglesia es un producto del amor
disciplinario para con nosotros y nuestra necesidad de reflejar el amor de Dios por
amarnos unos a los otros.
FALTA MOTIVACIÓN
Pablo escribió que dos de las funciones de las Escrituras son de redargüir y corregir. 2
Timoteo. 3:16; Posiblemente no hay otra área de la vida cristiana en que necesitemos
tanta amonestación y corrección como lo es nuestra actitud hacia la disciplina.
3. En tercer lugar, la disciplina puede servir para frenar la mala conducta. Si una
congregación practica la disciplina consistentemente, esto servirá de advertencia para
que otros no cometan pecados. En 1 Timoteo 5.20, Pablo dice que hay que reprender
delante de todos a los que persisten en pecar, “para que los demás también teman”. La
disciplina en público tiene fuerte efecto sobre un grupo de personas, como se ve en el
caso crítico de Hechos 5.1-11.
1. Para proteger a la iglesia del contagio del pecado de la persona disciplinada. (1 Cor.
5:6) Si se le permite continuar en el pecado, puede tentar a otros en la iglesia.
2. Para proteger a la iglesia de las doctrinas falsas. (1 Tim. 3:15; Judas 3,4)
3. Para proveer una advertencia a otros (1 Tim. 5:20; Hch. 5:11)
4. Para proteger el testimonio de la iglesia
1. Gente divisionista. Tito 3.10, 11 dice que “al hombre que cause divisiones, después
de una y otra amonestación deséchalo”.
Tomado del libro La iglesia local escrito por John Halsey, y traducido por Roy Ackerle.
A mi conocimiento, no hay derechos reservados para la traducción al español.
El autor Lcdo. Jhonny H. Quinde Ávila es el actual pastor de la Primera Iglesia
Bautista de la ciudad de Milagro – Guayas Ecuador.
www.facebook.com/primera.bautistademilagro