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Carta A Una Señorita en París.

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ESPEJISMO

Loren Aguilar Hernández

Lectura y Escritura
23 de noviembre de 2021
En el presente trabajo se busca razonar el cuento, “Carta a una señorita en
París” de Julio Cortázar. Por tanto, en este trabajo se dará una interpretación, así
como manifestar la opinión propia. Se tratarán ideas del pensamiento para
desarrollar una opinión más subjetivas con el propósito de llegar al límite de la
asunto aclarativo que, concluye dentro de la naturaleza del propio Julio Cortázar y
de sus lectores. No solo se manifestará lo ya indicado, pues también, se encuentra
la considerable complejidad de la debilidad y la comportamiento humano.
En este sentido, se percibe la influencia del realismo mágico en este contexto y
que no se centra en detallar tanto a los personajes, sino que se van
comprendiendo junto con los sucesos a lo largo de la trama. “Carta a una señorita
en París”, es un cuento que habla desde la melodía del narrador, quien se
presume que es el protagonista principal de la historia y quien claramente escribe
la carta. Dicho mensaje tiene como destinatario a una chica, Andreé. A través de
esta carta se desenvuelve el relato. El remitente comenta sobre el cambio que
ejecuta en casa de Andreé y cada factor que transcurre durante este hilo. La carta
tiene un contexto sereno, hasta que comienza a exteriorizar un entorpecimiento: él
vomita conejitos, y en la carta manifiesta que eso ya le había sucedido antes, sin
embargo, su impaciencia por no poder hacerse cargo del conejo le intranquilizaba.
El texto se encuentra acoplado con un carácter casual. Por eso, el remitente de
esta carta es el principal ejecutor, aunque es un personaje que se desconoce
completamente. Sin embargo, se topan otros personajes que darán sentido y
amplitud a todo esto. Andrée, a quién va dirigida esta carta, que conoce desde el
principio de la historia, y Sara, la servidora de Andrée. Lo que nos señalan sobre
Andrée no es muy amplio, sin embargo, existen juicios para la relación entre ella y
quien remite la carta. Por un lado, ella le permitió permanecer en su casa, pero
también, el modo en que le conto y le escribió la carta lo hace sentir cercano, su
sinceridad y todo el descenlace. Además de ella, Sara, también tiene una
presencia en todo este desenvolvimiento, aunque no muy cercana en la historia.
Es una persona reservada y dudosa, que se limita a la limpieza de la casa.
Los conejitos representan una incapacidad que crece durante el relato. Él
comienza a decir que no se siente cómodo con mudarse a la casa de Andreé. Y
toda la actitud y personalidad del protagonista resulta ser más entendida al
finalizar la historia ya que, se podría inferir que resulta ser más que una carta o
una confesión que corresponde al propio autor. El conflicto interno que tiene le
provoca una reacción corporal siendo la de vomitar conejos. Cabe resaltar que, el
expresa que le gusta escribir cartas. Todos los elementos tanto los que relata al
principio como los fantásticos, se encuentran ahí por una razón que el lector debe
descifrar, toca diversos temas de una forma muy particular, como por ejemplo la
soledad, sus propios miedos y problemas, el cambio de la rutina, etc.
El personaje resulta ser una persona común que no esperaba la llegada del conejo
en el ascensor. El primer conejo llegó inesperadamente, a pesar de que nauseaba
conejos todos los meses. Cuando vomitó repentinamente nueve más, su
preocupación aumentó y una vez habiendo diez, el problema se va desarrollando.
El conejo le da un revuelco a todo esto durmiendo durante el día y continuando de
noche, lo que pretende que el personaje cambie su vida cotidiana.
Comenzó a existir otro sistema, que solo podía ser controlado por el conejo, pero
no por él y la consecuencia fue la intranquilidad y la impotencia. Con el retorno del
conejo número once, entró en una crisis más profunda. La desesperación lo
encerró cayendo en una confusión particular. A lo que finalmente lo llevo a
deshacerse del conejo, se destruyó a sí mismo. De alguna manera, todo esto
comentado en la carta empezó a volverse más personal en donde expresa el freno
más grande, siendo él mismo.
Cortázar, tiene una especie de misterio mágico y en su más amplia búsqueda
hace al lector tener un acercamiento con el personaje y que de alguna u otra
manera se sienta atraído por el encuentro de su mundo interior sacando a
relumbrar una subjetividad que pueda llegar a identificarse ciertamente con el
personaje ya sea parcial o totalmente y de esta manera adentrarnos a sus
historias. Las emociones que se sienten nos aíslan de lo que tenemos a nuestro
alrededor y al terminar la obra volver a conectar con el mundo exterior de manera
más enriquecida. Nos permite entrar en nuestra propia mente y ver la vida de una
forma más abierta del mundo en el que vivimos.
Considero, que los conejos para el escritor de la carta, podrían representar
símbolos que revolotean en su mente y que no puede controlar. Era algo que le
pasaba estando completamente solo y la utopía se despierta evidentemente
cuando uno no tiene compañía. Por otra parte, los conejos pueden simbolizar
disturbios que sufre el autor involuntariamente y que de cierta manera van
aumentando y por las noches las deja andar.
Cortázar escribe este cuento en un período de su vida, en el que se encontraba
mal psicológicamente y por medio de este da a entender su situación y su manera
de soltar y dejar ir, escribiendo y liberando cada pensamiento y cada cosa que
pasa por su cabeza. En general, el cuento envuelve desde el comienzo para
querer saber que sucede con cada uno de los personajes y en que termina todo.

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