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LA TEOLOGÍA SISTEMÁTICA (TS)

Reacción a Erickson y Grudem

Introducción
La expresión más sencilla la aporta Grudem, cuando define la TS como la respuesta al cuestionamiento
¿qué dice la Biblia completa respecto a…? La TS se encarga de definir las doctrinas de la iglesia. Tiene
como uno de sus pilares el principio protestante de toda la escritura y sirve como representación en el
tema de las religiones. Es decir, de entre todas las formas de estudio teológico, el trabajo de la TS sale
ante el mundo testificando; en esto creemos.
La teología sistemática se da a la tarea de agrupar con coherencia interna las creencias de la iglesia, para
ello se preocupa de tener una comprensión profunda y panorámica de la Biblia. Por eso, se nutre de los
resultados de otras disciplinas teológicas e interactúa con ellas. La historia le sirve de “laboratorio”, la
filosofía, sin alterar su contenido o definir sus presupuestos, facilita el proceso de análisis, y los estudios
bíblicos son prácticamente la materia prima, en fin, ¡it is inclusive of all rivers!

Secuencia de presentación de las doctrinas


NOTA: La presentación del punto siguiente está en el contexto de la predicación y el debate
interreligioso, más que en la sistematización de doctrinas con fines académicos o eclesiásticos.
Un aspecto a resaltar es el debate respecto al orden de presentación de las doctrinas de Dios y Las
Sagradas Escrituras. En este asunto deben formularse las preguntas; ¿Qué quiero lograr con el orden en
que las presento?, ¿Es público secular, cristiano? El adaptar la secuencia a las respuestas a estas
preguntas es una opción que bien puede resolver el problema.
Ahora, el resolverlo al adaptarlo al público, no quita que existe el problema. Erickson dice; "Por una
parte, un objeto no puede ser investigado sin tomar una decisión sobre el método de conocimiento
(epistemología). Por otra parte, sin embargo, el método de conocimiento dependerá en gran medida de la
naturaleza del objeto a conocer (metafísica)."
La epistemología cristiana protestante y la IASD para el concepto de Dios, es la Biblia. Y la base de la
fe en la misma está en que se asume fue inspirada por Dios. Así que, poner la Biblia primero daría por
sentado que Dios existe sin haberlo comprobado, mientras que si se pone a Dios de primero, habría que
preocuparse por explicar por qué solo creer en la biblia para llegar a su conocimiento y no creer en Dios
como Alá, o Sheeva. Es cierto que “Bienaventurados los que creen sin ver” (Juan 20:29), pero esa es una
afirmación bíblica, la mente humana demanda razón, por lo tanto, debe ser capaz la teología de
demostrar la existencia de Dios con algo más que un “así está escrito”. Por supuesto, todas estas son
consideraciones dentro de un marco de interacción interreligioso, no restando importancia a un “escrito
está”.

Todas las revelaciones de Dios son epistemológicas


Dios está presente en todo, no como en el panteísmo ni como compuestos químicos en un tubo de
ensayo, sino que todo cuanto existe lleva a su conocimiento, y a la vez, se puede tener un acercamiento
epistemológico a él, cuando se trata con la razón y no la fe en la experiencia personal del creyente. Esto
incluye todas las formas de su revelación, pues aún de quienes han experimentado teofanías, solo se
pueden analizar los testimonios escritos, y los testigos de una generación que pudo haber presenciado un
evento de la misma naturaleza, yacen en el polvo histórico.
Por otro lado, no se puede conocer a Dios sino por la revelación de él mismo. Y si recurrimos a
cualquiera de las formas de revelación, dígase, la especial en Cristo (que no presenciamos) a través de
escritos sagrados, la contemplación del ser en filosofía y psicología, o la natural a través de las “ciencias
puras”, todos constituyen una aproximación epistemológica, una sistematización del conocimiento de
Dios.
Reina-Valera 1995
Juan 1:18
“A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a
conocer.”
Sin haber visto a Dios, es imposible formular una descripción ontológicamente fiel del mismo. Por eso
Dios en su sabiduría, se auto-revela, siendo entendido de forma epistemológica.

Dios se revela
A través de cuatro canales principales que serán aquí denominados; Canal personal, especial, filosófico
y natural.
Personal. Este es el que más se acerca a la metafísica, en el sentido de una experiencia cercana con
Dios, la experiencia espiritual del cristiano en su interacción con el Espíritu Santo, sueños y visiones,
visitas corporales de Dios (teofanía), podrían definir parte del espectro que conforma la esencia de Dios
a un nivel cognitivo en el creyente. Pero siempre existirá la limitante natural del hombre, al ser él mismo
una criatura, sujeto a la esfera en que fue creado, incapaz de evaluar lo que va más allá de sus sentidos.
Especial. La Biblia (en el caso de los cristianos), es la revelación especial. Esto se debe a que tiene un
propósito definido. El Unigénito "lo ha dado a conocer". Aún añade, que está "en el seno" del padre. Así
que Dios, conociendo nuestra necesidad decide mandar a Cristo, Dios hecho carne, una condensación de
la esencia de Dios que solo podía percibirse como metafísica con la entrada del pecado, en una forma
(naturaleza humana) que el hombre puede entender.
Filosófico. Comprende lo que el hombre mediante sus ideas preconcebidas razona, intentando establecer
una lógica en los “workings of the universe”. El problema es, que el intento filosófico de entender a
Dios, involucra al hombre mismo, su percepción de la realidad, por lo tanto, este se vale de todas las
otras formas de revelación (externas) adrede o no. O si por otro lado, intenta buscar las respuestas dentro
de sí (interna), se topará con la ineludible realidad de que él mismo es una forma parcial de revelación
(además de tener una naturaleza pecaminosa), incapaz de comprender su propia esencia, llevándolo a
ideas retorcidas del carácter de Dios.
Podemos alterar el sentido común (Satanás lo frecuenta) pues este se vale de la percepción, pero la
lógica es fija. El filósofo puede intentar comprender el funcionamiento del universo, pero nunca podrá
salir de él, por lo tanto, su misma percepción y pensamientos estarán siempre sujetos al funcionamiento
del mismo, por eso con frecuencia, aún las ideas más “frescas”, pueden encontrar sus gemelas en
conceptos antiguos. Viéndolo así, se entiende por qué el error pareciera tener tantas similitudes con la
verdad, pues Satanás sugiere ideas a las mentes de los hombres basándose en la misma. Un ejemplo
clásico de ello sería la percepción griega de los dioses, que parte de la verdad de la existencia de Dios,
pero distorsiona su singularidad gubernamental y carácter.
"Porque nada hay nuevo debajo del sol"(Eclesiastés 1:9), el único con la capacidad de siquiera
imaginar, pensar, crear lo nuevo, es Dios. (Reto para el dudoso: intente dibujar un ser de otro mundo sin
que se parezca a algo que haya visto).
Natural. La naturaleza es la más "contundente" de todas las direcciones en que se pueda estudiar a Dios,
porque su evaluación está mezclada a un criterio basado puramente en lo perceptible. El análisis de los
fenómenos, arroja datos puros que se estructuran e interpretan en una dirección determinada por los
datos mismos (o por lo menos eso se presume y espera), aunque al igual que en todo lo que involucre al
ser humano en un mundo de pecado, es imposible la objetividad interpretativa absoluta, pues la realidad
permanece en que el hombre tiene contacto con la información, y esta no es consciente de sí misma para
auto-evaluarse.
En el "caso de Dios", la ciencia ha tenido diversas interpretaciones (referentes a su existencia, que es el
punto relevante para la misma), basadas en el paradigma reconocido por la sociedad de científicos de
determinados periodos (sociología de la ciencia). En la percepción creacionista y del diseño inteligente,
se ve a Dios como la única explicación racional para el orden en la complejidad tanto micro como macro
cósmica. Lo que crea en la mente de los cristianos curiosos el deseo de conocer personalmente, a este ser
infinito, capaz de acelerar la materia desde un punto diminuto de energía primordial, evitando la
entropía caótica del vacío pre-cósmico, y encima añadiendo finos detalles que permiten la existencia de
la vida y la percepción estética del entorno. ¡No solamente en grande, es incalculable! ¡No solo es
exacto, sino hermoso! ¡No solo es maravilla en las leyes, es vida! ¡El universo es un milagro!
En una percepción creacionista el universo es lógico y solo requiere un milagro (la existencia de Dios)
para entender su origen y funcionamiento, en cualquier otra explicación dependeríamos de los mismos
(milagros).

Conclusión
Dios se ha revelado de mil maneras y quiere que se lleve al mundo su revelación. La teología
sistemática mira a la Biblia como una sola y le hace preguntas sobre los temas que se consideran
primordiales para ese esfuerzo misionero. Para el cual el “pensar sistemático” va de la mano, no solo
con conocimientos bíblicos, sino de todas las áreas del saber, que de alguna forma aportan al
entendimiento de la revelación especial. Dios se revela a través de todas las cosas, y tiene un propósito
con eso. Empléese la razón, y de él tendrá una mejor comprensión.
Finalmente, es preferible, al menos en la percepción de quien escribe, sitiar primero la doctrina de Dios.
Debido a que aún la carencia de la revelación especial (la Biblia), no impediría demostrar la existencia y
la naturaleza de su carácter, aunque complicaría un poco el entender sus intenciones sin un relato de la
creación y la caída.
“Lo invisible de él, su eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del mundo
y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no tienen excusa,…”
Romanos 1:20

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