Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Medio Ambiente, Sustentabilidad Participación Ciudadana: Una Desde Sociología Contemporánea

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 16

Medio ambiente,

sustentabilidad y participación
ciudadana: una mirada desde la
sociología contemporánea
SALVADOR ÜRLANDO ALFARO

Universidad de Regina (Canadá)

RESUMEN: El desarrollo sustentable en su versión crítica incorpora


una nueva relación entre sociedad y naturaleza; es decir, considera
los problemas ambientales dentro de un sistema mayor que abarca las
interacciones entre el ambiente natural, el ambiente construido y el
ambiente social, donde el ser humano es indisociable de su entorno.
ABSTRA CT: On its critica! version, sustainable development is a
concept that includes a new relation between nature and society. This
concept considers chat environmental problems belong to a larger system
chat includes che interactions between natural environment, constructed
environment and social environment, in which che human being can
not be dissociated from his environment.

t. Introducción
Considerando la relevancia que ha ido adquiriendo la cuesuon
medioambiental en el mundo, sus particulares características en América
Latina y especialmente en nuestro país, es que resulta imperativo
reflexionar sobre una problemática multicausal, contingente, socialmente

Medio amblenle, suslenlabllldad y participación ciudadana

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
emergente y compleja en su solución, producto, precisammente de la
multiplicidad de factores que la han generado. De lo anterior resulta obvio
que este escenario de complejidad y crisis social, que el sociólogo alemán
Ulrich Beck denomina "la sociedad del riesgo", requiere de nuevos
esfuerzos e interpreataciones desde la ciencia social.
En tal sentido, y tomando como punto de partida la contribución
analítica de Beck, cuando hablamos de riesgos, discutimos de algo que no
está a la vista, pero que puede hacer su aparición si no se toman ahora
mismo cartas en el asunto. Y cuanto más amenazadoras son las sombras
que se ciernen sobre el presente -o el anuncio de un futuro terrible-
tanto más persistentes son las sacudidas que se pueden producir
actualmente mediante la dramaturgia del riesgo. Una sociedad que se ve a
sí misma como sociedad del riesgo, está en una situación de culposidad
(para Beck en una situación pedadora) donde al menos se cuestiona o
reflexiona sobre la posibilidad y deseabilidad de una vida mejor y de
riesgos futuros que hay que evitar. En este autocuestionamiento se pone
en movimiento, mediante los riesgos percibidos, la capacidad de acción
de la sociedad, por cierto de la sociedad civil.
Indagando sobre las posibles salidas a la actual crisis socio-ambiental,
nos encontramos con el paradigma de desarrollo sustent:able, el cual
incorpora una nueva relación entre ser humano, sociedad y naturaleza,
comprendiendo que la naturaleza es la que sustenta y provee la base de
recursos para la supervivencia de la humanidad, por consiguiente, todo
deterioro ambiental disminuye la calidad de vida (Leff et al. 2000).
El desarrollo sustentable en su versión crítica incorpora una nueva
relación entre sociedad y naturaleza; es decir, considera los problemas
ambientales no como hechos aislados sino que los inscribe en un sistema
mayor que abarca múltiples y complejas interacciones entre el ambiente
natural, el ambiente construido y el ambiente social, donde el ser humano
es indisociable de su entorno, el que comparte con otros seres vivos
(ONU 1992). La naturaleza es la que sustenta y provee la base de los
recursos para el desarrollo de la humanidad. Visto de otro modo, todo
deterioro ambiental disminuye la calidad de vida. Por ello, se considera
indispensable la participación ciudadana para poder avanzar hacia la
sustentabilidad, ya que sin un actor consciente de los problemas que lo
afectan, de sus potencialidades de cambio y de estrategias articuladoras
para enfrentar estos desafios, la sustentabilidad queda supeditada a un
nivel discursivo.

Realidad 106, 2005

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
El desarrollo sustentable se propone como modelo de desarrollo que
permitiría a las sociedades actuales y futuras mantener y/o elevar la calidad
de vida, además de conservar y restaurar los recursos naturales
desarrollando crecientes niveles de conciencia y sensibilidad y
responsabilidad social. Lograrlo requiere la conjunción y panicipación de
todos los sectores de la sociedad comprometidos a redefinir y construir
una democracia con sustentabilidad.
De este modo aparece la participación ciudadana como factor clave
para avanzar en la solución de los problemas ambientales, ya que su
ejercicio contínuo permite incorporar en la toma de decisiones las
opiniones de la comunidad, de manera que ésta pueda contribuir a la
prevención y resolución de los conflictos ambientales. En este sentido, la
conciencia ciudadana ambiental, y en general, el fonalecimiento de los
valores como derechos humanos, la conservación ambiental y el derecho
a panicipar en las decisiones que nos afectan directamente, son elementos
fundamentales de una panicipación comprometida con el medio ambiente.
En este anículo se abordan algunos de los más imponantes elementos
analíticos que actualmente son sujetos de discusión en torno a la
problemática de la sustentabilidad y de la panipación ciudadana, relevando
la acción que existe entre estos dos marcos conceptuales. Se argumenta
teóricamente la necesaria concurrencia de ambos factores para poder
enfrentar los problemas ambientales que en la sociedad del riesgo nos
están alenando sobre la necesidad de buscar nuevos enfoques y miradas
comprometidas con la búsqueda de soluciones a estos complejos problemas
que estamos generando. Y tal como lo señala Beck, los problemas del
medio ambiente no pueden ser enfrentados apelando solamente al cambio
tecnológico y estudios científicos, sino que requiere de la generación de
acuerdos y discusiones y de la panicipación de voces ciudadanas de alena
sobre el peligro (Beck 1992).
2. La sustentabilidad como un nuevo paradigma de desarrollo
No se puede desconocer el hecho que los actuales patrones de consumo
sobre el medio ambiente y la base de los recursos lleva a la mayoría de los
países de la periferia de la economía-mundo capitalista a mantener sus
exponaciones (o su aniculación dependiente a la economía globalizada) a
expensas de sus recursos naturales y de la calidad ambiental con los
correspondientes efectos sobre los ecosistemas y sobre las condiciones
de la salud humana. Toda la naturaleza, toda la biósfera está al servicio de

Medio ambltnle, suslenlabllldad y participación ciudadana

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
los aparatos de producción creados por las lógicas econom1cas par;
satisfacer las condiciones de reproduccón cada vez más apremiantes
articuladas al mismo tiempo, por relaciones sociales que corresponden ;
diferentes etapas de la acumulación de capital. Esa evolución ere;
contradicciones y limitaciones que no son percibidas por la mayoría de !;
población (Schnaiberg y Gould, 1994).
De este cuestionarniento a la modernidad capitalista entendida com<
progreso, se asume que no es posible desvincular los problemas del medi<
ambiente de los tradicionales problemáticas vinculadas al desarrollo, puest<
que los primeros son la simple expresión de las insuficiencias del desarrollo
Esta crisis se refiere al agotamiento de un estilo de desarrollo "ecológicament1
depredador, socialmente perverso y políticament injusto" (Guimaraes 2000).
Por lo tanto, lo que se requiere es potenciar un nuevo paradigma d1
desarrollo, que coloque al ser humano en el centro del proceso d1
desarrollo, que considere el crecimiento económico como un proces<
ecológicamente limitado, como uno de los medios para alcanzar mayare:
niveles de bienestar humano y no como un fin en sí mismo; que protej:
las oportunidades de vida de las generaciones actuales y futuras; y qll4
por lo tanto, respete la integridad de los ecosistemas sistemas naturale:
que permiten la existencia del planeta.
De este modo, postular al desarrollo sustentable como paradigm~
alternativo de desarrollo, implica un cambio en el propio modelo de
civilización hoy dominante, panicularmentc en lo que se refiere al patrór
de articulación ser humano-sociedad-naturaleza.
Este nuevo estilo de desarrollo deber ser ambientalmente sustentable er
el acceso y uso de los recursos naturales, en la preservación de 1:
biodiversidad, en la implementación de tecnologías limpias en los proceso:
industriales y en un replanteamiento de los patrones de consume
occidentales. Socialmente sustentable, en la reducción de la pobreza, de la:
desigualdades sociales y que promueva la justicia y la equidad social
Culturalmente sustentable, en la preservación de la diversidad en el sentid<
más amplio; es decir, en la preservación de valores, prácticas y símbolos de
identidad de las culturas que coexisten en el presente período histórico; J
políticamente sustentable al empujar y radicalizar los procesos de reform:
democrática y garantizar el acceso y la participación en la toma de decisiones
De esta forma, el desarrollo se plantea como un "paradigma de
desarrollo" y no de crecimiento, porque establece un límite ecológicc

lealldad 106, 200!

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
temporal al proceso de crecimiento económico (en contraposición a la
concepción dominante y comúnmente aceptada de que no es posible
acceder al desarrollo sustentable sin crecimiento en la economía). El
paradigma de la sustentabilidad pane de la base que el crecimiento, tal
como lo hemos estado viviendo, constituye un componente intrínseco
de la "insustentabilidad" del modelo actual. Por otro lado, es necesario
poner de relieve que para que exista el desarrollo se requiere, más que
una simple acumulación de bienes y servicios, cambios cualitativos en la
calidad de vida de las personas, aspectos que, más que las dimensiones
mercantiles, incluyen dimensiones sociales, culturales, estéticas y de
satisfacción de las necesidades materiales y espirituales.
Pero no basta con que el desarrollo promueva cambios cualitativos en
el bienestar humano y garantice la integridad ecosistémica del planeta
para que sea sustentable. Es necesario señalar que especialmente en los
países latinoamericanos, con graves problemas de pobreza, desigualdad y
exclusion, los fundamentos sociales de la sustentabilidad suponen el postular
como criterios básicos de la política pública los de la justicia distributiva,
para el caso de los bienes económicos, y los de la universalización de
cobenura, para las políticas globales de educación, salud, vivienda y
seguridad social. Lo mismo se aplica en la sustentabilidad social, donde
los criterios de igualdad de género, por ejemplo, se deben reconocer
como un valor en sí mismo, y por lo tanto, por encima de consideraciones
económicas.
El desarrollo sustentable, supone también la preservación de la
diversidad en su sentido más amplio; es decir, la preservación de valores,
prácticas y símbolos de identidad que determinan la integración nacional
a traves de los tiempos (Sustentabilidad Cultural).
Otro elemento que está a la base de la sustentabilidad, es el fundamento
político, que se encuentra estrechamente vinculado al proceso de reforma
democrática y de construcción de ciudadanía, y busca garantizar la
incorporación plena de las personas al proceso de desarrollo. Ello implica
tanto una democratización de la sociedad como del Estado, donde se
requiere el fonalecimiento de las organizaciones sociales y comunitarias,
la redistribución de los recursos y de la información hacia los sectores
sociales más vulnerables. Se asume la necesidad de capacitar a la ciudadanía
para la toma de decisiones, lo que implica el desarrollo de estrategias que
permitan a la ciudadanía contar con un diagnóstico de su realidad para
diseñar estrategias --en forma participativa- que aborden los problemas

Medio amblenle, suslenlabllldad y pa~lclpaclón ciudadana

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
que enfrentan. Es decir, iniciar procesos de concientización sobre los
problemas de la sustentabilidad a nivel nacional y local, y la necesidad de
enfrentarlos de manera conjunta y propositiva.
Lo que une y da sentido a esta comprensión específica de la
sustentabilidad, tal como ya se ha señalado, es la necesidad de una nueva
ética del desarrollo. Ello dice en relación con la justicia social, con la
justicia productiva y justicia distributiva. La primera se dirige a garantizar
la condiciones que permiten un proceso redistributivo de la riqueza,
especialmente orientado hacia los grupos mas vulnerables, la posibilidad
real de estos grupos de satisfacer sus necesidades básicas acorde a las
condiciones históricas actuales, y la existencia de una percepción
generalizada de justicia y de tratamiento acorde a su dignidad y con sus
derechos como seres humanos. La ética en cuanto materialización a través
de la justicia distributiva se orienta a garantizar que cada gente reciba los
beneficios del desarrollo conforme a sus méricos, sus necesidades, y su
contribución al mejoramiento del conglomerado social (Schabecoff 1996).
El desarrollo sustentable implica por tanto una definición ética de la
ciudadanía. Esto es, una opción por la equidad social, por la sustentabilidad
ambiental y por la reforma democrática, que fortalece el posicionamiento
ciudadano por la lógica del bienestar de las mayorias como factor de
sustentabilidad y gobernabilidad, y fundamenta una visión critica de la
lógica neoliberal dominante presente en las actuales opciones hegemónicas
de desarrollo. Permite, además, evaluar propuestas y estrategias de
desarrollo desde una perspectiva de nación. Esto puede generar desde los
ciudadanos un condicionamiento del desarrollo a los objetivos de la
sustentabilidad, aportando a la construcción de una visión y una cultura
para avanzar hacia las sociedades sustentables.
Dotar la sustencabilidad al desarrollo, requiere el fortalecimiento y
democratización del Estado, y no --<:orno lo proclaman los portavoces
del neoliberalismo dominante- su abandono y sustitución por el mercado.
Las dificultades provocadas por situaciones extremas de desigualdad social
y de degradacion ambiental no pueden ser definidas como problemas
individuales, sino que constituyen desafios sociales y colectivos. No se
trata simplemente de garantizar acceso, vía mercado, a la educación, a la
vivienda, a la salud, o a un ambiente libre de contaminación, sino de
recuperar prácticas colectivas (solidarias) de satisfacción de necesidades.
Por ello es fundamental la concurrencia de actares capaces de movilizar
estas propuesta, que si no es abordada en forma mancomunada desde

leolldad 106, 2005

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
diversos ámbitos de acción, tanto a nivel internacional, nacional y local,
no es posible pensar en un avance hacia un modelo distinto al actual. El
desafio institucional planteado por la crisis de sustentabilidad del desarrollo
de nuestras sociedades se resume, en la democratizacion social (incluyendo
las urgentes reformas al modelo económico dominante) y en la
democratización del Estado. El primer objetivo supone el fortalecimiento
de las organizaciones sociales y comunitarias, la redistribución de los
recursos y de la información hacia los sectores socialmente marginados,
el incremento constante de la información hacia los sectores socialmente
marginados, el incremento constante de la capacidad de análisis de sus
organizaciones y la capacitación para la toma de decisiones. El segundo,
se logra a través de la apertura del aparato estatal al control ciudadano, de
la reactualización de las prácticas políticas y de las organizaciones, así
como la función específica de los procesos electorales y de la incorporación
del concepto de responsabilidad política en la actividad pública.
Para que una sociedad sea considerada democrática y sustentable, debe
tener como meta alcanzar la justicia social, y ello es posible en la medidad
en que haya un cambio a nivel institucional, que éstas hagan viable y el
ejercicio real de esos ideales a través de procesos sociales concretos. Con
esto nos estamos refiriendo en primer lugar, al ejercicio pleno de los
derechos mas elementales de la ciudadanía, tales como el derecho a
reunirse, a pertenecer a organizaciones sociales y políticas, así como el
acceso a la toma de decisiones (Pineiro, 2003). Pero debe trascender la
dimensión individual, y pasar a formas colectivas de participación y
representación, lo que permite el surgimiento de una acción común y
positiva que adquiera sentido de decision colectiva.
La práctica democrática supone también que los derechos ejercidos
por la ciudadanía en forma colectiva puedan asegurar su intervención en
la toma de decisiones sobre las políticas de desarrollo, a nivel nacional y
local. Para ello es indispensable definir el tipo y grado de autonomía de
las organizaciones sociales (ambientales, sindicales, locales, etc.) para
intervenir en el proceso de toma de decisiones, especialmente en lo que
respecta a la orientación de estrategias económicas y de su viabilidad con
respecto a la sustentablidad ambiental.
3. Ciudadanía y sustentabilidad
Con lo anterior nos introducimos a una dimensión fundamental de la
sustentabilidad democrática, cual es la participación ciudadana. La idea

Medio ambiente, suslenlabllklad y pa~lclpaclón clu-na

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
de la ciudadanía para la sustentabilidad se refiere a la capacidad política y
social de un colectivo para habilitar la democracia participativa y sus
instituciones, lo que implica: crear las instituciones ciudadanas; desarrollar
opinión pública y actores sociales deliberantes; organizar grupos que
ejerciten en control social de las políticas de las instituciones
gubemamencales y organismos multilaterales; promover la interlocución
proactiva entre las redes de información y producción de conocimientos
de los ciudadanos organizados; generar esferas públicas de negociación
de las agendas estatales; asegurar la construcción de políticas públicas que
expresen las demandas y propuestas de la sociedad civil y de los gobiernos
locales, a la vez que se institucionalizen mecanismos para la resolución de
conflictos; crear los espacios políticos que permitan el ejercicio y la
consecución de la reforma social entre otros.
Bajo el prisma de la ciudadanía para la sustentabilidad, se plantea la
necesidad de redefinir lo público como un ámbito en el cual se procesan
nuevos contratos para sustentar la acción del Estado de manera legítima e
innovadora, lo que implica ampliar y perfeccionar los mecanismos de
participación ciudadana, establecer canales de expresión democrática directa
y reconocer la facultad y los derechos que tienen las organizaciones
ciudadanas para fiscalizar y pedir cuentas al al gobierno sobre el
cumplimiento de sus compromisos y resultados (Shabecoff 1996: 43-47).
De este modo, la ciudadanía ambiental (ciudadanía por la
sustentabilidad) se articula a partir de las siguientes dimensiones: En primer
lugar, como atributo de una gobernabilidad ambiental que asume la
construcción participativa de agendas de sustentabilidad, y el seguimiento
y evaluación de las políticas públicas que afectan la sustentabilidad de las
estrategias de desarrollo y no sólo de las políticas ambientales, y se
materializa en las grandes y pequeñas decisiones políticas como última
prueba sobre la efectividad del ejercicio de ciudadanía. Y en segundo
lugar, se manifiesta como "asociativismo" ciudadano, organizado en
diversas modalidades, que delibera en la esfera pública acerca de los
problemas que los afectan (Neefjes 2000).
La ciudadanía por la sustentatblidad representa una expresión de una
nueva ciudadanía, fuertemente arragaida en el ámbito de lo público, que
ciertamente no es patrimonio exclusivo del Estado, ni se agota en la
esfera gubernamental, debiendo ser entendido como aquello que es de
todos, lo que nos pertenece como comunidad humana y de lo cual todos
somos responsables.

lealldacl 106, 2005

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
El desafío de la ciudadanía por la sustentabilidad exige avanzar hacia
una nueva generación de políticas públicas, lo cual representa una tarea
estratégica que puede y debe ser asumida por las diversas organizaciones
de la sociedad civil comprometidas con la sustentabilidad.
Por último, cabe señalar, que el desarrollo sustentable como meta a
alcanzar, como paradigma en construcción, es un proceso que requiere
de la concurrencia de múltiples y diversos actores (del Estado y sociedad
civil en todas sus expresiones y formas de organización), donde las
prioridades de desarrollo y progreso social se definan en conjunto y donde
los ciudadanos puedan incidir en la toma de decisiones, y para ello es
fundamental la democratización del Estado, como de las forrnas y espacios
de participación de los ciudadanos. En este sentido, el desarrollo
sustentable provee un marco conceptual amplio que debe ser abordado
con las políticas públicas (económicas, sociales, medioambientales y
culturales) al interior de cada Estado-Nación.
Entonces, para poder avanzar hacia el desarrollo sustentable, es
indispensable mirarlo como un proceso de cambio social, tecnológico y
cultural, con metas en un corto, mediano y largo plazo y con un
compromiso real de avanzar hacia la equidad social y la superación de la
pobreza estructural; avanzar hacia la preservación y uso sostenible de los
recursos naturales y la preservación y uso sustentable de los recursos
naturales y la preservación de la biodiversidad; avanzar en la preservación
de la diversidad cultural (preservación de valores, prácticas y símbolos de
identidad de las diversas culturas que coexisten en las sociedades); y
avanzar en la "radicalización" de la democracia con el objetivo de garantizar
el acceso y la participación de los todos los sectores componentes del
Estado-Nación en la toma de decisiones.
4. Participación ciudadana: Una estrategia para avanzar hacia la
sustentabilidad
La problemática de la participación recorre todo el arco politico, y es
reivindicada por corrientes tan diversas como el neoliberalismo, el
neocontractualismo, la socialdemocracia, el marxismo en sus distintas
interpretaciones, y en general en todas las formas de populismo. "Del
mismo modo esta palabra se ha convertido en la referencia obligada de
planes y programas de desarrollo, de manifiestos ideológicos y de campañas
presidenciales" (Hopenyan 1989).

Mfflo amblonlt, 1uslenlabllldad y participación ciudadana

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Con lo anterior, lo que se quiere enfatizar es que no existe una sola
definición de participación. Esta adquiere variadas y múltiples dimensiones
y configuraciones dependiendo del contexto en la cual se sitúe. Es así
como existen diferentes definiciones de participación (Alfare 2001).
Cabe destacar, primero, el discurso neoliberal representado por el
propio Banco Mundial, para el cual la participación consiste en "movilizar
el potencial de los pobres" para reducir su pobreza y vulnerabilidad. Esto
implica reconocer y promover los activos que los pobres tienen en su
hogar, en sus mujeres y en sus relaciones comunitarias. Esto presupone
asumir que entre la dimensión económica y la social de la vida existe una
relación metabólica inseparable (son como inhalación y exhalación en el
proceso de respirar), de modo que el "poder de los pobres" podría
acrecentarse potenciando la inhalación social para lograr éxitos en la
exhalación económica. "El aumento de los outputs económicos a partir de
los inputs sociales permitiría resolver gran parte del problema material de
la pobreza y parte del problema democrático de la participación" (Harris
2002: 77). Visto así, el progreso efectivo se logra potenciado al pobre, al
débil y al vulnerable para que se transformen en los productores de su
propio bienestar y no en meros recipientes de la caridad o beneficiarios
de la ayuda pública (World Bank 2002: 10-17).
Es evidente que el Banco Mundial restringe el concepto de participación
a la movilización del activo social de los pobres (que no se podrían
movilizar sin participación), pero a la vez reduce el concepto de probreza
a sus contenidos dinámicos, sustrayendo del mismo sus contenidos pasivos
(los factores estructurales que los generan). La exclusión de las
dimensiones estructurales de la pobreza deja por tanto el concepto de
participación sin ninguna connotación política.
La acción que propone el Banco Mundial no envuelve necesariamente
ni completamente al Estado, dado que debe ser una acción privada,
estrictamente técnica (no política) y limitada al tratamiento casuístico del
problema. A este efecto, el Banco promovió la creación de una red mundial
de Fondos Sociales -financiado en gran parte por la misma institución
que administra la estrategia, diseña los programas concretos de acción y
evalúa los resultados. El Banco promueve la reorganización del vínculo
entre Estado y Sociedad desde la acción privada del mercado (las agencias
ejecutoras compiten mercantilmente entre sí) lo que tiene un fuerte
impacto en el caso de estos programas, al excluir de un modo directo la
responsabilidad del Estado.

hallclad 106, 2005

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
En suma, para el Banco Mundial, la participación no es ni puede
convertirse en práctica "política" (y menos en un poder político), sino
permanecer todo el tiempo como una práctica de "empresarialidad". Por
tanto, se trata de una forma de incoporar los pobres al Mercado, no al
Estado. (Harris 2002:81).
En este análisis, la participación se centra en el individuo, en tanto
sujeto inalienable, que mediante su capacidad de gestionar proyectos
"participativos" puede acceder a fondos que le permitan "entre paréntesis"
superar su condición de pobreza. Aquí de ninguna manera se observa un
sentido potenciador de cambios vía la participación, más bien se tiende a
mantener el status qua.
Otra visión de la participación es la que sostienen las agencias
internacionales como los Programas de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD) y sobre el Medio Ambiente (PNUMA), donde el
concepto aparece asociado al poder.
En una publicación auspiciada por el PNUD, James Midgley sostiene:
"para que pueda haber una auténtica participación, es necesario que la
gente local se libere de controles externos. Ello supone independencia
tanto política como económica. Para tener poder se requiere autosuficiencia
económica y también implica la creación de instituciones que permitan a
la gente local la toma de decisiones" (1993: 210-211).
Mary Racelis por su parte, sostiene que "las estrategias de desarrollo
social alternativo promueven el conferimiento de poder al pueblo en vez
de perpetuar las relaciones generadoras de dependencia tan características
de los enfoques de la cima a la base. Un programa que dé poder a la
población, promoverá un proceso evolutivo nutrido por el acuerdo mutuo
entre los agentes del desarrollo y la población. A través del conferimiento
del poder, se da la tónica para un desarrollo (alternativo) genuinamente
centrado en el pueblo (1993: 246-247).
Dotar el concepto de participación con la dimensión del poder equivale,
definitivamente, a cambiar el énfasis desde el "pobre, el débil y el
vulnerable" hacia el ciudadano y las comunidades locales, y desde la política
transitoria referida a los bolsones residuales de pobreza hacia aquellas
atingentes a los problemas de fondo que aquejan el modelo neoliberal.
Según Goulet (1989), la participación se construye en el acto mismo
de conquistar, es un efecto ontogénico de la conquista de un derecho; de
allí que cuando esa condición intenta donarse, se reemplaza la decisión y

Medio mnblenle, sustenlabllldad y pmttclpaclón ciudadana

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
la iniciativa y, por lo tanto, los usuarios pueden llegar a incorporarse en
los beneficios de las políticas, pero no constituye en sí participación real.
En esta misma línea se podría caracterizar a la participación como
sustantiva y real, aqueJla que se refiere al poder y a la toma de decisiones.
Y a la diferencia de las anteriores, esta apunta al real sentido que debiera
tener la participación; es decir, aquí la participación estaría asociada al
control sobre el sentido de las decisiones y a la constitución de sujetos
que se conforman en ese proceso de decidir y emprender acciones
tendientes al mejoramiento de su calidad de vida.
En este enfoque de participación -que es distinta de la estrictamente
liberal- se especifica así en el sentido de las decisiones y en las cuales
participar, apunta a crear relaciones y estructuras más equitativas y
humanas en los diversos niveles en que esas acciones tienen efecto
(democratización), y construir sujetos. No opone el interés individual al
interés colectivo y como lo demuestran múltiples testimonios de sujetos
populares, los individuos crecen y se realizan como personas cuando se
incorporan libremente a un grupo de acción, donde en vista de una práctica
transformadora, participa de una identidad colectiva (Rahman 1990). En
última intancia la participación real apunta al crecimiento de las personas
y no sólo al crecimiento de las cosas, es un valor de justicia y
autodeterminación.
Un rasgo esencial de la participación real es que esta sea informada, lo
cual implica accesso público y equitativo a los antecedentes necesarios
para ejercer los derechos y deberes ciudadanos. Reconociendo que la
información otorga poder, representa de este modo, un recurso
fundamental para asegurar la participación ciudadana responsable, efectiva
y oportuna a nivel nacional y local. La disponiblidad de información
simple y oportuna al alcance de los ciudadanos y sus organizaciones, pasa
a ser un requisito de una participación ciudadana efectiva y responsable
cuando los espacios democráticos se hayan construidos. Sin embargo, en
sociedades periféricas y ahamente estratificadas, existen grandes asimetrías
en el acceso y uso de la información por parte de los ciudadanos y sus
organizaciones respecto a aquella que pueda manejar el Estado y los grupos
de poder económico locales y transnacionales, lo cual plantea el desafío
de crear los mecanismos institucionales para garantizar una gestión
transparente de los fondos y programas, poniendo al alcance de los
ciudadanos y la sociedad civil los antecedentes necesarios para que puedan
ejercer una participación real y no solo funcional.

Realldad 106, 2005

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
De esta forma, la búsqueda de la sustentabilidad nos remite a una
panicipación multidimensional de las personas y comunidades, expresadas
en múltiples ciudadanías que es necesario construir y desplegar, en el
marco del ejercicio de derechos y obligaciones para una vida más humana,
especialmente para quienes enfrentan condiciones de pobreza y
vulnerabilidad como consecuencia de procesos de desarrollo capitalistas
excluyentes y autoritarios.
La presencia de los ciudadanos en los asuntos públicos es una condición
necesaria para alcanzar la gobemabilidad democrática. A medida que el
ejercicio del poder está más legitimado en la voluntad obtenida a través
de un consenso social, mayores son las posibilidades de hacer visibles las
aspiraciones de la sociedad civil. Puede decirse que la realización progresiva
de los derechos humanos está en relación directamente proporcional al
aumento de la calidad de la panicipación ciudadana. Sin embargo, prevalece
en nuestras sociedades una marcada exclusión de la mayoría poblacional,
especialmente de los grupos populares, respecto a la toma de decisiones
sobre los asuntos públicos; de manera que el consenso se reduce a minorías
no representativas de la pluralidad de intereses encamados en la sociedad
civil. Una de las razones primarias para tal marginamiento, se desprende
de la ausencia de información, e interiorización de la ciudadanía, sobre
los límites y los alcances del marco juríco democrático-liberal en cuanto
al reconocimiento formal de los espacios de panicipación. Por lo tanto,
la presencia de los ciudadanos en las decisiones que los afectan, tanto
individual como colectivamente, precisa una adecuación funcional, en tanto
facilite el acceso y la conformación no excluyente de centros de decisión
a panir del nivel local, que en última instancia, también sean capaces de
incidir en la formación de la voluntad sobre las decisiones que exceden el
ámbito del Estado-Nación (Gill 1995).
Se puede deducir de lo anterior, que la panicipación es un proceso de
generación de conciencia crítica y propositiva de los ciudadanos. En verdad,
se trata de un factor clave en el proceso de empoderamiento de los grupos
sociales. La panicipación ciudadana no es realmente efectiva mientras no
vaya modificando y ampliando las relaciones de poder. El fin de la
participación ciudadana no es tanto ella en sí misma, por cuanto que, la
finalidad que debería perseguir es la mejora sostenible de las condiciones
de vida de los más amplios sectores de la sociedad.
Es imponante, a esras alturas, enfatizar que la panicipación es un
componente esencial de la reforma demcrática, puesto que la panicipación

Medio ambiente, sustenlabllldad y participación ciudadana

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
permite concretar el ejerc1c10 de la ciudadanía en sus diferentes
dimensiones: civil, política y social. Dentro de esta última dimensión
deben incluirse, como una contribución a la radicalización democrática,
el derecho al empleo, a la seguridad física, a los servicios básicos, a la
protección del medio ambiente y del patrimonio histórico y cultural sobre
el que se contruye la identidad.
La participación ciudadana es la clave para transformar el espacio de lo
estatal en un espacio público y contribuir a crear condiciones para que
efectivamente se pueda construir y consolidar la reforma democrática; la
cual se constituye como la necesaria contraparte política de la reforma
económica y social.
5. Consideraciones finales
Se puede percibir en el concepto crítico de desarrollo sustentable un
cuestionamiento de fondo a la racionalidad de la civilización moderna,
donde la racionalidad capitalista ha generado un creciente proceso de
racionalización formal e instrumental, queha moldeado todos los ámbitos
de la organización burocrática, los metodos científicos y los aparatos
jurídicos e idelógicos del Estado. El desarrollo sustentable no sólo plantea
la necesidad de introducir reformas sustanciales al Estado, de incorporar
nuevas normativas al comportamiento económico, de legitimar los nuevos
valores éticos y de producir nuevas tecnologías para controlar los efectos
contaminantes y disolver las externalidades sociales y ecológicas generadas
por los impactos ambientales. El desarrollo sustentable cuestiona los
beneficios y las posibilidades de mantener una racionalidad social fundada
en el cálculo económico de corto plazo y las ganancias, la formalización,
control y uniformización de los comportamientos sociales y la eficiencia
de sus medios tecnológicos, que han inducido un proceso de degradación
socio-ambiental, socavando las bases -mismas del proceso económico y
minando los principios de equidad social y dignidad humana (Kay 1996).
En un sentido propositivo, la suscentabilidad abre así nuevas
perspectivas al desarrollo, descubriendo nuevos potenciales ecológicos,
tecnológicos y sociales, y planteando la transformación de los sistemas
de producción, de valores y de conocimiento de las formas de organización
social, para construir una relación diferente entre el ser humano la sociedad
y la naturaleza.
Finalmente, junto con la generación y actualización del conocimiento
de las ciencias sociales sobre sustentabilidad y progreso social, es

halldad 106, 2005

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
imprescindible integrar aportes y prácticas de actores sociales que estan
desarrollando estrategias de desarrollo sustentable, tendientes a generar
cambios positivos en su entorno, condiciones y calidad de vida. Ello, sin
duela, plantea la necesidad de "volver al actor" (Long 2001) y desde ahí
aportar una mirada a sus prácticas en el sentido de retroalimentarlas,
reforzarlas y enriquecerlas, a la vez nutrimos con sus experiencias de la
vida cotidiana, saberes, prácticas, metodologías y significaciones.

REFERENCIAS

Alfara, S.O. (2001) "Desarrollo Participativo y la Apropiación de la


Agencia: Una Exploración Sociológica", Realidad 84. 807-817.
Beck, U. (1992) Risk Society: Towards a New Modemity. Londres: Sage.
Gill, S. (1995) "The Global Panopticon: The Neoliberal State, Economic
Life, and Democratic Surveillance", Altematives 20(1). 1-49.
Goulet, D. (1989) "Participation in Development: New Avenues", World
Development 17 (2). 165-78.
Guimaraes, R. (2000) "Participación, democracia y desarrollo sustentable",
Quiroga, R. (ed.) Participaci6n y desarrollo sustentable. Serie
Documentos. Santiago de Chile.
Hanis, J. (2002) Depoliticizing Development: The World Bank and Social
Capital. Londres: Anthem Press.
Hopenhaym, M. (1989) "La participación y sus motivos", Revista Acci6n
Crítica 24 y 25, CELATS, Lima.
Kay, M. (1996) Environmentalism and Cultural Theory. Londres:
Routledge.
Leff, E. (ed.) (2000) La Complejidad Ambiental. Mexico: Siglo XXI.
Long, N. (2001) Development Sociology: Actor Perspectives. landres:
Routledge.
Midgley, J. (1993) "La política social, el Estado y la participación de la
comunidad", Kiksberg, B. (comp.) La Pobreza: un problema
impostergable. Mexico: CLAD. 210-211.
Neefjes, K. (2000) Environments and Livelihoods: Strategies for
Sustainability. Londres: Oxfam Publishing.

Medio ambiente, suslentablllctad yparticipación ciudadana

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Organización de las Naciones Unidas [ONU] (1992) Informe sobre la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y
Desarrollo. Programa 21. Ria de Janeiro, Brasil.
Piñeiro, D. (2003) "Sustainability and Dcmocratization in Latin American
Rural Societies, SociologiaslO. 26-34.
Racelis, M. (1993) "Movilizando a la población para el desarrollo social",
Kiksberg, B. (comp.) La pobreza: un problema impostergable.
Mexico: CLAD. 246-247.
Rahman, M, (1990) "People's Self-development", Comrnunity
Development]oumalVol. 24 (4). 307-14.
Shabecoff, P. (1996) A New Name for Peace: International
Environmentalism, Sustainable Development and Democracy.
Londres: University Press of New England.
Shnaiberg, A. y Gould, K, (1994) Environment and Society: The Enduring
Conflict. Nueva York: St. Martin's.
World Bank (2002) Empowerment and Power Reduaion. Washington
DC: The World Bank.

Reallclad 106, 2005

Digitalizado por Biblioteca "P. Florentino Idoate, S.J."


Universidad Centroamericana José Simeón Cañas

También podría gustarte