Geo Apunte Pulentisimo
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Versión preliminar
26 de julio de 2.016
1
2 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
1. El espacio afı́n
¿Qué es un espacio afı́n? Antes de dar una definición formal, damos una idea intuitiva.
El plano afı́n es... la pizarra (que se prolonga hacia el infinito en dos direcciones). ¿Qué
es el espacio afı́n (tridimensional)? El aula (que se prolonga hacia el infinito en tres
direcciones). La pizarra o el aula están formadas por puntos. Dada una pareja ordenada
de puntos podemos trazar el segmento orientado limitado por dichos puntos. Es lo que
llamamos un vector fijo, que tiene un principio y un fin. Si consideramos todos los vectores
fijos que se “originan” a partir de los puntos del plano (la pizarra) o del espacio (el aula) e
identificamos entre sı́ todos aquellos que tienen la misma dirección (es decir, son paralelos),
longitud y sentido (de forma “práctica” esto se puede hacer ası́: identificamos los vectores
−→ −→ −→
p1 p2 y q1 q2 si y solo si al trasladar paralelamente a sı́ mismo q1 q2 de forma que q1 coincida
con p1 , q2 coincide con p2 ), obtenemos un espacio vectorial (de dimensión 2 en el caso del
plano y de dimensión 3 en el caso del espacio tridimensional; a los elementos de este espacio
se les denomina vectores libres). Por ejemplo, la suma de dos vectores libres representados
−→ −→
respectivamente por los vectores fijos p1 p2 y q1 q2 serı́a un vector libre representado por el
−→
vector fijo p1 q20 donde q20 es el fin del vector fijo que se obtiene al trasladar paralelamente
−→
el vector q1 q2 a un vector que comience en p2 .
Por tanto, cuando defininamos de forma rigurosa lo que es un espacio afı́n parece claro
que tendremos que hablar por una parte de un conjunto de puntos, por otra parte de un
espacio vectorial asociado a ese conjunto de puntos y por último de cómo se relaciona el
conjunto de puntos y el espacio vectorial.
Definición 1.1. (Definición formal de espacio afı́n). Un espacio afı́n sobre un cuerpo k
es una terna (A, V, ϕ) donde A es un conjunto no vacı́o, V es un espacio vectorial sobre k
y ϕ es una aplicación
ϕ : A × A −→ V
→
(p, q) 7→ ϕ(p, q) := pq
tal que,
(1) para cada p ∈ A, la aplicación
ϕp : A −→ V
→
q 7→ pq
es una biyección, y
→ → →
(2) para cualesquiera p, q, r ∈ A, se tiene pq + qr = pr.
A los elementos de A les llamaremos puntos del espacio afı́n y a V lo llamaremos espacio
vectorial asociado al espacio afı́n. A veces abreviaremos y hablaremos solo de A al referirnos
al espacio afı́n, pero siempre entendiendo que el espacio afı́n no es solamente A sino la terna
(A, V, ϕ). Decimos que (A, V, ϕ) (o simplemente A) tiene dimensión n si n = dimV . A
los espacios afines de dimensión 1 les llamaremos rectas afines y a los espacios afines de
dimensión 2 les llamaremos planos afines.
Observación 1.2. (sobre el cuerpo base): En la definición anterior hemos hablado de es-
pacios afines sobre un cuerpo k. Desde un punto de vista geométrico, el cuerpo “natural”
sobre el que modelar nuestros espacios afines es desde luego el cuerpo R de los números
reales (piensa por ejemplo que R se suele representar como la “recta real”). A lo largo del
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 3
curso veremos que otro cuerpo interesante con el que trabajar es el cuerpo C de los números
complejos. Al trabajar sobre C perderemos intuición geométrica pero obtendremos ven-
tajas que de momento resumimos diciendo que los resultados tendrán enunciados más
simples y homogéneos. Aun ası́, casi todos los resultados y nociones que iremos viendo
tienen sentido sobre cualquier cuerpo (incluso cuando el cuerpo sea un cuerpo finito; otra
cosa es que dar en esta situación el calificativo de geométrico a estos resultados lo tengamos
que justificar usando una analogı́a). Por eso, aunque en el fondo estemos pensando que
el cuerpo sobre el que trabajamos es R o C, siempre que nos sea posible enunciaremos
los resultados para un cuerpo arbitrario k (y, cuando no sea posible, especificaremos qué
propiedades debe satisfacer k en cada caso).
Observación 1.3. La propiedad (1) de la definición anterior nos dice que si tenemos
un espacio afı́n y fijamos un punto, lo “convertimos” en un espacio vectorial (ese punto
se convierte en nuestro cero, en nuestro origen; ¡piensa en cómo se representa un plano
vectorial en la pizarra!). Por otra parte, la propiedad (2) captura la forma en que se define
la suma de vectores libres.
Notación 1.4. A veces usaremos la siguiente notación: dado un espacio afı́n (A, V, ϕ), dos
→
puntos p, q ∈ A y un vector v ∈ V , escribimos q = p + v si y solo si pq = v. ¡Cuidado! Hay
que tener claro que esto es una notación y que el signo + no representa ninguna operación
(en otras palabras, no tiene sentido hablar de una operación, en el sentido algebraico, que
nos permita sumar puntos y vectores), aunque en ciertos ejemplos (véase el ejercicio 1.7
y el ejemplo 1.8) de espacios afines sı́ podrı́amos entender el signo + como una operación
desde un punto de vista algebraico.
→ →
Ejercicio 1.5. (1) Sean p, q ∈ A. Demuestra que p = q si y solo si pq = 0 .
(2) Demuestra que dados p ∈ A y v ∈ V existe un único q ∈ A tal que q = p + v.
→ →
(3) Demuestra que dados p, q ∈ A, qp = −pq.
−→ →
(4) Demuestra que dados p, q ∈ A y v, w ∈ V , (p + v)(q + w) = pq + w − v.
→ →
(5) Demuestra la ley del paralelogramo: dados p, q, p0 , q 0 ∈ A, pq = p0 q 0 es equivalente
→ →
a pp0 = qq 0 .
Ejercicio 1.6. Demuestra que A tiene dimensión 0 si y solo si A está formando por un
solo punto.
2. Subespacios afines
En la asignatura de Álgebra Lineal, casi desde el comienzo, ya os habéis encontrado con
espacios afines. En efecto, imaginemos en el espacio vectorial estándar Ank el conjunto de
soluciones de un sistema compatible de ecuaciones lineales
a11 x1 +a12 x2 + · · · + a1n xn = b1
a21 x1 +a22 x2 + · · · + a2n xn = b2
(2.0.1) .. .. .. .. ..
. . . . .
am1 x1 +am2 x2 + · · · + amn xn = bm .
Si el sistema de ecuaciones (2.0.1) es homogéneo, su conjunto de soluciones tiene estructura
de espacio vectorial sobre k (es un subespacio vectorial de kn ). En cambio, si el sistema
no es homogéneo, el conjunto de soluciones no es un subespacio vectorial (por ejemplo,
no contiene al vector (0, . . . , 0), que es una condición necesaria para que sea subespacio
vectorial). Entonces cabe preguntarse qué estructura tiene el espacio de soluciones de un
sistema no homogéneo, ya que parece claro que algún tipo de estructura tiene. Por ejem-
plo parece bastante intuitivo hablar de su dimensión, que de manera informal podrı́amos
definir como el número mı́nimo de parámetros que nos hacen falta para expresar de manera
explı́cita dicho conjunto (el número mı́nimo de parámetros que aparecen cuando resolve-
mos el sistema). La respuesta a nuestra pregunta de qué estructura tiene el conjunto de
soluciones S de (2.0.1) es, como vemos en el ejercicio siguiente, que S es un espacio
afı́n cuyo espacio vectorial asociado es el espacio de soluciones de su sistema homogéneo
asociado, que es
a11 x1 +a12 x2 + · · · + a1n xn = 0
a21 x1 +a22 x2 + · · · + a2n xn = 0
(2.0.2) .. .. .. .. ..
. . . . .
am1 x1 +am2 x2 + · · · + amn xn = 0 .
Ejercicio 2.1. Demuestra usando la definición de espacio afı́n que, si (2.0.1) es un sistema
compatible, el conjunto de soluciones de (2.0.1) es en efecto un espacio afı́n. Indicación:
usa la aplicación ϕ del espacio afı́n estándar (kn , kn , ϕ).
Recordemos que kn no es solo un espacio vectorial, sino que también se le puede dotar
de estructura de espacio afı́n. Si nos paramos a pensarlo un poco nos daremos cuenta de
que la estructura de espacio afı́n que hemos dado al conjunto de soluciones de (2.0.1) es la
“heredada” de la estructura de espacio afı́n de kn . Es decir, el conjunto de soluciones de
(2.0.1) es un subconjunto del espacio afı́n kn que tiene a su vez una estructura de espacio
afı́n, compatible con la estructura de espacio afı́n de kn . Por otra parte, recuerda que, dada
una solución particular p = (x1 , . . . , xn ) de (2.0.1), un elemento q de kn es una solución
de (2.0.1) si y solo si existe una solución w de (2.0.2) tal que q = p + w. Por tanto, una
manera de describir geométricamente el conjunto de soluciones de (2.0.1) es la siguiente:
si W es el conjunto de soluciones de (2.0.2) y p es una solución particular de (2.0.1), el
conjunto de soluciones de (2.0.1) es p + W := {p + w | w ∈ W }, es decir, el subconjunto de
kn que obtenemos al “trasladar paralelamente a sı́ mismo” el subespacio vectorial W de
(0, . . . , 0) (que pertenece a W ) a p (como al hacer esto (0, . . . , 0) se convierte en p, p + W
no tiene por qué contener a (0, . . . , 0)). Todo esto motiva la siguiente definición:
Definición 2.2. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n, sea p un punto de A y sea W un subespacio
vectorial de V . Llamamos subespacio afı́n paralelo o con dirección W que pasa por p y lo
6 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Ejercicio 2.9. (1) Demuestra, por medio de algún ejemplo, que la unión de dos subes-
pacios afines no es en general un subespacio afı́n.
(2) Sea A un espacio afı́n sobre un cuerpo k 6= Z2 . Demuestra, que la condición
necesaria y suficiente para que la unión de dos subespacios afines A1 y A2 sea un
subespacio afı́n es que A1 ⊆ A2 o A2 ⊆ A1 .
Como acabamos de ver en el ejercicio anterior la unión de dos subespacios afines A1 y A2
no es en general un subespacio afı́n. Lo que sı́ tiene sentido es considerar el subespacio
afı́n “más pequeño” que contiene a A1 y a A2 (o lo que es lo mismo, a la unión de ambos):
Proposición 2.10. Sean A1 = p1 + W1 y A2 = p2 + W2 dos subespacios afines de un
→
espacio afı́n A. El subespacio afı́n A0 = p1 + (W1 + W2 + L(p1 p2 )) es el subespacio afı́n
“más pequeño” que contiene a A1 ∪ A2 , en el sentido de que si A00 es otro subespacio afı́n
que contiene a A1 ∪ A2 , se tiene que A0 ⊆ A00 .
Demostración. Vemos que A1 ∪ A2 ⊆ A0 . En efecto, es claro que A1 ⊂ A0 . Por otra
parte, si q ∈ A2 , q se puede escribir como q = p2 + w2 , para algún w2 ∈ W2 . En ese caso
→ →
q = p1 + p1 p2 + w2 ∈ p1 + (W2 + L(p1 p2 )) ⊆ A0 . Vemos ahora que si A1 ∪ A2 ⊆ A00 , entonces
A0 ⊆ A00 . Es claro que p1 , p2 ∈ A00 , por lo que podemos escribir A00 = p1 + W 00 = p2 + W 00 ,
donde W 00 es la dirección de A00 . Como A1 ⊆ A00 , W1 ⊆ W 00 y como A2 ⊆ A00 , W2 ⊆ W 00 .
→ →
Además, como p1 , p2 ∈ A00 , p1 p2 ∈ W 00 . Por ello A0 = p1 +(W1 +W2 +L(p1 p2 )) ⊆ p1 +W 00 =
A00 .
La proposición anterior motiva la siguiente definición:
Definición 2.11. Sean A1 = p1 + W1 y A2 = p2 + W2 dos subespacios afines de un espacio
→
afı́n A. Entonces A0 = p1 + (W1 + W2 + L(p1 p2 )) se llama el subespacio afı́n generado por
A1 y A2 y se denota < A1 , A2 >. En general, si S es un subconjunto no vacı́o de A, < S >
es el subespacio afı́n más pequeño entre los que contienen a S, que llamamos el subespacio
afı́n generado por S.
Ejercicio 2.12. Demuestra que el subespacio afı́n más pequeño entre los que contienen a
un subconjunto S de A existe y es único (indicación: considera la intersección de todos los
subespacios afines de A que contienen a S.)
Observación 2.13. Consideramos dos subespacios afines A1 = p1 + W1 y A2 = p2 + W2 .
→
(1) Del ejercicio 2.3 se sigue que < A1 , A2 >= p + (W1 + W2 + L(p1 p2 )) para cualquier
p ∈ A1 ∪ A2 .
(2) Es claro que < A1 , A2 >=< A1 ∪ A2 >.
Ejercicio 2.14. Sean p1 , · · · , pk puntos de un espacio afı́n A.
(1) Demuestra que si p1 y p2 son puntos distintos, entonces < p1 , p2 > es una recta afı́n
de A.
(2) Demuestra que si p1 , p2 y p3 son puntos no alineados (es decir, no contenidos en
nunguna recta), < p1 , p2 , p3 > es un plano afı́n de A.
(3) Demuestra que el subespacio generado por p1 , p2 , . . . , pk es < p1 , p2 , . . . , pk >=
→ →
p1 + L(p1 p2 , . . . , p1 pk ).
Definición 2.15. Decimos que los puntos p1 , p2 , . . . , pk de un espacio afı́n A son puntos
afı́nmente independientes si el subespacio afı́n < p1 , p2 , . . . , pk > generado por ellos tiene
dimensión k − 1.
Ejercicio 2.16. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n.
8 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
3. Aplicaciones afines
Al igual que se hace en álgebra lineal, en geometrı́a afı́n estudiaremos aquellas aplicaciones
entre espacios afines que preserven la estructura afı́n. ¿Qué queremos decir con eso? Son
aplicaciones que conservan las propiedades geométricas de las que hemos estado hablando
en los temas anteriores: la “linealidad” (es decir, la propiedad de ser subespacio afı́n), el
paralelismo y, si es posible, la dimensión de un subespacio afı́n. Para esto parece sensato
que, dada una aplicación entre los conjuntos de puntos A1 y A2 de dos espacios afines,
consideremos también qué pasa con las direcciones V1 y V2 de dichos espacios y con las
aplicaciones ϕ1 y ϕ2 .
Observación 3.2. Otra forma de expresar la definición 3.1 es la siguiente: una aplicación
→
f : A1 −→ A2 es una aplicación afı́n si y solo si existe una aplicación lineal f : V1 −→ V2
tal que el diagrama
f ×f
A1 × A1 / A2 × A2
ϕ1 ϕ2
→
f
V1 / V2
→
es conmutativo (i.e, ϕ2 ◦ (f × f ) = f ◦ ϕ1 ), donde, para todo p, q ∈ A1 , (f × f )(p, q) :=
(f (p), f (q)).
Ejemplos 3.6. En A2R consideramos los puntos p1 = (0, 0), p2 = (1, 0), p3 = (1, 1) y
p4 = (2, 1), los puntos p01 = (0, 0), p02 = (1, 0), p03 = (0, −1) y p04 = (2, −1) y los puntos
q = (2, 0) y q 0 = (2, 4).
(1) La aplicación f de A2R en A2R tal que f (pi ) = p0i para todo i = 1, . . . , 4 no es
una aplicación afı́n porque si lo fuera transformarı́a la recta < p1 , p3 > en la recta
< p01 , p03 > y la recta < p2 , p4 > en la recta < p02 , p04 >, pero las rectas < p2 , p4 > y
< p02 , p04 > no son paralelas.
(2) La aplicación g de A2R en A2R que cumple f ((x, y)) = (x, x2 ) no es una aplicación
afı́n pues transforma los puntos p1 , p2 y q, que están alineados, en los puntos p1 , p3
y q 0 , que no lo están.
Traslaciones
Vemos a continuación un ejemplo importante de aplicaciones afines de un espacio en sı́
mismo, las traslaciones:
Ejemplo 3.8. (traslación) Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n y sea v ∈ V . La aplicación
tv : A −→ A
p 7→ p + v
es una aplicación afı́n y su aplicación lineal asociada es la identidad. A tv la llamamos la
traslación de vector v.
Observación 3.9. Se tiene tv ◦tw = tv+w . En particular una traslación tv es una aplicación
biyectiva (de forma más precisa, un isomorfismo afı́n; véase la definición 3.15) y t−1
v = t−v .
Esto implica que el conjunto formado por las traslaciones de un espacio afı́n (A, V, ϕ) es
un grupo abeliano isomorfo a (V, +)
La proposición 3.5 sugiere que la aplicación lineal asociada proporciona mucha información
sobre la aplicación afı́n. Un ejemplo de esto es el siguiente resultado, donde se caracteriza
a las traslaciones a partir de su aplicación lineal asociada.
Proposición 3.10. Una aplicación afı́n de un espacio en sı́ mismo es una traslación si y
solo si su aplicación lineal asociada es la identidad.
Demostración. Que la aplicación lineal asociada a una traslación es la identidad es claro
(y además es necesario comprobarlo para demostrar que una traslación es una aplicación
afı́n). En efecto, basta comprobar que, para todo p, q ∈ A, el vector que comienza en tv (p)
→
y termina en tv (q) es pq. Por la definición de tv , el vector que comienza en tv (p) y termina
→ → →
en tv (q) es (p + v)(q + v) y este último es, según el ejercicio 1.5 (4), igual a pq + v − v = pq.
Para ver el recı́proco, consideremos un espacio afı́n (A, V, ϕ) y una aplicación afı́n f de
→ →
A en A, tal que su aplicación lineal asociada sea f = idV . Sea p ∈ A y sea v = pf (p).
→
Entonces la proposición 3.5 (2) implica que para todo q ∈ A, f (q) = f (p) + pq. La ley del
paralelogramo implica que f (q) = q + v.
Observación 3.11. (estructura de una aplicación afı́n) Sean (A, V, ϕ) y (A0 , V 0 , ϕ0 ) dos
espacios afines y sea f : A −→ A0 una aplicación afı́n. El objetivo de esta observación es
mostrar cómo podemos “interpretar” f como la composición de una aplicación lineal de V
a V 0 y una traslación de A0 (hemos puesto interpretar entre comillas porque realmente no
es correcto o, más bien, no tiene sentido, componer una aplicación lineal de V a V 0 con
una aplicación afı́n de A0 en A0 ).
Para ello, fijamos un punto o ∈ A y un punto o0 ∈ A0 . Esto nos permite “ver” A y A0
como espacios vectoriales, ya que ϕo y ϕ0o0 nos proporcionan sendas biyecciones de A y A0
−→
a V y V 0 respectivamente (recuerda la observación 1.3). Definimos el vector v = o0 f (o).
Definimos g = t−v ◦ f , que es una aplicación afı́n por la proposición 3.7. En ese caso
f = tv ◦ g. Estudiamos ahora cómo es g. Usando las identificaciones de A con V y de A0
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con V 0 que nos proporcionan ϕo y ϕ0o0 , podemos interpretar g como una aplicación lineal.
→
De hecho podemos identificar g con la aplicación lineal asociada f de f . En efecto, si
→
denotamos por g a la aplicación lineal asociada de g, es fácil ver que el siguiente diagrama
g
A / A0
ϕo ϕ0o0
→
g
V / V0
→ → −→ −→
es conmutativo, ya que g (op) = g(o)g(p) = o0 g(p). Por tanto, vı́a las identificaciones de
A y A0 con V y V 0 respectivamente, dadas por ϕo y ϕ0o0 , podemos identificar g con la
→
aplicación lineal g . Finalmente las proposiciones 3.7 y 3.10 nos permiten identificar g con
→
la aplicación lineal asociada a f . Esto nos permite “ver” f como la composición de f
seguida de tv .
Vemos qué nos dice la construcción anterior en el caso en que A = Ank , A0 = Am k, o =
(0, . . . , 0) ∈ Ank y o0 = (0, . . . , 0) ∈ Am
k . En este caso las aplicaciones ϕ o y ϕ0
o0 se convierten
en la identidad en kn y la identidad en km . En este sentido, recuerda que, en la definición
de espacio afı́n estándar de dimensión n, kn juega a la vez el papel de conjunto de puntos
del espacio afı́n y el papel de espacio vectorial asociado, por lo que la biyección ϕo = id :
kn −→ kn (y análogamente ϕ0o0 = id : km −→ km ) es otra forma de decir que los elementos
del conjunto kn de la izquierda los vamos a ver como puntos del espacio afı́n estándar
mientras que los elementos del conjunto kn de la derecha los vamos a ver como vectores
del espacio vectorial estándar. En esta situación, el diagrama conmutativo del párrafo
anterior es entonces
g
kn / km
id id
→
g
kn / km
y una aplicación afı́n f de Ank a Amk se puede entender como la composición de una
n m
aplicación lineal de k a k (la aplicación lineal asociada a f ) seguida de una traslación
−→
de km (de vector v = o0 f (o)). Ası́, para cualquier punto p = (x1 , . . . , xn ) de Ank , el punto
f (p) = (y1 , . . . , ym ) cumple
M · X + B = Y,
→
donde M es la matriz de f respecto de las bases canónicas de kn y km , X = (x1 , . . . , xn )t ,
B = (b1 , . . . , bm )t , f (o) = (b1 , . . . , bm ) e Y = (y1 , . . . , ym )t . Ası́ pues, las aplicaciones afines
entre Ank y Am k tienen el aspecto de la aplicación afı́n del ejemplo 3.4 en el sentido de que
cada coordenada de una aplicación afı́n es una combinación lineal de las coordenadas de
kn más una constante.
Observación 3.12. Tanto la observación 3.11 como la proposición 3.5 nos dicen que, entre
todas las aplicaciones que existen entre dos espacios afines, las aplicaciones afines forman
una clase muy especial. Por ejemplo una aplicación que transforme un paralelogramo en
un cuadrilátero que no lo sea (tal y como ocurre en el ejemplo 3.6 (1)) no podrı́a ser una
aplicación afı́n (¡piensa por qué!). De igual forma, la aplicación
A2R −→ A2R
2 2
(x, y) 7→ (x − y + 1, x − 3)
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 13
tampoco es una aplicación afı́n (¡piensa por qué!). En general, si se nos da una aplicación
entre dos espacios afines lo más probable es que esta no sea una aplicación afı́n.
Isomorfismos afines
Corolario 3.14. Una aplicación afı́n inyectiva transforma puntos afı́nmente independi-
entes en puntos afı́nmente independientes.
Demostración. Sea f una aplicación afı́n entre dos espacios afines (A1 , V1 , ϕ1 ) y (A2 , V2 , ϕ2 ).
Sean p1 , . . . , pk puntos de A1 afı́nmente independientes. En ese caso se sigue del ejerci-
→ →
cio 2.16, (1) que los vectores p1 p2 , . . . , p1 pk de V1 son linealmente independientes. Si f es
→ → →
inyectiva, se sigue de la proposición 3.13, (1) que f es inyectiva, por lo que f (p1 p2 ), . . . ,
→ → → →
f (p1 pk ), o lo que es lo mismo, f (p1 )f (p2 ), . . . , f (p1 )f (pk ), son linealmente independientes.
De nuevo el ejercicio 2.16, (1) implica que f (p1 ), . . . , f (pk ) son puntos afı́nmente indepen-
dientes de A2 .
14 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Definición 3.15. (1) A una aplicación afı́n biyectiva la llamamos isomorfismo afı́n.
(2) Si existe un isomorfismo afı́n entre dos espacios afines A1 y A2 , decimos que A1 y
A2 son isomorfos.
Observación 3.16. Es un resultado conocido de álgebra lineal que dos espacios vectoriales
son isomorfos (es decir, existe un isomorfismo de espacios vectoriales entre ellos) si y solo
si tienen la misma dimensión. Esto y las proposiciones 3.5, (3) y 3.13 nos dicen que dos
espacios afines son isomorfos si y solo si tienen la misma dimensión.
Investigamos ahora cómo se comportan las inversas de las aplicaciones afines biyectivas:
Proposición 3.17. (1) El inverso de un isomorfismo afı́n es una aplicación afı́n, de
hecho, es de nuevo un isomorfismo afı́n. En particular, la inversa de una isomor-
fismo afı́n es de nuevo una isomorfismo afı́n.
(2) El conjunto de los isomorfismos afines de un espacio afı́n en sı́ mismo es un grupo,
en general no abeliano, con respecto a la composición de aplicaciones.
Demostración. La dejamos como un (sencillo) ejercicio teórico.
Más ejemplos
De los ejemplos que hemos visto hasta ahora, es claro que la identidad y las traslaciones
son ejemplos de isomorfismos afines de un espacio afı́n en sı́ mismo. Obviamente, una
aplicación constante no es inyectiva salvo que el espacio de partida sea un punto (ya lo
vimos antes cuando observamos que en general las aplicaciones afines no conservaban las
dimensiones). Vemos a continuación más ejemplos de aplicaciones afines y de isomorfismos
afines.
Ejemplo 3.18. Sean V1 y V2 dos espacios vectoriales y sea f una aplicación lineal de V1
a V2 . Entonces f da lugar de manera obvia a una aplicación afı́n entre los espacios afines
que asociamos a V1 y V2 (véase el ejemplo 1.8).
Ejemplo 3.19. (homotecia) Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n, sea λ ∈ k r {0, 1} y sea o ∈ A.
La aplicación f de A en A que deja o fijo (es decir, f (o) = o) y que tiene por aplicación
lineal asociada una homotecia vectorial de razón λ es un isomorfismo afı́n de A en sı́ mismo
que llamamos homotecia afı́n de razón λ y centro o. Equivalentemente, h es una homotecia
→
de de razón λ y centro o si, para todo p ∈ A, h(p) = o + λ · op.
Proposición 3.20. (1) Una homotecia tiene un único punto fijo (el punto al que
hemos llamado centro).
(2) Una aplicación afı́n de un espacio afı́n en sı́ mismo es una homotecia afı́n si y solo
si su aplicación lineal asociada es una homotecia vectorial.
Demostración. (1) Sea h una homotecia de razón λ, sea o ∈ A tal que h(o) = o y sea
→ →
p ∈ A. Supongamos que h(p) = p. Entonces p = h(p) = h(o) + λ · op = o + λ · op, de donde
→ → → →
(1 − λ) · op = 0 . Como λ 6= 1, op = 0 , que equivale a o = p.
(2) La aplicación lineal asociada de una homotecia es una homotecia vectorial por la
→
definición de homotecia. Recı́procamente, si la aplicación lineal asociada h de una apli-
cación afı́n h es una homotecia vectorial (de razón λ 6= 0, 1) solo nos falta comprobar que
h tiene algún punto fijo (que, por (1), a posteriori será único y el centro de h). Esto lo
veremos en el ejercicio 4.16 (2), cuando hayamos ya hablado de la matriz asociada a una
aplicación afı́n.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 15
Ejercicio 3.23. Sea f una aplicación afı́n de A1k a A1k no constante. Demuestra que f es
una traslación o una homotecia. Esto quiere decir que en el caso de A1k el subgrupo del
grupo de isomorfismos afines de A1k formado por las homotecias y las traslaciones es todo
el grupo de isomorfismos afines de A1k .
Antes de ver el siguiente ejemplo demostramos un lema sobre intersecciones de subespacios
afines con direcciones complementarias:
Lema 3.24. Dos subespacios afines de un espacio afı́n (A, V, ϕ) cuyas direcciones son
subespacios vectoriales complementarios de V se cortan en un solo punto.
Demostración. Sean L1 = p + W1 y L2 = q + W2 dos subespacios afines de (A, V, ϕ) tales
que W1 ⊕ W2 = V . Vemos primero que L1 ∩ L2 6= ∅. Sean w1 ∈ W1 y w2 ∈ W2 tales que
→ → → →
pq = w1 +w2 . Sea p1 = p+w1 (por tanto, p1 está en L1 ). Entonces pq = w1 +w2 = pp1 + p1 q,
→ →
por lo que p1 q = w2 ∈ W2 . Por ello, qp1 ∈ W2 , por lo que p1 ∈ L2 y p1 ∈ L1 ∩ L2 .
Vemos ahora que L1 ∩ L2 contiene un solo punto. Como p1 ∈ L1 ∩ L2 , sabemos que
→
L1 ∩ L2 = p1 + (W1 ∩ W2 ) = p1 + { 0 } = {p1 }.
Proposición 3.28. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n sobre un cuerpo k de caracterı́stica dis-
tinta de 2. Consideramos un subespacio afı́n L de A con dirección W y un subespacio U
de V complementario de W . Consideramos la aplicación σ
−→
σ : p 7→ π(p) + pπ(p)
−→ −→
donde π es la proyección sobre L paralelamente a U (observa que π(p)+pπ(p) = p+2pπ(p)).
La aplicación σ es una aplicación afı́n y su aplicación lineal asociada es la simetrı́a vectorial
respecto de W con dirección U (o paralelamente a U ).
Demostración. Damos un esbozo del argumento. Fijamos o ∈ L. Razonando como en el
→
caso de las proyecciones, vemos que dado p ∈ A, el vector op se escribe como
→ −→ −→
op = oπ(p) + π(p)p.
−→ −→ →
Como oπ(p) ∈ W y π(p)p ∈ U , la imagen de op por la simetrı́a vectorial respecto de W
−→ −→ −→
con dirección U es oπ(p) − π(p)p. Por otra parte, σ(o)σ(p) se escribe como
−→ → −→ −→ −→ −→
σ(o)σ(p) = oσ(p) = oπ(p) + pπ(p) = oπ(p) − π(p)p,
es decir, la aplicación
→ −→
op 7→ σ(o)σ(p)
es la simetrı́a vectorial respecto de W con dirección U .
Observación 3.34. Ya vimos que el único punto fijo de una homotecia es su centro. Una
→
traslación de vector v no tiene puntos fijos salvo si v = 0 , en cuyo caso la traslación es la
aplicación identidad y el conjunto de puntos fijos es todo es espacio afı́n. El subespacio de
puntos fijos de una proyección sobre L es L (¡demuéstralo!). El subespacio de puntos fijos
de una simetrı́a y, en general, de una dilatación, de base L es L (¡demuéstralo!).
Ejercicio 3.35. Consideramos la aplicación afı́n
f: A3k −→ A3k
1
(x, y, z) 7→ ( 2 + 2 x + y − 2 z, − 12 y + 32 z, −y + 2z) .
1 3
Definimos otro ejemplo interesante de isomorfismo afı́n especificando entre otras cosas su
conjunto de puntos fijos:
Definición 3.39. Sea f un isomorfismo afı́n de un espacio afı́n (A, V, ϕ) en sı́ mismo.
Decimos que f es una transvección de eje L si su conjunto de puntos fijos es un hiperplano
→
afı́n L de A y f no tiene más vectores propios que los vectores de la dirección de L.
Ejercicio 3.40. Sea f un isomorfismo afı́n de un espacio afı́n (A, V, ϕ) en sı́ mismo que
tiene un hiperplano afı́n L de A como conjunto de puntos fijos. Demuestra que f es una
transvección de eje L o una dilatación con base L.
Observación 3.41. Los ejemplos de aplicaciones afines de un espacio en sı́ mismo que
hemos visto hasta ahora (traslaciones, homotecias, proyecciones, simetrı́as, dilataciones
y transvecciones) son muy interesantes desde el punto de vista geométrico pero no son
representativos, en el sentido de que son ejemplos de aplicaciones afines especiales (en
contraposición a aplicaciones afines generales). Salvo las homotecias (que incluyen a las
simetrı́as centrales) y las proyecciones sobre un punto (que no son sino las aplicaciones con-
stantes), el conjunto de puntos fijos en los demás ejemplos mencionados es vacı́o o tiene
dimensión positiva. Sin embargo, una aplicación afı́n general tiene un único punto fijo
(dicho de forma intuitiva, esto quiere decir que la gran “mayorı́a” de las aplicaciones afines
tienen un único punto fijo o que si elegimos “al azar” una aplicación afı́n, es muy, muy
“probable” que esta tenga un único punto fijo). Aunque no disponemos de los conocimien-
tos necesarios para definir de manera rigurosa lo que quiere decir general ni para demostrar
la afirmación anterior, esta se basa en el análisis de los polinomios caracterı́sticos de las
aplicaciones lineales asociadas a las aplicaciones afines. Un polinomio general no tiene a 1
como raı́z. Esto se traduce en que una aplicación lineal general no tiene vectores fijos no
nulos. Como veremos un poco más adelante (en el ejercicio 4.16, (1)) si la aplicación lineal
→ →
asociada f de una aplicación afı́n f tiene al vector 0 como único vector fijo, entonces f
tiene un único punto fijo. Esto tiene como consecuencia que una aplicación afı́n general
tenga un y solo un punto fijo.
No debemos creer tampoco que las aplicaciones constantes y las homotecias, al tener un
único punto fijo, son aplicaciones afines generales. Las primeras son obviamente aplica-
ciones muy particulares. En cuanto a las homotecias, estas también son especiales porque
sus aplicaciones lineales asociadas, que son las homotecias vectoriales, lo son.
Tampoco cabe pensar que las traslaciones son generales entre las aplicaciones afines sin
puntos fijos, ya que la aplicación lineal asociada a una traslación es muy especial: es la
aplicación identidad.
Si quieres hacerte una idea de la variedad de aplicaciones afines existentes, por ejemplo
en un plano afı́n, puedes consultar la sección X.9 de “Álgebra Lineal y Geometrı́a”, de
M. Castellet e I. Llerena, donde puedes encontrar su clasificación (ten cuidado con la
nomenclatura usada allı́ que es diferente a la de estas notas; ası́, lo que allı́ se llaman
homologı́as generales son para nosotros dilataciones y lo que allı́ se llaman homologı́as
especiales son para nosotros transvecciones).
Ejemplo 4.3. (referencia canónica) La referencia cartesiana canónica del espacio afı́n
estándar Ank es Rc = {(0, . . . , 0); Bc }, donde Bc es la base canónica del espacio vectorial
estándar kn . Las coordenadas del punto (x1 , . . . , xn ) ∈ Ank con respecto a la referencia
cartesiana canónica son (x1 , . . . , xn ).
Ejemplo 4.4. (1) R = {(1, 0); (1, 1), (1, −1)} es una referencia cartesiana de A2R . El
punto (2, 3) tiene coordenadas (2, −1) respecto de R.
(2) R 0 = {(1, 1, 1); (1, 0, 0), (1, 1, 0), (1, 1, 1)} es una referencia cartesiana de A3k . El
punto (0, 0, 0) tiene coordenadas (0, 0, −1) respecto de R 0 .
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 21
(3) R = {(1, 0, 0); (1, −1, 0), (1, 0, −1)} es una referencia cartesiana del plano afı́n L de
A3R de ecuación x + y + z = 1. Las coordenadas del punto p = (1/3, 1/3, 1/3) ∈ L
respecto de R son (−1/3, −1/3) (quizá en un primer momento te sorprenda que
asignemos a p, que es un punto de A3R , solamente dos coordenadas, pero observa
que estamos considerando a p como punto L, que es un espacio afı́n de dimensión
2).
Una vez introducidos los sistemas de referencia cartesianos y las coordenadas cartesianas
surge la cuestión (que también surgı́a con las bases y las coordenadas en un espacio vecto-
rial) de, cuando tenemos dos sistemas de referencia distintos R = {o; B} y R 0 = {o0 ; B 0 },
cómo hallar las coordenadas de p respecto a R 0 a partir de las coordenadas de p respecto
a R.
Proposición 4.5. (Cambio de coordenadas cartesianas) Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n de
dimensión n y sean R = {o; B} y R 0 = {o0 ; B 0 } dos referencias cartesianas de A. Sea
p ∈ A, sean (x1 , . . . , xn ) las coordenadas de p respecto de R, sean (x01 , . . . , x0n ) las coor-
denadas de p respecto de R 0 , sean (c1 , . . . , cn ) las coordenadas de o respecto de R 0 , sea
X = (x1 , . . . , xn )t , sea X 0 = (x01 , . . . , x0n )t , sea C = (c1 , . . . , cn )t y sea M = MB,B 0 la matriz
de cambio de base de B a B 0 . Entonces se tiene
(4.5.1) M · X + C = X 0.
A las ecuaciones que resultan de (4.5.1) las llamamos ecuaciones de cambio de coordenadas
de R a R 0 .
−→
Demostración. Como (x1 , . . . , xn ) son las coordenadas de p respecto de R, el vector op
tiene coordenadas (x1 , . . . , xn ) respecto de la base B. Análogamente, como (x01 , . . . , x0n ) son
−→
las coordenadas de p respecto de R 0 , el vector o0 p tiene coordenadas (x01 , . . . , x0n ) respecto
−→
de la base B 0 . Asimismo, el vector o0 o tiene coordenadas (c1 , . . . , cn ) respecto de la base
−→ −→ −→ −→
B 0 . Por otra parte o0 p = o0 o + op, por lo que las coordenadas de o0 p en B 0 son la suma de
−→ −→
las coordenadas de o0 o en B 0 y las coordenadas de op en B 0 (recuerda que la asignación
de coordenadas con respecto a una base es un isomorfismo, en particular una aplicación
−→ −→
lineal). Finalmente las coordenadas de op en B 0 se obtienen de las coordenadas de op en
B usando la matriz de cambio de base M .
Al igual que pasa en álgebra lineal con las aplicaciones lineales, es posible “resumir” toda la
información sobre una aplicación afı́n en un conjunto finito de datos, que podemos expresar
mediante una matriz. Esto se basa en el siguiente resultado:
Proposición 4.8. Sean (A, V, ϕ) y (A0 , V 0 , ϕ0 ) dos espacios afines, sea R = {o; v1 , . . . , vn }
una referencia cartesiana de (A, V, ϕ), sea ô un punto cualquiera de A0 y sean {v10 , . . . , vn0 }
n vectores cualesquiera de V 0 . Existe una única aplicación afı́n f tal que f (o) = ô y cuya
→ →
aplicación lineal asociada cumple f (v1 ) = v10 , . . . , f (vn ) = vn0 .
Demostración. La El resultado se sigue del teorema análogo para espacios vectoriales y
→
de la proposición 3.5 (3). En efecto, existe una única aplicación lineal f entre V y V 0 que
→ →
cumple f (v1 ) = v10 , . . . , f (vn ) = vn0 (véase por ejemplo la proposición V.2.1 de “Álgebra
lineal y geometrı́a”, de M. Castellet e I. Llerena) y por la proposición 3.5 (3) existe una
→
única aplicación afı́n f tal que f (o) = ô y cuya aplicación lineal asociada es f .
La proposición 4.8 tiene su análogo para conjuntos de puntos afı́nmente independientes:
Corolario 4.9. Sean (A, V, ϕ) y (A0 , V 0 , ϕ0 ) dos espacios afines, sea {p0 , p1 , . . . , pn } un con-
junto de puntos de A afı́nmente independientes y sea {p00 , p01 , . . . , p0n } un conjunto de pun-
tos cualesquiera de A0 . Existe una única aplicación afı́n f que cumple f (p0 ) = p00 , f (p1 ) =
p01 , . . . , f (pn ) = p0n .
Demostración. Definimos f como la (única) aplicación afı́n f de la proposición 4.8 cuando
→ → → →
hacemos o = p0 , ô = p00 , v1 = p0 p1 , . . . , vn = p0 pn y v10 = p00 p01 , . . . , vn0 = p00 p0n .
Observación 4.10. El corolario 4.9 nos da idea de lo “rı́gidas” y especiales que son las
aplicaciones afines. En efecto, una aplicación afı́n f de un espacio afı́n A de dimensión
n a un espacio afı́n A0 viene determinada por la imagen de n + 1 puntos afı́nmente in-
dependientes p0 , p1 , . . . , pn de A, es decir, para cualquier otro punto p ∈ A, f (p) viene
determinada por f (p0 ), f (p1 ), . . . , f (pn ). Ası́ pues, si alguien nos da una aplicación arbi-
traria g de A a A0 tal que g(p0 ) = f (p0 ), g(p1 ) = f (p1 ), . . . , g(pn ) = f (pn ), lo más probable
es que g(p) 6= f (p), con lo cual g no será una aplicación afı́n (compara con el ejemplo 3.6
(1)).
Podemos caracterizar los isomorfismos afines por la forma en que actúan sobre los sis-
temas de referencia cartesianos y sobre los conjuntos de puntos afı́nmente independientes.
Vemos esto en la siguiente proposición, cuya demostración, que no daremos, es una conse-
cuencia sencilla del resultado análogo para isomorfismos entre espacios vectoriales y de la
proposición 3.13 (3).
Proposición 4.11. Sean (A, V, ϕ) y (A0 , V 0 , ϕ) dos espacios afines de dimensión n y sea
f una aplicación afı́n de A a A0 . Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(1) f es un isomorfismo afı́n;
(2) existe una referencia cartesiana {o; B} de A que f transforma en una referencia
cartesiana de A0 (es decir, la aplicación lineal asociada de f transforma B en una
base de V 0 );
(3) f transforma cualquier referencia cartesiana de A en una referencia cartesiana de
A0 ;
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 23
Poder expresar una aplicación afı́n en forma matricial usando referencias cartesianas nos
permite abordar muchas cuestiones reduciéndolas a argumentos de álgebra lineal. Por
ejemplo, el cálculo de los puntos fijos de una aplicación afı́n de un espacio afı́n en sı́ mismo
se traduce en la resolución de un sistema de ecuaciones lineales. Como consecuencia vemos
en el siguiente ejercicio una caracterización de las aplicaciones afines con un único punto
fijo en términos de su aplicación lineal asociada.
Ejercicio 4.16. Sea f es una aplicación afı́n de un espacio afı́n (A, V, ϕ) de dimensión n
→
en sı́ mismo y sea f su aplicación lineal asociada.
→ → →
(1) Demuestra que si ker( f − IdV ) = 0 (es decir, si f no tiene más vector fijo que
el vector nulo), entonces f tiene un único punto fijo (indicación: traduce la igual-
→ →
dad ker( f − IdV ) = 0 en un sistema de ecuaciones lineales homogéneo, expresa
el conjunto de puntos fijos de f como el conjunto de soluciones de otro sistema
de ecuaciones lineales relacionado con el anterior y usa el teorema de Rouché–
Frobenius).
→
(2) Concluye que, en particular, si f es una homotecia vectorial de razón λ(6= 0, 1),
entonces f es una homotecia de razón λ (esto completa la demostración de la
proposición 3.20 (2)).
(3) Expresa la condición que han de cumplir los coeficientes de un polinomio mónico de
grado n para que 1 sea raı́z suya. Deduce que la “gran mayorı́a” de los polinomios
mónicos de grado n no tienen a 1 como raı́z (dicho de forma precisa, un polinomio
mónico general de grado n no tiene a 1 como raı́z). Eso implica (recuerda la
observación 3.41) que la aplicación afı́n general de A en A tiene un único punto
fijo.
→ →
(4) Observa que si ker( f − IdV ) 6= 0 , entonces f puede no tener puntos fijos (de
hecho, es lo más “probable”; es decir, si consideramos el conjunto de todas las
aplicaciones afines que tienen como aplicación lineal asociada una misma aplicación
→
ψ que cumple ker(ψ − IdV ) 6= 0 , la “gran mayorı́a” de esas aplicaciones afines no
tendrı́an puntos fijos... ¿eres capaz de explicar por qué?).
Proposición 4.17. Sean (A1 , V1 , ϕ1 ), (A2 , V2 , ϕ2 ) y (A3 , V3 , ϕ3 ) tres espacios afines. Sea
R1 una referencia cartesiana de A1 , sea R2 una referencia cartesiana de A2 y sea R3 una
referencia cartesiana de A3 . Sean h : A1 −→ A2 y g : A2 −→ A3 dos aplicaciones afines y
sea f = g ◦ h. Entonces
MR1 ,R3 (f ) = MR2 ,R3 (g) · MR1 ,R2 (h).
Demostración. Dado un punto p de A1 sea X la matriz traspuesta de la matriz fila formada
por sus coordenadas respecto a R1 y sea Z la matriz traspuesta de la matriz formada por las
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 25
coordenadas de f (p) respecto de R3 . Observa que la matriz MR1 ,R3 (f ) está caracterizada
por ser la única matriz que cumple, para todo p de A1 ,
1 1
MR1 ,R3 (f ) · =
X Z
(¡piénsalo!). Ası́ pues, basta comprobar usando la observación 4.13 que para todo p ∈ A1
se cumple
1 1
= MR2 ,R3 (g) · MR1 ,R2 (h) · .
Z X
Como consecuencia de la proposición 4.17 obtenemos las fórmulas siguientes:
Corolario 4.18. (1) Sean (A, V, ϕ) y (A0 , V 0 , ϕ0 ) dos espacios afines, sean R1 y R2
dos referencias cartesianas de A y sean R10 y R20 dos referencias cartesianas de A0 .
Sea f : A −→ A0 una aplicación afı́n. Entonces
MR2 ,R20 (f ) = MR10 ,R20 · MR1 ,R10 (f ) · MR2 ,R1 .
(2) Sean (A, V, ϕ) y (A0 , V 0 , ϕ0 ) dos espacios afines de la misma dimensión, sea R
una referencia cartesiana de A y sea R 0 una referencia cartesiana de A0 . Sea
f : A −→ A0 un isomorfismo afı́n. Entonces MR,R 0 (f ) es invertible y
MR 0 ,R (f −1 ) = (MR,R 0 (f ))−1 .
(3) Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n y sean R1 , R2 y R3 tres referencias cartesianas de
A. Entonces
MR1 ,R3 = MR2 ,R3 · MR1 ,R2 .
(4) Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n y sean R1 y R2 dos referencias cartesianas de A.
Entonces MR1 ,R2 es invertible y
MR2 ,R1 = (MR1 ,R2 )−1 .
Demostración. Para ver (1) aplicamos la proposición 4.17 a f = idA0 ◦ f ◦ idA . Para ver (2)
aplicamos la proposición 4.17 a idA = f −1 ◦ f . Para ver (3) aplicamos la proposición 4.17 a
idA = idA ◦ idA . Para ver (4) aplicamos (3) a las referencias R1 , R2 , R1 y a las referencias
R2 , R1 , R2 .
Observación 4.19. Una matriz cuadrada invertible M de orden (n + 1) tal que su primer
elemento es 1 y el resto de los elementos de la primera fila son 0 se puede interpretar
bien como la matriz de cambio de coordenadas entre dos referencias cartesianas de un
espacio afı́n de dimensión n, bien como la matriz de un isomorfismo afı́n entre espacios
afines de dimensión n. Recı́procamente, tanto la matriz de cambio de coordenadas entre dos
referencias cartesianas de un espacio afı́n de dimensión n como la matriz de un isomorfismo
afı́n entre espacios afines de dimensión n es una matriz cuadrada invertible M de orden
(n + 1) tal que su primer elemento es 1 y el resto de los elementos de la primera fila son
0. También son ciertas las afirmaciones análogas referentes a las ecuaciones de cambio de
coordenadas de dos referencias cartesianas y a las ecuaciones de un isomorfismo afı́n.
En efecto, dada una matriz cuadrada M de orden (n + 1), con su primer elemento 1 y el
resto de los elementos de la primera fila 0 y dada una referencia cartesiana R = {o; B} de
un espacio afı́n (A, V, ϕ) de dimensión n, existe una (única) referencia cartesiana R 0 tal
que MR,R 0 = M . Para definir R 0 = {o0 ; v10 , . . . , vn0 } consideramos M −1 , que es también
una matriz cuadrada M de orden (n + 1), con su primer elemento 1 y el resto de los
elementos de la primera fila 0 (¡piénsalo!). Tomamos entonces como o0 el punto de A que
26 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Acabamos esta sección usando coordenadas para revisar los distintos ejemplos de aplica-
ciones afines vistos en la sección 3.
Ejemplo 4.20. La matriz de la aplicación afı́n f del ejemplo 3.4 respecto de las bases
canónicas de A3k y A4k es
1 0 0 0
0 0 1 1
−1 2 2 0 .
2 1 0 −1
1 1 −1 3
En el ejemplo anterior hemos dado la matriz de una aplicación afı́n respecto de las refe-
rencias canónicas. Sin embargo en muchas situaciones será útil elegir sistemas referencia
adecuados que nos permitan expresar una aplicación afı́n de forma que la podamos entender
mejor. En los resultados siguientes vemos que las proyecciones, simetrı́as, traslaciones,
homotecias y dilataciones se pueden caracterizar por tener una matriz de aspecto muy
sencillo con respecto a una referencia cartesiana adecuada.
Proposición 4.21. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n de dimensión n. Una aplicación afı́n de
A en A es una proyección sobre un subespacio afı́n de A de dimensión l si y solo si existe
una referencia R de A tal que la matriz de f con respecto a R es una matriz con todos
sus elementos nulos excepto los l + 1 primeros de la diagonal, que son iguales a 1.
Demostración. Si f es una proyección sobre un subespacio afı́n de A de dimensión l,
elegimos R = {o; v1 , . . . , vl , vl+1 , . . . , vn } de forma que o sea un punto de la base de f , que
{v1 , . . . , vl } sea una base de la dirección de la base de f y que {vl+1 , . . . , vn } sea una base
de la dirección de f (con esta elección {v1 , . . . , vn } es una base de V ; ¡piénsalo!). En ese
caso MR (f ) es una matriz como la descrita en el enunciado.
Recı́procamente, si f es una aplicación afı́n cuya matriz respecto de cierta referencia carte-
siana R = {o; v1 , . . . , vl , vl+1 , . . . , vn } de (A, V, ϕ) es como la descrita en el enunciado,
entonces f es una proyección sobre el subespacio afı́n o + L(v1 , . . . , vl ), que tiene dimensión
l, con dirección L(vl+1 , . . . , vn ).
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 27
Proposición 4.22. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n de dimensión n. Una aplicación afı́n f
de A en A es una simetrı́a respecto de un subespacio afı́n de A de dimensión l si y solo
si existe una referencia R de A tal que la matriz de f con respecto a R es una matriz
diagonal tal que los l + 1 primeros elementos de la diagonal son iguales a 1 y los n − l
últimos elementos de la diagonal son iguales a −1.
Demostración. Ejercicio (indicación: razona como en la demostración de la proposición
anterior).
Proposición 4.23. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n de dimensión n y sea f una aplicación
afı́n de A en A. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) f es una homotecia de razón λ;
(ii) existe un punto o de A tal que para cualquier base B de V la matriz de f con
respecto de la referencia cartesiana R = {o; B} es
1 0 ··· 0
0 λ 0 · · · 0
0 0 λ 0 · · · 0
.
.. . . . . . . .. ;
.
0 0 · · · λ 0
0 0 ··· 0 λ
(iii) existe una referencia cartesiana R de A tal que la matriz de f con respecto de R
es
1 0 ··· 0
0 λ 0 ··· 0
0 0 λ 0 · · · 0
.
.. ... ... .. .
.
0 0 ··· λ 0
0 0 ··· 0 λ
Demostración. Ejercicio (indicación: toma como o el centro de la homotecia).
Proposición 4.24. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n de dimensión n y sea f una aplicación
afı́n de A en A. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(i) f es una traslación (de vector no nulo);
(ii) existe una referencia cartesiana R de A tal que la matriz de f respecto de R es
1 0 ··· 0
1 1 0 · · · 0
0 0 1 0 · · · 0
.
.. . . . . .. .
. . .
0 0 · · · 1 0
0 0 ··· 0 1
Demostración. Ejercicio (indicación: recuerda que una traslación está caracterizada por el
hecho de que su aplicación lineal asociada es la identidad y elige el vector de la traslación
como primer vector de la base de R).
Proposición 4.25. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n de dimensión n y sea f una aplicación
afı́n de A en A. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(1) f es una dilatación de razón λ y base un subespacio afı́n de A de dimensión l;
28 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
(2) existe una referencia cartesiana respecto de la cual la matriz de f es una matriz
diagonal tal que los l + 1 primeros elementos de la diagonal son iguales a 1 y los
n − l últimos elementos de la diagonal son iguales a λ.
Demostración. Ejercicio (indicación: razona como para demostrar la proposición 4.22 y
usa la descripción, pedida en el ejercicio 3.31 (1), de la aplicación lineal asociada a una
dilatación).
Ejercicio 4.26. Sea f un isomorfismo afı́n de un espacio afı́n (A, V, ϕ) en sı́ mismo que
tiene un hiperplano afı́n L de A como conjunto de puntos fijos. Recuerda que, según el
ejercicio 3.40, f es una transvección o una dilatación.
(1) Si f es una transvección demuestra que existe una referencia cartesiana de A res-
pecto de la cual la matriz de f es
1 0 ··· 0
0 1 0 · · · 0
0 1 1 0 · · · 0
.
.. .. . . .. .
. . .
0 0 · · · 1 0
0 0 ··· 0 1
(2) Si f es una dilatación de razón λ, demuestra que existe una referencia cartesiana
de A respecto de la cual la matriz de f es
1 0 ··· 0
0 λ 0 · · · 0
0 0 1 0 · · · 0
.
.. . . . . . . .. .
.
0 0 · · · 1 0
0 0 ··· 0 1
→
(3) Concluye que existe un vector v de V no nulo tal que, para todo p ∈ A r L, pf (p)
es múltiplo de v.
(4) Si f es una transvección, demuestra que v pertenece a la dirección de L y que si l
es una recta afı́n de A con vector director v, entonces l es invariante por f y f |l es
una traslación de l.
(5) Si f es una dilatación de razón λ, demuestra que v no pertenece a la dirección de
L sino a la dirección de f y que si l es una recta afı́n de A con vector director v,
entonces l es invariante por f y f |l es una homotecia de l de centro l ∩ L y razón λ.
Proposición 4.27. Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n de dimensión n y sea f una aplicación
afı́n de A en A. Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(1) f es la identidad;
(2) para toda referencia cartesiana R de A la matriz de f respecto de R es la matriz
identidad.
(3) existe alguna referencia cartesiana R de A tal que la matriz de f respecto de R es
la matriz identidad.
Demostración. Trivial.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 29
sobre nosotros, convendremos en que dichos rayos son paralelos. Si estamos en el Ecuador
al mediodı́a, esta proyección dada por los rayos del sol será una proyección ortogonal. En
caso contrario los rayos del sol no nos dan una proyección ortogonal, pero ciertamente lo
que hacen lo podemos describir como una proyección, y en efecto, serı́a una proyección
según la definición 3.26. Volveremos a usar este sı́mil cuando comparemos la geometrı́a
afı́n y la geometrı́a proyectiva.
Damos ahora la definición de distancia en un espacio afı́n euclı́deo arbitrario generalizando
la noción de distancia que conocemos en Rn .
Definición 5.9. (distancia entre dos puntos de un espacio afı́n euclı́deo) Sea
(A, V, ϕ, <, >) un espacio afı́n euclı́deo y sean p, q ∈ A. La distancia entre
q p y q, que
→ → → →
abreviaremos como d(p, q), es la norma de pq, es decir, d(p, q) = ||pq|| = < pq, pq >.
Observación 5.10. La distancia entre dos puntos de un espacio afı́n euclı́deo es un número
real no negativo, siendo nula si y solo si los puntos son iguales.
Proposición 5.11. (desigualdad triangular) Sean p1 , p2 y p3 tres puntos de un espacio
afı́n euclı́deo. Entonces:
(1) d(p1 , p3 ) ≤ d(p1 , p2 )+ d(p2 , p3 );
(2) d(p1 , p3 ) = d(p1 , p2 )+ d(p2 , p3 ) si y solo si p1 , p2 y p3 están alineados y la razón
simple de p1 , p2 , p3 cumple (p1 p2 p3 ) ≥ 1.
Demostración. Ejercicio (indicación: se sigue de la desigualdad de Cauchy–Schwarz y de
la desigualdad triangular para la norma).
Al igual que hicimos para los espacios afines, queremos encontrar un modo de trabajar en
un espacio afı́n euclı́deo arbitrario como si se tratara del espacio afı́n euclı́deo estándar. Ya
vimos que, dado un espacio afı́n real A de dimensión n, si fijamos una referencia cartesiana
R, podemos asignar a cada punto de A una n–upla en Rn (sus coordenadas respecto de R)
y esto nos permite trabajar en el espacio afı́n estándar Rn (que nos resulta más familiar)
en vez de trabajar en A. Con el siguiente ejemplo vemos que, en el caso de que estemos
trabajando en un espacio afı́n euclı́deo, elegir una referencia cartesiana cualquiera no es
general suficiente:
32 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Ejemplo 5.13. En el plano afı́n euclı́deo estándar R2 consideramos los vectores v1 = (1, 0)
y v2 = (0, 1) y los puntos√ p = (2, 2) y q = (3, 3). El ángulo entre v1 y v2 es π/2. La
distancia entre p y q es 2. Consideremos ahora la referencia cartesiana R = {(2, 2); B},
con B = {(1, 0), (1, 1)} base de R2 . Las coordenadas de v1 y v2 en B son respectivamente
(1, 0) y (−1, 1) y las coordenadas de p y q en R son respectivamente (0, 0) y (0, 1). Si
tratamos ahora las coordenadas de v1 y v2 como si fueran vectores del plano vectorial
euclı́deo estándar y calculáramos el ángulo que forman este serı́a π/4, que no es el ángulo
que forman v1 y v2 . De igual manera, si tratamos las coordenadas de p y q como si fueran
puntos del plano afı́n euclı́deo estándar, la distancia entre dichas coordenadas serı́a 1, que
tampoco es la distancia entre p y q. En resumen, al dar coordenadas en la referencia R se
nos “estropean” los ángulos y las distancias.
Entonces, dado un espacio afı́n euclı́deo (A, V, ϕ, <, >) (de dimensión n), ¿qué tipo de
referencia cartesiana R = {o; B} deberemos usar para que no se nos estropeen los ángulos
y las distancias, como nos pasaba en el ejemplo anterior? Para que la referencia que
tomemos sea “buena”, esta debe cumplir dos cosas:
(i) que calcular el ángulo de dos vectores de V sea lo mismo que calcular el ángulo
de sus coordenadas respecto a B, consideradas como vectores del espacio vectorial
euclı́deo estándar (es decir, usando para ello el producto escalar estándar de Rn );
(ii) que calcular la distancia entre dos puntos de A sea lo mismo que calcular la distan-
cia de sus coordenadas respecto de R, consideradas como puntos del espacio afı́n
euclı́deo estándar (es decir, usando para ello la distancia estándar de Rn ).
Como el ángulo y la distancia dependen del producto escalar, bastará con que la base B
sea ortonormal (es decir, tal que sus vectores sean ortogonales dos a dos y tengan norma
1). Esto justifica esta definición:
Definición 5.14. (sistema de referencia cartesiano rectangular) Sea (A, V, ϕ, <, >) un
espacio afı́n euclı́deo y sea R = {o; B} un sistema de referencia cartesiano de (A, V, ϕ).
Decimos que R es rectangular si B es una base ortonormal de (V, <, >).
Una vez que definamos el concepto de isometrı́a entre espacios afines euclı́deos, podremos
afirmar que la aplicación que asigna a cada punto de un espacio afı́n euclı́deo A de di-
mensión n sus coordenadas en una determinada referencia cartesiana rectangular de A es
una isometrı́a entre A y el espacio afı́n euclı́deo estándar Rn .
Orientación
En los párrafos anteriores hemos hablado del ángulo entre dos vectores de un espacio
vectorial euclı́deo. Sin embargo, la noción de ángulo que hemos definido no contempla en
qué “sentido de giro” medimos el ángulo. Para abordar esta cuestión con precisión y para
describir y clasificar las isometrı́as de un espacio afı́n euclı́deo en sı́ mismo (aplicaciones
afines que conservarán ángulos y distancias), necesitaremos “orientar” dichos espacios,
o más bien, sus espacios vectoriales asociados. Sin embargo, observa que la siguiente
definición de orientación tiene sentido para un espacio vectorial real sin más (sin necesidad
del añadido de una estructura euclı́dea). Por ello podrı́amos haber hablado de orientación
antes, a saber, en el momento en que hablamos de espacios afines, eso sı́, restringiéndonos
al cuerpo R (ve también la observación 5.20).
Definición 5.15. (Orientación) Una orientación en un espacio vectorial real es una (de
las dos) clases de equivalencia de bases, respecto de la siguiente relación de equivalencia:
B 0 es equivalente a B si la matriz de cambio de base de B a B 0 tiene determinante positivo.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 33
Un espacio vectorial real orientado es un espacio vectorial real en el que hemos elegido
una de las dos orientaciones posibles. Un espacio afı́n real orientado es un espacio afı́n real
cuyo espacio vectorial asociado está orientado. A las bases de la clase que da la orientación
de un espacio vectorial real orientado las llamamos bases positivas.
Ejercicio 5.16. Comprueba que, en efecto, la relación descrita en la definición anterior
es una relación de equivalencia y que el conjunto cociente tiene exactamente dos clases de
equivalencia.
Ejemplo 5.17. En el plano vectorial estándar las dos orientaciones corresponden a girar
en contra de las agujas del reloj (esta se considera la orientación positiva) y a girar a favor
de las agujas del reloj (esta se considera la orientación negativa). En el espacio vectorial
estándar de dimensión n se toma por convenio que la orientación positiva es la dada por
la clase de la base canónica.
Vemos ahora cómo definir el angulo orientado entre dos vectores v1 y v2 de un plano
vectorial euclı́deo orientado.
Definición 5.18. (angulo orientado) Sea (V, <, >) un plano vectorial euclı́deo orientado
y sean v1 y v2 dos vectores no nulos de V . Recordemos que el ángulo no orientado formado
por v1 y v2 es el arco coseno, en [0, π], de
< v1 , v2 >
α= .
||v1 ||||v2 ||
(1) Si v1 y v2 son linealmente dependientes, entonces α es 1 o −1, por lo que el ángulo
no orientado entre ellos es 0 o π. En este caso, definimos el ángulo orientado entre
v1 y v2 como su ángulo no orientado.
(2) Si los vectores v1 y v2 son linealmente independientes definimos su ángulo orientado
como
(i) su ángulo no orientado si la base (¡ordenada!) {v1 , v2 } define la orientación
positiva de V ;
(ii) el opuesto de su ángulo no orientado si la base (¡ordenada!) {v1 , v2 } define la
orientación negativa.
Observación 5.19. Observa que el ángulo orientado que acabamos de definir es un valor
del intervalo (−π, π]. Alternativamente, se puede definir ángulo orientado de forma que
este sea un valor en el intervalo [0, 2π). En realidad se puede definir el ángulo orientado
de forma que tome valores en cualquier intervalo de longitud 2π de la recta real, con uno
de sus extremos abierto y el otro cerrado.
Observación 5.20. ¡Aclaración! Aunque hayamos hablado de orientación en este tema,
recalcamos que se puede orientar cualquier espacio vectorial real y cualquier espacio afı́n
real, es decir, para hablar de orientación no hace falta tener ninguna estructura euclı́dea.
Por tanto, dado un espacio vectorial V real orientado, tiene sentido hablar de automorfis-
mos de V que conservan la orientación, que son aquellos automorfismos de V que tienen
determinante positivo (o equivalentemente, transforman bases positivas en bases positi-
vas como veremos en la proposición siguiente), o de automorfismos de V que invierten la
orientación, que son aquellos automorfismos de V que tienen determinante negativo (o
equivalentemente, transforman bases positivas en bases negativas). Igualmente, dado un
espacio afı́n real orientado (A, V, ϕ), tiene sentido hablar de isomorfismos afines de A en
A directos, que son aquellos isomorfismos afines cuyo automorfismo asociado conserva la
orientación, y de isomorfismos afines de A en A inversos, que son aquellos isomorfismos
34 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
afines cuyo automorfismo asociado invierte la orientación. Sin embargo, para otros concep-
tos como el de ángulo orientado, obviamente sı́ necesitamos una estructura euclı́dea, pues
primero precisamos definir ángulo no orientado, y para eso usamos el producto escalar.
Proposición 5.21. Sea V un espacio vectorial real orientado y sea φ un automorfismo de
V . Las siguientes afirmaciones son equivalentes:
(1) φ tiene determinante positivo;
(2) φ transforma alguna base positiva de V en otra base positiva;
(3) φ transforma cualquier base positiva de V en otra base positiva.
Demostración. Ejercicio.
Observación 5.23. Quizá te hayas preguntado por qué, si empezamos estos apuntes
enunciando los resultados para un cuerpo k lo más general posible (aunque en el fondo
y desde un punto de vista geométrico lo que nos importara es que k fuera R o C), en
este tema hemos pasado de pronto a trabajar solo sobre R. Una primera respuesta “fácil”
serı́a decir que estamos trabajando con productos escalares y estos se definen en espacios
vectoriales reales. Sin embargo existe una noción análoga de producto escalar para un
espacio vectorial complejo V , el producto hermı́tico (véase la sección XI.1 de “Álgebra
lineal y geometrı́a”, de M. Castellet e I. Llerena). Un producto hermı́tico es en particular
una forma definida positiva, por lo que nos sirve para medir vectores de V , es decir, para
definir su norma, que será un número real no negativo como lo es la norma de los vectores
de un espacio euclı́deo. Sin embargo, si queremos usar el producto hermı́tico para definir
el ángulo entre dos vectores v y w de V , observamos que en general < v, w > es un número
<v,w>
complejo. El análogo de la desigualdad de Cauchy–Schwartz nos dice el módulo de ||v||·||w||
es menor o igual que 1, por lo que tendrı́a sentido hablar de un número cuyo coseno sea
<v,w>
||v||·||w||
, lo que pasa es que ahora este número serı́a en general complejo. Dicho de otra
forma, estarı́amos definiendo como ángulo entre v y w un número complejo en general no
real, lo que no tiene demasiado sentido geométrico.
Otra razón por la que ahora estamos trabajando sobre R es la orientación. Recuerda que
para hablar de orientación hemos necesitado ver si el determinante de una matriz invertible
es positivo o negativo. Eso lo podemos hacer en R, que es un cuerpo ordenado y en el
que podemos decidir si un elemento no nulo es mayor o menor que 0, pero no lo podemos
hacer en C.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 35
6. Isometrı́as
Al igual que en álgebra lineal se estudian las aplicaciones lineales, que son aquellas apli-
caciones que conservan la estructura de espacio vectorial, y en geometrı́a afı́n se estudian
las aplicaciones afines, que son aquellas aplicaciones que conservan la estructura afı́n, en
la geometrı́a afı́n euclı́dea queremos estudiar aquellas aplicaciones que preserven la estruc-
tura afı́n euclı́dea, es decir, que conserven por una parte las propiedades afines y, por otra,
los ángulos y las distancias. Para lo primero ya sabemos que las aplicaciones que debe-
mos considerar son las aplicaciones afines. Para lo segundo, como ángulos y distancias se
definen a partir del producto escalar, es claro que la condición necesaria y suficiente que
precisaremos es que la aplicación lineal asociada a la aplicación afı́n sea una aplicación
ortogonal (recuerda que una aplicación lineal entre dos espacios vectoriales euclı́deos se
dice ortogonal si respeta el producto escalar). Esto motiva la siguiente definición:
Definición 6.1. Sean (A1 , V1 , ϕ1 , <, >1 ) y (A2 , V2 , ϕ2 , <, >2 ) dos espacios afines euclı́deos.
Decimos que una aplicación afı́n f : A1 −→ A2 es una isometrı́a si la aplicación lineal
→
asociada f de f es una aplicación ortogonal entre (V1 , <, >1 ) y (V2 , <, >2 ), es decir, para
→ →
todo v1 , w1 ∈ V1 se tiene que < f (v1 ), f (w1 ) >2 =< v1 , w1 >1 .
Proposición 6.2. La aplicación que asigna a cada punto de un espacio afı́n euclı́deo A
de dimensión n sus coordenadas en una determinada referencia cartesiana rectangular R
de A es una isometrı́a entre A y el espacio afı́n euclı́deo estándar Rn .
Demostración. Ejercicio.
Análogamente a las aplicaciones afines en el caso afı́n (véase la proposición 4.11), las
isometrı́as se caracterizan por cómo actúan sobre los sistemas de referencia cartesianos
rectangulares:
Proposición 6.3. Sean (A, V, ϕ, <, >) y (A0 , V 0 , ϕ0 , <, >0 ) dos espacios afines euclı́deos
de dimensión n y sea f la aplicación afı́n de A a A0 . Las siguientes afirmaciones son
equivalentes:
(a) La aplicación f es una isometrı́a.
(b) La aplicación f transforma cualquier referencia cartesiana rectangular R = {o; u1 ,
→ →
. . . , un } de A en una referencia cartesiana rectangular R 0 = {f (o); f (u1 ), . . . , f (un )}
de A0 .
(c) La aplicación f transforma una referencia cartesiana rectangular R = {o; u1 , . . . , un }
→ →
de A en una referencia cartesiana rectangular R 0 = {f (o); f (u1 ), . . . , f (un )} de A0 .
Demostración. La proposición se sigue del resultado análogo de álgebra lineal que carac-
teriza a las aplicaciones ortogonales como aquellas aplicaciones lineales que transforman
bases ortonormales en bases ortonormales.
Proposición 6.4. Sean (A1 , V1 , ϕ1 , <, >1 ) y (A2 , V2 , ϕ2 , <, >2 ) dos espacios afines euclı́-
deos y sea f : A1 −→ A2 una isometrı́a entre ambos espacios. Entonces f es inyectiva y,
en particular, dimA1 ≤ dim A2 . Además, si dimA1 = dim A2 , f es un isomorfismo afı́n.
Demostración. Es un sencillo resultado de álgebra lineal el hecho de que una aplicación
ortogonal es inyectiva. Por otra parte, sabemos que f es inyectiva si y solo si lo es su
→ → →
aplicación lineal asociada f . Entonces dimA1 = dimV1 = dim im f (por ser f inyectiva),
36 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
→
y dim im f ≤ dimV2 = dimA2 . Por último, si dimA1 = dim A2 como f es inyectiva, f es
biyectiva por la proposicion 3.13, (4).
Supongamos ahora que f es una aplicación que conserva las distancias. Fijamos un punto
o de A. Definimos la aplicación
f0 : V −→ V0
−→
v 7→ f (o)f (o + v).
Para todo v ∈ V ,
−→ →
||f 0 (v)||0 = ||f (o)f (o + v)||0 = d0 (f (o), f (o + v)) = d(o, o + v) = ||o(o + v)|| = ||v||,
es decir, f 0 conserva la norma. Recuerda que dados u, w ∈ V ,
1
< u, w >= (||u + w||2 − ||u − w||2 ),
4
0
por lo que tenemos que si f conserva la norma, también conserva el producto escalar. Por
otra parte, toda aplicación que conserve el producto escalar es lineal (véase por ejemplo la
proposición XII.1.1 de “Álgebra lineal y geometrı́a”, de M. Castellet e I. Llerena), ası́ que
f 0 lo es y de la proposición 3.5, (1) se sigue que f es una aplicación afı́n y y su aplicación
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 37
→ →
lineal asociada es f = f 0 . Por último, como f es una aplicación lineal que conserva el
producto escalar, es decir, es una aplicación ortogonal, f es una isometrı́a.
Teniendo en cuenta la proposición 6.4 que nos dice que las isometrı́as son inyectivas, es
lógico centrarnos en las isometrı́as entre espacios de la misma dimensión. Dentro de las
isometrı́as entre espacios de la misma dimensión, nos centraremos en las isometrı́as de un
espacio afı́n euclı́deo en sı́ mismo (que, en particular, son isomorfismos afines de dicho
espacio en sı́ mismo).
En la observación 5.20 vimos que, en un espacio afı́n real orientado, podı́amos hablar de
isomorfismos afines directos o inversos según sus automorfimos asociados conservaran o
invirtieran la orientación. En la siguiente definición repetimos estos conceptos en el caso
especial de las isometrı́as de un espacio afı́n euclı́deo orientado:
Definición 6.7. Sea (A, V, ϕ, <, >) un espacio afı́n euclı́deo orientado.
→
(1) Una isometrı́a f de A cuya aplicación (ortogonal) lineal asociada f conserva la
→
orientación (es decir, tal que det f = 1) se dice que es una isometrı́a directa.
(2) Una isometrı́a f de A que no es directa se dice que es una isometrı́a inversa (por
tanto, una isometrı́a inversa es una isometrı́a cuya aplicación (ortogonal) lineal
→ →
asociada f invierte la orientación, es decir, tal que det f = −1).
Observación 6.8. El hecho que se afirma en la definición anterior, a saber, que una
aplicación ortogonal conserva la orientación si y solo si su determinante es 1 y la invierte
si y solo si su determinante es −1 se sigue de las proposiciones 5.21 y 5.22 y de que el
determinante de una aplicación ortogonal es 1 o −1.
Proposición 6.9. Sea (A, V, ϕ, <, >) un espacio afı́n euclı́deo.
(1) Las isometrı́as de A forman un grupo, Iso(A), con respecto a la composición. De
hecho, forman un subgrupo del grupo Af (A) de isomorfismos afines de A en A.
(2) La composición de dos isometrı́as directas de A es de nuevo una isometrı́a directa
de A.
(3) La composición de dos isometrı́as inversas de A es una isometrı́a directa de A.
(4) La composición de una isometrı́a directa y de una isometrı́a inversa de A es una
isometrı́a inversa de A.
(5) La inversa de una isometrı́a directa de A es de nuevo una isometrı́a directa de A.
(6) La inversa de una isometrı́a inversa de A es de nuevo una isometrı́a inversa de A.
(7) Las isometrı́as directas de A forman un subgrupo, Iso+ (A), del grupo IsoA. En
realidad, los isomorfismos afines directos de A en A también forman un grupo,
Af + (A), con respecto a la composición e Iso+ (A) es un subgrupo de Af + (A); de
hecho, Iso+ (A) =Iso(A) ∩ Af+ (A).
Demostración. La afirmación (1) se sigue de la proposición 6.5. Las afirmaciones (2), (3)
y (4) se siguen de que el determinante de una composición de aplicaciones lineales es el
producto de los determinantes. Las afirmaciones (5) y (6) se siguen de que el determinante
del inverso de un isomorfismo de espacios vectoriales es el inverso del determinante del
isomorfismo. La afirmación (7) se sigue de (2) y (5).
Observación 6.10. Si (A, V, ϕ) es un espacio afı́n real, las afirmaciones análogas a (2),
(3), (4), (5) y (6) son también ciertas para isomorfismos afines de A en A.
Vemos a continuación unos cuantos ejemplos de isometrı́as de un espacio afı́n euclı́deo
(A, V, ϕ, <, >):
38 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Ejemplo 6.18. (simetrı́as axiales euclı́deas) Las simetrı́as euclı́deas respecto a una recta
de A son isometrı́as (inversas) de A (véase la proposición 6.13).
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 39
Ejemplo 6.19. (simetrı́as axiales deslizantes euclı́deas) Dada una simetrı́a euclı́dea σ
respecto a una recta l de A y una traslación tv de vector v no nulo y paralelo a l, tv ◦ σ es
una isometrı́a (inversa) de A, que llamamos simetrı́a axial deslizante euclı́dea con eje l y
vector de traslación v.
Observación 6.20. Este ejemplo se puede generalizar de la manera obvia a un espacio
afı́n euclı́deo de dimensión arbitraria, considerando la composición de una simetrı́a euclı́dea
σ (véase la proposición 6.13) seguida de una traslación tv de vector no nulo v paralelo a
la base de la simetrı́a. Incluso podrı́amos haber dado un ejemplo análogo (y más general)
cuando presentamos ejemplos de isomorfismos afines: tal ejemplo serı́a la composición de
una simetrı́a afı́n (no necesariamente euclı́dea) seguida de una traslación de vector no nulo
paralelo a la base de la simetrı́a (véase por ejemplo el ejercicio I.15 de “Geometry” de M.
Audin).
Ejercicio 6.21. Sean σ y tv como en la observación 6.20.
(1) Demuestra que tv ◦ σ no tiene puntos fijos.
(2) Demuestra que la descomposición f = tv ◦ σ es única respecto de f .
(3) Demuestra que la descomposición del apartado anterior conmuta, es decir, tv ◦ σ =
σ ◦ tv .
De la clasificación de las aplicaciones ortogonales de un plano vectorial euclı́deo se deduce
el siguiente teorema:
Teorema 6.22. (Clasificación de las isometrı́as del plano). Una isometrı́a de un plano
afı́n euclı́deo orientado (A, V, ϕ, <, >) es de uno (y solo uno) de los cinco tipos siguientes,
cada uno con las propiedades que se indican en este cuadro:
Tipo de ¿Directa Conjunto de Aplicación
isometrı́a o inversa? puntos fijos lineal asociada
Identidad directa A IdV
Traslación (de
vector no nulo) directa ∅ IdV
Giro (de áng. giro vectorial
θ ∈ (0, 2π)) directa un punto(1) (de áng. θ ∈ (0, 2π))
Simetrı́a simetrı́a axial
axial euclı́dea inversa una recta(2) vectorial ortogonal
Simetrı́a axial simetrı́a axial
deslizante euclı́dea inversa ∅ vectorial ortogonal
→
que, en cualquier base ortonormal B de V , la matriz de f es
cosθ −senθ
senθ cosθ
→
para algún θ ∈ [0, 2π) (en ese caso, f es un giro vectorial de ángulo θ).
→
Paso 2: Si en el paso 1 se tiene θ = 0, entonces f = idV . En ese caso, por la proposición 3.10
sabemos que f es una traslación de vector v ∈ V . Si v = 0, entonces f es la identidad y
si v 6= 0, entonces f es una traslación de vector no nulo.
→
Paso 3: Si en el paso 1, θ 6= 0, recuerda que f es un giro vectorial de ángulo θ no nulo. En
este caso, según la observación 6.17, f es un giro de ángulo θ no nulo, con un único punto
fijo, que es su centro.
→
Paso 4: Si det f = −1, usa la clasificación de las aplicaciones ortogonales del plano vecto-
rial euclı́deo (V, <, >) que invierten la orientación, que dice que, en una base ortonormal
→
adecuada B = {u1 , u2 } de V , la matriz de f es
1 0
.
0 −1
→
En este caso f es una simetrı́a vectorial ortogonal respecto de la recta L(u1 ).
Paso 7: Demuestra que si v fuera ortogonal a u1 , entonces tv ◦g serı́a de nuevo una simetrı́a
(axial) euclı́dea respecto a una recta paralela a p + L(u1 ). Como estamos en el caso en
que f no tiene puntos fijos, se sigue que v no es ortogonal a u1 y que existe v 0 ∈ L(u1 ) tal
que f = tv0 ◦ g 0 (de hecho, v 0 es la proyección ortogonal de v sobre L(u1 )), donde g 0 es una
simetrı́a (axial) euclı́dea respecto a una recta paralela a p + L(u1 ). Tal composición tv0 ◦ g 0
es lo que hemos llamado una simetrı́a axial euclı́dea deslizante.
Paso 8: Las propiedades que se enuncian para cada uno de los tipos las vimos en los
ejemplos 6.11, 6.12, 6.16, en la proposición 6.13 y en el ejercicio 6.21, (1).
Paso 9: Por último, es obvio que una isometrı́a f no puede ser a la vez de dos tipos distintos
de la lista, puesto que el conjunto de puntos fijos y la aplicación ortogonal asociada a una
isometrı́a de un tipo determainado tienen propiedades diferentes a las del conjunto de
puntos fijos y la aplicación ortogonal asociada a una isometrı́a de otro de los tipos.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 41
El teorema 6.22 nos da una clasificación de las isometrı́as del plano. Es posible dar una
clasificación más “fina”: podemos decir que dos isometrı́as σ1 y σ2 están en la misma clase
si existe una isometrı́a σ tal que σ2 = σ −1 ◦ σ1 ◦ σ. En ese caso:
– obviamente, la identidad constituye ella sola una clase;
– existen tantas clases de traslaciones como números reales positivos (que se corres-
ponden con las posibles normas de vectores no nulos);
– existen tantas clases de giros como números reales en (0, π] (que corresponden a
los ángulos no orientados de los giros);
– existe una única clase de simetrı́as axiales;
– existen tantas clases de simetrı́as deslizantes como números reales positivos (que se
corresponden a las posibles normas de vectores no nulos de la traslación asociada
a la simetrı́a deslizante).
Aún es posible dar una clasificación un poco más fina de las isometrı́as del plano: podemos
decir que dos isometrı́as σ1 y σ2 están en la misma clase si existe una isometrı́a directa σ
tal que σ2 = σ −1 ◦ σ1 ◦ σ. En ese caso lo único que cambia con respecto a la lista anterior
es que habrá tantas clases de giros como números reales en (0, 2π) (que corresponden a los
ángulos orientados de los giros).
Ejercicio 6.23. Sea A un plano afı́n euclı́deo. Estudia qué tipo de isometrı́a de A es la
composición, en el orden en que se nombran y en el orden inverso, de dos isometrı́as de A
de los siguientes tipos:
(1) giro y traslación;
(2) giro y simetrı́a axial (indicación: distingue dos casos según el eje de la simetrı́a
pase o no por el centro del giro);
(3) simetrı́a axial y traslación (indicación: distingue los casos en que el vector de la
traslación es paralelo al eje de la simetrı́a, perpendicular al eje de la simetrı́a, y el
caso general);
(4) dos giros;
(5) dos simetrı́as axiales (indicación: distingue si los ejes son secantes, paralelos dis-
tintos, o el mismo).
Isometrı́as inversas
Tipo de Conjunto de Aplicación
isometrı́a puntos fijos lineal asociada
Simetrı́a simetrı́a especular
especular euclı́dea un plano(3) vectorial ortogonal
Simetrı́a especular simetrı́a especular
deslizante euclı́dea ∅ vectorial ortogonal
Compos. de una simetrı́a compos. de una simetrı́a vect.
especular eucl. y un giro de un punto(4) especular ortog. y un giro vect. de
eje perp. al plano de la simetrı́a eje ortog. al plano de la simetrı́a
((3) el plano de la simetrı́a; (4) la intersección del plano de la simetrı́a con el eje del giro).
Además, cada uno de los tipos anteriores está caracterizado por las propiedades de la
aplicación ortogonal asociada y del conjunto de puntos fijos.
Demostración. La demostración se puede hacer usando la clasificación de las aplicaciones
ortogonales de un espacio afı́n euclı́deo tridimensional e imitando los pasos de la de-
mostración del teorema 6.22. También puedes encontrar una demostración completa en la
sección XIII.7 de “Álgebra Lineal y Geometrı́a”, de M. Castellet e I. Llerena.
Semejanzas
En un espacio afı́n euclı́deo (A, V, ϕ, <, >), si relajamos un poco los requisitos que le pe-
dimos a los isomorfismos afines (para ser isometrı́as) y solo exigimos que conserven las
formas pero no los tamaños, obtenemos una clase más general de isomorfismos afines (que
engloba a las isometrı́as): las semejanzas. Las semejanzas son aquellos isomorfismos afines
cuya aplicación lineal asociada es una semejanza vectorial. Una semejanza vectorial es un
isomorfismo de V en V que no conserva necesariamente el producto escalar sino que lo
multiplica por una constante positiva, i.e., φ es una semejanza si existe un número real
λ 6= 0 tal que para todo v1 , v2 ∈ V , < φ(v1 ), φ(v2 ) >= λ2 < v1 , v2 >. Por eso, si λ2 6= 1, la
semejanza vectorial correspondiente conserva los ángulos no orientados pero no conserva
las distancias, sino que las multiplica por |λ| (recuerda las definiciones 5.3 y 5.9). No es
difı́cil demostrar que una semejanza vectorial es la composición de una aplicación ortogonal
y una homotecia vectorial de razón λ (donde permitimos que λ ∈ R r {0}).
Una semejanza (afı́n) puede verse como la composición de una semejanza que deja fijo
un punto o (que podemos interpretar como una semejanza vectorial, por la identificación
entre A y V vı́a ϕo ) seguida de una traslación. Como una semejanza vectorial es la
composición de una aplicación ortogonal seguida de una homotecia vectorial, tenemos que
una semejanza (afı́n) es la composición de una isometrı́a seguida de una homotecia. Las
semejanzas volverán a aparecer en el estudio de la geometrı́a proyectiva.
44 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Sin embargo hasta ahora nosotros habı́amos hecho geometrı́a plana en el plano afı́n (o en
el plano afı́n euclı́deo si consideramos ángulos y distancias, es decir, formas y medidas).
Introduciremos el plano proyectivo a partir del plano afı́n, como compleción del mismo.
Tomemos el plano afı́n estándar A2R y fijémonos en las rectas del plano. Si tomamos
un par de rectas distintas pueden ocurrir dos cosas: que se corten o que no (en este
segundo caso, son rectas paralelas). Intentemos imitar en el plano afı́n lo que nos dice
la perspectiva. Consideramos como modelo del plano un papel sobre nuestra mesa, que
imaginamos se prolonga en todas direcciones. Dibujemos ahora dos rectas paralelas en el
papel. Imaginemos cómo se alejan las rectas al salir del papel y de la mesa; desde el lugar
desde el que miramos nos parecerı́a que las rectas, en la lejanı́a, se juntan en un punto
del “horizonte”, en el “infinito”. Para expresar esto matemáticamente lo que tenemos que
hacer es añadir al plano afı́n más puntos, los puntos del infinito y “decretar” que dos rectas
paralelas se cortan en uno de esos nuevos puntos. Al añadir al plano afı́n esos puntos del
infinito obtendremos el plano proyectivo.
Otra ejemplo de en qué sentido queremos cambiar (y quizá mejorar) las cosas con respecto
a la geometrı́a afı́n es el caso de una hipérbola (por ejemplo, la de ecuación xy = 1) y sus
ası́ntotas: da la impresión de que si pudiéramos prolongar el dibujo “hasta el infinito” la
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 45
rama de la hipérbola y la ası́ntota se encontrarı́an. Pues bien, una vez que “completemos”
la hipérbola y sus ası́ntotas con sus “puntos del infinito” respectivos, eso es precisamente
lo que ocurrirá. Ası́ pues, la pregunta es: ¿cómo añadimos todos esos puntos del infinito
al plano afı́n de forma que la construcción tenga sentido y que las cosas funcionen como
queremos en los dos ejemplos anteriores?
y ası́ obtenı́amos todos los planos vectoriales de k3 menos uno, a ese plano vectorial que
falta, que no es otro que el plano de ecuación z = 0, le haremos corresponder la recta de
los puntos del infinito.
Como las rectas vectoriales solo se cortan en el (0, 0, 0), si consideramos k3 r {(0, 0, 0)},
entonces las rectas vectoriales de k3 sin el (0, 0, 0) nos proporcionan una partición de
k3 r {(0, 0, 0)}. Por eso también podemos definir el plano proyectivo estándar sobre k
como el cociente de k3 r {(0, 0, 0)} por la relación de equivalencia asociada a esa partición:
Definición 7.2. (segunda definición de plano proyectivo estándar) En k3 r {(0, 0, 0)}
consideramos la relación de equivalencia ∼, definida ası́: (x1 , y1 , z1 ) ∼ (x2 , y2 , z2 ) si y solo
si existe λ ∈ k∗ tal que (x2 , y2 , z2 ) = λ(x1 , y1 , z1 ). Definimos el plano proyectivo estándar
P2k sobre el cuerpo k como el conjunto cociente de k3 r {(0, 0, 0)} por la relación ∼.
Lo que estamos haciendo simplemente es decir que dos vectores no nulos (x1 , y1 , z1 ) y
(x2 , y2 , z2 ) de k3 son equivalentes si y solo si están en el mismo “rayo”, es decir, en la
misma recta vectorial. Para cada clase de equivalencia tomamos como representante (para
visualizar el conjunto cociente como un plano) el punto del rayo que está en el plano Π. Si
el rayo no corta al plano Π, pensamos esa clase de equivalencia como un punto del infinito.
La primera “mejora” que ofrece la geometrı́a proyectiva sobre la geometrı́a afı́n es el hecho
de que dos rectas distintas del plano proyectivo siempre se cortan en un (y solo un) punto.
Aunque no hayamos dado aún la definición formal de recta del plano proyectivo, por el
momento aceptaremos que las rectas de P2k son
– los “completados” l de las rectas l del plano afı́n Π, que obtenemos añadiendo a
cada l un punto del infinito (a saber, la clase en P2k de un vector director de l); y
– la recta del infinito (formada por todos los puntos del infinito).
Ya vimos antes que dos rectas l1 y l2 que provienen de rectas afines secantes distintas l1
y l2 de Π se cortan en un punto de Π y, como l1 y l2 no son paralelas, sus direcciones son
distintas, y también lo son sus puntos del infinito respectivos. Por ello l1 y l2 se cortan en
un único punto de P2k , que es el punto de intersección de l1 y l2 en Π. También hemos visto
que dos rectas l1 y l2 que provienen de rectas paralelas distintas l1 y l2 de Π, se cortan
en su punto del infinito (y en ningún otro punto más, ya que l1 y l2 no se cortan en Π al
ser paralelas). Por último una recta l comparte con la recta del infinito un único punto, el
punto del infinito de l. Estos argumentos demuestran el siguiente teorema:
Teorema 7.3. Dos rectas distintas de P2k se cortan en un punto y solo uno.
El teorema anterior tiene un enunciado “mejor”, en el sentido de que es más simple y más
“elegante” que el teorema afı́n análogo. El teorema afı́n serı́a: dos rectas distintas del
plano afı́n se cortan en un punto (y solo uno) si no son paralelas y no se cortan si son
paralelas. Como ves, tenemos que distinguir casos en el enunciado o, visto de otra forma,
en el plano afı́n no todos los pares de rectas se comportan igual. La demostración que
hemos hecho del teorema anterior sı́ distingue casos porque es una demostración que usa
argumentos afines, es decir, no ha sido una demostración puramente proyectiva. Un poco
más adelante, cuando definamos de forma precisa lo que es una recta proyectiva, haremos
una demostración proyectiva, más elegante, de este resultado.
Otra “mejora” o simplificación que ofrece la geometrı́a proyectiva con respecto a la geo-
metrı́a afı́n y euclı́dea es que estudiar las cónicas es más simple. En lo que queda de curso
veremos que, desde un punto de vista proyectivo una elipse, una parábola o una hipérbola
de A2R corresponden a una misma cónica (dicho de otra forma, ser elipse, parábola o
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 47
hipérbola son conceptos afines, no proyectivos). Igual que, de forma natural, a una recta
de Π le hemos añadido un punto en el infinito, a las cónicas no degeneradas de Π (elipses,
hipérbolas o parábolas) les añadiremos también sus puntos en el infinito, dando lugar a
cónicas proyectivas que serán indistinguibles desde un punto de vista proyectivo (haciendo
esto conseguiremos también que las ramas de una hipérbola se corten con sus ası́ntotas).
Aún ası́, seremos capaces de usar la geometrı́a proyectiva para decidir si una determinada
cónica afı́n no degenerada es una elipse, una hipérbola o una parábola.
Una vez vista la definición de plano proyectivo estándar, es sencillo generalizarla a cualquier
dimensión:
Definición 7.4. En kn+1 r {0} consideramos la relación de equivalencia ∼, definida ası́:
(x0 , x1 , . . . , xn ) ∼ (y0 , y1 , . . . , yn ) si y solo si existe λ ∈ k∗ tal que (y0 , y1 , . . . , yn ) =
λ(x0 , x1 , . . . , xn ). El espacio proyectivo estándar Pnk de dimensión n sobre un cuerpo k
es el conjunto cociente kn+1 r {0}/ ∼. Denotaremos a la clase de equivalencia del vector
(x0 , x1 , . . . , xn ) como (x0 : x1 : · · · : xn ).
Igual que en el caso del plano, las clases de equivalencia de ∼ son las rectas vectoriales de
kn+1 a las que se les ha quitado el origen. Por ello podemos identificar Pnk con el conjunto
de rectas vectoriales de kn+1 .
Como en el caso plano, hay una forma sencilla de sumergir el espacio afı́n estándar Ank de
dimensión n sobre k dentro de Pnk : Dentro de (el espacio vectorial) kn+1 , con coordenadas
(x0 , x1 , . . . , xn ), identificamos Ank con el hiperplano afı́n de ecuación x0 = 1, mediante la
biyección
(x1 , . . . , xn ) 7→ (1, x1 , . . . , xn ).
De esta forma identificamos el punto (x1 , . . . , xn ) de Ank con el punto (1 : x1 : · · · : xn ) de
Pnk , por lo que “sumergimos” Ank en Pnk mediante la aplicación inyectiva
Ank −→ Pnk
(7.4.1)
i : (x1 , . . . , xn ) 7→ (1 : x1 : · · · : xn ).
Ası́ Ank queda identificado con el subconjunto {(1 : x1 : · · · : xn ) | x1 , . . . , xn ∈ k} de Pnk .
Según esta identificación, los puntos que hemos añadido a Ank para obtener Pnk son los
puntos del subconjunto
(7.4.2) H∞ = {(0 : x1 : · · · : xn ) | (0 : x1 : · · · : xn ) ∈ Pnk }
de Pnk (¿ves por qué? ¿qué pasa, por ejemplo, con un punto de la forma (2 : x1 : · · · : xn )?).
Los puntos de la forma (0 : x1 : · · · : xn ) serán los puntos del infinito de Pnk , aunque para
ser precisos deberı́amos decir que son los puntos del infinito de Pnk respecto a esta inmersión
de Ank (iremos viendo esto en más detalle y nos daremos cuenta de que, en realidad, un
espacio proyectivo no tiene puntos del infinito; el que “tiene” puntos del infinito es el
espacio afı́n).
Llegados aquı́ es claro cómo hacer una construcción más general, más intrı́nseca:
Definición 7.5. Sea V un espacio vectorial de dimensión n + 1 sobre un cuerpo k. Defi-
nimos el proyectivizado P(V ) de V como el conjunto cociente de V r {0} por la relación
de equivalencia ∼, definida ası́: v ∼ w si y solo si existe λ ∈ k∗ tal que w = λv. Los
puntos de P(V ) los denotaremos como [v]. Diremos que P(V ) es un espacio proyectivo de
dimensión n.
48 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Subespacios proyectivos
Definición 7.7. Dado un espacio proyectivo P(V ) de dimensión n, se llama subespacio
proyectivo o subespacio lineal de P(V ) de dimensión r a un subconjunto de la forma P(W ),
donde W es un subespacio vectorial de V dimensión r + 1. A los subespacios proyectivos
de dimensión 1 se les llama rectas proyectivas de P(V ), a los de dimensión 2 se les llama
planos proyectivos de P(V ) y a los de dimensión n − 1 se les llama hiperplanos proyectivos
de P(V ).
Observación 7.8. Por la definición anterior,
(1) los subespacios proyectivos de dimensión 0 son los puntos de P(V );
(2) el conjunto vacı́o es un subespacio proyectivo de P(V ), ya que es el proyectivizado
del subespacio vectorial nulo, y tiene dimensión −1.
(3) El conjunto H∞ definido en (7.4.2) es un hiperplano proyectivo de Pnk . Lo lla-
maremos hiperplano del infinito (de Ank , sumergido en Pnk mediante la inmersión
(7.4.1)). En el caso n = 2, H∞ es una recta proyectiva, la recta del infinito (de A2k ,
sumergido en P2k mediante la inmersión (7.4.1))
Proposición 7.9. Sean Λ y Λ0 dos subespacios proyectivos de un espacio proyectivo P(V )
tales que Λ ⊆ Λ0 . Entonces
(1) dimΛ ≤ dimΛ0 .
(2) dimΛ = dimΛ0 si y solo si Λ = Λ0 .
Demostración. Se sigue del enunciado correspondiente para subespacios vectoriales.
Observación 7.15. La fórmula de Grassmann es otro ejemplo de que los resultados proyec-
tivos son más sencillos y elegantes de enunciar que los resultados afines. En efecto, la
versión afı́n de la fórmula de Grassmann dice lo siguiente:
Sea (A, V, ϕ) un espacio afı́n y sean L1 = p1 + W1 y L2 = p2 + W2 subespacios afines de A
(donde p1 , p2 ∈ A y W1 y W2 son subespacios vectoriales de V ). Entonces
(1) si L1 ∩ L2 6= ∅, dim < L1 , L2 >= dimL1 + dimL2 − dim(L1 ∩ L2 ), y
50 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
(7.17.1) A .. = ...
.
xn bn
son unas ecuaciones implı́citas de L, entonces
x1 b1 0
(7.17.2) A . − . x0 = ...
.
. .
.
xn bn 0
son unas ecuaciones implı́citas de L. A L le llamamos el completado proyectivo de L. Al
proceso de pasar de (7.17.1) a (7.17.2) lo llamamos homogeneizar.
Demostración. Observamos que las soluciones (x0 : x1 : · · · : xn ) en Pnk con x0 6= 0 del
sistema (7.17.2) son el conjunto i(L). Por otra parte, como W es el conjunto de soluciones
del sistema homogéneo
x1 0
(7.17.3) A .. = ... ,
.
xn 0
las soluciones (x0 : x1 : · · · : xn ) en Pnk con x0 = 0 del sistema (7.17.2) son el conjunto
P(W 0 ). Por tanto L es un subespacio proyectivo de Pnk y (7.17.2) son unas ecuaciones
implı́citas suyas.
Observación 7.18. El hecho de que L = i(L) ∪ P(W 0 ) podemos interpretarlo como que,
para pasar de L a su completado proyectivo, lo que hacemos es añadir los puntos de Pnk
que corresponden a las direcciones de todas las rectas de L.
Ejercicio 7.19. Demuestra que las dimensiones de L y de L son iguales.
Ejercicio 7.20. Sea L un subespacio afı́n de Ank y sea W
f el subespacio vectorial de kn+1
generado por L. Demuestra que
(1) L = P(W f );
(2) L es el subespacio proyectivo generado por i(L).
52 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Proposición 8.5. Sean P(V ), P(V 0 ) y P(V 00 ) tres espacios proyectivos, sea f una apli-
cación proyectiva entre P(V ) y P(V 0 ) y sea g una aplicación proyectiva entre P(V 0 ) y
P(V 00 ) tal que la imagen de f no está contenida en el centro de g, que llamaremos Λ0 .
Asimismo, llamaremos Λ al centro de f . Entonces g ◦ f es una aplicación proyectiva entre
P(V ) y P(V 00 ) y su centro es f −1 (Λ0 ) ∪ Λ. Además, si f viene inducida por una aplicación
lineal φ : V −→ V 0 y g viene inducida por una aplicación lineal ψ : V 0 −→ V 00 , g ◦ f viene
inducida por ψ ◦ φ.
Demostración. Ejercicio.
Corolario 8.6. Sea f una aplicación proyectiva entre P(V ) y P(V 0 ) de centro Λ, y sea
L = P(W ) un subespacio proyectivo de P(V ) no contenido en Λ. La restricción de f a L
f |L : L 99K P(V 0 )
es una aplicación proyectiva de centro Λ ∩ L.
Demostración. La inclusión
i : L −→ P(V )
es una aplicación proyectiva inducida por la inclusión de W en V . La restricción f |L es
igual a la composición f ◦ i. Como la imagen de i es L y L no está contenido en Λ, el
resultado se sigue de la proposición 8.5. Observa además que si f está inducida por una
aplicación lineal φ, f |L está inducida por φ|W .
Acabamos de ver que una aplicación lineal da lugar a una (única) aplicación proyectiva.
Ahora bien, si nos dan una aplicación proyectiva, ¿viene esta inducida por una única
aplicación lineal? La respuesta es no, lo cual no es muy sorprendente, tratándose como se
trata de la relación entre un concepto proyectivo y otro vectorial (recuerda por ejemplo
que un punto del espacio proyectivo P(V ) no corresponde a un único vector de V ):
Proposición 8.7. Sean V, V 0 dos espacios vectoriales y sean φ1 y φ2 dos aplicaciones
lineales entre V y V 0 . En ese caso, φ1 y φ2 inducen la misma aplicación proyectiva f entre
P(V ) y P(V 0 ) si y solo si existe λ ∈ k∗ tal que φ2 = λφ1
54 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
(2) Sean L1 y L2 subespacios proyectivos que cumplen (1) y (2) de la definición 8.9 y
sea p ∈ P(V ) r L1 . Demuestra que la intersección < L1 , p > ∩ L2 es no vacı́a y que
consiste en un solo punto p0 (indicación: usa la fórmula de Grassmann proyectiva).
Demuestra que π(p) = p0 .
Observación 8.11. La definición 8.9 de π es muy algebraica. El ejercicio 8.10, (2) nos da
una definición mucho más geométrica de π.
Ejemplo 8.12. En P3R consideramos L1 = {(0 : 0 : 0 : 1)} y L2 el plano proyectivo de
ecuación implı́cita x0 + x1 + x2 + x3 = 0. La proyección π desde L1 (o, simplemente, desde
el punto (0 : 0 : 0 : 1)) sobre L2 es la aplicación proyectiva
P3R 99K P3R
.
(x0 : x1 : x2 : x3 ) 7→ (x0 : x1 : x2 : −x0 − x1 − x2 )
Proyectividades.
Las aplicaciones proyectivas definidas en todo el espacio proyectivo, es decir, las que tienen
centro vacı́o, vienen con una propiedad añadida:
Proposición 8.13. Sea f : P(V ) 99K P(V 0 ) una aplicación proyectiva. Entonces f está
definida en todo P(V ) (es decir, tiene centro vacı́o) si y solo si f es inyectiva.
Demostración. Sea φ una aplicación lineal no nula de V en V 0 y sea f la aplicación
proyectiva inducida por φ. Entonces f tiene centro vacı́o si y solo si kerφ = 0 y esto es
equivalente a que φ sea inyectiva.
Veamos ahora que f es inyectiva si y solo si φ es inyectiva. Sean [v1 ] y [v2 ] dos puntos
de P(V ). Entonces f ([v1 ]) = f ([v2 ]) si y solo si [φ(v1 )] = [φ(v2 )], es decir, si y solo si
φ(v2 ) = λφ(v1 ) para algún λ ∈ k∗ , o lo que es lo mismo, si y solo si φ(v2 ) = φ(λv1 ). Por
tanto, si φ es inyectiva, v2 = λv1 , con lo que [v1 ] = [v2 ] y f es inyectiva.
Supongamos ahora que φ no es inyectiva. Sea w un vector no nulo del núcleo de φ, sea
v1 un vector de V r kerφ (tal vector v existe porque φ no es nula) y sea v2 = v1 + w.
Entonces [v1 ] 6= [v2 ] pues en caso contrario existirı́a λ ∈ k∗ tal que v1 + w = λv1 o, lo que
es lo mismo w = (λ − 1)v1 , pero como v1 no está en el núcleo de φ y w sı́, λ = 1. En ese
caso v1 + w = v1 por lo que w = 0, contradiciendo nuestra elección de w. Por otra parte,
como φ(w) = 0, f ([v1 ]) = [φ(v1 )] = [φ(v2 )] = f ([v2 ]), por lo que f no es inyectiva.
Ya hemos visto que una aplicación proyectiva es inyectiva si y solo si está definida en todo
el espacio de partida. Si además de ser inyectiva es biyectiva, diremos que tal aplicación
proyectiva es una proyectividad o una homografı́a. Las siguientes dos proposiciones carac-
terizan a las proyectividades entre las aplicaciones proyectivas y nos dicen que sus inversas
también son proyectividades. Dejamos las demostraciones como ejercicio.
Proposición 8.14. Sea φ : V −→ V 0 una aplicación lineal entre dos espacios vectoria-
les y sea f : P(V ) 99K P(V 0 ) la aplicación proyectiva inducida por φ. Las siguientes
afirmaciones son equivalentes:
(a) La aplicación proyectiva f es una proyectividad.
(b) La aplicación proyectiva f es sobreyectiva y su centro es vacı́o.
(c) El centro de f es vacı́o y la dimensión de P(V ) es igual que la dimensión de P(V 0 ).
(d) La aplicación lineal φ es un isomorfismo entre espacios vectoriales.
Proposición 8.15. Sea f : P(V ) −→ P(V 0 ) una proyectividad entre espacios proyectivos
inducida por un isomorfismo φ entre los espacios vectoriales V y V 0 . La aplicación in-
versa f −1 : P(V 0 ) −→ P(V ) de f es también una proyectividad y está inducida por el
isomorfismo φ−1 .
56 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Definición 8.16. Decimos que dos espacios proyectivos son isomorfos si existe una proyec-
tividad entre ellos.
Observación 8.17. Es claro (se deduce del resultado análogo para espacios vectoriales
y de la proposición 8.14) que dos espacios proyectivos son isomorfos si y solo si tienen la
misma dimensión.
Vemos a continuación algunos ejemplos de de proyectividades:
Ejemplo 8.18. La aplicación proyectiva
f: P3R 99K P3R
(x0 : x1 : x2 : x3 ) 7→ (x0 + x1 + x3 : x1 − x3 : x0 + x2 : x0 + x1 )
es una proyectividad. Para verlo, basta tomar una aplicación lineal φ de R4 a R4 tal que
f sea la aplicación proyectiva inducida por φ, por ejemplo,
φ: R4 −→ R4
(x0 , x1 , x2 , x3 ) 7→ (x0 + x1 + x3 , x1 − x3 , x0 + x2 , x0 + x1 ),
y comprobar que φ es un isomorfimo.
Ejemplo 8.19. En un espacio proyectivo P(V ) consideramos un punto p y dos hiperplanos
proyectivos H1 y H2 que no contienen a p. Sea π la proyección desde p sobre H2 . Entonces
la restricción de π a H1
π|H1 : H1 −→ H2
es una proyectividad entre H1 y H2 . En efecto, el corolario 8.6 implica que π|H1 es una
aplicación proyectiva que tiene centro vacı́o, ya que p ∈
/ H1 . Entonces la proposición 8.14
(c) implica que π|H1 es una proyectividad.
Puntos fijos de una aplicación proyectiva.
Investigamos ahora los puntos fijos de una aplicación proyectiva de un espacio proyectivo
en sı́ mismo. Es claro que las proyecciones tienen puntos fijos (los puntos del subespacio
proyectivo sobre el que se proyecta). En general, dada una aplicación proyectiva f , inducida
por una aplicación lineal asociada φ, de un espacio proyectivo P(V ) en sı́ mismo, ¿cómo
encontramos sus puntos fijos? Ingenuamente pensarı́amos que [v] es un punto fijo de f
si y solo si v es un vector fijo de φ. Sin embargo, como un punto [v] de P(V ) no está
representado por un único vector no nulo v ∈ V sino que cualquier vector no nulo v 0
múltiplo de v cumple [v 0 ] = [v], se tiene el siguiente resultado:
Proposición 8.20. Sea f : P(V ) 99K P(V ) una aplicación proyectiva inducida por una
aplicación lineal φ : V −→ V .
(1) Un punto [v] de P(V ) es un punto fijo de f si y solo si v es un vector propio de φ
de valor propio no nulo.
(2) Un punto [v] de P(V ) pertenece al centro de f si y solo si v es un vector propio de
φ de valor propio 0.
Demostración. Que [v] sea un punto fijo de f es equivalente a que [φ(v)] = f ([v]) = [v]
y esto equivale a que exista un λ ∈ k∗ tal que φ(v) = λv. Esto demuestra (1). Por otra
parte, que [v] esté en el centro de f equivale a que v ∈ ker φ, es decir, a que φ(v) = 0 · v.
Ası́ pues, para hallar los puntos fijos de una aplicación proyectiva de un espacio proyectivo
P(V ) en sı́ mismo, inducida por una aplicación lineal φ, debemos calcular los valores
propios y los vectores propios de φ.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 57
Sean f1 y f2 las aplicaciones proyectivas de P(V ) en P(V ) (en este caso P(V ) es un
plano proyectivo sobre k) inducidas respectivamente por φ1 y φ2 . Entonces f1 y f2 son
proyectividades. El conjunto de puntos fijos de f1 es una recta proyectiva. El conjunto de
puntos fijos de f2 es una recta proyectiva y un punto fuera de esa recta.
Ejercicio 8.22. Halla todas las configuraciones posibles para el conjunto de puntos fijos
de una proyectividad f de P2k a P2k cuando k = R y cuando k = C (indicación: considera
todas las matrices canónicas de Jordan que puede tener un automorfismo de k3 ).
Como v0 , . . . , vn forman una base (en particular son linealmente independientes) se tiene
µ0 = · · · = µn = µn+1 , que es lo que querı́amos demostrar (llamamos λ a µ0 = · · · = µn =
µn+1 ).
(2) Si permutamos los puntos de una referencia proyectiva R, entonces una base
asociada a la referencia proyectiva resultante no es en general proporcional a la
base asociada de R. Por ejemplo, una base asociada a la referencia proyectiva
R = {(1 : 1 : · · · : 1), (1 : 0 : · · · : 0), . . . , (0 : · · · : 1 : 0); (0 : · · · : 0 : 1)} es
{(1, 1, · · · , 1), (−1, 0, · · · , 0), . . . , (0, · · · , 0, −1, 0)} y las coordenadas homogéneas
del punto (x0 : x1 : · · · : xn ) respecto de R son (xn : −x0 + xn : · · · : −xn−1 + xn ).
Como en el caso de un sistema de referencia cartesiano, que nos permite dar un isomorfismo
afı́n entre un espacio afı́n cualquiera de dimensión n y el espacio afı́n estándar Ank (véase
la proposición 4.2), o en el caso de un sistema de referencia cartesiano rectangular, que
nos permite dar una isometrı́a entre un espacio afı́n euclı́deo cualquiera de dimensión n y
el espacio afı́n euclı́deo estándar AnR (véase la proposición 6.2), un sistema de referencia
proyectivo nos permite (aunque, como en los dos casos que acabamos de mencionar, de
forma no canónica) dar una proyectividad entre un espacio proyectivo P(V ) cualquiera
de dimensión n y el espacio proyectivo estándar Pnk (esto justifica que la mayorı́a de
nuestros ejemplos y ejercicios sean en Pnk ). Lo enunciamos en la siguiente proposición,
cuya demostración dejamos como ejercicio:
Igual que los isomorfismos afines, que se caracterizan por cómo actúan sobre las referencias
cartesianas (véase la proposición 4.11), y las isometrı́as, que se caracterizan por cómo
actúan sobre las referencias cartesianas rectangulares, las proyectividades se caracterizan
por cómo actúan sobre las referencias proyectivas:
Proposición 8.33. Sean P(V ) y P(V 0 ) dos espacios vectoriales de dimensión n sobre un
cuerpo k y sea f la aplicación proyectiva de P(V ) a P(V 0 ). Las siguientes afirmaciones
son equivalentes:
(a) La aplicación f es una proyectividad.
(b) La aplicación f transforma cualquier referencia proyectiva R = {p0 , . . . , pn ; pn+1 }
de P(V ) en una referencia proyectiva R 0 = {f (p0 ), . . . , f (pn ); f (pn+1 )} de P(V 0 ).
(c) La aplicación f transforma una referencia proyectiva R = {p0 , . . . , pn ; pn+1 } de
P(V ) en una referencia proyectiva R 0 = {f (p0 ), . . . , f (pn ); f (pn+1 )} de P(V 0 ).
parte, tampoco existe una única base asociada a R ni una única base asociada a R 0 . Lo
que sı́ podemos asegurar es que la matriz de f respecto de R y R 0 es única salvo producto
por una constante no nula (¡piensa por qué!).
Aun siendo conscientes de esta ambigüedad (a la que ya deberı́amos estar acostumbrados
cuando relacionamos conceptos proyectivos y conceptos vectoriales), llamaremos con fre-
cuencia a la matriz MB,B0 (φ) “la” matriz de f respecto de R y R 0 y la denotaremos por
MR,R0 (f ). Si f es una aplicación proyectiva de un espacio proyectivo P(V ) en sı́ mismo
y R es una referencia proyectiva de P(V ), generalmente escribiremos MR (f ) en vez de
MR,R (f ).
La matriz MR,R0 (f ) es de tamaño (m + 1) × (n + 1) y cumple lo siguiente: Sea p ∈
P(V ) r P(Ker(φ)) y sean (x0 : x1 : · · · : xn ) las coordenadas de p respecto de R. Si
0
x0 x0
x01 x1
. = M 0 (f ) . ,
.. R,R ..
x0m xn
entonces (x00 : x01 : · · · : x0m ) son las coordenadas de f (p) respecto de R 0 .
Proposición 8.37. Sea f : P(V ) 99K P(V 0 ) una aplicación proyectiva entre dos espa-
cios proyectivos P(V ) y P(V 0 ) de la misma dimensión. Las siguientes afirmaciones son
equivalentes:
(1) La aplicación f es una proyectividad.
(2) La matriz de f respecto a un par de referencias proyectivas es invertible.
(3) La matriz de f respecto a cualquier par de referencias proyectivas es invertible.
Demostración. Ejercicio.
La forma de obtener f a partir de la matriz de f es más bien algebraica, por lo que nos
gustarı́a entender el significado geométrico de la extensión de f a f :
Proposición 8.47. Sea f : Ank −→ Am n
k una aplicación afı́n y sea f : Pk 99K Pk su
m
n
completado proyectivo. Sea v = (x1 , . . . , xn ) un vector de k y sea p = (0 : x1 : · · · : xn ).
→ →
(1) Si v no pertenece al núcleo de f , entonces f (p) = [w̃], donde f (v) = w =
(y1 , . . . , ym ) y w̃ = (0, y1 , . . . , ym ).
→
(2) Si v pertenece al núcleo de f , entonces p está en el centro de f .
Demostración. La proposición se sigue de (4.12.1) y de la proposición 8.45.
¿Cuál es el significado geométrico de la proposición 8.47? Para conocer la imagen de f
en cada punto de Pnk tenemos que tratar con dos tipos de puntos: aquellos que provienen
de Ank (es decir, los de in (Ank )) y aquellos que pertenecen al hiperplano del infinito H∞ .
En cuanto a los primeros, ya sabemos por la proposición 8.45 que (identificando Ank con
in (Ank ) mediante in ) f coincide con f en Ank (por eso f es una “extensión” de f ). Lo
que nos dice la proposición 8.47 es que el valor de f en los puntos del hiperplano del
→
infinito viene dictado por f . En efecto, si (0 : x1 : · · · : xn ) es un punto del infinito y
→
f ((x1 , . . . , xn )) = (y1 , . . . , ym ), entonces f ((0 : x1 : · · · : xn )) = (0 : y1 : · · · : ym ). Es decir,
→
geométricamente, la restricción de f al hiperplano del infinito describe la forma en que f
transforma las direcciones de kn+1 .
n
Corolario 8.48. Sea H∞ el hiperplano del infinito de (la inmersión in de Ank en) Pnk y
m
sea H∞ el hiperplano del infinito de (la inmersión im de Am m
k en) Pk . Sea f una aplicación
afı́n de Ank en Am k y sea f el completado proyectivo de f . Entonces
(1) Una aplicación proyectiva g es el completado proyectivo de una aplicación afı́n si y
solo si
n
(i) el centro de g está contenido en H∞ ;
n m
(ii) g(in (Ak )) ⊂ im (Ak ); y
n m
(iii) g(H∞ ) ⊂ H∞ .
(2) Si f es una aplicación afı́n de Ank en Ank , f es una proyectividad si y solo si f es
un isomorfismo afı́n.
Demostración. Veamos que si g es el completado proyectivo de una aplicación afı́n, entonces
se cumplen (i), (ii) y (iii). La propiedad (i) se sigue de que g está definida en in (Ank ). Por
otra parte (ii) se sigue de la proposición 8.45 y (iii) de la proposición 8.47.
Demostramos ahora la otra implicación de (1). Sea g una aplicación proyectiva que cumple
(i), (ii) y (iii). En ese caso la imagen de (1 : 0 : · · · : 0) por g está bien definida y pertenece
a im (Am k ) por lo que el primer coeficiente de la primera fila de una matriz N de g respecto
de las referencias canónicas de Pnk y Pm k es no nulo. Por otra parte, la imagen por g de
cada uno de los puntos (0 : 1 : 0 : · · · : 0), . . . , (0 : 0 : · · · : 0 : 1) o bien no está definida
m
(porque alguno de esos puntos puede estar en el centro de g), o bien pertenece a H∞ . En
cualquiera de los casos eso implica que el resto de los coeficientes de la primera fila de N
han de ser nulos. De aquı́ se deduce que, multiplicando N por una constante no nula si es
necesario, g tiene una matriz con respecto de las referencias canónicas de Pnk y Pm k como la
matriz de la observación 4.13. Entonces la proposición 8.45 implica que g es el completado
proyectivo de una aplicación afı́n.
Por último (2) es consecuencia del corolario 4.18 y de las proposiciones 8.37 y 8.45.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 67
Observación 8.49. Aunque hemos escrito la matriz de f respecto de las referencias carte-
sianas canónicas y la de f respecto de las referencias proyectivas canónicas, podemos lle-
var a cabo los mismos argumentos para un par de referencias cartesianas cualesquiera
R = {o; v1 , . . . , vn } y R 0 = {o0 ; v10 , . . . , vm 0
} de Ank y Am
k respectivamente y para sus refe-
rencias proyectivas “asociadas”, R y R , donde R es la referencia proyectiva que tiene a
0
la base {õ; ṽ1 , . . . , ṽn } como base asociada y R 0 es la referencia proyectiva que tiene a la
base {õ0 ; ṽ10 , . . . , ṽn0 } como base asociada (si o = (x1 , . . . , xn ), entonces definimos õ como
(1, x1 , . . . , xn ); si vi = (xi1 , . . . , xin ), entonces definimos ṽi como (0, xi1 , . . . , xin ); õ0 y ṽj0 se
definen a partir de o0 y vj0 de manera análoga).
A continuación vemos varios ejemplos de completados de aplicaciones afines:
→
Ejemplo 8.50. (traslaciones) Sea tv una traslación de Ank de vector v 6= 0 . El completado
tv de tv es una proyectividad cuyo conjunto de puntos fijos es el hiperplano del infinito de
Pnk . Como la matriz de tv respecto de una referencia cartesiana R = {p; v, v2 , . . . , vn } es
1 0 ··· 0
1 1 0 · · · 0
0 0 1 0 · · · 0
(8.50.1) N = ..
. . . . . . .. ,
. .
0 0 · · · 1 0
0 0 ··· 0 1
existen referencias proyectivas de Pnk , por ejemplo R, respecto de las cuales tv tiene a N
como matriz asociada.
Ejemplo 8.51. (homotecias) Sea h una homotecia de centro o y razón λ 6= 0, 1 de Ank .
El completado h de h es una proyectividad cuyo conjunto de puntos fijos es la unión
del hiperplano del infinito de Pnk y el punto i(o). Como la matriz de h respecto de una
referencia cartesiana R = {o; B} (donde B es una base cualquiera de kn ) es
1 0 0 ··· 0
0 λ 0 · · · 0
0
. . ..
N = .
. . . .,
0 · · · λ 0
0 ··· 0 λ
existen referencias proyectivas de Pnk , por ejemplo R, respecto de las cuales h tiene a N 0
como matriz asociada.
Hemos visto que tanto el completado proyectivo de una traslación como el completado
proyectivo de una homotecia tienen un hiperplano de puntos fijos (la compleción de la
traslación no tiene más puntos fijos y la compleción de la homotecia tiene un punto fijo
más). Esto nos motiva a dar la siguiente definición:
Definición 8.52. Sea g una proyectividad de un espacio proyectivo P(V ) de dimensión
n en sı́ mismo, distinta de la identidad. Decimos que g es una homologı́a si g tiene un
hiperplano de puntos fijos.
Proposición 8.53. Sea g una homologı́a de un espacio proyectivo P(V ). Entonces el
conjunto de puntos fijos de g es
(1) un hiperplano de P(V ); o
(2) la unión de un hiperplano de P(V ) y otro punto fuera de ese hiperplano.
68 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
En el primer caso, existe una referencia proyectiva de P(V ) respecto de la cual la matriz
de g es
1 0 ··· 0
1 1 0 · · · 0
0 0 1 0 · · · 0
(8.53.1) ...
. . . . .. .
. . .
0 0 · · · 1 0
0 0 ··· 0 1
En el segundo caso, existe una referencia proyectiva de P(V ) respecto de la cual la matriz
de g es
1 0 0 ··· 0
0 λ 0 · · · 0
. .. ..
(8.53.2) ..
. .,
0 · · · λ 0
0 ··· 0 λ
para algún λ ∈ k, λ 6= 0, 1.
Demostración. Sea ψ un automorfismo de V tal que g viene inducido por él. Según la
proposición 8.20, existe un hiperplano vectorial W de V formado por vectores propios de ψ,
por lo que ψ tiene un valor propio λ no nulo (porque ψ es un isomorfismo) de multiplicidad
algebraica como mı́nimo n. Distinguimos dos casos: que la multiplicidad algebraica de λ
sea n + 1 o que sea n.
En el primer caso la multiplicidad geométrica de λ ha de ser n porque de otra forma ψ
serı́a λ · idV y g serı́a la identidad. Por tanto la forma canónica de Jordan de λ−1 · ψ es
(8.53.1). Por tanto, existe una base B = {v0 , v1 , . . . , vn } de V respecto de la cual la matriz
de λ−1 · ψ es (8.53.1) y W = L(v1 , . . . , vn ) es el conjunto de todos los vectores propios de
ψ. De ello se sigue que si R es una referencia proyectiva de P(V ) que tiene a B como base
asociada, la matriz de g respecto de R es (8.53.1) y P(W ) es el conjunto de puntos fijos
de g.
En el segundo caso el polinomio caracterı́stico de ψ es c(t − λ)n (t − λ0 ), donde c, λ ∈ k∗ ,
λ0 6= λ. En ese caso la forma canónica de Jordan de ψ 0 = λ0 −1 · ψ es, después de renombrar
λ/λ0 como λ, la matriz (8.53.2). Por tanto, existe una base B = {v0 , v1 , . . . , vn } de V
respecto de la cual la matriz de ψ 0 es (8.53.2) y el conjunto de vectores propios de ψ es
L(v0 ) ∪ W (y W = L(v1 , . . . , vn )). De ello se sigue que si R es una referencia proyectiva
de P(V ) que tiene a B como base asociada, la matriz de g respecto de R es (8.53.2) y el
conjunto de puntos fijos de g es P(W ) ∪ [v0 ].
Continuamos ahora la definición 8.52.
Definición 8.54. Sea g una homologı́a de P(V ).
(1) Si g es como en (1) de la proposición 8.53 decimos que g es una homologı́a especial.
Si H es el hiperplano de puntos fijos de g decimos que H es el eje de g. Si v1 es el
segundo vector de la base B que aparece en la demostración de la proposición 8.53,
decimos que [v1 ] es el centro de g. A las homologı́as especiales también se las
denomina elaciones.
(2) Si g es como en (2) de la proposición 8.53 decimos que g es una homologı́a general.
Si el conjunto de puntos fijos de g es H ∪ {p0 }, donde H es un hiperplano y p0 es
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 69
1 0 ··· 0
1 1 0 · · · 0
0 0 1 0 · · · 0
(8.58.1) .
.. .. . . .. .
. . .
0 0 · · · 1 0
0 0 ··· 0 1
Por otro lado, si f2 es una transvección, existe una referencia cartesiana R2 de Ank respecto
de la cual la matriz de f2 es
1 0 ··· 0
0 1 0 · · · 0
0 1 1 0 · · · 0
(8.58.2) ...
.. . . .. .
. . .
0 0 · · · 1 0
0 0 ··· 0 1
Ejercicio 8.59. Describe el conjunto de puntos fijos y, eligiendo una referencia adecuada,
da la matriz más sencilla posible para el completado proyectivo de una dilatación de Ank
de base no necesariamente un hiperplano.
Terminamos esta subsección viendo cómo son los completados proyectivos de proyecciones
y simetrı́as:
Ejemplo 8.60. (proyecciones) Sea π la proyección en Ank , sobre un subespacio afı́n L
paralelamente a un subespacio vectorial U de kn (recuerda que U y la dirección de L han
de ser subespacios vectoriales complementarios). El completado π de π es la proyección
→
sobre L con centro P(Ue ), donde U
e = in (U ) e
→
in : kn −→ kn+1
(x1 , . . . , xn ) 7→ (0, x1 , . . . , xn ).
En particular, los puntos fijos de π son los puntos de L. Puedes comprobar todo esto
de manera geométrica o escribiendo la matriz de π respecto de una referencia proyectiva
adecuada, tal y como hemos hecho en los ejemplos 8.50 y 8.51.
Observación 8.61. Entendamos el ejemplo 8.60 de una forma más intuitiva. En A3k con-
sideramos una proyección π sobre un plano L, paralelamemte a una recta afı́n l. Podemos
pensar que L es el suelo y las rectas paralelas a l, cuya dirección seguimos al proyectar,
son los rayos del sol, que en este modelo afı́n está infinitamente lejos (por eso sus rayos
son paralelos). Es decir, en este caso el sol estarı́a “fuera” de nuestro modelo. Cuando
completamos A3k para obtener P3k , el sol, que estaba fuera del modelo afı́n, se convierte en
un punto de P3k (es uno de los puntos del infinito que hemos añadido), o sea, que ahora el
sol está dentro de nuestro modelo proyectivo. De hecho el sol serı́a el punto del infinito p
de la recta l y es el punto desde el cual proyectamos (es el centro de la proyección π). Es
decir, que ahora los rayos sı́ salen desde un punto de nuestro espacio, el punto p de P3k .
Ejemplo 8.62. (simetrı́as) Sea σ la simetrı́a en Ank , respecto de un subespacio afı́n L de
dimensión l, paralelamente a un subespacio vectorial U de kn de dimensión u (recuerda
que U y la dirección de L han de ser subespacios vectoriales complementarios, por lo que
l + u = n). El conjunto de puntos fijos del completado σ de σ es L ∪ P(U e ), donde
→ →
U
e = in (U ) e in se define como en el ejemplo 8.60. Puedes comprobar todo esto de forma
geométrica o desmostrando que, respecto de una referencia proyectiva adecuada, la matriz
de σ es una matriz diagonal de orden n + 1 con l + 1 unos y u menos unos en la diagonal.
La proyectividad σ es una proyectividad involutiva, es decir, cumple σ 2 = idPnk . Para las
propiedades de las proyectividades involutivas y para una descripción y caracterización
geométrica de las mismas, puedes consultar el teorema 8.12 de los “Apuntes de Geometrı́a
Proyectiva” de E. Arrondo (aunque para entender el enunciado y leer la demostración de
dicho teorema deberás esperar a la siguiente subsección ya que la razón doble juega un
papel protagonista en el teorema).
La razón doble.
Igual que en el caso afı́n el concepto de razón simple nos servı́a para caracterizar las
aplicaciones afines (ya que estas son las aplicaciones que llevan puntos alineados a puntos
alineados y conservan la razón simple de las ternas de puntos alineados), en geometrı́a
proyectiva existe el concepto de razón doble de una cuaterna de puntos alineados y las
proyectividades se van a caracterizar por llevar puntos alineados a puntos alineados y por
conservar la razón doble.
72 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Definición 8.63. (Razón doble) Sea (a, b, c, d) una cuaterna ordenada de puntos alineados
de un espacio proyectivo sobre un cuerpo k, tales que a, b y c son puntos distintos, y sea l
la recta que los contiene. Sea f la proyectividad de l a P1k que lleva a a (0 : 1), b a (1 : 0) y
c a (1 : 1). Entonces, si f (d) = (ρ0 : ρ1 ), llamamos razón doble de a, b, c, d y la denotamos
por [a, b, c, d] a ρ = ρ1 /ρ0 .
Observación 8.64. La razón doble [a, b, c, d] de cuatro puntos alineados distintos a, b, c, d
es un número de k r {0, 1}. En efecto, como d 6= a, b, c y f es una biyección, (ρ0 : ρ1 ) 6=
(1 : 0), (0 : 1), (1 : 1) por lo que el cociente ρ1 /ρ0 es un número bien definido de k y no
puede ser ni 0 ni 1. Por otra parte, si ρ ∈ k r {0, 1}, (ρ : 1) 6= (1 : 0), (0 : 1), (1 : 1) y si
definimos d := f −1 (1 : ρ), es claro que [a, b, c, d] = ρ. Por tanto, todo ρ ∈ k r {0, 1} se
realiza como la razón doble de cuatro puntos alineados distintos.
Observación 8.65. Observa que, como a, b, c son puntos distintos, R = {b, a; c} es una
referencia proyectiva de l. Entonces, (ρ0 : ρ1 ) son las coordenadas del punto d respecto de
R.
Observación 8.66. Podemos definir la razón doble de una cuaterna ordenada (a, b, c, d)
de puntos alineados en el caso en que a, b, c sean distintos y d sea igual a a, b o c con el
siguiente convenio:
[a, b, c, a] = ∞,
[a, b, c, b] = 0,
[a, b, c, c] = 1
(observa que este convenio es coherente con la definición dada de razón doble de cuatro
puntos distintos).
Observación 8.67. La definición 8.63 que hemos dado de razón doble no es unánime. Para
algunos la razón doble es ρ0 /ρ1 , es decir, la inversa de la que hemos definidos nosotros.
Como ejercicio, comprueba que la definición 8.63 de razón doble coincide con las defini-
ciones de razón doble que puedes encontrar en el capı́tulo 3 de “Apuntes de geometrı́a
proyectiva”, de E. Arrondo, en el capı́tulo V.6 de “Geometry”, de M. Audin, o en la
definición V.1.1 de “Lecciones de Geometrı́a Proyectiva”, de J.M. Rodrı́guez y J. M. Ruiz
(¡pero ten cuidado con la notación de estos textos, que puede ser diferente a la nuestra!).
Comprueba que, por el contrario, lo que nosotros hemos definido como razón doble es la
inversa de la definida en la definición 3.2.1 de “Nociones de Geometrı́a Proyectiva”, de E.
Outerelo y J.M. Sánchez.
La propiedad más importante de la razón doble es que es conservada por las proyectivi-
dades:
Proposición 8.68. Sean P(V ) y P(V 0 ) dos espacios proyectivos y sea g : P(V ) −→ P(V 0 )
una proyectividad. Entonces g
(1) lleva puntos alineados distintos a puntos alineados distintos y
(2) conserva la razón doble de cuaternas ordenadas de puntos alineados.
Demostración. Sabemos que las aplicaciones proyectivas llevan puntos alineados a puntos
alineados. Por otra parte, como f es una proyectividad, f es inyectiva y lleva puntos
distintos a puntos distintos. Sean ahora a, b, c, d cuatro puntos alineados distintos de
P(V ) y sea l la recta de P(V ) que los contiene. Como f es una proyectividad, l0 =
f (l) es una recta de P(V 0 ). Consideramos la referencia proyectiva R = {b, a; c} de l.
Como f (a), f (b), f (c) son puntos distintos de l0 , forman una referencia proyectiva R 0 =
{f (b), f (a); f (c)} de l0 . Sean ahora (ρ0 : ρ1 ) las coordenadas de d respecto de R. Si
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 73
Proposición 8.73. Una isomorfismo afı́n f del plano afı́n euclı́deo esándar A2R en sı́
mismo es una semejanza si y solo si el completado proyectivo f de f , extendido a P2C
de la forma natural, deja invariante el conjunto de puntos cı́clicos {I, J} (es decir, si
f {I, J} = {I, J}). Además f es directa si y solo si I y J son puntos fijos de f e inversa si
y solo si f intercambia I y J. Por último, una proyectividad g de P2R que deje invariante
la recta del infinito (de la inmersión i de A2R a P2R ) cuya extensión natural a P2C deje
invariante el conjunto de puntos fijos {I, J} es el completado proyectivo de una isometrı́a
de A2R .
Demostración. Este resultado es la proposición 5.8 de los “Apuntes de Geometrı́a Proyec-
tiva”, de E. Arrondo (ten cuidado con una pequeña discrepancia en la nomenclatura: lo
que allı́ se llama cambio de coordenadas en P2R y cambio de coordenadas isométrico es lo
que en nuestro enunciado llamamos, respectivamente, proyectividad de P2R e isometrı́a ).
Puedes encontrar una demostración del resultado en dichos apuntes.
El significado de la proposición 8.73 es el que exponemos a continuación. Hemos visto
y continuaremos viendo (en la próxima sección cuando veamos resultados geométricos
clásicos pero, sobre todo, cuando estudiemos cónicas en el tema 3) que podemos hacer
geometrı́a afı́n con herramientas proyectivas, siguiendo este razonamiento tipo:
(1) tomamos un problema afı́n;
(2) lo “proyectivizamos” (añadiendo los puntos del infinito);
(3) resolvemos el problema proyectivo resultante;
(4) obtenemos de la solución del problema proyectivo la información necesaria para
resolver el problema afı́n original (volvemos al espacio afı́n quitando los puntos del
infinito).
Siguiendo el mismo esquema intentaremos hacer geometrı́a afı́n euclı́dea usando herramien-
tas proyectivas. Sin embargo, la proposición 8.73 nos dice que usando herramientas proyec-
tivas podemos hacer geometrı́a afı́n euclı́dea solo a medias. En efecto, más que geometrı́a
afı́n euclı́dea (que es la geometrı́a que conserva las distancias, es decir, las formas y los
tamaños), la geometrı́a que propiamente se puede hacer usando razonamientos proyec-
tivos es la geometrı́a conforme (es decir, la geometrı́a que conserva las formas, pero no
necesariamente los tamaños).
76 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
En este tema vamos a explorar algunos aspectos de la geometrı́a de las rectas de un plano
proyectivo. Como ya hemos visto, si tenemos un plano proyectivo arbitrario sobre un
cuerpo k y fijamos una referencia proyectiva, podemos establecer una biyección, que es de
hecho una proyectividad, entre dicho plano proyectivo y el plano proyectivo estándar P2k .
Esto justifica que en este tema trabajemos por simplicidad con rectas de P2k principalmente,
ya que sabemos que ası́ no perdemos generalidad y capturamos toda la geometrı́a del
problema que queremos abordar.
Parametrización de una recta proyectiva
Ejemplo 9.1. Consideramos la recta l de P2k de ecuación x0 −x1 +x2 = 0 y consideramos la
referencia proyectiva R = {(1 : 1 : 0), (0 : 1 : 1); (1 : 2 : 1)} de l (comprueba que en efecto
R es una referencia proyectiva de l). ¿Qué quiere decir que un punto p = (x0 : x1 : x2 )
de l tiene coordenadas (homogéneas) (t0 : t1 ) con respecto a R? Es decir, ¿qué punto (de
P2k ) es p? El punto p es el punto (t0 : t0 + t1 : t1 ) (¡compruébalo!). Recordemos que este
proceso de asignar a cada valor (t0 : t1 ) ∈ P1k el punto de l que tiene a (t0 : t1 ) como sus
coordenadas respecto de R nos proporciona una proyectividad de P1k a l (la inversa de la
proyectividad ψR definida en la proposición 8.32), que es concretamente
−1
ψR : P1k −→ l
(t0 : t1 ) 7→ (t0 : t0 + t1 : t1 ).
Además, este proceso nos proporciona también unas ecuaciones paramétricas de l, ya que
estamos diciendo cómo tienen que ser los puntos (x0 : x1 : x2 ) de l en función de los valores
(t0 : t1 ) de los parámetros:
x0 = t0
(9.1.1) x1 = t0 + t1
x2 = t1 .
−1
Observamos que (9.1.1) son también las ecuaciones de ψR , pensada, en vez de como
proyectividad de P a l, como aplicación proyectiva de Pk a P2k , respecto de las referencias
1 1
Definición 9.3. Sea l = P(W ) una recta proyectiva de P2k . Una parametrización de l
es una proyectividad f de P1k a l. La proyectividad f viene determinada por la imagen
de tres puntos distintos de P1k , por ejemplo, por la imagen de (1 : 0), (0 : 1), (1 : 1) (la
referencia canónica de P1k ). También podemos dar f de manera explı́cita como
(9.3.1) (t0 : t1 ) 7→ (a0 t0 + b0 t1 : a1 t0 + b1 t1 : a2 t0 + b2 t1 ),
donde (a0 , a1 , a2 ) y (b0 , b1 , b2 ) son vectores linealmente independientes de W .
Observación 9.4. Por lo que hemos visto, una parametrización f de una recta proyectiva
l de P2k nos da una forma de “recorrer” l, ya que para cada valor del parámetro homogéneo
(t0 : t1 ) ∈ P1k obtenemos un único punto f (t0 : t1 ) de l. Por ello, según movemos el
parámetro homogéneo de P1k , vamos recorriendo toda la recta l, pasando por todos sus
puntos una sola vez. Observamos también que para tener determinada de forma única una
parametrización f de l necesitamos especificar las imágenes que toma f para (1 : 0), (0 : 1)
y (1 : 1) o, en general, para tres valores distintos del parámetro homogéneo (t0 : t1 )
(esto es ası́ porque una proyectividad de P1k a l viene determinada por la imagen de los
puntos de una referencia proyectiva de P1k y una referencia de P1k consiste en tres puntos
distintos de P1k ). Si, por el contrario, solo especificamos los valores p0 = (a0 : a1 : a2 )
y p1 = (b0 : b1 : b2 ) que una parametrización de l ha de tomar en dos valores distintos
del parámetro homogéneo, por ejemplo, en (1 : 0) y (0 : 1), habrá varias (si k es infinito,
infinitas) parametrizaciones f tales que f (1 : 0) = (a0 : a1 : a2 ) y f (0 : 1) = (b0 : b1 : b2 ).
Esto es porque {(1 : 0), (0 : 1)} no son una referencia de P1k , por lo que especificar las
imágenes que una proyectividad ha de tener en dichos puntos no determina la proyectividad
de forma única. Dicho de otro modo, hay muchas maneras distintas de parametrizar l de
forma que pasemos por el punto p0 para el valor (1 : 0) del paramétro y por el punto p1
para el valor (0 : 1) del parámetro. Simplemente, hay que escoger imágenes distintas para
(1 : 1) (el punto unidad de la referencia proyectiva canónica de P1k ); cada una de estas
elecciones dará lugar a una proyectividad de P1k a l distinta. Dicho de otra forma, las
distintas elecciones de imagen para (1 : 1) darán lugar a distintas maneras de recorrer l
que solo tendrán en común entre ellas esto: todas pasan por p0 para el valor (1 : 0) del
parámetro y por p1 para el valor (0 : 1) del parámetro. Otra forma de entender por qué
ocurre esto es fijarnos en las posibles parametrizaciones de W (recuerda que W es el plano
vectorial de k3 para el que l = P(W )). Para que una parametrización de l tome el valor
p0 en (1 : 0) y el valor p1 en (0 : 1) basta considerar una parametrización de W que lleve el
valor (1, 0) de los parámetros a un múltiplo no nulo cualquiera del vector v0 = (a0 , a1 , a2 ) y
el valor (0, 1) de los parámetros a un múltiplo no nulo cualquiera del vector v1 = (b0 , b1 , b2 ).
Según los múltiplos de v0 y v1 que elijamos, la imagen de (1, 1) por la parametrización de
W resultante generará distintos “rayos” vectoriales en W .
Observación 9.5. La definición 9.3 se puede extender de manera obvia a una recta
proyectiva de Pnk o incluso a una recta proyectiva de un espacio proyectivo arbitrario
P(V ). La definición también se extiende a subespacios Λ de dimensión m de P(V ): una
parametrización de Λ serı́a una proyectividad de Pm
k a Λ.
que L y L0 son dos rectas distintas (a partir de aquı́, para entender mejor la demostración
conviene que vayas dibujando las rectas y puntos que se van introduciendo, con lo que
obtendrás un dibujo análogo al que aparece arriba). Elegimos tres puntos distintos a, b, c
de L de tal manera que si a0 = f (a), b0 = f (b) y c0 = f (c) entonces ni c ni c0 son el punto de
intersección de L y L0 . Sea p un punto de la recta < c, c0 > distinto de c y c0 . Tomamos una
recta L00 que pase por c0 pero que no pase ni por c ni por a0 . Sean a00 y b00 los respectivos
puntos de intersección de L00 con las rectas < p, a > y < p, b > y renombremos c0 como
c00 . Finalmente, sea q el punto de intersección de las rectas < a0 , a00 > y < b0 , b00 >. Si f1
es la perspectividad de L sobre L00 de centro p y f2 es la perspectividad de L00 sobre L0 de
centro q se tiene
f1 f2
L −→ L00 −→ L0
a 7→ a00 7→ a0
b 7→ b00 7→ b0
c 7→ c00 7→ c0 ,
por lo que (f2 ◦ f1 )(a) = a0 = f (a), (f2 ◦ f1 )(b) = b0 = f (b) y (f2 ◦ f1 )(c) = c0 = f (c). Como
{a, b; c} es una referencia proyectiva de L, se sigue del teorema 8.34 que f = f2 ◦ f1 .
A2k −→ k3
j : (x, y) 7→ (1, x, y).
Podemos ası́ identificar A2k con el subconjunto i(A2k ) de P2k . Los puntos que añadimos a
i(A2k ) hasta completar P2k son las clases en P2k del plano vectorial W de k3 de ecuación
x0 = 0, que es la dirección de Π. Dichas clases son los puntos la recta P(W ) de ecuación
x0 = 0, que llamamos por ese motivo recta del infinito para la inclusión i. Ilustramos esta
construcción en la figura siguiente, donde Π aparece en rosa, W aparece en azul claro y
dibujamos, en rojo, unas cuantas rectas vectoriales correspondientes a puntos de i(A2k ) y,
en azul, unas cuantas rectas vectoriales correspondientes a puntos de la recta del infinito
P(W ).
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 81
Sin embargo i no es la única forma de incluir A2k dentro de P2k . Por ejemplo, en vez de
enviar el punto (x, y) de A2k al punto (1 : x : y) de P2k , lo podrı́amos haber enviado al
punto (x : y : 1) (observa que, en ese caso, los puntos “nuevos” de P2k con respecto a los
(que vienen) de A2k serı́an los de la recta proyectiva de ecuación x2 = 0, no los de la recta
proyectiva de ecuación x0 = 0). En general, podemos elegir cualquier plano afı́n Π0 (que
no pase por (0, 0, 0), para que después tenga sentido componer con π) de k3 y, en vez de
j, podemos considerar un isomorfismo afı́n j 0 entre A2k y Π0 . Definimos entonces como i0
la composición i0 = π ◦ j 0 . Podemos ası́ identificar A2k como el subconjunto i0 (A2k ) de P2k
y los puntos que añadimos para completar i0 (A2k ) hasta P2k son en este caso las clases de
los vectores de la dirección W 0 de Π0 . Estos puntos forman la recta P(W 0 ), que será la
recta del infinito para la inclusión i0 . Vemos un ejemplo concreto de i0 . Elegimos como Π0
el plano de k3 de ecuación x0 − x1 + x2 = 1 y como j 0 , por ejemplo,
A2k −→ k3
0
j : (x, y) 7→ (x − y + 1, x, y).
A2k −→ P2k
0
i : (x, y) 7→ (x − y + 1 : x : y)
Hemos visto pues que no hay una única forma de sumergir A2k en P2k y que la recta del
infinito depende de la inmersión elegida. Por otra parte, es claro que, dada una recta l0
cualquiera de P2k , existe una inmersión de A2k en P2k como las que acabamos de describir
para la que l0 es su recta del infinito. Dicho de otra forma, dada cualquier recta l0 de P2k ,
podemos identificar P2k r l0 con A2k , mediante la aplicación inversa de una inmersión i0
como las descritas más arriba. A esto le llamaremos elegir la recta del infinito.
Otra forma de entender las distintas maneras de sumergir A2k en P2k y de elegir la recta
del infinito es la siguiente. Dadas dos rectas proyectivas de P2k existen proyectividades de
P2k que trasforman una en la otra:
Lema 9.13. Sean l y l0 dos rectas de P2k . Existen proyectividades de P2k en P2k que
transforman l en l0 .
Demostración. Una proyectividad f que cumpla f (l) = l0 se puede construir como sigue.
Elegimos dos puntos distintos p0 , p1 de l y los completamos a una referencia proyectiva
R = {p0 , p1 , p2 ; p3 } de P2k (para ello basta con escoger un punto p2 no contenido en l; en-
tonces p0 , p1 y p2 son proyectivamente independientes, por lo que si v0 , v1 y v2 son vectores
de k3 tales que p0 = [v0 ], p1 = [v1 ] y p2 = [v2 ], v0 , v1 y v2 forman una base de k3 y, si
definimos p3 = [v0 + v1 + v2 ], p0 , p1 , p2 y p3 forman una referencia de P2k ). Análogamente
escogemos dos puntos distintos p00 y p01 de l0 y elegimos otros dos puntos de P2k de manera
que R = {p00 , p01 , p02 ; p03 } sea una referencia proyectiva de P2k . Consideramos la proyectivi-
dad f que transforma R en R 0 . Entonces f (l) = f (< p0 , p1 >) = < f (p0 ), f (p1 ) > =
< p00 , p01 >= l0 . Observa que con esta construcción podemos obtener muchas proyectivi-
dades que transforman l en l0 , ya que, para fijar R 0 , podemos elegir como p00 y p01 dos
puntos distintos de l0 cualesquiera; como p02 podemos elegir un punto cualquiera fuera de l0
y como p03 podemos elegir cualquier punto que no esté contenido en la unión de < p00 , p01 >,
< p00 , p02 > y < p01 , p02 >. Cada elección distinta de los puntos p00 , p01 , p02 y p03 define una
proyectividad diferente que transforma l en l0 .
El lema 9.13 nos dice que dos rectas de P2k son indistinguibles desde un punto de vista
proyectivo. Otra forma de ver esto es que una recta de P2k puede adoptar cualquier ecuación
siempre que la escribamos con respecto a una referencia proyectiva adecuada.
En particular, se sigue de todo esto que la recta de ecuación x0 = 0 (que denotamos a partir
de ahora como l) no tiene nada de especial y ası́, cualquier recta de P2k tiene “derecho” a
ser elegida como recta del infinito. Como hemos identificado A2k con P2k r l mediante la
biyección i de (9.12.1), tenemos la siguiente observación:
Observación 9.14. Sea l la recta de P2k de ecuación x0 = 0 y sea l0 otra recta de P2k .
Podemos identificar (no de manera única) A2k con P2k r l0 de la siguiente forma. Sea i la
aplicación de (9.12.1) y sea f una proyectividad de P2k en P2k tal que f (l) = l0 (recuerda
el lema 9.13) Entonces i0 = f ◦ i es una aplicación inyectiva y su imagen es P2k r l0 .
En realidad, esta manera de elegir la recta del infinito tal como se describe en la obser-
vación 9.14 es equivalente a la manera de elegir la recta del infinito que vimos antes en la
página 79. Dicho de forma más precisa:
Proposición 9.15. Sea i la aplicación de (9.12.1) y sea π la proyección canónica de
k3 r {(0, 0, 0)} a P2k .
(1) Si Π0 es un plano afı́n de k3 que no contiene a (0, 0, 0), j 0 es una aplicación afı́n
de A2k a A3k tal que j 0 (A2k ) = Π0 e i0 = π ◦ j 0 , entonces existe una proyectividad f
de P2k en P2k tal que i0 = f ◦ i.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 83
El lema 9.13 se puede generalizar de la manera obvia a Pnk (dados dos hiperplanos H y H 0
de Pnk , existe una proyectividad (no única) de Pnk en Pnk que transforma H en H 0 ). De igual
manera podemos generalizar la observación 9.14, por lo que también en Pnk podemos elegir
el hiperplano del infinito. Esto consistirı́a en fijar un hiperplano H de Pnk e identificar el
complementario de H con el espacio afı́n Ank . Este proceso también lo podemos realizar
generalizando la construcción que hicimos en la página 79.
A continuación vemos varios contextos que ilustran el proceso de elegir la recta del infinito
y nos muestran la utilidad del mismo (en el tema 3 veremos una situación más en que elegir
la recta del infinito será muy importante: cuando relacionemos las cónicas proyectivas con
las cónicas afines).
Paralelismo.
i0 −1 : P2R r L −→ A2R
(x0 : x1 : x2 ) 7→ ( xx10 , xx21 ).
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 85
Teorema 9.17. (Pappus) En P2k sean a, b, c tres puntos distintos alineados y sea
L =< a, b, c >; sean a0 , b0 , c0 otros tres puntos alineados, contenidos en la recta L0 dis-
tinta de l. Si p es el punto de intersección de < a, b0 > y < a0 , b >, q es el punto de
intersección de < a, c0 > y < a0 , c > y r es el punto de intersección de < b, c0 > y < b0 , c >,
entonces los puntos p, q y r están alineados.
86 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Demostración. Sea L00 =< p, r >. Para demostrar el teorema basta ver que q ∈ L00 .
Tomamos L00 como recta del infinito, es decir, identificamos P2k r L00 con A2k según la
construcción de la página 79 o la observación 9.14. A partir de ahora haremos un pequeño
abuso de notación y, dada una recta de P2k con intersección no vacı́a con P2k rL00 , daremos el
mismo nombre a la recta proyectiva y a la recta afı́n que resulta al intersecarla con P2k rL00 .
En ese caso las rectas < a, b0 > y < a0 , b > se convierten en rectas de A2k paralelas (¡puesto
que sus completados proyectivos tienen el mismo punto en el infinito!). De igual forma las
rectas < b, c0 > y < b0 , c > se convierten en rectas de A2k paralelas. Por tanto habremos
demostrado que q ∈ L00 , si demostramos la siguiente versión afı́n (especial) del teorema de
Pappus:
En A2k , sean a, b, c tres puntos distintos alineados y sea L =< a, b, c >; sean a0 , b0 , c0 otros
tres puntos alineados, contenidos en la recta L0 distinta de L. Si < a, b0 > y < a0 , b > son
paralelas y < b, c0 > y < b0 , c > son paralelas, entonces < a, c0 > y < a0 , c > son paralelas.
Como las rectas L y L0 en A2k pueden ser paralelas o concurrentes (dependerá de si el
punto de intersección de L y L0 (de forma más precisa, el punto de intersección de sus
completados proyectivos) en P2k esté en L00 o no; en la figura incluida en el enunciado del
teorema, no lo está, que es la situación más probable), para demostrar la versión afı́n del
teorema de Pappus del párrafo anterior será necesario distinguir esos dos casos:
Caso 1: Las rectas L y L0 son concurrentes en A2k (el punto de intersección de L y L0
en P2k no está en L00 ). Sea o el punto de intersección de L y L0 , sea h1 la homotecia de
centro o que lleva a a b y sea h2 la homotecia de centro o que lleva b a c. Como L y L0
pasan por o, ambas rectas son invariantes tanto por h1 como por h2 . Como una homotecia
transforma una recta en una recta paralela, h1 transforma < a, b0 > en < b, a0 > (por lo que
h1 (b0 ) = a0 ) y h2 transforma < b, c0 > en < c, b0 > (por lo que h2 (c0 ) = b0 ). Por otra parte es
fácil ver que dos homotecias con el mismo centro conmutan centro sentido o en bien la y su
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 87
composición es o bien una homotecia con el mismo centro o bien la identidad (¡piénsalo!).
Por ello h = h2 ◦ h1 = h1 ◦ h2 , h(a) = (h2 ◦ h1 )(a) = c y h(c0 ) = (h1 ◦ h2 )(c0 ) = a0 , de donde
se deduce que las rectas < a, c0 > y < c, a0 > son paralelas, como querı́amos demostrar.
Caso 2: Las rectas L y L0 son paralelas. El razonamiento es el mismo que el del caso 1
cambiando en el argumento homotecias por traslaciones (el que una traslación transforme
una recta dada en una recta paralela a ella y el que la composición de traslaciones sea
conmutativa son hechos inmediatos).
Aunque hayamos demostrado el teorema de Pappus eligiendo hábilmente la recta del in-
finito para ası́ poder usar argumentos afines, es posible dar otra demostración utilizando
argumentos puramente proyectivos:
Ejercicio 9.18. Da una demostración del teorema de Pappus, siguiendo los siguientes
pasos:
Paso 1: Llama m al punto de intersección de las rectas < b, c0 > y < a0 , c > y n al
punto de intersección de las rectas < a, c0 > y < a0 , b >.
Paso 2: Considera la composición f de la perspectividad de < b, c0 > a l0 con centro
c seguida de la perspectividad de l0 a < a0 , b > de centro a.
Paso 3: Halla f (b), f (m), f (c0 ) y f (p).
Paso 4: Considera la perspectividad g de < b, c0 > a < a0 , b > de centro q.
Paso 5: Halla g(b), g(m) y g(c0 ), deduce qué punto es g(p) y concluye la tesis del
teorema.
88 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
por los puntos b y c y en el punto d hay un árbol. ¿En cuál de los tres dibujos se percibe
que la distancia del árbol a la casa, con respecto al tamaño de esta última, es mayor?
El espacio dual
Una recta l de P2k viene dada por una ecuación de la forma u0 x0 + u1 x1 + u2 x2 = 0, donde
u0 , u1 , u2 son elementos de k no todos nulos. Dos ecuaciones como u0 x0 + u1 x1 + u2 x2 = 0
y u00 x0 + u01 x1 + u02 x2 = 0 definen la misma recta si y solo si existe λ ∈ k∗ tal que
(u00 , u01 , u02 ) = λ(u0 , u1 , u2 ). Esta observación sugiere que al conjunto de todas las rectas de
P2k se le pueda dotar de estructura de plano proyectivo. Lo hacemos de forma intrı́nseca:
Es claro que la proposición anterior puede generalizarse a Pnk , o incluso a cualquier espacio
proyectivo P(V ), sin más que cambiar la palabra recta por la palabra hiperplano:
que las formas lineales v0∗ , v1∗ , v2∗ son las aplicaciones
v0∗ : k3 −→ k
(x0 , x1 , x2 ) 7→ x0
v1∗ : k3 −→ k
(x0 , x1 , x2 ) 7→ x1
v2∗ : k3 −→ k
(x0 , x1 , x2 ) 7→ x2 .
Definición 9.25. Dado un punto p de P2k , al conjunto de rectas de P2k que pasan por p
lo llamamos el haz de rectas por el punto p o con base el punto p.
Observación 9.26. Un haz de rectas de P2k se corresponde por dualidad a una recta de
∗
P2k .
He preferido describir la dualidad de una forma concreta en la demostración de la propo-
sición 9.24, pero esta puede obtenerse de manera más “elegante” y conceptual del hecho
de que, si V es un espacio vectorial de dimensión finita (todos los espacios vectoriales con
los que estamos trabajando en este curso lo son), existe un isomorfismo canónico (es decir,
que se puede construir sin elegir bases) entre V y su espacio bidual (V ∗ )∗ (que denotamos
como V ∗∗ ). Por otra parte, la dualidad que hemos visto entre puntos y rectas de P2k se
puede generalizar a Pnk y más aún, a un espacio proyectivo arbitrario P(V ) pero, ¡cuidado!,
esta dualidad no será en general entre puntos y rectas, sino entre puntos e hiperplanos:
Ejercicio 9.27. Sea P(V ) un espacio proyectivo arbitrario.
(1) Enuncia y demuestra un resultado de dualidad para P(V ) análogo a la propo-
sición 9.24, describiendo explı́citamente esta dualidad como se hace en la de-
mostración de la proposición 9.24 (indicación: para hacer esto último deberás fijar
una base B de V y usar la base dual B ∗ de B y sus referencias proyectivas asocia-
das).
(2) Comprueba que la dualidad que has descrito en el apartado (1) se puede expresar
como una proyectividad entre P(V ) y (P(V )∗ )∗ .
(3) Para el/la alumno/a que conozca el isomorfismo canónico entre V y V ∗∗ men-
cionado en el párrafo anterior: Comprueba que la proyectividad del apartado (2)
está inducida por el isomorfismo canónico entre V y V ∗∗ .
La dualidad se puede generalizar aún más en un espacio proyectivo de dimensión n,
obteniéndose biyecciones entre subespacios proyectivos de dimensión r y subespacios proyec-
tivos de dimensión n − r − 1:
Ejercicio 9.28. Sea Λ un subespacio proyectivo de dimensión m de un espacio proyectivo
P(V ) de dimensión n.
(1) Demuestra que el conjunto Ω(Λ) = {H ∈ P(V )∗ |Λ ⊂ H} es un subespacio proyec-
tivo de P(V )∗ de dimensión n − m − 1.
(2) Observa que Ω(∅) = P(V )∗ y Ω(P(V )) = ∅.
∗
(3) Observa que, en P3k , a un punto p le corresponde Ω(p) en P3k , que es un plano de
∗ ∗
P3k (cada punto de ese plano de P3k corresponde a un plano que pasa por p) y a
∗
un plano Π de P3k le corresponde Ω(Π), que es un punto de P3k .
(4) Observa que, en P3k , los planos que contienen a una recta l forman un haz de planos
(el haz de planos con base l) y a este haz de planos le corresponde la recta Ω(l) de
∗
P3k (cada punto de esa recta corresponde a un plano del haz).
Indicación: si tienes dificultades para resolver este ejercicio, puedes consultar el teorema
6.11 de “Apuntes de Geometrı́a Proyectiva”, de E. Arrondo.
Usamos ahora el principio de dualidad para demostrar otro teorema clásico sobre configu-
raciones de rectas en el plano, el teorema de Desargues:
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 95
Teorema 9.29. (Desargues) Sean abc y a0 b0 c0 tres triángulos de P2k tales que sus vértices
a, b, c y a0 , b0 , c0 cumplen a 6= a0 , b 6= b0 y c 6= c0 y las rectas que contienen lados co-
rrespondientes son distintas, es decir, < a, b >6=< a0 , b0 >, < a, c >6=< a0 , c0 > y
< b, c >6=< b0 , c0 >. Sea p el punto de intersección de < a, b > y < a0 , b0 >, sea q el
punto de intersección de < a, c > y < a0 , c0 > y sea r el punto de intersección de < b, c >
y < b0 , c0 >. Entonces, para que los puntos p, q y r estén alineados es condición necesaria
y suficiente que las rectas < a, a0 >, < b, b0 > y < c, c0 > sean coincidentes.
Demostración. (Condición suficiente): Tienes un poco más adelante un dibujo que ilustra
el enunciado y la demostración de la condición suficiente del teorema, pero es aconsejable
que, a medida que vayas leyendo el argumento, vayas dibujando las rectas y puntos que
aparecen. Escribimos l1 =< a, a0 >, l2 =< b, b0 > l3 =< c, c0 >. Por hipótesis las rectas
l1 , l2 y l3 se cortan en un punto, que llamaremos o. Denotamos también t1 = < p, r > ∩ l1 ,
t2 = < p, r > ∩ l2 y t3 = < p, r > ∩ l3 y definimos fp como la perspectividad de l1 sobre l2
de centro p y fr como la perspectividad de l2 sobre l3 de centro r. Tenemos entonces
fp fr
l1 −→ l2 −→ l3
o 7→ o 7→ o
a 7→ b 7→ c
a0 7→ b0 7→ c0
t1 7→ t2 7→ t3
Observamos que la composición fr ◦ fp es una proyectividad de l1 a l3 que deja fijo el punto
o, que es el punto de intersección de l1 y l3 , por lo que, por el teorema 9.11, fr ◦ fp es
una perspectividad de l1 sobre l3 y su centro es necesariamente el punto de intersección
de < a, c > y < a0 , c0 >, o sea, q. Como (fr ◦ fp )(t1 ) = t3 , se tiene que t1 , t3 y q están
96 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
alineados, es decir, q está en la recta < t1 , t3 >, que es la recta < p, r >, por lo que p, q y
r están alineados, como querı́amos demostrar.
Condición necesaria: Para demostrar la condición necesaria vamos a usar dualidad: una
vez que “traduzcamos” todas las rectas y todos los puntos del enunciado del teorema 9.29
∗
en puntos y rectas de P2k respectivamente, ası́ como las relaciones entre esas rectas y
puntos en relaciones entre puntos y rectas en el dual (por ejemplo, puntos que en P2k
∗
estén alineados darán lugar a rectas concurrentes en P2k ; rectas concurrentes en P2k darán
∗
lugar a puntos alineados en P2k , etc.), será claro que la condición necesaria del teorema
de Desargues en P2k se convierte en la condición suficiente del teorema de Desargues en
∗ ∗
P2k (es decir, una implicación es la “dual” de la otra). Como P2k es isomorfo a P2k y ya
hemos demostrado la condición suficiente del teorema de Desargues en P2k , obtenemos el
resultado (para más detalles puedes consultar las págs. 154–155 de “Geometry”, de M.
Audin).
Hemos dado una demostración sintética del teorema de Desargues. En el siguiente ejercicio
se propone una demostración usando coordenadas:
Ejercicio 9.30. Demuestra la condición suficiente del teorema de Desargues siguiendo
estos pasos:
Paso 1: Considera la referencia R formada por los puntos a, b y c y por el punto o
donde se cortan las rectas < a, a0 >, < b, b0 > y < c, c0 > como punto unidad.
Paso 2: Calcula las coordenadas de los puntos p, q y r respecto de R.
Paso 3: Deduce que p, q y r están alineados.
Al igual que el teorema de Pappus, el teorema de Desargues también tiene versiones afines.
Podemos obtener estas a partir de la versión proyectiva, realizando una elección adecuada
de la recta del infinito:
Ejercicio 9.31. Usando el teorema de Desargues en el plano proyectivo, demuestra la
siguiente versión afı́n:
Se consideran dos triángulos en el plano afı́n A2k de vértices a, b, c y a0 , b0 , c0 , tales que los
lados ab y ac son paralelos, respectivamente, a los lados a0 b0 y a0 c0 . El lado bc es paralelo
a b0 c0 si y solo si las rectas < a, a0 >, < b, b0 > y < c, c0 > son concurrentes.
Concluimos esta subsección mostrando cómo utilizar la dualidad para hallar los subespacios
invariantes de una proyectividad. Primero definimos la aplicación dual de una aplicación
proyectiva:
Definición 9.32. Sean V1 y V2 dos espacios vectoriales sobre k y sean P(V1 ) y P(V2 )
los espacios proyectivos correspondientes. Sea φ una aplicación lineal de V1 a V2 y sea f
la aplicación proyectiva de P(V1 ) a P(V2 ) inducida por φ. Recordemos que la aplicación
lineal dual de φ es
φ∗ : V2∗ −→ V1∗
ω 7→ ω ◦ φ.
Llamamos aplicación proyectiva dual de f y la denotamos por f ∗ a la aplicación proyectiva
de P(V2 )∗ a P(V1∗ ) inducida por φ∗ .
Observación 9.33. Sean R1 y R2 referencias proyectivas de P(V1 ) y P(V2 ) y sean B1
y B2 bases de V1 y de V2 asociadas a R1 y R2 respectivamente. Sean B1∗ y B2∗ las bases
duales de B1 y de B2 y sean R1∗ y R2∗ referencias proyectivas de P(V1 )∗ y P(V2 )∗ cuyas
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 97
bases asociadas sean B1∗ y B2∗ respectivamente (decimos que R1∗ es la referencia dual de
R1 y que R2∗ es la referencia dual de R2 ). Recuerda que
MB2∗ ,B1∗ φ∗ = (MB1 ,B2 φ)t .
Por tanto, una matriz (MR1 ,R2 f )t es una matriz asociada a f ∗ respecto a R2∗ y R1∗ .
Ejercicio 9.34. (1) Sea H un hiperplano proyectivo de P(V2 ) que no contiene a la
imagen de f . Demuestra que f −1 (H) es un hiperplano proyectivo de P(V1 ) y que
f ∗ envı́a H a f −1 (H).
(2) Demuestra que Ω(imf ) es el centro de f ∗ .
A continuación usamos el concepto de aplicación dual para calcular de manera sistemática
los hiperplanos invariantes por una proyectividad:
Corolario 9.35. Sea P(V ) un espacio proyectivo sobre k y sea f una proyectividad de
P(V ) en sı́ mismo. Un hiperplano H de P(V ) es invariante por f si y solamente si
H ∈ P(V )∗ es un punto fijo de f ∗ . Por tanto, si f viene inducida por un automorfismo φ de
V , el problema de hallar los hiperplanos invariantes por f se reduce a hallar los autovalores
y autovectores (¡estos últimos son elementos de V ∗ , es decir, son formas lineales!) de φ∗ .
Demostración. Sea H un hiperplano invariante por f . Esto quiere decir que f (H) = H,
lo que es equivalente a H = f −1 (H). El ejercicio 9.34 (1) nos dice que en ese caso H
corresponde a un punto de P(V )∗ que es fijo por f ∗ .
Ejercicio 9.36. Sea P(V ) un espacio proyectivo sobre k y sea f una proyectividad de
P(V ) en sı́ mismo.
(1) Demuestra que el conjunto de puntos fijos de f se puede escribir, de forma única,
como una unión disjunta finita
Fij(f ) = Λ1 q · · · q Λs
de subespacios proyectivos no vacı́os Λi de P(V ).
(2) Demuestra que el conjunto de los puntos de P(V )∗ correspondientes a los hiper-
planos invariantes por f se puede escribir, de forma única, como una unión disjunta
finita
Ω1 q · · · q Ωs ,
donde cada Ωi es un subespacio proyectivo de P(V )∗ isomorfo a Λi .
(3) Concluye que, en particular, existe una biyección entre el conjunto de puntos fijos
de f y el conjunto de hiperplanos invariantes por f .
Indicación: observa que si M es una matriz cuadrada de orden n + 1, el polinomio
caracterı́stico de M es el mismo que el polinomio caracterı́stico de M t . Observa
también que, para todo λ ∈ k, el rango de las matrices M − λIn+1 y M t − λIn+1
coincide.
Finalmente usaremos el corolario 9.35 para dar un método sistemático para hallar todos
los subespacios invariantes por una proyectividad:
Ejercicio 9.37. Sea k un cuerpo algebraicamente cerrado (es decir, todo polinomio de
grado positivo en una variable con coeficientes en k tiene al menos una raı́z; esto ocurre,
por ejemplo, si k = C). Sea P(V ) un espacio proyectivo sobre k, sea f una proyectividad
de P(V ) en sı́ mismo y sea Λ un subespacio proyectivo de P(V ) invariante por f .
(1) Demuestra que existe un punto fijo de f contenido en Λ.
(2) Demuestra que existe un hiperplano invariante por f que contiene a Λ.
98 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Indicación: (2) es el enunciado dual de (1), por lo que puedes obtener (2) aplicando
(1) a f ∗ .
Observación 9.38. Dada una proyectividad f de un espacio proyectivo P(V ) de di-
mensión n sobre k en sı́ mismo, ya vimos, en la proposición 8.20, cómo hallar sus puntos
fijos. El corolario 9.35 y el ejercicio 9.37 nos proporcionan además un método sistemático
para hallar todos los subespacios invariantes de una proyectividad cuando el cuerpo k es
algebraicamente cerrado (por ejemplo, k = C).
En efecto, en este caso, comenzamos hallando todos los hiperplanos invariantes por f .
Para cada hiperplano invariante H por f , consideramos f|H . Por el corolario 8.6 y la
proposición 8.14, (3) sabemos que f|H es una proyectividad de H en H. Hallamos entonces
todos los hiperplanos invariantes Λ por f|H , que no serán sino los subespacios de P(V )
de codimensión 2, contenidos en H e invariantes por f . Por ello, como este proceso lo
realizamos para todos los hiperplanos H invariantes por f y, según el ejercicio 9.37, (2),
todo subespacio Λ de codimensión 2, invariante por f , está contenido en algún hiperplano
H invariante por f , encontramos ası́ todos los subespacios de codimensión 2 invariantes
por f . Repitiendo este argumento para todo subespacio invariante Λ de codimensión 2 (es
decir, hallando, para cada Λ, los hiperplanos invariantes de la proyectividad f|Λ de Λ en sı́
mismo), obtenemos todos los subespacios de codimensión 3 invariantes por f . Continuamos
el argumento hasta encontrar todos los subespacios invariantes de codimensión n − 1,
es decir, hasta encontrar todas las rectas invariantes (aunque podrı́amos, no hace falta
encontrar de esta manera los puntos invariantes por f , ya que estos son los puntos fijos y
los podemos hallar directamente usando la proposición 8.20).
Observación 9.39. Si el cuerpo k no es algebraicamente cerrado (por ejemplo, si k = R),
también se puede usar el ejercicio 9.37 para hallar todos los subespacios invariantes por
una proyectividad f de un espacio proyectivo P(V ) de dimensión n en sı́ mismo. En este
caso, lo que haremos es extender el cuerpo de escalares de k a k, donde k es la clausura
algebraica de k (si k = R, entonces k = C y a hacer esto lo denominamos complexificar
el problema). Vemos cómo se lleva a cabo esto en el caso concreto en que f es una
proyectividad de PnR en PnR . En este caso f está representada por una matriz M respecto
de la referencia canónica de PnR . La matriz M es una matriz (n + 1) × (n + 1) cuyos
elementos son números reales, que son también números complejos, pues R ⊂ C. Por
ello, M define una proyectividad fC de PnC en PnC (¡la matriz M sigue siendo invertible
sobre C!). Aplicamos ahora a fC el método descrito en la observación 9.38. De esta forma
encontraremos todos los subespacios invariantes por fC . Estos subespacios invariantes
son subespacios proyectivos de PnC . Aquellos de entre esos subespacios que sean además
subespacios proyectivos de PnR serán los subespacios invariantes por f que buscamos.
Si fijamos una referencia proyectiva, es relativamente sencillo generalizar la construcción
anterior al caso general en que P(V ) sea un espacio proyectivo real. No nos detenemos en
el caso en que k es un cuerpo arbitrario, ya que para esto necesitamos definir la clausura
algebraica k de un cuerpo k (brevemente, k es el cuerpo “más pequeño” de entre aquellos
cuerpos F que contienen a k y satisfacen la propiedad de que todo polinomio no constante
en una variable y con coeficientes en k tiene alguna raı́z en F ) y esto se escapa del ámbito
de este curso. De todas formas, si conociéramos k, el proceso serı́a el mismo que hemos
visto, ya que, al igual que R y C, los cuerpos k y k cumplen k ⊂ k.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 99
TEMA 3: CÓNICAS.
Hasta ahora hemos estudiado los subconjuntos más sencillos, desde un punto de vista
geométrico, definidos por ecuaciones polinómicas, de un espacio afı́n o de un espacio proyec-
tivo: las variedades lineales (puntos, rectas, planos, etc.). A estos conjuntos les hemos
llamado subespacios afines en el caso afı́n y subespacios proyectivos en el caso proyectivo.
Estos subconjuntos son los más simples porque vienen definidos como el conjunto de ceros
de una serie de polinomios lineales (homogéneos en el caso proyectivo), es decir, vienen
definidos por polinomios de grado 1. A su vez, dentro de estas variedades lineales, las
más sencillas son aquellas definidas por una única ecuación lineal, que son las que hemos
llamado hiperplanos (afines o proyectivos). Parece lógico pensar que los subconjuntos si-
guientes en cuanto a nivel de complejidad sean aquellos que se obtienen como conjunto
de ceros de un polinomio (homogéneo en el caso proyectivo) cuadrático o de grado 2. Es-
tos subconjuntos son las llamadas hipersuperficies cuádricas. Para abordarlas se pueden
usar las herramientas afines, euclı́deas y proyectivas que hemos ido desarrollando hasta
ahora, de forma que el estudio de las cuádricas desde una perspectiva proyectiva nos dé
información sobre las cuádricas afines y viceversa. De entre las hipersuperficies cuádricas
estudiaremos las más sencillas, las del plano (afı́n y proyectivo). Estas serán las curvas
del plano definidas por una ecuación de grado 2. A estas curvas se les llama cónicas. Las
cónicas son un tipo de curvas planas cuyo estudio se remonta a los antiguos griegos. Su
nombre se debe a que pueden obtenerse como secciones de un cono en el espacio afı́n cuando
lo cortamos con diferentes planos afines. Las cónicas están presentes en disciplinas como la
astronomı́a y, en general, en la mecánica clásica, y tienen aplicaciones en óptica (espejos,
lentes), en ingenierı́a (radares, antenas) o en arquitectura (para diseñar superficies con
propiedades interesantes desde un punto de vista estético, acústico...).
Quizá hayáis visto ya cómo una cónica se puede definir a partir de sus propiedades métricas.
Nuestro primer objetivo es justificar por medio de ejemplos que, tal y como anunciábamos
en la introducción de este tema, estas cónicas definidas por propiedades métricas o como
secciones cónicas son curvas que se pueden describir por medio de una ecuación de segundo
100 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Figura 1. Elipse C1
grado. Tomemos el ejemplo de una elipse real. Una elipse real es el lugar geométrico de
aquellos puntos del plano afı́n euclı́deo estándar A2R tales que la suma de sus distancias
a dos puntos dados, iguales o distintos, llamados focos de la elipse, es constante y mayor
que la distancia entre los focos. Esta definición métrica proporciona un método sencillo
de dibujar una elipse en una hoja de papel, usando dos chinchetas (que se clavan en los
focos de la elipse), una cuerda (que se ata en las chinchetas) y un lápiz (con cuya punta
tensamos la cuerda), que deslizamos sobre el papel. A este método se le conoce como
método del jardinero, porque, usando estacas en vez de chinchetas y lápiz, también sirve
para dibujar elipses en un jardı́n, por ejemplo.
Si los dos focos son puntos distintos, la recta que los une se denomina eje principal o mayor
de la elipse y el punto medio del segmento que determinan los focos, centro de la elipse.
En este caso, la recta que pasa por el centro de la elipse y es perpendicular al eje mayor de
la misma se denomina eje secundario o menor de la elipse. Los puntos de intersección de
los ejes con la elipse se denominan vértices de la elipse. Los segmentos que unen el centro
de la elipse con cada uno de sus cuatro vértices se llaman semiejes (mayores o menores
según el eje en el que estén). Estudiamos a continuación una elipse real concreta:
Ejemplo 10.1. En el plano afı́n A2R con su estructura euclı́dea estándar consideramos
los puntos p1 = (−1, 0) y p2 = (1, 0). Sea C1 el conjunto de puntos p de A2R tales que
la suma de sus distancias d1 = d(p, p1 ), d2 = d(p, p2 ) a p1 y a p2 es d1 + d2 = 4. Por lo
dicho anteriormente la curva C1 es una elipse real, los puntos p1 y p2 son los focos de C1 ,
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 101
Ejercicio 10.3. En el plano afı́n A2R con su estructura euclı́dea estándar consideramos
la circunferencia S de centro o = (α, β) y radio r (siendo r un número real positivo).
Demuestra que
(a) S es una elipse real en la que los focos son iguales a o (indicación: observa que un
punto p de A2R pertenece a S si y solo si cumple d(p, o)+ d(p, o) = 2r);
(b) un punto p = (x, y) pertenece a S si y solo si
(10.3.1) (x − α)2 + (y − β)2 = r2
o, lo que es lo mismo,
x2 + y 2 − 2αx − 2βy + (α2 + β 2 − r2 ) = 0
(si o = (0, 0), ¿puedes obtener a partir de (10.3.1) una ecuación como (10.2.1)?
¿cómo?).
Vemos ahora otro ejemplo de elipse en el que, al contrario del ejemplo 10.1 y del ejerci-
cio 10.2, el centro no es el (0, 0) y el eje mayor no es la recta de ecuación y = 0 (esto tendrá
como consecuencia que, aun siendo de segundo grado, la ecuación (10.4.1) que obtendremos
para esta elipse será más complicada que (10.2.1):
Ejemplo√ 10.4. En √
A2R con su estructura
√ √
euclı́dea estándar consideramos los puntos
0
p1 = (− 2 + 1, − 2 + 1) y p2 = ( 2 + 1, 22 + 1) y el conjunto C10 de puntos p tales
2 2 0 2
que la suma de sus distancias a p01 y a p02 es d(p, p01 )+ d(p, p02 ) = 4. Intuitivamente parece
claro que C10 debe ser una curva muy similar a C1 , ya que en la definición de C10 solo hemos
cambiado, con respecto a la definición de C1 , los puntos p1 y p2 por los puntos p01 y p02 ,
pero la distancia entre ellos se sigue conservando, es decir, d(p1 , p2 ) =d(p01 , p02 ) = 2. En
efecto, C10 es una elipse real cuyos focos son p01 y p02 , cuyos ejes mayor y menor son las
rectas L01 y L02 de ecuaciones√x − y = 0 y x + y − 2 = 0, cuyo centro es el punto o0 = (1, 1)
y cuyos semiejes miden 2 y 3 (más adelante veremos que C10 es el resultado de aplicarle a
C1 la isometrı́a que resulta de componer la traslación de vector (1, 1) con un giro de centro
(1, 1) y ángulo π/4). Puedes comprobar, argumentando como en el ejemplo 10.1, que si
p = (x, y), la condición d(p, p01 )+ d(p, p02 ) = 4 es equivalente a
(10.4.1) 7x2 + 7y 2 − 2xy − 12x − 12y − 12 = 0,
por lo que la elipse real C10 es también el conjunto de ceros de un polinomio, en este caso,
el polinomio 7x2 + 7y 2 − 2xy − 12x − 12y − 12. Este polinomio no es tan sencillo como el
que nos servı́a para determinar los puntos de la elipse C1 del ejemplo 10.1, pero vuelve a
ser un polinomio de segundo grado.
Vemos más ejemplos de cónicas definidas como lugares geométricos:
Definición 10.5. Una hipérbola es el lugar geométrico de los puntos del plano afı́n euclı́deo
estándar A2R tales que la diferencia de sus distancias a dos puntos dados distintos, llamados
focos de la hipérbola, tiene valor absoluto constante y menor que la distancia entre los focos.
La recta que une a los focos se denomina eje principal de la hipérbola y el punto medio
del segmento que determinan los focos se denomina centro de la hipérbola. La recta que
pasa por el centro de la hipérbola y es perpendicular a su eje principal se denomina eje
secundario de la hipérbola. Los puntos de intersección del eje principal y la hipérbola se
denominan vértices de la hipérbola.
Estudiamos a continuación una hipérbola concreta:
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 103
(b) los puntos p de H son aquellos puntos de A2R que cumplen |d(p, p1 )− d(p, p2 )| = 2a;
(c) un punto p = (x, y) pertenece a H si y solo si
x2 y 2
(10.7.1) − 2 =1
a2 b
o, lo que es lo mismo,
b2 x2 − a2 y 2 − a2 b2 = 0,
√
donde b = c 2 − a2 .
Al igual que pasaba en el ejemplo 10.4, si consideramos una hipérbola cuyo centro no sea el
(0, 0) y cuyo eje principal no sea la recta de ecuación y = 0, la ecuación que obtendremos
será más complicada que (10.7.1) (como puedes ver en el ejemplo 10.19), pero seguirá
siendo una ecuación de segundo grado.
Observación 10.8. Hay dos diferencias que saltan a la vista cuando comparamos una
elipse real y una hipérbola. La primera es que los puntos de una elipse real forman un
conjunto que está acotado mientras que los puntos de una hipérbola forman un conjunto que
no lo está. Otra diferencia es que mientras que una elipse real que no sea una circunferencia
tiene cuatro vértices, una hipérbola tiene solo dos. Esta diferencia se debe a que estamos
trabajando con el cuerpo de los números reales. Si, aunque las ecuaciones que usemos
sigan teniendo coeficientes reales, nos permitimos considerar no solo sus soluciones reales
sino también sus soluciones imaginarias (es decir, extendemos el cuerpo con el que estamos
trabajando y pasamos de R a C), observaremos que la intersección entre una hipérbola
y su eje secundario está formada por dos puntos que tienen imaginaria al menos una de
sus dos coordenadas. Ası́ pues, podrı́amos decir que una hipérbola tiene cuatro vértices al
igual que una elipse real pero que, al contrario que esta, estos cuatro vértices son un par
de vértices reales y un par de vértices imaginarios.
La primera diferencia a la que hemos hecho referencia en esta observación también está mo-
tivada por trabajar sobre R pero la estudiaremos con más precisión cuando introduzcamos
el concepto de equivalencia afı́n de cónicas (consulta la definición 10.21, el teorema 10.34 y
la observación 10.35) y la entenderemos mejor desde un punto de vista geométrico cuando
veamos qué es el completado proyectivo de una cónica.
Ejercicio 10.11. Comprueba que el conjunto C30 de puntos p = (x, y) que cumplen x2 −
2x − y − 1 = 0 es una parábola. ¿Cuál es el foco y la directriz de C30 ?
A continuación generalizamos el ejemplo 10.10 considerando parábolas que tienen como
vértice el punto (0, 0) y como eje la recta de ecuación y = 0:
Ejercicio 10.12. En el plano afı́n A2R con su estructura euclı́dea estándar consideramos
la parábola P que tiene como vértice el punto (0, 0), como eje la recta de ecuación y = 0
y como foco el punto (p/2, 0), donde p es un número real positivo. Demuestra que
(a) la directriz L de P es la recta de ecuación x = −p/2;
(b) un punto p = (x, y) pertenece a P si y solo si
(10.12.1) y 2 = 2px
o, lo que es lo mismo,
y 2 − 2px = 0.
Al igual que pasaba en los ejemplos 10.4 y 10.19, si consideramos una parábola cuyo vértice
no sea el (0, 0) y cuyo eje no sea la recta de ecuación y = 0, la ecuación que obtendremos
será más complicada que (10.12.1), pero seguirá siendo una ecuación de segundo grado.
106 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Figura 4. Intersección de Q y Π2 .
Secciones cónicas
Otro enfoque para acercarnos a las cónicas es verlas como secciones de un cono con base cir-
cular (de ahı́ viene precisamente el nombre de cónica). Consideramos un cono Q concreto:
el conjunto de puntos (x, y, z) de A3R que satisfacen la ecuación x2 +y 2 −z 2 = 0. La sección
que se obtiene al intersecar Q con el plano Πr de ecuación z = r, donde r ∈ R, r 6= 0,
es una circunferencia contenida en Πr , con centro (0, 0, r) y radio |r|. Por otra parte, la
intersección Q∩Π0 consiste solamente en el punto (0, 0, 0) por lo que Q es efectivamente un
cono, cuyo vértice es el punto (0, 0, 0). Este como es por otra parte una superficie cuádrica
ya que está definido por una ecuación cuadrática en las variables x, y, z.
Si intersecamos Q con diferentes planos vamos obteniendo diferentes tipos de cónicas. Ya
hemos comentado que si intersecamos Q con planos horizontales Πr , exceptuando el plano
Π0 de ecuación z = 0, obtenemos circunferencias, que son un tipo especial de elipses. Por
ejemplo, si intersecamos Q con el plano horizontal Π2 de ecuación z = 2, obtenemos la
circunferencia, de centro (0, 0, 2) y radio 2, contenida en Π2 , que aparece en la figura 4. Si
movemos Πr un poco para que deje de ser un plano horizontal, la intersección con Q que
obtendremos será también una elipse aunque ya no será una circunferencia. Si intersecamos
Q con el plano Π de ecuación x − y − z + 1 = 0 obtenemos una hipérbola como muestra
la figura 5. Si movemos un poco el plano Π, la intersección con Q seguirá siendo una
hipérbola. En cambio, si intersecamos Q con el plano Π0 de ecuación x + z + 1 = 0, el
resultado es una parábola, como podemos ver en la figura 6.
Podemos describir las interesecciones anteriores con ecuaciones. Observa que todas ellas
son curvas en un plano (Π2 , Π y Π0 ), ası́ que escribiremos sus puntos en coordenadas en el
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 107
Figura 5. Intersección de Q y Π.
Figura 6. Intersección de Q y Π0 .
este caso, podemos ciertamente decir, las secciones cónicas) son curvas planas que vienen
descritas por una ecuación de grado 2.
Definición de cónica en el plano afı́n estándar
Lo visto en las dos subsecciones anteriores sugiere que una forma de tratar todas las
cónicas de manera unificada es considerar las curvas de A2R definidas como el conjunto o
lugar de ceros de un polinomio F de R[x, y] de grado 2, que es una expresión de la forma
a11 x2 + a22 y 2 + a12 xy + a01 x + a02 y + a00 , donde a11 , a22 , a12 , a01 , a02 , a00 ∈ R (los nombres
que hemos dado a los coeficientes de F parecen ahora bastante extraños; justificaremos
esta notación más adelante). Con la expresión lugar de ceros de F nos queremos referir
al conjunto de puntos p = (x, y) de A2R para los que el valor de F es 0 cuando evaluamos
F en p. Sin embargo, tomar esto como definición de cónica tiene algunos inconvenientes,
que vemos en el siguiente ejemplo:
Ejemplo 10.13. El lugar de ceros en A2R del polinomio x2 + y 2 + 1 o del polinomio
x2 + y 2 + 2 es el conjunto vacı́o. El lugar de ceros en A2R del polinomio x2 + y 2 es el
conjunto {(0, 0)}.
El ejemplo 10.13 nos muestra que hay polinomios de grado 2 de R[x, y] cuyo conjunto de
ceros en A2R es un conjunto finito, posiblemente vacı́o. Calificar tales conjuntos como curvas
es contrario a la intuición, por lo que, en un primer momento, sentirı́amos la tentación de
excluir estos polinomios y sus conjuntos de ceros de la definición de cónica. Sin embargo,
esto no es deseable pues romperı́a la manera uniforme con la que queremos estudiar las
cónicas. Por otra parte, si consideramos los conjuntos de ceros de los polinomios del
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 109
ejemplo 10.13 no en A2R sino en A2C , vemos que, estos sı́, son conjuntos infinitos (y de
hecho, el conjunto de ceros de cualquier polinomio de grado 2 en dos variables lo es).
Vemos además que aunque en A2R el conjunto de ceros de x2 + y 2 + 1 y de x2 + y 2 + 2
es el mismo (el conjunto vacı́o), no pasa lo mismo cuando consideramos los conjuntos de
ceros de x2 + y 2 + 1 y de x2 + y 2 + 2 en A2C (de hecho, dos polinomios F1 y F2 de R[x, y]
de grado 2 tendrán el mismo conjunto de ceros en A2C si y solo si existe λ ∈ R∗ tal que
F2 = λF1 ). Esto motiva la definición de cónica que daremos finalmente, que tiene sentido
no solo sobre R sino en el plano afı́n estándar sobre cualquier cuerpo k:
Definición 10.14. Sea k un cuerpo. Definimos la siguiente relación de equivalencia en el
conjunto de polinomios de grado 2 de k[x, y]: dos polinomios F1 y F2 son equivalentes si
y solo si existe λ ∈ k∗ tal que F2 = λF1 . Una cónica de A2k es la clase de equivalencia [F ]
de un polinomio F de grado 2 de k[x, y]. Si F un polinomio de grado 2 de k[x, y], diremos
que la cónica [F ] tiene ecuación F = 0.
Observación 10.15. En la definición 10.14 está implı́cito que estamos fijando unas coor-
denadas de A2k , las coordenadas en el sistema de referencia canónico; ya veremos al final
de este tema qué ocurre cuando cambiamos de coordenadas. Por otra parte, es claro que si
F1 y F2 son dos polinomios equivalentes, su lugar de ceros en A2k es el mismo. En muchas
ocasiones (como en los ejemplos 10.1, 10.4, 10.6 y 10.10 y, más en general, en A2R cuando
el lugar de ceros de F sea un conjunto infinito, o en A2C ) el lugar de ceros de un polinomio
F de grado 2 determina la cónica [F ] (es decir, si F 0 tiene el mismo lugar de ceros que F
y dicho lugar de ceros es un conjunto infinito, entonces F y F 0 son equivalentes). En estos
casos podremos identificar la cónica [F ] con su lugar de ceros.
Según hemos visto, la ecuación de una cónica es un polinomio de grado 2, en dos variables,
igualado a 0. Vamos a expresar esta ecuación en forma matricial.
Atención: A partir de ahora los cuerpos con los que trabajaremos en este tema tendrán
caracterı́stica distinta de 2 (la razón es evidente a la vista de las matrices que aparecen en
la siguiente definición).
Simplificando la ecuación (10.18.1) obtenemos que los puntos de f (C10 ) son lo puntos que
satisfacen la ecuación
6x2 + 8y 2 − 24 = 0,
que es equivalente a la ecuación (10.1.2). Es decir, f (C10 ) = C1 , tal como habı́amos
argumentado más arriba.
En el ejemplo 10.18 hemos sido capaces de encontrar una isometrı́a que transforma C10
en una cónica de C1 porque tenı́amos previamente información geométrica de cómo era
C10 . Si nos dan una cónica de la que a priori no sabemos su aspecto ni sus propiedades
geométricas, ¿cómo seremos capaces de describirla? Lo vemos en el siguiente ejemplo.
Ejemplo 10.19. En el plano √ afı́n euclı́deo
√ estándar A2R consideramos la cónica C4 de
ecuación 7x2 +50xy+7y 2 −82 2x−46 2y−178 = 0. Queremos describir geométricamente
el lugar de ceros de C4 . Para ello seguiremos estos pasos.
Paso 1: Lo primero que haremos será buscar, si es posible, una isometrı́a que transforme
C4 en una cónica de ecuación como las que aparecen en los ejercicios 10.2, 10.7 y 10.12.
Observamos que
√ √
−178
√ −41 2 −23 2
M (C4 ) = −41√2 7 25 .
−23 2 25 7
Según el teorema espectral toda matriz simétrica real puede diagonalizarse simultáneamente
por congruencia y por semejanza; es decir, existe una matriz ortogonal que diagona-
liza dichamatriz simétrica. La matriz simétrica que consideraremos será la submatriz
7 25
m(C4 ) = de M (C4 ). El polinomio caracterı́stico de m(C4 ) es λ2 − 14λ − 576, de
25 7
donde los valores propios de m(C4 ) son 32 y −18. El subespacio propio del valor propio 32
es L((1, 1)) y el subespacio propio del valor propio −1 es L((1, −1)). Tomando un vector
de√norma
√
1 de√ cada
√
subespacio obtenemos una base ortonormal de A2R , como por ejemplo
{( 22 , 22 ), (− 22 , 22 )}, formada por vectores propios de m(C4 ). Entonces
√ √ !
2 2
−
MB,Bc = √22 √22
2 2
y
√ √ !−1 √ √ !
2
−√ 22 2
−√ 22
√2
7 25 √2
32 0
= .
2 2 25 7 2 2 0 −18
2 2 2 2
112 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
−1 t
Como MB,Bc es una matriz ortogonal, MB,B c
= MB,B c
, por lo que
√ √ ! t √2 √ !
2 2 2
2
− 2
7 25 2
− 2
32 0
√ √ √ √ = .
2 2 25 7 2 2 0 −18
2 2 2 2
0
Consideramos ahora el isomorfismo afı́n g de A2R
cuya matriz asociada respecto de la
referencia canónica es
1 √0 0√
2
0
√2
−√ 22 .
0 22 2
2
Como la matriz √ √ !
2 2
√2
−√2
2 2
2 2
es una matriz ortogonal, g 0 es una isometrı́a (de hecho, como el determinante de esa matriz
es 1, g 0 es un giro, concretamente, un giro de centro (0, 0) (ya que g 0 deja fijo el punto
(0, 0)) y ángulo π/4). Las ecuaciones de g 0 son
1 √0 0√
1 1
2 2 0
x = 0
√2
−√2
x .
0
y 0 2 2 y
2 2
0
Sea ahora g la isometrı́a inversa de g (g será el giro de ángulo −π/4 y centro (0, 0)).
Recuerda que un punto p = (x, y) pertenece a (el lugar de ceros de) g(C4 ) si y solo si
g −1 (p) pertenece a (el lugar de ceros de) C4 . Como un punto p = (x, y) pertenece a C4 si
y solo si √ √
−178
√ −41 2 −23 2 1
1 x y −41√2 7 25 x = 0,
−23 2 25 7 y
un punto p0 = (x0 , y 0 ) pertenece a C40 = g(C4 ) si y solo si
t √ √
1 √0 0√ 1 √0 0√
−178√ −41 2 −23 2 1
1 x0 y 0 0 √22 −√ 22 −41√2 25 0 √22 −√ 22 x0 = 0.
7
0 2 2
−23 2 25 7 0 2 2 y0
2 2 2 2
Como
t √ √
1 √0 0√ 1 0 0√
−178
√ −41 2 −23 2 √ −178 −64 18
2 2 2
0
√2
−√ 2 −41√2 7 25 0 √2
−√ 22 = −64 32 0 ,
0 2 2 2
−23 2 25 7 0 2 2 18 0 −18
2 2 2
0
un punto p pertenece a C40 = g(C4 ) si y solo si
2 2
16x0 − 9y 0 − 64x0 + 18y 0 − 89 = 0.
Podemos reescribir esta última ecuación como
16(x0 − 2)2 − 9(y 0 − 1)2 − 144 = 0.
Consideramos ahora la traslación t de vector (−2, −1), que tiene por ecuaciones
x00 = x0 − 2
y 00 = y 0 − 1 .
La imagen de g(C4 ) por t será el conjunto de puntos p00 = (x00 , y 00 ) que satisfacen la ecuación
16x00 2 − 9y 00 2 − 144 = 0. Llamamos f a la composición t ◦ g. Como nombrar a los puntos
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 113
√ √ √ √
tanto, C4 es una hipérbola cuyos focos son p 1 = (−2 2, − 2) y p 2 = (3 2, 4 2), su centro
−1
√ √
2 3 2
√
es o = f (0, 0) = ( 2 , 2 ), su eje principal es la recta L1 de ecuación x − y + 2 = 0, su
√
eje secundario es la recta L2 de ecuación x + y − 2 2 = 0, etc.
Ejercicio 10.20. Demuestra que el conjunto C30 del ejercicio 10.11 es una parábola y
describe sus propiedades métricas, razonando como en el ejemplo 10.19.
El proceso que acabamos de describir en el ejemplo 10.18 y en el ejercicio 10.19 nos sugiere
la estrategia para, dada una cónica de A2R arbitraria de ecuación a11 x2 + a22 y 2 + a12 xy +
a01 x + a02 y + a00 = 0, obtener sus propiedades métricas (es decir, decidir por ejemplo si es
una elipse real, una hipérbola o una parábola, dar su foco o focos, la distancia focal, etc.).
La idea serı́a encontrar una isometrı́a que transformara el lugar de ceros de la cónica en el
lugar de ceros de otra cónica cuya ecuación sea más sencilla (de forma más precisa, si es
posible, una ecuación como (10.2.1), 10.7.1 o (10.12.1)). El lugar de ceros de esa cónica de
ecuación más sencilla se podrı́a describir fácilmente y, deshaciendo la isometrı́a, esto nos
permitirı́a describir el lugar de ceros de la cónica de partida. Sin embargo ya vimos en el
ejemplo 10.13 que no toda cónica de A2R viene caracterizada por su lugar de ceros. Por
ello es preciso generalizar la manera en que hemos pasado en el ejemplo 10.18, usando la
isometrı́a f , de la ecuación
7x2 + 7y 2 − 2xy − 12x − 12y − 12 = 0
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 115
√ √
Figura 9. Hipérbola C4 , de ecuación 7x2 + 50xy + 7y 2 − 82 2x − 46 2y −
178 = 0.
a la ecuación
6x2 + 8y 2 − 24 = 0.
Definición 10.21. Sea F un polinomio de R[x, y], sea C = [F ] la cónica correspondiente
del plano afı́n euclı́deo estándar A2R y sea f una isometrı́a de A2R . Sean
x0 = α11 x +α12 y +β1
y 0 = α21 x +α22 y +β2
las ecuaciones (con respecto al sistema de referencia canónico) de la isometrı́a inversa de f
(recuerda
que
lo que tienen que cumplir α11 , α12 , α21 , α22 para que f sea una isometrı́a es
α11 α12
que sea una matriz ortogonal). En ese caso definimos la imagen de C por f y la
α21 α22
denotamos como f (C) como la cónica de ecuación F (α11 x+α12 y +β1 , α21 x+α22 y +β2 ) = 0
(F es un polinomio de grado 2 por la observación 10.29).
Por otra parte, en el ejemplo 10.18 y en el ejercicio 10.19 también nos hemos dado cuenta
de que las cónicas C10 y C400 tienen las mismas propiedades métricas que C1 y C4 respecti-
vamente. Ası́ pues desde un punto de vista métrico C1 y C10 son equivalentes y lo mismo
C4 y C400 . La razón de que C1 y C10 y C4 y C400 tengan las mismas propiedades métricas
es que podemos transformar unas en las otras mediante una isometrı́a (que conserva las
116 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
propiedades métricas). Esto motiva que digamos que dos cónicas son métricamente equi-
valentes cuando podemos pasar de una a otra mediante una isometrı́a:
Definición 10.22. Sean C y C dos cónicas del plano afı́n euclı́deo estándar A2R . Decimos
que C y C 0 son métricamente equivalentes si y solo si existe una isometrı́a f de A2R tal
que f (C) = C 0 .
Ejercicio 10.23. Demuestra que, en efecto, la equivalencia métrica de cónicas es una
relación de equivalencia (indicación: puedes resolver el ejercicio de forma directa o usar la
proposición 10.30).
Entre las cónicas de A2R , la relación de equivalencia métrica es una relación de equivalencia
muy “fina”, como muestra el ejemplo siguiente:
2 2 2 2
Ejemplo 10.24. Las cónicas C1 y C5 de ecuaciones x4 + y3 = 1 y x4 + y2 = 1 no son
métricamente equivalentes. La justificación rigurosa de esta afirmación la veremos cuando
detallemos todas las clases de la clasificación métrica de las cónicas. De momento, nos
conformamos con una justificación intuitiva: ambas cónicas son elipses pero la longitud
de sus semiejes menores es distinta (no ası́ la de sus semiejes mayores), por lo que no
existirá una isometrı́a que transforme una cónica en la otra. Sin embargo, son cónicas
“parecidas” (como ya se ha dicho, ambas son elipses). Para expresar de forma precisa este
“parecido” nos conformaremos con encontrar, en vez de una isometrı́a, un isomorfismo afı́n
que transforme C5 en C1 . Por ejemplo, si consideramos el isomorfismo afı́n f de ecuaciones
x0 = x √
y0 = 2
6
y
es fácil comprobar que C1 = f (C5 ). Intuitivamente lo que√hace f es dejar el semieje
√ mayor
de C5 igual y “estirar” el semieje menor de C5 , que mide 2, para que mida 3, que es lo
que mide el semieje menor de C1 . Por eso es claro que f no es una isometrı́a.
El ejemplo anterior nos motiva a dar la definición de una nueva relación de equivalencia de
cónicas, más “débil” que la equivalencia métrica, que obtendremos relajando el requisito
de que, para que dos cónicas sean equivalentes debe existir una isometrı́a que transforma
una en la otra; ahora solo pediremos que exista un isomorfismo afı́n. Por otra parte, como
los isomorfismos afines tienen sentido para un plano afı́n sobre un cuerpo k arbitrario, la
siguiente definición la haremos para cónicas de A2k :
Definición 10.25. (1) Sea F un polinomio de k[x, y], sea C = [F ] la cónica de A2k
correspondiente y sea f un isomorfismo afı́n de A2k . Sean
x0 = α11 x +α12 y +β1
y 0 = α21 x +α22 y +β2
las ecuaciones (con respecto al sistema de referencia canónico) del isomorfismo afı́n
inverso de f (recuerda que lo quetienen que cumplir α11 , α12 , α21 , α22 para que
α11 α12
f sea un isomorfismo afı́n es que sea una matriz invertible). En ese
α21 α22
caso definimos la imagen de C por f y la denotamos por f (C), como la cónica de
ecuación F (α11 x + α12 y + β1 , α21 x + α22 y + β2 ) = 0 (el polinomio F tiene grado 2
por la observación 10.29).
(2) Sean C y C 0 dos cónicas de A2k . Decimos que C y C 0 son afı́nmente equivalentes si
y solo si existe un isomorfismo afı́n f de A2k tal que f (C) = C 0 .
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 117
Ejercicio 10.26. Demuestra que, en efecto, la equivalencia afı́n de cónicas es una relación
de equivalencia (indicación: puedes resolver el ejercicio directamente o usar la proposi-
ción 10.30).
Observación 10.27. Si dos cónicas de A2R son métricamente equivalentes, también son
afı́nmente equivalentes, ya que una isometrı́a del plano afı́n euclı́deo estándar es un iso-
morfismo afı́n del plano afı́n estándar. Por eso decimos que la relación de equivalencia
métrica es más fuerte (o más “fina”) que la relación de equivalencia afı́n.
Escribir la ecuación de una cónica usando su matriz asociada nos permite expresar de otra
forma la imagen de una cónica por un isomorfismo afı́n o por una isometrı́a (tal como
hicimos en el paso 1 del ejemplo 10.19). También podemos reformular los conceptos de
equivalencia métrica y afı́n en términos matriciales. Enunciamos todo esto en las dos
siguientes proposiciones, que se pueden demostrar como un sencillo ejercicio:
Proposición 10.28. Sea C una cónica del plano afı́n estándar A2k (respectivamente, del
plano afı́n euclı́deo estándar A2R ), sea f un isomorfismo afı́n de A2k en sı́ mismo (res-
pectivamente, una isometrı́a de A2R ) y sea N la matriz de la inversa de f respecto de la
referencia cartesiana canónica de A2k . Si M (C) es una matriz asociada a C, entonces
M (f (C)) = N t · M (C) · N es una matriz asociada a f (C).
Observación 10.29. La matriz N de la proposición 10.28 es una matriz de la forma
1 0 0
β1 α11 α12
β2 α21 α22
α11 α12
con invertible. Entonces la submatriz m(f (C)) cumple
α21 α22
t
α11 α12 α11 α12
m(f (C)) = · m(C) · .
α21 α22 α21 α22
Como m(C) es no nula, m(f (C)) tampoco lo es. Esto implica que la ecuación de f (C)
definida en las definiciones 10.21 y 10.25 es en efecto una ecuación de grado 2.
Proposición 10.30. Sean C y C 0 dos cónicas del plano afı́n estándar A2k (respectivamente,
del plano afı́n euclı́deo estándar A2R ) y sean M (C) y M (C 0 ) matrices asociadas de C y C 0 .
Entonces, C y C 0 son afı́nmente equivalentes (respectivamente, métricamente equivalentes)
si y solo si existe λ ∈ k∗ y una matriz
1 0
N=
D R
d1
con D = , d1 , d2 ∈ k (respectivamente, d1 , d2 ∈ R) y R una matriz 2 × 2, regular,
d2
con coeficientes en k (respectivamente, ortogonal, con coeficientes en R) tal que
M (C 0 ) = λN t M (C)N.
Observación 10.31. Si C y C 0 son dos cónicas afı́nmente equivalentes, entonces existen
matrices asociadas M (C) y M (C 0 ) de C y C 0 (recuerda que la matriz asociada a una
cónica no es única; es única salvo producto por un escalar no nulo) que son congruentes.
Además, para esas matrices M (C) y M (C 0 ), sus submatrices m(C) y m(C 0 ) también son
congruentes.
118 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Damos a continuación las clasificaciones afı́n y métrica de las cónicas, de cuyas demostra-
ciones solo daremos aquı́ un esbozo. Ya hemos visto en la observación anterior que la
equivalencia métrica es más “exigente” que la equivalencia afı́n. Esto se traducirá en
que habrá menos clases de equivalencia afı́n que de equivalencia métrica, por lo que la
clasificación afı́n será más sencilla y por ella empezamos.
Teorema 10.32. (Clasificación afı́n de las cónicas reales). Sea C una cónica del plano
afı́n estándar real A2R . Entonces C es afı́nmente equivalente a una y solo una de las
cónicas con las siguientes ecuaciones:
(1) X 2 + Y 2 − 1 = 0. En este caso decimos que C es una elipse real.
(2) X 2 − Y 2 − 1 = 0. En este caso decimos que C es una hipérbola.
(3) X 2 − Y = 0. En este caso decimos que C es una parábola.
(4) X 2 + Y 2 + 1 = 0. En este caso decimos que C es una elipse imaginaria.
(5) X 2 − Y 2 = 0. En este caso C es un par de rectas reales secantes.
(6) X 2 − 1 = 0. En este caso C es un par de rectas reales paralelas.
(7) X 2 +Y 2 = 0. En este caso C es un par de rectas imaginarias (conjugadas) secantes.
(8) X 2 + 1 = 0. En este caso C es un par de rectas imaginarias (conjugadas) paralelas.
(9) X 2 = 0. En este caso decimos que C es una recta doble.
En particular, dos cónicas distintas de la lista anterior no son afı́nmente equivalentes.
Observación 10.33. Vemos por el teorema 10.32 que existen más tipos de cónicas reales
que las elipses reales, hipérbolas o parábolas. Por una parte están las elipses imaginarias
(que ya aparecieron en el ejemplo 10.13) cuyo conjunto de ceros en A2R es vacı́o. Por
otra parte están los pares de rectas (algunos de los cuales tienen conjuntos de ceros vacı́os
o formados por un solo punto) y las rectas dobles. A los pares de rectas y a las rectas
dobles se les llama cónicas degeneradas y a las elipses, hipérbolas y parábolas, cónicas
no degeneradas. Los pares de rectas secantes y las rectas dobles aparecen también como
secciones cónicas cuando intersecamos el cono cuádrico Q de A3R de ecuación x2 +y 2 −z 2 = 0
con un plano Π que pasa por (0, 0, 0) (según sea el plano Π, la cónica resultante será un
par de rectas realas, una recta doble o un par de rectas imaginarias; en este último caso
Q ∩ Π = {(0, 0, 0)}). Vemos esto en las figuras 10 y 11, donde intersecamos Q con los
planos de ecuaciones x = 0 y x − z = 0.
Damos también la clasificación afı́n de las cónicas afines complejas, que es más sencilla que
la de las cónicas afines reales.
Teorema 10.34. (Clasificación de las cónicas complejas). Sea C una cónica del plano
afı́n estándar complejo A2C . Entonces C es afı́nmente equivalente a una y solo una de las
cónicas de las ecuaciones siguientes:
(1) X 2 + Y 2 − 1 = 0.
(2) X 2 − Y = 0.
(3) X 2 − Y 2 = 0. En este caso C es un par de rectas secantes.
(4) X 2 − 1 = 0. En este caso C es un par de rectas paralelas.
(5) X 2 = 0. En este caso decimos que C es una recta doble.
En particular, dos cónicas distintas de la lista anterior no son afı́nmente equivalentes.
Observación 10.35. Si te resulta extraña la diferencia entre los teoremas 10.32 y 10.34,
observa lo siguiente: las cónicas de ecuaciones X 2 + Y 2 − 1 = 0, X 2 − Y 2 − 1 = 0 y
X 2 + Y 2 + 1 = 0 no son afı́nmente equivalentes en A2R pero sı́ en A2C (¿ves por qué?). Lo
mismo ocurre con las cónicas de ecuaciones X 2 − Y 2 = 0 y X 2 + Y 2 = 0 o con las cónicas
de ecuaciones X 2 − 1 = 0 y X 2 + 1 = 0. Eso explica por qué se reduce el número de clases
de equivalencia en el teorema 10.34 con respecto al teorema 10.32.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 119
a0 2
− Yb0 2 − 1 = 0.
120 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
(3) Si C es una parábola, existe a ∈ R, tal que a > 0, único, de forma que C es
métricamente equivalente a la parábola de ecuación
aX 2 − Y = 0.
En particular, si a0 ∈ R es tal que a0 > 0 y a 6= a0 , la parábola de ecuación
a0 X 2 −Y = 0 no es métricamente equivalente a la parábola de ecuación aX 2 −Y = 0.
(4) Si C es una elipse imaginaria, existen a, b ∈ R, tales que a ≥ b > 0, únicos, de
forma que C es métricamente equivalente a la elipse imaginaria de ecuación
X2 Y 2
+ 2 + 1 = 0.
a2 b
En particular, si a0 , b0 ∈ R son tales que a0 ≥ b0 > 0 y (a, b) 6= (a0 , b0 ), la elipse
2 2
imaginaria de ecuación Xa2 + Yb2 + 1 = 0 no es métricamente equivalente a la elipse
2 2
imaginaria de ecuación X a0 2
+ Yb0 2 + 1 = 0.
(5) Si C es un par de rectas reales secantes, existe a ∈ R, tal que a > 0, único, de forma
que C es métricamente equivalente al par de rectas reales secantes de ecuación
a2 X 2 − Y 2 = 0.
En particular, si a0 ∈ R es tal que a0 > 0 y a 6= a0 , el par de rectas reales secantes
de ecuación a0 2 X 2 − Y 2 = 0 no es métricamente equivalente al par de rectas reales
secantes de ecuación a2 X 2 − Y 2 = 0.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 121
(6) Si C es un par de rectas reales paralelas, existe a ∈ R, tal que a > 0, único,
de forma que C es métricamente equivalente al par de rectas reales paralelas de
ecuación
X 2 − a2 = 0.
En particular, si a0 ∈ R es tal que a0 > 0 y a 6= a0 , el par de rectas reales secantes
de ecuación X 2 − a0 2 = 0 no es métricamente equivalente al par de rectas reales
secantes de ecuación X 2 − a2 = 0.
(7) Si C es un par de rectas imaginarias secantes, existe a ∈ R, tal que a > 0, único,
de forma que C es métricamente equivalente al par de rectas imaginarias secantes
de ecuación
a2 X 2 + Y 2 = 0.
En particular, si a0 ∈ R es tal que a0 > 0 y a 6= a0 , el par de rectas imaginarias
secantes de ecuación a0 2 X 2 + Y 2 = 0 no es métricamente equivalente al par de
rectas reales secantes de ecuación a2 X 2 + Y 2 = 0.
(8) Si C es un par de rectas imaginarias paralelas, existe a ∈ R, tal que a > 0, único,
de forma que C es métricamente equivalente al par de rectas imaginarias paralelas
de ecuación
X 2 + a2 = 0.
En particular, si a0 ∈ R es tal que a0 > 0 y a 6= a0 , el par de rectas imaginarias
secantes de ecuación X 2 + a0 2 = 0 no es métricamente equivalente al par de rectas
reales secantes de ecuación X 2 + a2 = 0.
(9) Si C es una recta doble, C es métricamente equivalente a la recta doble de ecuación
X 2 = 0.
Demostración de los teoremas 10.32 y 10.36: Damos ahora un esbozo de demostración
de los teoremas de clasificación afı́n y métrica de las cónicas de A2R . Empezamos por
el teorema 10.36. Tenemos que demostrar dos cosas. La primera es ver que una cónica
cualquiera de A2R de ecuación a11 x2 + a22 y 2 + a12 xy + a01 x + a02 y + a00 = 0 es métricamente
equivalente a alguna de las cónicas de la lista dada en el enunciado del teorema 10.36. La
segunda cosa que hay que ver es que dos cónicas que tengan ecuaciones diferentes de la
lista no son métricamente equivalentes.
La idea para demostrar lo primero nos la da el paso 1 del ejemplo 10.19. Allı́ vimos que,
para transformar la cónica C4 en otra cónica C400 con una ecuación como las que sale en
la lista del teorema 10.36 (en aquel caso fue una de las ecuaciones del apartado (2) de
la lista), lo que hacı́amos era mover el centro y los ejes de C20 hasta convertirlos en el
punto (0, 0) y en las rectas y = 0 y x = 0. Eso lo conseguı́amos haciendo primero un
giro y luego una traslación. En general, dada una cónica C arbitraria, gracias al teorema
espectral, siempre podremos encontrar un giro g de forma que en la ecuación de g(C)
desaparezca el término en xy, que no aparece en ninguna de las ecuaciones de la lista. En
ocasiones (cuando la cónica sea una parábola, un par de rectas paralelas o una recta doble)
podremos elegir g para que también desaparezca el término en y 2 . Geométricamente, en el
caso de elipses e hipérbolas, esto significa girar la cónica hasta que los ejes sean horizontal
y vertical (compara las figuras 9 y 7), y en el caso de las parábolas, girar la cónica hasta
que el eje sea vertical.
En segundo lugar haremos, si es necesario, una traslación t para que desaparezcan de la
ecuación los términos lineales (cuando a posteriori la cónica no sea una parábola) y el
término en x y el término independiente (cuando a posteriori la cónica sea una parábola).
Se trata entonces de ver que después de llevar a cabo estos pasos siempre somos capaces
122 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
de obtener alguna ecuación de las de la lista. En el caso en que la cónica sea una elipse
o una hipérbola, esto significa geométricamente transladar el centro de la cónica al punto
(0, 0) (compara las figuras 7 y 8). En el caso en que la cónica sea una parábola, significa
trasladar el vértice de la parábola al punto (0, 0).
En segundo lugar tenemos que ver que dos cónicas con ecuaciones de la lista diferentes no
son métricamente equivalentes. Observamos en primer lugar que dos cónicas en números
distintos de la lista no pueden ser (por el teorema 10.32, del que también daremos a
continuación una idea de demostración) afı́nmente equivalentes y por tanto, tampoco
métricamente equivalentes. Nos queda entonces ver que dos cónicas del mismo número
pero con ecuaciones de la lista distintas no pueden ser métricamente equivalentes. Ilus-
tramos el argumento en el caso en que las dos cónicas estén en el apartado (1), es decir,
sean elipses reales. En ese caso, según el ejercicio 10.2 si las elipses tienen ecuaciones
distintas de la lista, bien la distancia focal, bien la constante que es igual a la suma de
distancias de los puntos de una elipse a sus focos, no coincide para las dos elipses. Como
una isometrı́a conserva las distancias no puede existir ninguna isometrı́a que transforme
una cónica en la otra.
Esbozamos ahora la demostración del teorema 10.32. Ya hemos indicado cómo, por medio
de una isometrı́a, llegar de una cónica cualquiera C a una cónica C 0 con una ecuación como
las de la lista del teorema 10.36. Sin embargo, la lista de ecuaciones del teorema 10.32
es mucho más reducida por lo que tenemos que transformar más (haciéndola aún más
sencilla) la ecuación de C 0 . Para ello hacemos un argumento como el del ejemplo 10.24.
Lo ilustramos otra vez con el caso de las elipses reales. La cónica C 0 tendrá una ecuación
2
x2
a2
+ yb2 = 1, donde a ≥ b > 0. Consideramos entonces el isomorfismo afı́n f (que, en
general, no será una isometrı́a; solo lo será si a = b = 1 y, en ese caso, el isomorfismo es
la identidad) de ecuaciones
x0 = a1 x
y 0 = 1b y .
Entonces f (C 0 ) tiene ecuación x2 + y 2 − 1 = 0.
Finalmente vemos que dos cónicas C y C 0 de ecuaciones distintas de la lista del teo-
rema 10.32 no son afı́nmente equivalentes. Si lo fueran, existirı́an matrices asociadas
M (C) y M (C 0 ) que serı́an congruentes y tales que sus submatrices m(C) y m(C 0 ) también
lo serı́an. Eso implicarı́a que M (C) y M (C 0 ) tendrı́an el mismo rango y la misma signatura
(por la ley de inercia de Sylvester ; recuerda que la signatura de una matriz simétrica real
M es la diferencia entre el número de elementos positivos y el número de elementos ne-
gativos de cualquier matriz diagonal congruente con M ) y lo mismo pasarı́a para m(C) y
m(C 0 ). Sin embargo, es un sencillo ejercicio comprobar que dos cónicas que tengan dos
ecuaciones distintas de la lista no pueden tener matrices asociadas para las que los cuatro
invariantes citados coincidan (al hacer el argumento recuerda que la matriz asociada a una
cónica no es única; solo es única salvo producto por escalar no nulo).
La observacion 10.31 y el teorema 10.32 nos permiten obtener el siguiente método rápido
para saber cuándo dos cónicas reales son afı́nmente equivalentes y para conocer la clase
afı́n de una cónica real C:
Teorema 10.37. Sea C una cónica del plano afı́n euclı́deo estándar A2R , sea
a00 21 a01 12 a02
M (C) = 12 a01 a11 21 a12
1 1
a a
2 02 2 12
a22
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 123
Elipse
real(1,2) 3 1 2 2
Parábola(1,2) 3 1 1 1
Hipérbola(1,2) 3 1 2 0
Elipse
imaginaria(1) 3 3 2 2
Par de rectas
reales paralelas(2) 2 0 1 1
Par de rectas
reales secantes(2) 2 0 2 0
Par de rectas
imaginarias paralelas 2 2 1 1
Par de rectas
imaginarias secantes 2 2 2 2
Recta doble(2) 1 1 1 1
(1): Recuerda que las elipses (reales o imaginarias), parábolas e hipérbolas se denominan
cónicas no degeneradas y el resto se denominan cónicas degeneradas.
(2): Las elipses reales, parábolas, hipérbolas, pares de rectas reales (paralelas o secantes) y
rectas dobles se denominan cónicas reales y el resto se denominan cónicas imaginarias.
Demostración. Sean C1 y C2 dos cónicas afı́nmente equivalentes y sean M (C1 ) y M (C2 )
dos matrices asociadas a C1 y a C2 respectivamente. Entonces existe λ ∈ R∗ tal que M (C1 )
y λM (C2 ) son congruentes. En ese caso R(C1 ) = R(C2 ) y r(C1 ) = r(C2 ). Si λ es positivo,
la signatura de M (C1 ) es igual a la signatura de M (C2 ) y la signatura de m(C1 ) es igual
a la signatura de m(C2 ). Si λ es negativo, la signatura de M (C1 ) es igual a la signatura
de −M (C2 ) y la signatura de m(C1 ) es igual a la signatura de −m(C2 ). En ambos casos,
Σ(C1 ) = Σ(C2 ) y σ(C1 ) = σ(C2 ).
Supongamos ahora que C1 y C2 son dos cónicas tales que R(C1 ) = R(C2 ), r(C1 ) = r(C2 ),
Σ(C1 ) = Σ(C2 ) y σ(C1 ) = σ(C2 ). Por el teorema 10.32 sabemos que C1 es afı́nmente
124 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
equivalente a una cónica C10 de la lista que aparece en dicho teorema. Igualmente C2 es
afı́nmente equivalente a una cónica C20 de la lista que aparece en el teorema 10.32. Por lo
que acabamos de ver en el párrafo anterior, R(C1 ) = R(C10 ), r(C1 ) = r(C10 ), Σ(C1 ) = Σ(C10 )
y σ(C1 ) = σ(C10 ), y R(C2 ) = R(C20 ), r(C2 ) = r(C20 ), Σ(C2 ) = Σ(C20 ) y σ(C2 ) = σ(C20 ). Si
calculamos los invariantes R, Σ, r, σ de las cónicas de la lista del teorema 10.32, obtenemos
el cuadro del enunciado y en dicho cuadro no se repite ninguna cuaterna R, Σ, r, σ. Por
tanto C10 = C20 y como C1 es afı́nmente equivalente a C10 y C2 es afı́nmente equivalente a
C20 , C1 es afı́nmente equivalente a C2 .
Finalmente, dada una cónica C sabemos por el teorema 10.32 que es afı́nmente equivalente
a una de las cónicas C 0 que aparecen en la lista de dicho teorema. También sabemos que
las cuaternas R(C), Σ(C), r(C), σ(C) y R(C 0 ), Σ(C 0 ), r(C 0 ), σ(C 0 ) son iguales. Como no
hay dos cónicas de la lista del teorema 10.32 que tengan cuaternas de invariantes iguales,
la cuaterna R(C), Σ(C), r(C), σ(C) caracteriza la clase de equivalencia afı́n de C, de la
forma explicada en el cuadro del enunciado.
Corolario 10.38. Sea C una cónica del plano afı́n euclı́deo estándar A2R . Entonces
(1) C es una cónica no degenerada si y solo si R(C) = 3;
(2) C es un par de rectas si y solo si R(C) = 2;
(3) C es una recta doble si y solo si R(C) = 1; y
(4) C es una cónica real si y solo si Σ(C) = 0, 1.
Demostración. Es consecuencia directa del teorema 10.37.
En el caso de las cónicas complejas tenemos un teorema similar al teorema 10.37, aunque
más sencillo, ya que la clasificación que aparece en el teorema 10.34 también lo es (dejamos
al lector que deduzca un cuadro como el del teorema 10.37):
Teorema 10.39. Con la notación introducida en el teorema 10.37, dos cónicas C1 y C2
de A2C son afı́nmente equivalentes si y solo si R1 = R2 y r1 = r2 .
Demostración. Ejercicio.
Los teoremas 10.37 y 10.39 nos dan un criterio “algebraico” (ya que lo que hacemos es com-
probar los rangos y las signaturas proyectivas de ciertas matrices) para clasificar afı́nmente
las cónicas. Más adelante, cuando usemos la Geometrı́a Proyectiva para estudiar las cónicas
afines, daremos un criterio geométrico de clasificación.
Cónicas y referencias cartesianas
Aprovechamos que hemos escrito las ecuaciones de las cónicas en forma matricial para ver
cómo cambia la ecuación de una cónica cuando cambiamos de coordenadas. Si una cónica
de A2k tiene ecuación F = 0 y llamamos C al conjunto de puntos {(x, y) ∈ A2k |F (x, y) = 0}
y si, por otra parte consideramos una referencia cartesiana R 0 de A2k tal que las ecuaciones
del cambio de referencia de R 0 a la referencia canónica Rc de A2k son
x = α11 x0 +α12 y 0 +β1
y = α21 x0 +α22 y 0 +β2 ,
entonces los puntos de C son aquellos cuyas coordenadas (x0 , y 0 ) en R 0 cumplen la ecuación
G(x0 , y 0 ) = F (α11 x0 +α12 y 0 +β1 , α21 x0 +α22 y 0 +β2 ) = 0. El polinomio G es un polinomio (en
las variables x0 , y 0 ) de grado 2 tal y como veremos en la observación 10.41. Es decir G = 0
sigue siendo la ecuación de una cónica (de hecho, de la misma cónica que tenı́amos, pero
en coordenadas en R 0 ). Esto motiva que demos la siguiente definición de ecuación y matriz
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 125
con respecto de R. De esto se sigue que las cónicas de A tienen las propiedades geométricas
que ya hemos estudiado para las cónicas del plano afı́n estándar A2k y del plano afı́n euclı́deo
estándar A2R . Un caso en que tiene interés hablar de cónicas en un plano afı́n que no es el
plano afı́n estándar es cuando intersecamos una cuádrica de A3k con un plano afı́n de A3k .
Hemos visto un ejemplo de esto en las intersecciones del cono cuádrico Q con distintos
planos (páginas 103–104 y figuras 4, 5, 6, 10 y 11).
128 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Recordemos que una de las razones para construir el espacio proyectivo fue estudiar el
“comportamiento” de los objetos afines en el infinito. Por ejemplo, en los ejercicios 2(b),
2(c) y 3 de la hojas de ejercicios de Geometrı́a Proyectiva introdujimos la noción de com-
pletado proyectivo de una cónica. Para las cónicas de ecuaciones y − x2 = 0 y xy − 1 = 0,
que son las que aparecen en 2(b) y 2(c), dichos completados proyectivos son los conjuntos
de puntos de P2R que cumplen respectivamente las ecuaciones x0 x2 −x21 = 0 y x1 x2 −x20 = 0
(recuerda que para ello identificamos el plano afı́n, de coordenadas x, y, con el conjunto
de los puntos del plano proyectivo (de coordenadas homogéneas (x0 : x1 : x2 )) con x0 6= 0,
identificando (x, y) con (1 : x : y) y (x0 : x1 : x2 ) con ( xx10 , xx02 )). Es fácil darse cuenta de que
este proceso (obtener el completado proyectivo) lo podemos hacer para cualquier cónica
afı́n y que, dado que siempre partimos de una ecuación de grado 2, al hacer el completado
proyectivo obtendremos una ecuación homogénea de grado 2, en tres variables. Por otra
parte, si F es un polinomio homogéneo en las variables x0 , x1 , x2 con coeficientes en un
cuerpo k, no tiene sentido hablar del valor F (p) que el polinomio F toma en un punto p
de P2k ; en cambio, sı́ tiene sentido hablar de en qué puntos p de P2k se anula F , es decir,
tiene sentido hablar del conjunto de ceros, en el proyectivo, de un polinomio homogéneo.
El párrafo anterior motiva que defininamos una cónica proyectiva como el lugar de ceros de
P2k de un polinomio homogéneo de grado 2, en las variables x0 , x1 , x2 . Tal como nos ocurrió
con las cónicas afines y por las mismas razones que entonces, esta definición no resulta del
todo satisfactoria, como indica el siguiente ejemplo (compárese con el ejemplo 10.13):
Ejemplo 11.1. El lugar de ceros en P2R del polinomio x20 + x21 + x22 o del polinomio
x20 + x21 + 2x22 es el conjunto vacı́o. El lugar de ceros en P2R del polinomio x21 + x22 es
el conjunto {(1 : 0 : 0)}. Por otra parte, los lugares de ceros en P2C de los polinomios
x20 + x21 + x22 y x20 + x21 + 2x22 son distintos.
Observación 11.2. El ejemplo 11.1 nos muestra que:
(1) existen polinomios homogéneos de grado 2 con coeficientes reales cuyo lugar de
ceros en P2R es un conjunto finito de puntos, posiblemente vacı́o;
(2) existen polinomios homogéneos de grado 2 con coeficientes reales, que a pesar de
tener el mismo lugar de ceros en P2R , tienen distinto lugar de ceros en P2C .
El ejemplo 11.1 y la observación 11.2 sugieren que debemos adoptar una definición de
cónica proyectiva análoga a la que adoptamos en el caso afı́n:
Definición 11.3. Sea k un cuerpo. Definimos la siguiente relación de equivalencia en el
conjunto de polinomios homogéneos de grado 2 de k[x0 , x1 , x2 ]: dos polinomios F1 y F2
son equivalentes si y solo si existe λ ∈ k∗ tal que F2 = λF1 . Una cónica (proyectiva) de
P2k es una clase de equivalencia de polinomios homogéneos de grado 2 de k[x0 , x1 , x2 ]. Si
F un polinomio homogéneo de grado 2 de k[x0 , x1 , x2 ], diremos que la cónica C = [F ]
tiene ecuación F = 0 y que el conjunto de puntos o lugar de ceros de C es el conjunto
{(x0 : x1 : x2 ) ∈ P2k | F (x0 , x1 , x2 ) = 0}.
Proposición 11.4. El conjunto de cónicas de P2k tiene estructura de espacio proyectivo
sobre k, de dimensión 5.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 129
Observación 11.5. En la definición 11.3 está implı́cito que estamos fijando unas coor-
denadas de P2k , las coordenadas respecto del sistema de referencia proyectivo canónico;
veremos más adelante qué ocurre cuando cambiamos de coordenadas. Por otra parte, es
claro que si F1 y F2 son dos polinomios relacionados, su lugar de ceros en P2k es el mismo.
En ocasiones, el lugar de ceros de una cónica C = [F ] caracteriza dicha cónica (es decir,
si F 0 tiene el mismo lugar de ceros que F , entonces F 0 y F están relacionados y por tanto
[F ] = [F 0 ]). Esto ocurre en el caso en el que el lugar de ceros de la cónica sea un conjunto
infinito. En esos casos podremos identificar, abusando de la notación, la cónica C = [F ]
con su lugar de ceros.
De forma análoga al caso afı́n y afı́n euclı́deo, parece razonable decir que dos cónicas de
P2k son proyectivamente equivalentes si y solo si se puede pasar de una a la otra mediante
una proyectividad de P2k (ya que las proyectividades son las aplicaciones que conservan
las propiedades geométricas de los puntos y conjuntos de puntos del plano proyectivo:
conservan las dimensiones, llevan puntos alineados a puntos alineados, conservan la razón
doble...). Para ello, como en el caso afı́n y afı́n euclı́deo necesitamos definir también de
manera precisa qué es la imagen de una cónica de P2k por una proyectividad:
130 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Definición 11.8. Sea C una cónica de P2k de ecuación F = 0 y sea f una proyectividad
de P2k . Sean
y0 = α00 x0 +α01 x1 +α02 x2
(11.8.1) y1 = α10 x0 +α11 x1 +α12 x2
y2 = α20 x0 +α21 x1 +α22 x2
las ecuaciones (con respecto al sistema de referencia proyectivo canónico) de la proyec-
tividad inversa de f (recuerda que lo que se tiene que cumplir para que f sea una
α00 α01 α02
proyectividad es que α10 α11 α12 sea una matriz invertible). En ese caso defini-
α20 α21 α22
mos la imagen de C por f y la denotamos como f (C) a la cónica proyectiva de ecuación
F (α00 x0 + α01 x1 + α02 x2 , α10 x0 + α11 x1 + α12 x2 , α20 x0 + α21 x1 + α22 x2 ) = 0.
Sean C1 y C2 dos cónicas de P2k de ecuaciones F1 = 0 y F2 = 0. Decimos que C1 y C2
son proyectivamente equivalentes si y solo si existe una proyectividad f de P2k tal que
C2 = f (C1 ).
Proposición 11.9. Sea C una cónica de P2k y sea f una proyectividad de P2k en P2k . El
lugar de ceros de f (C) es la imagen por f del lugar de ceros de C.
Demostración. Denotemos por C 0 al lugar de ceros de la cónica C. Entonces el punto
p = (x0 : x1 : x2 ) pertenece a f (C 0 ) si y solo si el punto q = f −1 (p) = (y0 : y1 : y2 )
pertenece a C 0 . Como q pertenece a C 0 si y solo si F (y0 :, y1 , y2 ) = 0 y (x0 : x1 : x2 ) e
(y0 : y1 : y2 ) están relacionados por las ecuaciones (11.8.1), entonces p pertenece a f (C 0 )
si y solo si F (α00 x0 + α01 x1 + α02 x2 , α10 x0 + α11 x1 + α12 x2 , α20 x0 + α21 x1 + α22 x2 ) = 0, que
es justamente el lugar de ceros de la cónica de ecuación F (α00 x0 + α01 x1 + α02 x2 , α10 x0 +
α11 x1 + α12 x2 , α20 x0 + α21 x1 + α22 x2 ) = 0.
Igual que en el caso afı́n y afı́n euclı́deo, es fácil reescribir el concepto de equivalencia
proyectiva en términos de matrices asociadas a una cónica:
Proposición 11.10. Sea k un cuerpo con caracterı́stica distinta de 2, sea C una cónica de
P2k , sea f una proyectividad de P2k y sea N una matriz asociada, respecto de la referencia
proyectiva canónica, de la inversa de f . Si M (C) es una matriz asociada de C entonces
M (f (C)) = N t · M (C) · N es una matriz asociada de f (C).
Observación 11.11. Como M (C) no es la matriz nula y N es invertible, es claro que
M (f (C)) tampoco es nula, por lo que F (α00 x0 +α01 x1 +α02 x2 , α10 x0 +α11 x1 +α12 x2 , α20 x0 +
α21 x1 +α22 x2 ) no es el polinomio idénticamente nulo. Es claro también que es un polinomio
homogéneo de grado 2 en las variables x0 , x1 , x2 .
Teorema 11.12. Sea k un cuerpo con caracterı́stica distinta de 2, sean C1 y C2 dos
cónicas de P2k y sean M (C1 ) y M (C2 ) matrices asociadas de C1 y C2 . Entonces, C1 y C2
son proyectivamente equivalentes si y solo si existe λ ∈ k∗ y una matriz N invertible tal
que
M (C2 ) = λN t M (C1 )N.
Es decir, C1 y C2 son proyectivamente equivalente si existe una matriz asociada a C1 que
es congruente a una matriz asociada a C2 .
Ejercicio 11.13. Demuestra que, en efecto, la equivalencia proyectiva de cónicas es una
relación de equivalencia
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 131
Vemos cómo cambian la ecuación y la matriz de una cónica proyectiva cuando cambiamos
las coordenadas homogéneas que estemos usando:
Definición 11.14. Sea C una cónica de P2k de ecuación F = 0 y con matriz asociada
M (C), sea R 0 una referencia proyectiva de P2k , sean
x0 = α00 x00 +α01 x01 +α02 x02
x1 = α10 x00 +α11 x01 +α12 x02
x2 = α20 x00 +α21 x01 +α22 x02
unas ecuaciones del cambio de referencia de R 0 a la referencia proyectiva canónica Rc y
sea
α00 α01 α02
N = α10 α11 α12
α20 α21 α22
una matriz de cambio de referencia de R 0 a Rc . Diremos que F (α00 x00 +α01 x01 +α02 x02 , α10 x00 +
α11 x01 + α12 x02 , α20 x00 + α21 x01 + α22 x02 ) = 0 es una ecuación de C respecto de la referencia
R 0 y que
MR 0 (C) = N t M (C)N
es una matriz de C respecto de la referencia R 0 .
Observación 11.15. Como M (C) no es la matriz nula y N es invertible, es claro que
MR 0 (C) tampoco es nula, por lo que F (α00 x00 +α01 x01 +α02 x02 , α10 x00 +α11 x01 +α12 x02 , α20 x00 +
α21 x01 +α22 x02 ) no es el polinomio idénticamente nulo. Es claro también que es un polinomio
homogéneo de grado 2 en las variables x00 , x01 , x02 .
Observación 11.16. Según la definición 11.14, F = 0 es la ecuación de C respecto de
la referencia proyectiva canónica y M (C) es una matriz de C respecto de la referencia
proyectiva canónica.
Proposición 11.17. Sea C una cónica de P2k y sean R1 y R2 dos sistemas de referencia
proyectivos de P2k . Entonces, para alguna matriz asociada MR1 (C) de C respecto de la
referencia R1 se tiene
MR2 (C) = MRt 2 ,R1 MR1 (C)MR2 ,R1 .
Demostración. Ejercicio.
Al igual que en el caso afı́n, unas ecuaciones
x0 = α00 x00 +α01 x01 +α02 x02
x1 = α10 x00 +α11 x01 +α12 x02
x2 = α20 x00 +α21 x01 +α22 x02
para las que
α00 α01 α02
α10 α11 α12
α20 α21 α22
es una matriz invertible con coeficientes en k, pueden ser interpretadas de dos formas: bien
como las ecuaciones de una proyectividad de P2k , bien como las ecuaciones de un cambio
de referencia proyectiva. Esto justifica la siguiente proposición:
132 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
(1) x20 + x21 + x22 = 0. En este caso cualquier matriz asociada de C tiene rango 3 y
decimos que C es una cónica no degenerada.
(2) x20 + x21 = 0. En este caso cualquier matriz asociada de C tiene rango 2 y C es un
par de rectas.
(3) x20 = 0. En este caso cualquier matriz asociada de C tiene rango 1 y decimos que
C es una recta doble.
Demostración. Sea M una matriz asociada a C. Como ya hemos dicho M es congruente
a una matriz diagonal con unos y ceros en la diagonal, con los unos apareciendo en primer
lugar. Esto quiere decir que, en un sistema de referencia proyectivo adecuado o, equiva-
lentemente, después de transformarla con una proyectividad adecuada, C tiene ecuación
λ0 x00 2 +λ1 x01 2 +λ2 x02 2 = 0, donde los λi son unos o ceros, de acuerdo a la siguiente casuı́stica:
Si
el rango de M es 3, entonces λ0 = λ1 = λ2 = 1, ya que al ser M congruente con
λ0 0 0
0 λ1 0 , esta última matriz ha de tener rango 3. Por tanto la ecuación de C en
0 0 λ2
una referencia adecuada o la ecuación de f (C), donde f es una proyectividad adecuada,
es x00 2 + x01 2 + x02 2 = 0.
Si el rango de M es 2, entonces, razonando de manera análoga, vemos que λ0 = λ1 = 1
y λ2 = 0. Por tanto, la ecuación de C en una referencia adecuada o la ecuación de f (C),
donde f es una proyectividad adecuada, queda x00 2 + x01 2 = 0.
Por último, si el rango de M es 1, entonces λ0 = 1 y λ1 = λ2 = 0. Por tanto, la ecuación
de C en una referencia adecuada o la ecuación de f (C), donde f es una proyectividad
adecuada, queda x00 2 = 0.
Finalmente, es claro que las cónicas de ecuaciones x00 2 + x01 2 + x02 2 = 0, x00 2 + x01 2 = 0
y x00 2 = 0 no son proyectivamente equivalentes entre sı́, ya que ninguna de las matrices
asociadas a una de ellas es congruente a ninguna de las matrices asociadas a otra de ellas,
al tener rangos distintos.
Proposición 11.22. Sea C una cónica no degenerada de P2k (es decir, tal que el rango de
una matriz asociada suya M (C) sea 3) con lugar de ceros que, con un abuso de notación
llamaremos también C, no vacı́o, y sea p = (a0 : a1 : a2 ) un punto de C. Sea Ω(p) el haz
de rectas que pasa por p. Entonces todas las rectas de Ω(p) excepto una, que llamaremos
Tp C, cortan a C en p y en otro punto distinto de p. La recta Tp C tiene ecuación
x0
a0 a1 a2 M (C) x1 = 0
x2
y corta a C solo en p.
Demostración. Véase la proposición 4.2 de los “Apuntes de Geometrı́a Proyectiva” de E.
Arrondo.
Demostración. Las afirmaciones (1) y (2) son consecuencia directa de la proposición 11.22.
La afirmación (3) es, de hecho, cierta para cualquier cónica de P2C , incluso si se trata de
una cónica degenerada. En efecto, recuerda que, según el teorema 11.20, una cónica de
P2C es proyectivamente equivalente a la cónica de ecuación
(11.23.1) λ0 x20 + λ1 x21 + λ2 x22 = 0
con los λi unos o ceros. Consideramos una recta l que pasa por dos puntos distintos
(a0 : a1 : a2 ) y (b0 : b1 : b2 ) de P2C . Entonces
x0 = a0 t0 + b0 t1
(11.23.2) x1 = a1 t0 + b1 t1
x2 = a2 t0 + b2 t1
es una parametrización de l. Sustituyendo (11.23.2) en (11.23.1) obtenemos una ecuación
(11.23.3) A00 t20 + A01 t0 t1 + A11 t21 = 0,
donde A00 , A01 , A11 ∈ C. La ecuación (11.23.3) puede ser identicamente nula o no. En el
primer caso l está contenida en el lugar de ceros de C. En el segundo caso, si (0 : 1) es
solución de (11.23.3), ya tenemos un punto en la intersección de l con el lugar de ceros
de C, el punto (b0 : b1 : b2 ). Si (0 : 1) no es solución de (11.23.3) tenemos que A11 6= 0.
Entonces, consideramos la ecuación de segundo grado
A11 t2 + A01 t + A00 = 0,
que en C siempre tiene solución y tomamos una raı́z µ ∈ C de la misma. En ese caso
(1 : µ) es solución de (11.23.3) y el punto (a0 + µb0 : a1 + µb1 : a2 + µb2 ) es un punto de la
intersección de l con el lugar de ceros de C.
Fijémonos ahora en una cónica no degenerada real S de A2R , por ejemplo, en la cónica
de ecuación x2 + y 2 − 1 = 0, llamemos también S a su lugar de ceros y sea p un punto
de S, por ejemplo, el punto (0, 1). Si consideramos todas las rectas de A2R que pasan por
p vemos que todas cortan a S en p y en otro punto además de p, excepto la recta l de
ecuación y = 1, que, según lo que nos dice el cálculo elemental, es la tangente de S en p.
Cuando completamos S y las rectas que pasan por p obtenemos una cónica proyectiva S
de P2R y el haz de rectas Ω(p) y vemos que, por la proposición 11.22, no existen puntos
nuevos de corte de las rectas del haz con S. Vemos también que, cuando pensamos en
las rectas del haz aproximándose a l, el punto de corte distinto de p de cada recta se va
acercando cada vez más a p, hasta convertirse en p cuando consideramos la intersección
de C con la recta l. Esta es la forma en que en cálculo elemental se define intuitivamente
la tangente a una curva en un punto. Esto motiva la siguiente definición:
Definición 11.24. Sea C una cónica no degenerada de P2k y sea p un punto del lugar de
ceros de C. Decimos que la recta Tp C de la proposición 11.22 es la recta tangente a C en
el punto p.
Proposición 11.25. Dada una cónica C no degenerada de P2k con matriz M , el conjunto
∗
de rectas tangentes a C forma el lugar de ceros de una cónica no degenerada en P2k . Dicha
cónica tiene a M −1 como matriz asociada respecto de la referencia dual de la referencia
canónica de P2k .
Demostración. Consideramos la recta l de ecuación u0 x0 +u1 x1 +u2 x2 = 0, que corresponde
∗
por tanto al punto de P2k de coordenadas homogéneas (u0 : u1 : u2 ) respecto de la
136 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Damos ahora nombre a la cónica del dual que aparece en la proposición 11.25 y generali-
zamos la definición de recta tangente:
Definición 11.26. Sea C una cónica no degenerada de P2k con matriz asociada M , sea
p = (a0 : a1 : a2 ) un punto de P2k y sea l una recta de P2k .
(1) Llamamos recta polar de p respecto de C a la recta de ecuación
x0
a0 a1 a2 M x1 = 0.
x2
∗
(2) Llamamos cónica dual de C y la denotamos por C ∗ a la cónica de P2k con matriz
asociada M −1 respecto de la referencia dual de la referencia canónica de P2k .
(3) Llamamos polo de l respecto de C al punto de P2k que corresponde por dualidad a
∗
la recta polar (en P2k ) de l respecto de C ∗ .
Dada una cónica no degenerada C de P2k podemos usar bien la proposición 11.27, bien
directamente la cónica dual de C para hallar las rectas tangentes a C que pasan por un
punto dado de P2k . Lo vemos en el siguiente ejemplo:
Ejemplo 11.28. Sea C la cónica de P2R de ecuación 2x20 − x21 + x22 = 0 y sea p el punto
(1 : 0 : 0) de P2R . Hallamos las rectas tangentes a C que pasan por p de dos formas:
Método 1 : Consideramos l, la recta polar a p respecto de C, que es la recta de ecuación
2 0 0 x0
1 0 0 0 −1 0
x1 = 0,
0 0 1 x2
es decir, la recta de ecuación x0 = 0. Vemos que los puntos de intersección de l con el
conjunto de puntos de C son p1 = (0 : 1 : 1) y p2 = (0 : 1 : −1). Como p1 está en el
conjunto de puntos de C, su recta polar es la recta tangente a C por p1 . Por otra parte, p1
está en la recta polar de p, por lo que, por la proposición 11.27, (2), p está en la recta polar
de p1 , es decir en la tangente a C en p1 . Razonamos de igual manera para p2 y concluimos
que p está también contenido en la recta tangente a C por p2 . Como p1 y p2 son los únicos
puntos de corte del conjunto de puntos de C con l, la proposición 11.27, (2), también nos
dice que las únicas rectas que pasan por p y son tangentes a C son las rectas tangentes a
C en p1 y en p2 . Es fácil ver que estas rectas tienen ecuaciones x1 − x2 = 0 y x1 + x2 = 0.
138 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Método 2 : Consideramos C ∗ , la cónica dual de C, que tiene como matriz asociada la matriz
−1 1
2 0 0 2
0 0
0 −1 0 = 0 −1 0 .
0 0 1 0 0 1
Entonces la ecuación de C ∗ respecto a las coordenadas u0 , u1 , u2 respecto de la referencia
dual de la referencia canónica es u20 − 2u21 + 2u22 = 0. Las rectas tangentes a C se corres-
∗
ponden con los puntos de P2R contenidos en el conjunto de puntos de C ∗ . Las rectas de
∗
P2R que pasan por p = (1 : 0 : 0) se corresponden con los puntos de la recta de P2R de
ecuación u0 = 0. Por tanto, las rectas tangentes a C que pasan por p se corresponden
∗
con los puntos de P2R que están en la intersección del conjunto de puntos de C ∗ con la
∗
recta de ecuación u0 = 0. Estos puntos son los puntos de P2R de coordenadas (0 : 1 : 1) y
(0 : 1 : −1), que corresponden a las rectas de P2R de ecuaciones x1 − x2 = 0 y x1 + x2 = 0.
Estas rectas son, pues, las tangentes a C por p.
Observación 11.29. Los argumentos del ejemplo anterior se pueden generalizar. De ellos
y del corolario 11.23 se deduce que, si C es una cónica no degenerada de P2C y p es un
punto que no está contenido en el conjunto de puntos de C, existen exactamente dos rectas
que pasan por p y son tangentes a C. Si C es una cónica no degenerada real de P2R y p es
un punto que no está contenido en el conjunto de ceros de C, pueden ocurrir dos cosas:
- que existan exactamente dos rectas que pasen por p y sean tangentes a C (en este
caso diremos que p es un punto exterior respecto de C);
- que ninguna de las rectas (reales) que pasan por p sean tangentes a C (en realidad,
lo que ocurre es que hay exactamente dos rectas que pasan por p y son tangentes
a C, pero son rectas imaginarias; en este caso diremos que p es un punto interior
respecto de C).
Si C es una cónica no degenerada real de P2R y p es un punto exterior respecto de C, la
polar a p con respecto de C corta al conjunto de puntos de C exactamente en dos puntos
(reales). Estos puntos son los puntos del conjunto de puntos de C por los que pasan las
dos tangentes a C por p. Si C es una cónica no degenerada real de P2R y p es un punto
interior respecto de C, la polar a p con respecto de C no corta al conjunto de puntos de C
(corta al conjunto de puntos de C exactamente en dos puntos imaginarios conjugados).
Dada una cónica C no degenerada real de P2R y un punto p exterior respecto de C, lo
anterior nos permite dibujar la recta polar L de p respecto de C, tal como nos muestra la
figura 12. Si q es un punto interior respecto de C, ¿cómo harı́as para dibujar la polar de
q respecto de C?
Parametrizaciones de cónicas
Si C es una cónica no degenerada de P2k cuyo conjunto de puntos es no vacı́o, la propo-
sición 11.22 nos permite establecer una biyección entre P1k y el conjunto de puntos de C.
Lo vemos en el siguiente ejemplo:
Ejemplo 11.30. Sea C la cónica de P2k de ecuación x0 x2 − x21 = 0. Elegimos un punto p
del conjunto de puntos de C, por ejemplo, elegimos p = (1 : 0 : 0). Consideramos el haz
de rectas Ω(p), que está en biyección con P1k mediante, por ejemplo, la correspondencia
biyectiva que envı́a cada punto (t0 : t1 ) de P1k a la recta de Ω(p) de ecuación t1 x1 −t0 x2 = 0.
Es fácil ver que la intersección de l(t0 :t1 ) con el conjunto de puntos de C es el conjunto
{p, (t20 : t0 t1 : t21 )}. Este conjunto está formado por dos puntos distintos si (t0 : t1 ) 6= (1 : 0)
y por un solo punto si (t0 : t1 ) = (1 : 0) (en este último caso esto ocurre porque la recta de
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 139
ecuación x2 = 0 es la tangente a C en p). Es claro que la aplicación que va del haz de rectas
Ω(p) al conjunto de puntos de C, enviando la recta l(t0 :t1 ) al punto (t20 : t0 t1 : t21 ) es una
aplicación biyectiva. Componiéndola con la biyección entre P1k y Ω(p) descrita más arriba,
obtenemos la biyección (con un abuso de notación llamamos C al conjunto de puntos de
C)
ϕ: P1k −→ C
(t0 : t1 ) 7→ (t0 : t0 t1 : t21 )
2
(observa que ϕ está bien definida, es decir, si (t0 : t1 ) es un punto de P1k , no ocurre que
t20 , t0 t1 y t21 sean simultáneamente nulos y, si λ ∈ k∗ , (t0 : t1 ) = (λt0 : λt1 ) pero también
(t20 : t0 t1 : t21 ) = (λ2 t20 : λ2 t0 t1 : λ2 t21 )). En particular, el conjunto de puntos de C es el
conjunto {(t20 : t0 t1 : t21 ) | (t0 : t1 ) ∈ P1k } de P2k .
Geométricamente, lo que ϕ nos permite es recorrer el conjunto de puntos de C a medida
que el parámetro homogéneo (t0 : t1 ) recorre P1k .
Diremos que la biyección ϕ del ejemplo 11.30 es una parametrización de C:
Definición 11.31. Si C es una cónica no degenerada de P2k con conjunto de puntos no
vacı́o, decimos que una aplicación ψ de P1k a P2k dada por
(11.31.1) ψ(t0 : t1 ) = (c00 t20 + c01 t0 t1 + c02 t21 : c10 t20 + c11 t0 t1 + c12 t12 : c20 t20 + c21 t0 t1 + c22 t21 )
de forma que la matriz
c00 c01 c02
A = c10 c11 c12
c20 c21 c22
140 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
tiene coordenadas homogéneas (u00 : u01 : u02 : u11 : u12 : u22 ) respecto de R. Sea
p = (a0 : a1 : a2 ). En ese caso las cónicas C que pasan por p son aquellas cuyas coordenadas
(u00 : u01 : u02 : u11 : u12 : u22 ) respecto de R cumplen la condición
(11.36.2) a20 u00 + a0 a1 u01 + a0 a2 u02 + a21 u11 + a1 a2 u12 + a22 u22 = 0.
Como a0 , a1 y a2 no son todos nulos, a20 , a21 y a22 no son todos nulos, por lo que la expresión
en la parte izquierda de (11.36.2) es un polinomio homogéneo de grado 1 en las variables
u00 , u01 , u02 , u11 , u12 , u22 . Entonces (11.36.2) es la ecuación, respecto de R, de un hiper-
plano de P(W ).
La proposición 11.36 no debe hacernos pensar que todos los hiperplanos de P(W ) son
sistemas lineales de cónicas que pasan por un punto (de hecho, la mayorı́a no lo son):
Ejercicio 11.37. Sea H el hiperplano del espacio proyectivo de cónicas P(W ) que tiene
ecuación u00 + u01 + u02 = 0 respecto a la referencia R de la proposición 11.36. Demuestra
que no existe ningún punto p de P2k para el cual H sea el conjunto de cónicas de P2k que
pasan por p.
El conjunto de cónicas que pasan por un conjunto finito de puntos también es un sistema
lineal:
Proposición 11.38. Sean p1 , . . . , pk puntos distintos de P2k .
(1) El conjunto Λ formado por las cónicas de P2k que pasan por p1 , . . . , pk es un sistema
lineal de cónicas.
(2) Si k ≤ 5, Λ es no vacı́o (es decir, existe al menos una cónica de P2k que pasa por
p1 , . . . , pk ); de hecho, la dimensión de Λ es al menos 5 − k.
Demostración. Según la proposición 11.36, cada punto pi del conjunto formado por
p1 , . . . , pk impone una condición lineal en las cónicas de P2k , es decir, el conjunto de cónicas
que pasan por p1 , . . . , pk es el conjunto de puntos de P(W ) cuyas coordenadas respecto
de la referencia R de (11.36.1) son las soluciones de un sistema de ecuaciones lineales
homogéneas con k ecuaciones y 6 incógnitas u00 , u01 , u02 , u11 , u12 , u22 . Eso quiere decir que
el conjunto de cónicas que pasan por p1 , . . . , pk es un subespacio proyectivo Λ de P(W )
y su dimensión, como subespacio proyectivo de P(W ), es 5 menos el rango de la matriz
asociada al sistema.
La proposición 11.38 nos proporciona una estimación de la dimensión de aquellos sistemas
Λ determinados por un conjunto de puntos p1 , . . . , pk de P2k . La proposición no precisa
más porque la dimensión exacta de Λ depende de si los puntos p1 , . . . , pk imponen condi-
ciones independientes en las cónicas o, de manera más exacta, del rango de la matriz
asociada al sistema formado por las ecuaciones lineales homogéneas, en las incógnitas
u00 , u01 , u02 , u11 , u12 , u22 . Esta condición algebraica viene determinada de manera precisa
por la configuración que adoptan los puntos p1 , . . . , pk de P2k , permitiéndonos conocer la
dimensión de Λ en cada caso:
Proposición 11.39. Sean p1 , . . . , pk puntos distintos de P2k y sea Λ el sistema lineal de
las cónicas de P2k que pasan por p1 , . . . , pk .
(1) Si k = 1, entonces dim Λ = 4.
(2) Si k = 2, entonces dim Λ = 3.
(3) Si k = 3, entonces dim Λ = 2.
(4) Si k = 4, entonces
(a) dim Λ = 2, si p1 , p2 , p3 y p4 están alineados;
142 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Definición 11.43. Un haz de cónicas es una recta Λ de P(W ) (compara esta definición
con la definición 9.25 de haz de rectas). Si C1 y C2 son dos cónicas distintas de Λ diremos
que Λ está generado por C1 y C2 .
Ejercicio 11.44. Sea Λ un haz de cónicas generado por las cónicas C1 = [F1 ] y C2 = [F2 ],
donde F1 , F2 son polinomios homogéneos de k[x0 , x1 , x2 ] de grado 2.
(1) Demuestra que las cónicas de Λ son las cónicas [λ1 F1 + λ2 F2 ], para todo (λ1 : λ2 ) ∈
P1k .
(2) Demuestra que la base de Λ es la intersección de los conjuntos de puntos de C1 y
C2 .
Ejercicio 11.45. Sea k = R o k = C. Sean p1 , p2 , p3 , p4 cuatro puntos de P2k en posición
general (es decir, tales que no hay tres de ellos alineados) y sea Λ el haz de cónicas formado
por las cónicas que pasan por p1 , p2 , p3 , p4 . Demuestra que todas las cónicas de Λ salvo
tres son cónicas no degeneradas (reales si k = R) y que las tres cónicas degeneradas del
haz son pares de rectas (reales si k = R).
Ejercicio 11.46. En P2C da un ejemplo de un haz de cónicas cuya base sea:
i) Un punto.
ii) Dos puntos.
iii) Tres puntos.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 145
que, por la proposición 10.28, si M (C) es una matriz asociada a C, entonces N t M (C)N
es una matriz asociada a f (C) y por la observación 12.3, una matriz asociada a f (C).
Por otra parte, de nuevo según la observación 12.3, M (C) es una matriz asociada a C.
−1
Como N es una matriz asociada a f respecto de la referencia proyectiva canónica, por
la proposición 11.10, tenemos que N t M (C)N es una matriz asociada a f (C). Por tanto
f (C) y f (C) son la misma cónica de P2k . Esto demuestra (3).
Para demostrar (4) recuerda que, según el corolario 8.48 (1), la recta del infinito l∞ es
invariante por f . Con un abuso de notación, llamamos C y f (C) a los lugares de ceros de
las cónicas proyectivas C y f (C). Entonces
f (C ∩ l∞ ) = f (C) ∩ f (l∞ ) = f (C) ∩ l∞ = f (C) ∩ l∞
(la primera igualdad se tiene por ser f una aplicación biyectiva).
Clasificación afı́n de las cónicas usando Geometrı́a Proyectiva
La proposición 12.4 nos permite dar un criterio geométrico para decidir la clase de equi-
valencia afı́n de una cónica de A2R :
Teorema 12.5. Sea C una cónica de A2R y sea C su completado proyectivo. La clase de
equivalencia afı́n de C viene determinada por la clase de equivalencia proyectiva de C (en
ocasiones esta información por sı́ sola es suficiente para caracterizar la clase afı́n de C) y
por los puntos en el infinito de C, según la tabla siguiente:
(1)
Clase afı́n de C Clase (proyectiva) de C Puntos de C en el infinito
Elipse No degenerada
real real ∅
No degenerada Un único
Parábola real punto
No degenerada Dos
Hipérbola real puntos
Elipse No degenerada
imaginaria imaginaria ∅
Par de rectas Par de Un único
reales paralelas rectas reales punto
Par de rectas Par de Dos
reales secantes rectas reales puntos
Par de rectas Par de rectas Un único
imaginarias paralelas imaginarias punto
Par de rectas Par de rectas
imaginarias secantes imaginarias ∅
Recta doble Recta doble Un único punto
(1): Los puntos en el infinito de C que aparecen en la tabla son puntos de P2R , es decir,
son puntos del infinito reales. En el caso de las elipses y los pares de rectas imaginarias
secantes, C sı́ tiene puntos del infinito en P2C , de hecho tiene un par de puntos imaginarios
conjugados en el infinito. En el caso de las parábolas y de los pares de rectas paralelas, C
tiene un único punto del infinito tanto en P2R como en P2C , es decir, el único punto del
infinito de C es necesariamente un punto real.
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 149
Demostración. Sea M una matriz asociada a C, que por la observación 12.3 también es
una matriz asociada a C. Recuerda que, según el teorema 10.37 la clase de equivalencia
afı́n de C viene determinada por el rango de M , por Σ(M ), por el rango de m(C) y por
σ(m(C)). Por otra parte, según el teorema 11.21, la clase de equivalencia proyectiva de C
viene determinada por el rango de M y por Σ(M ). Examinando detenidamente la lista de
las clases de equivalencia afı́n de cónicas de A2R dada en el teorema 10.32 y la lista de las
clases de equivalencia proyectiva de cónicas de P2R dada en el teorema 11.21, es fácil ver,
si atendemos solo al rango de M , que
- C es una cónica no degenerada (es decir, C es una elipse (real o imaginaria),
una parábola o una hipérbola) si y solo si C es una cónica no degenerada (real o
imaginaria);
- C es un par de rectas (reales o imaginarias, paralelas o secantes) si y solo si C es
un par de rectas (reales o imaginarias);
- C es una recta doble si y solo si C es un recta doble.
Si nos fijamos también en Σ(M ), es fácil ver que
- C es una cónica no degenerada real (es decir, C es una elipse real, una parábola o
una hipérbola) si y solo si C es una cónica no degenerada real;
- C es una elipse imaginaria si y solo si C es una cónica no degenerada imaginaria;
- C es un par de rectas reales (paralelas o secantes) si y solo si C es un par de rectas
reales;
- C es un par de rectas imaginarias (paralelas o secantes) si y solo si C es un par de
rectas imaginarias ;
- C es una recta doble si y solo si C es un recta doble.
Distinguimos ahora las elipses reales, parábolas e hipérbolas. Si C es una elipse real,
según el teorema 10.32, existe un isomorfismo afı́n f de A2R en sı́ mismo tal que f (C)
tiene ecuación x2 + y 2 − 1 = 0. En ese caso f (C) tiene ecuación x21 + x22 − x20 = 0 por lo
f (C) no tiene puntos reales en el infinito. Por la proposición 12.4 (2), C tampoco tiene
puntos reales en el infinito. Razonando de manera anóloga, comprobamos que si C es una
parábola, C tiene un único punto en el infinito y si C es una hipérbola, C tiene dos puntos
en el infinito. Observa que esto implica también que si C es una cónica no degenerada
real, C es una elipse real, una parábola o una hipérbola, según C no tenga puntos, tenga
uno o tenga dos puntos en el infinito.
Una elipse imaginaria C ha quedado ya caracterizada por la propiedad de que C sea una
cónica no degenerada imaginaria, por lo que no necesitarı́amos recurrir a estudiar sus
puntos en el infinito para decidir si C es una elipse imaginaria. En todo caso es cierto que
C no tiene puntos reales en el infinito puesto que, según el teorema 11.21, una cónica no
degenerada imaginaria no tiene puntos reales.
Distinguimos ahora los pares de rectas reales paralelas de los pares de rectas reales secantes.
Si C es un par de rectas reales, su lugar de ceros en A2R es la unión l1 ∪ l2 de dos rectas
distintas l1 y l2 de A2R . Es un sencillo ejercicio comprobar que el lugar de ceros de C es
l1 ∪ l2 , donde l1 y l2 son los completados proyectivos de l1 y l2 respectivamente y que, al
ser l1 y l2 rectas distintas, también lo son l1 y l2 . Sea p el punto de intersección de l1 y l2 .
Entonces l1 y l2 serán rectas paralelas de A2R si y solo si tienen el mismo punto del infinito,
es decir, si y solo si p ∈ l∞ , es decir, si p es el único punto del infinito de C. Por otra
parte, l1 y l2 serán rectas secantes de A2R si y solo si tienen distintos puntos del infinito,
es decir, si C tiene dos puntos en el infinito.
150 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Para distinguir los pares de rectas imaginarias paralelas de los pares de rectas imaginarias
secantes realizamos el mismo argumento que para los pares de rectas reales pero ahora
trabajamos en A2C y en P2C .
Si C es una recta doble, C ha quedado ya caracterizada por la propiedad de que C sea
una recta doble, por lo que no necesitarı́amos recurrir a estudiar sus puntos en el infinito
para decidir si C es una recta doble. En cualquier caso, como el lugar de ceros de C es una
recta l (¿ves por qué?), el conjunto de puntos del infinito de C está formado únicamente
por el punto del infinito de l.
Por último demostramos la observación (1) sobre los puntos del infinito de C. La inter-
sección de C con l∞ es el conjunto de soluciones del istema de ecuaciones homogéneas
x0 = 0
(12.5.1)
a11 x21 +a12 x1 x2 +a22 x22 = 0
con a11 , a12 , a22 números reales no todos simulténeamente nulos. Es un sencillo ejercicio
comprobar que las soluciones de (12.5.1) en P2C son
- dos puntos de coordenadas reales, si y solo si a212 − 4a11 a22 > 0;
- un punto de coordenadas reales si y solo si a212 − 4a11 a22 = 0;
- dos puntos de coordenadas imaginarias conjugadas, si y solo si a212 − 4a11 a22 < 0
(en este último caso, (12.5.1) no tiene soluciones en P2R ).
Observación 12.6. Comparamos los teoremas 10.37 y 12.5 fijándonos en el caso de las
elipses reales. Dada una cónica C de A2R , según los teoremas 10.32 y 10.37, C es una
elipse real si y solo si R(C) = 3, Σ(C) = 1, r(C) = 2 y σ(C) = 2. Por otra parte, según el
teorema 12.5, C es una elipse real si y solo si C es una cónica no degenerada real y C no
tiene puntos reales en el infinito. Observamos que el hecho de que R(C) = 3 y Σ(C) = 1
equivale, por el teorema 11.21, a que C sea una cónica no degenerada real. Por otra parte,
r(C) y σ(C) son el rango y la signatura proyectiva de
a11 12 a12
m(C) = 1 .
a
2 12
a22
Para estudiar los puntos del infinito de C, estudiamos las soluciones homogéneas (x1 : x2 )
de la ecuación a11 x21 + a12 x1 x2 + a22 x22 = 0 (cf. (12.5.1)). Ası́ pues, tanto para conocer
r(C) y σ(C) como para ver cómo son los puntos del infinito de C estamos fijándonos en
los coeficientes a11 , a12 y a12 de la ecuación de C (es decir, en los términos de grado 2 de la
ecuación). La conclusión es que el teorema 10.37 interpretra la información contenida en
M (C) y en m(C) de manera algebraica y el teorema 12.5 interpreta esa misma información
de manera geométrica. La condición recogida en el teorema 10.37 que nos garantiza que
una cónica no degenerada real C sea una elipse real es r(C) = σ(C) = 2. Por el criterio de
Sylvester, r(C) = σ(C) = 2 si y solo sı́ el determinante a11 a22 − 14 a212 de m(C) es positivo.
Esto es equivalente a que el discriminante a212 − 4a11 a22 del polinomio a11 t2 + a12 t + a22
sea negativo, y esto último es equivalente, según (12.5.1), a que C no tenga puntos reales
en el infinito. Puedes comprobar que algo análogo pasa para las parábolas, hipérbolas,
etc. En particular, los términos de grado 2 de la ecuación de C (sea cual sea la clase de
equivalencia afı́n de C) nos dicen cómo son los puntos del infinito de C.
Observación 12.7. Comparando la clasificación afı́n y proyectiva de cónicas reales dada
en los teoremas 10.32 y 11.21 vemos que hay más casos en la clasificación afı́n que en la
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 151
proyectiva. El teorema 12.5 nos da una razón de por qué esto ocurre: hay cónicas no
afı́nmente equivalentes, que, al completarlas, dan lugar a cónicas proyectivamente equiva-
lentes. Este es el caso de las elipses realas, las parábolas y las hipérbolas, cuyos completados
proyectivos son cónicas no degeneradas reales. Vemos por qué pasa esto. Consideramos
las cónicas de A2R de ecuaciones x2 + y 2 − 1 = 0, x2 − y = 0 y x2 − y 2 − 1 = 0 y sus
correspondientes completados proyectivos, que son las cónicas D1 , D2 y D3 de P2R , de
ecuaciones x20 − x21 − x22 = 0, x0 x2 − x21 = 0 y x20 − x21 + x22 = 0 respectivamente. Sabemos
por el teorema 11.21 que D1 , D2 y D3 son cónicas de P2R proyectivamente equivalentes, ya
que las tres son cónicas no degeneradas reales. Eso quiere decir que existen proyectividades
f y g de P2R en P2R tales que f (D1 ) = D2 y g(D1 ) = D3 . Por ejemplo una proyectividad
f que cumple f (D1 ) = D2 es la que tiene ecuaciones
x00 = x0 +x2
x01 = x1
x02 = x0 −x2
con respecto a la referencia canónica de P2R y una proyectividad g que cumple g(D1 ) = D3
es la que tiene ecuaciones
x00 = x1
0
x1 = x0
x02 = x2
con respecto a la referencia canónica de P2R . La clave está en que ni f ni g dejan invariante
la recta del infinito l∞ de ecuación x0 = 0 (f (l∞ ) es la recta de ecuación x0 + x2 = 0 y
g(l∞ ) es la recta de ecuación x1 = 0), por lo que ni f ni g son, según el corolario 8.48
(1), el completado proyectivo de un isomorfismo afı́n (lógicamente, ya sabı́amos que eso
era imposible, ya que si f y g fueran los completados de isomorfismos afines, entonces las
cónicas afines de ecuaciones x2 + y 2 − 1 = 0, x2 − y = 0 y x2 − y 2 − 1 = 0 serı́an cónicas
afı́nmente equivalentes de A2R , cosa que es falsa).
Otra forma de entender por qué hay menos clases de equivalencia proyectiva que de equi-
valencia afı́n es que, dada una cónica proyectiva D de P2R , según elijamos la recta del
infinito (recuerda la observación 9.14) obtenemos distintas cónicas afines que pueden no
ser afı́nmente equivalentes. Tomemos por ejemplo una cónica no degenerada real D y,
haciendo un abuso de notación, llamemos también D a su lugar de ceros en P2R . Elijamos
una recta del infinito l de P2R . En la observación 9.14 vimos que P2R rl se puede identificar
con A2R y que era posible sumergir A2R en P2R mediante una inclusión i0 . Es un sencillo
ejercicio comprobar que D r l es el lugar de ceros de una cónica C de A2R y que D es el
completado proyectivo de C con respecto a i0 . Estudiemos ahora la intersección D ∩ l. El
corolario 11.23 nos dice que D ∩ l está formado por dos puntos, por un solo punto o es
vacı́o. Según el teorema 12.5, en el primer caso C es una hipérbola, en el segundo caso, C
es una parábola y, en el tercer caso, C es una elipse real. Para ver ejemplos concretos de
esto puedes resolver los ejercicios 19 y 20 de la hoja de ejercicios de cónicas.
Definición 12.8. Sea C un cónica no degenerada de A2k y sea p un punto del lugar de
ceros de C. Decimos que l de A2k es la recta tangente a C en p si l es la recta tangente a
C en p.
Definición 12.9. Sea C una cónica no degenerada de A2k . Decimos que la recta l de A2k
es una ası́ntota de C si l es la tangente a C en un punto del infinito de C.
Como consecuencia del teorema 12.5 vemos que si C es una parábola, C tiene un solo
punto en el infinito por lo que la recta del infinito es tangente a C en dicho punto. Ası́
pues, las parábolas no tienen ası́ntotas. De igual forma, del teorema 12.5 se deduce que
las hipérbolas tienen dos ası́ntotas reales y las elipses, dos ası́notas imaginarias.
Ası́ como hemos definido las ası́ntotas de una cónica afı́n usando Geometrı́a Proyectiva (y
las calcularemos también usando Geometrı́a Proyectiva), la Geometrı́a Proyectiva también
nos puede servir para calcular un concepto afı́n como el centro de una cónica no degenerada
y un concepto euclı́deo como los ejes de una cónica no degenerada (de hecho, incluso los
focos de una cónica se pueden calcular usando Geometrı́a Proyectiva, como puedes ver en
la definición de la página 51 de los “Apuntes de Geometrı́a Proyectiva” de E. Arrondo).
Proposición 12.10. Sea C una elipse real o una hipérbola de A2R . El centro de C es el
polo, respecto del completado proyectivo C de C, de la recta del infinito.
Lema 12.11. Sea D una cónica proyectiva de P2k , sea g una proyectividad de P2k a P2k ,
sea p un punto de P2k y sea l una recta de P2k . Entonces, l es la polar de p respecto de D
si y solo si la recta g(l) es la polar de g(p) respecto de g(D).
Figura 13.
Observación 12.17. No hemos incluido en la proposición 12.16 el caso en que C sea una
circunferencia, porque en ese caso C tiene infinitos ejes, que son las rectas que contienen a
los diámetros de C. En efecto, si consideramos por ejemplo la circunferencia C en forma
canónica y de radio r, que tiene por tanto ecuación x2 + y 2 − r2 = 0, nada tienen especial
las rectas de ecuaciones x = 0 e y = 0 si las comparamos con las rectas de ecuaciones
x − γy = 0 y γx + y = 0, para algún γ número real no nulo, ya que, al ser estás últimas
rectas perpendiculares que pasan por (0, 0), podemos encontrar una isometrı́a que deja C
invariante y trasforma las rectas de ecuaciones x = 0 e y = 0 en las rectas de ecuaciones
x − γy = 0 y γx + y = 0. Otra forma de entender que C tiene infinitos ejes es darse cuenta
de que las rectas que pasan por el centro de C son todas ejes de simetrı́a para C. Podemos
sin embargo reformular la proposición 12.16 si C es una circunferencia: en ese caso las
rectas l1 y l2 que aparecen son pares de diámetros perpendiculares de C.
Observación 12.18. Una vez cálculados los ejes de una elipse real podemos calcular sus
vértices hallando la intersección de los ejes y la elipse. Usando entonces la relación entre
la distancia focal y la longitud de los ejes expresada en el ejercicio 10.2 podemos hallar
los focos de la elipse. De manera análoga es posible hallar los vértices y focos de una
hipérbola (usa en este caso el ejercicio 10.7) y el vértice de una parábola. Aunque de esta
forma hallamos ejes y los vértices con métodos proyectivos, el método que hemos indicado
para hallar los focos no es proyectivo. Sin embargo, los focos de una cónica no degenerada
sı́ se pueden hallar con métodos proyectivos, aunque el procedimiento a realizar es algo
158 FRANCISCO JAVIER GALLEGO RODRIGO
Figura 15.
zn
APUNTES DE GEOMETRÍA LINEAL 159
Ejemplo 12.20. Sea C una cónica no degenerada de P2k y sea p un punto de P2k . Un
punto q de P2k es conjugado de p si y solo si q pertenece a la recta polar de p respecto de
C.
Definición 12.21. Sea l∞ la recta de P2R de ecuación x0 = 0. A cada punto
p = (0 : x1 : x2 ) de l∞ le asignamos las coordenadas (x1 : x2 ) (que no son sino las
coordenadas de p con respecto a la referencia proyectiva {(0 : 1 : 0), (0 : 0 : 1); (0 : 1 : 1)}
de l∞ ). Llamamos cuádrica del absoluto del espacio afı́n estándar A2R a la cuádrica de l∞
de ecuación (con respecto de las coordenadas que acabamos de introducir) x21 + x22 = 0.
Observación 12.22. A la cuádrica del absoluto le corresponde la matriz identidad I2 .
El conjunto de puntos de la cuádrica del absoluto es vacı́o si lo pensamos en P2R y, si lo
pensamos en P2C , es el conjunto {I = (0 : 1 : i), J = (0 : 1 : −i)} formando por los puntos
cı́clicos (que se definieron en el ejercicio 3 de la lista de ejercicios de Geometrı́a Proyectiva).
Proposición 12.23. Sean v = (v1 , v2 ) y w = (w1 , w2 ) dos vectores no nulos del espacio
vectorial euclı́deo estándar R2 y sean p = (0 : v1 : v2 ) y q = (0 : w1 : w2 ) los puntos del
infinito correspondientes a L(v) y L(w) respectivamente. Los vectores v y w son ortogonales
si y solo si los puntos p y q son conjugados respecto de la cónica del absoluto de A2R dada
en la definición 12.21.
Demostración. Los vectores v y w son ortogonales si y solo si
w1
(12.23.1) 0 = v1 w1 + v2 w2 = v1 v2 I2 .
w2
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Observación 12.24. Acabamos de ver cómo expresar en lenguaje proyectivo, usando los
conceptos de conjugación respecto a una cuádrica y de la cuádrica del absoluto, la noción
euclı́dea de perpendicularidad. No es tan extraño que hayamos podido hacer esto ya que
el conjunto de ceros (en P2C ) de la cuádrica del absoluto de A2R es el conjunto {I, J} de
los puntos cı́clicos y ya vimos en la proposición 8.72 cómo los puntos cı́clicos sirven no solo
para expresar la noción de perpendicularidad sino también la de ángulo.
Ejemplo 12.25. (1) Sea C una parábola de A2R , sea p su punto del infinito y sea
q el punto del infinito de la recta tangente a C por el vértice de C. Entonces
p y q son conjugados con respecto de la cuádrica del absoluto de A2R (véanse la
proposición 12.15 y las figuras 13 y 14).
(2) La condición (ii) de la proposición 12.16 se puede reescribir ası́: “los puntos del
infinito de l1 y l2 son conjugados respecto de la cuádrica del absoluto de A2R ”.