Oficio Sacerdotal
Oficio Sacerdotal
Oficio Sacerdotal
Cristo
¿Por qué tenia que cumplir Cristo estas
funciones?
EL OFICIO REAL/ EL GOBIERNO DE CRISTO
Los evangelios representan a Jesús como un rey, el gobernador del universo.
Isaías había anticipado que habría un futuro gobernador que se sentaría en el
trono de David (Is. 9:7). El escritor de Hebreos aplica el Salmo 45:6-7 al Hijo de
Dios: “Tu trono, Dios, por los siglos de los siglos. Cetro de equidad es el cetro
de tu Reino” ( He. 1:8). El mismo Jesús dijo que en el nuevo mundo el Hijo del
hombre se sentaría en el trono de su gloria ( Mt. 19:28). Reclamo que el reino
de los cielos era suyo (Mt. 13:41).
Adán fue designado como sacerdote en el jardín
El Jardín del Edén no es simplemente un hermoso espacio verde (aunque lo
es) para proveer comida a la gente (lo que hace). Mucho más que cualquier
otra cosa, es un espacio sagrado que refleja el hecho de que Dios está
viviendo allí (note que Ez. 28:13 se refiere al Edén como el “jardín de Dios”; cf.
Ez. 31:8).
Tareas sacerdotales en el jardín
Los términos “servir” y “guardar” transmiten las tareas sacerdotales en lugar
de las responsabilidades paisajísticas y agrarias. En Génesis 2:15, Dios coloca a
Adán en el huerto y le encarga que “lo cultivara y lo cuidara”
Yo estaré contigo —le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía:
Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me rendirán culto[a] en esta montaña.
Éxodo 3:12.
Mas referencias éxodo 4:23; 23:33.
El termino cuidar o guardar se utiliza `para el cuidado del espacio sagrado y era una
forma de mantener la creación. Al preservar el orden, el no-orden se mantenía a raya. Es
decir se mantenía esa relación el hombre con Dios y la creación con el hombre y Dios.
1. el sacerdote es tomado de entre los hombres como representante de éstos ante Dios (vers. 1);
2. el sacerdote no es designado por los hombres, sino por Dios (vers. 4: asiendo llamado por Dios»);
3. su actividad está confinada en los intereses de los hombres, en la medida en que estos intereses se
relacionan con Dios, es decir, en el aspecto religioso (vers. 1);
4. su función específica es presentar ofrendas y sacrificios por los pecados (vers. 1);
5. dentro de esta función está incluida la oración sacerdotal, ya que la intercesión es un aspecto
esencial del oficio sacerdotal (Heb. 7:25);
6. La bendición que, de parte de Dios, imparte al pueblo (Lev. 9:22; Núm. 6:24-26).
Cristo como Sacerdote
Por su parte, el Antiguo Testamento predice y prefigura
el sumo sacerdocio de Jesucristo, nuestro Redentor. Encontramos
claras referencias a ello en el Sal. 110:4: «Tú eres
sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec»,
cita que aparece no menos de cuatro veces en Hebreos
(5:6; 6:20; 7:17, 21) y en Zac. 6:13: «habrá sacerdote a su
lado (de Jehová); y consejo de paz habrá entre ambos»,
texto que hallará profunda resonancia en 2 Cor. 5:19.
¿Cómo cumple Cristo la doble función
sacerdotal?
1. El sacrificio de Jesucristo en la Cruz del Calvario .
Segundo lugar si Dios no perdono a los ángeles caídos, en esa perspectiva no tendría la
necesidad de salvarnos.
Bíblicamente en la oración de Jesús en el huerto Mat. 26.39 la única manera que Dios nos
salvara era ir a la cruz Cristo.
La naturaleza de la expiacion
1. Dios fue reconciliado con el hombre mediante cristo pagando su ira judicial.
2. Cristo fue exaltado hasta lo sumo y fue constituido espíritu vivificante.
3. Aseguro la salvación.
Amplitud de la expiación
1. La salvación pertenece a nuestro a Dios por su muerte en la cruz.
2. No todos serán salvos
3. La salvación se ofrece gratuitamente a todo el ser humano
4. Se hace y hará efectivo en aquellos que creen
5. Es bueno decir que murió por los suyos y por todo el mundo.
Adán fue el “primer” hombre al que se le dio la oportunidad de dar vida, pero no logró
alcanzar esa meta. Cristo, como el “último” hombre, tuvo éxito al proporcionar vida y
acceso a la presencia de Dios para todos como nuestro gran Sumo Sacerdote (ver 1
Cor. 15:45)
Alcance de la caída
Primeramente, debemos hacer hincapié en que la Biblia claramente enseña que la caída
de Adán y de Eva en el pecado no sólo fue un acto aislado de desobediencia, sino que es
un evento de significado catastrófico para la creación como un todo.
La salvación como restauración
El propósito de la redención es liberar al prisionero de su esclavitud, devolverle la
libertad que él o ella alguna vez había disfrutado. Algo similar puede decirse acerca de la
palabra reconciliación, en la cual, otra vez, el prefijo re indica regresar a un estado original.
Aquí la imagen es la de unos amigos quienes han reñido, o aliados anteriores quienes se
han declarado la guerra el uno al otro.
Así como la caída del hombre (Adán) fue la ruina de toda la dimensión terrenal, de la
misma manera la muerte expiatoria de un hombre (Jesucristo, el segundo Adán) es la
salvación del mundo entero. Igualmente, así como la caída del primer Adán fue
promovida y expandida por la desobediencia posterior de la humanidad, también la
salvación del mundo entero es manifiesta y promovida por la obediencia posterior de una
nueva humanidad. La raza humana “adánica” pervierte el cosmos; la raza humana
cristiana lo renueva.
La implicación obvia es que la nueva humanidad (el pueblo de Dios) está llamada a promover la
renovación en cada área de la creación. Si Cristo es el reconciliador de todas las cosas, y si a nosotros se
nos ha encargado el “ministerio de la reconciliación” en su favor (2 Cor. 5:18), entonces tenemos una tarea
redentora dondequiera que nuestra vocación nos coloque en este mundo.
Las implicaciones prácticas de esta intención son numerosísimas. El matrimonio no
debería ser evitado por los cristianos, sino santificado. Las emociones no se deberían
reprimir, sino purificar. La sexualidad no simplemente se ha de rehuir, sino redimir. La
política no se ha de excomulgar, sino reformar. El arte no se ha de declarar mundano, sino
se ha de reclamar para Cristo. Los negocios no se han de relegar más al mundo “secular”,
sino que se ha de buscar conformarlos otra vez a los estándares que glorifican a Dios.
Cada sector de la vida humana ofrece tales ejemplos.