Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Libro 2 Lección 1

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Lección 1

LA PERSONA Y OBRA DEL SEÑOR JESUCRISTO

INTRODUCCIÓN

No hay nada más emocionante en la vida de un cristiano que conocer en profundidad a


quien adoramos, seguimos y servimos; ya que sin el conocimiento de Él, sería casi
imposible vivir una vida de victoria. ¿Cómo adoraríamos, seguiríamos y serviríamos a quien
no conocemos?

En esta lección, vamos a profundizar acerca de la persona y la obra de nuestro Señor


Jesucristo. Una de las características distintivas del cristianismo es la ineludible relación de
causa y efecto que hay entre Cristo y el cristianismo.

Si se quitara del budismo el nombre de Buda y desapareciera completamente el elemento


personal del fundador del sistema; o si se quitara del mahometanismo la personalidad de
Mahoma, los sistemas de estas religiones quedarían intactos. Su valor intrínseco no variaría.

Pero si se quitara del cristianismo el nombre y la persona de Jesucristo, no quedaría


absolutamente nada.

De principio a fin, la fe y vida cristianas en todas sus fases, aspectos y elementos están
determinadas por la persona y la obra de Jesucristo.

• Las convicciones que tenemos los cristianos son convicciones acerca de Él.
• La esperanza que tenemos los cristianos es esperanza basada en Él.
• Los ideales que tenemos los cristianos proceden de la experiencia y vida de Él
• El poder que tenemos y usamos los cristianos provienen del poder de su Espíritu.

(James Denney)

A. LA PERSONA DE CRISTO

Las doctrinas de la Trinidad y de Cristo han sido las más atacadas a lo largo de toda la
historia de la Iglesia, porque son las doctrinas fundamentales sobre la persona de Dios
que el diablo trata siempre de distorsionar.

La historia nos muestra que ya se han agotado todas las posibilidades de herejías en
cuanto a la persona de Cristo. Toda nueva herejía será prácticamente una variante de
alguna de las ya aparecidas.

H. Lay
8
La doctrina ortodoxa, universalmente aceptada en la Iglesia Cristiana es la siguiente:

La prueba de esta doctrina se puede hacer demostrando dos puntos:

a. La realidad y perfección de las dos naturalezas, humana y divina.


b. La unión de las dos naturalezas en una persona.

1. La humanidad de Jesucristo

a. Su realidad
• Se le llama y él mismo se llamó "hombre" o “el Hijo del hombre”. (Jn.8:40;
Hch.2:22; Ro.5:15; 1Tim.2:5).
• Tuvo un nacimiento humano; nació de una mujer. (Mt.1:18; 2:11; 12:47; Lc.2:1-7;
Jn 2:1; Gál.4:4).
• Estuvo sujeto a las leyes normales de desarrollo humano, tanto del cuerpo como
del alma. (Lc.2:40,46,52; Heb. 5:8-10).
• Poseyó los elementos esenciales de la naturaleza humana:
 Espíritu: (Lc. 23:46; Jn 11:33; 19:30).
 Alma: (Mt. 26:38; Mr. 14:34).
 Cuerpo físico: (Mt. 26:12, 26, 28; Mr. 14:8; Lc. 24:39; 1Ti 3:16; He 2:14; 10:5)
• Sufrió y murió. (Lc.22:44; Jn.19:30,34)

b. Su perfección
• Fue concebido sobrenaturalmente, y por lo tanto fue libre de depravación
hereditaria o pecado actual (Lc.1:34-35).
(1) Jesús nunca pecó. (2Co.5:21; Heb.4:15)
(2) Jesús nunca presentó sacrificios por los pecados.
(3) Oró "Padre, perdónalos" (Lc.23:34), pero nunca "perdóname".
(4) Dijo "debéis nacer de nuevo" (Jn.3:7), pero nunca "debo nacer de nuevo".
• Su personalidad humana se formó en unión de la naturaleza divina, a diferencia
del resto de los redimidos, quienes recibieron el Espíritu Santo cuando ya tenían
una personalidad formada.
c. Desde todo punto de vista, Jesús es un digno representante de la raza humana,
absolutamente humano, pero al mismo tiempo absolutamente perfecto y sin
pecado, de tal manera que pudo dar su vida por nosotros.

d. Las paradojas de la humanidad de Cristo:


• Era eterno, pero nació y creció "en sabiduría y en estatura, y en gracia”.
• Se cansaba, pero invitó a los trabajados y cansados a venir a él.
• Sintió sed, aunque era el "agua de vida"
• Tuvo hambre, aunque era el "pan de vida".
• Él contesta las oraciones, pero él mismo oró muchas veces.
• Agonizó y murió, aunque era la “resurrección y la vida”.

H. Lay
9
2. La divinidad de Jesucristo
a. Se le nombra como Dios o se le atribuyen nombres divinos. Luc.1:32; Heb.1:8;
Jn.1:18; Jn.20:28 (Ante la exclamación de Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!”, Jesús
no lo negó, sino que más bien lo aceptó tácitamente).
b. Se le llama o él mismo se llama “Hijo de Dios”. Mt.8:29; 16:16-17; 27:54; Jn.1:34;
9:35-37; 11:4; etc. (Todos los que hemos creído en Cristo somos hijos adoptivos de
Dios, y en un sentido espiritual; pero Cristo es el único Hijo de Dios por naturaleza).
c. Se le llama “Señor” (En tiempo de Jesús, el título “Señor”, Κύριος, era dado a la
divinidad o al César). Mt.7:21-23; Luc.11:1; 17:5; Jn.20:28; Hch.16:31; Ro.5:1;
1Co.1:2; etc.
d. Poseyó los atributos propios de la divinidad:
• Eternidad (Is.9:6; Jn.1:1; 8:58)
• Omnisciencia (Mt.9:4; 27:18; Jn.2:24-25; 1Co.4:5)
• Omnipotencia (Mt.8:27; Mr.1:34; Jn.6:18-19; 11:43-44)
• Omnipresencia (Mt.28:20; Ef.1:23)
• Inmutabilidad (Heb.13:8)
• Santidad (Luc.1:35; Heb.4:15)
• Verdad (Jn.1:14; 14:6)
e. Ejercitó poderes y prerrogativas divinas. Jn.18:4; Mt.9:6 (Mr.2:7); Mr.4:39; Heb.1:2-3

Estos son apenas algunos rasgos de los aspectos humano y divino del único ser que es
100% Dios y 100% hombre. Esta doble naturaleza hace que nos comprenda en todas
nuestras debilidades y flaquezas, y pueda estar constantemente intercediendo por
nosotros (Heb.7:25).

B. LA OBRA DE CRISTO

1. Aunque el ministerio terrenal del Señor Jesucristo, con sus enseñanzas y milagros,
fue muy importante para anunciar las buenas nuevas de salvación y hacer conocer a
Dios ante una humanidad perdida, es su muerte en la cruz su obra central. Por ello
en este estudio por razones de tiempo, nos limitaremos a analizar esto último.

Una de las doctrinas fundamentales del Cristianismo es que la obra de Cristo en la


cruz ha sido completa, y que con su muerte nos ha quitado la culpa que cargábamos
por causa del pecado, y nos ha redimido o rescatado del poder de la muerte.

La doctrina de la redención es la que distingue al Cristianismo de las demás


religiones; ya que el Cristianismo no es solamente un grupo de normas éticas, sino la
historia de la salvación del hombre por la muerte de Cristo, nuestro Redentor
personal.

2. La Biblia nos presenta la muerte de Cristo bajo cuatro aspectos:

a. Como un rescate

H. Lay
10
Mateo 20:28 (NVI): “Así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para
servir y para dar su vida en rescate por muchos”

• El significado de rescate es: “Libertar una persona o una cosa pagando un precio”;
también: “comprar nuevamente una persona o una cosa pagando el precio de su
cautividad”. Es el significado de los términos “redención”, “redimir” usados en la
Biblia.
• La idea es la de un mercado de esclavos, al que los pecadores han sido vendidos.
Cristo compra a los pecadores en ese mercado para darles libertad de la
esclavitud al pecado. El precio de nuestra libertad ha sido su sangre preciosa
derramada en su muerte en la cruz.

b. Como una propiciación:

Romanos 3:24-25: “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la


redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de
la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en
su paciencia, los pecados pasados”

• El significado de propiciación es cubierta. El sentido es que la muerte de Cristo se


interpone entre Dios y el pecador; de manera que ya no ve el pecado de éste, sino
la muerte expiatoria de Cristo.
• La propiciación es la base sobre la que Dios puede demostrar su justicia; y sin
embargo perdonar a los pecadores.

c. Como una reconciliación

Col.1:20: “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en
la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su
cruz”.

• El hombre sin Cristo vive en enemistad con Dios, y esto es un obstáculo para la
mutua comunión.
• El mensaje del evangelio es que somos reconciliados con Dios por la muerte de
su Hijo.
• Y Pablo añade en Ro.5:10: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con
Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos
por su vida”.

d. Como una sustitución

2Co.5:21: “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él”.

H. Lay
11
• El sentido en que se usa la palabra sustitución aquí es: una vida dada en lugar de
la otra. Dios atribuye (imputa) a Cristo nuestro pecado, y en cambio nos atribuye
(imputa) su justicia.
• En ese mismo sentido, Cristo murió en nuestro lugar, sustituyéndonos en el
castigo que merecíamos por nuestro pecado, liberándonos de ello.

C. LA EXALTACIÓN DE CRISTO

1. La vida del Señor Jesucristo pasa por dos estados: su humillación y su exaltación,
estados que son magistralmente expuestos en Fil.2:5-11:

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los
hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra,
y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria
de Dios Padre”.

Habiendo ya tratado la muerte de Cristo en la cruz – el aspecto más importante en


su estado de humillación – ahora veremos muy sucintamente lo que sucede en su
estado de exaltación.

2. La exaltación de Cristo se desglosa en tres etapas:

a. Su resurrección
Toda la base del Cristianismo es la resurrección de su fundador. Los líderes de
todas las otras religiones murieron; ninguno resucitó. Sólo Cristo murió y resucitó.

Fue una resurrección con un cuerpo real, no un espíritu ni un fantasma. Podía ser
tocado (Jesús le dijo a Tomás que metiera su mano en las heridas de su costado
y de sus manos.)

Pablo demuestra de una manera magistral que la verdad del Cristianismo


depende de la verdad de la resurrección literal de Jesucristo:

“Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también


vuestra fe... y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros
pecados” (1Co.15:14,17).

Su resurrección fue la proclamación o demostración ante los hombres de la


perfecta humanidad y divinidad de Cristo; de su victoria sobre el pecado y la

H. Lay
12
muerte, así como de la veracidad de sus afirmaciones. Fue también la predicación
de esta verdad lo que llevó al establecimiento de la Iglesia cristiana.

¡Gloria al Señor! porque nuestra fe se fundamenta en ese hecho trascendente; y


nada hará cambiar el hecho que Cristo es nuestra resurrección.

b. Su ascensión
La ascensión de Cristo se refiere a aquel evento en el cual se separó visiblemente
de sus discípulos para ir al cielo. Esto está relatado en Hch.1:9-11:

“Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube
que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre
tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras
blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando
al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá
como le habéis visto ir al cielo”.

c. Su glorificación
Una vez ascendido, Cristo recupera el ejercicio pleno de sus atributos divinos, y
recibe el lugar de honor a la diestra de Dios (Mr.16:19; Ef.1:20-21; Fil.2:9-11).

El mismo Señor Jesucristo oró por el cumplimiento de esta etapa en su vida:

Jn.17:5: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que
tuve contigo antes que el mundo fuese.”

CONCLUSIÓN

Al estudiar la doctrina sobre Jesucristo, hemos podido aprender que no hay ninguna
comparación con otros líderes religiosos que fueron sólo hombres. Al entender la doble
naturaleza de Cristo, podemos entender de qué manera ambas naturalezas han intervenido
en la cruz para solucionar el gran problema de nuestros pecados.

No debemos olvidar que la doctrina no se aprende sólo para saber algo más de Cristo; sino
para que cada verdad pueda ser aplicada a nuestra vida, y así surja una nueva actitud en
nuestro corazón. Esa nueva actitud irá entonces produciendo cambios en nuestra conducta.

¡Cómo no estar agradecidos por lo inmenso de la obra de Cristo por nosotros!; por eso él es
digno de recibir toda la gloria, la honra; toda la alabanza y el honor. ¡ALELUYA!

H. Lay
13

También podría gustarte