Divulgacion - Chile Habanero
Divulgacion - Chile Habanero
Divulgacion - Chile Habanero
CONACYT 2015
D.R. © 2020. Ingrid Mayanin Rodríguez Buenfil, Manuel Octavio Ramírez Sucre y
Emmanuel de Jesús Ramírez Rivera
D.R. © 2020. Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del estado
de Jalisco A. C.
Av. Normalistas 800, Colinas de la Normal
44270, Guadalajara, Jalisco.
PRÓLOGO ................................................................................... 1
I. CULTIVO ................................................................................... 3
En este libro se integran los resultados del proyecto, los cuales fueron obtenidos en CIATEJ
y es importante mencionar que se tuvo la colaboración de instituciones nacionales como el
Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) y el Centro de Biotecnología Genómica
del IPN e internacionales como la Universidad libre de Bolzano Italia.
El libro proporciona una visión interdisciplinaria del cultivo de chile habanero de la Península
de Yucatán con énfasis en la metabolómica, en donde se incluyen resultados experimentales
obtenidos en el desarrollo del proyecto. Evaluando los factores que afectan la producción de
biomoléculas como carotenoides, capsaicinoides y vitaminas presentes en el chile habanero.
Adicionalmente se incluyen temas del cultivo, como enfermedades, impacto del suelo que
afectan el desarrollo de la planta y los frutos. Temas de postcosecha así como de control de
calidad en donde se analiza una relación entre el color y la metobolómica del chile habanero,
1
así como análisis de textura y técnicas de sensométricas. El libro finaliza con dos capítulos
muy importantes, un análisis de transcriptoma y la visión social del chile habanero en donde
se expone el entorno productivo en la península de Yucatán.
Esta obra abre una nueva perspectiva del conocimiento, en donde el libro además de ser un
entregable en el proyecto de Ciencia básica, permite adentrarse en temas fundamentales del
chile habanero en donde se tocan aspectos de base científica y tecnológica. Finalmente es
una contribución al estado de Yucatán y a su sociedad.
2
CAPITULO 1
Manejo agronómico y los factores que influyen en el crecimiento y
desarrollo de las plantas del cultivo de chile habanero
Agronomic management and the factors that influence the growth and development of
plants of habanero pepper crop
Resumen
El chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) es uno de los cultivos comerciales
emblemáticos de la Península de Yucatán, México. Debido a que el sabor típico de los
frutos es único de esta región de México en el 2010 se le otorgó la denominación de origen.
Las características organolépticas que distinguen a los frutos de chile habanero son el
aroma y sabor particular y alto nivel de picante conferido por la alta concentración de
capsaicinoides. La concentración de los capsaicinoides puede ser influenciada por las
condiciones de estrés hídrico o manejo nutricional del cultivo, entre otros. Teniendo en
cuenta la importancia comercial del cultivo, es importante aplicar un adecuado manejo
agronómico y conocer los factores que influyen en el crecimiento y desarrollo de las plantas
del cultivo de chile habanero. En el manejo agronómico se debe considerar las condiciones
de germinación, el transplante, el riego, la fertilización, por lo que el objetivo del presente
capítulo es comentar los factores que influyen en el crecimiento y desarrollo de las plantas
del cultivo de chile habanero y presentar los resultados obtenidos al evaluar el efecto de
tres tipos de suelo en el que se realiza el cultivo del chile habanero en la Península de
Yucatán: K’ankab lu’um o suelo rojo, Box lu’um o suelo negro y Chich lu’um o suelo café,
sobre el desarrollo de la planta de Capsicum chinense Jaqc y su producción de frutos.
Palabras clave: Capsicum chinense, manejo agronómico, suelos de Yucatán, crecimiento
de la planta
Abstract
Habanero pepper (Capsicum chinense Jacq.) is one of the emblematic commercial crops of
the Yucatan Peninsula, Mexico. Because the typical flavor of the fruits is unique to this region
of Mexico, in 2010 the designation of origin was granted. The organoleptic characteristics
that distinguish the habanero pepper fruits are the particular aroma and flavor and high level
of spiciness conferred by the high concentration of capsaicinoids. The concentration of the
capsaicinoids can be influenced by the conditions of water stress or nutritional management
of the crop, among others. Considering the commercial importance of the crop, it is important
to apply adequate agronomic management and to know the factors that may influenced the
growth and development of the plants of the Habanero pepper crop. In agronomic
management, germination conditions, transplantation, irrigation, and fertilization must be
considered, so the objective of this chapter is to comment on the factors that influence the
4
growth and development of the plants of the habanero pepper crop and to show the results
obtained when evaluating the effect of three types of soil where the cultivation of the
habanero pepper is carried out in the Yucatan Peninsula: K'ankab lu'um or red soil, Box
lu'um or black soil and Chich lu'um or brown soil, on the development of the Capsicum
chinense Jaqc plant and its fruit production.
Keywords: Capsicum chinense, agronomic management, Yucatán Soils, Plant growth.
I.Introducción
1.1 Capsicum chinense Jacq
El chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) es un cultivo tradicional en el sureste de
México y Yucatán es el principal productor (Borges-Gómez et al., 2014). En 2019 fueron
sembradas 345.39 ha con este chile en los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán,
lo que representó una producción de 5,782.7 ton, de las cuales Yucatán contribuyó con el
40 % de esta producción (SIAP, 2019).
El chile habanero es una planta de ciclo anual, alcanza una altura de 1.5 m en suelo
mecanizable y hasta 16 meses de vida. Tiene raíz pivotante y un sistema radicular bien
desarrollado cuyo tamaño depende de la edad de la planta, su tallo es grueso, erecto y
generalmente tiene tendencia a formar tres tallos en la primera ramificación para después
continuar bifurcándose, las hojas son simples, lisas y alternas, las flores son de color blanco;
se pueden presentar racimos de hasta seis flores (Tun, 2001) y presenta en promedio seis
frutos por axila; estos son de un tamaño entre 2 y 6 cm, el color es verde cuando son tiernos,
y anaranjados, amarillos o rojos cuando maduros; son además muy picantes y aromáticos
(Soria et al., 2002).
El chile habanero es el único cultivar de la especie Capsicum chinense Jacq., sin embargo,
existen diversos tipos de chile habanero, los cuales se diferencian por el color del fruto
cuando madura. Los frutos varían en color: amarillo, naranja, rosado, rojo, marrón y café.
Para el consumo en fresco nacional es más adquirido el de color naranja, el cual es el
preferido por los consumidores, para la industria se utiliza este mismo color y el amarillo.
En el mercado extranjero existe preferencia por el fruto rojo y el de color café, conocido
como cubano, por su buen tamaño y mayor pungencia (Tun, 2001).
El suelo es un factor muy importante debido a que sus componentes al ser asimilados por
la planta influyen en su fisiología (Chludil et al., 2008). En el estado de Yucatán, los suelos
donde se cultiva el chile habanero son altamente heterogéneos (Borges et al., 2014)
existiendo una gran diversidad de suelos en extensiones pequeñas de terreno lo cual es un
problema importante en el manejo agronómico (Duch, 1988).Estos suelos son de densidad
aparente baja, textura franco limosa, porosidad alta que facilita la aireación y el drenaje, el
pH va de neutro a medianamente alcalino, presenta una salinidad ligera, con alto contenido
de materia orgánica (MO), elevada capacidad de intercambio catiónico (CIC), altas
concentraciones de P, N, K y Ca, contenidos de Mg de medio a alto, con niveles
adecuados de Cu y Mn, pero deficientes en Fe y Zn (Borges et al., 2014).
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Los tipos principales de suelos donde se cultiva el chile habanero en la península de
Yucatán de acuerdo a la nomenclatura indígena del suelo maya (MSN), son: K'áankab lu'um
(suelos rojos), Box lu'um (suelos negros) y Ch'ich 'lu'um (suelos pedregosos ó cafés)
(Bautista et al., 2005). Esta clasificación no considera, sin embargo,el conocimiento local
de que el suelo pedregoso está limitado en micro y macro nutrientes, así como poca
capacidad de retención de agua. Estas propiedades del suelo pueden causar diferentes
tipos de estrés a las plantas, como el estrés debido a la deficiencia de potasio (K) o agua
(Borges et al., 2010; Medina-Lara et al., 2019; Jaimez R. E., 2000)
El Chichlu’um se caracteriza por ser un suelo con grava, puede ser de varios colores café-
rojizo a negro. Se encuentra predominantemente en las partes altas del microrrelieve y pie
de monte. Retiene mucha agua, siendo por ello de buena calidad; puede ser clasificado
como LPrz cuando es negro y carbonatado, pero puede no cumplir con los niveles de
carbonatos de calcio estipulados para el carácter rendzínico. Esta clase de tierra puede
llegar a confundirse con suelos profundos con grava del grupo Cambisol (CM), de los “pies
de monte” localizados entre el Boxlu’um y el Kankab (Bautista et al., 2005)
El Kankab es la clase de tierra que presenta mayor cantidad de tierra fina, coloración de
café-rojizo al amarillo, por lo cual puede clasificarse de crómico o ródico, según sea el caso.
Es la clase de tierra que se localiza en las planicies del meso y microrrelieve, en sitios
conocidos como los valles ciegos de karst. Esta clase de tierra puede pertenecer a tres
grupos de suelo, Luvisol (LV), CM y Calicisol (CL), dependiendo del desarrollo del perfil, es
decir dependiente de la presencia del horizonte Bt (acumulación de arcilla), Bw (horizonte
cámbico) y Ckm (horizonte petrocálcio), respectivamente. No se han encontrado evidencias
6
lingüísticas de que los campesinos mayas identifiquen las diferencias entre los tres grupos
de suelo, pero es posible que en cuestiones prácticas al momento de cultivar si noten estas
diferencias (Bautista et al., 2005)
El desarrollo de la fruta se ve afectado por la interacción del suelo con la planta, ya que la
cantidad de nutrientes, agua y la salinidad en el suelo tiene un efecto significativo en la
cantidad y tamaño de la fruta. Se cuenta con estudios que han demostrado que el tipo de
suelo tiene una relación directa con el crecimiento y rendimiento de frutos del chile
(Rodríguez-Buenfil et al., 2017; Medina-Lara et al., 2019), y otros estudios han demostrado
un directo relación del contenido de algunos metabolitos secundarios con estos mismos
factores (Oney-Montalvo J. et al., 2018). Sin embargo, cuando las plantas se cultivan, la
variedad de los factores que afectan el desarrollo no pueden simplemente reducirse a la
presencia o ausencia de un nutriente o la falta de agua, el suelo la estructura es compleja
y variante, aunque la nutrición puede ser corregida por métodos químicos, otros parámetros
del suelo no.
7
la dosis de K2O. Algunos trabajos relacionados al tema de sustrato y fertilizantes se
describen en la Tabla 1.
FF: Fruto fresco; BST: Biomasa seca total; P: Fósforo; RI: Requerimiento interno; RF: Rendimiento
de frutos; CF: Calidad de frutos. DT: diámetro del tallo; AP: Altura de la planta; RI: Requerimiento
interno. N: Nitrógeno; K: Potasio; P: Fósforo. AS: Ácido salicílico.
9
1.4 Efecto de la temperatura y agua en la producción de chile habanero
Con base en lo anterior, Quintal et al., 2012 realizaron un estudio donde se evaluaron
diversos niveles de humedad aprovechable en el sustrato para medir sus efectos en el uso
del agua, potencial hídrico y rendimiento de chile habanero crecido en condiciones
protegidas, en Conkal, Yucatán. En este estudio se evaluó el efecto de cinco niveles de
humedad aprovechable (HA) (60, 50, 40, 30 y 20 %) aplicada tres veces por semana) en
10
chile habanero (C. chinense) establecido en condiciones protegidas. Se analizó el potencial
hídrico de la hoja, crecimiento, producción y distribución de biomasa, rendimiento y tamaño
del fruto, índice de cosecha e índice de productividad del agua. Se encontró que al regar
con una lámina de 60 % de la HA se obtuvo la mejor condición hídrica de la planta, 55 %
más de área foliar, 44 % más de biomasa total y 84 % más de rendimiento de fruto, que con
20 % de HA. Con 60 % de HA se logró una producción de 5.6 g de biomasa seca por cada
litro de agua aplicado.
La calidad de C. chinense es determinada por la apariencia, peso, firmeza y color del fruto.
Ruiz-Lau et al., 2011 realizaron un estudio donde aplicaron estrés hídrico en C. chinense
iniciando su aplicación cuando ocurrió la primera antesis (26 DDT). Dos tratamientos se
aplicaron, el primero consistió en riego con un litro de agua cada siete días (T1) y el segundo
tratamiento consistió en aplicar un litro de agua cada nueve días (T2). Las plantas control,
sometidas a riego diario tuvieron un potencial hídrico (PHI) del suelo de 0 MPa. Las plantas
regadas cada 7 días registraron un PHI del suelo de -2.09 MPa, mientras que para las
plantas regadas cada 9 d, el potencial hídrico fue de -3.13 MPa. Estos niveles de estrés
hídrico son aún más negativos que el valor de -1.5 MP asignado como nivel de estrés hídrico
o grado de sequía determinado por Hsiao (1973). Las plantas bajo T1 no tuvieron reducción
significativa del peso seco o fresco de los brotes en comparación con las plantas control
sometidas a riego diario. Sin embargo, en el T2 si hubo disminución significativa del peso
fresco, pero no del peso seco de los brotes. Ambas condiciones de estrés disminuyeron la
altura de la planta.
Es importante tener en cuenta que los niveles de los capsaicinoides en los frutos plantas
de control fueron similares para 25 y 45 DAA. En general, el contenido de capsaicinoides
fue más alto en la placenta seguido por el pericarpio y la semilla. La concentración de
capsaicina fue mayor que la dihidrocapsaicina en todos casos.
2.1 Establecimiento del cultivo de chile habanero (Capsicum chinenese Jacq) en tres
diferentes tipos de suelo.
El material vegetal empleado fueron plántulas de chile habanero var. Jaguar con una altura
mínima de 19.3 cm y diez hojas verdaderas provenientes vivero Cutz de Suma de Hidalgo,
Yucatán el cual se caracteriza por el uso de semilla certificada (Figura 1).
Se realizó la siembra de las plántulas en los tres tipos de suelo: negro (Boox lu’um), rojo
(Chac Lu’um) y café (Ch’ich’ lu’um) (Figura 2) para lo cual con ayuda de palas se llenaron
los contenedores (bolsas plásticas) con 12 kg del suelo seleccionado hasta obtener 300
contenedores con su respectivo suelo (100 pertenecientes al suelo negro, 100 al suelo rojo
y 100 al suelo café). Se prosiguió con un etiquetado usando una clave para la identificación
individual de cada planta. Previamente se hizo una perforación en la parte inferior de los
contenedores, dichas perforaciones fueron hechas con la finalidad de drenar el agua
durante el riego de las plantas y evitar la saturación de sustratos.
Figura 2. Suelos empleados en el cultivo de chile habanero. a) negro (Boox lu’um), b) rojo (Chac
Lu’um) y c) café (Ch’ich’ lu’um).
Después de pesar y etiquetar los contenedores, se aplicó un litro de agua a cada uno de
ellos, con la finalidad de ablandar la tierra para el trasplante de las plántulas (Figura 3), las
12
cuales fueron transportadas al invernadero del CIATEJ unidad Sureste desde el municipio
de Suma de Hidalgo, Yucatán el día 14 de marzo del 2018.
Figura3. Proceso de transplante de las plántulas de chile habanero a) Riego inicial con un litro de agua,
b) Transplante de las plántulas en el suelo previamente húmedo, c) Segundo riesgo con medio litro de
agua para evitar el estrés de las plántulas recién plantadas y d) Acomodo de las plantas en cuadrantes
en el inviernadero.
Con el objeto de reducir las fuentes de variación por intensidad lumínica y grado de
sombreado, las plantas fueron organizadas en el invernadero en un diseño bloques al azar,
compuesto de la siguiente manera: tres bloques (B1, B2, B3), tres tratamientos (S1, S2, S3)
y cuatro repeticiones (R1, R2, R3, R4). Cada repetición contenía 25 plantas distribuidas en
cuatro columnas (Figura 4). En total se sembraron 100 plantas por cada tipo de suelo.
La aplicación de macronutrientes a las plantas establecidas fue realizado siguiendo la
fórmula de fertilización: 120, 100 y 150 kg Ha-1 de NPK, recomendada para los suelos de
Yucatán (Soria et al., 2002), mismo que se incorporó en el agua de riego dos veces por
semana a partir de los 10 días post-trasplante (DPT) utilizando los fertilizantes: triple 18 y
18-46-00 (Tabla 2).
Los micronutrientes fueron aplicados a través de una aplicación semanal del producto
comercial Bayfolan forte. A los 20 DPT, se aplicó un regulador de crecimiento (Giberelina+
auxina) a dosis de 1g Ha-1, por lo que se aplicó 0.004 mg planta-1 considerando una
densidad de siembra de 25000 plantas Ha-1. Los riegos fueron aplicados conforme la
necesidad de las planta en los primeros días del trasplante, posteriormente se aplicó 2 L de
agua planta-1 cada tercer día. Las variables de crecimiento que se tomaron en cuenta fueron
13
las siguientes: Altura de la planta, número de hojas, número de tallos, número de botones,
número de flores y cantidad de chiles por planta. Para la medición de la altura se midió
desde la base de la planta hasta la copa. El número de hojas por planta, cantidad de tallos,
botones, flores y frutos desarrollados se contabilizaron por observación directa del cultivo.
Tabla 2. Esquema de fertilización para 300 plantas de chile habanero (Capsicum chinense)
En la Figura 5 se puede observer crecimiento de las plantas (medido como altura) durante
142 DPT donde se puede ver que las plantas en todo el cultivo presentaron un crecimiento
progresivo a lo largo de los días y se presentó variación en la altura promedio entre los
diferentes tipos de suelo siendo por lo general las plantas de suelo rojo las que se
desarrollaron con mayor rapidez. Las plantas que presentaron mayor altura fueron las
cultivadas en el suelo rojo mientras que las que presentaron una menor altura fueron las
plantas desarroladas en suelo negro. Del día 0 al 111 DPT se observa crecimiento notable
en las plantas después de lo cual, el crecimiento en altura de las plantas se estabiliza
(Figura 5).
14
Figura 5. Crecimiento de las plantas durante 142 DPT
Figura 6. Gráfico de medias del desarrollo de las plantas en distintos tipos de suelos
Bautista et al, (2005) mencionan que la cantidad de fósforo asimilable y materia orgánica
es mayor en los suelos negros lo cual fue determinado también por Rodríguez et al., 2017,
quienes encontraron que el contenido de nutrientes en los tres tipos de suelo (rojo, negro y
café) sugiere que están en concentraciones aceptables para el desarrollo de la planta pero
existe una baja disponibilidad de nutrientes en el suelo negro debido al alto valor de
Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) que tuvo (38.5 Cmol Kg-1) en comparación con
el rojo (27 Cmol Kg-1). Media-Lara et al., 2019 también encontraron que se logró un mejor
desarrollo de los frutos del chile habanero que fue cultivado en los suelos rojos y cafés en
comparación con el suelo negro, mencionando que entre los factores que podría explicar
este comportamiento está el hecho de la retención de Na en éstos suelos lo que podría
conducir a una reducción en la disponibilidad y absorción de otros nutrientes importantes
para el crecimiento de las plantas así como a la acumulación de grandes cantidades de
15
otros nutrientes tóxicos (como el amonio) en el suelo negro y los cambios en la microbiota
de los suelos bajo estas condiciones.
3.1.2 Número de hojas en plantas de chile habanero cultivadas en los diferentes suelos
Para el desarrollo de hojas se puede observar que en el periodo 0-47 DPT estas se
mantienen en la misma cantidad, y hasta los 55 DPT fué cuando las plantas comenzaron a
desarrollar un mayor número de hojas, donde las plantas cultivadas en el suelo café fueron
las que presentaron una mayor cantidad de hojas y las plantas crecidas en el suelo negro
presentaron el menor número de hojas durante este cultivo (Figura 7).
Figura 8. Gráfico de medias para el número de hojas en plantas de chile habanero cultivadas en
diferentes suelos
16
3.1.3 Número de botones en plantas de chile habanero cultivadas en los diferentes suelos
La aparición de botones ocurrió muy rápidamente a los 20 DPT y fue uniforme en todos los
suelos (Figura 9), sin embargo la mayoría de estos primeros botones fue abortada debido
al calor intenso que dominaba en esos días y por la falta de preparación de las plantas para
comenzar con su ciclo de producción.
En Figura 10 se puede observar el aumento progresivo del promedio de botones por planta,
éstos se presentaron en mínimas cantidades durante el periodo 20- 47 DPT, para el día 55
DPT se puede observar que el desarrollo de numero de botones incrementa y alos 69 DPT
más del 90% de las plantas ya presentaba botones. Las altas temperaturas registradas de
los 30 a los 60 DPT provocaron que el desarrollo de botones fuera lento en todos los tipos
de suelo y que muchos de estos botones fueran abortados.
Ls plantas cultivadas en el suelo café y suelo rojo fueron las que presentaron la mayor
cantidad de botones desarrollados mientras que las plantas del suelo negro son las que
tuvieron la menor cantidad (Figura 11).
17
49
44
39
Botones
34
29
24
19
CAFÉ NEGRO ROJO
Suelo
3.1.4 Número de flores en plantas de chile habanero cultivadas en los diferentes suelos
Las flores comenzaron su aparición 1 semana después que los primeros botones y tuvieron
2 periodos, en la (Figura 12).se puede observar la cantidad promedio de flores por planta a
los diferentes DPT, donde es posible ver que entre los 27 y 47 DPT ocurrió el primer ciclo
floral, mismo que culminaría sin la formación de frutos. Se puede observar que la cantidad
de flores está relacionada con la cantidad de botones de la semana anterior (Figura 10). El
segundo ciclo fue a los 63 DPT y éstas si se convirtieron en frutos.
18
Figura 13. Gráfico de medias de la cantidad de flores del chile habanero en diferentes suelos
Los análisis de varianza realizados demostraron que existió una diferencia significativa en
el numero de frutos producidos debido a la interacción de los factores tipo de suelo y DPT,
donde los frutos producidos en las plantas crecidas en el suelo negro fueron menos que los
producidos en las plantas cultivadas en los suelos rojo y negro, siendo para éstos dos
últimos suelos los valores similares (Figura 15).
19
Figura 15. Gráfico de interacciones del tipo de suelo y DPT sobre el número de frutos
La producción total de chiles durante las 12 cosechas del cultivo se presenta en la Tabla 3
donde se puede observar que la mayor producción de chiles en cualquiera de sus estados
de madurez se observó en las plantas crecidas en suelo rojo.
Tabla 3. Peso de los chiles obtenidos durante doce cosechas del cultivo en el invernadero del
CIATEJ Unidad Sureste.
La producción total de chiles en este cultivo fue de 36.9 Kg lo cual correspondió a 10,953
unidades lo que representa un peso promedio global de 3.4 g por chile (Tabla 4). El 40 %
de los chiles producidos correspondieron a los obtenidos de plantas desarrolladas en suelo
rojo, 36 % de los chiles fueron de plantas desarrolladas en suelo café y solo el 24 % de los
chiles fueron de plantas desarrolladas en suelo negro.
20
Tabla 4. Producción total del cultivo establecido durante las 12 cosechas.
IV. Conclusiones
Los factores que influyen en el crecimiento y desarrollo de las plantas del cultivo de chile
habanero son varios entre los que podemos mencionar el tipo de suelo, la fertilización, el
adecuado suministro de agua, la temperatura ambiente, entre otros. El suelo es un factor
muy importante debido a que sus componentes al ser asimilados por la planta influyen en
su fisiología. La utilización adecuada de fertilizantes en los cultivos permite obtener mayor
rendimiento, reduciendo los costos de producción en el cultivo y evitando la contaminación
del ambiente. Se logró el establecimiento del cultivo de chile habanero (Capsicum chinense
Jacq) en tres diferentes tipos de suelos suelos: negro (Boox lu’um), rojo (Chac Lu’um) y
café (Ch’ich’ lu’um) característicos en la Península de Yucatán. De este cultivo se
obtuvieron 12 cosechas de chiles a lo largo de 9 meses que se mantuvo éste, habiéndose
cosechado por primera vez, a los tres meses de realizado el trasplante.
El suelo rojo fue el más adecuado para el crecimiento vertical de las plantas de chile
habanero, seguido por el suelo café y por último el suelo negro. En el resto de los
parámetros de crecimiento evaluados (hojas, botones, flores y frutos) el suelo negro
presentó significativamente la menor cantidad respecto a los suelos rojo y café cuyos
resultados fueron similares entre sí. El bajo rendimiento del suelo negro probablemente se
deba a una baja disponibilidad de nutrientes en éste suelo por tener una alta capacidad de
intercambio catiónico, posible retención de Na y acumulación de nutrientes tóxicos. La
mayor producción de chile habanero, tanto en unidades como en peso, se obtuvo con el
suelo rojo para cualquiera de los estados de madurez.
V. Referencias
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23
CAPITULO 2
científico y Tecnológico de Yucatán. Km. 5.5 Carretera Sierra Papacal-Chuburná Puerto. Cp. 97302. *autor de
correspondencia: auc@ciatej.mx
Resumen
Abstract
The characteristics of main diseases caused by fungi, bacteria, viruses and phytopathogens
nematodes that affecting habanero pepper at the southeast of Mexico, are described in this
chapter. Starting with the description of the agent causal of the disease, the
symptomatology, the epidemiological behavior of the disease and finally, some of the
alternatives that can be used for to design and to stablish strategies to plant diseases
management.
I. Introducción
El chile habanero (Capsicum chinense) es uno de los cultivos de mayor importancia
económica y social en la península de Yucatán, ya que constituye una fuente importante de
ingresos a los productores y debido a los múltiples usos que recibe el fruto en la industria
alimentaria y farmacéutica. Además en el 2017, la producción de chiles en Yucatan alcanzó
un valor por arriba de los 58.5 millones de pesos (Ramirez et al., 2018; Ruiz-Lau et al.,
2011; SIAP, 2019).
24
El rendimiento por hectárea del cultivo de habanero es de 15 a 43 t.ha-1, esta variación se
debe principalmente a la variedad utilizada, a las condiciones y manejo del cultivo (cultivo
a cielo abierto o invernadero). Por otra parte, las enfermedades pueden provocar bajos
rendimientos del cultivo, los cuales a su vez pueden ocasionar pérdidas de hasta el 100%
de la producción (Chávez y Zavaleta, 2019; Pérez-Moreno et al., 2004). Por otro lado, la
aplicación desmedida de pesticidas para el control de los fitopatógenos, ha ocasionado
serios problemas en el ecosistema como: presencia residuos en las cosechas, resistencia
de los patógenos a los agroquímicos, reducción de la fauna benéfica e incremento de la
contaminación ambiental, además de elevar los costos de producción (Ramirez et al.,
2018).
Por tal motivo, el presente capitulo tiene como finalidad describir las principales
enfermedades causadas por hongos, bacterias, virus y nematodos fitopatógenos que
afectan al cultivo de chile habanero, ya que el conocimiento de aspectos básicos como la
sintomatología de la enfermedad, características del microrganismo patógeno, factores
ambientales que propician el desarrollo de la enfermedad y su control en campo, pueden
mejorar el manejo de la enfermedad, con los beneficios económicos, sociales y ecológicos
que ello implica.
Múltiples trabajos reportan una gama de enfermedades fungosas que afectan al cultivo del
chile habanero, entre los que se pueden mencionar el damping off, la antracnosis, el
manchado foliar, el marchitamiento de plantas, mildiu, marchitez y pudrición del tallo, entre
otros. Sin embargo, su incidencia y severidad depende en gran medida de las condiciones
ambientales, la variedad utilizada, así como del manejo del cultivo, por lo que resulta
importante conocer cada uno de estos factores que afectan el comportamiento de la
enfermedad, a fin de reducir las afectaciones debidas a este grupo de patógenos.
Sintomatología: El damping off es una de las enfermedades que ocasiona a los productores
de chile, pérdidas importantes debido a que provoca el decaimiento y marchitez del 5 al
80% de las plántulas en vivero, o de las plantas recién trasplantadas en campo (Chávez y
Zavaleta, 2019; Lamichhane et al., 2017). Cuando la infección del hongo ocurre durante el
proceso de germinación de la semilla (preemergencia), los tallos recién formados adquieren
una coloración café y mueren rápidamente, provocando la aparición de manchones sin
plántulas en el vivero (Figura 1b). Por otra parte, cuando la infección ocurre en la etapa pos
emergencia, el cuello de las plántulas a nivel del suelo presenta un típico estrangulamiento
de color café obscuro a rojiza, las hojas de las plántulas pierden turgencia y se marchitan,
posteriormente toda la planta se marchita y finalmente muere provocando la observación
de manchones de plántulas muertas en el vivero (Lamichhane et al., 2017).
25
En plantas adultas la enfermedad se caracteriza por presentar lesiones cóncavas de color
pardo rojizo que aparecen en el tallo y en la raíz principal (Figura 1a). Los suelos arcillosos
y susceptibles a la inundación favorecen el desarrollo del hongo en los meses con mayor
precipitación (Lamichhane et al., 2017). La incidencia observada en plántulas establecidas
bajo condiciones de invernadero en tres tipos de suelo, sugieren que el tipo de suelo no
afecta su respuesta a la infección. Chávez y Zavaleta (2019), mencionan que el género
Capsicum presenta cierta tolerancia natural a Phytophthora debido posiblemente a una
resistencia poligénica.
26
a b
Figura 1. Mancha café rojiza con estrangulamiento en la base del tallo (a) y manchones de plántulas
sin germinar debida a infección premergente (b) de damping off y amarillamiento inicial en plántulas
de chile habanero.
a b
28
al reportar que Corynespora cassiicola indujo síntomas de manchado foliar en habanero.
En hojas, tallos y frutos de chile, C. cassiicola induce manchas café oscuras de 1 a 2 mm
de diámetro, que incrementan de tamaño y coalescen hasta formar grandes lesiones
irregulares rodeadas por un halo amarillo (Shimomoto et al., 2008).
a b
Figura 3. Mancha ovalada con centro gris observado (a y b) en hojas de chile habanero infectados
por Cercospora capsici.
29
Sintomatología. La mancha bacteriana por Xantomonas euvesicatoria pv vesicatoria, es
una de las enfermedades más importantes del chile debido a las pérdidas económicas que
puede generar en el cultivo, ya que puede infectar todas las partes aéreas de la planta. Al
inicio de la infección, la bacteria provoca pequeñas manchas de color café y aspecto
húmedo, de contorno redondeado a irregular, las manchas se observan hundidas en el
envés de la hoja y en el haz ligeramente levantada. Cuando ocurren condiciones de alta
humedad y temperatura, las lesiones toman un color negro y un aspecto grasoso. Estas
lesiones en las hojas pueden crecer y fusionarse, por lo que el resto de la lámina foliar toma
una coloración amarilla (Manelli et al., 2004). En el fruto se observan manchas oscuras,
rodeados de un halo blanco con aspecto aceitoso.
Por otro lado, largos periodos de precipitación, baja resistencia de los cultivares, así como
un ineficiente manejo químico de la enfermedad, provoca el desarrollo de la infección e
incremento del número de plantas enfermas. Manelli et al. (2004), reportaron la existencia
de tres genes recesivos que controlan la resistencia de las plantas de chile a la enfermedad,
lo que abre la posibilidad de obtener plantas resistentes en el futuro. Otros autores
mencionan que el chile habanero posee algún grado de resistencia o tolerancia a la
marchitez bacteriana (Rowell et al., 2001; Silva y García, 2016).
Epidemiología. La bacteria se transmite por semilla, donde puede sobrevivir por 16 meses,
el patógeno puede mantenerse infectivo por el mismo tiempo en el suelo y sobre restos
vegetales. El patógeno penetra en la planta a través de estomas u otras aberturas naturales,
por heridas provocadas por partículas de suelo que impulsa el viento o por lesiones
causadas por insectos. Dentro de una parcela, la bacteria puede ser diseminada por el roce
de hojas infectadas con otras sanas, sobre todo en presencia de lluvia o rocío y viento
(Potnis et al., 2015).
Los virus que afectan al chile habanero son múltiples y pertenecen a diversos grupos entre
los que sobresalen los Geminivirus, específicamente el grupo de los Begomovirus (García
et al., 2010). Especies del grupo de los Tosposvirus, Potyvirus, Cucumovirus, Tobamovirus
y Bromovirus también han sido reportadas causando pérdidas importantes en este cultivo.
En este documento, se describirán únicamente las especies virales más comunes del
sureste de México. De manera general, se sabe que las plantas de chile habanero
infectadas por Begomovirus tienen un ciclo vegetativo más corto y los síntomas más
comunes son enanismo, mosaicos, moteados, necrosis, clorosis y deformaciones (Figura
4b, 4c y 4d) (Astier et al., 2007). En el estado de Yucatán se han detectado a los
Begomovirus: Pepper huasteco virus (PHV), Pepper golden mosaic virus (PepGMV),
Tomato motle virus (ToMoV), Bean golden mosaic virus (BGMV), y Tomato yellow leaf curl
virus (TYLCV), los cuales infectan plantaciones de chile habanero y su principal vector es
la mosca blanca (Bemisia tabaci Genn.) (Ascencio et al., 1999a; Ascencio et al., 1999b;
González et al., 2014).
Pepper huasteco virus (PHV). Es un Begomovirus transmitido por mosquita blanca, y que,
junto con el PepGMV, son considerados como los Begomovirus más importantes en chile
habanero. Además, es común encontrar a estos dos virus en mezclas en los diferentes
hospedantes. En ocasiones, la interacción del PHV y el PepGMV es antagónica y en otros
casos establecen un sinergismo, el tipo de interacción al parecer es dependiente del
hospedante y específicamente en el chile habanero la interacción es antagónica (Méndez-
Lozano et al., 2003). Las plantas infectadas por el PHV se caracterizan por presentar un
31
mosaico amarillo dorado, la cual inicia como un amarillamiento en las nervaduras de las
hojas y abolsamiento en las hojas.
Tomato spot wilt virus (TSWV). Es un Orthotospovirus (antes Tospovirus) transmitido por
trips (Frankliniella occidentalis, F. fusca, Trips tabaci, T. setosus, entre los principales
vectores) en cientos de hospedantes y se considera como uno de los virus más comunes
en chile habanero y puede provocar pérdidas de hasta el 100%, este efecto está asociado
a la presencia de la enfermedad en la etapa inicial del cultivo, y a la severidad de síntomas
en el follaje. Por otro lado, los síntomas pueden modificarse debido al estado nutricional del
cultivo y factores ambientales que inciden directamente en la modificación de la
concentración del título viral (Ríos-Dominguez et al., 2019; Torres-Bojórquez et al., 2017).
Aunque en condiciones de campo solo se ha reportado y demostrado la transmisión por las
especies de Trips, bajo condiciones de laboratorio se ha logrado trasmitir al virus
mecánicamente y mediante injerto (Whitfield et al., 2005).
Los síntomas más comunes que induce el virus en el chile son, un marcado enanismo y la
falta de producción de frutos cuando la infección ocurre en la etapa de plántula en vivero.
Mientras que cuando las plantas se infectan en etapas posteriores, se observan manchas
cloróticas y pequeños anillos necróticos en hojas y tallos (Figura 4a), algunas veces también
se observa defoliación y caída de flores. Los frutos de plantas infectadas presentan
manchas cloróticas o necróticas con anillos o mosaicos que provocan la pérdida de valor
comercial del fruto. Debido a que las manchas no cambiaran de color a pesar de que fruto
adquiera el color rojo.
Tobbaco etch virus (TEV). El virus grabado o jaspeado del tabaco es un Potyvirus que se
transmite por semilla, en forma mecánica y por varias especies de pulgones en forma no
persistente. El patógeno infecta principalmente a las solanáceas y es uno de los virus más
destructivos en el cultivo de habanero, tomate y tabaco, en donde puede causar pérdidas
de hasta el 70%. Los síntomas de las plantas infectadas son achaparramiento, marchitez,
raíces oscuras e induce que las nervaduras de las hojas adquieran una coloración más
oscura, defoliación y deformación de frutos (Pérez-Moreno et al., 2004).
Tomato brown rugose fruit virus (ToBRFV). Este virus está asociado a la caída de flores,
necrosis en pedúnculos de frutos, hojas con manchas cafés y frutos con áreas rugosas de
color café del chile y tomate, lo cual conduce a una reducción en el número de flores y
frutos. Los frutos de plantas infectadas pueden desarrollar áreas amarillas, mostrar
rugosidades, así como áreas necróticas o de color marrón. En México, los primeros reportes
de esta enfermedad fueron realizadas en el 2018 y se ha sugerido que el ingreso de la
enfermedad fue debido a la importación de semilla contaminada proveniente de Israel
(Camacho-Beltrán et al., 2019; Cambrón-Crisantos et al., 2018).
Epidemiología. Los factores que afectan el desarrollo de las epidemias virales son aquellos
relacionados con el vector (eficiencia de transmisión, así como condiciones que pueden
propiciar el incremento repentino de la población del vector entre otros factores), el
hospedante (susceptible, tolerante o resistente), el ambiente (factores ambientales y de
manejo que modifican la población del vector) pueden tener una fuerte influencia en la
velocidad de dispersión de la enfermedad.
Finalmente, el tipo de virus (variantes severas o no severas del virus) presente puede
inducir la aparición de síntomas ligeros o severos en el hospedante. Aunque cabe aclarar
que cada patosistema posee características particulares, de manera que la influencia de
cada uno de los factores mencionados puede ser mayor o menor, en el comportamiento
espacial y temporal de la enfermedad.
Estrategia general del manejo de virus. La mejor estrategia de manejo viral se basa en la
prevención de la infección y el uso de estrategias dirigidas a reducir la velocidad de avance
de la epidemia en la plantación. Por lo que, el uso de material vegetal (plántulas o semillas)
libre de virus, así como el uso de variedades resistentes debe ser considerado al inicio del
cultivo. Además, el monitoreo y control permanente de las poblaciones del vector del virus
en cuestión, aunado al uso de estructuras que impidan el acceso del vector a las plantas,
tales como el uso de casa sombra o invernadero, cubierto con una malla contra insectos
deben ser parte del manejo. Cuando a pesar de estas medidas de protección, las plantas
resultan infectadas con el virus, se recomienda la detección y eliminación oportuna de las
plantas infectadas, así como de hospedantes alternos en la etapa inicial de la epidemia.
33
a b
c d
Figura 4. Síntomas de amarillamiento y anillos necróticos (a) inducidos por el Virus de la marchitez
manchada del tomate (TSWV), así como deformaciones (b) de hoja y enanismos y moteado (c y d)
y que presentan las plantas de habanero infectadas por virus del grupo de los Geminivirus.
Los nematodos que afectan el cultivo de chile habanero son variados. Sin embargo, en el
sureste de México se ha reportado únicamente a nematodos del genero Meloidogyne entre
los que sobresalen las especies de M. incognita y M. arenaria, los cuales se caracterizan
por inducir la formación de agallas en el hospedante infectado.
35
a b
36
Otra estrategia para el manejo de nematodos es la incorporación de hongos micorrízicos
arbusculares (HMA) como parte integral del control biológico de nematodos. Cuando las
esporas del hongo se encuentran en el suelo, germinan y la hifa crece desde la espora
hasta la superficie de la raíz. Posteriormente, se diferencia para formar el apresorio y pasar
hasta la célula epidérmica. La penetración hacia la raíz ocurre a través del apresorio y con
frecuencia el hongo se introduce entre las células epidérmicas. En el interior de la corteza,
la hifa ramificada se invagina en la pared celular cortical de la célula, para formar estructuras
terminales conocidas como arbúsculos (Genre y Bonfante, 2010).
Se ha demostrado que los HMA translocan principalmente fósforo (P) del suelo a la planta,
de ésta se mueven compuestos carbonados hacia el hongo, en forma de hexosa (fructosa
y glucosa), que se convierten en lípidos (triacilglicerol y carbohidratos) en el micelio
intrarradical, los cuales se translocan al micelio extrarradical, donde se sintetiza los
compuestos estructurales y de almacenamiento del hongo; quitina, trehalosa y glicógeno
(Ballestrini y Bonfante, 2014).
Los HMA protegen a las plantas contra los nematodos ya que alteran la composición de los
exudados radicales y activan mecanismos de defensa en las plantas lo cual reducen; su
penetración, su establecimiento y su reproducción (Alban et al., 2013; Liu et al., 2012). En
los últimos años, se han utilizado para el control de nematodos endoparásitos al menos
cinco especies de HMA, pertenecientes a la familia Glomeraceae (Herrera-Parra et al.,
2014; Zhang et al., 2008). Implementadas en tomate (S. lycopersicum), pepino (Cucumis
sativus), plátano (Musa sp.) y papaya (Carica papaya). En estas especies se ha logrado
disminuir el establecimiento, el índice de reproducción y la severidad del ataque de los
nematodos.
III. Conclusiones
Los fitopatógenos que infectan al chile habanero son múltiples y diversos (hongos,
bacterias, virus y nematodos principalmente), afectando desde la etapa de vivero, durante
el crecimiento y desarrollo de la planta en campo, hasta la cosecha y poscosecha. La
severidad de la enfermedad depende del tipo de patógeno (virulento), del hospedante
(susceptible) y factores ambientales (propicios) para el desarrollo de la enfermedad. Por lo
que las pérdidas económicas que provoca cada patógeno, puede reducirse a través de la
aplicación de una estrategia de manejo efectiva y oportuna.
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41
CAPÍTULO 3
Resumen
El presente capítulo describe la morfología, biología/daños y estrategias de manejo de las
principales especies de plagas que afectan el cultivo de chile habanero en zonas tropicales
de México, con énfasis en la Península de Yucatán. Se mencionan algunos aspectos de la
biología que son de importancia para la toma de decisiones en la implementación de las
estrategias de manejo. La información de los daños es para reconocer de manera práctica
la plaga y sus efectos en el cultivo. Se sugieren algunas recomendaciones para el manejo,
en particular sobre manejo biorracional y químico.
Abstract
This chapter describes the morphology, biology/damage and management of the main
species of pests on habanero pepper production in tropical areas of Mexico, particularly in
the Yucatan Peninsula. We mentioned some aspects of biology that are important for
decision making to apply strategies of pest management. The information of pest damage
helps to identify the pest in the field and to determine its effects on the crop. Some
recommendations pest management are indicated, in particular the biorational and chemical
products for management are described.
I. Introducción
42
Para el manejo de plagas se usa información sobre biología y ecología de las especies
plagas, debido a la importancia de saber sobre el proceso de colonización y desarrollo del
insecto o ácaro en la planta. La descripción de los ciclos biológicos es de suma importancia
porque a través de ellos se puede visualizar los mejores periodos para establecer
estrategias de manejo. Actualmente, las estrategias de manejo deben ir encaminadas a
usar prácticas ecológicas de menor impacto al ambiente.
Morfología. Los huevos son ovales de color blanco, con el tiempo se tornan café obscuro.
Las ninfas de primer estadio son ovales, color blanco verdosas y miden 0.3 mm de longitud.
Las ninfas de segundo al cuarto instar son aplanadas y ovales, color amarillo verdosas y
miden de 0.4 a 0.7 mm. La pupa es aplanada y más convexa que las ninfas, los ojos son
rojos y el cuerpo amarillo (Figura 1). Los adultos son blancos amarillentos y miden de 0.8 a
1 mm (Figura 1) (Mejía et al., 1995).
Biología y daños. La oviposición se lleva a cabo en el envés de las hojas jóvens. Los huevos
eclosionan en 5-7 días. Las ninfas de primer estadio son móviles y buscan activamente un
lugar para alimentarse. Del segundo al último estadio, las ninfas son sésiles. Las ninfas
completan su desarrollo en 10-15 días, dependiendo de las temperaturas (Brown et al.,
1995).
Los adultos y ninfas succionan savia, lo que afecta el vigor y producción de frutos. Los
adultos excretan sustancias azucaradas que originan el desarrollo de hongos causantes de
fumaginas, que cubren la lámina foliar y dificulta el proceso fotosintético. Debido a la
43
alimentación por la succión de savia, la planta puede sufrir alteraciones fisiológicas que van
desde cambios de coloración, clorosis y maduración heterogénea de frutos. El daño más
importante, es la transmisión de enfermedades virales. Los begomovirus son transmitidos
eficientemente por los adultos (Martín-Mex et al., 2012). Las plantas que han sido infectadas
muestran diferentes síntomas (Figura 2), tales como mosaicos, clorosis, achaparramientos,
deformación foliar y disminución dramática del rendimiento de frutos (Ortega, 1995).
Manejo
Existen enemigos naturales, como parasitoides que pueden ser eficientes para disminuir
poblaciones de B. tabaci. Entre ellos se encuentran especies de Encarsia y Eretmocerus.
Existen depredadores, como crisopas Chrysoperla sp. y chinches depredadoras Orius y
Geocoris. Los hongos entomopatógenos Metarhizium anisopliae y Beauveria bassiana son
eficientes cuando la humedad relativa ambiental es alta (Aguilar, 2001). El hongo
Paecilomyces fumosoroseus también puede ser activo (Chan-Cupul et al., 2010). Se ha
observado que estos organismos presentan mayor efectividad en los meses de septiembre
a febrero debido a la mayor humedad relativa del ambiente.
Los productos biorracionales más eficientes son aquellos a base de sales potásicas de
ácidos grasos, extractos de ajo, mezcla de extractos de chile canela y ajo, así también, el
uso de aceites de soya. Estos insecticidas actúan por contacto, por lo que es indispensable
una correcta cobertura en el envés de las hojas al momento de la aplicación. Las
aplicaciones de estos productos pueden ser intercaladas con insecticidas químicos para
mayor efectividad (Martín-Mex et al., 2012).
44
Para el control químico, contra inmaduros se recomiendan los reguladores de crecimiento,
Pyriproxyfen y Buprofezin. También para inmaduros el ácido tetrónico, Spirotetramat; y
diamidas antranílicas Clorantraniliprol y Ciantraniliprol, son eficientes para el manejo de
esta plaga (Martín-Mex y Larqué-Saavedra, 2009; Martín-Mex et al., 2012). Para el control
de adultos, los ingredientes más efectivos son los del grupo químico neonicotinoides, que
incluye Imidacloprid, Tiametoxam, Acetamiprid y Dinotefuran. Del grupo butenolida se
encuentra el insecticida Flupyradifurone. Otro grupo recomendado incluye los bloqueadores
selectivos de alimentación, como Pymetrozyne y Flonicamida.
Morfología. Los huevos son ovalados, color blanco perla al principio y posteriormente se
tornan amarillos. Los huevos miden 0.5 mm de longitud. La larva es ápoda de cuerpo
curvado, con cabeza café y cuerpo blanco-cremoso, la pupa es de color blanco-cremoso,
al final adquiere una coloración café. El adulto mide de 2.5 a 3.0 mm de longitud, color gris
a negro brillante o café rojizo (Figura 3). Una característica primaria es su rostrum alargado
y curvado (Anaya, 1995).
Biología y daños. Las hembras ovipositan en el ovario de las flores y frutos en formación.
Después de un periodo de 4 a 5 días de incubación, las larvas emergen y pasan por cuatro
estadios dentro de los frutos, en un periodo de 8 a 10 días. La pupa se desarrolla en el
interior del fruto dentro de una celda. Una vez que emergen los adultos, perforan la
epidermis para salir del fruto. El ciclo completo de huevo a adulto va de 20 a 30 días (Patrock
y Schuster, 1992). El desarrollo de esta plaga se ve favorecida por temperaturas calurosas.
Aparte del chile existen otros hospederos donde los adultos pueden sobrevivir, como el
45
toloache (D. stramonium), tabaco (Nicotiana tabacum) y berenjena (Solanum rostratum)
(Capinera, 2014).
El daño principal lo produce la larva, ésta se alimenta de la placenta, semillas y todo el tejido
interno de frutos, causando malformaciones y manchado de semillas. Los frutos dañados
se tornan amarillamientos y maduran prematuramente (Figura 4) (Patrock y Schuster,
1992).
Manejo
Las prácticas culturales incluyen colectar y enterrar frutos caídos, así como la destrucción
de hospederos alternativos para romper el ciclo de vida (Capinera, 2014., Martín-Mex et al.,
2008). Las especies de hongos entomopatógenos más usadas son Metarhizium anisopliae
y Beauveria bassiana (Aguilar, 2003).
Los productos biorracionales a base de extracto de Argemonina, Berberina y Ricina son
eficientes. Sobre los insecticidas químicos, los reguladores de crecimiento Diflubenzuron y
Novaluron son efectivos. Otros insecticidas de amplio espectro incluyen los piretroides
Lamda-cyhalotrin, Zeta-cypermetrin y Beta Cyflutrin. Otros grupos de insecticidas incluye
46
los neonicotinoides, como Imidacloprid, Tiametoxam, Acetamiprid y Dinotefuran (Martín-
Mex et al., 2008, 2012).
Morfología. El adulto mide de 1.5 a 2.5 mm, es de color verde pálido o amarillento (Figura
5). La frente presenta tubérculos antenales convergentes bien desarrollados que le dan un
aspecto de “W”. Los sinfúnculos son delgados con ápices oscuros y la cauda es pálida
(Peña y Bujanos, 1995).
Manejo
Sobre el control biológico, los parasitoides Aphelinus spp. y los depredadores Ceratomegilla
maculata, Cycloneda sanguínea, Hippodamia convergens y Chrysopa carnea son agentes
eficientes de manejo (Tamaki et al., 1981). Los hongos entomopatógenos como
Lecanicilliun lecanii representan buena alternativa en épocas templadas y de alta humedad
relativa (Ashouri et al., 2004).
Morfología. Los huevos son esféricos, color blanco amarillentos, miden 0.1 mm de diámetro.
Los juveniles y adultos tienen cuerpo ovalado y globoso, son de color rojizos lo que
contrasta con el color verde de las hojas (Figura 6). Los adultos miden 0.5 mm de largo,
presentan manchas negras en ambos lados de sus cuerpos (Otero, 1995).
Biología y daños. Las hembras ovipositan en el envés de las hojas. El periodo de incubación
es de tres a cuatro días. El periodo de larva es de dos a cinco días. El estadio de protoninfa
va de uno a dos días y deutoninfa de uno a tres días. El período total de huevo a adulto es
de siete a 14 días (Gallardo et al., 2005, Tellom et al., 2009). Esta plaga se desarrolla en
condiciones de humedad relativa baja y temperaturas altas. Tiene amplia gama de
hospederos, como Solanáceas, Curcurbitáceas y frutales en general, así como especies
ornamentales (Fasulo y Denmark, 2009).
El daño inicia en el envés de las hojas inferiores. Se forman puntos amarillos en la base de
las hojas y a los lados de la nervadura central. Las áreas amarillas aparecen en toda la hoja
y posteriormente cambian a un color rojizo en el haz (Figura 6). Las infestaciones severas
producen defoliación de la planta (Otero, 1995).
48
Figura 6. Colonia de Tetranychus urticae en follaje y daño producido por succión de savia.
Manejo
Se recomienda riegos por aspersión en épocas de sequía. Controlar el polvo de los caminos
para evita que las hojas se empolvan y los depredadores puedan trabajar eficientemente.
Los ácaros depredadores incluyen los géneros Amblyseius, Phytoseiulus y Metaseiulus, así
como las catarinitas Hippodamia convergens, Ceratomegilla maculata y Olla abdominalis
(Garza y Rivas, 2003).
Se recomienda utilizar productos comerciales a base de extracto de neem y canela, sales
potásicas de ácidos grasos y azufre elemental. Los productos químicos más utilizados son
la Abamectina, Fenpiroximate y Spiromesifen.
Morfológía. Los huevos son hialinos o color ámbar traslúcidos. La hembra adulta mide 0.2
mm y el macho 0.1 mm de largo. Los adultos tienen el cuerpo hinchado de perfil y tienen
un color blancuzco, amarillo ámbar o verde (Gerson, 1992).
Biología y daños. Las hembras ovipositan en la nervadura central. Los adultos se localizan
en el haz y envés de las hojas. El ciclo de huevo a adulto es de ocho a 10 días, se
reproducen por partenogénesis y de manera asexual (Gerson, 1992). Tiene otros
hospederos aparte de chile, incluyendo berenjena, tomate, papaya, mango, cítricos,
guayaba y aguacate. También puede afectar ornamentales (Fasulo, 2010).
Las colonias ocasionan deformación de hojas jóvenes debido a que la nervadura central se
distorsiona en zig-zag y los bordes se enrollan hacia el haz (Figura 7). El crecimiento de los
brotes disminuye y el aborto floral es alto. Si la severidad de daño es alta, el ácaro puede
causar la muerte de la planta.
49
Figura 7. Daños causados por Polyphagotarsonemus latus.
Manejo
Las prácticas culturales son similares a lo descrito en araña roja. Los productos
biorracionales recomendados incluyen extracto de canela y azufre elemental. Los productos
químicos convencionales más efectivos son Abamectina, Fenpiroximate y Spiromesifen
(Martín-Mex et al., 2009).
Descripción morfológica. Los huevos tienen forma arriñonada, son de color blanco
amarillento y miden aproximadamente 0.25 mm de longitud. Las larvas son pálidas o
amarillas transparentes, el primer instar mide alrededor de 0.5 mm y el segundo
aproximadamente 0.7 mm de longitud. Los adultos son de color amarillo pálido y miden
alrededor de 1 mm. El cuerpo es alargado y poseen hileras de setas; el abdomen posee
nueve segmentos bien definidos (Rosenheim et al., 1990).
Biología y daños: La oviposición se lleva a cabo en hojas, flores y frutos. Los huevos
eclosionan en tres días, de ahí pasa por dos instares larvales y dos instares pupales antes
del estado adulto. El ciclo tarda de 11 a 26 días. Las larvas se alimentan raspando tejidos
de la planta. En estado de pupa permanece en el suelo. Los adultos cuando eclosionan se
alimentan gregariamente en las hojas, principalmente en las venas. También se desarrollan
en los pétalos y ovarios, en flores y en la superficie de los frutos (Rosenheim et al., 1990).
El ciclo es favorecido por temperaturas elevadas. Sus hospederos son muy variados, entre
los que se encuentran Solanáceas, Cucurbitáceas y frutales de diferentes familias. También
puede atacar a especies ornamentales (Tsai et al., 1995).
Debido a la alimentación, la planta da apariencia bronceada o plateada, especialmente en
las venas de las hojas y superficie de los frutos. En varios cultivos se produce
ampollamiento y rizado de las hojas, incluso se produce cicatrices y deformaciones en el
tejido vegetal. También puede haber transmisión de virus (Salas, 1994).
50
Manejo
Como prácticas culturales se sugiere establecer el cultivo del chile asociado con plantas de
frijol común que actúan como cultivo trampa y establecer coberturas inertes con material
seco de alguna planta o coberturas de plástico plateado en los lugares donde sea factible
(Peña y Bujanos, 1995).
Los insecticidas químicos del grupo de las spinosinas, como Spinosad y Spinetoram son
altamente efectivos. Los insecticidas del grupo de los neonicotinoides más eficientes son
Imidacloprid, Tiametoxam, Acetamiprid y Dinotefuran.
Morfología. Los huevos son blancos y ovalados, miden 0.25 mm de longitud. Las larvas son
blancas al principio y posteriormente amarillas o color café. Llegan a medir hasta 3 mm
cuando están completamente desarrolladas. Las pupas son ovales, de 2 mm de longitud.
Los adultos miden de 2 a 3 mm, son de color amarillo con el dorso del tórax de color negro
brillante (Figura 8) (Cervantes, 1995).
Biología y daños. Las hembras ovipositan en la lámina foliar. Los huevos eclosionan en dos
a cuatro días. La larva pasa por tres o cuatro estadios durante siente a 10 días. Las larvas
hacen galerías entre el haz y el envés de las hojas. La pupa tiene una duración de ocho a
15 días. El insecto pupa en el suelo, pero también puede pupar en el follaje, dentro de las
hojas o en la superficie (Cervantes, 1995; Ganapathy et al., 2010). Se desarrolla a
temperatura de 28-30°C y moderada a alta humedad relativa. El ciclo completo de huevo a
adulto toma 15 días. Se hospeda en Solanáceas, Cucurbitáceas y Fabáceas,
principalmente (Schuster et al., 1991).
La larva produce galerías entre el haz y envés de las hojas, principalmente en hojas bajas
e intermedias (Figura 8). En ataques severos causa defoliación y los frutos quedan
expuestos a quemaduras solares (Soria et al., 2000; Van Elferen y Yathom, 1989).
Figura 8. Adulto y punturas de alimentación de Liriomyza spp. y daños en las hojas causados por
las larvas.
51
Manejo
Los parasitoides como la avispita Diglyphus begini y D. websteri, así como Opius bruneipes
son eficientes regulando poblaciones de la plaga (Liu et al., 2009).
Los insecticidas a base de extractos de ajo chile y canela, así como las sales potásicas de
ácidos grasos los extractos de berberina, ricina y argemonina son eficientes en el manejo
de esta plaga (Liu et al., 2009).
Los insecticidas químicos más efectivos incluyen el regulador de crecimiento Cyromazina,
las spinosinas Spinosad y Spinetoram. También son efectivos los insecticidas Abamectina
y Clorantraniliprol.
III. Conclusiones
Las plagas de chile habanero afectan desde el vigor de las plantas hasta la calidad de
frutos. Las plagas son una limitante importante en la producción y se debe reconocer la
morfología y biología de las especies para diseñar estrategias de manejo eficientes. El
manejo de las plagas en general se lleva a cabo con insecticidas químicos, pero existen
prácticas culturales y agentes de control biológico que podrían coadyuvar a la disminución
de las poblaciones de plagas en campo. Para el buen uso de insecticidas químicos se
recomienda que las aplicaciones inicien toda vez que el nivel de infestación lo amerite, pero
siempre considerando el modo de acción de los insecticidas utilizados. Conocer las familias
químicas de los insecticidas, permite diseñar estrategias de manejo de resistencia a
insecticidas y contribuye a incrementar la vida activa de estos agroquímicos.
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54
CAPÍTULO 4
Resumen
El objetivo de este capítulo es discutir los efectos de la salinidad en plantas tomando como
modelo este género. La salinidad es uno de los tipos de estrés abióticos más importantes y
destructivos en plantas, es capaz de reducir hasta al 100% los rendimientos de plantas
glicófitas cultivadas y de interés comercial, hoy la cantidad de tierras cultivables que están
en peligro de superar los tenores salinos por encima de 4 mM es importante y se están
haciendo esfuerzos por estudiar estos efectos con la finalidad de contrarrestar este
fenómeno. De las plantas cultivadas más importantes a nivel mundial están las que
pertenecen al género Capsicum cuya sensibilidad ante la salinidad es moderada y dentro
de ellas esta Capsicum chinense Jaqc.
Abstract
The objective of this chapter is to discuss the effects of salinity in plants using this genus as
a model. Salinity is one of the most important and destructive types of abiotic stress in plants,
it is able to reduce up to 100% the yields of cultivated glycophyte plants and commercial
interest, today the amount of arable land that is in danger of exceeding the tenor’s saline
above 4 mM is important and efforts are being made to study these effects in order to
counteract this phenomenon. Of the most important cultivated plants worldwide are those
belonging to the genus Capsicum whose sensitivity to salinity is moderate and within them
is Capsicum chinense Jaqc.
55
I. Introducción
Capsicum (Capsicum sp) también llamado chile es de los cultivos más importantes en
América (Jarret et al., 2019). Alrededor de este género hay un creciente interés y
fascinación debido a la considerable variación genética que posee.
Este género es parte de una gran familia de plantas, las Solanaceas, que está formada por
más de 90 géneros y más de 2500 especies incluidos vegetales comercialmente
importantes como el tomate, la papa, la berenjena, etc. y es nativo de América tropical y
subtropical (Hunziker 2001) en una amplia región que comprende desde México y el norte
de América Central, el Caribe, las tierras bajas de Bolivia, las tierras bajas del norte de la
Amazonía y el sur de la zona media de los Andes, donde evidencias arqueológicas sugieren
el uso de este cultivo desde los años 6000 AC (Davenport 1970; Basu y De 2003; Perry et
al. 2007).
La salinidad del suelo es un importante estrés abiótico que afecta la productividad de los
cultivos agrícolas en todo el mundo. El estrés salino tiene un efecto significativo en el
crecimiento y desarrollo de las plantas. La germinación de la semilla, la longitud de las
raíces, por consiguiente, la altura de la planta y la producción de frutos son inhibidas
significativamente (Zanetti et al., 2019). El estrés osmótico es el primer estrés que se
experimenta cuando una planta se expone al suelo salino y este afecta instantáneamente
el crecimiento vegetal (Horie et al., 2011). La toxicidad iónica ocurre más tarde cuando los
niveles de sal alcanzan un umbral de 200 Mm de NaCl, más allá del cual la planta no puede
mantener la homeostasis iónica y el crecimiento (Muns y Tester, 2008). La toxicidad iónica
y el estrés osmótico son primarios, el estrés oxidativo es un efecto secundario de este tipo
de estrés.
Los miembros del género Capsicum son sensibles a patógenos y factores abióticos como sequía y
salinidad. De hecho, son considerados como moderadamente sensibles, sensibles o muy
susceptibles a este último factor abiótico (Aktas et al., 2006). Sin embargo, a pesar de su importancia
económica se tiene poca información sobre cómo responden y los mecanismos de tolerancia a
salinidad en este género.
En este capítulo nos proponemos mostrar de manera sencilla algunos de los principales
conocimientos sobre la salinidad en plantas tomado como caso específico el género Capsicum.
56
II. Revisión bibliográfica
2.1 La salinidad
En el mundo existe un amplio rango que ambientes estresantes (tales como: altas y bajas
temperaturas, sequía, alcalinidad, salinidad, estrés por luz ultravioleta e infección por
patógenos) que son potencialmente dañinos para las plantas (Van Breusegem et al., 2001).
Así mismo, la salinidad es uno de los principales factores de estrés abiótico, especialmente
en regiones áridas y semi-áridas, y que pueden afectar severamente el crecimiento,
rendimiento y calidad de los cultivos agrícolas, limitando con ello la producción de alimentos
de origen vegetal (Aktas et al., 2005; Koca et al., 2007).
La mayor parte de las tierras han sido afectadas por causas naturales, como la acumulación
de sales en zonas áridas y semi-áridas durante largos periodos de tiempo (Rengasamy,
2002) o la erosión de las rocas que liberan sales solubles y que pueden ser de varios tipos,
entre las principales sales que contribuyen a esta salinidad, se encuentran el carbonato de
sodio (Na2CO3), los sulfatos de sodio (Na2SO4), magnesio (MgSO4) y calcio (CaSO4); los
cloruros de magnesio (MgCl2), potasio (KCl) y sodio (NaCl), siendo esta última sal y el ion
sodio (Na+) los más abundantes en los suelos (Alemán-Guillén, 2009). El cloruro de sodio
(NaCl) es la sal más soluble y abundante en los suelos salinos, la otra causa de la
acumulación es la deposición de sales oceánicas acarreadas por el viento y lluvia. El agua
de lluvia contiene de 6-50 mg/kg de NaCl, estas concentraciones disminuyen a mayor
distancia de la costa, sin embargo, podría depositar cerca de 10 kg.ha-1 de sal por cada 100
mm de precipitación por año (Munns y Tester, 2008)
Los suelos son clasificados como salinos cuando su conductividad eléctrica (CE) es mayor
de 4 dS/m (USDA-ARS., 2008), que es aproximadamente equivalente a 40 mM NaCl y
genera una presión osmótica de aproximadamente -0.2 MPa. Esta definición de salinidad
deriva de la CE que reduce significativamente la mayoría de los cultivos agrícolas.
Los efectos tóxicos de la salinidad en el crecimiento de las plantas pueden estar asociados
con: 1) bajo potencial hídrico del medio en contacto con la raíz que causa o provoca un
déficit de agua dentro de la planta; 2) los efectos tóxicos de iones, principalmente por Na+,
Cl- y SO42-; y 3) el desbalance nutricional causado por la reducción en la toma de nutrientes
(por ejemplo, K+, Ca2+, Mg2+) y su transporte a los brotes (Serrano et al., 1999; Hasegawa
et al., 2000).
En general las plantas expuestas a salinidad pueden presentar los siguientes efectos:
estrés hídrico, toxicidad por iones, desordenes nutricionales, estrés oxidativo, alteración de
procesos metabólicos, desorganización de la membrana, genotoxicidad, reducción de la
expansión y división celular (Hasegawa et al., 2000; Munns, 2005; Zhu, 2007). A la vez,
estos efectos reducen el crecimiento, desarrollo y supervivencia de las plantas.
Durante el inicio y desarrollo del estrés salino, dentro de la planta se ven afectados procesos
de gran importancia tales como la fotosíntesis, la síntesis de proteínas y el metabolismo de
lípidos (Parida y Das, 2005). Durante una exposición inicial a la salinidad, como se
mencionó anteriormente las plantas reducen su expansión foliar. El efecto osmótico del
estrés salino puede ser observado inmediatamente después de la aplicación de NaCl y se
cree que puede continuar durante la exposición, resultando en una inhibición en la división
y expansión celular, así como en un cierre estomático (Flowers, 2004; Munns, 2005).
Durante una exposición a la salinidad a largo plazo, las plantas experimentan estrés iónico,
que puede conducir a la senescencia prematura de hojas adultas y así, a la reducción de la
disponibilidad del área fotosintética la cual puede servir de base para un crecimiento
continuo (Cramer y Nowak, 1992). De hecho, un exceso de Na+ y Cl- han mostrado una
potencial afectación para las enzimas en las células vegetales y también pueden causar
incremento en el tamaño celular, resultando en una reducción en la producción de energía
y otros cambios fisiológicos (Larcher, 1980). El estrés iónico como se mencionó tiene como
resultado la senescencia prematura en las hojas más viejas y se muestra los síntomas de
toxicidad (clorosis y necrosis) en hojas maduras debido a altas concentraciones de Na+ este
ion desorganiza la síntesis de proteínas debido a que desplaza o disminuye la
concentración de K+ en el citosol el cual juega un papel importante en el acoplamiento de
los ribosomas, así mismo, el Na+ causa una disminución de la actividad enzimática
(Hasegawa et al., 2000; Munns, 2005).
Las células epidérmicas constituyen la primera barrera para el movimiento de los iones en
la raíz (Plett y Moller, 2010). Esta barrera proporciona una regulación de la entrada hacia el
xilema (cerca del 2%) así como la exclusión de sales (alrededor del 98%) a la solución del
suelo (Munns et al., 2005). Por otro lado, los iones y solutos pueden viajar a partir de la
epidermis hacia el xilema por vía simplastica, esto puede darse mediante la introducción en
las células de la raíz y de esta manera moverse de célula en célula a través de los
58
plasmodesmos o por vía apoplastica, es decir, transportándose a través de la membrana
plasmática (White et al., 2002).
Muchos trabajos han postulado los mecanismos de transporte de Na+ tanto en su absorción
como en su exclusión en la célula vegetal (Munns y Tester, 2008; Zhang et al., 2010;
Kronzucker y Britto, 2011; Cheeseman, 2013). Existe una discrepancia y no ha surgido un
consenso respecto a la relación real en cuanto al papel de los diversos componentes de la
planta; por otro lado, no existe ningún candidato molecular identificado y demostrado de
manera convincente que sea el que transporte el Na+ en el flujo de entrada a la célula bajo
condiciones toxicas. Dentro de todos los estudios, el candidato más fuerte que se ha
reportado en la actualidad, son ciertas subclases de canales catiónicos no selectivos
(NSCCs, por sus siglas en inglés) insensibles a voltaje IV-NSCCs, que participan de manera
crítica y la mayoría de la evidencia se ha derivado de estudios electrofisiológicos, en los
cuales se demuestra de manera concreta que los NSCCs pueden conducir corrientes de
Na+. Ciertamente, la mayoría de estos estudios electrofisiológicos se realizaron utilizando
la técnica de path-clamp, en membranas de protoplastos los cuales carecen de pared
celular, en ellos se midieron los flujos de Na+ así como su acumulación (Kronzucker y Britto,
2011).
Otras proteínas transportadoras han recibido atención como candidatas potenciales para el
flujo de entrada de Na+ en las células de la raíz, estos son los transportadores de cationes
de baja afinidad (LCT1, por sus siglas en inglés) que permiten la toma de Na+ (Schachtman
et al., 1997; Amtmann et al., 2001) y tanto los transportadores de alta y baja afinidad de K+
como los transportadores pertenecientes a la familia multigénica de los KUP/HAK/KT. Por
otro lado, en algunas especies como Arabidopsis (Arabidopsis thaliana) y arroz (Oryza
sativa) se ha visto que los canales de rectificación entrante de K+ que pertenecen a la familia
Shaker, cuyo nombre son AKT que participan permitiendo la entrada de Na+ al citosol
(Blumwald et al., 2000; Golldack et al., 2003; Nieves-Cordones et al., 2010; Zhang et al.,
2010). Otro estudio donde se reporta que AKT podría estar involucrado en el flujo de entrada
de este ion es en la planta halófita S. marítima, este estudio fue realizado por Wang et al.
(2007), en él se muestra evidencia sobre de la participación de AKT cuando se somete a
las plantas a 150 mM de NaCl, pero no existió adquisición o entrada de Na+ a
concentraciones de 25 mM por tal motivo los autores sugieren que AKT podría estar
implicado en la toma del ion. Hasta cierto punto la evidencia relacionada con la función de
AKT como mediador en el flujo de entrada de Na+ es relativamente limitada y es claro que
este tipo de canales debe recibir mayor atención para futuras investigaciones.
Por último, se encuentran los miembros de los transportadores de la familia HKT. Los
miembros de la subfamilia HKT1 se propone que operan mayormente en la regulación y
traslocación de Na+ de las raíces a los brotes (Sunarpi et al., 2005; Moller et al., 2009),
mientras que los de la subfamilia HKT2 han sido implicados en el flujo de entrada primario
de Na+, al menos a bajas concentraciones de Na+ y principalmente en cereales (Hauser y
Horie, 2010; Horie et al., 2011; Schulze et al., 2012).
Otra potencial vía que puede permitir la entrada de Na+ a la célula, y que ha recibido menos
atención, pero no deben ser descartados, son los transportadores que llevan a cabo
transporte del tipo simporte, en particular estos que simultáneamente y electroneutralmente
59
pueden transportar Na+ o K+ junto con el Cl-, son los conocidos Cotransportadores Cloro-
Catión (CCCs, por sus siglas en inglés) (Zhang et al., 2010). Dada la típica co-presencia de
Na+ y Cl- en altas concentraciones en suelos salinos, esta posibilidad es particularmente
atractiva para la toma de Na+.
Existen estudios realizados por Munns et al., (2006) que sugieren que la respuesta de las
plantas ante la salinidad está dada tanto por un estrés osmótico como por un estrés iónico;
se menciona que estos efectos ocurren secuencialmente.
Finalmente, la salinidad produce tanto estrés osmótico como iónico, a estos se les conoce
como factores de estrés primarios, sin embargo, el estrés salino y otros factores
ambientales pueden causar un estrés secundario, el estrés oxidativo, este tipo de estrés se
presenta por el incremento de especies reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en
ingles), tales como el radical superóxido (O2•‒), peróxido de hidrogeno (H2O2) y el radical
hidroxilo (•OH). Estas son altamente reactivas y se ha visto que alteran el metabolismo
celular normal a través del daño oxidativo en lípidos, ácidos nucleicos y proteínas (Adly,
2010), estas últimas pueden sufrir modificaciones en aminoácidos, fragmentación de la
cadena peptídica e incremento en la susceptibilidad a sufrir proteólisis y de manera general
la célula puede tener un desbalance metabólico lo que conlleva a un deterioro celular
(Ahmad et al., 2010).
No obstante, las plantas han desarrollado ciertos mecanismos que les confieren tolerancia
a elevadas concentraciones externas de Na+. Estos mecanismos se manifiestan en un
amplio rango de adaptaciones, que comprenden desde el nivel celular hasta el de la planta
completa (Yeo, 1998; Hasegawa et al., 2000; Tester y Davenport, 2003). Las plantas han
mostrado mecanismos para disminuir los efectos negativos del estrés salino, como por
ejemplo:
2.1.6 Osmotolerancia
Una de las mayores consecuencias del estrés por NaCl es la perdida de agua intracelular.
Ante esto, las plantas han mostrado mecanismos involucrados en la disminución de la
toxicidad por NaCl. Las plantas acumulan muchos metabolitos que son también conocidos
como “solutos compatibles (orgánicos)” en el citoplasma, esto para incrementar la tolerancia
hiperosmotica contra la perdida de agua celular inducida por el estrés salino. Este proceso
es también requerido para el balance del potencial osmótico de Na+ y Cl- que son
secuestrados en la vacuola (Wyn Jones et al., 1979).
En cuanto al componente osmótico, para superar los problemas de absorción de agua, las
plantas requieren acumular solutos compatibles a nivel de citosol y organelos sin afectar la
actividad de las enzimas involucradas en el metabolismo. Algunos de estos son iones
esenciales como el K+, pero la mayoría son solutos orgánicos de bajo peso molecular como
azúcares simples (principalmente glucosa y fructosa), alcoholes derivados de azúcares
(glicerol e inositoles metilados) y azúcares complejos (trehalosa, resinosa y fructanos).
También se incluyen derivados de aminoácidos cuaternarios (prolina, glicina betaína, β-
alanina betaína, prolina betaína), aminas terciarias (1,4,5,5-tetrahidro-2-metil 1-4 carboxil
piramidina) y compuestos sulfónicos (o-sulfato de colina, propironato dimetil sulfónico).
2.1.7 Prolina
La salinidad y el estrés hídrico se sabe que inducen estrés secundario, esto como
consecuencia del estrés iónico y osmótico se produce un estrés secundario conocido como
“estrés oxidativo”. Durante el estrés oxidativo inducido por salinidad, la disponibilidad de
CO2 atmosférico se ve reducido debido a un incremento en el cierre estomático y a que el
consumo de NADPH por el ciclo de Calvin se reduce. Cuando la ferredoxina es reducida
durante la transferencia de electrones fotosintéticos, los electrones pueden ser transferidos
del fotosistema I (PS-I) al oxígeno para dar lugar a radicales superóxido (O2•-) esto en el
proceso llamado reacción Mehler, la cual inicia una reacción en cadena donde se producen
radicales de oxígeno más dañinos para la célula (Hsu y Kao, 2003).
Las plantas al ser organismos sésiles, son más vulnerables a estos daños oxidativos
causados por factores ambientales (Foyer et al., 1994; Hippeli y Elstner, 1996).
Consecuentemente, existe la necesidad constante de mecanismos eficientes para mitigar
el daño oxidativo en los componentes celulares. Por otro lado, las plantas han desarrollado
sistemas eficientes para remover ROS, que incluyen enzimas antioxidantes específicas que
son depuradoras de ROS y también se producen pequeñas moléculas no enzimáticas que
actúan en la depuración de ROS, tales como: ascorbato, glutatión, α-tocoferol, flavonoides,
antocianinas, componentes polifenólicos y carotenoides.
A nivel celular, se minimiza la entrada de Na+, esto con el objeto de mantener una elevada
relación de K+/Na+ en el citoplasma (Maathuis y Sanders, 1999; Serrano y Rodríguez-
Navarro, 2001); así mismo, se potencia la extrusión de Na+ desde el citoplasma, hacia el
exterior celular o hacia el lumen de la vacuola, a través de transportadores antiportadores
Na+/H+ de tipo SOS1 o NHX1, respectivamente ( Zhu, 2001; Zhu, 2003; Ward et al., 2003).
A nivel de planta completa, las plantas tolerantes a ambientes salinos suelen minimizar el
transporte de Na+ al xilema (especialmente las glicófitas; Hasegawa et al., 2000) o
62
maximizar, una vez alcanzado el tallo, la recirculación a través del floema, hacia zonas
especializadas de la planta donde se produce la acumulación de Na+, como ocurre en hojas
maduras o células secretoras (Tester y Davenport, 2003).
La familia de las Solanáceas agrupa las especies hortícolas de mayor importancia que se
cultivan en Yucatán. Dentro de las Solanáceas, el cultivo del chile es de particular
importancia para el estado por su gran demanda para la condimentación de platillos
regionales y por su demanda actual en los mercados nacional e internacional. Todos los
chiles cultivados pertenecen al género Capsicum, dentro del cual se han reconocido cinco
especies domesticadas (C. baccatum L., C. pubescens R., C. annuum L., C. chinense Jacq.
y C. frutescens L.). El chile habanero es un cultivo de gran importancia económica para los
productores de hortalizas del estado de Yucatán, ocupando el segundo lugar después del
cultivo del tomate (Tun, 2001).
Generalmente, su fruto se comercializa en fresco para consumo directo o como una materia
prima para procesamiento industrial. Sin embargo, la demanda por frutos de alta calidad, el
polvo, las pastas, las salsas y otros derivados, excede la oferta actual de los productores,
procesadores e industriales del chile habanero de Yucatán (Leyva Morales et al, 2005). El
interés por este cultivo no se centra únicamente en su importancia económica; se ha
demostrado que el chile es una fuente excelente de colorantes naturales, vitaminas como
la C, E y A y minerales. (Guzmán et al., 2004).
De acuerdo con el departamento de agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus
siglas en ingles) en 2011, el chile (C. annuum) y tomate (S. Lycopersicum) son dos de los
mayores cultivos de consumo diario y que se han clasificado como cultivos moderadamente
sensibles a la salinidad (de la Peña y Hughes, 2007). Así mismo, otros autores consideran
que el chile es susceptible o muy suceptible a la salinidad (Navarro et al., 2002, 2006; Aktas
et al., 2006), pero existe poca información acerca de los efectos de la salinidad en el género
Capsicum en general.
63
En trabajos realizados por Kumar y Gothandam, (2014), evaluaron los efectos del estrés
salino (25, 50, 100, 150 y 200 mM de NaCl) sobre caracteres morfológicos y hormonas
endógenas de tres variedades de Capsicum, variedad CO1 (sensible), variedad K2
(moderadamente tolerante) y variedad G4 (tolerante), los resultados claramente mostraron
una disminución en el tamaño de las hojas, peso del fruto, altura de la planta y contenido
de clorofila en todas las variedades a concentraciones de 150 y 200 mM NaCl, por otro lado
al evaluar el contenido de hormonas endógenas se observó que existió una disminución en
los contenidos de zeatina, auxinas y giberelinas, esto fue altamente correlacionado con el
daño en el tejido y por último se pudo apreciar que a concentraciones de 200 mM de NaCl
se encontró que la variedad CO1 tuvo mayor porcentaje de muerte al día 35 comparada
con las otras variedades evaluadas.
En estudios realizados por Zhani et al., (2012; 2013), evaluaron el efecto del estrés por
NaCl (34, 68, 102, 136, 170 y 205 mM) en diferentes cultivares de chile (Capsicum
frutescens L), entre los resultados obtenidos se menciona que los daños ocasionados por
la salinidad fueron en el sistema radicular (longitud, peso fresco y seco) y hojas (número y
área), además, el mayor contenido de prolina se pudo detectar en las hojas en la mayoría
de las variedades evaluadas, los resultados mostraron que con el incremento de la
salinidad, el contenido de K+ y Ca2+ se vio disminuido. Por otro lado, al cuantificar el
contenido de Na+ en raíces este se vio aumentado al igual que la biosíntesis de proteínas
y azucares solubles en las hojas.
Existen pocos o escasos reportes acerca de la salinidad y el chile habanero, en gran parte
ya que en la península de Yucatán, por el momento no existen reportes de cultivos de esta
especie en suelos con problemas de salinidad. Sin embargo, una alternativa para
conocimiento básico seria evaluar los diferentes cultivares utilizando agua de riego y con
ello poder observar si presentan cambios en morfología, metabolismo en respuesta al agua
de riego.
Entre los reportes que existen utilizando a chile habanero como modelo están los estudios
realizados en nuestro grupo de trabajo (Bojórquez-Quintal et al., 2014) donde se evaluaron,
se seleccionaron y caracterizaron dos variedades de chile habanero que difieren en
sensibilidad a NaCl, también se comparó su respuesta a estrés salino. La variedad Rex fue
la que mostro más tolerancia, mientras que la variedad Chichén-Itzá fue la más sensible.
Bajo estrés salino (7 días a 150 mM NaCl), la variedad Rex acumuló más prolina en las
64
raíces que la variedad Chichén-Itzá, por lo tanto, se sugiere que la prolina podría estar
jugando un papel importante en la tolerancia y ajuste osmótico en esta variedad.
Uno de los temas estudiados en chile habanero referente al efecto de la salinidad fue la
variación natural del crecimiento de la raíz primaria y la retención de K+ en las raíces de
esta especie en presencia de salinidad observándose que el NaCl induce salida de K+ y H+,
la perdida de K+ correlaciona positivamente con la inhibición del crecimiento de las raíces y
la salida de K+ y la actividad de la bomba de H+ depende de la concentración de sal
(Bojorquez-Quintal et al., 2016). La tolerancia a la salinidad es un rasgo multigénico
complejo que involucra a muchos procesos bioquímicos y fisiológicos. Se ha demostramos
diferencias en la sensibilidad a la salinidad entre dos variedades de C. chinense Jacq, una
de las cinco especies de chile domesticado. Se han analizado varios parámetros de las
reacciones al estrés salino en ambos genotipos y sus diferencias, eso puede ser la base de
su tolerancia diferencial a la salinidad. Uno de los mecanismos de tolerancia a la salinidad
es el ajuste osmótico a través de la acumulación de solutos compatibles (en este caso,
prolina) en raíces y hojas para mantener la absorción y prevenir la pérdida de agua. Un
segundo mecanismo de tolerancia es el control eficiente del transporte de Na+ confinando
este ión a las raíces, posiblemente a través de la recuperación de Na+ del xilema por los
transportadores HKT1 (a baja, moderada y alta concentración de NaCl) a evitar el transporte
a tejidos fotosintéticos. Además, si el contenido de Na+ en las raíces es alto, este ion debe
ser excluido del citosol para evitar la toxicidad. Un tercer mecanismo de tolerancia se
observó en la variedad tolerante (Rex), Na+ fue eficaz compartimentado en estructuras tipo
vacuolas y pequeños compartimentos que puede actuar como osmolitos. Este mecanismo
es posiblemente mediado por antiportadores de NHX vacuolar y endosoma. (Bojorquez-
Quintal et al., 2014)
III. Conclusiones
En resumen, se conoce que el chile habanero es una especie de gran importancia para la
península de Yucatán a nivel de producción y a nivel mundial ha mostrado una mayor
demanda con el paso de los años, sin embargo, esta especie ha mostrado una gran
variabilidad genética y es uno de los cultivos que presentan mayor sensibilidad a estrés por
sal. Por lo tanto, es importante realizar estudios relacionados con los mecanismos de
tolerancia a la salinidad, ya que existen pocos estudios con respecto al tema, sobre todo
comparando diferentes variedades, esto sería de gran importancia para seleccionar
genotipos que muestren mayor tolerancia a este tipo de estrés. El chile habanero ha
demostrado que la tolerancia a la salinidad utilizando alguno de los mecanismos descritos
en la literatura depende de las variedades lo ratifica su amplia variabilidad genética.
65
IV. Referencias
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70
CAPÍTULO 5
Relevance of the study of metabolites of habanero chili (Capsicum chinense jacq.) and its
potential biological activity: a review
31264 Km 5.5 Carr., Sierra Papacal-Chuburná puerto. Parque Científico Tecnológico de Yucatán. CP 97302 Mérida,
Yucatán, México. *autor de correspondencia: irodriguez@ciatej.mx
Resumen
El chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) es un producto hortícola con una gran
importancia económica, gastronómica y cultural de la península de Yucatán. Se ha
comprobado que además de su apreciada pungencia y perfil aromático, es fuente de
compuestos que pueden ejercer una actividad biológica o bioactividad cuando son
consumidos de forma regular. Entre las principales bioactividades estudiadas en el chile
habanero destacan la antioxidante, antiglucemiante, anticancerígena, antimicrobiana y
antiinflamatoria. Estas bioactividades pueden atribuirse a los capsaicinoides, capsinoides,
flavonoides, carotenoides y vitamina C, presentes en el fruto. La cantidad y perfil de estos
metabolitos dependen del estado de madurez, condiciones del cultivo, tolerancia al estrés,
entre otras, por esta razón es importante conocer el efecto de estas variables sobre la
producción de estos compuestos. El objetivo de esta revisión es analizar los estudios que se
han realizado sobre la cuantificación de los metabolitos con actividad biológica empleando
herramientas de la metabolómica. El análisis de estos mostró la importancia de la
caracterización y cuantificación del metaboloma como una herramienta útil para conocer el
estado bioquímico del fruto, así como para predecir su posible bioactividad y sus
características de calidad sensorial.
Abstract
72
pungency and aromatic profile, it is a source of compounds that can exert a biological activity
or bioactivity when consumed regularly. Capsaicinoids, capsinoids, flavonoids, carotenoids
are responsible for several bioactivities in the habanero pepper include antioxidant,
antimicrobial, anti-inflammatory among others. The metabolite profile depends on the state of
maturity, crop conditions, stress tolerance, among others, for this reason it is important to
know the effect of these variables on the compounds production. The aim of this review is to
examine the studies carried out on the quantification of metabolites with biological activity
using metabolomic tools. The analysis of these studies showed the relevance of the
characterization and quantification of the metabolome as a useful tool to know the
biochemical status of the fruit, as well as to predict its possible bioactivity and sensory quality
characteristics.
I. Introducción
El conocimiento generado en los últimos años sobre el impacto que tienen la dieta en la salud
humana está modificando los patrones de consumo alimentario (Diolintzi et al., 2019; La
Barbera et al., 2017; Piccolella et al., 2019), debido a que hoy en día no solamente se busca
que el alimento cumpla con su aspecto nutricional, sino que además contenga compuestos
con actividad biológica que mejoren la salud (La Barbera et al., 2017). En consecuencia, la
identificación de estos compuestos es crucial tanto para la industria alimentaria para poder
proporcionar a los consumidores una dieta sana y equilibrada (La Barbera et al., 2017). En
este sentido el reino vegetal es una gran fuente de este tipo de compuestos bioactivos
(Jayaprakasha y Patil, 2016; La Barbera et al., 2017; Piccolella et al., 2019), entre los cuales
destacan los compuestos fenólicos, carotenoides, glucosinolatos, capsacinoides (La Barbera
et al., 2017; Pandey y Rizvi, 2009; Renard, 2018; Silva et al., 2013). Las propiedades
biológicas atribuidas a una gran cantidad de fitoquímicos presentes en los productos
hortofrutícolas han sido ampliamente estudiadas en los últimos años (Beidokhti y Jäger,
2017; Chen y Kang, 2014; La Barbera et al., 2017; Moo-Huchin et al., 2014; Renard, 2018).
La información generada ha sido recolectada y almacenada en numerosas bases de datos
electrónicas (Scalbert et al., 2011). Esta recolección de información sobre los fitoquímicos
aumentó con el advenimiento de la metabolómica, que es una herramienta eficaz que permite
el análisis exhaustivo a nivel cualitativo y cuantitativo de todos los metabolitos en un sistema
biológico durante la presencia de estímulos ambientales o fisiológicos (Fiehn, 2002). Los
metabolitos son definidos como moléculas de bajo peso molecular que incluyen una amplia
gama de compuestos como azúcares, aminoácidos, ácidos grasos, nucleósidos y ácidos
orgánicos que constituyen el metaboloma (Fiehn et al., 2000).
73
Uno de los productos hortícolas que tiene gran relevancia, es el chile (género Capsicum), el
cual sido muy estudiado en los últimos años (Castro-Concha et al., 2014; Chen y Kang, 2014;
Mokhtar et al., 2016; Segura et al., 2013; Zimmer et al., 2012). En varios estudios se ha
demostrado el potencial que tienen algunos de sus compuestos como la capsaicina,
carotenoides, flavonoides de ejercer algún tipo de bioactividad. Las principales actividades
biológicas que se han evaluado in vitro son: i) antioxidante (Carvalho et al., 2015; Castro-
Concha et al., 2014; Hervert-Hernández et al., 2010; Segura et al., 2013), ii) antimicrobiana
(Mokhtar et al., 2016; Nascimento et al., 2014), iii) antiinflamatoria (Zimmer et al., 2012), iv)
antihipertensivo (Chen y Kang, 2014; Menichini et al., 2009), v) antiglucémica (Chen y Kang,
2014; Menichini et al., 2009), vi) quelante de metales (Oboh et al., 2007; Siddiqui et al., 2013)
y vii) y antitumoral (Shanmugaprakash et al., 2015).
Los chiles (Capsicum) pertenecen a la familia de las solanáceas, al igual que el tomate,
berenjena y papa. El género Capsicum consta de 25 especies que son agrupadas de acuerdo
con ciertas características florales que comparten como el número y la orientación de las
flores por nódulo, la forma del cáliz (Barboza y De Bem Bianchetti, 2005; Basu y De, 2003;
Wahyuni et al., 2011, 2013a). Las especies principales son Capsicum annuum, Capsicum
frutescens, Capsicum baccatum, Capsicum chinense y Capsicum pubescens (Wahyuni et
al., 2011). De acuerdo con los datos de la Food and Agricultural Organization of the United
Nations, FAOSTAT (2019), la producción total de chile a nivel mundial en 2017 fue de 36.09
millones de toneladas, siendo el principal país productor China con 17.82 millones de
toneladas, seguido por México (3.29 millones de toneladas), Turquía (2.60 millones de
toneladas), Indonesia (2.35 millones de toneladas) y Estados Unidos (0.92 millones de
toneladas).
El chile es uno de los productos agrícolas con mayor potencial de desarrollo en país, además
de que es uno de los productos demandados en el extranjero, exportándose el 29.7 % de su
producción anual (SAGARPA, 2017). Der acuerdo con SAGARPA, los principales países que
importan una gran variedad de chiles son Estados Unidos (0.98 millones de toneladas),
Canadá (3.1 miles de toneladas), Guatemala (0.47 miles de toneladas) y España (0.10 miles
de toneladas).
Uno de los chiles más apreciados en el comercio internacional y nacional por su pungencia
y sus características de calidad, es el habanero, este chile tiene denominación de origen
desde el 2010 (Diario Oficial de la Federación, 2010; SAGARPA, 2017), en conjunto con la
vigilancia y aplicación de la NOM-189-SCFI-2017 ha logrado posicionarse como un producto
de gran valor agregado (Diario Oficial de la Federación, 2018; SAGARPA, 2017), lo cual ha
permitido que este producto se encuentre bien colocado a nivel nacional en internacional
(SAGARPA, 2017).
Los principales países donde se exporta son Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Italia y
Alemania. El 80% de la producción de chile habanero se comercializa como fruto fresco y el
20% restante se dirige a la elaboración de salsas, pastas y deshidratados.
El chile habanero es cultivado principalmente en la zona comprendida por los estados que
conforman la península de Yucatán, Yucatán, Quintana Roo y Campeche; no obstante,
también se cultiva en otros estados como Baja California Sur, San Luis Potosí, Sonora y
74
Tabasco (Gobierno de México, 2019; SAGARPA, 2017). Además, en la gastronomía
yucateca, el chile habanero tiene un papel relevante siendo utilizado como acompañante de
una gran cantidad de platillos tradicionales, como la cochinita pibil, poc chuc, mukbil pollo,
entre otros (Gobierno de México, 2019; SECTUR, 2010). Aparte de su uso en la gastronomía,
actualmente se emplea para la formulación de productos farmacéuticos (ungüentos para la
artritis) y químicos, como base de pinturas, la fabricación de gas lacrimógeno, entre otros
(Gobierno de México, 2019; Ruiz-Llau et al., 2011).
Las plantas del género Capsicum son cultivadas principalmente a nivel mundial; sin embargo,
desarrollan un mejor crecimiento en los países tropicales y subtropicales (Wahyuni et al.,
2013a). El género Capsicum contiene más de 30 especies de chile, pero las cinco especies
más cultivadas y representativas son: Capsicum annuum L., Capsicum chinense Jacq,
Capsicum frutescens L., Capsicum baccatum L. y Capsicum pubescens (Del Valle-
Echevarria et al., 2019). La mayor diversidad genética de especies del género Capsicum se
encuentra en México; no obstante, como ya se mencionó antes no es el principal país
productor (Servicio de Información Agroalimentaria y pesquera, SIAP 2018). Las condiciones
óptimas para el cultivo de las especies de Capsicum fluctúan entre 7-29 °C, con una
precipitación anual de 300 a 4600 mm y suelos con pH entre 4.3- 8.7 (De Swart et al., 2006).
Habitualmente, se consumen en estado fresco y deshidratado o seco, y se utiliza
principalmente como condimento debido a su pungencia, la cual depende del contenido de
capsaicina presente (Melgar-Lalanne et al., 2016). Los frutos del género Capsicum tienen
diversas coloraciones que van del verde, amarillo, naranja y rojo, depende de la etapa de
maduración y de su capacidad de síntesis de clorofila o carotenoides (Arimboor et al., 2015;
Khoo et al., 2011).
La composición química de los frutos de las especies del género Capsicum depende del
estado de madurez. Los chiles tienen una importancia etnofarmacológica, debido a que son
utilizados tradicionalmente en diversos platillos y productos alimenticios por su sabor, color
y aroma distintivos (Khan et al., 2014). La composición química del fruto Capsicum annuum
se muestra en la Tabla 1. Adicionalmente, los chiles contienen una amplia variedad de
compuestos que poseen cadenas hidrocarbonadas derivadas denominadas capsacinoides.
Otros compuestos químicos presentes en los chiles son los carotenoides y flavonoides. Estos
metabolitos se encuentran en los frutos debido a que actúan como mecanismos de defensa
contra factores abióticos y bióticos. Se ha propuesto que los capsacinoides podrían ser
utilizados por la planta como sistema de defensa contra animales frugívoros y hongos del
género Fusarium (Schulze y Spiteller, 2009; Wahyuni et al., 2013a).
75
Tabla 1. Composición química promedio de 100 g de porción comestible del Capsicum annuum L.
Fuente: Sistema de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP, 2010).
76
2.2 Chile habanero (Capsicum chinense Jacq.)
El chile habanero tiene forma de un trompo pequeño, su tamaño puede oscilar entre 2 a 6
cm de largo por 2 a 4 cm de ancho. Tiene una coloración verde cuando el fruto está inmaduro,
pero una vez que madura puede tomar una coloración rojiza, anaranjada o amarillenta. La
coloración está definida por la presencia de dos tipos de pigmentos: carotenoides y
antocianinas (González-Estrada et al., 2010). Las diferentes proporciones entre estos
pigmentos son determinantes para la coloración en las cultivares del fruto. Con respecto a
su aroma, se ha observado que todos los frutos de C. chinense Jacq. tienen el mismo aroma,
independientemente de su coloración (Paulino-Luis, 2013). El chile habanero posee un alto
contenido de capsaicina, que es la sustancia responsable de la pungencia, generalmente su
contenido se mide en Unidades Scoville (SHU, por sus siglas en inglés), esta escala fue
desarrollada por Wilbert Scoville e indica cuantas veces debe diluirse un chile para que su
pungencia sea imperceptible (Liu y Nair, 2010; Wahyuni et al., 2011). El contenido de
capsaicinoides en el chile habanero se encuentra en un rango entre 150, 000 y 350,000
SHU, por esta razón es clasificado como muy pungente (Sweat et al., 2016).
Como se ha mencionado, el chile habanero posee una gran cantidad de metabolitos con
actividad biológica. En la Tabla 2 se muestran los principales metabolitos que se encuentran
en el chile y ejercen una actividad biológica. A continuación, se describirán brevemente
algunos de los compuestos bioactivos más importantes en el chile habanero.
2.3.1 Capsaicinoides
Los capsaicinoides son amidas producidas por las especies del género Capsicum, estas
sustancias son las responsables de la pungencia en los chiles. Se han reportado más de 20
estructuras de capsaicinoides en diferentes especies de pimientos (Barbero et al., 2016),
siendo los principales la capsaicina, dihidrocapsaicina, norhidrocapsaicina y
homocapsaicina. Cualquier variación en la estructura química afecta a la pungencia de los
chiles (Wahyuni et al., 2013a). Los principales capsaicinoides en los chiles picantes, como el
habanero son la capsaicina y la dihidrocapsaicina, representan el 90% de los capsaicinoides
totales del fruto (Jeeatid et al., 2018). Los capsaicinoides son sintetizados en la placenta de
los frutos por la condensación de la vanilililamina y ácidos grasos de cadena media (Thiele
et al., 2008). El nivel de producción de capsaicinoides, así como su abundancia relativa en
los diferentes cultivares de Capsicum están determinados al menos de forma parcial por
factores genéticos y/o diferencias en la expresión de genes de algunas enzimas claves de
su ruta de producción, como la fenilalanina liasa (Pal), ácido cinámico 4-hidroxilasa (C4h) y
ácido cafeico O-metiltransferasa (Comt), impulsadas por cambios ambientales (Aza-
González et al., 2011). Por otro lado, en los chiles también, se encuentran capsinoides, que
son sustancias análogas a la capsaicina, siendo los más representativos el capsiato,
dihrocapsiato y el norhidrocapsiato (Lang et al., 2009).
77
En un estudio realizado por Sweat et al., (2016) se encontró que el contenido de capsaicina
y dihidrocapsaicina en el chile habanero era de 10.4 mg g-1 y 5.3 mg g-1, respectivamente. El
contenido de este metabolito tiene gran relevancia debido a que en los últimos 15 años, se
le han atribuido diversas bioactividades como anticancerígena, analgésica, antiinflamatoria,
antimicrobiana y contra la obesidad (Joo et al., 2010; Lee et al., 2010; Luo et al., 2011; Rosa
et al., 2002).
Tabla 2. Principales grupos químicos presentes en el chile habanero y bioactividades asociadas a
cada grupo.
Capsaicina C18H27NO3
Capsiato C18H26O4
Capsorrubina C40H56O4
Criptocapsina C40H56O2
Actividad antioxidante,
β-caroteno C40H56 antiinflamatoria y actividad
Carotenoides antitumoral
Zeaxantina C40H56O2
Violaxantina C40H56O4
β-criptoxantina C40H56O
Miricetina C15H10O8
Quercetina C15H10O7
Flavonoides Actividad antioxidante, antimicrobiana
Luteolina C15H10O6
Apigenina C15H10O5
Fuente: Antonio et al., 2018
78
2.3.2 Carotenoides
Los carotenoides son pigmentos liposolubles derivados de la ruta de los isoprenoides y que
son responsables de la coloración naranja, amarilla o roja de muchos alimentos.
Estructuralmente, los carotenoides están compuestos por la unión de ocho moléculas de
isopreno, lo cual origina un esqueleto de 40 átomos de carbono (Arimboor et al., 2015;
Baenas et al., 2019). Pueden clasificarse en dos grandes grupos: i) xantofilas, que son
moléculas que contienen oxígeno, como la luteína, zeaxantina y ii) carotenos, moléculas que
no contienen oxígeno como el α- caroteno, β-caroteno y el licopeno (Amorim-Carrilho et al.,
2014; Jaswir et al., 2011).
El género Capsicum es una de las fuentes más ricas de carotenoides entre los vegetales
(Palevitch y Craker, 1996). Los carotenoides brindan la coloración las especies del género
Capsicum, a excepción de las especies con tonalidades purpuras, en las cuales también
participan las antocianinas (Lightbourn et al., 2008). Los principales carotenoides presentes
en los chiles rojos son capsantina y capsorubina, mientras que la violaxantina, β-caroteno,
luteína, anteraxantina y zeaxantina son los más importantes en los chiles amarillos (Hornero-
Méndez et al., 2000; Wahyuni et al., 2011). En cambio, la coloración naranja de los chiles se
ha relacionado con la presencia de β- caroteno, zeaxantina, violaxantina y β-criptoxantina.
La concentración de carotenoides en las especies de Capsicum puede variar entre 0.1-3.2 g
100 g-1 de peso seco (Arimboor et al., 2015). Estas variaciones se pueden deber al grado de
madurez, diferencias genéticas, prácticas de cosecha y procesamiento.
2.3.4 Flavonoides
Los flavonoides son compuestos fenólicos que se encuentran en una gran cantidad de frutas,
vegetales, hierbas y flores (Singh et al., 2017). La estructura de los flavonoides está
conformada por dos anillos bencénicos (A y B), los cuales están ligados por un anillo
heterocíclico que contiene oxígeno (C). Los flavonoides más comunes en la naturaleza se
encuentran agrupados en: flavonas, flavonoides, chalconas, antocianinas, taninos
condensados y flavonoles; está clasificación depende de la unión entre los anillos B y C, de
la estructura del anillo B y de los patrones de hidroxilación y glicosilación de los tres anillos
(Wang et al., 2018). Hay más más de 6,000 flavonoides diferentes que se encuentran en
forma libre o ligada como glicósidos. Los flavonoides desempeñan múltiples actividades
biológicas en las plantas entre las que destacan la protección contra la radiación UV,
fitopatógenos y procesos de señalización celular durante condiciones de estrés (Falcone-
Ferreyra et al., 2012; Romano et al., 2013; Terahara, 2015).
79
En las especies del género Capsicum, los glucósidos de quercetina, luteolina, apigenina y
catequina son parte de la composición de los flavonoides. Los glucósidos de quercetina se
encuentran sólo en la forma O-glucosilada siendo las más abundantes, quercetina-3-O-
ramnósido y quercetin-7-O-ramnósido. Los glucósidos de apigenina están presentes como
glucósidos, mientras que la luteolina sólo se encuentra en su forma C-glucosilada. La
concentración de flavonoides totales en el chile puede variar según el cultivar (Whiting et al.,
2012). Menichini et al. en 2009, encontraron que el contenido de flavonoides totales en el
chile habanero en estado inmaduro era de 138 mg 100g-1 de chile fresco, mientras que en el
chile habanero maduro esta concentración disminuía a 45 mg 100g-1 de chile fresco.
2.3.5 Vitamina C
Los frutos del género Capsicum son fuentes significativas de ácido ascórbico (vitamina C),
siendo una de las mejores fuentes de origen vegetal. Las concentraciones de ácido ascórbico
en diversos cultivares varían de 76.1 a 243 mg 100g-1. El contenido de vitamina C en chiles
deshidratados es menor debido a que existe una gran pérdida de este compuesto durante el
procesamiento térmico y el almacenamiento, la cual puede representar hasta el 75% de la
cantidad inicial del ácido ascórbico (Palevitch y Craker, 1996). La vitamina C actúa
fisiológicamente como un antioxidante debido a su elevado poder reductor, contrarrestando
los efectos nocivos de las especies reactivas de oxígeno (Schlueter y Johnston, 2011).
La acumulación de sales en el suelo de cultivo es una de las condiciones de estrés que mayor
impacto tiene en la agricultura porque causa pérdidas importantes en la producción de
alimentos a nivel mundial. El grado de salinidad en el suelo se debe a causas naturales y
prácticas agrícolas, por ejemplo, el manejo inadecuado de sistemas de riego con aguas
salinas, el uso sin control de fertilizantes y un drenaje inadecuado de los suelos. Actualmente
se estima que la salinidad afecta el 20 % de los suelos bajo riego a nivel mundial (Peleg et
al., 2011) pero se estima que para 2050 afecte al 50%, lo cual perjudicará severamente la
producción de alimentos (Blumwald y Grover, 2006). El estrés salino en las plantas tiene tres
fases: i) generación de estrés osmótico por el aumento de solutos, lo cual dificulta el ingreso
del agua a la planta, ii) generación de estrés oxidativo ocasionado como consecuencia del
80
cierre de los estomas, limitando el suministro de CO2 e induciendo la generación de especies
reactivas de oxígeno (provocando daños a membranas, proteínas y ADN) y iii) desbalance
iónico causado por el aumento de los niveles citoplásmicos de Na+ y Cl-, y la inhibición de K+
y Ca2+ (Urrea-López, 2014). Además, las altas concentraciones salinas provocan i)
alteraciones en rutas metabólicas, ii) inactivación de enzimas, iii) incremento en las tasas de
respiración, iv) alteración en la distribución de minerales, v) inestabilidad de la membrana por
el desplazamiento del Ca2+ por Na+, y vi) disminución de la fotosíntesis (Urrea-López, 2014).
La respuesta de las plantas al estrés salino es diversa y depende de la fase de desarrollo del
estrés. Durante la fase de estrés osmótico, la planta puede acumular compuestos orgánicos
solubles neutros conocidos como osmólitos (prolina, glicina, betaína, trealosa, fructosa,
manitol) que pueden provocar cambios en la elasticidad de la pared celular sin provocar
perturbaciones en las funciones celulares, aunque se encuentren en altas concentraciones
(Yancey, 2005).
81
2.5 Metabolómica como herramienta para el estudio de los metabolitos del chile habanero
El término de metabolómica fue introducido a principios del siglo XXI. En el 2001, Fiehn
señaló que el término de metabolómica debe ser considerado como un análisis exhaustivo y
cuantitativo de todos los metabolitos presentes en una célula (Fiehn, 2001). En un sentido
más amplio, la metabolómica es una aproximación de la biología de sistemas que se define
como el perfil global de todas las moléculas pequeñas (metabolitos) de bajo peso molecular
(<1,000 Da) en las células, tejidos, y organismos (Lindon et al., 1999). Al conjunto de
metabolitos sintetizados por un sistema biológico se le conoce como metaboloma (Oliver et
al., 1998). El metaboloma es el producto final de la interacción existente entre el genoma,
transcriptoma y proteoma con el ambiente y por lo tanto está estrechamente relacionado con
el fenotipo bioquímico de un sistema, incluyendo también sus características nutricionales,
toxicológicas y biológicas (Hoekenga, 2008; Kok et al., 2008; Sumner et al., 2003).
Los estudios metabolómicos pueden ser clasificados en: i) discriminativos, ii) predictivos y,
iii) informativos, como se muestra en la Figura 1 (Cevallos-Cevallos et al., 2009).
Tabla 3. Ventajas y limitaciones de las plataformas analíticas más empleadas para la identificación y
cuantificación de metabolitos.
Matriz orgánica para la Permite estudiar la Poca reproducibilidad (Dunn and Ellis,
ionización de analitos localización de 2005; Yanes, 2015)
mediante irradiación por compuestos en tejidos
láser (MALDI) biológicos con
resolución de hasta 10
µ
Análisis muy rápidos
Fuente: Elaboración propia.
84
El protocolo de trabajo siempre dependerá de la naturaleza de la muestra y el tipo de estudio
a realizar. Comunmente, para analizar el metaboloma de una muestra es necesario la
preparación, extracción, derivatización, separación y detección de los metabolitos, hacer el
tratamiento de los datos y aplicar el análisis estadístico multivariado.
2.5.3 Metabolómica como herramienta analítica para el análisis del metaboloma del chile
habanero
En un estudio realizado por Junior et al., (2012) se analizaron las fracciones volátiles de tres
cultivares de chiles provenientes de Brasil en dos diferentes estados de madurez. Las
muestras fueron identificadas a través de Microextracción en fase sólida con espacio de
cabeza (HS-SPME), Cromatografía de gases acoplada a Espectrometría de masas (GC–
MS). En la muestra correspondiente al chile murupi (Capsicum chinense Jacq.) se
encontraron 77 compuestos en su mayoría ésteres y sesquiterpenos. La concentración de
los compuestos fue menor cuando la muestra analizada presentaba una mayor madurez.
85
Wahyuni et al., (2013b) investigó la diversidad metabólica de 32 muestras de chile maduro
provenientes de diferentes cultivares a través de un análisis metabolómico no dirigido con el
empleo de las plataformas (LC-MS) y (CG-MS) para la cuantificación de metabolitos
semipolares y volátiles en el pericarpio del fruto. Se clasificaron los cultivares de chiles
analizados como C. baccatum, C. annuum, C. chinense y C. frutescens con ayuda de
pruebas de caracterización morfológica, grado de pungencia, origen geográfico y
caracterización genotípica.
Urrea- López en 2014, describió la respuesta fisiológica del chile habanero a nivel de planta
y fruto durante la maduración expuesta a diferentes estímulos abióticos en el medio de
cultivo a través de la caracterización de enfoques metabolómicos dirigidos y no dirigidos. La
metabolómica no dirigida mostró resultados más profundos sobre cambios a nivel de
metaboloma como respuesta al estrés debido a las bajas concentraciones de fósforo y
nitrógeno, y no presentó ningún efecto para el estrés salino. El cultivo con bajos niveles de
fósforo causó el mayor cambio en el perfil de metabolitos en los pericarpios de frutos en los
diferentes estadios analizados (verde, intermedio y maduro). También, identificó la presencia
de dos metabolitos que no habían sido detectados en el chile habanero, los capsianósidos II
y X.
Además de estos estudios, en la Sede Sureste del CIATEJ, se realiza desde el 2017 el
proyecto titulado “Análisis de los cambios metabolómicos durante el desarrollo del fruto
Capsicum chinense Jacq. cultivado en diferentes tipos de suelo (rojo, café y negro)”, el cual
es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) por Rodríguez-
Buenfil desde 2017. El objetivo de este proyecto es estudiar los cambios metabolómicos, con
relación a la expresión genética, durante el desarrollo del fruto de Capsicum chinense
cultivado en tres diferentes tipos de suelo para el establecimiento de un modelo de redes
metabólicas en respuesta a estas condiciones. Los resultados de este proyecto serán
descritos y analizados en capítulos posteriortes del presente libro.
III. Conclusiones
El chile habanero tiene una gran importancia económica, cultural y gastronómica en la región
sureste del país. La composición química del chile habanero permite que tenga diferentes
usos y aplicaciones, por ejemplo, como nutraceútico debido a que es fuente de metabolitos
bioactivos, como aditivo alimentario (colorante, especia y condimento) o simplemente como
86
ingrediente en la preparación de platillos de la gastronomía yucateca y mexicana. Debido a
este interés, se desea conocer el contenido de algunos metabolitos relacionados con la
pungencia o su bioactividad. El uso de la metabolómica ha permitido generar información y
conocimiento acerca del estado bioquímico del fruto como respuesta a ciertos estímulos
ambientales o fisiológicos. Se ha demostrado que las estrategias metabolómicas (dirigidas o
no dirigidas) son una buena herramienta para lograr la cuantificación y caracterización
reproducible y robusta del contenido de compuestos bioactivos y nutricionales presentes en
el chile habanero bajo ciertas condiciones. Además, las estrategias de metabolómica no
dirigida han permitido la obtención de las huellas dactilares metabólicas del fruto del género
Capsicum, ya que permiten la determinación de forma simultánea de los metabolitos
bioactivos (capsaicinoides, flavonoides, carotenoides y vitamina C) y aquellos que tienen un
impacto en el perfil sensorial (compuestos aromáticos, azúcares, proteínas, etc.).
IV. Referencias
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94
CAPÍTULO 6
Capsaicinoides en chile habanero (Capsicum chinense J.) y factores que
afectan su producción
Capsaicinoides in habanero pepper (Capsicum chinense J.), and factors that affect its
production
Resumen
El género Capsicum produce diferentes metabolitos, de los cuales, los más característicos
son los capsaicinoides, los cuales les confieren el picor o pungencia a los frutos, provocando
una sensación de ardor que se percibe al comer el chile, que se debe a la presencia de
capsaicina, dihidrocapsaicina y otros compuestos capsaicinoides que son sintetizados en los
frutos. Los capsaicinoides tienen propiedades de interés para su uso en la industria
alimentaria, agrícola y farmacéutica. Diversos estudios en el género Capsicum han
demostrado que la producción de capsaicinoides puede ser atribuida al genotipo, al ambiente
y a la interacción genotipo-ambiente. Debido a esto, el objetivo del presente capítulo es
explicar la importancia de los capsaicinoides y los diferentes factores que afectan su
producción, comentar los diferentes trabajos que se han desarrollado para la cuantificación
de estos metabolitos en los frutos del genero Capsicum y presentar los resultados que se
han obtenido al evaluar el efecto del tipo de suelo en el que se realiza el cultivo del chile
habanero en la Península de Yucatán (K’ankab lu’um o suelo rojo, Box lu’um o suelo negro
y Chich lu’um o suelo café) y el grado de madurez (color verde o inmaduro y color naranja o
maduro), en el contenido de capsaicinoides (capsaicina, dihidrocapsaicina y capsaicinoides
totales). Los resuldados obtenidos mostraron que la interacción de los dos factores
analizados, así como de cada uno de manera individual, tuvieron efecto sobre el contenido
de capsaicinoides del chile habanero, siendo el chile habanero maduro (color naranja)
cultivado en suelo rojo el que tuvo el valor más alto de capsaicinoides (4.56 mg/g de chile
seco).
Palabras clave: Capsaicinoides, Capsicum chinense, suelos de Yucatán, madurez
Abstract
The Capsicum genus produces different metabolites, of which the most characteristic are
capsaicinoids, which give the fruit an itch or pungency, causing a burning sensation that is
perceived when eating the chili, which is due to the presence of capsaicin, dihydrocapsaicin
and other capsaicinoids compounds that are synthesized in fruits. Capsaicinoids have
properties of interest for use in the food, agricultural, and pharmaceutical industries. Various
studies in the Capsicum genus have shown that capsaicinoid production can be attributed to
genotype, environment, and genotype-environment interaction. Due to this, the objective of
this chapter is to explain the importance of capsaicinoids and the different factors that affect
95
their production, comment on the different works that have been carried out for the
quantification of these metabolites in the fruits of the Capsicum genus and show the results
obtained when evaluating the effect of the type of soil in which the cultivation of the habanero
pepper is carried out in the Yucatan Peninsula (K'ankab lu'um or red soil, Box lu'um or black
soil and Chich lu 'um or brown soil) and the degree of maturity (immature or green color and
ripe or orange color), in the content of capsaicinoids (capsaicin, dihydrocapsaicin, and total
capsaicinoids). The results obtained showed that the interaction of the two factors analyzed,
as well as each one individually, had an effect on the capsaicinoid content of the habanero
pepper, with the mature habanero pepper (orange color) grown in red soil with the highest
value of capsaicinoids. (4.56 mg / g of dried chili).
Keywords: Capsaicinoids, Capsicum chinense, Yucatan soils, maturity.
I. Introducción
1.1 Importancia del género Capsicum
El chile es una planta del género Capsicum de la familia Solanaceae. El género es nativo de
las zonas tropicales de América Central y del Sur (Aranha et al., 2017) e incluye 38 especies
de las cuales Capsicum annuum (Cayenne, serrano y jalapeño), Capsicum chinense
(Habanero), y Capsicum frutescens (Tabasco) se encuentran entre las más cultivadas
(Ramchiary et al., 2014)
Es el segundo vegetal más consumido en el mundo se caracteriza por sus altos niveles de
vitamina C (ácido ascórbico), pro-vitamina A (caroteno) y calcio. Los chiles son los frutos más
picantes y coloridos del género Capsicum pertenecientes a la familia de las solanáceas. Los
chiles se utilizan como condimento en una amplia diversidad de platillos alrededor del mundo
(Sweat et al., 2016; Duelund y Mouritsen, 2017). Hay evidencia arqueológica del uso de
chiles en Mesoamérica por los habitantes del valle de Tehuacán en el Estado de Puebla, que
consumieron chiles aproximadamente en 7000 a.C. Los antiguos nativos domesticaron el
chile alrededor del 5200–3400 aC, (MacNeish 1964; Perry et al., 2007). El consumo medio
de chiles de Capsicum es de 2.5 g/persona/día en la India, 5 g/persona/día en Tailandia
(Govindarajan y Sathyanarayana., 1991) y 20 g/persona (correspondiente a una pieza de
chile) por día en México (López-Carrillo et al., 1994). La ingesta máxima diaria de la
capsaicina en los EE. UU y en Europa se estimó en aproximadamente 0.025 mg/kg de peso
corporal/día (Govindarajan y Sathyanarayana., 1991), lo que equivale a 1.5 mg/persona/día.
Según las estadísticas de producción de los Alimentos y la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura (FAO), el mayor productor de chiles es China (FAO 2017), que
cosecha más de 16 millones de toneladas anuales. En Latinoamérica, México es el más
grande productor de chiles con 2.3 millones de toneladas anuales en 2016 (Penagos-Calvete
et al., 2019).
La industria de los alimentos está basada en gran parte en la producción de salsas y pastas,
que deben tener cierta calidad, en el caso de los productos a base de chile habanero la
calidad está en función de la NOM-189-SCFI-2017 siendo el contenido de capsaicinoides
que dan el nivel de pungencia uno de las características de calidad. La pungencia es la
sensación organoléptica de calor (Harvell y Bosland, 1997), y es la forma en la que
mamíferos perciben la capsaicina y otros compuestos relacionados como los vaninilloides
(Díaz et al., 2014). El grado de pungencia depende del genotipo de la planta, y se ve afectado
96
por estímulos externos como la altitud, luz, estrés por sequía, maduración del fruto, entre
otros. (Arce‑Rodríguez y Ochoa-Alejo., 2019; Gurung et al., 2011; Gurung et al., 2012;
Phimchan et al., 2014; Barbero et al., 2016).
A la fecha, no hay evidencia de cómo el factor del suelo donde es cultivada la planta podría
afectar el contenido de capsaicinoides del chile habanero de la Península de Yucatán, por lo
que los estudios realizados al respecto podrían ayudar a seleccionar la mejor zona para el
cultivo y controlar la calidad de su producción en términos del contenido de los
capsaicinoides.
97
Figura 1. Estructura química y peso molecular de los principales capsaicinoides encontrados en el
género Capsicum (modificado de Duelund y Mouritsen, 2017).
La Tabla 1 describe el grado de picor en unidades Scoville para algunos tipos de chile (Duo
et al., 2011). La escala debe entenderse como el factor de dilución que origina que la
sustancia en mención deje de picar. Así, para que nuestro gusto no perciba la capsaicina,
esta debe ser diluida en un factor de 16 millones, es decir, una solución de capsaicina recién
deja de ser picante a concentraciones menores a 62 ppb (partes por billón) (Cedrón., 2013).
Los niveles de pungencia en SHU para los principales capsicinoides se muestran en la Figura
2 en donde se puede observar que la capsaicina y dihidrocapsaicina son los que tienen el
más alto grado de pungencia, y el más bajo la homocapsaicina teniendo aproximadamente
la mitad de la pungencia de los anteriormente mencionados.
98
Tabla 1. Grado de picor en distintos chiles y en capsaicina pura según la escala Scoville
99
1.5 Ruta metabólica de producción de capsaicinoides
Los capsaicinoides se sintetizan mediante la condensación de Vainillilamina (derivada de la
fenilalanina) con un ácido graso de cadena ramificada (valina o precursores de leucina), el
paso final combina ambas partes (Figura 3).
Figura 3. Ruta propuesta para la biosíntesis de los capsaicinoides en el género Capsicum. PAL,
fenilalanina amonio liasa; Ca4H, ácido cinámico 4 hidroxilasa; Ca3H cumarato 3 hidroxilasa; COMT,
ácido cafeico O-metiltransferasa; pAMT, presunta aminotransferasa de la vainillina; BCAT,
aminotransferasa de los aminoácidos ramificados, IvDH∝isovalerato deshidrogenasa; Kas β-cetoacil
sintasa; ACL, proteína acarreadora de grupos acilo; FAT, tioesterasa; DST, desaturasa; CS
capsaicinoide sintasa. (Figura presentada por Vázquez-Flota et al., 2007 del reporte de Zamski et al.,
1987).
100
Esta ruta metabólica se piensa que ocurre en las membranas de las vacuolas de las células
de la placenta del fruto. De esta forma los capsaicinoides se acumulan en las vacuolas y
posteriormente se produce una secreción extracelular (Kirschbaum-Titze et al., 2002).
También, se encuentran capsaicinoides en otros tejidos de la planta como pericarpio o en
las semillas, pero en cantidades mucho menores que en la placenta (Tanaka et al., 2017). El
sitio de la síntesis y acumulación de los capsaicinoides ocurre en las células epidérmicas de
la placenta (Suzuki et al., 1980).
Dentro de las células, la síntesis de capsaicina ha sido demostrada en la fracción vacuolar y
se ha demostrado que los capsaicinoides se acumulan en vacuolas. Los capsaicinoides son
secretados extracelularmente en receptáculos entre la capa de la cutícula y la capa
epidérmica de la placenta (Suzuki et al., 1980). Estos receptáculos llenos de capsaicinoides
aparecen como gotitas de color amarillo pálido a naranja en la placenta de los chiles picantes.
Los capsaicinoides comienzan a acumularse aproximadamente 20 días después de la
antesis, y generalmente se mantienen durante el desarrollo del fruto (Suzuki et al., 1980;
Sukrasno y Yeoman, 1993).
101
1.7 Factores que afectan la producción de capsaicinoides
El contenido de los capsaicinoides es la más importante característica de calidad del fruto.
La concentración de capsaicinoides en las variedades picantes de chiles varía
significativamente unas de otras. Las variedades poco picantes de chiles tienen
concentraciones de capsaicinoides que van desde los 0.003 % a 0.01 % en peso seco del
chile. Las concentraciones de capsaicinoides de las variedades picantes suaves van desde
0.01 % a 0.3 %, y las variedades fuertemente picantes se caracterizan por tener un contenido
superior al 0.3 % en capsaicinoides del peso seco total, pudiendo llegar a alcanzarse el 1 %.
Esta variación está genéticamente controlada, pero también se ve afectada por variables
medio ambientales como la temperatura, la luz, la humedad del suelo (Jeeatid et al., 2017;
2018).
1.7.1 Efecto del genotipo-ambiente en la producción de capsaicinoides
La producción de capsaicinoides se ve afectada por el genotipo, que incluye las especies y
el cultivar, el medio ambiente y la interacción genotipo por medio (Zewdie y Bosland, 2000).
Esta variación causa un problema para controlar un producto de calidad para las industrias
alimentarias y farmacéuticas. Debido a que el genotipo y el ambiente tienen bastante
influencia en características como el contenido de capsaicina, es recomendable evaluar la
producción de capsaicina de los cultivares de interés en las diferentes zonas donde se desea
cultivar. Un ejemplo, del efecto genotipo ambiente es el que reportaron Jeeatid et al., (2018),
que cultivaron nueve variedades de chile C. chinense en seis ambientes de cultivo (dos en
USA y cuatro en Tailandia) bajo condiciones de cultivo protegido, se evaluaron siete
cultivares híbridos de pimiento picante y dos cultivares comerciales para la producción de
capsaicinoides. Los resultados mostraron diferencias significativas entre cultivares,
ambientes e interacciones de cultivar por ambiente para todas las características estudiadas,
entre las que se incluyó el contenido de capsaicina.
1.7.2 Efecto de la altitud en la producción de capsaicinoides
Los cultivos de chile exhiben amplias variaciones en la acumulación de capsaicinoides
dependiendo de su genotipo y la interacción ambiental. Por lo tanto, Gurung et al., (2011)
realizaron experimentos para evaluar las respuestas de capsaicinoides de 14 cultivares de
chile en cuatro elevaciones diferentes. Los experimentos se realizaron durante la temporada
de lluvias de junio a octubre de 2009 en elevaciones de 200 msnm (Khon Kaen) y 680 msnm
(Chiang Mai) en Tailandia y de abril a septiembre de 2010 en elevaciones de 1400 msnm
(Lobesa). y 1630 msnm (Kabesa) en Bután. Se observaron diferencias significativas en los
cultivares, las localizaciones y las interacciones cultivar por localización. Las grandes
variaciones de los efectos de los cultivares indican que es posible seleccionar cultivares para
la concentración de capsaicinoides que se adaptan en una amplia gama de entornos.
1.7.3 Efecto de la Luz en la producción de capsaicinoides
La selección de un entorno de cultivo y una variedad que maximice la producción de
capsaicinoides es de suma importancia para la industria de extracción de capsaicinoides. La
intensidad de la luz es un factor importante en la formación y acumulación de capsaicinoides.
Las plantas de chile picante de diferente origen y con diferentes niveles de pungencia
muestran diferentes respuestas en una variedad de condiciones de crecimiento (Gurung et
al., 2012).
102
La reducción de la intensidad de la luz puede tener un efecto positivo o negativo en el
rendimiento de chile picante y la acumulación de capsaicinoides, según la especie, el grado
de sombreado y otras prácticas agrícolas (Rylski y Spigelman, 1986). Jeeatid et al. (2017)
reportan que la intensidad de la luz que varía entre 700 y 950 μmolm −2s-1 es la mejor para
la producción de capsaicinoides.
Tabla 2. Capsaicinoides totales en muestras de chile habanero crecido en diferentes tipos de suelo.
Los resultados fueron analizados por UPLC-DAD y HPLC-ECD y convertidos a unidade Scoville
(n=2). (Morozova et al, 2019).
106
Tabla 3. Principales reportes de factores que influyen en la producción de capsaicinoides en
plantas de chile
Efecto del estrés por Capsicum El estrés por sequía aumenta la Phimchan et
sequía chinense; biosíntesis de capsaicinoides. Se al., 2014.
Capsicum cuantificaron las actividades. de las
annuum enzimas fenilalanina amoniaco-
liasa (PAL), la cinamica-4-
hidroxilasa (C4H), la capsaicina
sintasa (CS) y la peroxidasa (POD).
Demostrando que PAL es la única
enzima crítica en la biosíntesis de
capsaicinoides bajo estrés por
sequía.
107
Después de 50 días de maduración
del fruto, la capsaicina se convirtió
Efecto del tiempo de Capsicum Barbero et
en el principal capsaicinoide,
maduración del fruto annuum al., 2016.
mientras que la concentración de
dihidrocapsaicina se redujo
ligeramente. Esto va relacionado a
la presencia de enzimas
peroxidasas, que son capaces de
degradar capsaicina y
dihidrocapsaicina.
Estrés osmótico por Capsicum El estrés osmótico generado por Kehie et al.,
NaCl chinense NaCl permite mejorar la producción 2012.
Jacq.cv. Naga de capsaicina en suspensiones
King Chili celulares
108
Efecto de la adición de Capsicum 1 mM ácido salicílico y 0.5 mM de un Kehie et al.,
ácido salicílico y calcio chinense ionoforo de calcio inducen la 2016.
en células en Jacq.cv. Naga producción de capsaicina (534 µg/g
suspensión sobre la King Chili de peso fresco).
acumulación de
capsaicinoides
Como parte del proyecto titulado: Análisis de los cambios metabólicos durante el desarrollo
del fruto Capsicum chinense Jaq cultivado en diferentes tipos de suelos financiado por el
fondo de Ciencia Básica del CONACYT, se desarrollaron cinco cultivos de Capsicum
chinense en el invernadero de la unidad sureste del CIATEJ, de marzo de 2017 a diciembre
de 2019. En este capítulo se presentan los resultados del contenido de capsaicinoides del
cultivo cuatro (2018) a los 146 días posteriores al trasplante (DPT) con fecha del 7 de agosto
de 2018.
2.1.2 Secado de la muestra
109
de onda fue de 280 nm. Los capsaicinoides totales fueron reportados como la suma de la
capsaicina y la dihidrocapsaicina.
Se realizó un diseño factorial 3 x 2 con la finalidad de evaluar el efecto de dos factores sobre
la concentración de capsaicinoides totales, siendo el factor A, el tipo de suelo y el factor B el
grado de madurez, los niveles de A fueron: rojo (-1), café (0) y negro (+1), mientras que los
niveles del factor B fueron: Verde ó inmaduro (-1) y Naranja ó maduro (+1).
Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) de dos vías con un nivel de confianza del 95 %
empleando el paquete estadístico Statgrafics Centurion XVII.II-X64 (Statistical Graphics
Corp, USA)
110
Figura 4. Cromatogramas: UPLC-DAD con columna Acquity UPLC HSS C18 (100 A˚, 1,8 mm, 2,1 x
50 mm). a) estándares de capsaicinoides y b) capsaicinoides en muestras de chile habanero maduro
provenientes de suelo rojo (TRN240717), suelo café (TCN240717) y suelo negro (TNN240717).
Método: velocidad de flujo de 0.2 ml / min. Temperatura de columna: 27 ° C. Fase móvil A: acetonitrilo,
Fase B: Ac. Fórmico ( 0.1 %.). Proporción 60% de A con 40% de B. Volumen de inyección 2 μL y
longitud de onda de 280 nm.
Tabla 4. Contenido de capsaicinoides en chiles habaneros con diferente grado de madurez cultivados
en diferentes suelos de Yucatán (n=2).
Nota: Diferentes letras en la misma columna indica diferencias estadísticas significativas (P ≤ 0.05).
Los análisis estadísticos pusieron de manifiesto que existe un efecto significativo sobre el
contenido de capsaicinia, dihidrocapsaicina y de capsaicinoides totales en mg/g de chile
111
seco, debido a la interacción de los factores analizados (tipo de suelo y grado de madurez)
así como de cada uno de los factores individuales La Figura 4 muestra el resultado de la
interacción madurez y tipo de suelo en el contenido de capsaicinoides totales donde se puede
observar claramente que los chiles maduros (color naranja) independientemente del tipo de
suelo donde fueron cultivados, son los que presentan mayor contenido de capsaicinoides
totales, y comparando los suelos donde fueron cultivados, el suelo rojo es donde se observa
el mayor contenido de capsaicinoides. Otros autores han obtenido resultados similares,
Morozova et.al, 2019 encontraron que los chiles de plantas cultivadas en suelo rojo tuvieron
un mayor contenido de capsaicinoides (9.5 mg g-1) en comparación con los otros suelos.
Rodríguez-Rodríguez, en 2019, determinó que la mayor cantidad de capsaicinoides totales
(empleando un método espectrofotométrico) se obtuvo en chiles maduros de color naranja
provenientes del suelo negro y que el contenido de capsaicinoides depende principalmente
del grado de madurez y los días posteriores al trasplante (DPT) de la cosecha, sin que se
descarte la influencia del tipo de suelo.
Figura 4. Grafica de interacción del grado de madurez y el tipo de suelo donde fueron cultivados en
relación al contenido de capsaicinoides totales en chile habanero.
Diversos autores Gurung et al., (2012); Meckelmann et al., (2015) y Yánez et al., (2015) han
determinado el contenido de capsaicinoides de diversas especies y variedades de Capsicum
por medio de cromatografía de líquidos (HPLC) los resultados que obtuvieron fueron 6.91-
16.65, 0.01-15.15 y 11.34 mg g-1 respectivamente, siendo la especie de Capsicum chinense
la que presentó el mayor contenido de capsaicinoides. Los resultados obtenidos en este
trabajo son similares a lo reportado por Meckelmann et al., (2015).
IV. Conclusiones
Los capsaicinoides son los metabolitos presentes en el género Capsicum que le confieren la
pungencia a los chiles siendo los mayoritarios la capsaicina y la dihidrocapsaicina que son
sintetizados en los frutos. El grado de pungencia depende del genotipo de la planta, y se ve
afectado por estímulos externos como la altitud, luz, estrés por sequía, maduración del fruto,
entre otros. Experimentalmente se determinó que existió un efecto significativo sobre las
concentraciones de capsaicinia, dihidrocapsaicina y capsaicinoides totales en mg g-1 de chile
seco (Capsicum chinense jacq.), debido a la interacción de los factores analizados: tipo de
suelo donde se desarrolló la planta de chile habanero y el grado de madurez del chile, así
112
como de cada uno de los factores individuales. Los chiles crecidos en suelo rojo fueron los
que tuvieron los más altos contenidos de capsaicinoides con valores de 2.63 y 4.56 mg g-1
de chile seco para el chile inmaduro (verde) y maduro (naranja) respectivamente, siendo este
último el que tuvo la más alta concentración de capasaicinoides.
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116
CAPÍTULO 7
Polyphenols in habanero pepper (Capsicum chinense Jacq.) and factors that affect their
production
Resumen
Abstract
Polyphenols are a group of secondary metabolites distributed mainly in the plant kingdom.
The fruits of the Capsicum species, as is the case of the habanero pepper (Capsicum
chinense Jacq.), are considered an important source of these compounds, which are widely
studied due to the different pharmacological effects they have been shown to have. Due to
this, the purpose of this chapter is: 1) to explain the importance of polyphenols, 2) the different
117
factors that affect its production, 3) the different works that have been developed for the
quantification of these metabolites in the fruits of the genus Capsicum and 4) present the
results that have been obtained when evaluating the effect of the type of soil in which the
cultivation of the Habanero pepper (Capsicum chinense Jacq.) is carried out in the Yucatan
peninsula (K’ankab lu’um or red soil, Box lu’um or black soil and Chich lu’um or brown soil),
the degree of maturity (green or immature and orange or mature) in the profile and amount of
polyphenols present in the fruit. The results indicated that the highest concentration of total
polyphenols was obtained in the peppers from plants grown in red soil, with a degree of
orange maturity and dried by the oven technique at 65 ° C, giving an average concentration
of 235.13 ± 9.4 mg of GAE 100g-1 of dried pepper. The highest antioxidant activity (92.47 ±
0.10%) was obtained in mature peppers (oranges) harvested from plants grown in brown soil
and dried using the lyophilization technique. The polyphenol that was found in the highest
concentration in the habanero pepper was catechin at a concentration of 145.57 ± 1.72 mg
100g-1 of dried pepper.
I. Introducción
Los frutos de la especie Capsicum, como es el caso del chile habanero (Capsicum chinense
Jacq.), son considerados una importante fuente de polifenoles, los cuales son metabolitos
secundarios que cumplen funciones de mecanismo de defensa contra factores bióticos o
abióticos que pudieran generar algún estrés a la planta (Wahyumi et al., 2013). El perfil y la
cantidad de estos polifenoles dependerán de diversos factores que afectaran la síntesis de
estos, algunos de los factores reportados son la madurez del fruto, el sistema de cultivo
utilizado y los procesos posteriores a la cosecha del chile (Urban et al., 2007).
La importancia del estudio de los polifenoles presentes en el chile habanero se debe a que
estos metabolitos no solo forman parte importante del sistema de defensa del fruto, sino que
además sus características como su capacidad antioxidante, anticancerígena y antidiabética
pueden ser utilizadas por el ser humano para la prevención de enfermedades crónico
degenerativas (Powell, 2007). Debido a esto, el propósito del presente capítulo es explicar la
importancia de los polifenoles, los diferentes factores que afectan su producción, y los
diferentes trabajos que se han desarrollado para la cuantificación de estos metabolitos en
los frutos del genero Capsicum, además de presentar los resultados que se han obtenido al
evaluar el efecto del tipo de suelo en el que se realiza el cultivo del chile habanero (Capsicum
chinense Jacq.) en la península de Yucatán (K’ankab lu’um o suelo rojo, Box lu’um o suelo
negro y Chich lu’um o suelo café), el grado de madurez (color verde o inmaduro y color
naranja o maduro) en el perfil y cantidad de polifenoles presentes en el fruto.
Estos compuestos han sido ampliamente estudiados en los últimos años debido a los
diferentes efectos farmacológicos que han demostrado tener, como la capacidad de prevenir
enfermedades del tipo crónico degenerativas, como es el caso del cáncer, la diabetes y
diferentes tipos de enfermedades cardiovasculares (Powell, 2007).
Los polifenoles son compuestos orgánicos que se caracterizan por estar formados por uno o
más anillos aromáticos con uno o más grupos hidroxilo, entre los principales polifenoles
presentes en el chile habanero podemos mencionar los ácidos polifenólicos y los flavonoides
(Rzepecka et al., 2015).
Los ácidos polifenólicos son compuestos bioactivos que estructuralmente se caracterizan por
tener un anillo aromático con uno o más grupos hidroxilo y un grupo carboxílico (Manach et
al., 2004). Los flavonoides, son el grupo más grande de polifenoles y el más estudiado en
los últimos años debido a los diferentes efectos farmacológicos que estos han presentado
en diversos estudios, los flavonoides se caracterizan por estar conformados por 2 anillos de
benceno (anillo A y B) y un anillo de pirano (anillo C), con una estructura base de 15 átomos
de carbono y un esqueleto C6-C3-C6, tal como se muestra en la Figura 1 (Kochar et al.,
2005).
La clasificación de los flavonoides se debe a las variaciones estructurales que este grupo de
compuestos posee en el anillo de pirano (anillo C). En la Tabla 1 se observa dicha
clasificación y se mencionan los polifenoles más importantes que pertenecen a dicha
clasificación (Martínez et al., 2002).
119
Tabla 1. Clasificación de los flavonoides de acuerdo a su estructura química. (Martínez et al., 2002)
Los polifenoles son de los metabolitos principales que se encuentran en el chile habanero,
los cuales contribuyen al efecto antioxidante de este tipo de frutos. La presencia de este tipo
de metabolitos en el chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) le proporciona valor
agregado a este fruto debido a que ofrece beneficios para la salud del consumidor
(principalmente la prevención de enfermedades del tipo crónico degenerativas). De acuerdo
con las investigaciones realizadas por Park et al. (2012) y Jeong et al. (2011) la luteolina,
quercetina y kaempferol son los principales polifenoles presentes en el chile habanero
(Figura 2).
Sin embargo, las investigaciones de Traconis et al. (2012) han reportado la existencia de
otros polifenoles en el chile habanero como: Ac. Gálico, Ac. Cumárico, Ac. Cinámico, Rutina
y Catequina.
Figura 3. Ruta metabólica para la biosíntesis de polifenoles en el chile habanero (Capsicum chinense
Jacq.). (Wahyumi et al., 2013)
121
1.5 Factores que afectan la síntesis de los polifenoles
Los polifenoles están presentes en cantidades considerables en nuestra dieta debido a que
las podemos encontrar en una gran cantidad de frutas y verduras que consumimos de forma
diaria. A pesar que no existe un requerimiento para cubrir su ingesta diaria, se recomienda
su consumo debido a que este tipo de moléculas poseen una amplia gama de actividades
biológicas, siendo la actividad antioxidante uno de los efectos farmacológicos más
estudiados, dotándolas de diferentes aplicaciones en la industria farmacéutica y la industria
alimentaria (Balasundram et al., 2006).
123
Actualmente en la industria alimentaria es común utilizar diferentes tipos de antioxidantes
sintéticos como hidroxianisol butilado (BHA), hidroxitolueno butilado (BHT) y terc
butilhidroquinona, los cuales cumplen la función de aditivos alimenticios que evitan el
enranciamiento en los alimentos. Sin embargo, estos compuestos han sido sustituidos poco
a poco por diferentes tipos de compuestos fenólicos como los flavonoides y los ácidos
hidroxicinamicos. Los polifenoles a comparación de los antioxidantes sintéticos tienen la
ventaja de ser compuestos obtenidos de forma natural, una tendencia que en la actualidad
va tomando más fuerza e importancia entre los consumidores de este tipo de alimentos
(Balasundram et al., 2006).
Dentro del área de la dermatología, los polifenoles se han utilizado debido a sus efectos
antioxidantes que le confieren efectos quimioprotectores contra el daño producido por los
rayos ultravioleta (Magliano, J. 2014). Asimismo, cumplen la función de protector solar, ya
que tienen la capacidad de absorber de forma completa el espectro de longitud de onda de
la región UV-B y en forma parcial el de la región UV-A, además de ser considerados como
agentes quimiopreventivos contra el cáncer de piel (Magliano, J. 2014).
124
Tabla 3. Trabajos reportados en la literatura donde se han cuantificado los polifenoles presentes en
diferentes especies del genero Capsicum.
Quercetina 1.51
Capsicum
Kaempferol 1.06 Bae et al., 2012
chinense Jacq.
Apigenin 1.68
Catequina 15.35
Mircetina 2.49
Capsicum
Kaempferol 6.97
frutenses Nagy et al., 2015
Quercetina 0.91
Luteolina 8.46
Naringenina 43.13
Como parte del proyecto titulado: Análisis de los cambios metabólicos durante el desarrollo
del fruto Capsicum chinense Jacq cultivado en diferentes tipos de suelos financiado por el
fondo de Ciencia Básica del CONACYT, se desarrollaron cinco cultivos de Capsicum
chinense en el invernadero de la unidad sureste del CIATEJ, de marzo de 2017 a diciembre
de 2019. En este capítulo se presentan los resultados del contenido de polifenoles del cultivo
cuatro (2018) a los 209 días posteriores al trasplante (DPT) con fecha del 9 de octubre de
2018.
La mitad de las muestras de las muestras de chile con diferente grado de madurez y
provenientes de diferentes suelos de Yucatán (rojo, negro y café) fueron secadas en horno
a 65°C por 72 horas, mientras que la otra mitad se sometió a un secado por liofilización a
una temperatura de – 50 °C y una presión de 0.200 mBar durante 72 horas. Posterior al
125
secado de los chiles, se realizó la molienda de ellos en un mortero y se pasaron por una
malla de # 35 para obtener los polvos de cada tipo de muestra con un tamaño de partícula
de 500 mm, los cuales fueron almacenados a temperatura ambiente en bolsas plásticas
protegidas de la luz con papel aluminio.
Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) de tres vías con un nivel de confianza del 95%
empleando el paquete estadístico Statgrafics Centurion XVII.II-X64 (Statistical Graphics
Corp, USA)
126
III. Análisis y discusión de resultados
Figura 4. Cromatogramas: UPLC-DAD con columna Acquity UPLC HSS C18 (100 A˚, 1,8 mm, 2,1 x
50 mm). a) estándares de polifenoles y b) polifenoles en muestra (código TRV181404H) de chile
habanero. Método: velocidad de flujo de 0.5 ml / min. Temperatura de columna: 45 ° C. Fase móvil
A: ácido acético (0.2%), Fase B: Acetonitrilo con ácido acético (0.1 %.). Gradiente de elución: 0-10
min de 1 % a 30% de B; 10–12 min 30 % de B; 12-15 min 1 % de B. Volumen de inyección 2 μL y
longitud de onda de 280 nm.
127
También se realizó la determinación de polifenoles totales presentes en el chile habanero
(Capsicum chinense Jacq.) mediante la técnica de espectroscopia ultravioleta-visible,
evaluando los factores mencionados con anterioridad. Los resultados del análisis para cada
una de las condiciones evaluadas se representa en la Tabla 5, en esta se puede observar
que la mayor concentración presente de polifenoles totales (235.13 ± 9.4 mg de GAE 100g-1
de chile seco) se obtuvo en los chiles cosechados de plantas cultivadas en el suelo rojo, con
grado de madurez naranja y secado mediante el método de horno a 65 °C. Estos resultados
son similares a los obtenidos mediante la técnica de UHPLC-DAD, en la que se obtuvo que
bajo estas mismas condiciones de madurez, suelo rojo y secado por horno, la concentración
de polifenoles totales (132.89 ± mg 100g-1 de chile seco) es mayor en comparación de las
otras condiciones evaluadas. Asimismo, en la Tabla 5 se muestran los resultados obtenidos
en la evaluación de la actividad antioxidante, en donde la muestra de chile habanero maduro
y deshidratado por liofilización tuvo la mayor actividad antioxidante (92.26 – 92.47 %).
128
Tabla 4. Resultados obtenidos de la cuantificación de polifenoles en chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) a los 252 días post
trasplante, cultivado en diferentes tipos de suelo, con diferente grado de madurez y sometido a diferentes procesos de secado.
Ac. Quercetina +
Tipo de Grado de Método de Catequina Ac. Cumárico Ac. Cinámico Rutina Kaempferol
Clorogénico Luteolina (mg
suelo madurez secado (mg 100g-1) (mg 100g-1) (mg 100g-1) (mg 100g-1) (mg 100g-1)
(mg 100g-1) 100g-1)
Horno a 65
Rojo Verde 34.40±0.05d 17.29±0.11c 1.60±1.01cde 3.53±0.02d 2.44±1.48e 1.93±0.04g 2.95±0.01d
°C
Horno a 65
Café Verde 30.58±0.23e 12.04±0.58f 0.54±0.01e 2.16±0.05k 1.55±0.07f 1.82±0.01h 2.67±0.04e
°C
Horno a 65
Negro Verde 56.97±0.94c 12.75±0.33f 0.81±0.03d 2.63±0.09j 2.07±0.18e 1.98±0.03g 2.28±0.01f
°C
Horno a 65
Rojo Naranja 145.57±1.72a 19.49±0.20a 9.82±6.50b 30.12±0.17b 20.54±0.49a 4.37±0.14b 5.21±0.08b
°C
Horno a 65
Café Naranja 95.85±3.39b 18.14±0.16b 16.98±0.86a 58.96±3.63a 0.0±0.00g 7.07±5.28a 6.59±0.03a
°C
Horno a 65
Negro Naranja 62.14±6.29c 19.23±2.72ab 2.91±0.74c 7.69±0.69c 0.71±1.01g 3.79±0.04 3.51±0.11c
°C
Rojo Verde Liofilizado 8.62±1.75hi 11.88±1.01fg 0.51±0.01e 3.19±0.02h 2.88±0.1d 1.66±0.01i 0.00±0.00g
Café Verde Liofilizado 8.7±0.20h 11.42±0.11f 0.25±0.02f 2.87±0.04i 2.87±0.13d 3.68±0.02d 0.00±0.00g
Negro Verde Liofilizado 11.42±0.16f 13.49±0.13e 0.34±0.01f 3.19±0.04h 4.35±0.63b 4.02±0.00c 0.00±0.00g
Rojo Naranja Liofilizado 7.31±0.17i 14.17±0.02d 0.13±0.01g 4.06±0.03e 4.07±0.08b 2.39±0.02e 0.00±0.00g
Café Naranja Liofilizado 10.32±0.11g 10.37±1.75g 0.0±0.00h 3.99±0.08f 3.34±0.05c 2.15±0.03f 0.00±0.00g
Negro Naranja Liofilizado 8.04±0.49h 9.36±0.33g 0.0±0.00h 3.36±0.05g 2.43±0.24e 1.77±0.12h 0.00±0.00g
Nota: Diferentes letras en la misma columna indica diferencias estadísticas significativas (P ≤ 0.05).
129
Tabla 5. Resultados obtenidos en la cuantificación de polifenoles totales en Capsicum chinense Jacq.,
a los 252 días post trasplante, cultivado en tres tipos de suelo cosechado en dos estados de madurez
y sometido a dos métodos de secado diferentes.
Nota: (*) Indican los polifenoles totales cuantificados por cromatografia de líquidos.
Figura 5. Gráfico de interacción doble suelo – grado de madurez para la actividad antioxidante de
Capsicum chinense Jacq. a los 252 días post trasplante.
130
Figura 6. Diagrama de Pareto obtenido del diseño 3 x 2 x 2 para evaluar el efecto de los factores
sobre la concentración de polifenoles totales (AB, AC, BC y ABC corresponde a las interacciones de
los factores).
IV. Conclusiones
V. Referencias
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133
CAPÍTULO 8
Carotenoids in habanero pepper (Capsicum chinense Jacq.) and factors that affect its
production
Resumen
Abstract
Carotenoids are a group of metabolites present in habanero pepper (Capsicum chinense
Jacq.), these are widely studied for their pharmacological effects and their applications in the
food industry, the profile of these compounds and the amount in which they are present in the
fruit depends on different factors that affect the metabolic pathway from which they are
synthesized. In the present work, three factors were evaluated, the type of soil in which the
plant is grown where the habanero pepper grows (K’ankab lu’um or red soil, Box lu'um or
black soil and Chich lu’um or brown soil), the degree of maturity of the fruit at harvest time
(immature or green and mature or orange), and the drying technique used after harvesting
(oven or lyophilized). The highest concentration of total carotenoids was quantified in
134
lyophilized habanero pepper, harvested in a mature state (orange) and produced by plants
grown in black soil (Box lu'um), giving an average value of 134.41 ± 0.13 mg 100 g-1 of chili
dry. The degree of maturity was the factor that had a significant effect on the production of
lutein and β-carotene, obtaining as a result that these carotenoids are found at a higher
concentration in habanero pepper green (immature) cultivated in the brown soil (Chich lu’um),
with an average lutein concentration of 38.56 ± 0.14 mg 100 g-1 of dried chilli, and β-carotene
of 13.02 ± 0.28 mg 100 g-1 of dried chili.
I. Introducción
Los frutos pertenecientes a la clasificación Capsicum, como es el caso del chile habanero
(Capsicum chinense Jacq.), se caracterizan por ser una fuente rica de carotenoides (Campos
et al., 2013). Estos son un grupo de pigmentos liposolubles de gran importancia para la
industria alimentaria, donde son utilizados como colorantes naturales, y para la industria
farmacéutica, debido a que estos han demostrado tener una amplia gama de efectos
farmacológicos, destacando su actividad antioxidante y su potencial actividad
anticancerígena, lo que les otorga la capacidad de prevenir diferentes tipos de enfermedades
(Wahyumi et al., 2013).
En la literatura se reporta que la concentración y el perfil de carotenoides presentes en el
chile habanero se ven afectados por diversos factores, como la madurez del fruto, las
condiciones de cultivo (tipo de suelo, riego, luz, etc.), y los métodos de procesamiento
posteriores a la cosecha (Álvarez et al., 2011). Debido a lo mencionado anteriormente, es
importante evaluar el tipo de suelo en el que es cultivada la planta de chile habanero y el
grado de madurez en el que estos frutos son cosechados, con la finalidad de comprender
como estos factores afectan la biosíntesis de carotenoides, y de esta forma mejorar la
producción de estos compuestos en el chile habanero.
En el presente capítulo se explica la importancia de los carotenoides, los diferentes factores
que afectan su producción, y los diferentes trabajos que se han desarrollado para la
cuantificación de estos metabolitos en los frutos del genero Capsicum. Siendo el principal
propósito del presente trabajo el explicar cómo los diferentes factores afectan la producción
de carotenoides en el chile habanero (Capsicum chinense Jacq.), especialmente el suelo en
el que se realiza el cultivo en la península de Yucatán (K’ankab o suelo rojo, Boxlu’um o
suelo negro y Ch'ich 'lu'um o suelo café), así como del grado de madurez (color verde o
inmaduro y color naranja o maduro) en el perfil y cantidad de carotenoides presentes en el
fruto. Esto con la finalidad de identificar la mejor etapa de recolección, y poder darle un valor
agregado al chile habanero que es cultivado en la región.
1. 1. Definición de carotenoides
Todos los carotenoides poseen como características químicas comunes una estructura
poliisopropenoide, una larga cadena conjugada de doble enlace y una simetría casi bilateral
alrededor del doble enlace central (Hempel et al., 2016). Los diferentes carotenoides se van
a derivar esencialmente por modificaciones en la estructura base, como ciclaciones en los
grupos finales, y la presencia de grupos funcionales con oxígeno, lo que contribuye a las
propiedades antioxidantes que estos presentan, así como sus colores característicos (Rao y
Rao, 2007). En la Figura 1 se representa la estructura de los carotenoides más comunes, y
que podemos encontrar en el chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) y casi todos los
frutos del genero Capsicum, en esta figura también podemos observar las características
estructurales mencionadas con anterioridad.
Figura 1. Estructura química de los carotenoides más comunes (Rao y Rao, 2007).
Otra característica estructural a mencionar de los carotenoides es que los dobles enlaces
conjugados que estos poseen pueden sufrir isomerización, dando lugar a la formación de los
isómeros cis o trans, siendo los isómeros trans los más estables, y en consecuencia los que
se encuentran en mayor proporción en los alimentos (Schenk et al., 2014).
Los frutos del genero Capsicum son considerados una de las principales fuentes de
carotenoides entre los cultivos de hortalizas, estos se van a caracterizar por tener colores
verdes, rojos, amarillos, y naranjas, los cuales van a depender del perfil de carotenoides
presente y de la cantidad en la que estos se encuentran (Lightbourn et al., 2008).
136
En los chiles de color rojo los principales carotenoides reportados son la capsantina y la
capsorrubina, mientras que la violaxantina, el β-caroteno, la luteína, la anteraxantina y la
zeaxantina son los pigmentos más importantes en los chiles de color amarillo (Hornero et al.,
2000). El chile habanero contiene el mismo perfil de carotenoides que los chiles de color rojo,
pero la proporción en la que estos se encuentra es diferente, y dependerá de diversos
factores, siendo uno de los más importantes el grado de madurez que presente el fruto
(Guzman et al., 2010.).
Los frutos del genero Capsicum han sido ampliamente estudiados para comprender la
química y la biosíntesis de los carotenoides en las plantas, esto debido a que los chiles
acumulan carotenoides de coloración amarilla, naranja o roja durante su proceso de
maduración, durante las primeras etapas estos presentan un color verde debido a la
presencia de cloroplastos, pero conforme ocurre la maduración del fruto estos orgánulos
sufren modificaciones para convertirse en cromoplastos, los cuales son plastidios que se
caracterizan por la acumulación de carotenoides (Gómez et al., 2013; Saini et al., 2015).
137
Los estudios que se han realizado han dado como resultado que existe relación en la
concentración de β-caroteno, la β-criptoxantina y la criptocapsina, lo que sugiere que estos
carotenoides están involucrados en la misma vía metabólica y que podrían ser intermediarios
de esta (Gómez et al., 2013). También se ha determinado una relación negativa entre los
niveles de los tres carotenoides mencionados anteriormente y las xantofilas (capsantina,
capsorrubina, neoxantina, mutatoxantina, luteoxantina y criptoflavina), lo que indica que la
síntesis de estos compuestos durante la maduración fue paralela a una disminución del β-
caroteno, la β – criptoxantina y criptocapsina, y por lo tanto son precursores potenciales de
las xantofilas (Gómez et al., 2013). Asimismo, se sugirió que el β-caroteno, la β-criptoxantina
y la zeaxantina eran precursores de la violaxantina y la anteraxantina, las que a su vez eran
los precursoras de la capsorubina y la capsantina, respectivamente (Saini et al., 2015). Sobre
la base de estos resultados, se propuso una vía de síntesis de carotenoides en Capsicum
representada en la Figura 2 y explicada a continuación.
138
Figura 2. Ruta metabólica para la biosíntesis de carotenoides en el chile habanero (Capsicum
chinense Jacq.). (Gómez et al., 2013)
139
1. 5. Factores que afectan la síntesis de los carotenoides
Como se había mencionado anteriormente, la madurez del fruto es otro factor que afecta a
la formación de los carotenoides, esto se debe principalmente a que conforme se da el
proceso de maduración, la cantidad de clorofila presente disminuye, provocando que se
aumente la producción del citocromo FR, el cual absorbe la luz a una longitud entre 705 –
740 nm, esto provoca una respuesta fisiológica en la planta que altera la expresión de los
genes, contribuyendo a la formación de la enzima fitoeno sintetasa (Toledo et al., 2010 y
Toledo et al., 2014).
Los otros factores mencionados con anterioridad presentan un efecto más específico sobre
cierto grupo de carotenoides. Por ejemplo, las altas temperaturas no tienen efecto sobre la
producción de estos compuestos, pero las bajas temperaturas contribuye la síntesis de
luteína, violaxantin y anteraxantin. La salinidad por otro lado propicia la producción de
clorofila a y b, la cual afecta negativamente la síntesis de carotenoides. Mientras que el estrés
generado por la sequía, aumenta la producción de luteína, violaxantina y anteraxantina, pero
en menor medida a comparación de las bajas temperaturas (Fanciullino et al., 2014; Munne
et al., 2013, Poiroux et al., 2014).
Para poder realizar la cuantificación de los carotenoides en frutos del genero Capsicum, se
han desarrollado diversos métodos de extracción, algunos de estos están representados en
la Tabla 2, en donde podemos observar que la mayoría constan de tres etapas, las cuales
140
son la extracción de los carotenoides presentes en la muestra, la purificación del extracto, y
la saponificación del extracto obtenido de la muestra. En los ejemplos mencionados la
mayoría realiza la extracción utilizando acetona, y en algunos casos es utilizado una mezcla
de solventes orgánicos que sean afines a los diferentes carotenoides de interes. El proceso
de purificación se realiza con la finalidad de eliminar interferencias presentes que pudieran
afectar el análisis, usando en la mayoría de los trabajos dietil éter (DEE) con NaCl al 10 %,
mientras que la saponificación es llevada a cabo con una solución de KOH en metanol para
la eliminación de otros compuestos liposolubles como ácidos grasos que pudieran estar
presentes en las muestras a analizar.
Los carotenoides son compuestos de gran interés comercial, principalmente para la industria
farmacéutica, donde son utilizados debido a los efectos farmacológicos que han demostrado
tener (Ramaraj y Jang-Seu, 2018). Entre estos efectos farmacológicos destaca la capacidad
de estos compuestos de prevenir diferentes tipos de cáncer, por ejemplo, cáncer de mama,
hepático, intestinal, leucémico, pulmonar, oral y de próstata. Esta actividad anticancerígena
implica una variedad de mecanismos, incluida la inducción de la apoptosis celular y la
141
supresión de la proliferación celular. Entre los carotenoides que se caracterizan por tener
esta actividad, se encuentra el β – caroteno, la astaxantina, la cantaxantina, la zeaxantina, y
la β – criptoxantina (Nishino et al., 2002).
Recientes trabajos también han demostrado que los carotenoides pueden ser efectivos para
tratar y controlar la diabetes, ya que se ha confirmado que los niveles de carotenoides en la
dieta y las concentraciones de estos en la sangre se asocian inversamente con los niveles
de glucosa en sangre durante los periodos de ayuno, además de que se ha demostrado que
tienen la capacidad de prevenir la resistencia a la insulina (Ylonen et al., 2003).
Otros de los efectos farmacológicos que se reportan de los carotenoides son la actividad
antinflamatoria y antioxidante, además de ayudar a prevenir y tratar la obesidad (Miyashita
et al., 2009 y Okada et al., 2008). La actividad antiinflamatoria que presenta este tipo de
compuestos ha llamado la atención de muchos investigadores, ya que los carotenoides
podrían potencialmente usarse como medicamentos para prevenir y controlar enfermedades
inflamatorias crónicas, esto gracias a su capacidad de inhibir la producción de óxido nítrico,
prostaglandinas E2 y citoquinas proinflamatorias, así como sus efectos inhibitorios sobre
enzimas como la sintasa de óxido nítrico inducible y la ciclooxigenasa-2 (Peerapornpisal et
al., 2010).
142
Tabla 3. Trabajos reportados en la literatura donde se han cuantificado los carotenoides presentes
en diferentes especies del genero Capsicum.
143
II. Materiales y métodos
2.1 Evaluación del efecto del tipo de suelo, grado de madurez y método de secado en la
concentración de carotenoides en chile habanero.
Como parte del proyecto titulado: Análisis de los cambios metabólicos durante el desarrollo
del fruto Capsicum chinense Jacq cultivado en diferentes tipos de suelos financiado por el
fondo de Ciencia Básica del CONACYT, se desarrollaron cinco cultivos de Capsicum
chinense en el invernadero de la unidad sureste del CIATEJ, de marzo de 2017 a diciembre
de 2019. En este capítulo se presentan los resultados del contenido de carotenoides del
cultivo cuatro (2018) a los 160 días posteriores al trasplante (DPT) con fecha del 21 de agosto
de 2018.
La mitad de las muestras de las muestras de chile con diferente grado de madurez y
provenientes de diferentes suelos de Yucatán (rojo, negro y café) fueron secadas en horno
a 65°C por 72 horas, mientras que la otra mitad se sometió a un secado por liofilización a
una temperatura de – 50 °C y una presión de 0.200 mBar durante 72 horas. Posterior al
secado de los chiles, se realizó la molienda de ellos en un mortero y se pasaron por una
malla de # 35 para obtener los polvos de cada tipo de muestra con un tamaño de partícula
de 500 mm, los cuales fueron almacenados a temperatura ambiente en bolsas plásticas
protegidas de la luz con papel aluminio.
Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) de tres vías con un nivel de confianza del 95%
empleando el paquete estadístico Statgrafics Centurion XVII.II-X64 (Statistical Graphics
Corp, USA)
145
Tabla 4. Resultados obtenidos en la cuantificación de carotenoides totales en Capsicum chinense
Jacq., a los 160 días post trasplante, cultivado en tres tipos de suelo cosechado en dos estados de
madurez y sometido a dos diferentes métodos de secado.
En la Figura 3, se observa que los chiles maduros (naranjas) cosechados a partir de plantas
cultivadas en suelo negro presentaron un mayor contenido de carotenoides totales (94.71 ±
0.14 mg 100g-1) respecto a los otros suelos, por el contrario los chiles provenientes del suelo
rojo mostraron el menor contenido de carotenoides totales en ambos estados de maduración
(33.78 ± 0.27 mg 100g-1 en el chile inmaduro y 43.16 ± 0.36 mg 100g-1 en el maduro), esto
ocasionado por que el tipo de suelo en el que se cultiva el chile habanero (Capsicum chinense
Jacq.) está relacionado con el contenido de metabolitos presentes en este, ya que de
acuerdo a lo reportado por Rodríguez et al., (2017), cada suelo posee una composición
fisicoquímica diferente que afecta la biosíntesis de los carotenoides.
Figura 3. Gráfico de interacción doble Suelo-Estado de maduración para carotenoides totales (mg
100 g-1 de chile seco) en Capsicum chinense Jacq.
El método de secado que conserva mejor a los carotenoides en la liofilización, los chiles
secados por este método presentaron una mayor concentración de carotenoides totales en
ambos estados de maduración (Figura 4), esto es debido a que el secado en horno a 65 °C
durante 48 horas pudo ocasionar la oxidación y degradación de estos compuestos, mientras
que el secado por liofilización se realiza a una temperatura de – 40 °C, permitiendo una
mayor protección de los carotenoides a los procesos oxidativos y degradativos.
146
Figura 4. Gráfico de interacción doble método de secado-estado de maduración para carotenoides
totales (mg 100 g-1 de chile seco) en Capsicum chinense Jacq.
Figura 5. Cromatogramas: UPLC-DAD con columna Acquity UPLC HSS C18 (100 A˚, 1,8 mm, 2,1 x
50 mm). a) Estándar de luteína y b) estándar de β-caroteno. Método: flujo de 0.5 ml min-1.
Temperatura de columna: 35 °C. Fase móvil acetonitrilo:metanol (70:30). Volumen de inyección de 2
μL y longitud de onda de 475 nm.
Los resultados del análisis para cada una de las condiciones evaluadas se representa en la
Tabla 5, en esta se puede observar que la mayor concentración presente de β – caroteno y
luteína se obtuvo en los chiles crecidos en plantas cultivadas en el suelo café, con grado de
madurez verde y secado mediante el método de liofilización.
147
Tabla 5. Resultados obtenidos de la cuantificación de carotenoides en chile habanero (Capsicum
chinense Jacq.) cultivado en diferentes tipos de suelo, con diferente grado de madurez y sometido a
diferentes procesos de secado.
Figura 6. Diagrama de Pareto obtenido del diseño 3 x 2 x 2 para evaluar el efecto de los factores
sobre la concentración de β – caroteno (AB, AC, BC y ABC corresponde a las interacciones de los
factores).
148
transformados dando paso a la formación de las xantofilas (Gómez et al., 2013; Saini et al.,
2015)
Figura 7. Diagrama de Pareto obtenido del diseño 3 x 2 x 2 para evaluar el efecto de los factores
sobre la concentración de luteína caroteno (AB, AC, BC y ABC corresponde a las interacciones de
los factores).
IV. Conclusiones
El chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) se caracteriza por ser una fuente de
carotenoides, reportándose como los principales: β-caroteno, α-caroteno, licopeno, β-
criptoxantina y luteína. Estos compuestos son de gran interés para la industria farmacéutica,
donde son utilizados por su capacidad para prevenir diferentes tipos de cáncer y controlar la
diabetes. Experimentalmente se determinó que el valor máximo de carotenoides totales
(134.41 ± 0.13 mg 100g-1 de chile seco) fue cuantificado en el chile habanero liofilizado,
cosechado en estado maduro (naranja) producido por plantas cultivadas en suelo negro (Box
lu’um) a los 160 DPT. En el caso del β – caroteno y la luteína, de los tres factores que se
evaluaron, el grado de madurez fue el que tuvo efecto significativo sobre estos 2
carotenoides, encontrándose la mayor concentración de estos en el chile inmaduro (verde)
crecido en plantas cultivadas en suelo café (Ch'ich 'lu'um) y secado mediante la técnica de
liofilización, con una concentración promedio de luteína de 38.56 ± 0.14 mg 100g-1 de chile
seco, y de β-caroteno de 13.02 ± 0.28 mg 100g-1 de chile seco. Estos carotenoides se
encontraron en mayor concentración en el chile inmaduro (verde) debido a que son
intermediarios en la ruta de biosíntesis de carotenoides, esto significa que conforme se da el
proceso de maduración del fruto, estos dos carotenoides son transformados dando paso a
la formación de las xantofilas.
V. Referencias
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153
CAPÍTULO 9
Vitamins in habanero pepper (Capsicum chinense Jacq.) and factors that affect their
production
Resumen
El chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) es reconocido por ser una excelente fuente de
vitamina A, E y C. La concentración de las vitaminas en el chile dependerá de diferentes
factores que afectan la biosíntesis de estos compuestos. Por esta razón, en el presente
trabajo se evaluó la influencia del tipo de suelo, el grado de madurez y el método de secado
utilizado después de la cosecha en la concentración de vitaminas. Las plantas de donde
provenieron los chiles fueron cultivadas en tres tipos de suelos nombrados a acorde a la
clasificación maya como: K’ankab lu’um (suelo rojo), Box lu’um (suelo negro) y Chich lu’um
(suelo café). Los resultados indicaron que la mayor concentración de vitamina C se obtuvo
en el chile proveniente de plantas cultivadas en suelo negro, con grado de madurez naranja
y secado mediante la técnica de liofilización, dando una concentración promedio de 136.55
± 0.36 mg 100g-1 de chile seco. Mientras que la mayor concentración de vitamina E se obtuvo
en el chile proveniente de plantas cultivadas en el suelo rojo, con grado de madurez naranja
y secado mediante la técnica de horno a 65 °C, con una concentración promedio de 9.27 ±
2.06 mg 100g-1 de chile seco. Concluyéndose que los factores evaluados en el presente
trabajo tienen un efecto significativo en la concentración de vitaminas en el chile habanero.
Abstract
The habanero pepper (Capsicum chinense Jacq.) Is recognized for being an excellent source
of vitamins A, E and C. The concentration of vitamins in the pepper will depend on different
factors that affect the biosynthesis of these compounds. For this reason, this work evaluated
the influence of the soil type, the degree of maturity and the drying technique used after the
harvest on the concentration of vitamins. The plants where the peppers came from were
grown in three types of soils named according to the Mayan classification as: K’ankab lu’um
(red soil); Box lu’um (black soil); Chich lu’um (brown soil). The results indicated that the
highest concentration of vitamin C was obtained in the peppers from plants grown in black
soil, with a degree of orange maturity and dried by the lyophilization technique, giving an
average concentration of 136.55 ± 0.36 mg 100g-1 of pepper dry. While the highest
concentration of vitamin E was obtained in the peppers from plants grown in the red soil, with
154
an orange maturity degree and dried by the oven technique at 65 ° C, with an average
concentration of 9.27 ± 2.06 mg 100g-1 of dried pepper. Concluding that the factors evaluated
in the present work have a significant effect on the concentration of vitamins in the habanero
pepper.
I. Introducción
1.1 Generalidades
Figura 1. Estructura química del ácido ascórbico (vitamina C). (Foyer 2017)
Por otro lado, los tocoferoles son compuestos derivados de los isoprenoides, conformados
estructuralmente por una parte polar derivada del metabolismo de aminoácidos aromáticos
y una cadena hidrocarbonada saturada derivada de la vía metabólica del geranilgeranil
difosfato. Estos compuestos se pueden clasificar en α, β, o γ, según su número y posición
de los grupos metilos en el anillo aromático. Cada compuesto de tocoferol tienen una
actividad diferente de la vitamina E, siendo el α – tocoferol (Figura 2) el que presenta la mayor
actividad vitamínica, además de encontrarse en una mayor concentración en los frutos del
genero Capsicum a comparación de los otros tocoferoles (DellaPenna y Pogson, 2006).
Figura 2. Estructura química del α – tocoferol (Vitamina E). (DellaPenna y Pogson, 2006)
156
1.4 Presencia documentada de las vitaminas en el chile habanero
Los frutos del genero Capsicum como el chile habanero, son una fuente rica de vitamina C,
reportándose concentraciones para este tipo de frutos que van de los 43 a los 247 mg 100g-
1
de chile fresco, llegando a contribuir entre un 50 a un 100% de los requerimientos diarios
de esta vitamina (Wahyumi et al. 2013).
157
Figura 3. Ruta metabólica para la biosíntesis de ácido ascórbico (vitamina C) en el chile habanero
(Capsicum chinense Jacq.). (Valpuesta y Botella, 2004)
158
Figura 4. Ruta metabólica para la biosíntesis de tocoferoles (vitamina E) en el chile habanero
(Capsicum chinense Jacq.). (Laurent y Dean, 2010)
159
El estudio realizado por Tamaoki et al. (2003) demostró que el paso limitante para la síntesis
de ácido ascórbico es en el que se lleva a cabo la transformación del L–galatono–1,4–lactona
a ácido ascórbico con la ayuda de la enzima L–galatono–1,4–lactona deshidrogenasa, por lo
que los factores anteriormente mencionados puedan afectar dicha reacción o la producción
de la enzima que lleva a cabo la reacción, afectando directamente la producción de ácido
ascórbico.
El grado de madurez es una de los factores que afecta la biosíntesis del ácido ascórbico,
debido a que está relacionada con la cantidad de azúcares presentes. Los azucares son
considerados precursores para la producción de ácido ascórbico. Además que la expresión
del gen que sintetiza la enzima L–galatono–1,4–lactona deshidrogenasa está relacionada
con el grado de madurez, expresándose en mayor medida conforme aumenta la madurez
del chile habanero (Tamaoki et al. 2003).
Mientras que la cantidad de radiación solar a la que está expuesto el fruto y la planta, también
afecta la producción de la enzima L–galatono–1,4–lactona deshidrogenasa, reportándose
durante el día un incremento en la producción de esta, pero durante la noche la cantidad de
la enzima decrece de forma considerable, por lo que se deduce que si el fruto es expuesto a
una mayor cantidad de luz durante un tiempo prolongado, la concentración de ácido
ascórbico será mayor (Tamaoki et al. 2003).
En el caso de la vitamina E, se han reportado que los principales factores que afectan a la
síntesis de este compuesto son la temperatura, la cantidad de radiación solar a la que es
sometido el cultivo, el estrés oxidativo que este pudiera sufrir, asi como el grado de madurez
que presente el fruto (Chennupati et al. 2011; Kanwischer et al. 2005).
Los resultados del estudio realizado por Chennupati et al. 2011 indicaron que la temperatura
afecta la producción de α – tocoferol, reportándose un incremento entre 675 y 752 % en la
cantidad presente de esta vitamina al aumentar la temperatura del cultivo. Aunque la
respuesta de los tocoferoles específicos fue diferente con respecto al α-tocoferol,
observándose el efecto contrario para el δ–tocoferol y el γ–tocoferol, Esta respuesta opuesta
del δ–tocoferol y del γ–tocoferol sugiere que la temperatura actua negativamente sobre la
enzima γ – tocoferol metil transferasa o el gen responsable de su síntesis.
En el caso de la luz y el estrés oxidativo Kanwischer et al. 2005 reportaron que al exponer el
cultivo a una mayor cantidad de luz y a condiciones de estrés oxidativo la cantidad de
tocoferoles presentes en el fruto aumentará considerablemente, obteniendo hasta un
incremento del 50% de tocoferoles totales. Kanwischer et al. 2005 asociaron este fenómeno
a que se presenta una sobre expresión del gen VTE1, encargado de la síntesis de la enzima
tocoferol ciclasa, la cual convierte el 2–metil–6–fitil–1, 4–benzoquinol en δ–tocoferol, y la 2,
3–dimetil–5–finil–benzoquinol en γ–tocoferol.
160
A (abarcando los carotenoides, principalmente β – caroteno), aunque en el presente capítulo
no abarcaremos la provitamina A porque se hablará más a fondo de los carotenoides que
forman parte de esta clasificación en otro capítulo de este libro.
Una característica que distingue a los métodos de extracción de la Tabla 1 es que las
condiciones a utilizar dependen de la vitamina de interés, utilizándose principalmente una
maceración con ácido meta fosfórico a pH 3 para la extracción de vitamina C, esto debido a
las características polares que tiene esta molécula. Mientras que para la vitamina E se
reportan diferentes métodos que van desde el uso de fluidos supercríticos a la sonicación de
la muestra utilizando un solvente que pueda solubilizar a los tocoferoles, como es el caso de
la acetona y del acetonitrilo.
Tabla 1. Métodos reportados en la literatura, para la extracción de vitaminas en muestras del genero
Capsicum.
De los metabolitos presentes en el chile habanero (Capsicum chinense Jacq.), las vitaminas
son las que tienen más tiempo de ser estudiadas, y por lo tanto son ampliamente usadas
debido al amplio conocimiento que ya se tienen de ellas, siendo el más conocido su
aplicación como suplementos alimenticios, en el que estas contribuyen a que las personas
alcancen su requerimiento vitamínico diario, evitando así diferentes tipos de padecimientos
que se presentan cuando existe una deficiencia de alguna vitamina (Halver, 2003).
Entre otras aplicaciones de la vitamina C podemos mencionar aquellas relacionadas con sus
características antioxidantes. Estudios realizados con anterioridad, como el de Khassaf et al.
2003 demuestran que la ingesta de vitamina C tiene la capacidad de influenciar en la
habilidad de los linfocitos para expresar enzimas protectoras en respuesta al estrés oxidativo
que ocurre al desempeñar alguna actividad física, indicando que la suplementación de esta
vitamina es recomendable en deportistas.
161
La vitamina E está asociada como una alternativa para al tratamiento de diferentes
enfermedades dermatológicas, a pesar de esto todavía no hay pruebas suficientes de
estudios controlados sobre la eficacia de esta vitamina en el tratamiento de trastornos
dermatológicos específicos. Sin embargo en el área de la dermatología la vitamina E ha
demostrado mediante diversos estudios la capacidad de tener efecto fotoprotectores,
además de proporcionar beneficios dermatológicos que superan el propósito de los
cosméticos y pueden extenderse a un área que se ha denominado "cosmecéuticos" (Keen y
Hassan 2016).
Debido a la importancia del estudio de las vitaminas presentes en muestras de chile, se han
desarrollado en los últimos años diferentes métodos que permitan la cuantificación de estas
en forma confiable para el control de calidad, en la Tabla 2 se muestran algunos de estos
trabajos en los que se determinan 2 tipos de vitaminas, principalmente la vitamina C y la
vitamina E. En la Tabla 2 también se puede observar que los diferentes autores citados
obtuvieron diferentes resultados al cuantificar la concentración de vitaminas en chiles del
genero Capsicum. La vitamina E se reporta en concentraciones que van de 1.40 a 16.80 mg
100g-1 de chile seco, mientras que la vitamina C se ha encontrado en una mayor
concentración que va de los 53.2 a los 280 mg 100g-1 de chile seco.
162
II. Materiales y métodos
2.1 Evaluación del efecto del tipo de suelo, grado de madurez y la técnica de secado en la
concentración de vitaminas en chile habanero.
Como parte del proyecto titulado: Análisis de los cambios metabólicos durante el desarrollo
del fruto Capsicum chinense Jacq cultivado en diferentes tipos de suelos financiado por el
fondo de Ciencia Básica del CONACYT, se desarrollaron cinco cultivos de Capsicum
chinense en el invernadero de la unidad sureste del CIATEJ, de marzo de 2017 a diciembre
de 2019. En este capítulo se presentan los resultados del contenido de vitamina C y E del
cultivo cuatro (2018) a los 209 días posteriores al trasplante (DPT) con fecha del 9 de octubre
de 2018.
163
Las condiciones cromatográficas para el análisis de vitamina C consistió en una fase móvil
isocrática conformada por agua con ácido fórmico al 0.1%, con una velocidad de flujo de 0.25
mL min-1, la temperatura de la columna fue de 27 °C, el volumen de inyección de 2 µL y la
longitud de onda de 244 nm.
Mientras que las condiciones cromatográficas para el análisis de vitamina E consistió en una
fase móvil conformada por acetonitrilo-Metanol (50:50) con ácido fórmico al 0.2%, con una
velocidad de flujo de 0.5 mL min-1, la temperatura la de columna fue de 35 °C, el volumen de
inyección de 2 μL y la longitud de onda de 290 nm.
Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) de tres vías con un nivel de confianza del 95%
empleando el paquete estadístico Statgrafics Centurion XVII.II-X64 (Statistical Graphics
Corp, USA)
164
Figura 5. Cromatogramas: UPLC-DAD con columna Acquity UPLC HSS C18 (100 A˚, 1,8 mm, 2,1 x
50 mm). a) estándares de vitamina y b) vitaminas en muestra de chile habanero maduro crecido en
suelo rojo (código TRN181009H). Método: velocidad de flujo de 0.5 ml min-1. Temperatura de
columna: 35 °C. Fase móvil: Acetonitrilo-Metanol (50:50) con ácido fórmico 0.2%. Volumen de
inyección 2 μL y longitud de onda de 290 nm.
Los resultados obtenidos de la cuantificación de ambas vitaminas dio como resultado que la
más alta concentración de vitamina C (136.55 ± 0.36 mg 100g-1 de chile seco) se dio en el
chile habanero proveniente de las plantas cultivada en suelo negro, con grado de madurez
naranja y secado mediante la técnica de liofilización, mientras que la mayor concentración
de vitamina E (9.27 ± 2.06 mg 100g-1 de chile seco) se obtuvo en el fruto obtenido de plantas
cultivadas en el suelo rojo, con grado de madurez naranja y secado mediante la técnica de
horno a 65 °C.
Los resultados obtenidos en la Tabla 3 fueron sometidos a un análisis estadístico para
determinar cuál de los factores estudiados tuvieron un efecto significativo sobre la
concentración de cada una de las vitaminas cuantificadas. En la Figura 6 se representa el
gráfico de interacción entre el tipo de suelo y el estado de maduración sobre la concentración
de vitamina C en Capsicum chinense Jacq. en el que se puede observar que dicha
interacción tiene efecto significativo sobre la concentración de vitamina C, indicando que la
mayor concentración de esta vitamina se obtuvo en los chiles provenientes de plantas
cultivadas en suelo negro y con grado de madurez naranja (maduro), esto se debe a que la
madurez del fruto está relacionada con la cantidad de azucares presentes, los cuales son
precursores para la producción de ácido ascórbico, además que la expresión del gen que
sintetiza la enzima L–galatono–1, 4–lactona deshidrogenasa está relacionada con el grado
de madurez, expresándose en mayor medida conforme aumenta la madurez de este
(Tamaoki et al. 2003).
165
Tabla 3. Resultados obtenidos de la cuantificación de vitaminas en el chile habanero (Capsicum
chinense Jacq.)
Figura 6. Gráfico de interacción doble suelo - estado de maduración para vitamina C (mg 100g-1 de
chile seco) en Capsicum chinense Jacq.
166
Figura 7. Gráfico de interacción doble método de secado - estado de maduración para vitamina E
(mg 100g-1 de chile seco) en Capsicum chinense Jacq.
IV. Conclusiones
Las principales vitaminas reportadas en el chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) son la
vitamina A, C y E, cuya síntesis en el chile es afectada por factores como: la radiación solar,
el grado de madurez, el estrés oxidativo, la temperatura y los procesos posteriores a la
cosecha. Experimentalmente se determinó que el grado de madurez y el tipo de suelo tienen
efecto significativo sobre la concentración de vitamina C en el chile habanero obteniéndose
la mayor concentración de esta vitamina en el chile cosechado de plantas cultivadas en suelo
negro (Box lu’um), con grado de madurez naranja y secado mediante la técnica de
liofilización, dando una concentración promedio de 136.55±0.36 mg 100g-1 de chile seco. En
el caso de la vitamina E el grado de madurez fue el factor que tuvo el mayor efecto
significativo sobre la concentración de esta vitamina, encontrándose la mayor concentración
en chiles cosechados de plantas cultivadas en el suelo rojo (K’ankab lu’um), con grado de
madurez naranja y secado mediante la técnica de horno a 65 °C, con una concentración
promedio de 9.27±2.06 mg 100g-1 de chile seco. Los factores evaluados en el presente
trabajo tuvieron un efecto significativo en la concentración de vitaminas en el chile habanero
y la información obtenida en el presente trabajo podría ser útil en el sector agroalimentario
para la producción de chile habanero de interés comercial enfocado a su contenido de
vitaminas.
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169
CAPÍTULO 10
1Free University of Bozen-Bolzano, Faculty of Science and Technology, Piazza Università 5, 39100, Bolzano, Italy.
*autor de correspondencia: matteo.scampicchio@unibz.it
Resumen
Una lengua electrónica es un dispositivo hecho de sensores específicos que responden a
algún compuesto químico relacionado con gustos específicos. Estas se clasifican en lenguas
electrónicas de inyección de flujo, amperométricas, potenciométricas y voltamétricas. La
lengua electrónica con detección coulométrica se utilizó para medir el contenido de
capsaicinoides en 18 chiles cultivados en 2017 y 24 chiles recolectados en 2018 de diferentes
tipos de suelo y etapa de madurez. Las plantas se cultivaron en un invernadero con tres tipos
diferentes de suelos calizos con nombres mayas: K'áankab lu'um (suelo rojo), Box lu'um
(suelo negro) o Ch'ich 'lu'um (suelo pedregoso o marrón). La madurez del chile se definió por
el color correspondiente al verde (inmaduro) y al naranja (maduro). El análisis estadístico de
varianza (ANOVA) bidireccional mostró que los factores de madurez del chile y tipo de suelo
sobre la respuesta de contenido de capsaicinoides. fueron significativamente diferentes para
las muestras analizadas (Tukey HSD, p <0.001). Además, las plantas de chile cultivadas en
el suelo rojo presentaron un mayor contenido de capsaicinoides tanto para el chile verde (7.5
± 1.6 mg g-1) como para el naranja (9.5 ± 2.6 mg g-1). En general, el desarrollo de lenguas
electrónicas ofrece un nuevo enfoque prometedor para las industrias alimentarias, con
aplicaciones interesantes desde el control de calidad de materias primas o productos
terminados hasta el control de procesos en línea en forma de un sistema de alerta temprana.
Abstract
An electronic tongue is a device made of aspecific sensors responding to some chemical
compound that are related to specific tastes. These are classified into electronic flow injection,
amperometric, potentiometric and voltammetric. The electronic tongue with coulometric
detection was used to measure the content of capsaicinoids in 18 chili peppers grown in 2017
and 24 chili gathered in 2018 from different types of soil and maturity stage. The plants were
grown in a greenhouse with three different types of limestone soils with Mayan names:
K'áankab lu'um (red soil), Box lu'um (black soil) or Ch'ich 'lu'um (stony soil or brown). The
maturity of chili was defined by the color corresponding to green (immature) orange (ripe).
Two-way ANOVA analysis showed that the maturity and the soil factors on capsaicinoid
content were significantly different for the analyzed samples (Tukey HSD, p<0.001).
170
Moreover, the chili plants cultivated in the red soil had higher capsaicinoid content both for
green (7.5 ± 1.6 mg g-1) and for orange chili (9.5 ± 2.6 mg g-1). Overall, the development of
electronic tongues offers a new promising approach for food industries, with interesting
applications from the quality control of raw materials or finished products to the on-line
process control in the form of an early warning system.
Keywords: Electronic tongue, flow injection, chili habanero, capsaicinoids.
I. Introducción
El sabor es una propiedad sensorial que puede afectar en gran medida el grado de calidad
de cualquier alimento. Sin embargo, a pesar de la importancia del sabor, la evaluación de su
intensidad es una de las mediciones más desafiantes. La intensidad del sabor es el resultado
de una mezcla compleja de diferentes compuestos, cuya suma conduce a una experiencia
sensorial única en nuestra lengua (Gardner y Bartlett, 1994). Sin embargo, dado que las
lenguas humanas están conectadas por el sistema nervioso central, se ven muy afectadas
por una serie de fuentes complejas y subjetivas de variabilidad, como ansiedad, problemas
de salud o estrés, solo por citar algunas. No solo el alimento en sí, después de ser fabricado
por la industria, puede variar su sabor y olor, sino que especialmente los consumidores
pueden tener una percepción muy diferente de lo que es amargo, dulce, salado o agrio. El
patrimonio cultural, el grado de educación, el género, la edad, la religión o incluso el estado
de ánimo de un consumidor pueden afectar aún más la percepción de sus sentidos.
Debido a la naturaleza subjetiva de los sentidos humanos, la industria alimentaria necesita
métodos de control de calidad que puedan medir rápida y objetivamente el sabor de los
alimentos. A medida que el mercado se globaliza, es cada vez más importante que la
industria alimentaria tenga acceso a sensores que puedan proporcionar rápidamente la
intensidad del sabor de lo que se fabrica, posiblemente hasta en línea. Solo a través de la
caracterización rápida y objetiva del sabor, la industria alimentaria puede garantizar que sus
productos alimenticios puedan satisfacer la experiencia sensorial esperada de consumidores
específicos. Esto es especialmente cierto para los productos alimenticios a base de chile. El
chile habanero (Capsicum chinense) es una de las principales especies hortícolas explotadas
comercialmente en la península de Yucatán en México. Asimismo, la demanda de chile está
aumentando en los mercados nacionales e internacionales debido a su alto contenido de
capsaicinoides acumulados. El chile se usa ampliamente en muchas cocinas de todo el
mundo como especia para agregar picor a los platillos, mejorar la conservación de las
comidas (especialmente las carnes) y, debido a su contenido en compuestos bioactivos como
capsacinoides, para mantener una vida saludable.
Los compuestos responsables del picante en el chile son los capsaicinoides. En detalle, los
capsaicinoides son vanililamidas de ácidos grasos presentes en algunas variedades de
chiles. Se activan en los receptores vaniloides del cuerpo humano, que tienen un papel
principal en la termorregulación y también en la sensación de calor excesivo (Jordt y Julius,
2002). El período de sensación de calor puede ser seguido por un período prolongado de
inhibición de los receptores, que se utiliza en los procedimientos para aliviar el dolor en
medicina (Robbins et al., 1998).
El contenido de capsaicinoides en los chiles varía no solo en función de la variedad de
pimiento, sino también en función de la parte de la fruta, su madurez y condiciones agrícolas
(González-Zamora et al., 2013). La sensación más fuerte de picante es causada por los dos
171
miembros principales de esta clase, la capsaicina (predominante) y la dihidrocapsaicina
(menos abundante). El “calor” (hotness) del picante se cuantificó originalmente mediante una
prueba sensorial de Scoville (Scoville, 1912). La prueba, introducida inicialmente en 1912,
se basa en la maceración del pimiento molido, dejado durante la noche en alcohol. Después
de agitar y filtrar, esta solución alcohólica se agrega a una solución de agua azucarada en
proporciones definidas hasta que un picor débil es perceptible en la lengua. Esta prueba
imprecisa y demandante fue abandonada hace ya mucho tiempo y reemplazada por la
determinación cromatográfica, aunque los resultados todavía se expresan como unidades
“de calor” Scoville (SHU) (Davis, Markey, Busch y Busch, 2007). La medición con
cromatografía líquida, generalmente combinada con detección de arreglo de diodos (DAD)
(Schmidt, Fiechter, Fritz y Mayer, 2017; Stipcovich, Barbero, Ferreiro-González, Palma y
Barroso, 2018) o espectrometría de masas (Duelund y Mouritsen, 2017) es el método más
adecuado y preciso para la determinación de SHU en la aplicación de laboratorio. Sin
embargo, estos métodos requieren equipos especializados y personal calificado, lo que limita
la aplicación de los mismos por un gran número de operadores y productores de chile. Por
lo tanto, existe un interés especial en desarrollar métodos rápidos y simples para el análisis
de capsaicinoides en chile con métodos electroquímicos.
Actualmente, existen una serie de técnicas convencionales que pueden caracterizar
tentativamente el sabor de los alimentos. En los últimos años, las llamadas "lenguas
electrónicas" han ganado una creciente popularidad, especialmente en el campo del control
de calidad de los alimentos. Una lengua electrónica o “e-tongue” se define como "un sistema
multisensor, que consiste en una serie de sensores selectivos bajos y utiliza procedimientos
matemáticos avanzados para el procesamiento de señales basado en el reconocimiento de
patrones (PARC) y / o el análisis de datos multivariados" (Preedy, 2016). La literatura
existente sobre lenguas electrónicas es extensa y comprende la combinación de diferentes
sensores como transductores electroquímicos, potenciométricos, conductimétricos, ópticos
y piezoeléctricos. El éxito creciente de este enfoque analítico se atribuye principalmente a su
simplicidad, detección rápida, asequibilidad, posibilidad de miniaturización e idoneidad para
la detección en línea (Escuder-Gilabert y Peris, 2010).
Para este propósito, el presente capítulo tiene como objetivo describir los desarrollos
recientes en las técnicas rápidas, de bajo costo, multi-elementales, simples y objetivas para
el análisis de capsaicinoides en los chiles. La lengua electrónica es un nombre común de los
dispositivos como sensores electroquímicos que responden al sabor específico (compuestos
solubles), que utiliza una serie de sensores simples y no específicos y un sistema de software
de reconocimiento de patrones (Deisingh, Stone y Thompson, 2004).
En consecuencia, este capítulo propondrá brevemente una clasificación de las lenguas
electrónicas disponibles actualmente. Luego, se ejemplificará la teoría principal detrás de
estas técnicas. Finalmente, se presentará y discutirá una lista de ejemplos prácticos.
174
potenciales de detección, se detectan los compuestos electroactivos totales. Finalmente, el
pH, la fuerza iónica y la actividad electroquímica tanto del solvente como del electrolito, así
como la presencia de impurezas electroactivas (como oxígeno disuelto o metales traza)
pueden afectar significativamente la señal del sensor. Un inconveniente importante de estos
sensores es que durante las reacciones de oxidación o reducción, los analitos se adsorben
primero en la superficie del sensor para intercambiar electrones y comenzar a fluir la
corriente. Dependiendo de la naturaleza de los analitos y el tipo de material del sensor, el
proceso posterior de desorción puede ser lento o impedirse por completo, lo que puede
alterar significativamente la superficie del sensor. Tal alteración puede, a su vez, causar un
efecto en la respuesta durante el tiempo. Para superar este inconveniente, los electrodos de
serigrafía desechables (screen-printed electrodes) ahora están disponibles en el mercado.
Dichos sensores son muy económicos, fáciles de usar, se ensamblan en sistemas de lotes
o celdas de flujo, y no requieren pasos de limpieza o pulido mecánico. Además, la tecnología
de impresión de carbón es hoy en día muy precisa y permite la producción de sensores muy
reproducibles a bajo costo (Scampicchio, Ballabio, Arecchi, Cosio, y Mannino, 2008).
175
2.2.4 Lenguas electrónicas voltamétricas.
Los sensores voltamétricos están hechos con los mismos materiales que los sensores
amperométricos. La diferencia es evidente en el potencial aplicado. En el caso de los
sensores amperométricos, el potencial se mantiene durante el experimento; en cambio, en
el caso de sensores voltamétricos, el potencial cambia continuamente siguiendo una rampa
bien definida. Las rampas potenciales típicas pueden ser lineales, y la técnica
correspondiente se llama voltamperometría de barrido lineal; alternativamente, el potencial
se puede alternar entre dos valores limitantes con una tasa definida, y esta técnica se llama
voltametría cíclica; También el potencial puede ser pulsado con una cierta amplitud y
frecuencia, como en el caso del pulso diferencial o la voltamperometría de onda cuadrada
(square wave voltammetry). Todas estas técnicas se caracterizan por una señal que depende
de la capacidad de los analitos para oxidarse y / o reducirse. Esta capacidad de
discriminación se puede mejorar aún más modificando la superficie de los sensores
voltamétricos con diversos materiales (como óxidos metálicos, polímeros, nanomateriales,
etc.) obteniendo superficies con diversa sensibilidad y selectividad hacia una variedad de
especies. La ola de potencial actual (current-potential wave) puede usarse como huella digital
para caracterizar el sabor de los alimentos. Aunque la resolución obtenida durante el análisis
de matrices complejas como los alimentos no es comparable a la obtenida por la
espectrometría de infrarrojo cercano (NIR por sus siglas en inglés: Near Infrared), las dos
ventajas más importantes son la alta sensibilidad y la versatilidad de los sensores que
permiten el desarrollo de grandes variedades de aplicaciones.
176
Figura 1. Señal típica de una inyección del extracto de chile en una lengua electrónica amperometrica
de inyección de flujo con dos electrodos preparados a +1000 mV y +600 mV.
Pungencia
Pungencia por ED
Variedad de chile por HPLC-DAD
SHU
SHU
Trinidad Perfume 120 ± 120 500 ± 2100
Ají Dulce Amarillo 350 ± 70 7600 ± 700
Peter Pepper 790 ± 210 15100 ± 1900
Ubatuba Cambuci 7500 ± 140 10800 ± 3700
Laranja 9100 ± 890 17000 ± 1300
Cayenne Rojo 14800 ± 250 64800 ± 15800
Brasilian Pumpkin 19800 ± 750 12900 ± 2500
Cayenne Anaranjado 20900 ± 1220 17000 ± 1300
Brasilian Starfish 23200 ± 760 31200 ± 3800
Bulgarian Amarillo 40000 ± 860 55900 ± 10500
Hot Paper Lantern 43800 ± 1890 60900 ± 2300
Habanero Mostaza 44300 ± 1940 59500 ± 6500
Scotch Bonnet Amarillo 44700 ± 1700 52100 ± 3300
Sarg 52700 ± 1510 37000 ± 4900
Lemon Drop 56600 ± 2350 61600 ± 3600
Limon 88500 ± 3020 80500 ± 6900
Fatalii White 147300 ± 7970 157400 ± 13900
Gelbe Zwerge 162300 ± 7870 174500 ± 21900
Habanero Hot Lemon 175000 ± 14590 187400 ± 21400
Pimenta da Neyde 184700 ± 4250 220200 ± 32200
Trinidad Scorpion 237900 ± 15440 269500 ± 18000
Bhut Jolokia Rust 559500 ± 6210 515100 ± 44700
Bhutlah SLP Red 580000 ± 12010 587400 ± 44300
178
sensibilidad de la detección electroquímica fue diez veces mayor, en comparación con la
detección de cromatografía líquida de ultra alta resolución con arreglo de diodos (UHPLC-
DAD), que se midió con las concentraciones crecientes de soluciones estándar de capsaicina
(Figura 2-B). El análisis cuantitativo se realizó con soluciones estándar de capsaicina en el
rango de 10 a 100 µM. La señal actual aumentaba linealmente en función de la concentración
(pendiente = 1.55 ± 0.03 µA µM-1, R2 = 99.8%). La RSD del área del pico para 10 inyecciones
de solución de capsaicina (14,4 µM) fue del 5%. El límite de detección fue de 5 µM.
Figura 2. (A) Cromatograma típico del análisis de un extracto de chile por cromatografía líquida de
alta resolución acoplada a un detector coulométrico con 16 sensores coluométricos a potenciales de
+100 a +850 mV con una intersección de 50 mV (vs. electrodo de referencia de platino): A -
impurezas, B - nordihidrocapsaicina, C - capsaicina, D - deshidrocapsaicina, E - homocapsaicina. (B)
- Comparación de las señales obtenidas midiendo el extracto de chile diluido con UV 280 nm (extracto
diluido 1:10) y el canal de la lengua electrónica en equilibrio a +450 mV (extracto diluido 1: 100).
179
6
100%
5
80%
4
Current, µA
60%
Error, %
3
40%
2
1 20%
0 0%
0 250 500 750
Potential, mV
180
Figure 4. Señal típica de una inyección de extracto de chile en un sistema con coulometría de
inyección de flujo preparada a potenciales de +100 a +850 mV con un paso de 50 mV. (B)
Voltamograma hidrodinámico correspondiente del extracto de chile, cada punto trazado en el gráfico
corresponde a un canal del detector de arreglo coulometrico (coularray).
Como aplicación final, se analizaron 18 extractos de chile con el método de inyección de flujo
y los resultados se compararon con los resultados de la cuantificación de capsaicina y
dihidrocapsaicina con un método HPLC-ECD con separación cromatográfica en unidades
Scoville. La mejor correlación se encontró con el sensor coulométrico preparado a +450 mV
(R2 = 0.94) debido al error menor, lo anterior debido a la presencia del pico de impureza
como se discutió anteriormente. La Figura 5 muestra la respuesta de la señal del sensor
coulométrico a +450 mV en relación con la concentración detectada de capsaicinoides
convertidos a unidades Scoville.
Figura 5. Gráfico de correlación entre la señal actual del sensor coulométrico preparado a +450 mV
frente al índice Scoville calculado para 18 muestras de chile
181
2.3.3 Efecto del tipo de suelo y la madurez de los chiles sobre el contenido de capsaicinoides.
La Tabla 2 reporta los valores medios del contenido de capsaicinoides medidos usando la
lengua electrónica con detección coulométrica. El análisis ANOVA bidireccional mostró que
la madurez y los factores del suelo fueron significativamente diferentes para las muestras
analizadas (Tukey HSD, p <0.001). Además, las plantas de chile cultivadas en el suelo rojo
presentaron un mayor contenido de capsaicinoides tanto para el chile verde como para el
naranja. La interacción del tipo de suelo y el año de cosecha no fueron significativamente
diferentes para las muestras medidas, lo que significa que el efecto del tipo de suelo fue el
mismo tanto en 2017 como en 2018.
Tabla 2. Resultados del análisis de capsaicinoides totales en muestras de chile cultivadas en tres
suelos diferentes por lengua electrónica con detección coulométrica (n = 42). ANOVA: letras
diferentes corresponden a las medias significativamente diferentes usando Tukey HSD.
Contenido de
Madurez Tipo de suelo capsaicinoides ±Desv Est ANOVA
(mg g-1)
Negro 5.2 1.9 A
Verde Rojo 7.5 1.6 AB
Café 6.4 2 AB
Negro 7.9 2.5 AB
Anaranjado Rojo 9.5 2.6 B
Café 9.4 2.18 B
III. Conclusión
El gusto es uno de los cinco sentidos clásicos además de ver, oír, oler y sentir. Hoy en día,
la medición técnica de las características del sabor, como el picante de los chiles es posible
por medio de lenguas electrónicas. Las muestras de chile se pueden analizar de forma rápida
y directa. La señal obtenida por los sensores electrónicos se modela mediante algoritmos
quimiométricos multivariados para obtener patrones de sabor típicos de muestras de chile,
que se pueden utilizar para obtener información importante sobre la calidad del producto. En
general, el desarrollo de lenguas electrónicas ofrece un nuevo enfoque prometedor para las
industrias alimentarias, con aplicaciones interesantes desde el control de calidad de materias
primas o productos terminados hasta el control de procesos en línea en forma de un sistema
de alerta temprana.). El análisis estadístico de varianza (ANOVA) bidireccional realizado a
los resultados de muestras de chile cultivado en diferentes suelos, mostró que los factores
de madurez del chile y tipo de suelo sobre la respuesta de contenido de capsaicinoides
182
(medidos por lengua electrónica con detección coulométrica) fueron significativamente
diferentes para las muestras analizadas (Tukey HSD, p <0.001). Además, las plantas de chile
cultivadas en el suelo rojo presentaron un mayor contenido de capsaicinoides tanto para el
chile verde (7.5 ± 1.6 mg g-1) como para el naranja (9.5 ± 2.6 mg g-1).
IV. Referencias
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184
CAPÍTULO 11
Resumen
El objetivo de la investigación fue evaluar el contenido químico y el uso potencial de los
pedúnculos, las hojas y los tallos de Capsicum chinense Jacq. var. Jaguar, cultivado en
suelos , “K’áankab lu’um” o suelos rojos y “Box luúm” o suelos negros; mediante la obtención
de harinas de subproductos (secado en horno), la realización de análisis proximal (métodos
de la AOAC), la obtención de extractos metanólicos vía maceración (EMM) y por extracción
asistida por ultrasonido (EEAU), la realización de análisis cualitativo de EMM (pruebas
colorimétricas estandarizadas), la determinación del contenido de fenoles totales (CFT, Folin-
Ciocalteu) y la determinación de capacidad antioxidante de EMM y EEAU (DPPH).
Obteniéndose que, en todas las muestras se detectaron cumarinas, flavonoides y
terpenoides; en hojas, además saponinas. Las hojas del suelo negro, presentaron mayor
cantidad de proteínas y grasas (18.42 ± 0.01 y 9.75 ± 0.29 g 100 g-1, respectivamente), las
hojas del suelo rojo mostraron la mayor cantidad de carbohidratos (52.23 g 100 g-1), los tallos
del suelo rojo, exhibieron mayor cantidad de fibra (36.76 ± 0.12 g 100 g-1), y los pedúnculos
del suelo negro, mostraron mayor cantidad de cenizas (18.11 ± 0.00 g 100 g-1). Los
pedúnculos de suelo negro, exhibieron mayor CFT (48.09 ± 0.65 mg EAG 100 g ES-1) y los
pedúnculos y los tallos de suelo rojo, presentaron el mayor porcentaje de inhibición (91.10 %
± 0.24 y 91.01 % ± 0.08). Concluyendo que los pedúnculos, hojas y tallos de Capsicum
chinense J., var. Jaguar cultivado en suelos negro y rojo de Yucatán, son fuente de
compuestos bioactivos y tienen potencial uso alimenticio y farmacéutico como pudiera ser
empleado para el desarrollo de súper alimentos.
Abstract
The objective of this research was to evaluate the chemical content and potential use of the
peduncles, leaves and stems of Capsicum chinense Jacq. var. Jaguar, cultivated in black
(“Box luúm” ) and red (“K’áankab lu’um” ) soils of Yucatán; by obtaining flours from by-
products (oven drying), performing proximal analysis (AOAC methods), obtaining methanolic
185
extracts via maceration (EMM) and by ultrasonic assisted extraction (EEAU), performing
qualitative analysis of EMM (standardized colorimetric tests), the determination of the total
phenolic content (CFT, Folin-Ciocalteu) and the determination of antioxidant capacity of EMM
and EEAU (DPPH). Obtaining that, in all samples coumarins, flavonoids and terpenoids were
detected; in leaves, plus saponins. The black soil leaves had a higher amount of protein and
fat (18.42 ± 0.01 and 9.75 ± 0.29 g 100 g-1, respectively), the red soil leaves showed the
highest amount of carbohydrates (52.23 g 100 g-1), the stems of the red soil exhibited a
greater amount of fiber (36.76 ± 0.12 g 100 g-1), and the peduncles of the black soil showed
a greater amount of ashes (18.11 ± 0.00 g 100 g-1). The peduncles of black soil, exhibited
greater CFT (48.09 ± 0.65 mg EAG 100 g ES-1) and the peduncles and stems of red soil,
presented the highest percentage of inhibition (91.10% ± 0.24 and 91.01% ± 0.08).
Concluding that the peduncles, leaves and stems of Capsicum chinense J., var. Jaguar grown
in black and red soils of Yucatán, are a source of bioactive compounds and have potential
food and pharmaceutical use as it could be used for the development of superfoods.
Keywords: By-products, Capsicum chinense, Yucatan soils, nutritional content, antioxidant
capacity.
I. Introducción
187
Existen numerosas investigaciones que se han realizado en diversos órganos de plantas
frutales como son las hojas, tallos, semillas y raíces (Van-Breemen, 2015; Sagar et al., 2018),
que indican que tienen compuestos bioactivos, como en el caso de las hojas de manzana
que contienen, entre otros compuestos, quercetina, catequina y epicatequina, o el caso de
la semilla de mango que contiene ácido gálico y ácido elágico y el caso de la cáscara de Kiwi
que contiene ácido cafeico y ácido p-cumarico y micro y macro nutrientes que pueden ser
aprovechados en las industrias de alimentos y farmacéutica, como por ejemplo, la proteína
actinidina en semillas de kiwi (actinidina) y la proteína similar a la vicilina de las semillas de
sandía (Sagar et al., 2018), e incluso, algunos extractos de plantas, se están comercializando
en el mercado de suplementos alimenticios, sin embargo, tan solo el 10 % de las especies
vegetales han sido estudiadas en este sentido (Citado en Chel-Guerrero et al., 2018).
Particularmente, sobre órganos del género Capsicum existen escasas investigaciones con
ese enfoque y más específico de la especie chinense, solo fueron encontrados dos estudios
al respecto (Gayathri et al., 2016; Herrera-Pool et al., 2019).
Las proteínas (algunos aminoácidos como la fenilalanina y la leucina), algunos ácidos grasos
(ácido alfa-linolénico y ácido linoleico), las vitaminas (como A, C, D), las sales minerales
(potasio, magnesio, zinc, etc.) y el agua, son nutrientes esenciales para el ser humano, el
cual no es capaz de producirlos y debe adquirirlos mediante la dieta. Estos nutrientes, le
resultan necesarios para mantenerse sano y ejecutar sus diversas funciones (movimiento,
reproducción, crecimiento, etc.), pues en caso de no recibirlos por un periodo prolongado de
tiempo, podría incluso morir. Asimismo, el ser humano para mantener un adecuado
funcionamiento de su intestino y a fin de prevenir enfermedades como el cáncer de colon,
diabetes y enfermedades cardiovasculares, requiere integrar fibra en su dieta, a pesar de
que la fibra de origen vegetal no le sea posible digerir y, por lo tanto, no le represente un
aporte de energía (Olivares et al., 2003). Las necesidades de estos nutrientes están en
función del género, la edad y la actividad física realizada, por ejemplo, en el caso de un
hombre y una mujer de entre 18 y 30 años, de 60 Kg de peso y con actividad física ligera
requerirán 2,500 y 2,050 Kcal día,-1 esta energía será aportada por los nutrientes de su dieta
(Tabla 1).
Estas necesidades el ser humano las cubre a través de la dieta, en la Tabla 2, se presentan
los aportes de algunos alimentos generalmente incluidos en la dieta mixta latinoamericana.
Tabla 1. Cantidad mínima diaria de nutrientes recomendada para cubrir las necesidades de un
hombre y una mujer sanos con la dieta mixta latinoamericana.
188
Tabla 2. Información nutricional de algunos alimentos generalmente incluidos en la dieta mixta
latinoamericana.
Dada la gran relevancia de la dieta, existe un interés público en los llamados alimentos
funcionales, los cuales son alimentos o productos alimenticios que además de su aporte
natural de sustancias nutritivas, contienen compuestos bioactivos que proporcionan un
beneficio a la salud. En el desarrollo de estos productos alimenticios funcionales, resulta
relevante el satisfacer la expectativa del consumidor de tener productos saludables, pero al
mismo tiempo, agradables al paladar (Santagapita, 2016). La investigación científica sobre
la composición nutrimental, química y bioactividad de los desechos agroindustriales (como
son hojas, tallos, raíces, semillas), provenientes de plantas frutales empleadas en la medicina
tradicional, y la evaluación de su uso potencial en la suplementación de alimentos y/o en la
industria farmacéutica, se encuentra en pleno desarrollo (Bharat-Helkar et al., 2016),
ejemplos de ello, es la evaluación del contenido químico y nutricional de las hojas de Moringa
olifera (moringa) y Azadirachta indica (neem) (Tabla 3).
La moringa y el neem, son productos que se comercializan en el mercado de los suplementos
alimenticios como capsulas de harina de las hojas de estas plantas (Piping Rock Health
Products, LLC, 2019; Leone et al., 2018; Shanmugavel et al., 2018; Dash et al., 2017; Madaki
et al., 2016; Offor, 2015, Rabiu-Abdulkadir et al., 2015; Begum et al., 2014; Venkatachalam
et al., 2012; Pérez-Gutierrez et al., 2008). Asimismo, la evaluación de potencial farmacéutico
de estos materiales vegetales, ha reportado el desarrollo del primer fitomedicamento
mexicano comercializado como QG-5®, empleado para el alivio de la colitis, que parte de un
extracto seco de hojas de guayaba (Tabla 3), el cual contiene flavonoides particularmente
quercetina, consistiendo en un contenido estandarizado de 0.8 a 1.2 mg equivalentes de
quercetina (PLM, 2016; Kamath et al., 2008; Begum et al., 2004; Lozoya, 2002). Es
importante mencionar que, para las harinas con potencial uso en la industria alimentaria,
debe considerarse el porcentaje de humedad menor al 15.5 %, debido a que es un factor
crítico en el control de microorganismos durante el almacenamiento (CODEX-STAN-152-
1985).
189
Tabla 3. Composición nutrimental y química de harina y de extractos metanólicos de hojas de plantas
frutales utilizadas en la medicina tradicional.
En el caso de la harina de Moringa olifera (MO), se han realizado estudios para evaluar su
potencial alimenticio y farmacológico, como lo reportan Sengev et al. (2013), quienes
determinaron el efecto de la suplementación con polvo de hoja de MO sobre algunas
propiedades físico-químicas (como altura, peso, humedad, fibra y cenizas ) y sensoriales
(color, textura y sabor) del pan de trigo, reportando que el pan fue elaborado exitosamente y
observando un aumento en los nutrientes como fibra, proteína y grasas, pero que presentó
deficiencias en las características físicas como volumen y altura del pan y que el aumento
de polvo de hoja de MO en el pan, redujo drásticamente la preferencia / aceptabilidad de
quienes lo evaluaron.
Por su parte, Leoné et al. (2018), probaron la efectividad de MO, para reducir la respuesta
de la glucosa posprandial en sujetos diabéticos; estudio que se realizó probando diferentes
dosis de la harina, variando de 14 a 30 g por día durante 1 a 6 meses, concluyendo que la
suplementación con una dosis muy baja puede no ser suficiente para lograr el efecto
deseado, mientras que la suplementación con una dosis demasiado alta (por arriba de 20 g
día-1), aunque brinda el efecto deseado, resulta desagradable para el paciente, debido a que
las hojas tienen un sabor amargo, lo que hace que las preparaciones de alimentos con MO
sean poco apreciadas, de manera que no se puede usar fuera del contexto de la
investigación.(Leone et al., 2018; Ntila et al., 2019).
190
Por muchos años, la investigación científica se centró en el aprovechamiento de las hojas de
plantas medicinales, sin embargo, actualmente también se está evaluando el potencial de
otros órganos subutilizados de estas plantas, como son semillas, tallos, cáscaras (Vilchez et
al., 2011), que han demostrado contener nutrientes y compuestos bioactivos, como el estudio
realizado por Akhtar et al. (2018), en el cual, se evaluaron además de hojas, cortezas, flores,
tallos y espinas de 61 especies de plantas medicinales, encontrando que son fuente de
compuestos bioactivos, detectando ácido gálico y rutina en la mayoría de los extractos de
estas plantas con importantes actividades antioxidantes y concluyendo que este estudio
identifica plantas con propiedades antimicrobianas y antioxidantes que podrían usarse para
el aislamiento de los agentes terapéuticos deseados. Así también, el estudio realizado por
Jaafar et al. (2009), quienes evaluaron el contenido nutrimental de la pulpa y los tallos de
Hylecereus polyhizus (Pitahaya), encontrando que el tallo presentó resultados más altos que
la pulpa (Humedad: 82.5-83.0 vs 96.0-98.0 g 100 g-1; Proteína 0.159-0.229 vs 0.120-0.270 g
100 g-1; Grasas: 0.21-0.61 vs 0.09-0.23 g 100 g-1; Fibra cruda: 0.7-0.9 g vs 0.02-0.05 g 100
g-1y Ácido ascórbico (vitamina C) 8-9 mg L-1 63.71-132.95 mg L-1) y concluyendo que debido
al rico contenido nutrimental encontrado en el pedúnculo de esta fruta, puede ser útil para
prevenir los factores de riesgo de ciertas enfermedades y el estudio realizado por Shivanand
y Rajanna (2017), quienes evaluaron el valor terapéutico del pedúnculo de Capsicum
annuum var. glabriusculum (Dunal) Heiser & Pickersgill, cultivado en hogares en Kannada,
India, en donde localmente se usa como remedio contra la fiebre y para curar la úlcera,
encontrando que el extracto metanólico de la muestra presenta compuestos bioactivos como
son compuestos fenólicos, taninos, flavonoides, alcaloides, glucósidos, terpenoides y
saponinas, un contenido de fenoles totales igual a 29.051 ± 0.21 mg de Equivalentes de
ácido gálico g de peso fresco-1, flavonoides totales de 2.778 ± 0.14 mg de quercetina g de
peso fresco-1, actividad antioxidante de 26.05 % de inhibición a una concentración de 1 mg
mL-1 (DPPH), de 1304.23 ± 21.98 µg Equivalente de Ácido ascórbiso g de peso fresco-1,
concluyendo que esta matriz vegetal es una prometedora fuente de antioxidantes naturales
y que el pedúnculo de Capsicum annuum var. glabriusculum (Dunal) Heiser & Pickersgill,
posee propiedades antioxidantes que confirman su potencial terapéutico.
Derivado de lo anterior, resulta importante la continuidad de estudios de este tipo, para
evaluar el potencial alimenticio y farmacológico de órganos subutilizados de plantas
medicinales y que los órganos de especies del género Capsicum son buenos candidatos de
estudio por su contenido químico y potencial terapéutico.
1.4 Antioxidantes
191
Los antioxidantes pueden actuar tanto en el espacio intracelular como en el espacio
extracelular, y pueden ser endógenos y exógenos. Los antioxidantes endógenos están
basados en enzimas que se encuentran en el organismo, como la superóxido dismutasa
(SOD), la glutatión peroxidasa (GPX), la catalasa (CAT) y la transferrina o ceruloplasmina;
por su parte, los antioxidantes exógenos son adquiridos mediante la dieta, y entre estos se
encuentran, las vitaminas A, E y C, carotenoides, flavonoides, polifenoles y los minerales
selenio y zinc. Los mecanismos de acción de los antioxidantes son, la prevención de la
formación de radicales libres (mecanismo de las enzimas SOD, GPX y CAT), mediante la
descomposición del peróxido de hidrógeno o la quelación de los metales, la inactivación de
los radicales libres ya formados (eliminadores o secuestrantes de radicales libres), mediante
la inhibición del inicio de la cadena redox y evitando su propagación (mecanismo de las
vitaminas, flavonoides y polifenoles) y por último, el mecanismo de reparación, los cuales
reparan los daños y reconstruyen la membrana (mecanismo de enzimas proteasas y
transferrasas) (Nimse y Pal, 2015). Algunos antioxidantes sintéticos que son utilizados
comúnmente son: Butil hidroxitolueno (BHT), hidroxibutilanisol (BHA), galato de propilo y
tertbutilhidroquinina, causan problemas de salud, dañando al hígado, debido a su toxicidad
y carcinogenicidad, por lo que la búsqueda y desarrollo de antioxidantes más seguros a partir
de fuentes naturales ha ido aumentado. En este sentido, estudios científicos han demostrado
que las plantas son una fuente rica de antioxidantes como son vitaminas A, C, E, compuestos
fenólicos, taninos y ligninas y que altas concentraciones de estos fitoquímicos pueden
proteger contra el daño producido por los radicales libres, por lo que cada vez existe más
interés en determinar la presencia de estos compuestos en los diversos órganos vegetativos
así como la determinación de su capacidad antioxidante y su bioactividad (Altemimi et al.,
2017).
Para la extracción de estos compuestos de varias partes de plantas, tales como hojas y
semillas, se utilizan múltiples técnicas, entre las que se encuentran la extracción mediante el
uso de disolventes de polaridades diferentes, extracción asistida por microondas (EAM) y
extracción asistida por ultrasonido (EEAU). Encontrando que para la extracción de
compuestos fenólicos de plantas con un alto grado de precisión se requiere usar disolventes
de polaridades diferentes y que los disolventes altamente polares como el metanol tiene una
alta eficacia para la extracción de antioxidantes. Por su parte, la EAM se ha utilizado como
alternativa a las técnicas convencionales para la extracción de antioxidantes, resultando un
método más óptimo que la extracción con varios disolventes para la extracción de
compuestos fenólicos y debido a que reduce el tiempo de extracción y el volumen de
disolvente requerido, al calentar el disolvente, y presenta alta sensibilidad hacia cierto tipo
de compuestos como los capsacinoides (Altemimi et al., 2017; Williams et al., 2004).
Debido a que se requieren tecnologías amigables con el medio ambiente, la extracción de
compuestos fenólicos por EEAU ha crecido en los últimos años, pues con esta tecnología,
se reduce la cantidad de disolvente y la energía utilizada. El ultrasonido con niveles mayores
de 20 kHz, se utiliza para romper las paredes celulares de las plantas, lo que ayuda a mejorar
la capacidad del disolvente para penetrar las células y obtener un mayor rendimiento de
extracción. Es un método sencillo que resulta eficaz para la extracción de compuestos
fenólicos y con actividad antioxidante, pues al mantener controlada la temperatura de
funcionamiento baja durante todo el proceso, evita la pérdida y degradación de compuestos
termolábiles de la muestra (Altemimi et al., 2017; García-Salas et al., 2010; Barbero et al.,
2008). En el caso específico para la obtención de extractos con alta capacidad antioxidante,
las condiciones reportadas para este método, son usando metanol (80 %) como disolvente y
192
un tiempo de extracción de 30 min (Gómez-Rincón et al., 2018). A efecto de determinar
capacidad antioxidante, es de mencionar, que no existen métodos internacionalmente
aceptados, debido en parte, a la diversidad de matrices por analizar; ya que un solo método
no reflejaría la capacidad antioxidante total, pues no existe alguno que determine tanto la
capacidad de anitoxidantes lipofílicos como la capacidad de antioxidantes hidrofílicos, que
considere todos los posibles mecanismos de acción antioxidante y que a su vez, evalúe la
reactividad del antioxidante frente a las diferentes especies reactivas (Altemimi et al., 2017;
Moharram y Youssef, 2014; Londoño, 2011). En la Tabla 4, se presentan las características
de los métodos más utilizados para medir capacidad antioxidante.
Tabla 4. Comparación de métodos para evaluar la capacidad antioxidante en función del mecanismo,
criterio de valoración, método de cuantificación y adaptabilidad para medir antioxidantes lipofílicos e
hidrofílicos.
Dentro de los métodos relacionados en la tabla anterior, el método DPPH, que es un método
indirecto, ha sido empleado para el estudio preliminar de capacidad antioxidante de matrices
vegetales y alimentos, por su rapidez, simplicidad de ejecución (no involucra muchos pasos
y reactivos) y bajo costo, comparado con otras modelos de prueba (Altemimi et al., 2017;
Moharram y Youssef, 2014; Londoño, 2011; Chel-Guerrero et al., 2018). Por lo tanto, debido
a que las plantas de manera natural poseen una amplia variedad de compuestos bioactivos,
las propiedades de estos compuestos, dependerán de la naturaleza de la planta, del sistema
utilizado para aislar estos compuestos y el método seguido para evaluar su bioactividad,
requiriendo el desarrollo de investigaciones para valorar el aprovechamiento de las
innumerables especies y sus órganos, que hasta el día de hoy se mantienen desconocidas
o poco conocidas.
194
Produce frutos uniformes, de color verde esmeralda que se tornan anaranjado brillante en
madurez total, alcanza rendimientos de alrededor de 15 a 30 t/ha, a cielo abierto con
tecnología de media a alta, llegando a alcanzar las 43 t/ha, en condiciones de agricultura
protegida (Ramírez-Meraz et al., 2018). En la Tabla 5, se realiza una descripción botánica
de los órganos de esta planta.
Tabla 5. Descripción botánica del pedúnculo, la hoja, el tallo y el fruto de C. chinense var Jaguar.
Característica/Órgano Pedúnculo Hoja Tallo Fruto
Los frutos de esta variedad, reúnen las características especificadas en la Norma Mexicana
para Chiles Frescos (CTNNPAP, 2007).
Tabla 6. Composición proximal de los frutos de Capsicum chinense J., cultivado en la India.
195
1.8 Metabolitos y bioactivad de C. chinense
Los frutos de diversas especies del género Capsicum han sido muy estudiados, en gran
medida debido a sus valores comerciales y medicinales, en los cuales se han reportado
múltiples compuestos bioactivos (Figura 3), como compuestos fenólicos (principalmente
ácido gálico, ácido benzoico, cafeína, catequina, ácido clorogénico, catecol, epicatequina,
ácidos cafeico, vanílico, ferúlico, isoferúlico, resveratrol, elágico, p-cumárico y cinámico),
flavonoides (principalmente naringenina, rutina, hesperidina, rosmarinico, quercetina,
quercetrina, naringina, kaempferol,
hesperitina, apigenina y luteolian) y especialmente capsaicinoides, principalmente capsaicina
e hidrocapsaicina (Shivanand y Rajanna, 2017; Shaimaa et al., 2016).
Figura 3. Algunos de los principales compuestos bioactivos encontrados en frutos de especies del
género Capsicum (a) Capsaicina, b) Quercetina, c) Dihidrocapsaicina y d) Luteolina).
196
acumulan en la pared celular y proporcionan resistencia mecánica y protección contra el
ataque de patógenos en las raíces (Herrera-Pool et al., 2019).
Por otra parte, no hay evidencia científica sobre el potencial farmacológico de hojas, tallos y
pedúnculos de C. chinense variedad Jaguar, cultivado en suelos leptosoles de Yucatán, el
más común en la zona, lo cual es relevante estudiar, debido a que estudios científicos han
demostrado que diferentes variedades de la misma especie, las variaciones geográficas y
los factores ambientales tienen impacto en el contenido químico y potencial farmacológico
de las especies vegetales (Vélez-Terranova et al., 2014).
El material vegetal (hojas, tallos, pedúnculos y frutos) del chile habanero variedad Jaguar, se
obtuvo del cultivo realizado en invernadero en el Centro de Investigación y Asistencia en
Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, A.C. (CIATEJ) Subsede Sureste (Latitud N 21º 8’
1.288” y Longitud O 89º 46’ 52.26”), realizado en dos tipos de suelo, suelos rojos (K’áankab
lu’um) y suelos negros (Box luúm), siendo plantas de la cosecha número 12, con 265 DPT,
siendo la última cosecha esperada de dichas plantas.
197
2.3 Primera fase. Obtención de harinas
198
Figura 4. Estrategia general del trabajo
Luego, se procedió a repetir el experimento pero analizando las muestras de los tres tipos
de subproductos (pedúnculos, hojas y tallos de suelos negro y rojo) a la temperatura de 44º
C y a los tiempos de análisis mencionados (4, 8, 16, 24, 48, y 72 h).
Finalmente se eligió la condición de temperatura y tiempo para procesar cada muestra, que
cumpla con un contenido de humedad que esté dentro de lo que marca la norma oficial
mexicana NOM-247-SSA1-2008, la cual indica un nivel máximo de 15 % de humedad, para
garantizar un almacenamiento efectivo, pero que también garantice que la muestra no se
apelmace en el proceso de molido y tamizado y que sea el menor tiempo de secado.
199
2.4 Segunda fase. Análisis bromatológicos
El análisis proximal de las harinas obtenidas, humedad, cenizas totales, fibra cruda, lípidos
y proteína se realizó por duplicado utilizando los siguientes métodos: Determinación de
humedad mediante lo indicado en la NMX-F-428-1982; determinación de cenizas mediante
método de la AOAC 942.05; determinación de proteínas mediante método Kjeldahl AOAC
976.05; determinación de grasas o lípidos mediante lo indicado en la NMX-F-089-S-1978;
determinación de fibra usando el método de la AOAC 962.09; y determinación de
carbohidratos, calculado mediante diferencia porcentual (AOAC,2000). Los valores de los
proximales, fueron expresados en g 100 g-1 de muestra seca. Los experimentos se llevaron
a cabo por duplicado.
Los extractos se obtuvieron mediante dos métodos, usando el método de maceración con
metanol (EMM) y el método de extracción asistida por ultrasonido (EEAU). Para los EMM
(Citados en Chel-Guerrero et al., 2018), se pesaron 5 g de cada muestra, se homogeneizaron
en 50 mL de metanol de grado HPLC (marca Sigma Aldirch), se agitó a 160 rpm en una
incubadora con agitación (marca Labtech modelo LSI-3016A, Jalisco, México), durante 24 h
a temperatura ambiente (28º C). Cada extracto se filtró con papel Whatman No. 2, a
continuación, el disolvente se evaporó al vació a 40º C, usando un evaporador rotatorio
(marca Buchi, modelo B-491, Flawil, Suiza). Para los EEAU, se pesaron 0.5 g de cada una
de las muestras a las cuales se les añadió 2.5 mL de metanol de grado HPLC (marca Sigma
Aldirch) al 80 %, posteriormente se sonicaron durante 30 minutos (Sonicador marca Branson,
modelo 3510, Danbury, EE.UU.), se realizó un centrifugado por 30 min a 4700 rpm a 4º C
(Centrífuga marca Thermo scientific modelo Mega Fuge 40R, Langenselbold, Alemania), se
recuperó el sobrenadante y de nuevo se realizó el mismo proceso de centrifugación por 30
minutos a 4700 rpm a una temperatura de 4º C, finalmente el sobrenadante se filtró con papel
millipore de 0.45 µm (Oney-Montalvo et al., 2018). Todos los extractos secos se almacenaron
a -20º C hasta su análisis.
200
onda de 765 nm (Espectrofotómetro marca Jenway, modelo 6715 UV/Visible, Staffordshire,
Reino Unido). Se preparó una curva estándar con ácido gálico con concentraciones de 0 a
100 μg mL-1. Los resultados se expresan como mg equivalentes de ácido gálico 100 g de
extracto seco-1. Las determinaciones se realizaron por triplicado.
Para determinar la capacidad antioxidante de los EMM y EEAU, se utilizó el ensayo de 2,2-
difenil-1-picrilhidrazilo (DPPH) según lo descrito por Brand-Williams et al., y adaptado por
Gómez-Rincón et al. (2018). Para lo cual, se pesaron 3.3 mg de DPPH y se disolvieron en
100 mL de metanol grado HPLC, se realizó el ajuste de la solución a 0.7 ± 0.02 de
absorbancia, determinada a 515 nm (Espectrofotómetro marca Jenway, modelo 6715
UV/Visible, Staffordshire, Reino Unido), posteriormente, se tomaron muestras de 100 µL de
extracto seco y se le añadieron 3.9 mL de la disolución de DPPH con absorbancia ajustada
y se agitaron con vortex, dejándose reaccionar en reposo por 30 min. Finalmente, se tomaron
las lecturas en el espectrofotómetro a 515 nm y se realizaron los cálculos del porcentaje de
inhibición, utilizando la siguiente ecuación:
En donde:
% de I = porcentaje de inhibición (de actividad antioxidante)
Abs DPPH = Absorbancia inicial de la solución radical de DPPH.
Abs de la muestra = Absorbancia de cada una de las muestras analizadas
Los experimentos se llevaron a cabo por triplicado.
Los resultados del proceso de secado a temperaturas de 40 y 44 ºC, demostraron que para
los pedúnculos de suelo negro (muestra ejemplo para curva de humedad), si existe efecto
de la temperatura, del tiempo y de su interacción en el porcentaje de humedad (P = 0.0000
en todos los casos), observándose que para este tipo de muestras, para un tiempo ≤ 48 h,
la temperatura de 44º C proporciona un menor porcentaje de humedad de la muestra. Debido
a lo anterior, se procedió a analizar a esta condición de temperatura de 44º C, la muestra de
201
pedúnculo de tierra roja para también observar su comportamiento, encontrando que
únicamente el tiempo tiene efecto en el porcentaje de humedad (Figura 5). Este
comportamiento fue según lo esperado, ya que generalmente las temperaturas más altas
requieren menor tiempo de secado principalmente por el incremento en la diferencia de
temperatura entre el subproducto y la migración de agua (Olguín-Rojas et al., 2019).
202
Tabla 7. Resultados del proceso de secado de subproductos de C. chinense J., var Jaguar
Tabla 8. Número de plantas procesadas y peso de subproductos de C. chinense J., var Jaguar
Los resultados del análisis bromatológico realizado las harinas de pedúnculos, hojas, tallos
y frutos de C. chinense J., var Jaguar, cultivado en suelos negro y rojo, se presentan en la
Tabla 9 y la Figura 6. En la tabla 9, se observa que las hojas son las que presentan la mayor
cantidad de proteínas, siendo de 18.42 y 17.51 g 100 g BS-1, para suelos negro y rojo
respectivamente, los frutos la mayor cantidad de grasas, siendo de 15.28 y 12. 51 g 100 g
BS-1 (base seca), para suelos negro y rojo respectivamente, pero de entre los subproductos
de chile habanero, las hojas de suelo negro son las que presentan mayor cantidad de grasa
(9.75 g 100 g BS-1) los tallos la mayor cantidad de fibra, siendo de 33.59 y 36.76 g/100 g BS,
para suelos negro y rojo respectivamente, y los pedúnculos mayor cantidad de cenizas,
siendo de 18.11 y 15.48 g/100 g BS, para suelos negro y rojo respectivamente .
203
Tabla 9. Resultados del Análisis proximal de pedúnculos, hojas, tallos y fruto de C. Chinense J., var
Jaguar, cultivado en suelos negro y rojo del estado de Yucatán
Los resultados obtenidos de carbohidratos y cenizas del fruto de chile habanero son similares
a los obtenidos por Sharma et al. (2017), en frutos de C. chinense cultivados en Delhi, India,
los cuales fueron de 7.33 ± 0.15 y 50 ± 0.01 %, respectivamente; sin embargo, los resultados
obtenidos en este estudio, correspondientes a contenido de grasa y proteína, son mayores
(3 % y 48 % más altos respectivamente), y los resultados de fibra son menores a los
reportados por estos investigadores (43 % menos), quienes indican un contenido de grasa
de 5.06 ± 0.05, de proteína de 8.2 ± 0.15 y de fibra de 29.26 ± 0.03 %, esta diferencia, puede
ser atribuida a múltiples factores, como son variedad de la planta, condiciones de suelo,
clima, nutrición de la planta, entre otros.
Por otra parte, el contenido nutrimental de las hojas de C. chinense, de ambos tipos de suelo
estudiados en la presente investigación, se encuentra dentro del rango del contenido
nutrimental presentado por las hojas de Moringa olifera y Azadirachta indica (neem), cuyas
hojas son comercializadas como suplementos alimenticios (hojas en polvo), las cuales
presentan un contenido de 30.6 ± 0.8 y 1.58 ± 0.34 % de proteína, 5.6 ± 0.3 y 2.07 ± 0.35 %
de grasa, no reportado y 78.12 ± 0.35 % de carbohidratos, 32.8 ± 0.2 y 5.92 ± 0.47 % de fibra
y 15.1 ± 0.03 y 2.81 ± 0.21 % de cenizas, respectivamente) (Piping Rock Health Products,
LLC., 2019; Leone et al., 2018; Shanmugavel et al., 2018; Dash et al., 2017; Madaki et al.,
2016; Offor, 2015, Rabiu-Abdulkadir et al., 2015; Begum et al., 2014; Venkatachalam et al.,
2012; Pérez-Gutierrez et al., 2008). También, el contenido nutrimental de las hojas de C.
204
chinense es comparable al contenido nutrimental de Psidium guajava, que se comercializa
como fitofármaco (QG-5®), con un contenido de 18.64 ± 0.05 g/100 g de proteínas, 1.37 ±
0.36 de grasa, 54.53 ± 0.25 de carbohidratos, 10.37 ± 0.05 de fibra y 4.35 ± 0.21 g/100 g de
cenizas (PLM, 2016; Kamath et al., 2008; Begum et al., 2004; Lozoya, 2002). Lo anterior, es
un indicativo de que el C. chinense J., variedad Jaguar, podría ser usado como suplemento
en la industria alimentaria.
Tabla 10. Rendimiento de los extractos de subproductos de C. chinense J. var Jaguar, cultivado
en suelos negro y rojo, obtenidos por maceración con metanol.
Resulta interesante continuar con el análisis de estas matrices biológicas, para conocer su
contenido químico y su potencial uso en la industria alimentaria y/o farmacéutica.
Los resultados del tamizaje fitoquímico de los subproductos de chile habanero, pedúnculos,
hojas, tallos y del fruto, de suelo negro y rojo, se presentan en la Tabla 11; se observó
moderada presencia de cumarinas en todas las muestras, abundante presencia de
flavonoides en los tallos de ambos tipos de suelo, moderada presencia en pedúnculos de
206
ambos tipos de suelo, escasa presencia en hojas de ambos tipos de suelo y no se detectó la
presencia de flavonoides en el fruto de ambos tipos de suelo. Tanto las hojas como los frutos
de suelos negro y rojo, presentaron abundante presencia de triterpenoides, en tanto que se
observó moderada presencia de triterpenoides en tallos y escasa presencia en pedúnculos
de ambos tipos de suelo. No se detectó presencia de taninos, antraquinonas y alcaloides en
todas las muestras analizadas.
Tabla 11. Resultados de los análisis químicos de los subproductos de C. chinense estudiados.
Los resultados de los fenoles totales contenidos en los extractos metanólicos de los
subproductos de chile habanero de los dos tipos de suelo estudiados y del fruto (Tabla 12),
indican que los pedúnculos de suelo negro y suelo rojo, son los que presentan mayor
cantidad de fenoles totales, siendo de 48.09 ± 0.65 y de 33.10 ± 0.27 mg EAG/100 g ES.
207
Tabla 12. Contenido de fenoles totales en subproductos y fruto de C. chinense J. var Jaguar,
cultivados en suelos negro y rojo de Yucatán.
También el análisis Anova de una vía, indicó que existen diferencias significativas entre
pedúnculos de tierra roja y tierra negra, entre hojas de tierra roja y tierra negra y entre los
tallos de tierra roja y tierra negra. Por lo que el tipo de suelo si tiene efecto en cada tipo de
subproducto.
En la Figura 7, se presentan las gráficas de medias e interacciones del CFT de las muestras
analizadas, encontrando que, resultado del análisis de varianza se obtuvo que existe un
efecto significativo de la interacción sobre el contenido de fenoles totales, debido a los
factores tipo de subproducto y tipo de suelo y tomando en consideración los efectos de los
factores tipo de suelo y tipo de subproducto, así como la interacción (P ≤ 0.05), se tiene que
el pedúnculo de suelo negro es el que presenta la mayor cantidad de fenoles totales. De los
resultados de CFT, se observa que tanto los pedúnculos como los tallos tienen más
contenido de fenoles totales que el fruto, en el caso de los pedúnculos tienen 4 veces más
CFT y en el caso del tallo 1.5 veces más de CFT que del fruto (10.92 ± 0.08 y 9.42 ± 0.05
mg de EAG/100 g ES, para suelos negro y rojo, respectivamente) y debido a que
generalmente existe una correlación positiva entre el contenido de fenoles totales y la
capacidad antioxidante (Chel-Guerrero et al., 2018), se podría esperar que estos
subproductos exhiban mayor actividad que el fruto; sin embargo, Gómez-Rincón et al.
(2019b), reportan que el extracto metanólico (al 80 %) del fruto de C. chinense J., var Jaguar
con 160 DPT, secado en horno a las mismas condiciones de secado que el analizado en
este estudio (extracto obtenido por EEAU), exhibió un CFT de 90.67 mg EAG/100 g ES, por
lo que resultó de interés analizar las matrices de estudio a estas condiciones y comparar los
resultados, lo cual se realizó en la determinación de capacidad antioxidante.
Figura 7. Gráfica de interacción para CFT con tipo de suelo y subproducto de chile habanero.
208
3.6 Quinta fase. Evaluación farmacológica
Tabla 13. Porcentaje de Inhibición de los subproductos y frutos de C. chinense J. var Jaguar, por tipo
de suelo y tipo de extracción.
Como se observó en los resultados los EEAU (MeOH 80%), son los que presentan mayor
capacidad antioxidante, de cuando menos 80 % más altos que los valores presentados por
los EMM, por lo que se sugiere este método de extracción para estas matrices de chile
habanero. Por otra parte, los resultados presentados por los extractos EUA de los
subproductos de suelo rojo son mayores que los porcentajes de inhibición de los extractos
metanólicos de Moringa olifera, Psidium guajava y Azadirachta indica (58.62 ± 1.13, 87 y
41.8 ± 4.0 %, respectivamente), especies que actualmente se comercializan como
suplementos alimenticios y fitofármaco como en el caso de las hojas de Psidium guajava
(QG-5®) (Piping Rock Health Products, LLC, 2019; Leone et al., 2018; Shanmugavel et al.,
2018; Dash et al., 2017; Madaki et al., 2016; PLM, 2016; Offor, 2015, Rabiu-Abdulkadir et al.,
209
2015; Begum et al., 2014; Venkatachalam et al., 2012; Kamath et al., 2008; Pérez-Gutierrez
et al., 2008; Begum et al., 2004; Lozoya, 2002)
Figura 8. Estadísticos de subproductos de chile habanero, tipo de suelo y tipo de extracción (a)
Interacción tipo de suelo-tipo de subproducto, b) Interacción tipo de extacción-tipo de subproducto,
c) Interacción tipo de suelo-tipo de extracción y d) Anova simple de subproductos de chile habanero
de suelo rojo por EEAU.
3.7 Identificación del potencial de los subproductos de C. chinense J., var. Jaguar
Los hallazgos sugieren que cada uno de los subproductos de chile habanero estudiados,
tienen potencial nutricional y farmacológico, esto, debido al contenido de compuestos
bioactivos, al contenido proximal y a la capacidad antioxidante que exhibieron, los cuales
están presentes de manera diferenciada en cada uno de los materiales biológicos. A
continuación, se presenta un análisis por material biológico estudiado:
Los resultados presentados en la tabla 14 indican que los subproductos de chile habanero
cultivados en suelo negro tienen potencial alimentario, particularmente, los pedúnculos
aportando minerales, las hojas aportando proteínas y grasas y los tallos aportando proteínas
y fibra; en tanto que, los subproductos de chile habanero de suelo rojo tienen potencial
farmacéutico, ya que presentan alto porcentaje de inhibición, específicamente los
pedúnculos y los tallos. Es la primera vez que se reporta el contenido proximal, contenido de
fenoles totales y capacidad antioxidante de pedúnculos, hojas y tallos de Capsicum chinense
Jacq., var. Jaguar.
210
Tabla 14. Resumen de resultados de los subproductos de C. chinense J., variedad Jaguar, analizados
que exhibieron mayor cantidad en las evaluaciones realizadas.
IV. Conclusiones
Los pedúnculos, hojas y tallos de Capsicum chinense J., var. Jaguar, cultivado en suelos
negros y rojos, del estado de Yucatán, son fuente de compuestos bioactivos como son,
cumarinas, flavonoides y triterpenoides y tienen potencial alimenticio y farmacéutico,
pudiendo ser empleado como suplemento alimenticio para combatir la malnutrición y las
enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo; siendo materia prima disponible y de
bajo costo y cuyo aprovechamiento traería beneficios ambientales, económicos y sociales en
las zonas de producción. Los tipos de compuestos detectados en estas matrices vegetales,
son interesantes, en virtud de que se han reportado con actividad biológica, como
antioxidante, anticancerígena, antidiabética, antivirales, antiinflamatorios, entre otras (Baky
et al., 2016; Díaz y Rossini, 2012; Sualiman et al., 2011), por lo que sería de relevancia llevar
a cabo bioensayos específicos para determinar el potencial farmacológico de estos
subproductos de chile habanero.
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216
CAPÍTULO 12
Resumen
El chile habanero (Capsicum chinense jacq) es el chile más picante de México que además
tiene la denominación de origen en la Península de Yucatán. En Yucatán se cultiva en tres
tipos de suelo: a)K'áankablu'um (KA), b)Boxlu'um (BO) o c)Ch'ich'lu'um (CH), lo que provoca
una gran variabilidad en su productividad y en la calidad del chile. Recientemente, se han
observado cambios en los atributos de textura de chiles debido a la cosecha. Por lo cual, el
objetivo del presente trabajo fue estudiar las características texturales durante el desarrollo
de chile habanero en estudios transcosecha y poscosecha. Se comparó la textura de chiles
mediante la metodología de análisis de perfil de textura (cuchilla de corte en V45°, velocidad
10mm/s) en 1) un estudio transcosecha a chiles recién cortados, con los factores tipo de
suelo utilizado en la cosecha (KA, CH, BO), número de cosecha (1-7), y grado de maduración
chiles (verdes, naranjas o verdes-naranjas), y en 2) un estudio poscosecha, comparando el
número de cultivo (1 y 3) y el tipo de suelo (KA, CH, BO); todos analizados mediante un
análisis ANOVA multifactor.
Los chiles recién cosechados que presentaron la mayor dureza (36.81N) fueron los naranjas
(cosecha 1-4); los chiles de mayor fracturabilidad fueron los de las cosechas 2, 3 y 7 [15.26-
17.39N]). En el estudio poscosecha, sólo presentaron diferencias significativas en la dureza
debido a la interacción del tipo de suelo y número de cultivo. El estudio de textura fue
importante para definir el estado de maduración idóneo para la cosecha del chile habanero.
Palabras clave: Análisis de perfil de textura (TPA), chile habanero, Capsicum chinense
Abstract
Habanero pepper (Capsicum chinense jacq) is the hottest chili in Mexico that also has the
designation of origin in the Yucatan Peninsula. In Yucatan it is cultivated in three types of soil:
a)K'áankablu'um (KA), b)Boxlu'um (BO) or c)Ch'ich'lu'um (CH), which causes great variability
in its productivity and quality of the chili. Recently, changes in chilli texture attributes have
been observed due to harvesting. Therefore, the objective of this work was to study the
textural characteristics during the development of habanero chili in transharvest and
218
postharvest studies. The texture of chili peppers was compared using the texture profile
analysis methodology (cutting blade at V45 °, speed 10mm / s) in 1)a trans-harvest study of
freshly cut chili peppers, with the next factors: soil type used in the harvest ( KA, CH, BO),
harvest number (1-7), and degree of maturation (green, orange or green-orange chili
peppers), and in 2)a post-harvest study, comparing the crop number (1 and 3) and the soil
type (KA, CH, BO); all analyzed using a multifactor ANOVA analysis.
The oranges freshly harvested chilies were the hardest (36.81N) (harvests 1-4); the chili
peppers with the highest fracturability were of the harvest 2, 3 and 7 (15.26-17.39 N). The
post-harvest study, showed significative differences in hardness, due to the interaction
between the type of soil and the number of crops. The texture study was important to define
the ideal ripening state for the habanero harvest.
I. Introducción
El chile es el quinto producto hortícola más importante por superficie cultivada a nivel
mundial. México representa uno de los principales productores de chiles, alrededor del 90%
del chile que se consume en el mundo es de origen mexicano (Fideicomiso de Riesgo
Compartido 2017).
El chile habanero (Capsicum chinense jacq) es el chile más picante de México (350,000
unidades Scoville aprox.) y de gran importancia económica ya que es uno de los cultivos con
mayor demanda (consumo per capita de chile de 15 kg anuales) debido a su amplio uso
como alimento, condimento, medicinal, entre otros (Villa et al., 2010); además se
comercializa como fruto fresco (alrededor del 80%) o procesado como salsas. La Península
de Yucatán, es la principal región productora de chile habanero del país y abarca los Estados
de Yucatán, Campeche y Quintana Roo. El chile habanero de la península de Yucatán tiene
su denominación de origen desde el año 2010 (NOM 189-SCFI-2017).
Existen distintas variedades de este fruto, las cuales se diferencian por el color del chile al
respecto del estado de maduración, pudiendo tornarse de color naranja, amarillo, rojo o café.
Algunas de las variedades más conocidas de chile habanero a nivel mundial son West Indian
Red, Caribbean Red y Orange Habanero; sin embargo, existen otras variedades nacionales
como la Kukulkán, Chichen Itzá (Marcial-Salvador, 2016), Calakmul, Mayapán y Jaguar (Tut
et al., 2013). La variedad jaguar, es una de las dos que poseen la denominación de orgien
como Chile Habanero de la Península de Yucatán y se caracteriza por la producción de frutos
de forma triangular-acampanulada, su tamaño es de 3.8 a 5.5 cm de largo y de 2.5 a 3 cm
de ancho, con un peso de 6.5 a 12 g (Ramírez et al., 2009) con un grosor de pericarpio de
1.6 a 2.4 mm. Por otro lado, en la Península de Yucatán el 80% del suelo está representado
por leptosoles, que son suelos cuyo potencial agrícola está limitado por su poca profundidad
(<1.5m), alta pedregosidad, y su alto contenido de calcio (>18,000 mg kg-1) (Bautista-Zúñiga
et al., 2018). En el Estado de Yucatán, el chile habanero es cultivado en tres tipos de suelos
leptosoles denominados en maya como: a) K'áankab-lu’um (KA), b) Box-lu'um (BO) o c)
Ch'ich-'lu'um (CH), los cuales se refieren a la coloración roja, negra y café, respectivamente.
La siembra del chile habanero en estos tipos de suelo produce una gran variabilidad en los
219
aspectos de producción y calidad. En este sentido, diversas investigaciones se han realizado
para determinar el impacto del tipo de suelo en los aspectos de metabolitos (capsaicinoides,
polifenoles, carotenoides, vitaminas, etc.) (Morozova et al., 2019; Zamacona-Ruiz et al.,
2018; Oney-Montalo et al., 2019), desarrollo de nutrientes (Medina-Lara et al., 2019);
morfometría, color y textura (Ramírez-Sucre et al., 2018; Gómez-Rincón, et al., 2018).
Con referencia a la calidad sensorial y física, existen diferentes parámetros para evaluar la
aceptabilidad y la calidad de un alimento; una de las principales dentro de los parámetros de
textura, es la dureza, que es especialmente importante en frutas, ya que indica la integridad
estructural del tejido y es con ella con la cual se estima la frescura (Torres, 2015).
Adicionalmente, después de la cosecha, la textura es importante para retener las
propiedades físicas que crean las sensaciones texturales, como la firmeza, la adhesividad,
importantes parámetros de textura (Olivera, 2004).
220
Factores pre-cosecha: Enfermedades, insectos y plagas
Genéticos, climáticos y culturales
Temperatura de almacenamiento,
humedad, composición de la
Lesiones mecánicas
atmosfera, luz y estrés
En la actualidad se han realizado análisis de perfil de textura (Texture profile analysis o TPA)
para detallar las principales propiedades texturales y posibilitar la elección del estado de
maduración más propicio para la cosecha de frutos. El análisis del perfil de textura simula la
mecánica de masticación de la mandíbula al morder mediante dos ciclos de compresión con
lo que se obtienen curvas de fuerza-deformación dando a conocer el comportamiento del
alimento con respecto a la fuerza aplicada para la obtención de algunos parámetros
mecánicos (Chen y Opara. 2013) tales como: dureza, gomosidad, masticabilidad, elasticidad
y cohesividad, entre otros. En otras palabras, el TPA realiza una medición objetiva de una
sensación subjetiva (Chen y Opara. 2013) qu variables como la tasa de que relaciona la
deformación observada y la composición del producto. Los parámetros básicos que se
determinan del análisis del TPA se pueden observar en la Figura 2.
Las definiciones de estos parámetros fueron establecidas de acuerdo con Szczesniak (1963)
y Bourne (1978) y se observan en la Tabla 1. El presente capítulo aborda, en el estudio
transcosecha perfiles de textura de chiles habaneros en función de su desarrollo (número de
cosecha) en tres tipos de suelos: pedregosos (Ch'ich-lu'um), negro (Box-lu'um) y rojo
(K'áankab-lu'um) y en el estudio poscosecha los factores de número de cultivo, tipo de suelo
y tiempo de almacén. Es importante señalar que los datos de la textura como atributos de
calidad de los chiles habaneros, obtenidos por medio del TPA, provee datos que se pueden
correlacionar con otros rasgos de propiedades físicas o químicas, por ejemplo, la
concentración de los metabolitos de interés en el chile habanero, el color o con atributos
sensoriales.
Por lo que el objetivo del presente trabajo fue estudiar las características texturales (como
característica de calidad) durante el desarrollo de chile habanero de la Península de Yucatán
en estudios transcosecha y poscosecha.
222
1a mordida 2a mordida
Dureza espera
2a compresión
*s/Fracturabilidad
Sin picos hasta la Dureza
Gomosidad = Dureza*Cohesividad
Resilencia = área 2/área 1 (semisólidos)
Área A = área 1 + área 2
Masticabilidad= Elasticidad*Gomosidad
(sólidos)
Tiempo (s)
Figura 2. Análisis de perfil de textura (fuerza-tiempo) típico de chile habanero evaluado en una
máquina universal de textura (elaborado con curva de chile habanero).
223
Tabla 1. Parámetros del análisis del perfil de Textura
224
II. Materiales y métodos
Cien plántulas de Capsicum chinense jacq variedad jaguar fueron adquiridas con un
proveedor local para su siembra en distintos tipos de suelo: Ch'ich-'lu'um (CH), K'áankab-
lu'um (KA) o Box-lu'um (BO), de coloraciones café, roja o negra, respectivamente.
2.2 Fertilizantes
225
B3R1S3 B3R3S2 B3R3S1 B3R4S3
Figura 3. Esquema de plantación de chile habanero con una distribución aleatoria por cuadrantes con
diseño de 3 bloques (B1-B3) y cuatro repeticiones (R1-R4) para los suelos Boox-lu'um (S1),
K'áankab-lu'um (S2), y Ch'ich-'lu'um (S3).
El análisis de perfil de textura (TPA) fue realizado con un texturómetro EZ-SX (Shimadzu
Corporation, Japón). Se realizó una prueba de penetración con una cuchilla de corte en V
(45° V-CUT FLAT end face) y su base (blade shear jig). Las pruebas se realizaron en la parte
central del fruto (corte transversal), utilizando una polaridad de compresión hacia abajo de
una velocidad de 10 mm/s con un límite de desplazamiento de 20 mm/s, para los dos ciclos
de compresión (Ramírez-Sucre et al., 2018). Se elaboraron gráficos de fuerza frente al
desplazamiento de la aguja utilizando un software de análisis de textura (Trapezium X, V.
1.4.0, 2013). Se realizaron pruebas de TPA a un máximo de 10 chiles/lote (Figura 4)
cuantificándose los parámetros de dureza, fracturabilidad, adhesividad, cohesividad, fuerza
adhesiva y gomosidad (respuestas) como función del desplazamiento de la cuchilla.
226
2.4.1 Estudio transcosecha
Los análisis de los parámetros texturales se realizaron con respecto al tipo de suelo utilizado
en la cosecha (KA, CH o BO) y al número de cosecha (cosechas 1 a 7) a chiles inmaduros
(verdes), maduros (naranjas) y semimaduros (verdes-naranjas) (Figura 5).
A. B. C.
De acuerdo con los datos obtenidos del análisis de perfiles de textura de chiles habaneros
(Figura 6A) del cultivo se presentó una mayor dureza (D) en los chiles de la primera cosecha
(Dpromedio = 36.63 N ± 1.95) sin diferencias significativas con las cosechas 2-4, y
presentándose disminuciones con respecto al número de cosechas hasta la sexta (Dpromedio
= 27.81 N ± 2.11) con un ligero incremento en la séptima cosecha (Dpromedio = 29.98N) sin
presentarse diferencias estadísiticamente significativas entre estas dos últimas. Una mayor
227
dureza indica que tanto el pericarpio como las paredes internas del fruto presentan mayor
solidez lo que confiere al fruto de chile habanero resistencia en la transportación y una buena
vida de anaquel (Ramírez et al., 2015). Sin embargo, la producción de chiles fue baja (n=89)
durante la primera cosecha; en contraste, el mayor número de chiles cosechados
(ligeramente menos duros [33.69 N]) se obtuvo en la segunda cosecha (n=187), duplicando
su número inicial y hasta triplicando la cantidad de chiles de las cosechas posteriores.
A 60
50
40
Dureza (N)
30
20
10
* * * * * * * *
0 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
*
1 2 3 4 5 6 7
*
1 2 3 4 5 6 7
* *
1 2 3 4 5 6 7
.
NARANJA VERDE VN NARANJA VERDE VN NARANJA VERDE VN
CAFÉ NEGRO ROJO
B 30
25
20
Fuerza (N)
15
10
* * * * * * * *
0 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
* *
1 2 3 4 5 6 7
*
1 2 3 4 5 6 7
*
1 2 3 4 5 6 7 1 2 3 4 5 6 7
.
NARANJA VERDE VN NARANJA VERDE VN NARANJA VERDE VN
CAFÉ NEGRO ROJO
Figura 6. Frutos de chile habanero recién cosechados en tres estados de maduración (naranja, verde
o verde-naranja [VN]) y en tres tipos de suelo: Ch'ich-lu’um (café, ●), Boox-lu’um (negro, ●) o
K'áankab-lu’um (rojo, ●) ( * = sin chiles de esta maduración/cosecha) durante 7 cosechas. Evolución
de A) la dureza (N) y B) la fracturabilidad (N).
228
Por otro lado, con respecto al tipo de suelo, se obtuvo una dureza ligeramente mayor en
suelo BO (D = 32.86 N) sin encontrarse diferencias significativas con KA y CH, sin embargo,
el suelo BO presentó el menor número de chiles (n=180) con respecto a los cosechados en
suelo KA y CH (234 chiles para ambos tipos de suelo), en estudios previos ya se había
observado la mayor producción de chiles en suelo rojo (K'áankab-lu’um) (Ramírez-Sucre et
al., 2018).
La dureza más alta se obtuvo en los chiles naranjas (36.81N) sobre los verdes y de
maduración intermedia (Dnaranja > Dverde > Dintermedio) (Tabla 2), lo que representa un mayor
estado de madurez. En frutos como el chile, hablar de madurez según López-Camelo (2003),
representa el tiempo cuando se alcanza el punto adecuado de consumo, luego de ciertos
cambios en el color, textura y sabor y siendo el estado de madurez, el índice más usado para
la cosecha de frutos.
Ramírez-Meraz et al. (2018) encontraron que en la variedad jaguar los chiles presentan muy
buena firmeza (58.3 N/cm2); sin embargo, no presentan la metodología utilizada para la
medición de la firmeza. No obstante, otros autores reportan que la variedad jaguar presenta
una dureza del fruto que va de 8.6 a 9.7 N cuando los frutos están verdes y de 5.1 a 6.6 N
cuando los frutos están maduros (Tut et al., 2013), mientras que para las variedades
Mayapan y Calakmul los frutos presentan, en el primer caso, de 11 a 13 N cuando están
verdes y de 5.7 a 6.4 N cuando están maduros (Santamaría y Zavala, 2012) y en el segundo,
cerca de 11 N en los frutos verdes y de cerca de 5 N en los frutos maduros (Tut et al., 2013).
Todos estos representan valores mucho más pequeños de dureza quizá debido al exhasutivo
esquema de fertirrigación aplicado al cultivo de chile habanero, condiciones ambientales
como temperatura, clima, humedad, o a condicones de cultivo como el número de la cosecha,
tiempo de maduración o suelo.
230
Figura 7. Gráficos dureza y fracturabilidad de chiles habaneros: medidas de la dureza en funcion de
A) la interacción de la madurez-cosecha de chile habanero en tres estados de maduración (naranja,
verde e intermedio [verde-naranja]) y medias de la fracturabilidad en función de B) el número de
cosecha y C) de su grado de madurez.
Dureza Fracturabilidad
Valor P Valor P
Efectos principales
A: Número de cosecha <0.0001* 0.0106*
B: Tipo de suelo 0.2143 0.7633
C: Estado de madurez <0.0001* 0.0281*
Interacciones dobles
232
Para una evaluación más precisa del estado de madurez fisiológica (previa a la madurez
comercial) se realizó el análisis correspondiente de dureza para la maduración verde. El este
estado de madurez donde se realiza el corte del fruto es la madurez fisiológica, que en chiles
se presenta, una vez que se ha completado el desarrollo del fruto (López-Camelo, 2003). Se
evaluaron chiles de maduración verde durante seis cosechas (cosechas 1, 2, 3, 4, 5, y 7, en
la fecha de la cosecha 6 no se presentaron chiles verdes para todos los tipos de suelo), para
los chiles cosechados de los tres tipos de suelo (Figura 8A). La dureza disminuyó en función
del número de la cosecha (con un ligero repunte en la cosecha 7). Se presentó un efecto
significativo del número de cosecha (P<0.0001) pero no del tipo de suelo (P=0.3524) ni de
su interacción (Tabla 4).
Igualmente que para los datos de dureza, para los datos de la fracturabilidad se evaluaron
estadísticamente las seis cosechas (1, 2, 3, 4, 5, y 7) de los chiles verdes cosechados de los
tres tipos de tierras. Los gráficos de medias se observan en la Figura 8 (B y C). En la Figura
8B se observa que la fracturabilidad se incrementó con el tiempo de la cosecha, desde
valores de 12N en la primera cosecha (significativamente menor), hasta valores de 15.5N
aproximadamente, en la quinta y séptima cosechas, éstas últimas sin diferencias
significativas con las cosechas 2, 3 y 4. Por otro lado, la fracturabilidad se presentó mayor
en lo chiles cosechados de suelo Ch'ich-lu’um (17N aprox.) sobre el K'áankab-lu’um y el
Boox-lu’um (FCh'ich > FK'áankab > FBoox), presentando un efecto significativo del número de
cosecha (Tabla 4) así como de la interacción doble del número de cosecha*tipo de suelo
(P=0.27).
Tabla 4. Probabilidad de los efectos de cada una de las variables, número de cosecha y tipo de suelo
sobre la dureza y fracturabilidad de chiles habaneros después del análisis estadístico (ANOVA)
Dureza Fracturabilidad
Efectos principales
A: Cosecha 0.0001* 0.0001*
B: Suelo 0.3524 0.0027*
Interacciones dobles
233
A36
34
32
Dureza
30
28
26
24
1 2 3 4 5 7
Cosecha
19
B
17
Fracturabilidad
15
13
11
1 2 3 4 5 7
Cosecha
18
C 17
Fracturabilidad
16
15
14
13
12
Cafe Negro Rojo
Suelo
234
3.2 Estudio pos-cosecha
Los análisis de perfil de textura de los dos cultivos evaluados se pueden observar en la Figura
9. Para el primer cultivo, el suelo K'áankab-lu’um desarrolló los chiles de mayor dureza. En
suelo K'áankab-lu’um se obtuvo un máximo de dureza en el día 4 (81.58N) mientras que en
el suelo Boox-lu’um se obtuvo en el fruto recién cosechado (día 0, 53.91N) (Tabla 5). Sin
embargo, en ambos casos, la dureza se incrementó en el día 9, mismo en el cual el chile
habanero presentó una piel arrugada, elástica y dura debido al inicio de la etapa de
senescencia. En el día 10 en ambos tipos de suelo se presentó una caída en la dureza de
chiles que representó el día en que los chiles ya presentaban un estado de podredumbre. La
transpiración, deshidratación o pérdida de agua de los frutos en almacenamiento poscosecha
constituye el principal problema que demerita la calidad de consumo. Se ha observado que
cuando los frutos pierden entre 6 – 7% de su peso, la firmeza y la textura disminuye y por
consecuencia la calidad y vida de anaquel (Coop et al., 2011). En contraste, en suelo
K'áankab-lu’um la fracturabilidad (F) presentó un incremento durante el tiempo de vida de
anaquel hasta un máximo en el día 9 (F=17.05N) (Tabla 5) coincidente con los chiles de
menor frescura y antes de la podredumbre; por otro lado, el suelo Boox presentó un máximo
en el día 4 de almacenamiento (F=15.74N) correspondiente con chiles habaneros de la
máxima dureza y frescura, los cuales no han iniciado su senescencia.
Por otro lado, la fuerza adhesiva (FAd), a pesar de tener valores bajos (-1.545N<FAd<-
0.004), indica con mayor precisión el momento en que los chiles comienzan con su etapa de
senescencia, ya que en ambos casos tanto en suelo K'áankab-lu’um como en suelo Boox-
lu’um las menores fuerzas adhesivas (<-1.3N) correspondieron con las etapas de
decaimiento de los chiles, es decir, cuando la piel se tornó elástica y arrugada. La fuerza
adhesiva es la máxima fuerza medida que sensorialmente simula la fuerza para retirar con
la lengua el alimento que se queda adherido a la boca.
235
A 80 D0 B 80 D0
70 70
D4 D4
60 60
D7 D7
50 50
FUERZA (N)
FUERZA (N)
D9 D9
40 40
D10 D10
30 30
20 20
10 10
0 0
-10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 -10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
80
C D 80
70 70
D0 D0
60 60
D1 D1
50 50
D3 D3
FUERZA (N)
FUERZA (N)
40 40
D6 D6
30 30
D7 D7
20 20
10 10
0 0
-10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 -10 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Tiempo de desplazamiento (s) Tiempo de desplazamiento (s)
Figura 9. Análisis de perfiles de textura realizados en el primer cultivo a la octava cosecha (A, B), y del tercer cultivo (C, D) de la primera
cosecha en chiles de estado de maduración naranjas cosechados de suelos: A) C) K'áankab-lu’um y B) D) Boox-lu’um en distintos días de
almacenamiento (D= día; 0, 1, 3, 6, 7, son los días posteriores a la cosecha en donde se realizó el análisis)
Tabla 5. Parámetros de dureza (D), fragilidad (F) y fuerza adhesiva (FAd) de chiles habaneros recién cortados en estado de maduración
naranja y cultivados en dos tipos de suelo en función del tiempo de almacenamiento (TA) en estudio poscosecha (valor ± desviación estándar).
Cultivo 1 Cultivo 3
Tipo de TA
Apariencia D (N) F (N) FAd (N) TA(d) D (N) F (N) FAd (N)
suelo (d)
Tabla 6. Probabilidad de los efectos de cada una de las variables de número de cosecha, tipo de
suelo y grado de madurez sobre la fracturabilidad y fuerza adhesiva de chiles habaneros después del
análisis estadístico (ANOVA)
IV. Conclusiones
Para el estudio transcosecha, se concluye que la dureza se vió afectada por el número de
cosecha (mayor en etapas iniciales) y por el estado de maduración (mayor en chiles
naranjas), sin un efecto del tipo de suelo; y con una interacción significativa (madurez x
cosecha). En donde la mayor dureza se presentó en chiles naranjas y en la cosecha 4. Por
lo que este factor es crítico para la medición de frescura de chiles habaneros.
238
Durante el estudio poscosecha se alcanzó una dureza de hasta de 80N en chiles
almacenados a temperatura ambiente mucho mayor (40N) a la alcanzada por chiles
habaneros en estado de maduración naranja recién cosechados.
El número de cultivo fue significativo como parte de una interacción con el tipo de suelo en
la dureza pero no presentó diferencias en la fracturabilidad o fuerza adhesiva de chiles
habaneros en estudio poscosecha.
Los análisis mediante diagramas de perfiles de textura presentaron información importante
acerca del comportamiento del alimento. En el caso de los chiles se observó la fuerza
adhesiva como posible parámetro para cuantificar la frescura de chiles, debido a que la
dureza se ve incrementada en etapas de senescencia del chile debido a la piel deshidratada,
elástica y dura.
Es conveniente continuar con estudios instrumentales y sensoriales para definir el estado de
maduración idóneo para la cosecha y para la venta del chile habanero.
V. Referencias
239
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241
CAPÍTULO 13
31264 Km 5.5 Carr, Sierra Papacal-Chuburná puerto. Parque Científico Tecnológico de Yucatán. CP 97302 Mérida,
Yucatán, México *autor de correspondencia: irodriguez@ciatej.mx
Resumen
El chile habanero se caracteriza por su picor, sabor, aroma y color; siendo este último un
atributo de calidad importante en el posicionamiento del mercado y preferencia del
consumidor. Adicionalmente, los cambios de color característicos en las distintas fases de
maduración del chile se han asociado a su composición nutrimental, íntimamente relacionada
con diversos compuestos y pigmentos con actividad antioxidante. Por lo que en este capítulo
se planteó evaluar las diferencias de los metabolitos como carotenoides, (β-caroteno y
luteína), polifenoles (ácido gálico, ácido clorogénico, catequina, rutina, quercetina, luteolina
y kampferol), capsaicinoides (ácido cumárico, ácido cinámico capsaicina y dihidrocapsaicina)
y vitamina C presentes en el chile habanero acorde a tres diferentes grados de madurez
definido por su color, (verde, verde-anaranjado, o anaranjado) cultivado en tres suelos
distintos de la península de Yucatán. Este análisis se realizó mediante metabolómica dirigida
utilizando análisis estadístico de correlación multivariable con el software MetaboAnalyst 2.0.
Los resultados indicaron que el parámetro Hue fue el que mejor describió el color con la
mayoría de los metabolitos evaluados, especialmente para β-caroteno y luteína en frutos
naranjas de chile habanero variedad Jaguar; sin correlación significativa (P<0.05) con los
tres tipos de suelo: Ch'ich-'lu'um (TC- tierra café), K'áankab-lu'um (TR-tierra roja) o Box-lu'um
(TN-tierra negra).
Abstract
Habanero peppers are characterized by its spiciness, flavor, aroma and color; the latter being
an important quality attribute in market positioning and consumer preference. Additionally,
the characteristic color changes in the different maturation phases of chili have been
associated with its nutritional composition, closely related to various compounds and
242
pigments with antioxidant activity. So in this chapter it was proposed to evaluate the
differences in metabolites such as carotenoids (β-carotene and lutein), polyphenols (gallic
acid, chlorogenic acid, catechin, rutin, quercetin, luteolin and kampferol), capsaicinoids
(cumaric acid, acid cinnamic capsaicin and dihydrocapsaicin) and vitamin C present in
habanero chili according to three different degrees of maturity defined by its color, (green,
orange-green, or orange) grown in three different soils of the Yucatan Peninsula. This
analysis was performed by directed metabolomics using multivariable statistical analysis of
correlation with MetaboAnalyst 2.0 software. The results indicated that the Hue parameter
was the one that best described the color with the majority of the metabolites evaluated,
especially for β-carotene and lutein in orange fruits of Jaguar Habanero chili; without
significant correlation (P <0.05) with the three types of soil: Ch'ich-'lu'um (TC-brown earth),
K'áankab-lu'um (TR-red earth) or Box-lu'um (TN-black earth).
I. Introducción
El cultivo, producción y comercialización de chile en México tiene gran importancia social y económica
debido a que es un producto preferente de exportación. De acuerdo con el Servicio de Información
Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en el año 2016 se produjeron alrededor de 2,737,028 de
toneladas de chile fresco, de las cuales 949,662 toneladas fueron exportadas como chile verde, con
una ganancia superior de US$ 1,106,094,000 (figura 1). Año con año aumenta la tendencia productiva
y comercial para consumo nacional y de exportación, sin mencionar la producción de chile que se
comercializa en seco y/o transformado (FAOSTAT, 2019). Por otra parte, el cultivo de chile habanero
en nuestro país se produce principalmente en los estados de Yucatán, Campeche y Quintana Roo,
mismos que ya cuentan con denominación de origen o indicación geográfica otorgado por la (NOM-
189-SCFI-2017), cuyas cualidades y/o características se dan esencialmente en este lugar. Sin
243
embargo, estados como Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Tamaulipas, Nuevo León,
Coahuila, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco Michoacán, Zacatecas, Nayarit,
Sinaloa, Sonora y Baja California también lo cultivan, sin considerar las características sensoriales y
contenido de capsaicina que lo describe la norma oficial en México; aun así, con esta producción no
abastece las necesidades de los mercados internacionales. Por tanto, se sugiere contar con una
estrategia que permita fortalecer la cadena de valor del chile habanero en la Península de Yucatán,
a través del establecimiento de su sistema intensivo de cultivo a cielo abierto y/o cultivo protegido
con inocuidad y trazabilidad agrícola. Con ello, la producción de chile habanero en México estará
íntimamente relacionada con la demanda comercial de consumo local, regional, nacional y de
exportación; gracias a su alta popularidad en consumo de salsas y otros productos que contienen
chile como ingrediente principal, así como al crecimiento de la población mexicana y comunidad latina
en países como Estados Unidos y Canadá, y a la diversificación de usos potenciales en función de
sus contenidos de capsaicina (Spicer y Almirall, 2005).
Figura 1. Producción nacional de chile verde entre los años 1970-2016. Cantidad de toneladas
producidas a nivel nacional; Cantidad de toneladas exportadas; Miles de dólares generados
(FAOSTAT, 2019).
La Península de Yucatán cuentan con excelente ubicación geográfica, terrenos propicios, clima
favorable, agua disponible; mano de obra calificada, y una infraestructura logística propicia para
producir, cosechar y comercializar en los mercados internacionales, principalmente USA, Canadá,
así como con las 46 naciones con las que se tienen acuerdos comerciales, por lo que posicionan a
México como uno de los países más abiertos al comercio internacional y a la Península de Yucatán
un destino atractivo para la inversión en el sector agroalimentario (Tucuch-Haas et al. 2012). Dado
que el mercado del habanero crece en los próximos años en la Península de Yucatán, diversas
244
empresas con inversión nacional y extranjera han puesto en marcha decenas de hectáreas
destinadas a la producción de esta variedad de chile, colocando a México como una potencia en
términos de producción y exportación de chiles para el mercado global; desafortunadamente su
cultivo y exportación son relativamente insignificantes, sólo representan el 1% de la producción de
chile, en comparación con otros chiles como el jalapeño, serrano, poblano y pimientos; que, por lo
que se considera una oportunidad de inversión en el sector agroalimentario.
En el modelo de la ventaja comparativa del comercio internacional, indica que los países tienden a
especializarse en la producción y exportación de bienes que producen con un costo relativamente
más bajo respecto al resto del mundo (Ibarra-Zavala, 2016). En el caso del chile habanero esto no
ha sido posible, aunque la denominación de origen ha permitido estandarizar los atributos de calidad
y tecnificación de las zonas de cultivo, aun no es competitivo en términos de precio. Una estrategia
para incrementar la producción de chile habanero, es promover fuentes de financiamiento
especializado con los intereses de la política pública gubernamental y/o privadas a los productores
del sector rural que incluyan el acompañamiento técnico y transferencia tecnológica de las
universidades y centros de investigación nacionales para producir en cantidad, calidad, inocuidad y
trazabilidad.
1.2 Importancia del color como factor de calidad y compra del chile habanero
En la actualidad la industria alimentaria utiliza una amplia gama de aditivos alimentarios que
confieren atributos sensoriales y de conservación en los alimentos (Badui-Dergal, 2006),
mismos que son permitidos y/o regulados por organismos internacionales como la
Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO), la
Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) y la Comunidad
Económica Europea (CEE); sin embargo, existe una marcada tendencia hacia el consumo
de productos más naturales en relación con los aditivos artificiales (Carocho et al., 2015).
Por su parte, los colorantes naturales son considerados como sustancias o mezclas de ellas
capaces de conferir o intensificar una cualidad en la apariencia de color en los alimentos. La
tendencia actual para el desarrollo de colores o ingredientes naturales se sustenta en las
demandas de un consumidor más informado, exigente y preocupado por su salud,
manifestado en la etiqueta nutrimental en cada producto. Es por ello que los procesadores
buscan la sustitución de los colorantes sintéticos por colorantes naturales para llegar a
mercados como alternativa de alimentos más sanos y más atractivos para el consumidor de
hoy (Spence 2019; Carocho et al., 2015).
245
Hoy por hoy, una de las características innatas del chile habanero criollo, así como la generación de
variedades mejoradas y variedades híbridas (cuadro 1), brindan colores interesantes como el
amarillo, naranja, rojo e incluso el morado (Ramírez et al., 2018; Santana-Buzzy et al., 2018). Este
es un ejemplo de algunas de las principales variedades que presentan derechos de obtentor otorgado
por el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas y están disponibles por los
productores según sea la demanda de sus compromisos comerciales. Con este fin, la interesante
gama de colores producto de la generación de nuevas variedades confiere interesantes atributos
sensoriales que pueden ser aprovechados en la industria alimentaria para la elaboración, creación y
desarrollo de nuevos productos a base de purés y salsas que representan una gran oportunidad de
negocio de la industria alimentaria como insumo importante en sus formulaciones.
Cuadro 1. Registro de variedades mejoradas e hídridas más comercializadas a nivel nacional por sus
atributos de calidad sensorial.
Calakmul
Variedad mejorada de chile habanero
rojo. Con un rendimiento de 5 ton Ha-1 CHL-022-220313
campo abierto y de 25 a 29 ton Ha-1 en (Tut-Pech et al., 2013)
casa sombra.
H-CHYUC-HN05
Híbrido de chile habanero naranja con
elevada vida de anaquel, adecuados
tanto para el mercado de consumo fresco (Tut-Pech et al., 2013)
como para procesado. El rendimiento
supera las 33 ton Ha-1 a campo abierto.
246
Mayan Ba’alché Variedad de habanero que produce frutos
en color naranja en estado maduro, con CHL-012-291110
554,000 SHU de pungencia, con un (Santana-Buzzy et al.,
rendimiento de 4.4 Kilos por planta 2018)
247
Con base al sistema de información comercial (http://www.economia-snci.gob.mx/) emitido
por la secretaría de economía en México, las salsas a base de chile, salsas preparadas;
condimentos y sazonadores, para el año 2018 ascendieron los 383,319,663 de dólares, con
un producción de 176,977,896 kilos de salsa, siendo Estados Unidos de Norteamérica el
principal consumidor con un 71 % de exportaciones en este año. Se estima que el mercado
de salsas incremente año con año por la presencia de la comunidad latina en los hogares
norteamericanos.
248
del color respectivamente percibidos por el humano, y se definen en las siguientes
ecuaciones:
𝑏𝑏∗
𝐻𝐻 = tan −1 _______ (2)
𝑎𝑎∗
La medición del color instrumental, tiene la ventaja de ser una prueba no destructiva que
puede ser determinada mediante el uso de espectrofotómetros y colorímetros. Los primeros
proporcionan a diferentes longitudes de onda un espectro de análisis de la reflectancia y/o
transmitancia en alimentos, y son usados comúnmente en las áreas de investigación y
desarrollo; mientras los segundos proporcionan mediciones directas triestímulos como L* a*
b* que correlacionan con el ojo humano, y son utilizados frecuentemente tanto para
investigación como en análisis de rutina (Barrett et al., 2010).
Por otra parte, sensorialmente la evaluación del color de un alimento implica la estimación
de sus características por medio de los sentidos. En este tipo de pruebas el color del alimento
es comparado bajo condiciones controladas de humedad, temperatura e iluminación con
referencias o estándares. En estas pruebas es necesario contar con un panel seleccionado
y entrenado en el producto a evaluar, espacios físicos para el desarrollo de pruebas y la
selección de la prueba adecuada (Pathare y Opara, 2013). Además, las evaluaciones
sensoriales requieren el desarrollo de escalas de color que contienen estándares
comparativos de acuerdo al producto a evaluar, de tal manera que además de laboriosas son
costosas. Sin embargo, es recomendable realizarlas con el fin de correlacionar los atributos
sensoriales especialmente aquellos relacionados con los de aceptabilidad del consumidor,
con los instrumentales, con el fin de predecir una mejor calidad de los productos (Abbott,
1999). Adicionalmente, el desarrollo de pruebas instrumentales y sensoriales en la medición
de color del chile son importantes para predecir su contenido de fitocompuestos y por tanto
calidad nutrimental.
1.4 Los principales pigmentos del chile y su relación con el color: clorofila, carotenoides y
antocianinas
En general, las distintas variedades del género Capsicum aportan un importante número de
fitocompuestos a la dieta que incluyen capsaicinoides, compuestos fenólicos, flavonoides,
carotenoides, vitamina C, clorofila entre los principales, así como capacidad antioxidante (Ornelas-
Paz et al. 2013) produciendo un efecto biológico importante, generando así un impacto en la salud
humana, en la prevención de enfermedades degenerativas, cáncer y enfermedades cardiovasculares
(Srinivasan, 2016). Entre éstos destacan principalmente aquellos que le dan una gama importante
de colores al chile como rojo, amarillo, naranja, morado y café, entre los que se encuentran
carotenoides, clorofilas y antocianinas (Guzman et al., 2011). Adicionalmente se mencionan que
durante el periodo de maduración los polifenoles pueden influir en el color de algunas variedades de
chile (Nadeem et al. 2011).
249
El color verde en el chile se relaciona con el fruto inmaduro, e indica la presencia de clorofila y luteína;
posteriormente, durante su maduración, la coloración amarilla, naranja y roja son el resultado de la
ruta de biosíntesis de carotenoides que incluye β-caroteno, luteína, violaxantina, capsorubina y
capsantina. Estas dos últimas son las responsables de la coloración roja del chile mientras el β-
caroteno se relacionan con el naranja (Guzman et al., 2011). En chile habanero se ha reportado los
efectos de la maduración en la fluctuación de estos fitocompuestos, por ejemplo, se menciona en
función de su estado de madurez niveles de 782 y 759 mg/100 g de fruto fresco para fenoles, y 62.7
y 362 mg 100 g-1 de fruto fresco para carotenoides en cada caso para chile inmaduro (verde) y maduro
(rojo) respectivamente (Menichini et al., 2009). Otros estudios indican resultados distintos, en donde
el chile habanero amarillo, rojo y café presentaron un contendido de polifenoles de 20.54, 20.75 y
20.67 mg 100 g-1 de muestra respectivamente, y de carotenoides de 1.26, 1.02 y 1.21 mg 100 g-1 de
muestra respectivamente (Segura et al., 2013). Algunos reportes han indicado que el proceso de
maduración no afecta el contenido de polifenoles ni en el pericarpio ni placenta del fruto, sugiriendo
que los elevados niveles de polifenoles presentes podrían estar asociados a los ácidos fenólicos
intermediarios de la ruta biosintética de los capsaicinodes tales como ácido cumárico, cafeíco y
ferúlico ( Vázquez-Flota et al., 2007).
Otros antioxidantes presentes en el chile habanero en elevada cantidad durante el proceso de
maduración es la vitamina C, en donde los chiles amarillos presentaban un menor nivel de 237 mg
100 g-1 de muestra, mientras los naranjas y rojos exhibieron 281 y 262 mg 100 g-1 respectivamente
(Segura et al., 2013) .
Además, el chile habanero se caracteriza por su sabor y elevado picor, el cual es proporcionado por
el contenido de capsaicinoides, siendo uno de los más picante del mundo con alrededor de 892000
Unidades Scoville de Picor (USP) en el fruto entero, acumulándose principalmente en la placenta de
accesiones de chile habanero naranja (Canto-Flick et al., 2008).
250
contenido de vitamina C, capsaicinoides totales y polifenoles totales con 113 mg 100 g-1, 702
mg 100 g-1 y 90 mg GAE 100 g-1 de fruto fresco respectivamente.
Con la finalidad en dar respuesta a los procesos metabolómicos de expresión biológica del color en
chile habanero, en diferentes etapas del estado maduración cuando son cultivados en diversos tipos
de suelo. Para este fin, se estableció un cultivo de Capsicum chinense durante el mes de marzo de
2018 en un invernadero tipo gótico con arcos ojivales de malla de polietileno (medidas: 26*12*7m
[L*a*h]) con 5 camas (1*24m) con una HR > 91%, la temperatura interior osciló entre 24 y 47º C
dependiendo la hora del día. Se adquirieron cerca de 300 plántulas chile habanero variedad jaguar,
las cuales fueron trasplantadas en contenedores de 12 kg con tres tipos de suelo diferente: Ch'ich-
'lu'um (TC- tierra café), K'áankab-lu'um (TR-tierra roja) o Box-lu'um (TN-tierra negra). Se realizó una
251
distribución aleatoria por cuadrantes usando un diseño para 3 bloques y cuatro repeticiones. El
esquema de riego se llevó a cabo tres veces por semana (lun [500mL], mie [500mL] y vie [1000mL])
y fue incremental, modificándose de acuerdo a la etapa de madurez del cultivo (botones/floración
[+50%] y fructificación [+100%]). El esquema de fertilización (inicio a los 14 días post trasplante) se
llevó a cabo de forma radicular dos veces por semana utilizando 2, 4 o 6 g L-1 de Ultrasol triple 18 y
0, 2 o 4 g L-1 de Ultrasol NKS46 durante las etapas después de trasplante, botones/floración y
fructificación, respectivamente; asimismo se llevó a cabo una fertilización foliar semanal igualmente
de manera incremental: 24, 48 o 72 mL de Bayfolan/Lagua y 0, 24, 36mL de Adherex/Lagua durante
las etapas después de trasplante, botones/floración y fructificación, respectivamente, aplicados
mediante bombas de aspersión. Finalmente, se diseñó un esquema semanal de cosechas,
recolectando frutos en tres estados de maduración: V-Verde; VN-semimaduro (verde-naranja) y N-
Naranja. La parte experimental de la investigación se llevó a cabo en las instalaciones del Centro de
Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (CIATEJ) Subsede Sureste,
ubicado en el Parque Científico Tecnológico de Yucatán, 5.5 Carr. Sierra Papacal - Chuburna Pto.
Tablaje 31257 Sierra Papacal, Mérida, Yucatán. De manera inicial el cultivo.
Se tomaron 10 chiles recién cortados de cada bloque/repetición para realizar el análisis de color con
distinto estado de maduración: maduro, madurez intermedia e inmaduro (NA, VN o VE,
respectivamente) de 12 cosechas de plantas cultivadas en cada tipo de suelo (TC- tierra café; TR-
tierra roja y TN-tierra negra. La adquisición de datos para los parámetros de color L* (luminosidad),
a* (color rojo-verde), b* (color amarillo-azul) se realizó mediante el uso de un colorímetro (Hunter Lab,
MiniScane-Z) por triplicado.
Posterior a la cosecha, se llevó a cabo el proceso de secado en el horno con recirculación de aire
marca Felisa (FE-292) a 60 °C hasta lograr una humedad uniforme < de 15%. Posterior el chile
deshidratado se pulverizó y almacenados en bolsas a temperatura ambiente protegidos de la luz.
Con los deshidratados se pesaron 0.5 g de cada muestra de chile y se colocaron en tubos cónicos
de 15 mL, posteriormente se agregaron 2.5 mL de una mezcla metanol: agua (80:20) y se sonicaron
a 42 KHz durante 30 minutos, posteriormente el extracto fue centrifugado a 4700 rpm y 4 °C durante
30 minutos, para finalmente filtrar el sobrenadante con un filtro de membrana de nylon de 0.45 μm de
poro. Estos extractos fueron empleados tanto para la determinación de polifenoles totales como para
la determinación de la actividad antioxidante.
252
2.6 Determinación de polifenoles totales
El método que se usó para cuantificar los polifenoles totales fue el de Folin Ciocalteu. Las
cuantificaciones de algunos de los metabolitos se realizaron por cromatografía de ultrapresion
(UPLC) usando estándares de capsaicina, dihidrocapsaicina y ácido ascórbico mientras que para la
actividad antioxidante y polifenoles totales fue por espectrofotometría.
Se utilizó un equipo UPLC Acquity H Class (Waters, USA) con un detector de arreglo de diodos. Y
una columna Acquity UPLC HSS C18 (100 Å, 1.8 µm, 2.1 x 50 mm) (Waters, USA). Las condiciones
para la determinación para capsaicinoides y ácido ascórbico se describen a continuación.
2.8 Capsaicina y Dihidrocapsaicina
Las condiciones cromatográficas para el análisis consistieron en una fase móvil isocrática
conformada por agua con ácido fórmico al 0.1%, con una velocidad de flujo de 0.25 mL/min, la
temperatura de la columna fue de 27 °C, el volumen de inyección 2 µL y la longitud de onda fue de
244 nm.
Todos los análisis de realizaron en triplicado y los datos se reportaron como promedio ± desviación
estándar (SD) del triplicado. Para generar las figuras se utilizó el software MetaboAnalyst 2.0 software
(http://www.metaboanalyst.ca/MetaboAnalyst/). Las muestras no estuvieron pareadas, dicho archivo
con la información relativa a los parámetros del análisis se sometió una revisión de integridad de los
datos y posteriormente se realizó una normalización por filas para permitir el desarrollo de las pruebas
estadísticas entre las muestras. Se analizaron estudios de correlación de Pearson y estudios de
análisis de componentes principales (ACP). Los resultados de los análisis estadísticos se evaluaron
con un criterio de significancia (p<0.05.
Para identificar metabolitos potencialmente relacionados con los cambios en el color del chile
habanero, se realizó un análisis de correlación entre los parámetros relacionados al color y
el contenido de los metabolitos identificados. (pigmentos, antioxidantes, y vitamina C; Figuras
1 y 2). Debido a que los cambios de color en la maduración de frutos pueden ser atribuidos
253
a cambios sinérgicos, acumulativos o antagonistas (Russo y Howard, 2002), por lo que,
consideramos retener todos los metabolitos identificados en este estudio para el análisis de
correlación y no solamente limitarnos a los relacionados con el color. La matriz de correlación
de la Figura 1, muestra que los metabolitos β-caroteno y luteína (B-Car, LUT), tienen una
correlación positiva con el parámetro HUE, y respecto a los parámetros como Croma, a, L y
b, estos pigmentos tienen una correlación negativa. Por otro lado, HUE tiene la mayor
cantidad de correlaciones negativas con los metabolitos de tipo fenólicos: ácido cinámico,
catequina, ácido cumárico, rutina, ácido clorogénico, polifenoles totales y quercetina (ACI,
CAT, ACU, RUT, ACL, PTH, Q_L), respectivamente. Mientras que para los parámetros
Croma, a, L y b este mismo grupo de metabolitos tiene una correlación positiva.
En lo relacionado a la capsaicina y dihidrocapsaicina, a, L, b y croma reportan valores
negativos, mientras que para HUE son cercanos a 0, es decir sin correlación.
El caso de la vitamina C (ViC), resulta destacado debido a que en todos los parámetros no
reportan ningún tipo de correlación. Con base a estos resultados, se puede apreciar que el
parámetro Hue fue el que mejor describió el color con la mayoría de los metabolitos
evaluados, especialmente para β-caroteno y luteína (B-Car, LUT).
Sin embargo, para tener una idea más precisa del efecto de la maduración del fruto en el
color, es recomendable considerar otros metabolitos de la ruta metabólica tales como: β-
criptoxantina, zeaxantina, violaxantina, capsantina y capsorubina además de clorofila como
lo han evidenciado estudios hechos en el género Capsicum (Guzman et al., 2011).
254
Figura 1. Matriz de correlación de metabolitos y parámetros de color (p<0.05) en chile Habanero. En
cada recuadro aparecen los valores de correlación (Coeficientes de correlación de Pearson). Los
valores están representados en una escala de intesidad de color (1 rojo y -1 azul). (KAE = Kaempferol,
Q_L = Quercetina, DHCAP = Dihidrocapsaicina, CAP = Capsaicina, Vi_C = Vitamina C, LUT =
Luteína, B_Car = Beta-caroteno, PTH = Polifenoles totales, ACL = Ácido clorogénico, RUT = Rutina,
ACU = Ácido cumárico, CAT = Catequina, ACI = Ácido cinámico, AG = Ácido gálico, HUE, croma, a,
b y L).
255
Figura 2. Patrones de correlación de metabolitos y parámetros de color (p<0.05) en chile habanero.
En cada recuadro aparecen los valores de correlación (Coeficientes de correlación de Pearson) para
cada uno de los parámetros de color (a,b, L, croma, HUE). Los valores están representados en una
escala de intesidad de color (1 crema y -1 azul). (KAE = Kaempferol, Q_L = Quercetina, DHCAP
256
=Dihidrocapsaicina, CAP = Capsaicina, Vi_C = Vitamina C, LUT = Luteína, B_Car = Beta-caroteno,
PTH = Polifenoles totales, ACL = Ácido clorogénico, RUT = Rutina, ACU = Ácido cumárico, CAT =
Catequina, ACI = Ácido cinámico, AG = Ácido gálico, HUE, croma, a, b y L).
En el caso de los parámetros de color a, L, b y croma reportan una correlación fuertemente positiva
(2) en la cosecha 6, mientras que estos mismos parámetros reportan una correlación negativa en las
cosechas 1 y 7. De manera general la cosecha 1 reporta una correlación negativa (-1) con la mayoría
de los metabolitos y parámetros de color, excepto con la vitamina C y el parámetro HUE. Los valores
más altos de correlaciones positivas (2) están en la cosecha 5 para los compuestos fenólicos AG,
CAT, ACL, PTH, ACU, RUT, mientras que en la cosecha 7 los valores más altos de correlación
positiva (1.5) se encuentran en ACI, KAE y Q_L. Respecto a los carotenoides, LUT reporta la mayor
correlación positiva en la cosecha 8 (2) y B-Car en la cosecha 9 (1.5).
Con base a los resultados de este estudio, se sugiere que las fases tempranas del desarrollo de la
planta se manifiesta sólo la concentración de vitamina C, mientras que en las fases intermedias,
cosecha 5, 6 y 7 se evidencia la mayor actividad metabólica de la planta reflejada en la cuantificación
principalmente de polifenoles y flavonoides, para posteriormente al final del periodo evaluado, la
mayor de correlación en la ruta biosintética de los capsaicinoides y carotenoides principalmente
capsaicina, dihidrocapsaicina, y fundamentalmente B-caroteno y luteína relacionados íntimamente
con el color como lo demuestran en otros chile picantes (Barbero et al., 2016; Russo and Howard
2002).
Estos descubrimientos sustentan el hecho que los parámetros de color, están ampliamente
relacionados a un importante espectro de metabolitos y dichos metabolitos pudieran tener un rol
relevante en las actividades biológicas inherentes a la maduración del chile habanero, por lo que
resulta importante analizar todos los metabolitos y no restringirnos a los más representativos
(Menichini et al. 2009).
257
Figura 3. Matriz de mapa de calor de la correlación entre metabolitos, parámetros de color y cosechas
de chile habanero. Cada cuadro indica el coeficiente de correlación de Pearson de un
metabolito/parámetro vs una cosecha. El valor del coeficiente de correlación esta representado por
la intesidad de color (Rojo (+), Azul (-)). Las cosechas aparecen numeradas (1-12). (KAE =
Kaempferol, Q_L = Quercetina, DHCAP = Dihidrocapsaicina, CAP = Capsaicina, Vi_C = Vitamina C,
LUT = Luteína, B_Car = Beta-caroteno, PTH = Polifenoles totales, ACL = Ácido clorogénico, RUT =
Rutina, ACU = Ácido cumárico, CAT = Catequina, ACI = Ácido cinámico, AG = Ácido gálico, HUE,
croma, a, b y L).
258
Figura 4. Análisis de componentes principales (PCA) de los metabolitos y parámetros asociados al
color basados en A) Tipo de maduración y B) Tipo de suelo.
IV. Conclusiones
V. Referencias
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262
CAPÍTULO 14
Sensometric techniques and their instrumental correlation for the evaluation of peppers: a
review
1 Tecnológico Superior de Zongolica, Km. 4 Carretera S/N Tepetlitlanapa. 95005 Zongolica, Veracruz, México
2 Colégio de Postgraduados, Campus Córdoba. Km. 348 Carretera Federal Córdoba-Veracruz. 94500 Córdoba, Veracruz,
México.Tecnológico Nacional de México/Instituto.
3 Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco A.C. Subsede Sureste. Tablaje Catastral
31264 Km. 5.5 Carretera Sierra Papacal-Chuburna Puerto Parque Científico Tecnológico de Yucatán, 97302. Mérida,
Yucatán, México
4 Universidad de la Sierra Sur. Calle Guillermo Rojas Mijangos s/n. Avenida Universidad.
Resumen
El objetivo del presente capítulo fue realizar una revisión de las técnicas sensoriales
aplicadas para la caracterización sensorial y su correlación con técnicas instrumentales para
determinar la calidad de frutos pungentes. Se encontró que la prueba de Scoville ha sido
frecuentemente aplicada para la evaluación de la pungencia de chiles y evidencia de la
aplicación de las técnicas sensoriales Análisis Descriptivo y Check all the apply para la
evaluación de chiles pungentes y no pungentes. Sin embargo, no hay especificaciones claras
de método de preparación de las muestras de chile pungentes para su análisis sensorial. En
la parte de la correlación de datos, se encontró que las investigaciones se focalizan en la
asociación entre datos sensoriales y los resultados de cromatografía y nariz electrónica
mientras que el análisis de color solamente se ha realizado a nivel instrumental. Respecto a
la evaluación de la textura, esta se ha efectuado con texturómetros y con algunas alternativas
como la Espectroscopia de Infrarrojo Cercano (NIR), Difracción de Rayos-X, microscopia y
algoritmos matemáticos de Análisis de Imagen. De igual forma se han aplicado técnicas
instrumentales como Emisión de Plasma de Acoplamiento Inductivo y Espectrofotometría de
Absorción Atómica con la finalidad de diferenciar variedades de chiles de acuerdo con su
contenido mineral. Se concluye que existe la necesidad de desarrollar métodos para la
preparación y evaluación de chiles pungentes así como para su evaluación sensorial y su
correlación con técnicas instrumentales como un medio de validación.
263
Abstract
The objective of this chapter was to review the applied sensory techniques for sensory
characterization and its correlation with instrumental techniques to determine the quality of
pungent fruits. The Scoville test was found to have been frequently applied for the evaluation
of pungency of chili peppers. Evidence of the application of the sensory techniques
Descriptive Analysis and Check All the Apply was found for the evaluation of pungent and
non-pungent chili peppers. However, there are no clear specifications for the method of
preparing the pungent chili samples for sensory analysis. In the data correlation part, it was
found that the investigations focus on the association between sensory data and the results
of chromatography and electronic nose, while the color analysis has only been performed at
the instrumental level. Regarding the evaluation of the texture, this has been carried out with
texturometers and with some alternatives such as Near Infrared Spectroscopy, X-ray
Diffraction, microscopy, and mathematical algorithms of Image Analysis. In the same way,
instrumental techniques such as Inductively Coupled Plasma Emission and Atomic
Absorption Spectrophotometry have been applied to differentiate chili varieties according to
their mineral content. It is concluded that there is a need to develop methods for the
preparation and evaluation of hot peppers for their sensory evaluation and its correlation with
instrumental techniques as a means of validation.
Keywords: Image Analysis, Inductively Coupled Plasma Emission, NIR, Microscopy, QDA,
Scoville
I. Introducción
El chile es uno de los alimentos tradicionales en la gastronomía mexicana y fue uno de los
primeros cultivos domesticado en el hemisferio occidental. Su domesticación temprana se
debe a su uso medicinal debido a que presenta una alta concentración de compuestos bio-
funcionales y antioxidantes que son importantes en la prevención de enfermedades
cardiovasculares, cáncer y trastornos neurológicos (Guzmán y Bosland, 2017). Sin embargo,
el chile se consume en todo el mundo debido a sus propiedades sensoriales como color,
sabor y aromas que contribuyen a la aceptación del fruto por parte de los consumidores
(Pinedo-Guerrero, 2017). En México, los tipos de chile más sembrados son los serranos, de
árbol, jalapeños, guajillos pasilla, anchos, piquines, habanero y manzano (Morán–Bañuelos
et al. 2008). En el sureste mexicano, el chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) es un fruto
distintivo de la Península de Yucatán y está protegido por una Denominación de Origen cuyas
especificaciones y métodos de prueba se detallan en la Norma Oficial Mexicana (NOM-189-
SCFI-2017). Después del tomate, este fruto ocupa el segundo lugar de importancia en cuanto
a la superficie de siembra de hortalizas, y presenta un consumo per capita de 15 kg anuales
(Buenfil-Ocampo, 2014; Villa et al., 2014). En el año 2015, la producción nacional de chile
habanero fue de aproximadamente 9 millones de ton, con un valor estimado de 166.9
millones de pesos, siendo los Estados de Yucatán, Tabasco y Campeche quienes
contribuyeron a dicha producción (Solleiro-Rebolledo y Mejía-Chávez, 2018). El 80% de la
producción de esta variedad de chile se consume en fresco y el restante es usado para la
elaboración de productos como salsas, pastas y distintos platillos que forman parte de la
cultura gastronómica de los lugares donde es producido (Castillejos-Alegría y Del Porte-
264
Morales, 2015; Solleiro-Rebolledo y Mejía-Chávez et al., 2018). Una de las características
de este fruto es el nivel de calor que genera en los consumidores como respuesta de la
interacción entre las papilas gustativas con los compuestos químicos como capsaicina (8-
metil-N-vanillil-6-nonenamida) y compuestos relacionados (Sweat et al., 2016). La
interacción antes mencionada, está relacionado con la resistencia de la matriz alimentaría
que al romperse por el efecto de una fuerza ejercida ocasiona la liberación de diferentes
compuestos volátiles y no volátiles que contribuyen a la aparición de la pungencia en el
consumidor (Tournier et al., 2009; Gierczynski et al., 2011). Sin embargo, la gran variabilidad
genética de C. chinense es particularmente evidente en los frutos que pueden tener
diferentes formas, colores, tamaños y niveles de pungencia (Dos Santos-Gaarruti et al.,
2013). A nivel sensorial, el estudio de los cambios en la percepción de la irritación, generada
por la capsaicina, es considerado como un modelo para el estudio de las interacciones de
los cambios sensoriales con los cambios en las preferencias de los alimentos y al trastorno
de la sensación oral que a menudo se describe como un "sabor ardiente persistente"
(Lawless, 1984). En el Estado de Yucatán, México, el contenido de capsaicinoides en los
morfotipos de chile nativos de las especies C. chinense y C. annuum varía de 1000 a más
de 235 mil Unidades Scoville de Picor (USP), esta variación es influenciada por el genotipo,
las condiciones climáticas y por las prácticas de cultivo (Morán–Bañuelos et al., 2008). Por
todo lo anterior, el objetivo de este capítulo fue realizar una revisión de las técnicas
sensoriales aplicadas para la caracterización sensorial y correlación con técnicas
instrumentales para determinar la calidad de frutos pungentes.
265
de extracción, baja reproducibilidad y valores bajos de correlación con otras técnicas. Este
último punto quedo demostrado en la investigación de Ku et al., (2012) quienes evaluaron el
nivel de calor del pimiento rojo en polvo de Corea usando la técnica de Scoville y reportaron
una correlación baja (r =0.70) entre datos de la prueba Scoville y los valores de la prueba de
calor. Es por ello, que se desarrolló la técnica Gillette (Gillette et al., 1984), en donde, la
preparación de la muestra se realiza sumergiendo el fruto en agua 90°C durante 20 minutos
posteriormente se filtra y diluye en agua a 20°C. La referencia a usar es una concentración
conocida de capsaicina sintética. El proceso de evaluación de las muestras se realiza usando
una escala de 1 a 9 puntos que indican desde sin calor hasta extremadamente caliente. La
muestra de referencia es evaluada en boca durante 5 segundos y posteriormente se espera
30 segundos para ir evaluando las muestras contra la referencia. Algunas ventajas de esta
técnica es que se reduce el tiempo de extracción de las muestras y los resultados son
correlacionables (r = 0.94) con datos de cromatografía (Gillette et al., 1984). Adicionalmente,
los datos del panel pueden ser evaluados por técnicas estadísticas como Análisis de
Varianza con la finalidad de verificar su desempeño con relación a los términos de
discriminación, repetitividad y consenso (Tomic et al., 2010).
Sin embargo, las pruebas Scoville y Gillette solo permiten evaluar el nivel de pungencia de
los chiles y no definen otras características sensoriales como el color, textura, sabores y
aromas. Aunque la sensación de calor que deja el chile es muy conocida, se necesita realizar
un vocabulario sensorial completo, organizado y detallado para describir la naturaleza
compleja del chile (McQuaid, 2015). Es por ello, que una primera aproximación a la
descripción sensorial fue desarrollada por Cliff y Heymann, (1991), en la que generaron un
vocabulario sensorial para chiles rojos conformado por atributos picantes (ardor, hormigueo,
adormecimiento e intensidad general) y atributos temporales (retraso, duración), los cuales
fueron calificados de corto a largo plazo y atributos de ubicación longitudinal y lateral. Patel
et al., (2016) aplicó la técnica Análisis Descriptivo Cuantitativo (QDA® por sus siglas en
inglés) a 31 chiles cultivados en Perú, esta técnica sensorial genero atributos como ácido
cítrico, dulce, afrutado, herbal, manzana, orégano y pimienta. Dos Santos-Gaarruti et al.,
(2013) aplicaron la técnica de descripción rápida denominada Check-All-That-Apply (CATA)
para caracterización sensorial de tres nuevas variedades de chile habanero no pungente
(BRS Seriema, CNPH 4080 y Naranja Biquinho) procedente un banco de germoplasma de
Brasil y reportaron que los atributos de olor dulce y olor a pimienta contribuyeron a diferenciar
las variedades antes mencionadas. Gúzman y Bosland, (2017) desarrollaron un perfil de
calor que incluye la definición de cada atributo, ejemplo de estos atributos son los siguientes:
Desarrollo (sensación de calor que se puede sentir de inmediato), Duración (sensación de
calor con poco tiempo de duración, desaparece rápidamente o puede durar desde varios
minutos hasta horas), Ubicación (ubicación donde se siente el calor), Sensación (la
sensación de calor se siente SHARP como pines pinchando el área o FLAT como si el calor
se manchara o pintara con un cepillo) e Intensidad (Declarado como Unidades de Calor
Scoville). Mediante esta terminología sensorial se generaron los perfiles de calor de
diferentes variedades de chile como Capsicum annuum (chile de árbol, Jalapeño y Poblano),
Capsicum chinense (habanero) y Capsicum frutescens (Tabasco). En la Tabla 1 se resumen
el uso de las técnicas usadas en la evaluación de diferentes chiles.
266
Tabla 1. Técnicas usadas para la caracterización sensorial de chiles.
Técnica Objetivo Desventajas Chile Autor
267
consumo en tiempo real del alimento, simulando un equipo de cromatografía cuando se
liberan los compuestos volátiles durante el consumo en tiempo real (Taylor et al., 2000; Del
Pozo-Bayón, 2009).
Hoy en día el campo sensorial ha desarrollado y potencializado el uso de vocabularios de
emociones con la finalidad de analizar las emociones que experimenta el consumidor en el
momento de evaluar los alimentos. La determinación de las emociones es un complemento
indispensable para la caracterización sensorial de los alimentos. De acuerdo con Nestrud et
al., (2016) la medición de las emociones ha recibido una atención creciente dentro de los
últimos cinco años. Lo anterior se ve reflejado por el desarrollo de diferentes vocabularios de
emociones generados, por ejemplo, el vocabulario EsSense Profile® que contiene 39
emociones (King y Meiselman, 2010; King et al., 2013) y su versión corta con 25 emociones
desarrollada por Nestrud et al., (2016). Estos vocabularios han permitido generar el perfil de
emociones de alimentos como café, chocolate, entre otros, pero no hay evidencia del análisis
de emociones de chiles pungentes y no puengentes (Jager et al., 2014; Kanjanakorn y Lee,
2017). Es por ello que existe la necesidad de generar información que contribuya no solo a
descripción sensorial de los diferentes chiles, sino que también incluyan las diferentes
emociones que generan en el consumidor, ya que la información sensorial de chiles es
limitada (Patel et al., 2016). La información que se genere mediante el uso de las diferentes
sensoriales y determinación de emociones pueden ser de utilidad para los productores de
chiles, los fabricantes de alimentos que contemplan el uso de chiles como un ingrediente en
sus productos (Guzmán y Bosland, 2017).
Por último, es importante recalcar que una de las ventajas de las técnicas sensoriales
estáticas, dinámicas y emociones es que los datos pueden ser validados por técnicas
estadísticas univaridas (Análisis de Varianza) y multivariadas (Análisis Generalizado
Procrusteno, Análisis de Componentes Principales, Análisis de Correspondencia, Análisis de
Correspondencia Múltiple, Análisis Factorial Múltiple, entre otros) con la finalidad de evaluar
el desempeño del panel y así obtener un perfil sensorial confiable y consistencia de los
resultados (Dairou y Sieffermann, 2002; Tomic et al., 2007; Perrin et al., 2009; Cadoret et al.,
2013; Dinnella et al., 2013; Ramírez-Rivera et al., 2018)
La calidad de un alimento está definida por sus características sensoriales que son percibidas
por el consumidor debido a que juegan un papel importante en su aceptabilidad. Es por ello
que el color, sabor, textura y aroma son de gran importancia para los productores e
industriales dedicados a la producción de alimentos (Guzmán y Bosland, 2017; Chan et al.,
2011). Sin embargo, en los frutos pungentes, estos aspectos pueden estar influenciados por
factores como las condiciones climáticas, el genotipo, las técnicas de cultivo y el tiempo de
maduración. La etapa de madurez es un factor importante que influye en la calidad de este
tipo de productos, ya que, durante la maduración ocurren varias modificaciones bioquímicas,
fisiológicas y estructurales que van determinando los atributos de la calidad (Menichini et al.,
2009). Dentro de la etapa de madurez del chile, el sabor y el aroma de este alimento son
factores claves para la determinación de su calidad, es por ello que dichos factores deben
ser evaluados desde el punto de vista sensorial e instrumental (S-I) y su correlación juegan
un papel importante en la huella de identificación de un alimento.
268
En este sentido, algunas investigaciones se han enfocado principalmente en el estudio de
las relaciones S-I (cromatografía). Por ejemplo, Gillette et al., (1984) reportaron un valor de
correlación de 0.94 entre la intensidad de calor percibido y el porcentaje de capsoicinoides.
Luning et al., (1994) evaluaron S-I chiles frescos (Capsicum annuum) variedad Mazurka y
Evident, encontraron una relación de los atributos dulzura y ácido con cantidades altas de
fructuosa, glucosa, ácido cítrico y ácido ascórbico en los pimientos rojos. Dos Santos-
Gaarruti et al., (2013) efectuaron la comparación entre datos sensoriales y datos de
cromatografía acoplado a espectrometría de masas aplicado a tres nuevas variedades de
chile habanero no pungente (BRS Seriema, CNPH 4080 y Naranja Biquinho) de Brasil
reportando que los compuestos químicos 3,3-dimetilciclohexanol, esta relacionados con
atributos sensoriales dulce y aroma a frutas mientras que 3-metilbutanoato de hexilo se
relaciona con notas a herbal.
A pesar de que se han hecho diferentes esfuerzos para ir correlacionando datos sensoriales
e instrumentales, la mayoría de las investigaciones se centran en analizar características del
chile de manera particular. Por ejemplo, el color también juega un papel importante en la
selección de los chiles por parte de los consumidores. Es por ello, que el equipo de
colorimetría es una de las herramientas que sirve para la definición del color del alimento en
función al espacio de color CIE L* Luminosidad), a* (+a indica rojo, -a indica verde), b* (+b
indica amarillo, -b indica azul). Por ejemplo, Gómez-Rincón et al., (2018) analizaron el efecto
de dos tipos de suelo café y rojo en los parámetros de color de chile habanero (L*, a*, b*,
Croma y ángulo Hue) y reportaron que los valores más altos fueron L*=57.67±0.06,
a*=8.68±0.06, ángulo Hue=0.27±0 en el suelo café y b*=36.14±0.06, Croma=36.75±0.06 en
el suelo rojo. Sin embargo, falta ampliar los estudios de correlación entre el color sensorial
y el color instrumental en chiles.
Por otro lado, la textura es otro de los parámetros de gran importancia para el consumidor
de chile (Harker et al., 2010; Contador et al., 2016). Los cambios de textura del chile se deben
a los procesos bioquímicos que generan el rompimiento hidrolítico de la pared celular del
tejido vegetal efectuado por la acción de enzimas como poligalacturonasas,
pectínmetilesterasas, entre otros. A nivel sensorial, la textura ha sido cuantificada en tacto y
en boca. Sin embargo, la medición de la textura de este alimento se ha llevado a cabo
mediante equipos que simulan el proceso de masticación generando lo que comúnmente se
le conoce como Perfil de Textura (Hyldig y Nielsen, 2001; Baena et al., 2018; Ramírez-Sucre
et al., 2018). En este sentido, Ramírez-Sucre et al., (2018) determinaron la textura de chile
habanero cultivado con tres diferentes suelos de la Península de Yucatán y reportaron
valores de dureza superiores a los 50N.
Cabe mencionar que algunos investigadores han introducido técnicas alternativas para la
evaluación de la textura, por ejemplo, se ha usado la técnica de espectroscopia de infrarrojo
cercano (NIR por sus siglas en inglés) para la evaluación de la firmeza en los chiles. En este
sentido, Penchaiya et al., (2009) compararon los resultados de firmeza de pimientos de
Bélgica entre un equipo de textura y la técnica NIR y reportaron un valor de correlación de
0.81 entre los valores generados por el equipo de textura y el NIR.
Otra de las alternativas de la medición de textura en chiles ha sido desarrollada desde el
campo del Análisis de Imagen (AI), la cual, también ha contribuido en la determinación de la
calidad de diferentes variedades de chiles en función a su textura, análisis morfométrico y
269
distribución de la concentración de la capsaicina en el chile mediante diferentes algoritmos
matemáticos (Rajalakshmi y Subashini, 2014; Sánchez-Segura et al., 2015; Jiang et al.,
2018). Por ejemplo, Rajalakshmi y Subashini, (2014) analizaron la textura de chile de la india
aplicando algoritmos matemáticos para la segmentación de imágenes procedentes de la
técnica de Difracción de Rayos X (Figura 1). Por su parte, Sánchez-Segura et al., (2015)
evaluaron la morfometría de los tejidos de chile y la formación de ampollas (estructuras
relacionadas con la pungencia) mediante análisis de imagen digital de chiles habanero y
jalapeño, estos autores reportaron que las características morfológicas de las imágenes
están relacionadas con la alta pungencia de los chiles en las etapas de maduración (Figura
2). Jiang et al., (2018) usaron imágenes hiperespectrales de infrarrojo cercano (Figura 3)
para la determinación de la calidad de los chiles acorde con los mapas de distribución
espacial de la concentración de capsaicina y dihidrocapsaicina para clasificar los niveles de
pungencia (Figura 4) determinando que esta técnica contribuye a diferenciar chiles
pungentes y no pungentes con una precisión del 98%.
270
Figura 2. a) Tejido placentario a 8 dda (días después de la antesis) de C. chinense jacq. '' Habanero
''. El tabique interlocular creció en el tejido placentario (Δ). (b) Cambio en el tejido epidermis
placentario y Formación de ampolla a los 15 dda (Δ). (c) Proliferación del tejido epidermis placentario
a 20 dda (Δ). (d) Área de transición de la epidermis pluristratificada (Δ), monocapa epidérmica y
monocapa de células glandulares (→) a 29 dda. (e) Hinchazón de las ampollas a 39 dda (Δ). (f)
Colapso de las ampollas (Δ) y senescencia a 44 dda. (Fuente: Sánchez-Segura et al., 2015).
271
Figura 4. A) Imágenes RGB de chile cortado; B) Mapa de distribución de la capsaicina y C) mapa
de distribución de dihidrocapsaicina. (Fuente Jiang et al., 2018).
272
III. Conclusiones
Se concluye que las técnicas sensoriales QDA, Check-All-The-Apply y las técnicas dinámicas
han sido frecuentemente aplicadas en la caracterización sensorial de algunos chiles, aunque
la prueba de Scoville sigue siendo mayormente usada a comparación de las técnicas
sensoriales antes mencionadas. También se han usados diferentes técnicas instrumentales
para la evaluación de capsaicinoides, perfil de textura, parámetros de color y contenido
mineral en chiles, aunque la correlación con datos sensoriales de chile ha sido limitado. Es
por ello que se recomienda realizar investigaciones que permitan el desarrollo de métodos
de preparación de muestras de chiles para analizar las emociones que se generan al
momento de consumidor el chile, así como para la generación de vocabularios sensoriales
que permitan evaluar las muestras con la mayor cantidad de sentidos humanos. Lo antes
mencionado representa una importante área de oportunidad para profundizar en las
investigaciones donde se requiera hacer uso de las técnicas sensoriales e instrumentales
para analizar el impacto de diferentes factores como el manejo agronómico, el clima entre
otros, en la calidad de los chiles.
IV. Referencias
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277
CAPÍTULO 15
Autónoma de Guerrero. Calle Pino s/n. Col. El Roble. Acapulco de Juárez, Guerrero. C.P. 39640. *autor de
correspondencia:” yaixma@gmail.com
3CONACyT-Universidad Autónoma de Guerrero, Av. Javier Méndez Aponte núm. 1. Fracc. Servidor Agrario. Chilpancingo
de los Bravo, Guerrero, México. C.P. 39070
Resumen
Capsicum chinense Jacq. pertenece a la familia Solanaceae y es ampliamente conocido en el
mundo. En México se conoce como chile habanero y representa parte de la tradición e identidad
cultural de México; sus cualidades y prestigio permitieron la otorgarle la denominación de origen
‘chile habanero de la Península de Yucatán’. Los frutos del género Capsicum son no climatéricos.
Las frutas de C. chinense muestran amplia variabilidad en sus características físicas como forma,
tamaño, color, aroma y textura, las cuales cambian durante la maduración, siendo los cambios más
drásticos en color y textura. El contenido de capsaicinoides también varía durante todas las etapas
del desarrollo y, se observa una acumulación progresiva hasta los 45-50 días, donde puede alcanzar
entre 120 y 200 µg·g-1, para luego disminuir gradualmente. El momento de cosecha más frecuente
en C. chinense es cuando el fruto ha alcanzado su tamaño máximo, se encuentra en etapa de
madurez fisiológica con epicarpio color verde brillante y firmeza al tacto. En estas condiciones posee
una vida de anaquel promedio de 2 semanas a 22 °C. La cosecha se hace manualmente
conservando el pedúnculo. La calidad del fruto se basa en su apariencia externa (tamaño, forma,
firmeza y color), nivel de pungencia e incluso, su peso y contenido de sólidos solubles. Se estiman
pérdidas de producción de alrededor del 20 – 30 % anual, principalmente debido a infecciones
microbianas y daños fisiológicos derivados del manejo poscosecha. Se han implementado
diferentes tecnologías para incrementar su vida de anaquel, como el almacenamiento a bajas
temperaturas, aplicación de radiaciones gamma y ultravioleta, control biológico, conservación por
atmósferas controladas y modificadas, entre otras. La refrigeración a 10 °C es efectiva para
almacenamiento en periodos prolongados (25 días).
279
Abstract
Capsicum chinense Jacq. it belongs to the Solanaceae family and is widely known in the world. In
Mexico it is known as ‘chile habanero’ and represents part of the tradition and cultural identity of
Mexico; its qualities and prestige allowed the granting of the denomination of origin ‘chile habanero
de la Península de Yucatán’. The fruits of the genus Capsicum are non-climacteric. The fruits of C.
chinense show wide variability in their physical characteristics such as shape, size, color, aroma and
texture, which change during ripening, being the main changes in color and texture. The
capsaicinoids content also varies during all stages of development and a progressive accumulation
is observed to 45-50 days, where it can reach between 120 and 200 μg · g-1, and then gradually
decrease. The most frequent harvest time in C. chinense is when the fruit has reached its maximum
size, is in the stage of physiological maturity with shiny green epicarp and firmness. Under these
conditions it has an average shelf life of 2 weeks at 22 °C. The harvest is executed manually keeping
the peduncle. The quality of the fruit is based on its external appearance (size, shape, firmness and
color), level of pungency and even its weight and content of soluble solids. The lossing production
is around 20 - 30% per year are estimated, mainly due to microbial infections and physiological
damages derived from postharvest handling. Different technologies have been implemented to
increase shelf life, such as storage at low temperatures, application of gamma and ultraviolet
radiation, biological control, conservation by controlled and modified atmospheres, among others.
Refrigeration at 10 ° C is effective for storage over prolonged periods (25 days).
I. Introducción
Capsicum chinense Jacq. pertenece a la familia Solanaceae y es conocido en diversas partes del
mundo. En México se conoce como chile habanero y representa parte de la tradición e identidad
cultural de México, ya que han caracterizado la cocina mexicana desde hace al menos 8 siglos
(Contreras-Padilla y Yahia, 1998). Su amplia dispersión geográfica tiene su centro de origen en
América del Sur, zona que se considera de mayor diversidad (Bharath et al., 2013) que se ha
extendido hasta nuestro país, principalmente en la península de Yucatán, donde se le ha otorgado
la “denominación de origen” (Diario Oficial de la Federación, 2008). Esta distinción se debe
principalmente a que las condiciones climáticas y el sistema de cultivo tradicional que prevalece aún
en día, han permitido desarrollar su variabilidad genética y persistencia como especie local
(Andueza-Noh et al., 2017). Dicha variabilidad constituye una fuente importante de genes útiles para
programas de mejoramiento encaminados a incrementar la productividad del cultivo, así como la
calidad de la fruta.
De acuerdo con Chunab et al. (2011), la calidad de un alimento está definida, en gran medida, por
la percepción que tenga el consumidor de él, principalmente basado en las características
sensoriales, nutrimentales, funcionales y de inocuidad. Por ello, conocer la fisiología de las frutas y
hortalizas es clave para el desarrollo de programas de manejo pre y poscosecha orientados al
aseguramiento de la calidad de los productos desde su origen. No obstante, aún son pocos los
trabajos relacionados con este tema en C. chinense, por lo que el objetivo del presente trabajo fue
280
recopilar información relacionada con los principales cambios fisiológicos que sufren los frutos de
C. chinense durante la maduración, así como los tratamientos poscosecha utilizados para mantener
la calidad y prolongar la vida útil de chile habanero.
De acuerdo con Martínez-González et al. (2017), en la vida de los frutos se pueden distinguir tres
etapas secuenciales: crecimiento, maduración y senescencia. Una vez que la flor ha sido polinizada
y fertilizada (cuaje) inicia el proceso de división y elongación celular, el fruto incrementa su tamaño
hasta alcanzar la madurez fisiológica (en inglés ‘mature’). Es en esta etapa donde se inicia una serie
de cambios bioquímicos irreversibles de control genético y hormonal para alcanzar la madurez de
consumo (en inglés ‘ripe’), entre los que se pueden mencionar cambios de color, sabor, aroma,
textura y pérdida de firmeza, que conduce al ablandamiento del fruto, el deterioro de la membrana
y finalmente a la senescencia o muerte celular.
Asimismo, al inicio de la madurez de consumo pueden ocurrir cambios importantes en la actividad
respiratoria de las frutas. Si las tasas respiratorias y de producción de etileno aumentan, las frutas
pueden madurar después de la cosecha (siempre y cuando esta ocurra en la etapa de pre climaterio)
y se conocen como frutos ‘climatéricos’; mientras que los frutos ‘no climatéricos’ no son capaces de
continuar su proceso de maduración una vez que se desprenden de la planta madre debido a que
no muestran incrementos visibles en sus tasas de respiración y producción de etileno durante la
maduración (Elibox et al., 2015; Martínez-González et al., 2017).
El chile habanero y otros frutos del género Capsicum son no climatéricos, y aun cuando en algunos
pimientos se observan concentraciones de etileno capaces de inducir la maduración, el aumento
respiratorio coincidente con el inicio de la maduración suele estar ausente (Villavicencio et al., 1999).
La respiración es un proceso complejo que involucra la oxidación de carbohidratos y lípidos a CO2
y agua para producir energía, puede ser influenciado por factores intrínsecos tales como la variedad,
tamaño de la fruta, grado de madurez y tipo de tejido, así como por factores extrínsecos como la
temperatura, concentración de gases y daños mecánicos (Mattos et al., 2007).
Las variedades de C. chinense presentan tasas respiratorias medias, en comparación con otras
especies del género Capsicum. Mattos et al. (2007) registraron valores de CO2 entre 118 y 158
mg·kg-1h-1 en variedades coloridas de chile habanero de Brasil, los cuales incrementaron en el
segundo día de almacenamiento hasta registrar picos de máxima producción de 213 y 272 mg·kg-
1h-1 en la variedad anaranjada y amarilla respectivamente. Villavicencio et al. (1999) reportaron
valores menores de CO2 (89.2 mg·kg-1h-1) y etileno (0.367 µL·kg-1h-1) en frutos de habanero maduros
en comparación con los frutos en estado verde (CO2 = 117.8 mg·kg-1h-1, etileno = 0.611 µL·kg-1h-1);
no obstante este comportamiento difirió en otras variedades como ‘Chiltepín’, que incrementó en 26
% la producción de CO2 en el estado maduro (291.7 mg·kg-1h-1), pero disminuyó en 67 % la
producción de etileno (0.11 µL·kg-1h-1).
A pesar de las bajas tasas respiratorias que presentan los frutos no climatéricos, el etileno exógeno
juega un papel importante en los cambios bioquímicos que experimentan estos frutos una vez
cosechados, aunque su sensibilidad varía independientemente de la especie (Finger y Pereira,
2016). Por ejemplo, cuando los frutos de Capsicum se cosechan en estado verde y son tratados
con etileno no maduran normalmente, no así cuando se cosechan durante o después de la etapa
281
de cambio de color, donde se observan cambios progresivos propios de la maduración, lo que
sugiere que los reguladores de la maduración pueden estar presentes exclusivamente desde esta
etapa hacia adelante, posiblemente en una ruta independiente del etileno (Aizat et al., 2013).
Adicionalmente, Aizat et al. (2014) observaron cambios significativos en el contenido de almidón,
azúcares y otros derivados durante las diferentes etapas de maduración de C. annuum var. Aries,
lo que puede afectar la abundancia de algunos productos intermedios de glucólisis y, en
consecuencia, otras rutas metabólicas que involucran aminoácidos, precursores de color y
pungencia y productos intermediarios del ciclo del ácido tricarboxílico (TCA). Además, los
metabolitos estrechamente relacionados con la producción de etileno, como la cisteína y la
metionina, aumentaron gradualmente entre las etapas de maduración, mientras que la putrescina
disminuyó significativamente durante la maduración, lo que sugiere que algunas partes de la ruta
del etileno aún pueden ser funcionales en esta fruta no climatérica.
Las frutas de C. chinense muestran amplia variabilidad en sus características físicas como forma,
tamaño, color, aroma y textura, las cuales cambian durante la maduración. Entre las características
que experimentan cambios más drásticos se encuentran el color y la textura. En una colección de
264 accesiones de germoplasma de C. chinense del Caribe, Bharath et al. (2013) reportaron cuatro
colores principales de frutas inmaduras: blanco, amarillo, púrpura y, con mayor frecuencia, verde en
distintas tonalidades; mientras que en estado maduro se observaron doce colores, entre los que
predominaron las variantes rojas. Por su parte, Baba et al. (2016) identificaron 10 tonalidades
diferentes en frutos inmaduros de accesiones de C. chinense de Brasil, mientras que el color
predominante en los frutos maduros fue el rojo (55 %), anaranjado (10 %) y una accesión blanca,
naranja-amarilla y negra.
En Capsicum annum, Noichinda et al. (2017) indican que la clorofila predomina en la etapa de
madurez verde de la fruta (0.42 g·g-1pf, peso fresco) y disminuye ligeramente hasta 0.1 g·g-1 cuando
madura completamente y se torna roja, debido al incremento de la clorofilasa, cuyo pico de máxima
actividad fue de 0.61 unidad·min-1·µg-1 de proteína en la etapa roja. Durante la maduración de los
frutos rojos de Capsicum, hay una síntesis intensa de pigmentos carotenoides (rojo-anaranjado),
principalmente capsantina, capsorubina y criptocapsina (Lannes et al., 2007); sin embargo, la
antocianina (rojo-púrpura) también está presente desde la etapa verde, pero en menor proporción
que la clorofila. El etileno está involucrado en la regulación de los genes de la biosíntesis de
antocianinas, cuya acumulación depende del clima en el que se desarrollan las frutas (temperaturas
bajas favorecen la biosíntesis); cantidad de nutrientes del suelo, donde el déficit de nitrógeno y
fósforo inducen su acumulación; así como con la intensidad de luz del sol (Martínez-González et al.,
2017). Los pigmentos de las frutas son poderosos bioactivos de interés alimentario, cosmético y
terapéutico, por lo que entender los procesos de su biosíntesis puede ser un aspecto importante
para su aprovechamiento biotecnológico, tal como lo reportado por Pérez-Ambrocio et al. (2018),
quienes lograron incrementar los bioactivos y la capacidad antioxidante del chile habanero al tratarlo
con una combinación de 3 min de luz azul más 0.5 min de luz UV-C durante el almacenamiento.
El ablandamiento o pérdida de firmeza del fruto es un proceso complejo que involucra tres pasos
subsecuentes que son la relajación de la pared celular, la despolimerización de hemicelulosas, y la
despolimerización de poliurónidos por la poligalacturonasa u otras enzimas hidrolíticas. Dichas
modificaciones involucran la acción coordinada e interdependiente de enzimas y proteínas
modificadoras de la pared celular tales como la poligalacturonasa (EC 3.2.1.15), pectinmetilesterasa
(EC 3.1.1.11), β-galactosidasa (EC 3.2.1.23) xiloglucano endotransglicosilasa (EC 2.4.1.207) y
expansinas (Martínez-González et al., 2017).
282
En cuanto a la composición química, el pH no muestra diferencia significativa entre el chile sazón y
el maduro (Chunab et al., 2011), no así el contenido de azúcares totales, los cuales disminuyen
durante la maduración debido a que son utilizados como fuente de energía en el proceso respiratorio
(Noichinda et al., 2017). La acumulación de sólidos solubles en el pericarpio del fruto de C. annum
se correlaciona positivamente con el contenido de materia seca de la fruta, por cada 1 % de aumento
en el contenido de peso seco, los sólidos solubles aumentan aproximadamente 0.28 % (Lannes et
al., 2007).
La maduración también afecta el aroma de los frutos de Capsicum. Se han identificado más de 130
compuestos volátiles responsables del aroma en C. chinense, principalmente ésteres y terpenoides,
entre los cuales el (E)-2-hexenal, 3-metilbutanoato de hexilo, 3-metilbutanoato de (Z)-3-hexenilo,
pentanoato de hexilo, 3,3-dimetilciclohexano y el ácido hexadecanoico son los de mayor
predominancia. El mayor rendimiento de compuestos volátiles se observó en accesiones de
tonalidades naranja y marrón (6.68 a 11.84 mg·kg-1), quienes además presentan mayor proporción
de ésteres con notas florales que los cultivares rojos. Durante la maduración del chile Habanero la
mayoría de los compuestos con notas de olor verde disminuyen o desaparecen, mientras, por el
contrario, ésteres con notas de olor afrutado aumentan su contenido (Sosa-Moguel et al., 2018).
Para cosechar las semillas, el momento óptimo es el más cercano al punto fisiológico de madurez,
ya que se favorece la preservación del potencial fisiológico de las semillas. El mejor tiempo de
cosecha del chile habanero para la producción de semillas varía entre 60 y 67 días después de la
antesis, los indicadores de madurez fisiológica son el vigor, el contenido de humedad, la masa y el
tamaño del fruto; la madurez de las semillas generalmente coincide con el comienzo del cambio de
coloración roja. Las semillas de chile habanero de frutas cosechadas y sometidas a reposo tienen
283
una alta calidad fisiológica y menor latencia. Las semillas de chile habanero, cuando se cosechan
cerca del punto de madurez y se secan en condiciones controladas (35 ºC) en un flujo de aire
constante, inducen la síntesis de proteínas resistentes al calor (dos Santos et al., 2016). Finalmente,
Andueza-Noh et al. (2017) sugieren almacenar las semillas de C. chinense a 26 °C, lo cual garantiza
una vida útil hasta por seis meses, además de mayor porcentaje de germinación estándar total y
permite obtener mayor número de plántulas normales.
Adicionalmente, Elibox et al. (2015) recomiendan que los chiles habaneros se recolecten durante
los periodos más frescos del día (temprano en la mañana o al final de la tarde) y que se almacenen
o transporten a baja temperatura y alta humedad relativa de manera inmediata para asegurar una
vida útil más larga. Las altas temperaturas aumentan la diferencia de presión de vapor entre la fruta
y el entorno, que es el potencial de conducción para una transferencia más rápida de la humedad
de la fruta al aire circundante. Además, las altas temperaturas hacen que los pericarpios y los
pedicelos pierdan turgencia o firmeza, lo que dificulta el desprendimiento de los frutos de las plantas.
La calidad de las frutas de Capsicum se basa en su apariencia externa (tamaño, forma, firmeza y
color), nivel de pungencia e incluso, para la industria alimentaria, en su peso y contenido de sólidos
solubles. En C. chinense se han descrito diferentes morfologías de la fruta, entre las que destacan
las formas alargadas, campanuladas, cuadradas, triangular y redondeada; el tamaño oscila entre
1.14 y 9.88 cm, el diámetro de fruto entre 0.84 y 3.86 cm, su peso varía entre 0.46 y 24.2 g y el color
del epicarpio va del verde, amarillo, naranja y diversas tonalidades de rojo al madurar, lo cual es un
rasgo de calidad importante para la industria de colorantes y oleosinas (Lannes et al., 2007; Baba
et al., 2016).
El peso de la fruta puede variar entre 5 y 19 g. Lannes et al. (2007) encontraron una correlación
positiva entre el peso de la fruta y el grosor del pericarpio de C. chinense, donde las accesiones que
produjeron frutos más grandes tuvieron pericarpios más gruesos. Esta correlación puede ser útil en
la selección de las variedades más apropiadas para la venta en el mercado fresco, ya que las frutas
con pericarpios más gruesos, además de tener mejor aspecto para el consumidor, son más
resistentes a las heridas durante el manejo poscosecha. Lo anterior es similar a lo reportado por
284
Finger y Pereira (2016), quienes añaden que las frutas con pericarpio más grueso son menos
susceptibles a la contracción debida a la pérdida intensa de agua durante la desecación. La pérdida
de agua es la principal causa de detrimento de calidad de vida de los chiles, en parte se debe a la
limitada capacidad de retención de agua que tiene el fruto por su naturaleza hueca, pero difiere
entre especies, e incluso, entre variedades y etapas de madurez. El epicarpio permite que la fruta
mantenga el agua a pesar de la baja humedad relativa en el aire circundante, particularmente
después de la cosecha, además de ser útil también para el intercambio de gases entre el producto
y su entorno (Díaz-Pérez et al., 2007).
La pérdida de peso del chile habanero en poscosecha está supeditada también por la relación
superficie/volumen y la composición de la epidermis cerosa (Finger y Pereira, 2016). La pérdida de
agua ocurre inicialmente por difusión a través de la cutícula, debido a que la epidermis de los frutos
maduros carece de estomas. La cutícula de C. annum var. ‘poblano’ posee casi tres veces más
ceras que C. chinenese (634 μg·dm−2 y 215 μg·dm−2 respectivamente) y difieren en su composición
química. La cera de la cutícula del chile poblano está compuesta por 4.6 % de ácidos grasos libres
(principalmente C26), 0.8 % de aldehídos, 14.5 % de alcanos (n-alcanos, alquenos, isoandanteiso-
alcanos) y 73.3 % de compuestos triterpenoides y esteroles, con predominancia de α y δ-amirinas;
mientras que la cera de C. chinenese contiene cantidades similares de alcoholes primarios (7-8 %)
que el chile poblano, pero más ácidos grasos libres (14.5 %), aldehídos (5.4 %) y alcanos totales
(57.3 %), principalmente C29 y C31, así como menor cantidad de triterpenoides y esteroles (14.6 %),
entre los que predominó la β-amirina. La tasa de pérdida de agua se correlaciona positivamente con
la cantidad total de triterpenos y esteroles, así como con los monómeros C16 y el ácido 16-dihidroxi-
hexadecanoico; pero se correlacionan de manera negativa con el contenido de alcanos y la cantidad
de cera superficial total. Lo anterior sugiere que los constituyentes simples de la cutícula alifática de
cadena recta forman barreras cuticulares más impermeables que los compuestos basados en
isoprenoides más complejos. Por lo anterior, C. chinense presenta hasta 60 % menor tasa de
pérdida de agua, en comparación con C. annuum (Parsons et al., 2012).
El grosor del pericarpio de las frutas del género Capsicum también se correlaciona con el contenido
de sólidos solubles, donde los chiles con pericarpios más finos presentan mayor contenido de
sólidos solubles, lo que los hace más adecuados para el procesamiento, particularmente en
procesos de deshidratación, debido a que requieren menor cantidad de energía para la remoción
del agua. Del mismo modo, el peso del fruto fresco se correlaciona de manera inversa con el
contenido de materia seca acumulada; así los frutos grandes (∼19 g) registran aproximadamente 16
% de materia seca comparados con los frutos pequeños (∼0.99 g) que acumulan menor proporción
(4.6 %) (Lannes et al., 2007).
Además de la humedad, la temperatura es otro factor ambiental que mayor influencia ejerce sobre
la calidad poscosecha de los frutos (Díaz Pérez et al., 2007), la cual puede ser mermada por la
presencia de lesiones causadas durante la cosecha o el manejo, tales como heridas, cortes,
laceraciones de artefactos cortantes o punzantes que generan pérdida de la integridad de los tejidos
(Coop Gamas et al., 2011); la senescencia bioquímica natural que conduce a la pérdida de color y
peso; así como síntomas de infección por plagas o enfermedades. La necrosis es un síntoma de
deterioro del chile habanero, inicia en el pedicelo y progresa gradualmente hasta el cáliz hasta el
pericarpio. No obstante, según el destino comercial de la fruta, ciertos rangos de necrosis son
permitidos. Así, frutas sin defectos de color, tamaño o forma, pero con un máximo de 20 % de
necrosis del pedicelo pueden ser comercializadas para consumo en fresco; mientras que aquellas
285
que presentan pedicelos y cálices necróticos pero que no muestran necrosis de pericarpio se
pueden utilizar solo para la industrialización (Elibox et al., 2015).
La cosecha es una etapa crucial para el mantenimiento de la calidad de las hortalizas. De acuerdo
con Coop Gamas et al. (2011), entre las causas de pérdidas más comunes durante la cosecha se
encuentra el personal no calificado, material de cosecha inapropiado, índice de cosecha
inadecuado, selección deficiente del producto, daño mecánico, malas prácticas de higiene y manejo,
entre otras.
A pesar de sus bajas tasas respiratorias, las frutas del género Capsicum son altamente
perecederas. Aunque cuantificar las pérdidas poscosecha de frutas y verduras no es fácil, se estima
que las pérdidas oscilan alrededor del 20 – 30 % anual, principalmente debido a infecciones
microbianas; daños fisiológicos derivados del proceso de cultivo, maduración o al manejo
poscosecha; prácticas tecnológicas inadecuadas en la cosecha, el transporte, almacenamiento y
empaque (Olayemi et al., 2010). Por lo anterior, un adecuado manejo poscosecha es crucial para
la mantener la calidad de los productos frescos.
En poscosecha, la pérdida de agua es el principal problema que demerita la calidad de las frutas.
Cuando la pérdida de agua de un fruto alcanza 6 - 7 % de su peso, la firmeza y la apariencia
disminuyen y en consecuencia su calidad y vida de anaquel, por lo que es importante mantener la
humedad relativa óptima (90-95 %) para prevenir la desecación (Olayemi et al., 2010; Coop Gamas
et al., 2011). Otro factor importante que se debe tener en cuenta al diseñar un programa de manejo
poscosecha son las tasas de respiración de las variedades de fruta, así como la acumulación de
etileno en el ambiente que rodea al fruto durante su almacenamiento (Villavicencio et al., 1999).
Para evitar o minimizar dichas pérdidas, y prolongar la vida poscosecha de los productos
hortofrutícolas, se han implementado diferentes tecnologías, como son el almacenamiento a bajas
temperaturas, aplicación de radiaciones gamma y ultravioleta, control biológico, conservación por
atmósferas controladas y modificadas, entre otras (Fernández Valdés et al., 2015). Las principales
ventajas de las atmósferas modificadas son retardar la maduración y senescencia, prevenir y
controlar algunos desordenes fisiológicos (fisiopatías) como son el daño por frío y el escaldado,
controlar o prevenir enfermedades y pudriciones ocasionadas por microorganismos, controlar las
infestaciones ocasionadas por insectos, mantienen la calidad nutritiva de las frutas y hortalizas
(Coop Gamas et al., 2011). La aplicación de ceras y otros recubrimientos naturales o sintéticos son
ejemplos de atmósferas modificadas que han mostrado ser útiles para contrarrestar las pérdidas de
agua de muchos tipos de fruta, además de que sus propiedades de barrera permiten en algunos
casos la difusión selectiva de gases como el etileno, oxígeno y dióxido de carbono, sin afectar sus
propiedades organolépticas y sensoriales.
La refrigeración es un método viable para la conservación del chile habanero. González et al. (2004)
utilizaron refrigeración a 7 °C en combinación con atmósferas modificadas a través de bolsas de
polietileno perforadas en frutos en etapa de madurez verde, con lo cual lograron incrementar hasta
en 20 días el almacenamiento, seguido de un periodo de maduración de 5 días a 22 °C. Las bajas
temperaturas o el uso de atmósferas modificadas no modifican el color de las frutas de C. chinense
(Coop Gamas et al., 2011; Pérez-Ambrocio et al., 2018).
286
Por otro lado, al igual que otras frutas frescas, C. chinense es susceptible a desarrollar síntomas de
daño por frío. Aunque la refrigeración a 10 °C es efectiva para almacenamiento en periodos
prolongados (25 días), temperaturas inferiores a esta genera daño por frío. La fruta sometida a
estrés por frío sufre cambios fisiológicos y bioquímicos antes de que los síntomas sean visibles y
su severidad depende de la variedad, etapa de maduración (Finger y Pereira, 2016) y tiempo de
exposición. Los síntomas de daño por frío pueden ser picaduras (debidas al colapso de células
epidérmicas), translucidez del mesocarpio, oscurecimiento de las semillas e infecciones
secundarias; pero a medida que se extiende el período de enfriamiento, las picaduras se agrandan
y la tasa de decoloración de los pedicelos, cálices y semillas aumenta. Para mantener la calidad y
aliviar las lesiones por frío del chile habanero se pueden utilizar tratamientos combinados que
incluyen inmersión en hipoclorito de sodio, atmósfera modificada y almacenamiento a baja
temperatura. Por ejemplo, el chile habanero se puede almacenar en empaques de polietileno de
alta densidad (HDPE) microperforados por períodos cortos (15 días) a 5 °C sin daños graves. La
ventaja de usar HDPE es su permeabilidad, que permite el intercambio gaseoso restringido pero
equilibrado, además de posibilitar una acción prolongada y más eficiente del hipoclorito de sodio, lo
que resulta en una mayor retención de sustancias volátiles activas en la superficie de la fruta
(Mohammed et al., 2015).
Aunque la principal forma de consumo de C. chinense es en fresco, una parte importante del cultivo
se destina a la industrialización. Entre los fines alimenticios más conocidos es el de servir como
aditivo colorante (paprika) para la elaboración de embutidos como chorizo y salami u hojuelas de
maíz; saborizante en el ron o en la bebida de ginger ale; en la fabricación de salsas picantes y
aderezos tipo cátsup y mayonesa; purees y pastas, entre otros. Por otro lado, en la industria avícola
se mezcla con los alimentos balanceados para producir huevos con yema de color más rojizo; como
aditivo de la industria tabacalera, en la fabricación de cigarros y tabaco; como complemento de
productos químicos repelentes de animales como coyotes, mapaches o incluso elefantes; como
ingrediente en la elaboración de cables y alambres conductores de fluidos, para evitar el daño por
roedores; pintura para barcos, por su alta capacidad anticorrosiva; además de extraer la capsaicina
para fines farmacéuticos, como pomadas calientes; cosméticos y en la industria de la defensa para
elaborar gas lacrimógeno (Corrales-García et al., 2002; Olayemi et al., 2010; Coop Gamas et al.,
2011; Elibox et al., 2015).
III. Conclusiones
El chile habanero (Capsicum chinense Jacq.) forma parte de la identidad cultural y gastronómica de
México; sus cualidades y prestigio permitieron otorgarle la denominación de origen ‘chile habanero
de la Península de Yucatán’. Es un fruto no climatérico de importancia económica. Se conoce
ampliamente la fisiología pre y poscosecha de algunas variedades; sin embargo, es necesario
ampliar el estudio a otras variedades ya que existe una gran diversidad morfológica de este recurso.
Definir la tecnología poscosecha más adecuada para el manejo de los frutos en fresco o procesados
es determinante para ampliar su vida de anaquel, mercado internacional; así como para diversificar
los productos desarrollados a partir de los frutos. Sin duda, el chile habanero representa un recurso
emblemático de México, el cual requiere de mayores estudios que apoyen el desarrollo y
fortalecimiento de su cadena de producción e impacten en la economía nacional.
287
IV. Referencias
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289
CAPÍTULO 16
Burgos- Valencia, Eduardo1, Echevarría- Machado, Ileana1, Narváez- Zapata, José A.2,
Martínez- Estévez, Manuel1*
1Unidad de Bioquímica y Biología Molecular de Plantas. Centro de Investigación Científica de Yucatán, Calle 43 # 130,
Chuburna de Hidalgo, CP 97205, Mérida, Yucatán, México.
2Centro de Biotecnología Genómica. Blvd. del Maestro S/N Esq. Elías Piña. Col. Narciso Mendoza. C.P. 88710, Reynosa,
Resumen
Se hace una revisión de los análisis transcriptómicos aplicados a diferentes especies y
variedades dentro del género Capsicum. Considerando diferentes tecnologías de análisis
transcriptómico en las especies C. frutescens, C. chinense y C. annuum. El análisis de los
resultados obtenidos por diferentes grupos de investigación indican que el desarrollo
fisiológico de las plantas puede tener un importante efecto sobre el contenido de
capsaicinoides en los frutos, principalmente durante la floración y en la placenta de los
mismos, y que otros factores como la variedad de la planta también puede influenciar el
perfil transcriptómico obtenido. En algunos estudios se obtuvo una relación entre estos
cambios genéticos y la producción de capsaicinoides, con genes involucrados no
únicamente en la ruta tradicional de biosíntesis de capsaicinoides, sino también en otras
rutas como las de síntesis de fenilpropanoides y otras relacionadas como las biosíntesis de
los aminoácidos precursores. Sin embargo, otros factores ampliamente estudiados en otras
plantas, tales como los ambientales (tipo de suelo o estrés biótico o abiótico) han sido poco
estudiados en Capsicum con este enfoque por lo que representan nuevos tópicos de
estudio necesarios para ahondar entre la relación entre el perfil de expresión genética con
la acumulación de capsaicinoides y finalmente con la pungencia de los frutos en el género
Capsicum.
Abstract
A review of the transcriptomic analyzes applied to different species and varieties within the
Capsicum genus is carried out. Transcriptomic analysis technologies in the species C.
frutescens, C. chinense and C. annuum. The analysis of the results translates into different
research groups indicating that the physiological development of the plants can have an
important effect on the content of capsaicinoids in the fruits, mainly during flowering and in
292
the placenta of the same fruits, and that other factors such as the plant variety can also
influence the transcriptomic profile obtained. In some studies, a relationship between these
genetic changes and the production of capsaicinoids was obtained, with genes involved, no,
not in the traditional route of capsaicinoid biosynthesis, but also in other routes such as the
synthesis of phenylpropanoids and related ones such as biosynthesis. of the precursor
amino acids. However, other factors widely studied in other plants, stories such as the
environment or biotic or abiotic stress) have been little studied in this book. genetic
expression profile with the accumulation of capsaicinoids and finally with the pungency of
the fruits in the genus Capsicum.
I. Introducción
Los capsaicinoides acumulados en la mayoría de las especies del género Capsicum son de
gran interés ya que dan a los frutos su picor característico (Ruiz-Lau et al., 2011). Los
capsaicinoides tienen interés para aplicación en la industria de los alimentos, como
analgésico, antiinflamatorio, antioxidante, anticancerígeno y antitumoral debido a sus
propiedades bioactivas (Caterina et al., 1997; Srinivasan, 2016; Clark y Lee, 2016; Lin et
al., 2018; Ghiasi et al., 2019).
El proceso de desarrollo de las plantas y sus frutos está dictado por el genoma e
influenciado por el ambiente que les rodea. La regulación inicia y termina las distintas
etapas del desarrollo de los frutos y la expresión de los genes permite que ocurran los
diferentes procesos biológicos y se sinteticen los compuestos que son parte de estas
distintas etapas (Aza-Gonzalez et al., 2011; Arce-Rodríguez y Ochoa- Alejo, 2019).
293
Además, por la interacción genotipo-ambiente, diferentes especies de chile (C. annuum, C.
baccatum, C. chinense) o diferentes variedades de la misma especie tendrán diferente
desarrollo, como, por ejemplo, en el número de frutos y rendimiento del fruto (Jeeatid et al.,
2018), y diferente contenido químico, como, por ejemplo, en el contenido de capsaicinoides
(Canto-Flick et al., 2008; Antonious et al., 2009; Jeaatid et al., 2018). Esto quiere decir que
junto a la influencia del genotipo se debe considerar la del medio ambiente, que es el medio
en el cuál se desarrollan estas plantas y que interactúan de manera directa con ellas,
teniendo así que la misma variedad presentará diferentes fenotipos cuando crece y se
desarrolla en distintas localidades o incluso en diferentes épocas del año. Se han observado
diferencias en el contenido de capsaicinoides entre distintas accesiones y poblaciones de
Capsicum chinense cultivadas en las mismas condiciones o en distintas localidades (Canto-
Flick et al., 2008; Latournerie-Moreno et al., 2015; Olguin-Rojas et al., 2019), diferencias
por el efecto de la interacción genotipo-ambiente entre distintas variedades de Capsicum
chinense en distintos ambientes con variación en la época del año del cultivo, la
temperatura del aire, la humedad relativa y la intensidad luminosa (Jeeatid et al., 2018), por
el efecto del manejo de fertilizantes como potasio y nitrógeno (Medina-Lara et al., 2008),
por la aplicación de fertilizantes orgánicos o inorgánicos junto al efecto de los factores
ambientales como el clima y el suelo de los lugares donde se desarrollen los cultivos de
Capsicum chinense (Das et al., 2016) y debido a la aplicación de diferentes regímenes de
agua (Zamudio-Moreno et al., 2014).
294
Sin embargo, estas secuenciaciones ocurren en fragmentos pequeños, por lo que para
realizar estos análisis es necesario fragmentar el transcriptoma y volver a unir las
secuencias una vez obtenidas. Para los análisis de genomas y transcriptomas se requieren
herramientas bioinformáticas que permitan reensamblar las secuencias originales y analizar
la gran cantidad de datos que lleven finalmente a responder las preguntas de investigación
(Scornavacca y Galtier, 2017; Sanderson et al., 2017, Spalink et al., 2018).
Fenilalanina Piruvato
PAL ALS
Cinamato S-(2)-acetolactato
C4H AHRI
Cumarato 2,3-dihidroxi-3-
4CL metilbutanoato
4-cumaroil-shikimato/quinato 4-cumaroil-CoA DHAD α-cetoglutarato
α-cetoisovalerato NADH-GOGAT
BCKDH L-glutamato
C3H HCT Valina GS
BCAT L-glutamina
Cafeoil-shikimato/quinato Cafeoil-CoA α-cetoisovalerato
BCKDH
Capsaicina
Figura 1. Modelo de biosíntesis de capsaicinoides. PAL: fenilalanina amonio liasa; C4H: cinamato-
4-hidroxilasa; 4CL: 4-cumaroil-CoA ligasa; CoA: coenzima A; HCT: hidroxicinamoil transferasa;
C3H: cumaroil shikimato/quinato 3-hidroxilasa; COMT: ácido cafeico O-metiltransferasa; SAMSyn:
S-adenosilmetionina sintetasa; HCHL: hidroxicinamoil-CoA hidratasa/liasa; CCR: cinamoil-CoA
reductasa; CAD: cinamil alcohol deshidrogenasa; pAMT: aminotransferasa putativa; ALS:
acetolactato α sintasa; AHRI: acetohidroxiácido reductoisomerasa; DHAD: dihidroxiácido
deshidratasa; GS: glutamina sintetasa; NADH-GOGAT: glutamato sintasa dependiente de
nicotinamida adenina dinucleótido; BCAT: transferasa de aminoácidos de cadena ramificada;
BCKDH: deshidrogenasa/descarboxilasa de α-cetoácidos de cadena ramificada; FAS: ácido graso
sintasa; KAS: cetoacil-ACP sintasa; ACP: transportadora de grupos acilo; ACL: proteína
transportadora de grupos acilo; FAT: acil-ACP tioesterasa; ACS: acil-CoA sintetasa; CS:
capsaicinoide sintasa; AT3: aciltransferasa. Adaptado de Arce-Rodríguez y Ochoa-Alejo, 2019.
295
Este trabajo tiene como objetivo analizar de manera general el enfoque transcriptomico de
los genes relacionados con la síntesis de capsaicinoides aplicados en diferentes especies
y variedades del género Capsicum con el fin de determinar los factores fisiológicos más
importantes en la acumulación de estos metabolitos y así regular la pungencia en las
diferentes variedades comerciales de estas plantas.
La transcripción es un proceso que produce una cadena de RNA idéntica en secuencia con
una cadena de DNA (gene). Es el primer paso en el proceso de expresión de genes y el
paso en el cual ésta es frecuentemente regulada. En algunos casos el RNA es usado para
la producción directa de un polipéptido (RNA mensajero o mRNA). En otros casos, como
en los genes de RNA ribosomal (rRNA) o el RNA de transferencia (tRNA), el RNA transcrito
es el producto funcional final (Krebs et al., 2018). El transcriptoma es el conjunto de
transcritos que expresa una célula, un tejido, un órgano, etc. en cierto tiempo y bajo ciertas
circunstancias.
Los pequeños fragmentos de secuencias, denominados “reads”, deben ser unidos para
reconstruir el transcriptoma original, proceso que se denomina ensamblaje. Las estrategias
296
de ensamblaje del transcriptoma pueden ser ensamblaje por comparación, en el que se
utiliza un transcriptoma o genoma de referencia; y ensamblaje de novo, donde no se utiliza
una secuencia de referencia, aprovecha la redundancia de la secuenciación de fragmentos
cortos para encontrar superposiciones entre “reads” que los ensamble en transcritos (Martin
y Wang, 2011).
297
En un estudio realizado por Egan et al. (2019) se ha observado que en ciertas especies no
pungentes como Capsicum rhomboidium posiblemente haya existido en el pasado
recombinaciones en el gene AT3-1 con su parálogo, un pseudogene denominado AT3-2
que llevó a la modificación de la región codificante en del gene en el sitio activo y, junto a
eventos de mutación en el marco de lectura también detectados, a la consiguiente pérdida
de su funcionalidad. En este mismo trabajo se observó una conservación AT3-1 y AT3-2 en
varias especies del género Capsicum y de otros miembros de las solanáceas y una
separación de los parálogos en dos clados (Egan et al., 2019).
Tanto, pAMT como PUN1 son genes que codifican las enzimas de las últimas etapas de la
síntesis de capsaicinoides y se consideran específicos hacia la síntesis de estos
metabolitos dentro de la ruta de los fenilpropanoides. Su expresión fue muy fuerte en la
etapa de los frutos verdes maduros en placentas de las variedades pungentes y en el
pericarpio de MY, consistentemente con la producción de los capsaicinoides. Los genes de
KAS y BCAT aportan las cadenas de ácidos grasos ramificados precursores de la formación
de capsaicinoides. Este último es además un gene esencial en el catabolismo de
298
aminoácidos de cadena ramificada. Estos dos papeles pueden explicar su distinto
comportamiento de expresión (Curry et al. 1999; Tanaka et al., 2017).
299
expresión de genes como la capsaicina sintasa por la regulación de su promotor. La
exposición de plantas a la oscuridad puede disminuir esta expresión (Kim et al., 2009).
300
la floración para disminuir a los 50 días. se incluyeron PAL, C4H, ACS, NADH-GOGAT,
AT, KAS, COMT y BCKDH (Zhang et al., 2016).
Han et al. (2019) realizaron otro trabajo comparativo de tejidos placentarios entre una
variedad pungente y una no pungente. Los frutos de la variedad pungente de Capsicum
annuum Tean tuvo una expresión más alta de los genes PUN1, KAS, BCAT y FAT a los 26
y 36 días postantesis en comparación con la variedad no pungente YCM334 (Han et al.,
2019).
Park et al. (2019) realizaron un análisis de QTL en el pericarpio de frutos de Capsicum que
estuvieran relacionados con la biosíntesis de capsaicinoides en el pericarpio. Mediante
QTL-seq en cruzas de las variedades Capsicum chinense ‘Habanero’ (con placenta con
pungencia y pericarpio sin pungencia) y ‘Jolokia’ (pungente en pericarpio y placenta)
encontraron un QTL (HJ16-qtlseq) en el cromosoma 6 que parecía estar relacionado con el
control del contenido de capsaicinoides en el pericarpio. Al mismo tiempo, en un análisis de
mapeo de QTL en cruzas de ‘Habanero’ y ‘Jolokia’ y de ‘Jolokia’ con Capsicum chinense
‘SNU11-001’ encontraron varios QTL asociados con capsaicina, dihidrocapsaicina y
capsaicinoides totales en el cromosoma 6. Algunos de éstos se localizaron en regiones
superpuestas en los cromosomas de los dos tipos de cruzas y además estuvieron cercanos
a la región HJ16-qtlseq. Un análisis por RNA-seq realizado en este mismo trabajo en las
variedades ‘Habanero’ y ‘Scorpion’ (que al igual que ‘Jolokia’ presenta pericarpio y placenta
pungentes) reveló que varios genes del metabolismo de biosíntesis de capsaicinoides
301
fueron altamente expresados en el pericarpio de ‘Scorpion’ en comparación al pericarpio de
‘Habanero’. Entre estos genes estuvieron PUN1, BCAT, PAL, KAS, KR, C4H y FATA. Los
últimos tres genes se localizaron en los QTL del cromosoma 6 asociados a capsaicinoides,
o bien, muy cercanos a ellos (Park et al., 2019).
III. Conclusiones
302
biosíntesis de los aminoácidos precursores. Finalmente, la variedad de las plantas y el tejido
específico de análisis son factores que también deben ser considerados al evaluar el perfil
transcriptómico de estas plantas, su relación con la acumulación de capsaicinoides y la
característica de pungencia muy apreciada de estos frutos.
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H. J., Choi, S. B., Bosland, P. W., Reeves, G., Jo, S. H., Lee, B. W., Cho, H. T., Choi, H. S.,
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CAPÍTULO 17
del Estado de Jalisco, A.C. Camino el Arenero 1227, El Bajío, 45019 Zapopan, Jal.
* autor de correspondencia: lflores@ciatej.mx
Resumen
Abstract
The chili is a food with identity in the Mexican culture, there is such variety that some of them
are associated to different regions of the country. The Habanero chili has a particular
relevance in the Yucatan peninsula. It is endowed with historical, social, cultural and
economic content, highlighted by its nutritional and therapeutic benefits, which has allowed
its chemical, food and pharmaceutical industries diversification. This chapter presents a
theoretical review based on secondary source of information that allow us to describe and
analyze the socio-historical context in which Habanero chili production is developed, besides
this, to identify in the region, problems, conflicts and possibilities of development. There is
309
an incipient organization among primary producers, dispersion of productive plots, low
technological level in production processes as well as problems in marketing. In conclusion,
there are initiatives such as the organization of the Regulatory Council of Habanero chili that
can promote and strengthen the productive links in the states that hold it.
I. Introducción
El chile es una herbácea que pertenece al género Capsicum, su nombre científico proviene
del griego kapsakes o cápsula, su nombre común deriva del náhuatl Chili. Se consideran
cinco especies domesticadas entre las que se encuentra: chile rocoto, chile tabasco (C.
frutescens), chile habanero (C. chinense), chile manzano (C. pubescens) y Ají amarrillo (C.
baccatum). Existen más de 40 variedades de chiles, entre los más relevantes para México
se encuentra el chile Serrano, Jalapeño, Pasilla de la especie C. annum); el chile ancho, de
árbol y manzano de la especie C. pubescens y el chile Habanero especie C. chinense,
según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO,
2019). En este contexto la importancia de la producción del chile radica en su alto consumo
y preferencia en el sector alimentario y, últimamente para el ámbito científico y tecnológico.
En este texto nos centraremos en el chile habanero (Capsicum chinense), este se cultiva
principalmente en el sureste mexicano, denota importancia cultural en términos
gastronómicos, cuenta con una gran tradición como ingrediente de la dieta yucateca. En
2010 se realizó la declaratoria general de protección de la denominación de origen del Chile
Habanero en la península de Yucatán, incluyó los estados de Campeche y Quinta Roo. La
posterior denominación de origen ha provocado un incremento en el valor comercial, en el
uso de subproductos, así como en la exportación en sus diferentes presentaciones: seco,
salsas, pastas y derivados para la industria química y farmacéutica (Diario Oficial, 2012)
Abordamos este tema a través de una revisión documental, a partir de fuentes secundarias:
libros, capítulos de libro, artículos científicos y de divulgación, notas periodísticas y
estadísticas de fuentes oficiales, con la intención de retratar cómo está estructurada la
organización y producción de chile habanero en Yucatán mostrando sus tensiones,
problemáticas, conflictos y posibilidades de desarrollo. Un apartado que aborda la
310
importancia del consumo del chile habanero incorporando los aspectos culturales e
históricos. Se incorpora información sobre la llegada del chile habanero a la Península de
Yucatán y su desarrollo como materia prima relevante en términos económicos.
Posteriormente se abordan aquellos aspectos relativos a la producción del habanero y la
organización social para terminar puntualizando los principales problemas y retos que
implica la producción del chile habanero en la península de Yucatán.
311
que produce ardor en la boca al momento de su ingestión, Rozin (1995) señala que es un
claro ejemplo de adaptación y gusto asociando su consumo a los efectos que a su vez
produce: activa el sistema gastrointestinal, estimula la salivación, secreción gástrica y la
movilidad intestinal, además de que es una fuente importante de vitamina A y C. Harris
(1994) muestra como el picante es uno de estos alimentos que según su teoría son “Buenos
para comer” en términos de costos y beneficios, tanto nutricionales como económicos.
Refiere la importancia de su ingestión por los efectos de saciedad particularmente asociado
a lugares donde el acceso a alimentos con alto valor nutricional era limitado.
Si se remonta a la prehistoria, se sabe el papel central de tuvo la domesticación de semillas
para los asentamientos humanos. En el caso del Capsicum, se ha demostrado a través de
hallazgos arqueológicos su presencia y consumo en Mesoamérica y cómo se incorporó a
la cocina del viejo mundo después de su descubrimiento en el siglo XVI. (Long, 2009). En
considerado una de las primeras planas cultivadas en Mesoamérica, existe consenso de
que al menos una de sus especies fue domesticada en la zona durante la época
prehispánica, se configuró como un producto alimentario y de tributo en este periodo y
durante la conquista europea. Se ha confirmado la continuidad de su uso y es considerado
como una constante cultural en el caso de la historia mexicana (Long, 1986).
La relevancia del chile en la vida cultural de México se manifiesta en el uso de su nombre
en albures, dichos y canciones. Además, ha sido usado para el tratamiento de
enfermedades de filiación cultural como el “mal de ojo”, para otros procedimientos curativos
como “limpias” o como medicamento (Long, 2009). Se evidencia “la continuidad del uso del
chile en todas las épocas históricas donde se ha utilizado como condimento, producto
tributario, medicamento, objeto ritual, arma defensiva, modificador de sabores y como
pigmento” (Long, 2009). En términos culinarios la amplia diversidad del capsicum que se
expresa en platillos típicos de la cocina en cada región del país.
Long (2009) hace un rastreo muy interesante que explicita en su texto “Los senderos
prehispánicos del Capsicum”, traza la zona de origen en América del Sur y su trayecto hasta
México, examinando cuatro especies que se cultivan y son relevantes en el país. Dado este
libro se enfoca, concretamente, en una variedad de chile nos centraremos en describir y
analizar los aspectos culturales, históricos y sociales que envuelven al Capsicum chinense,
coloquialmente conocido como Habanero.
El chile habanero es conocido por su consumo y producción en la península de Yucatán.
Se le considera el más picante de todas las especies de capsicum. No obstante, existe
controversia respecto a su origen. Los registros arqueológicos y los datos registrados por
los cronistas a principios del siglo XVI comprueban que el chile se extendida por casi todo
el país antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, no existe evidencia del consumo
de la variedad Chinenese. Se consideró originario de la isla de Cuba y se asociaba su
nombre a la ciudad de la Habana. Otra teoría muy difundida refería que el chile habanero
312
llegó desde Indonesia y su nombre original era “javanero” asociándolo al apelativo común
(Long, 2009).
Actualmente se sabe que esta variedad de chile se originó en América del sur, entre la parte
alta de Bolivia y el sur de Brasil, por dispersión natural, difundido como planta silvestre
donde las aves atraídas por su color jugaron un rol determinante, llegó a las tierras bajas
de la cuenca Amazónica en el Brasil (Long, 2004). Esta zona es considerada el centro de
diversificación por los botánicos. Al respecto se tienen indicios de la forma silvestre de C.
Chinense en las tierras bajas de la Amazonía, en el Orinoco y en la parte este de Brasil, se
le conoce a través de nombres locales como “ojo de pescado”, “ojo de perico” o “chile
cerbatana” (Long, 2009).
Las descripciones de historiadores y botánicos refieren que el “habanero” fue domesticado
y dispersado a través de inmigrantes “pasando por delta del Orinoco en Venezuela y de ahí
a las islas del Caribe, a través de las islas de Trinidad y Tobago cerca de la costa de América
del Sur […] en el caribe las semillas se dispersaron entre las islas debido al comercio y
migración de los caribeños” (Long, 2009).
La primera descripción del chile fue registrada por el Botánico Phillip Miller en 1768 en un
diccionario Botánico, también existe registro en un libro publicado en 1776 por un médico
holandés quien realizo una expedición al Caribe. (Miller, 1768 citado en Long, 2009). Según
esta autora se atribuye a este médico la nomenclatura taxonómica de “chinense o sinense”
considerado un enigma que ha derivado en la confusión en cuanto a la asociación que se
ha hecho del origen asiático.
Esta descripción es relevante en términos históricos porque permite entender la presencia
del chile habanero en la península de Yucatán. Existe información derivada del estudio del
chile en Costa Rica y cómo llegó desde Jamaica por trabajadores negros para la
construcción del ferrocarril en el siglo XIX según Heiser (1964).
Los estudios históricos, así como datos arqueológicos si bien sugieren el uso de chile en la
dieta maya, no refieren la presencia de chile habanero, por lo que se concluye que la llegada
del habanero no fue sino hasta después de la conquista. Esta conclusión se sostiene porque
concuerda con narraciones históricas donde se describía la dieta de los mayas (Landa,
1978). Además, según Long (2009) no se identificó en la lengua maya la descripción del
habanero, pero si para otros tipos de chiles de la zona como “maax-ik, x-catik, ik, yaax-ik,
chawa-ik y otros”, no obstante, si encontró término en maya para una salsa que se prepara
con el chile habanero, se le conoce como Xni-pec, que significa “la nariz mojada de perro”
y refiere el hecho del picor de la salsa que hace fluir la nariz.
313
Figura 1. Distribución de especie Capsicum
Fuente: Heiser, 1979.
Valverde (2011) señala que la península de Yucatán se consideraba aislada del resto del
país, es hasta el siglo XIX con la independencia de México que propiciaron en una serie de
agitaciones sociales dando pie a una gran movilidad demográfica en la región. La más
relevante fue la Guerra de Castas en 1847 con una duración de más de 50 años. Familias
de elite se exiliaron en la ciudad de México, la Habana y Estados Unidos. Este mismo autor
reseña que los rebeldes capturados en esta guerra fueron enviados a Cuba para trabajar
como esclavos en la caña de azúcar, algunos de estos se les permitió el regreso años
después. Esta dinámica dio un nuevo aire a la península que se había encontrado hasta
cierto punto aislada.
Long señala que es en 1895 cuando se tiene la primera referencia de chiles habanero con
esta denominación en inventarios de productos ofrecidos a jornaleros en una tienda de raya,
también se encuentra otra referencia del uso del chile en un libro de cocina a finales del
siglo XIX (Long, 2009). Esta autora señala que el nombre “habanero” es un indicativo de la
introducción del C. Chinenese, entre otros productos como el ron y los puros, dado por este
intercambio forzoso. Se afirma la teoría de la introducción del chile por esta vía.
López- Alzina (2014) refiere sobre las condiciones ambientales que propiciaron el cultivo
gestando un fuerte arraigo tanto en la producción como en el consumo dentro de la
península: se cultiva en patios traseros y conformando parte relevante como ingrediente de
314
la cocina regional. El uso de chile habanero derivada de huertos traspatio es una práctica
común de intercambio entre los mayas-yucatecos. Sin embargo, también han proliferado
parcelas hortícolas dedicadas a la producción agrícola comercial de tres variedades de
chiles habanero: yaax, verd y xkat. Este autor refiere que el impulso de la producción con
fines comerciales más amplios derivo como parte de un programa de ayuda para la
recuperación económica posterior a la devastación del huracán Isidoro en 2002.
La relevancia histórica y cultural que ha envuelto al habanero también ha repuntado la
producción en términos económicos, particularmente asociados a las bondades del fruto lo
que ha permitido su diversificación. Aguilar y Rodríguez (2018) puntualizan el papel
protagónico del chile: en la comida, en eventos mágico-religiosos, como medicamento,
como tributo, hasta formar parte del léxico popular reflejado en canciones, poemas, cuentos
y doble sentido. Por otro lado, se ha estudiado por el aporte nutricional y otros componentes
del fruto que tienen gran utilidad en la industria cosmética y farmacéutica, que actualmente
se explota para estos fines (Rincón, et al., 2010).
En 2009 se presentó la solicitud ante el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial la
Declaratoria de Protección de la Denominación de Origen, es en 2010 que se dictamina y
se enuncia a favor en el Diario Oficial de la Federación la Denominación de Origen Chile
Habanero de la Península de Yucatán, que comprende los estados de Campeche, Quintana
Roo y Yucatán. Esta denominación incluye, como señala la norma, características,
componentes, forma de extracción y procesos de producción o elaboración. Se encuentran
protegidos el chile habanero de la península en fresco (estado inmaduro y maduro), curtido,
en pasta, deshidratado (entero y en polvo) y en salsas (Diario Oficial, 2012).
Como se observa, puede ser que el chile habanero ha pasado históricamente a ser una
planta domesticada, y resulta interesante citar extensamente a Long (2009), ya que explica
315
de manera clara lo que sucede con la planta y, por ende, clarifica los objetivos de la
producción del Capsicum chinense Jacq:
Al pasar por el proceso de domesticación una planta sufre una serie de
transformaciones genéticas durante las cuales el hombre modifica los rasgos de la
misma, según el resultado que busca, en este caso el mejoramiento del fruto.
Mediante el proceso de selección, voluntario o espontáneo, empieza a cambiar el
color, la forma, el tamaño y el sabor del fruto. Lograr un fruto más grande y más pesado
facilita que el chile se mantenga en una posición pendiente en la planta y, por lo
mismo, ayuda a que quede oculto entre las hojas, protegido de las aves. El fruto de
una planta domesticada no se separa con tanta facilidad del cáliz como el de las
silvestres, lo cual evita que lo cosechen los pájaros. Mientras que el fruto de un chile
silvestre sólo madura en tonos de rojo, los de las plantas domesticadas maduran en
una gran variedad de tonos desde rojo hasta naranja, amarillo o café oscuro. El fruto,
las hojas y las semillas son más grandes en las especies domesticadas. El proceso
de domesticación se considera terminado cuando el hombre logra dominar por
completo el cultivo y la producción de la planta (Long, 2009).
En la Península de Yucatán existe el cultivo domesticado bajo la producción de agricultura
protegida por parte de grandes empresas (en el video titulado “Producción de chile
habanero y capsaicina) explican de forma muy clara cómo es la producción del chile, los
métodos que utilizan y el aporte que reciben desde la ciencia y la tecnología, así como
también mencionan los principales mercados a nivel internacional (Panorama
Agropecuario, 2016). Bajo esta forma de trabajo se garantiza un nivel alto de producción y
cosecha, logrando obtener entre 180 y 200 toneladas por hectáreas (ton ha-1), a partir de
un aproximado de 53 cosechas al año. En este sentido, existe una diferencia marcada en
cuanto a la producción a cielo abierto (producción tradicional), pues el ciclo de la planta en
este tipo de cosecha es corto. La producción bajo términos de calidad en la agricultura
protegida se obtiene a partir de avances científicos y tecnológicos que se han desarrollado
para cuidar la genética de la planta, prevenirla de plagas y enfermedades, además de que
la península es una zona fitozoosanitaria sana. Los niveles de producción de invernaderos
se estiman con los siguientes datos: por cada invernadero de 5100 m2, se producen de
1600 a 1700 kg por semana (Panorama Agropecuario, 2016). Es importante anotar que en
Yucatán existe entre 250 y 400 ha cultivadas con Capsicum chinense Jacq “y los
rendimientos varían entre ocho y doce ton ha-1, en suelos pedregosos al norte del estado,
y de 10 a 15 ton ha-1 en suelos mecanizados al sur” (González et al., 2018).
La producción del chile se basa específicamente en dos etapas: 1) el cultivo del chile
habanero para usos culinarios y 2) la obtención de la capsaicina, que es la sustancia
pungente utilizada para la elaboración de productos químicos, farmacéuticos y, además,
del chile habanero se extraen oleorresinas “cuya aplicación, además de la industria
alimentaria, se extiende a la industria química para la elaboración de pinturas y barnices,
gases lacrimógenos, etcétera” (Ruiz-Lau et al., 2011). La abstracción de la capsaicina es
uno de los focos de interés a nivel internacional, como mencionan González et al., (2018)
“la agroindustria del chile habanero tiene una oportunidad única para posicionarse
estratégicamente en el mercado demandante de capsaicina tanto nacional como
internacional (Estados Unidos, España, Inglaterra y especialmente Japón)”.
316
Según Ramírez (2017), la producción principal se encuentra en cinco estados que
concentran el 86% de la producción de todo el país. Yucatán tiene una producción nacional
de 39%, seguido de Tabasco (30%), Campeche (8%), Quintana Roo (6%) y Chiapas (3%).
Estos estados producen aproximadamente el 58, 448.00 t al año, convirtiéndose en un
importante sistema de producción por su consumo local y demanda de mercados
nacionales e internacionales.
Otros
14%
Chiapas
3%
Yucatán
39%
Quintana Roo
6%
Campeche
8%
Tabasco
30%
317
por estados los tipos de producción según acceso a sistemas tecnológicos de producción:
como es el caso de la producción en invernadero y malla sombra.
318
Localmente su consumo se realiza en fresco, sin ningún tipo de tratamientos, también existe
un sector industrial que aprovecha la materia prima, principalmente, para la elaboración de
pastas y salsas que se convierten en elementos esenciales de la gastronomía regional.
Cabe mencionar que en el campo científico y tecnológico el chile habanero cobra
importancia en el sector farmacéutico, así como en otras áreas donde es útil para la
elaboración de pinturas, repelentes y otros compuestos bioactivos: pasando del campo a
importantes laboratorios de centros de investigación.
La extensión de siembra y producción es muy fluctuante, dependiendo del tipo de productor:
existen pequeños productores que la utilizan como complemento de gastos familiares y la
comercializan en muy pequeñas cantidades a nivel local, hasta aquellos con posibilidades
de producción más amplias que concentran hasta 70 ha y producen hasta más de 500 t
Esta situación genera diferentes incongruencias en la cadena de producción, por ejemplo:
hay mucha variación en los precios para su venta, pero, además, cuando se dan buenas
cosechas la producción sobrepasa la demanda del mercado local. Cabe mencionar, según
la Secretaría de Agricultura, Ganadería Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa)
– hoy Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural / SADER –, entre los cultivos de mayor
tradición en la península el habanero es el que requiere un alto costo de inversión, pero
también es el de más valía por su preferencia en los mercados. Sin embargo, su cultivo es
aún rudimentario ya que presenta poca tecnificación, que se refleja en el volumen de
cosecha, los cuales se aproximan a diez ton ha-1cultivadas (sin tecnificación) (Perea, 2007).
La lógica de la cadena de producción no es la organización, cada eslabón aprovecha las
oportunidades que encuentra buscando los mejores rendimientos y ganancias posibles, por
lo cual es perceptible una desvinculación entre los productores de la materia prima, los
intermediarios (o coyotes), mercados específicos e industrias. En este sentido, el primer
canal de comercialización de la producción se presenta entre los productores y los
intermediarios (acopiadores transportistas). Según Flores et al., (2008), los productores no
tienen comunicación entre ellos mismos, su instrucción educativa es básica, presentan
bajos recursos económicos y negocian con los intermediarios los precios del habanero, el
cual puede ir de 4.00 pesos a 20.00 pesos el k. La falta de comunicación representa un
problema no sólo para ponerse de acuerdo sobre el precio del producto, también en el
intercambio de ideas para resolver problemas técnicos que afectan las plantas de chile o la
búsqueda de capacitaciones que beneficien de manera directa a grupos de productores en
diversas escalas (local, estatal y/o regional).
Por su parte, el intermediario (acopiadores transportistas) realiza el trato de manera directa,
en los campos de producción. Por lo común ellos van a las áreas rurales, negocian
directamente con el productor, generalmente bajo dos esquemas: el primero se relaciona
con la agricultura de contrato, en el cual se renta la tierra para la siembra del cultivo o se
pacta el pago del chile por ha sembradas; sin saber la cantidad de producción final ya que
está condicionada por los cambios climatológicos, la aplicación de fertilizantes y uso de
tecnologías (esta última es muy escasa, solo cuentan con ellas los productores con mayor
capacidad adquisitiva).
El otro medio de negociación y quizá el más común se da cuando el acopiador, sabiendo la
temporada de cosecha, se aventura a recorrer las comunidades para comprar el habanero
ya sea por k o por plantaciones. Otro tipo de acopiador es el mayorista, estos compran el
319
producto de los acopiadores transportistas, no van a las comunidades, esperan a que los
transportistas vayan por el producto, sin embargo, en esta negociación es cuando el
producto puede tener uno de los mejores costos (hasta 20.00 pesos por k). Los acopiadores
mayoristas pueden tener un esquema elaborado de comercialización y contar con sistemas
específicos de control/calidad ya que llevan el producto a industriales y sectores de
mercados especializados. Por tal razón dan tratamiento básico al producto, lo seleccionan,
ponen en caja de cartón y entregan a mercados específicos.
Productor
Supermercado
Consumidor final
320
de importancia y peso que están presente y definen el sector pero que no se ven
participando de manera directa en el ecosistema productivo.
Existe un bajo nivel tecnológico en la producción a pesar de la rentabilidad del cultivo. Los
rendimientos promedio son de 10 t/ha. Esta situación se debe en gran parte a que la
producción de chile habanero era una práctica de autoconsumo, párrafos arriba se señaló
que el impulso de producción a nivel más amplio derivó de un programa social después del
huracán Isidoro. Los productores poseen pequeñas superficies de cultivo, presentan
limitaciones financieras y no cuentan con medios para la comercialización. (Corrales-
García, et al., 2014).
En 2003 iniciaron algunas iniciativas para conformar el Consejo Regular del Chile
Habanero, derivando en conflicto sobre qué Estado debería llevar el liderazgo. En este año
se ha firmó un acuerdo con el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (Sader) para
conformar dicho consejo, el cuál fue acordado en la ciudad de Guadalajara con el aval del
Consejo Regular del Tequila. Yucatán es el Estado que encabeza el consejo y se espera
esta medida pueda conformar y fortalecer la cadena productiva del Chile Habanero en la
península de Yucatán. (La Jornada, 2019; Milenio, 2015)
Según información de Corrales y et al., (2014) no existe un padrón oficial de productores
de habanero por estado, refiere que si bien existe apoyo gubernamental de programas
como el Fondo Nacional de Apoya para las Empresas de Solidaridad (FONAES) órgano de
la Secretaría de Economía a productores indígenas, campesinos y grupos populares-
urbanos, quienes apoyaron a productores a través del impulso de invernaderos, plántulas,
semillas y formación para la elaboración artesanal de salsas, así como para la
comercialización a través de instancias como ASERCA (Agencia de Servicios a la
Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios). Sin embargo, los apoyos no
han sido suficientes y han tenido una cobertura limitada.
Derivado de un análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas (FODA)
elaborado por Corrales, et. al., (2014) y complementado con información indirecta de otros
autores (Sosa Alcaraz & Sarmiento Franco, 2015, Manrique, Martínez y Méndez, 2014,
Aguilar, 2015 Loeza- Deloya y et. al., 2016) que han estudiado la cadena productiva del
Chile habanero concuerdan que las principales debilidades del sector se encuentran en
todos los eslabones de la cadena productiva y son equiparables en los tres estados que
ostentan la denominación de origen. Tabla 2.
321
También refieren una dispersión de las parcelas productivas, asociadas a la producción
traspatio. Además de una incipiente organización e integración de los productores. Hay
iniciativas de productores asociados en el caso de Quintana Roo, en los municipios de
Felipe Carrillo Puerto y Jose María Morelos, Emilio Alamilla Mis, representante de Chileros
de la zona Maya reporta la existencia de más de 30 invernaderos en estos municipios lo
que garantiza la certeza en la producción y comercialización. En esta región se exporta
producto a Europa y Estados Unidos, sin embargo, gran parte se queda en la región
(Quintana Roo Hoy, 2018).
En el caso de Campeche, según refieren el titular de la Secretaria de Desarrollo Rural, no
existe proyecto de comercialización. El producto se queda en el mercado regional y aporta
una gran parte de la producción al estado de Yucatán. Los principales problemas de los
productores tienen que ver con falta de organización, bajo nivel tecnológico,
indermediarismo, así como deficiencias en la comercialización (Novedades Campeche,
2018).
En el caso de Yucatán quien actualmente ostenta el liderazgo en la integración del Consejo
Regulador del Chile habanero, los eslabones productivos están más consolidados y están
formalmente constituidos: productores, comercializadores, investigadores y prestadores de
servicios, no están exentos de problemas, particularmente asociadas en el caso de
productores primarios al abandono del cultivo, alta heterogeneidad en los suelos y
dependiente de la fertilización (Borges-Gómez y et al., 2014), incipiente integración de la
cadena productiva, falta de consolidación en la organización tanto para la comercialización
como industrialización, así como falta de desarrollo tecnológico (Milenio, 2015).
322
Tabla 2. Análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas de la cadena productiva
del Chile Habanero
Fortalezas
1. Mayor pungencia y atributos diferenciales asociados a las
condiciones regionales.
2. Fuerte arraigo en el estado.
3. Subproductos de importancia biológica: extracción de capsaicina
4. Uso amplio en la industria farmacéutica, alimentaria y cosmética.
5. Diversificación del producto en la industria de alimentos: salsas,
pastas, chiles deshidratados y en escabeche.
6. Gusto y preferencia del consumidor.
7. Incremento de las exportaciones en salsas.
Oportunidades
1. Mercado exportación se ha registrado una creciente demanda,
fresco o industrializado.
2. Nuevos y novedosos usos de la capsaicina.
3. No existen restricciones fitosanitarias para la exportación de este
chile y favorece su distribución.
4. Programas de apoyo limitados.
Debilidades
1. Dispersión de las parcelas productivas.
2. Escasa o incipiente organización e integración a la
comercialización e industrialización de productos.
3. Bajo nivel tecnológico en los diferentes eslabones.
4. Desfavorables condiciones edáficas, alta heterogeneidad en los
suelos y dependiente de la fertilización.
5. Nulo desarrollo de tecnología postcosecha.
6. Incremento del intermediario.
7. Deficiencias en la comercialización.
8. No hay integración de cadena productiva.
Amenazas
1. Otras competidores: Belice y estados del interior del país.
2. Productores absorbidos por la maquila.
3. Abandono de tierra.
4. Pocos jóvenes integrados a la producción.
5. Pocos incentivos para la comercialización.
III. Conclusiones
El chile es uno de esos alimentos, que según la teoría de Marvin Harris (1994) es bueno
para comer, no en vano se consume desde tiempos remotos, es una especie domesticada
y preservada, sus bondades gastronómicas, nutricionales, terapéuticas y hasta culturales
han permitido que se configure como un elemento vital de identidad mexicana. En el caso
del chile habanero, introducido gracias a los movimientos sociales generados en el siglo
XIX e introducido a la península, dado las características de la región, entre ellas, clima,
suelo y ubicación logró un arraigo importante, actualmente goza de prestigio internacional,
323
su gran variedad de tamaños, formas y colores le confieren ciertas particularidades
asociadas a la pungencia, entre otras características.
IV. Referencias
324
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