Serenidad Ante El Peligro: Del Gestell A La Gelassenheit
Serenidad Ante El Peligro: Del Gestell A La Gelassenheit
Serenidad Ante El Peligro: Del Gestell A La Gelassenheit
FACULTAD DE FILOSOFÍA
TRABAJO FIN DE GRADO
ENSAYO
Grupo 5
Septiembre 2021
Caracteres: 39.548
1. Introducción
Cabe señalar que nuestra brújula a lo largo del trabajo ha sido el siguiente verso
de Hölderlin: “Ahí donde está el peligro crece también lo que salva”1. A nuestro
1
Martin Heidegger. «La pregunta por la técnica». En: Martin Heidegger. Conferencias y artículos.
Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994, 31.
2
parecer, este verso mantiene una correspondencia con lo que Heidegger trata de
vislumbrar con el concepto de Gelassenheit: una nueva perspectiva del mundo o una
nueva forma de habitarlo. En último lugar, vamos a exponer que el peligro provocado
por la técnica moderna es también la posibilidad generativa de una nueva actitud de
conciliación entre los seres humanos, el mundo y la misma técnica.
3
mismo que la esencia de la técnica”2 y a continuación procede a exponer su
interpretación antropológica instrumental. A partir de esta interpretación, pretende
exponer lo que ella es esencialmente.
2
ib., 9.
3
ib.,10.
4
ib., 11.
4
Heidegger porque considera que captar su unidad nos permitirá desentrañar lo que
subyace a la interpretación meramente instrumental de la técnica.
Heidegger señala que podemos entender las cuatro causas articuladas en torno a
una noción más general: la poiesis, es decir, la producción. Ahora bien, yendo más allá
del ejemplo, cabe decir que la poiesis no es solamente la hechura artesanal, sino que
tiene un sentido más elevado: ella es “la eclosión del traer ahí delante 5”. Un análisis
filosófico de la causalidad muestra que el resultado esencial de la técnica no es otra cosa
que el hecho mismo de traer un ente a la presencia. Heidegger lo ejemplifica de una
manera visual como “la eclosión de las flores en floración” 6, lo que remite a la idea de
un desocultar lo que antes estaba oculto. El traer-ahí-delante cuenta por ello con una
gama de modalidades de des-ocultamiento. Los cuatro modos de causalidad intervienen
en todo ese espectro, es decir, tanto en el traer-ahí-delante de la naturaleza como en la
producción artificial del artesano. Sin embargo, debemos tener en cuenta que a pesar de
ser dos formas de desocultamiento, una no se puede reducir a la otra. En todo producir
se despliega el cuádruple modo del traer-ahí-delante porque el producir tiene lugar de
manera originaria sólo cuando se llega de lo velado a lo desvelado. Ahora bien, ocurre
que esta experiencia de desvelar lo velado es precisamente lo que los griegos
denominaban verdad o aletheia.
5
ib., 13.
6
ib.
5
Según Heidegger, la esencia de la técnica en la Antigüedad se corresponde con
la concepción aristotélica poiesis: “Si nos preguntamos paso a paso lo que es
propiamente la técnica, representada como medio, llegaremos al salir de lo oculto. En él
descansa la posibilidad de toda elaboración productora.” 7 La techné des-oculta:
posibilita que acontezca toda fabricación productiva. En el horizonte griego y más
precisamente aristotélico, la techné, en la medida en que es una de las cinco virtudes
dianoéticas, no es más que una forma de des-ocultar la realidad. En particular, la
concepción antigua de la técnica, la techné, se muestra como modalidad de producir, de
la poiesis.
7
Martin Heidegger. «La pregunta por la técnica», 15.
8
Aristóteles. Ética a Nicómaco. VI, 1140a. Traducción María Araujo y Julián Marías, 2014.
9
Martin Heidegger. «La pregunta por la técnica», 15.
6
Ahora bien, dejemos por el momento la poiesis en el ámbito natural y veamos lo
que ocurre en el ámbito artificial. La idea en esencia es la misma. Tanto el artesano
como el artista producen aquello que no tiene posibilidad de florecer por sí mismo, es
decir, son responsables del brotar. La posibilidad del desocultamiento descansa en un
agente (un otro o un tercero) para que junto a las otras causas que convergen en el
proceso de su trabajo la producción emerja. Este producir técnico cuenta con una
vertiente epistémica en tanto que la techné es un saber-hacer, es decir, es un conjunto de
procedimientos que producen un artefacto y que deben ser por ello previamente
conocidos. Como forma de conocimiento, el traer-ahí delante de la técnica es des-
ocultar el ser de un ente. Des-oculta en tanto el conocimiento “abre” posibilidades de
acontecer.
10
Carmen Segura. Heidegger y la metafísica. Análisis críticos. Madrid: Publidisia, 2007, 50.
7
La técnica moderna desoculta de forma distinta al pro-ducir (her-vor-bringen)
del artesano o el artista. La técnica moderna no deja de ser una forma de verdad, es
desocultamiento mediante la provocación: “el hacer salir lo oculto que prevalece en la
técnica moderna es una provocación que pone ante la Naturaleza la exigencia de
suministrar energía que como tal pueda ser extraída y almacenada”11. A diferencia de la
técnica antigua –que se plegaba humildemente a las condiciones de la naturaleza–, la
técnica moderna provoca a la naturaleza y persigue generar una “cadena de explotación,
almacenaje, distribución, vuelta a transformar, consumo y, controla cada uno de sus
momentos asegurándose a sí misma globalmente”12.
11
Martin Heidegger. «La pregunta por la técnica», 17.
12
Ramón Rodríguez García. Heidegger y la crisis de la época moderna. Madrid: Cincel, 1987, 162.
13
ib.
14
Martin Heidegger. «La pregunta por la técnica», 16.
15
ib., 25.
8
máxima utilización con el mínimo gasto16. El hacer salir de lo oculto moderno trae-ahí-
delante, pero bajo condiciones determinadas: emplaza las cosas de antemano para que
se adecuen a ciertos parámetros. Este desocultamiento bajo programación despliega el
acaecer de objetos como el crecimiento de flores bajo luz artificial. Cabe señalar que,
según Félix Duque, emplazar implica poner algo en su sitio, en un lugar pre-
programado que da lugar a las existencias-en-plaza17. Esto genera uno de los grandes
problemas de la época: el traer-ahí-delante a los entes como disponibilidades. Esto
genera un cambio en el orden ontológico de las cosas: los objetos dejan de ser objetos
en su individualidad, se des-encubren como meras disponibilidades, siempre al servicio
de una necesidad externa. Este nuevo modo de estar es lo que Heidegger denomina
existencias. Para Heidegger, las existencias son: “el modo como está presente todo lo
que es concernido por el hacer salir lo oculto”18 por medio de un emplazar que provoca.
Dicho de otro modo, son las plazas, el lugar de estancia de lo solicitado. El mencionado
cambio ontológico interpela a su vez al ser humano como tal. El ser humano atraviesa
dicho estado de desocultamiento –en su interrelación con el mundo– porque se
encuentra circunscrito en un mundo de objetos desocultados previamente. Por ello hace
salir lo presente correspondiendo a la exhortación 19. El hacer salir lo oculto moderno no
es un mero hacer de los seres humanos, sino que estos solicitan lo real –previamente
desocultado-– como existencias y esto, a su vez, lo interpela.
Con todo ello, veremos por qué Heidegger bautiza la esencia de la técnica
moderna con el nombre de Gestell. Lo expuesto previamente demuestra que la esencia
de la técnica moderna no es más que una nueva forma de darse las cosas en el mundo,
una composición que involucra la convergencia de distintos elementos en una estructura
de emplazamiento. Gestell es un término alemán que coloquialmente refiere a: “un
soporte o marco para la exposición de algo, es decir, indica una estructura funcional que
consiste en poner en orden distintos elementos para que convergen entre sí”20.
Asimismo, es aquel “poner mismo de los primeros en los segundos; poner que
16
ib., 17.
17
Félix Duque. En lo impoético, pensar lo poético (De las difíciles relaciones de Heidegger con la
tecnología). Guía Comares de Heidegger, Granada: Comares, 2018, 255-289, 278.
18
Martin Heidegger. «La pregunta por la técnica», 17.
19
ib.
20
Ramón Rodríguez García. Heidegger y la crisis de la época moderna, 162.
9
determina la consumación de la cosa en su unidad significativa”21. Gestell es ese lugar
que coliga –como también en el Gebirg, siguiendo la comparación establecida por
Heidegger– a los humanos a aquel emplazamiento que provoca un hacer salir de lo
oculto, lo real y efectivo en un modo particular (en su solicitación como meras
existencias). La esencia de la técnica moderna es esta estructura de emplazamiento
denominada Gestell y la misma hace salir de lo oculto entes pre-destinados a formar
parte de dicho andamiaje o, mejor dicho, del almacenamiento de existencias carentes de
objetualidad alguna y siempre destinadas a ser meros disponibilidades de uso.
10
de adecuación; tercero, tuvo el sentido de certeza. Ahora bien, ¿esto implica que la
técnica deja de ser una forma de verdad? Por el contrario, la forma del traer-ahí-delante
moderna a los entes no es más que la evidencia de dicha transformación de la verdad, y
con ello de la técnica. Recordemos que la esencia de la técnica moderna es la estructura
de emplazamiento, la adecuación entre la provocación y su acontecer: “el emplazar que
provoca empuja hacia un respecto que está dirigido en el sentido opuesto a aquello que
es”23.
Los entes que la técnica moderna desoculta son traídos-ahí-delante mediante una
provocación. Tal y como mencionamos previamente: “emplazar implica poner algo en
su sitio, en una plaza ya preparada y programada”. Esta nueva concepción de verdad
despliega el antropocentrismo moderno: los humanos ahora se creen dueños y amos de
su destino, de la naturaleza y de lo que acaece. La historia oculta del ser entraña en sí
formas de entender la esencia de la verdad. En la época antigua, la esencia del ser
correspondía a la verdad como la aletheia. En la época moderna el ser corresponde a la
verdad entendida como certeza. La verdad deja de asociarse con la naturaleza y se
vincula ahora al entendimiento. Por lo mismo, el acontecer del ente provocado es aquel
emplazamiento certero, adecuado a una estructura de la que se pretende tener certeza.
Precisamente, la metamorfosis en la esencia del ser, el acontecer de los entes, y la
23
ib., 25.
24
Martin Heidegger. Nietzsche. Segundo tomo. Barcelona: Destino, 2000, 344.
11
concepción de verdad albergan ahora un mundo de entes disponibles, donde radica el
auténtico peligro.
3. El destino
Los mortales desconocen cómo establecer un trato humano con las existencias y,
a su vez, corren el riesgo de convertirse ellos mismos en existencias. Cuando el mundo
natural se les revela como existencias, estos la consideran materia transformable y
susceptible de dominio. En consecuencia, la situación despliega una gran paradoja: ahí
donde los seres creen ser amos y dueños de todo, yace precisamente el riesgo de que se
pierdan a sí mismos para tornarse en meras existencias. Los seres humanos al no saber
entablar un trato humano con las cosas se convierten en tiranos: se creen señores de la
tierra y consideran que todo lo que existe son sus artefactos. Como dice Heidegger:
12
anda al borde de despeñarse, de precipitarse allí donde el mismo va ser tomado solo
como existencia”25.
En esta situación miope, los humanos no son capaces de ver la esencia del
Gestell: se limitan a experimentarla en su carácter instrumental. Considerarán errónea y
restringidamente que todo lo que el Gestell desoculta acontece en su solicitación para su
disposición y disfrute. El Gestell oculta el misterio y la esencia de lo que es traído a
presencia. Ante el sino del Gestell las personas tienen dos opciones: 1) pensar que el
destino es irrevocable o, 2) experimentar esencialmente la esencia de la técnica. De
acuerdo con la situación expuesta, los humanos se limitan a experimentar sólo lo
desocultado en la solicitación; impidiéndolos mantener una relación libre con la técnica
y, por lo mismo, experimentar la libertad.
Heidegger expresa que el sino no coacciona a los seres humanos, este también
conserva la posibilidad que se despliegue la libertad. Tal y como podemos vislumbrar
en la cita; “El hombre llega a ser libre justamente en la medida en que pertenece a la
región del sino”27, el hacer salir lo oculto alberga y oculta el misterio que libera. La
aletheia, es aquello con lo que la libertad se emparenta de modo más íntimo. Solamente
dando cuenta de dicha estructura y la relación entre la libertad y la esencia de la técnica,
los humanos serán capaces de vislumbrar el peligro. El filósofo alemán considera que la
libertad es: “aquello que oculta despejando, y en su despejamiento ondea aquel velo que
25
Martin Heidegger. «La pregunta por la técnica», 25.
26
ib., 26.
27
ib., 23.
13
28
vela lo esenciante de toda verdad y hace aparecer el velo como lo que vela” .La
libertad yace en la región del sino porque pone en camino el desocultamiento Si se
considera la esencia de la técnica, se revela que en el destino del Gestell yace la esencia
del desocultar. Es imperativo abrirnos a esta esencia para poder captar aquella
interpelación liberadora. Tendremos que dirigir la mirada a la esencia ambigua de la
técnica para poder avistar una constelación. En tanto curso estelar del misterio,
Heidegger la denomina como: “el acaecer de un modo propio el hacer salir lo oculto y el
ocultamiento, en la que acaece de un modo propicio lo esenciante de la verdad” 29. En
este punto nos encontramos de cara con el peligro y descubrimos de dónde nace dicha
salvación. No obstante, no nos encontramos fuera de peligro.
4. La Gelassenheit
28
ib.
29
ib., 30.
14
En Gelassenheit (1959), discurso conmemorativo que realiza en honor a la
memoria de Conradin Kreutzer, Heidegger expone en qué consiste dicha actitud y dice
que está basada en querer al mismo tiempo el sí y el no. La demonización de la técnica
es fruto del Gestell, el cual nos oculta la relación que reside entre los mortales y la
técnica imposibilitando que estos se liberen de ella. Los humanos emplazados poseen un
pensamiento calculador y es necesario que renuncien a dicho razonamiento para dar
cuenta del peligro y encontrar la salvación que revela el pensar meditativo.
Recordemos que cuando los humanos son capaces de mirar el peligro también
se aproximan a lo que los salva. Precisamente esa actitud que engloba las dos
polaridades (el peligro y la salvación) es lo que se llama Gelasseneheit. No obstante,
para llegar a ella hemos de: “demorarnos junto a lo próximo y que meditemos acerca de
lo más próximo: acerca de lo que concierne a cada uno de nosotros aquí y ahora: en este
rincón de la tierra natal”30. De este modo, los mortales serán capaces de recuperar el ser
olvidado, demorándose en el pensar del ente se darán cuenta que, en tanto que acontece,
se oculta también el ser. En el momento en el que los humanos pierden su capacidad
meditativa de reflexión, también acontece el olvido del ser. En ese sentido, la actitud de
serenidad permite rememorar lo olvidado.
30
Martin Heidegger, Serenidad. Revista Colombiana de Psicología 3: 22- 28, 24
15
La apertura ante el misterio es aquella forma de pensar meditativa que nos
permite adentrarnos en la esencia de la estructura de emplazamiento mostrándonos que
en ella reside la aletheia en tanto que poiesis. Heidegger apelando al poeta, sustenta que
la obra humana sólo florece si los humanos han de: “elevarse desde la profundidad de la
tierra natal al éter”31. Con ello, refiere que los mortales han de habitar “sobre la tierra,
bajo el sol y ante los divinos”32. Ahora bien, se puede ser capaz de vislumbrar que dicha
actitud se aplica en nuestra cotidianeidad. Solamente si tenemos la habilidad de habitar
–rasgo fundamental de los mortales– contamos con la posibilidad de construir.
Construir es poiesis, un traer la cuaternidad a una cosa y ponerla delante como un lugar
en el que ya está presente. Precisamente en esta nueva senda encontramos un nuevo
arraigo, una nueva patria en la cual podemos desplegarnos libre y esencialmente para
poder construir y dejar perecer lo que acontece.
La serenidad para con las cosas y la apertura al misterio son fruto del pensar
meditativo y nos abren la perspectiva hacia la posibilidad de un nuevo arraigo y a la
posibilidad de revivir el antiguo que se encuentra desvaneciéndose. La importancia de
adoptar esta actitud radica en evitar que los seres humanos piensen que el pensar
calculador –impuesto por la técnica moderna– es la única vía de razonar. Heidegger
pone de manifiesto dos cosas: en primer lugar, la importancia del pensar meditativo
como llave de la apertura ante el misterio; en segundo lugar, la capacidad de decir sí y
no ante las cosas. Esto permite que el arraigo en la tierra acaezca, consintiendo así el
acontecimiento de la verdad: “cuando se despierte en nosotros la serenidad para con las
cosas y la apertura al misterio, entonces podremos esperar llegar a un camino que
conduzca a un nuevo suelo y fundamento”33. Este fundamento permitirá un suelo donde
los mortales puedan convivir con la técnica sin poner en riesgo su propia esencia.
5. Conclusiones
31
ib., 24.
32
Martin Heidegger. Construir, habitar, pensar. Barcelona: Oficina de Arte y Ediciones, 2015, 23.
33
Martin Heidegger, Serenidad. Revista Colombiana de Psicología 3: 22- 28, 28
16
ontológica en el mundo. Hemos visto que esencialmente la técnica es una forma de
verdad, un modo de desocultar que ha cambiado a lo largo de la historia occidental. Los
humanos, en la Modernidad, nos encontramos con una forma de deoscultamiento que
comprende un peligro inminente: convertirnos en meras existencias y desarraigarnos de
la tierra, si no se atiende adecuadamente a su esencia. La pregunta nos conduce al
pensar meditativo y de esta forma podemos vislumbrar lo esencial. Así evitamos que los
misterios permanezcan ocultos y, en consecuencia, seremos capaces de disponernos ante
la interpelación liberadora de la técnica que nos permita habitar la tierra de forma
esencial y verdadera. Llegaremos a entablar una relación ataráxica con la técnica
mediante la serenidad, nos salvaremos del peligro mediante el pensar meditativo y sólo
seremos humanos que habitan la tierra si somos capaces de decir sí y no.
Heidegger busca impulsar que los humanos lleven una vida auténtica, que
asuman su mortalidad para que su libertad se despliegue y se permitan rememorar el ser.
Todo este camino que hemos recorrido nos incita a perdernos entre las sendas que
constituyen el paso de los humanos por la vida, una que indiscutiblemente se encuentra
atravesada por la técnica. A mi parecer, Heidegger nos invita a dejar de ser existencias,
a demorarnos ante lo que acontece y ver que la belleza no reside en el para-sí sino mas
bien en el en-sí. Esta disertación nos invita ahora a preguntarnos por la vida auténtica,
porque a fin de cuentas sólo somos seres de paso y más nos vale que el paso valga la
pena.
BIBLIOGRAFÍA
17
ARISTÓTELES. Ética a Nicómaco. Traducción de María Araujo y Julián Marías.
Madrid: Centro de estudios políticos y constitucionales, 2014.
DUQUE, Félix, (2018) «En lo impoético, pensar lo poético (De las difíciles relaciones
de Heidegger con la tecnología)». En: RODRÍGUEZ, R. Guía Comares de Heidegger.
Granada: Comares, 2018, 255-289.
18
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE FILOSOFÍA
TRABAJO FIN DE GRADO
COMENTARIO DE TEXTO
Grupo 5
Septiembre de 2021
Caracteres:14.558
19
El texto por comentar se encuentra en el capítulo tercero (“La posición original”)
de la primera parte de Teoría de la justicia de John Rawls. Antes de iniciar el análisis,
es importante tomar en consideración las siguientes pautas:
20
los principios de justicia estén basados en la equidad de sus participantes. Lo distintivo
de esta situación será la imparcialidad.
Dicho esto, contamos con el contexto necesario para analizar el texto presentado.
En líneas generales, el texto en cuestión expone la idea de justicia como imparcialidad.
Como bien veremos, esta caracterización de la justicia cuenta con dos componentes
constitutivos: 1) la posición originaria y la solución postulada por los participantes ante
los problemas de dicha situación y; 2) los principios acordados. La preocupación de
Rawls se centra en establecer principios de justicia equitativos que las personas
voluntariamente decidan cumplir. De acuerdo con esto, estas podrán alcanzar sus fines
conviviendo de forma cooperativa con los demás. Veámoslo detenidamente:
34
John Rawls. Teoría de la justicia. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica, 2018, 119.
35
ib.
21
conceptos morales de justicia. A Rawls le interesa demostrar que las premisas asumidas
en la situación original representan nuestras más profundas convicciones morales.
Habiendo definido la situación inicial en la que se despliega el acuerdo, podemos dar
cuenta que los principios de justicia serán producto de una situación imparcial. La idea
fundamental de Rawls es que los principios de la justicia para la estructura básica de la
sociedad sean producto de la situación contractual originaria e imparcial. Sólo si se
procede de esta manera se asegurará un orden social legítimo y estable. Por lo mismo,
Rawls también demostrará que los principios de la justicia no podrían ser otros que los
consensuados.
Para Rawls es importante que su propuesta cuente con una validez universal e
incondicional porque le es particularmente esencial destacar la superioridad de su teoría
de la justicia frente al utilitarismo. Considerando que su proyecto es liberal, Rawls
despliega un procedimiento por medio del cual podemos llegar a tener un orden
legítimo y estable. Los individuos podrán así realizar sus objetivos individuales y, al
mismo tiempo, asegurar el bienestar general. Lo anterior difiere del utilitarismo debido
a que este está basado en el principio de la libertad individual intercambiable por un
bien mayor. Rawls considera inadmisible que la justicia se fundamente en la violación
de libertades de unos pocos para el bien mayor compartido de muchos. La naturaleza de
los participantes de la situación contractual original es la racionalidad. Por lo mismo,
estos no son propicios de envidia, ni estarán dispuestos a acordar aquello que no se
pueda cumplir. Con respecto a lo primero, un individuo racional carece de envidia, esta
es detonante de conflictos, por ello, los seres racionales desean que su asociación
cooperativa prescinda de este sentimiento. La racionalidad desinteresada les permite
ganar ventajas sociales para sí mismos, sin perjudicar a los demás o beneficiarse a costa
de ellos. Por ello, Rawls expresa: “Estos principios son aquellos que serían aceptados
por personas racionales a promover sus intereses”36.
Esta idea está relacionada con la crítica que realiza Rawls a los conceptos
utilitaristas. Considera que estos no son éticamente correctos porque apelan al principio
de mayorías que excluye a muchos miembros de la sociedad. A Rawls le es fundamental
tomar en cuenta el carácter plural con el que cuentan las sociedades liberales
36
ib.
22
democráticas modernas y, por lo mismo, busca construir una teoría que permita
perseguir los fines propios de cada persona y la cooperación de estos en una sociedad.
Para nuestro autor una comunidad política justa no puede generar marginados.
Precisamente su objetivo es construir la teoría de un marco político que evite que nadie
se sienta marginado ni excluido, para que así la sociedad sea un sistema equitativo de
cooperación social a largo plazo.
Rawls plantea un método justo que permite elaborar una serie de principios de
justicia que no benefician a algunos mientras perjudican a otros. En esta noción de
acuerdo radica la importancia de la formulación de la teoría en términos contractuales.
El acuerdo incluye una pluralidad de personas racionales, que -ante una situación
equitativa- genere la escogencia voluntaria de principios que regulen los derechos,
deberes, beneficios y cooperación social aceptados en la estructura básica de la
sociedad. Como respecto a lo expuesto, dichos principios se formulan para que aquellos
dentro del acuerdo contractual promuevan sus intereses sin estar en una posición de
ventaja originaria, y que se realicen desde un mismo marco que establezca los términos
básicos de su asociación. Los referidos principios del extracto en cuestión son admitidos
por personas racionales dedicadas a promover sus intereses personales en una situación
asociativa de carácter horizontal y cooperativo.
Ahora bien, los dos principios de justicia que Rawls postula y a los que refiere el
texto como “la solución al problema de elección”37 son:
Como bien hemos mencionado, Rawls busca demostrar que los principios
elegidos no podrían ser otros que los que se han formulado y aceptado. Estos se
encargan de establecer un equilibrio entre la división de ventajas generadas en la
37
ib.
23
cooperación social. Los principios especifican los tipos de cooperación social que se
pueden llevar a cabo y determinan las formas de gobierno que pueden establecerse. La
cooperación social refiere a los términos equitativos de cooperación que engloban las
ideas de reciprocidad y mutualidad; y, a su vez, a la ventaja racional que el sistema
supone para cada participante. Para Rawls el objeto fundamental de la justicia es la
estructura básica de la sociedad. Esta tiene una función organizadora central porque es
el marco que define cómo se va a realizar la cooperación entre individuos que forman
parte de la sociedad. Determina la asignación de los derechos, deberes y el reparto de
ventajas de la sociedad como marco cooperativo. El bienestar de todos depende de este
esquema de cooperación sin el cual ninguno podría llevar una vida satisfactoria.
Asimismo, los principios de la justicia evitan posibles situaciones conflictivas generadas
a partir de las ventajas obtenidas por la cooperación social. El conflicto que menciona la
cita refiere a la diversidad de intereses enfrentados de los individuos. Considera Rawls
que las personas buscan alcanzar sus propias metas y, por lo mismo, desean contar con
los mayores beneficios posibles que les ayuden a conseguirlas. Por ello, los principios
han de generar un equilibrio en la situación caracterizada por la diversidad de intereses
y deseos de los participantes. La sociedad contiene varias posiciones sociales
determinadas por el sistema político, las circunstancias sociales y económicas. Los
principios se encargarían, pues, de corresponder a las demandas de los demás y a la
elección de esta concepción de la justicia como solución única al problema planteado
por la posición original. El primero asegura la igualdad en la repartición de derechos y
deberes básicos, mientras que el segundo mantiene controladas las desigualdades
sociales y económicas. Los principios aseguran que los individuos se desarrollan en una
situación equitativa, y que sus fines se realizan dentro de un marco competitivo justo.
Por esto, los principios no podrían ser otros que los elegidos. Así Rawls demuestra:
“que los dos principios de justicia son la solución al problema de elección que plantea la
posición original”38.
Rawls plantea una teoría de la justicia que asigna una adecuada distribución de
derechos y deberes por parte de las instituciones que conforman la estructura básica de
la sociedad. La sociedad de Rawls tiene un carácter ideal porque contempla los
principios que regularían una sociedad bien ordenada, en la que todos los que la
38
ib.
24
conforman actúan justamente y cumplen el mantenimiento de instituciones justas.
Rawls considera que la teoría ideal proporciona una base adecuada para la comprensión
de los problemas de la sociedad. Una vez formulados los principios que caracterizan la
sociedad justa, los individuos podrán preguntarse cómo afrontar las limitaciones,
contingencias e injusticias de la vida Una teoría de un estado ideal de los hechos es
necesaria porque delimita lo que es justo, a partir del cual pueden juzgarse las
instituciones existentes. Para concretar tal estado, Rawls recurre al marco contractual
presentado. La última oración del texto hace referencia precisamente a esto: el acuerdo
hipotético ideal es el mejor medio posible para establecer las bases del juego y los
principios que permitan a las personas de realizarse de acuerdo con su bien. Por ello
expresa: “un acuerdo sobre la base de estos principios es el mejor medio para que
cada persona alcance sus fines en vista de las alternativas disponibles" 39.
39
ib.
25