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PUNTO de PARTIDA, Poesias Cubanas

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CONTENIDO

Editorial 7

Del árbol genealógico


Poemas / Soleida Ríos 8

Poesía cubana actual


Poesía cubana actual. Generación nacida en los ochenta: otros hijos
de Calibán / Jamila Medina Ríos y Leonardo Iván Martínez 14
Liuvan Herrera Carpio 18
Yansy Sánchez Fernández 23
Fabián Suárez Ávila 28
Yunier Riquenes García 32
Yanelys Encinosa Cabrera 38
Moisés Mayán Fernández 42
Legna Rodríguez Iglesias 47
Karel Bofill Bahamonde 51
Sergio García Zamora 56
Mariene Lufriú Rodríguez 60
Gelsys Ma. García Lorenzo 65
Elaine Vilar Madruga 70

El reseñario
El jardín: una esperanza para la escritura / Manuel de J. Jiménez 77

l de partida 5
EDITORIAL

Escribo esta nota envuelta en la triste noticia de la muerte del poeta Juan Gelman,
coherente como pocos, admirado por generaciones de lectores y escritores. Y encuen­
tro, entre tantas citas de su obra que inundan las redes sociales y los periódicos, estas
palabras por demás pertinentes: “La lengua es la patria de muchas patrias, la infancia,
el hogar, una manera de ver el mundo, de hablar con él, y es una dicha grande pa­ra mí
haber nacido en castellano.” Así, con la certeza de que la patria es más la lengua que
el azaroso pliegue de las fronteras, Punto de partida ha realizado desde hace varios
años esta serie de muestras de la obra de nuevas generaciones de la literatu­ra en cas­
tellano, racimo de voces que comparten y enriquecen el país grande nombrado Hispa­
no­américa.
Toca esta vez a la nueva poesía de Cuba, y con esta edición cerramos el trío dedica­do
a las Antillas Mayores: Dominicana, Puerto Rico y Cuba. Tres poéticas que com­parten
rasgos —el abordaje de la insularidad, por ejemplo— y enfrentan particularidades evi­
dentes por las dispares historias de los tres países, y que juntas resultan un afortu­
nado subconjunto del inmenso panorama de las letras entre el río Bra­vo y la Patagonia.
Los poetas Jamila Medina, en la isla, y Leonardo Martínez, en México, han preparado
una muestra de doce autores, la mayoría residente en Cuba, todos nacidos entre 1981
y 1989, agrupados en lo que se conoce como Generación Y o Gene­ración Cero (en el
primer caso, haciendo referencia al uso reiterado de nombres que empiezan con esa
letra del alfabeto —costumbre común a varios países del Caribe—; en el se­gundo, al
he­cho de que estos autores empiezan a publicar o a darse a conocer en el mundo de
la literatura en la primera década de este siglo). Esta generación se empalma, según
los antólogos, con la de los años noventa: “comparten varias carencias voluntarias:
ni liderazgos ni amansamientos grupales ni debate ni choque generacio­nal ni evento
polémico ni plataforma ideoestética ni utilidad ideológica ni manifies­to literario, aun­
que sí algunas revistas digitales pululando por la red”. Algunas de las caracterís­ticas
enunciadas, he de decir, las comparten también con poetas contempo­ráneos de otras
latitudes, como se puede apreciar en varios de los grupos antologados previamente en
esta publicación.
El número abre, en el Árbol Genealógico, con la poeta Soleida Ríos, ganadora del
Premio Nicolás Guillén 2013, quien generosamente comparte con nosotros estos iné­di­
tos de su libro A wa nilé. En la ilustración reproducimos una serie de imágenes de la
cotidianidad cubana, obra de la fotógrafa Jenny Sánchez.
Sirva, pues, esta muestra para acercarnos a ese otro punto de la patria grande que
es nuestra lengua española. Feliz año. P

Carmina Estrada

l de partida 7
Poesía cubana actual
POESÍA CUBANA ACTUAL

Poesía cubana actual


Generación nacida en los ochenta: otros hijos de Calibán
Jamila Medina Ríos y Leonardo Iván Martínez

U na ínsula puede convertirse en un lugar extra­ordinario o en un sitio temible,


todo depende de la posición desde donde se la mire. Cuando Shakespeare
escribió La tempestad, seguramente refle­jaba, en esa isla habitada por Sy­
corax y su hijo Ca­libán, lo que no quería de su territorio: un páramo aban­donado en
medio del mar. Podemos decir, tomando el ejemplo del Cisne de Avón, que Cuba es
una isla tempestuosa, pero nunca un páramo. Tempestuosa por lo que ha signi­fi­ca­do
para los cubanos la emigración, el acoso eco­nó­mico de Estados Unidos y los conflic­
tos in­ternos de la isla.
La literatura no se mantiene ajena a esta tempestuo­sa naturaleza. Desde hace
más de medio siglo, con el triun­fo de la Revolución Cubana, los artistas e intelec­tua­
les han tomado parte en la ciclónica vida intelectual y po­lí­tica. Revistas como Casa
de las Américas, Lunes de Re­volución y El Caimán Barbudo fueron los portavoces
para las oleadas de escritores que vieron caer la dictadura de Fulgencio Batista. A
ellas pertenecen Virgilio Piñera, José Lezama Lima, Gastón Ba­quero, Cintio Vitier,
Fina García Marruz, entre otros.
Los poetas cubanos nacidos en los ochenta (para al­gunos, la Generación Y; para
otros, la Generación Cero) son —claro está— distintos a sus antecesores.1 Crecie­ron
escuchando las historias de sus padres o sus tíos que vic­toriosa o trágicamente re­
gresaron de la Guerra de An­gola, en la que Cuba participó desde 1975 hasta 1988.
Su adolescencia o, en el caso de los más jóvenes, su pri­mera infancia, fue marcada
por la austeridad dentro de la ya austera nación. Son ellos los que vieron derretir­se
a Juan Pablo II dentro de su papamóvil cuando en 1998 visitó La Habana, los que
crecieron viendo los “mu­ñe­quitos rusos”: Bolek y Lolek, Pedrito el policía, Nu po­
godi; los que ya no fueron a estudiar a la Universidad Patrice Lumumba en Moscú.
Para buena parte de la crítica la poesía que comenzó a publicarse en la primera
década del siglo xxi en nada difiere de la de los postnovísimos, enmarcada en los
no­venta. Lo cierto es que, junto a la escritura in­ce­san­te de los de antes o después,

1
El primer título se debe a que la familia cubana, marcada por procesos políticos como el derrumbe del
campo socialista, dejó de usar nom­bres rusos y comenzó a crear otros disímiles, que comenzaban con “Y”. El
segundo se refiere a los años en que comenzaron a publicar esos es­critores, a partir del año 2000, fundamental­
mente. De forma simbólica alude también a la diferenciación de un grupo que, desgajado de mu­chas de las
creencias y certidumbres de sus predecesores, tuvo que “em­pezar de cero”.

14 l de partida
POESÍA CUBANA ACTUAL

Una avalancha, fotografía digital, 40 × 61 cm, 2012

la época de las plaquettes (pla­ga­da de inéditos) sigue mostrando sus huellas en la


pu­bli­ca­ción y promoción poéticas, complicando cualquier inten­to de paneo o de
crítica. De ahí, como de la natura­leza del entramado literario cubano, estos años
comunican­tes de nombres llenos de prefijos.
Y de ahí que, superpuestos sobre el Retrato de grupo, de aquella década pro­di­
giosa (los escritores de los ochenta), en los años cero se siga identificando el paso de
“la poesía de exalta­ción y deslumbramiento” al “conocimiento desesperanzado”, tan­
to como la presencia del “coloquia­lismo”, el “autismo” y la “ex-centrici­dad”, junto a
la carencia de voluntad fundacional, de “poetas-fuertes” o de rees­cri­turas de textos
pa­dre o ma­dre (si bien no fal­ta quien insista en escribir aún entre Monte y Troca­de­
ro, entre una palma sola y otra negra, o mirando hacia esa Diás­pora(s) que, tachan­
do al padre, devino trágica o hilarantemente en mito fun­dador).2
Bien alejados del concepto generacional de Ortega y Gasset o José Antonio Por­
tuondo, los noventa y los años cero, esas dos décadas abiertas, comparten varias ca­
ren­cias voluntarias: ni liderazgos ni amansamientos grupa­les ni debate ni choque

2
La Calzada de Jesús del Monte es asociada con Eliseo Diego por el poema que le dedicó; en Trocadero vivía
José Lezama Lima. Se trata de una construcción de opuestos entre la poesía del primero, más nítida, y la del

l de partida 15
POESÍA CUBANA ACTUAL

Arrancaba flores y se las comía, fotografía digital, 61 × 80 cm, 2013

generacional ni evento polémico ni plataforma ideoestética ni utilidad ideológica ni


manifiesto literario, aunque sí algunas revistas digitales (descargables o no) pulu­
lando por la red. Un tono de incertidumbre, desequilibrio y sangres, más bien dilui­das
en el aislamiento hacia lo individual, hacia La voz. Ambas décadas coinciden en cier­
tos rasgos posmodernos: difuminación del enunciador, fragmentación, versolibris­mo
y experimentación con formas estróficas tradicionales (rima, soneto, haiku, décima).
Sin embargo, a las vueltas por los “laberintos escriturales”, donde aquellos fueron
asfixiados por “los traumas de la insularidad”, varios escapistas de los años cero han
logrado evadirlas, gracias a distintas claves que se combinan en un montaje y des­
montaje intermitentes. Se trata del “objetivismo”, la ironía y lo lúdico, la huida (hacia
el útero a veces). El diálogo constante no sólo con Dios, o con Frida Khalo, Safo, Ale­
jandra Pizarnik, Sylvia Plath, sino con tradiciones o estancias poéticas que re­ba­san
la isla. La continuación de un “fabulismo” que, como el teatro cubano, se tra­vis­te con
voces históricas, bíblicas, literarias, míticas, para decirle sin decir a la serie de lo po­
lítico; y un zoolecto que como el de Diáspora(s) trafica con animales para expulsar su
bilis. Un ritmo y una mordacidad de versos que emparentan con los ejer­cicios del sexo
y del servicio militar, con el hip hop y el reguetón, y que, como la música cubana
actual, tiene de seguidilla según los musicólogos: una avanzadilla sin­táctica contra
el almidón del lenguaje. Ni miedo a dibujar caligramas filosos ni miedo a escribir,

segundo, neobarroca. La “palma sola” es un motivo poético de Ni­colás Guillén, famoso por su coloquialismo, ne­
grismo, criollismo; la “pal­ma negra” se refiere a Virgilio Piñera, paradigmático por sus vetas de humor, gro­
tesco y absurdo. Diápora(s) fue un grupo y una revista de los noventa, significativos por sus exploraciones
filosóficas y lingüísticas.

16 l de partida
POESÍA CUBANA ACTUAL

venciendo claustrofobias, a través de los recuerdos de la infancia. Ni miedos a la re­


lectura de la Historia o a la deconstrucción de La Habana; ni ascos a la eticidad o a
la poesía de amor. De la reescritura de los extraños pueblos de la isla a la confesión
diáfana. De la fundación lírica de otro archipiélago al cuidadoso bordado de un ho­
jaldre que es rosa o (es)tela flotando sobre el bosque, donde palpitan miedos y remi­
niscencias, y dejan una especie de hundimiento los cuerpos que se han amado, como
las figuras vaciadas de los daguerrotipos. Conviviendo con esto, textos transgenéricos,
atravesados por una fuerte narratividad; y textos de canto cruento: donde se desolla
o abre el cuerpo, y se muestra “sin corteza”, incompleto, suyo y des­conocido de sí,
cuerpo en proceso (de cauterización), un “cuerpo expuesto” —co­mo pedía Jean-Luc
Nancy—. La poesía, muchas veces escrita en prosa, os­tenta y dicta al cuerpo como
materia o manifiesto de escritura, como si sólo la llaga pudiera dar in­tensidad a la voz.
En esta selección tratamos de incluir algunas de las poéticas más significativas de
la isla: desde Pinar del Río hasta Santiago, todos nacidos entre 1981 y 1989. Los poe­
mas aquí seleccionados dejan entrever algunas de las temáticas de los escritores de
la década: su autorreconocimiento, la fractura familiar, dentro y fuera de Cuba, da­
das la diáspora y los giros de valores e ideologías.
Como toda selección, ésta también es injusta; más cuanto nos enfrentamos a la ti­ra­
nía de las páginas. Se afirma que ninguna antología es más certera que aquella que el
tiempo traza sobre las obras de los hombres de letras e ideas, esa que permite (o no)
pervivir en las lecturas (y escrituras) de los que vendrán —aunque la Historia mis­ma,
también humana, conspira y construye sus memorias. Que esta muestra sirva de abo­
no en el acto de inscribir y difundir lo que el cerco numantino impide que se apre­cie
fuera de la ínsula: voces que, como las de su padre, Calibán, reclaman lo que les
pertenece y buscan que la Historia en algún momento las absuelva. P

Jamila Medina Ríos (Holguín, 1981). Poeta, narradora, filóloga y editora. Ha publicado los poemarios Huecos
Foto © Abel Fernández-Larrea

de araña (Edicio­nes Unión, 2009), con el que obtuvo el premio David 2008; Primaveras cortadas (Proyecto
Literal, Ciudad de México, 2012), País de la siguaraya (Beca Prometeo; revista La Gaceta de Cuba, 2012),
Del corazón de la col y otras mentiras (mención Premio Wolsan 2012; Colección Sureditores, 2013), Ané­
mona (Ediciones Sed de Belleza, 2013); el libro de ensayo Diseminaciones de Calvert Casey (Premio Alejo
Carpentier 2012, Letras Cubanas, 2012), así como los libros de narrativa Ratas en la alta noche (Malpaís
Ediciones, Ciudad de México, 2011) y Escritos en servilletas de papel (Ediciones Holguín, 2011). Es miem­
bro de la Asociación Hermanos Saíz (ahs) y de la Unión de Artistas y Escritores de Cuba (uneac).

Leonardo Iván Martínez (Ciudad de México, 1982). Poeta y ensayista. Egresado de la carrera de Estu­
Foto © Miguel Castanedo

dios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha realizado lecturas de su obra


poética en distintos espacios de México, Cuba y Colombia. Ha publicado en las revistas Cronopio, Palabras
Malditas, La Otra Poesía, Variopinto, Tierra Adentro, Casa del Tiempo y Punto en línea. Es autor del poe­
mario El huerto y la ceniza (Instituto Mexiquense de Cultura, 2012).

l de partida 17
POESÍA CUBANA ACTUAL

Liuvan Herrera Carpio


Fomento, Sancti-Spíritus, 1981

Negación de la Ofelia

A falta de rubí en los labios


encuentra un roído maquillaje
en el fango detenido.
Su ojo made in Bulgaria, años 80
aún no se sumerge,
como si en el éxtasis que supone la
desnudez ante la cámara
se salvara de naufragar
en el cauce de fin de siglo,
donde la niñez se taja
con el filo de la bandera.
No te deshagas de tus
antiguos trofeos.
Mírala allí, en su Volga imaginario
confinada a la democracia
del estiércol, donde frascos de
leche amarga,
uñas moldeadas por el acrílico
y lápices de ordinario diamante,
navegan sin distinción en el
agua mortuoria.

18 l de partida
POESÍA CUBANA ACTUAL

Liuvan Herrera Carpio. Poeta, ensayista, editor y profesor. Licenciado en Letras por la Universidad Cen­

Foto © Mayreen Dita Gómez


tral Marta Abreu de Las Villas. Cuenta con tres premios nacionales de poesía, entre ellos el Premio Nacio­
nal de Literatura Eliseo Diego 2011. Ha publicado los poemarios Entre dos Cristos (Ediciones Luminaria,
2005), Animales difuntos (Ediciones Sed de Belleza, 2006), Discurso del hambre mientras se marchitan
dos ciudades (Ediciones Vigía, 2009), Muertos breves (Ediciones Ávila, 2011) y Flashes (Ediciones La Luz,
2011). En ensayo obtuvo el Premio Pinos Nuevos 2012 por su libro La sencilla palabra, franciscanismo
poético en la obra de Dulce María Loynaz. Fue jefe de redacción de la revista Videncia, de Ciego de Ávila.
Actualmente reside en Ecuador.

En un giro perdió
las piernas, que dan al
brazo emergido
el poder del signo:
gesto de ahogada feliz,
sin guinga ni sombrero.
Si la comparara con el cadáver
de una mujer de sexo
no conservara quizá la postura
del ojo cerrado por la vergüenza.
Cierto es:
creer en el Volga como único
espejo donde mirarnos
hizo de nosotros cuerpos vacilantes
de la mudanza.
Sin embargo, aún desconfiamos
del falso rubí en el ojo glamoroso de la
barbie, made in China.

l de partida 19
POESÍA CUBANA ACTUAL

Yanelys Encinosa Cabrera


Bejucal, Mayabeque, 1983

Alguna definición
muchas veces repetida

I
A Voltaire, que también lo supo.

Se sabe que nadar es un país


mojarse de golpe en las inciertas aguas
de un mundo mejor posible
mirar atrás con el ojo pequeño
cuando la frente es demasiado amplia
desterrarse
despeñarse
se sabe que volar es un continente
flotar de levedad en nubes soportables
de no saber cultivar la huerta
mirar abajo con el ojo pequeño
cuando la frente es demasiado amplia
alentarse
alejarse

nadar volar
cruzar la orilla
tropezar con otra en cualquier morada
mirar al frente con el ojo empequeñecido
cuando la espalda es demasiado amplia

38 l de partida
POESÍA CUBANA ACTUAL

hoy alguien siente que partir es regresar


estar siempre en el principio

II
Al grupo Orígenes, por la definición.

Cualquier isla puede ser un universo


y a la vez
todos repetidos
repartidos
en la inmediatez
del pan y la sustancia
vino común
con la única sangre
repartida
repetida
en el tiempo y la palabra

cualquier universo puede ser una isla


todas las veces
repartida
repetida
en la persistencia
de la sal y la memoria

agua circular
con transparencias y espejismos
repetidos
repartidos hacia todos los océanos
esta isla puede ser
repartida a todos
repetida en todas
compartida en un único verso
que nos defina.

l de partida 39
POESÍA CUBANA ACTUAL

Yanelys Encinosa Cabrera. Poeta, ensayista y promotora literaria. Licenciada en Letras por la Universi­
dad de La Habana. Obtuvo el Premio Cauce en Ensayo 2006, el Premio David en Poesía 2007, el Premio Ra­
zón de Ser 2008, mención especial en el concurso Segur de Reseña Crítica Literaria, y un premio en el VI
Foto © Daniel Díaz Mantilla

Encuentro de Estudios Teórico-Literarios 2008 del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Ciudad de
la Habana. Reseñas y ensayos suyos han sido publicados en el Anuario 30 del Centro de Estudios Martia­
nos, en revistas como La Gaceta, La Letra del Escriba, Cauce, Cubaliteraria. Su poemario Del diario de Eva
y otras prehistorias fue publicado en 2008 (Ediciones Unión). Ha participado en festivales internacionales
de poe­sía en Cuba y en Ecuador. Trabaja en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, en el Centro de Infor­
mación sobre la Literatura Cubana Actual. Es miembro de la ahs y de la uneac.

La culpa

Adán la vio primero


incitó
insistió

a la llegada de Dios no quise culparlo


pensé que en el último momento
de ser preciso
él diría la verdad

le miré a los ojos


cuando Dios lanzó la pregunta
intuí el peligro
me sentí desnuda

el índice de Adán se levantó contra mí

Dios no es tonto
y conoce muy bien a sus hijos
pero siempre nos ha dejado elegir

nos miró con tristeza


e impartió justicia

al final

40 l de partida
POESÍA CUBANA ACTUAL

fue mejor así


él no hubiera soportado

Atenea mediante

Aún soy ánfora


vacía
me han guardado al mejor premio
y mía ha de ser la gloria de saciar al
vencedor

Atenea descansa en mi vientre


mi elegancia y el peplo de la diosa
peligran de idéntica languidez
la fragilidad de mi textura aguarda el gran final
y la vigilia desespera el golpe del aceite

apresúrate atleta
no flaquees en el salto

Tiene relieve, fotografía digital, 40 × 61 cm, 2013

l de partida 41

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