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Dialogo y Participacion Como Generadores

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DIÁLOGO Y PARTICIPACIÓN COMO GENERADORES DE SABERES (Reflexionar

la educación popular y la IAP desde la experiencia)


Alfredo Manuel Ghiso1

Para mis exalumnas y exalumnos de la


UDEA y de la UCO, hoy docentes
universitarios, para que recreen la
experiencia formativa.

Cómo y dónde se enseña Investigación Acción Participativa

Hace poco alguien me preguntaba cómo y dónde se estaba enseñando


Investigación Acción Participativa, - IAP-, en América Latina; esta pregunta ha
sido, en parte, un impulso para escribir estas notas y buscar respuestas, lo que
ha sido un desafío que me llevó a volver sobre mis experiencias como educador
popular y formador de investigadores sociales.

Quisiera plantear que asumo el enseñar desde una perspectiva diferente al


mostrar algo a alguien, o a la de transferir o extender un conocimiento ubicado en
el lugar del saber al lugar de la ignorancia. Para mí, el enseñar es una práctica
cultural y política dialógica, donde el encuentro es la mediación pedagógica que,
desde autonomías subjetivas, posibilita apropiaciones individuales y grupales de
bienes culturales pertinentes para la comprensión de la realidad y necesarios para
la acción transformadora que los sujetos emprendemos.

La pregunta del compañero, docente universitario, me despierta otra inquietud:


hoy, no es raro ver en los manuales de investigación cualitativa que circulan en

1 Alfredo Manuel Ghiso: Educador popular, Docente e investigador. Miembro fundador del grupo de
investigación Laboratorio Universitario de Estudios Sociales Facultad de Derecho y Ciencias Políticas,
Docente en la Escuela de Postgrados de la Fundación Universitaria Luís Amigo. Docente en la Universidad
Católica de Oriente de los cursos de Investigación socioeducativa, Maestría en Educación. Docente emérito
de la Facultad de ciencias sociales y Humanas, Universidad de Antioquia. Colaborador del Programa de
Sistematización CEAAL. Correo electrónico: amghiso@gmail.com.
bibliotecas universitarias físicas o digitales – vía internet-, la idea de una IAP
asimilada a los paquetes de estrategias interpretativas de investigación social. La
IAP, así entendida se enseña desde los parámetros tradicionales, que convierten
toda propuesta investigativa en una receta, en una técnica neutra, desgajada de
todo su poder socio crítico, separada de sus contextos de origen, marcados por
opciones políticas emancipadoras y por rupturas epistemológicas y
paradigmáticas.

La IAP enseñada desde manuales y en clases “bancarias” pierde la potencia de la


apertura y anula el coraje y la creatividad que requiere una experiencia de
construcción de conocimiento, comprometido con el cambio de la realidad y que,
por ello, se desprende de mitos y ritos propios de la academia; de los que toma
distancia por apuntalar el pensamiento hegemónico, conservador propio de las
maquinarias y lógicas tendientes a reproducir el sistema y la tecnocracia. La IAP
enseñada desde las lógicas de los cursos tradicionales de investigación social
recibe un baño de asepsia y de virtud trivial, brindado y pulido por manuales y
docentes universitarios que aún no entienden, porque no reconocen la
emergencia de un pensamiento “otro”, de una práctica epistémica vinculada a la
vida, a la indignación, a la experiencia, a la memoria, a la conciencia y a la
imaginación.

Creo que hoy, se enseña IAP, como se enseñan otras cosas, instrumentalmente,
técnicamente, que es lo mismo que decir: fuera de sus nichos de sentido; se la
enseña desde los textos que circulan, desde las revistas triple AAA ubicadas en
internet, se enseña en postgrados, hasta en doctorados donde todo apunta a la
reproducción sistemática de una mirada del mundo desde las perspectivas
hegemónicas del Norte2; donde no caben racionalidades “otras” que valoran el
para qué, el desde dónde, el a partir de qué y de quiénes se piensa .

2 Las ideas expuestas retoman el pensamiento de Lander, E (2000). ¿Conocimiento para qué? ¿Conocimiento
para quién? Reflexiones sobre la universidad y la geopolítica de los saberes hegemónicos. En Castro S. La
restructuración de las ciencias sociales en América Latina. Bogota: Instituto Pensar,PUJ.
El propósito de este texto es el de compartir la reflexión de la experiencia de
educador popular que asumió la tarea de formar en IAP, entendida esta, más allá
o más acá de los textos de Orlando Fals Borda, Rodriguez Brandao, Bosco Pinto
o Tomás Villasante. Las notas responden a la pregunta: ¿Cómo se enseña un
tipo,
“otro” de investigación?, esa pesquisa que está asociada a la búsqueda de una
comprensión crítica de la realidad, vinculada a una exploración por construcción
de dignidad, justicia, solidaridad, poder; una investigación que está planteada
desde el pensar y actuar con otros sobre la realidad social a cambiar,
estableciendo una ruptura con las epistemes del pensar sin el otro, por el otro o
para el otro. Epistemes hegemónicas que silencian, someten, oprimen al
establecerse desde certidumbres, dogmas y autoritarismos.

Un enseñar/aprender a pensar y hacer dialógico/solidario

La práctica formativa de enseñar/aprender a hacer y a reflexionar para generar


cambios, dialógica y solidariamente, pasa inicialmente por la tarea comprometida
de reconquistar la capacidad – potencia- que los sujetos tenemos reprimida y
sometida de conocer solidariamente, porque nos han acostumbrado en todos los
espacios y dinámicas de socialización, en los que se enquista el sistema
hegemónico, a competir con el otro, anulándolo, eliminándolo, sometiéndolo.

Uno de los primeros desafíos es aprender a romper con la naturalización de


modelos y prácticas investigativas que se nos imponen desde una
institucionalidad dirigida con mentalidad tecnofascista 3 que separan las prácticas
de construcción de conocimiento de la vida cotidiana, de los saberes populares,
del conocimiento campesino, porque argumenta requerimientos de un
conocimiento globalizado, competitivo, eficiente, capaz de acreditarse y
certificarse de acuerdo a unos parámetros y estándares de calidad establecidos
3 Recupero el concepto planteado por Ivan Illich en la década de los 70. Entendido como un sistema social
que se instaura a través de la tecnociencia, usando medios científicos y tecnológicos, que controlan la vida y
la acción de los individuos y grupos, que están puestos a su servicio. Illich I. (1974). "Energía y Equidad"
Barcelona: Barral,
por los mercados transnacionales. De aquí que toca aprender a desmitificar los
conocimientos especializados o expertos que se sitúan siempre en relación a un
mercado, a un cliente o beneficiario, al que hay que satisfacer desde una
racionalidad tecnocrática y capitalista.

Este aprender desaprendiendo implica rupturas, desprendimientos, posturas y


apuestas; todo vínculo nuevo y toda desvinculación implican riesgos e
incertidumbres que hay que comprender y asumir. Esto es posible si en el proceso
educativo popular crítico vivenciamos y experienciamos el hacer solidario y
dialógico, descubriendo así la capacidad y potencia de identificar, con otros, las
necesidades de conocimiento y acción para cambiar aquellas condiciones y
situaciones que nos afectan.

La formación en investigación “otra” – desde abajo y desde el sur- pasa por


reconocernos como sujetos de poder, de pregunta y de respuesta a las
inquietudes generadas en la relación a situaciones o problemas, a grupos o
instituciones, a saberes y conocimientos que obstaculizan nuestra capacidad
protagónica como sujetos. Por ello es que este tipo de proceso educativo, se
convierte en una secuencia no predecible, incierta, de acontecimientos éticos y de
experiencias donde se ponen a prueba potencias y poderes. Este tipo de
experiencias formativas es imposible desarrollarla desde perspectivas
pedagógicas e investigativas excluyentes, patriarcales, autoritarias, dogmáticas,
marcadas por la desconfianza y la competencia.

La construcción dialógica y solidaria de conocimiento es una experiencia de


conciencia e imaginación, que no solo pasa por la razón sino que también transita
por la expresión, los modos de lenguajear, de conversar. Pasa por la emoción,
generando nuevas alertas, recreando el campo sensible, resignificando intereses
y motivaciones, generando nuevos vínculos afectivos que rompen con prácticas
marcadas por el negar, silenciar y neutralizar al otro.
22 de mayo a las 20:42 · - Me acuerdo perfectamente... Fue mi propia conquista..
Y gracias a esos encuentros hoy puedo expresarme y saber que mi palabra tiene
un gran valor. Ahí el valor de la escucha…
22 de mayo a las 20:48 · A veces necesitamos quien nos recuerde que más allá
de ser y estar para el mundo y un sistema de producción… Hay un encuentro con
el otro que nos "hace" y nos construye como sujetos políticos y sociales… Un
encuentro de diálogo, de reconocernos y reconocer al otro... Y a partir de allí
posibilitar nuevos conocimientos y experiencias en torno a la realidad que
vivimos... Y seguiré compartiendo con otros esa misma experiencia… 4

La construcción dialógica y solidaria no sólo pasa por el discurso académico; en


una propuesta formativa desde la Educación popular, la construcción
dialógico/solidaria pasa principalmente por el hacer y se convierte en una
experiencia que permite a los involucrados reconocer y comunicar desde las
diferentes prácticas, lo singular y lo diferente de la historicidad sociocultural de los
conocimientos; develando las condiciones de producción y haciendo conciencia
de los elementos éticos y políticos. Es por esto que la formación en IAP desde la
educación popular genera en las personas una curiosidad epistemológica,
habilitándolos en la formulación de preguntas sobre las condiciones que afectan
sus vidas y les facilita, al mismo tiempo, reconocer los conocimientos, sus
condiciones de producción y los discursos sociales que circulan en torno al tema
generador que el grupo debate y apropia.

22 de mayo a las 21:16 “Un espacio en el que uno se cuestiona su proceso de


formación, su manera de relacionarse con los otros, de construir conocimiento
frente a la realidad que vivimos y los problemas sociales que nos aquejan…” 5

Pero la experiencia educativa – de enseñanza/aprendizaje- no se queda allí, la


práctica de producción dialógica y solidaria lleva a reconocer las potencias y

4 Registro de conversación virtual con participante en el proceso formativo.


5 Registro de conversación virtual con participante en el proceso formativo.
límites de lo que ya sabemos pensar, de lo que ya podemos pensar, dándonos
cuenta que no hay normas que nos impidan cambiar los modos o paradigmas
establecidos por culturas hegemónicas y coloniales. Aprendemos que es
necesario crear y defender lo creado, así como también proteger las condiciones
solidarias y dialógicas de creación, porque descubrimos que es desde estas
condiciones que desarrollamos en nosotros la potencia, el poder de imaginar y
experimentar con otros, caminos posibles del hacer, pensar, sentir y expresar. En
los procesos formativos de IAP, desde el enfoque de la educación popular, nos
hacemos capaces de ir más allá del conocimiento individual, del describir
cuantitativo, del explicar dicotómico y del interpretar desde los sentidos otorgados
por otros, “allá en el norte”.

22 de mayo a las 21:36 “Una experiencia, donde se le dio el sentido real a todo y
donde partimos de mirarnos a nosotros mismos, para luego mirarnos con los
demás y en relación a la diversidad que nos caracteriza… Es el momento mismo
de encontrarse con las diferentes miradas de quienes nos rodean, de los sentires,
de las experiencias, de los relatos… Donde la palabra y el valor de la misma
permitía un tejido de cada uno y cada una...” 6

Proponer la construcción dialógica y solidaria como experiencia gnoseológica


lleva, desde un inicio, a establecer relaciones entre saberes-conocimientos-poder,
relaciones que en la formación tradicional en investigación se encubren. Develar y
reconocer esto permite identificar los alcances y límites, las debilidades, los
riesgos y los obstáculos que los poderes conquistados y ejercidos presentan,
planteando desafíos de cambio que hay que asumir si se opta por un
conocimiento que no está sujeto a parámetros, determinaciones y donde las
personas no son simples espectadores.

6 Registro de conversación virtual con participante en el proceso formativo.


La práctica educativo/investigativa

Uno de los retos de los procesos educativos/IAP, caracterizados por ser


dialógico/solidarios es justamente el de seleccionar y decidir tópicos pertinentes
a estudiar; para ello hay que recurrir a la memoria y a la inserción experiencial,
sentipensante y solidaria de los sujetos participantes, procurando que no se
desliguen del mundo de la vida, de la cotidianidad, del contexto y de los entornos
donde desarrollan sus prácticas sociales. Es ese nosotros que indaga
dialógicamente en contexto, el que enfrenta problemas, tensiones, conflictos; sin
desligarse de los hechos que causan indignación e inconformidad. Es, en este
reconocimiento epistémico y experiencial de ser sujetos en contexto, que se
despliegan y recrean repertorios de creatividad, resistencia conversacional y
rebeldía emocional; porque en esta episteme sentipensante se conoce desde lo
que necesitamos hacer, lo que motiva el describir, explicar y comprender la
realidad y, también, imaginar posibilidades solidariamente.

La experiencia de reflexividad dialógica/solidaria entendida como proceso


investigativo/formador rompe con la figura del científico individual, productor
independiente de conocimientos y se relaciona con la construcción de
conocimiento vinculada a actores y realidades, a actividades sociales colectivas
que demandan y legitiman otro tipo de epistemes y procesos del conocer

En estos procesos, los sujetos de manera consciente e intencionada se ponen en


situación, dispuestos a reconquistar las condiciones que posibilitan el conocer, el
desarrollo de la creatividad y el coraje; capacidades éstas, necesarias para
superar las frustraciones y sanar la parálisis ante los problemas sociopolíticos,
culturales, económicos y ambientales, cada día más agudos. Boaventura de
Sousa7, alerta sobre la necesidad que tenemos los que nos involucramos en
epistemes alternativas de superar la postura que hace curso en muchos procesos

7 Para ampliar esta idea recomendamos la lectura de “Conocer desde el sur. Por una cultura política
emancipadora. Publicado en México, por la UNAM en el 2006
investigativos autollamados populares, enmarcados en las teorías posmodernas
que, al centrarse en la deconstrucción y en la exaltación de la contingencia,
abandonan la tarea de pensar crítica y contextuadamente asuntos que requieren
respuestas alternativas pertinentes.

Figura 1. Reflexividad dialógica/solidaria como


proceso investigativo/formador

Fuente: A. Ghiso; Mayo 2016.

Para que los involucrados en procesos de reflexividad dialógica y solidaria


seleccionen tópicos pertinentes de investigación y acción es necesario que la
razón, la teoría, los métodos y las técnicas se reconozcan, tensionen y
problematicen tanto en las condiciones de producción, como en las condiciones
que permiten legitimar socialmente los saberes, conocimientos y discursos. Para
dar estos pasos se tienen que desarrollar criterios como: cambio, pertinencia,
indignación, curiosidad epistémica, solidaridad, además del deseo – emocionar,
sentir- de crear.

Son las situaciones que nos causan indignación e inconformidad las que nos
llevan a cuestionar críticamente la naturaleza de problemas como: los conflictos
raciales, la violencia sexual, la adicción a las drogas, la limpieza étnica, los
desplazamientos forzados de poblaciones, la corrupción instalada en la vida
pública, la depredación generada por las empresas multinacionales, entre otros.
Problemáticas todas que nos instigan a interrogar la condición moral y la
irracionalidad instalada en nuestras sociedades, con el fin de encontrar
respuestas que estén sustentadas ética, política teórica y relacionadas con la
praxis histórica de grupos, organizaciones, movimientos sociales y sujetos
protagonistas de respuestas a preguntas generadas ante estas situaciones. Es
de notar, que no se nos hace raro que, desde las entidades rectoras de la
investigación, que responden a los intereses hegemónicos globales, se nos diga
que no se puede hacer ciencia si integramos claves epistémicas sentipensantes y
menos si asumimos opciones ético/políticas críticas al sistema.

Por otro lado, contrario a las tendencias tecnocráticas, instrumentales y


colonialistas que dominan y ordenan, pensadores de la talla de Paulo Freire,
Orlando Fals), Hugo Zemelman ,Rodriguez Brandao, Humberto Maturana, Edgar
Morin y Boaventura de Sousa Santos, entre otros; reconociendo sus diferencias
conceptuales y epistémicas coinciden en indicarnos que para producir
conocimiento con legitimidad social, tenemos que trabajar sobre objetos
pertinentes de estudio y acción; por eso es que insisten en la necesidad de
rescatar y reconocer la condición humana en todas sus dimensiones, sin
desconocer la condición sentipensante, capaz de relacionar la locura con la
sanidad, el amor, la creatividad, la poesía, la pintura, el juego y la danza con las
múltiples formas de producción y expresión del conocimiento; además de integrar
recursivamente la indignación con la sabiduría, presentes en las propuestas y
estrategias diseñadas para proteger y resignificar la vida de los grupos sociales
que luchan por su dignidad.

En la IAP, caracterizada por la reflexividad, la dialogicidad y la solidaridad se


recuperan y resignifican construcciones colectivas de conocimiento solidario; esta
consciencia permite reconocer y expresar que es posible experienciar otras
condiciones de producir conocimientos y discursos sociales. Son condiciones
alternativas que posibilitan romper con los fetiches que el sistema tecnocrático
hegemónico y globalizado ha ido construyendo, enajenando las capacidades y
alienando decisiones de los sujetos, de escoger asuntos de estudio que sean
pertinentes y socialmente legítimos.

Las personas que participan en estos procesos de producción de conocimientos


recuperan críticamente sus raíces en lo cotidiano; aprenden a leer las
problemáticas, historias, posibilidades y proyectos. Es en estos momentos que
llegan a reconocer que la selección y delimitación de temas y asuntos de estudio
son producto de interacciones, resignificaciones y acuerdos, legitimados por las
respuestas a las necesidades de conocimiento que el propio grupo ha
desarrollado de manera solidaria, creativa y autónoma.

Figura 2 Condiciones reconocidas y problematizadas en procesos formativos


IAP

Fuente: A. Ghiso; Mayo 2016

Imaginación y coraje frente a contextos inhabilitantes.

A lo largo de múltiples experiencias formativas en IAP desde la perspectiva de la


educación popular nos hemos visto enfrentados a múltiples tensiones generadas
por las diferentes formas de pensar y hacer investigación; unas guiadas por los
dogmas del pensamiento tecnocrático, únicos para el modelo socioeconómico y
de desarrollo que nos rige, otras orientadas a confundir las lecturas de realidad y
a vaciar de sentido los postulados, técnicas y experiencias; lo que se realiza sin
mayores sutilezas haciéndose eco del pensamiento cínico, un modo de pensar
que tanto en el mundo académico como en el de los políticos circula sin mayores
cuestionamientos. Por último, nos hemos visto enfrentados al pensamiento
teórico, aquel que pregona su sometimiento intelectual y su servidumbre moral,
sin ninguna vergüenza, desacreditando todo acto epistémico autónomo y
pertinente desde
“otras experiencias cognitivas”, “otras historicidades“ y desde “otros territorios
(diferentes a los disciplinares tradicionales) del saber y el conocimiento”.

Al enfrentar estos modos de pensar/actuar colonizados, autoritarios y excluyentes,


a lo largo de estos años hemos encontrado, trabajado y reflexionado sobre
rasgos o componentes que aparecen como “invariantes”8 formativas, a las que
prestamos la mayor atención, siendo éstas generadoras de problematizaciones
epistemológicas, pedagógicas y metodológicas. Estas invariantes serán
desarrolladas de manera breve, en este texto, sabiendo que hay mucho por decir
y pensar en torno a ellas, así como descubrir, en nuevas y otras experiencias,
aspectos diferentes que merezcan atención, imaginación y coraje para superar y
transformar aquellos contextos inhabilitantes en los que desarrollamos nuestras
acciones y reflexiones.

1 Contexto: Tanto la formación como la investigación se desarrollan en un


contexto generador, caracterizado por creencias, valores, tensiones, conflictos,
tendencias, contradicciones, disputas que prefiguran una “unidad epocal y
territorial” marcada por oportunidades, posibilidades pero también por obstáculos
y limitaciones que nos vemos obligados a reconocer, dado que condicionan los

8 Este es un concepto acuñado por Célestin Freinet “invariantes pedagógicas”. El educador las reconocia
como las bases de su actuar aprendidas en la práctica, presentes y necesarias en ella. Para ampliar este
concepto leer Freinet C. (1964) “Las invariantes pedagógicas” Barcelona; Laia.
entornos y ambientes, los sujetos y acciones, las interacciones solidarias de
pensar y actuar.

Requerimos una lectura estratégica y compleja de la ecología del pensar y del


actuar. No es posible entrar a la IAP y a los procesos formativos desde la
perspectiva de la educación popular con un pensamiento programático; todo lo
contrario, tenemos que desarrollar un pensamiento estratégico que nos permita
situar actores, líneas de fuerza, redes de apoyo, ideas claves, nudos
problemáticos que actúan como condensadores o como dispersores de tensiones,
ideas o potencias instaladas en los sujetos y en sus entornos.

Un desafío para los involucrados en la formación de investigadores IAP es


aprender a leer el contexto, actualizando las técnicas, recreando las posturas,
resignificando los valores dados, reconstruyendo historias y problematizando
actores, apuestas realizadas y decisiones tomadas, reconociendo que la
incertidumbre juega de acuerdo al modo como percibimos la realidad y en sintonía
a lo que podamos imaginar como posibilidades.

2 Dinámica vincular: A diferencia de los paradigmas reguladores, el


paradigma que guía la formación y realización de la IAP se caracteriza por la
apertura. Tanto una como la otra se configuran como sistemas abiertos esto es
modos de operar y de actuar abiertos al diálogo, al encuentro, a los vínculos que
nos anuncian la posibilidad de múltiples entradas y salidas a los problemas a
tratar, donde los dilemas se convierten en tetralemas, dando cuenta que tanto la
formación como la investigación responden a una organización compleja, para
nada trivial, porque está centrada en dinámicas vinculares, relacionales, que no
solo permiten el diálogo de saberes, sino la construcción de reticulaciones entre
ellos, el anudamiento en nodos problemáticos o generadores de preguntas o
acciones.
Para que esta complejidad no sea solo un discurso, en las prácticas formativas e
investigativas nos vimos abocados a desarrollar múltiples y diferenciadas
mediaciones e interfaces pedagógicas o epistémicas. A diferencia de otras
epistemes, ésta se caracteriza por la solidaridad que opera como un principio que
perfila el tipo de mediaciones a desarrollar para que las apropiaciones sean de
todos, la potenciación sea evidente en cada sujeto que participa en el proceso. La
posibilidad de que los poderes, roles, responsabilidades roten en el grupo recrea
los vínculos, permite otras apropiaciones y despliega el diálogo experiencial desde
las comprensiones y las experiencias vividas.

Una de las características de la formación en IAP, es el desarrollo de dispositivos


de intercambio o interfaces que permiten conectar los procesos formativos con los
investigativos o enlazar técnicas o mediaciones formativa/investigativas; lo que
nos llevó a constatar en la práctica que toda IAP es formativa y que todo proceso
de educación popular es necesariamente investigativo y solidario.

La dinámica vincular es sin duda la esencia de la IAP y de las prácticas de


educación popular, porque es generadora tanto de cambios en los modos de
reflexionar como en los modos de actuar, posibilitando acontecimientos
emergentes, que no estaban previstos o programados. Las experiencias
generadoras de vínculos y redes en las que los sujetos se apoyan en
reciprocidad permiten vivenciar, percibir e imaginar un mundo abierto a la
solidaridad, a la escucha, a la comprensión mutua, reconociendo acuerdos y
desacuerdos, tensiones y errores, además de los conflictos generados por
posturas dogmáticas, autoritarias o colonizadoras. Como lo señalara Freire en su
momento y Edgar Morín después, la vincularidad se enfrenta a “límites
limitantes” ante los que uno se indigna, por ello los conoce, los problematiza y los
supera; pero también con el vínculo descubrimos “límites posibilitadores” como
como los que permiten la comprensión y aceptación de la norma construida
democrática y solidariamente, orientada al cuidado a la vida, al respeto del otro,
de aprecio del silencio cuando el otro brinda su palabra.
3 Experiencia: este es un concepto que evoca múltiples significados y se lo
asocia a la pedagogía contemporánea cuando algunos educadores hablan de
“pedagogías experienciales”; se lo relaciona como objeto de estudio de los
procesos de sistematización o también, se lo plantea como nudo y punto de
partida de procesos de educación popular y de IAP, porque es “la experiencia” el
nicho el saberes vitales – constructos- que comunicamos y proyectamos en
momentos epistémicos y cognitivos como son los de preguntar, describir y
comprender/explicar.

En el proceso formativo, las experiencias son entendidas como aquello que nos
pasa. No lo que se hace sino lo que se vive, se padece, se escucha, se atiende.
En este orden de cosas la experiencia habla de apertura, de disponibilidad, de
sensibilidad de los sujetos, así como de vulnerabilidad y de exposición. 9 Además,,
al partir de las experiencias en los procesos de formación en IAP, desde la
perspectiva de la educación popular, estamos decididamente apelando a la
identidad propia y distintiva de cada persona; identidades que ubican y dan
cuenta de pertenencias no egoístas sino solidarias, que conectan con otros y con
el entorno.

Ayudados en la reflexión por autores como Melich, Bárcena, Skliar y Larrosa,


hemos caído en cuenta de la relación existente entre la experiencia y los
acontecimientos generados principalmente por los encuentros y las interacciones
entre personas, generadores de descubrimientos y develamientos de realidades,
facilitadores de explicaciones o informaciones veladas sistemáticamente por las
hegemonías en el poder y los medios de comunicación. Estos aconteceres –
descubrimientos – nos traspasan la vida, atraviesan la cotidianidad, y rompen
costumbres – paradigmas-, acomodamientos y certezas.

9 Para profundizar este punto recomiendo lecturas de Jorge Larrosa y Carlos Skliar en especial su
libro”Experiencia y alteridad en educación” Rosario; HomoSapiens, Flacso. 2009.
Figura 3 Mediaciones e interfaces, el lugar de la experiencia en el proceso
formativo en IAP

Fuente: A Ghiso. Enero, 2005

Todo ello nos indica lo potente de la experiencia si la leemos e integramos como


componente azaroso, irreversible, emergente, que marca el devenir de las
personas en su proceso formativo/investigativo.

4 Lugar de saber y de enunciación del conocimiento: La episteme


solidaria, construida y desarrollada en el sur, se obliga a situar el saber en otro
lugar distinto al del dominante, al de la autoridad dogmatica, al de la certidumbre
ciega, fatalista determinista en explicaciones y sentidos. Formar en IAP implica
problematizar el lugar del saber, cuestionar las condiciones en las que el
conocimiento se produce y se legitima, más hoy cuando las exigencias
académicas y del mercado exigen asumir incondicionalmente rituales de
publicación, de certificación y de evaluación. Las preguntas: ¿Eso para qué?, ¿En
beneficio de quiénes?, ¿Para el reconocimiento y la legitimación de qué y de
quiénes?
Formar en una perspectiva dialógica y solidaria de la experiencia humana de
construcción de conocimiento exige coraje e imaginación, porque toca romper
mitos en torno a la ciencia, la teoría, las conceptualizaciones y sobre todo los
mitos referidos al investigador y su relación distante neutra y objetiva de la
realidad social indagada. Al proponer este cambio paradigmático y epistémico
aparecen en muchos los conflictos de intereses y surgen las contradicciones
entre las practicas individualistas y competitivas con las colaborativas y solidarias,
aparecen los obstáculos en las dinámicas asociativas – red- que procuran la
permanente circulación e intercambio de conocimientos y emergen prácticas de
concentración de información y de poderes. Como vemos la ruptura de
paradigmas no es algo que se juega en el plano de lo racional, por el contrario la
disputa se da en el plano de las prácticas y de las interacciones dado que en
ellas se ponen de manifiesto el lugar del poder en el intercambio de saberes y de
construcción y enunciación del conocimiento.

5 Objetos de conocimiento: Esta invariante es un lugar común en procesos


formativos e investigativos, da cuenta del “¿Qué?” “¿Qué vamos a tratar?” “¿Qué
vamos a investigar?” esto parece simple a primera vista, pero no es así, también
los objetos de formación y estudio están regidos por paradigmas, epistemes y
sobre todo por intereses. Habitualmente la tendencia es abordar lo que está de
moda, lo que se nos impone, lo lejano e inaprensible, lo ignorado y nunca tratado.
Abordar determinados temas da prestigio al que investiga, al grupo o al colectivo.
Romper esta costumbre pasa por reformular los objetivos del proyecto formativo
en IAP y plantear el propósito de “formar sujetos pertinentes de estudio y
acción”10.

Es por ello que lo primero que hacemos es revisar nuestras prácticas de vida con
otros, nuestras formas de actuar y de resolver los problemas, las experiencias que
marcan nuestras vidas en torno a conflictos y modos de ejercer el poder. De la
revisión pasamos a descubrir los acumulados de saber, legitimamos nuestro
10 Si deseas profundizar en este propósito puedes leer a Ghiso A (2014) “ IAP en la formación de sujetos
pertinentes de estudio y acción” En: Revista de Trabajo Social # 18 -19 Medellín; UDEA.
lugar de saber y procuramos por medio de técnicas interactivas darnos cuenta de
rutinas, acostumbramientos y naturalizaciones en las formas de ver la realidad, de
establecer objetos de estudio, de enunciarlos. Al deconstruir estas continuidades
hacemos ejercicios complejos y a la vez articuladores de reflexiones/acciones y
nos empeñamos en identificar los lugares y condicionamientos donde pueden
establecerse rupturas en nuestro saber y en la enunciación de los asuntos a
estudiar.

Realizado este proceso que toca con modos de hacer las cosas con emociones y
con opciones ético-políticas se avanza en reconfigurar el lugar del saber
revisando hechos, eventualidades, acciones colectivas y comunitarias, además de
las problemáticas que atraviesan la praxis de vivir de cada uno. De esta manera
se avanza en la formación de un sujeto pertinente de estudio y acción. No existe
una receta establecida, tampoco hay que construirla; lo que si es necesario es
recrear permanentemente es la tensión entre acción-reflexión dialógica-acción
solidaria y esto es posible en la medida que se camina gestando un inédito viable.

Figura 5 Invariantes formativas e investigativas IAP

Fuente. A Ghiso; Mayo 2016


Adenda:

“Construir un paradigma alterno requiere creatividad con el fin de seleccionar los


tópicos adecuados de investigación y fundamentarlos como sujetos pertinentes de
estudio y acción. Ojala se haga esto sin peligros de violencia o amenazas de
intereses creados, como ha ocurrido antes. Aquí es donde se juegan la
imaginación y el coraje unidos en la construcción de la ciencia: los necesitamos a
ambos con urgencia y con características holísticas, con el fin de superar
nuestras presentes frustraciones y curar la parálisis parcial que sufrimos ante tan
agudos problemas. Se precisa coraje e imaginación para convertirnos en
constructores y defensores eficaces de culturas y civilizaciones protagonistas en
la búsqueda de un desarrollo que nos dignifique, nos reconcilie con la naturaleza
y abra espacios para intervenir en la definición del futuro.” Orlando Fals Borda

AG. En el sur otoño de 2016

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