Practica #1 - Miguel Angel Sejas Villarroel
Practica #1 - Miguel Angel Sejas Villarroel
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1. INTRODUCCIÓN
La profesión docente, actualmente, es más compleja y exigente que nunca. Se espera de
los educadores una práctica pedagógica efectiva que sea capaz no sólo de promover el
aprendizaje en el alumnado sino, también, promover valores como la tolerancia y la
cohesión social, dar una respuesta educativa adecuada al estudiante con necesidades
específicas de aprendizaje y dominar las nuevas tecnologías en el aula (Harford,
MacRuairc y McCartan, 2010).
Por este motivo, en los últimos años el aprendizaje reflexivo en la etapa de formación de
prácticas de los futuros educadores, tiempo en el que se sumergen y se empapan de lo
que es -y lo que implica- la realidad educativa, han suscitado un importante interés
(Fullana Noell, Pallisera Díaz, Palaudàrias Martí y Badosa Queirós, 2014; Rodríguez
Marcos, et al., 2011).
Parece claro, por lo tanto, que analizar la propia práctica y comprender cómo las
experiencias, vivencias, sentimientos, emociones y valores influyen y determinan el
comportamiento profesional se torna imprescindible si lo que se pretende es ofrecer una
enseñanza reflexiva que permita al futuro educador emprender un camino de búsqueda
de sí mismo, del porqué de sus acciones, de resolución de problemas, de afrontar las
incertidumbres a las que se enfrenta en su día a día en las aulas y, en definitiva, de
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN SUPERIOR BASADA EN COMPETENCIAS
MÓDULO: DOCENCIA REFLEXIVA
transformar y mejorar su práctica (Arandia, et al., 2012; Belvis, Pineda, Armengol y
Moreno, 2013; Dewey, 2007; González Calvo y Barba, 2014; Jove, 2011; Malthouse,
Roffey-Barentsen y Watts, 2014; Perrenoud, 2010; Shoffner, 2011).
Se pretende, con este enfoque, superar el punto de vista del técnico competente para dar
paso al práctico reflexivo (Schön, 1983) y romper, así, con la visión simple y trivial que
a menudo acompaña a la profesión docente, erigiéndose la reflexión en una herramienta
imprescindible para el crecimiento personal y el desarrollo profesional del educador
(Zeichner, 1983).
2. DESARROLLO
2.1. Concepto de reflexión
El concepto de reflexión no es unívoco ni universal, y menos aún en el ámbito educativo
pues, como explica Marcelo García (1991:30), se ha hecho tan popular “que resulta
difícil encontrar referencias escritas sobre propuestas de formación del profesorado que
no incluyan de una u otra forma dicho concepto”.
Sirva como ejemplo la dispersión semántica del término ofrecida por Calderhead (1989)
hace más de veinte años y, sin embargo, aplicable a nuestro contexto actual. Diferencia
este autor entre: práctica reflexiva, formación del profesorado orientada a la indagación,
reflexión en la acción, profesor como investigador, profesor como sujeto que toma
decisiones, profesor como profesional y, por último, profesor como sujeto que resuelve
problemas.
En una línea similar se sitúan Malthouse et al. (2014), quienes consideran que la
reflexión se refiere a la destreza práctica, al proceso empleado por los educadores que
les posibilita mejorar e investigar sobre su propia práctica. Sólo así el docente estará en
condiciones de transformar su práctica en conocimiento, esto es, de construir
significados y comprender las situaciones que surgen de su propia experiencia,
maximizando así los beneficios obtenidos (Crawford, O´Reilly y Luttrell, 2012).
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MÓDULO: DOCENCIA REFLEXIVA
Las críticas más habituales que se realizan acerca de la formación inicial de los docentes
se centran en señalar la propensión a utilizar modelos formativos tradicionales basados
en la mera transmisión de contenidos del profesor al alumno y desprovistos de interés
por desarrollar el pensamiento crítico y reflexivo de los futuros docentes (Moral
Santaella, 2001). Sin embargo, al ser la enseñanza una actividad compleja y sometida a
constante evolución y cambio, requiere del docente el desarrollo de la capacidad de ser
crítico y desarrollar su práctica reflexiva ya desde su formación inicial si quiere
responder a las exigencias sociales y morales que exigen su profesión (Malthouse, et al.,
2014; Ryan, 2011). En esta línea, Villalobos y de Cabrera (2009) justifican la necesidad
de ofrecer una formación inicial reflexiva al futuro docente por las siguientes razones:
3. CONCLUSIONES
El concepto de reflexión, como se ha abordado, no es unívoco ni universal. Por
lo tanto, parece claro que los programas de formación de futuros docentes
reflexivos no parten de un único marco conceptual, sino que vienen
determinados por la concepción de la enseñanza que tengan sus autores.