Cuentos de Yoga
Cuentos de Yoga
Cuentos de Yoga
Cuentos y Fabulas
de BUDA
Sri Deva Fénix (Prof. Félix E. Díaz)
OM MA NI PAD ME HUM
5
La antigua sabiduría del Buda es tan relevante en Occidente
en la actualidad como lo era en Oriente hace 2.000 años.
Al hacer hincapié en la paz, la compasión y la plena
conciencia, constituye una base ideal para ayudarnos a
afrontar con calma y confianza los numerosos retos del
mundo moderno, al tiempo que ofrece unos sólidos valores
éticos con los que vivir.
6
La Anciana Mendiga
En la época de Buda vivió una anciana mendiga llamada
―Confiar en la Alegría‖. Esta mujer observaba cómo reyes,
príncipes y demás personas hacían ofrendas a Buda y sus
discípulos, y nada le habría gustado más que poder hacer ella
lo mismo.
Así pues, salió a mendigar, y después de un día entero sólo
había conseguido una monedita. Fue al vendedor de aceite
para comprarle un poco, pero el hombre le dijo que con tan
poco dinero no podía comprar nada.
Sin embargo, al saber que quería el aceite para ofrecérselo a
Buda, se compadeció de ella y le dio lo que quería
La anciana fue con el aceite al monasterio y allí encendió una
lamparilla, que depositó delante de Buda mientras le
expresaba este deseo:
– No puedo ofrecerte nada más que esta minúscula lámpara.
Pero, por la gracia de esta ofrenda, en el futuro sea yo
bendecida con la lámpara de la sabiduría.
Pueda yo liberar a todos los seres de sus tinieblas. Pueda
purificar todos sus oscurecimientos y conducirlos a la
iluminación‖ A lo largo de la noche se agotó el aceite de
todas las demás lamparillas, pero la de la anciana mendiga
aún seguía ardiendo al amanecer cuando llegó
Maudgalyayana, discípulo de Buda, para retirarlas.
Al ver que aquella todavía estaba encendida, llena de aceite y
con una mecha nueva, pensó: ‖No hay motivo para que esta
lámpara permanezca encendida durante el día‖, y trató de
apagarla de un soplido. Pero la lámpara continuó encendida.
Trató de apagarla con los dedos, pero siguió brillando. Trató
de extinguirla con su túnica, pero aun así siguió ardiendo.
7
Buda, que había estado contemplando la escena, le dijo:
– ¿Quieres apagar esa lámpara, Maudgalyayana? No podrás.
No podrías ni siquiera moverla, y mucho menos apagarla. Si
derramaras toda el agua del océano sobre ella, no se
apagaría. El agua de todos los ríos y lagos del mundo no
bastaría para extinguirla.
– ¿Por qué no?
– Porque esta lámpara fue ofrecida con devoción y con
pureza de mente y corazón. Y esa motivación la ha hecho
enormemente beneficiosa.
Cuando Buda terminó de hablar, la mujer se le acercó, y él
profetizó que en el futuro llegaría a convertirse en un buda
perfecto llamado ―Luz de la lámpara‖. Así pues, es nuestra
motivación, ya sea buena o mala, la que determina el fruto
de nuestros actos. Shantideva dijo:
"Toda la dicha que hay en este mundo,
Toda proviene de desear que los demás sean felices;
Y todo el sufrimiento que hay en este mundo,
Todo proviene de desear ser feliz yo‖
Puesto que la ley del karma es inevitable e infalible, cada
vez que perjudicamos a otros nos perjudicamos directamente
a nosotros mismos, y cada vez que les proporcionamos
felicidad, nos proporcionamos a nosotros mismos felicidad
futura.
8
El Problema
Cuenta la leyenda que en un monasterio budista ubicado en
una ladera casi inaccesible de las frías y escarpadas montañas
del Himalaya, un buen día uno de los monjes guardianes más
ancianos falleció. Le hicieron los rituales tibetanos propios
para esas ocasiones, llenas de profundo respeto y misticismo.
Sin embargo, era preciso que algún otro monje asumiera las
funciones del puesto vacante del guardián. Debía encontrarse
el monje adecuado para llevárselas a cabo. El Gran Maestro
convocó a todos los discípulos del monasterio para
determinar quién ocuparía el honroso puesto de guardián.
El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, colocó una
magnifica mesita en el centro de la enorme sala en la que
estaban reunidos y encima de ésta, colocó un exquisito jarrón
de porcelana, y en él, una rosa amarilla de extraordinaria
belleza y dijo:
-―He aquí el problema. Asumirá el puesto de Honorable
Guardián de nuestro monasterio el primer monje que lo
resuelva.‖ Todos quedaron asombrados mirando aquella
escena: un jarrón de gran valor y belleza, con una maravillosa
flor en el centro. Los monjes se quedaron como petrificados
en el más respetuoso silencio, hundidos en sus interrogantes
internas… ¿Qué representaría ese bello jarrón con flores?
¿Qué hacer con él? ¿Cuál podría ser el enigma encerrado de
tan delicada belleza? ¿Simbolizaría acaso las tentaciones del
mundo? ¿Podría ser algo tan simple como que necesitara
agua la flor? Eran tantas preguntas…
En un momento determinado, uno de los discípulos sacó una
espada, miró al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se
dirigió al centro de la sala y … zas!! Destruyó todo de un
solo golpe. 9
Tan pronto el discípulo retornó a su lugar, el Gran Maestro
dijo: ―Alguien se ha atrevido no sólo a dar solución al
problema, sino a eliminarlo. Honremos a nuestro Guardián
del Monasterio‖.
En realidad, poco importa cuál sea el problema.
Hay problemas cuyo aspecto nos confunde, pues halaga los
sentidos. En el fondo sigue siendo un problema.
Si el problema, es exactamente eso: un problema, y precisa
ser eliminado, no importa que se trate de una mujer
sensacional, o de un hombre maravilloso o de un gran amor
que se ha esfumado. Por más hermosa que haya sido la
experiencia que has vivido o lo significativa que haya sido la
persona con quien has estado, si no existiera más sentido para
ello en tu vida, tiene que ser eliminado.
Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que
fueron importantes en su pasado y que hoy solamente ocupan
un espacio inútil en sus mentes, espacio que es indispensable
para recrear la vida.
Para descargar este libro completo, tan solo seleccione el formato deseado,
abajo: