Bolilla 12
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CONDOMINIO
CONDOMINIO
Concepto
Art. 2673.- El condominio es el derecho real de propiedad que
pertenece a varias personas, por una parte indivisa sobre una cosa
mueble o inmueble.
Elementos
SUJETOS: tiene que existir PLURALIDAD DE SUJETOS titulares de derechos para que se dé el
condominio.
SERVIDUMBRE: en la servidumbre hay dos dominios diferentes sobre distintos objetos (dos
inmuebles). En el condominio hay concurrencia de derechos de la misma naturaleza sobre un
mismo objeto.
Naturaleza jurídica
Comunidad y condominio: la comunidad se da cuando varias personas tienen derechos
de la misma naturaleza y en forma conjunta sobre uno o más bienes. La comunidad entonces
puede estar referida a derechos reales o creditorios, a patrimonios o partes alícuotas de ellos.
Cuando está referida a un derecho real sobre cosa propia, estamos ante un condominio. La
relación entre comunidad y condominio es de género a especie.
El condominio es derecho de propiedad y recae sobre cosas. No es condominio la comunión
de bienes que no sean cosas.
Unidad o pluralidad de derechos: se puede concebir el condominio como un derecho
único con un sujeto plural, o bien considerar que hay tantos derechos como titulares.
Teniendo en cuenta el modo como el Código regula el condominio, señalando
detalladamente las facultades de cada uno de los titulares respecto de la parte indivisa y
respecto de la cosa común, es coherente inclinarse por la autonomía de cada derecho. En
consecuencia, cada uno de los condóminos tiene un derecho real cuyo contenido está limitado
por el derecho de los otros condóminos.
Fuentes
El art. 2675 enumera como fuentes del condominio:
Art. 2675.- El condominio se constituye por contrato, por actos de
última voluntad, o en los casos que la ley designa.
CONTRATOS: puede ser oneroso o gratuito, sea que dos o más personas adquieran de otra
una cosa mueble o inmueble, sea que el propietario enajene una cuota parte de su propiedad
íntegra y exclusiva.
a) ACTO DE ÚLTIMA VOLUNTAD: el testador puede legar una cosa a dos o más personas
en conjunto, y en ese caso, una vez aceptado el legado por ellas y entregada la cosa por el
heredero o albacea testamentario, queda constituido el condominio. Si el legado es de cuota,
no hay condominio sino comunidad de bienes y habrá comunidad hereditaria (siempre y
cuando el testamento efectúe una institución de herederos plural).
b) DISPOSICIÓN DE LA LEY: hay que distinguir dos casos:
1) Ley como fuente de CONSTITUCIÓN de condominio: muros, cercos y fosos medianeros;
confusión o mezcla casual de cosas que quedan inseparablemente unidas.
USUCAPIÓN: no está enumerada por la ley pero es claro que una cosa puede ser adquirida
por usucapión en condominio, cuando dos o más personas han ejercido actos de posesión
sobre una cosa en forma conjunta, como si fueran condóminos.
Condominio romanista
En Roma, la nota de exclusividad del dominio descartaba la posibilidad de la existencia de
pluralidad de propietarios sobre una misma cosa, pero podía existir una forma de copropiedad
por partes iguales: communio pro indiviso. Cada condómino podía disponer de su cuota,
enajenándola o pignorándola, etc., pero no podía ejercer derechos sobre la cosa o sus partes
materiales sino en unión con el resto de los condóminos, reteniendo siempre el derecho de
pedir la disolución mediante la acción de partición.
Condominio germánico
A diferencia del romano, el sistema germánico está inspirado en la propiedad colectiva, en
la que los partícipes están recíprocamente vinculados, no formándose partes alícuotas
desligadas unas de otras, lo que dificulta el tráfico de la copropiedad.
Los rasgos fundamentales de éste sistema son:
• Nadie puede disponer libremente de su parte
• Nadie puede exigir libremente la división
• La administración ordinaria no tiene régimen de mayorías, para cualquier
decisión se necesita la unanimidad
Este sistema llamado solidarista, sólo se aplica excepcionalmente en el derecho alemán
actual. La regla es hoy el sistema románico.
La única limitación que la ley dispone, además de las restricciones que son inherentes a la
propiedad, en el condominio, es la que hace necesario compatibilizar el ejercicio de los
derechos de los condóminos.
FACULTAD DE ENAJENAR
Art. 2677.- Cada condómino puede enajenar su parte indivisa, y sus
acreedores pueden hacerla embargar y vender antes de hacerse la
división entre los comuneros.
Esta facultad no está condicionada a ningún recaudo respecto a los demás condóminos. No
es necesario el conocimiento previo ni tampoco el consentimiento de los demás, no existiendo
por parte de ellos derecho alguno de preferencia.
FACULTAD DE HIPOTECAR
Art. 2678.- Cada uno de los condóminos puede constituir hipoteca
sobre su parte indivisa en un inmueble común, pero el resultado de ella
queda subordinado al resultado de la partición, y no tendrá efecto
alguno en el caso en que el inmueble toque en lote a otro copropietario,
o le sea adjudicado en licitación.
ACCIONES
Las acciones posesorias corresponderán al condómino, en tanto ejerza la posesión o
coposesión de la cosa, según el presupuesto de legitimación activa y con referencia a cada uno
de los remedios posesorios en particular.
El copropietario puede ejercer acciones posesorias sin necesidad del concurso de los otros
copropietarios. Art. 2489:
Art. 2489.- El copropietario del inmueble puede ejercer las acciones
posesorias sin necesidad del concurso de los otros copropietarios, y aun
puede ejercerlas contra cualquiera de estos últimos, que turbándolo en
el goce común, manifestase pretensiones a un derecho exclusivo sobre
el inmueble.
Aunque la norma habla de los inmuebles, aunque se extiende también a los muebles en
virtud de la reforma de la ley 17711 al art. 2488:
Art. 2488.- Las cosas muebles pueden ser objeto de acciones
posesorias, salvo contra el sucesor particular poseedor de buena fe de
cosas que no sean robadas o perdidas.
Hay que recordar que el art. 2409 excluye la posibilidad de poseer una parte ideal, en
abstracto, de una cosa:
Art. 2409.- Dos o más personas pueden tomar en común la posesión de
una cosa indivisible, y cada una de ellas adquiere la posesión de
toda la cosa.
La primera de las normas (2680) sienta el principio del ius prohibendi que compete a cada
condómino, de manera que basta que alguno de los condóminos se oponga a la realización de
actos materiales o jurídicos, para que éstos no se puedan llevar a cabo. Entre estos actos
materiales se encuentran el uso y goce de la cosa.
Si no hay oposición la segunda norma (2648) permite a los condóminos gozar de la cosa
común conforme a su destino, con la limitación de no deteriorarla en interés particular.
Si existe oposición de uno de los condóminos, deben resolver todos sobre si se pone en
administración, se alquila o arrienda. Si no se ponen de acuerdo, y no se pide la división,
prevalece la decisión de la mayoría.
Otra norma que reafirma estos principios es la del art. 2681:
Art. 2681.- Ninguno de los condóminos puede hacer en la cosa común
innovaciones materiales, sin el consentimiento de todos los otros.
ACTOS JURÍDICOS
Art. 2682.- El condómino no puede enajenar, constituir servidumbres,
ni hipotecas con perjuicio del derecho de los copropietarios. El
arrendamiento o el alquiler hecho por alguno de ellos es de ningún valor.
En general, la prohibición de realizar los actos contenidos en el art. 2682 puede ser saneada
en virtud del principio de convalidación que funcionará si se dan los requisitos del art. 2683.
Este principio tiene su fundamento en el efecto declarativo (retroactivo) de la partición.
SERVIDUMBRES
La posibilidad de constituir servidumbres por el condómino tiene distintos efectos según si
las mismas son a favor del fundo (que lo conviertan en dominante), o si lo gravan como fundo
sirviente.
1) COMO FUNDO SIRVIENTE: art. 2985:
Art. 2985.- Ninguna servidumbre puede ser establecida a cargo de un
fundo común a varios, sin que todos los condóminos concurran al acto
de su constitución.
HIPOTECA
El condómino no puede hipotecar la totalidad de la cosa pues faltaría un requisito de fondo;
el de ser propietario de la cosa. No obstante juega aquí también el principio de convalidación,
cuando el condómino viene a ser propietario exclusivo de la cosa en común.
Se trata de una obligación propter rem, ya que tiene origen en la relación real de
condominio, pasa al adquirente en caso de que se enajene la parte indivisa, se extingue con la
relación real, y puede liberarse por el abandono.
Cuando el condómino no cumple y no hace uso del derecho de abandono, rige el art. 2686:
Art. 2686.- No contribuyendo el condómino o los condóminos, pagarán
los intereses al copropietario que los hubiere hecho, y éste tendrá
derecho a retener la cosa hasta que se verifique el pago.
CONDÓMINO INSOLVENTE
Art. 2690.- Cuando entre los condóminos hubiere alguno insolvente, su
parte en la cosa debe repartirse entre los otros en proporción del interés
que tengan en ella, y según el cual hubieren contribuido a satisfacer la
parte del crédito que correspondía al insolvente.
FRUTOS Y DAÑOS
Art. 2691.- Cada uno de los condóminos es deudor a los otros, según
sus respectivas partes, de las rentas o frutos que hubiere percibido de la
cosa común, como del valor del daño que les hubiese causado.
El artículo se refiere a las rentas o frutos que uno de los condóminos hubiere percibido de la
cosa común, como a los deterioros que ésta le hubiere producido. Lógicamente deben
entregar, en la proporción de cada parte, el valor de esos frutos y rentas, o el de los daños
producidos por sus actos ilícitos.
ARRENDAMIENTO DE LA COSA
Cuando se resuelve poner la cosa en alquiler o arrendamiento, y alguno de los condóminos
tenga interés en ello, será preferido a cualquier persona extraña, siempre que ofreciese el
mismo alquiler o renta. Si fuesen dos o más condóminos los que pretenden alquilar en iguales
condiciones, se resolverá por mayoría absoluta y en este caso, pesará la proporción de cada
uno de ellos, que no están excluidos de la votación.
GESTION DE NEGOCIOS
Cuando no haya designación expresa de administrador y alguno de los condóminos haya
comenzado a ejercer, de hecho, actos de administración sobre la cosa, se entiende que actúa
como gestor oficioso y se le aplican las normas concernientes a esta figura. Al igual que el
mandatario el gestor está obligado a rendir cuentas.
PARTICIÓN
Extinción del condominio: el condominio se extingue por los mismos modos que el dominio,
admitiéndose la división entre modos absolutos y relativos.
Pero hay también formas típicas de extinción del condominio, tales como la adquisición de
todas las partes por uno de los condóminos y la partición.
[Sobre todo el punto remisión a Bolilla 9 pto. E-3)]
Fuentes
ORIGEN LEGAL
Art. 2715.- Habrá también indivisión forzosa, cuando la ley prohíba la
división de una cosa común, ...
El requisito esencial es que la cosa esté afectada indispensablemente al uso común de dos o
más heredades. Estas deben pertenecer a distintos propietarios pues de lo contrario no habría
condominio.
La distinción con la servidumbre es que en ésta el propietario es uno y sobre el fundo recae
el derecho del vecino a hacer un uso ilimitado o a gozar de una ventaja o utilidad, mientras que
en el condominio forzoso, ambos tienen un derecho común y de la misma naturaleza.
DECISIÓN JUDICIAL
Se trata de un caso de indivisión forzosa temporaria, que el juez puede decretar atendiendo
a circunstancias excepcionales en razón de las cuales la división puede resultar nociva o
perjudicial para algunos o para todos los condóminos. Art. 2715 in fine:
Art. 2715.- Habrá también indivisión forzosa, ... cuando la división fuere
nociva por cualquier motivo, en cuyo caso debe ser demorada cuanto
sea necesario para que no haya perjuicio a los condóminos.
También el juez puede decidir la indivisión de una cosa cuando ello convierta en
antieconómico su uso y aprovechamiento. Art. 2326:
Art. 2326.- Son cosas divisibles, aquellas que ...
No podrán dividirse las cosas cuando ello convierta en antieconómico su
uso y aprovechamiento. Las autoridades locales podrán reglamentar, en
materia de inmuebles, la superficie mínima de la unidad económica.
En cuanto a las obligaciones, la ley no se refiere específicamente a ellas, por lo que habrá
que recurrir a los principios del condominio común. Pero la doctrina en general considera que
no compete el derecho de abandono, dado el carácter indispensable del uso común.
CLASIFICACIÓN
Reglamentación legal
Obligaciones de encerramiento
En las zonas urbanas la facultad de encerrar las heredades del art. 2516 se convierte en una
obligación para el propietario. Art. 2726:
Art. 2726.- Todo propietario de una heredad puede obligar a su vecino
a la construcción y conservación de paredes de tres metros de altura y
dieciocho pulgadas de espesor para cerramiento y división de sus
heredades contiguas, que estén situadas en el recinto de un pueblo o en
los arrabales.
Abandono
El vecino puede liberarse de la obligación de contribuir cediendo la mitad del terreno sobre
el que la pared debe asentarse y renunciando a la medianería. Art. 2727:
Art. 2727.- El vecino requerido para contribuir a la construcción de una
pared divisoria, o a su conservación en el caso del artículo anterior,
puede librarse de esa obligación, cediendo la mitad del terreno sobre
que la pared debe asentarse, y renunciando a la medianería.
Art. 2718.- Toda pared o muro que sirve de separación de dos edificios
se presume medianero en toda su altura hasta el término del edificio
menos elevado. La parte que pasa la extremidad de esta última
construcción, se reputa que pertenece exclusivamente al dueño del
edificio más alto, salvo la prueba en contrario, por instrumentos
públicos, privados, o por signos materiales que demuestren la
medianería de toda la pared, o de que aquélla no existe ni en la parte
más baja del edificio.
Si más adelante el vecino quiere la medianería a la que había renunciado, deberá adquirirla
abonando no sólo el valor de la construcción sino también el del terreno en la parte
proporcional.
MEDIANERIA
Prueba: el Código admite la prueba por instrumentos públicos o privados emanados de las
partes y por signos materiales que la demuestren, estableciendo presunciones al respecto.
Estas presunciones son iuris tantum.
Obligaciones y cargas
El principio general del libre uso de la medianería está receptado en la primera parte del art.
2730:
Art. 2730.- q La medianería da derecho a cada uno de los condóminos
a servirse de la pared o muro medianero para todos los usos a que ella
está destinada según su naturaleza, con tal que no causen deterioros en
la pared, o comprometan su solidez, y no se estorbe el ejercicio de
iguales derechos para el vecino.
Todas estas facultades están reguladas por las normas de la construcción y deben ejercerse
también, de acuerdo al principio que impide el abuso del derecho (Art. 1071).
Abandono
Art. 2739.- El que hubiere hecho el abandono de la medianería por
librarse de contribuir a las reparaciones o reconstrucciones de una
pared, tiene siempre el derecho de adquirir la medianería de ella en los
términos expuestos.
Esta norma debe entenderse en el sentido que, pasado el término de prescripción sin que el
vecino contribuya con la parte que le corresponde en la construcción de la pared de
cerramiento (art. 2627), puede adquirir la pared en la porción de altura que deben tener las
paredes divisorias (2736), eximiéndose de abonar la suma pertinente al invocar la prescripción
liberatoria del art. 4022.
Adquisición de la medianería
La adquisición puede ser parcial o total. Es parcial cuando implica dar la posibilidad de
adquirir la porción, en longitud, que el vecino deba utilizar, dejándolo en libertad de adquirirla
en toda la extensión colindante. En cuanto a altura puede limitarse a adquirir sólo la porción
que deban tener las paredes divisorias (art. 2726: 3 metros), estando obligado a pagar desde
los cimientos. Art. 2736:
Art. 2736.- Todo propietario cuya finca linda inmediatamente con una
pared o muro no medianero, tiene la facultad de adquirir la medianería
en toda la extensión de la pared, o sólo en la parte que alcance a tener
la finca de su propiedad hasta la altura de las paredes divisorias,
reembolsando la mitad del valor de la pared, como esté construida, o de
la porción de que adquiera medianería, como también la mitad del valor
del suelo sobre que se ha asentado; pero no podrá limitar la adquisición
a sólo una porción del espesor de la pared. Si sólo quisiera adquirir la
porción de la altura que deben tener las paredes divisorias, está
obligado a pagar el valor de la pared desde sus cimientos.
La única limitación para adquirir parcialmente está dada en cuanto al espesor, pues no se
puede adquirir sólo en una porción de él. El muro debe adquirirse tal como está construido.
Medianería rural
A diferencia de la urbana, la medianería rural no sólo puede consistir en muros sino también
en fosas, cercos, setos, etc. Tampoco es obligatorio, en principio, el cerramiento forzoso. Pero
ésta obligación surge cuando las heredades contiguas están ambas “encerradas”, es decir,
cuando el cerco de cada una de ellas circunda la totalidad de su perímetro. En este caso el
cerco divisorio de ellas debe hacerse a comunidad de gastos. Art. 2742:
Art. 2742.- En las campañas los cerramientos medianeros deben
hacerse a comunidad de gastos, si las dos heredades se encerraren.
Cuando una de las heredades está sin cerco alguno, el dueño de ella no
está obligado a contribuir para las paredes, fosos o cercos divisorios.
Cuando los dos predios están cercados totalmente, el cerramiento que los separa se
presume medianero, salvo prueba en contrario. Art. 2743:
Art. 2743.- Todo cerramiento que separa dos propiedades rurales se
presume medianero, a no ser que uno de los terrenos no estuviese
cerrado, o hubiese prueba en contrario.
Finalmente el art. 2744 remite a lo dispuesto sobre muros y paredes respecto de los cercos
y fosos:
Art. 2744.- Lo dispuesto en los artículos anteriores sobre paredes o
muros medianeros, en cuanto a los derechos y obligaciones de los
condóminos entre sí, tiene lugar en lo que fuere aplicable respecto de
zanjas o cercos, o de otras separaciones de los terrenos en las mismas
circunstancias.
CONFUSIÓN DE LÍMITES
Art. 2746.- El que poseyere terrenos cuyos límites estuvieren
confundidos con los de un terreno colindante, repútase condómino con
el poseedor de ese terreno, y tiene derecho para pedir que los límites
confusos se investiguen y se demarquen.
Caracteres
La confusión de límites no debe versar sobre una duda o ignorancia de la titularidad de los
derechos sobre determinada franja o banda de terreno, sino sobre su determinación precisa
sobre el mismo. La confusión se da entonces cuando las partes no saben con exactitud, sobre
el terreno, por donde pasa la línea separativa de los predios, sea porque no existen señales
separativas o porque las mismas hayan desaparecido por un evento natural o por el hecho del
hombre.
El Código crea para esta zona de incertidumbre un condominio por “confusión de límites”.
Para que se dé esta situación se deben dar los siguientes requisitos:
1) heredades contiguas
2) predios rústicos (no edificados)
3) litigio NO sobre el alcance de los títulos
4) límite no determinado por ausencia o desaparición de señales demarcatorias
El art. 2747 plantea dos casos en los que procede la acción reivindicatoria:
1) Cuando los límites están cuestionados
2) Cuando los límites hubiesen quedado sin mojones por haber sido éstos destruidos, y
cuando esta destrucción ha tenido como consecuencia que uno de los colindantes
haya aprovechado la situación desplazando su pretensión más allá del antiguo límite
La acción de deslinde persigue sólo la determinación del límite o línea separativa de las
heredades.
b) En la acción reivindicatoria el actor deberá cargar con la prueba de su pretensión, y el juez
debe fallar con estricta referencia a la prueba aportada. Si el demandante no prueba
acabadamente su derecho la demanda será rechazada.
En la acción de deslinde ambas partes adhieren a la vez la calidad de accionantes y
demandados. La pretensión es una sola y ambos persiguen el mismo fin: la demarcación
precisa del límite, aunque haya discordancia acerca de la ubicación del mismo. Como
consecuencia de ello, la carga de la prueba recae sobre ambos y el juez no puede dejar de
fallar sobre la procedencia de ella y, en defecto de prueba precisa, tiene facultad de
determinarla según lo considere conveniente. Art. 2755:
Art. 2755.- No siendo posible designar los límites de los terrenos, ni por
los vestigios antiguos ni por la posesión, la parte dudosa de los terrenos
será dividida entre los colindantes, según el juez lo considere
conveniente.
FIN BOLILLA 12