El documento proporciona los textos para la misa del XX Domingo después de Pentecostés, incluyendo las lecturas, oraciones y otros elementos litúrgicos. La misa se centra en la curación milagrosa del hijo de un oficial por parte de Jesús, según el Evangelio de Juan, y enfatiza la necesidad de la oración y el celo de los pastores para la salvación del mundo.
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
33 vistas4 páginas
El documento proporciona los textos para la misa del XX Domingo después de Pentecostés, incluyendo las lecturas, oraciones y otros elementos litúrgicos. La misa se centra en la curación milagrosa del hijo de un oficial por parte de Jesús, según el Evangelio de Juan, y enfatiza la necesidad de la oración y el celo de los pastores para la salvación del mundo.
El documento proporciona los textos para la misa del XX Domingo después de Pentecostés, incluyendo las lecturas, oraciones y otros elementos litúrgicos. La misa se centra en la curación milagrosa del hijo de un oficial por parte de Jesús, según el Evangelio de Juan, y enfatiza la necesidad de la oración y el celo de los pastores para la salvación del mundo.
El documento proporciona los textos para la misa del XX Domingo después de Pentecostés, incluyendo las lecturas, oraciones y otros elementos litúrgicos. La misa se centra en la curación milagrosa del hijo de un oficial por parte de Jesús, según el Evangelio de Juan, y enfatiza la necesidad de la oración y el celo de los pastores para la salvación del mundo.
odo lo que has hecho con uplicámoste, Señor, concedas
nosotros, Señor, lo has he- benigno a tus fieles el perdón cho con justo juicio: porque he- y la paz: para que se purifiquen mos pecado contra ti y no hemos de todos sus pecados y, a la vez, obedecido tus mandatos: pero da te sirvan con un corazón tranqui- gloria a tu nombre y haz con no- lo. Por Nuestro Señor Jesucristo. sotros según tu gran misericor- dia. (Salmo) Bienaventurados los puros en su camino: los que an- dan en la ley del Señor. ℣. Gloria al Padre.
✤Epístola. San Pablo a los Efesios 5, 15-21 ✤
ermanos: Cuidaos de sino henchíos del Espíritu
caminar cautamente: Santo, hablando entre vo- no como necios, sino co- sotros con salmos e him- mo sabios, redimiendo el nos y cánticos espiritua- tiempo, porque los días les, cantando y salmo- son malos. Por tanto, no diando al Señor en vues- seáis imprudentes, sino tros corazones: dando inteligentes, averiguando siempre gracias por todo, cuál sea la voluntad de en el nombre de Nuestro Dios. Y no os embriaguéis Señor Jesucristo, a Dios con vino, en el cual está la Padre. Sumisos los unos a lujuria: los otros en el temor de Cristo.
os ojos de todos están fijos leluya, aleluya. ℣. Preparado en ti. Señor: y tú das a todos está mi corazón, oh Dios, pre- el sustento en tiempo oportuno. parado está mi corazón: te canta- ℣. Abres tu mano: y llenas de ré y entonaré salmos a ti, gloria bendición a todo viviente. mía. Aleluya. Evangelio. Según San Juan 4, 46-53 n aquel tiempo: ha- Creyó el hombre lo que bía un régulo cuyo le dijo Jesús, y se fue. hijo estaba enfermo en Cuando ya bajaba, le sa- Cafarnaúm. Cuando su- lieron al encuentro los po que Jesús venía de siervos y le dijeron que Judea a Galilea, fue a él su hijo vivía. Él les pre- y le rogó que bajase, y guntó la hora en que curase a su hijo, que co- había mejorado. Y le di- menzaba a morirse. Di- jeron: Ayer, a las siete, jóle entonces Jesús: Si le dejó la fiebre. Y vio el no viereis milagros y padre que era la misma prodigios, no creéis. hora en que le había di- Díjole el régulo: Señor, cho Jesús: Tu hijo vive: baja antes de que mue- y creyó él y toda su ca- ra mi hijo. Díjole Jesús: sa. Vete, tu hijo vive.
✤Ofertorio. Sal. 136, 1 ✤ ✤Secreta✤
unto a los ríos de Babilonia uplicámoste, Señor, hagas nos sentamos y lloramos, al que estos Misterios nos sir- acordarnos de ti, Sión. van de medicina celestial y purifi- quen los vicios de nuestro cora- zón. Por Nuestro Señor Jesucris- to.
✤ Prefacio de la Santísima Trinidad ✤
n verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y en todo lugar, Señor Santo, Padre todopoderoso, Dios eterno. Que con tu unigénito Hijo y el Espíritu Santo eres un solo Dios y un solo Señor; no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola naturaleza. Porque cuanto Tú nos revelaste de tu gloria lo creemos también, sin diferencia ni distinción, de tu Hijo y del Espíritu Santo. De suerte que en la confesión de la verdadera y eterna deidad sea adorada la propiedad en las Personas, la unidad en la Esencia y la igualdad en la Majestad. La cual alaban los Ángeles y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que claman incesan- temente, diciendo a una sola voz: ✤ Comunión. Sal. 118, 49-50 ✤ ✤Poscomunión ✤ cuérdate, Señor, de la prome- ara que seamos dignos, Se- sa hecha a tu siervo, con la ñor, de estos sagrados do- cual me diste esperanza: ésta es nes, haz, te suplicamos, que obe- la que me ha consolado en mi hu- dezcamos siempre tus mandatos. millación. Por Nuestro Señor Jesucristo.
El Evangelio se toma hoy de San Juan, y es la primera y la única vez en to-
do el curso de los Domingos después de Pentecostés. Del Oficial de Cafar- naúm recibe el nombre este vigésimo Domingo. La Iglesia le ha escogido por- que no deja de haber cierta relación misteriosa en el estado del mundo, con los tiempos a que se refieren proféticamente los últimos días del ciclo litúrgico.
El mundo va camino de su fin y empieza también a morir. Minado por la
fiebre de las pasiones en Cafarnaúm, la ciudad del lucro y de los placeres, no tiene ya fuerzas para ir por sí mismo ante el médico que podría curarle. Su pa- dre, los pastores que le han engendrado por el bautismo a la vida de la gracia, los que gobiernan al pueblo cristiano como oficiales de la santa Iglesia, son los que tienen que presentarse ante el Señor a pedirle la salud del enfermo. El dis- cípulo amado nos hace saber, al principio de su relato que encontraron a Jesús en Caná, la ciudad de las bodas y de la manifestación de su gloria en el ban- quete nupcial; el Hombre-Dios reside en el cielo desde que abandonó nuestra tierra, y dejó a sus discípulos, huérfanos del Esposo, ejercitarse por algún tiempo en la tierra de la penitencia..
El único remedio está en el celo de los pastores y en la oración de la por-
ción del rebaño de Cristo que no se ha dejado arrastrar por las seducciones del libertinaje universal. Pero ¡cuánto importa que fieles y pastores, sin rodeos personales, entren de lleno sobre este punto en los sentimientos de la santa Iglesia! A pesar de la ingratitud más insultante de las injusticias, calumnias y perfidias de todo género, la madre de los pueblos olvida sus injurias para pen- sar sólo en la saludable prosperidad y en la salvación de las naciones que la in- sultan; ruega como lo hizo siempre y con más ardor que nunca, para que tarde en llegar el fin, pro mora finis.
FRATERNIDAD SACERDOTAL SAN PEDRO EN MÉXICO
Nuestra Señora del Pilar Gracias por tus Donativos Madero # 508 Colonia Centro Banco: Banorte. Cuenta: 0015603253 Casa Cristo Rey Nombre: FSSP en México A.C. Enrique Díaz de L. Sur # 933 Col. Moderna PayPal: santuspetrus@gmail.com Guadalajara, Jalisco, México. Contacto: Teléfono: 33-3811-9669 fsspguadalajara@gmail.com www.fsspmexico.mx