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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

RECURRENTES: ********** Y **********,


AMBAS ********** (QUEJOSAS), CÁMARA
DE DIPUTADOS Y PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA (AUTORIDADES
RESPONSABLES)

PONENTE: MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS


SECRETARIO: JOEL ISAAC RANGEL AGÜEROS
COLABORÓ: OMAR GÓMEZ SILVA

Vo.Bo.:

Ciudad de México. Acuerdo de la Segunda Sala de esta


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente a la sesión
de cinco de octubre de dos mil dieciséis.

COTEJADO:

V I S T O S; Y
R E S U L T A N D O:

PRIMERO. Por escrito presentado el seis de marzo de dos mil


catorce, ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de
Distrito en el Estado de Guanajuato, con residencia en Celaya, **********
y **********, ambas **********, mediante su apoderado, solicitaron el
amparo y protección de la Justicia Federal, contra las autoridades y los
actos que a continuación se señalan:

“a) Del Congreso de la Unión, integrado por la Cámara de


Diputados y por la Cámara de Senadores, se reclama:

La discusión, aprobación y expedición del Decreto por el que se


reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley
del Impuesto al Valor Agregado; de la Ley del Impuesto Especial
sobre Producción y Servicios; de la Ley Federal de Derechos, se
expide la Ley del Impuesto sobre la Renta, y se abrogan la Ley
del Impuesto Empresarial a Tasa Única y de la Ley del Impuesto
a los Depósitos en Efectivo, publicado en el Diario Oficial de la
Federación el 11 de diciembre de 2013.

En específico, la quejosa impugna por inconstitucionales los


artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, en vigor
a partir del 1º de enero de 2014, mismos que establecen lo
siguiente:
(…)
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Asimismo, en términos del artículo 103, fracción I, de la


Constitución Federal y la fracción I, del artículo 1º de la Ley de
Amparo, la parte quejosa reclama la omisión en que incurrió el
Congreso de la Unión, al no establecer un régimen de transición
entre el anterior Régimen Simplificado previsto en la Ley del
Impuesto sobre la Renta vigente hasta el ejercicio de 2013 y el
Régimen de Actividades Agrícolas, Ganaderas, Silvícolas y
Pesqueras previsto en los artículos 74 y 75 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta en vigor a partir del 1º de enero de
2014.

Cabe precisar, que no constituye materia del presente amparo


las facilidades administrativas o de pago en las contribuciones
otorgadas a través de lo dispuesto por las citadas disposiciones
legales, sino que únicamente se combaten las distintas
violaciones de fondo que son abordadas más adelante.

b) Del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.

Del Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos,


se reclama la promulgación y orden de expedición de todos los
actos legislativos que han dado origen al texto de los artículos 74
y 75 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigentes a partir del
1º de enero de 2014.”

SEGUNDO. La parte quejosa formuló los conceptos de violación


que estimó pertinentes y señaló como derechos fundamentales
violados los reconocidos en los artículos 1º, 4, 14, 16, 25, 26, 31,
fracción IV y 133, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, así como en diversos tratados internacionales.

TERCERO. Por razón de turno correspondió conocer de la


demanda de amparo al Juez Sexto de Distrito en el Estado de
Guanajuato, el cual, mediante acuerdo de diez de marzo de dos mil
catorce, admitió a trámite el asunto, lo registró con el expediente
**********, emplazó a las autoridades responsables y les requirió para
que rindieran su informe justificado; así como también señaló fecha y
hora para la celebración de la audiencia constitucional, la cual se
desahogó el dieciséis de mayo de dos mil catorce.

CUARTO. En la aludida audiencia constitucional el Juez de


Distrito dio cuenta del contenido de la Circular 3/CCNO/2014 firmada
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

por el Secretario Ejecutivo de Carrera Judicial,


Adscripción y Creación de Nuevos Órganos del
Consejo de la Judicatura Federal, mediante el cual se
informó que en sesión de veintitrés de abril de dos mil
catorce el Pleno del Consejo de la Judicatura Federal determinó que
los Juzgado Primero y Segundo del Centro Auxiliar de la Tercera
Región, con residencia en Guanajuato, Estado de Guanajuato,
apoyaría a los Juzgados de Distrito de ese Circuito, entre otras
cuestiones, para la resolución de los juicios de amparo en los que se
impugnada el Decreto mencionado en párrafos precedentes.

Así, de conformidad con el Acuerdo General 18/2008 del Pleno


del Consejo de la Judicatura Federal, se remitió el juicio de amparo
********** a la Oficina de Correspondencia Común del Centro Auxiliar
de la Tercera Región, para su respectivo turno.

QUINTO. El asunto fue remitido al Juzgado Primero de Distrito


del Centro Auxiliar de la Tercera Región, siendo que su titular lo radicó
bajo el expediente ********** de su índice, ordenando turnar los autos
para la elaboración de la sentencia correspondiente; lo que ocurrió el
doce de noviembre de dos mil catorce, en el que por una parte
sobreseyó en el juicio y, por otra, concedió la protección constitucional
solicitada.

En dicha sentencia, se ordenó devolver los autos


correspondientes al Juzgado Sexto de Distrito en el Estado de
Guanajuato, quien los tuvo por recibidos por auto de veintiuno de
noviembre de dos mil catorce.

SEXTO. Por escrito presentado el once de diciembre de dos mil


catorce, las quejosas interpusieron recurso de revisión, mediante el
cual combatieron el sobreseimiento decretado por el Juez de Distrito;
recurso que se tuvo por recibido mediante proveído de doce del mismo
mes y año.

Asimismo, el Presidente de la República —por conducto del


Subprocurador Fiscal Federal de Amparos— y la Cámara de
Diputados presentaron el diecisiete de diciembre de dos mil catorce,

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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

sendos recursos de revisión, respectivamente, contra la decisión


emitida por el órgano jurisdiccional.

Mediante auto de dieciocho de diciembre de dos mil catorce el


Juez Sexto de Distrito en el Estado de Guanajuato tuvo por
interpuestos los referidos recursos de revisión promovidos por las
autoridades responsables.

SÉPTIMO. Conoció de los mencionados recursos de revisión el


Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Decimosexto Circuito, siendo que su Presidente los admitió a trámite
mediante proveído de diez de marzo de dos mil quince.

OCTAVO. En esa guisa, las peticionarias de amparo, mediante


escrito presentado el diecinueve de marzo de dos mil quince, ante la
Oficina de Correspondencia Común de los Tribunales Colegiados en
Materia Administrativa del Decimosexto Circuito, se adhirieron a los
recursos interpuestos por las autoridades responsables; siendo que el
Tribunal Colegiado del conocimiento lo tuvo por interpuesto por virtud
del auto de veintitrés de marzo de la mencionada anualidad.

Del mismo modo, el seis de abril de dos mil quince, el Presidente


de la República, por conducto de su delegada, se adhirió el recurso
interpuesto por las quejosas; por lo que en proveído de siete del
mismo mes y año, el órgano colegiado admitió la referida adhesión.

NOVENO. En sesión de diecinueve de junio de dos mil quince, el


Tribunal Colegiado del conocimiento dictó sentencia en la que
confirmó el sobreseimiento decretado por el Juez de Distrito de origen,
relativo a la orden de expedición del Decreto impugnado; determinó
parcialmente infundado el recurso de revisión principal promovido por
el Presidente de la República y la Cámara de Diputados en el que
adujeron la improcedencia del juicio y, por ende, se dejó parcialmente
sin materia la revisión adhesiva presentada por las quejosas;
asimismo, se declaró fundada la revisión principal interpuesta por las
peticionarias de amparo y, en consecuencia, modificó la sentencia
impugnada, por cuanto hace al sobreseimiento establecido respecto
de la omisión del legislador de establecer un régimen transitorio entre
el anterior régimen simplificado de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
vigente hasta el ejercicio de dos mil trece y el nuevo régimen de
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y


pesqueras, previsto en los artículos 74 y 75 de la ley
de la materia vigente a partir del uno de enero de dos
mil catorce.

Cabe destacar que el Tribunal Colegiado del conocimiento


determinó que en la sentencia del Juez de Distrito existía una
incongruencia al decretar el sobreseimiento respecto de la omisión del
legislador en cuanto a establecer un régimen transitorio entre el
régimen simplificado de la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente
hasta el ejercicio de dos mil trece y el nuevo régimen del sector
primario; omisión que el órgano colegiado estimó no fue señalada
como acto reclamado en forma destacada en la demanda, sino más
bien como un vicio que afectaba la regularidad constitucional de los
preceptos reclamados.

De ese modo, el órgano revisor revocó el sobreseimiento


relatado, en cuanto a la omisión del legislador de establecer un
régimen de transitoriedad en relación con el régimen de incorporación
fiscal.

Por otra parte, se reservó competencia para este Alto Tribunal,


para que se pronunciara respecto del tema de la regularidad
constitucional de los numerales 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre
la Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación el once de
diciembre de dos mil trece; por lo que el Tribunal Colegiado ordenó
remitir los autos correspondientes.

DÉCIMO. Mediante proveído de catorce de julio de dos mil


quince, el Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
admitió a trámite el recurso de revisión, lo registró bajo el expediente
894/2015 y se ordenó la reserva del asunto hasta en tanto que se
emitiera criterio acerca del problema de constitucional del recurso de
revisión de mérito.

DÉCIMO PRIMERO. Por acuerdo de quince de febrero de dos


mil dieciséis, en atención a lo acordado por el Tribunal Pleno en sesión
privada de ocho de febrero de la citada anualidad, el Presidente de
este Alto Tribunal señaló que el presente medio de impugnación

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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

correspondía a la Comisión 75 “Impuesto sobre la Renta 2014


(Primera)”, asignada al Ministro José Fernando Franco González
Salas, por lo que ordenó la remisión de los autos a dicha comisión.

DÉCIMO SEGUNDO. Tomando en consideración que en sesión


privada de trece de junio de dos mil dieciséis, el Tribunal Pleno
determinó que los asuntos a cargo de diversas comisiones, entre ellas
la Comisión 75, se resolverían por la Sala de la adscripción del
Ministro encargado de supervisar y aprobar los proyectos respectivos,
en acuerdo de diecinueve de septiembre de dos mil dieciséis, el
Presidente de este Alto Tribunal ordenó la remisión del asunto a la
Segunda Sala.

DÉCIMO TERCERO. En acuerdo de veintinueve de septiembre


de dos mil dieciséis, el Presidente de la Segunda Sala decretó el
avocamiento de ésta al conocimiento del asunto.

DÉCIMO CUARTO. Con fundamento en los artículos 73 y 184 de


la Ley de Amparo, se llevó a cabo la publicación del proyecto de
resolución por lo que hace al estudio de constitucionalidad de las
normas impugnadas.

C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación es competente para conocer y resolver
el presente asunto.1

SEGUNDO. Oportunidad y legitimación. Sobre el particular esta


Segunda Sala no se pronuncia, en virtud que el Tribunal Colegiado del
conocimiento se avocó a analizar los temas relativos a la oportunidad
y legitimación de los recursos de revisión —tanto principales como
adhesivos— interpuestos por las quejosas y las autoridades
responsables.

TERCERO. Antecedentes. Para un mejor conocimiento del


asunto que nos ocupa, conviene relatar los antecedentes del caso:
1
De conformidad con los artículos 107, fracción VIII, inciso a), de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 81, inciso e), y 83 de la Ley de Amparo; 10, fracción II, inciso a), de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; así como con el punto Segundo, fracción III, aplicado en sentido contrario y Tercero del Acuerdo General
Plenario 5/2013, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de dos mil trece.
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Por escrito presentado el seis de marzo de dos


mil catorce, ********** y **********, ambas **********, por
conducto de su apoderado, solicitaron el amparo y
protección de la Justicia Federal contra el Decreto por el que se
reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley del
Impuesto al Valor Agregado; de la Ley del Impuesto Especial sobre
Producción y Servicios; de la Ley Federal de Derechos; se expide la
Ley del Impuesto sobre la Renta y se abrogan la Ley del Impuesto
Empresarial a Tasa Única y la Ley del Impuesto a los Depósitos en
Efectivo, publicado en el Diario Oficial de la Federación el once de
diciembre de dos mil trece, específicamente los artículos 74 y 75 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, vigentes a partir del uno de enero de
dos mil catorce.

Las quejosas formularon conceptos de violación, los cuales se


sintetizan de la siguiente manera:

Primer concepto de violación:

 El artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente


a partir del uno de enero de 2014, es violatorio del principio de igualdad
y equidad tributaria, previstos en los numerales 1º y 31, fracción IV, de la
Ley Fundamental.

 Lo anterior, debido a que otorga un trato igual a


contribuyentes que son desiguales jurídica, fiscal y económicamente; es
decir, que los sujetos pasivos del régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas o pesqueras son distintos a los del régimen
general.

 Las quejosas estiman que existe un trato idéntico, a partir de


la homologación de la tasa impositiva, prevista para el régimen dirigido
al sector primario en comparación con las del régimen general, pues en
ambos casos se establece una tasa del 30%.

 Con el régimen simplificado eliminado, se reconocía la


desigualdad entre los mencionados contribuyentes, ya que se preveía
una reducción del impuesto del 30% al 21%.

 En el actual régimen de actividades agrícolas, ganaderas,


silvícolas o pesqueras únicamente se protege esa desigualdad mediante

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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

la implementación de facilidades administrativas y de pago, sin que en el


fondo se prevea la aplicación de una tasa reducida.

 Que en atención a las actividades que desarrolla el sector


primario y dada su alta prioridad para el país, deben ser tratados
fiscalmente de manera diferenciada al resto del universo de
contribuyentes.

Es necesario dar un trato preferencial al sector primario, dado que


ello no debe ser visto como una concesión graciosa del legislador, sino
como una distinción de carácter estratégico.

 El legislador no cuenta con una facultad omnímoda para


homologar la tasa del impuesto relativo, pues desconoce que el sector
primario no es comparable con el régimen general, por lo que no debe
otorgarse la misma tasa impositiva al tratarse de contribuyentes con
diferencias que no permiten tratarlos de la misma manera.

Segunda parte del primer concepto de violación.

 Las quejosas señalan que en caso que no deba darse trato


desigual a contribuyentes disímiles, es decir, que sea admita como
válida la homologación de la tasa; el artículo 74 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, no permite medir de la misma forma su capacidad
contributiva.

 Lo anterior, en virtud que se establecen dos tasas distintas


para la determinación de la contribución de que se trata, cuestión que no
ocurre en el régimen general, en donde se aplica una tasa para todos
los contribuyentes.

 El artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la Renta prevé un


mecanismo por el cual dependiendo de los ingresos del contribuyente,
se determinará si se aplica la tasa del 21%, y para el excedente, la de
30%; con lo cual la capacidad contributiva se mide desigualmente entre
sujetos pasivos pertenecientes al mismo régimen.

 La porción normativa impugnada establece que por un rango


de ingresos se aplicará la tasa del 21%, mientras que por el excedente
será la del 30%; en específico, aducen el caso relativo a los
contribuyentes que obtengan por ingresos una cantidad superior a 423
veces el salario mínimo general del área correspondiente, elevado al
año.

 Ello contraviene la igualdad y equidad tributaria, puesto que


para personas morales el respeto a la proporcionalidad, se da en la
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

medida en que exista una sola tasa aplicable para todos


los contribuyentes, en lugar de una tarifa progresiva.

Es a través de la base gravable, tratándose de


personas morales, en que se reconoce la verdadera capacidad
contributiva

 En atención a lo anterior, las quejosas señalan que la


violación radica en que para el régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas o pesqueras se establecen dos tasas impositivas,
lo que no ocurre con el régimen general.

Tercera parte del primer concepto de violación

 En este motivo de disenso, las quejosas reiteran la violación


al principio de igualdad y equidad tributaria, puesto que aducen que
mientras en el régimen general se aplica una sola tasa a la base
gravable, en el caso del régimen del sector primario, se debe atender al
rango de ingresos obtenidos, para poder determinar la aplicación de una
tasa efectiva del 21% o bien, la diversa general de 30%.

 En el caso del régimen del sector primario son los ingresos lo


que determina la aplicación de las tasas mencionadas, lo que no se
establece para los contribuyentes del régimen general, la cual se aplica
sobre su base gravable.

 Debe atenderse que si en el régimen general se aplica una


sola tasa con independencia del nivel de ingresos, resulta inequitativo y
desigual que tratándose del régimen del sector primario sea por virtud de
los ingresos que se determine la aplicación de una tasa del 21% o del
30%.

 En esa virtud, es inconstitucional que el artículo reclamado


establezca dos tasas aplicables, atendiendo a los ingresos que se
perciba, pues no permite apreciar la verdadera capacidad contributiva,
como en su caso sí sucede con el régimen general en que se aplica una
tasa.

Cuarta parte del primer concepto de violación

 Las quejosas aducen que el artículo 74 de la Ley del


Impuesto sobre la Renta, atenta contra los principios de igualdad y
equidad tributarias, ya que otorga un trato desigual a los contribuyentes
que pertenecen al mismo régimen del sector primario.

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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 Contribuyentes que realizan el mismo hecho imponible,


consistente en la obtención de ingresos por actividades del sector
primario, son tratados de forma desigual al tener que aplicar tasas
impositivas distintas dependiendo de sus ingresos.

 Sobre el caso, las quejosas precisan la forma en que,


atendiendo al contenido del artículo reclamado, se determina el
Impuesto sobre la Renta tratándose del régimen de actividades
agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras.

 Del contenido del numeral impugnado, se advierte la


aplicación de dos tasas completamente distintas, pues por un rango de
ingresos se aplica una tasa del 21% y, por otro margen de ingresos, una
del 30%.

 En efecto, consideran que cuando los ingresos no rebasen


las 423 veces el salario mínimo general del área correspondiente,
elevado al año, la tasa efectiva será del 21%, siendo que cuando los
ingresos rebasen el límite descrito, se aplicará la tasa del 30%, lo que
constituye un trato desigual entre sujetos de un mismo régimen fiscal,
que se ubican en la misma hipótesis de causación

 Mencionan que tratándose de sujetos pasivos que obtengan


ingresos superiores al límite aludido, sólo una parte de éstos se sujetará
a la tasa del 21%, mientras que el resto de la cantidad será sometida al
cálculo de una tasa del 30%, configurándose un trato inequitativo.

 La distinción que se efectúa radica en los ingresos de los


contribuyentes y no al tipo de actividades que realizan.

Segundo concepto de violación:

 El artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,


transgrede el principio de proporcionalidad tributaria.

 Así es, ello radica en que el mencionado numeral prevé la


aplicación de dos tasas efectivas del impuesto de que se trata, sin que
exista parámetro de progresividad alguno.

 Los contribuyentes que tengan ingresos superiores a 423


veces el salario mínimo general del área correspondiente, elevado al
año, aplicarán una tasa efectiva del 21% respecto de los ingresos
inferiores a dicho límite, mientras que por el excedente aplicarán la tasa
del 30%, situación que es desproporcional, puesto que no existe
progresividad entre esas tasas.

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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 La proporcionalidad tributaria se respeta en


la medida en que la ley establezca un mecanismo que
contenga una tasa o tarifa progresiva respecto del
objeto del impuesto, en la que la diferencia entre un
rango y otro, sea compensada con una cuota fija establecida sobre el
excedente del límite inferior.

 En el supuesto de que se estimara que es constitucional la


diferencia realizada entre contribuyentes del sector primario y los del
régimen general tratándose de la tasa aplicable, lo cierto es que en el
caso del sector agropecuario las tasas que se contemplan no revisten
signos de progresividad, pues con el hecho de que los ingresos superen
423 veces el salario mínimo general del área correspondiente, elevado
al año, la tasa aplicable se dispara de un 21% a un 30%.

 Esa disparidad no se compensa con cuota fija alguna.

Segunda parte del segundo concepto de violación.

 El artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la Renta viola el


principio de proporcionalidad tributaria, debido a que a diferencia del
régimen general en donde no se aplican dos tasas por cuestión de
existir diferencia de ingresos; en el régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas o pesqueras sí se prevén dos tasas impositivas.

 Tratándose del régimen del sector agropecuario son los


ingresos que obtiene el contribuyente lo que determina la aplicación de
la tasa o de las tasas correspondientes; lo que no sucede en el régimen
general en donde el nivel de ingresos no determina la aplicación de
diferentes tasas pues únicamente se prevé una sola.

 En ese sentido, no es válido atender a los ingresos


percibidos para establecer tasas diferenciadas, puesto que lo que
denota la verdadera capacidad contributiva es la base gravable
(ingresos menos deducciones).

Tercera parte del segundo concepto de violación.

 Los numerales 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la Renta


son violatorios del principio de proporcionalidad tributaria, en virtud que
las medidas que establecen, consistentes en la homologación de la tasa
impositiva, no guarda relación con la finalidad perseguida por el
legislador.

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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 En efecto, la homologación de la tasa aludida, lejos de


reducir los tratamientos fiscales, en realidad se producen distorsiones e
inequidad en el sistema tributario; de ahí que exista una relación
desproporcional entre los medios adoptados y los fines pretendidos, ya
que como se ha sostenido el establecimiento del gravamen en cita no
atiende a la capacidad contributiva de los sujetos pasivos.

 Para tal fin, los artículos impugnados deben ser analizados a


la luz del test de proporcionalidad, tal como se precisa en la tesis 1ª.
LIII/2012 emitida por la Primera Sala de este Alto Tribunal, de rubro
“TEST DE PROPORCIONALIDAD DE LAS LEYES FISCALES, EN
ATENCIÓN A LA INTENSIDAD DEL CONTROL DE
CONSTITUCIONALIDAD CONSTITUCIONAL DE LAS MISMAS, SU
APLICACIÓN POR PARTE DE LA SUPREMA CORTE REQUIERE DE
UN MÍNIMO Y NO DE UN MÁXIMO DE JUSTIFICACIÓN DE LOS
ELEMENTOS QUE LO CONFORMAN.”

 Así, las medidas tributarias impuestas tuvieron su razón de


ser, conforme a lo expuesto por el legislador, en reducir los beneficios
fiscales y eliminar tratamientos preferenciales que generaran
distorsiones e inequidad, con la finalidad de establecer un sistema
tributario más igualitario entre la universalidad de contribuyentes.

 Se buscó lograr lo anterior mediante la homologación de la


tasa del impuesto sobre la renta y de crear un nuevo régimen fiscal para
contribuyentes del sector primario.

 No obstante las motivaciones anteriores, el legislador


soslayó las características y la alta prioridad que las actividades
agropecuarias representan para el país; de ahí que no sea posible
tratarse igualitariamente a ese sector respecto del régimen general.

 Asimismo, la imposición de dos tasas distintas no permite


reconocer la verdadera capacidad contributiva.

 Sobre esas ideas, debe concederse el amparo solicitado


para el efecto de que las quejosas tributen conforme a la tasa efectiva
del 21%, la cual sí permite reconocer la capacidad contributiva.

Tercer concepto de violación:

 Los artículos reclamados transgreden en perjuicio de las


quejosas el derecho a la libre concurrente o competencia, establecido en
el artículo 28 de la Ley Fundamental.

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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 El mencionado derecho consiste en una


obligación del Estado de expedir ordenamientos
jurídicos que aseguren la libre competencia y eviten
fenómenos que constituyan ventajas exclusivas a favor
de una o varias personas, en perjuicio del interés social.

 Así, en el supuesto que un ordenamiento legal otorgue


privilegios o prerrogativas a determinados sujetos, éste será violatorio de
la garantía de competencia libre y libre concurrencia que establece el
numeral 28 de la Constitución Federal. Citan la jurisprudencia de rubro
“CONTROLES VOLUMÉTRICOS. EL ARTÍCULO 28, FRACCIÓN V,
DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN QUE LOS ESTABLECE,
NO VIOLA EL ARTÍCULO 28 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL,
PUES NO PROPICIA PRÁCTICAS MONOPÓLICAS NI LIMITA LA
LIBRE CONCURRENCIA ENTRE LOS AGENTES ECONÓMICOS
(LEGISLACIÓN VIGENTE EN 2004).”.

 Analizando a contrario sensu la jurisprudencia arriba citada,


se desprende que una norma jurídica es violatoria del artículo 28 de la
Constitución General, si limita la libre concurrencia de mercado
estableciendo alguna ventaja comercial a favor de personas
determinadas.

 En esa virtud, en el caso concreto, los artículos impugnados


establecen una ventaja exclusiva a favor de los contribuyentes del
sector primario que tengan ingresos menores a 423 veces el salario
mínimo general del área correspondiente, elevado al año, quienes
podrán aplicar una tasa del 31%; mientras que los que superen el límite
de referencia deberán determinar el impuesto conforme a una tasa del
30%.

 De esa manera, la tasa diferenciada genera una ventaja


comercial exclusiva a favor de los contribuyentes que no superen el
mencionado límite de ingresos, en virtud que podrán comercializar sus
productos a un precio más bajo que el establezcan los sujetos pasivos
con ingresos superiores al multicitado límite.

 Los contribuyentes con mayores ingresos aplicarán la tasa


del 30% y los de menores ingresos la del 21%, generando distorsiones
en un mismo sector de la economía.

Segunda parte del tercer concepto de violación.

 Los contribuyentes con mayores ingresos del límite indicado,


se verán obligados a incrementar el precio de sus productos a efecto de
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

poder reinvertir sus utilidades, cuestión que no acontece con los sujetos
pasivos que obtengan menores ingresos respecto de la limitante
aducida.

 Lo anterior implicará que a los contribuyentes que superen el


tope de ingresos verán disminuida su competitividad, ya que al
establecerse una tasa mayor en esos supuestos, incrementarán el
preciso de sus productos o reducir la calidad de los mismos.

Tercera parte del tercer concepto de violación

 A más de lo anterior, los artículos impugnados transgreden el


contenido del numeral 39, inciso b), subinciso i), de la Carta de la
Organización de Estados Americanos.

 Ello, dado que el mencionado numeral estable la obligación


de los países miembros de lograr mejores condiciones para el comercio
de los productos básicos mediante procedimientos ordenados de
comercialización que eviten la perturbación de los mercados y otras
medidas destinadas a promover la expansión de mercados.

 Así, el hecho de que se imponga una tasa mayor a


contribuyentes con ingresos superiores a 423 veces el salario mínimo
general del área geográfica, elevado al año, perturba el mercado del
sector primario.

Conforme a las anteriores motivaciones, las quejosas solicitan se


les aplique la tasa efectiva del 21%.

Cuarto concepto de violación:

 Las disposiciones reclamadas contravienen el derecho a una


alimentación adecuada, previsto en el artículo 4º de la Norma
Fundamental, en relación con el numeral 25 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos, el artículo 11 del Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, así como el diverso 12 del
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
“Protocolo de San Salvador”.

 El derecho a la alimentación adecuada, según el texto


constitucional, prevé que es obligación del Estado garantiza a toda
persona el derecho a una alimentación nutritiva, suficiente y de calidad.

 De la interpretación sistemática de la Ley Fundamental y los


diversos tratados internacionales, respecto del derecho en mención, se
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AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

advierte que los Estados deberán adoptar medidas que


tengan por resultado acceso al referido derecho,
adoptando medidas para velar que las empresas o
particulares no priven a las personas de su acceso a
una alimentación adecuada.

 Incluso, los Estados deben promover políticas encaminadas


a contribuir a la realización progresiva del derecho a la alimentación de
la población, participando de modo activo en las actividades orientadas
al fortalecimiento del acceso de la población a recursos y medios
necesarios para garantizar su subsistencia, incluida la seguridad
alimentaria, y la utilización de los mismos.

 Ahora bien, el derecho a la alimentación adecuada, no se


limita a que los ciudadanos de un país no mueran de hambre, sino que
se extiende a los aspectos relacionados a que el Estado debe crear
mecanismos que garanticen no solamente que los gobernados tengan
precios accesibles de los alimentos, sino que también se debe velar por
los intereses de los productores.

 En ese sentido, si un Estado establece una legislación que


conlleve el aumento de los precios de alimentos de consumo básico,
como los que produce el sector primario, se obstaculizaría el derecho a
la alimentación adecuada.

 Sobre el particular, el artículo 74 de la Ley del Impuesto


sobre la Renta, violan el referido derecho a la alimentación, debido a que
se aumenta desproporcionalmente la carga impositiva.

 El legislador no tomó en cuenta los efectos nocivos que


causaría al sector primario y, por consecuencia al derecho a la
alimentación, el hecho de homologar la tasa impositiva conforme lo
realiza el régimen general.

 El incremento de la tasa provocará el aumento de los


precios, se desalentarán inversiones y se dependerá en mayor medida
de las importaciones de alimentos, lo que pugna contra la seguridad y
soberanía alimentaria.

 Insisten, en que el derecho a la alimentación adecuada debe


protegerse mediante el establecimiento de políticas que propicien la
accesibilidad a los alimentos de consumo básico, en la inteligencia que
el sector primario se encuentra en vulnerabilidad respecto de factores de
riesgo como plagas, clima, entre otros.

15
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 El aumento de la tasa tributaria establecida para el sector


agropecuario mencionado, provocará, evidentemente, el aumento de los
precios de los alimentos de consumo básico.

Quinto concepto de violación:

 Los artículos reclamados violan el derecho fundamental al


desarrollo integral establecido en los artículos 33, 34 y 45 de la Carta de
la Organización de los Estados Americanos, en relación con el numeral
26 de la Convención Americana de Derechos Humanos.

 De los referidos instrumentos jurídicos internaciones, se


advierte que existe la obligación para el Estado de garantizar a las
personas un desarrollo integral de un orden económico y social justo
que permita su plena realización.

 Así, debe garantizarse la distribución equitativa de la riqueza


y del ingreso, estableciendo sistemas impositivos adecuados y
equitativos que aseguren a las personas un ambiente de igualdad de
oportunidades y seguridad económica.

 En el caso concreto, si se toma en cuenta que el sector


primario tiene características especiales que lo hacen diferente respecto
de los demás sectores de la economía, el Estado debe proveerle una
tutela eficaz para que contribuyan en forma desigual respecto de otros
sujetos pasivos que se dediquen a actividades productivas diferentes, y
de manera igual frente a los que desarrollen tareas del sector primario.

 De tal modo, una norma tributaria respetará el derecho al


desarrollo integral siempre que trate igual a los iguales y de manera
desigual a los desiguales, tratándose de la contribución a los gastos
públicos.

 Ahora bien, sobre el tema de la regularidad constitucional de


los numerales impugnados, éstos no reconocen las diferencias
existentes entre el sector primario y el resto de los contribuyentes, ya
que se homologa la tasa del impuesto sobre la renta a la del régimen
general.

 Debe tenerse presente que es el tipo de actividades lo que


marca la diferencia entre esos dos regímenes y no los ingresos que
perciben.

 Así, el régimen de actividades agrícolas, ganaderas,


silvícolas o pesqueras colocan en un plano de igualdad a los

16
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

contribuyentes del sector primario frente a los del


régimen general, ello por la homologación de la tasa.

 De ese modo se establece un sistema


tributario neutral que no reconoce las diferencias mencionadas.

Segunda parte del quinto concepto de violación

 Asimismo, los numerales combatidos otorgan un trato


desigual a contribuyentes pertenecientes al mismo régimen de
actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras.

 Las quejosas argumentan el trato inequitativo en el régimen


mencionado, debido a que en él, se prevé el establecimiento de dos
tasas distintas para la determinación de la contribución de que se trata,
situación que no se prevé en el régimen general.

 Alegan lo anterior, pues en el caso, el numeral 74 de la Ley


del Impuesto sobre la Renta, precisa que quienes obtengan mayores
ingresos respecto del límite de 423 veces el salario mínimo general del
área correspondiente, elevado al año, aplicaran una tasa del 30%; pero
los que no superen ese monto, se sujetarán a una tasa efectiva del 21%.

Sexto concepto de violación:

 Los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,


son violatorios del principio de protección de la confianza legítima, que
se desprende del diverso de la garantía de seguridad jurídica previsto en
los numerales 14 y 16 de la Constitución Federal.

 El principio de protección de la confianza legítima vela por la


estabilidad y conservación del derecho de los gobernados, con el fin de
darles certeza jurídica respecto de las eventuales arbitrariedades en que
puedan incurrir las autoridades y que éstas afecten a los ciudadanos
respecto de actos futuros; empero, si bien el autoridad tienen la
capacidad de modificar sus actos o regulaciones jurídicas, cuando así
se estime conveniente, eso será válido siempre y cuando se prevean
disposiciones transitorias que reguarden la previsibilidad del
ordenamiento jurídico.

 Ahora, en materia fiscal el mencionado principio no debe


entenderse como la protección y búsqueda de la perpetuidad de
determinado ordenamiento jurídico existente o el mantener un régimen
fiscal vigente de manera indeterminada, lo que busca es proteger al

17
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

gobernado frente a cambios normativos arbitrarios, súbitos, sorpresivos


e imprevisibles que alteren la esfera jurídica de los gobernados.

 Las quejosas edifican este concepto de violación, a partir de


la omisión en que incurrió el legislador al no establecer un régimen de
transitoriedad que permitiera a los contribuyentes sujetos al anterior
régimen simplificado, migrar al actual de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas o pesqueras.

 En efecto, la parte quejosa arguye que el legislador, de


manera intempestiva, abrupta y sorpresiva, eliminó el régimen
simplificado e instauró el diverso previsto en los numerales 74 y 75 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta vigente a partir del uno de enero de
dos mil catorce.

 Precisan que ese cambio repentino modificó las decisiones


de negocios, estratégicas, comerciales, planeaciones financieras y
futuros negocios que había desarrollado conforme a la anterior
legislación vigente hasta el treinta y uno de diciembre de dos mil trece,
ya que no se fijó un régimen de transición que permitieran aminorar el
impacto descrito.

 Esas cuestiones, en opinión de las quejosas, pugna contra el


principio de protección y confianza legítima, el cual obliga a no cambiar
las condiciones de dichos actos, con la finalidad de proteger a los
gobernados de decisiones arbitrarias e inesperadas que pudieran
violentar su seguridad jurídica y causa incertidumbre.

 Reiteran, las innovaciones y modificaciones normativas no


deben ser impuestas de manera inesperada e imprevisible, sino que
deben mantenerse para dar oportunidad a los contribuyentes de saber a
qué atenerse; motivo por el cual es indispensable la previsión de un
régimen transitorio que permite gradualmente migrar a la nueva
situación jurídica impuesta.

El Juez de Distrito, al dictar la sentencia correspondiente, en


síntesis, adujo lo siguiente:

Fijación de la litis:

 La discusión, aprobación, expedición, promulgación y orden


de expedición de los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación, el once de
diciembre de dos mil trece.

18
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 La omisión en que incurrió el Congreso de


la Unión al no establecer un régimen de transición
entre el régimen simplificado y el diverso (actual) de
actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o
pesqueras.

Naturaleza de las normas impugnadas:

 Los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,


desde su entrada en vigor establecen diversas obligaciones a cargo de
las personas físicas y morales que se dediquen a las actividades del
sector primario.

 Desde que surgen a la vida jurídica, constriñen a sus


destinatarios a someterse a las condiciones jurídicas que establece ese
régimen fiscal, a cumplir con las obligaciones que se imponen.

 De ahí que se innecesario un acto de aplicación, dado que


desde el momento en que entraron en vigor se afectó la esfera jurídica
de los gobernados sujetos a ese régimen.

Análisis de las causas de improcedencia:

 El Presidente de la República adujo que el juicio era


improcedente, en términos de los numerales 61, fracciones XII y XXII,
así como del diverso 107, fracción I, todos de la Ley de Amparo; en
virtud que la parte quejosa no demostró documentalmente que estaba
sujeta al régimen que establecen los artículos impugnados; ni mucho
menos que el 90% de sus ingresos provienen de las actividades del
sector agropecuario.

 El Juez de Distrito determinó que los medios probatorios


presentados por las quejosas eran eficaces para demostrar su interés
jurídico, ya que se dedican a las actividades vinculadas al sector
primario y, por ende, sus ingresos provienen de éstas.

 Además, durante la vigencia de la anterior Ley del Impuesto


sobre la Renta, demostraron que tributaron al amparo del régimen
simplificado, el cual desapareció con motivo de la entrada en vigor de
los artículos 74 y 75 de la actual ley de la materia, en donde se
establece el régimen de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas yo
pesqueras, el cual sustituyó al primero de los citados.

19
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 Así, las quejosas sí demostraron su interés jurídico para


promover el juicio de amparo indirecto; de ahí, lo infundado de la causa
de improcedencia mencionada.

 Por otra parte, también se adujo que no existía interés


jurídico por parte de las quejosas, debido a que los artículos
impugnados prevén tres supuestos jurídicos excluyentes entre sí, por lo
que no es posible que se ubicaran coetáneamente en los mismo,
máxime que establecen una condición suspensiva.

 El Juez Federal determinó desacertada la causa de


improcedencia invocada, debido a que las normas impugnada son de
naturaleza autoaplicativa, de modo que con su entrada en vigor se
estima suficiente para mencionar la afectación a su esfera jurídica;
motivo por el cual pueden ubicarse en cualquiera de los supuestos que
indican los numerales combatidos.

 En otro aspecto, se manifestó que el juicio de amparo era


improcedente, en razón que los efectos de una posible concesión de
amparo, no podrían concretarse; al no ser posible restituir el goce de
los derechos que se estiman violados.

 El A quo expresa que en el supuesto de concederse el


amparo solicitado, sus efectos serían el de desincorporar de la esfera
jurídica de las quejosas la obligación de tributar bajo las condiciones
que le imponen en el nuevo régimen fiscal, pero no sobre los
elementos esenciales del tributo, sin que se generara un régimen de
excepción.

Así, consideró infundada la causa de improcedencia referida.

 Asimismo, el Presidente de la República esgrimió que se


actualizaba la causa de improcedencia prevista en los artículos 61,
fracción XXIII y 63, fracción V, relacionados con el diverso numeral
108, todos de la Ley de Amparo; ello, dado que las quejosas no
circunscribieron conceptos de violación en contra del artículo 75 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta.

 Se estimó infundada esa causa, con motivo de que las


quejosas emitieron razonamientos de impugnación contra el numeral
74 de la ley tributaria mencionada, que se interpreta como unidad
normativa junto con el diverso numeral 75.

 Finalmente, se sobreseyó en el juicio respecto del acto


reclamado consistente en la omisión del legislador de expedir un
20
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

régimen de transitoriedad entre el nuevo y el anterior


sistema de tributación del sector primario;
sobreseimiento que se hizo depender del contenido de
los artículos 61, fracción XXIII, de la Ley de Amparo,
en relación con los numerales 103, fracción I y 107, fracción II, párrafo
primero, ambos de la Constitución General; debido a que el Juez de
Distrito estimó que se reclamaba una omisión legislativa contra la cual
no es procedente el juicio de amparo.

Estudio de fondo:

 El Juez de Distrito estimó fundado el primer concepto de


violación esgrimido por las quejosas en su demanda de amparo, en el
que se estableció que los numerales impugnados otorgaban un trato
idéntico entre los contribuyentes del sector primario respecto de los del
régimen general; por lo que se trataba igual a los desiguales.

 Consideró que el principio de equidad tributaria radica en


que los contribuyentes que están en la misma situación jurídica deben
recibir un trato fiscal igual y, en consecuencia, los que se encuentran
en situaciones jurídicas desiguales deben ser tratados de manera
desigual.

 Es decir, la equidad tributaria equivale a tratar igual a los


iguales y desigual a los desiguales; sin que se concluya que toda
desigualdad establecida en la ley viola el mencionado principio de
justifica tributaria.

 En la exposición de motivos que originó la expedición de la


Ley del Impuesto sobre la Renta, vigente a partir del uno de enero de
dos mil catorce, se expresó, que la reforma fiscal tuvo como
intenciones:

o Aumentar la recaudación.
o Eliminar equidad con motivo de la aplicación de los
beneficios del régimen simplificado.
o Eliminar medidas que afectan la neutralidad del sistema
tributario.
o Contar con un sistema fiscal equitativo y eficiente.
o Eliminación de tratos preferenciales, como tasa reducida y
facilidades administrativas y de pago.

 Como en el caso se alegó la violación al principio de


equidad tributaria, es dable verificar en sede constitucional las
21
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

cuestiones de índole social, económica o de política fiscal que el


legislador consideró para la emisión de las normas y que éstas tengan
justificación objetiva y razonable.

 El Juez de Distrito determinó conducente, para tal efecto,


realizar un test de proporcionalidad o de razonabilidad.

 Estimó que la justificación que se expresó para la


eliminación del régimen simplificado y la homologación de la tasa
impositiva, consistió en el aumento de la recaudación y la supresión de
cuestiones de inequidad propiciadas por la existencia de regímenes
fiscales diferenciados.

 Que en el proceso legislativo de cuenta, se soslayó el


hecho de que los contribuyentes dedicados a las actividades
agropecuarias representan un sector de alta prioridad para el país, por
lo que se justifica el establecimiento de un trato preferencial.

 Las circunstancias de vulnerabilidad y riesgo en que se


encuentran los contribuyentes del sector aludido, no han cambiado a la
fecha de entrada en vigor de la ley reclamada.

 No se hizo mención de esas condiciones, por el contrario,


siguen siendo las mismas que se delimitaron en el Plan Nacional de
Desarrollo 2013-2018.

 La necesidad de un trato diferenciado radica en que los


contribuyentes dedicados a actividades agropecuarias es que éstos
representan un máximo interés para la nación, pues se dedican a
abastecer al país de los principales alimentos.

 Al omitirse lo anterior y eliminarse el régimen simplificado;


los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente a
partir del uno de enero de dos mil catorce, incumplen con el principio
de responsabilidad social; ya que no se aprecia la manera en que se
apoyará a ese sector productiva, si se incrementa la tasa impositiva
hasta homologarla a la del régimen general, cuando subsisten las
diferencies entre éstos.

 La finalidad perseguida con la reforma, no justifica en modo


alguno el incremento de la tasa, sobre todo porque las diferencias entre
el sector primario y el régimen general siguen vigentes, sin que se
advierta que el legislador haya motivado las circunstancias que
precisaran lo contrario.

22
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

 Con la eliminación del régimen


simplificado y la implementación del actual sector
primario, se inadvierten las desigualdades económicas
y materiales que afectan a los contribuyentes de ese
régimen, lo que los pone en una situación de vulnerabilidad ante los
efectos desfavorables de la economía del libre mercado.

 Ante esas consideraciones, concedió el amparo solicitado


para el efecto de que no tributaran conforme a la tasa del 30%, sino
que deberán hacerlo conforme a la diversas del 21% que prevé el
artículo 74 de la ley de la materia, que concuerda con la que
ordinariamente venía aplicando.

Inconformes con la sentencia aludida, las quejosas, así como las


autoridades responsables Cámara de Diputados y Presidente de la
República, interpusieron sendos recursos de revisión.

CUARTO. Pronunciamiento del Tribunal Colegiado de Circuito


del conocimiento. En sesión de diecinueve de junio de dos mil quince
el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Décimo
Sexto Circuito, se avocó a resolver los recursos de revisión
interpuestos por las partes.

Así, estableció que a pesar que en el caso concreto subsistía el


problema de inconstitucionalidad de los artículos 74 y 75 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, vigente a partir del uno de enero de dos mil
catorce, con fundamento en el punto Noveno del Acuerdo General
5/2013 del Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, así como en los numerales 81, fracción I, inciso e) y 84 de la
Ley de Amparo; 37, fracción IV, de la Ley Orgánica del Poder Judicial
de la Federación, únicamente contaba con competencia para analizar
aspectos de procedencia del juicio constitucional.

Motivo por el cual analizaría las causas de improcedencia


formuladas por las partes y las que haya omitido estudiar el Juez de
Distrito; siendo que los aspectos relacionados con la regularidad
constitucional de los artículos mencionado en líneas anteriores, sería
materia de análisis por parte de este Alto Tribunal.

23
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

De ese modo, al pronunciarse sobre los temas de procedencia


determinó, en esencia, lo siguiente:

a) Declarar firme el sobreseimiento en el juicio respecto del acto


reclamado al Presidente de la República, consistente en la
orden de expedición del Decreto correspondiente.

b) Declarar fundado el recurso de revisión principal interpuesto


por las quejosas y, por ende, modificar la sentencia recurrida,
con el objeto de dejar insubsistente el sobreseimiento
decretado respecto de la omisión del legislador en cuanto a
establecer un régimen de transitoriedad entre el régimen
simplificado y el actual de actividades del sector agropecuario.

Es de destacar que el Tribunal Colegiado del conocimiento,


determinó que la parte quejosa no señaló como acto reclamado
destacado la supuesta omisión legislativa, sino que alegó la
inexistencia de un régimen de transitoriedad, lo que vició de
inconstitucionalidad a los artículos impugnados.

Luego, el órgano colegiado mencionado estimó conducente


remitir los autos a este Alto Tribunal, para el pronunciamiento respecto
de la regularidad constitucional de los artículos 74 y 75 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta.

QUINTO. Estudio de fondo. Las autoridades responsables


recurrentes expusieron diversos argumentos para combatir el fondo de
la resolución recurrida, los cuales se analizarán en un orden diverso al
propuesto por cuestión de método.

1. Principio de equidad tributaria. Mantenimiento


indefinido de los beneficios fiscales que anteriormente se
otorgaron al régimen simplificado.

En el sexto agravio expresado en su recurso de revisión, el


Presidente de la República arguye que, contrario a lo establecido por
24
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

el A quo, la jurisprudencia 1ª./J. 130/2007, emitida por


la Primera Sala de este Alto Tribunal, de rubro “RENTA.
LOS ARTÍCULOS 81 Y 123, FRACCIÓN II, DE LA LEY DEL
IMPUESTO RELATIVO AL ESTABLECER UN TRATO DIVERSO
ENTRE LAS PERSONAS MORALES QUE TRIBUTAN EN EL RÉGIMEN
SIMPLIFICADO, PARA DEDUCIR LA ADQUISICIÓN DE MERCANCÍAS, MATERIAS
PRIMAS, PRODUCTOS TERMINADOS Y SEMITERMINADOS, NO VIOLAN EL
PRINCIPIO DE EQUIDAD TRIBUTARIA (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DE
2005).”; no es aplicable para determinar que los artículos impugnados
transgreden el principio de equidad tributaria.

La recurrente aduce que la citada tesis no es aplicable para el


caso en concreto, en la medida en que de su contenido no se advierte
que este Tribunal Constitucional haya fijado criterio en el sentido que
dadas las diferencias de los contribuyentes del sector primario obligan
al legislador a mantener indefinidamente ese sistema de tributación
preferencial.

Es decir, que no es posible aseverar la violación al principio de


equidad tributaria, por el hecho de que el legislador, en un momento
determinado, decidió suprimir el régimen simplificado; ello, en virtud
que los tratos preferenciales, los beneficios e incentivos fiscales no
pueden otorgarse de manera indefinida a lo largo del tiempo.

De ahí que, a consideración de la autoridad responsable, no


puede establecerse la transgresión al mencionado principio de justicia
tributaria por el hecho de que se haya fijado la modificación, reducción
o eliminación de tratamientos especiales en materia tributaria.

Dicho motivo de disenso es fundado.

Para corroborar lo anterior, conviene traer a colación el


contenido del criterio citado en líneas anteriores, el cual es del tenor
siguiente:

“RENTA. LOS ARTÍCULOS 81 Y 123, FRACCIÓN II, DE LA


LEY DEL IMPUESTO RELATIVO AL ESTABLECER UN
TRATO DIVERSO ENTRE LAS PERSONAS MORALES QUE
TRIBUTAN EN EL RÉGIMEN SIMPLIFICADO, PARA
DEDUCIR LA ADQUISICIÓN DE MERCANCÍAS, MATERIAS
25
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

PRIMAS, PRODUCTOS TERMINADOS Y SEMITERMINADOS,


NO VIOLAN EL PRINCIPIO DE EQUIDAD TRIBUTARIA
(LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DE 2005). Entre las
personas morales que tributan bajo el Título II de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, y las que lo hacen en el régimen
simplificado, no existe un trato diverso, pues las primeras sólo
tienen permitida la deducción conforme al sistema "del costo de
lo vendido" y las personas morales del régimen simplificado
deducen en el momento en que las adquieren. Lo anterior es
así, ya que se trata de diversas categorías de sujetos pasivos.
En efecto, las actividades de autotransporte terrestre de carga o
de pasajeros constituidas bajo la figura de coordinado; las
sociedades cooperativas de autotransportistas dedicadas
exclusivamente a esta actividad; las personas morales
constituidas como empresas integradoras, y las que se
dediquen exclusivamente a actividades agrícolas, ganaderas,
pesqueras o silvícolas, representan para el país una alta
prioridad. Por tanto, la deducción de adquisiciones de
mercancías, materias primas, productos semiterminados o
terminados, que utilicen para prestar servicios, para fabricar
bienes o para enajenarlos, que pueden realizar de conformidad
con los artículos 81 y 123, fracción II, de la Ley del Impuesto
sobre la Renta las personas morales que tributan bajo el
régimen simplificado, no violan el principio de equidad tributaria
contenido en el artículo 31, fracción IV, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, ya que los sujetos
pasivos se encuentran en categorías diversas.”

Del contenido de la jurisprudencia aludida, se desprende que la


Primera Sala de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
determinó que los artículos 81 y 123, fracción II, de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, vigente a partir de dos mil cinco, no
establecían un trato diverso, en forma injustificada, entre las personas
morales que tributaban conforme al régimen simplificado, para efectos
de la deducción de la adquisición de mercancías, materias primas,
productos terminados y semiterminados; por ende, no violaban el
principio de equidad tributaria.

Para alcanzar esa convicción, se estableció que las personas


morales del régimen general deducían conforme al sistema de costo
de lo vendido, mientras que los pertenecientes al régimen simplificado
lo efectuaban al momento en que adquirían las citadas mercancías;

26
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

ello, con motivo de que se trataban de categorías de


contribuyentes distintos.

Conforme a esto, se determinó que no se


trataban de regímenes tributarios comparables, puesto que, por una
parte, se estaba frente a sistemas de deducción distintos, pero sobre
todo, que eran sujetos pasivos distintos entre sí.

Ahora bien, la jurisprudencia de mérito en momento alguno prevé


que, dada la prioridad que para el país representan las actividades del
sector primario, el legislador debe mantener indefinidamente la
aplicación de sistemas tributarios preferenciales, ni mucho menos que
está impedido para modificar, reducir o suprimir beneficios fiscales.

Considerar lo contrario equivaldría a soslayar la libertad


configurativa del legislador para el diseño tributario del Estado,
interviniendo sobre aspectos que el texto constitucional ha reservado
en exclusiva para el Poder Legislativo.

Al respecto, este Alto Tribunal ya se ha pronunciado sobre el


particular, en el sentido de que del texto de la Constitución Federal se
establece que el objetivo esencial del sistema tributario de la nación es
el de sufragar los gastos públicos de la Federación, de los Estados y
de los Municipios; ello, dentro de un marco legal que respete los
principios de proporcionalidad y equidad; de ahí, es que sea posible
aseverar que el sistema en mención se integra por la universalidad de
normas, a través de las cuales se cumple con el mencionado objetivo
asignado constitucionalmente.

El artículo 73, fracción VII, de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos,2 determina que es el Congreso de la
Unión quien deberá imponer las contribuciones necesarias para cubrir
el gasto público.

En esa medida, el Poder Legislativo es el encargado de diseñar


el sistema impositivo del país, por tanto, es imprescindible
2
“Artículo. 73.- El Congreso tiene facultad:
(…)
VII.- Para imponer las contribuciones necesarias a cubrir el Presupuesto.
(…)”
27
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

reconocérsele un aspecto legítimo para definir el modelo y las políticas


tributarias que, en cada momento histórico, se consideren compatibles
y convenientes para lograr de la mejor manera las finalidades que se
pretendan, sin soslayar que esa libertad de configuración encuentra
límites frente al respeto de principios constitucionales.

Asimismo, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha


precisado que el hecho de que en cierto momento los supuestos que
tome en consideración el legislador para sustentar las hipótesis
normativas que se contemplen en los tributos, no resulten aquellos
vinculados que con anterioridad se hayan definido, no torna
inconstitucional la norma.

Apoya lo anterior la jurisprudencia 1ª./J. 159/2007, emitida por la


Primera Sala de este Tribunal Constitucional, de rubro y contenido
siguientes:

“SISTEMA TRIBUTARIO. SU DISEÑO SE ENCUENTRA


DENTRO DEL ÁMBITO DE LIBRE CONFIGURACIÓN
LEGISLATIVA, RESPETANDO LAS EXIGENCIAS
CONSTITUCIONALES. El texto constitucional establece que el
objetivo del sistema tributario es cubrir los gastos públicos de la
Federación, del Distrito Federal y de los Estados y Municipios,
dentro de un marco legal que sea proporcional y equitativo, por
ello se afirma que dicho sistema se integra por diversas normas,
a través de las cuales se cumple con el mencionado objetivo
asignado constitucionalmente. Ahora bien, la creación del citado
sistema, por disposición de la Constitución Federal, está a cargo
del Poder Legislativo de la Unión, al que debe reconocérsele un
aspecto legítimo para definir el modelo y las políticas tributarias
que en cada momento histórico cumplan con sus propósitos de
la mejor manera, sin pasar por alto que existen ciertos límites
que no pueden rebasarse sin violentar los principios
constitucionales, la vigencia del principio democrático y la
reserva de ley en materia impositiva. En tal virtud, debe
señalarse que el diseño del sistema tributario, a nivel de leyes,
pertenece al ámbito de facultades legislativas y que, como tal,
lleva aparejado un margen de configuración política -amplio,
mas no ilimitado-, reconocido a los representantes de los
ciudadanos para establecer el régimen legal del tributo, por lo
que el hecho de que en un determinado momento los supuestos
a los que recurra el legislador para fundamentar las hipótesis
normativas no sean aquellos vinculados con anterioridad a las
28
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

hipótesis contempladas legalmente, no resulta


inconstitucional, siempre y cuando con ello no
se vulneren otros principios constitucionales.” 3

Así como también la diversa plenaria P. 38, que es del tenor


siguiente:

“GASTOS Y EROGACIONES DE LAS PERSONAS. EL


ESTADO TIENE FACULTAD DE GRAVARLOS EN
EJERCICIO DE SU POTESTAD TRIBUTARIA. El artículo 31,
fracción IV, de la Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos, otorga al legislador ordinario la facultad de
determinar cómo y en qué forma los mexicanos deben contribuir
al gasto público. El legislador tiene facultad para seleccionar el
objeto del tributo siempre que éste satisfaga los principios
establecidos en la Constitución. El precepto constitucional
señalado no establece como requisito que los gravámenes se
impongan sólo a los ingresos, a los bienes o al capital. Al no
existir restricción constitucional en este sentido el Estado está
facultado para gravar erogaciones o gastos en dinero o en
especie que revelen capacidad contributiva de quienes los
efectúan y, por ende, sean susceptibles de ser objeto de
imposición por parte del Estado.”4

Se reitera, la facultad de definir el sistema tributario que regirá en


el país, a nivel de leyes, corresponde al Poder Legislativo, quien
gozará de un margen amplio, pero no ilimitado, de configuración sobre
tal materia.

La facultad de que el legislador establezca la carga tributaria


que soportarán los contribuyentes, no implica que se conceda una
libertad absoluta sobre el tema, ello dado que se requiere que exprese
las razones que justifican la configuración del sistema impositivo; de
esa manera, el Poder Legislativo debe expresar los motivos que
conllevan a la decisión de crear, modificar o eliminar aspectos relativos
a los impuestos que se fijan para la sufragación del gasto público.

3
Novena Época, Registro: 170585, Materia(s): Administrativa, Constitucional, consultable en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Tomo XXVI, correspondiente a diciembre de 2007, página 111.
4
Consultable en el Semanario Judicial de la Federación; tomo IV, Primera Parte, Julio-Diciembre de 1989, página 129.
29
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

El acatamiento a esa exigencia constitucional, no debe


entenderse en el sentido que requiere de un máximo de justificación,
sino por el contrario, se cumple al esbozarse un mínimo. 5

Conforme a estas directrices y atento a los principios de


democracia y de separación de poderes, es patente que el resto de los
Poderes de la Unión, incluido el juez constitucional, debe respetar esa
libertad de configuración, en el marco de sus correspondientes
competencias.

Dentro de ese marco de amplitud configurativa, es indispensable


que el legislador defina la relativa a la política fiscal, por virtud de la
cual se razona el diseño del sistema tributario.

La política tributaria debe ser entendida como todos aquellos


postulados, directrices, criterios o lineamientos que delimita el Estado,
con la que busca la distribución de la carga tributaria que se vincula y
recae en el sistema económico, todo ello dirigido a la finalidad de
financiar el gasto público mediante la los ingresos que obtenga la
hacienda pública.

Es decir, se constituye con base a diversos factores que el


legislador, en un momento determinado, considera más convenientes
para alcanzar los fines que el Estado se ha trazado, contextualizado al
entorno económico, social, entre otros elementos.

Sirve de apoyo a lo anterior, por su idea jurídica, la tesis


P.XXXIX/2011, de rubro y contenido del tenor siguiente:

“POLÍTICA TRIBUTARIA. LAS RAZONES Y


CONSIDERACIONES EXPRESADAS EN EL PROCESO DE
CREACIÓN DE UN TRIBUTO, SE ENCUENTRAN INMERSAS
EN EL CAMPO DE AQUÉLLA, POR LO QUE NO ESTÁN
SUJETAS AL ESCRUTINIO CONSTITUCIONAL EN SEDE
JURISDICCIONAL. El diseño del sistema tributario a nivel de
leyes pertenece al ámbito competencial del Poder Legislativo y,
5
Jurisprudencia 1a. LIII/2012 (10a.) de la Primera Sala, Décima Época, Registro: 2000683, Materia(s): Administrativa,
Constitucional, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo I, Libro VII, correspondiente a
abril de 2012, página 882, cuyo rubro es el siguiente: “TEST DE PROPORCIONALIDAD DE LAS LEYES FISCALES. EN
ATENCIÓN A LA INTENSIDAD DEL CONTROL CONSTITUCIONAL DE LAS MISMAS, SU APLICACIÓN POR PARTE
DE LA SUPREMA CORTE REQUIERE DE UN MÍNIMO Y NO DE UN MÁXIMO DE JUSTIFICACIÓN DE LOS
ELEMENTOS QUE LO CONFORMAN”.
30
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

para configurar los tributos desde el punto de


vista normativo, debe definir la política tributaria,
entendida como todos aquellos postulados,
directrices, criterios o lineamientos fijados por el
Estado para distribuir la carga impositiva que recaerá en el
sistema económico con el objetivo de financiar los gastos
públicos a través de la percepción de ingresos tributarios. En ese
ámbito de facultades constitucionales, el legislador considerará
aspectos tales como: a) La estructura formal y funcional del
sistema impositivo; b) La distribución social, sectorial y espacial
de la carga impositiva; c) Los efectos paramétricos de los
tributos sobre el comportamiento de los agentes económicos; y,
d) La utilización de dichos efectos como herramientas dinámicas
de acción del Estado sobre el sistema económico, con miras a
influir en el ritmo y dirección del proceso de desarrollo. En ese
tenor, si la configuración del sistema impositivo atiende a la
política tributaria que el legislador estima idónea en un momento
determinado y el desarrollo de dicha actividad en un entorno
democrático corresponde de manera exclusiva al Poder
Legislativo, ello implica que las razones o consideraciones que
hubiese tenido en cuenta para crear un tributo y, en particular,
para determinar el correspondiente objeto gravado que en su
concepto manifieste idoneidad para contribuir al gasto público,
escapan al escrutinio constitucional que pudiera emprenderse en
sede jurisdiccional, habida cuenta que la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos no establece parámetro alguno al
que deba ceñirse la política tributaria que decida emplear el
legislador con tal finalidad, lo que no implica la inobservancia de
otros principios constitucionales, la vigencia del principio
democrático y la reserva de ley en materia impositiva.” 6

Aunado a lo anterior, debe considerarse que la configuración


impositiva y amplitud de diseño, derivan de la premisa que este Alto
Tribunal ha sostenido reiteradamente, consistente en que el Estado
detenta la rectoría económica y el desarrollo nacional, el cual deberá
ser integral y sustentable, que uno de los instrumentos de la política
financiera, económica y social, lo constituye el conjunto de
disposiciones que definen la política fiscal en una época determinada,
las cuales pueden modificar cualquiera de los elementos del diseño
impositivo, o bien, en la extinción de la obligación tributaria. 7

6
Instancia: Pleno; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta; libro I, octubre de 2011, tomo 1, página
595.

31
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Bajo esas condiciones, el legislador al ejercer ese marco de


amplitud configurativa sobre el diseño del sistema de tributación que
servirá de sustento para el gasto púbico del Estado, puede establecer
las condiciones generales en las que se compondrá un impuesto, la
denotación de riqueza sobre la cual se avocara a gravar, los sujetos
pasivos a los que estará dirigido, el reconocimiento del monto de las
deducciones, en fin, todos los elementos esenciales de la contribución;
partiendo de política fiscal que se defina.

También se ha afirmado que la intensidad del escrutinio


constitucional en materias relacionadas con la política económica y
tributaria, no es de carácter estricto, sino flexible o laxo, con motivo de
los principios democrático y de división de poderes.

En efecto, un control estricto o intenso implicaría que el juez


constitucional se sustituya en la facultad que el texto constitucional le
delegó a nivel normativo al Congreso de la Unión tratándose de
materia impositiva, pues ésta no es una de las funciones del Poder
Judicial de la Federación, sino de los órganos políticos el entrar
analizar si esas clasificaciones económicas son las mejores o si éstas
resultan necesarias.8
7
Sirve de sustento, la tesis 1ª.CCCLXXXIX/2014 emitida por la Primera Sala de este Alto Tribunal, que a continuación se
transcribe: “CONDONACIÓN DE DEUDAS TRIBUTARIAS. CONSTITUYE UN BENEFICIO OTORGADO
VOLUNTARIAMENTE POR EL LEGISLADOR, POR LO QUE NO ES EXIGIBLE AL ESTADO DESDE EL PUNTO DE
VISTA DEL PRINCIPIO DE GENERALIDAD TRIBUTARIA. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación ha establecido que el Estado tiene a su cargo la rectoría económica y el desarrollo nacional, el cual deberá ser
integral y sustentable, y que uno de los instrumentos de política financiera, económica y social lo constituyen las
disposiciones que plasman la política fiscal en una época determinada, las cuales podrán hacerse patentes en cualquiera
de los elementos del diseño impositivo, o bien, en la extinción de la obligación tributaria; en este último supuesto se tiene
el establecimiento de beneficios como la condonación, la cual implica el perdón o la remisión de una deuda, esto es, una
renuncia al cobro por parte del acreedor. Ahora bien, dicha figura se identifica como un beneficio fiscal concedido por el
Estado a través de un acto voluntario, esencialmente unilateral, excepcional y discrecional, por virtud del cual se exime al
deudor del pago de la carga tributaria, lo que necesariamente debe responder a criterios de conveniencia o política
económica, conforme a los artículos 25 y 73, fracciones VII y XXX, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos. De ahí que no sea dable exigir su establecimiento coactivamente por los sujetos pasivos de la carga
tributaria pues, por regla general, responde a cuestiones de política fiscal; en otras palabras, los contribuyentes no tienen
un derecho a recibir condonaciones, en razón del lugar que la Constitución otorga al principio de generalidad tributaria.
Lo anterior obliga a enfatizar que no existe un derecho constitucionalmente tutelado a la condonación, en tanto que todos
están obligados a contribuir al sostenimiento del gasto público.” (Instancia: Primera Sala; Fuente: Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, libro 12, noviembre de 2014, tomo I, página 709.)
8
Jurisprudencia 1a./J. 84/2006 de la Primera Sala, Novena Época, Registro: 173957, Materia: Constitucional,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXIV, correspondiente a noviembre de 2006,
página 29, cuyo rubro es el siguiente: “ANÁLISIS CONSTITUCIONAL. SU INTENSIDAD A LA LUZ DE LOS PRINCIPIOS
DEMOCRÁTICO Y DE DIVISIÓN DE PODERES. Acorde con las consideraciones sustentadas por la Primera Sala de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación en la tesis 1a. CXXXIII/2004, de rubro: "IGUALDAD. CASOS EN LOS QUE
EL JUEZ CONSTITUCIONAL DEBE HACER UN ESCRUTINIO ESTRICTO DE LAS CLASIFICACIONES
LEGISLATIVAS (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 1o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS).", siempre que la acción clasificadora del legislador incida en los derechos fundamentales
garantizados por la Constitución, será necesario aplicar con especial intensidad las exigencias derivadas del principio de
igualdad y no discriminación. De igual manera, en aquellos asuntos en que el texto constitucional limita la
discrecionalidad del Congreso o del Ejecutivo, la intervención y control del tribunal constitucional debe ser mayor, a fin
32
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En esa virtud, para alcanzar el objetivo de no


vulnerar esa la libertad política del legislador, en
materias como la fiscal, donde la propia Constitución
prevé una amplia capacidad de intervención y
regulación diferenciada del Estado, las posibilidades de injerencia del
juez constitucional son menores y, por ende, la intensidad de su
control se ve limitada.

Así, no debe perderse de vista que esta Suprema Corte de


Justicia de la Nación ha precisado que el análisis constitucional que al
efecto se haga en torno a la facultad del legislador de definir los
tributos, considerando la política fiscal que se estime conveniente,
debe partir, entre otros elementos de obligación de todos, de contribuir
a los gastos del Estado, de manera proporcional y equitativa, tal como
lo prevé artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal.

El precepto constitucional citado constituye mandamiento


jurídico, del cual se desprenden los derechos y obligaciones, ya que,
por una parte, se encuentra el deber constitucional para los
ciudadanos de contribuir para el sostenimiento del gasto público y, por
el otro, un límite a ese ejercicio del poder público.

Como se indicó anteriormente, el límite de cuenta, se configura a


través de la existencia y aplicación de los principios de
proporcionalidad y equidad tributaria, los cuales representan el medio
de control de la obligación de contribuir al Estado.

El respeto del sistema impositivo a los principios de justicia


tributaria, resulta en una distribución fiscal más justa y coherente;
de respetar el diseño establecido por ella. Para este Alto Tribunal es claro que la fuerza normativa del principio
democrático y del principio de separación de poderes tiene como consecuencia obvia que los otros órganos del Estado
-y entre ellos, el juzgador constitucional- deben respetar la libertad de configuración con que cuentan el Congreso y el
Ejecutivo, en el marco de sus atribuciones. Conforme a lo anterior, la severidad del control judicial se encuentra
inversamente relacionada con el grado de libertad de configuración por parte de los autores de la norma. De esta
manera, resulta evidente que la Constitución Federal exige una modulación del juicio de igualdad, sin que eso implique
ninguna renuncia de la Corte al estricto ejercicio de sus competencias de control. Por el contrario, en el caso de
normatividad con efectos económicos o tributarios, por regla general, la intensidad del análisis constitucional debe ser
poco estricta, con el fin de no vulnerar la libertad política del legislador, en campos como el económico, en donde la
propia Constitución establece una amplia capacidad de intervención y regulación diferenciada del Estado, considerando
que, cuando el texto constitucional establece un margen de discrecionalidad en ciertas materias, eso significa que las
posibilidades de injerencia del Juez constitucional son menores y, por ende, la intensidad de su control se ve limitada. En
tales esferas, un control muy estricto llevaría al Juez constitucional a sustituir la competencia legislativa del Congreso -o
la extraordinaria que puede corresponder al Ejecutivo-, pues no es función del Poder Judicial Federal, sino de los
órganos políticos, entrar a analizar si esas clasificaciones económicas son las mejores o si éstas resultan necesarias.”

33
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

consecuentemente, debe de entenderse que estos principios si bien


gozan de independencia, son complementarios en la medida que
conforman una unidad que ayuda a la configuración de las
contribuciones y sus elementos, motivo por el cual son indisolubles y
bajo ninguna circunstancia pueden omitirse.

Significativo resulta precisar, que los aludidos postulados


encuentran su eje de aplicación en torno al principio de generalidad, el
cual prevé que el conjunto tributario que se despliegue a la
universalidad de contribuyentes únicamente será justa en la medida en
la que todos los que tengan la potencialidad de contribuir a los gastos
del estado, lo realicen en la proporción a su riqueza (capacidad
contributiva).

En efecto, al momento en que el legislador defina la forma y


términos en que deberá concurrirse al gasto público, debe considerar
a todas las personas, ya sean físicas o morales, siempre que
demuestren capacidad suficientemente capaz de soportar un
gravamen; sin que atienda a aspectos como la nacionalidad, estado
civil, clase social, religión, entre otros elementos.

Así, el principio de generalidad referido, se constituye como la


condición necesaria para alcanzar la igualdad en la tributación y como
una exigencia hacia el Poder Legislativo para que, al momento de
delimitar los hechos imponibles que configurarán un impuesto,
considere en la medida de lo posible todas las manifestaciones de
riqueza; siendo que lo anterior constituye un límite constitucional a esa
libre configuración impositiva.

“PRINCIPIO DE GENERALIDAD TRIBUTARIA. SU ALCANCE


EN RELACIÓN CON LOS CRÉDITOS FISCALES
OTORGADOS A TÍTULO DE BENEFICIO. El principio de
generalidad tributaria se encuentra asociado a la igualdad en la
imposición, y constituye un límite constitucional a la libertad de
configuración del sistema tributario, traduciéndose en un
mandato dirigido al legislador para que, al tipificar los hechos
imponibles de los distintos tributos, alcance todas las
manifestaciones de capacidad económica, buscando la riqueza
donde se encuentre. Así, el principio de generalidad tributaria se
presenta bajo dos ópticas: la primera, en sentido afirmativo,
implica que todos deben contribuir, por lo que corresponde al
34
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

legislador cuidar que los signos demostrativos


de capacidad contributiva sean de alguna forma
recogidos en la norma tributaria como supuesto
de hecho al que se vincula la obligación de
contribuir; la segunda, en sentido negativo, se refiere a la
interdicción de todo privilegio o de áreas inmunes al pago de los
tributos; esto es, las prerrogativas que permitan la liberación de
la obligación deben reducirse a un mínimo y deben justificarse,
por lo que está prohibida la exención no razonable de todos los
gobernados dotados de capacidad contributiva. Por otra parte, la
apreciación afirmativa del principio de generalidad tributaria
pone de relieve la necesidad de tutelar el interés del Estado en
la percepción de ingresos, que es un interés público
encaminado a atender necesidades sociales relevantes con
amplio respaldo o tutela constitucional, así como la necesidad
de basar la contribución de los ciudadanos al sostenimiento de
los gastos públicos en criterios de solidaridad. En ese contexto y
en relación con la apreciación afirmativa del principio de
generalidad tributaria, nadie tiene derecho constitucionalmente
tutelado a la exención tributaria, y tampoco para contar con un
crédito promocional que disminuya la deuda tributaria
legalmente causada, por el contrario, todas las personas están
bajo los efectos del imperativo que la Constitución General de la
República da al legislador de detectar todos los signos
demostrativos de capacidad idónea para concurrir al
levantamiento de las cargas públicas. Además, del referido
principio de generalidad tributaria también se advierte el
postulado según el cual las exenciones y el otorgamiento de
estímulos fiscales acreditables deben reducirse a un mínimo, si
no abiertamente evitarse y, en todo caso, deben poder
justificarse razonablemente en el marco de la Constitución
Federal.”9

Además, el aludido principio se presenta bajo dos acepciones:

En sentido afirmativo: todos deben contribuir a los gastos


públicos, por lo que corresponde al legislador cuidar que los actos o
hechos demostrativos de capacidad contributiva sean recogidos, en la
medida de lo posible, en la norma tributaria como supuesto de
causación.

9
Tesis Aislada 1a. CVIII/2010 de la Primera Sala, Novena Época, Registro: 163769, Materia(s): Administrativa,
Constitucional, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, correspondiente a
septiembre de 2010.
35
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En sentido negativo: se refiere a que las disposiciones que


permitan la liberación de la obligación de pago deben reducirse a un
mínimo y deben encontrar justificación, por lo que está prohibida la
exención no razonable de todos los gobernados dotados de capacidad
contributiva.

Así, del principio de generalidad tributaria, se desprende el


postulado según el cual las exenciones y el otorgamiento de estímulos
fiscales deben reducirse a un mínimo, si no abiertamente evitarse y,
en todo caso, deben poder justificarse razonablemente en el marco de
la Constitución Federal, pues es más igualitario hacer contribuir a las
manifestaciones de capacidad contributiva de igual forma.

Lo anterior, implica que toda manifestación que denote


capacidad de contribuir a los gastos del Estado, en principio, debe
incluirse en la hipótesis de causación de determinado gravamen; sin
embargo, en todo momento el legislador debe atender a parámetros
de no intromisión en los que se ha denominado mínimo vital o mínimo
existencial.10
10
Al respecto, son aplicables por su contenido, las tesis siguientes: “ DERECHO AL MÍNIMO VITAL. SUS ALCANCES
EN MATERIA TRIBUTARIA. Existen diversas acepciones de lo que debe entenderse por derecho al mínimo vital en el
ámbito tributario, sin que exista una posición unánime al respecto. Sin embargo, puede apreciarse una misma postura en
cuanto a la forma en la que ese derecho, como derivación del principio de proporcionalidad tributaria contenido en el
artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, busca resguardar los signos de
capacidad económica -mas no contributiva, en tanto no resulta idónea para tal fin- destinados a satisfacer necesidades
primarias, de manera que en tanto se supere ese nivel mínimo, la auténtica capacidad contributiva del causante impone
la necesidad de aportar al sostenimiento de los gastos públicos, en cumplimiento a la obligación establecida en el
precepto referido. En ese sentido, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que el derecho al mínimo vital
se configura, desde el punto de vista tributario, como una proyección del principio de proporcionalidad tributaria y entraña
una garantía de las personas, por virtud del cual el legislador, al diseñar el objeto de las contribuciones e identificar la
capacidad idónea para contribuir, debe respetar un umbral libre o aminorado de tributación, según sea el caso,
correspondiente a los recursos necesarios para la subsistencia de las personas, en el cual le está vedado ejercer sus
facultades por no estar legitimada constitucionalmente la imposición de gravámenes sobre ese mínimo indispensable, es
decir, un derecho por cuya virtud las personas no serán llamadas a contribuir en tanto no satisfagan sus necesidades
más elementales, correlativo al deber del legislador de respetar este límite.” (Tesis P. VIII/2013, visible en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, libro 1, diciembre de 2013, tomo I, página 138.).

“DERECHO AL MÍNIMO VITAL. EN EL ÁMBITO TRIBUTARIO, TIENE FUNDAMENTO EN EL ARTÍCULO 31,


FRACCIÓN IV, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS . Si bien esta Suprema
Corte de Justicia de la Nación se ha pronunciado sobre el derecho de los trabajadores que perciben una suma
equivalente al salario mínimo, a que no se les impongan contribuciones, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
123 constitucional, no debe perderse de vista que dicho criterio se limitó a discernir sobre los casos en los que los
trabajadores no deberían ver mermado su patrimonio con descuentos, sin pretender una proyección de tal criterio a otros
rubros de ingreso. En ese sentido, el derecho al mínimo vital no es una prerrogativa exclusiva de la clase trabajadora, ni
su contenido se agota al exceptuar de embargo, compensación o descuento al salario mínimo; por el contrario, aquél
ejerce una influencia que trasciende ese ámbito y, en lo relativo a la materia tributaria, deriva del artículo 31, fracción IV,
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En efecto, los diversos postulados desarrollados por este
Tribunal Constitucional en relación con el principio de proporcionalidad tributaria permiten apreciar que el derecho al
mínimo vital, desde una óptica tributaria, encuentra sustento en dicho precepto constitucional y tiene una proyección más
amplia de la que le correspondería si se encontrara acotado a quienes obtienen ingresos por la prestación de un servicio
personal subordinado. Así, el referido derecho se configura como directriz para el legislador, por cuya virtud debe
abstenerse de imponer contribuciones a determinados conceptos o ingresos, cuando ello implique dejar a la persona sin
36
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Bajo es tamiz, se puede establecer que no existe


un derecho constitucionalmente tutelado para otorgar
regímenes fiscales preferenciales, o incluso a
mantenerlos indefinidamente, en tanto que todos los
que cuenten con un nivel económico mínimo están obligados a
contribuir al sostenimiento del gasto público, de manera proporcional y
equitativa, de acuerdo con la fracción IV del artículo 31 de la
Constitución Política.

Lo anterior es así, ya que el Estado tiene a su cargo la rectoría


económica y el desarrollo nacional, el cual debe ser integral y
sustentable, uno de los instrumentos de la política económica, social y
financiera lo constituyen las disposiciones que configuran la política
tributaria en una época determinada, las cuales podrán hacerse
presentes en los elementos del diseño impositivo, o de la extinción de
la obligación fiscal.

Así, los beneficios fiscales son concedidos por el Estado


mediante un acto voluntario, esencialmente unilateral, excepcional y
discrecional, que en exclusiva obedece a los criterios de conveniencia
o política económica que en un momento determinado sean
considerados por el legislador.11
medios para subsistir. En consecuencia, como el derecho al mínimo vital en el ámbito tributario encuentra asidero en el
citado artículo 31, fracción IV, constitucional, puede precisarse que lo establecido en la fracción VIII del apartado A del
artículo 123 de ese ordenamiento fundamental, en el sentido de que el salario mínimo quedará exceptuado de embargo,
compensación o descuento, no es más que la manifestación de dicho derecho, de proyección más amplia, en la materia
laboral y, específicamente, para el caso de los trabajadores que perciben dicho salario.” (Tesis P.VI/2013, consultable en
la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 1, diciembre de 2013, tomo I, página 135.)
11
Apoya lo anterior, por su idea jurídica, la jurisprudencia 2ª./J 77/2009, de contenido y texto siguiente:
“CONDONACIÓN DE CRÉDITOS FISCALES. EL ARTÍCULO SÉPTIMO TRANSITORIO, FRACCIÓN I, INCISOS A) Y
B), DE LA LEY DE INGRESOS DE LA FEDERACIÓN PARA EL EJERCICIO FISCAL DE 2007, QUE OTORGA AL
SERVICIO DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA LA FACULTAD PARA CONCEDERLA, RESPETA EL PRINCIPIO DE
EQUIDAD TRIBUTARIA. El Estado tiene a su cargo la rectoría económica y el desarrollo nacional, el cual deberá ser
integral y sustentable, y uno de los instrumentos de política financiera, económica y social lo constituyen las
disposiciones con fines extrafiscales, las cuales podrán hacerse patentes en cualquiera de los elementos del diseño
impositivo, como puede suceder en el establecimiento de beneficios como la condonación. Así, esta figura se identifica
como un beneficio fiscal concedido por el Estado a través de un acto voluntario, esencialmente unilateral, excepcional y
discrecional, por virtud del cual se exime al deudor del pago de la carga tributaria, lo que necesariamente debe
responder a criterios de equidad, conveniencia o política económica, conforme a los artículos 25 y 73, fracciones VII y
XXX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En ese sentido, el artículo séptimo transitorio,
fracción I, incisos a) y b), de la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2007, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 27 de diciembre de 2006, al establecer la facultad concedida al Servicio de Administración
Tributaria para condonar: a) Créditos fiscales consistentes en contribuciones federales, cuotas compensatorias y multas
por incumplimiento de las obligaciones fiscales federales distintas a las obligaciones de pago causadas antes del 1o. de
enero de 2003; b) Recargos, multas y gastos de ejecución derivados de dichos créditos fiscales y recargos; y, c)
Recargos y multas derivados de créditos fiscales respecto de cuotas compensatorias y contribuciones federales distintas
a las que el particular debía retener, trasladar o recaudar, causados entre el 1o. de enero de 2003 y el 31 de diciembre
de 2005, respeta el principio de equidad tributaria contenido en el artículo 31, fracción IV, constitucional, ya que su
establecimiento tuvo por objeto captar recursos en las condiciones más favorables posibles, en un nivel de riesgo
prudente, que conllevaran un sano desarrollo de los mercados y regularizar la situación de los contribuyentes que tenían
37
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En esa virtud, no puede exigirse coactivamente su


establecimiento por los sujetos pasivos de la carga tributaria, ya que
éstos no cuentan con un derecho a recibir beneficios fiscales, en razón
de la obligación de todos a contribuir de igual manera al sostenimiento
del gasto público —principio de generalidad—.

Al tenor de las precisadas consideraciones, esta Segunda Sala


estima acertado el argumento del Presidente de la República, en el
sentido de que una norma no puede considerarse violatoria del
principio de equidad tributaria por el hecho de que el legislador eliminó
un régimen fiscal preferencial, o en su caso un beneficio tributario, que
haya provocado que determinados contribuyentes dejen de percibir el
estímulo o el tratamiento especial que habían disfrutado con
anterioridad.

En efecto, debe reiterarse que no existe una obligación del


legislador tributario, mantener indefinidamente un sistema de
tributación preferencial, puesto que tal decisión pertenece a la libertad
configurativa que en materia fiscal detenta el creador de leyes, quien
en atención a la política tributaria, aplicable en un momento
determinado, establezca la supresión, reducción o modificación de los
beneficios o preferencias impositivas otorgadas.

A más de lo anterior, el citado régimen simplificado, se concibió


como un sistema de tributación preferencial o de beneficio; debido a la
existencia de las necesidades y directrices que en su momento
configuraron la política fiscal, quedando a discrecionalidad del Poder
Legislativo la creación de un régimen preferencial dirigido a los sujetos
pasivos del sector primario.

Para corroborar lo anterior, conviene recordar el contenido de


iniciativa presentada por el Poder Ejecutivo Federal, el quince de
noviembre de mil novecientos ochenta y nueve; en donde se propuso,
entre otras cuestiones, la creación del citado régimen simplificado.

“(…)
adeudos a su cargo. Además, la distinción de los contribuyentes para obtener el referido beneficio fiscal atiende a fines
extrafiscales y encuentra su fundamento en los artículos 31, fracción IV, 25 y 73, fracciones VII y XXX, de la
Constitución, constituyendo un medio apto y adecuado para conducir al objetivo que pretende alcanzar el legislador con
tal medida.
38
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Ley del Impuesto sobre la Renta

Las modificaciones que se han llevado a cabo


en los últimos dos años a la Ley de Impuestos
sobre la Renta, han permitido adecuar su funcionamiento al
entorno económico actual. Así, se revirtió la tendencia
decreciente que mostraba su recaudación y se establecieron
medidas para sanear la estructura financiera de las empresas y
para incentivar la reinversión de utilidades.

Las medidas que se someten en materia de este impuesto a


consideración del honorable Congreso de la Unión, congruentes
con el objetivo de la política fiscal para 1990 que busca un
crecimiento sostenido y estable que incentive la inversión y
productividad, permitirán avanzar en la justicia y equidad del
sistema fiscal, para con ello, mejorar la aplicación de las
disposiciones respectivas, así como para continuar con la
simplificación fiscal y con el proceso de modernización de la
administración tributaria, incentivando la competitividad de las
empresas y el esfuerzo productivo de los contribuyentes.

Los ajustes y modificaciones principales se destacan a


continuación:

(…)

Por otra parte, se considera necesario eliminar el régimen de


bases especiales de tributación y de limitar el de contribuyentes
menores, únicamente a locatarios de mercados y vendedores
ambulantes, ya que dichos esquemas generan grandes
distorsiones en la economía y han sido utilizados como formas
de elusión tributaria. Para estos efectos, se propone la creación
de un esquema simplificado dentro del impuesto sobre la renta
que permitirá a los contribuyentes que dejen de tributar
conforme a los esquemas referidos, el cumplir adecuadamente
con las disposiciones fiscales.

El régimen simplificado que se propone en esta iniciativa


permitirá que las personas físicas, que realizan actividades
empresariales, cuyos ingresos en el ejercicio inmediato anterior
no hubiera superado los 500 millones de pesos, así como para
aquéllos que se encontraban el régimen de bases especiales de
tributación, cumplan con sus obligaciones sin que esto implique
una carga administrativa o fiscal excesiva.

39
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

El esquema simplificado al que se ha hecho mención, consiste


en determinar la base del impuesto a partir de la diferencia entre
el total de las entradas y de las salidas en efectivo, bienes o
servicios relacionados con la actividad empresarial. Este
esquema, además de ser sencillo, estimula la reinversión de
utilidades, pues únicamente se estará obligado al pago del
impuesto en los casos en que el contribuyente efectúe retiros de
los fondos afectos a su actividad empresarial.

Además, los contribuyentes que opten por tributar conforme a


este esquema no tendrán la obligación de efectuar pagos
provisionales en el impuesto sobre la renta.”

De lo anterior, se desprende que el Ejecutivo Federal estimó


conducente proponer la eliminación de las bases especiales de
tributación, para dar lugar al régimen simplificado, con los propósitos
de evitar las distorsiones a la economía, la elusión tributaria que se
generaba a partir del uso de los esquemas de preferencia anteriores
–bases especiales de tributación–, que los contribuyentes pudieran
cumplir adecuadamente sus obligaciones fiscales, sin fijar cargas
excesivas, así como alentar la reinversión de las utilidades.

Asimismo, se estableció que el sistema de tributación de mérito


podría ser opcional, quedando a plena decisión del sujeto pasivo el
pago del tributo en cita conforme a los dispositivos que configuraban al
régimen simplificado.

Al respecto, la Cámara de Diputados al elaborar el dictamen


sobre la propuesta mencionada, estableció lo siguiente:

“(…)

Asimismo, dentro del régimen fiscal aplicable a las actividades


empresariales, se observa la creación de una Sección II en el
capítulo correspondiente, en la cual se establece un régimen
simplificado para las personas físicas que realizan dichas
actividades, con la finalidad de que cumplan con sus
obligaciones sin que les implique una carga administrativa o
fiscal excesiva.

Este régimen es optativo para los contribuyentes, personas


físicas con ingresos que no excedan de 500 millones de pesos y
40
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

consiste en determinar el Impuesto Sobre la


Renta a su cargo en base al flujo de efectivo de
las empresas, gravándose únicamente la
diferencia entre las entradas y las salidas que
se obtengan al cierre del ejercicio.

Acorde con lo anterior, cabe señalar que entre otras, se


consideran entradas las aportaciones de capital, los intereses
cobrados, los ingresos por la venta de bienes y como salidas,
los gastos y la adquisición de bienes, entre otros.

Del análisis efectuado por esta comisión a la iniciativa que se


dictamina, se observa que se trata de un régimen fiscal sencillo,
ya que para la determinación del impuesto no se incluirá el
aspecto inflacionario, mismo que requiere de una capacidad
administrativa mayor. Los contribuyentes que opten por pagar el
impuesto conforme a lo señalado, estarán relevados de efectuar
pagos provisionales de este impuesto, debiendo realizar pagos
de impuesto al activo únicamente.

(…)

De igual forma, esta comisión propone que los contribuyentes


que opten por el régimen simplificado a las actividades
empresariales, lleven contabilidad simplificada de conformidad
con el Código Fiscal de la Federación y su Reglamento, a fin de
que se cumpla adecuadamente con el propósito que se
pretende con la inclusión del régimen en comentario. De igual
manera se hace necesario especificar en la fracción IV del
artículo 119 - G, la obligación para que estos contribuyentes
expidan y conserven comprobantes que acrediten los ingresos
que perciban.

(…)

Esta comisión, considerando la trascendencia de la modificación


al régimen de personas físicas con actividades empresariales
para incorporar un régimen simplificado para el cálculo del
Impuesto Sobre la Renta, ha considerado necesario modificar el
primer párrafo de la fracción IV, antes V, del artículo
decimoprimero de la multicitada iniciativa, con la finalidad de
que los contribuyentes personas físicas y morales que se
dediquen exclusivamente a actividades agrícolas, ganaderas,
silvícolas o pesqueras y que en 1989 no hubieren tributado
conforme al régimen normal de ley, tengan la posibilidad de
41
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

optar, por el período comprendido entre 1990 y 1993, por el


esquema simplificado previsto en la Sección II del Capítulo VI
del Título Cuarto de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, aun
cuando sus ingresos excedan del límite establecido en esa
sección, con lo que considera esta comisión se enfatiza el apoyo
decidido a las actividades primarias del país. Asimismo, se
considera necesario para evitar distorsiones en el cálculo del
impuesto señalado por parte de los contribuyentes que opten
por el esquema simplificado, adicionar un segundo párrafo a
esta fracción IV, antes V.

Por otra parte, esta soberanía considera que el permitir a


aquellos contribuyentes personas morales que durante 1989
tributaron conforme a bases especiales de tributación y para
1990 pueden optar por el régimen simplificado a las actividades
empresariales establecido en la sección referida, es una medida
acertada. Sin embargo, esta comisión considera necesario
incluir algunos conceptos como entradas, adicionando al efecto
un tercer párrafo a la mencionada fracción, toda vez que se trata
de contribuyentes personas morales con mayor capacidad
administrativa. Por la misma razón, la tasa aplicable debe ser la
establecida en el artículo 10 de la ley. Por lo anterior, se
propone modificar el primer párrafo de la fracción IV, antes V y
adicionar un segundo y tercer párrafos a la misma, en forma tal
que el segundo párrafo que aparece en la iniciativa que se
dictamina pase a ser el último párrafo de la fracción referida,
que debe quedar como a continuación se indica:

(…)

Por lo que respecta al régimen de bases especiales de


tributación, esta comisión considera apropiada la eliminación de
dicho régimen, ya que origina iniquidad en el sistema tributario.
Sin embargo, esta comisión considera que los diversos sectores
que se encuentran tributando en dicho régimen, para
incorporarse el nuevo régimen simplificado a las actividades
empresariales requieren de facilidades que coadyuven al
cumplimiento voluntario y oportuno de sus obligaciones fiscales,
por lo que esta comisión recomienda se establezca la facultad
para que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, durante el
año de 1990, otorgue mediante disposiciones de carácter
general a los diferentes sectores de contribuyentes que venían
tributando conforme al esquema de referencia, una deducción
que no esté sujeta a los requisitos de comprobación a que se
refiere el Código Fiscal de la Federación, en el por ciento que
los diversos giros requieran, por lo que se propone se adicione
42
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

una fracción XI al artículo decimoprimero - bis


de esta iniciativa en los siguientes términos:

(…)

De igual manera, en relación con los contribuyentes que opten


por pagar el impuesto conforme al régimen simplificado aludido,
cabe señalar que tomando en consideración que éstos no
efectúan pagos provisionales en el Impuesto Sobre la Renta, a
fin de facilitarles el cumplimiento de sus obligaciones, se hace
necesario permitirles, a través de una disposición de vigencia
anual, efectuar el acreditamiento del Impuesto al Activo que
corresponda al ejercicio contra el Impuesto Sobre la Renta que
resulte a su cargo en el mismo.
(...)”

Como se observa, los Diputados Federales aprobaron, en


general, la propuesta del Ejecutivo, dado que consideraron que la
incorporación del régimen simplificado beneficiaría a los integrantes
del sector primario, para que de manera sencilla y oportuna dieran
cumplimiento a sus obligaciones tributarias, se evitara la inequidad en
el sistema tributario, la reducción en la distorsión de éste y apoyar a
las actividades de este importante sector productivo del país.

La Cámara de Senadores, al conocer de la propuesta y el


dictamen referidos, determinó que la inclusión del régimen simplificado
implicaría la facilidad para que los contribuyentes de ese sistema
cumplieran con sus obligaciones tributarias y también disminuir la
práctica abusiva en la distorsión de los beneficios; asimismo,
argumentó que, en general, las reformas presentadas por el Ejecutivo
Federal tenían por objetivo, ampliar la base de contribuyentes, eliminar
la inequidad en el sistema tributario y que las autoridades fiscales
tuvieran mayor disposición de realizar las revisiones fiscales
conducentes, tal como se advierte enseguida:

“(…)

Si bien desde un punto de vista global se considera pertinente


suprimir las bases especiales de tributación, debe también
evaluarse cabalmente la importancia capital que tienen los
sectores agrícola, ganadero, silvícola y pesquero para la
economía social del país. En este sentido, se estima
43
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

conveniente que las personas morales que se dediquen a esas


actividades quedarán exentas del impuesto sobre la renta en
aquellos ingresos que no excedan de 200 veces el salario
mínimo anualizado correspondiente el área geográfica del
contribuyente. Las sociedades cooperativas de producción
gozarán de idéntico tratamiento.

Los ejidos y comunidades, las uniones de ejidos y de


comunidades; la empresa social constituida por avecindados e
hijos de ejidatarios con derechos a salvo; las asociaciones
rurales de interés colectivo, así como las unidades agrícola-
industrial de la mujer campesina, quedarán totalmente exentos
del impuestos sobre la renta por los ingresos que obtengan por
la producción agropecuaria y sus beneficios, así como por la
conservación, el almacenamiento y la industrialización de sus
productos.

(…)

La Comisión que dictamina considera que una vertiente


sustancial de las reformas propuestas es la modificación del
régimen de personas físicas con actividades empresariales,
mediante la creación de un régimen simplificado para el cálculo
del impuesto sobre la renta y que se prevé en la sección
segunda del Capítulo VI del Título IV. Dicho régimen se
ampliaría también para las personas físicas y morales que se
dediquen exclusivamente a actividades agrícolas, ganadera,
silvícolas o pesqueras y que, en 1989, no hubieren tributado
conforme al régimen normal, de la Ley, ni obtenido ingresos por
más de 500 millones de pesos. El régimen simplificado consiste
en calcular el ingreso acumulable restando de las entradas de
recursos las salidas de los mismos. Como se deduce, ello
implicaría facilidad para los contribuyentes y claridad para la
revisión de la autoridad fiscal.

Al reconocer que en sus primeras aplicaciones, todo cambio de


régimen fiscal en la práctica puede implicar confusiones e
inexactitudes, se considera oportuno que el contribuyente tenga
consideraciones y un plazo adecuado de tiempo para adaptarse
y no incurrir en situaciones fiscales indebidas. Por ello se
propone que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público quede
facultada para otorga a los diferentes sectores de contribuyentes
que venían tributando conforme al esquema normativo en tenor,
una deducción que no esté sujeta a los requisitos de
comprobación habituales y en el porcentaje que se estima
requieran los diversos giros de actividad. Esta facultad estará en
44
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

vigor para 1990 y se ejercerá a través de


disposiciones de carácter general. Los miembros
de la Comisión que suscribe apreciamos que
esta medida contribuirá al cumplimiento
voluntario y oportuno de las obligaciones fiscales.

Por otra parte, en las reformas propuestas al Articulo


decimoprimero transitorio de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
se establece que las personas físicas y morales que en 1989
hayan pagado el Impuesto sobre la Renta conforme al régimen
de bases especiales de tributación o que se dediquen
exclusivamente a actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o
pesqueras, así como las sociedades cooperativas de producción
podían optar por pagar este impuesto en el sistema de
contabilidad simplificada para personas morales. Asimismo, se
establece un plazo de nueve meses pata que dichas personas
físicas decidan su incorporación al sistema de contabilidad
simplificada.

(…)”

De esa manera dio surgimiento el régimen simplificado, el cual


establecía diversas facilidades en el cumplimiento de las obligaciones
tributarias del sector primario, así como la posibilidad de rendir una
declaración anual definitiva, la reducción del impuesto, así como de
poder llevar una contabilidad simplificada, todo esto con el fin de
reducir las cargas fiscales excesivas, impulsar la eficiencia en el
acatamiento de las leyes de la materia y evitar la distorsión de la
economía mediante la práctica de acciones elusivas, atento a las
características y la situación genérica que envolvía a ese sector de la
economía.

Para mil novecientos noventa y ocho, las personas físicas con


microindustria, servicios o comercios en pequeño, fueron excluidos del
referido régimen simplificado, subsistiendo únicamente los sectores
agrícola, silvícola, ganadero, pesquero y de autotransporte.

Ahora, sobre el propio régimen simplificado, han sido continuas


las modificaciones que ha sufrido, no obstante, dentro de las más
importantes resaltan las relativas al beneficio de reducción del
impuesto y exenciones para los contribuyentes que exclusivamente se

45
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

dedicaban al sector primario, tal como se propuso en la iniciativa del


Presidente de la República de seis de diciembre de dos mil seis:

“(…)

Sector primario

Actualmente, los contribuyentes del sector primario gozan de


una serie de beneficios particulares otorgados a través de
diferentes instrumentos de la política fiscal, entre los que
destacan:

La reducción del impuesto sobre la renta en un porcentaje que


supone una carga fiscal del 16%, a diferencia de contribuyentes
que desarrollan otra actividad económica, que soportan una
carga fiscal sobre una tasa del 29% para el ejercicio de 2006, la
cual será del 28% para 2007.

La exención en el impuesto sobre la renta para personas físicas


hasta por un nivel de ingresos de 40 salarios mínimos anuales
del área geográfica del contribuyente.

La exención en el impuesto sobre la renta para las personas


morales hasta por 20 salarios mínimos anuales del área
geográfica del contribuyente por cada uno de sus socios o
asociados, siempre que no exceda de 200 veces el salario
mínimo correspondiente al área geográfica del Distrito Federal.

La posibilidad de aplicar una serie de facilidades administrativas


a fin de que cumplan adecuadamente con sus obligaciones
fiscales.

La instrumentación de programas de gasto público directo en


apoyo a sus actividades.

Es importante destacar que los beneficios anteriormente


señalados tuvieron, entre otras justificaciones, el contrarrestar
los efectos negativos de una tasa elevada del impuesto sobre la
renta.

Por ello, es de señalar que con la finalidad de lograr una mayor


competitividad de las empresas nacionales e incentivar la
inversión nacional y extranjera en el país, en el año de 2005 se
estableció una reducción paulatina de la tasa del impuesto sobre
la renta, para quedar, a partir del año de 2007 en 28%,
46
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

reducción que benefició a todos los


contribuyentes, incluidos a los del sector
primario, quienes además también gozan de los
beneficios antes mencionados.

En virtud de lo anterior, se propone a esa Soberanía que la


reducción de la tasa del impuesto sobre la renta que se aplica a
dicho sector sea de 21.43% en lugar de 42.86% con el fin de
gravar la verdadera capacidad contributiva del sector primario.
Esta propuesta permite que la tasa efectiva del impuesto sobre
la renta a la que se sujetan los contribuyentes del sector
primario sea del 22%.

Asimismo, se propone disminuir a 20 salarios mínimos anuales


el nivel de ingresos por el cual se encuentran exentas las
personas físicas dedicadas exclusivamente a actividades del
sector primario. De esta forma, el nivel de ingresos por el cual
se encuentran exentas las personas físicas dedicadas a tales
actividades será el mismo que el de las personas morales del
sector primario.”

Al elaborar el dictamen correspondiente, los Diputados


Federales, estimaron que:

“(…)
Sector primario

En la actualidad, los contribuyentes del sector primario gozan de


diversos beneficios otorgados a través de diferentes
instrumentos de la política fiscal, los cuales de manera inicial
tuvieron como justificación, entre otras, contrarrestar los efectos
negativos de una tasa elevada del impuesto sobre la renta.

En este sentido, y tomando en consideración que a partir del


año de 2005 se estableció una reducción paulatina de la tasa
del impuesto sobre la renta, para quedar, a partir del año de
2007 en 28%, la que Dictamina, coincide con el Ejecutivo
Federal respecto a la necesidad de disminuir la reducción de la
tasa del impuesto sobre la renta aplicable a dicho sector a
21.43% y con ello estar en posibilidad de gravar la verdadera
capacidad contributiva del sector primario.

47
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Sin embargo, esta Dictaminadora considera que no es


procedente la propuesta del Ejecutivo en el sentido de disminuir
a 20 salarios mínimos anuales el nivel de ingresos por el cual se
encuentran exentas las personas físicas dedicadas
exclusivamente a actividades del sector primario, considerando
que se está aumentando la tasa efectiva de impuesto para este
sector.
(…)”

Los Senadores, por su parte, consideraron pertinente modificar


la proposición de reducción de del impuesto para ese sector primario,
con la finalidad de no afectar a los contribuyentes menor capacidad
contributiva:

“(…)

Respecto al aumento de la tasa del impuesto sobre la renta


aplicable a los contribuyentes del Sector Primario, la Comisión
que dictamina considera que si bien se coincide con la medida
de aumentar la tasa del impuesto a dicho sector, se estima que
la tasa máxima que debe aplicarse para no afectar a los
contribuyentes de menor capacidad contributiva debe ser del
19%. Por lo tanto, la que dictamina considera necesario
modificar la minuta enviada por la Colegisladora a efecto de
adecuar los artículos 11, segundo párrafo y 81 penúltimo párrafo
de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, a fin de establecer la
reducción del impuesto sobre la renta aplicable al sector
primario en 32.14%, en lugar del 21.43% propuesto por la
Colegisladora.
(…)”

Enseguida, el diez de septiembre de dos mil nueve, se propuso


una nueva reducción del impuesto para los contribuyentes que se
dedican exclusivamente al sector primario, exponiéndose diversas
justificaciones de índoles económica, de política tributaria y social y,
además, relativas al cambio de las directrices de crecimiento del país,
tal como se advierte de la exposición de motivos:

“El Ejecutivo federal a mi cargo, propuso al Congreso de la


Unión una reforma integral de la hacienda pública como un
instrumento para garantizar al Estado, entre otros objetivos, la
captación de mayores recursos para atender las necesidades de
financiamiento y, en consecuencia, alcanzar el desarrollo
48
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

humano sustentable, que constituye un aspecto


prioritario contenido en el Plan Nacional de
Desarrollo 2007-2012.

Conforme a lo anterior en la "Reforma Hacendaria por los que


Menos Tienen", se incluyeron propuestas y modificaciones
orientadas a la atención de diversos temas en materia de
finanzas públicas agrupados en cuatro vertientes: (i) mejorar la
eficacia del gasto público y la rendición de cuentas; (ii) mejorar
la administración tributaria; (iii) reforzar el federalismo fiscal, y
(iv) establecer las bases de un sistema tributario para
incrementar la recaudación mediante instrumentos impositivos
flexibles y neutrales respecto de la inversión.

Por lo que corresponde a las medidas aprobadas tendientes a


conformar un sistema tributario con instrumentos impositivos
con la capacidad de generar mayores recursos sin afectar las
decisiones de inversión, se puede afirmar que éstas han logrado
su propósito, muestra de ello son los resultados de la
recaudación tributaria alcanzados durante 2008, lo que confirma
que la estrategia que el gobierno federal emprendió con la
citada reforma ha sido efectiva, puesto que contribuyó a generar
las condiciones para enfrentar los efectos derivados de un
entorno económico mundial errático y adverso.

La descripción de las medidas mencionadas y la evaluación de


los resultados de la aplicación de los nuevos impuestos vigentes
a partir del ejercicio fiscal de 2008 se incluyen en la exposición
de motivos de la iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación
para el Ejercicio Fiscal de 2010, que se presenta a
consideración de esa soberanía de manera paralela a esta
iniciativa, los cuales, en obvio de reiteraciones, se tienen aquí
por transcritos.

Por ello es conveniente continuar avanzando en el mismo


sentido y mejorar tanto los instrumentos tributarios de reciente
creación como los ya existentes, a través de modificaciones a
las disposiciones fiscales orientadas al cumplimiento de los
siguientes objetivos:

Fortalecer la recaudación tributaria

Considerando que es fundamental para el desarrollo y


crecimiento económico del país mantener la solidez en las
finanzas públicas y conservar la estabilidad de las principales
49
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

variables macroeconómicas, se plantea modificar algunas


disposiciones en materia del impuesto sobre la renta (ISR),
tendientes a incrementar su eficiencia recaudatoria.

Mejorar el control y combate a la evasión fiscal

En línea con la vertiente de fortalecer la recaudación tributaria,


se plantean ajustes a diversas disposiciones en materia del ISR
y de los impuestos a los depósitos en efectivo (IDE), al valor
agregado (IVA), así como del Código Fiscal de la Federación,
orientadas a precisar el alcance de algunos beneficios fiscales
en favor de los contribuyentes y para robustecer los
mecanismos para el control del cumplimiento de las
obligaciones fiscales.

Simplificación de las disposiciones fiscales

Uno de los principios que debe prevalecer en todo diseño


impositivo es la simplicidad y el menor costo administrativo
relacionado con el pago de los impuestos. En este sentido, se
proponen reformas en materia del esquema de intereses en el
ISR y, en consecuencia, se precisa la mecánica para calcular
los ingresos gravables provenientes de sociedades de inversión
y para obtener la ganancia por la enajenación de acciones de la
cartera accionaria de las sociedades de inversión.

Otorgar seguridad jurídica

Finalmente, también se presentan en esta iniciativa otro


conjunto de modificaciones que otorgan mayor seguridad
jurídica en beneficio de los contribuyentes respecto de la
aplicación y alcance de las distintas obligaciones contenidas en
las disposiciones fiscales, en materia del ISR e IDE, así como
del Código Fiscal de la Federación.

Por ello y con el fin de continuar avanzando en la mejora y


fortalecimiento del marco tributario, el Ejecutivo federal a mi
cargo estima necesario someter a la consideración de ese
Congreso de la Unión diversas modificaciones a las leyes de los
impuestos sobre la Renta, a los Depósitos en Efectivo y al Valor
Agregado, y al Código Fiscal de la Federación, que consisten en
lo siguiente:

(...)

50
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Por otra parte, también se hace necesario


ajustar durante los ejercicios fiscales de 2010 a
2013 el porcentaje de reducción de la tasa de
este impuesto aplicable a los contribuyentes del
sector primario, a fin de que el diferencial en puntos de tasa en
relación con el incremento en la tasa general del ISR que se
propone a esa soberanía se mantenga.

Por ello, con el propósito de obtener recursos adicionales que


permitan al Estado proporcionar a los gobernados servicios
públicos y avanzar en una aplicación más generalizada de los
gravámenes, en congruencia con la propuesta de aumento
temporal en la tasa del ISR empresarial se plantea reducir
durante los ejercicios fiscales de 2010 a 2013 el porcentaje de
disminución de tasa para el sector primario, a fin de que ésta
aumente de 19 a 21 por ciento; así mismo, se propone mantener
este nivel de gravamen a partir de 2014, lo cual permitirá que
este grupo de contribuyentes continúe beneficiándose de un
subsidio de 25 por ciento en la tasa del ISR, dado que la tasa
general será de 28 por ciento.

Es importante resaltar que los ajustes que se proponen en el


nivel de las tasas del ISR, son consistentes con los aumentos de
tasa que otros países han tenido que llevar a cabo como parte
de sus medidas fiscales para hacer frente a la crisis económica
internacional, ya que de no hacerlo, implícitamente se cede
parte de la recaudación al extranjero.

Asimismo, como se mencionó anteriormente, la tasa del ISR ha


sido objeto de significativas reducciones en el pasado reciente al
pasar de 35 por ciento en 2001 a 28 por ciento a partir de 2007;
dicha disminución de 20 por ciento en el nivel de tasa permite
efectuar el ajuste propuesto sin comprometer la competitividad
del gravamen.

Adicionalmente, se debe considerar que la solidaridad en el


pago de las contribuciones es un principio inmerso en el artículo
25 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
al señalar dicho precepto que corresponde al Estado la rectoría
del desarrollo nacional que fortalezca su régimen democrático y
que mediante el fomento del crecimiento económico y el empleo
y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el
pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos,
grupos y clases sociales.

51
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Ante las necesidades imperantes de recaudación, es necesario


que todos los sectores de la sociedad, público y privado,
concurran con responsabilidad social para mantener finanzas
públicas sanas que permitan un desarrollo económico sostenido.

Con base en ello, los mexicanos tienen el deber de contribuir al


gasto público, a fin de satisfacer necesidades colectivas,
objetivos inherentes a la utilidad pública y al interés social, pero
más aún aquéllos cuya riqueza es mayor, cumpliendo con el
deber de solidaridad con los menos favorecidos, sin que se
entienda que estos últimos no deban contribuir al gasto público.

El principio de solidaridad se traduce en ajustes de las tasas


impositivas que tienen una incidencia mayor en las personas
con mayores ingresos y una incidencia marginal en las personas
que obtengan menores ingresos.

El ajuste de la tarifa del ISR aplicable a las personas físicas y a


la tasa aplicable a las empresas, así como la disminución a la
reducción de la tasa aplicable al sector primario se estima
generarán ingresos adicionales en 2010 por 45 mil 397.3
millones de pesos (mdp).

Con base en lo anteriormente expuesto, se somete a


consideración de ese Congreso de la Unión reformar los
artículos 11, segundo párrafo; 113, en su tarifa; 81, octavo
párrafo, y 177, en su tarifa, de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, así como emitir disposiciones de vigencia temporal a
través de las cuales se establezca la tasa para las personas
morales, las tarifas para las personas físicas, el porcentaje de
reducción de tasa al sector primario y los factores a aplicar por
los ejercicios fiscales de 2010 a 2013.

(…)”

Al respecto, la Cámara de Diputados confirmó las propuestas


presentadas, así como de las razones que la sustentaban, aludiendo
en su dictamen que:

“(…)

Esta comisión dictaminadora coincide con el Ejecutivo federal en


que la actual situación económica exige adoptar medidas
temporales que permitan contar con mayores recursos para
hacer frente a las necesidades de gasto público y que
52
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

contribuyan a mantener la estabilidad


macroeconómica.

Así, esta dictaminadora es consciente de que


una mejor posición de las finanzas públicas permitirá al gobierno
federal contar con ingresos suficientes para hacer frente a
compromisos de gasto social y de infraestructura y evitar en lo
posible el incremento en la deuda pública, así como el elevado
costo financiero que implica esta alternativa.

Con base en lo anterior, esta comisión dictaminadora considera


adecuado ajustar durante los ejercicios fiscales de 2010 a 2012
las tasas marginales de los últimos cinco tramos de la tarifa del
ISR para las personas físicas en una proporción de 7.14 por
ciento, con objeto de ubicar la tasa marginal máxima en 30 por
ciento. El referido ajuste no impactará la carga fiscal de las
personas físicas que obtienen ingresos hasta por 6,663 pesos
mensuales, equivalentes a 4 SM; y tendrá un impacto moderado
en la carga fiscal de las personas físicas con mayores ingresos,
para quienes su ingreso disponible se reduce sólo entre 0.16 y
2.67 por ciento. Asimismo, se coincide en que para el ejercicio
fiscal de 2013 las tasas marginales que se incrementen se
disminuyan proporcionalmente en 3.33 por ciento respecto a las
vigentes en 2012, quedando la tasa máxima en 29 por ciento y
en que a partir del ejercicio fiscal de 2014, las tasas marginales
regresen a su nivel actual, ubicando la marginal máxima en 28
por ciento.

Asimismo, se considera adecuado el incremento de la tasa del


ISR empresarial a 30 por ciento durante los ejercicios fiscales de
2010 a 2012 y la aplicación de la tasa del 29 por ciento en el
ejercicio fiscal de 2013, para regresar al 28 por ciento a partir
del ejercicio fiscal de 2014.

Adicionalmente, se coincide con el ajuste durante los ejercicios


fiscales de 2010 a 2013 al porcentaje de reducción de la tasa de
este impuesto aplicable a los contribuyentes del sector primario,
así durante los ejercicios fiscales de 2010 a 2013 el porcentaje
de disminución de tasa para el sector primario, a fin de que ésta
aumente de 19 a 21 por ciento y en que este nivel de gravamen
se mantenga a partir de 2014, lo cual permitirá que este grupo
de contribuyentes continúe beneficiándose de un subsidio de 25
por ciento en la tasa del ISR, dado que la tasa general será de
28 por ciento.

53
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

(…)”

Asimismo, las reformas que sufrió el régimen simplificado


tuvieron su origen a partir de distintos fines y justificaciones,
atendiendo siempre la política fiscal que en cada momento
determinado el legislador estimó como más conveniente, para
conseguir las metas que se trazaban en materias económica, social,
cultural, e inclusive tributario.

Del mismo modo, a lo largo de su implementación el mencionado


régimen dejó de ser optativo para los sujetos pasivos para quienes se
había creado, sujetándose su acceso al porcentaje de ingresos que
provenían en exclusiva de esas actividades, lo que en momento
alguno implicó que se eliminarán los beneficios relativos; por lo que es
posible afirmar que a pesar que se dejó de lado el elemento optativo,
se siguió privilegiando las condiciones que rodeaban al sector primario
y la limitación administrativa para que esos contribuyentes cumplieran
sus obligaciones tributarias.

Se insiste, es importante considerar que en todo momento se


concedió un trato preferencial al régimen simplificado, puesto que se
estimó que, atento a las circunstancias financieras, sociales y
culturales del país, era conveniente proporcionar beneficios que
facilitaran el cumplimiento de sus obligaciones tributarias en
comparación a otros contribuyentes, incluso, se les brindó un
tratamiento consistente en la posibilidad de ejercer exenciones,
reducciones del impuesto, así como de las obligaciones
administrativas, contables y formales.

Así, el anterior régimen simplificado consistía en un trato fiscal


benéfico, pues a pesar de que los sujetos pasivos dedicados a las
actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras tenían
capacidad de pago para cumplir con su obligación de contribuir a los
gastos del Estado en las condiciones establecidas para el resto de la
universalidad de contribuyentes, el legislador les diseñó un mecanismo
de tributación en las que se incluyeron una serie de disposiciones que
ayudarían a simplificar el cumplimiento de dichas obligaciones fiscales
con el objetivo de impulsar su crecimiento, alcanzar justicia y equidad
en materia impositiva, eliminar las distorsiones del sistema y, en
general, coadyuvar, en la medida de lo posible, a estimular las
54
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

actividades de alta importancia para la vida económica


del país.

De tal manera, si el Poder Legislativo está


facultado para otorgar preferencias o tratamientos especiales en
materia tributaria, es indiscutible que también estará facultado para
eliminarlos o cambiarlos en la medida en que considere que ya no
están cumpliendo con su finalidad, esto es, cuando el legislador se
percate que dicha medida ya no es la adecuada para la consecución
del efecto o de la conducta deseada.

Por tanto, la eliminación del régimen simplificado no se puede


considerar per se, como violatoria del principio de equidad tributaria,
puesto que el legislador otorgó este sistema de preferencial
considerando, en su momento, la necesidad de impulsar su desarrollo,
simplificar el cumplimiento de las obligaciones tributarias y no
primordialmente elementos vinculados por su capacidad contributiva.

Por otro lado, la creación de normas que persigan una finalidad


distinta de la recaudatoria, para incentivar o desincentivar ciertas
conductas, no implica que su otorgamiento sea constitucionalmente
exigible.

Es así que no existe un derecho constitucionalmente tutelado a


la exención tributaria ni al otorgamiento de un beneficio o de un
estímulo fiscal, en tanto que todos —los que cuenten con un nivel
económico mínimo— están obligados a contribuir al sostenimiento del
gasto público.

De tal forma, si bien en cualquier momento de la historia pueden


formularse juicios de diversa índole sobre la conveniencia o
inconveniencia de que el legislador, a través del sistema fiscal,
establezca determinados incentivos, acote los existentes o, inclusive,
los elimine, lo cierto es que ello no puede llevar al Tribunal
Constitucional a afirmar que siempre deberán otorgarse los mayores
incentivos posibles, ni es éste un postulado exigible
constitucionalmente, como tampoco lo es el que estos incentivos
siempre deban darse a través del sistema tributario.

55
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Es aplicable la tesis 1a. XXII/2011, cuyo contenido se transcribe


a la letra:

“SISTEMA TRIBUTARIO. EL OTORGAMIENTO DE


INCENTIVOS FISCALES PARA LA CONSECUCIÓN DE FINES
EXTRAFISCALES, NO ES EXIGIBLE
CONSTITUCIONALMENTE, POR LO QUE NO RESULTA
VÁLIDO SOSTENER QUE NO PODÍA LIMITARSE LA
DEDUCIBILIDAD DE DONATIVOS PARA EFECTOS DEL
IMPUESTO SOBRE LA RENTA. En cualquier momento de la
historia nacional, pueden siempre formularse juicios de diversa
índole sobre la conveniencia o inconveniencia de que el
legislador, a través del sistema fiscal, establezca determinados
incentivos, acote los existentes o, inclusive, los elimine; tal es el
caso de la decisión tomada en el sentido de disminuir los
incentivos para la realización de donativos a entidades no
lucrativas, en relación con la cual pueden emitirse diversas
opiniones, así como sobre los efectos que tal medida podría
tener sobre el accionar de los mexicanos. Sin embargo, no debe
pasarse por alto que dichos juicios no son propios de las labores
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al menos en tanto
no provoquen, simultáneamente, una vulneración de derechos
tutelados constitucionalmente. Esta afirmación no es más que la
consecuencia del criterio sostenido por esta Sala en el sentido
de que el diseño del sistema tributario -y los incentivos que se
otorguen para la consecución de finalidades extrafiscales-,
corresponde al legislador dentro de un amplio ámbito de libre
configuración. Adicionalmente, puede afirmarse que la limitante
aludida es una disminución del incentivo fiscal para la
colaboración con las entidades no lucrativas, pero no es un
desincentivo -como podría ser un castigo a quien realice dichas
donaciones-, lo cual sí podría llevar a juicios como los que
corresponden a este alto tribunal, pues podría implicar la
afectación de otros derechos, la limitación a actividades que
coadyuvan a la consecución de finalidades establecidas
constitucionalmente, y podrían establecer una limitante, no sólo
indeseada, sino atentatoria de las finalidades que busca el
Estado Social de Derecho, al provocar una falta de cohesión
entre los elementos que integran el Estado, falta de atención a
las necesidades colectivas, ausencia de solidaridad e
indiferencia ante los problemas de la realidad mexicana, con el
consecuente poco compromiso para superarlos. Sin embargo,
un límite al beneficio fiscal no tiene estos efectos, y si bien
podría afirmarse que siempre podría estar más incentivada la
participación de la sociedad civil en la consecución de
56
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

determinadas finalidades, ello no puede llevar al


tribunal constitucional a afirmar que siempre
deberán otorgarse los mayores incentivos
posibles, ni es éste un postulado exigible
constitucionalmente, como tampoco lo es el que estos incentivos
siempre deban darse a través del sistema tributario. Todo lo
anterior debe valorarse sin dejar de tener presente que la
legislación fiscal no ha dejado de establecer un incentivo,
acotado a los casos que el legislador considera razonable, en un
ámbito en relación con el cual puede válidamente tomar esa
decisión, y sin que pueda soslayarse que la capacidad
contributiva que reflejan los ingresos y las deducciones
estructurales -es decir, aquellas que la Constitución exige que
refleje la Ley del Impuesto sobre la Renta-, es una
manifestación de capacidad idónea para tributar, por la cual el
Estado debería recibir la contribución correspondiente, y que
sólo deja de hacerlo, válidamente -sin que resulte adecuado
considerar que actúa incorrectamente quien aproveche la
deducción de donativos-, en la medida en la que el propio
Estado así lo permite, mediante el incentivo correspondiente,
cuya entidad puede ser mayor o menor en cualquier momento,
conforme a los criterios que el autor de la norma considere
adecuados y pertinentes para el propósito que persiga. ”12

En ese orden de ideas, no existe derecho constitucionalmente


tutelado a que el legislador conceda una exención tributaria, un
beneficio o un incentivo fiscal determinado, así como tampoco a que
se impida el ejercicio de la facultad legislativa de acotar o eliminar los
existentes, mucho menos a que los derechos fundamentales y los
servicios básicos deban tutelarse o garantizarse a través de dichos
beneficios de corte tributario.

Efectivamente, si bien existen derechos que el Estado debe


promover, respetar, proteger y garantizar, así como servicios básicos
que deben brindarse, por lo que existe un correlativo derecho de los
particulares para exigir que ello ocurra, lo cierto es que ello no implica
que exista el derecho constitucional de exigir que, invariablemente, se
cumpla con tales obligaciones estatales a través de la legislación
tributaria, otorgando un beneficio fiscal determinado.

12
Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Febrero de 2011, Página: 626,
Registro: 162712.
57
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

De tal forma, el Estado tiene a su alcance diversos medios para


proveer servicios y promover, respetar, proteger y garantizar los
derechos consagrados en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, pero no existe precepto constitucional que obligue
a que ello se realice forzosamente a través de beneficios o exenciones
fiscales, sino que conforme a la amplia libertad de configuración
tributaria a la que se hizo referencia en párrafos precedentes, podrá
determinar la forma y mecanismos para alcanzar sus fines.

Bajo esa perspectiva, es fundado el agravio analizado.

2. Principio de equidad tributaria. El régimen de


actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras no
otorga un trato idéntico frente al régimen general (personas
morales).

En los agravios tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo y décimo


segundo, el Presidente de la República, manifiesta que el régimen
fiscal contemplado en los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación el once
de diciembre de dos mil trece, no otorga un tratamiento idéntico
respecto de los contribuyentes afectos al diverso régimen general
(personas morales).

Lo anterior, en virtud de que el régimen del sector primario


establece una serie de beneficios fiscales, como exención y reducción
del impuesto determinado, que no gozan los sujetos pasivos del
régimen general.

Es más, de conformidad con la mecánica de determinación del


impuesto fijada en el sistema de tributación del sector agropecuario, se
delimitan elementos que permiten establecer que no existe un trato
similar frente al régimen general, debido a que se efectúa exención a
los ingresos percibidos por el ejercicio de actividades del sector
agropecuario, así como también una reducción al impuesto
determinado.

De esa manera, en resumen, la mencionada autoridad


responsable estima que no es acertado lo establecido por el A quo, en
el sentido de que las normas impugnadas dan un trato idéntico en

58
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

comparación al régimen general; en la inteligencia que


el régimen de actividades agropecuarias reconoce las
diferencias de este sector, debido a que concede
beneficios fiscales que aminoran su carga impositiva.

Los agravios mencionados son esencialmente fundados.

Ante todo, debe recordarse que las quejosas, medularmente


adujeron como concepto de violación que el de transgresión al
principio de equidad tributaria radicaba en que el régimen dirigido al
sector primario establece un trato igual frente a los sujetos pasivos del
régimen general; ello en virtud que —afirma— se homologó la tasa
impositiva, puesto que en el caso del primer sistema tributario en
mención se aplica una tasa del 30%, al igual que en el segundo de los
referidos.

De ese modo, las peticionarias de amparo expresaron que atento


al principio de justicia tributaria aludido, dado que esos dos regímenes
son distintos entre sí, no es posible darles el mismo trato a quienes se
ubican en ellos, en la inteligencia que debe darse trato desigual a los
desiguales.

Así, el argumento toral de ese motivo de disenso se edifica a


partir de un solo elemento de la contribución, a saber, la supuesta
homologación de la tasa; lo que a criterio de las quejosas refleja la
violación a la equidad tributaria.

Ahora, tal como lo aducen las autoridades responsables en sus


escritos de revisión, no puede establecerse que el régimen en estudio
otorga un trato similar frente al régimen general, únicamente bajo la
comparación de las tasas aplicables.

En efecto, la comparación de un solo elemento del tributo —en


este caso la tasa— no permite determinar si se está gravando con la
misma intensidad a diversos sujetos, pues en todo caso, ello se podría
advertir de la comparación de los distintos elementos cuantitativos y
cualitativos bajo los cuales el legislador determinó diseñar el impuesto.

59
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Dicho en otras palabras aunque a dos contribuyentes se les


aplicara la misma tasa fija o la misma cuota dentro de una tarifa con
un sistema de rangos, cuotas fijas y porcentajes aplicables sobre los
excedentes de los límites inferiores, ello no implicaría que se les está
gravando en forma idéntica, ya que la individualización del tributo
dependería de cómo se integra la base respectiva.

En ese sentido, aun cuando a dos sujetos o categorías de


contribuyentes diversos les corresponda una tasa o tarifa idéntica, no
puede, por esa sola circunstancia, afirmarse que existe un trato fiscal
análogo, debido a que, si la base gravable sobre la cual se aplicará tal
parámetro se integra de forma distinta para cada uno de ellos,
entonces el impuesto que se determine no será el mismo.

Es aplicable, por el criterio que informa, la jurisprudencia


2a./J. 222/2009, de rubro y texto siguientes:

“PREDIAL. LA CAPACIDAD CONTRIBUTIVA EN EL


IMPUESTO RELATIVO, PUEDE GRAVARSE
INDISTINTAMENTE A TRAVÉS DE TASAS FIJAS O DE
TARIFAS PROGRESIVAS (LEGISLACIÓN VIGENTE EN
2008). Conforme a lo resuelto por el Tribunal en Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación en la acción de
inconstitucionalidad 29/2008, aun cuando el legislador cuenta
con un amplio margen para configurar los elementos esenciales
del tributo, la tasa o tarifa impositiva debe ser coherente con su
naturaleza a fin de evitar que se ponga en riesgo un postulado
constitucional o el acceso a valores mínimos humanos. Para
verificar esta circunstancia es importante considerar la diferencia
medular entre un sistema y otro, de manera que en la tasa fija la
cuota tributaria depende únicamente de la modificación de la
base gravable, mientras que en la tarifa progresiva depende
tanto de la variación de la base como del porcentaje aplicable.
En el caso de los impuestos a la propiedad inmobiliaria como el
predial, tanto una como otra permiten medir con precisión la
capacidad contributiva del causante, pues aunque dicho tributo
recae sobre una manifestación aislada de riqueza, lo cierto es
que guarda cierta subjetivización al considerar otros aspectos
distintos al valor del inmueble para su determinación, como es
su uso o destino y, en algunos supuestos, además de los
anteriores, la situación personal del contribuyente. Importa
destacar que la aplicación de una tasa fija a cualquier nivel de
patrimonio particular no supone que se contribuya de manera

60
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

desigual, en virtud de que ante la variación de la


base tributaria, la tasa, aunque es la misma,
conlleva a que el contribuyente pague más o
menos conforme a esa modificación,
reconociéndose así la capacidad contributiva individual; igual
acontece tratándose de la tarifa progresiva, la que al variar en
función de la modificación de la base gravable, permite que
pague más quien revela una mayor capacidad contributiva y
menos el que la tiene en menor proporción. En consecuencia,
tratándose del impuesto predial, tanto la tasa fija como la tarifa
progresiva son idóneas para obtener la cuota tributaria
respectiva y, por ende, en ejercicio de su potestad tributaria el
legislador puede establecer una u otra.” 13

Por tanto, aun cuando fuese aplicable la misma tasa al sector


primario y al régimen general de las personas morales, ello no sería
suficiente para aseverar que son sujetos de un mismo trato tributario o
que se les grava en una intensidad análoga.

Independientemente de lo anterior, es infundado que los


contribuyentes del sector primario tengan el mismo trato que las
demás personas morales en general.

Para dar certeza a lo anterior, es necesario acudir al contenido


de los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, 14

13
Novena Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXI, Enero de 2010, Página: 182, Registro:
165462.
14
CAPÍTULO VIII

RÉGIMEN DE ACTIVIDADES AGRÍCOLAS, GANADERAS, SILVÍCOLAS Y PESQUERAS

Artículo 74. Deberán cumplir con sus obligaciones fiscales en materia del impuesto sobre la renta conforme al régimen
establecido en el presente Capítulo, los siguientes contribuyentes:

I. Las personas morales de derecho agrario que se dediquen exclusivamente a actividades agrícolas, ganaderas o
silvícolas, las sociedades cooperativas de producción y las demás personas morales, que se dediquen exclusivamente a
dichas actividades.

II. Las personas morales que se dediquen exclusivamente a actividades pesqueras, así como las sociedades
cooperativas de producción que se dediquen exclusivamente a dichas actividades.

III. Las personas físicas que se dediquen exclusivamente a actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras.

Lo dispuesto en este Capítulo no será aplicable a las personas morales que tributen en los términos del Capítulo VI del
Título II de esta Ley.

Cuando las personas físicas realicen actividades en copropiedad y opten por tributar por conducto de personas morales
en los términos de este Capítulo, dichas personas morales serán quienes cumplan con las obligaciones fiscales de la
copropiedad y se considerarán como representantes comunes de la misma.

61
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

publicada en el Diario Oficial de la Federación el once de diciembre de


dos mil trece, siendo que para el régimen en cita, se fijan como sujetos
pasivos de éste a los siguientes:

a) Personas morales de derecho agrario que se dediquen en


exclusiva a actividades agrícolas, ganaderas o silvícolas.

b) Sociedades cooperativas de producción y el resto de


personas morales que se dediquen en exclusiva a las
mencionadas actividades.
Para los efectos de esta Ley, cuando la persona moral cumpla por cuenta de sus integrantes con lo dispuesto en este
Capítulo, se considerará como responsable del cumplimiento de las obligaciones fiscales a cargo de sus integrantes,
respecto de las operaciones realizadas a través de la persona moral, siendo los integrantes responsables solidarios
respecto de dicho cumplimiento por la parte que les corresponda.

Las personas morales a que se refiere este Capítulo aplicarán lo dispuesto en el artículo 12 de esta Ley, cuando entren
en liquidación.

Se consideran contribuyentes dedicados exclusivamente a las actividades agrícolas, ganaderas, pesqueras o silvícolas,
aquéllos cuyos ingresos por dichas actividades representan cuando menos el 90% de sus ingresos totales, sin incluir los
ingresos por las enajenaciones de activos fijos o activos fijos y terrenos, de su propiedad que hubiesen estado afectos a
su actividad.

Las personas morales a que se refiere este Capítulo, cumplirán con las obligaciones establecidas en esta Ley conforme
lo dispuesto en la Sección I del Capítulo II del Título IV de la misma, de acuerdo a lo siguiente:

I. Deberán calcular y enterar, por cada uno de sus integrantes, los pagos provisionales en los términos del artículo 106
de esta Ley. Al resultado obtenido conforme a esta fracción se le aplicará la tarifa del citado artículo tratándose de
personas físicas, o la tasa establecida en el artículo 9 de la misma, tratándose de personas morales.

II. Para calcular y enterar el impuesto del ejercicio de cada uno de sus integrantes, determinarán la utilidad gravable del
ejercicio aplicando al efecto lo dispuesto en el artículo 109 de esta Ley. A la utilidad gravable determinada en los
términos de esta fracción, se le aplicará la tarifa del artículo 152 de esta Ley, tratándose de personas físicas, o la tasa
establecida en el artículo 9 de la misma, en el caso de personas morales.

Contra el impuesto que resulte a cargo en los términos del párrafo anterior, se podrán acreditar los pagos provisionales
efectuados por la persona moral.

El impuesto del ejercicio se pagará mediante declaración que presentarán las personas morales durante el mes de
marzo del año siguiente, ante las oficinas autorizadas, excepto cuando se trate de personas morales, que cumplan con
las obligaciones fiscales de integrantes que únicamente sean personas físicas, en cuyo caso la declaración se
presentará en el mes de abril del año siguiente.

Los contribuyentes a que se refieren los párrafos décimo segundo y décimo tercero de este artículo, deducirán como
gastos las erogaciones efectivamente realizadas en el ejercicio para la adquisición de activos fijos, gastos o cargos
diferidos. Los contribuyentes a que se refiere el décimo cuarto párrafo de este artículo, deberán aplicar lo dispuesto en la
Sección II, del Capítulo II, del Título II de esta Ley.

III. Deberán cumplir con las demás obligaciones formales, de retención y de entero, que establecen las disposiciones
fiscales.

Para los efectos de este artículo, las personas morales cumplirán con sus propias obligaciones y lo harán en forma
conjunta por sus integrantes en los casos en que así proceda. Igualmente, el impuesto que determinen por cada uno de
sus integrantes se enterará de manera conjunta en una sola declaración.

Las personas morales que no realicen las actividades empresariales por cuenta de sus integrantes, deberán cumplir con
las obligaciones de este título y con el artículo 102 y 105 de esta Ley.

62
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

c) Personas morales y sociedades cooperativas


de producción que se dediquen en exclusiva
a actividades pesqueras.

d) Personas físicas que en exclusiva se dediquen a las


actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras.

Las personas morales a que se refiere este Capítulo no tendrán la obligación de determinar al cierre del ejercicio el
ajuste anual por inflación a que se refiere el Capítulo III del Título II de esta Ley.

Las personas morales que se dediquen exclusivamente a las actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras,
no pagarán el impuesto sobre la renta por los ingresos provenientes de dichas actividades hasta por un monto, en el
ejercicio, de 20 veces el salario mínimo general correspondiente al área geográfica del contribuyente, elevado al año, por
cada uno de sus socios o asociados siempre que no exceda, en su totalidad, de 200 veces el salario mínimo general
correspondiente al área geográfica del Distrito Federal, elevado al año. En el caso de las personas físicas, no pagarán el
impuesto sobre la renta por los ingresos provenientes de dichas actividades hasta por un monto, en el ejercicio, de 40
veces el salario mínimo general correspondiente al área geográfica del contribuyente, elevado al año. Las personas
morales a que se refiere este párrafo, podrán adicionar al saldo de su cuenta de utilidad fiscal neta del ejercicio de que
se trate, la utilidad que corresponda a los ingresos exentos; para determinar dicha utilidad se multiplicará el ingreso
exento que corresponda al contribuyente por el coeficiente de utilidad del ejercicio, calculado conforme a lo dispuesto en
el artículo 14 de esta Ley.

Tratándose de personas físicas y morales que se dediquen exclusivamente a las actividades agrícolas, ganaderas,
silvícolas o pesqueras, cuyos ingresos en el ejercicio excedan de 20 ó 40 veces el salario mínimo general del área
geográfica del contribuyente elevado al año, según corresponda, pero sean inferiores de 423 veces el salario mínimo
general del área geográfica del contribuyente elevado al año, les será aplicable lo dispuesto en el párrafo anterior, por el
excedente se pagará el impuesto en los términos del séptimo párrafo de este artículo, reduciéndose el impuesto
determinado conforme a la fracción II de dicho párrafo, en un 40 tratándose de personas físicas y un 30% para personas
morales. Las personas morales a que se refiere este párrafo, podrán adicionar al saldo de su cuenta de utilidad fiscal
neta del ejercicio de que se trate, la utilidad que corresponda a los ingresos exentos; para determinar dicha utilidad se
multiplicará el ingreso exento que corresponda al contribuyente por el coeficiente de utilidad del ejercicio, calculado
conforme a lo dispuesto en el artículo 14 de esta Ley.

Tratándose de sociedades o asociaciones de productores, que se dediquen exclusivamente a las actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas o pesqueras, constituidas exclusivamente por socios o asociados personas físicas y que cada
socio o asociado tenga ingresos superiores a 20 veces el salario mínimo general del área geográfica del contribuyente
elevado al año, sin exceder de 423 veces el salario mínimo general del área geográfica del contribuyente elevado al año,
sin que en su totalidad los ingresos en el ejercicio de la sociedad o asociación excedan de 4230 veces el salario mínimo
general del área geográfica del contribuyente elevado al año, le será aplicable lo dispuesto en el décimo primer párrafo,
por el excedente se pagará el impuesto en los términos del séptimo párrafo de este artículo, reduciéndose el impuesto
determinado conforme a la fracción II de dicho párrafo, en un 30%.

Las personas físicas y morales que se dediquen exclusivamente a las actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o
pesqueras, cuyos ingresos en el ejercicio rebasen los montos señalados en el décimo segundo párrafo, les será
aplicable la exención prevista en el décimo primer párrafo de este artículo, por el excedente, se pagará el impuesto en
los términos del séptimo párrafo de este artículo y será aplicable la reducción a que se refiere el décimo segundo párrafo
de este artículo hasta por los montos en él establecidos. Las personas morales a que se refiere este párrafo, podrán
adicionar al saldo de su cuenta de utilidad fiscal neta del ejercicio de que se trate, la utilidad que corresponda a los
ingresos exentos; para determinar dicha utilidad se multiplicará el ingreso exento que corresponda al contribuyente por el
coeficiente de utilidad del ejercicio, calculado conforme a lo dispuesto en el artículo 14 de esta Ley.

Tratándose de las personas morales que se dediquen exclusivamente a las actividades agrícolas, ganaderas, pesqueras
o silvícolas, para calcular el impuesto que corresponda a dividendos o utilidades distribuidos, en lugar de lo dispuesto en
el párrafo anterior, deberán multiplicar los dividendos o utilidades distribuidos por el factor de que se obtenga de dividir la
unidad, entre el factor que se obtenga de restar a la unidad el resultado de dividir el impuesto sobre la renta que se deba
63
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

La propia ley de la materia considera que los contribuyentes que


se dedican en exclusiva a las mencionadas actividades del sector
primario y sus ingresos por el desarrollo de éstas representen el
noventa por ciento (90%) de los totales en el ejercicio, sin tomar en
cuenta los que provengan de las enajenaciones de activos fijos o
activos fijos y terrenos de su propiedad que hayan sido usados para
las aludidas actividades, deberán tributar conforme a lo establecido en
los artículos en cita.

En el tema relativo al cálculo y entero del impuesto del ejercicio,


el séptimo párrafo, fracción II, del artículo 74 del mencionado
ordenamiento, establece, que los sujetos pasivos deberán determinar
la utilidad gravable del ejercicio, aplicando lo dispuesto en el numeral
109 de la misma ley.15

pagar en los términos de este artículo, entre la utilidad o los dividendos distribuidos.

Artículo 75. La persona moral que cumpla las obligaciones fiscales por cuenta de sus integrantes en los términos de este
Capítulo, además de las obligaciones a que se refiere el artículo anterior, tendrá las siguientes:

I. Efectuar por cuenta de sus integrantes las retenciones y el entero de las mismas y, en su caso, expedir las constancias
de dichas retenciones, cuando esta Ley o las demás disposiciones fiscales obliguen a ello.

II. Llevar un registro por separado de los ingresos, gastos e inversiones, de las operaciones que realicen por cuenta de
cada uno de sus integrantes, cumpliendo al efecto con lo establecido en las disposiciones de esta Ley y en las del
Código Fiscal de la Federación.

III. Emitir y recabar la documentación comprobatoria de los ingresos y de las erogaciones, respectivamente, de las
operaciones que realicen por cuenta de cada uno de sus integrantes, cumpliendo al efecto con lo establecido en esta
Ley y en las demás disposiciones fiscales.

Las personas morales a que se refiere este Capítulo deberán estar inscritas en el Registro Federal de Contribuyentes.

Las personas físicas que se ubiquen en los supuestos señalados en los párrafos décimo segundo y décimo cuarto del
artículo anterior deberán estar inscritas en el Registro Federal de Contribuyentes.
15
Artículo 109. Los contribuyentes a que se refiere esta Sección, deberán calcular el impuesto del ejercicio a su cargo
en los términos del artículo 152 de esta Ley. Para estos efectos, la utilidad fiscal del ejercicio se determinará
disminuyendo de la totalidad de los ingresos acumulables obtenidos por las actividades empresariales o por la
prestación de servicios profesionales, las deducciones autorizadas en esta Sección, ambos correspondientes al ejercicio
de que se trate. A la utilidad fiscal así determinada, se le disminuirá la participación de los trabajadores en las utilidades
de las empresas pagada en el ejercicio, en los términos del artículo 123 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y, en su caso, las pérdidas fiscales determinadas conforme a este artículo, pendientes de aplicar de
ejercicios anteriores; el resultado será la utilidad gravable.

La pérdida fiscal se obtendrá cuando los ingresos a que se refiere esta Sección obtenidos en el ejercicio sean menores a
las deducciones autorizadas en el mismo. Al resultado obtenido se le adicionará la participación de los trabajadores en
las utilidades pagada en el ejercicio a que se refiere el párrafo anterior. En este caso se estará a lo siguiente:

I. La pérdida fiscal ocurrida en un ejercicio podrá disminuirse de la utilidad fiscal determinada en los términos de esta
Sección, de los diez ejercicios siguientes, hasta agotarla.

Para los efectos de esta fracción, el monto de la pérdida fiscal ocurrida en un ejercicio, se actualizará multiplicándola por
el factor de actualización correspondiente al periodo comprendido desde el primer mes de la segunda mitad del ejercicio
en el que ocurrió y hasta el último mes del mismo ejercicio. La parte de la pérdida fiscal de ejercicios anteriores ya
actualizada pendiente de aplicar contra utilidades fiscales se actualizará multiplicándola por el factor de actualización
correspondiente al periodo comprendido desde el mes en el que se actualizó por última vez y hasta el último mes de la
64
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

De esta última porción normativa, se desprende


que la utilidad fiscal se determinará disminuyendo de
la totalidad de los ingresos acumulables, las
deducciones autorizadas, ambos conceptos
correspondientes al ejercicio de que se trate.

Al resultado que derive se le disminuirá la participación de los


trabajadores en las empresas pagada en el ejercicio, en términos del
artículo 123 de la Constitución Federal y, en su caso, también se
disminuirá el monto relativo a las pérdidas fiscales determinadas
pendientes de amortizar de ejercicios anteriores.

La cantidad resultante será la utilidad gravable, a la cual de


conformidad con lo previsto en el artículo 74, séptimo párrafo, fracción
II, de la Ley del Impuesto sobre la Renta, se le aplicará la tasa prevista
en el numeral 9, tratándose de personas morales o la tarifa del artículo
152 de la ley, si es persona física.

Ahora bien, en los párrafos décimo primero a décimo cuarto, del


artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, se delimita la
primera mitad del ejercicio en el que se aplicará.

Para los efectos del párrafo anterior, cuando sea impar el número de meses del ejercicio en que ocurrió la pérdida fiscal,
se considerará como primer mes de la segunda mitad, el mes inmediato posterior al que corresponda la mitad del
ejercicio.

Cuando el contribuyente no disminuya en un ejercicio la pérdida fiscal ocurrida en ejercicios anteriores, pudiéndolo haber
hecho conforme a este artículo, perderá el derecho a hacerlo posteriormente hasta por la cantidad en que pudo haberlo
efectuado.

II. El derecho de disminuir pérdidas fiscales es personal del contribuyente que las sufre y no podrá ser transmitido por
acto entre vivos ni como consecuencia de la enajenación del negocio. En el caso de realizarse actividades
empresariales, sólo por causa de muerte podrá transmitirse el derecho a los herederos o legatarios, que continúen
realizando las actividades empresariales de las que derivó la pérdida.

Las pérdidas fiscales que obtengan los contribuyentes por la realización de las actividades a que se refiere esta Sección,
sólo podrán ser disminuidas de la utilidad fiscal derivada de las propias actividades a que se refiere la misma.

Para los efectos de esta Sección, para la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, la renta
gravable a que se refieren los artículos 123, fracción IX, inciso e) de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 120 y 127, fracción III de la Ley Federal del Trabajo, será la utilidad fiscal que resulte de conformidad con
este artículo.

Para la determinación de la renta gravable en materia de participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas, los contribuyentes deberán disminuir de los ingresos acumulables las cantidades que no hubiesen sido
deducibles en los términos de la fracción XXX del artículo 28 de esta Ley.

En el caso de que el contribuyente obtenga ingresos por actividades empresariales y servicios profesionales en el mismo
ejercicio, deberá determinar la renta gravable que en términos de esta Sección corresponda a cada una de las
actividades en lo individual; para estos efectos, se aplicará la misma proporción que se determine en los términos del
artículo anterior.
65
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

manera en que se aplicarán los beneficios otorgados para los


contribuyentes del sector primario, como son la exención y la
reducción del impuesto determinado, que dicho sea de paso, no
aplican para los contribuyentes del régimen general.

En dichas porciones normativas se establece, en síntesis, lo


siguiente:

a) Personas morales que se dedican en exclusiva a las


actividades del sector primario, no pagaran el impuesto sobre la renta,
respecto de ingresos que provengan de dichas actividades, hasta un
monto, en el ejercicio, de veinte veces el salario mínimo general
correspondiente al área geográfica del contribuyentes, elevado al año,
por cada uno de sus socios o asociados, pero que en su totalidad no
exceda un monto de doscientas veces el salario mínimo general
correspondiente al área del Distrito Federal –ahora Ciudad de
México–, elevado al año.

b) Personas físicas que también se dediquen a las


actividades mencionadas, la exención se efectuará hasta por un monto
de cuarenta veces el salario mínimo general correspondiente al
contribuyente, elevado al año.

c) Personas físicas y morales que realicen en exclusiva las


aludidas actividades, pero que sus ingresos rebasen de veinte
–físicas– o cuarenta –morales– veces el salario mínimo general del
área del contribuyente elevado al año, respectivamente; pero que
dichos ingresos sean inferiores a la cantidad de cuatrocientas
veintitrés veces el salario mínimo general del área geográfica del
contribuyente, elevado al año, podrán aplicar las exenciones previstas
en los incisos a) y b).

Por el excedente se pagará el impuesto conforme a lo previsto a


la fracción II del párrafo séptimo del artículo 74 de la Ley del Impuesto
sobre la Renta.16
16
“(…)
II. Para calcular y enterar el impuesto del ejercicio de cada uno de sus integrantes, determinarán la utilidad gravable del
ejercicio aplicando al efecto lo dispuesto en el artículo 109 de esta Ley. A la utilidad gravable determinada en los
términos de esta fracción, se le aplicará la tarifa del artículo 152 de esta Ley, tratándose de personas físicas, o la tasa
establecida en el artículo 9 de la misma, en el caso de personas morales.

Contra el impuesto que resulte a cargo en los términos del párrafo anterior, se podrán acreditar los pagos provisionales
efectuados por la persona moral. (…)”
66
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

La suma que resulte del cálculo precisado en la


mencionada porción normativa –impuesto
determinado–, se reducirá para personas físicas un
cuarenta por ciento y, para personas morales un treinta por ciento.

d) Para las sociedades o asociaciones de productores


dedicadas exclusivamente a las actividades del sector primario, que se
constituyan sólo por personas físicas, y que cada uno de ellos tenga
ingresos superiores a veinte veces el salario mínimo general del área
geográfica correspondiente, elevado al año, pero que no excedan de
cuatrocientas veintitrés veces el salario mínimo general del área
geográfica elevado al año, podrán efectuar la exención delimitada en
el inciso a); siempre que los ingresos de la sociedad o asociación, en
su totalidad, no excedan de cuatro mil doscientas treinta veces el
salario mínimo general del área geográfica del contribuyente elevada
al año.

Por el excedente que resulte de la aplicación de ese beneficio


—exención—, se pagará el impuesto correspondiente conforme a lo
previsto a la fracción II del párrafo séptimo del artículo 74 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta y, a esa cantidad —impuesto determinado—,
se le restará el treinta por ciento.

Cabe precisar en este punto que el tramo de ingresos hasta por


el cual se puede aplicar la reducción del impuesto determinado
—tratándose de los contribuyentes a los que se hace referencia en
este inciso— tiene como límite 4230 veces el salario mínimo general
correspondiente elevado al año.

Asimismo, si hay ingresos que excedan el monto señalado en el


párrafo que precede, por estos se determina el impuesto a pagar sin
poder aplicarle una reducción

e) Las personas físicas y morales, dedicadas en exclusiva al


desarrollo de las actividades del sector primario, que sus ingresos en
el ejercicio rebasen los montos citados en el c), respectivamente, es
decir, sean mayores de veinte o cuarenta salarios mínimos generales
del área geográfica elevado al año, así como que también excedan de

67
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

cuatrocientas veintitrés veces el salario mínimo general del área


geográfica correspondiente elevado al año; podrán aplicar las
exenciones de los incisos a) y b), respectivamente.

Cabe aclarar que en este supuesto, el monto que no rebase el


límite de las 423 veces el salario mínimo general, elevado al año, será
la cantidad que después de sometida a la tasa del 30% tratándose de
personas morales y la tarifa correspondiente, tratándose de personas
físicas, se verá beneficiada con la reducción del impuesto
determinado.

Mientras que el excedente de ese límite, una vez que se aplique


la tasa impositiva del 30%, no podrá ser sujeta de la reducción aludida.

De lo anterior puede concluirse que, en términos generales, las


personas físicas y morales que tributan en este régimen gozan de un
tramo de ingresos exento, de otro tramo de ingresos cuyo impuesto
—una vez determinado— es susceptible de reducción y, sólo en caso
de que exista un diverso tramo de ingresos excedente a los anteriores,
será —únicamente respecto de esa porción— que se calculará el
impuesto respectivo aplicando la tasa o tarifa respectiva sin reducción
alguna sobre el monto a pagar.

Ahora, tratándose de las sociedades y asociaciones de


productores, constituidas exclusivamente por personas físicas, a que
se refiere el décimo tercer párrafo del artículo 74 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, los montos aplicables a los tramos de
ingresos a los cuales se ha hecho referencia son los siguientes:

68
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Precisado lo anterior, es importante destacar que el régimen


general (personas morales), prevé una mecánica para el cálculo del
impuesto del ejercicio.

En efecto, la mecánica general de cálculo del impuesto sobre la


renta para el régimen general se establece en los numerales que se
transcriben a continuación:

“Artículo 9. Las personas morales deberán calcular el impuesto


sobre la renta, aplicando al resultado fiscal obtenido en el
ejercicio la tasa del 30%.

El resultado fiscal del ejercicio se determinará como sigue:

I. Se obtendrá la utilidad fiscal disminuyendo de la totalidad de


los ingresos acumulables obtenidos en el ejercicio, las
deducciones autorizadas por este Título y la participación de los
trabajadores en las utilidades de las empresas pagada en el
ejercicio, en los términos del artículo 123 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.

69
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

II. A la utilidad fiscal del ejercicio se le disminuirán, en su caso,


las pérdidas fiscales pendientes de aplicar de ejercicios
anteriores.

El impuesto del ejercicio se pagará mediante declaración que


presentarán ante las oficinas autorizadas, dentro de los tres
meses siguientes a la fecha en la que termine el ejercicio fiscal.

Para determinar la renta gravable a que se refiere el inciso e) de


la fracción IX del artículo 123, apartado A de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, no se disminuirá la
participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas pagada en el ejercicio ni las pérdidas fiscales
pendientes de aplicar de ejercicios anteriores.

Para la determinación de la renta gravable en materia de


participación de los trabajadores en las utilidades de las
empresas, los contribuyentes deberán disminuir de los ingresos
acumulables las cantidades que no hubiesen sido deducibles en
los términos de la fracción XXX del artículo 28 de esta Ley.”

Del precepto que antecede, se desprende que, en términos


generales, para efectos del régimen general (personas morales), el
cálculo del impuesto sobre la renta se deben realizar las operaciones
siguientes:

Ingresos acumulables

(-) Deducciones autorizadas

AL RESULTADO OBTENIDO

Participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas


(-)
pagadas en el ejercicio.

(=) UTILIDAD FISCAL

(-) Pérdidas fiscales pendientes de aplicar de ejercicios anteriores

(=) RESULTADO FISCAL

(x) Tasa del ISR

(=) IMPUESTO DEL EJERCICIO

Sin que del articulado respectivo a este régimen se advierta


disposición alguna en la que se otorgue a los contribuyentes la
posibilidad de realizar exención o reducción del impuesto determinado;
70
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

de ahí que como se señaló con anterioridad, de la


mecánica del cálculo del impuesto sobre la renta para
el régimen general (personas morales), no se
desprende la existencia de beneficios fiscales como
los que se prevén para el régimen el sector primario.

En esa tesitura, como se ha expuesto, a pesar que en el régimen


de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras, se prevé
la aplicación de una tasa impositiva del 30% para personas morales, la
cual coincide con la del régimen general; lo cierto es que el elemento
de la tasa o tarifa no de modo alguno puede llevar a la convicción que
existe un trato idéntico entre la forma en que tributan los sujetos que
se ubican en el sector primario y los diversos del régimen general;
debido a que la mecánica de cada uno de estos sistemas tributarios se
compone de distinta forma.

En efecto, en el artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la


Renta, se estableció que el cálculo del impuesto del ejercicio, se ve
impactado por los beneficios fiscales que otorgó el legislador, con la
finalidad de reconocer las características de este sector; dado que, en
principio, los ingresos de las actividades propias del régimen, se ven
disminuidos por la exención correspondiente, para después, una vez
aplicada la tasa impositiva, dicha cantidad se ve disminuida por la
reducción del impuesto determinado y, sólo en caso de que existieran
ingresos que superen los “tramos” de exención y reducción, se
aplicará la tasa o tarifa respectiva (dependiendo si se trata de persona
moral o física) sobre dicho excedente.

Por su parte, el régimen general (personas morales), a pesar que


aplica una tasa similar del 30%, no prevé dentro de su mecánica, la
obtención de una exención o de reducción del impuesto determinado,
ya que como ha quedado precisado, ese sistema no goza de los
beneficios que sí se otorgaron en el régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas o pesqueras.

Conforme a lo anterior, se insiste, es inexacta la premisa


esbozada por las quejosas, así como por el Juez de Distrito, en el
sentido de que la aplicación de una tasa impositiva similar conlleva a
establecer un tratamiento igual entre el régimen general y el diverso de

71
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

actividades agropecuarias; puesto que hasta este punto se ha


demostrado que no puede atenderse únicamente a la tasa aplicable,
sino debe observarse la manera en que se calcula el impuesto del
ejercicio, los elementos que inciden en su determinación y los
beneficios tributarios que apliquen en cada caso; de ahí que esta
Segunda Sala estima que no se está frente a un tratamiento fiscal
similar, sino por el contrario, para los contribuyentes del sector
primario se encuentra contemplado un mecanismo de determinación
del impuesto sobre la renta diferenciado frente al dispuesto para el
régimen general aplicable a las personas morales.

Ello, en la medida en que la base gravable se obtiene de modo


diferente, pero sobre todo los elementos relativos a los beneficios
tributarios destinados en exclusiva para el régimen agropecuario,
ponen de relieve que existe un tratamiento distinto, por tanto, no
soportan cargas tributarias idénticas; consecuentemente, los artículos
reclamados no son violatorios del principio de equidad tributaria al no
revelarse un trato igual entre contribuyentes disímiles.

Por tanto, son fundados de los agravios expresados por el


Presidente de la República respecto del argumento central por el que
el A quo concedió el amparo impugnado; lo conducente es revocar la
sentencia recurrida y, en términos del artículo 93, fracción VI, de la Ley
de Amparo, analizar el resto de los conceptos de violación, incluidos
los argumentos contenidos en la segunda, tercer y cuarta parte del
primer motivo de disenso expresado por las quejosas.

SEXTO. Estudio de los conceptos de violación.

3. Equidad tributaria. En el régimen de actividades


agropecuarias se aplican dos tasas impositivas diferenciadas,
lo que genera tratos tributarios diversos injustificados.

En los incisos C, D y E del primer concepto de violación, las


quejosas argumentan que el artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre
la Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación el once de
diciembre de dos mil trece, transgrede el derecho de equidad
tributaria.

72
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Lo anterior, puesto que —afirman— en el


señalado dispositivo legal, se prevén dos tasas
distintas para la determinación del impuesto en
cuestión, circunstancia que no se suscita en el
régimen general de las personas morales, en donde únicamente se
aplica una tasa para todos los contribuyentes.

Indican que en el caso del régimen del sector agropecuario, en


virtud de los ingresos que se obtengan, se aplicará por un determinado
rango una tasa del 21%, mientras que por el resto se ejercerá una del
30%, circunstancia que no acontece en el supuesto del régimen
general (personas morales), en donde se aplica una tasa única.

En ese sentido, el trato inequitativo que denuncian radica en que


respecto del régimen general (personas morales) sí se respeta la
capacidad contributiva al aplicárseles una tasa impositiva, mientras
que para los contribuyentes del sector primario no acontece, debido a
que se aplican dos tasas distintas entre sí.

Estiman que el hecho de que se deba atender a los ingresos que


obtengan para determinar la aplicación de esas tasas diferenciadas,
no perite apreciar verdaderamente su capacidad contributiva, como en
su caso sí sucede con el régimen general.

Asimismo, argumentan que los artículos impugnados otorgan un


trato inequitativo entre los sujetos pasivos del régimen de actividades
agropecuarias, en la medida en que se aplican dos tasas impositivas
diferencias.

Insisten en que por un rango de ingresos se aplica una tasa del


21%, mientras que por otro la del 30%, lo cual representa un trato
desigual entre iguales.

Dichos motivos de disenso son infundados.

En primer lugar, cabe destacar que en parte alguna de los


preceptos reclamados —transcritos anteriormente a pie de página—
se prevé que para determinar el impuesto a pagar, en el régimen de

73
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y pesqueras, deba


aplicarse una tasa del 21%.

Por lo contrario, conforme a la fracción II del séptimo párrafo del


artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, para calcular y
enterar el impuesto del ejercicio, tratándose de personas morales
—como es el caso de las quejosas—, debe aplicarse la tasa
establecida en el artículo 9 del propio ordenamiento, es decir, la del
30%.

Asimismo, los párrafos décimo segundo, décimo tercero y


décimo cuarto del artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la Renta,
remiten a la fracción II del séptimo párrafo del propio numeral para
efectos de la determinación del tributo.

En consecuencia, para efectos de la determinación del impuesto


en el régimen de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y
pesqueras, tratándose de las personas morales, la tasa aplicable será
la del 30%.

Ahora, como se estableció en párrafos precedentes, en términos


generales, las personas físicas y morales que tributan en este régimen
gozan de los beneficios de un tramo de ingresos exento, otro tramo de
ingresos cuyo impuesto, una vez determinado, es susceptible de
reducción y, sólo en caso de que exista un diverso tramo de ingresos
excedente a los anteriores, se calculará el impuesto correspondiente a
dichos ingresos excedentes aplicando la tasa o tarifa respectiva, sin
reducción alguna sobre el monto a pagar.

Lo anterior, debido a que los beneficios de exención y reducción


de impuesto están limitados a los montos previstos —según sea el
caso— en los artículos reclamados, por lo cual, las cantidades que
exceden de dichos montos no pueden acceder a tales beneficios.

En ese orden de ideas, tanto para determinar el impuesto que


puede reducirse como para el cálculo correspondiente a aquél que no
es susceptible de reducción, se aplica —en el caso de las personas
morales— la tasa del 30%.

Lo anterior, se expone gráficamente de la forma siguiente:


74
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Consecuentemente, esta Segunda Sala arriba a la convicción


que tratándose del cálculo del impuesto sobre la renta para el régimen
de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras, los
contribuyentes aplican una sola tasa impositiva, es decir, la del 30%,
tanto para el cálculo del impuesto a pagar por el tramo de ingresos
susceptible de reducción, como para el diverso en el cual no se puede
reducir el tributo determinado.

En efecto, en ambos “tramos de ingresos” el contribuyente debe


emplear la tasa del 30% para efectuar la determinación del tributo; sin
embargo, la diferencia entre ellos radica en que sólo a uno le resulta
aplicable el beneficio consistente en la reducción del impuesto ya
determinado, pero ello en forma alguna implica que los preceptos
reclamados establezcan que el impuesto se calculará aplicando para
ello una tasa del 21%.

75
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Por tanto, sólo en el caso del tramo de ingresos susceptible de


reducción, se aminora el impuesto ya determinado en un 30%. De ahí
que resulte inexacta la afirmación de las quejosas en el sentido que se
aplican dos tasas diferenciadas entre sí.

Cabe aclarar que no es óbice a lo anterior el hecho de que en el


dictamen de la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara
de Diputados se haya establecido cuál es el efecto del beneficio
consistente en la reducción de impuesto aplicable al régimen de
referencia, lo cual se aprecia de la siguiente transcripción.

“Tomando en cuenta lo expuesto anteriormente, la que


Dictamina considera adecuado modificar la propuesta del
Ejecutivo que pretende que las personas morales que se
dediquen exclusivamente a la realización de actividades
agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras para efectos de
determinar el impuesto sobre la renta correspondiente acumulen
y deduzcan sus ingresos y erogaciones conforme al esquema de
devengado, y restablecer el esquema base de flujo de efectivo
contenido en la Ley del ISR que se abroga, a efecto de que
acumulen sus ingresos y deduzcan sus gastos en el momento
en que los mismos sean efectivamente percibidos o erogados.
Además el esquema de base de flujo de efectivo permite
eliminar los ajustes por inflación que deben realizar las personas
morales del régimen general respecto de los ingresos en crédito
que tuvieran y sobre los cuales ya hubieran pagado el impuesto,
simplificando para este sector la determinación del impuesto
sobre la renta.

Con base en las anteriores consideraciones y a fin de evitar


problemas de capitalización, falta liquidez y pérdidas, en
empresas del sector agropecuario que pudieran limitar la oferta
de productos del campo y para no generar efectos negativos
para el desarrollo y fortalecimiento de las actividades primarias,
la que Dictamina considera conveniente que las personas físicas
y morales que a la entrada en vigor de la nueva Ley del ISR
tributaban en forma individual o como integrantes de una
persona moral en el Régimen Simplificado, continúen
cumpliendo sus obligaciones fiscales en base a flujo establecido
para las personas físicas con actividades empresariales.

Asimismo, que se continúen otorgando algunos de los beneficios


que actualmente goza el sector primario, pero acotándolos,
conforme a lo siguiente:
76
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

1. La exención en el ISR para las personas


morales hasta por 20 salarios mínimos anuales
del área geográfica del contribuyente por cada
uno de sus socios o asociados, siempre que no exceda de 200
veces el salario mínimo correspondiente al área geográfica del
Distrito Federal, elevado al año.

2. La exención en el ISR para el caso de personas físicas será


hasta por 40 salarios mínimos anuales del área geográfica del
contribuyente.

3. Las personas morales con ingresos que excedan al monto de


la exención que le corresponda de acuerdo al número de socios
y hasta 338 salarios mínimos anuales, adicionalmente podrán
aplicar una reducción del ISR de 30%, de tal forma que la tasa
del impuesto que enfrenten sea del 21%.

4. Las personas físicas con ingresos de más de 40 salarios


mínimos anuales del área geográfica del contribuyente y hasta
338 salarios mínimos anuales, aplicarán la exención de hasta 40
salarios mínimos anuales y por el excedente podrán aplicar una
reducción del ISR de 40%, de tal forma que la tasa del impuesto
que enfrenten sea del 21%.

5. Las personas físicas y morales con ingresos superiores a 338


salarios mínimos anuales, podrán aplicar la exención y reducción
hasta los límites referidos en los numerales que anteceden, y por
el excedente de 338 salarios mínimos anuales no podrán aplicar
reducción alguna del ISR.

6. Facultar al Servicio de Administración Tributaria para otorgar


facilidades administrativas al sector primario para el
cumplimiento de sus obligaciones fiscales.”

De lo anterior, se aprecia que la referencia a una “tasa efectiva”


del 21% se realizó con la mera intención de señalar cuál sería el
beneficio real que genera la reducción del impuesto determinado, pero
no por ello se estableció cálculo del tributo se realizaría aplicando dos
tasas diversas como lo afirman las quejosas.

De tal forma, al no existir precepto que establezca la aplicación


de tasas diversas en el régimen de actividades agrícolas, ganaderas,
silvícolas y pesqueras, en consecuencia, no existen tampoco los tratos
77
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

diferenciados que aducen las quejosas entre las diversas personas


que integran tal régimen, ni entre las de éste respecto de aquellas que
se encuentran en el general de las personas morales.

Por ende, es infundado el argumento analizado, consistente en


que se aplican dos tasas diferenciadas entre sí para efectos del
cálculo del impuesto a pagar en el régimen de tributación
correspondiente al sector primario.

4. Proporcionalidad tributaria. Fijación de dos tasas


impositivas que se aplican en razón de los ingresos que perciba
el contribuyente.

En los apartados B y C del segundo concepto de violación, las


quejosas arguyen que el artículo 74 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación el once de
diciembre de dos mil trece, transgrede el principio de proporcionalidad
tributaria.

Ello, debido a que tal dispositivo legal impugnado obliga a los


contribuyentes a aplicar dos tasas impositivas dependiendo de los
ingresos que se perciban en el ejercicio, sin que en la especie, se
estipule un mecanismo que progresividad que compense la disparidad
entre las tasas impositivas.

Aseveran que el establecimiento de dos tasas impositivas es


violatorio del principio de proporcionalidad tributaria, en la medida que
el criterio por el cual se fija la tasa a aplicar, depende de los ingresos
que perciba en el ejercicio el contribuyente, elemento que no revela la
capacidad contributiva del sujeto pasivo.

Cuestión que sí se prevé en el caso del régimen general de las


personas morales, en donde se establece una sola tasa impositiva que
se aplica en razón de la base gravable que se determine.

De ahí que, a consideración de las impetrantes de garantías, es


desproporcional la imposición de dos tasas diferenciadas que atienden
a un elemento sustancial que no denota capacidad de contribuir a los
gastos del Estado.

78
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Los relatados argumentos devienen


inoperantes.

Así es, la inoperancia mencionada radica en que


las quejosas edifican los anunciados motivos de disenso sobre la
premisa de que tratándose del régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas y pesqueras, los contribuyentes deben aplicar
dos tasas impositivas, circunstancia que ha sido develada como
inexacta por esta Segunda Sala en párrafos anteriores.

Conforme a lo expuesto con antelación, este Alto Tribunal ha


establecido que conforme a la mecánica para el cálculo del impuesto
sobre la renta para efectos del régimen del sector primario, no existe la
fijación en ley de dos tasas impositivas diferenciadas entre sí, como
aseguran las quejosas, motivo por el cual, si su argumento se hace
depender de una premisa falsa, se advierte un impedimento técnico
que imposibilita el estudio de sus consideraciones.

Es aplicable las jurisprudencia 2a./J. 108/2012 (10a.), de rubro y


texto que se transcriben:

“AGRAVIOS INOPERANTES. LO SON AQUELLOS QUE SE


SUSTENTAN EN PREMISAS FALSAS. Los agravios cuya
construcción parte de una premisa falsa son inoperantes, ya que
a ningún fin práctico conduciría su análisis y calificación, pues al
partir de una suposición que no resultó verdadera, su conclusión
resulta ineficaz para obtener la revocación de la sentencia
recurrida.” 17

De igual forma corrobora las anteriores consideraciones la


jurisprudencia 2a./J. 188/2009, de rubros y textos siguientes:

“AGRAVIOS INOPERANTES EN LA REVISIÓN. SON


AQUÉLLOS EN LOS QUE SE PRODUCE UN IMPEDIMENTO
TÉCNICO QUE IMPOSIBILITA EL EXAMEN DEL
PLANTEAMIENTO QUE CONTIENEN. Conforme a los
artículos 107, fracción III, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 83, fracción IV, 87, 88 y 91,
fracciones I a IV, de la Ley de Amparo, el recurso de revisión es
17
Décima Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 3, Página: 1326,
Registro: 2001825.
79
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

un medio de defensa establecido con el fin de revisar la


legalidad de la sentencia dictada en el juicio de amparo
indirecto y el respeto a las normas fundamentales que rigen el
procedimiento, de ahí que es un instrumento técnico que tiende
a asegurar un óptimo ejercicio de la función jurisdiccional, cuya
materia se circunscribe a la sentencia dictada en la audiencia
constitucional, incluyendo las determinaciones contenidas en
ésta y, en general, al examen del respeto a las normas
fundamentales que rigen el procedimiento del juicio, labor
realizada por el órgano revisor a la luz de los agravios
expuestos por el recurrente, con el objeto de atacar las
consideraciones que sustentan la sentencia recurrida o para
demostrar las circunstancias que revelan su ilegalidad. En ese
tenor, la inoperancia de los agravios en la revisión se presenta
ante la actualización de algún impedimento técnico que
imposibilite el examen del planteamiento efectuado que puede
derivar de la falta de afectación directa al promovente de la
parte considerativa que controvierte; de la omisión de la
expresión de agravios referidos a la cuestión debatida; de su
formulación material incorrecta, por incumplir las condiciones
atinentes a su contenido, que puede darse: a) al no controvertir
de manera suficiente y eficaz las consideraciones que rigen la
sentencia; b) al introducir pruebas o argumentos novedosos a
la litis del juicio de amparo; y, c) en caso de reclamar infracción
a las normas fundamentales del procedimiento, al omitir
patentizar que se hubiese dejado sin defensa al recurrente o su
relevancia en el dictado de la sentencia; o, en su caso, de la
concreción de cualquier obstáculo que se advierta y que impida
al órgano revisor el examen de fondo del planteamiento
propuesto, como puede ser cuando se desatienda la naturaleza
de la revisión y del órgano que emitió la sentencia o la
existencia de jurisprudencia que resuelve el fondo del asunto
planteado.”18

5. Proporcionalidad tributaria. La homologación de la


tasa no guarda una relación racional con la finalidad por la cual
fue establecida dicha medida (test de proporcionalidad).

En el apartado D del segundo concepto de violación, las


quejosas alegan que los artículos impugnados son inconstitucionales,
en la medida que los fines perseguidos por el legislador no guardan
relación con las medidas impuestas en los artículos reclamados.

18
Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XXX, Noviembre de 2009. Página: 424.
Registro: 166031.
80
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Sostienen que del proceso legislativo que motivó


la expedición de los preceptos legales impugnados, se
advierte que el legislador pretendió eliminar los
tratamientos fiscales preferenciales para evitar
distorsiones e inequidad en el sistema tributario del país; empero, en
la realidad, lejos de reducir los tratos en cita, se generaron efectos
contrarios (inequidad y distorsiones).

Por tanto, existe una relación desproporcional entre los medios


adoptados y los fines pretendidos, situación que conduce al
establecimiento de un gravamen que no atiende a la capacidad
contributiva de los sujetos pasivos.

Además, mencionan que los fines pretendidos por el legislador


no se satisfacen, en la medida en que trata de manera igual a sujetos
pasivos que se encuentran en situaciones diversas.

Bajo esas consideraciones, lo conducente es que las


disposiciones reclamadas sean analizadas conforme al test de
proporcionalidad, para dilucidar si en realidad obedecen a una
finalidad constitucionalmente válida, si es adecuada respecto del fin
que se pretende y si en la consecución del objetivo deseado no se
afecta innecesariamente o injustificadamente algún derecho de los
gobernados. Al respecto citan la tesis 1ª. LIII/2012 emitida por la
Primera Sala de este Alto Tribunal, de rubro “TEST DE
PROPORCIONALIDAD DE LAS LEYES FISCALES. EN ATENCIÓN A LA
INTENSIDAD DEL CONTROL CONSTITUCIONAL DE LAS MISMAS, SU
APLICACIÓN POR PARTE DE LA SUPREMA CORTE REQUIERE DE UN MÍNIMO Y
NO DE UN MÁXIMO DE JUSTIFICACIÓN DE LOS ELEMENTOS QUE LO
CONFORMAN.”

Al respecto, el concepto de violación es infundado.

En primer lugar, debe precisarse que aun cuando las quejosas


aseveran que los preceptos reclamados transgreden el principio de
proporcionalidad tributaria, de los razonamientos bajo los cuales
sustentan esa conclusión, se aprecia que en realidad plantean
aspectos que se refieren al principio de equidad tributaria.

81
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En efecto, los argumentos de las quejosas medularmente se


refieren a que la homologación o aplicación de una misma tasa genera
inequidad y distorsiones en el sistema impositivo en la medida en que
trata de manera igual a sujetos pasivos que se encuentran en
situaciones diversas —contribuyentes del régimen de actividades
agrícolas, ganaderas, silvícolas y pesqueras, frente a los del régimen
general aplicable a las personas morales—.

Asimismo, los argumentos de las quejosas se dirigen a combatir


los motivos y razones que legislador consideró para la implementación
del régimen de actividades del sector primario, así como su idoneidad
para lograr los fines de evitar distorsiones e inequidades en el sistema
tributario del impuesto sobre la renta, lo cual pretenden que se lleve a
cabo a través de la aplicación de un test de proporcionalidad.

Tales aspectos se relacionan con el principio de igualdad


tributaria, pues éste radica en que las disposiciones tributarias deben
tratar de manera igual a quienes se encuentren en una situación
idéntica y de manera desigual a los sujetos del gravamen que se
ubiquen en una situación diversa, implicando, además, que para poder
cumplir con este principio el legislador no sólo está facultado sino que
tiene obligación de crear categorías o clasificaciones de
contribuyentes, a condición de que éstas no sean caprichosas,
arbitrarias, o creadas para hostilizar a determinadas clases o a un
universo de causantes, y que pueden responder a finalidades
económicas o sociales, razones de política fiscal o incluso
extrafiscales.

Lo anterior con apoyo en las tesis de jurisprudencia del Pleno de


este Alto Tribunal, cuyos rubros y datos de localización son los
siguientes:

“EQUIDAD TRIBUTARIA. SUS ELEMENTOS. El principio de


equidad no implica la necesidad de que los sujetos se
encuentren, en todo momento y ante cualquier circunstancia, en
condiciones de absoluta igualdad, sino que, sin perjuicio del
deber de los Poderes públicos de procurar la igualdad real, dicho
principio se refiere a la igualdad jurídica, es decir, al derecho de
todos los gobernados de recibir el mismo trato que quienes se
ubican en similar situación de hecho porque la igualdad a que se
refiere el artículo 31, fracción IV, constitucional, lo es ante la ley
82
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

y ante la aplicación de la ley. De lo anterior


derivan los siguientes elementos objetivos, que
permiten delimitar al principio de equidad
tributaria: a) no toda desigualdad de trato por la
ley supone una violación al artículo 31, fracción IV, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sino que
dicha violación se configura únicamente si aquella desigualdad
produce distinción entre situaciones tributarias que pueden
considerarse iguales sin que exista para ello una justificación
objetiva y razonable; b) a iguales supuestos de hecho deben
corresponder idénticas consecuencias jurídicas; c) no se prohíbe
al legislador contemplar la desigualdad de trato, sino sólo en los
casos en que resulta artificiosa o injustificada la distinción; y d)
para que la diferenciación tributaria resulte acorde con las
garantías de igualdad, las consecuencias jurídicas que resultan
de la ley, deben ser adecuadas y proporcionadas, para
conseguir el trato equitativo, de manera que la relación entre la
medida adoptada, el resultado que produce y el fin pretendido
por el legislador, superen un juicio de equilibrio en sede
constitucional.”19

“IMPUESTOS. PRINCIPIO DE EQUIDAD TRIBUTARIA


PREVISTO POR EL ARTÍCULO 31, FRACCIÓN IV,
CONSTITUCIONAL. De una revisión a las diversas tesis
sustentadas por esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en
torno al principio de equidad tributaria previsto por el artículo 31,
fracción IV, de la Constitución Federal, necesariamente se llega
a la conclusión de que, en esencia, este principio exige que los
contribuyentes de un impuesto que se encuentran en una misma
hipótesis de causación, deben guardar una idéntica situación
frente a la norma jurídica que lo regula, lo que a la vez implica
que las disposiciones tributarias deben tratar de manera igual a
quienes se encuentren en una misma situación y de manera
desigual a los sujetos del gravamen que se ubiquen en una
situación diversa, implicando, además, que para poder cumplir
con este principio el legislador no sólo está facultado, sino que
tiene obligación de crear categorías o clasificaciones de
contribuyentes, a condición de que éstas no sean caprichosas o
arbitrarias, o creadas para hostilizar a determinadas clases o
universalidades de causantes, esto es, que se sustenten en
bases objetivas que justifiquen el tratamiento diferente entre una
y otra categoría, y que pueden responder a finalidades

19
Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: V, Junio de 1997. Página: 43. Registro:
198403.
83
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

económicas o sociales, razones de política fiscal o incluso


extrafiscales.”20

La primera de estas tesis establece la existencia de ciertos


elementos objetivos que permiten delimitar el principio de equidad
tributaria, a saber:

a) No toda desigualdad de trato por la ley supone una violación


al artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, sino que dicha violación se configura únicamente si
aquella desigualdad produce distinción entre situaciones tributarias
que pueden considerarse iguales sin que exista para ello una
justificación objetiva y razonable;

b) A iguales supuestos de hecho deben corresponder idénticas


consecuencias jurídicas;

c) No se prohíbe al legislador contemplar la desigualdad de trato,


sino sólo en los casos en que resulta artificiosa o injustificada la
distinción; y,

d) Para que la diferenciación tributaria sea acorde con las


garantías de igualdad, las consecuencias jurídicas que resultan de la
ley, deben ser adecuadas y proporcionadas, para conseguir el trato
equitativo, de manera que la relación entre la medida adoptada, el
resultado que produce y el fin pretendido por el legislador, superen un
juicio de equilibrio en sede constitucional.

En ese sentido, la equidad radica en dar un trato igual a los


iguales y uno desigual a los desiguales, aunque no toda desigualdad
de trato establecida en la ley supone una violación a dicho principio,
siempre y cuando ello se base en razones objetivas.

Por otra parte, la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación ha sostenido que para el examen de la constitucionalidad
de una ley desde el punto de vista de la garantía de equidad tributaria,
es necesario valorar determinados pasos lógicos, de manera
escalonada, de forma tal que si se incumple con alguna de las
condiciones de que se trate será suficiente para estimar que existe
20
Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XI, Marzo de 2000. Página: 35. Registro:
192290.
84
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

una violación a dicha garantía constitucional, haciendo


innecesario el estudio de las demás.

Los pasos referidos, para determinar si se ha


producido un trato inequitativo, son los siguientes:

1) Que exista una diferencia de trato entre individuos o grupos


que se encuentren en una situación comparable.

2) En caso de que exista dicha situación comparable, debe


analizarse si la distinción legislativa obedece a una finalidad legítima.

3) De reunirse los requisitos anteriores, se estudiará si la


distinción constituye un medio apto y adecuado para conducir al fin u
objetivo que el legislador quiere alcanzar.

4) De cumplirse esas tres condiciones, se analizará si la


distinción es necesaria o no para lograr el objetivo perseguido por el
legislador, y en ese sentido se debe advertir que la norma no afecte de
manera desproporcionada o desmedida a los bienes y derechos
constitucionalmente protegidos.

Sustenta lo anterior, la jurisprudencia 2a./J. 31/2007, cuyos rubro


y texto son los siguientes:

“EQUIDAD TRIBUTARIA. CRITERIOS PARA DETERMINAR SI


EL LEGISLADOR RESPETA DICHO PRINCIPIO
CONSTITUCIONAL. Los criterios generales para determinar si
el legislador respeta el principio de equidad tributaria previsto en
el artículo 31, fracción IV, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, consisten en que: 1) exista una
diferencia de trato entre individuos o grupos que se encuentren
en una situación comparable (no necesariamente idéntica, sino
solamente análoga); 2) de existir esa situación comparable, la
precisión legislativa obedezca a una finalidad legítima (objetiva y
constitucionalmente válida); 3) de reunirse ambos requisitos, la
distinción constituya un medio apto y adecuado para conducir al
fin u objetivo que el legislador quiere alcanzar, es decir, que
exista una relación de instrumentalidad entre la medida
clasificatoria y el fin pretendido; y, 4) de actualizarse esas tres
condiciones, se requiere, además, que la configuración legal de
85
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

la norma no dé lugar a una afectación desproporcionada o


desmedida de los bienes y derechos constitucionalmente
protegidos. Por ende, el examen de constitucionalidad de una
ley bajo el principio de equidad tributaria precisa de la valoración
de determinadas condiciones, de manera escalonada,
generando que el incumplimiento de cualquiera de éstas sea
suficiente para estimar que existe una violación al indicado
principio constitucional, haciendo innecesario el estudio de las
demás.”21

De lo antes expuesto, se advierte que los argumentos que


plantean las quejosas en realidad se refieren a aspectos relacionados
con el principio de equidad tributaria.

Ello se corrobora con la propia tesis 1a. LIII/2012 que invocan las
quejosas, emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en la que se señala que el “test de proporcionalidad” se
emplea como un instrumento metodológico e interpretativo que
coadyuva al operador jurisdiccional a resolver los conflictos entre los
contenidos esenciales de disposiciones normativas fundamentales en
los que, esencialmente, se aduzca la violación al principio de equidad
tributaria, entendido éste como manifestación del derecho a la
igualdad.

La realización de dicho procedimiento metodológico tiene por


objeto efectuar una análisis de las razones sobre las cuales se
sostiene un trato inequitativo entre sujetos que se encuentren en un
mismo plano, en otras palabras, el test de proporcionalidad funge
como herramienta para que el juez de amparo pueda dilucidar si
tratándose de situaciones similares, se otorga un trato desigual, para
después concretar si esa desigualdad tiene asidero en razones
objetivas que persigan un fin constitucionalmente válido y que la
medida empleada sea proporcionalidad a la finalidad que se pretende
alcanzar.

Ante lo cual, el test de proporcionalidad —en materia fiscal—


encuentra su razón de ser cuando se expresan argumentos tendentes
a demostrar la violación al principio de equidad tributaria cuando

21
Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo: XXV, Marzo de 2007. Página: 334. Registro:
173029.
86
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

determinada norma jurídica otorga un trato disímil


entre sujetos que se ubican en un plano de igualdad.

Para tal efecto, en primer lugar, debe efectuarse


un juicio de igualdad mediante la equiparación de supuestos de hecho
que permitan verificar si existe o no un trato injustificado, esto a partir
de un término de comparación, en la medida en que el derecho a la
igualdad es fundamentalmente instrumental y siempre se predica
respecto de alguien o algo. 22

Por tanto, los argumentos de las quejosas no plantean violación


al principio de proporcionalidad tributaria, previsto en el artículo 31,
fracción V, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, sino que en realidad se refieren a aspectos tutelados por
el diverso principio de equidad tributaria.

En efecto, las quejosas confunden el principio de


proporcionalidad tributaria con el diverso principio de proporcionalidad
22
“TEST DE PROPORCIONALIDAD DE LAS LEYES FISCALES. EN ATENCIÓN A LA INTENSIDAD DEL CONTROL
CONSTITUCIONAL DE LAS MISMAS, SU APLICACIÓN POR PARTE DE LA SUPREMA CORTE REQUIERE DE UN
MÍNIMO Y NO DE UN MÁXIMO DE JUSTIFICACIÓN DE LOS ELEMENTOS QUE LO CONFORMAN. El principio de
proporcionalidad, como instrumento metodológico, es un procedimiento interpretativo para la resolución de conflictos
entre los contenidos esenciales de las disposiciones normativas fundamentales, que encuentra asidero constitucional en
los diversos principios de igualdad e interdicción de la arbitrariedad o exceso, previstos en los artículos 1o., 14 y 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Dicho principio opera principal, mas no exclusivamente, cuando
se aduce la violación al principio de igualdad o equidad tributaria como manifestación específica de éste, pues en ese
caso se requiere llevar a cabo, en primer lugar, un juicio de igualdad mediante la equiparación de supuestos de hecho
que permitan verificar si existe o no un trato injustificado, esto a partir de un término de comparación, en la medida en
que el derecho a la igualdad es fundamentalmente instrumental y siempre se predica respecto de alguien o algo. Así,
para verificar si el tratamiento desigual establecido por el legislador resulta constitucionalmente válido, en segundo lugar,
el principio de proporcionalidad se conforma de tres criterios, de conformidad con la jurisprudencia 1a./J. 55/2006,
consistentes en: a) que la distinción legislativa persiga una finalidad objetiva y constitucionalmente válida; b) que la
distinción establecida resulte adecuada o racional, de manera que constituya un medio apto para conducir al fin u
objetivo perseguido, existiendo una relación de instrumentalidad medio-fin y, c) la distinción debe ser proporcional, es
decir, no es válido alcanzar objetivos constitucionalmente legítimos de un modo abiertamente desproporcional. Ahora, en
materia tributaria la Suprema Corte consideró en la jurisprudencia 1a./J. 84/2006, que la intensidad del escrutinio
constitucional, a la luz de los principios democrático y de división de poderes, no es de carácter estricto, sino flexible o
laxo, en razón de que el legislador cuenta con una amplia libertad en la configuración normativa del sistema tributario
sustantivo y adjetivo, de modo que a fin de no vulnerar la libertad política del legislador, en campos como el mencionado,
en donde la propia Constitución establece una amplia capacidad de intervención y regulación diferenciada del Estado,
considerando que, cuando el texto constitucional establece un margen de discrecionalidad en ciertas materias, eso
significa que las posibilidades de injerencia del juez constitucional son menores y, por ende, la intensidad de su control
se ve limitada. Consecuentemente, la aplicación del principio de proporcionalidad por parte de la Suprema Corte en su
carácter de Tribunal Constitucional, implica que el cumplimiento de los criterios que lo integran requiere de un mínimo y
no de un máximo de justificación, es decir, basta que la intervención legislativa persiga una finalidad objetiva y
constitucionalmente válida; la elección del medio para cumplir tal finalidad no conlleva a exigirle al legislador que dentro
de los medios disponibles justifique cuál de todos ellos cumple en todos los grados (cuantitativo, cualitativo y de
probabilidad) o niveles de intensidad (eficacia, rapidez, plenitud y seguridad), sino únicamente determinar si el medio
elegido es idóneo, exigiéndose un mínimo y no máximo de idoneidad y, finalmente, debe existir una correspondencia
proporcional mínima entre el medio elegido y el fin buscado que justifique la intervención legislativa diferenciada entre
los sujetos comparables.” Tesis Aislada 1a. LIII/2012, Primera Sala,, Décima Época, Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, Libro VII, Abril de 2012, Tomo 1, página 882. Registro 2000683.
87
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

que se emplea como un instrumento metodológico para la resolución


de conflictos entre los contenidos esenciales de las disposiciones
normativas, que encuentra asidero constitucional en los diversos
principios de igualdad e interdicción de la arbitrariedad o exceso,
previstos en los artículos 1o., 14 y 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos.

Una vez precisado lo anterior, cabe destacar que en relación con


la pretendida violación al principio de equidad que plantean las
quejosas, en párrafos que anteceden del presente fallo se definió que
no puede establecerse que el régimen del sector primario otorga un
trato similar frente al régimen general de las personas morales,
únicamente bajo la comparación de las tasas aplicables.

En efecto, la comparación de un solo elemento del tributo —en


este caso la tasa— no permite determinar si se está gravando con la
misma intensidad a diversos sujetos, pues en todo caso, ello se podría
advertir de la comparación de los distintos elementos cuantitativos y
cualitativos bajo los cuales el legislador determinó diseñar el impuesto.

Dicho en otras palabras aunque a dos contribuyentes se les


aplicara la misma tasa fija o la misma cuota dentro de una tarifa con
un sistema de rangos, cuotas fijas y porcentajes aplicables sobre los
excedentes de los límites inferiores, ello no implicaría que se les está
gravando en forma idéntica, ya que la individualización del tributo
dependería de cómo se integra la base respectiva.

De igual forma se determinó que los preceptos reclamados no


generan un trato tributario similar a los causantes que se ubican en el
régimen de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y pesqueras y
los del general para personas morales.

Ello en virtud de que, en términos generales, las personas físicas


y morales que tributan en el primero de los referidos regímenes, gozan
de un tramo de ingresos exento, de otro tramo de ingresos cuyo
impuesto —una vez determinado— es susceptible de reducción y, sólo
en caso de que exista un diverso tramo de ingresos excedente a los
anteriores, será —únicamente respecto de esa porción— que se
calculará el impuesto respectivo aplicando la tasa o tarifa respectiva
sin reducción alguna sobre el monto a pagar.
88
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Mientras que en el régimen general de las


personas morales no se concede a los contribuyentes
la posibilidad de realizar exención o reducción del
impuesto determinado; de ahí que como se señaló con anterioridad,
de la mecánica del cálculo del impuesto sobre la renta para el régimen
general (personas morales), no se desprende la existencia de
beneficios fiscales como los que se prevén para el régimen el sector
primario.

En consecuencia, a pesar que en el régimen de actividades


agrícolas, ganaderas, silvícolas y pesqueras, se prevé la aplicación de
una tasa impositiva del 30% para personas morales, la cual coincide
con la del régimen general, lo cierto es que el elemento de la tasa no
puede llevar a la convicción que existe un trato idéntico entre la forma
en que tributan los sujetos que se ubican en el sector primario y los
diversos del régimen general; De ahí lo infundado de los correlativos
argumentos.

6. Derecho a la libre concurrencia o competencia.

Las quejosas tildan de inconstitucionales a los artículos 74 y 75


de la Ley del Impuesto sobre la Renta, publicada en el Diario Oficial de
la Federación el once de diciembre de dos mil trece, puesto que
consideran que se transgrede el numeral 28 de la Constitución
Federal.

Ello, en virtud que el régimen de actividades agrícolas,


ganaderas, silvícolas y pesqueras prevé un mecanismo por el cual se
obliga a los contribuyentes con mayores ingresos, que realizan las
mismas actividades que otros sujetos pasivos, a pagar el tributo
mediante tasas diferentes.

Sostienen que el mencionado régimen establece una ventaja


exclusiva a favor de los contribuyentes del sector primario que
obtienen ingresos menores a 423 veces el salario mínimo general
elevado al año, debido a que tributarán conforme a una tasa efectiva
del 21%; mientras que los sujetos pasivos que tengan ingresos
superiores a ese límite deberán hacerlo conforme a una tasa del 30%.

89
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

De ese modo, la tasa diferenciada generará una ventaja


exclusiva a favor de los contribuyentes con menores ingresos, en la
medida que podrán comercializar los productos a un precio más bajo
que el de otros que, a pesar que se dediquen a la misma actividad, se
vean obligados a imponer precios más altos debido a su mayor
percepción de ingresos, lo que contraviene el artículo 28 de la Ley
Fundamental.

Insisten en que el otorgamiento de la tasa preferencial del 21% a


los contribuyentes con ingresos menores a 423 veces el salario
mínimo general elevado al año, resta competitividad a los sujetos
pasivos que obtengan ingresos superiores al mencionado límite,
debido a que éstos deberán incrementar el precio de sus productos a
efecto de poder reinvertir sus utilidades.

Cabe destacar que la idea principal sobre la cual se erige el


agravio de las quejosas radica en que aducen que existe una ventaja
exclusiva para los contribuyentes que no rebasen el monto de ingresos
arriba cita, debido a que tributarán conforme a una tasa del 21%, lo
que no sucede en el caso de los que obtengan ingresos superiores al
límite multireferido.

Los anteriores motivos de disenso son infundados.

Ante todo, esta Segunda Sala estima pertinente reiterar que en


el caso las quejosas edifican su argumento sobre una idea inexacta, la
cual consiste en que los contribuyentes que no superen determinada
cantidad de ingresos en el ejercicio podrán efectuar la aplicación de
una tasa efectiva del 21%, para el cálculo del impuesto de que se
trata, mientras que el resto –que rebasen el límite de ingresos– deberá
hacerlo confirme a una tasa del 30%

Sin embargo, es menester aclarar que tal premisa es falsa, en la


medida que a lo largo de esta sentencia, se ha delimitado con
suficiente oportunidad, que en los preceptos reclamados no se
establece una tasa impositiva del 21% para el cálculo del impuesto
sobre la renta tratándose del régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas y pesqueras.

90
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Así es, ha quedado expuesto que todos los


contribuyentes que pertenecen al sector agropecuario
podrán aplicar los beneficios fiscales concedidos por
el legislador, a saber, exención de ingresos que no
serán susceptibles de gravamen y la reducción del impuesto
determinado, ya que con independencia de que superen o no el límite
de ingresos en el ejercicio relativo a 423 veces el salario mínimo
general elevado al año, podrán efectuar los beneficios relatados.

El elemento consistente en el límite de ingresos de mérito, sirve


de parámetro para definir el “tramo” de ingresos, por el cual se aplicará
la reducción del impuesto determinado; en virtud que en el caso que
se supere el monto de ingresos de referencia, deberá determinar el
excedente, el cual no podrá ser sujeto de la reducción de mérito.

Conforme a ello, es inconcuso que no existe una concesión en


exclusiva para los contribuyentes con ingresos menores, para que
ejerzan una tasa del 21%, debido a que todos los sujetos pasivos
(personas morales) deberán aplicar la tasa del 30% y las personas
físicas la tarifa que corresponda, ya sea a los ingresos que no sean
mayores a 423 veces el salario mínimo general elevado al año, así
como al excedente de dicha cantidad, en la inteligencia que la
reducción del impuesto determinado (30% personas morales y 40%
personas físicas) únicamente será aplicado por lo que hace al “tramo”
correspondiente a la cantidad de ingresos que no supere el límite en
cita.

De modo tal que el beneficio de la reducción del impuesto


determinado puede ser aplicado por todos los contribuyentes del
sector primario, pero bajo la mecánica que se ha confirmado en la
presente sentencia; de ahí que estribe lo inexacto del argumento de
las quejosas en el sentido que existe una ventaja exclusiva par
determinado grupo de contribuyentes en razón de sus ingresos.

Aunado a lo anterior, debe considerarse que los artículos 25, 27


y 28 de la Norma Fundamental establecen que el Estado será rector
del desarrollo económico nacional e intervendrá en la regulación del
fenómeno económico, con el propósito de proteger el interés social.

91
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En efecto, el texto constitucional otorga facultades al Poder


Ejecutivo Federal en materia de planeación del desarrollo, con la
participación del Poder Legislativo Federal, en los términos previstos
en el artículo 73, fracción XXIX-D, de la Ley Fundamental. 23

No obstante, dichas facultades no pueden llegar al extremo de


incidir en las atribuciones que se ejercen en materia tributaria, las
cuales se fundan en los preceptos constitucionales que prevén la
facultad del Congreso General de imponer contribuciones –73,
fracción VII–24 y el derecho subjetivo respectivo –31, fracción IV–. 25

Además, la Segunda Sala de esta Suprema Corte de Justicia de


la Nación, en la jurisprudencia de rubro “RECTORÍA ECONÓMICA DEL
ESTADO EN EL DESARROLLO NACIONAL. EL ARTÍCULO 25 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS NO OTORGA
A LOS GOBERNADOS GARANTÍA INDIVIDUAL ALGUNA PARA EXIGIR, A TRAVÉS
DEL JUICIO DE AMPARO, QUE LAS AUTORIDADES ADOPTEN CIERTAS
MEDIDAS, A FIN DE CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS RELATIVOS A AQUÉLLA. ”26,
estableció que, en el juicio de amparo, no puede hacerse valer
derecho alguno derivado de los artículos constitucionales que rigen en
materia económica; debido a que no es posible que los gobernados
23
“Artículo 73.- El Congreso tiene facultad:
(…)

XXIX-D.- Para expedir leyes sobre planeación nacional del desarrollo económico y social, así como en materia de
información estadística y geográfica de interés nacional.
(…)"

24
“Artículo 73.- El Congreso tiene facultad:
(…)
VII.- Para imponer las contribuciones necesarias a cubrir el Presupuesto.
(…)”
25

“Art. 31.- Son obligaciones de los mexicanos:


(…)
IV.- Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como de los Estados, de la Ciudad de México y del
Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes.”
26

Jurisprudencia 2ª./J 1/2009; Instancia: Segunda Sala; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo
XXIX, febrero de 2009, página 461.

De contenido siguiente: “El citado precepto establece esencialmente los principios de la rectoría económica del Estado
para garantizar el crecimiento económico del país, lo que se logrará mediante acciones estatales que alienten a
determinados sectores productivos, concedan subsidios, otorguen facilidades a empresas de nueva creación, concedan
estímulos para importación y exportación de productos y materias primas y sienten las bases de la orientación estatal
por medio de un plan nacional; sin embargo, no concede garantía individual alguna que autorice a los particulares a
exigir, a través del juicio de amparo, que las autoridades adopten ciertas medidas para cumplir con tales encomiendas
constitucionales, pues el pretendido propósito del artículo 25 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, se dirige a proteger la economía nacional mediante acciones estatales fundadas en una declaración de
principios contenida en el propio precepto de la Ley Fundamental .”
92
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

exijan, mediante la interposición del juicio de amparo,


que las autoridades fijen medidas específicas en
materia económica o tributaria para lograr el
crecimiento productivo del país.

Adicionalmente, debe tenerse en cuenta que los artículos 25, 26,


27 y 28 forman parte de la estructura orgánica de la Constitución
Federal no establecen derecho humano alguno relacionado con la
competitividad económica, cuando corresponde al Estado, a través de
los Poderes Ejecutivo y Legislativo, decidir la política económica y
tributaria a seguir para generar el bienestar de la población, bajo las
consideraciones que en un momento determinado consideren
convenientes.

En este sentido, se ha determinado que no puede aducirse la


inconstitucionalidad de porciones normativas en materia tributaria
mediante el planteamiento de la afectación a grupos minoritarios o la
incidencia económica, por ser atribución de los Poderes Ejecutivo y
Legislativo el establecimiento de contribuciones que tengan por objeto
recaudar los recursos necesarios para sufragar el gasto público, en
beneficio de la colectividad.

Lo anterior se desprende del criterio emitido por este Alto


Tribunal, que es del tenor siguiente:

“INCIDENCIA ECONÓMICA DE LOS IMPUESTOS. LA


INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA LEY TRIBUTARIA NO
PUEDE DEPENDER DE ELLA. INCIDENCIA ECONÓMICA DE
LOS IMPUESTOS. LA INCONSTITUCIONALIDAD DE UNA
LEY TRIBUTARIA NO PUEDE DEPENDER DE ELLA. El efecto
económico de la incidencia de los impuestos por virtud de la
traslación no es una regla general en los tributos, ni tampoco es
un fenómeno que invariablemente se presente en todos los
casos, sino que se trata de una problemática de contenido
económico que se presenta con características distintas en cada
caso particular y depende de la situación personal de cada
contribuyente o individuo que resiente la incidencia como
producto de la percusión y repercusión por traslación, así como
de las particularidades del acto de traslado. En ese sentido, se
concluye que los conceptos de violación encaminados a
controvertir una ley tributaria, por ser susceptible de ocasionar
93
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

incidencia, no pueden llevar a la declaratoria de su


inconstitucionalidad. Ello es así, porque, por un lado, se trata de
argumentaciones que dependen de situaciones particulares no
aptas para la práctica de un estudio sobre inconstitucionalidad
de leyes que se caracteriza porque sus razonamientos se
estructuran sobre circunstancias generales y, por otro, porque la
ocasión de la incidencia, si bien es cierto que representa un
perjuicio, también lo es que éste no será de tipo jurídico, sino de
naturaleza económica, por lo que no puede ser analizado en el
contexto del derecho.”27

Consecuentemente, los argumentos en los que se aduzca la


violación a los artículos constitucionales invocados en líneas
precedentes, resultan infundados, puesto que no constituyen derecho
humano alguno susceptible de ser restituido mediante el juicio de
amparo.

No obstante lo anterior, se advierte que las quejosas arguyen


que la mecánica del impuesto sobre la renta diseñado para el sector
agropecuario restará la competitividad y la plenitud de su desarrollo.

Para dar claridad a lo anterior, conviene traer a colación lo


resuelto por el Tribunal Pleno al resolver la acción de
inconstitucionalidad 40/2013 y su acumulada 5/2014, 28 que en la parte
que interesa establece lo siguiente:

“(…)
Como se puede apreciar de la síntesis de los conceptos de
invalidez, los accionantes parten de la premisa consistente en
que con el establecimiento de la tasa en la región fronteriza, se
conseguirá alcanzar el fin constitucional consistente en la
competitividad y desarrollo económico del país, por lo que su
establecimiento es constitucionalmente exigible al legislador, en
términos de lo previsto por los artículos 25, 26 y 28 de la
Constitución Federal, así como 17, 33, 34, 39 y 45 de la Carta
de la Organización de los Estados Americanos.

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos define


a la competitividad como el conjunto de condiciones necesarias
27
Jurisprudencia 1ª./J. 39/2006; Instancia: Primera Sala; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo
XXIV, julio de 2006, página 65.
28
Resuelta en sesión de veintiséis de agosto de dos mil catorce, por mayoría de ocho votos a favor, en contra de los
votos de la Ministra Olga María del Carmen Sánchez Cordero y Ministro José Ramón Cossío Díaz, ausente el Ministro
Sergio Armando Valls Hernández.
94
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

para generar un mayor crecimiento económico,


promoviendo la inversión y la generación de
empleo, lo cual de conformidad con el artículo
25 constitucional se genera a través del control
de los sectores estratégicos, la regulación del sector privado, las
contratación de las empresas del Estado y la participación en el
sector social.

De conformidad con el Reporte del Instituto Mexicano para la


Competitividad, A.C., uno de los factores que más incidencia
tiene en la falta de competitividad de nuestro país, es la
ineficiente regulación, pues derivado de los costos de
cumplimiento, entre otras razones por el exceso en trámites y
permisos, no se logra alcanzar el potencial en sectores como
hidrocarburos, telecomunicaciones, transportes, electricidad,
medicamentos, construcción, entre otros.

La situación anterior genera un impacto negativo en la facilidad


de apertura de negocios, aumento en la brecha de la corrupción,
generación de mercados informales, entre otros, lo cual
constituye una barrera para la libre competencia, y con ello, un
rezago en la economía nacional que afecta el consumo en
general.

Es así que lo que verdaderamente determinará la competitividad


en nuestro país será conseguir la eficiencia de estos sectores,
por lo que el aumento en el nivel de competencia al que aspira
la Constitución Federal se logra a partir de una política
económica integral.

Los impuestos, como instrumentos de política financiera, son


herramientas que puede establecer el Estado con la expectativa
de alterar el comportamiento de los agentes económicos para
incentivar o desincentivar determinada conducta, dada su
incidencia en el mercado, en tanto que cumplen con dos
funciones, uno, modifican los ingresos disponibles, y dos,
modifican los precios de los bienes y servicios.

La eficacia de un impuesto para alterar una conducta viene dada


por diversos factores, siendo el grado de competitividad de la
economía uno de los más importantes, ello es así toda vez que
en un escenario competitivo los precios tienden al punto de
equilibrio de modo que al ser alterados, por el efecto de
establecer un impuesto se modificará el patrón de consumo, sin
embargo, en un escenario con tendencias monopólicas, el
95
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

fabricante no resiente el impacto del impuesto por lo que los


precios se mantienen al alza y no se logrará el fomento al
consumo que se busca.

Es así que se advierte que, si bien los precios son alterados por
los impuestos, y por tanto, constituyen un factor que incide en el
comportamiento del consumo, lo que verdaderamente determina
el nivel de competencia es la eficiencia de los diversos sectores
económicos, y no únicamente el establecimiento de
instrumentos fiscales, pues incluso su grado de eficacia
depende de las condiciones de la economía.

Por lo que, contrario a lo que aducen los promoventes, el


establecimiento de un impuesto no consigue por si mismo
aumentar el nivel competitivo de la economía, sino que sólo a
partir de una política económica integral se aumentará la
competitividad, y entonces será eficaz el establecimiento de un
impuesto que busca modificar una conducta.

La política tributaria no puede actuar aisladamente, sino que


debe complementarse con otros sectores estratégicos, como
políticas monetarias, cambiarias, crediticias, etc., por lo que no
se podría afirmar que una tasa menor en la región fronteriza
siempre sea el instrumento idóneo para alcanzar objetivos
constitucionales, como el de impulsar la competitividad del país.

De esta forma, se desprende que los promoventes parten de


una premisa errónea, al afirmar que el hecho de establecer una
política fiscal que prevea una tasa menor en la región fronteriza,
conseguirá necesariamente aumentar la competitividad y con
ello vulnerar el artículo 25 constitucional.

Ello, ya que la tasa del impuesto al valor agregado no podría


considerarse el único medio idóneo para asegurar la
competitividad, como para exigirle al legislador su
establecimiento, pues nada indica que con ello se alcanzarán
los fines constitucionales previstos.

En este sentido, si bien la competencia es una obligación


prevista en el artículo 25 constitucional, ello no significa que un
incentivo fiscal sea la única forma de alcanzarla, para poder
exigirle al legislador su establecimiento, menos aún que sea
necesariamente mediante una tasa menor del impuesto al valor
agregado.

96
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Aunado a ello, debe considerarse que toda vez


que la competitividad depende del nivel de
eficiencia de diversos factores
macroeconómicos, tales como los sectores
estratégicos, privados, empresas del Estado, entre otros, las
políticas que conllevan a aumentar la competitividad son
variables, al igual que dichos sectores.

Es decir, una política para aumentar la competitividad puede ser


eficaz en un determinado momento histórico dadas las
condiciones macroeconómicas, sin embargo, toda vez que los
factores que inciden en la economía son dinámicos, también
deben serlo las políticas económicas.

Es así que se advierte la imposibilidad constitucional de exigir al


legislador que establezca un mecanismo tributario específico,
pues si bien el fin permanece constante, los medios más
eficaces para alcanzarlo deberá dictarlos el legislador, de
conformidad con las condiciones económicas que se presenten
en un determinado momento histórico, pudiendo este Alto
Tribunal pronunciarse únicamente sobre la constitucionalidad de
la medida adoptada pero no respecto de su idoneidad.

Es por ello que si bien es cierto que es constitucionalmente


válido utilizar herramientas fiscales con la finalidad de establecer
una política fiscal que tienda a impulsar a la competitividad del
país, también lo es que ello se encuentra dentro de la esfera de
libre configuración del diseño del sistema tributario, como lo ha
sostenido esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, y como
se desarrolló previamente en el quinto considerando.

De tal forma, el hecho de que el legislador hubiere tenido como


política económica impulsar la competitividad, mediante el uso
de medidas fiscales, como la tasa del impuesto al valor
agregado en las zonas fronterizas al once por ciento, no
significa que con ello únicamente se logre tal fin, ni que al
diseñar toda política tributaria deba atenderse ese fin, porque
ello vulneraría su libre configuración tributaria.

De conformidad con lo expuesto, es posible afirmar que si bien


los impuestos o medidas fiscales pueden servir como
instrumentos para impulsar la competitividad a través de
incentivar ciertas conductas, su establecimiento no garantiza el
nivel de competitividad al que aspira la Constitución Federal, por
lo que no es posible exigirle al legislador su creación, sino que
97
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

ello dependerá de que en ejercicio de su libre configuración los


establezca como parte de una política económica, respecto de
la cual este Alto Tribunal no puede juzgar su idoneidad, además
de que tratándose de materia tributaria los límites a la
configuración del impuesto se encuentran previstos en el
artículo 31, fracción IV de la Constitución Federal.

Por las razones anteriores, este Alto Tribunal Constitucional


concluye que son infundados los conceptos de invalidez de los
promoventes, ya que en materia tributaria la necesidad de
establecer mecanismos que impulsen la competitividad atiende
a una cuestión extrafiscal, respecto de la cual el legislador goza
de libertad para crear o eliminar.
(…)”

De lo transcrito se advierte, que el Tribunal Pleno de esta


Suprema Corte de Justicia de la Nación alcanzó la convicción que la
competitividad se puede alcanzar mediante la eficiencia de una política
económica integral, la cual puede configurarse a partir de la
implementación de diversos mecanismos o herramientas que
coadyuven al establecimiento de un nivel de desarrollo amplío y
competitivo.

Una de esas herramientas es la fijación de contribuciones, que


como instrumentos de la política financiera del país, ayudan al Estado
a alterar el dinamismo de los aspectos económicos, ya sea para
incentivar o desincentivar determinadas conductas.

De ese modo, si bien la eficacia de un tributo puede modificar


diversos factores que fluctúan en la economía del país, lo cierto es que
para cambiar o promover la competitividad nacional deben concurrir
una serie de circunstancias de índole económico y de la propia
interacción del mercado; sin que ello dependa en exclusiva de la
política o el diseño impositivo que en un momento el Poder Ejecutivo y
el Legislativo establezcan, es decir, los instrumentos tributarios no
constituyen el único mecanismo para incrementar el nivel de
competitividad.

Así, el sistema fiscal que se fije, no puede estimarse como una


garantía del crecimiento del grado de competitividad del sector
productivo del Estado, puesto que es mediante una política

98
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

económica, e incluso social, la que otorgará las


herramientas que permitan el desarrollo de los
aspectos de crecimiento del país.

Considerar a la política fiscal como un medio aislado por el que


necesariamente se potencializan los mercados es inexacto, dicha
herramienta debe adicionarse a la implementación de componentes
estratégicos, propios de la dinámica social y económica respectiva, ya
sea en el ámbito público o privado.

En esas condiciones, es imposible exigir al legislador el


establecimiento de mecanismos o tratamientos tributarios específicos,
ya que si bien, como se ha sostenido, los impuestos y, en sí, el diseño
tributario, pertenecen al abanico de mecanismos que conforman la
política económica integral que eleva el nivel de competitividad del
país, lo cierto es que no es el único instrumento del que se vale el
Estado para influir en el desarrollo de los sectores productivos.

El legislador es el encargado de delimitar los medios más


eficaces que en un momento determinado permitan configurar la
política económica y tributaria, correspondiendo al Poder Judicial la
única obligación de que esas medidas sean constitucionalmente
válidas, pero no respecto de si son idóneas frente al marco de
aspectos macroeconómicos, sociales y financieros.

Por ende, no es preciso estimar que únicamente por el sistema


tributario se reste o aumente competitividad al sector productivo del
país, debido a que ello depende de la configuración de una política
económica integral, en donde interactúan diferentes aspectos
económicos, financieros, políticos, sociales, e incluso culturales, que
se presentan y desarrollan tanto en el ámbito nacional y de la propia
fluctuación con los elementos internaciones; establecer que a partir de
un gravamen específico, ya sea preferencial o no, se disminuya el
crecimiento del Estado, resulta poco preciso, debido a que existen
diversos y muy variados puntos que conforman la consolidación de la
competitividad comercial y económica de un país.

Consecuentemente, es infundado el concepto de violación


analizado, debido a que en materia tributaria la necesidad de

99
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

establecer medidas que impulsen la competitividad atiende a una serie


de elementos que no quedan comprendidos en el sistema tributario,
sino que abundan en la política económica integral que se emplee,
respecto de la cual el legislador goza de libertad para crear, así como
para eliminar o suprimir.

Aunado a todo lo anterior, no debe perderse de vista que las


quejosas aducen la inconstitucionalidad de las porciones normativas
estudiadas, en la medida en que, a su consideración, afectan la
competitividad, debido a que impacta en la fijación de mayores o
menores precios dependiendo de la carga fiscal que deban soportan,
la cual se determina en razón de superar o no una cantidad límite de
ingresos en el ejercicio.

En efecto, refieren que en su caso, al obtener mayores ingresos


deben soportar una carga tributaria mayor, debido a que aplicarán una
tasa del 30%, que en su caso no sucede tratándose de contribuyentes
con ingresos menores, ya que aplican una tasa del 21%, lo que
produce que los primero de los citados fijen en mayor cantidad el
precio de sus productos, mientras que los segundos, al tener la
ventaja fiscal que mencionan podrán delimitar precios de consumo
inferiores, lo cual implica, desde su perspectiva, el posicionamiento de
una competencia comercial de desventaja.

Lo anterior, a consideración de esta Segunda Sala resulta ser un


planteamiento de la inconstitucionalidad de los artículos impugnados
que se edifica sobre situaciones personales y propias de las quejosas,
las cuales no pueden fungir como parámetro para analizar la
regularidad constitucional de ordenamientos jurídicos. Tal como se
advierte en la tesis siguiente:

“NORMAS GENERALES. SON INOPERANTES LOS


ARGUMENTOS EXPRESADOS EN SU CONTRA SI SU
INCONSTITUCIONALIDAD SE HACE DEPENDER DE LA
SITUACIÓN PARTICULAR DEL SUJETO A QUIEN SE LE
APLICAN. Si se toma en consideración que la
constitucionalidad o inconstitucionalidad de una norma general
deriva de sus propias características, en razón de todos sus
destinatarios y no de que uno de ellos pueda tener
determinados atributos, es inconcuso que los argumentos que
se hagan valer, en vía de conceptos de violación o agravios, en
100
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

contra de disposiciones generales, y que hagan


depender su inconstitucionalidad de situaciones
o circunstancias individuales, propias del
quejoso, independientemente del conjunto de
destinatarios de la norma, deben ser declarados inoperantes
porque no podrían cumplir con su finalidad de demostrar la
violación constitucional que se le atribuye y que por la
naturaleza de la ley debe referirse a todos los destinatarios de la
norma y no sólo a uno de ellos. ”.29

No se soslaya que las quejosas, en cierta parte de su tercer


concepto de violación mencionan que se transgrede el contenido del
artículo 39, inciso b), subinciso i), de la Carta de la Organización de los
Estados Americanos,30 debido a que las normas reclamadas perturban
el mercado e impiden el desarrollo económico.

Lo anterior, a criterio de las peticionarias de amparo, con motivo


de la imposición de una mayor carga tributaria para los contribuyentes
que obtienen ingresos superiores a 423 veces el salario mínimo
general elevado al año, ya que éstos deberán tributar conforme a una
tasa del 31%, mientras que, por otro lado, un sujeto pasivo que se
dedique a la misma actividad, pero obtenga ingresos inferiores al límite
mencionado, podrá aplicar una tasa del 21%.

Al respecto, resulta inoperante el argumento resumido, en la


medida en que se sostiene sobre una falsa premisa, como
anteriormente se expuso, debido a que tratándose del régimen de
actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras, no se aplica
exclusivamente por un sector de ese universo de contribuyentes una
tasa del 21%, sino que todos están obligados por disposición de ley a
29
Jurisprudencia 2ª./J 71/2006; Instancia: Segunda Sala; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
tomo XXIII, junio de 2006, página 215.
30
“Artículo 39.

Los Estados miembros, reconociendo la estrecha interdependencia que hay entre el comercio exterior y el desarrollo
económico y social, deben realizar esfuerzos, individuales y colectivos, con el fin de conseguir (…)

b) La continuidad de su desarrollo económico y social mediante:

i. Mejores condiciones para el comercio de productos básicos por medio de convenios internacionales, cuando fueren
adecuados; procedimientos ordenados de comercialización que eviten la perturbación de los mercados, y otras medidas
destinadas a promover la expansión de mercados y a obtener ingresos seguros para los productores, suministros
adecuados y seguros para los consumidores, y precios estables que sean a la vez remunerativos para los productores y
equitativos para los consumidores;
(…)”
101
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

aplicar una tasa del 30% cuando se refiere a personas morales y la


tarifa que corresponda, cuando se trata de personas físicas;
simplemente existe una reducción del impuesto que se determine
respecto del “tramo” de ingresos que no supere el límite referido,
mientras que el excedente no será susceptible del beneficio de
reducción.

Consecuentemente, al precisarse lo inexacto de la premisa que


sostiene el argumento de las quejosas, resulta inoperante el estudio
que proponen sobre la presunta transgresión al artículo 39, inciso b),
subinciso i), de la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, en la medida que al partir de una idea falaz, a ningún fin
práctico conllevaría su estudio.

7. Derecho a la alimentación.
En otro orden de ideas, en el cuarto concepto de violación, las
peticionarias de amparo tildan de inconstitucional el artículo 74 de la
Ley del Impuesto sobre la Renta, publicada en el Diario Oficial de la
Federación, el once de diciembre de dos mil trece, en virtud de
contravenir el derecho a una alimentación adecuada, previsto en el
numeral 4 de la Constitución Federal, en conjunción con el artículo 25
de la Declaración Universal de Derechos Humanos; artículo 11 del
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales;
artículo 12 del protocolo Adicional a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; así como también en relación con la Directrices sobre
Derecho a la Alimentación, Seguridad y Soberanía Alimentaria, ambas
desarrolladas por la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura.

Señalan que los referidos instrumentos internacionales prevén


que el derecho a la alimentación no se limita únicamente a que los
ciudadanos de un Estado no mueran de hambre, sino que se extiende
a todos los aspectos de la alimentación, específicamente, la obligación
del Estado de crear mecanismos que garanticen no solamente que los
gobernados (consumidores finales) tengan precios accesibles de
productos necesarios para su nutrición, sino también de velar por los
intereses de los productores de tales alimentos.

102
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Así, consideran que de la interpretación de los


mencionados artículos, el derecho a la alimentación
adecuada debe salvaguardarse por parte del Estado
Mexicano desde dos perspectivas, a saber, la del
individuo (gobernado) para sí y su familia de gozar de una
alimentación adecuada para nutrirse y subsistir y, por otro lado, la del
productor de alimentos, para quien el Estado debe construir
mecanismos económicos e impositivos, así como la emisión de
políticas y legislación que faciliten y ayuden a producir y comercializar
sus productos de manera óptima.

Arguyen que si el Estado impone una legislación que conlleve un


aumento de los precios de los alimentos de consumo básico, como en
el caso acontece con el sector primario, se obstaculiza el derecho a
una alimentación adecuada.

Precisado lo anterior, las quejosas aducen que la violación radica


en que el legislador aumentó desproporcionadamente la carga
tributaria para las personas vinculadas con el sector agropecuario,
quienes producen los alimentos de consumo básico para el país.

Indican que el Congreso de la Unión fue omiso en considerar los


efectos nocivos que en materia de alimentación atraerían la reforma
fiscal de mérito, puesto que al homologar la tasa impositiva frente a la
definida para el régimen general, se provocará el aumento en los
precios de los alimentos de consumo básico.

Sin embargo, desde la acepción de las impetrantes de amparo, a


través de los artículos reclamados el legislador desconoció las
diferencias que el sector primario presenta respecto del resto de los
sectores de la economía, debido a que se incrementó la tasa
impositiva a la prevista para otro régimen tributario.

Dichos motivos de disenso son ineficaces.

Para corroborar tal calificación, cabe destacar que el artículo 1°,


primer párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos prevé que todas las personas gozarán de los derechos
humanos reconocidos por la propia Ley Fundamental tanto como en

103
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte,


así como de las garantías establecidas para su protección.

De ello se aprecia que no existe una distinción entre las


personas morales y las personas físicas, por lo cual —en principio—
deben aplicarse a la persona jurídica aquellos derechos
fundamentales que resulten necesarios para la realización de sus
fines, para proteger su existencia, identidad y asegurar el libre
desarrollo de su actividad.

Pese a lo anterior, debe precisarse que las personas jurídicas no


gozan de los derechos humanos que presupongan características
intrínsecas o naturales del hombre, en cuanto ficciones creadas a
partir del ordenamiento jurídico, sino como organización creada a partir
de la agrupación voluntaria de una pluralidad de personas físicas, con
una finalidad común y con una identidad propia y diferenciada que
trasciende la de los individuos que la integran, a la que el
ordenamiento jurídico atribuye personalidad y, consecuentemente,
reconoce capacidad para actuar en el tráfico jurídico, como sujeto
independiente de derechos y obligaciones, son titulares de aquellos
derechos que inscritos en el rubro de derechos humanos, comprenden
los que se constituyen en fundamentales para la consecución de sus
fines.

En ese orden de ideas, serán aplicables —verbigracia—


únicamente para los individuos los derechos vinculados con la
dignidad del hombre, la integridad física, la vida, la salud y la
protección de la familia; mientras que podrán hacerse extensivos a las
personas jurídicas privadas, los derechos que garantizan una
protección económica o que comportan garantías de acceso a la
jurisdicción, entre otros.

También cabe destacar, que la titularidad de los derechos


fundamentales tratándose de las personas morales dependerá de la
propia naturaleza del derecho en cuestión y, en su caso, de la función
o especialidad de dicha persona jurídica, lo que sólo podrá
determinarse en cada caso concreto, pues no es posible que, de
manera general, se resuelva en forma tajante y sin duda alguna sobre
todos los derechos fundamentales cuya titularidad también podría
expandirse a las personas morales.
104
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Esto, en tanto que existen determinados


derechos que por su naturaleza sólo corresponden a
la persona humana y, de ningún modo, a las jurídicas
(derecho a la libertad personal, a una familia, a la integridad física, a la
salud, o a la libertad de tránsito). Otros, de los cuales puede advertirse
su titularidad por parte de las personas jurídicas, en razón de su
naturaleza, como son los derechos fundamentales de propiedad, de
acceso a la justicia, de legalidad, de audiencia, de petición y de
asociación, entre otros. En cambio, otros más, respecto de los que no
es sencillo resolver si son atribuibles o no a las personas jurídicas,
pues, más allá de la naturaleza del derecho, tal interpretación en
muchas ocasiones dependerá de la forma en que se entienda al
mismo, es decir, en tanto se fije su alcance y/o límites.

Las consideraciones que preceden fueron sustentadas por el


Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación en la
jurisprudencia P./J. 1/2015 (10a.), de rubro y texto siguientes:

“PRINCIPIO DE INTERPRETACIÓN MÁS FAVORABLE A LA


PERSONA. ES APLICABLE RESPECTO DE LAS NORMAS
RELATIVAS A LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS QUE
SEAN TITULARES LAS PERSONAS MORALES. El artículo 1o.
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al
disponer que en los Estados Unidos Mexicanos todas las
personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en
dicha Constitución y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su
protección, no prevé distinción alguna, por lo que debe
interpretarse en el sentido de que comprende tanto a las
personas físicas, como a las morales, las que gozarán de
aquellos derechos en la medida en que resulten conformes con
su naturaleza y fines. En consecuencia, el principio de
interpretación más favorable a la persona, que como imperativo
establece el párrafo segundo del citado precepto, es aplicable
respecto de las normas relativas a los derechos humanos de los
que gocen las personas morales, por lo que deberán
interpretarse favoreciendo en todo tiempo la protección más
amplia, a condición de que no se trate de aquellos derechos
cuyo contenido material sólo pueda ser disfrutado por las

105
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

personas físicas, lo que habrá de determinarse en cada caso


concreto.”31

Ahora, en el caso que nos ocupa las quejosas aducen la


supuesta violación al derecho a la alimentación, a partir de la premisa
relativa a que en el nuevo régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas o pesqueras, se aumentó la carga tributaria,
debido al incremento de la tasa impositiva hasta homologarla con la
prevista para el régimen general, lo que —afirman— provocará el alza
de los precios en los alimentos que produce el sector primario, con lo
cual se disminuirá la posibilidad de la población de adquirir dichos
productos y se dependerá en mayor medida de la importación de
alimentos de otros países.

El segundo párrafo del artículo 4 de la Constitución Política de


los Estados Unidos Mexicanos consagra el derecho de toda persona a
la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, así como la obligación
del Estado de garantizarlo.

El derecho a la alimentación es de aquéllos que, por su propia


naturaleza, corresponden a la persona humana pues sólo ella puede
disfrutarlo o ejercerlo materialmente, debido a que se encuentra
vinculado con las propias características orgánicas y requerimientos
de tipo fisiológico, los cuales son propios de las personas físicas;
mientras que las quejosas, como personas jurídicas, no requieren para
su subsistencia de una alimentación que aporte nutrientes en la
cantidad y calidad suficientes para mantener adecuadas funciones
orgánicas.

En ese entendido, el derecho a la alimentación es de aquéllos


que sólo pueden ser disfrutados por las personas físicas, por lo que,
por regla general, serán precisamente este tipo de personas las que
podrán acudir al amparo como una de las garantías a través de las
cuales pueda tutelarse el derecho fundamental de mérito.

Para corroborar tal aserto, es oportuno referirse a la observación


general 12 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, del Consejo Económico y Social, de la Organización de las
Naciones Unidas, correspondiente a su vigésimo periodo de sesiones,
31
Décima Época, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro 16, Marzo de 2015, Tomo I, Página: 117,
Registro: 2008584.
106
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

específicamente a sus parágrafos 6, 8 y 9, los cuales


establecen lo siguiente:

“6. El derecho a la alimentación adecuada se


ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en
común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo
momento, a la alimentación adecuada o a medios para
obtenerla. El derecho a la alimentación adecuada no debe
interpretarse, por consiguiente, en forma estrecha o restrictiva
asimilándolo a un conjunto de calorías, proteínas y otros
elementos nutritivos concretos. El derecho a la alimentación
adecuada tendrá que alcanzarse progresivamente. No obstante,
los Estados tienen la obligación básica de adoptar las medidas
necesarias para mitigar y aliviar el hambre tal como se dispone
en el párrafo 2 del artículo 11, incluso en caso de desastre
natural o de otra índole.”

“8. El Comité considera que el contenido básico del derecho a la


alimentación adecuada comprende lo siguiente:

- la disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad suficientes


para satisfacer las necesidades alimentarias de los individuos,
sin sustancias nocivas, y aceptables para una cultura
determinada;

- la accesibilidad de esos alimentos en formas que sean


sostenibles y que no dificulten el goce de otros derechos
humanos.”

9. Por necesidades alimentarias se entiende que el régimen de


alimentación en conjunto aporta una combinación de productos
nutritivos para el crecimiento físico y mental, el desarrollo y el
mantenimiento, y la actividad física que sea suficiente para
satisfacer las necesidades fisiológicas humanas en todas las
etapas del ciclo vital, y según el sexo y la ocupación. Por
consiguiente, será preciso adoptar medidas para mantener,
adaptar o fortalecer la diversidad del régimen y las pautas de
alimentación y consumo adecuadas, incluida la lactancia
materna, al tiempo que se garantiza que los cambios en la
disponibilidad y acceso a los alimentos mínimos no afectan
negativamente a la composición y la ingesta de alimentos.”

De lo transcrito, se advierte que quienes ejercen el derecho a la


alimentación son las personas humanas —todo hombre mujer o niño,
107
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

por separado o en común con otros— e implica el acceso físico y


económico a los alimentos adecuados o a los medios para obtenerlos.

Asimismo, alimentación en su conjunto deberá aportar una


combinación de productos nutritivos para el crecimiento físico y
mental, el desarrollo y el mantenimiento, y la actividad física que sea
suficiente para satisfacer las necesidades fisiológicas humanas en
todas las etapas del ciclo vital, y según el sexo y la ocupación.

Por tanto, la naturaleza del derecho de referencia es inherente a


las personas físicas como organismos vivos con necesidades
fisiológicas, características con las que no cuentan las personas
jurídicas.

Es de precisarse que si bien del contenido básico del derecho a


la alimentación se desprenden diversas características —adecuación,
disponibilidad, accesibilidad, entre otras—, que pueden generar
distintas obligaciones estatales, lo cierto es que ello, por sí mismo, no
cambia la circunstancia consistente en que las personas morales no
pueden aducir como propio el ejercicio del derecho a la salud, por lo
que tampoco pueden exigir que a través del juicio de amparo les sea
garantizado dicho ejercicio.

También cabe destacar que, del objeto social de las quejosas, 32


se aprecia que sus objetivos se dirigen a la producción y
comercialización y distribución de productos y materias del sector
primario de la economía, con una finalidad de lucro; sin embargo, no
se encuentra entre sus fines sociales la realización de acciones para
verificar y exigir el cumplimiento de las obligaciones estatales en
materia del ejercicio —por las personas físicas titulares— del derecho
a la alimentación adecuada y suficiente.

Asimismo, aunado a que no se encuentra en el objeto social de


las quejosas la verificación del cumplimiento de las obligaciones
estatales en materia del derecho a la alimentación, tampoco acreditan
que hayan ejercido de manera cotidiana tal facultad.

Por tanto, las quejosas no pueden exigir, vía amparo, el


cumplimiento de las obligaciones del Estado para el debido ejercicio
32
Véanse los instrumentos notariales que obran a fojas 177 a 185 y 186 a 192 del juicio de amparo.
108
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

del derecho a la alimentación, pues éste no es acorde


a su naturaleza ni a sus fines sociales, lo cual es
requisito indispensable, en términos de la
jurisprudencia P./J. 1/2015 (10a.) —antes transcrita—
del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación. De ahí la
anunciada ineficacia de los correlativos argumentos de las quejosas.

8. Derecho al desarrollo integral (sistemas impositivos


adecuados y equitativos).

En el quinto concepto de violación, las quejosas aducen que los


artículos impugnados en este juicio de amparo, son violatorios del
derecho al desarrollo integral previsto en los artículos 33, 34 y 45 de la
Carta de la Organización de los Estados Americanos, en relación con
el diverso numeral 26 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

Lo anterior en virtud que los numerales controvertidos gravan de


forma igual a contribuyentes que son desiguales, así como de manera
desigual a quienes están en paridad de circunstancias; además, que
se desconocen las características que guarda el sector primario frente
al resto de la economía y el universo de contribuyentes.

Precisan que ese desconocimiento deriva de la homologación de


la tasa impositiva al resultar idéntica a la del régimen general, siendo
que no puede tratarse de manera igual a sujetos disímiles entre sí.

Igualmente, persiste la premisa de que tratándose del régimen


de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas y pesqueras se otorga
un trato desigual entre los sujetos pasivos que pertenecen a él, en
razón que se aplican dos tasas diferencias entre sí dependiendo de la
cantidad de ingresos que se perciben en el ejercicio.

Para dar sustento a lo anterior, las quejosas solicitan que se le


tengan por reproducidos los argumentos que hizo valer sobre el tema
relativo a la equidad tributaria.

Los argumentos de las quejosas son inoperantes.

109
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

De la lectura de tales planteamientos se desprende que las


quejosas reclaman la presunta violación al derecho de desarrollo
integral, sobre la base en que los artículos reclamados resultan ser,
desde su perspectiva, inequitativos tributariamente.

Es decir, a pesar que las impetrantes de amparo señalan que se


transgrede un derecho humano reconocido en tratados
internacionales, consistente en el desarrollo integral de las personas,
lo cierto es que se hacen valer de motivos de disenso vinculados
estrechamente con la equiparación que consideran el legislador realiza
entre el régimen general y el diverso del sector primario, así como el
supuesto trato inequitativo que se efectúa entre los contribuyentes del
propio régimen de actividades agropecuarias.

Por una parte, las quejosas vuelven a indicar que se trata de


igual manera a los contribuyentes del régimen de actividades del
sector primario frente al régimen general, por el hecho de haberse
homologado la tasa impositiva y, por otro lado, que existe inequidad
tributaria en el propio sistema de tributación de sujetos pasivos
dedicados en exclusiva a actividades agropecuarias al estar
contempladas tasas diferentes, aplicables dependiendo de los
ingresos que se perciban en el ejercicio.

De ese modo, es patente que la parte quejosa reitera la posible


transgresión al principio de equidad tributaria conforme a los
argumentos relatados, los cuales ha sido desvirtuados a lo largo de
este sentencia, puesto que se ha precisado que no existe un trato
similar entre el régimen general y el de actividades agropecuarias, al
componerse de distinta manera su base gravable, la existencia de
beneficios fiscales para los segundos en cita y la diferencia en la
intensidad del gravamen para uno y otro.

Asimismo, también se ha aclarado que tratándose del régimen


regulado por los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación, el once de
diciembre de dos mil trece, no se contempla la aplicación de dos tasas
impositivas distintas entre sí.

En ese sentido, debido a que el quinto concepto de violación de


que se trata, se sostiene conforme a consideraciones que se han
110
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

desvirtuado a lo largo del presente fallo, por cuanto


hace a que el régimen de actividades agrícolas,
ganaderas, silvícolas y pesqueras no transgrede el
principio de equidad tributaria; resulta inoperante el
motivo de disenso dirigido a demostrar la contravención al derecho de
desarrollo integral, debido a que se conforma a partir de premisas
inexactas y que ya han sido abordas debidamente por ese Alto
Tribunal.

Aunado a lo anterior, a pesar que las quejosas señalan que se


transgreden diversos artículos de la Carta de la Organización de los
Estados Americanos, lo cierto es que de sus consideraciones se
advierte, en esencia, que se alude a la violación en que incurre el
Estado Mexicano por no contemplar un sistema impositivo adecuado y
equitativo, principio que se desprende del contenido del numeral 34,
del referido Tratado Internacional.

Al respecto, el precepto jurídico mencionado, contempla la


voluntad de los Estados miembros, que con la finalidad de acelerar su
desarrollo económico y social, de acuerdo con sus propias
modalidades y procedimientos, de establecer sistemas impositivos
adecuados y equitativos.

Así, su establecimiento constituye una expresión de la totalidad


de las disposiciones de carácter tributario que deben ser adecuadas y
equitativas de conformidad con las modalidades y procedimientos que
cada Estado fije como propias.

Por tanto, un sistema impositivo debe entenderse como un orden


jurídico tributario en su conjunto, es decir, como una unidad
organizada de porciones normativas percibidas como un resultado
total; de ahí que la idoneidad o equidad del sistema tributario en su
totalidad no puede hacerse depender del establecimiento de un tributo
o de la modificación de la tasa de uno de ellos, pues no es a lo que se
refiere el tratado invocado. Tal circunstancia constituye un motivo más
que apoya la ya anunciada calificación de inoperancia respecto de los
correlativos planteamientos de las quejosas.

111
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Sirve de apoyo, la tesis 1a. X/2014, emitida por la Primera Sala


de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, de rubro y contenido
siguientes:

“SISTEMAS IMPOSITIVOS ‘ADECUADOS Y EQUITATIVOS’.


SU CONCEPCIÓN CONFORME AL ARTÍCULO 34 DE LA
CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE LOS ESTADOS
AMERICANOS. La Carta de la Organización de los Estados
Americanos, suscrita en Bogotá en 1948 y reformada por los
Protocolos de Buenos Aires en 1967, Cartagena de Indias en
1985, Washington en 1992 y Managua en 1993, específicamente
en su artículo 34, prevé que los Estados miembros, a fin de
acelerar su desarrollo económico y social, de conformidad con
sus propias modalidades y procedimientos, en el marco de los
principios democráticos y de las instituciones del Sistema
Interamericano, han convenido en dedicar sus máximos
esfuerzos al logro de diversas metas básicas, entre las que se
encuentra, en su inciso c), el establecimiento de ‘sistemas
impositivos adecuados y equitativos’. Ahora bien, en términos de
dicho tratado internacional, su establecimiento constituye la
voluntad de los Estados miembros de establecer un sistema
impositivo que, como una expresión de la totalidad de las
disposiciones de carácter tributario, resulte ‘adecuada’ y
‘equitativa’ de conformidad con las propias modalidades y
procedimientos de cada entidad firmante. Esto, entendiendo al
sistema impositivo como el orden jurídico tributario en su
conjunto, es decir, como un conjunto organizado de normas
percibido como un resultado total; de ahí que la idoneidad o
equidad del sistema tributario en su totalidad no puede hacerse
depender del establecimiento de un tributo o de la modificación
de la tasa de uno de ellos, pues no es a lo que se refiere el
tratado invocado.”33

9. Principio de confianza legítima (falta de previsión


legislativa de un régimen transitorio).

En el sexto concepto de violación, las quejosas señalan que los


artículos impugnados son inconstitucionales, debido a que se
transgredió el principio de confianza legítima.

Señalan que el principio de confianza legítima obliga a las


autoridades a no variar las condiciones de sus actos, con la finalidad
de proteger a los gobernados de decisiones arbitrarias e inesperadas
33
Visible en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, libro 2, enero de 2014, tomo II, página 1124.
112
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

que pudieran violentar su seguridad jurídica y causar


incertidumbre jurídica.

Así, desde la perspectiva de las quejosas, la


confianza legítima tiene por objeto velar por la estabilidad y
conservación del Derecho de los gobernados con el fin de darle
certeza jurídica respecto de las eventuales arbitrariedades en que
pudieran incurrir las autoridades y que puedan afectar a actos futuros,
indicando que el Estado tiene la capacidad de modificar sus actos o
regulaciones cuando las necesidades o conveniencias así lo
requieran, siempre y cuando estos hechos se encuentren debidamente
justificados previendo disposiciones transitorias que resguarden la
previsibilidad del ordenamiento jurídico.

De ese modo, mencionan que la violación al citado principio


surge con motivo de que el legislador, de manera abrupta,
intempestiva e inmediata, eliminó el régimen simplificado e implementó
el diverso de actividades agrícolas, ganaderas, silvícolas o pesqueras;
sin que se estableciera un mecanismo de transitoriedad que permitiera
a los contribuyentes adaptarse a este nuevo sistema de tributación,
por lo que se vieron afectadas las decisiones de negocio, estrategias
comerciales, planeaciones financieras y futuros negocios que se
habían diseñado conforme al anterior régimen tributario.

Además, que se trastocó el principio de seguridad jurídica en


materia tributaria, pues se debe privilegiar la certeza que los
gobernados deben tener respecto de los ordenamientos jurídicos
aplicables, siendo que en caso de ocurrir un cambio en éstos, no sean
abruptos e inesperados, de lo contrario se afectaría la estabilidad
generada en los contribuyentes, propiciándose arbitrariedades con
repercusiones en aspectos económicos, de estrategias comerciales y
planeaciones financieras.

En resumen, el argumento toral de las quejosas radica en que el


legislador de modo repentino e imprevisible modificó el régimen
simplificado al que pertenecían, sin que se estableciera un período
transitorio que facilitara a los contribuyentes afrontar las nuevas
obligaciones tributarias del régimen de actividades agropecuarias,
pero sobre todo que se vieron afectados proyectos financieros,

113
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

fiscales, de negocios y empresariales, los cuales se elaboraron e


implementaron conforme a la legislación tributaria vigente hasta dos
mil trece, por lo que resentirán un impacto negativo ante la
imprevisibilidad del cambio normativo.

Tales motivos de disenso son infundados.

En primer lugar, cabe precisar que la mayor parte de la doctrina


especializada ubica los orígenes del principio de confianza legítima en
el derecho administrativo alemán, específicamente desde la emisión
de la sentencia del Tribunal Administrativo-Contencioso de Berlín, de
catorce de noviembre de mil novecientos cincuenta y seis, en donde
dicho órgano colegiado conoció de un asunto en donde una mujer
reclamó de la Administración Pública la revocación de la pensión de
viudez que en su momento le fue concedida.

Dicho caso tuvo por objetivo determinar si la revocación de la


pensión de viudez dada a la ciudadana era ajustada a derecho; la
actora adujo que la Administración Pública indujo en ella una
estabilidad jurídica y económica, pues al solicitar el otorgamiento de la
pensión de viudez, la autoridad fue precisa en contestarle que la
misma procedería siempre y cuando se trasladara a residir a la parte
occidental de la ciudad.

Una vez realizado lo anterior, la autoridad al estimar cumplidos


los requisitos, otorgó la pensión de viudez; sin embargo,
posteriormente fue la propia Administración pública, quien al revisar el
expediente de la pensionada determinó que los requisitos no estaban
debidamente cumplidos, por lo que era procedente suprimir el pago de
la prestación social de referencia, ante lo cual la viuda recurrió ante los
tribunales con el objetivo de impugnar dicha decisión revocatoria.

Al conocer del caso el Tribunal Administrativo-Contencioso


decidió que a pesar de que, efectivamente, la pensión se concedió de
manera irregular, lo cierto era que se optó por continuar con el pago
de la pensión, en la medida que la beneficiaria había adoptado una
decisión vital a partir de la conducta que desplegó la autoridad, por lo
que la posibilidad de revertir esa estabilidad jurídica implicaría una
daño de difícil subsanación, debido a los gastos en que incurrió la
ciudadana al trasladarse al occidente de la ciudad.
114
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Es decir, el Tribunal decidió que la autoridad


había incurrido en un acto ilegal, al revertir una
decisión que impactó de manera determinante en la
esfera jurídica de la persona, debido a que ésta desarrolló actos a
partir de la conducta que la autoridad realizó, infundiendo un sentido
de estabilidad y confianza en la procedencia de la pensión solicitada,
de ahí que el órgano jurisdiccional estimó que se transgredía la
confianza en la legalidad de la actuación administrativa.

Cabe mencionar que este principio fue denominado por la


jurisprudencia alemana como vertrauensschutz, el cual consistía en
una tipo de protección frente a las expectativas legítimas de los
administrados, generadas mediante los actos reiterados de la
administración.

Asimismo, la jurisprudencia alemana calificó a dicho principio


como una noción derivada de la seguridad jurídica
—rechtssicherheit—, consecuencia, ambos, de los valores propios del
Estado de Derecho.

De ese modo, fue mediante la elaboración de jurisprudencia que


dicho país europeo concibió el concepto del principio de la confianza
legítima, lo que generó la implementación de reglas para la
Administración Pública de Alemania, teniendo como término de
referencia la confianza generada en los gobernados a partir de la
práctica administrativa; lo que se concretó en la Ley Federal de
Procedimiento Administrativo Alemán, en donde se reguló el retiro de
los actos administrativos y sus consecuencias, dejando a salvo la
protección de la confianza legítima.

De acuerdo con ese cuerpo normativo, el retiro de actos de la


administración por los que se conferían derechos o beneficios a los
gobernados, sólo podrían tener efectos retroactivos cuando el
particular haya tenido confianza en la validez del acto ilegítimo por el
que se le concedió un beneficio económico, en dinero o en especie y,
que esa confianza sea digna de protección.

115
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Paralelamente las sentencias del Tribunal de Justicia de la


Comunidad Europea empezaron a abordar el tema del principio de
confianza legítima, a través de sus sentencias de veintidós de marzo
de mil novecientos sesenta y uno y trece de julio de mil novecientos
sesenta y cinco (asunto Lemmerz-Werk).

En el referido asunto, se planteó un conflicto suscitado por la


exigencia de pago determinadas compensaciones a una sociedad de
responsabilidad limitada —Lemmerz-Werk—, la que adujo que la
exigencia precisada no se encontraba apegada a derecho, debido a
que fue materia de una dispensa administrativa otorgada en mil
novecientos cincuenta y siete.

Así, la demandante indicó que la revocación a la dispensa


concedida con anterioridad era ilegal, debido a que no era procedente
anular en mil novecientos sesenta y tres, una decisión acontecida en
el pasado, en la medida en que la sociedad adquirió una posición de
confianza legítima a partir de la estabilidad que la autoridad propició
respecto de esa situación jurídica.

Al resolver el asunto, el Tribunal de Justicia de la Comunidad


Europea estimó que:

“(…) la demandante nunca ha podido tener la certeza de la


legalidad de la dispensa del pago compensatorio, puesto que no
estaba previsto en la decisión y, además, en materia de
contribuciones públicas las exenciones no se pueden suponer,
no es posible aducir la protección de la confianza legítima.(…)”

En este punto es cuando dicho tribunal comienza a realizar una


interpretación jurisprudencial sobre el contenido y alcance del principio
de confianza legítima, incorporando los elementos que deben
verificarse, así como sus limitaciones de aplicación.

En efecto en los asuntos 205/82 a 215/82 de veintiuno de


septiembre de mil novecientos ochenta y tres, Deutsche-Milchontor-
Alemani, Rec. 2633, el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea
estableció que el principio de confianza legítima se acota sobre la
circunstancia de que las autoridades deben ser fieles a sus propios
actos o a su propia conducta anterior.

116
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En el caso de la sentencia Chomel, de veintisiete


de marzo de mil novecientos noventa, el referido
órgano jurisdiccional europeo determinó que el
principio de la confianza legítima protege la actividad
de los gobernados cuando hayan actuado en la confianza de que su
actividad puede mantenerse legalmente por haber sido consentida de
manera persistente en el tiempo, lo anterior surge a partir del
razonamiento que se estableció en la mencionada sentencia, la cual,
en la parte que interesa es del tenor siguiente:

“(…) El silencio practicado por un organismo comunitario (…) no


puede estimarse que sea una confirmación de los derechos del
peticionario… la técnica del silencio no permite consagrar
situaciones contrarias a la legalidad, pero en todo caso, cuando
el silencio de la Administración es muy persistente, se prolonga
indebidamente durante mucho tiempo, puede dar lugar a que
surja en el interesado la legítima confianza en que la actividad
que desarrolla es acorde con la legalidad y consentida (…)”

En esa virtud, es posible advertir que este principio ha sido


abordado en diferentes momentos por el Tribunal de Justicia de la
Comunidad Europea, en el que no se ha podido establecer un
concepto general y único respecto de su contenido y alcance; sin
embargo, se aprecia que su origen deriva de actos de la
administración, en los que ha concedido determinados derechos o, en
su caso, ha tolerado conductas que no están expresamente reguladas
durante un periodo prolongado —respecto de las cuales incluso se ha
incurrido en un silencio administrativo indefinido ante peticiones de los
particulares— y, posteriormente, de forma intempestiva y sin
fundamentos jurídicos que lo avalen, la administración cambia de
parecer y modifica el acto anteriormente emitido y/o ahora prohíbe —a
través de un acto administrativo— la conducta que no tiene regulación
y que había sido tolerada.

En ese contexto, se entendió que la confianza legítima tiene por


objeto la protección de la certeza y seguridad de la conducta que ha
desplegado el gobernado, con base en resoluciones emitidas por la
administración o incluso con base en el silencio administrativo o
inclusive la omisión o tolerancia de la autoridad, a lo largo del tiempo,

117
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

respecto de conductas que no contaban con regulación expresa


—lagunas normativas—.

De ese modo, se consideró que si el gobernado ha


desempeñado conductas sobre la expectativa que le generó la
administración y ésta se ve modificada o alterada de forma súbita e
inesperada, sin que ello encuentre justificación en el interés público, se
infringe la estabilidad generada en la esfera jurídica del interesado.

Cabe destacar que otros tribunales del mundo se han


pronunciado sobre dicho tópico. Tal es el caso de España, quien
mediante su Tribunal Supremo se ha referido al principio de mérito.

Así es, la primera vez que el Tribunal Supremo Español se refirió


a la “confianza legítima”, fue en la sentencia del veintiocho de julio de
mil novecientos setenta y siete, en donde hizo el pronunciamiento
siguiente:

“(…) el principio de protección de la confianza legítima (…) ha


de ser aplicado, no tan solo cuando se produzca cualquier tipo
de convicción psicológica en el particular beneficiado, sino más
bien cuando se basa en signos externos producidos por la
Administración lo suficientemente concluyentes para que le
induzcan razonablemente a confiar en la legalidad de la
actuación administrativa, unido a que, dada la ponderación de
los intereses en juego –interés individual e interés general–, la
revocación o dejación sin efectos del acto, hace crecer en el
patrimonio del beneficiado que confió razonablemente en dicha
situación administrativa, unos perjuicios que no tendría por qué
soportar. (…)”

Posteriormente, en la sentencia del uno de marzo de mil


novecientos noventa y uno, dicho Tribunal Supremo estimó que “El
principio de protección a la confianza legítima, relacionado con los
más tradicionales, en nuestro ordenamiento, de la seguridad jurídica y
de la buena fe en las relaciones entre la administración y los
particulares, comporta, según la doctrina del Tribunal de Justicia de
las Comunidades Europeas, y la jurisprudencia de esta Sala, el que la
autoridad pública no pueda adoptar medidas que resulten contrarias a
la esperanza inducida por la razonable estabilidad en las decisiones
de aquélla y en función de la cuales los particulares ha adoptado
determinadas decisiones (…)”
118
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Asimismo, el propio Tribunal Supremo, al dictar


la sentencia de seis de octubre de dos mil cinco (RJ
2005/862), determinó:

“(…) Un principio de raigambre en nuestra jurisprudencia pues


en la sentencia de este Sala de 17 de junio de 2003 (RJ
2003/5424) (reiterando jurisprudencia anterior, sentencias del
Tribunal Supremo de (…) se afirmaba que ´El principio de
protección a la confianza legítima, relacionado con las más
tradicionales, en nuestro Ordenamiento, de la seguridad jurídica
y la buena fe en las relaciones entre la Administración y los
particulares, comporta, según la doctrina del Tribunal de Justicia
de las Comunidades Europeas y la jurisprudencia de esta Sala
el que la autoridad pública no pueda adoptar medidas que
resulten contrarias a la esperanza inducida por la razonable
estabilidad en las decisiones de aquélla, y en función de las
cuales los particulares ha adoptado determinadas decisiones.

La virtualidad del principio puede suponerla anulación de un


acto de la Administración o el reconocimiento de la obligación de
ésta a responder de la alteración (sin conocimiento anticipado,
sin medidas transitorias suficientes para que los sujetos puedan
acomodar su conducta y proporcionadas al interés público en
juego, y sin la debidas medidas correctoras o compensatorias)
de las circunstancias habituales y estables, generadoras de
esperanzas fundadas de mantenimiento.

No pueden apreciarse los necesarios presupuestos para la


aplicación del principio invocado en la mera expectativa de una
invariabilidad de las circunstancias. Ni el principio de seguridad
jurídica ni el de confianza legítima garantizan que las
situaciones de ventaja económica deban mantenerse
indefinidamente estables, coartando la potestad de los poderes
públicos para establecer nuevas regulaciones”

La Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo Español, al


emitir la sentencia de veinticinco de febrero de dos mil diez, relativa al
recurso de casación 11/01/2005, reiteró la postura judicial anterior,
como se advierte a continuación:

“(…) SÉPTIMO.- El principio de confianza legítima, que tiene su


origen en el Derecho Administrativo Alemán, y que constituye en

119
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

la actualidad desde las sentencias del Tribunal de Justicia de la


Comunidad Europea de 22 de marzo de 1961 y 13 de julio de
1965 (asunto Lemmerz-Werk) un principio general del Derecho
Comunitario, ha sido objeto de recepción por la jurisprudencia
de esta Sala del Tribunal Supremo (entre otras, en las
sentencias de 1 de febrero de 1990, 13 de febrero de 1992, 17
de febrero, 5 de junio, 28 de julio de 1997, 10 de mayo, 13 y 24
de julio de 1999, 4 de junio de 2001 y 15 de abril de 2002)
consagrándose también en la Ley 30/92, de 26 de noviembre,
tras su modificación por la Ley 4/199, que en su art. 3, número
1, párrafo 2, contiene la siguiente redacción: <<Igualmente,
deberán (las Administraciones Públicas) respetar en su
actuación los principios de buena fe y de confianza legítima.

El alcance de este principio ha sido recordado en la reciente


sentencia de 13 de mayo de 2009 (casación 2357/07),
reproduciendo lo declarado en la sentencia de 15 de abril de
2002:

´El principio de protección a la confianza legítima, relacionado


con los más tradicionales, en nuestro ordenamiento, de la
seguridad jurídica y de buena fe en las relaciones entre la
Administración y los particulares, comporta, según la doctrina
del Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea y la
jurisprudencia de esta Sala, el que la autoridad pública no pueda
adoptar medidas que resulten contrarias a la esperanza inducida
por la razonable estabilidad en las decisiones de aquélla, y en
función de las cuales los particulares han adoptado
determinadas decisiones. O , dicho en otros términos, la
virtualidad del principio que se invoca puede suponer la
anulación de un acto de la Administración o el reconocimiento
de la obligación de ésta de responder de la alteración (producida
sin conocimiento anticipado, sin medidas transitorias suficientes
para que los sujeto puedan acomodar su conducta y
proporcionadas al interés público en juego, y sin las debidas
medidas correctoras o compensatorias) de las circunstancias
habituales y estables, generadoras de esperanzas fundadas en
mantenimiento (Cfr. SSTS de 10 de mayo, 13 y 24 de julio de
1999 y 4 de junio de 2001). Por ello en el bien entendido de que,
no pueden apreciarse los necesarios presupuestos para la
aplicación del principio invocado en la mera expectativa de una
invariabilidad de las circunstancias, y que ni el principio de
seguridad jurídica ni el de confianza legítima garantizan que las
situaciones de ventaja económica que comportan un
enriquecimiento que se estima injusto deban mantenerse
irreversibles.´
120
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Por su parte, la jurisprudencia del Tribunal de


Justicia de la Unión Europea, sentencias, entre
otras, de 16 de mayo de 1979, As 84/78; 5 de
mayo de 1981, As 112/80, 21 de septiembre de 1983, As.
Acumulados 205 a 215/82 y 12 de diciembre de 1985, As.
133/84), admite la vulneración de este principio cuando ocurren
los siguientes requisitos:

En primer lugar, debe existir un acto o comportamiento de la


Administración comunitaria que pueda haber generado la
confianza.

En segundo lugar, es preciso que la persona afectada no pueda


prever el cambio de la línea de conducta adoptada
anteriormente por la Administración comunitaria.

Y en tercer lugar, es necesario que el interés comunitario


perseguido por el acto impugnado no justifique que se
perjudique la confianza legítima del interesado. Este último
requisito concurre cunado la ponderación de los intereses
existentes demuestra que, en las circunstancias del asunto, el
interés comunitario no prima sobre el de la persona afectada
que se mantenga una situación que podrá considerarse
legítimamente establece.(…)”

Hasta este punto cabe destacar que conforme a la jurisprudencia


española el principio de confianza legítima se constituye como una
manifestación derivada de los principios de seguridad jurídica y de
buena fe, por virtud del cual se regulan las relaciones suscitadas entre
la Administración Pública y los gobernados, teniendo como objetivo
primordial que el Estado no puede adoptar medidas que contravengan
la esperanza propiciada por la razonable estabilidad de las decisiones
del poder público y, a partir de las cuales, el gobernado ha ejercido
determinadas conductas.

No obstante, es preciso destacar que en el derecho del indicado


país europeo, no se entiende al principio de confianza legítima como
un obstáculo para la evolución y modificación de la normatividad
jurídica aplicable.

Además, también se advierte una limitación a dicho principio,


consistente en que no pueden estimarse expectativas legítimas sobre
121
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

la base de que determinadas situaciones económicas de ventaja


pueden mantenerse indefinidamente estables, pues con ello se
limitaría la potestad y facultad que detenta el Estado para crear,
modificar o eliminar regulaciones, es decir, el gobernado no puede
considerar que una regulación referente a aspectos económicos puede
mantenerse inmodificable a lo largo del tiempo, es jurídicamente
inviable crear esperanza en que un régimen económico se mantendrá
sin cambio alguno, en la medida que el Estado y los poderes públicos
que lo integran, verían menoscabada la rectoría en la dirección de la
política económica.

Sobre esa perspectiva, el Tribunal Constitucional de España ha


establecido criterio en torno a que los cambios legislativos, sobre
aspectos económicos, no pueden ser analizados a la luz del principio
de confianza legítima.

Lo anterior se desprende de la sentencia STC 270/2015, 34


emitida en sesión de diecisiete de diciembre de dos mil quince, en
donde se impugnó la regularidad constitucional del Real Decreto-ley
9/2013, de doce de julio de esa anualidad, por el que se adoptan
medidas urgentes para garantizar la estabilidad financiera del sistema
eléctrico.

En dicho ordenamiento jurídico se estableció un nuevo régimen


para las instalaciones de producción de energía eléctrica existentes a
partir de fuentes de energía renovable, cogeneración y residuos, que
esencialmente suponía, la desaparición del régimen de tarifas y de las
primas, con modificación del sistema establecido hasta ese momento,
previendo la obligación de todos los operadores económicos del sector
afectado a pasar por un diverso sistema.

Al momento de resolver el reclamo de inconstitucionalidad, el


Tribunal Constitucional de España, se pronunció, en la parte que
interesa, en los términos siguientes:

“(…) 7. Finalmente, se alega la vulneración de los principios de


seguridad jurídica y confianza legítima, así como el de
irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no
favorables o restrictivas de derechos individuales (art. 9.3 CE).

34
http://www.tribunalconstitucional.es/es/jurisprudencia/Paginas/Sentencia.aspx?cod=21448
122
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Sobre este particular es necesario precisar, en


primer lugar, que “los principios constitucionales
invocados por los recurrentes (irretroactividad,
seguridad jurídica, interdicción de arbitrariedad) como los otros
que integran el art. 9.3 de la Constitución
—legalidad, jerarquía normativa, responsabilidad— no son
compartimentos estancos, sino que, al contrario, cada uno de
ellos cobra valor en función de los demás y en tanto sirva para
promover los valores superiores del ordenamiento jurídico que
propugna el Estado social y democrático de derecho (STC
104/2000, de 13 de abril, FJ 6).

a) El principio de seguridad jurídica, entendido como la certeza


sobre el ordenamiento jurídico aplicable, la ausencia de
confusión normativa y la previsibilidad en la aplicación de
derecho, no resulta afectado por los preceptos que son objeto
del presente recurso de inconstitucionalidad, ni se justifica en el
texto de la demanda en qué medida tales preceptos pueden
generar confusión o incertidumbre en su aplicación. No estamos
ante una norma incierta o falta de la indispensable claridad,
pues cuenta con un contenido preciso y unos efectos
perfectamente determinados.

El respeto de dicho principio, y su corolario, el principio de


confianza legítima, es compatible con las modificaciones en el
régimen retributivo de las energías renovables realizado por el
Real Decreto-ley 9/2013, más aún —como sucede en el
presente caso—, en un ámbito sujeto a un elevada intervención
administrativa en virtud de su incidencia en intereses generales,
y a un complejo sistema regulatorio que hace inviable la
pretensión de que los elementos más favorables estén
investidos de permanencia o inalterabilidad frente al ejercicio de
una potestad legislativa que obliga a los poderes públicos a la
adaptación de dicha regulación a una cambiante realidad
económica.

Los cambios legislativos producidos no pueden ser


cuestionados desde la óptica del principio de confianza legítima.
Este principio no protege de modo absoluto la estabilidad
regulatoria, ni la inmutabilidad de las normas precedentes,
máxime en el contexto en que se promulgó el Real Decreto-ley
que ahora se enjuicia, es decir, de dificultades económicas y de
crecimiento del déficit del sistema eléctrico.

123
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Los principios de seguridad jurídica y su corolario, el de


confianza legítima, no suponen el derecho de los actores
económicos a la permanencia de la regulación existente en un
momento dado en un determinado sector de actividad. Dicha
estabilidad regulatoria es compatible con cambios legislativos,
cuando sean previsibles y derivados de exigencias claras del
interés general.

A este respecto, las medidas cuestionadas implican,


ciertamente, una modificación respecto del régimen anterior,
decisión que el legislador de urgencia adopta a la vista de la
situación en la que se encontraba el sistema eléctrico. No cabe
calificar de inesperada la modificación producida, pues la
evolución de las circunstancias que afectaban a dicho sector de
la economía, hacían necesario acometer ajustes de este marco
normativo, como efecto de las difíciles circunstancias del sector
en su conjunto y la necesidad de asegurar el necesario equilibrio
económico y la adecuada gestión del sistema. No cabe, por
tanto, argumentar que la modificación del régimen retributivo
que se examina fuera imprevisible para un “operador económico
prudente y diligente”, atendiendo a las circunstancias
económicas y a la insuficiencia de las medidas adoptadas para
reducir un déficit persistente y continuamente al alza del sistema
eléctrico no suficientemente atajado con disposiciones
anteriores.

El preámbulo del Real Decreto-ley determina que su objeto es


evitar la “sobre-retribución” de determinadas instalaciones de
régimen especial, sin que los principios invocados por los
recurrentes —seguridad jurídica y confianza legítima— puedan
constituir un obstáculo insalvable para que el titular de la
potestad legislativa pueda introducir medidas de carácter
general que impliquen una alteración de determinados aspectos
del régimen retributivo anterior. Estamos pues ante una norma
clara, que no genera duda sobre sus efectos, los presupuestos
de hecho a los que se aplica o sus consecuencias jurídicas, por
lo que, ni desde una vertiente objetiva ni desde una subjetiva
genera incertidumbre sobre su alcance. En una situación de
crisis económica generalizada, modificaciones análogas a la
presente han sido llevadas a cabo en éste y en otros sectores
económicos, que, además, están sometidos a una intervención
administrativa más intensa, dada su incidencia en los intereses
generales, como lo es la actividad de producción de energía
eléctrica. Ello hace particularmente inviable la pretensión de que
los elementos más favorables de su régimen económico estén
investidos de una pretensión de permanencia e inalterabilidad
124
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

en el tiempo, pues es precisamente la


protección de esos intereses generales la
premisa que obliga a los poderes públicos a
adaptar su regulación al cambio de las
circunstancias.

En palabras de este Tribunal, los principios de seguridad jurídica


y confianza legítima no “permiten consagrar un pretendido
derecho a la congelación del ordenamiento jurídico existente
(SSTC 182/1997, de 28 de octubre, FJ 13, y 183/2014, de 6 de
noviembre, FJ 3) ni, evidentemente pueden impedir la
introducción de modificaciones legislativas repentinas, máxime
cuando lo hace el legislador de urgencia (STC 237/2012, de 13
de diciembre, FJ 6). En estos casos, es precisamente la
perentoriedad de la reacción legislativa —cuya concurrencia en
este caso ya ha sido examinada— la que abre la puerta a la
injerencia del gobierno en la legislación vigente, al amparo del
art. 86.1 CE” (STC 81/2015, de 30 de abril, FJ 8). No sería
coherente con el carácter dinámico del ordenamiento jurídico y
con nuestra doctrina constante acerca de que la realización del
principio de seguridad jurídica, aquí en su vertiente de
protección de la confianza legítima, no puede dar lugar a la
congelación o petrificación de ese mismo ordenamiento (por
todas, STC 183/2014, FJ 3), por lo que no cabe sino concluir
que la regulación impugnada se enmarca en el margen de
configuración del legislador, que tiene plena libertad para elegir
entre las distintas opciones posibles, dentro de la Constitución.
(…)”35

En esa medida, la jurisprudencia del Tribunal Constitucional de


España ha sido precisa en estimar que la confianza legítima no
presupone que el ordenamiento jurídico este impedido para sufrir
modificaciones, puesto que debe atenderse al dinamismo del contexto
social y jurídico; así, las regulaciones no pueden mantenerse estáticas
de modo indefinido, ni mucho menos que un régimen normativo deba
permanecer intacto a lo largo del tiempo.

Asimismo, considera que no puede protegerse la confianza que


el gobernado realice en torno al mantenimiento indefinido de una
regulación de índole económica o de la permanencia de su existencia
en un momento dado, pero insiste en que dicho principio no es
35
Inclusive esta postura fue reiterada en la sentencia 42/2016, de 3 de marzo de 2016 (BOE núm. 85, de 8 de abril de
2016), emitida por el Pleno del Tribunal Constitucional de España.
http://www.tribunalconstitucional.es/es/jurisprudencia/Paginas/Sentencia.aspx?cod=21491
125
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

obstáculo para la alteración de normativas, así no se configura la


posibilidad congelar el ordenamiento jurídico existente.

De los orígenes y pronunciamientos de órganos jurisdiccionales


antes referidos, se advierte que el principio de confianza legítima se
acuñó con motivo de la existencia de actos de la administración en los
que había concedido determinados derechos o, en su caso, había
tolerado conductas no reguladas expresamente durante un periodo
prolongado o, en otros supuestos, había incurrido en un silencio
administrativo por tiempo indefinido ante peticiones de los particulares
y, posteriormente, de forma intempestiva y sin normas jurídicas que
sirvieran de fundamento para ello, la administración cambió de parecer
y modificó el acto anteriormente emitido y prohibió la conducta que no
tenía regulación y que había sido tolerada.

Asimismo, se aprecia que tanto en la doctrina y jurisprudencia de


los derechos alemán, español y de la Unión Europea, el principio de
confianza legítima, en relación con los actos de la administración,
puede tutelar meras expectativas de derecho, con motivo de que
puede derivar de reconocimientos expresos de la autoridad o incluso
de la mera toleración de conductas o circunstancias, ante la falta de
normas que las regulen.

Sin embargo, tratándose de actos legislativos, se invoca el


principio de confianza legítima a nivel de derechos adquiridos y bajo la
perspectiva de irretroactividad de normas, porque el pretender tutelar
meras expectativas de derechos contra los actos legislativos
equivaldría a la petrificación o congelación del Derecho, a su
inmovilización total o parcial y el consecuente cierre definitivo a los
cambios sociales, políticos o económicos, lo cual sería contrario al
Estado de derecho democrático y a la facultad que, en éste, tiene el
legislador de ajustar la norma a las cambiantes necesidades de la
sociedad y de la realidad.

Pues bien, después de haber esbozado una breve referencia al


origen del concepto de confianza legítima y a los pronunciamientos de
los tribunales en donde se acuñó su contenido, esta Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación se avoca a efectuar
consideraciones en torno a dicho principio, en la medida en que así lo
permita el marco jurídico mexicano.
126
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En diversos criterios, esta Suprema Corte de


Justicia de la Nación ha sostenido que el principio de
seguridad jurídica, consagrado en los artículos 14 y 16
de la Constitución Federal, es la base sobre la cual descansa el
sistema jurídico mexicano, en la medida en que tutela el derecho del
gobernado a no encontrarse jamás en una situación de incertidumbre
jurídica y, en consecuencia, su estado de indefensión.

La esencia del derecho a la seguridad jurídica versa sobre la


premisa relativa a “saber a qué atenerse” respecto del contenido de
las leyes y de la propia actuación de la autoridad, y, respecto de los
actos legislativos, exige el establecimiento de normas que otorguen
certeza a los gobernados.

No obstante, a pesar que el artículo 16 de la Ley Fundamental


contenga la tutela de la seguridad jurídica de la situación del
gobernado frente a la regulación existente y la conducta del Estado, no
debe entenderse en la dimensión que el ordenamiento jurídico —y en
específico las porciones normativas—, deben señalar de manera
especial el procedimiento que regula las relaciones entre los
particulares y las autoridades, sino únicamente constriñe a que la ley
de que se trate contenga los elementos mínimos y necesarios para
hacer valer el derecho del interesado y evitar así, que se generen
actitudes arbitrarias por parte del poder público.

Sirve de sustento a lo anterior las tesis siguientes:

“GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA, QUÉ SE ENTIENDE


POR. La garantía de seguridad jurídica prevista en el artículo 16
de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no
debe entenderse en el sentido de que la ley ha de señalar de
manera especial y precisa un procedimiento para regular cada
una de las relaciones que se entablen entre las autoridades y
los particulares, sino que debe contener los elementos mínimos
para hacer valer el derecho del gobernado y para que, sobre
este aspecto, la autoridad no incurra en arbitrariedades, lo que
fácilmente explica que existen trámites o relaciones que por su
simplicidad, sencillez o irrelevancia, no requieren de que la ley
pormenorice un procedimiento detallado para ejercitar el
derecho correlativo. Lo anterior corrobora la ociosidad de que en
127
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

todos los supuestos la ley deba detallar en extremo un


procedimiento, cuando éste se encuentra definido de manera
sencilla y suficiente para evidenciar la forma en que debe
hacerse valer el derecho por el particular y las facultades y
obligaciones que le corresponden a la autoridad.” 36

“GARANTÍA DE SEGURIDAD JURÍDICA. SUS ALCANCES.


La garantía de seguridad jurídica prevista en el artículo 16 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, no debe
entenderse en el sentido de que la ley ha de señalar de manera
especial y precisa un procedimiento para regular cada una de
las relaciones que se entablen entre las autoridades y los
particulares, sino que debe contener los elementos mínimos
para hacer valer el derecho del gobernado y para que, sobre
este aspecto, la autoridad no incurra en arbitrariedades, lo que
explica que existen trámites o relaciones que por su simplicidad
o sencillez, no requieren de que la ley pormenorice un
procedimiento detallado para ejercer el derecho correlativo. Lo
anterior corrobora que es innecesario que en todos los
supuestos de la ley se deba detallar minuciosamente el
procedimiento, cuando éste se encuentra definido de manera
sencilla para evidenciar la forma en que debe hacerse valer el
derecho por el particular, así como las facultades y obligaciones
que le corresponden a la autoridad.”37

En esa perspectiva el principio constitucional de seguridad


jurídica tiene por objeto, a nivel normativo, desde un aspecto positivo,
que los gobernados tengan plena certeza del contenido del
ordenamiento jurídico existente, a grado tal que puedan conocer los
alcances y consecuencias de las hipótesis normativas que el legislador
ha contemplado, así como también el ámbito de competencia y de
actuación de las instituciones y autoridades del poder público, para
que con ello, desde un ámbito negativo, estén en aptitud de evitar
actuaciones arbitrarias por parte de las autoridades y, en caso de que
ello suceda, poder acceder a los remedios jurídicos o medios de
defensa conducentes.

Conforme a ello, la seguridad jurídica se erige como uno de los


ejes rectores que regulan la interacción entre el Estado y los
gobernados, debido a que, en tanto los dispositivos legales se revistan
36
Tesis Aislada; Instancia: Segunda Sala; Fuente: Apéndice (actualización 2002), tomo I, Jur. Acciones de
Inconstitucionalidad y C.C, página 321.
37
Jurisprudencia; Instancia: Segunda Sala; Fuente. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XXIV,
octubre de 2016, página 351.
128
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

de certeza, posibilitaran a los particulares conocer las


facultades y aptitudes que se le permitieron a la
autoridad, ello con la finalidad de evitar la
actualización de conductas arbitrarias o
desproporcionadas y excesivas y, en el supuesto de suscitarse, los
ciudadanos tengan la certeza de hacer valer sus derechos.

Derivado de lo anterior, es posible advertir que una


manifestación del principio de seguridad jurídica lo constituye la
confianza legítima, debido a que se vincula directamente con la
relación suscitada entre la autoridad y el gobernado, es decir, entre los
intereses públicos y los particulares.

En ese orden de ideas, la confianza legítima constituye una


manifestación del principio de seguridad jurídica, en su faceta de
interdicción o prohibición de la arbitrariedad o del exceso, en virtud de
la cual, en el caso de que la actuación de los poderes públicos haya
creado en una persona interesada confianza en la estabilidad de sus
actos, éstos no pueden modificarse de forma imprevisible e
intempestiva, salvo el supuesto en que así lo exija el interés público.

Ahora, la confianza legítima, como manifestación del principio de


seguridad jurídica y atendiendo a las características de todo Estado
democrático, adquiere diversos matices dependiendo de si se
pretende invocar frente a actos administrativos o a actos legislativos.

En efecto, como se mencionó anteriormente, el principio de


confianza legítima tuvo sus orígenes en la existencia de actos de la
administración en los que había concedido determinados derechos o,
en su caso, había tolerado conductas no reguladas expresamente
durante un periodo prolongado o, en otros supuestos, había incurrido
en un silencio administrativo —respecto de tales conductas— por
tiempo indefinido ante peticiones de los particulares y, posteriormente,
de forma intempestiva y sin normas jurídicas que sirvieran de
fundamento para ello, la administración cambió de parecer y modificó
el acto anteriormente emitido y prohibió la conducta que no tenía
regulación y que había sido tolerada.

129
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

En virtud de ello, respecto de los actos de la administración, el


denominado principio de confianza legítima se invocó con el fin de
tutelar meras expectativas de derecho, pues aun cuando no existiera
una norma que regulara determinadas conductas o circunstancias
—derecho objetivo— la autoridad administrativa ya había emitido
previamente un acto administrativo en el que reconocía a un particular
la posibilidad de gozar de una prerrogativa o de realizar una conducta
o, en su caso, la había tolerado o mantenido un silencio —respecto de
una petición relacionada con ella— durante un tiempo prolongado,
generando con ello la confianza en que la situación se mantendría.

Por tanto, tratándose de actos de la administración, la confianza


legítima debe entenderse como la tutela a las expectativas
razonablemente creadas, en favor del gobernado, a partir de las
acciones y omisiones del Estado, las cuales hayan generado en el
particular la estabilidad de cierta decisión de la autoridad, a partir del
cual haya ajustado su conducta, pero que con motivo de un cambio
súbito e imprevisible, se vea quebrantada esa expectativa.

En otras palabras, la confianza legítima protege la situación de


los interesados cuando hayan actuado —con base en la esperanza o
expectativa que la propia autoridad administrativa le indujo— en la
estabilidad de que su actividad puede mantenerse legalmente, por
haber sido consentida de manera persistente en el tiempo.

En ese sentido, puede afirmarse que la confianza legítima


encuentra íntima relación con un diverso principio aplicable a los actos
administrativos, que es el de irrevocabilidad unilateral de las
resoluciones favorables, el cual halla su confirmación legislativa en los
artículos 2°, último párrafo; 13, fracción III, ambos de la Ley Federal de
Procedimiento Contencioso Administrativo, así como el en diverso 36
del Código Fiscal de la Federación, de los cuales se advierte que la
cuando administración pública federal —incluidas las autoridades
fiscales— pretenda la modificación o nulidad de una resolución
favorable a un particular, deberán promover juicio contencioso ante el
Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

Aunado a lo anterior, es imperativo señalar que la confianza


legítima es un mecanismo por medio del cual se protege una legítima,
fundada y objetiva expectativa creada por la autoridad administrativa
130
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

mediante sus actos; sin embargo, un elemento


indispensable que debe tomarse en consideración al
momento de estudiarse si se ha transgredido o no ese
principio, es la ponderación que al respecto se efectúe
entre los intereses públicos o colectivos frente a los intereses
particulares, pues —como se señaló con anterioridad— el acto de
autoridad podrá modificarse ante una imperante necesidad del interés
público.

Sin embargo, tratándose de actos legislativos, el principio de


confianza legítima debe invocarse bajo la perspectiva de
irretroactividad de normas, lo cual en nuestro orden jurídico se
encuentra consagrado en el artículo 14 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos.

Lo anterior se estima así, porque el pretender tutelar meras


expectativas de derecho contra los actos legislativos —sobre todo en
el caso de las normas de carácter tributario— equivaldría a la
petrificación o congelación del Derecho, a su inmovilización total o
parcial y el consecuente cierre definitivo a los cambios sociales,
políticos o económicos, lo cual sería contrario al Estado de derecho
democrático y a la facultad que, en éste, tiene el legislador de ajustar
la norma a las cambiantes necesidades de la sociedad y de la
realidad.

Sobre el particular esta Suprema Corte de Justicia de la Nación


ha establecido que del texto constitucional se desprende que el
objetivo primordial del sistema tributario es el de sufragar los gastos
públicos de la Federación, los Estados y Municipios, siempre y cuando
los gobernados tributen de manera proporcional y equitativa; dicha
premisa se advierte del contenido del artículo 31, fracción IV, de la
Constitución Federal.

Ahora, la Ley Fundamental delega la facultad de establecer el


sistema tributario del país al Congreso de la Unión, al que debe
reconocérsele una amplía y legítima libertad de configuración por
cuanto se refiere al diseño, creación, modificación y supresión de las
contribuciones, lo que se configura como la potestad que en exclusiva
se le ha conferido al Poder Legislativo para decidir y definir el modelo

131
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

y las políticas tributarias que en cada momento histórico cumplan con


sus propósitos de la mejor manera.

Así, como se ha delimitado a lo largo de esta sentencia, esa


libertad configurativa que detenta el Poder Legislativo no es
omnímoda, ni muchos menos ilimitada, debido a que se encuentra
supeditada a no vulnerar los derechos humanos reconocidos en la
Constitución General de la República y los reconocidos en los
Tratados Internacionales de los que el Estado mexicano sea parte.

En ese orden de ideas, el diseño tributario, a nivel de leyes,


pertenece al ámbito de las facultades del Congreso de la Unión y, por
ende, conlleva un margen amplio de configuración político, de modo
tal que el hecho de que en un momento determinado se decida la
eliminación o la incorporación de nuevos regímenes fiscales al diseño
tributario, no implica per se, la inconstitucionalidad de la ley de que se
trate, siempre que ésta no contravenga los dispositivos
constitucionales que tutelan derechos humanos. 38

Esa libertad de configuración en materia del diseño impositivo,


permite al legislador modificar, conforme a la política fiscal aplicable en
su momento, realizar alteraciones a las leyes que contemplen los
tributos que permitirán sufragar los gastos públicos del Estado; de
modo tal que no existe en la constitución el derecho tutelado a que el
sistema tributario permanezca inmodificable y estático, sino por el
contrario resulta indispensable para el poder público adaptar la
normatividad fiscal al contexto económico, tanto nacional e
internacional, así como a las necesidades públicas.

38
Sustenta lo anterior la jurisprudencia 1ª./J 159/2007, de rubro y texto siguientes “ SISTEMA TRIBUTARIO. SU DISEÑO
SE ENCUENTRA DENTRO DEL ÁMBITO DE LIBRE CONFIGURACIÓN LEGISLATIVA, RESPETANDO LAS
EXIGENCIAS CONSTITUCIONALES. El texto constitucional establece que el objetivo del sistema tributario es cubrir los
gastos públicos de la Federación, del Distrito Federal y de los Estados y Municipios, dentro de un marco legal que sea
proporcional y equitativo, por ello se afirma que dicho sistema se integra por diversas normas, a través de las cuales se
cumple con el mencionado objetivo asignado constitucionalmente. Ahora bien, la creación del citado sistema, por
disposición de la Constitución Federal, está a cargo del Poder Legislativo de la Unión, al que debe reconocérsele un
aspecto legítimo para definir el modelo y las políticas tributarias que en cada momento histórico cumplan con sus
propósitos de la mejor manera, sin pasar por alto que existen ciertos límites que no pueden rebasarse sin violentar los
principios constitucionales, la vigencia del principio democrático y la reserva de ley en materia impositiva. En tal virtud,
debe señalarse que el diseño del sistema tributario, a nivel de leyes, pertenece al ámbito de facultades legislativas y que,
como tal, lleva aparejado un margen de configuración política -amplio, mas no ilimitado-, reconocido a los representantes
de los ciudadanos para establecer el régimen legal del tributo, por lo que el hecho de que en un determinado momento
los supuestos a los que recurra el legislador para fundamentar las hipótesis normativas no sean aquellos vinculados con
anterioridad a las hipótesis contempladas legalmente, no resulta inconstitucional, siempre y cuando con ello no se
vulneren otros principios constitucionales.” (Instancia: Primera Sala; Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, tomo XXVI, Diciembre de 2007, página 111).
132
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Consecuentemente, debe contemplarse que


atento al principio de generalidad, que se desprende
del artículo 31, fracción IV, de la Constitución Federal,
todos los gobernados tienen la obligación de contribuir
a los gastos del Estado, en una manera proporcional y equitativa, sin
que pueda estimarse que existe el derecho de tributar de una manera
específica e indefinida.

En esa medida, la decisión del legislador de aumentar las


contribuciones establecidas, eliminar determinados regímenes fiscales
o modificar los elementos esenciales de un tributo hacia el futuro, no
implica por sí mismo, que se afecten situaciones anteriores o que se
transgredan derechos adquiridos por los contribuyentes, puesto que
los gobernados no incluyen a su esfera jurídica la posibilidad de
contribuir, por y para siempre, en un modo o forma inmutable.

Por el contrario, si se toma en cuenta que el Congreso de la


Unión, en ejercicio de la potestad tributaria que la Constitución Federal
le confirió, anualmente determina las contribuciones del año fiscal
correspondiente y, cuando las incrementa hacia el futuro, es patente la
no afectación a situaciones acaecidas con anterioridad, por lo que los
particulares no pueden esgrimir la violación a la citada garantía,
debido a que no tienen un derecho adquirido a pagar siempre sobre
una misma base gravable o tasa, en la medida en que contribuir al
gasto público es una obligación de los gobernados y no un bien que
ingrese al patrimonio del contribuyente.

Robustece a lo anterior, la jurisprudencia plenaria P./ 105/99,


que es del tenor siguiente:

“CONTRIBUCIONES. LAS LEYES QUE LAS INCREMENTAN


NO VIOLAN LA GARANTÍA DE IRRETROACTIVIDAD. Esta
garantía, consagrada en el artículo 14 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, consiste en que una ley no
puede contener disposiciones que regulen hechos acaecidos
con anterioridad a su vigencia o afectar derechos adquiridos; el
Congreso de la Unión, en ejercicio de la potestad tributaria que
la propia Constitución le confiere, anualmente determina las
contribuciones del año fiscal correspondiente, y cuando las
incrementa hacia el futuro, es claro que no afecta situaciones
anteriores y los particulares no pueden alegar violación a dicha
133
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

garantía, porque no tienen el derecho adquirido para pagar


siempre sobre una misma base o tasa, ya que contribuir al gasto
público es una obligación de los mexicanos consagrada en el
artículo 31, fracción IV, constitucional, y no un bien que ingrese
al patrimonio del contribuyente.”

De esa manera, este Alto Tribunal ha sostenido el criterio que la


teoría de los derechos adquiridos no aplica en materia tributaria, a
nivel de leyes, considerar lo contrario equivaldría desconocer la
realidad económica, financiera y social que envuelve al país. 39

Además, las normas tributarias adquieren una especial y


relevante importancia debido a su influencia en el interés de la
colectividad, en tanto funciona como uno de los mecanismos con los
que cuenta el Estado para proveer lo necesario para el desarrollo
económico, justo y adecuado de la población, e incluso, constituye uno
de los principales instrumentos de la política económica interna y
externa de la nación, ante lo cual puede estimarse que prevalece por
encima de los interese particulares.

En esas condiciones, los gobernados no pueden considerar de


manera fundada y razonable la existencia de una expectativa o
esperanza en que determinado sistema de tributación o régimen fiscal
continuará o se mantendrá indefinidamente, o en su caso, que la tasa
o tarifa de una contribución permanecerá sin cambios, puesto que la
delimitación del conjunto de normas fiscales constituye una facultad
del legislador, quien en observancia a la política tributaria aplicable en
su momento, definirá el modelo de contribuciones que regirá en un
período cierto.
39
Apoya a lo anterior la tesis siguiente: “RENTA. EL ANTEPENÚLTIMO PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 216 DE LA LEY
DEL IMPUESTO RELATIVO, NO VIOLA EL PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY. El citado principio
contenido en el primer párrafo del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, tutela la
irretroactividad de los efectos de una ley, entendida en el sentido de que ésta no puede establecer normas retroactivas,
ni aplicarse a situaciones jurídicas acaecidas con anterioridad a su vigencia, o bien, afectar derechos adquiridos. Sin
embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sostenido que la teoría de los derechos adquiridos es inaplicable
en materia tributaria. En ese tenor, el antepenúltimo párrafo del artículo 216 de la Ley del Impuesto sobre la Renta, al
establecer una prelación en la forma en que los contribuyentes deben aplicar los métodos para determinar sus ingresos
acumulables y las deducciones autorizadas, considerando para esas operaciones los precios y los montos de las
contraprestaciones que hubiesen utilizado con o entre partes independientes en operaciones comparables, no
transgrede el citado principio constitucional. Lo anterior es así, ya que es a partir de la fecha de su vigencia cuando el
contribuyente debe aplicar, en primer término, el método del precio comparable no controlado y, sólo cuando constate
que éste no sea el apropiado, puede utilizar cualquier otro método previsto en el indicado precepto legal, para determinar
si las operaciones realizadas entre las partes relacionadas se hicieron o no a precios de mercado, pues no puede
sostenerse que se hubiese adquirido indefinidamente el derecho a utilizar, sin limitación alguna cualquiera de los
métodos que prevé el referido artículo 216, ya que como se señaló, tratándose de la materia tributaria no es válido
sostener que los contribuyentes hubiesen adquirido el derecho para determinar los precios de transferencia de la misma
forma y en los mismos términos en los que lo hacían conforme a la legislación anterior.” (Tesis aislada; Instancia:
Primera Sala; Fuente: Semanario Judicial y su Gaceta, tomo XXXII, diciembre de 2010, página 170).
134
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

Es decir, los particulares no pueden fijar como


una expectativa a que las leyes fiscales continuarán
su vigencia hacia el futuro de manera indefinida, por el
contrario, deben estar siempre a la observancia de las modificaciones
y reformas que el legislador determine conducentes y oportunas para
alcanzar los objetivos que se han establecido.

Los contribuyentes no pueden suponer que existe una limitación


para el legislador en cuanto a la petrificación o mantenimiento
inmodificable del sistema jurídico en el ámbito tributario, estimar esa
premisa sería ir en contra de la libertad de configuración del Poder
Legislativo respecto del diseño impositivo, quien puede y está
facultado para alterar las leyes tributarias en la medida en que
considere necesario para alcanzar las metas que en materia de
política fiscal se han propuesto, siempre que se apegue al respecto de
los derechos humanos.

Por tanto, el principio de confianza legítima no tiene el alcance


de oponer al legislador —en especial en materia tributaria— meras
expectativas de derecho, debido a la imposibilidad del contribuyente
de contar con la esperanza en que una tasa, tarifa e incluso un
régimen de tributación permanecerá inmodificable hacia el futuro.

Además, la modificación de las normas tributarias tiene, por regla


general, un fin de interés público que es preponderante al interés
particular de cada contribuyente, pues con base en el principio de
generalidad tributaria se tutela el interés del Estado en la percepción
de ingresos, que es un interés público encaminado a atender
necesidades sociales relevantes con amplio respaldo o tutela
constitucional, así como la necesidad de basar la contribución de los
ciudadanos al sostenimiento de los gastos públicos en criterios de
solidaridad.

Consecuentemente, resulta infundado el motivo de disenso


abordado en este apartado, pues el principio de confianza legítima no
tiene el alcance de oponer meras expectativas de derecho frente a la
amplia facultad de configuración del legislador —en especial en
materia tributaria— para cuestionar la regularidad constitucional de

135
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

actos legislativos en los que se determina la modificación o supresión


de regulaciones en materia de contribuciones.

En mérito de lo anterior, ante lo infundado e inoperante de los


conceptos de violación, lo conducente es negar el amparo solicitado.

SÉPTIMO. Revisión adhesiva. Por las consideraciones que


anteceden resulta procedente declarar infundados los agravios que
se expresan en la revisión adhesiva interpuesta por las quejosas, cuya
intención era que se convalidara la decisión del Juez de Distrito.

Por lo antes expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia


recurrida.

SEGUNDO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a las


quejosas, contra los artículos 74 y 75 de la Ley del Impuesto sobre la
Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación el once de
diciembre de dos mil trece.

TERCERO. En la materia de la revisión, es infundada la revisión


adhesiva interpuesta por las quejosas.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, devuélvanse los


autos al Juzgado de Distrito de origen y, en su oportunidad, archívese
este asunto como concluido.

Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación Por unanimidad de cinco votos de los Ministros Eduardo
Medina Mora I., Javier Laynez Potisek, José Fernando Franco
González Salas (ponente), Margarita Beatriz Luna Ramos y Presidente
Alberto Pérez Dayán. El Ministro Alberto Pérez Dayán, formulará voto
concurrente. La señora Ministra Margarita Beatriz Luna Ramos, emitió
su voto en contra de consideraciones.

Firman el Ministro Presidente, el Ponente y el Secretario de


Acuerdos de la Segunda Sala, quien autoriza y da fe.

136
AMPARO EN REVISIÓN 894/2015

PRESIDENTE

MINISTRO ALBERTO PÉREZ DAYÁN

PONENTE

MINISTRO JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS

SECRETARIO DE ACUERDOS

LICENCIADO MARIO EDUARDO PLATA ÁLVAREZ

Esta hoja corresponde al amparo en revisión 894/2015, Recurrentes: ********** y **********, ambas
********** (quejosas), Cámara de Diputados y Presidente de la República (autoridades
responsables), fallado el día cinco de octubre de dos mil dieciséis, en el sentido siguiente:
PRIMERO. En la materia de la revisión, se revoca la sentencia recurrida. SEGUNDO. La Justicia
de la Unión no ampara ni protege a las quejosas, contra los artículos 74 y 75 de la Ley del
Impuesto sobre la Renta, publicada en el Diario Oficial de la Federación el once de diciembre de
dos mil trece. TERCERO. En la materia de la revisión, es infundada la revisión adhesiva
interpuesta por las quejosas. CONSTE.

En términos de lo dispuesto en los artículos 3, fracción XXI, 73, fracción II, 111, 113, 116, Octavo y
Duodécimo Transitorios de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, así
como en el segundo párrafo de artículo 9º del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se testa
la información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos
supuestos normativos.

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