Mitos Karen
Mitos Karen
Mitos Karen
Medusa...........................................................................................................................................2
Dios griego Zeus.......................................................................................................................3
EL rapto de perséfone.......................................................................................................5
Hércules y los 12 trabajos...................................................................................................7
El talón de Aquiles...................................................................................................................9
El mito de Prometeo..............................................................................................................10
El nacimiento de Afrodita...................................................................................................12
Atenea..........................................................................................................................................13
La caída de cronos................................................................................................................14
Orfeo y Eurídice.......................................................................................................................15
Bibliografía.................................................................................................................................17
1
Medusa
Cuenta la leyenda que Medusa era una mujer mortal, hermosa y tentadora como
el más dulce de los pecados. Tanta era su belleza que Poseidón, dios del mar,
queda prendado de ella y no descansa hasta conseguir satisfacer su deseo, contra
voluntad de la muchacha, en el templo de Atenea.
Atenea, diosa de la pureza y castidad entre otras cosas, se ve terriblemente
ofendida y castiga a Medusa pues simbolizaba todo lo contrario a ella…deseo…
carnalidad…voluptuosidad.
Los cabellos de la joven se vuelven siseantes serpientes, sus ojos de una
intensidad tal que si los miras fijamente, te vuelves de piedra. Medusa se había
transformado en un monstruo pero aún se hacía valer por su andar provocador y
sensual que hipnotizaba casi tanto como su mirada.
Atenea, viendo que su castigo no había tomado los tintes que ella esperaba, envió
al valeroso Perseo a que cortara esa inmunda cabeza. Éste, muy
inteligentemente, usó su escudo a modo de espejo para que Medusa se reflejara
en él y de este modo pudiera vencerla y entregarla a la diosa.
Desde entonces la cabeza de Medusa fue imágen del escudo de la casta Atenea
como instrumento para atemorizar al enemigo.
En ello se unía la perversión y la virtud…porque nunca nada es tan bueno, ni a la
vez tan malo.
En una versión del mito, narrada por el poeta romano Ovidio, Medusa era
originalmente una hermosa doncella, y sacerdotisa del templo de Atenea, pero
cuando fue violada por Poseidón, Atenea se enfureció y la transformó su
hermoso cabello en serpientes e hizo su cara tan terrible que su mera visión
convertía a los hombres en piedra.
En este relato Perseo describe el castigo de Atenea a Medusa como justo y
merecido. Por ello Medusa representa la Lujuria.
2
Dios griego Zeus
Este rey de los dioses, llamado Zeus, se casó con Hera, estableció su morada en
el monte Olimpo y gobernó Grecia y la parte de Oriente de donde descendían sus
ancestros, siendo célebre por su valor, su prudencia y su justicia.
Fue el dios del trueno, el relámpago y el rayo y ocupó el primer lugar entre las
divinidades greco-latinas, siendo su culto el más extendido.
En su altar se ofrecían sacrificios de animales, como la cabra, el cordero y el toro
blanco, pero nunca se sacrificaron humanos.
La harina, la sal y el incienso eran también ofrecidos en los rituales y el olivo y la
encina eran los árboles consagrados a él.
Era un dios generoso, franco, entusiasta y con gran sentido del humor y la justicia.
Zeus es el dios Júpiter de los romanos, es el que sostiene el universo por medio
de una serie de luchas y con sus dones de clarividencia, poderío y conocimiento
todas las cosas
Este dios era representado con un aspecto majestuoso, con barba, sentado en su
trono y sosteniendo en la mano derecha el rayo y armado de dos flechas, y esta
representación así como otras que le adjudicaban, simbolizaban sus poderes.
La diosa Hera era la esposa de Zeus y también su hermana; por lo tanto era
además hija de Rea y Cronos y hermana de Poseidón, Hades, Deméter y Hestia.
El mito relata que Zeus se enamoró de Hera y la engañó disfrazándose de un ave,
el cuclillo.
Para su casamiento fueron invitados todos los dioses, todos los hombres y todos
los animales. Asistieron todos, con excepción de la ninfa Quelona que por esa
razón fue convertida en tortuga.
Pero Hera no vivió mucho tiempo con Zeus, debido a su maltrato y sus constantes
disputas y hasta guerras. Un día llegó a colgarla con una cadena de oro entre el
3
Cielo y la Tierra con un yunque en cada pie y cuando uno de sus hijos quiso
liberarla Zeus le dio un puntapié que lo hizo caer del Cielo a la Tierra.
Además Zeus le era infiel a Hera, provocándole muy crueles celos y rencores.
Hera no era tampoco una mujer muy virtuosa, tenía mal humor constante y
también tuvo relaciones amorosas con muchos hombres, además de conspirar
para destronar a su marido.
La leyenda cuenta que Hera se bañaba todos los años en una fuente que la
tornaba virgen.
Hera concibió muchos hijos de manera alegórica, comiendo lechuga o tocando
una flor o extrayendo de la tierra los vapores que acogía en su seno.
Se preocupaba mucho por su belleza y pretendía ser la más bella del Olimpo. Se
dedicaba a presidir los casamientos y los nacimientos y en Roma también
controlaba la moneda.
Realizó muchos prodigios y tomó muchas venganzas e inspiró gran temor y
respeto. Su culto se extendió hasta Asia, llegó a África a través de Egipto y en
todas partes se podían encontrar templos dedicados a esta diosa.
4
EL rapto de perséfone
El día 21 de Diciembre se inició oficialmente el invierno. Haciendo memoria
recordé el mito griego sobre el cambio de las estaciones, encarnado en los
personajes de Hades y Perséfone. Cuenta la leyenda que en las floreadas
praderas de Nisa vivía la joven y bella Perséfone, rodeada de animales y frondosa
flora. Su madre, Deméter, diosa de la agricultura y la fertilidad, amaba a su hija por
encima de todas las cosas y la protegía con gran celo. Allá por donde Deméter
pasaba brotaba, abundante, la vida. Convertida en una grulla blanca, la diosa iba a
visitar a su hija cada día para llevarle todo aquello que pudiera necesitar.
Un día, el rey de los dioses del Olimpo, Zeus, indicó a su hermana Deméter, que
su joven sobrina debería contraer matrimonio pronto. La diosa, enfadada, se negó
obstinadamente a acceder ante tal petición, alegando que su hija era demasiado
joven y que jamás consentiría que la apartaran de su lado. Zeus, enojado,
ordenó a Cupido lanzar una flecha a la joven Perséfone para que se enamorara de
la primera persona que viera. Deméter intentó pararla, haciendo que esta rebotara
en las columnas del templo y desviando su dirección original. La flecha acabó
hundiéndose en el lago junto al que Perséfone solía sentarse.
Al poco rato, un narciso brotó de la tierra. Esa flor, desconocida para Perséfone,
llamó su atención y se acercó a olerla. De repente, la tierra se abrió y apareció
Hades, dios del Inframundo, a lomos de un enorme caballo negro. Perséfone,
huyó despavorida, pero el dios del Averno la alcanzó fácilmente, la subió a su
caballo y se hundió con ella en las profundidades de sus dominios. Mientras tanto,
Deméter, presintiendo que algo pasaba, se acercó a ver a su hija, encontrando tan
solo su corona de flores en la zona, ahora carbonizada, por donde Perséfone y su
raptor habían desaparecido en dirección al Infierno.
Deméter, desesperada e ignorante de lo ocurrido, adoptó la forma de una anciana
e inició la búsqueda de su hija por todos los rincones de la tierra sin éxito en su
misión. Un día, en los confines del mundo, junto a un acantilado, se encontró a la
diosa Iris, que, apiadándose de ella, le explicó que su hija estaba en el Averno,
5
junto a Hades y la consoló diciéndole que sería un buen matrimonio. Después de
todo, Perséfone sería la reina del Inframundo.
Mientras tanto en el Infierno, Perséfone recriminaba a Hades su acción, dándole a
entender su confusión ante el amor que este le profesaba no habiéndola visto
nunca antes. Este, en un intento de conciliación con su amada, le contó el porqué
de su enamoramiento. «Estaba contemplando tu reflejo desde aquí, en el lago
junto al que sueles sentarte, cuando la flecha de Cupido me alcanzó». Aun así,
Perséfone no podía disimular su rabia y tristeza al saberse en un lugar tan distinto
a sus luminosas praderas llenas de vida. A pesar de todo, con el tiempo se resignó
y Hades supo ganarse su corazón, hasta que, finalmente, la joven le correspondió
y aceptó su propuesta de matrimonio.
Deméter, absolutamente furiosa a la vez que desconsolada por las noticias de Isis,
se dirigió al Olimpo adoptando la forma de una grulla negra para hablar con Zeus.
Una vez allí, le amenazó con deja de fertilizar la tierra con la consecuente muerte
de toda la naturaleza y también de los humanos, si no le devolvía a su hija y la
sacaba del Inframundo. Zeus, alarmado ante la perspectiva, envió a Hermes, el
dios mensajero, a informar de lo sucedido a Hades. Perséfone debía volver.
Una vez en el Averno, y justo después de las nupcias de Hades y Perséfone,
Hermes informó a Hades de las intenciones de Deméter y las órdenes de Zeus.
Hades le respondió que le importaba poco lo que sucediera en la tierra, pero el
mensajero le dijo que si desaparecía el mundo de los vivos también el infierno
dejaría de existir. Aun impotente y furioso ante la perspectiva de perder a su
amada, escuchó el plan de Hermes. Le daría a su esposa una granada crecida en
el Averno. A riesgo de perder la vida, Perséfone tendría que permanecer un mes
en el reino de Hades por cada grano de granada que tomara. Hades le contó a su
esposa que Zeus había ordenado su regreso junto a su madre.
Perséfone se negó en rotundo exclamando apasionadamente que ella era feliz
junto a él. No quería seguir siendo manipulada ni mandada por nadie. «Si vuelvo,
mi madre jamás me permitirá regresar junto a ti». Hades le contó entonces su
plan. La joven reina aceptó y tuvo tiempo de tomar cuatro granos de granada
antes de acatar la orden de Zeus. Cuando volvió a su jardín en la tierra, su madre
que la esperaba allí, dejó su apariencia de anciana y se tornó en la bella diosa que
siempre fue. Pero Perséfone le dijo que tenía que volver al Inframundo como
mínimo durante cuatro meses. Ante los lamentos de Deméter, la joven le dijo que
no debía preocuparse puesto que cada año regresaría junto a ella durante unos
meses.
Cuando Perséfone se reunió con su esposo que la esperaba en su caballo negro
para dirigirse a su reino del Inframundo, Deméter proclamó que durante el tiempo
en que su hija estuviera ausente, el viento soplaría frío y la tierra se cubriría de un
manto de nieve hasta su regreso, momento en que de nuevo todo volvería a
florecer.
6
Y de esta leyenda nace el origen de las estaciones. Así pues, en estos momentos,
nuestra bella Perséfone se encuentra en el Averno, feliz, junto a su amado esposo
Hades, mientras que su madre Deméter cubre la tierra de frío y espera la vuelta de
su hija para volver a llenar el mundo de brisas cálidas y exuberante vegetación.
8
El talón de Aquiles
Tetis, la diosa del mar, tenía grandes poderes y gobernaba sobre todo lo que vivía
en las profundidades del mar. Una antigua profecía había pronosticado que debido
a los poderes de la madre, el hijo de la diosa Tetis tendría un poder tan grande
que superaría a su propio padre. Es por ello que Zeus, preocupado por perder su
posición como dios de dioses el más poderoso de todos, casó a la diosa con un
hombre mortal llamado Peleo.
Tetis y Peleo tuvieron un hijo que fue llamado Aquiles. Al ser hijo de un mortal
Aquiles sería mortal y al ser hijo de diosa sería un héroe. La duración de su vida
fue establecida por las Parcas, como ocurría con todos los seres mortales. Aquiles
no llegaría a la madurez.
Tetis era conocedora de este destino, sabía que su hijo se convertiría en un héroe
pero también sabía que moriría en la juventud. A ella no le agradaba este destino,
ella permanecería como diosa inmortal y eternamente joven y vería morir a su
propio hijo. Se decidió a cambiar el destino de su hijo, y de este modo lo baño a
escondidas en la laguna Estigia, cuyas aguas conducían al Averno y tenían el don
de la inmortalidad. Una vez allí, sumergió a su hijo en las aguas sujetándolo por el
talón, consiguió hacer que todo el cuerpo de Aquiles fuese invulnerable, excepto el
talón, ya que al sujetarlo por esa parte quedo sin bañarse por las aguas
inmortales. De este modo el único punto vulnerable de Aquiles era su talón.
Aquiles recibió una formación de guerrero, donde destacó por su gran velocidad
en la carrera. Aquiles se convirtió en un joven apuesto, en un héroe en las
batallas. Así tomó parte en la guerra de Troya, aun con los intentos de su madre la
diosa Tetis por impedirlo. En la guerra de Troya, Aquiles destacó como valiente
guerrero, pero recibió una flecha, disparada por Paris y guiada por el dios Apolo
que le dio en la única parte vulnerable de su cuerpo en el talón de Aquiles,
creándole una herida mortal. De este modo Aquiles llego a ser un poderoso héroe
que supero a su padre, tal y como se había predicho y murió antes de alcanzar la
madurez tal y como las Parcas anunciaron. Tetis no pudo hacer nada por convertir
en inmortal a su hijo mortal, por transformas lo humano en divino.
9
El mito de Prometeo
Era un tiempo en el que existían los dioses, pero no las especies mortales.
Cuando a éstas les llegó, marcado por el destino, el tiempo de la génesis, los
dioses las modelaron en las entrañas de la tierra, mezclando tierra, fuego y
cuantas materias se combinan con fuego y tierra. Cuando se disponían a sacarlas
a la luz, mandaron a Prometeo y Epimeteo que las revistiesen de facultades
distribuyéndolas convenientemente entre ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le
permitiese a él hacer la distribución "Una vez que yo haya hecho la distribución,
dijo, tú la supervisas". Con este permiso comienza a distribuir. Al distribuir, a unos
les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a otros
más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que para aquellas, a las que daba
una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las que daba un
cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarnecerse,
en tanto que a las que daba un cuerpo grande, precisamente mediante él, las
salvaba. De este modo equitativo iba distribuyendo las restantes facultades. Y las
ideaba tomando la precaución de que ninguna especie fuese aniquilada. Cuando
les suministró los medios para evitar las destrucciones mutuas, ideó defensas
contra el rigor de las estaciones enviadas por Zeus: las cubrió con pelo espeso y
piel gruesa, aptos para protegerse del frío invernal y del calor ardiente, y, además,
para que cuando fueran a acostarse, les sirviera de abrigo natural y adecuado a
cada cual. A algunas les puso en los pies cascos y a otras piel gruesa sin sangre.
Después de esto, suministró alimentos distintos a cada una: a unas hierbas de la
tierra; a otras, frutos de los árboles; y a otras raíces. Y hubo especies a las que
permitió alimentarse con la carne de otros animales. Concedió a aquellas
descendencia, y a éstos, devorados por aquéllas, gran fecundidad; procurando,
así, salvar la especie. Pero como Epimeteo no era del todo sabio, gastó, sin darse
cuenta, todas las facultades en los brutos. Pero quedaba aún sin equipar la
especie humana y no sabía qué hacer. Hallándose en ese trance, llega Prometeo
para supervisar la distribución. Ve a todos los animales armoniosamente
equipados y al hombre, en cambio, desnudo, sin calzado, sin abrigo e inerme. Y
ya era inminente el día señalado por el destino en el que el hombre debía salir de
la tierra a la luz. Ante la imposibilidad de encontrar un medio de salvación para el
hombre. Prometeo roba a Hefesto y a Atenea la sabiduría de las artes junto con el
10
fuego (ya que sin el fuego era imposible que aquella fuese adquirida por nadie o
resultase útil) y se la ofrece, así, como regalo al hombre. Con ella recibió el
hombre la sabiduría para conservar la vida, pero no recibió la sabiduría política,
porque estaba en poder de Zeus y a Prometeo no le estaba permitido acceder a la
mansión de Zeus, en la acrópolis, a cuya entrada había dos guardianes terribles.
Pero entró furtivamente al taller común de Atenea y Hefesto en el que practicaban
juntos sus artes y, robando el arte del fuego de Hefesto y las demás de Atenea, se
las dio al hombre. Y, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios
para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se
cuenta, el castigo del robo. El hombre, una vez que participó de una porción
divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino,
primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los
dioses. Luego, adquirió rápidamente el arte de articular sonidos vocales y
nombres, e inventó viviendas, vestidos, calzado, abrigos, alimentos de la tierra.
Equipados de este modo, los hombres vivían al principio dispersos y no en
ciudades, siendo, así, aniquilados por las fieras, al ser en todo más débiles que
ellas. El arte que profesaban constituía un medio, adecuado para alimentarse,
pero insuficiente para la guerra contra las fieras, porque no poseían el arte de la
política, del que el de la guerra es una parte. Buscaban la forma de reunirse y
salvarse construyendo ciudades, pero, una vez reunidos, se ultrajaban entre sí por
no poseer el arte de la política, de modo que al dispersarse de nuevo, perecían.
Entonces Zeus, temiendo que nuestra especie quedase exterminada por
completo, envió a Hermes para que llevase a los hombres el pudor y la justicia, a
fin de que rigiesen en las ciudades la armonía y los lazos comunes de amistad.
Preguntó, entonces, Hermes a Zeus la forma de repartir la justicia y el pudor entre
los hombres: "¿Las distribuyo como fueron distribuidas las demás artes?". Pues
éstas fueron distribuidas así: Con un solo hombre que posea el arte de la
medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con
los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o
bien las distribuyo entre todos? "Entre todos, respondió Zeus; y que todos
participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con
las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta
ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea
eliminado, como una peste, de la ciudad''.
11
El nacimiento de Afrodita
12
Atenea
La diosa Atenea (Minerva para los romanos), fue una de las diosas griegas más
importantes, con gran número de características y virtudes. Atenea, Diosa de la
sabiduría y la ciencia, de la guerra y patrona de diversas actividades y
ciudades. Es conocida como la diosa de la razón.
La sabiduría y cualidades de la joven, eran la consecuencia de su excepcional
nacimiento. Atenea es hija de Zeus y Metis. Cuando Metis estaba embarazada y a
los oídos de Zeus llegaron predicciones por parte de Gea y Urano, le dijeron que si
Metis daba a luz a una niña, a continuación tendría un hijo que superaría a Zeus y
le arrebataría el imperio del cielo. Zeus enfurecido devoró a Metis cuando ésta
estaba a punto de dar a luz. Lo que provocó en Zeus un intenso dolor de cabeza.
Cuando llegó el momento de dar a la luz, Zeus continuaba con su intenso dolor de
cabeza y ordeno a Hefesto, el artesano de todos los dioses que le abriera la
cabeza. Al abrir la cabeza de Zeus de ella salió Atenea, adulta, completamente
vestida y armada del escudo y la lanza, emitiendo un grito de guerra que resonó
con fuerza en el cielo y en la tierra.
Su excepcional nacimiento hizo de Atenea la diosa de la sabiduría y la guerra.
Es la diosa del pensamiento y el símbolo del progreso intelectual, se le atribuye la
invención de las ciencias, el arte y de la agricultura.
Ella y Poseidón competían por la posesión de Atenas. Los dioses prometieron que
la ciudad correspondería a aquel que hiciese el don más útil a los hombres.
Poseidón con su tridente hizo surgir un caballo que entregó a los hombres y
Atenea les entregó un olivo. Los dioses reconocieron el olivo como más importante
para los hombres, ya que supuso el origen de la agricultura.
La diosa Atenea, participo en diversas hazañas, desempeño un importante papel
en la lucha contra los Gigantes, dando muerte a Palante y Encélado, en la Ilíada
participa en la lucha al lado de los aqueos, protege a Heracles en el combate, en
la Odisea ayudo a Ulises a volver a Ítaca.
13
La caída de cronos
14
Orfeo y Eurídice
Después de haber vivido todas esas aventuras, Orfeo se refugia en Tracia. Allí
conoce a la dríade o ninfa del bosque. Eurídice, se enamora de ella y se casan.
Pese a vivir en la corte, Eurídice sigue visitando el bosque y a sus compañeras
ninfas.
En una de esas visitas, Eurídice se encuentra con un cazador, que persigue un
cervatillo. Eurídice se niega a indicarle el camino por el que ha huido el cervatillo y
el cazador se enfurece con ella, revela ser Aristeo, el dios de los cazadores y pide
un beso de Eurídice para sentirse menos agraviado. Ella se niega y huye de él.
Aristeo la persigue y, en la persecución, Eurídice es mordida por una serpiente. En
el palacio, Orfeo se preocupa por la tardanza de su esposa, manda a unos
soldados que la busquen y ellos traen su cadáver de vuelta a casa. En las orillas
del río Estrimón, Orfeo se lamentaba amargamente por la pérdida de Eurídice.
Consternado, Orfeo tocó canciones tan tristes y cantó tan lastimeramente, que
todas las ninfas y dioses lloraron y le aconsejaron que descendiera al inframundo
en busca de Eurídice. Orfeo, inconsolable, no acepta la muerte de su esposa y
decide hacer algo al respecto: irá a buscarla al infierno, el Hades, para traerla de
vuelta a la vida.
Orfeo bordea el mar Jonio hasta llegar al río Estigia, donde Caronte y su barca
esperan para llevar a los muertos al otro lado, es decir, al infierno. Orfeo, que en
su viaje sólo lleva su lira, toca el instrumento. Caronte, conmovido por la música,
acepta llevar a Orfeo en su barca. Al otro lado está el can Cerberos, un perro de
tres cabezas que también sucumbe a la música de la lira de Orfeo.
Finalmente, el héroe llega hasta la reina del infierno, la esposa
de Hades, Perséfone. Ella decide permitir a Eurídice que vuelva al mundo de los
vivos, pero con una condición: si Orfeo se vuelve a mirar a su esposa antes de
salir por completo del inframundo y llegar a la luz del día, Eurídice volverá al
Hades, y para siempre.
Orfeo acepta y se reúne con Eurídice. Los dos afrontan su camino de salida del
Hades, a través del lago Estigia y después un estrecho pasadizo que los lleva de
nuevo a la tierra. Orfeo siente varias veces la tentación de girarse para comprobar
si Eurídice le sigue o si Perséfone le ha engañado y quien va detrás de él es un
demonio. Sin embargo, resiste, y cuando él ya está fuera del Hades, se gira a
mirar a su esposa, pero a ella todavía le faltaba un paso para salir del inframundo
y llegar a la luz del sol, y se desvanece ante el desesperado Orfeo.
15
Solo, desolado, como si dejase en las sombras la mitad de si mismo, Orfeo vuelve
a la superficie de la tierra. Ya nada podrá hacerlo sonreír. Su canto se hace triste
para siempre, de una tristeza infinita, como si el poeta estuviera sólo esperando el
momento de la muerte para volver a ver a su amada.
Dicen que mucho después, tras haber errado por toda Tracia para liberarse de su
desesperación, y después de haber fundado su religión, Orfeo perdió la vida de
manera extraña. Las Bacantes enamoradas del poeta intentaron seducirlo. Y él,
negándose a ellas en nombre del recuerdo de Eurídice, trató de escapar por el
bosque. Pero las mujeres tracias lo siguieron y consiguieron atraparlo. Furiosas, le
despedazaron las ropas y le rasgaron la carne. Su cabeza, sin embargo, erró por
las aguas dejando todavía oír su voz, y donde se posó se erigió un santuario.
Hecho pedazos el cuerpo del poeta, su alma al fin libre pudo partir a los Infiernos.
Y allí unido a Eurídice, deambula por las melancólicas praderas y bosquecillos del
reino de Plutón, cantando al amor, más y más grande que la muerte.
16
Bibliografía
https://elnacional.com.do/el-mito-de-medusa-y-su-hermosura-real/
https://filosofia.laguia2000.com/mitologia/el-mito-del-dios-griego-zeus
http://susanalogy.com/el-rapto-de-persefone/
https://lamenteesmaravillosa.com/mito-de-hercules-12-trabajos/
https://educayaprende.com/mitos-y-leyendas-el-talon-de-aquiles/
https://www.edu.xunta.gal/espazoAbalar/sites/espazoAbalar/files/datos/1493718080/contido/te
xtos_mito_prometeo_esp.pdf
https://es.slideshare.net/palcerreca/mito-el-nacimiento-de-afrodita
https://educayaprende.com/mitos-y-leyendas-atenea-minerva/
https://mitologiagriega.info/crono/#:~:text=La%20ca%C3%ADda%20de%20Cronos,-Durante
%20este%20tiempo&text=Crono%20estaba%20enojando%20a%20Gea,para%20desafiar%20a
%20su%20padre.
https://www.ecured.cu/Leyenda_de_Orfeo_y_Eur%C3%ADdice
17