Agape
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Es el amor el que le permite ser, lo forma y lo guía en la vida y que se traduce en las
interacciones de pareja y familia. La falta de amor, la necesidad de amor y la urgencia de
amor en los dos ejes de las necesidades humanas:
Búsqueda de satisfacción sexual y necesidad de amor y aceptación con sus 11 necesidades,
la encontramos siempre relacionado con el amor (biológica, química, eléctrica,
psicológica, social, cultural y de toda actividad humana posible).
Igualmente nuestro comportamiento sexual, se manifiesta en
la triada no se encuentra completa en la mayor parte de las parejas y familias.
Al afrontar la actual vida de pareja y familia en nuestra sociedad, tendremos que
reconocer que no es nada positivo o de buena salud y que detrás de la infelicidad
matrimonial que parece ser la regla, por lo menos en las comunidades
hispanoamericanas, detrás de la insatisfacción familiar ( violencia principalmente y
comportamientos con “valores” altamente machistas), que carcome a damas y varones, de
tras de los celos aparentemente normales y muchos de carácter patógeno, de las
infidelidades que ahora es del 50/50 entre ambos géneros, del tedio, hostilidad y violencia
de unos y otros, se encuentra siempre el prejuicio que el matrimonio o la convivencia es
el fin lógico en el que el amor y el sexo culminan y que este completamiento traerá la
felicidad buscada y anhelada. En poco tiempo ambos se convencen que ello no es así y que
no es necesario o una obligación moral o social que vayan juntas. Las infidelidades, las
separaciones, divorcios y la propia violencia y autodestrucción seguirán existiendo y que el
problema más importante está en la crianza, la educación y los procesos de desarrollo de
mecanismos psicológicos y sociales para que una interacción de pareja y familia perdure y
alcance aquellos fines por los cuales se han establecido en los humanos: Satisfacer
necesidades, mejorar la salud y tener una mejor calidad de vida en eso que utópicamente
denominamos felicidad.
Si es cierto que al final del camino siempre quedará como luz, la convivencia o matrimonio
como una realidad que es la que mejor conduce a un equilibrio correcto y justo en la
interacción de pareja y familia. La historia y los impactos que como producto resulta de
ello, así lo evidencian. El amor es algo que se va, que termina como ilusión,
Y en ello, conforme a lo postulado por Carlos A. Seguín (1995), lo que existe en lo más
hondo de esta triada que es el amor encontraremos un fenómeno único en la vida
humana: Un abrir nuestro ser, sin condiciones ni trabas de ningún tipo, al ser de la
persona amada; un renunciar a todas las defensas y resistencias de todo tipo y a los
disfraces que siempre solemos emplear para dar otra perspectiva o esconder lo que en
realidad somos o deseamos y una entrega total y mutua como si quisiéramos convertirnos
con la pareja en un solo ser. un gran psicólogo de New York, N. Branden (2010), en feliz
coincidencia nos señala que la entrega y la eliminación de las vulnerabilidades y la
visibilidad psicosocial y bioquímica y eléctrica es fundamental en las interacciones de
pareja en cuanto a cerrar la triada en el sentido general (amor, sexo y matrimonio) o en el
específico del amor en sí (eros, philia y ágape).
(Si a esa triada la agregamos en un lenguaje similar a lo que nos dice la psicología de hoy
pues llegamos a la misma conclusión general y fundamental:
Al decir por ejemplo de Cecilia Cardinal (2014), médica y educadora sexual, los tres
amores con que amamos: Eros, philia y ágape, lo que dice el Dr Psic. Walter Riso en su
último libro Ama y no Sufras (2014); en torno a esta triada nueva desde la psicología de
pareja y familia:
…. “ trataré de no cambiar mucho lo que enfatiza y sostiene Riso en esta obra…….
Se sufre demasiado por amor, ésa es la verdad. Incluso los que se vanaglorian de estar
perfectamente acoplados a su pareja, en lo más recóndito de su ser a veces albergan
dudas, inseguridades o pequeños miedos anticipatorios respecto a su futuro afectivo.
Nunca se sabe ….. ¿Quién no ha sufrido alguna vez por estar con la persona equivocada,
por sentir un bajón en el deseo o simplemente por la caricia que nunca llegó?. No hay
nada más hipersensible que el amor, nada más arrebatador, nada más vital. Renunciar
a él es vivir menos o no vivir.
El amor es múltiple. La experiencia afectiva está conformada por un conjunto de
variables que se entrelazan de manera compleja. Cuando alguien se enamora se dice que
significa: Pasión, ternura, amistad, erotismo, apego, enamoramiento, simpatía, afecto,
compasión, deseo y expresiones por el estilo. Para unos amar es sentir pasión, para otros
amor y amistad son la misma cosa, y no pocos asocian el amor a la compasión o a la
entrega total desinteresada. Pero cuál es la verdad?. Los que defiende el sexo, los que
prefieren el compañerismo o los que piensan que el verdadero amor es un hecho
espiritual.
Los filósofos Comte-Sponville y Gution, entre otros, piensan que el amor puede estudiarse
a partir de tres dimensiones básicas las mismas que cuando llegan a acoplarse decimos
que estamos en un amor unificado y funcional. Estos tres amores son: Eros ( el amor que
toma y se satisface…deseo), philia (el amor que comparte y se alegra) y ágape (el amor que
se da y se compadece o incondicional, ternura).
Riso (2014) elabora una clasificación del amor en tres:
Tipo I (más emocional)(deseo)referido al enamoramiento
Tipo II (más cognitivo/racional) referido al amor conyugal y
Tipo III (Más biológico) relacionado con el amor maternal.
Volviendo al primer trio, es la que se renueva una y otra vez en el tiempo y conforme a las
circunstancias, de manera inevitable.
Por ejemplo una pareja funcional no necesita tener sexo cinco veces al día ( la calidad es
mejor que la cantidad), estar de acuerdo en todo ( las discrepancias leves reafirman la
individualidad y hacen madurar) o vivir en un eterno romance (mucha ternura empalaga y
cansa). El amor inteligente es un menú abierto, flexible y dinámico en el tiempo, espacio y
circunstancias propias de la pareja que se va activando conforme a las necesidades: Todo
en su momento, a la medida y armoniosamente.
EROS: Es deseo sexual, posesión, enamoramiento, amor pasional. Lo más importante es
el yo que anhela, que apetece, que exige. La otra persona, el tu no alcanza a ser sujeto (es
cosificado). Es la faceta egoísta y concupiscente del amor: Te quiero poseer.
Es el amor que duele, incapacidad de controlarlo. Es imprescindible y deseo sexo sea
como erotismo. Bien encaminado debe ir al philia es decir la amistad con deseo.
Pero no alcanza a configurar un amor completo porque siempre carece o le falta algo.
En psicología lo empleamos cuando llevamos a cabo la terapia, y muchos estudiosos lo
denominan a ese trabajo como el eros psicoterapéutico (algo parecido al eros pedagógico
de los griegos):
Se trata de lo que el psicoterapeuta experimenta , cuando su relación es auténtica por su
paciente. Todo encuentro entre alguien que intenta curar y quien se somete a tal cura.
El fin de la terapia es lograr la autonomía del paciente. La psicoterapia como una forma de
amor, está basado en valores de la persona amada y es un movimiento hacia la
actualización de los más altos valores del paciente. El camino que se sigue es la de
sublimar cualquier modo negativo de ver al paciente incluyendo la atracción sexual
llegando a amar con su eros terapéutico libre de situaciones negativas o impulsos que
anularían el real rol terapéutico.
El amor S conforme a Maslow, es un amor de admiración y muy placentero, crece y es
muy placentero. Es similar al amor de una madre o del amor a Dios. A diferencia el amor
D, es una necesidad de compañía, de apoyo, de ternura, de aceptación, de aprecio, de ser
alguien y buscamos a alguien para que nos ayude a satisfacerlas o librarnos de ellas. En
síntesis, el amor es visto como un fenómeno general y no supeditado a lo puramente
afectivo o genital, o quizá reducirlo a lo libidinoso en tanto bien conocemos que la libido es
una energía que lleva al amor en general similar al concepto de erótico que no es
necesariamente un término dirigido a lo genital o sexual puro.
Este Eros griego parece tener un parentesco con Arusha Hindú quien era en los tiempos
védicos la divinidad creadora; joven y dotado de alas brillantes, como Eros. Era Hijo de
Dyaus, que puede ser similar al Zeus griego. Existe una serie de cosmogonías, atribuidas a
Epiménides, Acusilao, Museo y Lino, pero las que mejor conocemos y las que más han
influído en la cultura de la Hélade son la órfica y la hesiódica. Esta última se encuentra
en la obra atribuida a Hesiodo, “Los trabajos y los días” influída, al parecer, por los mitos
orientales y en la Theogonía que se supone escrita un siglo después por algún seguidor
de las doctrinas de Hesiodo. Veamos conforme a Ingenieros J. (1980), como lo describe:
“antes que todas las cosas, fue el Caos, y después Gea, del ancho seno, siempre sólida
sede de todos los inmortales que habitan las cumbres del nivoso Olimpo y del Tártaro
sombrío en las profundidades de la anchurosa tierra y luego Eros, el más bello de
los dioses inmortales y que domina en el pecho de todos los dioses a la
inteligencia y a la sabiduría”
La mitología órfica, que se cree de origen vario, fue reunida en los poemas órficos,
atribuidos a un ser mitológico : Orfeo. Nos habla de Nyx, la noche increada, que fue la
primera en existir y que era concebida como “un pájaro de alas negras revoloteando
sobre la vasta oscuridad vacía y sin forma” (Sherwood). Nyx sin haber tenido
pareja, puso un huevo, origen de todo, que, al abrirse, dejó salir a Eros, el de alas
doradas, mientras que de las dos mitades del cascarón, fueron creados Urano, el cielo, y
Gea, la tierra. De Uranos y Gean nacen luego los dioses y comienza la heroica historia de
sus luchas y acciones, que rigen la existencia y la evolución de la humanidad.
Eros se halla pues, desde el comienzo de los tiempos, jugando un importantísimo papel en
el destino del mundo y de los seres humanos. Bacon en “El mito de Cupido” analiza la
leyenda y afirma:
Existe entonces al menos tres amores en la pareja. El quiebre de uno de ellos puede llevar
a lo disfuncional: La falla afectiva puede estar en Eros ( no somos deseados o que ya no
deseamos a nuestra pareja). Puede venir de Philia ( cuando nos aburrimos cada vez más y
la alegría se va disipando o extinguiendo. O venir de Agape, cuando la falta de respeto y el
egoísmo se hacen cada vez más frecuente e intenso.