Lis, CONTAMINACIÓN
Lis, CONTAMINACIÓN
Lis, CONTAMINACIÓN
Los consumidores demandan alimentos con una calidad cada vez mayor y esperan que esa
calidad se mantenga durante el periodo entre su adquisición y su consumo.
Desde que el alimento se origina, bien en la granja (alimentos de origen animal) o en el campo
(alimentos de origen vegetal), hasta que llega al consumidor, a nuestra mesa, pasa por diversas
etapas, que van desde la cosecha o la cría, hasta el procesado. El alimento, durante estas
etapas es sometido a la manipulación de distintas personas, como son el productor, el
transportista, el proveedor, el procesador, el cocinero, el ama de casa, y en todas ellas, el
alimento puede sufrir procesos de contaminación, deterioro y/o alteración.
El Código Alimentario Español define alimento alterado como aquel que durante su
obtención, preparación, manipulación, transporte, almacenamiento o tenencia, y por causas
no provocadas deliberadamente, sufre variaciones en sus caracteres organolépticos,
composición química o valor nutritivo de tal forma que la aptitud para el consumo queda
anulada o disminuida, aunque permanezca inocuo.
Tal y como se desprende de esta definición, un alimento alterado puede ser inocuo pero no
apto para el consumo. Por el contrario, también puede suceder que un alimento con unas
propiedades sensoriales y nutricionales adecuadas represente un riesgo para la salud pública.
Los factores que influyen en la alteración de los alimentos pueden ser físicos, químicos,
biológicos o fisiológicos. Algunos ejemplos de cada uno de ellos se detallan a continuación:
Factores físicos
• Congelación
Factores químicos
• Acción de enzimas.
Factores biológicos
(fermentación y la putrefacción).
Factores fisiológicos
Generalmente estos factores no actúan aisladamente. Por ejemplo, las bacterias, los mohos,
los insectos y la luz pueden actuar simultáneamente para deteriorar un alimento en un
almacén. Igualmente, el calor, la humedad y el aire afectan tanto al crecimiento y actividad de
los microorganismos como a la actividad química de las enzimas propias del alimento en
cuestión. Por ello, las condiciones en las que se manipulan, procesan y almacenan los
alimentos resultan críticas para preservar su vida útil.
Actualmente puede decirse que vivimos en un mundo microbiano, con lo que los alimentos
son susceptibles de sufrir algún tipo de contaminación a medida que se producen y preparan.
Así, las principales fuentes de contaminación de los alimentos se pueden resumir en lo
siguiente:
- Utensilios y equipos. Han de ser higienizados periódicamente para impedir que durante la
elaboración y preparación de comidas, se vayan acumulando residuos y el nivel de
microorganismos suponga un riesgo.
- Insectos, roedores, aves. Estos animales padecen y transmiten enfermedades que pueden
afectar al hombre. Por ello es imprescindible que se aplique un buen programa de control de
plagas. También hay que señalar que en los locales donde se manipulen alimentos no podrá
haber animales domésticos, ya que también pueden ser portadores de enfermedades
transmisibles al hombre.
- Materias primas. Deben ser de calidad, y cumplir con los requisitos que establece la
legislación vigente.
- Alimentos naturalmente tóxicos. Algunas setas son tóxicas, pudiendo llegar a ocasionar la
muerte.
- Peces venenosos. Como ejemplo a destacar es el pez globo, exquisito plato japonés. Es
necesario eliminar adecuadamente el veneno de esta especie para que pueda ser consumido
sin riesgo de intoxicación, e incluso de muerte.
- Intoxicación escombroide. Está provocada por la ingestión de peces como atún y caballa
(pertenecientes a la familia de los escómbridos), que contienen de forma natural histamina.
Contaminación biológica primaria. Es aquella que se da en las materias primas. Por ejemplo,
una vaca enferma de tuberculosis puede contener el microbio causante de la enfermedad, y si
una persona consume esa leche sin tratar (hervir o pasteurizar), puede enfermar de
tuberculosis.
Todos estos tipos de contaminación pueden darse en los alimentos, en su origen, durante su
conservación y almacenamiento, durante su procesado, transporte, y como consecuencia de
las operaciones de desinfección y limpieza llevadas a cabo en zonas en las que existen
alimentos. En este artículo se van a tratar de forma breve los diferentes tipos de
contaminación o alteración que pueden sufrir los alimentos en su origen y durante su
almacenamiento.
Los alimentos en el origen pueden verse contaminados y/o alterados fundamentalmente por el
efecto que sobre ellos ejercen los tóxicos ambientales, los contaminantes agrícolas y los
productos ganaderos.
Son compuestos orgánicos que resisten la degradación fotolítica, geológica y química. Se trata
con frecuencia de productos halogenados, que se caracterizan por su toxicidad, persistencia,
baja solubilidad y una elevada liposolubilidad, que da lugar a una bioacumulación en el tejido
adiposo. Son también semivolátiles, lo que les permite recorrer grandes distancias en la
atmósfera antes de su deposición.
• Policlorobifenilos (PCBs)
Son una mezcla de compuestos derivados del bifenilo, donde sus hidrógenos pueden ser
sustituidos por átomos de cloro (Figura 1).
Los PCBs se empezaron a utilizar a partir de 1930 como líquidos hidráulicos, aislantes eléctricos
en grandes transformadores, plastificantes en pinturas, etc. Dejaron de usarse a partir de
1960-70 ya que por su gran estabilidad química se convertían prácticamente en indestructibles
cuando se liberaban al medio ambiente. Además, su hidrofobicidad hace que se acumulen en
los lípidos y por tanto en el tejido graso de los animales, pescados y leche entre otros.
• Dioxinas
Las principales causas de formación son: las industrias blanqueadoras de papel, la combustión
de gasolinas con plomo y de productos petrolíferos o de caucho, los humos de incineradoras
municipales, fabricación de herbicidas, etc.
Metales
Sin embargo, existen metales que lejos de ser necesarios para los organismos vivos, son de
toxicidad elevada, además de tener una gran capacidad de bioacumulación y biomagnificación.
Desde el punto de vista de la alimentación los metales cuya toxicidad es elevada y pueden ser
dañinos cuando se encuentran en los alimentos, son el mercurio, plomo, arsénico y cadmio.
Contaminación producida por contaminantes agrícolas
Plaguicidas y fitosanitarios
Las tres familias de plaguicidas más importantes en base a su naturaleza química son:
organoclorados (DDT, aldrín, endrín, lindano, clordano, heptacloro, hexaclorobenceno...),
organofosforados (malatión, paratión...) y carbamatos (carbaril, propoxur...). De todos ellos
son los plaguicidas organoclorados los que presentan los mayores problemas debido a su
persistencia, mínima biodegradabilidad y a su fácil acumulación en la cadena alimentaria.
Actualmente las normas que regulan los productos fitosanitarios son el RD 3349/1983, de 30
de diciembre. Y por el RD 280/1994, donde se establecen los límites máximos de residuos
(LMR) y su control en productos vegetales.
El Límite Máximo de Residuos (LMR) se define como “la cantidad máxima de un residuo que no
puede sobrepasarse en un alimento establecido”. Los LMR se regulan reglamentariamente en
cada país y pueden variar dependiendo de las costumbres alimentarias de estos.
Además de los plaguicidas, en la agricultura se utilizan también fertilizantes con nitrógeno cuya
misión es enriquecer el suelo. Estos pueden incorporarse a los alimentos en forma de nitratos.
Una vez que los nitratos se encuentran en los alimentos se pueden reducir a nitritos por la
acción de algunas bacterias, estos nitritos reaccionan con las aminas presentes en los
alimentos y pueden llegar a formar nitrosaminas, las cuales están consideradas carcinogénicos
muy potentes, produciendo fundamentalmente distintos tipos de cáncer.
Los avances en las técnicas de detección y evaluación de estos residuos han propiciado un
mayor conocimiento de la naturaleza y magnitud de los eventuales riesgos.
Son sustancias utilizadas con el fin de aliviar o evitar enfermedades, entre ellas destaca la
penicilina, sulfonamidas, tetraciclinas y algunos aminoglucósidos.
• Proteger nuestra salud humana del riesgo que supone la convivencia con una ganadería
enferma, por la posibilidad de contagio de enfermedades por microorganismos patógenos.
Cuando reutilizan estos productos es muy importante que se realice un uso controlado de los
mismos y que se respete el período de supresión que es el tiempo que tardan estos
compuestos en desaparecer del organismo animal.
Factores de crecimiento
Son sustancias que se adicionan al pienso para que los animales ganen peso más rápidamente.
La mayoría de estas sustancias están prohibidas desde el año 1998.
Finalizadores cárnicos
Son sustancias que se administran a los animales para mejorar su ganancia de peso con el
consiguiente ahorro de pienso que eso supone. Existen numerosos compuestos, que están
actualmente prohibidos, entre ellos las sustancias antitiroideas, los compuestos hormonales, el
clembuterol y análogos.
Los medicamentos y productos químicos suministrados a los animales con fines terapéuticos y
profilácticos se utilizan también como aditivos de los piensos para promover el crecimiento.
Todos los residuos, incluidos los productos madre, sus metabolitos y sus productos de
descomposición son potencialmente importantes desde el punto de vista toxicológico.
Una conservación adecuada de los alimentos es imprescindible para evitar las alteraciones
naturales y la proliferación y contaminación por microorganismos, dependiendo la forma de
conservar de la naturaleza de los mismos. Así, hay alimentos que se conservan adecuadamente
mediante el frío; otros solamente necesitan ser preservados de la luz, del oxígeno del aire o de
la humedad. Algunos de los por factores más importantes que influyen en la
contaminación/alteración de los alimentos durante su almacenamiento se detallan a
continuación:
Los componentes de los alimentos pueden reaccionar por luz o calor durante su cocinado
procesado o almacenamiento y dar lugar a derivados más o menos tóxicos. Durante su
almacenamiento pueden producirse productos tóxicos procedentes de la degeneración o
enranciamiento de las grasas (hidroperóxidos, peróxidos y radicales libres), que producen
alteraciones cardiovasculares.
Las micotoxinas son compuestos químicos de bajo peso molecular, muy reactivos, que al
reaccionar con distintas moléculas de las células eucariotas dan lugar a efectos tóxicos
mutagénicos y cancerígenos. Se dan con más frecuencia en aquellas zonas donde la
temperatura y la humedad. Las principales micotoxinas que se pueden encontrar en los
alimentos son las aflatoxinas, ocratoxina, patulina, esterigmatocistina, tricotecenos, y
zearalenoma, entre otras.
El envase cumple diversas funciones de gran importancia: contener los alimentos, protegerlos
del deterioro químico y físico, y proporcionar un medio práctico para informar a los
consumidores sobre los productos.
Cualquier tipo de envase, ya sea una lata, una botella o un frasco de cristal, o un envase de
cartón, contribuye a proteger los alimentos de la contaminación por microorganismos,
insectos y otros agentes contaminantes. Asimismo, el envase preserva la forma y la textura del
alimento que contiene, evita que pierda sabor o aroma, prolonga el tiempo de
almacenamiento y regula el contenido de agua o humedad del alimento. En algunos casos, el
material seleccionado para el envase puede afectar a la calidad nutricional del producto. Por
ejemplo, los envases opacos como los cartones en los que se envasan los productos lácteos
evitan que se pierda riboflavina, una vitamina fotosensible, por exposición del producto a la luz
solar.
El envase permite asimismo a los fabricantes ofrecer información sobre las características del
producto, su contenido nutricional y su composición Los componentes de los envases deben
cumplir unas normas básicas de seguridad para evitar posibles contaminaciones o la
transferencia o migración de compuestos desde el envase al alimento. De ahí que solo se
puedan utilizar como componentes de los envases aquellos legislados en las listas positivas.
El envase de los alimentos posee varias funciones útiles que incluyen la protección del
alimento frente a la contaminación externa, pero no se puede olvidar que el envase por sí
mismo no es totalmente inerte y puede transferir sustancias hacia el alimento. Un ejemplo son
los envases de plástico donde los monómeros no polimerizados y aditivos que pueden pasar al
alimento.
Otro ejemplo son los envases de hojalata donde puede producirse la incorporación de
elementos metálicos a los alimentos.
Los hábitos en la alimentación están cambiando, hoy en día cada vez más la comida preparada
y lista para llevar. La presentación atractiva del alimento juega un papel importantísimo en la
comercialización y venta del producto, por lo que los materiales empleados en el envase
alimentario están sujetos a continuas modificaciones en su composición con el objeto de
hacerlos menos pesados, más atractivos, más ecológicos, más baratos y adaptados a las
nuevas técnicas de conservación y cocinado. Fruto de todos estos cambios en los materiales es
que va
BIBLIOGRAFIA
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