Cuentos Populares de Puno.
Cuentos Populares de Puno.
Cuentos Populares de Puno.
Cuenta la leyenda, que el dios Viracocha, creó un mundo sin luz y dio vida a
unos gigantes que no lo respetaron ni lo obedecieron.
Disconforme con el resultado de su creación, Viracocha envió un diluvio que
sumergió a la tierra transformándola completamente.
Una vez que los gigantes desaparecieron, Viracocha decidió crear hombres
pero de un tamaño semejante al suyo.
Para que los hombres pudieran apreciar su obra resolvió iluminar la tierra
por medio del sol, la luna y las estrellas. Creo también plantas árboles y
animales.
Viracocha hizo aparecer a un enviado suyo, Viracochan, un hombre que
imponía respeto, para que instruyera a los hombres sobre la manera de
conducirse para vivir en paz y armonía. El les enseñaba como cultivar y
cuando cosechar. Las hierbas que podían utilizar como medicina, y los
vestidos que debían usar. Les enseñaba con bondad y mucha paciencia.
A pesar de todos los beneficios que las enseñanzas de Virocochan les
producía, muchos hombres lo injuriaron y se reían de él porque vestía una
túnica andrajosa. Ellos fueron convertidos en piedras. Hubo quienes
trataron de escapar de su furia, pero fueron alcanzados por fuego
volcánico. Solo allí se dieron cuenta que estaban ante un ser poderoso al
que le debían obediencia y respeto.
Viracochan hizo un largo recorrido. Al llegar a un hermoso valle creó a una
persona a la que llamó Alcaviza y a ese lugar le dio por nombre Cuzco.
Luego exclamó: Después de Alcaviza, llegarán los incas orejones. Mi deseo es que sean respetados.
Este era un anticipo de la llegada a Cuzco de Ayar Manco y Mama Ocllo, fundadores del Imperio Inca
Viracochan tenía muchos nombres: Tumupa, Tarapacá, Viracochan, Pachayachicachan, Bichaycamayoc,
Cunacuycamayoc, Pachacan. Todos esos nombres significan: El enviado de Viracocha, su fuente, el predicador, el
encargado del presente o el conocedor del tiempo.
Cuando Viracochan llegó cerca del Ecuador, les anticipó a los hombres muchas cosas que habrían de suceder y
luego se introdujo en el mar caminando sobre el agua.
Las leyendas aymaras llegaron a nuestros días a traves de relatos hablados. Hoy
aseguran su futuro pasando al formato digital que ofrece Internet.
Las gaviotas andinas se habían encargado de llevar la noticia hasta los últimos
rincones del Altiplano. Volando de un punto a otro, incansables, habían
comunicado a todos que cuando la luna estuviera brillante y redonda, los
animales estaban cordialmente invitados a una gran fiesta a orillas del lago. El
Titicaca se alegraba cada vez que esto sucedía.
Cada cual se preparaba con esmero para esta oportunidad. Se acicalaban y limpiaban sus plumajes y sus pieles
con los mejores aceites especiales, para que resplandecieran y todos los admiraran. Todo esto lo sabía Tatú, él
quirquincho, ya había asistido a algunas de estas fastuosas fiestas que su querido amigo Titicaca gustaba de
organizar. En esta ocasión deseaba ir mejor que nunca, pues recientemente había sido nombrado integrante muy
principal de la comunidad. Y comprendía bien lo que esto significaba... Él era responsable y digno. Esas debían
haber sido las cualidades que se tuvieron en cuenta al darle este título honorífico que tanto lo honraba. Ahora
deseaba íntimamente deslumbrarlos a todos y hacerlos sentir que no se habían equivocado en su elección.
Todavía faltaban muchos días, pero en cuanto recibió la invitación se puso a tejer un manto nuevo, elegantísimo,
para que nadie quedara sin advertir su presencia espectacular. Era conocido como buen tejedor, y se concentró
en hacer una tramafina, fina, a tal punto, que recordaba algunas maravillosas telarañas de esas que se
suspenden en el aire, entre rama y rama de los arbustos, luciendo su tejido extraordinario. Ya llevaba bastante
adelantado, aunque el trabajo, a veces, se lehacia lento y penoso, cuando acertó a pasar cerca de su casa el
zorro, que gustaba de meter siempre su nariz en lo que no le importaba.
Al verlo, le preguntó con curiosidad que hacía y este le respondió que trabajaba en su capa para ponérsela el día
de la fiesta en el lago, el zorro le respondió que cómo iba a alcanzar a terminarla si la fiesta era esa noche. El
quirquincho pensóque había pasado el tiempo sin notarlo. Siempre le sucedía lo mismo... Calculaba mal las
horas... Al pobre Tatú se le fue el alma a los pies. Una gruesa lágrima rodó por sus mejillas. Tanto prepararse
para la ceremonia... El encuentro con susamigos lo había imaginado distinto de lo que sería ahora. ¿Tendría
fuerzas y tiempo para terminar su manto tan hermosamente comenzado?
El zorro captó su desesperación, y sin decir más se alejó riendo entre dientes. Sin buscarlo había encontrado el
modo de inquietar a alguien...y eso le producía un extraño placer. Tatú tendría que apurarse mucho si quería ir
con vestido nuevo ala fiesta. Y así fue. Sus manitos continuaron el trabajo moviéndose con rapidez y destreza,
pero debió recurrir a un truco para que le cundiera. Tomó hilos gruesos y toscos que le hicieron avanzar más
rápido. Pero, la belleza y finura iniciales del tejido se fueron perdiendo a medida que avanzaba y quedaba al
descubierto una urdimbre más suelta. Finalmente todo estuvo listo y Tatú se engalanó para asistir a su fiesta.
Entonces respiró hondo, y con un suspiro de alivio miró al cieloestirando sus extremidades para sacudirse el
cansancio de tanto trabajo. En ese instante advirtió el engaño... ¡Si la luna todavía no estaba llena! Lo miraba
curiosa desde sus tres cuartos de creciente...
Un primer pensamiento de cólera contra el viejo zorro le cruzó su cabecita. Pero al mirar su manto nuevamente
bajo la luz brillante que caía también de las estrellas, se dio cuenta de que, si bien no había quedado como él lo
imaginara, de todosmodos el resultado era de auténtica belleza y esplendor. No tendría para qué deshacerlo.
Quizás así estaba mejor, más suelto y aireado en su parte final, lo cual le otorgaba un toque exótico y atractivo.
El zorro se asombraría cuando lo viera... Y, además, no le guardaría rencor, porque sido su propia culpa creerle a
alguien que tenía fama de travieso y juguetón. Simplemente él no podía resistir la tentación de andar burlándose
de todos... y siempre encontraba alguna víctima.
Pero esta vez todo salió bien: el zorro le había hecho un favor. Porque Tatú se lució efectivamente, y causó gran
sensación con su manto nuevo cuando llegó, al fin, el momento de su aparición triunfal en la fiesta de su amigo
Titicaca.
Cuenta la leyenda que en esa meseta estaba construida una gran ciudad,
tan rica y poderosa, que sus pobladores se creían que todo el mundo debía
mostrar sumisión ante ellos.
Llegaron a ella un grupo de andrajosos indios a quienes despreciaron y pedían que se fueran.
Estos indios andrajosos les profetizaron la destrucción de la ciudad a causa de terremotos, el agua y el fuego. Los
pobladores de la ciudad se burlaron de estas predicciones y los expulsaron a golpes.
Sin embargo, los sacerdotes quedaron preocupados. Algunos hasta se fueron de la ciudad y se radicaron en el
templo de la colina, La gente de la ciudad se burló también de ellos.
Llegó un día en que el cielo y la tierra se hallaron bañados por una luz roja que despedía una nube. Luego se
escuchó un relámpago y un tremendo trueno, y la tierra se abrió. Quedaron edificios de piedra en pìe, pero
comenzó a caer una lluvia roja, la tierra volvió a abrirse y uno a uno fueron cayendo las fuertes construcciones,
los canales de riego se destruyeron, los ríos se desbordaron e inundaron lo poco que quedaba de la ciudad cuyos
habitantes eran tan arrogantes y orgullosos.
Las aguas cubrieron todo, y desde ese momento se formó un gran lago sobre lo que fue la admirada y
jactanciosa ciudad. Así se formó el Lago Titicaca. Sólo se salvaron los sacerdotes, pues ni el terremoto ni las
aguas pudieron arrasar el Templo de la Colina, y quedó ese lugar como una isla, que hoy se llama Isla del Sol.
También se salvaron los indios harapientos que observaron preocupados, desde un lugar alto, la gran destrucción
de la bella ciudad. De ellos nacieron los callawayas, que viven en el Altiplano y son los curanderos de grandes
habilidades.
COMENTARIO:El lago Titicaca no solo es hermoso e impresionante por su tamaño, fascinante por su aspecto,
tambien es un lugar impregnado de historias, leyendas y mitologías incaicas, como la q he publicado, algunas
mas fascinerosas q otras, pero todas con mucha fantasia.
FUENTE: Arturo Gomez Alarcon, lugar: Lima-Peru, Licenciado en Educacion por la UNMSM. Profesor de la
Historia desde 1998. MITOS DEL ANTIGUO PERU
Decidieron separarse, marchando Manco Capac al norte y Mama Ocllo al sur del valle, para convocar
a la gente y someterla. Los habitantes de todo el valle no tardaron en reconocerlos como seres
sobrenaturales. Después de un largo recorrido, el cetro se hundió en el cerro Huanacauri. Manco
Capac y Mama Ocllo se establecieron allí.
Manco Capac mandó a los que estaban con él instalarse en la parte alta del valle, que se llamó
Hanan Cuzco; y Mama Ocllo colocó a los suyos en la pare baja o Hurin Cuzco. Ambos ayudaron a
mejorar el lugar; enseñaron a los hombres que allí vivían a trabajar la tierra, a construir canales. A
las mujeres Mama Ocllo les enseñó a hacer coser, cocinar y hacer telares.
comentario: Esta leyenda es tambien conocida como la leyenda del Lago Titicaca y fue relatada por
primera vez en la obra "Comentarios Reales" de Garcilaso de la Vega, quien nos da una idea sobre el
Origen del Imperio Inca.
En aquellos tiempos todos eran felices. Nadie sabía qué era el sufrimiento. La tierra era buena: daba abundantes
frutas y plantas, todo lo que uno quería ahí se encontraba. Había también plantas en las que salía la lana y con
ésta podían confeccionar sus ropas. El clima era muy bueno en esa época no había mucha lluvia tampoco había
sequía; los hombres y los animales vivían en armonía porque los animales eran mansos. Los hombres eran
poderosos porque ellos convertían las montañas en llanuras con solo disparar sus hondas. Todos tenían oro y
plata. En las calles del pueblo había grandes palacios, templos y santuarios que estaban cubiertos de oro y plata.
Pero con el tiempo estas personas cambiaron y desobedecieron el mandato divino cometiendo una falta grave y
el Dios Padre muy enojado se dirigió a ellos diciendo: Ustedes ya no viven bajo mi mandato, por lo tanto les
prohíbo subir la cumbre sagrada; nadie tendrá derecho a subir al santuario y si alguien sube entonces morirá.
Y lo que dijo Dios lo había escuchado el diablo que desde ese momento se dedicó a tentar a los hombres del
pueblo, él les decía: Si escalan el santuario entonces ustedes tendrán el mismo poder que el Dios.
Entonces los hombres intentaron subir el santuario, cuando Dios supremo con su cólera les envió miles de pumas
para que se comieran a todo el pueblo; estos, de miedo le pidieron ayuda al diablo y éste se los llevó abajo del
lago, en las profundidades, en donde siguen viviendo y penan convertidos en espíritus malos.
Esto le produjo mucho dolor al Dios supremo, porque los hombres del pueblo le habían pedido ayuda al diablo.
Entonces todos los seres celestiales empezaron a llorar amargamente y con esto provocaron inmensas lluvias y
tormentas que duraban toda la noche y todo el día, y así poco a poco el pueblo fue desapareciéndose, con las
lluvias, e inundándose y quedando en lo más profundo del lago. No quedó nada vivo; solo una pareja que por
obra divina se salvó, esta pareja de humanos logró cogerse de un tronco que se mantuvo flotando, entonces el
Dios supremo sintió compasión por esta pareja e hizo que parara la lluvia. Pasada la tormenta la pareja vio cómo
millares de pumas estaban muertos y flotaban en el agua con sus vientres de color gris hacia arriba.
Q'OTA ANCHANCHO
El legendario y mitológico Lago Titicaca es fuente inagotable de maravillosos
relatos, una de ellos es el espectacular mito del “Qota Anchancho” (EL
DEMONIO DEL LAGO).
Cuenta una leyenda, que de las milenarias aguas del Lago Titicaca emergió un
gigantesco demonio, que con su furia arrasaba todo lo que encontraba a su paso. Al furor de las olas, se tragaba
cuanta embarcación se cruzaba en su trayecto, y tras sembrar desgracias, desaparecía velozmente en las altas
cumbres heladas de la cordilleras Orientales y / u occidentales de los Andes.Tan pronto advertían la presencia del
maligno ser, los habitantes – en estado troglodita – en un marco de desesperación y terror huían para refugiarse
donde podían.La ira del demonio era incontenible, así como la llegada de enfermedades era la secuela de daños
ocasionados por el monstruo.
Tanto miedo y pavoroso respeto había infundido el maléfico ser lacustre, que los aborígenes, llegaron a
considerarlo al espíritu endemoniado de las aguas, por lo que lo deificaron y le erigieron totems, para rendirle
culto.Los más supersticiosos creían que era la encarnación de Satán que descargaba su ira, sembrando daños y
desgracias a la humanidad y todo los seres.Ritos Diabólicos ó idólatras nacieron en diferentes lugares.
Para que la furia salvaje atenuara y no continúe con sus desmanes le ofrecieron ofrendas y sacrificios de algunos
animales, como pago.La leyenda continua. El demonio no solo hacía e infundía el desastre y terror sino, que
también en épocas de lluvias era portadora de bondades benéficas. Emergía del lago hacia la atmósfera portando
grandes masas de agua que prodigaba a las nubes para que posteriormente caiga copiosas lluvias regando la
región.
Narrado por: Jorge Noe Soto Ruelas.Puno.
comentario: Siempre tuve la inquietud, de conocer y compartir este tipo de historias, las que publicaré en este
blog serán de Puno, región del Perú en la que existen muchas de estas historias; algunas más fascinantes que
otras, y que a partir ahora podré compartir con ustedes.
EL PUKUPUKU Y EL GALLO
El pukupuku expreso en su demanda que el ha sido designado por los deidades como los
cerros, la madre tierra, la Luna y el sol y otros seres de la naturaleza, por lo tanto tiene
derecho de cantar todas las mañanas a la nueva vida y como testigo la “Leqechito”
(cintinela).
En la mañana el juez llamo a los demandantes y les digo; Pukupuku no serás el que canta
y que hace despertar a la población y el leqechito quería defender y el juez le agarro a
golpes y por eso en la actualidad tiene este ave la cabeza plana y al gallo por ser puntual
le da su derecho de estar en la casa y cantar y hacer despertar todas las mañanas a la
población y al ratón le digo ya no comerás solo granos sino todo lo que come los
humanos de preferencia el queso.
Dicen los achachilas que cierta vez el zorro se encontraba al lado de un río y
melancólicamente observaba las imágenes que reflejaban sus aguas. Se veía a gente
bailando, bebiendo y riendo. ¿Qué pasaba? Las aguas del río no hacían más que reflejar la
algarabía que allá arriba se vivía: en el cielo estaban de fiesta.
El zorro, que andaba cabizbajo y pensativo, no se dio cuenta que un cóndor había bajado
a tomar agua. Al verlo se le ocurrió una gran idea.
- Es que quiero ir a la fiesta que hay arriba en el cielo y sólo, no puedo. ¿Por qué no me
llevas tata condori? – dijo el zorro.
El cóndor aceptó de buena gana el pedido del zorro y le dijo que se montara en su
espalda. Volando hacia las alturas llegaron al cielo y se unieron a la fiesta. Comieron
bastante, bebieron y se divirtieron.
Al cabo de un rato el cóndor buscó al zorro que andaba perdido entre tanta gente alegre y
le dijo que ya era hora de volver. El zorro, entusiasmado con el festín, no quiso regresar y
se quedó allá arriba. Cansado de esperar, el cóndor retornó sin su compañero a la tierra.
Acabada la fiesta, el zorro, que se había quedado solo, se fue de visita a la casa de una
estrella. Como todavía tenía hambre, la estrella le alcanzó una olla de barro y le dio un
granito de cañihua para que se hiciera una mazamorra. El zorro miró el grano con
desconcierto y pensando que eso no iba a ser suficiente le dijo a la estrella:
- Pero ¿cómo va a alcanzar un solo grano de cañihua para los dos? Eso no alcanza ni para
mí.
Y sin que la estrella se diera cuenta, rápidamente aumentó diez granos más a la olla. Así
comenzó a preparar su mazamorra de cañihua mientras se le hacia agua la boca.
El zorro contento seguía en la tarea de remover la mazamorra que estaba casi a punto.
De pronto la olla comenzó a rebalsar y la mazamorra chorreando, chorreando fue a dar al
suelo. Como el zorro andaba muerto de hambre se puso feliz a lamer lo que caía de la olla
y casi sin descansar trataba de comérselo todo. Pero la alegría pronto se convirtió en
angustia pues la olla seguí rebalsándose y la habitación se iba llenando de cañihua sin
que el zorro pudiera hacer nada para detenerla.
La estrella al ver su casa llena de mazamorra se puso muy enojada y colérica y a gritos le
dijo al zorro:
- ¡Zonzo nomás siempre habías sido, tiwula! ¿Por qué has aumentado más cañihua?
¿Acaso no te había dado suficiente?
El zorro, arrepentido y triste por su desgracia, se angustió más aún y, no pudiendo hacer
nada, pensó que lo único que le quedaba era regresar a la tierra. Entonces se ató a una
soga y fue donde la estrella a suplicarle que le ayudara a bajar.
La estrella aceptó ayudarlo y sujetó la soga para que el zorro pudiera bajar.
Camino a la tierra y cuando escasamente le faltaban diez metros, el zorro vio a un loro
que volaba frente a él y, liso como era, sin más ni más, lo insultó diciéndole:
- ¡Loro lengua de papa!
El loro lleno de furia por los insultos del zorro, comenzó a picotear la soga por la que éste
descendía. Al ver que la soga se rompía, el zorro comenzó a gritar fuertemente diciendo:
- ¡Extiendan un frazada suave!
Los desesperados gritos de zorro fueron vanos. Nadie los escuchó. A gran velocidad cayó
en medio de duras rocas y su panza repleta de mazamorra se reventó.
Con la caída la cañihua se esparció por todas partes.
Cuentan los achachilas y awichas (abuelos y abuelas)que fue así como apareció este
alimento en el altiplano.
Cuentan que, en una comunidad vivía una mujer con sus tres hijos, ella ya era anciana no
podía trabajar la chacra y cada vez más sus alimentos que había guardado estaba
escaseando. Un día cuando ya comenzaba la época de la siembra, la mujer a sus hijos les
dijo: vayan a barbechar la tierra para sembrar papas, ellos dijeron: si mamá; entonces
esa mañana se fueron hacer la chacra llevando su fiambre. Pero ese día no habían hecho
nada los tres hermanos. En la época de la siembra les dijo: que vayan a sembrar, ellos
dijeron si mamá, la madre les puso buen fiambre y los jóvenes en la parcela donde
deberían de sembrar se dedicaron a jugar y se echaban. Así ellos engañaban a su pobre y
triste madre. Luego llegó la época de la cosecha y la madre les ordenó que fuesen a
escarbar papas nuevas, y ellos se fueron a la chacra, escogieron las mejores matas de la
chacra ajena, y llevaron la papa para que cocine la madre, su madre se sintió muy
contenta porque sus hijos llevaron papas grandes. Les felicitó, luego la mujer se dirigió a
la chacra de papas para escarbar y miró la chacra que tenía las mejores matas y dijo:
esta debe ser la chacra que han hecho mis hijos trabajadores.
La mujer de pena y llorando retornó a su casa a sus les dijo: jóvenes ociosos, donde está
la chacra que han trabajado, ustedes me han mentido, él dueño me a pegado por culpa
de ustedes. Los tres hermanos imforecidos respondieron mamá: ahora verá la chacra que
hemos trabajado, todito lo cosecharemos, mencionando estas palabras, se fueron
convirtiéndose: el menor en viento, el intermedio en granizo, y el mayor en la helada.
Desde ese día, se le conoce al viento, al granizo y a la helada como los jóvenes perezoso
y ladrones de la chacra.
Para una fiesta de “Casarasiri” (matrimonio) una familia había contratado una banda de
músicos. Esta tenía un contrato para todo el día, pero cuando llegó la noche, los músicos
ya estaban borrachos, es que había tomado mucha cerveza, pero como estaban
borrachos ya no les importaba nada. El dueño de la fiesta les daba más cerveza para que
toquen. Ya era cerca a las 12:00 de la noche que decidieron irse. Se fueron tocando por
la pampa, tomando y tocando. Así, tan borrachos en la noche se les apareció un hombre,
para ellos era como si fuera de día, ese hombre les dijo: les voy a pagar todo lo que
quieren señores músicos. Bueno, hicieron otro contrato. Entonces les hizo caminar por
una ciudad, los músicos asombrados. Pero antes de entrar por la puerta uno de los
músicos se quedó a orinar, cuando todos entraban, él se ha desesperado porque no
acababa de orinar y de pronto se cerró la puerta, él músico empezó a tocar la puerta,
pero nadie le habría, tanto fue que tocó se cansó, entonces furioso se decidió seguir
caminando, mientras tanto se escuchaba la banda. Así él músico llegó a su casa en la
madrugada, más tarde las esposas de los demás músicos preguntaban donde están sus
compañeros, él un poco mareado le dijo: se fueron a tocar a otro sitio, cuando estuvimos
viniendo se hizo la contrata. Al saber la noticia todos los familiares decidieron ir al sitio, él
los llevó, es aquí dijo, los familiares solo vieron un cerro y se escuchaba la banda de
músicos, entre ellos se miraron. El músico dijo: esta parte del cerro era una puerta
dorada y ahora no hay nada, sólo estás rocas nomás.
Así, que durante una semana seguía tocando de día y noche, esto ha desminuido cada día
poco a poco. Por este motivo se dice que cuando contratamos una banda de músicos se
deben irse antes de media noche a su comunidad, porque les puede coger el encanto.
En tiempos remotos, en un zona de Moho había Mama Koili. Tenía un hijo joven,
trabajador y cariñoso llamado Huayna Luque y le decían con cariño “Luli” . Así se llamaba
el cholo, ¡era tan laborioso¡ en la época de siembra sembró una chacra de papa, también
era “araría” (Autoridad de la chacra). En una oportunidad cuidándola la chacra en una
“chujlla” (especie de carpa) que la construyó él mismo.
Una de esas noches cayó una granizada feroz y como es natural que después de las
granizadas hace un frío intenso, obligó a “Luli” (joven) a acostarse.
Seria la media noche cuando sintió que lo llamaban: Luli, Luli, alójame.
Luli, vio a través de la luna una hermosa “Imilla” (era una joven sapa) con “ajnqo chuco”
(vestido blanco) de jaspes verdes y amarillo. Su montera era extraña tanto la forma como
el color. Lo más sorprendente eran sus dos hermosos ojos que fascinaba al mirar. Luli se
enamoró perdidamente de la joven a quien hizo pasar a la “chujlla”. Le encantó ver el
aseo de la “Imilla”, era tan limpia que despedía un olor agradable de agua y flores
silvestres.
El hombre le inquirió por su nombre. Ella le avisó que se llamaba Kailila. Le contó que era
muy rica, dueña de muchas tierras, que solo por el frío pedía alojamiento, que también
era la “Llajtayoc”.
Por supuesto que pasaron una noche feliz transportando al quinto cielo de placer. En ese
momento Luli era el hombre más dichoso de la tierra al poseer a Kailila.
¡Qué piel tan fina¡ como decía él, por la suavidad parecían los pétalos de las flores.
Así transcurrieron muchas noches, pero lo extraño era que por las mañanas desaparecía
la bella “Imilla” y solo regresaba por las tardes helada y frío.
Una de esas noches al acariciarle, notó el amante que las manos de Kailila eran raras,
algo así como ramas de un arbusto seco y el chuco jaspeado era la piel de su espalda. Por
supuesto que Luli guardó prudencia, pero al amanecer el día la atajó para seguirla
examinando, entonces tuvieron lío, la joven empezó a gritar qauu qauu.
El amante botó a la sapa y vio con horror que la tal mujer era una asquerosa animal que
daba escalofríos al mirarla
Luli se fue donde sus padres a quien sólo dijo, que tenía miedo de seguir cuidando la
chacra, imposible avisarle lo que sucedía.
Como toda madre es cuidadosa. Mama keili se fue a la chujlla a echar de menos las cosas
de su hijo. Al arreglar la cama dentro de las frazadas encontró un enorme sapo de
repugnante estampa, horrorizada Mama Keili dijo: este jamp’ato es el que está chupando
la sangre de mi hijo. Lo botó sobre un tiesto y le tiró una piedra, gracias que se introdujo
a un agujero por lo que no pudo matarlo, solo lo hirió gravemente. Al regresar Luli, en la
chujlla la encontró a Kailila con la cabeza amarrada con “qoras” (hierbas frescas)
quejándose desesperadamente por el dolor. Le dijo: fíjate lo que me ha hecho tu madre,
esa vieja mala fe me ha arrojado con una piedra, felizmente que me escapé, si no me
mata. No creas que estos se va a quedar impune, tengo muchos parientes a quienes
avisaré para que castiguen este crimen. Kailila estaba completamente desfigurado, el
amante decepcionado se mandó a jalar abandonándola para siempre.
Al día siguiente Luli fue a botar unas llamas que estaban haciendo daño en la chacra. El
cholo en vez de arrear las llamas empezó a dar vueltas en círculo meneando su látigo,
como quien se defiende de un grupo de perros que los acometen. Los padres miraban
riendo, creían que el “Wayna” (joven) jugaba. Cuando vieron que se tendió en el suelo sin
poderse levantar corrieron a ver y los encontraron al hijo en agonías, rodeado de millares
de sapos destrozados y otro tanto de vivos, que se retiraban después de haberlo
envenenado con su baba ponzoñosa. Eran los parientes de la sapa Kailila que vengaban el
crimen cometido por Mama Keili.
Luli reprochó a su madre increpándole que ella tenía la culpa para que los sapos lo
envenenen. Apenas terminó de referir sus amores con la sapa Kailila, falleció Luli.
Los sapos que mató Luli fueron quemados, desde entonces en ese lugar ya no caían
granizadas. (en la provincia de Moho en la zona de Sirulaya )
Los pobladores del Ayllu Jurinaya Ccollana hasta ahora acostumbran quemar sapos vivos
cuando amenaza caer granizada, y no es mentira, la granizada cambia de rumbo o
desaparece, al practicar esta costumbre. Cuentan este mito de los amores de la sapa
Kailila y Luli.
EL CONDOR Y LA PASTORA
Había una pastora que siempre se dedicaba a pastar su ganado sola en las pampas y, en
esas circunstancias la observaba un cóndor. Con el pasar de los días éste se fue
enamorando de la chica. Un día de esos se le acerco a la chica convertido en un joven
bien vestido con un traje negro y con camisa blanca y con una chalina blanca.
Acercándosele conversaron largo tiempo, luego de presentarse cada uno. Seguidamente
se pusieron a jugar a cargarse mutuamente mientras el otro serraba los ojos, así
sucesivamente hasta que de un derepente cuando le tocaba al joven, se convirtió en
cóndor y se cargó a la pastora a los cerros más altos de la cordillera. Al llegar al lugar la
chica se despertó y se quedó sorprendida y se puso a llorar y llorar, le decía al cóndor que
la regresara a su casa, pero el joven no quería pues se había enamorado de la chica y la
tenia para su novia.
El cóndor, para que la chica no llore, le traía carne cruda para que coma, pero la chica
siempre la rechazaba, entonces el cóndor iba en busca de servicios para cocinar y traía
ollas rotas recogidas del desperdicio. La chica, la tiraba toda molesta, así pasaron un
buen tiempo hasta que tuvieron sus tres hijitos. Un día, cuando los padres de la chica lo
buscaban desesperados, se encontraron con un picaflor “lurinsitu” quien sabía dónde
estaba la chica y contó a los padres. A cambio de la información le daban comida todo el
jardín que tenía. Entonces, haciendo el trato, picaflor partió a la casa del cóndor y al
llegar mató a sus hijos de la chica y a ella se la llevó a la casa de sus padres.
Cuando el cóndor regresó a su casa, vio a sus hijos muertos y uno de ellos se había
salvado, la chica no estaba, entonces se puso a llorar le pregunto a su hijo donde esta tu
madre? Y el condorcito de digo el lurinsitu se lo ha llevado, también preguntaba a otros
aves de lo que había pasado, buscando al responsable; cuando se le avisó quién era el
culpable, éste fue en busca de picaflor, al llegar a su casa le dijo: - lurinsitu sal que
quiero hablar contigo. Al escuchar la voz del cóndor, el lurinsitu se preparaba en su cuarto
y respondía: -ahorita me estoy poniendo mi camisa. El cóndor volvía a llamarle y el
lurinsitu le respondía: -ahorita me estoy poniendo las medias. El cóndor volvía a
preguntar y el lurinsitu respondía ahorita me estoy poniendo las ojotas, así
sucesivamente hasta que lurinsitu ya había hecho un hueco para salir, de tanta insistencia
el cóndor se amargo y entro a su casa y al lurinsitu le agarro cuando estaba saliendo por
el hueco y se lo ha comido enterito, cuando excreto salieron picaflores pequeños. Por eso
hoy se dice que los picaflores son pequeños.
posted by Lisseth Paola Chambi at 7/03/2006 06:31:00 a. m. | 0 comments
La Luna y el Sol
La luna y el sol vivieron por mucho tiempo en la tierra, el sol era muy ardiente y la luna
bastantes fría, por esta razón los dos no se entendía bien. Un día la luna tomo la decisión
de separarse de su compañero el sol, busco una soga bien larga y subió al cielo para
caminar por allí durante siglos y siglos. Un día el sol se preguntó por curiosidad ¿Qué
estará haciendo la luna en el cielo? ¿Qué cosas bonitas había visto? Y se decidió a hacer la
misma que la luna? Y se fue. Por eso en la cosmovisión andina todos son personas y a la
vez son parejas.