Primates Lengu
Primates Lengu
Primates Lengu
El lenguaje en los
animales superiores
JOSE CARLOS FAJARDO
George B. Schaller
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más riqueza de matices, que se ven reforzadas y apoyados por la comunicación
visual 2.
Parece existir un «fondo común, en los repertorios vocales de todos los
monos, producido probablemente por un origen filogenético común. Como es
natural, esas semejanzas se ven modificadas por diferencias específicas, debi-
das a adaptaciones a distintos ambientes o a distintos tipos de organización
social. Así, los gritos de malestar de las crías, los que se producen a corta
distancia ayudados por la comunicación visual y los que no necesitan ser muy
especfficos, como los gritos de alarma, son los más semejantes en todas las
especies. Sin embargo, los gritos de diferenciación, ya sea sexual o específica
(para el aislamiento sexual o la delimitación del territorio), son los que, como
es de esperar, se han separado y han divergido más del probable patrón común
inicial.
Esta presencia de un fondo común en las comunicaciones vocales de los
prirnates nos hace suponer una base genética semejante en todos o en la
mayoría de ellos, por lo menos en uno de estos dos sentidos:
1. Semejanza en la base genética de las estructuras anatómico-fisiológicas
de las vocalizaciones (tanto de los conductos productores del sonido
como de las estructuras neurológicas reguladoras) que implicaría seme-
janzas en dichas estructuras.
2. Semejanzas en la base genética de determinados comportamientos so-
ciales o individuales en el caso de que exista (por ejemplo: los gritos de
malestar de las crías pueden ser un comportamiento innato, y la base
genética que subyace a este comportamiento puede ser semejante a
todos los grupos de prirnates), esto implica comportamientos vocales
interespecíficos similares en las mismas situaciones. Sin embargo, en
ámbitos intraespecíficos un mismo grito o chillido puede cambiar de
función, es decir, de significado, teniendo uno en el infante y otro muy
distinto en el adulto, o en otro individuo 5.
Esta base genética de los comportamientos de emisión no es reconocible
sino en un fwicionarniento determinado del sistema nervioso central. Esta es-
tructura neurona1 preformada genéticamente también se da para el reconoci-
miento de los gritos e s p e ~ ~ c6.o s
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CULTURA
Marler, P., Moody, D. B., y Stebbins, W., uProcesamiento perceptual propio de la especie en los
sonidos vocales de los monos*. Eimas, P. D., Siqueland, E. R.; Jusczyk, P., y Vigorito, J., K L ~
percepción del habla en niños pequeños,. Condon, W S., y Sander, L. W., <El recién nacido
sincroniza su movimiento con el habla del adulto: participaciones interactiva y adquisición del
lenguaje,. Todos ellos en Lecturas sobre comportamiento animal, Ortega, José Eugenio (comp),.
1982, Siglo XXI Editores.
Ploog, D., op. cit., p. 125.
Chance, Michael, «Sociedades hedónicas y sociedades agonisticas en los primates~,en El
primate y el hombre. Morin, Edgar, y Piatelli-Palmarini, Massimo (edit.), 1983, Argos Vergara.
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CULTURA
Wasburn, S. L., y Devore, irven, *Lavida social de los babuinos,, 1961, en Biologta y cultura,
selecciones de Scientifw American, 1975, H. Blume Ediciones, p. 143.
lo Cómo nos dice George B. Schaller que ocurre en los grupos de gorilas. Schaller, G. B., La
vida del gorila, 1967, Fondo de Cultura Económica.
Jolly, Alison, The evolution of primate behavior, 1972, Macmillan Publishing Co., pági-
n a 207-211.
~
l2 Washburn, S. L., y Devore, irven, op. cit.
l3 Schultz, Adolph H., Los primates, 1979, Ediciones Destino, p. 297
l4 Chance, Michael, op. cit., p. 75. Sobre el mirar fuamente y el mecanismo de corte en los
gorilas, Schaller, G. B., op. cit., pp. 143, 149, 153, etc.
l5 Chance, Michael, op. cit.
l6 Sabater Pi, J., El chimpawd y los orígenes de la cultura, 1978, Promoci6n Cultural, S.A.
(ahora Anthropos Editorial del Hombre), p. 95.
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CULTURA
l7 Gnutier, J. P..y Depltte. B., op. cit.; Ploog, D.. op. cit.
l8 P h g , D., op. eit., p. 132.
Is Wilson, A. C.,4&@aci6n enica en la wolucibn~,en Elroluci6n Molecular, d i i d o por
Ayala,Raneisco J. (1980). Omega. RdM. Jacques, .El rnutante h u m * , en El primate y el
harbre. Morin, E.,y Piatelli-Palmarhi,M.,ed. (1983). Argm Vergara, pp. 90-146.
Piattelli-Palmuini. M.. en El primate y el hombre. Morin. E.. y Piatelli-Palmarini,M., ed.
(1983). Agos Vergara, pp. 1920. El o t
- de Gallup se describe en: Gallup, Gordon, G.,
r C h i m m self-recognition., &knm, vol. 167, n.O 1. 1970, pp. 86-87.
SabakrPi. J..op.&,p.78.
"Sabnter Pi, J.. op. cit.. pp. 79-80.
Sabater pi, J., op cit. En m t o a le capacidad mmipubdora de 10s primates: Weiner, J. S..
El honrbre: w(gmct y ewolwih, 1980, Ediciones Destino. pp. 69-71.
CULTURA
24 Teleki, Geza, The omnivorous chimpanzee, Scientific Arnerican, January, 1973,pp. 33-42.
Sabater Pi, J., op. cit. pp. 86-90.
2"olly, A., op. cit., pp. 254-256.También Sabater Pi, J., op. cit., pp. 90-95.
Leakey, Richard, E., y Lewin, R., Los orígenes del hombre, 1980,Aguilar, pp. 224-229.Joiiy,
A., OP. cit., PP. 258-259.
Morris, Desmond, La biologh del arte, 1971,Siglo xx Editores, S. A.
Chance, M., aUna dimensión ausente en la biología: el comportamiento*, en El primate y el
hombre. Morín, E., y Piatelli-Palmarini, M., edit., 1983,Argos Vergara, pp. 190-197
29 Gardner, R. A., y Gardner, B. T., cómo enseñar el lenguaje de los sordomudos a un chim-
pancé,, en Sobre el lenguaje de los antropoides. Zavala, Victor Sánchez, comp., 1976, Siglo XXI
Editores, pp. 24-58(Teaching S i g Language to a Chimpanzee, Science, vol. 165,n.O 3894, 1969).
30 En Hockett, Ch. F., uThe Problem of Universals in Language~,en Universak of Language,
Greenberg, J., recep., 1963,Mit Press, Cambridge, Mass.
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CULTURA
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CULTURA
35 Rurnbauch, D. M., Gill, T V., y Von Glasersfeld, E. C., eLa lectura y el completado de
oraciones, realizados por un chimpanc6~,en Sobre el lenguaje de los antmpoides, Sánchez Zavala,
V comp., 1976, Siglo XXI Editores, pp. 137-146 (Reading and Sentence Completion by a Chimpan-
zee, Science, vol. 182, n.O 4113, 1973).
36 Rumbauch, D. M.; Gill, T V., y Von Glasersfeld, E. C., op. cit., p. 146.
37 Paterson, F., Conversations with a Gorilla, National Geographics, vol. 154. n.O 4, 1978.
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una metodología parecida a la de los Gardner consiguió, a los seis años unos
resultados mucho más espectaculares: el gorila llegó a manejar 375 signos dife-
rentes, lo que supera con creces el nivel alcanzado por Washoe o por cualquier
otro chimpancé, aún por humanos. Koko hace preguntas y da respuestas, afr-
ma estar alegre o triste, se refiere a acontecimientos pasados o futuros, da
definiciones de objetos, es capaz de bromear debido a su tozudez, de insultar y
de mentir. Koko traduce espontáneamente algunas frases que oye en inglés,
que serían para ella habituales a su lenguaje gestual. Para aprovechar esta
capacidad se la ha provisto de un ordenador que, manejado por ella, es capaz
de transformar determinados signos gestuales al lenguaje inglés hablado; así,
la gorila podía, apretando las teclas del ordenador, traducir al inglés su lengua-
je del ASL. Ad~más,posteriormente, entró a formar parte del experimento un
joven gorila macho llamado Michael, y Koko tomó parte activa en la enseñan-
za del ASL a su compañero y se comunicaba con él en éste su lenguaje manual
común 38.
De los experimentos citados podemos deducir que los Póngidos africanos
son capaces de aprender y utilizar un lenguaje humano que, según algunos
autores 39, se limitaría a un estado comparable al primer nivel del desarrollo
lingüístico infantil (los Gardner han establecido las correspondencias entre los
esquemas descriptivos de las primeras combinaciones de los nifios y las de
Washoe 40),y, según otros, se podría comparar con un estadio más avanzado del
proceso de aprendizaje del lenguaje humano 41.
Premack 42 nos muestra las dificultades que supone para un chimpancé el
aprender un lenguaje simbólico como el humano. Primero el chimpancé tiene
que hacer la distinción en el mundo de lo real de dos superclases: la clase de
las cosas y la de las palabras, y después tiene que aprender a relacionar de una
manera biunívoca una clase con la otra; en otras palabras, tiene que aprender
que los elementos de una clase son símbolos de los elementos de la otra.
El experimento utilizado por Premack para comprobar que el lenguaje
que utiliza su chimpancé era simbólico (experimento que ha sido mencionado
más arriba) parece concluyente 43 en lo referente al &citode este aprendizaje.
38 LOS datos sobre la gorila Koko y su adquisicibn del lenguaje los he sacado de Hierro S.
Pescador, J., Principios de Filosofia del Lenguaje. 1. Teoría de los Signos, Teorla de la Gramática,
Epistemologia del lenguaje, 1980, Alianza Editorial, p. 169 SS. Linden, Eugene, Apes, M a and
Language, 1981, Penguins Books, p. 296 SS.
39 Hierro S. Pescador, J., op. cit.
40 Este cuadro de correspondencias aparece en: Gardner, R. A., y Gardner, B. T., uTwo-Way
Communication With an Infant Chimpanzeen, en Behavior of Nonhuman Primates, Schrier, A.,
eds., 1971, Academic Press. New York.
41 Por ejemplo: Thorpe, W. H., *El reduccionismo en la biología,, en Estudws sobre lafilosofta
de la biologia. Ayala, F J., y Dobzhausky, T., eds., 1983, Ariel, p. 177
42 Premack, D., en El primate y el hombre. Morin E., y Piatelli-Palrnarini, M., eds., 1983, Argos
Vergara, p. 39.
* Véase Premack, D., &Algunascaracteristicas generales de un método para enseAar el len-
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CULTURA
w
Neanderthal
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(Todas ellas se hallan en el le-e verbal humano)
1. Canal vocal-auditivo No
2. 'hmmki6n radiada y recepci6n directional En parte sf
3. Desaparicih dpida Si
4. Intemambiabilidiad (los adultos pueden ser a la vez trans-
misores y receptores) Si
5. Retroalimentacibn completa (alocutm capaz de percibir
cualquier cosa pertinente para su producci6n de seflales) Sf
6. hpeaahacihn (energfa poco importante, efecto de induc-
cisn importante) Sf
7. Semanticidad (vinculos de asociaci6n entre seflales y ca-
racteMcas del ambiente) Si
8. Arbitrariedad (abstracci6n de simbolos) Si
9. Dimvxih (reperbrio discreto no continuo) Parcial
10. Desplazamiento (puede referirse a cosas remotas en el
tiempo y en el espacio) Si
11. Apertura (facilidad de emisi6n de mersqjes nuevos) iSi?
12. Tradicibn (conveneiones transmitidas por apren-e y
ensefianza) Sf
13. Dualidad de modelos (elementos-sefiales sin significado,
combinacionesde modelos significativos). (Doble articula-
ci6n) Si
14. Prevarhci6n (capacidad de mentir o de decir cosas sin
sentido) Si
15. Reflectiviidad (capacidad de comunicar dentro del propio
sisterna), (rnetalenguajes) No
16. capmidad de apren- (el que habla m a lengua apren-
de a hablar otra) Sf
risticas extrañas, tan ajenas al animal como al código de signos que utiliza, cosa
que no creo) su presencia en el comportamiento de los primates implica unas
capacidades lingüísticas próximas a las humanas.
Estas sorprendentes capacidades de los chimpancés y los gorilas nos de-
vuelven al problema sugerido por las citas con las que abría este trabajo, que
no es otro que el de la hipótesis de la deshumanización propuesta por Kor-
tlandt. Adriaan Kortlandt sugiere que el antecesor de póngidos y homínidos
(tal vez un driopitecino) debía tener una amplia serie de características más
humanas que las que actualmente disfrutan sus descendientes los Póngidos.
Esta especie primitiva sufrió una especiación por aislamiento de distintas po-
blaciones en regiones geográficas bien distintas. Las exigencias adaptativas de
cada una de estas regiones geográficas sobre cada una de las diferentes pobla-
ciones permitiría o bien la aparición y selección favorable de esas capacidades
en wias o bien las haría innecesarias y por tanto las ocultaría en otras. Las
primeras poblaciones darían lugar a la familia hominidae y las segundas a la
pongidae. Kortlandt apoya su hipótesis sobre todo en esas capacidades cultura-
les tan importantes de gorilas y chimpancés que se han descubierto en el labo-
ratorio, como, por ejemplo, la capacidad de usar un lenguaje. También se apo-
ya en las importantes diferencias culturales que se dan entre distintas
poblaciones de chimpancés que viven en medios tan diferentes como la selva
ecuatorial y la sabana húmeda. Estos últimos han aprendido a manejar palos y
a arrojar piedras de manera muy efectiva 47 con el fin de defenderse en un
medio más desamparado que el selvático, características culturales que los
chimpancés de selva no poseen 48.
A partir del momento de la separación entre póngidos y homínidos, hace
unos 10-12 millones d e años, podemos suponer en ambas ramas una evolución'
a partir de características comunes. Transmisión cultural 49, comportamiento
instrumental, caza más o menos frecuente con repartición de alimento, organi-
zación social de tipo hedónico principalmente, aunque podrían mantener una
buena porción de conductas agonísticas que han perdurado hasta el hombre
actual 50.
El Rarnapithecus, probable protohomínido, estaba distribuido por zonas
selváticas atravesadas por ríos, o en el margen del bosque tropical con la saba-
na. Poseía unos caninos pequeños, algo cortantes, incisivos también pequeños
y de implantación vertical, los premolares tienen una tendencia a la molariza-
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ción, y junto a los molares una gruesa capa de esmalte. Los Ramapithecus
probablemente podían andar erguidos.
La hipótesis de Clifford Jolly sugiere que el cambio de la dentición ocurri-
do en el Ramapithecus se debió a una adaptación al consumo de cereales y
semillas. Este nuevo alimento obligó a la reducción de caninos para permitir
una masticación potente, rotatoria y vertical adaptada a alimentos abrasivos 51.
Además, «laposibilidad del lenguaje seria debida al hecho de que es necesario,
para colocar los granos bajo los molares y los premolares, poder retirar la len-
gua hasta el fondo de la cavidad bucal, lo que le da una mayor movilidad que
no poseen los otros primates»52.
La otra hipótesis clásica de preadaptación para la aparición del lenguaje
humano la expresaremos por medio de J. S. Weiner: «Una de las muchas con-
secuencias de la postura erecta y del cambio de sentido del eje craneofacial es
la de que la laringe, en el caso del hombre, se ha separado, perdiendo el con-
tacto con el paladar blando. La cámara oral formada de este modo hace posible
la característica capacidad vocal del hombres 53. LOque no explica esta hipóte-
sis es de qué manera homínidos como los Neandertales, con una postura ergui-
da tan perfectamente adquirida y desde hace tanto tiempo (ya tenían caminar
bípedo los Australopithecus como se hace evidente por las huellas fósiles de
hace aproximadamente 3,6 millones de años encontradas en Laetoli 54), podían
todavía conservar una estructura de la cavidad faríngea y bucal semejante a la
de los simios actuales.
Un argumento muy utilizado al hablar de la aparición del lenguaje en el
hombre es el del paralelismo y la relación causa-efecto entre el aumento de la
capacidad craneana y la aparición del lenguaje 55. Esta argumentación ha sido
desmontada fácilmente por Lenneberg 56.
Los primeros Australopithecinos andaban erguidos como forma de despla-
zamiento normal, y vivían en ecosistemas de tipo sabana. La utilización de
instrumentos puede considerarse como constante y bastante elaborada la cons-
trucción de herramientas de piedra que, probablemente, en una primera etapa
de su aplicación a la caza, serían utilizadas para descuartizar carroñas (los
chimpacés pueden usar útiles con función agresiva y pueden tener una activi-
dad cazadora, pero no coordinan ambos tipos de comportamientos como hace
el hombre 57).
La organización social compleja que poseían, con formación de refugios
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58 Lieberman, Ph., uUn enfoque unitario de la evolución del lenguaje»,en Sobre el lenguaje de
los antropoides. Sánchez Zavala, V., comp., 1976, Siglo XXI Editores, pp. 147-203 (On the evolution
of language: A unified view, en Cognition, tomo 2, n.O 1, 1973).
59 Citado por Aguirre, Erniliano de, <Lasprimeras huellas de lo humano,, en La evolución.
Crusafont, M., Melkndez B., y Aguirre, E., eds., 1976, BAC, pp. 752-812.
60 Valls, A., Introducción a la antropologáa, 1980, Labor, p. 189.
Las ideas de Faustio Cordón vienen expuestas en; Cordón, F., La naturaleza del hombre a
la luz de su origen biológico, 1981, Anthropos. Cordon, F., Cocinar hizo al hombre, 1980, Tusquets
ediciones, Barcelona.
62 Aguirre, E., op. cit., p. 794.
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ba formado por un aparato fonador muy semejante al de los simios actuales 63,
lo que supone limitaciones en la producción de determinados sonidos (voca-
les), en la precisión (menor probabilidad de error), en la posibilidad de cambiar
las frecuencias forrnantes, es decir, en la facilidad de producir
largas series de sonidos claramente distintos, y finalmente en la posibilidad de
automatización de las vocalizaciones 64.Sin embargo, este aparato fonador, que
podría producir, como en los grandes monos, una variada serie de contrastes
de sonidos 65, estaría controlado por la corteza cerebral y funcionaría a nivel
consciente. Así podrían ser utilizadas determinadas vocalizaciones con funcio-
nes muy precisas relacionadas con los comportamientos sociales e independi-
zadas de los estados emotivos.
La utilización, para producir un lenguaje, del conducto vocal supralarín-
geo, fue lo que hizo que la evolución de Cste haaa una forma acodada (confor-
mación en el hombre actual) fuera evolutivamente ventajosa, ya que esta es-
tructura del conducto supralaríngeo supone pérdidas en la adaptación a sus
otras funciones. Así, el conducto acodado de los adultos humanos implica una
pérdida en la eficacia respiratoria, la imposibilidad de aislar la vía digestiva de
la respiratoria y la posibilidad de asfixia por bloqueo del conducto común a
ambas (la faringe),incluso produce una pérdida de la capacidad masticadora 66.
Esta evolución hacia el conducto largo y acodado en ángulo recto, caracte-
rístico de los adultos de la especie humana, debió de ser paulatina.
La reconstrucción de las cavidades supralaríngeas realizada en distintos
cráneos fósiles por P. Lieberman y colaboradores nos da algunas pruebas de
la evolución del conducto acodado y por tanto del habla típicamente humana.
El resto más antiguo de los analizados que parece poseer las características
del conducto vocal moderno es el de Steinheim (Alemania) datado en unos
300.000 años. El cráneo de Broken Hill (Zambia) de hace unos 125.000 años 68
presenta unas cavidades oral, faríngea y laríngea intermedias entre la forma
acodada moderna y la primitiva no acodada. Finalmente aparece la constitu-
ción moderna en los cráneos Skulv y uno de Qafzeh, anatómicamente moder-
nos 69,encontrados en Oriente Próximo y datados en no más de 40.000 años; y
63 Lieberman, P., op. cit. Rosenstingl, Rutta, Homo y los inicios del l a w e articulado, Acta
11 Symp. Antrop. Biol. España (Oviedo), 1980, pp. 685-701
Lieberman, P., op. cit.
65 Lieberman, P., op. cit., pp. 192 SS.
66 Op. cit., pp. 166-167.
02). cit., pp. 161 ss. La discusión sobre la validez de las técnicas de Lieberman y Carlisle, R.,
y Siegel, M., usome problerns in the interpretations of Neanderthal speech capabilities: a reply to
Lieberrnanv, en Amerkan Anthropologist, 76, 1974, pp. 319-322. Liebennan, P., y Crelin, E. S.,
aSpeech in Neanderthal Man: A Reply to Carlisle and Siegelv, en American Anthropologist, 76,
1974, pp. 323-325. Lieberman, P., uMore talk on Neanderthal Speech~,en C u m t Anthrop., 19 (2),
1978, p. 407
68 Harris, Marvin, Introducción a la antropolo& general, 1981, Alianza Universidad, p. 94.
Trinkaus, E., y Howells, W W., ~Neandertalesv,en Inu&@& y Ckmkc,febrero, 1980, p. 69.
C
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CULTURA
Cuaderno Gris / 45
CULTURA
jemos que nos ayude a contestar Sherwood L. Washburn 77. «LOocurrido du-
rante los últimos 40.000 años de la prehistoria podría deberse, precisamente, a
la aparición del lenguaje tal como lo conocemos hoy. Es decir, aunque el hom-
bre no fuese, seguramente, mudo durante gran parte de su desarrollo, la ex-
traordinaria expansión del hombre moderno, Homo sapiens sapiens, se debe,
probablemente, a su mayor capacidad para la comunicación verbal.»
Lo que parece claro es que «la edad del lenguaje no es de menos de,
digamos, 30.000 a 50.000 años* 78. Puesto que todas las razas humanas tienen
idénticas capacidades lingüísticas, el origen, biológico o cultural, de éstas no
pudo ser posterior al antepasado común de todas las poblaciones de la subes-
pecie humana actual.
La razón por la cual los hombres de tipología moderna desplazaron a los
Neandertales no fue ningún tipo de superioridad ffsica (más bien al contrario),
ni cambio climático, ni ventaja cultural en la construcci6n de instrumentos
líticos, sino la capacidad y el hecho de utilizar un habla codificada como la
actual 79 que permitió el incremento de la complejidad del sistema sociocultu-
ral. Comenzó entonces la gran expansión cultural y demográfica del género
humano, empezaron a aparecer las formas artísticas y nuevas técnicas y ritua-
les, se colonizaron los continentes de Australia (hace 32.000 o 40.000 años) 80 y
más tarde el Americano (hace 27.000 años, aproximadamente). En definitiva,
el hombre estaba ya formado.
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