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Prescripción de La Acción Penal Martín Torres

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Ciudadano

Juez Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito


Judicial Penal del Estado Cojedes

Su Despacho.-

Yo, JOSÉ MARTIN TORRES HERNÁNDEZ, venezolano, mayor


de edad, natural de Tinaquillo estado Cojedes, titular de la cédula de
identidad No. 20.486.852, residenciado en La Granjita, sector Los Pegones,
casa sin número, Tinaquillo estado Cojedes, según se evidencia del
expediente Causa No. HK21-P-2008-000021, de la nomenclatura de este
Tribunal, asistido en este por el ciudadano JOSÉ MATÍAS DURÁN LINAREZ,
abogado en ejercicio, inscrito en el Inpreabogado bajo el No. 251.955, titular
de la cédula de identidad No. V-10.991.396, ante Usted ocurro para exponer
y solicitar:

Fui objeto de aprehensión y presentado en Audiencia de


Presentación en Flagrancia el 10 de septiembre de 2008 por ante el Tribunal
Cuarto de Control, fecha ésta para establecer el computo de la prescripción
judicial de la acción penal, como presunto autor responsable del delito de
aprovechamiento de cosas provenientes del robo, previsto y sancionado en
el encabezamiento del artículo 470 del código Penal vigente, en
consecuencia, si presuntamente consumé el delito en flagrancia, al ser
aprehendido y presentado por ante el mencionado Tribunal Cuarto de
Control, según la fecha indicada anteriormente, para el día de hoy mayo
de 2016, ha transcurrido el tiempo con creces para la prescripción judicial,
de conformidad con el artículo 110 del Código Penal, esto es, el tiempo de la
prescripción ordinaria, más la mitad de la misma. Sí tomamos en
consideración que el delito de aprovechamiento de cosas provenientes del
robo, previsto y sancionado en el encabezamiento del artículo 470 del código
Penal vigente, el cual establece que quien lo consumara será castigado con
prisión de tres (3) a cinco (5) años, y por aplicación del término medio del
artículo 37, eiusdem, la pena aplicable será de cuatro (4) años. Lo cual si el
delito de aprovechamiento de cosas provenientes del robo, previsto y
sancionado en el encabezamiento del artículo 470 del código Penal vigente,
se consumó el 08 de septiembre de 2008 y fue presentado en Audiencia de
Presentación en Flagrancia el 10 de septiembre de 2008, para la
presente fecha de mayo de 2016, transcurrió un tiempo de siete (7)
años y siete (7) meses, y aplicando la regla del Código Penal artículo 108.
4, “108… la acción penal prescribe así: … 4 Por cinco años, si el delito
mereciere pena de prisión de más de tres años”. Al aplicarle a mi defendido
la regla transcrita en concordancia con el artículo 37, ibídem, con creces ha
transcurrido el tiempo de la prescripción judicial, esto es, si mereciere pena
aplicable de cuatro (4) años, término medio según el artículo 37, eiusdem,
según la prescripción de la acción penal ordinaria, más la mitad del mismo,
según el segundo párrafo del artículo 110, ibídem, parte infine, dice: “…, pero
si el juicio, sin culpa del imputado se prolonga por un tiempo igual al de la
prescripción aplicable más la mitad del mismo, se declarará prescrita la
acción penal.” Como quiera, que ha transcurrido más de siete años y siete (7)
meses es procedente la prescripción judicial. Así lo Pido para mí defendido
ciudadano JOSÉ MARTIN TORRES HERNÁNDEZ.

Para ilustrar el fumus bonis juris de la respetada jueza que conoce del
presente caso, reproducimos algunos aportes jurisprudenciales y doctrinarios
en materia de prescripción ordinaria y judicial de la acción penal:

La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en decisión No.


1177 de fecha 23.11.2010, precisó lo siguiente:
 
“…En el caso sub lite, la parte accionante adujo que la Corte
de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Miranda,
al resolver la apelación interpuesta omitió pronunciarse sobre
la prescripción extraordinaria o judicial de la acción penal en
beneficio de la ciudadana
(...) 
Ahora bien y por cuanto la injuria constitucional alegada tiene
su fundamento en la falta de pronunciamiento respecto a la
extinción de la acción penal, también denominada
“prescripción judicial o extraordinaria”, esta Sala
Constitucional estima necesario, a fin de determinar la
relevancia constitucional de la omisión alegada, constatar si
efectivamente transcurrió a favor de la ciudadana Maluibe
Beatriz Martínez Pulido el término para la extinción de la
acción penal –también denominada prescripción
“extraordinaria” o “judicial”, en el proceso penal que se le
siguió por la comisión del delito de lesiones personales
culposas gravísimas; figura procesal que se encuentra
contenida en la parte in fine del segundo párrafo del artículo
110 del Código Penal, y que es aquella que se verifica por el
solo transcurso de un determinado tiempo, esto es, el de la
prescripción aplicable más la mitad del mismo, siempre y
cuando la prolongación del juicio por ese tiempo se haya
producido sin culpa del reo, no siendo, a diferencia de la
prescripción ordinaria, susceptible de interrupción.
(...) 
Siendo así, se evidencia que esta modalidad de prescripción
de la acción penal tiende a proteger al procesado de un juicio
interminable, cuya dilación no sea imputable a aquél, por lo
que realmente no se trata ni de una prescripción, ni de una
perención, sino de una fórmula diferente de extinción de la
acción, que opera ajena a la prescripción.
Precisado lo anterior, y a fin de determinar en el proceso
penal actual desde cuando comienza el lapso para la
prescripción judicial o extraordinaria, la Sala estima  que
deben analizarse los actos que ocasionan la interrupción de la
prescripción ordinaria, que es la única susceptible de ser
interrumpida.
En tal sentido, el catálogo contentivo de dichos actos, según el
artículo 110 del Código Penal vigente está conformado de la
siguiente manera:
  “Artículo 110. Se interrumpirá el curso de la prescripción de
la acción penal por el pronunciamiento de la sentencia, siendo
condenatoria, o por la requisitoria que se libre contra el
imputado, si éste se fugare. Interrumpirán también la
prescripción, la citación que como imputado practique el
Ministerio Público, o la instauración de la querella por parte
de la víctima o de cualquier persona a los que la ley reconozca
con tal carácter; y las diligencias y actuaciones procesales que
le sigan; pero si el juicio, sin culpa del imputado, se prolongare
por un tiempo igual al de la prescripción aplicable más la
mitad del mismo, se declarará prescrita la acción penal.
Si establece la ley un término de prescripción menor de un
año, quedará ella interrumpida por cualquier acto de
procedimiento; pero si en el término de un año, contado
desde el día en que comenzó a correr la prescripción no se
dictare la sentencia condenatoria, se tendrá por prescrita la
acción penal.
La prescripción interrumpida comenzará a correr nuevamente
desde el día de la interrupción. 
La interrupción de la prescripción surte efectos para todos
los que han concurrido al hecho punible, aun cuando los
actos que interrumpan la prescripción no se refieren sino a
uno” (Subrayado del presente fallo). 
De una correcta lectura e interpretación de esta nueva
disposición, el listado de los actos que interrumpen la
prescripción ordinaria puede ser estructurado en el siguiente
orden:
1.- La sentencia condenatoria.
2.- La requisitoria que se libre contra el imputado, si éste se
fugare.
3.- La citación que como imputado practique el Ministerio
Público.
4.- La instauración de la querella por parte de la víctima o de
cualquier persona a los que la ley reconozca tal carácter.
5.- Y las diligencias y actuaciones procesales subsiguientes.
En tal sentido, con base en el minucioso análisis de las actas
que conforman el presente expediente, estima esta Sala que
el hecho punible objeto del proceso penal que originó la
interposición de la presente acción de amparo, se encuentra
configurado presuntamente por el delito de (...) en razón de lo
cual y respecto a la prescripción judicial o extinción de la
acción penal, la Sala pasa a pronunciarse en los siguientes
términos:
En el proceso penal que dio lugar al amparo, la Fiscalía
Primera del Ministerio Público de la misma Circunscripción
Judicial dictó orden de inicio de la investigación el 30 de
noviembre de 2004, en virtud de la denuncia escrita
formulada por la ciudadana (...)  ante la Unidad de Atención a
la Víctima adscrita a la Fiscalía Superior del Ministerio
Público de la Circunscripción Judicial del Estado Miranda y
recibida el 15 de noviembre de 2004 por la señalada Fiscalía
Primera; sin embargo, no fue sino hasta el 2 de febrero de
2006, que el Ministerio Público, verificó la citación en calidad
de imputada de la ciudadana (...)  tal como consta a los folios
16 al 26 del Anexo 1 del expediente, acto en el que estuvo
asistida por la abogada Elena Luis Fernández, Defensora
Pública, adscrita a la Unidad de Defensa Pública de la
Circunscripción Judicial del Estado Miranda y le fue impuesto
el precepto constitucional previsto en el cardinal 5 del artículo
49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, así como de sus derechos contemplados en el
artículo 125 del Código Orgánico Procesal Penal.
De tal modo que en el proceso penal que dio lugar al amparo
de autos –seguido bajo las reglas del procedimiento
ordinario-, la fecha para comenzar a computar el lapso de la
extinción de la acción penal, llamada “prescripción judicial o
extraordinaria” es desde 2 de febrero de 2006, pues desde esa
fecha se verificó la imputación de la prenombrada ciudadana
al ser entrevistada en la sede del Ministerio Público en calidad
de imputada y efectivamente pudo gozar de forma plena y
cabal de su legítimo derecho a la defensa, considerando que
es desde la imputación en el procedimiento ordinario y de
aprehensión por flagrancia, cuando un ciudadano o ciudadana
se inserta como sub iudice en el proceso penal actual,
pudiendo ejercer en forma plena y cabal su legítimo derecho a
la defensa.
(...) 
En definitiva de cara al proceso penal actual, el lapso para el
cómputo de la extinción de la acción penal debe iniciarse a
partir del momento en que el procesado, encausado o
inculpado se ponga a derecho y cumpla con la actividad
procesal que  en su condición de imputado a él le impone,
porque será a partir de entonces, cuando, eventualmente,
puede examinarse si ha transcurrido el tiempo para que opere
la señalada extinción o si el juicio se ha prolongado por causas
no imputables a dicho encausado (Vid sentencia N° 1089/2006
del 19 de mayo, recaída en el caso: Antonio Ramón Rodríguez)
…”.  (Negritas y subrayado de la Sala). 
De lo anterior, se colige que la fecha de inicio para el cómputo de la
prescripción judicial o extraordinaria, debe comenzar a computarse, a partir
de la fecha del acto de imputación formal, sea que éste tenga lugar en
sede fiscal durante el transcurso del procedimiento ordinario, o en la
audiencia que se celebre en razón de la aprehensión en flagrancia del
imputado, conforme a lo dispuesto en el artículo 373 del Código Orgánico
Procesal Penal, o con ocasión de la audiencia de presentación celebrada de
conformidad con el artículo 236 eiusdem una vez materializada la orden de
aprehensión preventiva acordada por el juzgado (Vid. Sentencias de la Sala
Constitucional n° 276 del 20 de marzo de 2009 y n° 1381 del 30 de octubre
de 2009); pues sólo será a partir de ese momento que el procesado se
encuentre a derecho pudiendo cumplir con las cargas y deberes que le
impone su condición de imputado, siendo además ese el momento donde
eventualmente podrá examinarse si en el proceso seguido en su contra ha
Transcurrido el tiempo para que opere la señalada extinción de la acción
penal, y si el juicio se ha prolongado por causas  no imputables a dicho
encausado. “ 
Ahora bien, el tiempo de prescripción judicial aplicable a la presente causa,
se obtiene conforme lo dispone el artículo 110 del Código Penal, de la suma
del tiempo de prescripción ordinaria más la mitad del mismo. En la presente
causa el tiempo de prescripción ordinaria para el delito de aprovechamiento
de cosas provenientes del robo, previsto y sancionado en el artículo 470 del
Código Penal aplicando la dosimetría del artículo 37, ibídem, es de cuatro
(04) años, y de acuerdo a lo previsto en el artículo 108.4 del Código Penal y
Código Orgánico Procesal Penal, tal como se explicó ut supra; espacio de
tiempo éste que al sumársele la mitad del mismo daría para el presente caso
un tiempo de prescripción judicial que es igual a siete años (7) y seis (06)
meses con creces, siempre que el juicio no se hubiese prolongado por culpa
del procesado.  

Sobre la base de estas consideraciones, se puede verificar, si en el presente


asunto penal, ha transcurrido o no el tiempo de prescripción judicial
aplicable; y en este sentido se observa:  En el caso de autos, en fecha 8 de
septiembre de 2008 mi defendido fue detenido en flagrancia, y fue
presentado por ante el Tribunal Cuarto de Control en Audiencia de
Presentación en Flagrancia el 10 de septiembre del mismo año y el Ministerio
Público imputó formalmente a mi defendido ciudadano JOSÉ MARTIN
TORRES HERNÁNDEZ, fecha 10 de septiembre de 2008, a partir de la cual se
inició el computo del tiempo para la prescripción judicial de la acción penal y
las posteriores actuaciones procesales, entre otras, la consignación de la
acusación penal en fecha 29 de octubre de 2010,  consideraciones de
actuaciones procesales que hasta la presente fecha /05/16, para que el
proceso mantuviere su curso durante más de siete (7) años y siete (7)
meses, motivo por el cual es procedente la solicitud de la prescripción judicial
o extraordinaria.

Observo que en la presente causa, el proceso se ha prolongado en el


tiempo por las diligencias y recaudos aportados en el expediente, durante el
curso del proceso. Asimismo observo que durante la tramitación de la causa
se han verificado muchas diligencias para el cumplimiento de los actos
judiciales, sin embargo, ha conducido a un  innegable retardo procesal, lo
que va en detrimento de los derechos de las partes y el interés y
celeridad de la justicia, fecha esta para establecer el computo para el
cumplimiento de la regla de la prescripción de la acción penal judicial al
transcurrir siete (7) años y seis (6) meses con creces, como presunto autor
responsable del delito de aprovechamiento de cosas provenientes de robo
prevista y sancionado en el encabezamiento del artículo 470 del código Penal
vigente, en consecuencia, si mi defendido cuando presuntamente consumó
el delito en flagrancia fue detenido y presentado por ante el Tribunal Cuarto
de Control según la fecha indicada anteriormente, para el día de hoy
mayo de 2016, ha transcurrido el tiempo para la prescripción judicial, de
conformidad con el artículo 108.4, en concordancia con el 110, párrafo
segundo, del Código Penal, el tiempo de la de la prescripción ordinaria, más
la mitad del mismo. 

En este orden de ideas es oportuno precisar que el ejercicio de los


derechos y garantías procesales de las partes no pueden interferir
negativamente en la duración del proceso; por ello cuando las partes en el
ejercicio de los derechos y garantías que ofrece el orden jurídico, persiguen
un fin distinto al previsto en la constitución y las leyes, no pueden resultar
favorecidos, cuando su actuar busca desvirtuar la razón de la ley, obteniendo
de mala fe un resultado indebido. En este sentido son  los jueces de
instancia  los llamados a velar por el recto cumplimiento de las garantías
constitucionales para evitar todos estos planteamientos dilatorios que
desvirtúan la naturaleza y finalidad del proceso penal. 

A este respecto, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en


decisión N° 1712 de fecha 12 de septiembre de 2001, precisó:  

“… debido a tácticas procesales dilatorias abusivas, producto


del mal proceder de los imputados o sus defensores, el
proceso penal puede tardar más de (...)  sin sentencia firme
condenatoria (...) en estos casos una interpretación literal,
legalista, de la norma, no puede llegar a favorecer a aquél que
trata de desvirtuar la razón de la ley, obteniendo de mala fe
un resultado indebido. La torpeza en el actuar, dilatando el
proceso, no puede favorecer a quien así actúa…”.  

Resulta claro que el término establecido en el aparte in fine del segundo


párrafo del artículo 110 del Código Penal, no se ha verificado en el caso sub
lite por causas imputables a mí persona, y por lo tanto, resulta procedente la
declaración de extinción de la acción penal con base en este artículo. En otras
palabras, la dilatación del juicio no ha sido por culpa mía, por lo cual puede
materializarse la consecuencia jurídica contemplada en la señalada norma
sustantiva. En atención a lo dicho, se concluye que el caso de autos
encuadra dentro de lo establecido en el segundo párrafo parte infine del
artículo 110, en con concordancia con el artículo 108, 4 del Código Penal,
pues el proceso no se prolongó por culpa de mía, en razón de lo cual
concurren las circunstancias para que opere la prescripción judicial de la
acción penal.

Por las consideraciones anteriormente expuestas, pido a la


ciudadano Juez de Juicio No. 2 que analice y aprecie los puntos que sirven de
fundamentos a este escrito de prescripción judicial de la acción penal a favor
a mi favor, por el transcurso del tiempo previsto en los artículos 108.4,
110, segundo párrafo parte in fine, 37 y 470, en su encabezamiento, todos
del Código Penal vigente, con ruego que comprenda su pronunciamiento
dictado el sobre el sobreseimiento de la causa de conformidad con el artículo
300.3 del Código Orgánico Procesal Penal y los beneficios que conllevan, sean
oficiados a las instituciones públicas, a fin de gozar de mi plena libertad. Es
justicia, en San Carlos a la fecha de su presentación.

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