Tarea Del Hierro
Tarea Del Hierro
Tarea Del Hierro
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para otros usos de este término, véase Hierro (desambiguación).
Manganeso ← Hierro → Cobalto
Lattice body centered cubic.svg Capa electrónica 026 Hierro.svg
26 Fe
Índice
1 Características principales
2 Aplicaciones
2.1 Aceros
2.2 Fundiciones
3 Historia
4 Abundancia y obtención
5 Producción mundial
6 Compuestos
7 Metabolismo del hierro
8 Isótopos
9 Precauciones
10 Véase también
11 Referencias
12 Enlaces externos
Características principales
Hierro puro
Es un metal maleable, de color gris plateado, y presenta propiedades magnéticas (es
ferromagnético a temperatura ambiente y presión atmosférica). Es extremadamente
duro y denso.
Hierro-α: estable hasta los 911 °C. El sistema cristalino es una red cúbica
centrada en el cuerpo (BCC).
Hierro-γ: 911-1392 °C; presenta una red cúbica centrada en las caras (FCC).
Hierro-δ: 1392-1539 °C; vuelve a presentar una red cúbica centrada en el cuerpo.
Hierro-ε: Puede estabilizarse a altas presiones, presenta estructura hexagonal
compacta (HCP).
Aplicaciones
El hierro es el metal duro más usado, con el 95% en peso de la producción mundial
de metal. El hierro puro (pureza a partir de 99,5%) no tiene demasiadas
aplicaciones, salvo excepciones para utilizar su potencial magnético. El hierro
tiene su gran aplicación para formar los productos siderúrgicos, utilizando este
como elemento matriz para alojar otros elementos aleantes tanto metálicos como no
metálicos, que confieren distintas propiedades al material. Se considera que una
aleación de hierro es acero si contiene menos de un 2,1% de carbono; si el
porcentaje es mayor, recibe el nombre de fundición.
Aceros
Artículo principal: Acero
Los aceros son aleaciones férreas con un contenido máximo de carbono del 2%, el
cual puede estar como aleante de inserción en la ferrita y austenita y formando
carburo de hierro. Algunas aleaciones no son ferromagnéticas. Este puede tener
otros aleantes e impurezas.
Acero bajo en carbono: menos del 0,25% de C en peso. Son blandos pero dúctiles. Se
utilizan en vehículos, tuberías, elementos estructurales, etcétera. También existen
los aceros de alta resistencia y baja aleación, que contienen otros elementos
aleados hasta un 10% en peso; tienen una mayor resistencia mecánica y pueden ser
trabajados con mucha facilidad.
Acero medio en carbono: entre 0,25% y 0,6% de C en peso. Para mejorar sus
propiedades son tratados térmicamente. Son más resistentes que los aceros bajos en
carbono, pero menos dúctiles; se emplean en piezas de ingeniería que requieren una
alta resistencia mecánica y al desgaste.
Acero alto en carbono: entre 0,60% y 1,4% de C en peso. Son aún más resistentes,
pero también menos dúctiles. Se añaden otros elementos para que formen carburos,
por ejemplo, con wolframio se forma el carburo de wolframio, WC; estos carburos son
muy duros. Estos aceros se emplean principalmente en herramientas.
Aceros aleados: Con los aceros no aleados, o al carbono, es imposible satisfacer
las demandas de la industria actual. Para conseguir determinadas características de
resiliencia, resistencia al desgaste, dureza y resistencia a determinadas
temperaturas deberemos recurrir a estos. Mediante la acción de uno o varios
elementos de aleación en porcentajes adecuados se introducen modificaciones
químicas y estructurales que afectan a la templabilidad, características mecánicas,
resistencia a oxidación y otras propiedades.
La clasificación más técnica y correcta para los aceros al carbono (sin alear)
según su contenido en carbono:
Los aceros hipoeutectoides, cuyo contenido en carbono oscila entre 0.02% y 0,8%.
Los aceros eutectoides cuyo contenido en carbono es de 0,8%.
Los aceros hipereutectoides con contenidos en carbono de 0,8% a 2%.
Aceros inoxidables: uno de los inconvenientes del hierro es que se oxida con
facilidad. Añadiendo un 12% de cromo se considera acero inoxidable, debido a que
este aleante crea una capa de óxido de cromo superficial que protege al acero de la
corrosión o formación de óxidos de hierro. También puede tener otro tipo de
aleantes como el níquel para impedir la formación de carburos de cromo, los cuales
aportan fragilidad y potencian la oxidación intergranular.
El uso más extenso del hierro es para la obtención de aceros estructurales; también
se producen grandes cantidades de hierro fundido y de hierro forjado. Entre otros
usos del hierro y de sus compuestos se tienen la fabricación de imanes, tintes
(tintas, papel para heliográficas, pigmentos pulidores) y abrasivos (colcótar).
Los gases de los altos hornos son fuentes importantes de partículas y contienen
óxido de carbono. La escoria del alto horno es formada al reaccionar la piedra
caliza con los otros componentes y los silicatos que contienen los minerales.
Fundiciones
Cuando el contenido en carbono es superior a un 1.73% en peso, la aleación se
denomina fundición. Este carbono puede encontrarse disuelto, formando cementita o
en forma libre. Son muy duras y frágiles. Hay distintos tipos de fundiciones:
Gris
Blanca
Atruchada
Maleable americana
Maleable europea
Esferoidal o dúctil
Vermicular
Sus características varían de un tipo a otra; según el tipo se utilizan para
distintas aplicaciones: en motores, válvulas, engranajes, etc.
Por otra parte, los óxidos de hierro tienen variadas aplicaciones: en pinturas,
obtención de hierro, la magnetita (Fe3O4) y el óxido de hierro (III) (Fe2O3) en
aplicaciones magnéticas, etc. El hidróxido de hierro (III) (Fe(OH)3) se utiliza en
radioquímica para concentrar los actínidos mediante co-precipitación.
Historia
Se tienen indicios de uso del hierro desde el cuarto milenio antes de Cristo, por
parte de los sumerios y egipcios.
En el segundo y tercer milenio antes de Cristo, van apareciendo cada vez más
objetos de hierro (que se distingue del hierro procedente de meteoritos por la
ausencia de níquel) en Mesopotamia, Anatolia y Egipto. Sin embargo, su uso parece
ser ceremonial, siendo un metal muy caro, más que el oro. Algunas fuentes sugieren
que tal vez se obtuviera como subproducto de la obtención de cobre.
En la Edad Media, y hasta finales del siglo xix, muchos países europeos empleaban
como método siderúrgico la forja catalana. Se obtenía hierro y acero bajo en
carbono empleando carbón vegetal y el mineral de hierro. Este sistema estaba ya
implantado en el siglo xv, y se conseguían alcanzar hasta unos 1200 °C. Este
procedimiento fue sustituido por el empleado en los altos hornos.
En un principio se usaba carbón vegetal para la obtención de hierro como fuente de
calor y como agente reductor. En el siglo xviii, en Inglaterra, comenzó a escasear
y hacerse más caro el carbón vegetal, y esto hizo que comenzara a utilizarse coque,
un combustible fósil, como alternativa. Fue utilizado por primera vez por Abraham
Darby, a principios del siglo xviii, que construyó en Coalbrookdale un «alto
horno». Asimismo, el coque se empleó como fuente de energía en la Revolución
industrial. En este periodo la demanda de hierro fue cada vez mayor, por ejemplo
para su aplicación en ferrocarriles.
El alto horno fue evolucionando a lo largo de los años. Henry Cort, en 1784, aplicó
nuevas técnicas que mejoraron la producción. En 1826 el alemán Friedrich Harkot
construye un alto horno sin mampostería para humos.
Hacia finales del siglo xviii y comienzos del xix se comenzó a emplear ampliamente
el hierro como elemento estructural (en puentes, edificios, etc). Entre 1776 a 1779
se construye el primer puente de fundición de hierro, construido por John Wilkinson
y Abraham Darby. En Inglaterra se emplea por primera vez en la construcción de
edificios, por Mathew Boulton y James Watt, a principios del siglo xix. También son
conocidas otras obras de ese siglo, por ejemplo el Palacio de Cristal construido
para la Exposición Universal de 1851 en Londres, del arquitecto Joseph Paxton, que
tiene un armazón de hierro, o la Torre Eiffel, en París, construida en 1889 para la
Exposición Universal, en donde se utilizaron miles de toneladas de hierro.
Abundancia y obtención
El hierro es el metal de transición más abundante en la corteza terrestre, y cuarto
de todos los elementos. También existe en el Universo, habiéndose encontrado
meteoritos que lo contienen. Es el principal metal que compone el núcleo de la
Tierra hasta con un 70 %. Se encuentra formando parte de numerosos minerales, entre
los que destacan la hematites (Fe2O3), la magnetita (Fe3O4), la limonita (FeO
(OH)), la siderita (FeCO3), la pirita (FeS2), la ilmenita (FeTiO3), etcétera.
Se puede obtener hierro a partir de los óxidos con más o menos impurezas. Muchos de
los minerales de hierro son óxidos, y los que no, se pueden oxidar para obtener los
correspondientes óxidos.
Los gases sufren una serie de reacciones; el carbono puede reaccionar con el
oxígeno para formar dióxido de carbono:
En primer lugar los óxidos de hierro pueden reducirse, parcial o totalmente, con el
monóxido de carbono, CO; por ejemplo:
{\displaystyle {\ce {CaCO3 -> CaO + CO2}}}{\displaystyle {\ce {CaCO3 -> CaO +
CO2}}}
Y el dióxido de carbono es reducido con el coque a monóxido de carbono como se ha
visto antes.
{\displaystyle {\ce {3Fe + 2CO -> Fe3C + CO2}}}{\displaystyle {\ce {3Fe + 2CO ->
Fe3C + CO2}}}
Finalmente se produce la combustión y desulfuración (eliminación de azufre)
mediante la entrada de aire. Y por último se separan dos fracciones: la escoria y
el arrabio: hierro fundido, que es la materia prima que luego se emplea en la
industria.
En 2000 los cinco mayores productores de hierro eran China, Brasil, Australia,
Rusia e India, con el 70% de la producción mundial. Actualmente el mayor yacimiento
de Hierro del mundo se encuentra en la región de El Mutún, en el departamento de
Santa Cruz, Bolivia; dicho yacimiento cuenta con entre 40 000 y 42 000 millones de
toneladas aprox. (40% de la reserva mundial) para explotar.[cita requerida]