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Guia 1.

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UNIDAD 5.

GRANDES
DESCUBRIM
IENTOS. GUIA N. 1
EL FUEGO.
GRADO: 4.

LOGROS:

Indaga sobre las diversas formas de como el hombre inventó el fuego.

Reconoce el fuego como elemento necesario para la obtención del sustento


humano.

Participa activamente en los ejercicios propuestos en clase, a su vez posee buen


comportamiento en el aula.

COMPETENCIAS:

Cognitiva, comunicativa, argumentativa, interpretativa, científica, propositiva.

TRANSVERSALIZACIÓN:

Ciencias Naturales y Educación Ambiental, Educación Artística y Cultural, Humanidades:


Lengua Castellana.

ACTIVIDADES BASICAS:
1) Resuelvo los siguientes interrogantes.
a) ¿Cómo crees que el hombre creo el fuego?
b) ¿Para qué te sirve el fuego?
c) ¿Qué oficios haces tú con el fuego?

2) Observa esta imagen.


Responde las siguientes preguntas:

a) ¿Qué animal se observa en esa imagen?


b) ¿Al fondo de la imagen que se puede observar?
c) ¿Qué nombre completo recibe todo lo que se observa en la imagen?

CUENTO PEDAGÓGICO.
1) Leo con atención el siguiente texto.

EL PASO DEL FUEGO.

El pueblo entero asegura que ningún forastero es capaz de andar por


las brasas encendidas. Amy Randall se quita los zapatos para demostrarles que se
equivocan.

Esta noche es la Noche de San Juan. En  San Pedro de Manrique, en la provincia de
Soria, miles de personas esperan en torno a una gran hoguera para contemplar lo
imposible: los hombres del pueblo van a andar sobre el fuego sin quemarse.

Tradicionalmente, en toda España se celebra con el fuego esta noche mágica, que marca
el solsticio de verano. Por todo el país se encienden hogueras que arden hasta el
amanecer. Pero no hay un sitio más espectacular que San Pedro de Manrique.

Los vecinos de este pueblo creen que la Virgen María los protege y por eso pueden
andar descalzos sin quemarse sobre las brasas en la Noche de San Juan, es un rito muy
antiguo, de origen pagano, que repiten cada año.
La hoguera es gigantesca y lleva toda la tarde
ardiendo en la explanada de la ermita. La Guardia
Civil cuida de que nadie tire al fuego ningún objeto
metálico. La gente bebe vino y se acurruca cerca de
las llamas para protegerse del frío.

Algunos me miran curiosos. Quizás se han enterado


de que también yo voy a intentar pasar el fuego.
Estoy asustada. Los vecinos de San Pedro tienen la
protección de la Virgen, pero ¿y yo…? Acabaré en el
hospital. ¿Cómo se me ha ocurrido meterme en este
lío?

Todo empezó esta tarde, en uno de los bares del pueblo donde me encontraba con
el alcalde y unos vecinos.

«Supongo que los turistas estarán deseando andar por el fuego», se me ha ocurrido decir.
Se ha hecho el silencio. Me han mirado como si fuera de otro planeta. Un viejo me ha
dicho: «Que lo intenten si quieren y les pasará como al cura del pueblo de al lado...». «¿Y
qué le pasó?», le he preguntado yo. El viejo ha abierto mucho los ojos y con cara
de triunfo ha gritado: «¡Que se quemó...!» y todos en el bar han empezado a reírse a
carcajadas. «Nadie que no sea del pueblo puede pasar sobre el fuego sin quemarse», ha
añadido el alcalde con cierta solemnidad, «¿y sabes por qué?, porque la Virgen sólo
protege a los vecinos de San Pedro».

Para celebrar su discurso, el alcalde me ha invitado a otro vaso de vino. «Son ya tres
vasos», he pensado yo, «pero como invita el alcalde no puedo decir que no». Los
españoles se ofenden si te invitan a beber y tú no bebes. Y me lo he bebido.

Animada por el vino, me he atrevido a decir:


«Pues yo creo que os equivocáis, creo que los
forasteros también podemos pasar». Quizá han
pensado que era un chiste porque se han
empezado a reír más y más. «Bueno», ha dicho
el farmacéutico secándose las lágrimas, «si la
inglesita quiere probar, que pruebe. Yo tengo en la
farmacia unas vendas y una crema muy buena
para las quemaduras, las subiré esta noche a la
ermita...». Y otra carcajada general. Yo he
pensado: «Tierra, trágame», pero era demasiado
tarde para volverme atrás.

Antes de la media noche la banda de música


empieza a tocar para avisar a la gente. La adrenalina empieza a subir. De la gigantesca
hoguera ya sólo quedan las brasas, pero brasas ardientes que reflejan las caras tensas
de los participantes. Cesa la música, reina el silencio. Uno por uno los hombres del pueblo
se quitan los zapatos y los calcetines. Con firmeza y sin dudarlo, cruzan las brasas
ardiendo. Algunos llevan a mozas del pueblo sobre sus espaldas, siguiendo una tradición
antigua. Busco en sus caras el miedo o el dolor, pero no lo veo. Caminan sobre el fuego
como si fuera hierba fresca. Sin embargo yo estoy angustiada, «quizá se olviden de mí»,
me atrevo a pensar.

Estoy a punto de enfocar la cámara para sacar una foto cuando siento una mano sobre mi
hombro. Me vuelvo sorprendida. Es el alcalde. «Bueno, inglesita, te toca a ti», me dice
con media sonrisa. «¿A mí?», apenas puedo decir. «¿O es que vas a volverte atrás?». El
farmacéutico y el cura me observan. Los tres creen que tengo demasiado miedo, que no
voy a ser capaz.

Sí, tengo miedo, pero ahora tengo que hacerlo. Dejo la cámara en el suelo y me quito los
zapatos. A mí alrededor todos callan. Se ha corrido la voz, todo el mundo sabe que una
forastera va a intentar pasar el fuego. La Guardia Civil prepara una camilla por si
acaso hay que bajarme al hospital. Soy consciente de que todos me miran y cierro los
ojos. Intento pensar en la hierba fresca de los prados de Inglaterra y con
los puños apretados doy un paso hacia delante.

Y ando como he visto hacer a los hombres del pueblo, con


el paso firme, pisando fuerte y sin detenerme. Un impulso
me empuja y casi sin darme cuenta estoy como
una sonámbula al otro lado de la hoguera. No siento nada.
Estoy como hechizada. Los gritos de la multitud me
devuelven a la realidad. «Ahora me llevarán al hospital»,
pienso, pero la gente se acerca y entre gritos y aplausos,
como si fuera un torero me llevan en volandas por la
explanada. «Bravo, bravo!», gritan todos. Bueno casi todos.
En un rincón veo las bocas abiertas del alcalde, el cura y el
farmacéutico. No se explican qué ha pasado. Yo tampoco.
Será la magia de esta noche especial que hace posible lo imposible y que transforma en
héroes a las gentes sencillas de San Pedro de Manrique.

Tomado del libro De fiesta en verano, 


de Clara Villanueva  y Josefina Fernández,  
Editorial Difusión, pp. 5 a 8.

ACTIVIDADES DE PRÁCTICA.

1) Realiza un resumen de la lectura anterior


2) Busca en el diccionario las palabras subrayadas en la lectura anterior.
3) Construya un pequeño texto con las palabras encontradas.
4) Lee lo siguiente:

EL FUEGO

Se llama fuego al conjunto de partículas o moléculas incandescentes de materia combustible,


capaces de emitir luz visible, producto de una reacción química de oxidación violenta. Las
llamas son las partes del fuego que emiten luz visible, mientras que el humo son físicamente
las mismas pero que ya no la emiten.

En la antigüedad clásica el fuego fue uno de los cuatro elementos clásicos junto con el agua,
la tierra y el aire. Estos cuatro elementos representaban las cuatro formas conocidas de la
materia y eran utilizados para explicar diferentes comportamientos de la naturaleza. 

En el siglo XVII, Johann Joachim Becher propuso una versión particular de la teoría de


los cuatro elementos: el papel fundamental estaba reservado a la tierra y al agua,
mientras que el fuego y el aire eran considerados como simples agentes de las
transformaciones.

¿COMO SE DESCUBRÍO EL FUEGO?

Hace muchos años, en la prehistoria, cuando vivían los hombres primitivos, hubo una
tormenta. Cayeron varios rayos y uno fue a dar justo en un árbol. Enseguida apareció una
cosa amarilla oscura. La tocaron y se quemaron. Luego arrancaron una rama la pusieron
junto a la cosa amarilla y se contagió. Fueron poniendo más y más ramas para que no se
gastara. Con ramas se lo llevaron a sus cuevas y así en el invierno cuando nevaba y
hacía mucho frío se podían calentar.

Con el paso del tiempo le llamaron fuego, siempre lo mantenían encendido y toda la tribu
se juntaba a su alrededor. Hoy, después de miles de años, el 16 de Enero se siguen
haciendo las hogueras de San Antón en recuerdo del día que se descubrió el fuego.

Juan García Moreno.

5) Consigno el texto anterior en mi cuaderno.

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN.
1) Resuelvo la siguiente sopa de letras relacionada con el tema.
2) Coloreo las siguientes imágenes.

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