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Costanzo Festa

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Feedback UD3 Historia de la Música: Renacimiento.

Alumna: María Dolores de los Ríos Sánchez

Costanzo Festa nace en Villafranca, en tierras piamontesas, alrededor de 1480


en el seno de una adinerada familia. No se tienen apenas noticias de sus actividades
hasta 1517, en que aparece como cantor de la capilla papal. Hasta entonces, parece ser
que entre 1510 y 1517 presta sus servicios a Constanza d’Avalos, duquesa de
Francavilla, en Ischia. En este lugar también ejerce como profesor de música de los
sobrinos de ésta, Alfonso y Rodrigo, hijos del marqués Innico del Vasto, entre 1515 y
1517. Cuatro de sus obras en el Codex Medici francés de en torno a 1515 y su mención
en el Cuarto Libro de Pantagruel, de François Rabelais, nos indican que estuvo en
Francia como compositor de Luis XII antes de llegar a Roma.
En 1517 lo encontramos ya en dicha ciudad como cantor de la Capilla Sixtina
bajo el pontificado de León X, cargo que continúa ejerciendo durante los siguientes
papados de Adriano VI, Clemente VII y Pablo III, hasta su muerte en esta ciudad en
1545.
También sabemos que se relacionó con los Medici en Florencia, pues participó
en la composición de algunas piezas que se interpretaron en dos celebraciones nupciales
de la familia, las de Alejandro de Medici con Margarita de Austria y Cosme I de Medici
con Leonor Álvarez de Toledo. El madrigal Sacra pianta de quel arbor discesa se
compuso para la primera y en la segunda se interpretaron los madrigales Ardendo in
dolce speme y Come lieta si mostra si così bella sposa Arezzo vostra.
En el año 1528 Festa es nombrado canónigo y director de la recién creada capilla
musical de la catedral de Savona, cargo al que renuncia en 1532 entre otros motivos por
sus frecuentes problemas de salud. Parece ser que, de salud precaria, Festa se ausentaba
numerosas veces de sus trabajos. Hasta ciento dos veces se justifican sus ausencias por
motivos de salud en el Diari Sistini. Incluso llegó a percibir de los pontífices donativos
especiales per subventione della sua malattia.
A su muerte en Roma en 1545 es enterrado en la iglesia de Santa Maria in
Traspontina
Como músico fue muy estimado por sus contemporáneos y considerado un
excelente compositor. Ya hemos mencionado a Rabelais y añadimos la comparación
con Josquin Desprez que hace de él Teófilo Folengo en su poema Baldus. Sus servicios
eran frecuentemente requeridos para componer sobre todo canciones, madrigales,
motetes y frottolas. Una composición suya que llegó a ser muy popular fue el himno Te
Deum, que se cantaba en numerosas ocasiones en el Colegio Pontificio con motivo de
ocasiones importantes. De hecho, aún se sigue cantando hoy día en el Vaticano.
La importancia de Festa en la historia de la música recae en su capacidad de
renovación sin renunciar totalmente al pasado: siendo un maestro en el contrapunto
imitativo típico de la polifonía de los Países Bajos (en Roma estuvo en contacto con
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numerosos músicos franco flamencos, entre ellos Arcadelt), supo conjugar a la
perfección dicha técnica con el estilo compositivo italiano, donde predomina más la
homofonía y el contrapunto no imitativo. Esta particular conjunción de estilos dando
preeminencia al italiano hace que Festa sea considerado si no el fundador, sí el
precursor y antecedente más directo de la escuela romana, que llegará a su máxima
expresión con Palestrina, autor que recibió claramente en sus comienzos la influencia
musical de Festa.
Aunque escribió numerosas obras sacras, es más conocido por sus
composiciones profanas y en especial por sus madrigales. De hecho, es considerado
junto con Philippe Verdelot el primer compositor de estas piezas, aunque de estilos
diferentes, gustando más el segundo de los pasajes imitativos y Festa de la homofonía,
más característica como ya hemos dicho de la escuela romana.
Aunque escribe madrigales a tres y cuatro voces, su maestría se hace patente en
los de tres por la agilidad que dota a las diferentes líneas melódicas, gustando a menudo
de intercalar pasajes rápidos de ritmo vivo, clara influencia de las villanellas.
Su producción más importante aparte de los madrigales (escribió más de cien, la
mayoría con textos de Petrarca) también incluye sesenta y un motetes, doce magnificat,
ocho lamentaciones, misas a cuatro y cinco voces, veintisiete himnos (entre ellos el
mencionado Te Deum), letanías, ricercares y una chanson. Su fama como compositor
está suficientemente demostrada por las numerosas publicaciones de su obra tanto en
vida como después de su muerte. De hecho, es considerado el primer músico italiano de
renombre del Renacimiento y la principal influencia musical del polifonista más grande
de esta época, Giovanni de Palestrina.

Fuentes consultadas:

 Ciliberti, G.: Una nuova fonte per lo studio degli inni di Costanzo Festa e
Giovanni Pierluigi da Palestrina. Revista Belga de Musicología, vol. 46, 1992,
pp. 145-162.
 Grove, G.: Grove’s dictionary of musics and musicians, tomo II. 1906. Nueva
York, The McMillan Company, pp. 26-27.
 https://www.encyclopedia.com/religion/encyclopedias-almanacs-transcripts-and-
maps/festa-costanzo. Consultado el 16 de marzo de 2018.
 http://www.treccani.it/enciclopedia/costanzo-festa_%28Dizionario-Biografico
%29/. Consultado el 16 de marzo de 2018.
 Llorens, J.M. y Müller-Lancé, K.H.: Francisco Guerrero, Opera Omnia, vol. XII
Himnos de vísperas. 2002. Barcelona. Consejo Superior de Investigaciones
Científicas.

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