Implantacion de Pradera
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IMPLANTACIÓN
Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales. 2010. Infortambo, Bs. As., 250:40-47.
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INTRODUCCIÓN
Las pasturas son una inversión a largo plazo en la que no podemos fallar. Una buena planificación desde va-
rios meses atrás puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso de lo que constituye nuestra base forrajera.
Tal como hemos analizado en otras oportunidades, el éxito de la pastura está asociado a la conjunción de va-
rios factores. Uno de ellos, que a nuestro entender sigue siendo limitante en nuestros sistemas de producción a
pasto, es la implantación del recurso forrajero. Sin lugar a dudas, la siembra es fundamental en el logro de prade-
ras balanceadas en las que no se vea limitada la producción futura por falta de plantas.
Pero, ¿en qué momento liberar el lote a pasturas? ¿Cuándo sembrar? ¿Con qué densidad de semillas hacerlo?
¿A qué profundidad? La gran cantidad de variables que comprenden una buena siembra de pasturas, hacen de esta
instancia un punto verdaderamente crítico.
A continuación, algunas consideraciones a tener en cuenta antes de la siembra –y durante la misma– para ser
verdaderamente exitosos en esta trascendental labor.
2) PREPARAR EL LOTE
Debe considerarse con suficiente anticipación la preparación y manejo de los lotes donde se sembrará. Esto
incluye la elección anticipada del cultivo antecesor, el sistema de labranza a realizar, un plan de control de male-
zas anticipado –conociendo la historia del lote esto será más fácil– y el período de acumulación de agua.
El antecesor
En la definición del antecesor se deberá contemplar que permita una fecha de siembra adecuada sobre un lote
limpio. El antecesor tiene impacto en:
Porcentaje de logro
Fecha del primer pastoreo
Uniformidad de siembra
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Podemos considerar como muy buenos antecesores a los verdeos de invierno, siempre que se tenga en cuenta
el volumen de rastrojo que queda en el lote y se haga algo al respecto. Estos antecesores permiten un barbecho
prolongado, control de malezas y siembras en fechas óptimas.
En el caso de siembra de pasturas sobre campos agrícolas, con un cultivo antecesor y siembras –siempre de
otoño– en directa, las mejores opciones son:
Maíz de silo: no utilizar maíces IMI (resistentes o tolerantes a Imidazolinonas).
Soja de pastoreo: cada situación se debe analizar en particular, pero nosotros recomendamos de manera
general corte y enrollado por un tema de manejo de rastrojos, ya que puede complicar la siembra poste-
rior. Puede ocurrir que el órgano abre-surcos haga cuña con el rastrojo y no llegue a quedar bien ubicada
la semilla.
Soja de cosecha: debe ser ciclo corto; muy importante la fecha de cosecha. Se recomienda hacer rollos de
la cola de la cosechadora.
Girasol: no utilizar girasoles IMI. Se recomienda un buen trabajo con rolos trituradores (tipo Dolbi) para
la distribución de los rastrojos.
recurso.
Objetivo de producción: en este aspecto hay que considerar el objetivo de persistencia del recurso y la
distribución de la producción de pasto.
Características de manejo: es importante conocer las pautas de manejo para que cada especie exprese su
mayor potencial.
Las posibilidades de mezclas de especies y cultivares, y las densidades que pueden ser empleadas son muy
grandes y variadas, por lo que se evita hablar de modelos rígidos. No obstante, se puede revisar la bibliografía
existente, donde se han descrito mezclas que se comportan bien en determinadas circunstancias. Por ejemplo:
En ambientes agrícolas sin riesgo de encharcamientos, praderas base alfalfa: Alfalfa / Trébol blanco / Fes-
tuca mediterránea / Cebadilla / Pasto ovillo.
En ambientes agrícolas con riesgo de encharcamiento, praderas base festuca: Festuca continental / Ceba-
dilla / Trébol rojo /Trébol blanco.
En ambas situaciones, con menor expectativa de duración, praderas de rotación corta: Bromus perenne /
Trébol rojo / Trébol blanco /Achicoria.
En ningún caso usar especies anuales en mezcla con praderas perennes.
CALIDAD
La calidad de semilla es tan importante como cualquier otro punto. La misma está representada por el Valor
cultural, el cual está conformado por la Pureza y el Poder germinativo de la semilla.
El uso de semilla certificada garantiza un Valor cultural igual o superior al mínimo establecido por la ley. El
Valor cultural debe ser siempre tenido en cuenta al momento de la compra, motivo por el cual se aconseja hacer
análisis de la semilla. Además, estos porcentajes de Valor cultural afectarán nuestro Coeficiente de logro, y estas
diferencias influir en el costo final del forraje producido.
La semilla certificada conlleva siempre un análisis. Es importante tener en cuenta la fecha del análisis ya que
pasado más de seis meses no representa la realidad del lote. En ese caso, es recomendable hacer un nuevo mues-
treo y reanalizar la semilla.
El Cuadro N° 1 orienta sobre las posibles diferencias físico-botánicas que pueden encontrarse dentro de la ca-
tegoría de semilla certificada; es por ello que al momento de la elección de la misma se pueden lograr grandes
avances en los resultados prestando atención a los parámetros de calidad. Estas características están asociadas
directamente a los procesos de producción de semilla, cosecha y manejo post cosecha.
Pasto Ovillo:
Seleccionar por sanidad de hoja; ver ciclos de producción.
Cebadilla, Trébol Blanco y Trébol Rojo:
Seleccionar según perennidad, ciclo y producción.
Semillas viables/m2 por cada kg/ha Coeficiente de logro Plantas objetivo/m2 kg/ha a sembrar
35 0,3 160 15
Los valores para la anterior fórmula se pueden obtener del correspondiente análisis de semillas del lote, peso
de mil semillas –prestar especial atención al de las especie peleteadas– y Valor cultural, mientras que Coeficiente
de logro es propio de cada establecimiento en función de las características de las especies sembradas, la calidad
del trabajo de siembra y las condiciones ambientales que afectan a la misma.
Al formular mezclas de especies de lenta implantación con otras muy agresivas, se debe disminuir la densidad
de la especie más agresiva, para permitir la implantación de las otras especies. Algo parecido puede suceder cuan-
do la mezcla presenta especies que necesitan distinta profundidad de siembra y no hay posibilidad de sembrarlas
separadas debido a la maquinaria disponible. En este caso habría que tener presente la posibilidad de aumentar la
densidad de la semilla más desfavorecida por la profundidad.
La correcta densidad de siembra es un factor de suma importancia para lograr una buena cantidad de plantas
por metro cuadrado, que aseguren una pastura vigorosa y perenne. En los ensayos que se observan en el Cuadro
N° 2 se puede ver claramente el efecto de un aumento de la densidad de siembra. que no sólo incrementó unos
2.000 kg de MS/ha, sino que anticipó la producción y esta diferencia se mantuvo a lo largo de la duración del
ensayo. A esto hay que sumarle mayor cobertura del lote compitiendo de mejor manera con las malezas, lo que
repercutirá en un menor costo de mantenimiento de la pastura y una mayor persistencia del recurso.
Vale la pena corroborar luego de la replantación si logramos las plantas objetivo.
Una buena fecha de siembra es aquella en la que encontramos buena temperatura en el suelo —cercana a los
15°C— para el desarrollo de las plántulas, condiciones de humedad y alta probabilidad de lluvias.
A medida que el vigor de las especies sembradas sea menor, más drástico para la pastura será el atraso de la
fecha de siembra. A su vez, siembras muy tempranas en algunas regiones —sobre todo más al norte de la provin-
cia de Buenos Aires— pueden determinar un alto número de plantas muertas por altas temperaturas. Debemos
conocer cómo es la distribución de las precipitaciones ya que a medida que nos atrasamos, en climas continenta-
les, nos exponemos a mayor probabilidad de falta de lluvias.
En el Gráfico N° 1 se puede ver claramente cómo varían los días requeridos para germinar en función de la
temperatura para cuatro especies forrajeras. Siembras con menor temperatura manifiestan una demora para que las
plantas germinen.
Como se ve en el Cuadro N° 3 puede atrasarse incluso hasta 15 días o más exponiendo a la semilla a mayores
posibilidades de ser afectada por hongos, insectos y otras adversidades. En ese ensayo se realizaron dos siembras
de la misma pastura, una sembrada temprano y otra más tardía. Un adelantamiento de 45 días en la fecha de siem-
bra no sólo produjo 3.400 kg de MS/ha extras, sino que también mejoró el stand de leguminosas, su desarrollo y
aseguró la persistencia de la pastura. Esa diferencia se midió principalmente a la salida del invierno, lo que nos
permitiría depender menos de verdeos invernales.
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ATRASAR LA SIEMBRA. Izq. Lotus corniculatus: el retraso de 20 días en la fecha de siembra significó una
falta de crecimiento que la planta no llegó a recuperar. Der. Cebadilla: Si bien esta es una especie de mayor
vigor, se observó la misma tendencia durante el período de implantación.
El resultado marca una clara ventaja de las siembras tempranas respecto a las fechas tardías. Al igual que una
buena profundidad de siembra, la siembra temprana es una técnica de alto impacto y costo cero. La pastura llega
en mejores condiciones al primer verano, momento crítico donde generalmente se pone en juego su persistencia.
Siendo una de las variables más relevantes dentro de la implantación de pasturas, debería fijarse entonces una
fecha de siembra única y óptima, según sea la zona. No obstante, en la realidad, la fecha de siembra podría ser
interpretada como consecuencia de la conjunción de diversos factores:
1- Planificación de la rotación y logística de siembra.
2- Cultivo antecesor.
3- Sistema de labranza (directa o convencional).
4- Posibilidad de nacimiento de malezas difíciles.
5- Caracterización climática zonal.
Están mencionados por orden de importancia, según sea la posibilidad de ser modificados por el mismo pro-
ductor. Es imposible cambiar las condiciones climáticas, pero es muy factible llegar a una fecha óptima de siem-
bra con una buena planificación, siendo una medida tecnológica con alto impacto y fácilmente corregible.
7) REALIZAR ANÁLISIS
Previo a la siembra es necesario realizar algunos análisis:
De suelos, para corregir deficiencias de fósforo. Usar hasta 15 kilos de nitrógeno en la línea de siembra.
De semilla. Si no es suficiente el tiempo entre la entrega de semilla y la fecha de siembra, comenzar pi-
diendo análisis de viabilidad por Tetrazolio y Pureza, con resultados en dos a tres días.
Es preciso curar la semilla en forma previa a la siembra. En el Cuadro N° 4, algunos insecticidas disponibles
en el mercado.
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Con ciertas condiciones de suelo, la profundidad buscada puede alcanzarse sin requerir las ruedas tapadoras.
El desmoronamiento del surco de siembra y el trabajo de la rueda o colita apretadora –según modelo– aseguran el
íntimo contacto de la semilla con el suelo.
Hay sembradoras donde la profundidad del tren de siembra se regula desde las ruedas tapadoras. En ese tipo
de maquillas el uso de este componente es obligatorio.
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9) MONITOREO DE LA LABOR
Como todo proceso dinámico y sujete a diversos factores, la siembra de pasturas debe llevar un monitoreo
continuo. Se puede analizar la función que realiza cada componente con sólo detener la máquina y revisar el tra-
bajo en el tramo de siembra. Se debe ubicar la semilla y ver a qué profundidad real ha quedado luego de todo el
trabajo.
Analizando las variables involucradas en la última siembra de pasturas, podremos efectuar un efectivo análisis
de los logros obtenidos, así como también repasar los errores más frecuentes y poder ajustar los mismos para
próxima siembra de pasturas.
Asegurar el recurso forrajero para alcanzar la mayor persistencia con el mejor stand de plantas, justifica los es-
fuerzos realizados.
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