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Implantacion de Pradera

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Sitio Argentino de Producción Animal

IMPLANTACIÓN
Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales. 2010. Infortambo, Bs. As., 250:40-47.
www.produccion-animal.com.ar
Volver a: Pasturas cultivadas en general

INTRODUCCIÓN
Las pasturas son una inversión a largo plazo en la que no podemos fallar. Una buena planificación desde va-
rios meses atrás puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso de lo que constituye nuestra base forrajera.
Tal como hemos analizado en otras oportunidades, el éxito de la pastura está asociado a la conjunción de va-
rios factores. Uno de ellos, que a nuestro entender sigue siendo limitante en nuestros sistemas de producción a
pasto, es la implantación del recurso forrajero. Sin lugar a dudas, la siembra es fundamental en el logro de prade-
ras balanceadas en las que no se vea limitada la producción futura por falta de plantas.
Pero, ¿en qué momento liberar el lote a pasturas? ¿Cuándo sembrar? ¿Con qué densidad de semillas hacerlo?
¿A qué profundidad? La gran cantidad de variables que comprenden una buena siembra de pasturas, hacen de esta
instancia un punto verdaderamente crítico.
A continuación, algunas consideraciones a tener en cuenta antes de la siembra –y durante la misma– para ser
verdaderamente exitosos en esta trascendental labor.

1) REALIZAR DIAGNÓSTICO DEL SISTEMA


Previo a una siembra se recomienda hacer un diagnóstico del sistema, para lo que es conveniente incluir las
siguientes preguntas: ¿Cuáles son las limitantes del mismo? Suelos, pH, Fósforo, Nitrógeno, alcalinidad, salini-
dad, anegamientos, épocas de déficit? ¿Cómo es nuestra curva de oferta forrajera? ¿Cómo solucionamos los fal-
tantes de forrajes?, entre otras. El objetivo de este análisis será determinar cuáles son las falencias de nuestro sis-
tema y, a partir de ese momento, comenzar la planificación para poder obtener las praderas que realmente necesi-
tamos.
Si bien existen variables climáticas no controlables, es factible que a través de distintos manejos y una buena
planificación se pueda disminuir el riesgo.

2) PREPARAR EL LOTE
Debe considerarse con suficiente anticipación la preparación y manejo de los lotes donde se sembrará. Esto
incluye la elección anticipada del cultivo antecesor, el sistema de labranza a realizar, un plan de control de male-
zas anticipado –conociendo la historia del lote esto será más fácil– y el período de acumulación de agua.

El antecesor
En la definición del antecesor se deberá contemplar que permita una fecha de siembra adecuada sobre un lote
limpio. El antecesor tiene impacto en:
 Porcentaje de logro
 Fecha del primer pastoreo
 Uniformidad de siembra

A) Elección del antecesor


La elección del antecesor es una variable a tener muy en cuenta, tanto como la selección de especies y cultiva-
res. Su definición debe plantearse con el objetivo de lograr una buena pastura y deberá contemplar que permita
una fecha de siembra adecuada sobre un lote limpio. Los aspectos a considerar son:
 Liberación temprana del lote, de modo que permita sembrar en la fecha óptima, acumulando agua y nu-
trientes.
 Que permita lograr una cama de siembra firme.
 Que permita el control de malezas a campo, tales como ramón, ryegrass anual y pelo de chancho, hacien-
do énfasis en las especies no controlables en post emergencia. Que permita controlar la semillazón de las
mismas en forma previa.
 Que deje un bajo nivel de cobertura, o posibilidad de manejo del rastrojo.
 Que tenga un bajo nivel de extracción de agua y nutrientes.
 Que no se hayan utilizado herbicidas residuales que puedan afectar algunas de las especies de la pastura.

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Podemos considerar como muy buenos antecesores a los verdeos de invierno, siempre que se tenga en cuenta
el volumen de rastrojo que queda en el lote y se haga algo al respecto. Estos antecesores permiten un barbecho
prolongado, control de malezas y siembras en fechas óptimas.
En el caso de siembra de pasturas sobre campos agrícolas, con un cultivo antecesor y siembras –siempre de
otoño– en directa, las mejores opciones son:
 Maíz de silo: no utilizar maíces IMI (resistentes o tolerantes a Imidazolinonas).
 Soja de pastoreo: cada situación se debe analizar en particular, pero nosotros recomendamos de manera
general corte y enrollado por un tema de manejo de rastrojos, ya que puede complicar la siembra poste-
rior. Puede ocurrir que el órgano abre-surcos haga cuña con el rastrojo y no llegue a quedar bien ubicada
la semilla.
 Soja de cosecha: debe ser ciclo corto; muy importante la fecha de cosecha. Se recomienda hacer rollos de
la cola de la cosechadora.
 Girasol: no utilizar girasoles IMI. Se recomienda un buen trabajo con rolos trituradores (tipo Dolbi) para
la distribución de los rastrojos.

¿Qué es una pastura productiva


Podemos considerar una pastura productiva a aquella que produce más leche y carne Para ello debe:
 Estar conformada por plantas que se adaptan al ambiente y al manejo al que están sometidas;
 Estar compuesta por especies perennes o capaces de mantener su densidad poblacional, de manera que
puedan expresar todo su potencial y aprovechar los recursos cuando estos estén disponibles.
 Presentarse libre de malezas o especies de bajo valor forrajero.
 Tener buena sanidad y estar libre de plagas que puedan afectar su producción y/o duración.
 Contener plantas resistentes o tolerantes a insectos y enfermedades.
 Ser productiva en el tiempo para el que fue pensada o más. Esto puede lograrse por medio de un correcto
manejo del pastoreo, evitando que sufra continuos períodos de estrés, controlando las malezas y las pla-
gas.
 Presentar una calidad adecuada al ambiente en que se implanta y a los sistemas a los que se destina. La
calidad está dada por una alta palatabilidad, porcentaje de materia seca (MS) cercana al 30 %, y suficien-
tes minerales, azúcares solubles y proteínas.
 Ofrecer la mayor cantidad de MS y bien distribuida a lo largo del año.
 Presentar un bajo costo de la MS y una alta producción de litros de leche y kilos de carne por hectárea.

B) MANEJO DEL RASTROJO


Los sistemas de siembra directa han avanzado en forma exitosa en la siembra de pasturas. Sin embargo, el
concepto de cobertura del suelo extrapolado de sistemas agrícolas, puede representar un verdadero problema de
implantación de especies forrajeras.
El menor tamaño de sus semillas determina una imposibilidad física de la emergencia de las plántulas en si-
tuaciones de altos niveles de cobertura. Este factor no siempre es tenido en cuenta y, ante un menor stand de plan-
tas, lleva erróneamente a cuestionar el vigor o poder germinativo. En estos casos, podrán analizarse diferentes
opciones:
 Pastoreo de rastrojos: Esta práctica se puede implementar cuando se cuenta con tiempo suficiente, de
manera de no retrasar la fecha de siembra. Se recomienda evitar dejar el suelo totalmente descubierto a fin
de no perder humedad.
 Confección de reservas: Contando con una doble ventaja, la eliminación de rastrojo en superficie y el di-
ferimiento del forraje.
Independientemente de la práctica a realizar, el concepto fundamentalmente es el de liberar el suelo de las al-
tas cantidades de rastrojo que compliquen la emergencia de las plántulas de especies forrajeras. El uso de efectivas
herramientas de corte de rastrojos en la sembradora –cuchillas Turbo– podrán colaborar fuertemente con este pro-
ceso.

3) ELEGIR LAS SEMILLAS

ESPECIES, CULTIVARES Y MEZCLA FORRAJERA


La elección de la variedad de una especie forrajera es un punto central de discusión al momento de implantar
una pastura. Las distintas especies y sus diferentes cultivares abren un importante abanico de posibilidades.
Al elegir la consociación se debe reparar en ciertos puntos:
 Condiciones edafoclimáticas: considerar las características del suelo y el clima donde se implantará el
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recurso.
 Objetivo de producción: en este aspecto hay que considerar el objetivo de persistencia del recurso y la
distribución de la producción de pasto.
 Características de manejo: es importante conocer las pautas de manejo para que cada especie exprese su
mayor potencial.
Las posibilidades de mezclas de especies y cultivares, y las densidades que pueden ser empleadas son muy
grandes y variadas, por lo que se evita hablar de modelos rígidos. No obstante, se puede revisar la bibliografía
existente, donde se han descrito mezclas que se comportan bien en determinadas circunstancias. Por ejemplo:
 En ambientes agrícolas sin riesgo de encharcamientos, praderas base alfalfa: Alfalfa / Trébol blanco / Fes-
tuca mediterránea / Cebadilla / Pasto ovillo.
 En ambientes agrícolas con riesgo de encharcamiento, praderas base festuca: Festuca continental / Ceba-
dilla / Trébol rojo /Trébol blanco.
 En ambas situaciones, con menor expectativa de duración, praderas de rotación corta: Bromus perenne /
Trébol rojo / Trébol blanco /Achicoria.
 En ningún caso usar especies anuales en mezcla con praderas perennes.

CALIDAD
La calidad de semilla es tan importante como cualquier otro punto. La misma está representada por el Valor
cultural, el cual está conformado por la Pureza y el Poder germinativo de la semilla.
El uso de semilla certificada garantiza un Valor cultural igual o superior al mínimo establecido por la ley. El
Valor cultural debe ser siempre tenido en cuenta al momento de la compra, motivo por el cual se aconseja hacer
análisis de la semilla. Además, estos porcentajes de Valor cultural afectarán nuestro Coeficiente de logro, y estas
diferencias influir en el costo final del forraje producido.
La semilla certificada conlleva siempre un análisis. Es importante tener en cuenta la fecha del análisis ya que
pasado más de seis meses no representa la realidad del lote. En ese caso, es recomendable hacer un nuevo mues-
treo y reanalizar la semilla.
El Cuadro N° 1 orienta sobre las posibles diferencias físico-botánicas que pueden encontrarse dentro de la ca-
tegoría de semilla certificada; es por ello que al momento de la elección de la misma se pueden lograr grandes
avances en los resultados prestando atención a los parámetros de calidad. Estas características están asociadas
directamente a los procesos de producción de semilla, cosecha y manejo post cosecha.

Cultivares, ¿cómo elegirlos?


Alfalfas:
 Selección por sanidad y producción.
 Según objetivo, definir el grado de latencia.
Festuca:
 Para siembras con alfalfa, uso de festucas mediterráneas.
 En otras consociaciones, con festucas continentales, priorizar la calidad de hoja.
 Ver diferencias en estructura de planta.
 Realizar análisis de festucosis en semilla.
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Pasto Ovillo:
 Seleccionar por sanidad de hoja; ver ciclos de producción.
Cebadilla, Trébol Blanco y Trébol Rojo:
 Seleccionar según perennidad, ciclo y producción.

4) CALCULAR DENSIDAD DE SIEMBRA


Una vez evaluadas las especies y cultivares que por adaptación, ciclo y objetivos sean las correctas, debe plan-
tearse la densidad de siembra. Para ello es necesario tener en claro la cantidad de plantas objetivo de la pradera.
Alrededor de 150 a 200 plantas de gramíneas y 150 a 200 plantas de leguminosas por metro cuadrado permitirán
alcanzar un stand ideal de plantas en pasturas consociadas. En el caso de alfalfas puras, ese valor asciende a 250-
300 plantas/m2. Praderas con alta densidad de plantas al inicio tienen mayor producción al primer año, mejor per-
sistencia y menor competencia de malezas.
Antes de ajustar la densidad, se debe prestar atención a todos los factores del medio que puedan actuar sobre
nuestro Coeficiente de logro, índice que revela cuántas semillas viables sembradas llegan a desarrollar una plántu-
la.
En el caso de una Festuca, por ejemplo:

Semillas viables/m2 por cada kg/ha Coeficiente de logro Plantas objetivo/m2 kg/ha a sembrar
35 0,3 160 15

Otra alternativa de cálculo:


Objetivo plantas/m2
Densidad (kg/ha) = -----------------------------------------------------------------------
(Semillas/m2 x kg/ha) x Valor cultural x Coef. de logro

Los valores para la anterior fórmula se pueden obtener del correspondiente análisis de semillas del lote, peso
de mil semillas –prestar especial atención al de las especie peleteadas– y Valor cultural, mientras que Coeficiente
de logro es propio de cada establecimiento en función de las características de las especies sembradas, la calidad
del trabajo de siembra y las condiciones ambientales que afectan a la misma.
Al formular mezclas de especies de lenta implantación con otras muy agresivas, se debe disminuir la densidad
de la especie más agresiva, para permitir la implantación de las otras especies. Algo parecido puede suceder cuan-
do la mezcla presenta especies que necesitan distinta profundidad de siembra y no hay posibilidad de sembrarlas
separadas debido a la maquinaria disponible. En este caso habría que tener presente la posibilidad de aumentar la
densidad de la semilla más desfavorecida por la profundidad.
La correcta densidad de siembra es un factor de suma importancia para lograr una buena cantidad de plantas
por metro cuadrado, que aseguren una pastura vigorosa y perenne. En los ensayos que se observan en el Cuadro
N° 2 se puede ver claramente el efecto de un aumento de la densidad de siembra. que no sólo incrementó unos
2.000 kg de MS/ha, sino que anticipó la producción y esta diferencia se mantuvo a lo largo de la duración del
ensayo. A esto hay que sumarle mayor cobertura del lote compitiendo de mejor manera con las malezas, lo que
repercutirá en un menor costo de mantenimiento de la pastura y una mayor persistencia del recurso.
Vale la pena corroborar luego de la replantación si logramos las plantas objetivo.

5) DEFINIR FECHA DE SIEMBRA


Existen algunos aspectos relacionados con la fecha de siembra que son netamente zonales; es lógico que la fe-
cha de siembra ideal en Entre Ríos sea más tarde que en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Lo más im-
portante es que al retrasarse la fecha de siembra, la semilla se enfrentará a temperaturas de suelo que van disminu-
yendo, retrasando la implantación de las mismas. Así, las especies con mayor perennidad son las que más sufren
el atraso de la siembra.
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Una buena fecha de siembra es aquella en la que encontramos buena temperatura en el suelo —cercana a los
15°C— para el desarrollo de las plántulas, condiciones de humedad y alta probabilidad de lluvias.

Pregúntese antes de sembrar:


 ¿Cuántas hectáreas hay que sembrar?
 ¿Cuál es el pronóstico de lluvias?
 ¿Con cuántas máquinas podemos contar para la siembra?
 ¿Cuántas hectáreas puede sembrar cada máquina?
 ¿Cuál es la condición del suelo (reserva de agua, cama de siembra, cobertura)?

A medida que el vigor de las especies sembradas sea menor, más drástico para la pastura será el atraso de la
fecha de siembra. A su vez, siembras muy tempranas en algunas regiones —sobre todo más al norte de la provin-
cia de Buenos Aires— pueden determinar un alto número de plantas muertas por altas temperaturas. Debemos
conocer cómo es la distribución de las precipitaciones ya que a medida que nos atrasamos, en climas continenta-
les, nos exponemos a mayor probabilidad de falta de lluvias.
En el Gráfico N° 1 se puede ver claramente cómo varían los días requeridos para germinar en función de la
temperatura para cuatro especies forrajeras. Siembras con menor temperatura manifiestan una demora para que las
plantas germinen.

Como se ve en el Cuadro N° 3 puede atrasarse incluso hasta 15 días o más exponiendo a la semilla a mayores
posibilidades de ser afectada por hongos, insectos y otras adversidades. En ese ensayo se realizaron dos siembras
de la misma pastura, una sembrada temprano y otra más tardía. Un adelantamiento de 45 días en la fecha de siem-
bra no sólo produjo 3.400 kg de MS/ha extras, sino que también mejoró el stand de leguminosas, su desarrollo y
aseguró la persistencia de la pastura. Esa diferencia se midió principalmente a la salida del invierno, lo que nos
permitiría depender menos de verdeos invernales.

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ATRASAR LA SIEMBRA. Izq. Lotus corniculatus: el retraso de 20 días en la fecha de siembra significó una
falta de crecimiento que la planta no llegó a recuperar. Der. Cebadilla: Si bien esta es una especie de mayor
vigor, se observó la misma tendencia durante el período de implantación.

El resultado marca una clara ventaja de las siembras tempranas respecto a las fechas tardías. Al igual que una
buena profundidad de siembra, la siembra temprana es una técnica de alto impacto y costo cero. La pastura llega
en mejores condiciones al primer verano, momento crítico donde generalmente se pone en juego su persistencia.
Siendo una de las variables más relevantes dentro de la implantación de pasturas, debería fijarse entonces una
fecha de siembra única y óptima, según sea la zona. No obstante, en la realidad, la fecha de siembra podría ser
interpretada como consecuencia de la conjunción de diversos factores:
1- Planificación de la rotación y logística de siembra.
2- Cultivo antecesor.
3- Sistema de labranza (directa o convencional).
4- Posibilidad de nacimiento de malezas difíciles.
5- Caracterización climática zonal.
Están mencionados por orden de importancia, según sea la posibilidad de ser modificados por el mismo pro-
ductor. Es imposible cambiar las condiciones climáticas, pero es muy factible llegar a una fecha óptima de siem-
bra con una buena planificación, siendo una medida tecnológica con alto impacto y fácilmente corregible.

6) DEFINIR MODO DE SIEMBRA


En este punto es fundamental prever modificaciones en la máquina y definir el modo de siembra (sólo con-
templadas variaciones para pasturas con alfalfa):
- Leguminosas y gramíneas por todos los tubos:
POSITIVO. Mejor balance del bocado. menor riesgo de que queden espacios libres al perder alguna espe-
cie.
NEGATIVO. Más competencia entre especies.
- Leguminosas y gramíneas en surcos alternos y sus variaciones:
POSITIVO. Menor competencia entre especies, posibilidad de usar menor cantidad de semilla.
NEGATIVO. Riesgos de espacios e:- blanco al perder una de las especies.
- Leguminosas y gramíneas en dos siembras distintas (siembra cruzada):
POSITIVO. Mejor regulación de la siembra según especie. Mayor incorporación de fertilizante y cobertu-
ra de suelo.
NEGATIVO. Mayor costo y tiempo operativo.

7) REALIZAR ANÁLISIS
Previo a la siembra es necesario realizar algunos análisis:
 De suelos, para corregir deficiencias de fósforo. Usar hasta 15 kilos de nitrógeno en la línea de siembra.
 De semilla. Si no es suficiente el tiempo entre la entrega de semilla y la fecha de siembra, comenzar pi-
diendo análisis de viabilidad por Tetrazolio y Pureza, con resultados en dos a tres días.
Es preciso curar la semilla en forma previa a la siembra. En el Cuadro N° 4, algunos insecticidas disponibles
en el mercado.

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8) SIEMBRA PROPIAMENTE DICHA


Llegó un momento clave. Para lograr una siembra exitosa, ¿qué aspectos deben ser tenidos en cuenta?
A) Conocer la máquina
Al igual que la elección de las especies forrajeras y demás aspectos relacionados con una implantación exito-
sa, no debemos descuidar las cuestiones mecánicas al momento de la siembra. Es importante clarificar ciertos
puntos en cuanto a la maquinaria:
 Analizar el ambiente donde va a trabajar la sembradora.
 Definir la rotación y el nivel tecnológico.
 Seleccionar el sistema, directa o convencional, estimando riesgos en cada caso.
 Elección de los componentes de la sembradora acordes al sistema.
 Buscar la máquina sembradora y, si es necesario, modificarla.
Cada componente de la sembradora cumple una función determinada. Es importante conocerlos y saber cuáles
son sus puntos críticos:
 Distribuidores: Son los responsables de la regulación de la densidad, tarea relativamente sencilla en la
mayoría de las máquinas actuales. Sin embargo, se debe evitar que la semilla salga a pulsos. Distribuido-
res helicoidales, antiaglutinantes en la mezcla, y trabajar siempre con el distribuidor lo más abierto posi-
ble y a la menor velocidad, son las recomendaciones de manejo más adecuadas para una descarga
homogénea.
 Tubos de descarga: Las mangueras suelen ser un verdadero problema, principalmente cuando se recurren
a reparaciones caseras mal diseñadas. Estas deben permanecer durante la siembra lo más rectas y estiradas
posibles. Recordar siempre que las obstrucciones se producen a nivel de los encastres.
 Cuchillas: En sistemas de siembra directa donde la máquina trabaja sobre suelos con cobertura, las cuchi-
llas que realizan la microlabranza son un componente fundamental. Sobre éstas recae el mayor peso de la
máquina, siendo común que sufran un importante desgaste. El mejor trabajo se logra con las cuchillas de
mayor diámetro. La profundidad de la microlabranza debe ser de 6 a 8 cm, independientemente de la pro-
fundidad que vaya a ser ubicada la semilla.
 Discos de siembra: Existen dos tipos de sembradoras: doble o monodisco. Ambas pueden realizar un tra-
bajo óptimo, considerando la adaptación a distintos suelos que posee cada una. Por lo general, las máqui-
nas doble disco se atoran más en suelos pesados o con mucha humedad. El desgaste de los discos es más
acentuado en los extremos de la máquina debido a los giros que realiza la misma.
 Ruedas tapadoras: La regulación de la profundidad es un punto crítico, quedando determinada por la ac-
ción de las ruedas tapadoras y discos de siembra.
 Se debe incorporar aquí el concepto de profundidad real y profundidad aparente (Gráfico N° 2). La pro-
fundidad aparente depende de los discos de siembra, mientras que la profundidad real es la sumatoria del
trabajo de los discos junto con las ruedas tapadoras.

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Con ciertas condiciones de suelo, la profundidad buscada puede alcanzarse sin requerir las ruedas tapadoras.
El desmoronamiento del surco de siembra y el trabajo de la rueda o colita apretadora –según modelo– aseguran el
íntimo contacto de la semilla con el suelo.
Hay sembradoras donde la profundidad del tren de siembra se regula desde las ruedas tapadoras. En ese tipo
de maquillas el uso de este componente es obligatorio.

B) Determinar profundidad de siembra


Es importante analizar de qué manera se va a "localizar" la semilla en el suelo. Una buena siembra consiste en
localizar la semilla en un lugar determinado, a cierta profundidad y con cierta distribución. Para ello, se debe eva-
luar cada caso en particular, ya que la conjunción máquina-suelo-semilla se comporta de manera distinta según
sea la situación.
La profundidad de siembra es un factor de vital importancia para alcanzar un buen Coeficiente de logro. Si se
compara la semilla forrajera con cualquier otra semilla de un cultivo agrícola veremos que las primeras son sen-
siblemente más pequeñas. Esto es un aspecto que indica la importancia de la profundidad de siembra y localiza-
ción de la semilla en el suelo. La profundidad ideal para gramíneas es de 1 a 1,5 cm y para leguminosas de 0,5 a 1
cm.
Siembras profundas pueden provoca: un retraso en el tiempo de emergencia de plántula, provocando que que-
de expuesta a ataques de insectos y planchazos por lluvias durante más tiempo. Además, se forman plántulas me-
nos vigorosas que tardarán más en llegar a instalarse bien, corriendo el riesgo de gran mortandad de plantas y, por
ende, afectar la vida futura de la pastura.
Si las semillas quedan en superficie, las posibilidades que enraícen son escasas; además corren el riesgo de
comenzar a germinar por acción del rocío o situaciones transitorias de humedad encontrándose luego frente a per-
íodos de seca o calor que pueden provocar la muerte de la plántula.
En el Gráfico N° 3 se ve cómo se modifica el logro y los días de emergencia en función de la profundidad para
semillas de Lotus. También es interesante ver el resultado de la siembra al voleo, donde las semillas no son pues-
tas en íntimo contacto con el suelo, dependiendo fuertemente de la ocurrencia de lluvias.

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C) Determinar velocidad de avance


A mayor velocidad, mayor dificultad para copiar las imperfecciones del terreno. Una velocidad entre 5 y 6
km/h suele ser la ideal para distintas condiciones de trabajo.

9) MONITOREO DE LA LABOR
Como todo proceso dinámico y sujete a diversos factores, la siembra de pasturas debe llevar un monitoreo
continuo. Se puede analizar la función que realiza cada componente con sólo detener la máquina y revisar el tra-
bajo en el tramo de siembra. Se debe ubicar la semilla y ver a qué profundidad real ha quedado luego de todo el
trabajo.
Analizando las variables involucradas en la última siembra de pasturas, podremos efectuar un efectivo análisis
de los logros obtenidos, así como también repasar los errores más frecuentes y poder ajustar los mismos para
próxima siembra de pasturas.
Asegurar el recurso forrajero para alcanzar la mayor persistencia con el mejor stand de plantas, justifica los es-
fuerzos realizados.

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