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Caso para Desarrollar en Clase

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PSICOLOGIA EDUCATIVA III

Sección 614

Caso practico

Licda. Maribel Plata

Alumna: Leonela Beatriz Cabrera López


Numero de cuenta: 21311168
Caso para desarrollar en clase:

Descripción del caso

Identificación del paciente

Mario es un niño de 9 años. Tiene un hermano pequeño, con el que se


lleva 13 meses. El estatus socioeconómico y cultural de los padres es de
nivel medio. Los padres tienen en el momento de la intervención 35
años (madre) y 39 años (padre).

Motivo de consulta

La madre comenta que el comportamiento de Mario tanto en el colegio


como en casa no es el adecuado. En el colegio Mario ha tenido un
expediente académico brillante y un comportamiento ejemplar, hasta
este último año, donde se ha podido observar un comportamiento
negativo y desadaptativo unido a un bajo rendimiento escolar.

En casa las discusiones son continuas: peleas con el hermano,


desobedece todas las órdenes y en alguna ocasión ha presentado
comportamientos desafiantes y agresivos.

Historia del problema

La madre informa que desde hace un tiempo Mario muestra un


comportamiento difícil y muy diferente, tanto en el ámbito escolar
como en el familiar. Desobedece de manera reiterada todo lo que se le
ordena, discute constantemente con ella y su hermano, y siempre está a
la defensiva. Comenta que desde pequeño ha sido un “niño especial”,
pero desde hace un tiempo “la cosa ha ido de mal en peor”.

En el colegio, todos los días, desde hace unos meses, la tutora de Mario
se pone en contacto con la madre para informarle de los
comportamientos negativos que ha tenido y de las quejas de otros
profesores.

Según refiere la madre, Mario es un niño con un expediente académico


brillante, pero las calificaciones del último trimestre han descendido.
La madre explica que en “asignaturas donde obtenía sobre saliente,
ahora simplemente las aprueba u obtiene notas medias”. Los
comportamientos agresivos en el ámbito escolar estaban compuestos
por diversas llamadas de atención en clase, molestar a los compañeros,
peleas, quitar el material escolar a sus compañeros, etc. En el momento
que acuden a consulta, la madre comenta que “hasta hace dos semanas
ha estado castigado todos los días, tanto en el colegio como en casa
debido a su comportamiento”.

La profesora justifica su bajo rendimiento escolar a que “no está


centrado” y a que se niega a seguir sus indicaciones.

En el ámbito familiar, las peleas son principalmente con el hermano


menor.

La madre explica que cualquier motivo es excusa para iniciar una pelea,
“sus juegos son pelearse”. Reprocha cualquier comportamiento de su
madre.

El principal problema es que no obedece cuando se le da una orden, por


ejemplo “ayuda a poner la mesa, tienes que ducharte, recoge tu cuarto,
ponte hacer los deberes”. La madre describe que el momento de hacer
los deberes y el de ir a dormir son los

peores del día, ya que hasta que no se enfada y lo amenaza con castigos,
Mario no reacciona. En cuanto a la relación que tiene Mario con el
padre, no es del todo mala, teniendo en cuenta que entre semana no
pasa tiempo con él debido a su trabajo. Los fines de semana intentan
pasar más tiempo juntos.

En la actualidad la única forma de controlar a Mario es a través de


castigos de forma que consigue, a corto plazo, controlar el
comportamiento negativo de Mario, pero en cuanto puede, vuelve a
comportarse de manera disruptiva; “no sé cómo hacerlo” comenta.

La tutora, en cambio, suele dejarlo sin recreo pero esto tampoco tiene
un efecto a largo plazo. Según ella, Mario está “saciado de tanto castigo
y ya no tiene efecto sobre él”.
Mario comenzó mostrando una actitud distinta a la que solía tener y hay que entender
que, incluso los niños que tienen un buen comportamiento pueden ser difíciles y
desafiantes en ocasiones. Pero si tu hijo pequeño o adolescente manifiesta un patrón
frecuente y persistente de ira, irritabilidad, discusión, desobediencia o resentimiento
hacia ti y hacia otras figuras de autoridad, es posible que padezca el trastorno
negativista desafiante.

El tratamiento conductual del trastorno negativista desafiante implica aprender


habilidades para ayudar a construir interacciones familiares positivas y a controlar el
comportamiento problemático. Tal vez se necesite terapia adicional, y posiblemente
medicamentos, para tratar trastornos de salud mental relacionados.

A veces, es difícil reconocer la diferencia entre un niño de carácter fuerte o emocional y


un niño con trastorno negativista desafiante. Es normal observar una conducta
negativista en ciertas etapas del desarrollo de un niño.

Los signos del trastorno negativista desafiante, por lo general, comienzan durante los
años preescolares. A veces, el trastorno negativista desafiante puede manifestarse más
tarde, pero, casi siempre, antes de los primeros años de la adolescencia. Estos
comportamientos causan un deterioro importante en la vida familiar, en las actividades
sociales y en la vida escolar y laboral.

Estado de ánimo irritable y airado:

 Pierde los estribos a menudo y con facilidad

 Se irrita o enoja con otras personas con frecuencia

 Se enoja o resiente con frecuencia

Conducta argumentativa y desafiante:

 A menudo, discute con los adultos o con las personas con autoridad
 A menudo, desobedece de forma activa o se niega a cumplir con los pedidos o
con las reglas de los adultos

 Molesta o altera a las personas de manera intencional con frecuencia

 Con frecuencia, culpa a otras personas por sus errores o mal comportamiento

Resentimiento:

 Suele ser rencoroso o vengativo

 Ha demostrado un comportamiento rencoroso o vengativo dos veces en los


últimos seis meses, como mínimo.

Estrategias que podrían utilizar

Orientación Amar

1. Considere un enfoque alternativo a la disciplina. Algunos niños no responden


bien a la disciplina que es punitivo, aislar o avergonzar. Un enfoque diferente
que nutre la motivación interna para cooperar puede tomar la práctica. Sea
paciente con usted mismo y su hijo mientras intenta nuevas formas de
relacionarse.
2. Sea compasivo con el niño desafiante. Los niños se benefician de la
comprensión. Los preescolares están en una etapa de transición en la que están
aprendiendo sobre su mundo a medida que desarrollan el vocabulario para
hablar y expresar sentimientos. Esto no siempre es fácil para ellos. También
empiezan a convertirse en individuos con fuertes deseos. Puede ser difícil para
ellos para comunicar lo que necesitan y desean sin frustrarse. Recuerde que ellos
son probablemente tan frustrados como son cuando están siendo desafiante.
Tome una respiración profunda y mirar a los ojos a medida que escucha a
averiguar lo que está subyacente en el desafío. Tener en cuenta el
comportamiento que desea ver, hacer preguntas acerca de cómo se sienten y lo
que quieren como punto de partida para satisfacer a mitad de camino. La
confianza que se puede encontrar una solución juntos.
3. Dote a su niño en edad preescolar con opciones y discusión. Dar opciones
limitadas para permitir que un niño experimente su propio poder. Algunos niños
pueden ser resistentes porque se sienten impotentes. Si es hora de lavarse las
manos para la cena, puede pedir al niño si le gustaría a lavarse las manos en el
fregadero de la cocina o en el baño. Pregúntele a su hijo cómo se puede
completar una tarea, como la limpieza de la zona de juegos y ver si tiene algunas
ideas de cómo resolver la situación él mismo.
4. Comunicar límites con amor y enseñar causa y efecto. Los preescolares pueden
ser muy desafiante si los límites se comunican con ira. Hablar sobre las
expectativas antes de tiempo y cuando se presenten situaciones en un tono
tranquilo y confiado. Puede ser deletreando límites muy claramente diciendo
algo como: "La gente no está por hacerle daño. Si se siente molesto, se puede
hablar de cómo se siente, pedir ayuda o conseguir un poco de espacio para
trabajar a través de sus sentimientos ". Hacer tomar conciencia de cómo las
opciones del niño en edad preescolar crean dos resultados deseables y no
deseables. Usted puede hacer esto sin juzgar al comentar sobre lo que un niño en
edad preescolar hace y lo que sucede a continuación como "Usted eligió para
quitar los bloques y ahora se llega a jugar con los libros."

5. Crear una zona de tiempo de espera positivo para proporcionar espacio cuando
sea necesario. Tiempo de espera puede ser útil cuando no se utiliza como un
castigo. Ciertos comportamientos pueden necesitar la intervención y el espacio
físico para trabajar a través. Algunos niños pueden necesitar más espacio si se
siente triste o enojado. Esté dispuesto a escuchar, hablar con el niño y resolver
problemas para encontrar soluciones para el desafío. Ofrecer actividades
tranquilas para ayudar al niño a convertirse en la calma como escuchar un libro
en CD o puzles. Invitarles a participar con la clase o familia cuando estén listos.

6. Apreciar las luchas y utilizarlos como una oportunidad para conectar con el niño
en edad preescolar. La frustración puede causar padres e hijos para empujar lejos
el uno del otro, física y emocionalmente. En lugar de permitir que la ira de
construir y hacer que molesta al niño, encontrar maneras se puede apreciar que
el niño aún en medio de la conducta desafiante. Cuando las cosas van bien,
observe cómo se siente y lo que funciona para el niño. Aferrarse a ese
sentimiento y traerlo de vuelta cuando surgen problemas. Haga una lista de lo
que usted aprecia sobre el niño y agregar a ella cada día. Si el niño es desafiante,
recordar lo que usted aprecia y hacerle preguntas acerca de cómo se siente y lo
que quiere que suceda. Averigüe cuál es su animal favorito es, lo que le gusta
hacer y su entablar una conversación significativa. La conexión puede resolver
muchos problemas con los niños en edad preescolar.

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