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John Bunyan

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ONLINE ISSN 2316-686X - IMPRESSO ISSN 2316-462X


Vol. 8 n. 1 Julho | 2019

JUAN BUNYAN: VIDA, CONVERSIÓN, MINISTERIO Y


LEGADO
Juan Bunyan: life, conversion, ministry and legacy

Drando Odalys Burgos1

RESUMEN
La Inglaterra del Siglo XV vio el nacimiento de uno de los pilares bautistas
de todos los tiempos, Juan Bunyan. El hombre que, con poco nivel de
escolaridad, llegó a ser una de las columnas de la poesía evangélica de todos
los tiempos. Con elevada astucia e innata habilidad Juan Bunyan llegó a ser
uno de los predicadores de mayor fama de su tiempo, convirtiéndose, de igual
manera, en uno de los escritores cristianos de mayor renombre. Honrado por
unos y desprestigiado por otro. En el campo de la predicación, Bunyan supo
mezclar la erudición del conocimiento bíblico con la exposición del sermón en
un lenguaje de fácil comprensión. En cuando a la literatura, Bunyan captó con
singularidad el peregrinaje espiritual del creyente en sus libros, incluyendo
El Progreso del Peregrino, texto que se ha convertido en obra cumbre de la
literatura universal cuya lectura por los creyentes sólo ha sido superada por

1
El autor de este ensayo es Th.B por el SeTeBLA, Th.M por el SBS y candidato a Th.D por el
SBS, diácono y profesor de escuela dominical de la Iglesia Bautista Cristiana (IBC) en Santo
Domingo, Republica Dominicana. E-mail: burgos_odalys@hotmail.com

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la Biblia. No obstante, para poder entender a profundidad la vida y ministerio


de este coloso de Inglaterra y patrimonio universal de la cristiandad, se hace
necesario entender al hombre detrás de la historia. Es por ello por lo que
este material biográfico abordará la vida, ministerio, prisión y muerte del
gran predicador bautista, Juan Bunyan. Por todo lo anterior, en este escrito
se incluyen las siguientes secciones: I. Ambiente social, económico y político
en Inglaterra previo al nacimiento de Juan Bunyan; II. Datos sobre su vida
personal; III. Su conversión, IV. Su ministerio; V. Sus prisiones; VI. Obras
literarias; y, VI. Su muerte.
Palabras-claves: John Bynyan. Biografia. Bautistas. Peregrino.

ABSTRACT
Fifteenth-century England saw the birth of one of the Baptist pillars of
all time, John Bunyan. The man who, with a low level of schooling, became
one of the columns of evangelical poetry of all time. With high cunning and
innate ability Juan Bunyan became one of the most famous preachers of his
time, becoming, in the same way, one of the most renowned Christian writers.
Honored by some and discredited by another. In the field of preaching, Bunyan
knew how to mix the erudition of biblical knowledge with the exposition of the
sermon in an easily understood language. As for literature, Bunyan uniquely
captured the spiritual pilgrimage of the believer in his books, including The
Pilgrim’s Progress, a text that has become the top work of universal literature
whose reading by believers has only been surpassed by the Bible. However, in
order to understand in depth the life and ministry of this colossus of England
and the universal heritage of Christianity, it is necessary to understand the
man behind history. That is why this biographical material will address the
life, ministry, prison and death of the great Baptist preacher, Juan Bunyan.
For all the foregoing, this document includes the following sections: I.
Social, economic and political environment in England prior to the birth of
John Bunyan; II. Data about your personal life; III. Your conversion, IV. His
ministry; V. Your prisons; VI. Literary works; and, VII. His death.
Keywords: John Bynyan. Biography. Baptists Pilgrim.

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1. AMBIENTE SOCIAL, ECONÓMICO Y POLÍTICO EN INGLATERRA PREVIO


AL NACIMIENTO DE JUAN BUNYAN
“Juan Bunyan nació en una de las épocas más turbulentas de la historia
de Inglaterra”, nos comenta Alfredo S. Rodríguez y García.2 Y es que,
para el año de 1603, tras la muerte de la reina Isabel de Inglaterra, sube al
trono Jacobo, quien era hijo de María Estuardo, la nombrada “reina de los
Escoceses” y bisnieto de Margarita la hija del rey Enrique VII. Jacobo había
sido criado como presbiteriano; no obstante, él había preferido el episcopado
por cuestiones de interés político como lo era el principio de “ningún obispo
ningún rey”. Tras el reinado de 22 años del rey Jacobo, Inglaterra vivió un
período de creciente prosperidad producto de la paz que se gozaba en todo el
reino. Jacobo, con singular sagacidad, había evitado las guerras y las tenciones
de antaño existentes entre la corona y el parlamento inglés.
En cuanto a la vida religiosa de Inglaterra, el catolicismo romano estaba
en declive, perdiendo poder y terreno al mismo tiempo en que el puritanismo
incrementaba. En 1603 los puritanos habían presentado al rey la llamada
Petición Milenaria3, la cual trajo como resultado la iniciación de una nueva
traducción de la Biblia. Sobre la necesidad de esta nueva traducción, el erudito
Kenneth Scott Latourette nos dice lo siguiente:
Hacía falta una nueva traducción. Dos versiones nuevas
vieron la luz durante el reinado anterior. Una, la llamada
Biblia de los Obispos, había seguido en general la
traducción de Tyndale. Era de tamaño grande y era usada
mayormente en las iglesias, la otra, la Biblia Ginebrina,
tuvo por base el Nuevo Testamento de Tyndale, pero
contenía una traducción nueva del Antiguo Testamento
que hizo uso de la Biblia de los Obispos. Especialmente
en las notas marginales tenía un fuerte tinte calvinista y
puritano. […] Se necesitaba una versión que incorporara
lo mejor de las versiones existentes y que pudiera ser
leída en los servicios públicos de la Iglesia, así como en
los hogares y de manera individual.4

2
RODRÍGUEZ y GARCÍA, Alfredo. Juan Bunyan: un ensayo biográfico. Terrassa: CLIE, 1928,
p. 19.
3
El nombre proviene por la cantidad de personas que firmaron la petición o manifiesto público.
4
LATOURETTE, Kenneth Scott. Historia del cristianismo. Texas: Casa Bautista de
Publicaciones, 1959, Tomo II, p. 173.

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Imagen del rey Jacobo. Retrato por


John de Critz (1604)5

Con el objetivo de que sea presenta una versión de la Biblia adecuada y


competente, el rey Jacobo nombró a cincuenta y cuatro eruditos para la
preparación de una versión de las Escrituras revisada. A partir de 1607
iniciaron los trabajos de revisiones. Estos letrados se dividieron en grupos
de siete u ocho subgrupos y a su vez estos subgrupos realizaron trabajos
de revisiones e interpretaciones de manera independiente uno del otro.
Posteriormente todo el trabajo de revisión fue enviados a una comisión de
doce, y dos de estos equipos prepararon el manuscrito que sería enviado a la
imprenta, concluyéndose la impresión final en 1611 con la llamara Versión
Autorizada.
Los puritanos estaban completamente activos en la vida religiosa. Muchas
parroquias habían establecido lectorías para las predicaciones dominicales,
se hacía énfasis en la observancia del domingo como día del Señor, fue
común la celebración de cultos en hogares y las personas hacían esfuerzos
por no corromperse con un medio ambiente disoluto y grosero. En repetidas
ocasiones los puritanos tuvieron diferencias con el rey Jacobo, básicamente
por los estímulos que el rey daba a los deportes y al baile los domingos, el día
del Señor.
Ya para 1622 el rey Jacobo trataba de excluir de la predicación aquellos
temas que él entendía podrían ser conflictivos o controversiales, por lo que
se impedía la predicación de asuntos como la predestinación, el Estado
o en contra de los “papistas o puritanos”. Aquellos predicadores que no se

5
Disponible en: https://wahooart.com/Art.nsf/O/AQU464/$File/John-De-Critz-The-Elder-
King-James-I-of-England-and-VI-of-Scotland-1566-1625-.jpg

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sometieron a los preceptos del rey fueron perseguidos, por lo que muchos de
estos puritanos migraron a Holanda. Bajo este ambiente de hostilidad existían
los llamados Buscadores, aquellas personas que creían que el anticristo había
reinado desde hace mucho antes y que ya no existían iglesias verdaderas. Bajo
este ambiente político-religioso aparecen los Bautistas, creyentes genuinos
quienes rechazaban el bautismo infantil y requerían el bautismo por inmersión
de creyentes.

Imagen del rey Carlos I de Inglaterra.


Retrato por Anthony van Dyck, 1636.

En 1625 sube al trono de Inglaterra Carlos I. Este monarca, quien se cuenta


era un hombre sumamente inteligente y con un carácter adecuado para ser
un buen gobernante, tenía una personalidad maleable y manejable por parte
de su corte, ya que se dejó influenciar para cometer un sinnúmero de errores
y tiranía. Nos comenta Alfredo S. Rodríguez que tras los múltiples desatinos
políticos de Carlos I:
La nación inglesa despertó completamente. El Parlamento
[…] se reunió e inmediatamente comenzó su obra de
depuración. Las reformas y las protestas contra la tiranía
civil y eclesiástica llegaron a su culminación [por lo que
el parlamento emitió] 206 artículos que exponían las
malas obras de Carlos. Durante el invierno de 1643 […] la
presión llegó a ser tan grande que el rey apresuradamente
abandonó a Londres, para no regresar más hasta aquel
día de retribución, en que tuvo que subir al cadalso y fue
decapitado en Whitehall.6

6
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 27.

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2. DATOS SOBRE LA VIDA PERSONAL DE JUAN BUNYAN

Imagen de Juan Bunyan.7


Como bien señala Alfredo S. Rodríguez en su monumental obra biográfica
sobre Juan Bunyan: “La historia nos habla, con toda la elocuencia que ella
posee, de seres privilegiados que suelen revelar con frecuencia características
especiales, cual signos de genio”,8 y Juan Bunyan forma parte del selecto
pequeño grupo de hombres que la vida a parido para ser de bendición a
incontables creyentes de todas las generaciones que vinieron luego de él.
Bunyan nació el 309 de noviembre del 1628 en el seno una humilde familia
en el poblado de Elstow, una pequeña villa campesina localizada a una milla de
Bedfordshire, Inglaterra. Hijo del segundo matrimonio de su padre, Thomas
Bunyan. Se cuenta que Juan fue bautizado el mismo día de su nacimiento.
Thomas, el padre de Juan, era hojalatero, dedicado a la fabricación y
reparación de cacerolas.

La casa de John Bunyan, Elstow10

7
Disponible en: https://static.wixstatic.com/media/a509da_f71d4bae2d7746c0b35b2601939
d9614~mv2.jpg
8
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 58.
9
Según RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 61, posiblemente Juan Bunyan nación el día 28 de
noviembre en vez del día 30 como indican otras fuentes históricas consultadas.
10
Disponible en: http://virtual-library.culturalservices.net/webingres/bedfordshire/vlib/0.

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Thomas Bunyan murió en 1676 siendo enterrado el 7 de febrero de ese año.


Thomas falleció 11 años antes que su hijo Juan Bunyan. En su testamento,
Thomas legó casi todo lo que tenía a su tercera esposa, Ann, la cual murió en
1680 y fue enterrada el 25 de septiembre de ese año.
Volviendo sobre nuestro biografiado Juan Bunyan, a edad muy temprana,
aprendió a leer y a escribir, aunque no con la calidad deseada. No se sabe a
ciencia cierta si Juan asistió a la recién fundada escuela en Bedfordshire o, lo
que es más probable, a la humilde escuela en Elstow. El propio Juan Bunyan
escribió en una ocasión que “Nunca asistí a la escuela de Aristóteles ni de
Platón, sino fui criado en la casa de mi padre en una condición inferior, entre
un grupo de mis compatriotas pobres”.11 Es sabido que lo poco aprendido por
Juan, de mano de sus padres, le marcó de manera negativa, ya que, tal parece,
el sistema educacional-casero era bastante rígido y doloroso. Es por ello que el
propio biografiado indicó en uno de sus escritos lo siguiente:
Yo os digo que, si los padres se comportaran amorosamente
con sus hijos, mezclando su cariño con amante
reprobación, y su amante reprobación con compasión
paternal y maternal, tendrán mucha más probabilidad de
salvar a sus hijos que tratándolos con dureza y severidad.
Si estas cosas no lo salvan, si la misericordia paternal no
hace ningún bien a los hijos, dará, sin embargo, un gran
alivio a los padres a la hora de la muerte el poder pensar:
He hecho por medio del amor todo lo que me era posible
para salvar a mis hijos y librarlos del infierno.
A criterio de Alfredo S. Rodríguez “es de suponer que siendo aún niño [Juan
Bunyan] fue enviado a la escuela primaria que se encontraba en Bedford, y
una de las pocas en su clase se encontraban en Inglaterra, donde aprendió,
exclusivamente, a leer y escribir”.12 No obstante, independientemente de cuál
fuera el lugar en el cual Bunyan había recibido su educación, lo cierto es que la
ortografía fue tan eficiente que años después de la conclusión de sus estudios
básicos, el biografiado mantenía una ortografía muy defectuosa. Aun así, es
evidente que, aun con la poca instrucción ortografía, Bunyan catapultó sus
ideas, inmortalizándolas en múltiples obras escritas. Resulta hasta increíble
como un hombre, con tan pobre o baja educación secular, haya sido uno de los

digitised_resources/bunyan_digitisation_photographs_cottage.htm
11
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 13.
12
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 68.

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grandes autores de la literatura y la fe del cristianismo.


La niñez de Juan Bunyan estuvo plagada de sinsabores. Los biógrafos
concuerdan en que Juan, al ser insertado al mundo laboral cuando éste
apenas contaba con la tierna edad de 10 años, ineludiblemente implicó que
gran parte de su tiempo nuestro biografiado lo pasaba en el taller de su padre
aprendiendo el oficio de hojalatero, en vez de pasar largas horas jugando y
divirtiéndose con niños de su edad. Este oficio, sin lugar a duda, implicó que
Juan viviera en constante precariedad económica.13 Cuando Juan contaba con
catorce años ya había aprendido a plenitud el oficio.
En junio de 1644, a la edad de dieciséis años, fallece la madre de Juan. Un
hecho que siempre marcó a Bunyan fue que su padre, con apenas dos meses
de morir la madre de Juan, volviera a casarse en agosto de ese mismo año. A
la llegada de su madrastra, Bunyan se alejó de su hogar.
De joven, Bunyan era muy alegre, atrevido y como pasatiempos principales
él se divertía bailando, tocando las campanas y practicando todos los deportes
y pasatiempos rurales. Por ello algunos biógrafos destacan que Bunyan era de
porte robusto, de temperamento alegre, bullicioso, de carácter expansivo. De
muchacho adquirió el hábito de jurar. Se dice que Juan Bunyan era un joven
mundano, ya que llegó hasta maldecir y a profanar el nombre de Dios. Esto
evidencia la poca instrucción religiosa con la cual creció el joven Bunyan.
A los diecisiete años Bunyan sirvió, por poco más de un año, como militar
en ejército parlamentario en la guerra civil. El propio Bunyan cuenta que en
cierta ocasión, en medio de una batalla, él debía cumplir con la comisión de
avanzar en contra de las fuerzas enemigas; pero por razones que Bunyan no
nos explica, un buen amigo le pidió tomar su lugar para cumplir dicha misión.
Bunyan, después de realizar los trámites necesarios, cedió su puesto a su
compañero y apenas éste último se encontraba desempeñando la encomienda,
fue muerto en batalla, cuando una bala de mosquete le atravesó el pecho,
produciéndole una muerte instantánea. La muerte de su amigo nunca se
borró de la memoria de Bunyan14, ya que él siempre pensaba que Dios le había
salvado la vida con algún propósito, no obstante, esta situación no condujo
a nuestro biografiado al arrepentimiento inmediato, sino lo separó aún más
de los caminos del Señor. En palabras del propio Bunyan: “Aquí, como ya

13
BOYER, Orlando. Biografías de grandes cristianos. Florida: Vida, 2001, p. 35.
14
BUNYAN, Juan. El progreso del peregrino. Texas: Mundo Hispano, 2009, p. 5.

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he dicho, se manifestaron el juicio y la misericordia, pero ninguna de ellas


despertó mi corazón al arrepentimiento: por lo cual continué pecando, y me
hice más y más rebelde contra Dios, y descuidado de mi propia salvación”.15
Luego de regresar de la guerra, ya para el año 1648, a la edad de los veinte
años, Bunyan se casó con la Srta. Margaret Bentley con quien procreó cuatro
hijos: Mary quien era ciega de nacimiento, John, Thomas y Elizabeth. Tras
fallecer su esposa Margaret, Bunyan volvió a casarse en 1659 con la Srta.
Elizabeth con quien procreó dos hijos, Sarah y Joseph. Elizabeth murió a
principios de 1691.

3. SU CONVERSIÓN
La conversión de Bunyan al Señor Jesucristo no vino de la noche a la
mañana, tal y como hemos visto precedentemente, sino que él vino, de manera
plena y completa, luego de una serie de circunstancias que afectaron su vida.
Juan Bunyan nos comparte el siguiente relato de cuanto él tenía apenas
nueve años de edad:
Empecé a estar grandemente afligido y molestado con
los pensamientos de los terribles momentos del fuego del
Infierno; y temiendo que a mí me tocara el ser contando
entre aquellos diablos y furias infernales que están allí
atacados con las cadenas y ataduras de las tinieblas, hasta
el juicio del gran día.16
Continúa indicando Bunyan que:
Una noche soñé que veía el cielo encendido; el firmamento
se hendió y estremeció y se produjo un ruido como de
tremendo trueno, el arcángel voló en el centro de los
cielos, y una trompeta sonó. Un Ser, brillante como la
estrella de la mañana, se encontraba sentando en un trono
glorioso, hacia el Oriente. Creyendo que el fin del mundo
había llegado, Bunyan se deslizó de la cama, se arrodilló y
oró: ¡Oh, ¡Señor, ten misericordia de mí! ¿Qué haré? ¡Ha
llegado el día del juicio y yo no estoy preparando!”17
En otra ocasión, Bunyan soñó que:
Él estaba formando alboroto y se produjo un terrible
temblor de tierra. Del seno de la tierra surgían llamas
aterradoras. Figuras de hombre saltaron de la tierra,

15
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 79.
16
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 95.
17
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 97.

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envueltos en fuego, y cayeron otra vez entre horribles


temblores y gritos mezclados con las satánicas carcajadas
de diablos atormentadores. Cuando contemplaba la
escena temblando, la tierra desapareció de [mis] pies,
y las llamas le envolvieron. Cuando hubo perdido toda
esperanza, un Ser, vestido de varillaje ropaje, descendió
hasta él y le arrancó de aquel abismo del infierno, mientras
que los diablos rugían detrás de él, deseando que fuera
tomado al lugar de tormento que merecían sus pecados.
Cuando Bunyan despertó y vio que solo se trataba de un
sueño, saltó de alegría”.18
En adición a los sueños, Juan Bunyan vio de manera clara, la providencia
de Dios trabajando en su vida. Por ejemplo, Alfredo Rodríguez, en la citada
obra “Juan Bunyan” nos comenta lo siguiente:
Una vez [Juan Bunyan] cayó en un brazo de mar, y sólo
después de grandes angustias y trabajos pudo librarse
de perecer ahogado. En otra ocasión, encontrándose,
paseando en bote con algunos compañeros, en un brusco
movimiento de la embarcación, cayó en el río Ouse [río
Bedford], pero una buena providencia lo preservó con
vida. Todavía en otra ocasión, encontrándose, paseando
por el campo con un amigo, sucedió que una serpiente
atravesó el camino por el cual caminaba Bunyan. Nuestro
biografiado llevaba un palo en la mano y con él pegó al
réptil, y habiéndolo atontado del golpe, abrió su boca
con el palo y con sus dedos sacó la lengua de la venenosa
serpiente. Por “este acto”, decía Bunyan después, “si
Dios no hubiera sido misericordioso para conmigo, yo
mismo hubiera llevado mi vida a su fin por mi descuido
y preocupación.19
Producto de estos, y otros pensamientos, que tenía nuestro biografiado a
tan temprana edad, él había iniciado un profundo proceso de pensar en el
Señor y su destino eterno. Estos pensamientos permanecían en la mente de
Bunyan aun de joven adulto, aunque él trataba de acallar esta voz por todos
los medios posibles.
Su esposa, Margaret Bentley, había sido criada con cierto fervor y amor por
el Señor dentro de una de las sectas puritanas de la época; no obstante, ella
era de procedencia muy modesta ya que como dote ella apenas había llevado

18
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 98.
19
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 76.

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a su matrimonio dos libros religiosos, uno era La Práctica de la Oración y el


otro El Camino Sencillo del Hombre al cielo. La joven Margaret ayudó mucho
a Juan Bunyan con las dificultades espirituales y rebeldías de este hacia el
Señor. Posterior a su matrimonio Bunyan empezó a asistir al templo, leía la
Biblia y fue creciendo en él la semilla del evangelio. Su esposa le animaba, de
manera constante, a leer la Biblia. Bunyan era diligente en su asistencia a los
cultos y sermones y en la lectura de la Biblia correspondiente a las porciones
narrativas, pero no se apegaba mucho a las partes doctrinales y prácticas de
algunos textos bíblicos, tales como las epístolas de Pablo. No obstante, poco a
poco Juan se dedicaba con mayor profundidad al escrutinio de las Escrituras,
poniendo sumo empeño en las epístolas paulinas, aquellas que al inicio le
parecían incomprensibles.
Poco después, Bunyan conoció al pastor de la recién organizada Iglesia
Bautista del sector, el Sr. Juan Grifford. Este hombre, a quien luego Bunyan
representó en su obra El Peregrino bajo el personaje de Evangelista, trató
de dirigir los pasos de Juan hacía la verdad de las Escrituras. Dentro de
sus concejos, el pastor Grifford recomendó a Bunyan el no aceptar ninguna
doctrina que procediera de hombre, si estas no estaban apoyadas en las
Escrituras, por lo que solamente debía hacer caso a los mandados dados
por la Biblia. Tiempo después, Bunyan tuvo en sus manos un ejemplar, muy
deteriorado del Comentario a los Gálatas, escrito por Martín Lutero. Sobre
este hecho comenta Alfredo S. Rodríguez y García que “fue tanta la influencia
que este libro ejerció sobre él [Juan Bunyan], que algunos años después se
sintió deseoso de ser un gran testimonio a su favor, al decir Yo prefiero ese
libro de Lutero sobre los Gálatas, con excepción de la Biblia, a todos los otros
libros que yo haya visto, como el más propio para una conciencia herida”.20
Cuenta la historia que un día, a la edad de veinticuatro años, Bunyan estaba
andando y orando en el campo. Luego le vino a la mente los siguientes textos
“la sangre de Cristo limpia de todo pecado” y “Habiendo hecho la paz por
medio de la sangre de su cruz”, dice él “Comprendí entonces que la justicia
de Dios y mi alma pecaminosa podían abrazarse”.21 Entonces, ya libre de
temores sobre el estado eterno de su alma y cansado de lidiar con su pecado,
Juan Bunyan, de manera repentina le fue aclarada la mente e hizo profesión

20
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 118.
21
BUNYAN, 2009, p. 6.

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de fe. Nuestro biografiado había pasado del dominio del pecado al dominio
de Cristo. Su viejo hombre había sido ya crucificado y ahora era una nueva
criatura. Como bien nos indica un autor:
El proceso de su conversión [Juan Bunyan] había durado
más de seis años. El proceso fue largo y aspérrimo, pero
sincero y real. No se trataba de su vieja naturaleza, llena
de miseria y pecado, fuese repintada por el barniz de una
apariencia engañadora de santidad. No se trataba, ni
siquiera, de una reformación moral, por mucho que ésta
valga y signifique: en el caso de Juan Bunyan se trataba
de una nueva naturaleza, de una regeneración completa y
sincera, de una vida nueva que había sido creada, no por
voluntad de la sangre, o de la carne, sino por la voluntad
de Dios y la operación del Espíritu Santo.22
Por todo lo anterior, fuentes históricas afirman que la conversión de Juan
Bunyan tuvo lugar en algún punto del 1653.

4. SU MINISTERIO
Al momento de su conversión Bunyan se unió a la iglesia bautista de
Bedfordshire, pastoreada por el gran hombre de Dios, el pastor Grifford.
Esta iglesia era no conformista, calvinista en cuando a la doctrina y
congregacionalista en cuanto al gobierno eclesiástico.
Debemos considerar que el término Bautista en la Inglaterra de 1650 era
tomado con recelo y cuidado, a diferencia de nuestros días, en los cuales el
término bautista se exhibe con amor y honra en el sentido sano de la palabra,
asociado a iglesias de sanas doctrinas, personas que aman al Señor Jesucristo,
creyentes cultos que tiene la Biblia en alta estima, cristianos aplicados a la
investigación profunda de las Escrituras, celosos de la Palabra de Dios, entre
otros. En los tiempos de Juan Bunyan la denominación Bautista era casi
insignificante ya que hacía pocos años en que dicha denominación había
sido formada. Para esos días la denominación bautista, en cierto sentido, se
asociaba al anabaptismo, siendo este último término asociado al fanatismo,
sectarismo, herejía, sedición e inmoralidad. Es por todo ello que el propio Juan
Bunyan, cuando se le asociaba al término bautista, aclaraba que “… en cuanto
a esos nombres facciosos como anabaptista, independiente, presbiteriano,
etcétera… concluyo que no vinieron ni de Jerusalén ni de Antioquía, sino del

22
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 123.

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infierno y de Babilonia, porque tienden a dividirnos”.23 Es por todo ello que


Bunyan, igual que muchos otros creyentes de su época, preferían el nombre
de “cristianos”.
El calendario marcaba el día 13 de mayo de 1653, cuando a la edad de 24
años el joven Juan Bunyan fue sumergido en las aguas bautismales en el río
Ouse, dando testimonio así de su conversión al Señor Jesucristo. Su gran
amigo y pastor Juan Grifford fue el ministro que oficializó la ceremonia del
bautismo.
Bunyan era uno de los líderes de una congregación de Bedfordshire. En
1655 fue nombrado diácono y al mismo tiempo predicaba sermones, como
predicador laico, en las humildes viviendas de los alrededores. Todo esto
demuestra que Bunyan había sido llamado al ministerio poco tiempo después
de su conversión.24
Sobre el tipo de predicación de Juan Bunyan, el biógrafo Alfredo S.
Rodríguez y García nos indica que “Cuando [Bunyan] estaba predicando lo
hacía con gran gracia, mucho fervor y demostración de la presencia y poder
del Espíritu Santo”.25
En 1655 muere el pastor Juan Grifford, dejando un gran vacío en la
Iglesia de Bedford y en las filas Bautistas y ya para el 21 de enero de 1672 la
congregación de Bedfordshire eligió a Bunyan como su pastor, ministerio que
desarrolló durante los últimos 16 años de su vida hasta el día de su muerte en
1688.
La predicación Cristocéntrica de Bunyan se caracterizaba en presentar el
evangelio con un lenguaje claro y poco rebuscado con el fin de que el mismo
sea comprendido por todo el pueblo y de esta forma lograr una predicación
que motivara al pueblo a experimentar, en sus propias vidas, la gracia del
evangelio de Cristo. Como apunta El Diccionario Teológico Ilustrado, Bunyan
se “preocupa en sus sermones y en sus escritos por presentar la verdad
experimentalmente”.26 Como un teólogo práctico, Bunyan tenía la facilidad
de interpretar la verdad bíblica para las masas, por ello sus predicaciones de

23
ARMITAGE, Thomas. A History of the Baptists Traced by their Vital Principles and
Practices. New York: Bryan, Taylor y Co, 1888, citado en ANDERSON, Justo. Historia de los
Bautistas. Texas: Mundo Hispano, 2015, p. 17.
24
LACUEVA, Francisco. Diccionario Teológico Ilustrado. Barcelona: CLIE, 2001, p. 124.
25
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 15.
26
LACUEVA, 2001, p. 124.

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basaban en aplicaciones prácticas de las verdades escriturales. Se dice que


“venían congregaciones grandes a oírlo predicar”.27 Su fama de predicador fue
tan grande que cuando iba a Londres, más de 1.200 personas se reunían a
escucharle en un día normal de trabajo a las siete de la mañana. Era tanto su
fama que se cuenta que, si él era anunciado como predicador en la iglesia un día
antes, todo el templo era rebosado por las personas que venían a escucharle.

Imagen de Juan Bunyan.28

Se dice que en una oportunidad Juan Owen, eminente teólogo calvinista,


fue a oírle predicar. Cuando el rey Carlos II se enteró de esto, expresó a Owen
su sorpresa de cómo un hombre de sus conocimientos [Owen] hubiese ido a
oír la charla de un miserable calderero. Owen respondió “Con mucho gusto
daría todo mi saber por el gran poder de ese hombre”.29 Nos comenta Alfredo
S. Rodríguez y García que:
En una ocasión Bunyan había de predicar en una aldea
del contado de Cambridgeshire, y una gran multitud se
había reunido delante de la casa en que debía celebrarse el
servicio, multitud que conversaba y gesticulaba mientras
llegaba la hora prefijada. En estos momentos pasó por
allí en su coche, uno de los profesores de la célebre
universidad de Cambridge, y al notar el gentío, preguntó
a qué se debía tal reunión. Se le dijo que un tal Bunyan,
calderero de Bedford, predicaría dentro de breves
momentos en aquella casa. Entonces aquel profesor,
lleno de ciencia y de orgullo, descendió del vehículo, dio
una moneda de cobre a un muchacho para que cuidara de
su caballo, y entró en la casa diciendo: “Estoy decidido a
oír charlar a este calderero”. Pero al final de la aventura

27
BUNYAN, 2009, p. 6.
28
Disponible en: https://i.ytimg.com/vi/QgWAjyN2KU8/hqdefault.jpg
29
VILA, Samuel; SANTAMARÍA, Dario A. Enciclopedia Ilustrada de Historia de la Iglesia.
Barcelona: CLIE, 1979, p. 246.

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Juan Bunyan: vida, conversión, ministerio y legado 213

no fue como él se había imaginado. En lugar de ver las


risas y oír las burlas al predicador, las ardientes palabras
de éste [tocaron] las fibras de su corazón, que se sintió
profundamente conmovido durante toda la predicación
y cuando salió de allí, era una nueva criatura. Desde
entonces, no fue a oír predicar a nadie más que a Bunyan,
y el poder de la predicación de este.
En otra ocasión, un altanero profesor de la universidad de Cambridge,
tratando de opacar a nuestro biografiado, con gran ego y arrogancia le replicó
por qué Bunyan se atrevía a citar las Escrituras cuando él [Bunyan] descocía
los idiomas originales. Inmediatamente Juan Bunyan replicó la oposición
con otra pregunta: “¿Entonces ustedes tienen las mismas Escrituras que
originalmente fueron escritas por los profetas y apóstoles?” El arrogante
profesor de Cambridge respondió con un no, pero replicó que ellos tenían una
copia fiel de esos originales. “Yo también poseo una copia fiel en mi Biblia
Inglesa”, contestó Bunyan. Con esta tenas respuesta el ego del eminente
profesor fue apabullado con las simples palabras del calderero.
Como muchos predicadores modernos, Bunyan constantemente luchaba
contra el auto orgullo y la vanagloria de la exaltación que algunos le otorgaban
cuando éste concluía su predicación. Cierta vez uno de sus oyentes le dijo que
había predicado un buen sermón, a lo que Bunyan respondió “No necesita
decírmelo, el diablo ya me susurró al oído eso mismo antes de dejar el
púlpito”.30
En los tiempos de Bunyan había dos temas controversiales que separaban
a los creyentes bautistas. Uno de estos temas estaba relacionado con el
bautismo de infantes. Bunyan era de opinión de que, si un creyente había
sido bautizado en la infancia, este podría ser admitido como miembro de una
Congregación sin ser rebautizado; de hecho, él afirmaba que “la Iglesia de
Cristo no tiene justificación para excluir de la comunión al cristiano que es un
santo visible de la palabra o al cristiano que camina de acuerdo a su propia luz
con Dios”. Si bien Bunyan admitía que “el bautismo en agua es una ordenanza
de Dios”, el rechazaba hacer un ídolo de ello como pensaba que hacían los que
descalificaban como discípulos a quienes no habían dado ese paso. La iglesia
pastoreada por Bunyan admitió el paidobautismo.31 Un segundo punto de la

30
BOYER, 2001, p. 38.
31
Bautismo de infantes.

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214 Odalys Burgos

controversia estaba relacionado con la Cena del Señor en lo referente a si una


Congregación Bautista podría compartir la Cena del Señor con creyentes no
rebautizados.
Bunyan se había embarcado en promover la unidad entre los bautistas a
través de la Restoration Baptists por medio de la redacción de una Confesión
de Fe. Bunyan era partidario de la comunión y la membresía abierta en la
Congregación de Bedfordshire lo cual conformaba un modelo de tolerancia
que él pensaba debía ser emulado por otros bautistas en todo el país. Esta
Confesión de Fe trajo desavenencias entre los Bautistas las cuales duraron
casi una década. De hecho, algunos lectores acusaron a Bunyan de locura,
maquiavelismo y traición. Producto de estas discusiones Bunyan modificó
su teología sobre el bautismo, llegando a un acuerdo con sus contrarios,
rechazando el bautismo de niños y requiriendo el bautismo de adultos por
medio de la práctica de la inmersión.
Se dice que Bunyan era puritano en cuanto a su teología, pero no sectario,
post milenarista en escatología y calvinista en soteriología. Él no fue un gran
erudito, salvo de la Biblia. Un libro que le influenció grandemente en su teología
fue el Comentario a la epístola a los gálatas de Martín Lutero, traducción de
1575 como ya hemos explicado, así como El Libro de los Mártires de John
Foxe. A pesar de la gran fama adquirida por este predicador, Bunyan tendría
sus detractores y enemigos.
En 1658 Bunyan fue acusado de predicar sin licencia, siendo calumniado
de ser brujo, jesuita, bandolero y contrabandista, y de tener dos esposas a la
vez, así como de otras acusaciones no fundamentadas. No obstante, con el
tiempo estos falsos testimonios se fueron disipando uno por uno.

5. PRISIÓN DE BUNYAN

Imagen del rey Carlos II de Inglaterra.32

32
Disponible en: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/carlos_ii_de_inglaterra.htm

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Juan Bunyan: vida, conversión, ministerio y legado 215

En 1660 el rey Carlos II asciende al trono de Inglaterra y puso en vigor las


antiguas leyes contra los no conformistas, incluyendo la obligación de asistir
a la iglesia parroquial. Este monarca instituyó a la Iglesia Anglicana como
la Iglesia oficial del Estado. El clero, quien antes había sido expulsado, fue
reinstalado. Se convirtió en un acto ilegal dirigir reuniones que no estuviera
de acuerdo con el ritual anglicano, debiendo dirigirlas alguien con órdenes
episcopales. Este monarca, con el objetivo de no dar la impresión de haber
establecido una dictadura religiosa y “[…] al mismo tiempo, temeroso del
resultado que tal acto pudiera tener [las acciones seguidas por él], publicó
una hipócrita declaración con ánimo de dar así satisfacción a algunos partidos
y asumir cierta actitud de tolerancia y neutralidad”.33 Nos cuenta D. Alfonso
Torres de Castilla lo siguiente:
El Rey prometía que las grandes diócesis tendrían obispos
sufragáneos; que todos los prelados practicarían el
ministerio de la predicación; que no ejercería acto alguno
de jurisdicción episcopal, ni aun el Orden Sacerdotal,
sin parecer y asistencia de cierto número de sacerdotes
elegidos por el diocesano; que se harían cambios en la
liturgia anglicana, que satisfaría a todos; que este culto no
se impondría a los que no aceptaran voluntariamente, y
que no insistirían con rigor sobre el uso de la sobrepelliz,
de la señal de la cruz en el bautismo, de la inclinación de
cabeza al oír el nombre de Jesús. Aquellas paciencias de
neutralidad, y el no conceder demasiada preponderancia
al episcopado, tenían por objeto no descontentar
demasiado a los presbiterianos, los que constituían un
partido fuerte y temible para los anglicanos.34
No obstante las hipócritas medidas de Carlos II, en la práctica la realidad
del asunto es que el monarca había ordenado el encarcelamiento o destierro
de todo predicador que no fuera miembro de la Iglesia Anglicana (Iglesia
Episcopal). La asistencia a los servicios religiosos era de carácter obligatorio
para todo el mundo, por lo que se había instituido que cada ministro debía
entregar una lista de todas aquellas personas que dejaban de asistir a la Iglesia
para éstos ser perseguidos, encarcelado y multados, entre otros castigos más.
Por su parte Bunyan continuaba ministrando en establos, casas, bajo
árboles y donde hubiera alguien listo para orar y escuchar. En este estado

33
D. Alfondo Torres de Castilla citado por RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 34.
34
D. Alfondo Torres de Castilla citado por RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 37.

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216 Odalys Burgos

de cosas Juan Bunyan fue acusado, por sus detractores, de no observar los
reglamentos del culto de la iglesia oficial. El 12 de noviembre de 1660 Bunyan
se dirigía a una reunión privada en una pequeña aldea de Lower Samsell, a
unos 20 kilómetros al sur de Bedfordshire. Mucho antes de la hora señalada
para el inicio del servicio en los alrededores y como de costumbre, se había
aglomerado mucha gente en espera del predicador, pero en esta ocasión la
muchedumbre se sentía inquieta y abrumada. Y es que había llegado a ellos la
noticia de que alguien había denunciado a las autoridades que Juan Bunyan
iba a predicar y sentían temor por lo que le pudiera acontecer al predicador.
Cuando Bunyan llegó a la casa a la cual se había de celebrar el culto, el
propietario de la casa puso en alerta al predicador con el objetivo de cancelar
el servicio y así mantener a salvo al calderero, pero sus esfuerzos de persuadir
al gran predicador fueron inútiles. Llegada la hora señalada Juan Bunyan
inició el servicio con una oración de apertura y pidiendo al Todo Poderoso
que proteja divinamente a todos los presentes. Luego Bunyan abre su Biblia
e inicia la predicación. Inmediatamente la puerta de la casa es abierta de
manera violenta por oficiales del gobierno y Bunyan fue arrestado.
Sin temor alguno, Bunyan pidió permiso al alguacil que se disponía a
arrestarlo para pronunciar algunas palabras a todos los presentes, petición
que fue concedida, a lo que nuestro predicador dijo las siguientes palabras:
Como veis, queridos hermanos, se nos impide tener
la oportunidad de hablar y oír la Palabra de Dios, y
probablemente sufriremos por la misma causa. Pero no
os desalentéis, queridos hermanos; es una misericordia el
poder sufrir por una causa tan buena. Pudimos haber sido
presos por robo y crímenes, o alguna otra maldad; pero,
bendito sea Dios, no es así-sufrimos como cristianos,
por hacer bien, y es mejor para nosotros que seamos
perseguidos que no ser perseguidores.35
Esa noche Bunyan fue llevado ante el juez de Bedford, el magistrado
Francisco Wingate, pero éste no se encontraba en su casa esa noche. Por ello,
y en un principio, nuestro biografiado debió haber pasado la noche al cuidado
de unos alguaciles, no obstante, un conocido de Bunyan prestó fianza personal
a los alguaciles, comprometiéndose a presentar al reo ante el magistrado en la
mañana siguiente.

35
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 168.

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Juan Bunyan: vida, conversión, ministerio y legado 217

Ya de mañana, Bunyan fue presentando ante el magistrado Francisco


Wingate, quien, sorprendido por la escena y la gran cantidad de personas
armadas para apresar a Bunyan, pregunta al alguacil la razón del por qué de las
armas en sus manos. Alfredo S. Rodríguez y García, en su obra Juan Bunyan,
nos presenta el interrogatorio al cual fue expuesto nuestro predicador por
parte del magistrado:
- Magistrado: ¿Qué estaba usted haciendo allí?, ¿Por qué
no se contenta con atender a su oficio? Es contrario a la
ley que usted ande así predicando.
- Juan Bunyan: La razón de mi venida a Samsell, y de
ir a otros lugares, es instruir y aconsejar a la gente que
abandonen sus pecados y se decidan por Cristo, para
librarse de la condenación. Yo no puedo a la vez seguir mi
oficio y predicar la Palabra, sin que ello traiga confusión
alguna.
- Magistrado: Yo quebraré el cuello a vuestras reuniones.
- Juan Bunyan: Quizá.
- Magistrado: Usted tendrá que encontrar fiadores, o yo lo
enviaré a la cárcel.36
Una de las condiciones de la fianza prestada, a fin de dejar en libertad a
Juan Bunyan, era que éste cesara de predicar, tratando de poner mordaza al
valiente calderero. No obstante Bunyan se negó a dejar de predicar y pronunció
las siguientes palabras frente al magistrado y antes sus amigos fiadores:
- Si se firmara la fianza en ese sentido [bajo la condición de
dejar de predicar], yo romperé los documentos. No dejaré
de predicar la Palabra de Dios. Confortaré, aconsejaré,
exhortaré y enseñare a las gentes. Esta es una obra digna
de alabanza y no de que uno se sienta avergonzado de
ella.37
El magistrado Wingate, al escuchar estas palabras, se llenó de ira y replicó:
- Bien, si no está dispuesto a aceptar ese compromiso
de estos fiadores, tendrá que ser enviado a la cárcel
desde ahora y permanecer allí hasta que se reúnan los
tribunales.38
Poco tiempo después de todo esto y de otras discusiones y afanes del

36
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 171. Alfredo S. Rodríguez y García, en una nota al margen
explica que ya los fiadores, amigos de Bunyan, estaban en una habitación contigua a la sala de
interrogatorios, esperando ser llamados para prestar fianza en favor del predicador.
37
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 172.
38
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 173.

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218 Odalys Burgos

magistrado Wingate y otros más en persuadir a Bunyan a que dejara de


predicar, el calderero fue llevado a la cárcel en la cual debía permanecer hasta
ser juzgado por un tribunal colegiado.39
Pocas semanas luego de este incidente, en enero de 1661, se reunió en
Bedford el Tribunal Inferior que había de conocer las acusaciones contra Juan
Bunyan, acusaciones que consistían en lo siguiente:
Juan Bunyan, obrero, de tales y cuales condiciones, se
ha, satánica y perniciosamente abstenido de ir a la Iglesia
[parroquia Episcopal] para oír el servicio divino; y que es
el sostenedor de reuniones y conventículos contrarios a
la ley, para la perturbación y destrucción de los buenos
súbditos del Reino, contrarias a las leyes de nuestro
soberano Señor el Rey.40
Pese a estas infames y antibíblicas acusaciones, Juan Bunyan nunca
negó que él asistía a reuniones religiosas con el objetivo de predicar a las
almas la Palabra de Dios y enseñar a las personas las Escrituras. Por todo
ello, el Tribunal Inferior, en su interpretación de la ley humana dictada por
el rey, concluyó que Bunyan había violentado la ley y emitió una sentencia
condenatoria indicando lo siguiente:
Usted tiene que ser llevado otra vez a prisión, y permanecer
en ella por tres meses; y al fin de esos tres meses, si no se
somete a ir a la Iglesia a oír el servicio divino, y abandona
su predicación, será expulsado del [r]eino; y si después del
día que le será señalado para salir de él, se le encuentra en
el reino, etc., o se sabe que ha regresado sin un permiso
especial del [r]ey, etc., será colgado por el cuello por este
delito. Se lo digo claramente.41
Ante la sentencia dictada, Juan Bunyan simplemente indicó que tan pronto
él fuera libertado de sus prisiones, él volvería a predicar. Posteriormente uno
de los carceleros llevó al prisionero a la cárcel. Al cabo de tres meses Bunyan
no fue presentado al tribunal, sino que fue enviado a la cárcel de un tal Señor
Cobb, empleado de la Corte de Paz. En conversaciones sostenidas entre Bunyan
y el Sr. Cobb, nuestro biografiado informó a éste último sobre la ilegalidad
de su prisión, ya que la ley citada por los jueces para justificar su prisión no

39
Tribunal formado por varios magistrados, cuya decisión final se toma por la mayoría de los
votos.
40
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 181.
41
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 184.

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Juan Bunyan: vida, conversión, ministerio y legado 219

aplicaba en el caso de Bunyan, esto en razón a que la referida ley había sido
promulgada para aquellos que bajo el manto de la predicación, tenían como
objetivo propósitos maliciosos y al mismo tiempo, señalaba Bunyan, que esta
ley no prohibía las reuniones religiosas que fueran pacíficas y tuvieran como
objetivo adorar a Dios.
Debido a la antipatía que el Sr. Cobb tenía contra Bunyan, este primero
tuvo un malicioso manejo del caso de nuestro biografiado, ya que no colocó
el nombre de Bunyan en la lista de los posibles indultados por parte de Rey
Carlos II, situación que se tenía por costumbre en la coronación oficial de todo
monarca, hecho ocurrido el 23 de abril del 1661. Del mismo modo, el nombre
de Bunyan no fue incluido en la lista de los casos llevados ante la Corte de los
Asisis, la cual se reunió en 1662. Todo esto le costó unos seis años de prisión
al escritor del Progreso del Peregrino.

Imagen del incendio de Londres, Inglaterra de 166642

Por las providencias del Señor, en 1666 ocurrió un gran fuego en Londres,
Inglaterra, por lo que los magistrados soltaron a Bunyan a fin de evitar que
éste muriese consumido por las llamas del fuego. Una de las advertencias
dadas a Bunyan fue de que éste “en ninguna manera volviera a predicar en el
nombre de Jesús”. Tomando las Escrituras como base, Juan Bunyan repitió
las mismas palabras que Pedro y Juan habían pronunciado en el libro de los
Hechos, declarando así Bunyan a los magistrados que era necesario obedecer

42
Disponible en: https://www.sweetndandymadrid.com/gran-incendio-1666-londres-sera-
ladrillo/

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220 Odalys Burgos

a Dios antes que a los hombres. De ahí, después de ser libertado de sus
prisiones Bunyan comenzó a predicar con mayor ahínco.
Una noche, luego de pocas semanas de su liberación providencial, Bunyan
predicaba el texto de Juan 9:35 y abruptamente fue interrumpido por un
alguacil, quien lo redujo nuevamente a prisión por el testimonio de la Palabra
de Dios. Esta era la segunda ocasión en la que Juan Bunyan volvía a la cárcel
por predicar. En esta nueva ocasión Bunyan duraría preso otros 6 años.
Como vemos, Bunyan fue condenado a cumplir dos sentencias de seis años
cada una, para un total de doce años de prisión en una cárcel de Bedfordshire,
período que transcurrió entre 1660 y 1672. Durante este tiempo el dolor más
agudo que Bunyan recibió fue el estar separado de su esposa y de sus hijos.
Fue durante este período de encarcelamiento que Juan Bunyan escribió lo
siguiente:
Nunca había sentido tanto la presencia de Dios a mi lado
en todo instante, como después de que fui encerrado…
fortaleciéndome tan tiernamente con esta o aquella
Escritura, hasta el punto de que llegué a desear, si ello
fuese lícito, mayores tributaciones, con tal de recibir
mayor consolación.43
Durante el tiempo de prisión se había condicionado su libertad a cambio
de que Bunyan guardara silencio en contra de la iglesia oficial. Nuestro
biografiado optó por permanecer en prisión y no negoció sus valores y
convicciones personales. Su lema célebre fue “Si me sueltan hoy, volveré a
predicar mañana”.
El encarcelamiento de Bunyan varió según la disposición de sus carceleros.
Algunos de ellos permitían que Juan visitara a los feligreses de la iglesia. En
los libros de la iglesia de Bedfordshire se muestra que él estuvo presente,
de manera frecuentemente, en algunos cultos durante el periodo de su
encarcelamiento; sin embargo, tales privilegios eran claramente irregulares.
El descubrimiento de estas complacencias le costó su puesto al carcelero que
había otorgado tal concesión, quedando Bunyan en un confinamiento más
riguroso. A Bunyan se le prohibió, incluso mirar por la puerta. Durante siete
años, de 1661 a 1668, el nombre de Bunyan nunca aparece en los registros de la
iglesia, lo que implica que ya no tuvo el privilegio de visitar a sus hermanos en
Cristo. En la soberanía de Dios, los años de prisión de Bunyan le permitieron

43
BOYER, 2001, p. 39.

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Juan Bunyan: vida, conversión, ministerio y legado 221

tomarse una pausa del arduo trabajo de la predicación y dedicó su tiempo a


la escritura de tratados y sermones. En este tiempo que Bunyan escribió su
“Gracia abundante para el primero de los pecadores”.
Para 1672 Carlos II promulgó una Declaración de Indulgencia por medio
de la cual se suspendía todas las leyes que fueron contrarias a que los católicos
recusantes y los protestantes no conformistas estuviesen en libertad del público
ejercicio de sus respectivas creencias. Por efecto de esta ley e intermedio de un
cuáquero llamado Whitehead, Bunyan fue libertado de su prisión en Bedford.
En este tiempo Bunyan contaba con cuarenta y cuatro años de edad, y a raíz de
esta ley “Inglaterra entró en un lapso de tiempo de relativa libertad, y aquellos
cuya conciencia se trató de violentar, fueron reprimidos de sus puestos y
derechos, piándose respirar una mayor paz y tranquilidad”.44 No obstante,
en 1675 Bunyan volvió a ser arrestado. En este nuevo encarcelamiento el
biografiado inició la redacción de su obra cumbre “El progreso del peregrino”
la cual concluyó en 1677, el mismo año en el cual Bunyan fue libertado de la
cárcel y siendo publicada en 1678.
Luego de El progreso del peregrino, Bunyan empleó los restantes años
de su vida para servir en todo momento al Señor. Para él su vida se reducía,
de manera gustosa, a predicar y a escribir sobre el camino de la salvación.
Bunyan fue un predicador activo hasta el momento de su muerte.
Una vez Bunyan es libertado volvió a las labores pastorales de la iglesia
en Bedfordshire. Uno de sus primeros actos que hizo Bunyan, luego de su
liberación, fue pedir al gobierno licencias para los predicadores y lugares de
predicación en las zonas rurales.

6. OBRAS LITERARIAS
Si bien Bunyan no obtuvo una educación formal, éste tenía una destreza
casi innata con la pluma produciendo unas sesenta y seis obras las cuales
habían circulado ampliamente en ediciones asequibles al público. Una de
las primeras obras escritas por Juan Bunyan fue “Gracia abundante para el
primero de los pecadores”, publicada en 1666. A través de esta obra Bunyan
realiza una autobiografía de su condición espiritual y de su conversión al
cristianismo.

44
RODRÍGUEZ y GARCIA, 1928, p. 48.

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222 Odalys Burgos

En 1677 Juan Bunyan concluye lo que, sin lugar a duda, es su obra cumbre
titulada “El progreso del peregrino”, obra que ha sido traducida a más ochenta
idiomas. En 1678 fueron publicadas tres ediciones de esta obra. Para algunos,
el progreso del Peregrino “con excepción de la Biblia, […] ha circulado más y
ha sido más leído que cualquier otro que jamás haya sido escrito; de él se han
hecho innumerables ediciones, en casi todos los idiomas y dialectos”.45 Tanto
fue la fama de esta obra que elevó a Juan Bunyan a la categoría de escritor,
y a la vez predicador, favorito de Inglaterra. Producto de la fama adquirida
por esta obra Bunyan nunca volvió a ser encarcelado. En El progreso del
peregrino Bunyan muestra un vasto conocimiento de las Escrituras, tanto del
Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento, ya que conjuga la historia
y la alegoría con múltiples citas de la Biblia. Bunyan evidencia una madurez
espiritual que brinda el caminar con Dios a través de los años. Del mismo
modo, aquel que quiera entender la teología de Bunyan está obligado a leer
El progreso del peregrino, ya que muestra la viva evidencia del caminar
del peregrinar del creyente en esta tierra, lo cual podría ser un reflejo de su
propio andar cristiano. Si Bunyan, por medio de El progreso del peregrino no
hace otra cosa que reflejar las diversas situaciones espirituales que cualquier
creyente de su época podría atravesar, podemos concluir que el transitar del
creyente del siglo XXI no es muy diferente de aquellas situaciones descritas por
Juan en tiempos en que él escribió el libro. El libro enseña que el crecimiento
espiritual no va en línea recta, o con una curva que solo ve una inclinación
proyectada; sino que la vida del creyente encuentra estorbos y mentiras que
el cristiano debe detectar y desechar, crisis espiritual en la cual disminuye el
fervor de la persona por Cristo y luego momentos de luz divina en el cual el
individuo busca el rostro de su Salvador para concluir en la reconciliación
con su Dios. ¡Esto contribuye en el crecimiento espiritual del creyente! Por
todo ello, El progreso del peregrino muestra, por medio de figuras poéticas
y dramas imaginarios, la vida de una persona que empieza la peregrinación
espiritual.
De manera sumaria podemos redactar el contenido de esta obra maestra
de la literatura. El relato cubre desde los inicios del peregrinar de un individuo
(Cristiano), desde la ciudad llamada Destrucción hasta llegar a la Ciudad de

45
VILA; SANTAMARÍA, 1979, p. 246.

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Juan Bunyan: vida, conversión, ministerio y legado 223

Sión. El relato de la historia inicia con un profundo sueño que tuvo el relator
principal. A través de él se nos comenta que el personaje principal, Cristiano,
sentía una pesada carga sobre sus hombros luego de entender lo errado de sus
caminos, entendimiento que obtuvo luego de leer un libro que tenía en sus
manos (la Biblia). Cristiano, encontrándose sumamente angustiado, encontró
aliento y esperanza para librarse de su pesada carga cuando otro personaje,
Evangelista, le indica el camino que debe seguir para huir de la ira que ha
de venir. En este peregrinar terrenal cristiano encuentra diversas dificultades
y personas que tratan de impedir que él continúe por el camino correcto, el
camino de la puerta angosta, pero es auxiliado nuevamente por Evangelista
quien le recuerda la senda correcta que se debe transitar. Mientras avanzaba
en su camino Cristiano llegó a un lugar donde había una cruz, “y un poco
más abajo un sepulcro. Narra el libro que una vez Cristiano llegó a la cruz,
su carga se soltó de sus hombros, y cayendo al sueldo rodó hasta caer en
el sepulcro”46, no siendo vista jamás. Luego del regocijo que trae el perdón
de pecados, Cristiano se encuentra con otros personajes que muestran los
peligros que enfrentan los creyentes, esto es la simpleza de la vida cristiana,
la pereza, la presunción, el formalismo y la hipocresía, errores y peligros con
los que se encuentra el creyente en su vida cristiana terrenal. Luego de llegar
a un magnifico palacio al cual llegó, no sin muchas pruebas, Cristiano recibe
alberge y el vestido con armaduras que lo protegerían en su peregrinar. Luego
de múltiples luchas y pruebas, Cristiano, junto a un nuevo compañero, llegan
a un profundo rio, el cual luego de ser atravesado, entran a Sion, la ciudad
celestial, siendo recibido en gloria.
Bunyan escribió otras importantes obras, todo lo cual evidencia que
él fue un prolifero escritor. En 1682 Bunyan escribió “La guerra santa”.
Posteriormente escribió el tratado anticatólico titulado “El anticristo y su
ruina”, así como “Defensa de la Justificación por la Fe”, siendo esta última
obra una crítica contra el creciente pelagianismo.
A continuación, presentamos una lista de las obras de Bunyan, ordenada
cronológicamente47:

46
BUNYAN, 2009, cap. III
47
Sección tomada de la página de internet de Iglesia Evangélica Pueblo Nuevo. http://www.
iglesiapueblonuevo.es/index.php?codigo=bio_bunyan, y del apéndice B de la obra Juan
Bunyan, escrita por Alfredo S. Rodríguez y García

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224 Odalys Burgos

• 1656. Algunas Verdades Evangélicas Abiertas;


• 1657. Una Vindicación de Algunas Verdades Evangélicas Abiertas;
• 1658. A few Sighs from Hell, or the Groans of a Damned Soul;
• 1659. The Doctrine of the Law and Grace unfolded;
• 1663. Profitable Meditations fitted to Man’s different Conditions. In
nine particulars; I will pray with the Spirit and with the Understanding
also; Christian Behaviour, being the Fruits of True Christianity;
• 1665. The Four Last Things, Ebal and Gerizim y Prison Meditations;
The Holy City; The Resurrection of the Dead and Eternal Judgment;
• 1666. Grace abounding to the Chief of Sinners;
• 1672. Defence of the Doctrine of Justification by Faith y Confession
of Faith;
• 1673. Difference of Judgment about Water Baptism no Bar to
Communion;
• 1674. Peaceable Principles and True;
• 1675. Reprobation asserted, or the Doctrine of Eternal Election
promiscuously handled; Light for them that sit in Darkness;
Instruction for the Ignorant, or a Salve to heal that great want of
knowledge which so much reigns in Old and Young; Catechism for
Children; Saved by Grace; The Strait Gate, or the great Difficulty of
going to Heaven;
• 1676. Come and welcome to Jesus Christ;
• 1678. The Pilgrim’s Progress
• 1679. A Treatise of the Fear of God;
• 1680. The Life and Death of Mr. Badman;
• 1682. The Holy War; The Barren Fig Tree, or the Doom and Downfall
of the Fruitless Professors;
• 1683. The Greatness of the Soul; A Case of Conscience resolved;
• 1684. Seasonable Counsel or Advice to Sufferers; A Holy Life the
Beauty of Christianity; A Caution to stir up to Watch against Sin; La
segunda parte de Pilgrim’s Progress;
• 1685. Questions about the Nature and Perpetuity of the Seventh-day
Sabbath; The Pharisee and the Publican;
• 1686. A Book for Boys and Girls, or Country Rhymes for Children,
en verso, o en ediciones posteriores Divine Emblems, or Temporal

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Things spiritualised;
• 1688. The Jerusalem Sinner saved, or Good News for the Vilest of
Men; The Work of Jesus Christ as an Advocate; Discourse of the
Building, Nature, Excellency, and Government of the House of God;
The Water of Life; Solomon’s Temple spiritualised, or Gospel-light
fetcht out of the Temple at Jerusalem; The Acceptable Sacrifice, or
the Excellency of a Broken Heart; Su ultimo Sermon sobre Juan 1:13
predicado el 19 de agosto de 1688, dos días antes de enfermar y unos
doce antes de morir.
Obras Póstumas48
• 1629. Justificación por Justicia Imputada49;
• 1689. El aceptable Sacrificio;
• 1692. Exposición de los Diez Primeros Capítulos de Génesis, Partida y
Corona de Pablo, La Esperanza de Israel Alentada, Los Deseos de los
Justos concedidos, El Privilegio y la Ganancia de los Santos, Cristo un
Completo Salvador, El Conocimiento que tiene el Santo del Amor de
Cristo, La casa del Monte del Líbano, El anticristo y su Ruina;
• 1698. El Siervo Celestial;
• 1765. Una Relación de la Prisión del Sr. Juan Bunyan.

7. MUERTE DE JUAN BUNYAN


Juan Bunyan murió el 31 de agosto de 1688 en Londres, a la edad de sesenta
años en el hogar de un abarrotero de Snow Hill, a consecuencia de una fuerte
fiebre que contrajo luego de haber cabalgado bajo la lluvia, cuando éste iba
de Reading a Londres a reconciliar a un padre y su hijo pródigo. Las últimas
palabras registradas de Juan Bunyan fueron las siguiente:
Mis días laboriosos han terminado. Voy a ver la Cabeza
que fue coronada de espinas y la cara que fue escupida por
mí. He vivido de oídas y por fe; pero ahora voy a donde
viviré por la vista, y estaré con Aquél en cuya compañía
me deleito; llévame, porque vengo a Ti.50
Luego de la muerte de Bunyan el pueblo inglés se había percatado de

48
Lista tomada del Apéndice B de la obra Juan Bunyan, escrita por Alfredo S. Rodríguez y García
49
Asumo que esta fecha es un error del copista, visto que no se puede catalogar como obra póstuma
un escrito supuestamente realizado pocos años luego del nacimiento del biografiado.
50
BUNYAN, 2009, p. 8.

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la encomiable labor del predicar inglés, y a fin de perpetuar su legado,


inmortalizaron su memoria en una efigie de mármol, la cual reposa en la casa
de los Comunes.

Tumba de Bunyan, en Bunhill Fields, London.51

Juan Bunyan es uno de los héroes de la fe del Siglo XV, pasos que deberíamos
seguir los creyentes del Siglo XXI. Debemos emular su ejemplo de amor por
la predicación fiel de las Escrituras, a costa de nuestra comodidad. También,
deberíamos seguir su ejemplo de estudio, no limitando nuestros esfuerzos a
los pocos entrenamientos que recibimos, sino continuar profundizando en las
Escrituras y predicar un mensaje con términos claramente entendibles por
nuestros oyentes; pero sobre todo, debemos seguir sus pasos en no dejarnos
llevar de la fama y de los elogios de los demás, sino siempre mantener los pies
en la tierra y entender que una buena predicación solo viene de Dios y que
nosotros solo somos instrumentos en las manos de nuestro Salvador.

REFERENCIAS
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2015.

ARMITAGE, Thomas. A History of the Baptists Traced by their Vital


Principles and Practices. New York: Bryan, Taylor y Co, 1888.

51
Disponible en: https://www.pinterest.de/pin/114208540520151810

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Restoration Anabaptism. Taylor & Francis, 2006.

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diccionario de teología. Texas: Editorial Mundo Hispano.

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2001.

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Historia de la Iglesia. Barcelona: CLIE, 1979.

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