Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Doctrina Social de La Iglesia Contenido

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 122

ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ

DIACONADO PERMANENTE
TERCER AÑO SEMESTRE VIII
SEGUNDO SEMESTRE 2021

DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA


INDICE

Pagina

INTRODUCCIÓN ………………………………………………………………………….... 4
1. PROBLEMA................................................................................................. 5
2. ESTRATEGIA METODOLÓGICA……………………..………….……..……. 5
3. FUENTES DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA…………..…...…. 5
4. DESTINATARIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA……........ 6
5. VALORES DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA………….….…… 6
6. JUSTICIA Y DERECHO……………………………………….……..…….…… 8
7. LA JUSTICIA SOCIAL………………………………………………………….. 14
8. LOS SISTEMAS SOCIOPOLITICOS…………………………….….…..…….. 20
9. ETICA E IMPUESTOS…………………………….………………….……….…..22
10. REACCION ANTES LAS INJUSTICIAS………………………….………..… 24
11. JUSTICIA Y DERECHO. CONCEPCION TEOLOGICA……………………. 31
12. LEY EN EL NUEVO TESTAMENTO. SEGÚN SAN PABLO………………. 43
13. LA HERMENEUTICA DE LA JUSTICIA. EN EL NUEVO TESTAMENTO
SEGÚN SAN PABLO………………………………..……………...…………… 47
14. LA LIBERTAD EJERCICIO PLENO, FRUTO DE LA LEY Y EL
DERECHO..................................................................................................... 51
15. LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA “ENCUENTRO”
DEL EVANGELIO CON EL MUNDO ACTUAL………….…….………….... 54

APENDICE
CONSTRUCCIÓN DE PROYECTOS SOCIALES……….…………………………….. 76

1. INTRODUCCIÓN…….……………………..……………………..….….….….. 76
2. ¿QUÉ ES PLANIFICAR?............................................................................ 82
3. GUÍA PARA EL DISEÑO Y ELABORACIÓN DE PROYECTOS……….... 87

2
ARQUIDIOCESIS DE BOGOTA – DIACONADO PERMANENTE – TERCER
AÑO SEMESTRE VIII– ASIGNATURA – DOCTRINA SOCIAL DE LA
IGLESIA.SEGUNDO SEMESTRE 2020

I.CONTENIDO Y METODOLOGIA DE CLASE.

1. PRESENTACION DEL TEMA POR PARTE DEL PROFESOR: REALIDAD


ILUMINACION Y PRAXIS: Cómo se elabora y se aplica la DSI. Principios
Generales - Criterios de Juicio – Directrices para la acción.

2. PRESENTACION DOCUMENTOS DE LA IGLESIA Y ENCICLICAS SOBRE LA


REALIDAD SOCIAL – CULTURAL – ECONOMICA – POLITICO Y
AMBIENTAL.

3. TAREAS ACADEMICAS – TRABAJOS PROPUESTOS FUERA DE CLASE -


PROFUNDIZACION Y RETROALIMENTACION DE LOS TEMAS. SISTEMA
DE EVALUACION

II.INSTRUCTIVO PARA EL DESARROLLO DE LA CLASE –CONTENIDO –


MEMORIA DE LOS TEMAS DE FORMACION.

DIRECTRICES DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.

LA COMUNIDAD HUMANA. JUSTICIA Y DERECHO.

“La Vocación de la humanidad es manifestar la imagen de Dios y ser


transformada a imagen del Hijo, rostro humano del Padre, rostro divino del
hombre. Esta vocación reviste una forma personal, puesto que cada uno es
llamado a entrar en la bienaventuranza divina; pero concierne también al
conjunto de la comunidad humana.” CEC 1877.

“Entre los principales aspectos del mundo actual, se cuenta la multiplicación de


las relaciones mutuas entre los hombres, a cuyo desarrollo contribuyen mucho
los modernos progresos técnicos. Sin embargo, el dialogo fraterno entre los
hombres llega a su perfección, no en estos progresos, sino más
profundamente, en la comunión entre las personas, que exige el respeto
mutuo y su plena dignidad integral física y espiritual. La revelación cristiana
aporta una gran ayuda para ello y nos conduce al mismo tiempo a una
comprensión más profunda de las leyes de la vida social que el Creador
inscribió en la naturaleza espiritual y moral del hombre.” G.S 24.

Del carácter social del hombre se sigue que el desarrollo de la persona humana
y el crecimiento de la sociedad misma están mutuamente condicionados. La
vida social no es para el hombre algo accidental y tampoco independiente de sí
mismo; el hombre desarrolla todas sus cualidades y puede responder a su

3
vocación, mediante el trato con los otros, la ayuda mutua y el diálogo con los
hermanos.

Existen por tanto cuatro principios generales contemplados: El


carácter comunitario de la vocación humana dentro del plan de Dios, la
interdependencia entre la persona humana y la sociedad humana, la
promoción del bien común y la igualdad esencial entendida como
justicia social.

La expresión justicia social fue acuñada por el sacerdote jesuita italiano Luigi
Taparelli, en el libro “Ensayo teórico del derecho natural apoyado en los hechos”,
publicado en 1843, en Livorno, Italia, donde se lee: “la justicia social debe
igualar de hecho a todos los hombres en lo tocante a los derechos de la
humanidad…”. Propiamente la expresión “doctrina social” sería usada por
primera vez por el papa Pio XI en su encíclica “Quadragésimo Anno” que cita al
Papa León XIII, aunque reconoce que la preocupación por los problemas
económicos y sociales es anterior a la “Rerum Novarum”.

INTRODUCIÓN

La Doctrina Social de la Iglesia se define como la enseñanza moral que, en


materia social, política, económica, familiar, cultural, realiza la Iglesia,
expuesta en diversos escritos pronunciamientos por los SS padres,
organizaciones eclesiales y los Obispos. Es entonces, el conjunto de
enseñanzas de la Iglesia Católica acerca de las realidades y delos problemas
sociales, económicos, culturales y políticos, que afectan históricamente al
hombre y a la comunidad humana. Su fundamento se encuentra en la ley
Natural, en La Revelación contenida en la Sagrada Escritura, en la reflexión y
en la praxis teológica y pastoral; junto con el aporte de los métodos y de las
ciencias sociales. Con el objetivo de ofrecer un análisis de la realidad de
manera integral, elementos de juico y criterios de acción a los cristianos, a la
comunidad humana en general y a los estados; en ordena promover la
organización de una sociedad más humana, justa y fraterna.

El Papa Juan Pablo II, en la Encíclica Solicitudo Rei Socialis, número 45 define
la Doctrina Social como «la cuidadosa formulación del resultado de una atenta
reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y
en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial”. No es
una ideología cristiana, sino una teología moral social cuyos fundamentos son
el Evangelio mismo, el Magisterio de la Iglesia y la tradición apostólica. La Fe,
en interacción con la razón, busca aplicar a una sociedad siempre cambiante,
el mensaje de Jesús con sus valores para que la sociedad refleje más fielmente
el plan de Dios para la humanidad. Es importante notar que la Teología
siempre se ha unido con la filosofía en la búsqueda de la verdad. Ahora,
además de la filosofía, también aprovecha de las ciencias sociales y humanas,
porque en la búsqueda de la verdad no excluye ninguna fuente del saber, sino
que procura una mutua complementación y diálogo permanente entre fe y
razón. En este sentido, el Catecismo de la Iglesia Católica, canon2422, expresa
que: «La enseñanza social de la Iglesia contiene un cuerpo de doctrina que se

4
articula a medida que la Iglesia interpreta los acontecimientos a lo largo de la
historia, a la luz del conjunto de la palabra revelada por Cristo Jesús y con la
asistencia del espíritu Santo. Esta enseñanza resultará tanto más aceptable
para los hombres de buena voluntad cuanto más inspire la conducta de los
fieles».

Entre los objetivos de la Doctrina Social de la Iglesia están: Orientar la


reflexión y la conducta de las personas y de toda la comunidad humana a nivel
mundial, en la tarea de construir un orden social justo y fraterno, que
contribuya a la convivencia pacífica y al desarrollo humano integral. Que los
cristianos busquen con su vida entera el bien común, que sean conscientes de
sus derechos y deberes, que se sientan responsables del bien de los demás,
sobretodo, de los más pobres. Finalmente, que puedan vivir todos los ámbitos
sociales desde su dimensión cristiana, con claro compromiso con la promoción
de la justicia y la paz. Con la Doctrina Social, la Iglesia quiere ofrecer una
contribución en la búsqueda de la verdad sobre el lugar que ocupa el hombre
en el mundo y en la sociedad, escrutada por las civilizaciones y culturas en las
que se expresa la sabiduría de la humanidad. Orientado a construir un orden
social, político, económico, cultural y ecológico, justo y solidario para todo ser
humano, en el que la comunidad nacional e internacional pueda desarrollase y
vivir en paz. Así pues, la Doctrina Social de la Iglesia quiere fomentar un
humanismo integral y solidario, fundamentado en el respeto a la dignidad de la
Persona, en el respeto a los derechos humanos ya los derechos de todos los
pueblos.

1. PROBLEMA

¿En la Doctrina Social de la Iglesia, cuáles son sus fundamentos teórico –


prácticos, su evolución y su concepción de los derechos humanos?

2. ESTRATEGIA METODOLÓGICA

La metodología seguida en el desarrollo de la presente clase, está centrada en


el análisis documental, abordado de manera cualitativa, descriptiva y crítica,
las fuentes primarias y secundarias consultadas.

3. FUENTES DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

Las fuentes de la Doctrina Social se encuentran en la revelación contenida en


la Sagrada Escritura; la cual presenta las enseñanzas fundamentales de la fe y
las exigencias de trascendencia, fraternidad, comunidad, sociabilidad,
generosidad, justicia, misericordia, gratuidad y amor fraterno. Y El derecho
natural entendido como el conjunto de instancias fundamentales de la razón de
las personas que crean una plataforma de encuentro entre todos los hombres.

La Constitución Apostólica Gaudium et Spes, del Concilio Vaticano II en el


número 76, Afirma: «La Iglesia expresa un juicio moral, en materia económica
y social, “cuando lo exigen los derechos fundamentales de la persona o la

5
salvación de las almas”. Y el Catecismo de la Iglesia Católica en el Canon 2420
afirma: “En el orden de la moralidad, la Iglesia ejerce una misión distinta de la
que ejercen las autoridades políticas: ella se ocupa de los aspectos temporales
del bien común a causa de su ordenación al supremo Bien, nuestro último fin.
Se esfuerza por inspirarlas actitudes justas en el uso de los bienes terrenos y
en las relaciones socio económicas».

4. DESTINATARIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.

Los documentos oficiales por los que se da a conocer de manera oficial la


Doctrina Social de la Iglesia están dirigidos en primer lugar a los Pastores de la
Iglesia y a todos los fieles católicos. Sin embargo, desde la Encíclica Pacem in
Terris es habitual que estos documentos se dirijan estos a “todos los hombres
de buena voluntad”, porque se tiene el convencimiento de que dichas
enseñanzas son razonables y pertenecen al mundo de la verdad humana.

Así pues, la Doctrina Social de la Iglesia se ha hecho también ecuménica y


universal, desde su dimensión antropológica centrada en la búsqueda de la
dignidad de la persona humana, imagen de Dios, el bien común y la paz.

La Gaudium et Spes (GS 23) afirma: «La revelación cristiana nos conduce a
una comprensión más profunda de las leyes de la vida social. La Iglesia recibe
del Evangelio la plena revelación de la verdad del hombre. Cuando cumple su
misión de anunciar el Evangelio, enseña al hombre, en nombre de Cristo, su
dignidad propia y su vocación a la comunión de las personas; y le descubre las
exigencias de la justicia y de la paz, conformes a la sabiduría divina».

En este sentido, las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, tiene tres


características: Es una síntesis teórica, es decir un conjunto de principios, que
abarcan todos los aspectos del orden temporal o de la realidad humana. Tiene
un alcance práctico, puesto que la teoría o el magisterio ilumina la acción y el
compromiso de los cristianos en la vivencia de la fe, en relación con la razón y
las realidades históricas sociales. Y finalmente es moralmente obligatoria para
los cristianos, deben vivirla, transmitirla y actuar según sus principios.

5. VALORES DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.

A continuación, se relacionan los principales valores que proclama y defiende la


Doctrina Social de la Iglesia:

a. La verdad: Sobre el hombre, el mundo y sobre Dios, desde una


comprensión integral basada en la revelación, el magisterio de la Iglesia y los
avances humanistas, científicos y técnicos. Puesto que solo desde la verdad las
relaciones sociales podrán ser fecundas y conformes a la dignidad humana. La
Iglesia, por tanto, hace un llamado para que la educación se esfuerce en crear
hombres y mujeres que valoren y se empeñen en la búsqueda de la verdad,
como fuente de humanización y desarrollo integral de los hombres y de los
pueblos. Tal como lo afirma Fides et ratio de Juan Pablo II.

6
b. La libertad: El ser humano como imagen de Dios es un ser libre. La
libertad es un signo y una expresión esencial de la dignidad humana, por lo
que su ejercicio es un derecho fundamental del hombre. La libertad no debe
asumirse como la autarquía total del hombre, sino como la posibilidad y el
derecho fundamental del pleno auto desarrollo de la personalidad, en relación
e interacción constante y plena con los demás y con la creación, en orden a
construir permanentemente bien y la paz universal.

c. La justicia: Que consiste en la exigencia de dar a Dios y al prójimo lo que


les corresponde, lo que les es debido. La justicia lejos de ser una simple
convención humana es una exigencia de Palabra de Dios, de su plan de
salvación y del Derecho natural, expresando de manera singular la identidad
profunda del ser humano. La justicia de la Doctrina Social de la Iglesia, es el
fundamento del respeto de la dignidad y de los derechos humanos de todas las
personas y de los derechos de los pueblos.

5.1. METODO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.

La Iglesia, en su proceso de comprensión de los problemas sociales y de


elaboración de su Doctrina Social, lo realiza siguiendo el método: “Ver - Juzgar
- Actuar”. Las encíclicas y otros documentos de la Doctrina Social de la Iglesia,
sobre todo a partir de Mater et Magistra y la Constitución Gaudium et Spes,
permiten descubrir que la enseñanza o Doctrina Social en el seno de la Iglesia,
se elabora en un constante ejercicio de estudio y comprensión integral de la
realidad; con el fin de brindar orientaciones para la vida práctica, siguiendo la
metodología inductiva - deductiva; enfatizando la necesidad de acercarse
científica y pastoralmente a la realidad histórico - social concreta en que vive la
humanidad. Priorizando, ante todo, la lectura de la realidad a la luz de la
Palabra de Dios y de la revelación.

a. Ver: Es percibir con sensibilidad e inteligencia la realidad para comprenderla


y apropiársela con la inteligencia, informarse y analizar los problemas y las
situaciones de injusticia, sus causas, los factores que las producen, sus
consecuencias, los mecanismos y las personas que las reproduce, etc. Es
también analizar en equipo, organizadamente, con la ayuda de las ciencias
humanas y sociales, desde distintos puntos de vista, una misma realidad
social, económica, política y cultural, nacional e internacional, para
interpelarla.

b. Juzgar: Es interpretar la realidad de las personas y de los pueblos;


discerniendo qué es y qué hay de humano, justo, fraterno, o lo contrario; a la
luz del Proyecto de Dios sobre el hombre y el mundo. Iluminando con la
Palabra de Dios, del magisterio de la misma Iglesia y de las ciencias sociales,
la realidad; denunciando el pecado, qué es opresión, deshumanización y
dominación; mostrándolos caminos y los medios para alcanzar la justicia, la
liberación, el desarrollo integral y la auténtica paz. En este paso del método,
presenta al creyente y no creyente, como principios de reflexión, los valores

7
permanentes y los criterios de juicio de la Doctrina Social de la Iglesia; insiste
en la necesidad de atenderá “los signos de los tiempos”, concepto evangélico
que abre infinidad de elementos de juicio para el obrar de los cristianos, de los
miembros de otras religiones y también de los no creyentes.

c. Actuar: Es tomar posición y optar por decisiones coherentes con los valores
del Reino de Dios. Porque la Doctrina Social de la Iglesia tiene una dimensión
histórica, teórica y práctica. Esto implica comprometerse con acciones
concretas, para trabajaren la eliminación de las desigualdades, el
desmantelamiento las estructuras y los mecanismos de injusticia y pecado
personal y estructural. Promoviendo y generando condiciones, factores,
grupos, comunidades, movimientos, proyectos y procesos, transformadores de
la realidad y de la sociedad en orden a consolidación de la justicia social el
desarrollo humano integral, la verdad, la libertad, la reconciliación y la paz.

6. JUSTICIA Y DERECHO

De justicia se habla desde que el hombre vive en la tierra, pero cuesta trabajo
dar un concepto claro, univoco e indiscutible de justicia a lo largo de los
tiempos.

La causa de esta confusión puede encontrarse en que, a veces, se ha


considerado la justicia como algo que daría independencia de la voluntad de
los hombres. En realidad, para poder entender la justicia y hablar sobre ella, es
preciso considerarla como una virtud. Sólo después de analizar esto, es posible
saber lo que significa hacer justicia o administrar justicia: obligar a alguien a
que dé, a la fuerza, lo que ni quiso dar voluntariamente, por virtud.

6.1. La Virtud de la justicia.

Empecemos por saber claramente qué es una virtud.

La virtud es un hábito. Y un hábito es una disposición permanente en el sujeto.


Y para entender disposición tenemos que hablar de las actitudes o “acto
humano” y diferenciarlo de la costumbre.

Hábito en este sentido, se opone a acto aislado, y por esto se dice que el
hábito se adquiere por la repetición de actos.

Los actos humanos son el obrar sabiendo lo que se hace y por qué se hace,
es dar sentido a la vida y asumir personalmente ese sentido, nuestras acciones
adquieren sentido en la medida que encarnan unos valores o contribuyen a
promoverlos.

Ahora que decir de la costumbre: Son disposiciones más o menos móviles


que lo mismo que los instintos y las pasiones se asoman al interior de la
materia, tienden a una ciega repetición, se expresan como automatismo
mecanizados y tienden a volverse disposiciones mecanicistas.

8
Entonces ¿qué es un hábito?: Actitudes que orientan las potencias humanas
haciendo su empeño fácil y espontaneo, constante y sincero, decidido y
concreto. Cualidades propias de las facultades (intelectual y volitiva). Se
adquieren mediante la repetición de actos humanos libres.

Los hábitos en este sentido pueden ser buenos o malos o indiferentes, según
que lleven a practicar el bien propio del hombre – virtud – o un mal para el
hombre – vicio – o algo indiferente.

Ejemplos de hábito bueno o virtud son la justicia, la prudencia, la fortaleza.


Ejemplos de hábito malo o vicio pueden ser la injusticia, la imprudencia, la
cobardía. Hábitos indiferentes, que pueden servir tanto para el bien como para
el mal pueden ser el hábito de leer, de jugar, y de otras actividades humanas.
Así los hábitos son disposiciones estables que llevan a obrar y por eso se
llaman hábitos operativos.

Tomemos entonces una clásica definición de Justicia, del jurista y prefecto


romano “Domicio Ulpiano”: “Es una constante y perpetua voluntad de dar
a cada uno lo suyo.” En otras palabras, el acto del hábito de la justicia es el
derecho. Es decir, el derecho es el objeto de la justicia.

Por eso, para saber qué es la justicia hay que saber qué es el derecho.

6.2. Sentidos del término derecho.

Derecho se dice en muchos sentidos:

a) Derecho objetivo. Es la cosa justa, una operación o una realidad


exterior. En este sentido se habla de precio justo o de salario justo.
(derecho, de la voz latina “directum” que significa lo que está conforme
a la ley o a la norma.) o como expresa el jurista Villoro Toranzo: “lo que
no se desvía ni a un lado ni a otro, es decir lo que es recto.”
b) Derecho subjetivo. Es la posibilidad moral de hacer o de omitir algo. Es
lo que significa cuando alguien dice que tiene derecho a la vida, o que
no tiene derecho a tomar lo ajeno. A este derecho corresponde, por
parte de los demás, un deber: el deber de reconocerle ese derecho.
c) Derecho prescriptivo. Es el contenido de las leyes de una sociedad, su
ordenamiento jurídico.

El derecho subjetivo se basa en el derecho objetivo; por eso éste es el más


importante. En este sentido “el derecho es lo que es debido a alguien según
una relación de igualdad en virtud de la cual un objeto está ordenado a una
persona, y se convierte en suyo propio.”

El derecho es algo objetivo, por encima de las preferencias personales o las


disposiciones del sujeto. Si alguien me presta $5.000 pesos es objetivo que

9
son suyos y que estoy obligado a devolverlos, me guste o no me guste. Sin
duda puedo hacerlo, pero en ese caso estoy yendo contra algo objetivo: el
hecho objetivo de que esos $5.000 pesos son del otro, son algo debido a él.

El derecho, al ser algo objetivo, dice siempre relación al otro. De ahí la


importancia social del derecho y de la justicia, cuyo acto es el derecho. Las
relaciones sociales son, en casi todos los casos, relaciones jurídicas, relaciones
de derecho.

Finalmente, el derecho implica relación de igualdad. Dar lo debido a otros


significa establecer una igualdad entre lo que es de justicia que tenga y lo que
tiene. Si debo dinero a alguien, mientras no le pague hay una situación de
desigualdad; al pagarle, estamos en igualdad, en paz.

En resumen, las propiedades de la justicia son:

a) Alteridad: se dirige a otro;


b) Dar lo debido;
c) Dar hasta la igualdad.

6.3. Derecho y Ley

La problemática de la justicia, tiene que ver con la ley y el derecho en el


ámbito humano estrictamente y no es lo mismo ley que derecho, aunque se
trate de realidades cercanas. La ley es la norma del derecho, la causa,
porque hay ley, hay derecho. Si el objeto del derecho (y, por tanto de
la justicia) es lo debido a otro, esto se ha de ver en la ley. Por eso,
según las clases de leyes habrá clases de derecho.

Existen la ley natural y la ley positiva. Por eso se puede hablar de derecho
natural y de derecho positivo. Esta visión sale de la misma noción de derecho.
En efecto, derecho es lo debido a otro según una relación de igualdad. Algo es
debido a otro de dos maneras:

a) Porque lo marca la misma naturaleza del ser humano. Así, todos por
naturaleza son iguales; todos tienen vida, necesitan alimentarse,
educarse, etc. Luego lo debido naturalmente se llama derecho
natural: a la vida, al alimento, a la educación.
b) Porque lo marca un acuerdo entre los hombres. Ese acuerdo se
positiviza, se plasma de forma neta en la ley positiva, que dicta
toda autoridad, el conjunto de esas leyes positivas es el derecho
positivo.

Señalemos aquí algunas cualidades de la ley positiva humana:

a) Ha de ser legítima, procede de autoridad legítima.


b) Ha de ser racional, es decir, ha de estar requerida por la misma
naturaleza del hombre;
c) Ha de tender a realizar el bien común;

10
d) Ha de estar suficientemente promulgada, para que sea conocida.

Con estas características la ley positiva es justa y se convierte en una


prolongación de la ley natural, en su aplicación en las concretas circunstancias
de lugar y tiempo.

6.4. Importancia del derecho natural

Los derechos naturales son debidos por el mero hecho de ser hombre. Sin
embargo, desde antiguo ha habido corrientes doctrinales que niegan la
vigencia de los derechos naturales. Para estas ideologías, todos los derechos
son positivos, es decir, producto de un acuerdo, consentimiento o consenso
entre los hombres. Así, el hombre tendría derecho a la vida sólo porque la
sociedad ha conseguido ponerse de acuerdo para concederlo.

¿En qué se basa la negación del derecho natural? Se han dado, entre otros, los
siguientes argumentos:

a) No es posible saber en qué consiste la naturaleza humana y, mucho


menos, dilucidar si es algo estable o inmutable.
b) Es un derecho que no está vigente por sí solo;
c) Muchos de los llamados derechos naturales han sido negados a lo largo
de la historia y han sido incumplidos sin que sucediese nada especial.

A esos argumentos se puede responder:

a) Es posible saber, racionalmente y de un modo natural, qué es la


naturaleza humana: el hombre como ser racional y libre, con una serie
de exigencias naturales: vida, alimentación, vivienda, trabajo,
seguridad, etc. Esto se ha dado en todos los tiempos y se sigue dando;
b) La vigencia del derecho natural está clara, pero como una realidad
moral, es decir, como algo dirigido a la libertad, algo que el hombre
debe cumplir, aunque no le guste.
c) El incumplimiento del derecho natural no quiere decir que no exista o
que no esté vigente; quiere decir sencillamente que ha sido incumplido,
que se ha desarrollado una actividad antiética, inmoral.
Tampoco una ley positiva dejar de ser ley por el hecho de que haya
algunos o muchos que la incumplan. Por otro lado, los principales
preceptos del derecho natural han sido recogidos en el derecho positivo.

Se puede y se debe decir más: una ley positiva que estuviese en contra del
derecho natural no sería ley, porque sería injusta. Por ejemplo, si un Estado
ordenase, como ley, la muerte de los ancianos, esa ley sería injusta; no habría
obligación moral de cumplirla; es más, habría obligación moral de no cumplirla
porque se trataría de una ley contraria al derecho natural, a lo que los
hombres tienen derecho por el simple derecho de ser hombres.

6.5. Fundamentación última del derecho natural.

11
Si se ha entendido bien lo que se acaba de exponer, se caerá también en
cuenta de que la fundamentación del derecho natural es una cuestión esencial,
básica.

¿Por qué existen derechos naturales, fundamentales, inalienables,


imprescriptibles, humanos? ¿Por qué tengo yo que dar naturalmente lo debido
al otro? Lo podemos decir incluso de una forma más dura: ¿Por qué tengo yo
que dar al otro lo suyo, por qué no puedo quedarme con lo mío y con lo suyo?
Insistimos en que esto se da a veces, incluso con frecuencia: que hay quienes
quitan a los demás lo que naturalmente les pertenece. Pero si no demostramos
que eso está mal, moralmente, no sería posible nunca protestar ante las
injusticias sociales.

Vamos a repetir esta pregunta: ¿Por qué tengo que dar yo al otro lo suyo? La
respuesta es: porque es suyo y no mío. Si es suyo, ¿cómo lo ha obtenido? No
por un acuerdo de la sociedad o del Estado, porque si fuera así, la sociedad y
el Estado se lo podrían quitar en cualquier momento o incluso declarar, con
una ley, que ya no hay, de ahora en adelante, derecho a la vida, o a la
información, o a la libertad de expresión o a la educación, etc.

Son, por tanto, derechos con los que el hombre entra en la sociedad; es decir,
son derechos que existen ya desde que hay vida humana, desde el momento
de la concepción.

Al llegar a este punto caben dos respuestas:

a) El hombre es un animal evolucionado, un individuo que, por azar, ha


llegado a ser lo que es y a darse cuenta, a diferencia de los otros
animales, de que es útil, conveniente, hablar de derechos naturales,
para que pueda haber un cierto orden en la sociedad.
b) El hombre no es producto de azar, sino que es creado por el Autor de la
Naturaleza, por Dios; al crearlo, Dios le ha dado, como propios, como
suyos, como de cada uno, esos derechos naturales, es decir, escritos en
la propia naturaleza humana. Por eso, cada hombre tiene el deber de
respetar los derechos de los hombres, de reconocer lo que le es debido
por naturaleza.

La diferencia entre estas dos respuestas es radical. La primera tiende,


inevitablemente, a considerar como derecho sólo el derecho positivo que,
en cada época, se vea más útil y conveniente. La segunda, defendida ya
por pensadores griegos, romanos, y luego a lo largo de la historia, permite
denunciar las situaciones de tiranía, de opresión y de injusticia, porque se
oponen a unos derechos que el hombre no recibe de la sociedad, sino de
Dios. Hay que aclarar que esta segunda respuesta no es directamente de
tipo religioso, ni mucho menos, ha sido inventada por la Iglesia Católica.
Como ya se dijo, antes de la fundación de la Iglesia, ya la sostenían
escritores no cristianos. También actualmente defienden esta
fundamentación del derecho natural personas que no profesan religión
alguna.

12
Hay que desechar el error, muy extendido, de que el derecho natural es
una posición confesional. Demuestran la falsedad de esa posición tanto los
argumentos racionales como el testimonio de la historia. No es cierto, como
se afirma a veces, que la “teoría del derecho natural” esté abandonada. Al
contrario. Además, en el siglo XX se ha podido asistir a un importante
hecho, con grandes consecuencias para este tema.

Se trata del proceso Núremberg, contra los nazis acusados del exterminio
de millones de inocentes. La defensa de una gran parte de los reos consistió
en afirmar la tesis de los que sostienen que sólo existe el derecho positivo.
Dijeron en efecto: “Nos hemos limitado a cumplir las leyes vigentes, que
procedían de un Estado soberano y con pleno reconocimiento
internacional.” Es decir, se defendían argumentando que se habían
comportado conforme al derecho.

Para poder condenar a esos reos, incluso a muerte, se creó la expresión de


“crímenes de lesa humanidad”. Esta expresión quería decir mucho o era un
implícito reconocimiento del derecho natural. En efecto, si se trataba sólo
de significar con el término de Humanidad a millones de personas, eso sólo
bastaba para crear un derecho “supraestatal”. Porque si ese derecho no
existe en un país (y es lo que decían los nazis) tampoco podía existir en un
número n de países. En cambio, por “crímenes contra la humanidad” podía
entenderse crímenes contra la naturaleza humana, contra lo que tiene el
hombre por naturaleza. En ese caso, se estaba afirmando el derecho
natural.

6.6. Derecho y moral.

En las sociedades actuales se puede a veces observar el siguiente


fenómeno, que es doble:

 Que son legales (de acuerdo con las leyes vigentes) conductas o
actos que, según la ley natural, son ilegales; por ejemplo, en algunos
países el aborto;
 Que no están contemplados en las leyes positivas otros
comportamientos que, según la ley natural, son inmorales: por
ejemplo, el adulterio, la avaricia, etc.

El orden de la ley natural y del derecho natural es, como ya se ha dicho, un


orden moral. La diferencia que se advierte entre el orden jurídico positivo y el
orden moral, ¿quiere decir acaso que son dos órdenes distintos y no se
encuentran en ningún punto?

La realidad es otra. El orden jurídico y el orden moral coinciden en que tienen,


los dos, por objeto los actos humanos. Pero el orden moral se refiere a todos
los actos humanos (externos e internos) y el jurídico sólo a los que hacen
relación a otro, es decir, a los actos externos. Por eso, todos los actos jurídicos
son morales (buenos o malos), pero no todos los actos morales son jurídicos.

13
Un orden jurídico justo tiene que ser moralmente correcto. Cuando no es así,
es probable que en la sociedad se produzcan conflictos. Citemos sólo el caso de
que algunos ciudadanos se nieguen, en consecuencia, a cumplir una ley que es
injusta, porque va en contra del orden moral, que es objetivo y natural.

Los mejores pensadores de todos los tiempos han defendido la tesis de que un
buen orden moral es la mejor y más indispensable condición para que se dé un
eficaz orden jurídico. Sin embargo, siempre han existido comportamientos
inmorales. El derecho se ha limitado, en una medida cada vez más creciente, a
castigar como delitos sólo aquellos que podrían causar daño a terceros, a la
seguridad pública, al ordenamiento del Estado.

En los regímenes totalitarios o de partido único la decisión sobre lo que es


inmoral o ilegal (o inmoral e ilegal a la vez) depende de pocas personas, de los
que detentan el poder. En los regímenes con auténtica participación popular y
con pluralidad de partidos, esa decisión depende también en gran parte de lo
que piensan pocas personas (los dirigentes de los partidos), pero los
ciudadanos pueden intervenir activamente no sólo a través del voto, sino de un
comportamiento mayoritario basado en la observancia de la ley natural.
Aunque en cierto que los partidos políticos pueden manipular la opinión
general, es posible también que la mayoría de los ciudadanos presionen
legítimamente a favor de las soluciones auténticamente éticas.

7. LA JUSTICIA SOCIAL.

7.1. El todo y las partes.

Una división clásica y común a muchos pensadores desde la antigüedad hasta


hoy, es la siguiente:

 Justicia conmutativa, o justicia entre los individuos, en cuantos partes


del todo social; es la justicia interpersonal, la justicia que rige, por
ejemplo, en los contratos.
 Justicia general o legal, que es la que regula lo debido por las partes al
todo social; aquí, por partes se entienden también los individuos, tanto
si son gobernantes como si son gobernados; es la justicia que manda la
obediencia de las leyes.
 Justicia distributiva, que es la que regula lo debido por el todo a las
partes; en otras palabras, la justa distribución entre todos los miembros
de la sociedad de las cargas y ventajas; es la justicia que rige el justo
establecimiento de los impuestos, la atribución de pensiones y seguros
sociales, etc.

Esta división pudiera ser demasiado formal y, en sustitución de ella, se ha


propuesto una única terminología: justicia social. Pero, ¿en qué consiste la
justicia social? O, en otras palabras, ¿cuándo hay verdadera justicia en una
sociedad?

14
7.2. La esencia de la justicia social.

Esta pregunta es tan antigua como la cultura humana. Tenemos el testimonio


de escritores antiguos (Diógenes Laercio, Plutarco), que nos han legado, las
respuestas que dieron algunos de los sabios de Grecia. El análisis de estas
respuestas ayudará a precisar, también hoy la esencia de la justicia social.

Reina la justicia social en el pueblo cuando nadie hay en él que sea demasiado
rico ni demasiado pobre – TALES.

Cuando todos los miembros del Estado teman a la ley como se teme a un
tirano – BIAS

Cuando los ciudadanos atiendan mucho a las leyes y poco a los oradores –
QUIRON

Cuando tan imposible llega a ser que gobiernen los malos como que no
gobiernen los buenos – PITACO

Cuando el delincuente sea acusado y condenado por todos aquellos que no


hayan sufrido daño con el mismo celo con que lo acusa y condena el que lo ha
sufrido – SOLON

En todas o en casi todas estas respuestas se pone el acento en la obediencia a


las leyes, supuesto que las leyes sean justas y estén dictadas para el bien
común. Tales añaden la nota económica: la justicia requiere una igualdad en
los bienes económicos y sociales. En realidad, hay justicia social cumplan
perfectamente esas tres formas de justicia señaladas antes: la conmutativa
(por ejemplo, en la legislación laboral), la distributiva (dar más a quienes tiene
menos; dar menos a quienes tienen más); la legal (obediencia a las leyes).

Todo descansa, por tanto, en las leyes: habrá justicia social si existen leyes
justas que regulen las relaciones entre las personas, y entre las personas y el
conjunto de la sociedad. Pero no basta con la existencia de las leyes: han de
ser aplicadas, eficaces. Y aún se podría añadir esto: no habrá justicia social
sino hay una práctica real de la justicia, en cuanto virtud, en la mayoría de los
ciudadanos. Si es cierto que las personas justas pueden poco en una sociedad
con leyes injustas, lo es aún más que una sociedad con leyes justas no es nada
sin una práctica real de la justicia por parte de las personas.

Hay que añadir ahora el fundamento personalista de la vigencia real de la


justicia.

7.3. Justicia y estructura social.

A pesar de lo anterior es corriente la opinión que basta la justicia social más en


unas determinadas estructuras sociales que en las actuaciones personales. Se
origina así una polémica y también un debate, que podría formularse así:

15
¿Qué es preferible: una estructura justa y una suma de actuaciones personales
injustas, o una estructura injusta con una suma de actuaciones personales
justas?

El sentido común responde que lo mejor es que todo sea justo. Pero no es ese
el sentido de la polémica. Los partidarios de la estructura opinan que hay
algunas que hacen necesariamente que se dé la justicia, sea cual sea la
actuación de la persona; entre otras razones, porque esas actuaciones tendrán
que ser justas por necesidad.

De ahí la importancia de analizar los sistemas sociopolíticos con directa


incidencia en el tema, veamos algunas afirmaciones clásicas sobre la justicia:

a) En cualquier tiempo y época es preciso regular las relaciones de los


ciudadanos entre sí: diversos tipos de contratos.
b) En cualquier tiempo y época, la autoridad política tendrá que atender a
la tarea de repartir justamente las cargas y las ventajas que están
implícitas en el vivir en sociedad.
c) En cualquier tiempo y época, los ciudadanos estarán obligados a
respetar las leyes por las que se rige la sociedad.

Encontramos así tres clases de justicia: conmutativa, distributiva y legal y


por eso puede decirse que la existencia de esos tres niveles de justicia
corresponde exactamente a lo que se llama justicia social. Con independencia
del sistema sociopolítico, hay que decir que en cualquiera ha de existir una
práctica real de la justicia social o suma de las tres clases de justicia.

7.4. La justicia y los derechos humanos.

Ahora bien, la justicia se apoya en el derecho y éste se fundamenta en la


dignidad de la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. De la
misma naturaleza humana, dotada de inteligencia y de libre voluntad, con un
destino eterno, nacen directamente derechos que, por ser universales e
inviolables, son totalmente inalienables. Los tiene la persona por su misma
condición humana.

La expresión “DERECHOS HUMANOS” es una formulación histórica,


nacida dentro de etapa moderna de la cultura occidental, que recoge
las sensibilidades morales básicas de la dignidad humana.

Han de partir de la misma génesis y evolución histórica del concepto, puestas


de manifiesto en las declaraciones de los derechos humanos.

La experiencia moral de la humanidad se concentra en la dignidad humana; de


la cual, emanan y hacia él convergen todos los contenidos de la ética concreta.
Por otra parte, la dignidad humana tiene su verificación más patente en el
reconocimiento social de la libertad humana.

Tanto la dignidad humana como el reconocimiento social de su libertad reciben


su justificación y su verificación en la etapa moderna, a través de las
declaraciones de los derechos humanos.

16
Es justo reconocer que la Iglesia hasta la mitad del siglo XIX y a partir del siglo
XX adopte una postura decidida a favor de los derechos humanos: Pío XII,
Juan XXIII, Concilio Vaticano II, Pablo VI, Sínodo de los Obispos y Juan Pablo
II. El conjunto de documentos hace una exposición sistemática de los derechos
fundamentales del hombre. De un modo expreso, formula una actitud positiva
ante esta realidad de la época actual y sus relaciones con el mundo, al mismo
tiempo que aprecia las declaraciones de los derechos humanos, hace una
crítica del sistema jurídico correspondiente pidiendo el paso del reconocimiento
formal al reconocimiento real.

El Sínodo de los Obispos de 1974, tratando de conmemorar el décimo


aniversario de la encíclica “Pacem in Terris” y el vigésimo aniversario de la
Declaración de los Derechos Humanos en las Naciones Unidas, formuló un
mensaje final sobre los derechos humanos en el que señalan “derechos hoy día
más amenazados”.

La dimensión ética de los derechos humanos es una instancia primordial, pues


todo derecho representa unos intereses e ideales que pretende defender o
realizar. Pero este mundo de la ética en ningún campo está tan presente e
inmediato como el de los derechos fundamentales. Son categorías éticas, en
cuanto que expresan valores básicos que la norma jurídica no puede traducir ni
expresar completamente. Los derechos humanos son normas que representan
una idea de la justicia que pretende convertirse en norma.

La dimensión ética de los derechos humanos se concreta en el contenido


resultante de una cosmovisión que da sentido a su toma de conciencia
histórica. Sus aspectos más sobresalientes son:

 La opción humanista, que reconoce el valor del hombre por


encima de cualquier otra realidad.
 El reconocimiento de la persona humana, como lugar axiológico
es decir su valor autónomo. Dimensiones: biológica, psicológica,
social, histórica y trascendente.
 El valor de la libertad, con voluntad propia, como fundamento
inmediato de los derechos humanos. En éstos, el ser libre se
completa en el tener deberes.

7.5. Propiedad y Justicia Social.

De ordinario se hace referencia a la injusticia social conectándola con


situaciones en las que tiene que ver con la propiedad de los bienes. Tratamos
por eso a continuación, y sólo desde el punto de vista ético, de la propiedad.

7.5.1. Definición y Clase de propiedad

Propiedad es la facultad de dominio del hombre sobre los bienes materiales o,


en todo caso, susceptibles de una traducción material (por ejemplo, lo que
llaman propiedad intelectual sobre obras de arte, descubrimientos científicos,
patentes, etc.).

17
La propiedad puede ser: común, o de todos los que componen la sociedad;
particular, o de algunos individuos. La propiedad particular se divide a su vez
en propiedad pública, o perteneciente a un sujeto de derecho público (Estado,
municipio, etc.); propiedad privada, perteneciente a una persona privada.

No se presenta de ordinario ningún inconveniente para justificar la propiedad


común o la propiedad particular pública. En el primer caso, los bienes están al
servicio de todos; en el segundo caso, los bienes pertenecen a una entidad de
derecho público de la que hay que pensar está al servicio de la comunidad.
(Esto último no es sin embargo, evidente por sí mismo; de ahí la necesidad de
un estricto control jurídico sobre las propiedades públicas).

En todas las épocas ha habido, junto a una extensa realidad de propiedad


privada, una crítica a esa forma de propiedad. Modernamente, el comunismo y
algunas corrientes socialistas reivindicaron, como solución a los desajustes
sociales, la abolición de la propiedad privada de los bienes de producción, así
como un control social en la distribución de los bienes que se pueden disfrutar
personalmente.

7.5.2. Justificación de la propiedad privada.

La razón puede fácilmente concluir, una vez que ha llegado a conocer a Dios
como autor de la naturaleza – derecho natural – que por disposición divina
todos los bienes son para todos los hombres. Aristóteles y otros filósofos
afirmaron ya que la posesión de los bienes es algo natural en el hombre.

Se ha especulado mucho sobre el tema siguiente: si la propiedad privada es


una segunda fase que sigue a otra previa, en la que todos los bienes eran
indistintamente de todos. La antropología no ha resuelto aún esta cuestión;
han existido sociedades elementales en las que la propiedad era común y
otras, igualmente sencillas, en las que se daba la propiedad privada.

Desde el punto de vista ético hay que decir:

a) Que el trabajo es la primera manifestación del dominio sobre las cosas y


el medio ordinario para adquirir el derecho de propiedad sobre bienes
concretos, de forma que cubra las propias necesidades corporales y
espirituales y promueva, a la vez, el progreso y el bienestar de la
sociedad;
b) Por ley natural no se da el derecho del individuo a una posesión
determinada; nadie es, naturalmente, dueño de esta tierra, de este
bosque, etc. Las relaciones concretas de propiedad están determinadas
por circunstancia históricas y por la libre actuación de los individuos;
c) Que, también por ley natural, la propiedad privada es una garantía de la
libertad personal y de la independencia legítima frente al todo social;
d) Que pertenece a la ley natural respetar la propiedad pública o privada y
ejercerla de modo concorde con la naturaleza de cada cosa;
e) Que, siendo la propiedad garantía de la libertad, hay que tender a la
difusión de la propiedad privada, al menos sobre los bienes necesarios
para llevar una vida digna: propiedad privada sobre el fruto del trabajo,

18
sobre la vivienda, sobre un ahorro conveniente para estar protegido
contra cualquier eventualidad;
f) La propiedad privada no es un derecho absoluto, sino relativo y ha de
darse moralmente; cualquier propiedad privada está ordenada al bien de
la comunidad (función social de la propiedad); por eso, cuando existan
razones graves, de carácter social, la propiedad privada puede ser
limitada;
g) Las grandes acumulaciones de propiedad particular (es decir, tanto de
propiedad privada como de propiedad pública o estatal) suponen un
poder sobre otras muchas personas y, en ese sentido, ponen en peligro
la libertad personal y la estabilidad social; es de justicia, por eso, una
legislación anti-acumuladora y antimonopolio, se trata de monopolio
público o privado;
h) La propiedad privada no debe ser la única forma de poseer; es siempre
justo y conveniente que existan formas de propiedad común. Esta
propiedad común se justifica, de modo especial, cuando está, exigida
por el bien común y cuando, a la vez, no significa un ataque a la
legítima propiedad privada;
i) Es injusta una forma de distribución de la propiedad privada que dé
como resultado que a un gran número de personas les resulte difícil
obtener lo suficiente para llevar una vida digna.

7.5.3. Forma de injusticia.

De lo dicho anteriormente se deduce que es difícil aplicar un único criterio,


uniforme e invariable, para juzgar éticamente la situación de la propiedad en
una sociedad determinada. Un principio básico, sin embargo, puede destacarse
de forma especial: que la propiedad es para la libertad y la seguridad personal.
Atendiendo a este principio se da una injusta distribución de los bienes tanto
cuando la propiedad privada en pocas manos deja a la mayoría de la población
en una situación de inseguridad y de dependencia, como cuando el Estado –
único propietario o, en cualquier caso, determinante absoluto de la situación
económica – puede servirse de ese poder para suprimir o limitar otros
derechos humanos.

Por otra parte, es conocido que, en la mayoría de las sociedades y casi todas
las épocas de la historia, los hombres han obtenido más producto social de los
bienes considerados propios que de los bienes comunes. La descentralización y
la autonomía – que cada día se ve como la mejor forma de organizar una
sociedad compleja – tienen también una traducción en este campo: la difusión
creciente de la propiedad privada.

Desaparecida en muchos países la antigua organización agraria de la sociedad,


la extensión de la propiedad privada ha de tener como objetivo aquellos bienes
necesarios para la vida. Para millones de personas en occidente, el trabajo –
en empresas privadas o estatales – es la única fuente de renta. A la vez ese
trabajo ha engendrado, a lo largo de muchos años, unos derechos privados en
caso de enfermedad, vejez, etc., (seguros sociales). Es una forma clara de
injusticia considerar la prestación de esa seguridad social como algo otorgado

19
por el Estado. En efecto, los bienes económicos que integran los fondos de
seguridad social han salido, ordinariamente, del trabajo personal de los
distintos tipos de empresa. Se puede, por eso, decir que el salario más los
seguros sociales desarrollan hoy el papel que, en otras épocas, tuvo la
propiedad privada sobre la tierra.

Las antiguas discusiones sobre la propiedad común o privada provienen de una


época en la que el bien fundamental y raíz era la tierra. Donde esa situación ya
no existe, es irreal plantear los temas de propiedad en términos ya rebasados
por la historia. Queda en pie, sin embargo, lo que es una constante: el destino
común de los bienes y la naturalidad de una apropiación privada en cuanto
garantía de independencia y de libertad personal y familiar. Ni la propiedad
privada “es un robo”, ni la propiedad común es la panacea para lograr la
máxima justicia social.

8. LOS SISTEMAS SOCIOPOLITICOS.

Ha llegado hasta nuestros días la antigua división de las formas de gobierno, o


de régimen, que, en su esencia, se reduce a esto:

Monarquía o gobierno de uno solo; su corrupción se llama tiranía.

Aristocracia o gobierno de los mejores; su corrupción se llama, oligarquía.

Democracia o gobierno del pueblo; su corrupción se llama, anarquía.

Naturalmente, ya no existe este esquema. No existen ya – salvo excepciones –


monarquías en el sentido de gobierno de uno solo. Las monarquías que hoy
existen son monarquías democráticas, o constitucionales, en las que el rey
reina, pero no gobierna. Tampoco existe en ninguna parte, el término
oligarquía quizá sirva aún para designar más realidades políticas de las que
aparecen a primera vista.

8.1. División económica.

El marxismo, fuente de inspiración del comunismo y de algunas corrientes


socialistas, creó una nueva división con la que clasificar los regímenes políticos.
Se basa en la existencia o inexistencia de la propiedad privada de los bienes de
producción: materias primas, bancos, fábricas, etc.

Según esta división, donde existe esa propiedad hay un régimen capitalista.
Donde no existe, el régimen es socialista o comunista. Los defensores de esta
división sostienen que, en el capitalismo, en cuanto tal sistema, existen las
mayores injusticias y una generalizada injusticia social. Por el contrario, el
socialismo o comunismo – sostienen – es, por sí mismo, la solución definitiva
al problema de la producción de bienes y de su distribución en toda la
población. Hablando con terminología ética, en el socialismo o comunismo
habrían desaparecido las injusticias sociales.

20
La comunista es una falsa posición teórica que, además, ha sido refutada y
superada por la historia.

Las argumentaciones no sólo van en la imposibilidad económica de la


socialización absoluta de los bienes de producción, sino también en el deterioro
de la administración política por gobiernos corruptos.

8.2. División según las libertades.

En los países occidentales se utiliza una división de los sistemas sociopolíticos


según las libertades, es decir, según estén o no reconocidas y garantizadas las
libertades que derivan naturalmente de los derechos humanos.

Estas libertades son muchas. Se enumeran a continuación las principales:

 De asociación, para crear partidos políticos, sindicatos, organizaciones


culturales, deportivas, etc.;
 De expresión e información: libertad de prensa, libertad de creación de
empresas informativas, etc.;
 Religiosa, o libertad de practicar una religión, siguiendo el dictamen de
la propia conciencia;
 De circulación, o libertad de moverse libremente en el país, de viajar al
extranjero.

Cuando esas libertades están garantizadas y las soluciones posibles son


diversas, se suele dar un pluralismo político, sindical, asociativo, informativo,
etc. El conjunto de las libertades y la realidad del pluralismo constituyen una
característica de lo que se llama régimen democrático. El que se le opone
(restricción de las libertades, partido único, sindicato único, etc.) se llama
totalitario.

8.3 Criterios socioeconómicos y políticos.

Los defensores del sistema socio-político comunista – donde aún subsiste –


argumentan que con él se ha resuelto todos los problemas de justicia social, y
que, al ser abolida la propiedad privada de los bienes de producción, han
desaparecido también las clases y se da la completa igualdad social. En cuanto
a las libertades fundamentales (de expresión, de reunión, de asociación, de
prensa, etc.) hay distintas posiciones:

b) Unos afirman que se dan plenamente en el sistema, pero que todos las
utilizan en un sentido de unidad: partido único, prensa del Estado, etc.;
c) Otros sostienen que, efectivamente, aún no se dan planamente esas
libertades, porque se está aún en la fase de construcción del socialismo;
una vez que esta tarea histórica haya finalizado, esas libertades serán
una realidad, con más fuerza que en los países capitalistas;
d) Otros dicen que todas las libertades están comprendidas en el hecho
fundamental de que existe trabajo para todos y de que han sido abolidos
los beneficios capitalistas. Esto sería una democracia popular, más

21
democracia que la democracia representativa e indirecta que existe en
los países capitalistas.

Los defensores del sistema socio-político democrático, al criticar las anteriores


posiciones argumentan con varias razones:

a) No es cierto que los regímenes comunistas hayan desaparecido las


clases y las desigualdades sociales; los miembros del partido, los
gerentes de la economía, los burócratas, etc., tienen más que los
trabajadores corrientes;
b) La injusticia no es sólo de tipo económico; la falta de libertad de
expresión, información, asociación, reunión, etc., significa también una
grave injusticia;
c) La concentración de todo el poder político y económico en el Partido –
que, a su vez, controla el Estado – es una nueva forma de tiranía; y, al
no darse el pluralismo, hace imposible que los errores del régimen
puedan ser corregidos, ya que toda oposición está prohibida como
actividad subversiva.

De esta discusión, la mayoría de los que estudian estos temas han extraído la
conclusión de que es preciso combinar los criterios socioeconómicos y los
políticos, es decir, llegar a un régimen de gobierno en el que se den, a la vez,
los dos valores fundamentales de la libertad (con posibilidad de pluralismo) y
la justicia. Esta conjugación de libertad y de justicia se hace entonces coincidir
con la esencia del sistema democrático, en el que el marco de las libertades
está al servicio de la realización de la justicia.

9. ETICA E IMPUESTOS.

9.1. Planteamiento del problema.

Al vivir el hombre en sociedad, se encuentra que, por naturaleza, existe una


autoridad. Cómo sea en concreto esa autoridad, quienes la ostenten, etc., no
está determinado por la naturaleza: puede ser el conjunto del grupo o alguien
aclamado por la multitud o unos representantes elegidos… En cualquier caso,
la autoridad exigirá prestaciones a los miembros del grupo, con esta sencilla y
real justificación, que puede ser explícita o implícita: “tienes que dar algo a
cambio de lo que recibes.”

En efecto, por vivir en sociedad el hombre, generalmente, recibe un patrimonio


acumulado por generaciones anteriores, incluso prescindiendo de esa herencia,
la vida de la persona sería muy difícil en una sociedad moderna si no pudiera
contar con los servicios de seguridad, defensa, orden, transporte, caminos,
sanidad, limpieza… Sólo el mantenimiento de la “máquina de la civilización”
implica tantos gastos que se explica que los impuestos, a poco que se piense,
sean una necesidad perentoria.

22
9.2. Tipos de Impuestos.

Se puede llamar contribución, en un sentido también general, a eso que


preceptivamente el individuo está obligado, por justicia, a hacer por el grupo,
es decir, por el bien común. En otras épocas esa contribución incluía trabajos o
servicios personales – todavía el servicio militar conserva esa idea – pero
desde hace tiempo, la contribución es monetaria, en dinero.

El individuo se ve obligado a entregar al Estado, como representante del bien


común, parte de lo que gana con su trabajo o de lo que recibe gratuitamente
de otros: herencia, donaciones, etc. Se puede decir que en cualquier
transacción económica que se realice entre los particulares, el Estado se lleva
una parte. Eso es, en su sentido más amplio, el impuesto.

Hay dos fundamentales impuestos: los directos, que gravan las rentas, las
ganancias, y las propiedades y patrimonios de las personas; los indirectos, que
gravan los productos: como el famoso IVA.

Los impuestos también se distinguen por el exactor, que pueden ser


directamente el Estado central o las administraciones locales o
departamentales.

9.3. Tratamiento ético.

Para que existan impuestos han de ser creados expresamente por ley. Si esa
ley que crea y regula los impuestos es una ley justa, éticamente los impuestos
obligan en conciencia. De lo cual se desprende que, en principio, la evasión
fiscal, total o parcial, en una actuación moralmente incorrecta.

Lo anterior es así si se dan las siguientes condiciones:

a) Que las leyes fiscales emanen de la legítima autoridad;


b) Que sean justamente aplicadas, es decir, que tiendan a realizar el
destino común de todos los bienes; no sería una aplicación justa si,
proporcionalmente, los individuos con rentas bajas estuvieran más
gravados por los impuestos que los de renta alta;
c) Que se cumpla en la sociedad el principio de subsidiaridad, es decir, que
el Estado no limite abusivamente la libre iniciativa de individuos y
asociaciones intermedias y que para justificar su extensión exija más
impuestos;
d) Que exista la posibilidad de recurrir ante las normas fiscales;
e) Que los fondos obtenidos por los impuestos se dediquen a tareas justas
y lícitas.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, una pregunta que a veces se plantea


desde un punto de vista ético es ésta: “si, aplicando las leyes fiscales resulta
que he de pagar la cantidad “X”, ¿se puede normalmente pagar menos?

La respuesta se puede dar en dos ámbitos. Primero, el de la legalidad. Con la


ley en la mano se puede acudir a todos los mecanismos legales para pagar lo

23
menos posible, teniendo en cuenta que la legislación fiscal suele estar
calculada para obtener lo más posible.

El segundo ámbito, la moralidad, puede plantearse en algunos casos y adopta


la forma de una especie de “objeción de conciencia fiscal”. Sin intención de
evadirse, algunos contribuyentes pueden estimar que va contra su conciencia
contribuir económicamente a actividades inmorales: la difusión de la
contracepción, reparto de preservativos, difusión del aborto, pornografía en
canales estatales de televisión, ayuda económica a regímenes contrarios a sus
personales preferencias, etc. Aunque el Estado no reconoce la legalidad de este
tipo de objeción de conciencia, el Estado no es árbitro de la moralidad. Un
contribuyente puede lícitamente pagar menos impuestos – lo que él estime
que sería su parte en esas actividades inmorales – con tal que eso mismo lo
devuelva a la sociedad: ayuda particular a personas desvalidas, contribución a
instituciones de beneficencia – estatales o no estatales.

Desde otro punto de vista hay que recordar que una política de aumento de la
fiscalidad es sólo una opinión plausible como su contraria. Muchos economistas
sostienen que, en el estado actual de cosas, en bastantes países, la actividad
económica sería más fructífera y más engendradora de riquezas si se
contuviese el progresivo crecimiento de la fiscalidad. Mientras tanto, es
preceptivo – con las condiciones antes señaladas – cumplir la legalidad
vigente, pero puede ser también una obligación moral actuar en sociedad de
forma que se extienda la idea de una mejor programación y distribución de los
impuestos.

No se trata de algo secundario: durante muchos años se sostuvo que el


impuesto indirecto – al gravar los productos que todos consumen – era
potencialmente menos justo que el impuesto directo, que puede gravar las
rentas de forma progresiva. Pero en muchos países, aunque el impuesto sobre
la renta sigue siendo progresivo, han aumentado más, en extensión y en
presión fiscal, los impuestos indirectos. Estas modificaciones de la política fiscal
son naturalmente coyunturales, pero son a la vez una indicación de que en
este ámbito el Estado – es decir, el Gobierno – no tiene asegurado ningún tipo
de acierto completo y total.

10. REACCION ANTES LAS INJUSTICIAS.

Cuando hace veinticuatro siglos Aristóteles escribió sobre la justicia, consideró


más didáctico empezar definiendo qué es la injusticia. Este detalle
historiográfico podría servir para comentar, también hoy, que es más fácil
detectar realizaciones de injusticias que realizaciones de justicia.

La tarea que tiene delante cualquier miembro de una sociedad es la realizar, a


la vez, la libertad y la justicia. Lo difícil de este trabajo se puede hacer ver con
dos consideraciones:

24
a) Se tiende a hablar más de injusticia que de falta de libertad, sin caer en
la cuenta que la carencia de libertad es la primera forma de injusticia;
b) Se tiende a considerar injusticia sólo a las irregularidades en el campo
de la producción y de la distribución de bienes económicos materiales,
sin atender a otras formas igualmente graves de injusticia.

Por todas estas razones, antes de considerar la exigencia ética de reaccionar


ante las injusticias, es preciso saber, por lo menos de forma aproximada,
cuáles son.

La serie de injusticias puede verse repasando los temas conceptos que se


tienen sobre Derecho y ley.

 La injusticia de la instrumentalización y de la manipulación, en todas sus


formas;
 La injusticia que suponen determinados experimentos científicos sobre
las personas humanas;
 La injusticia de la eugenesia negativa;
 La injusticia de los atentados a la libertad de la persona, por medio de
un uso inmoral de los medios de comunicación social;
 La injusticia de los métodos empleados para impedir la transmisión de la
vida; esterilización, anticoncepción, aborto, etc.;
 La injusticia de la eutanasia;
 La injusticia que trae consigo la guerra;
 La injusticia hacia el otro, en los ataques a la veracidad, a través de la
mentira, la simulación, la hipocresía;
 La injusticia en los ataques a la intimidad personal, al derecho al nombre
y a la propia imagen.

Esta serie, que dista mucho de ser completa, ha de integrarse con otros
aspectos: entre ellos, la injusticia en la desigualdad de la distribución de los
bienes económicos y culturales. Como ya se ha dicho, cuando se habla de
denuncia de las injusticias, se hace referencia exclusivamente a ese caso. Y
aún se limita más: todo se hace a partir de lo que, desde el siglo pasado, se
llama CUESTIÓN SOCIAL. Según este modo de analizar la injusticia, el tema
queda confinado a las relaciones entre dadores de trabajo (empresarios en
sentido amplio) y asalariados o, con los términos ya anticuados, entre
burgueses y proletarios.

Si se desea contemplar la sociedad en toda su gama, es necesario ampliar ese


punto de vista. Y, de ese modo, tener en cuenta además:

 La situación, en muchos países, de los trabajadores del campo,


postergados casi siempre en relación a los trabajadores de la industria y
del sector terciario o de servicios;
 La situación de las personas ancianas, que han de afrontar la última
etapa de su existencia, en unas condiciones precarias; esta realidad se
da en ancianos que no sólo han pertenecido a la clase proletaria, incluso
en burgueses que han perdido la antigua independencia económica;
 La situación de los minusválidos psíquicos y físicos;

25
 La situación de los enfermos graves y crónicos;
 La situación de los niños que son víctimas de las irregularidades de los
padres o de la ruptura de la familia, a través del divorcio;
 La situación de las personas pertenecientes a grupos étnicos
minoritarios, que son víctimas de brotes, nunca extirpados de racismo;
 La situación de los que, con culpa propia, se han dirigido a uno de esos
caminos que no llevan a ninguna parte (dependencia de sustancias
psicoactivas, alcoholismo).

Incluso la serie es sólo una muestra de una realidad mucho más extensa. Pero
la simple enumeración tiene por objeto superar la mentalidad que limita la
denuncia de las injusticias a un tema de estructura económica de la sociedad.
Es cierto que muchas situaciones de injusticia se solucionan, al menos en
parte, si se dispone de más recursos materiales. Pero supone un grave
desconocimiento de la psicología individual y social no tener en cuenta que el
hombre no es sólo una persona de necesidades materiales. Con terminología
de sentido religioso, se podría decir que no basta la justicia; cuando ésta se
haya hecho en toda su amplitud es preciso además poner la caridad. Si no se
quiere usar esos términos, habrá que hablar de eso recursos espirituales que
son la fraternidad, la solidaridad, la comprensión, la compañía.

Denunciar las injusticias es una tarea incompleta si no se denuncia el tipo de


sociedad que ni siquiera ve la necesidad de esos recursos morales y éticos.

10.1. Consecuencias prácticas.

Cuando se mira el panorama de la injusticia, no se debería olvidar, y


precisamente para ser justo, que la sociedad sigue siendo el sitio de una
realización numerosa de la justicia y de esas otras virtudes que han de
acompañarla: solidaridad, comprensión, fraternidad. El pesimismo absoluto es
otra forma de injusticia.

La denuncia de la total injusticia (de que todo es injusticia) suele acabar en la


completa ineficacia. Y esto por dos razones principales:

a). porque se apoya en un juicio falso; no todo es injusto; lo injusto se nota


precisamente porque contrasta con lo justo;

b). porque si la injusticia fuese total no habría absolutamente nada que hacer;
el cáncer verdadero es irreversible.

La primera consecuencia práctica de la denuncia ética de las injusticias es, por


tanto, negarse a caer en la falacia del juicio pesimista y sin apelación. Estos
tipos de juicios suelen traer consigo completa paralización de la acción. Se
quiere, con la imaginación, borrar de golpe todas las injusticias sociales; poco
después, al ver que esto no es posible, se desiste de la tarea, más concreta, de
solucionar las injusticias que se tienen cerca. Puede incluso llegarse a la
hipocresía de condenar toda una sociedad por injusta mientras personalmente
se practica la injusticia.

26
Existe, por tanto, el peligro de que el señalar las injusticias sea un medio, por
paradójico que esto pueda resultar, de que esas injusticias se perpetúen. De
palabra, casi todas las injusticias parecen resolverse en poco tiempo, pero la
realidad es más difícil de transformar y con mucha frecuencia las palabras
ocupan el lugar de lo que tenían que ser hechos.

Hay dos medios para suprimir prácticamente las injusticias: a) la revolución;


b) la práctica creciente de la justicia.

Todos los que, a través de la historia, han escrito sobre estos temas, desde el
punto de vista ético, han considerado la legitimidad del recurso a la rebelión
contra un estado grave y continuado de injusticia. Como, por otro lado, ese
recurso trae consigo graves perturbaciones para la paz y la libertad, se han
puesto de relieve las condiciones para la licitud ética de la revolución:

a). que sea el último recurso, es decir, que la situación no pueda resolverse de
otro modo;

b). que el resultado social sea mejor éticamente que el que existía antes.

La experiencia de algunas revoluciones realizadas en la historia ha puesto de


relieve cómo, en casi todos los casos, una dominación injusta ha sido,
simplemente sustituida por otra igual o peor. Por ejemplo, la Revolución
francesa, además de un altísimo precio en sangre, trajo como resultado el
liberalismo, que dio origen a nuevas y graves injusticias para la mayoría de la
población, especialmente para la población trabajadora. Un juicio similar, o aún
más grave, ha merecido a muchos historiadores y teóricos de la revolución
comunista, que terminó engendrando una situación en la que no fueron
reconocidos los derechos humanos. Por el contrario, la revolución que terminó
con el comunismo en Europa de 1989 a 1991, fue una pacífica contra-
revolución de las libertades humanas.

Estas comprobaciones han llevado hoy a muchos a defender la transformación


de la sociedad sólo a través del método democrático, es decir, sin poner en
entredicho la libertad de las personas y la garantía de los derechos humanos.

10.2. Información y denuncia.

Con esta posición se enlaza fácilmente el segundo medio, antes señalado, para
suprimir las injusticias: la práctica creciente de la justicia, como tarea personal
de cada ciudadano. En otras palabras: teniendo en cuenta la existencia de una
sociedad democrática, es posible trabajar para que esa sociedad sea cada vez
menos una sociedad – masa y cada vez más una sociedad – comunidad. La
realización de la justicia y de la libertad se convierte entonces en la principal
tarea de los diversos tipos de comunidades (asociaciones, organizaciones
locales, comunidades autónomas, etc.) que integran la sociedad.

Consideremos a continuación otro aspecto interesante de la denuncia de las


injusticias. En muchos casos, esa denuncia ha sido completamente ineficaz,
porque se ha apoyado en un conocimiento incompleto de la realidad. En efecto,

27
es evidente que el valor de la denuncia está en relación directa a la gravedad
del hecho o de la situación denunciada. Si ese hecho no se da, la denuncia
aparece como una posición gratuita, simplemente retórica o, en el mejor de los
casos, como una postura ideológica en beneficio de algún grupo político.

La información se convierte de este modo en una nueva exigencia ética. No


basta conocer los hechos diarios, sino que es preciso estudiar la situación; y no
sólo los fenómenos, sino además las causas propias. Sólo este estudio permite
dar con las personas verdaderamente responsables de esa situación. Una
denuncia genérica a toda la sociedad, en conjunto, es una denuncia que se
priva a sí misma de resultados prácticos. La ciencia sin conciencia es causa de
numerosas situaciones injustas en cualquier sociedad; pero una conciencia sin
ciencia gira sobre sí misma sin poder dar con el origen de los desajustes
sociales.

Una información y un estudio adecuados son la plataforma para dar a la


denuncia su otra vertiente imprescindible: presentar de modo práctico y
factible cuáles son las soluciones que habrían de darse de las injusticias
denunciadas. Saber lo que no se quiere es ya algo, pero es mucho más saber,
además, lo que se quiere y cuáles son los medios para lograrlo. Esto no es sólo
una consideración de sentido común, sino que refleja lo que continuamente
sucede en la sociedad: que nunca se da un vacío; algo que sucede siempre a lo
que ha sido removido o quitado. La supresión de un hecho o de una situación
injusta no trae por sí solo el establecimiento de un hecho o de una situación
justa.

Tres consideraciones fundamentales pueden nacer de este discernimiento


sobre el derecho, la ley y la justicia:

1. La ética natural con principios claros y bien definidos denuncia todo


relativismo que tiende a absolutizarse en nombre de las libertades y las
ideologías que poco aportan a la democracia de las naciones, y si
polarizan y distraen a los ciudadanos de las verdades responsabilidades
sociales e individuales.
2. Una actitud de resignado pesimismo. No se niega que la razón puede
llegar a esos principios éticos claros, pero se añade que en el mundo no
manda la razón, sino la pasión y el cálculo, el interés y el medro. En
resumen, no es malo, al contrario, hablar de ética, estudiarla, pero sin
hacerse nunca ilusiones. Así la realidad irá por otra parte. ¿Cómo hablar
de denuncia de las injusticias cuando existen cientos de injusticias que
no son denunciadas por nadie? Respeto a la vida humana: no hay cosa
más pisoteada, insultada, maltratada. La ética, se dice, es algo
hermoso, pero no pertenece al mundo de la realidad.

3. El optimismo atento y lúcido. Rechaza el postulado de que “no haya


ética”, porque rechazar la ética es una postura degradada, como falta de
fundamento, de quienes sólo ven en la sociedad males e injusticias.
Cuando repasamos la historia, estudiamos las culturas y las leyes de los
pueblos nos vemos obligados, por la evidencia, a concluir que siempre

28
ha habido de todo. Y sin embargo el hombre no está del todo pervertido.
Hay comportamientos éticamente resaltables en la historia, pero
también la tentación de caer en la facilidad del mal; pero el mal ha
tenido, siempre también, que enfrentarse con los que hacían el bien.

En otras palabras: no es posible probablemente nivelar por completo la


humanidad ni en el rasero del bien ni en el rasero del mal. Todo se da
mezclado, intrincado. Se trata por tanto, y aquí aparece ese bien espléndido de
la libertad, de escoger. ¿Qué el bien es escogido, en determinadas épocas, sólo
por una minoría? Quiere decir que esa minoría ha de trabajar más y mejor.
Pero no rendirse a la mediocridad, ni a la peor de las mediocridades, a la que
resulta de hacer mal el mal, como es tan corriente.

Es posible que los comportamientos éticos no se noten mucho porque no


hemos aprendido a hacer bien el bien y caemos en la, también mediocridad, de
hacer mal el bien. Pero esta experiencia, en lugar de llevar al escepticismo
tendría que llevar a querer aprender a hacer el bien: con arrojo, con valentía, a
contracorriente, con autenticidad. Siempre es posible en sociedad, sobre todo
cuando existe un acuerdo en que el régimen sea democrático, conquistar
espacios de honradez, de conducta íntegra, de comportamientos nobles. Si la
democracia permite que se instale en cualquier plaza el tenderete del vicio, a
veces del vicio más repugnante, no es ofensa para nadie instalar los cuatro
palos firmes que sostienen la estructura de las grandes virtudes.

La ética natural no utiliza el instrumento de marcar a los viciosos con el hierro


de la infamia. Mucho más elegantemente presenta el espejo limpio, en el que
el vicio puede ver su propia careta, tantas veces hipócrita. Si alguien no quiere
mirar y mirarse, es libre de hacerlo. Como lo somos nosotros de mantener el
espejo bien claro, alto y espacioso.

El optimismo atento y lúcido no es una solución simplista. Al revés, es la más


compleja. Si la inmoralidad fuera la norma, no habría problemas morales de la
existencia humana. La ética tiene la obligación de decir que dos medias
verdades no componen nunca una verdad, sino una falsedad. Llamar a la
falsedad por su nombre propio no ha sido nunca ofensa para nadie, salvo para
los que quieren imponer su poder a través de la fuerza y del fanatismo.

10.3. El principio de la comunidad antes que la masa.

Siendo la sociedad algo natural y libre, no se da siempre y necesariamente con


las mismas características. Prescindiendo aquí de diversos tipos de sociedad
estudiadas por la antropología y la historia, es útil detenerse en dos
realizaciones de carácter general y que se dan también en nuestra cultura: la
sociedad – masa y la sociedad – comunidad.

Antes es preciso insistir en dos puntos de especial importancia.

a). la persona vive en sociedad, pero la sociedad no es fuente originaria de


derechos sobre la persona;

29
b). el fin de la sociedad – y de todos los que la componen – es el bien común.
Cuando éste falta, la sociedad se disgrega. El bien común de la sociedad no
puede ser radicalmente distinto del fin último del hombre: conocer y amar a
Dios a través del cumplimiento de la ley moral natural, lo que implica el
respeto de los derechos humanos.

Entendiendo esto bien se comprende cómo en cualquier sociedad han de ser


reconocidos y garantizados los derechos humanos y cómo estos derechos no lo
son para fomentar el egoísmo individualista, sino trabajar a favor del bien
común. Precisamente estos principios conducen a la distinción entre sociedad-
masa y sociedad-comunidad.

La sociedad-masa es el resultado de una interpretación y de una práctica


individualizada del bien común. Se da una sociedad-masa cuando la mayor
parte de los ciudadanos sólo se sienten ligados a la sociedad para satisfacer las
necesidades físicas y económicas y para obtener seguridad. Después de
conseguir esto, los individuos viven socialmente al margen – aunque vivan
juntos – utilizando las ventajas sociales en beneficio propio.

La sociedad-masa resulta compuesta, por tanto, de un poder político central y


de la suma de las actuaciones individuales desconectadas entre sí y en relación
al todo social. En algunas épocas históricas, la sociedad-masa ha sido
justificada en nombre de la libertad personal, pero sin fundamento. En efecto,
al darse un desinterés de los individuos por el bien común social, el Estado se
va haciendo cada vez más potente, más centralizado y más burocrático. Las
consecuencias de esto son precisamente perjudiciales para la libertad personal.
El Estado se convierte en el supremo organizador de los egoísmos individuales
y no en la legítima autoridad que se dirige al cumplimiento del bien común
mediante el reconocimiento de las libertades personales.

Por otro lado, la falta de relaciones sociales amplias, de fines comunes


conseguidos con medios adecuados, lleva a organizar el conjunto de las tareas
sociales (económicas, culturales, etc.) pensando en el consumidor individual
que resulta, por otro lado, semejante a todos los demás. Así, en lugar de un
trabajo y de unas culturas diferenciadas, plurales, se da uniformidad en los
gustos y en los productos culturales. De ahí los fenómenos conocidos como
cultura de masas, productos de masa, hombre-masa.

Esta sociedad-masa, que surgió como reivindicación de la libertad individual,


se convierte así en el mayor atentado a la libertad de la persona, a la libertad
de ser diverso. Y, por la misma razón, se hace difícil en ella cualquier progreso
o profundización cultural y ético. La sociedad-masa es la sociedad de la
mediocridad intelectual, cultural y moral.

Por el contrario, la sociedad-comunidad es aquella en la que los individuos


están unidos a través de las participaciones en valores comunes que cada
persona hace suyos, interioriza. La comunidad no se basa en leyes y
reglamentos – aunque estos pueden existir y de ordinario así ocurre – sino en
algo previo y fundamental: la solidaridad.

30
En la comunidad, se reconocen los derechos de las personas pero, al mismo
tiempo, se subraya el equivalente concepto de deber: es decir, el deber de
respetar esos derechos.

Otros rasgos distintivos de la comunidad son:

a). se destaca el nosotros con mucha más fuerza que en la sociedad-masa;


existe la convicción de que la limitación de la individualidad es, más bien, una
disminución del egoísmo y que, por tanto, se hace en beneficio de los
auténticos derechos de la persona;

b). existen lazos afectivos con tanta o más importancia que los lazos jurídicos.
En este sentido, la familia ha sido vista como la primera y esencial forma de
comunidad, no solo como célula básica de la sociedad, sino como su modelo.

c). se da una clara conciencia del fin u objetivo de la comunidad y, por tanto,
es posible arbitrar los medios para conseguirlo.

Entre persona y comunidad se da, por tanto, una relación mutua. En la


comunidad, la persona ve cómo sus exigencias individuales son aparentemente
reprimidas por las exigencias comunitarias, sociales; pero esa aparente
represión es, en realidad, el camino para la plena realización del hombre como
persona, es decir, como un yo abierto siempre al tú, para poder conjugar el
nosotros.

11. JUSTICIA Y DERECHO. CONCEPCION TEOLOGICA.

11.1. La justicia del Reino del Padre.

La mayor parte de los autores consideran que después de la carta magna para
el pueblo judío: Los Diez Mandamientos, y que dio origen al libro del
Deuteronomio, se evidenciaron las directrices de organización jurídica y
social de una sociedad sin estatutos propios, pues venían de la esclavitud y del
destierro. Las directrices jurídicas con el tiempo, formaron todo un conjunto
legislativo compuesto por la Torá, base jurídica y social, y código moral de
todas las enseñanzas judías; la Mishná referidos a la tradición de la ley oral o
explicación de la Torá; el Talmud o colección de documentos rabínicos de la
enseñanza moral judía de los cuales se derivó el Halayá, o código rabínico del
sistema legal que ordenaba el derecho consuetudinario judío.

Con el tiempo desde el siglo VIII d.C y hasta el siglo XVII d.C. se han venido
adicionando códigos de enseñanza legal para los judíos ortodoxos en
documentos conocidos como el Halajot Pesukot hasta el Shulján Aruj que
es más un comprendió, que el Mishné Torá, código completo de la enseñanza
moral judía.

Esta riqueza de tradición jurídica hebrea y judía, constituye el más importante


legado oral y escrito, desde que la cristiandad asumió del pueblo judío el
código de la “Alianza con el Dios de Abraham, Isaac y Jacob”.

31
Sin embargo, la gran mayoría de autores y exégetas católicos encuentran en
las enseñanzas de Jesús la perfecta interpretación de la Alianza con Dios, pues
en sus propias palabras tomadas del Evangelio de Mateo, Jesús confirma
que:“no viene a abolir la ley y los profetas, sino hacer cumplirlas… y sobre
todo llevarlas a su plenitud”. Cf. Mt 5, 17.

Haciendo una interpretación fidedigna de la palabra “plenitud” Jesús,


establece el modo de vida del nuevo pueblo de Dios, con la frase: “El reino de
Dios ha llegado a vosotros…”. Cf. Mc 1, 15.

A partir de este análisis, los estudiosos y exégetas bíblicos encuentran en los


capítulos 5 al 7 inclusive, del Evangelio de Mateo, en su estructura propuesta,
al nuevo Pueblo de Dios, y no sólo un conjunto doctrinal de orientaciones
morales, sino como: “el manual de vida cristiana” que evidencia además del
estilo de vida presente, el futuro de la comunidad cristiana.

Es síntesis este nuevo programa de vida, no se limitó a regular y determinar la


forma de vida del nuevo “pueblo de Dios”, sino que va más allá…asegura la
vida sobrenatural.

11.2. El “Sermón del Monte” o las “Bienaventuranzas” Estructura de la


Justicia del Reino del Padre.

Introducción: el auditorio (5,1-2) [cf. Inclusión 5,1-2 y 7,28-8,1]

I. Exordio: Las Bienaventuranzas del Reino de los Cielos (5,3-16)

1. Las ocho bienaventuranzas del Reino (5,3-10)


2. La novena bienaventuranza. La sal y la luz (5,11-16) [cf.
“vosotros”]

II. Cuerpo Central: La justicia del Reino o vivir como hijos del Padre (5,17-
7,12)

Introducción: El cumplimiento de la Ley y de los Profetas (5,17-19)

1. La justicia sobreabundante (5, 20-48) [cf. “sobreabunda”: 5,20 y 5,47]


1. Enunciado general sobre la justicia (5,20)
2. Seis aplicaciones (5,21-48)

2. La justicia hecha en secreto al Padre (6,1-18)


1. Enunciado general sobre la justicia (6,1)
2. Tres aplicaciones (6,2-18)

3. La justicia buscada de forma exclusiva y sin inquietud (6,19-34)

1. Atesorar sirviendo a Dios y no a Mammón (6,19-24)


2. Buscar la justicia del Reino sin inquietud (6,25-34)

32
4. Sentencias agrupadas (7,1-11)

1. No juzgar al hermano (7,1-5)


2. No dar lo que es santo a los perros (7,6)
3. Pedir y el Padre dará (7, 7-11)

Conclusión: Esto es la ley y los profetas (7,12)

III. Exhortación final: Son palabras para hacer (7,13-27)

1. Dos caminos (7,13-14)


2. Dos géneros de profetas y de frutos (7,15-20)
3. Dos clases de discípulos (7,21-23)
4. Dos tipos de casas (7,24-27)

Conclusión: una enseñanza con autoridad (7,28-29).

Jesús, revela así de antemano algo, no sobre nosotros sino sobre Dios y su
Reino: da testimonio del Dios de justicia y de amor y anuncia el don de su
Reino a los pobres, que se convierten en sus beneficiarios privilegiados. Las
bienaventuranzas son entonces una aplicación del mensaje central de la Buena
Nueva del Reino de Dios. (Lc.4, 43; Mt 4,17).

Las bienaventuranzas evangélicas se arraigan en el terreno del Antiguo


Testamento y del judaísmo. En los Setenta, la palabra griega
makarios<dichosos> que utiliza Mt 5 suele servir para traducir el término
hebreo ashré, que se encuentra 45 veces en la biblia hebrea. Los mecanismos
figuran principalmente en los salmos (25 veces) y en los libros sapienciales. Es
una palabra tensa hacia el futuro y que realiza lo que significa la
bienaventuranza, es una forma de felicitación, que supone por tanto la
constatación de una felicidad ya realizada o, por lo menos, en plan de
realizarse. Al decir “dichoso”, Jesús constata y proclama la felicidad de la
persona descrita en la bienaventuranza. Por consiguiente, la bienaventuranza
no es una promesa de felicidad futura (¡el cielo!), sino una declaración de
felicidad presente. Por otra parte, el primer miembro de las bienaventuranzas
evangélicas no encierra ningún verbo; en griego, el único sentido posible en
este caso es el presente y no el futuro. Los destinatarios de las
bienaventuranzas son dichosos…, aunque quizás no se den cuenta de ello ni
tengan certeza de que lo son.

¿Cómo comprender esta declaración de una felicidad presente? La segunda


parte de cada bienaventuranza, introducida por un <porque> (hotí en griego),
expresa el motivo o fundamento de la felicidad. Los destinatarios son dichosos
porque forman parte del Reino que ya ha comenzado: <porque de ellos es el
Reino de los Cielos> (verbos en presente en los vv. 3 y 10, que forman una
inclusión; cf., también Lc. 6,20). Pero lo son también en virtud del porvenir
lleno de esperanza que se abre ante ellos: “Porque heredarán la tierra…,
porque serán consolados.”, etc. (verbos en futuro en los vv. 4 al 9; véase
también Lc. 6, 21-23). La dicha proviene de la certeza de ser beneficiario de la

33
presencia amorosa de Dios, pero también de la promesa de verse plenamente
colmado cuando llegue la realización total de este Reino.

De esta forma, los bienaventurados no son dichosos por causa de su estado,


sino debido al amor privilegiado que Dios les manifiesta y a la promesa de que
algún día cambiará su situación y se verán completamente colmados. Si están
seguros de la presencia y la promesa de Dios, es en virtud de la realidad que
viven, es decir, de su opción de vida por los valores del Reino. La felicidad es
inseparable de las disposiciones espirituales y de las actitudes concretas a las
que está condicionado el ofrecimiento. Los destinatarios son felices porque se
dejan transformar interiormente por los valores del Reino.

La felicidad de la que hablan las bienaventuranzas es una felicidad que viene a


nosotros, no una felicidad que viene de nosotros. La dicha anunciada en las
bienaventuranzas es una verdadera alegría, basada en una fe (en el
acompañamiento benévolo de Dios) y en una esperanza (en la recepción plena
de los bienes del Reino). Este gozo es el resultado de un acto de armonía con
Dios, con los otros y consigo mismo. Jesús pudo proclamar las
bienaventuranzas porque fue el primero en vivirlas. Reflejan su experiencia, en
su práctica concreta de fe y de esperanza, atravesada por el sufrimiento y la
perspectiva de la cruz; pues es la perspectiva de la esperanza concreta, no se
excluye la privación y el sufrimiento, pero con ello, Jesús garantizó la realidad,
pero también la excelencia del programa.

Pero ahora en la perspectiva humana, las bienaventuranzas abordan un tema


crucial: la condición de pobre y la aflicción. En la primera estamos ante un
dativo de relación, de uso frecuente, que no señala al agente sino al portador o
el terreno de comportamiento: “pobre en lo que concierne al espíritu”. Por
tanto, la pobreza de que se trata su sede en el interior (el espíritu) del
hombre. Se entiende entonces en un sentido metafórico. Un espíritu cualificado
por la pobreza no es autosuficiente, sino que sabe reconocer su indigencia y su
necesidad de los demás para vivir y crecer. Son dichosos los que reconocen
que dependen enteramente de Dios y se ponen totalmente en sus manos. De
esta manera los “pobres en el espíritu” son las personas que se doblegan
interiormente sometiéndose por completo a Dios y sacando de él su fuerza.
Son los humildes. En tal sentido, se puede confirmar aquí la tesis, de la
afirmación bienaventurada de la condición de “pobreza” – interior.

En la correlativa relación social que nos atañe, la pobreza entendida como la


necesidad de reconocer la mutua dependencia de los demás para vivir y crecer,
resulta en el aspecto determinante en las relaciones de comunidad, donde se
verá más adelante en la exégesis neo-testamentaria, que es perfectamente
concebible en una sociedad la interacción e interdependencia de los
ciudadanos, para el feliz desarrollo y crecimiento de todos.

Ahora bien, un examen más minucioso al empleo del término “penthein” en


Mateo autoriza a reconocer otro significado a la palabra aflicción: “¿Pueden
afligirse (penthein) los invitados a la boda mientras el esposo está con ellos?”;
los paralelos de Lu. Y Mc. hablan de ayunar… La continuación del texto indica

34
que el tiempo del ayuno, y más ampliamente el de la aflicción, será cuando el
esposo, o sea Cristo, esté <ausente> de nuestro mundo. Se puede
comprender entonces que las bienaventuranzas relacionadas con el tema de la
aflicción o la tristeza en suscitada fundamentalmente porque Dios y Jesucristo
sean los grandes ausentes.

Estos términos que retroactivamente comienzan a ser mencionados en las


bienaventuranzas como una condición propia e insatisfactoria en la comunidad
y en la persona, se le aplicaran en significaciones de lenguaje al término
“justicia” que se intercala a manera de consenso para significar el deseo
presente y ausente de la no presencia del que es “Justo” por naturaleza.

El término “justicia” asociado a la bienaventuranza tiene características


peculiares: existe bajo dos formas (vv. 6 y 10) y divide las ocho primeras
bienaventuranzas en dos estrofas de cuatro; el término “justicia” (dikaiosyne)
en griego tiene gran importancia en el discurso, donde figura en otras tres
articulaciones fundamentales (5,20; 6,1.33)

¿Qué es justicia?

El vocabulario de la justicia (sedeq y sedakah en hebreo) es muy común en el


Antiguo Testamento y cubre una gran gama de significados:

1. Justicia atribuida al hombre: a) justicia entre los humanos (justicia


social o jurídica); b) relaciones justas de los hombres con Dios, es decir,
obediencia a sus mandamientos (justicia moral o religiosa; a partir del
Deuteronomio predomina este sentido sobre el primero).
2. Justicia atribuida a Dios: a) juicio divino contra los enemigos de Israel o
pecadores (justicia punitiva); b) acto de liberación o don de los
beneficios divinos (justicia salvífica; empleo frecuente en Is 40-66).

¿En qué línea de sentido se sitúa el empleo mateano de esta palabra? En la


línea moral y religiosa, los otros cinco empleos de la palabra “justicia” es en el
evangelio de Mateo (3,15; 5,20; 6,1.33; 21,32; ningún empleo en Mc; uno
sólo en Lc. Y en Jn) permiten establecer el significado de las dos
bienaventuranzas de justicia. Pues bien, en cada uno de estos pasajes
mateanos, la justicia designa una actuación del hombre en conformidad con lo
que Dios quiere. La lectura de los dos versículos sobre justicia que siguen a las
bienaventuranzas en el Sermón del Monte, nos permiten definir el campo que
ocupa la justicia.

5,20: “Si vuestra justicia no es más abundante que la de los escribas y


fariseos…” Los versículos que siguen definen esta justicia más abundante en
una serie de <antítesis>: Jesús enseña cuáles han de ser para los discípulos
las relaciones justas que habrán de mantener con el prójimo (5,21-48).

6,1: “Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres para que ellos
os miren…” Jesús prosigue su enseñanza sobre la justicia que hay que
practicar: define la manera debida de cumplir unas acciones que tienen que
ver con las relaciones de los hombres con Dios: dar limosna, orar, ayunar (6,2-

35
18). La expresión utilizada en 6,1: “hacer (poiein) vuestra justicia” debe
relacionarse con otras dos utilizadas en el final del Sermón del Monte:
“hacer(poiein)la voluntad de mi Padre” (7,21) y hacer (poiein) estas palabras
mías> (7,24). Por tanto, practicar la justicia es conformarse con la voluntad
del Padre tal como lo enseña Jesús. Y la justicia que hay que practicar cubre
tanto las relaciones con Dios como las relaciones con los demás.

La expresión “hambre y sed de justicia” significa el deseo ardiente y la


búsqueda activa de vivir según la voluntad de Dios. Las metáforas del hambre
y de la sed pueden dar a entender que la justicia plena no puede ser producto
solamente de los esfuerzos humanos.

¿No nos enseña el conjunto del SM que la justicia nueva a la que Jesús invita a
sus discípulos supera infinitamente todos los esfuerzos humanos, aunque los
exige, ya que se trata nada menos que de vivir como hijos del Padre, de
hacerse perfectos como el Padre es perfecto (5,45.48)? Por tanto, en la tierra
no podemos hacer más que aspirar a alcanzar plenamente esta justicia, que
ponemos en marcha para su cumplimiento. Al final de todas las empresas
humanas (marcadas ya por la gracia, diría san Pablo) el ajustamiento completo
con el proyecto de Dios se hará por pura gratuidad, después del paso por la
muerte.

Sin embargo, hemos de guardarnos de interpretar a Mateo por Pablo, que


utiliza en abundancia el vocabulario de la justicia. Existe la tendencia de
explicar la justicia del evangelio de Mateo por la doctrina de la justicia
formulada por la obra paulina (cf. numeral 12 de este documento). Si Pablo
desarrolló la dimensión de justicia salvífica divina presente en el A.T., Mateo
resalta la del comportamiento humano conforme con la voluntad divina. Es
verdad que, en su alcance más profundo, se encuentran estas dos
dimensiones: la justicia es al mismo tiempo la fidelidad de Dios a su alianza
salvífica y la conformidad del hombre con las prescripciones de esta alianza.

Una nueva justicia.

Pero lo mismo que Jesús inaugura una alianza nueva, así también invita a una
justicia nueva. La <conformidad con la voluntad de Dios>no es ya conformidad
con la ley, sino con toda la enseñanza, ampliamente nueva, de Jesús sobre las
relaciones con los demás y con Dios. Se invita al discípulo a vivir un amor total
para con todos, incluido el don y el perdón a los mismos enemigos (5,20-48);
se le invita abrirse al Padre en una actitud humilde y total dependencia de él
(5,3-4; 6,1-18) y en un esfuerzo constante de modelarse según la calidad de
su bondad para con todos (5,45-48). Finalmente, la justicia es una cualidad de
la filiación, mejor dicho, es la misma filiación. Se sitúa más allá de la justicia
moral de los fariseos, ya que es constitutiva del ser mismo; se trata de una
justicia moral que es, en su fuente, una justicia ontológica, una justicia
teologal.

Como para las otras bienaventuranzas, hay que entrar progresivamente en la


bienaventuranza de la justicia. Porque si <tener hambre y sed de justicia>
quiere decir aspirar a una vida perfectamente de acuerdo con lo que el Padre

36
quiere que seamos (= ser verdaderos hijos suyos; por consiguiente, imitarle),
¿no conduce esto a intentar <ajustarnos>, en nuestra manera de vivir, a la
misma justicia divina, es decir, a la manera con que Dios es justo con los
humanos? Pues bien, según el Evangelio de Mateo, la justicia de Dios con los
seres humanos es de un tipo distinto de la justicia humana. Está hecha de
gratuidad (cf. 20, 1-15) y de misericordia (cf. 18, 23-35). Así, la
bienaventuranza de la justicia (5,6) coincide con la de la misericordia (5,7).
Las bienaventuranzas se conectan entre sí en su más hondo significado.

Estamos bastante lejos del sentido corriente que hoy se da al término


“justicia”, que designa el respeto a los derechos humanos. Hablar de justicia es
hablar ante todo de justicia social. No cabe duda de que podemos y debemos
mostrar que las obligaciones de justicia social están incluidas en la cuarta
bienaventuranza. Pero ésta tiene esencialmente un alcance religioso, teologal
(relación con Dios). La dimensión de justicia social se expresa mejor en la
séptima bienaventuranza, la de los constructores de paz.

11.2.1. Bienaventurados los constructores de paz.

La traducción literal del término griego (eirenopoioi) es <hacedores de paz>.


Por tanto, esta bienaventuranza no se refiere a los que tienen un
temperamento pacífico, sino a las que se comprometen activamente en la
construcción de la paz.

La expresión <hacer la paz> sólo se lee una vez en el A.T. (Prov. 10,10
griego), pero es muy frecuente en los escritos rabínicos, donde quiere decir:
trabajar por reconciliar a las personas en conflicto. Al contrario, en el A.T. se
utiliza mucho la palabra <paz> (Shalom). La paz que se busca y se desea no
es sólo estabilidad política, sino el desarrollo integral de las personas y de las
colectividades. No es extraño entonces que la palabra “Shalom” se utilice para
expresar la era mesiánica y que, en algunos textos, el término pueda
traducirse por “Salvación” lo mismo que por paz (por ejemplo, Is 54,10).

El Mesías esperado es llamado “príncipe de la paz” (Is 9,5-6; cf. Miq. 5,4; Zac
9,10). Sobre este trasfondo del A.T y del judaísmo y tomando en consideración
el contexto del evangelio de Mateo, pueden asignarse dos significados
complementarios a la bienaventuranza de los constructores de la paz.

La Reconciliación

Los constructores de paz son las personas que trabajan activamente por
establecer o restablecer la paz donde los hombres están divididos entre sí. En
el SM, la bienaventuranza de la paz se repite bajo la forma de invitación a
reconciliarse con el hermano antes de llevar la ofrenda al altar (5,23-24). Tal
como está formulada (“si te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti,
deja allí tu ofrenda y ve…”), esta norma invita a tomar la iniciativa de la
reconciliación; aunque uno no sea responsable de la ruptura. El conflicto que
aquí se evoca es de naturaleza interpersonal. Es un ejemplo. La
bienaventuranza de los constructores de paz se extiende evidentemente a los
que trabajan por arreglar los conflictos entre los grupos o entre las naciones.

37
La justicia humana

Los constructores de la paz son también las personas que trabajan por
establecer las condiciones favorables para que todos y cada uno puedan
desarrollarse en la línea de su humanidad. Aquí, la paz, coincide con la
“justicia” en el sentido con que hoy se entiende este término. Pero más que
una justicia en el plano económico, hay que hablar de una justicia humana
integral: permitir a los individuos y a los pueblos el acceso a todo aquello a lo
que tienen derecho para desarrollarse en todas las dimensiones de su
humanidad. En este sentido de desarrollo humano, integral, que promueven
las encíclicas sociales, hemos de entender aquella formula de Pablo VI: “El
desarrollo es el nuevo nombre de la paz” (Populorum Progressio, n. 87).

Esta segunda línea de significado de la bienaventuranza lleva más lejos sus


exigencias, ya que la paz que hay que establecer es no solamente una
ausencia de divisiones y de guerras, sino positivamente una situación de
justicia, un mundo en el que cada uno disfruta de las condiciones favorables
para crecer humana y espiritualmente. Es el Shalom prometido en el A.T. Se
puede añadir más todavía: solamente trabajando por la justicia humana se
asegura la paz en el sentido de ausencia de conflictos y de guerras.

La interpretación más profunda de la bienaventuranza de los constructores de


paz es sin duda la que dan las dos últimas <antítesis> del SM. Como respuesta
al gesto negativo de un malvado, Jesús invita a acciones positivas con él
(5,38-42). Ante los enemigos, es decir, ante las personas que están contra
nosotros, Jesús nos ordena una sola manera de ser y de obrar: amar, y lo
ordena concretándolo en dos gestos en particular: orar por ellos y saludarles
(desearles el Shalom, el pleno crecimiento humano y espiritual) (5,43-48).
Vivir a fondo la bienaventuranza de los constructores de la paz es dar
testimonio activamente de la benevolencia que sentimos por los propios
enemigos.

La paz que hay que construir no es una paz <a cualquier precio>, sobre todo
al precio de sacrificar el compromiso con Jesús y con los valores evangélicos.
Este compromiso puede incluso conducir a divisiones y a conflictos con los
miembros de la propia familia humana (Mt 10,34-39; cf. 5, 10-11). El modelo
de constructor de paz sigue siendo Jesús. Su vida nos ayuda a comprender el
verdadero sentido de la paz evangélica y las exigencias para ser su
constructor. Jesús tuvo que enfrentarse con resistencias y oposiciones para
establecer en el mundo esa paz profunda y duradera que se levanta sobre los
valores del Reino.

11.2.2. Bienaventurados los perseguidos por la justicia.

Esta última bienaventuranza, presentada en dos formas (vv.10 y 11-12),


declara dichosos a los que padecen persecuciones por causa de su compromiso
de vida en conformidad con lo que Dios quiere. En su forma primera, puede
aplicarse a cualquier persona perseguida por sus convicciones religiosas. La
forma más larga restringe la bienaventuranza a los discípulos de Jesús que

38
sufren diversas formas de persecución (insultos, calumnias) por causa de su
compromiso por él.

Más tarde, en el evangelio, Jesús predice que, lo mismo que él, también serán
perseguidos sus discípulos por los judíos y por los paganos (cf. Mt 10, 17-25;
24,9); estos textos, lo mismo que Mt 5, 10-12, reflejan sin duda la situación de
la Iglesia de Mt. el hermoso pasaje de 1 Pe 4,12-14 (cf. 3,14) recoge y
comenta la última bienaventuranza. Hay que reaccionar contra ciertas lecturas
deformadas de esta bienaventuranza y subrayar que es la fidelidad de Cristo lo
que se busca, no la persecución. Si los discípulos son perseguidos, su dicha no
se debe a la persecución misma que padecen, sino a su fidelidad a Jesús por
quien sufren.

Prosiguiendo con la reflexión

El estudio de cada bienaventuranza tomada individualmente no da cuenta de


toda la riqueza de este pasaje que forma un conjunto bien organizado.
Abrimos dos pistas de reflexión sobre las bienaventuranzas como conjunto.

Don escatológico y exigencias éticas

Al final de este análisis, se nos invita a plantearnos una cuestión que resultará
central en su aplicación al contexto social: la relación entre las exigencias
planteadas a la persona humana y el don recibido de Dios. Porque unas veces
se ven como dones de la gracia, una interpretación espiritual, y otra como una
exigencia ética para la vida práctica, aplicación social.

Reconozcamos con la mayor parte de los intérpretes contemporáneos, que las


bienaventuranzas en Mt formulan exigencias éticas y espirituales, condiciones
de pertenencia al Reino. Enuncian ciertas actitudes y ciertos comportamientos
que la persona humana está invitada a desarrollar. Sin embargo, estas
exigencias van ligadas a la promesa del don escatológico del Reino, formulada
en la segunda parte de cada bienaventuranza. De este modo, la dimensión
ética no va separada de la dimensión escatológica que la sostiene y le da
fundamento. Las bienaventuranzas plantean las condiciones éticas de la
felicidad escatológica. De la apertura a Dios a la apertura a los demás.

El orden de las bienaventuranzas tiene también su significado. En su contenido


puede discernirse un movimiento que va de las actitudes ante Dios a las
realizaciones con los demás. En efecto, las tres primeras bienaventuranzas
(pobres en el espíritu, humildes, afligidos) nos vuelven hacia Dios; invitan a
reconocer nuestra dependencia respecto a Dios y a abrirnos a él para vernos
colmados. La cuarta (justicia) da el paso de la apertura a Dios a la apertura a
los demás, ya que la sed de la voluntad de Dios contiene estos dos aspectos.
Las tres bienaventuranzas siguientes (misericordiosos, limpios de corazón,
constructores de la paz) nos proponen un comportamiento justo que hemos de
tener con nuestros hermanos y hermanas en humanidad. Las
bienaventuranzas mateanas insisten sin duda en el compromiso ético cristiano,
pero la ética que propone se arraiga en la espiritualidad. Es una actitud de
apertura a Dios (1ª, 2ª, y 3ª) y en el compromiso de cumplir su voluntad (4ª),

39
donde se nos llama – y se nos capacita – a vivir las bienaventuranzas más
activas que nos comprometen con el prójimo (5ª, 6ª, y 7ª).

Si las bienaventuranzas tienen cada una un sentido y un alcance particular, no


pueden sin embargo separarse unas de otras. Se apelan entre sí como los
instrumentos de una armoniosa sinfonía. El que se compromete
profundamente en la práctica de una se abre, por eso mismo, a la gracia y a
las exigencias de las demás. El programa de las bienaventuranzas no es el de
esas leyes que se imponen inmediatamente y por entero. Se va entrando
progresivamente en ese programa, cuya realización es la obra, siempre
inacabada, de la vida entera. Como luces que brillan y guían en las tinieblas,
las bienaventuranzas son caminos de esperanza para la humanidad.

11.2.3. La preocupación por los bienes terrenos (6,19-34).

La segunda parte del capítulo 6 está constituida por cuatro unidades literarias
unidas por un tema común: la cuestión de los bienes terrenos.

19. “No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma echan a perder las
cosas, y donde los ladrones socavan y roban. 20 Acumulen mejores tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni la carcoma echan a perder las cosas, y donde los ladrones no
socavan ni roban. 21 Porque donde está tu tesoro, allí está también tu corazón.”

Esta perícopa, bien construida, se inscribe en la tradición sapiencial del


judaísmo. El mensaje de los vv. 19-20 es claro: hay que gastar las energías
acumulando tesoros para el cielo, que son los únicos que duran, mientras que
los tesoros terrenos están destinados a ser destruidos o robados. Las imágenes
utilizadas son expresivas en un ambiente palestino, donde es corriente que la
polilla estropee los vestidos más hermosos, que lo gusanos echen a perder el
alimento y que los ladrones perforen las paredes frágiles de las casas para
robar (cf. Mat 24,43; Ez 12,5.7). La noción de un tesoro en el cielo, no sujeto
a la corrupción, es corriente en el judaísmo (véase, en particular, Tob. 4,8-9;
Sal 9,5; Bar 24,1). La idea subyacente es que las buenas obras producen un
interés acumulado que se paga el día del juicio final. Aquí, el tesoro
imperecedero que hay que reunir en el cielo está constituido por el conjunto de
comportamientos exigidos por Jesús.

El tesoro buscado muestra dónde se sitúa el “corazón” de la persona (v.21), es


decir, su centro, lo que es importante para ella. Si el tesoro es terreno, la
persona se identifica con las cosas terrenas y, por tanto, se pierde en ellas; si
es celestial, la persona se orienta hacia Dios y, por tanto, se encuentra y se
desarrolla en Dios. Una persona vale lo que vale el objeto de su corazón, el
objeto de su deseo. La enseñanza del v.21 prepara y fundamenta la del v.24:
el ser humano no puede repartirse entre varios tesoros; no puede servir a dos
amos.

Queda aún una cuestión: ¿hay que comprender la enseñanza de estos


versículos como una invitación a la renunciar a la posesión de bienes terrenos
o a la acumulación de esos mismos bienes? La segunda interpretación es más
justa. En efecto, el v.19 habla de <tesoros>, no de bienes terrenos en general,

40
y de <atesorar>, verbo que alude a la acumulación, no a la simple posesión.
Además, el evangelio de Mt, en su conjunto, no manifiesta una actitud de
rechazo frente a los bienes terrenos.

11.2.4. Servir a Dios o a Mammón (6,24).

24.” Nadie pude servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro; o será fiel a
uno y al otro no le hará caso. No podrán servir a Dios y a Mammón”.

Este corto texto consiste en un proverbio con su explicación y su aplicación a


los oyentes. El proverbio traduce una verdad de experiencia: un esclavo no
puede servir totalmente más que a un solo amo. Si hay dos, ¿Qué ocurre? Uno
será querido o será menos querido (el sentido semítico es “odiar”, puesto en
oposición a “amar”: compárese con Lc. 14,26 Y Mt 10,37). El esclavo corre
peligro de <hacerse indiferente> a uno de los dos (es el sentido semítico de
<despreciar> puesto en oposición a <apegarse a uno>). El acento del texto
recae en la disponibilidad total, en el don completo del propio ser, que es
imposible conceder a la vez a dos amos.

La máxima se aplica a los oyentes o lectores: “No pueden servir a Dios y a


Mammón”. El término mammonas no aparece en el A.T. y no figura más que
aquí y en Lc. 16,9.11 en el Nuevo. Se utiliza abundantemente en la literatura
rabínica como personificación del dinero, de las posesiones terrenas. Este
sentido conviene perfectamente a nuestro contexto. La enseñanza del v.24 es
clara: el servicio de Dios y el apego a los bienes terrenos son mutuamente
excluyentes; no se puede pertenecer de verdad más que a un solo amo.
Después de escuchar los vv. 19-21 sobre los tesoros, el oyente se ve invitado
a optar por el servicio del único Señor y a no poner su seguridad en la
búsqueda de las riquezas de este mundo, que no pueden ofrecer más que una
seguridad engañosa.

Los tres cortos pasajes de los vv.19-24 nos sitúan ante la opción de base, la
opción fundamental de nuestra existencia. Con diferentes metáforas se envía
al lector el mismo mensaje esencial: su tesoro, su amo, revelan prioridades, su
compromiso de fondo en la vida. No hay más opción que hacer, sino la decisión
franca e inequívoca por Dios y por los valores de Reino. Semejante opción nos
libera de la inquietud de carecer de lo necesario: es de lo que tratará el
siguiente pasaje (6,25-34).

11.2.5. No anden preocupados. (6,25-34).


25
Por eso les digo que no anden angustiados por la comida [y la bebida] para conservar la
vida o por la ropa para cubrir el cuerpo. ¿No vale más la vida que el alimento?, ¿el cuerpo
más que la ropa?
26
Miren las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni recogen en graneros, y, sin
embargo, el Padre del cielo las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? 27 ¿Quién de
ustedes puede, por mucho que se inquiete, prolongar un poco su vida?

41
28
¿Por qué se angustian por la vestimenta? Miren cómo crecen los lirios silvestres, sin
trabajar ni hilar. 29Les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió
como uno de ellos. 30Pues si a la hierba del campo, que hoy crece y mañana la echan al
horno, Dios la viste así, ¿no los vestirá mejor a ustedes, hombres de poca fe?
31
En conclusión, no se angustien pensando: ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿con
qué nos vestiremos? 32Todo eso buscan ansiosamente los paganos. Pero el Padre del cielo
sabe que ustedes tienen necesidad de todo aquello. 33Busquen primero el reino [de Dios]
y su justicia, y lo demás lo recibirán por añadidura.

Por eso, no se preocupen del mañana, que el mañana se ocupará de sí. A cada día le
34

basta su problema.

El Lector contemporáneo no deja de hacerse preguntas por esta enseñanza. La


actitud que se exige le parece irrealista e impracticable. ¿Se puede vivir en
nuestro mundo sin trabajar por asegurarse el sustento y sin prever el futuro?
Además, cada uno de los pájaros hambrientos parece refutar la argumentación
de Jesús; con mucha razón el hambre de los pueblos, cuya existencia
constante nos ponen ante los ojos los medios de comunicación social.

El mandamiento “no anden preocupados” es la expresión clave del texto.


Figura al comienzo, en medio y al fin (vv.25.31.34). Este mismo verbo aparece
en otras tres ocasiones en el pasaje (vv.27.28.34). El contexto muestra que
aquí se trata de una preocupación ansiosa, que procede de una falta de fe
(v.30) y que conduce a plantearse cuestiones inquietantes (v.31). Este
mandamiento se comprende en oposición a un segundo: “Busquen ante todo…”
(v.33). La oposición entre la preocupación expresada en los vv.25 y 30 y la
que se formula en el v.33 con un verbo de la misma raíz indica que la primera
se refiere a una preocupación inquieta, excesiva, que resulta de una falta de
opción fundamental por Dios. La ansiedad desaparecerá en la medida en que
haya una verdadera búsqueda del Reino y de su justicia.

Así pues, el pasaje no es una llamada a la falta de previsión, ni mucho menos


una invitación al no-trabajo. No cabe duda que los ejemplos de las aves y de
los lirios son el reflejo de una visión optimista de la naturaleza, de la que se
encuentran paralelos en los escritos rabínicos y estoicos. Los vv.26-30 son una
llamada a la confianza en el Padre celestial: no puede abandonar a la persona
humana, que vale a sus ojos mucho más que las aves del cielo. La última
palabra del v.30, “hombres de poca fe”, se utiliza en el evangelio de Mt para
caracterizar el estado de los discípulos que tienen miedo y andan inquietos
porque dudan del poder benevolente del Señor (cf. 8,26; 14,31).

El v.32 presenta a los “paganos” como anti modelos: ellos buscan todo eso con
ansiedad. El lector del SM se acordará de que los paganos no se dirigen a Dios
con confianza, porque no lo ven como un Padre que conoce sus necesidades
(6,7-8; paralelo con 6,32). El discípulo debe “buscar ante todo su Reino y su
justicia”. Se trata de una preocupación, pero sin ansiedad. El “ante todo” no
excluye, sino que más bien incluye, un “después”, es decir, una preocupación
legítima (no ansiosa) por las necesidades fundamentales de la existencia.
42
12. LEY EN EL NUEVO TESTAMENTO. SEGÚN SAN PABLO.

En el A.T. la ley es uno de los pilares esenciales de la tradición de la Alianza.


No es impuesta ni otorgada, sino ofrecida por Dios, sensible al sufrimiento de
los humanos (Ex 3,7). Se la da no como una recopilación legislativa, un código
impersonal, sino como la revelación de una alianza de vida (Ex 19,4-6; 20,1-
17; Dt 5).

En lo que Dios propone al hombre se hallan indicaciones elementales y


fundamentales para que éste se estructure como sujeto libre y responsable,
consagrado a un futuro, para que se desarrolle con los demás, como pueblo.
Esta proposición de Dios pide una respuesta de fe, una adhesión a la voz que
ha expresado su intención, una obediencia que se expresa en un encuentro
cotidiano (Dt 6,5; 7,8; Os 2,23). La ley, nunca adquirida de una vez por todas,
revela la Alianza como un camino de salvación. Aunque es difícil y agotador,
este camino es seguro, pues conduce no a la muerte, sino a la vida.

Esta visión de la ley, percibida como un don incomparable y una exigencia,


articula la existencia judía. Provoca la acción de gracias del salmista (Sal
119[118]), que modula brillantemente sobre el tema de las “voluntades de
Dios”, ese otro nombre de la ley. Con alegría y asombro, con sus grandezas y
su fecundidad, la ley se remite al Señor. La LXX traduce la palabra torah como
nomos; cuya etimología significa “poseer, atribuir, compartir, de ahí uso,
costumbre, ley” (X. León-Dufour).

12.1. Ley: una palabra polivalente.

En el Nuevo Testamento, el término es utilizado ampliamente por Pablo con


una gran polivalencia, en el interior mismo de una perícopa, lo que a veces
hace difícil la comprensión (Ro 7, 19.21). La palabra, con o sin artículo,
significa las Escrituras judías en su totalidad (Ro 3,19-20.31; 1 Co 14,21) o,
más precisamente, la ley de Moisés, el Pentateuco (Ro 3,21-31; 4,13-16; 7, 1-
6.7-8; 1 Co 9, 8-9; 14,34, Gal 4,21; Flp 3,5-9), los Salmos y los Profetas (Ro
3,10-19; 1 Co 14-21, para Isaías 28). El término tiene a veces el sentido de
una norma (Ro 7,2-3.22-23.25), de un principio (Ro 3,27); remite a la
economía veterotestamentaria de la relación de Dios con su pueblo (Ro 10,4).
En otros pasajes, Pablo no distingue entre los preceptos cultuales o rituales
(Gal 4,10; 5,3) y las exigencias éticas (Ro 7,7-8). El apóstol, como en el salmo
118, sustituye nomos = ley, por el término “mandamiento” (Ro 7,8-9), utiliza las
expresiones “ley de pecado”, “ley del espíritu de vida” (Ro 8,2), “ley de Dios”
(Ro 7,22.25; 8,7; 1 Co 9,21), “ley de Cristo” (1 Co 9,21; Gal 6,2).

12.2. La ley y su impotencia para dar la vida.

a. La epístola a los Gálatas. A la comunidad de Galicia, que acepta la


influencia de los judaizantes, y algunos de cuyos miembros están tentados de
“someterse a la ley”, el apóstol le expone la incapacidad de la ley para producir
la vida y conducir a Cristo (Gal 3, 15-29; 4,11). Dada por un periodo
transitorio, desempeña un papel de preparación, semejante al del pedagogo. A
continuación, Pablo desarrolla la doctrina de la justificación por la fe (3, 1-4) y

43
menciona los frutos de libertad que produce (5, 1-6,10). Esta misma tesis
aparece en la epístola a los Romanos.

b. La Epístola a los Romanos. Intérprete del estatuto y del papel de la ley


mosaica en la historia de la salvación, Pablo en los capítulos 1 al 5 de la carta a
los Romanos, afirma que el hombre se justifica por Cristo sin la ley, que queda
sin eficacia.

Es una argumentación bastante desconcertante para un espíritu moderno,


escrita en el estilo de la diatriba, el apóstol señala que el hombre sin la ley
puede cumplirla de forma natural, sin conocerla. Obediente al testimonio de su
conciencia y de sus juicios de valor, el pagano desvela así que hay una norma
objetiva grabada en su corazón, antes de la ley mosaica: “13Porque Dios no
perdona a los que escuchan la ley, sino a los que la cumplen. 14Cuando los paganos, que
no tienen la ley, cumplen espontáneamente lo que exige la ley, no teniendo ley, ellos son
su ley, 15y así demuestran que llevan la exigencia de la ley grabada en el corazón. Lo
demuestra también el testimonio de su propia conciencia que unas veces los acusa y otras
los disculpa 16hasta el día en que, de acuerdo con mi Buena Noticia y por medio de Cristo
Jesús, Dios juzgará lo oculto del hombre.” (Ro 2, 13-16). Esos hombres capaces de
buenas obras, no siempre siguen su conciencia.

Por otra parte, los hombres sometidos a la ley – los judíos – no la practican por
completo, disociando sin cesar el decir del hacer (Ro 2, 17.20-21.23). Son
pecadores que desobedecen continuamente. Puesto que circuncisos e
incircuncisos no se distinguen ni revelan por lo exterior, sino por el corazón, es
posible que el incircunciso – los gentiles – juzgue al circunciso – los judíos –
(vv.25-27).

12.3. La ley y la gracia de la fe.

a. La ley: una vía sin salida y sin función salvífica. Lo evidente de la


influencia del pecado hace ver la vanidad de la pretensión judía que cree en la
posibilidad de la justificación por la puesta en práctica de las obras de la ley.
La ley proporciona, ciertamente, el conocimiento del pecado, pero también
muestra su insuficiencia porque no conduce al comportamiento
correspondiente. Entonces, la ley no puede ser auténtica fuerza de salvación,
puesto que se queda demasiado en el exterior para ser activa. En adelante, la
fe, por la que el creyente se abraza a Dios y acoge amor de Dios manifestado
en Jesucristo, será la que cumpla esta función salvífica: […]20Por eso nadie será
justificado ante Dios por haber cumplido la ley, ya que la ley se limita a hacernos conocer
el pecado.22por la fe en Jesucristo; válida sin distinción para cuantos creen. 23Todos han
pecado y están privados de la presencia de Dios. 24Pero son perdonados sin merecerlo,
generosa-mente, porque Cristo Jesús los ha rescatado. 25Dios lo destinó a ser con su
sangre instrumento de expiación para los que creen. Dios mostraba así su justicia cuando
pacientemente pasaba por alto los pecados cometidos en el pasado.26Demuestra su
44
justicia en el presente siendo justo y haciendo justos a los que creen en Jesús.27Y ahora,
¿dónde queda el orgullo? Queda excluido. ¿En virtud de qué ley? ¿Por la ley de las obras?
Nada de eso, por la ley de la fe. 28Porque nosotros afirmamos que el hombre es justificado
por la fe, independientemente de las obras de la ley (Ro 3,20.22-28). Conscientes de
que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo por la fe en Jesucristo,
también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe
en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado
(Gal 3,11; 5,4; Flp 3,9). Por la fe, Abrahán, “el extranjero residente”, un infiel,
fue hecho justo, recibiendo la salud con total gratuidad, antes de la Alianza y
de la ley, fuera de la circuncisión, signo exterior y ulterior. El acto libre de fe
de quien se convirtió en padre de los creyentes garantiza a toda la familia de
los circuncisos e incircuncisos la promesa de Dios (Ro 4,13-16; Gal 3, 17-19).

b. La situación de la ley bajo el régimen de la gracia. El régimen de la fe


no marca la abolición de la ley. Ésta, comprendida como el conjunto de la
revelación dada por Dios, no podría ser abrogada. Sigue siendo válida, porque
contiene la exigencia de Dios. Conserva su pertinencia en la medida en que
está situada en relación con la fe en Cristo, fundamento de la buena nueva
economía de la salvación. Entonces ¿por la fe privamos a la ley de su valor?
¡De ningún modo! Más bien, la consolidamos (Ro 3,31).

Aunque el apóstol reconozca que la ley situada con relación a la fe no perece,


no cesa de “desraizar la ley como valor de salvación”. Para él, el tiempo de la
ley representa la era del pecado, una economía de muerte. El pecado entró en
el mundo por una desobediencia al mandamiento personal dado a Adán; reina
de Adán a Moisés, y más aún desde la ley del Sinaí que abre un foso cada vez
más ancho entre el ser humano y Dios. Ese tiempo dura hasta Cristo, nuevo
Adán (Ro 5,13.20), enviado para rescatar a los que se hallaban bajo la ley (Gal
4,4-5).

Al tiempo de la ley sucede, pues, el tiempo dinámico de la gracia, el tiempo de


la vida con Cristo, que libera del pecado y desliga de la autoridad de la ley
mosaica: “Pues el pecado no dominará ya sobre vosotros, ya que no estáis
bajo la ley sino bajo la ley, sino bajo la gracia” (Ro 6,14). Una vez bien
delimitadas las dos etapas de la salvación, sigue habiendo preguntas: ¿sigue
siendo actual la ley en medio de la existencia creyente? ¿Qué sentido tiene la
liberación que conoce el cristiano respecto de ella?

12.4. La existencia cristiana, liberada de la ley, pero siempre


enfrentada al pecado: Romanos 7.

El capítulo 7 de la epístola a los Romanos describe la existencia del “yo”


liberado respecto de la ley, que no cesa de entrar en conflicto con el pecado
que estimula y desvela. La imagen de la mujer liberada que, tras la muerte de

45
su marido, se une a otro, ayuda a captar que, por el cuerpo crucificado de
Cristo, el creyente queda liberado de toda ley externa, muere místicamente a
la ley mosaica para pertenecer a Cristo y vivir bajo el régimen del Espíritu (Ro
7,4-6). Pablo alude a continuación al drama de los que “están bajo la ley”, un
drama que se desarrolla en dos actos con, como personajes, las realidades
personificadas del pecado, de la muerte y de la ley (Ro 7,7-13 y 14-25).

Para definir la relación entre la ley y el pecado, hay que situar la vieja ley
como don Dios, expresión de su voluntad. No es mala en sí misma (Ro 7, 1a),
al contrario, está concebida para la vida (vv.10), anunciadora de salvación. Es
una realidad santa (vv.12), espiritual (vv.14), justa y buena (vv.16). No
obstante, su función original de llevar al conocimiento y a la conciencia de
todas las prescripciones objetivas, de formar para la acción responsable, de
reprimir el pecado, no alcanza el objetivo deseado: la ley, al nombrar el
pecado, lo da a conocer; paradójicamente, lo sugiere, aumenta su atractivo.
Por supuesto que el mandamiento no se identifica con el pecado, lo engendra,
pero se convierte en ocasión para el mismo, en el “punto de partida”, le
confiere su poder. Mientras que, sin la ley, el pecado es “como un cadáver sin
fuerza”, al desviar la ley en provecho suyo, el pecado la vuelve impotente y le
causa la muerte: El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado,
la ley (1 Co 15,56; cf. Ro 7,13).

La ley santa y buena, que debería encontrar en el corazón del creyente un


deseo de corresponderle, no haya una verdadera comprensión espiritual de su
esencia. Se convierte en instrumento al servicio del pecado, porque en el
corazón del hombre existe una tensión entre el “querer” y el “hacer”, una
división entre lo “espiritual” y lo “carnal”; el dilema continúa entre el “yo
profundo, interior”, que juzga y ratifica la intención inicial de la ley, y el yo
“alienado”, dominado por el pecado, que deriva de acuerdo con las apetencias,
se desliza hacia la facilidad que le presenta la ley de los miembros. Este
antagonismo crea un encerramiento, un sometimiento del que el creyente no
puede escapar más que gracias a la ley del Espíritu que da la vida en Jesucristo
(Ro 7,14-25).

12.5. La existencia cristiana bajo la ley del Espíritu: Romanos 8 y


Gálatas 5.

En el capítulo 8, Pablo, inspirándose en las profecías de Jeremías (Jer 31,3) y


de Ezequiel (Ez 35,25-27), describe de una manera original la realidad nueva
que ha surgido con el acontecimiento de la resurrección de Cristo. El Espíritu
del Resucitado es portador de libertad y de vida y, bajo su influencia, el
creyente es convocado a “practicar bien sostenido por la ley como signo (¡pero
no principio!), de una vida ahora renovada”. La nueva ley ya no es un código,

46
sino una ley cumplida en nosotros por el Espíritu Santo: porque la ley del
Espíritu que da la vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley del pecado y de la
muerte. Pues lo que era imposible a la ley, reducida a la impotencia por la
carne, Dios, habiendo enviado a su propio Hijo en una carne semejante a la del
pecado, y en orden al pecado, condenó el pecado en la carne, a fin de que la
justicia de la ley se cumpliera en nosotros que seguimos una conducta no
según la carne, sino según el Espíritu (Ro 8,2-4; cf. Gal 5,18).

El creyente, llamado a abrirse al don que recibe, debe rechazar la imagen


reducida que tiene de sí mismo, de la ley y del proyecto al que le invita Dios,
un proyecto de libertad, de alegría y de ágape. Este ágape concentra en una
sola ley los diez mandamientos del Sinaí, que conviene considerar como una
referencia vital, sin reconocerles, no obstante, un poder de salvación, ya que
éste viene en lo sucesivo del ágape, la ley nueva de Cristo: Pues toda la ley
alcanza su plenitud en este solo precepto: “Amarás a tu prójimo como a ti
mismo” (Gal 5,14; cf. 6,2; Ro 13,8.10).

Según Pablo, la ley, camino de salvación, erigida en absoluto como un fin en sí


misma, conduce a un callejón sin salida, pues conlleva imperfecciones e
insuficiencias. Esta ley es una etapa preparatoria al don de Cristo. Por eso, en
sus disertaciones, el apóstol sitúa en una relación dialéctica ley y Gracia, el
cristiano ante la ley mosaica y sus mandamientos éticos. Estos diferentes
aspectos son analizados en toda su complejidad sobre todo en las epístolas a
los Gálatas y a los Romanos.

13. LA HERMENEUTICA DE LA JUSTICIA. EN EL NUEVO TESTAMENTO.


SEGÚN SAN PABLO.

En el lenguaje contemporáneo, cuando se trata de justicia social, el término


transmite la idea de respeto a los demás y a sus derechos, a su vida y a sus
bienes. En general, la justicia es percibida como la conformidad a una norma
reconocida, o también como la justeza de una decisión en respuesta a una
situación dada. En la Biblia, la justicia (sedeq) y su corolario, la justificación,
siempre es un don de Dios, fiel a sus promesas de salvación.

En el Primer Testamento, el Dios de Abrahán es un Dios de justicia que otorga


la plenitud de la felicidad en una relación personal. Cuando Abrahán creyó en
Yahveh sin reservas ni condiciones, Dios tomó su fe como justicia (Gen 15,6;
18,14). Las numerosas acciones de liberación del pueblo en el curso de la
historia de Israel son otras tantas obras de justicia de Dios (Jue 5,11; 15,2.7;
Miq 6,5). El libro de Isaías alude a un Dios justo que debe restituir al pueblo
los bienes prometidos (Is 56, 1.5). El salmista, apoyándose en la fidelidad, la
verdad, la constancia de Dios, le pide que le “conceda aquello a lo que cree
tener derecho en virtud de su inocencia.” O sea, a “hacerle justicia”: “Señor,

47
escucha mi oración, atiende a mi plegaria; respóndeme, por tu fidelidad y tu
justicia. No llames a juicio a tu servidor, porque ningún hombre es justo, en tu
presencia.” (Sal 143[142], 1,2; cf. V.11; Sal 25[24], 7-9). Así, en el Primer
Testamento, más que tratarse de una cuestión ética, la justicia concierne a la
salvación querida por Dios y otorgada a los humanos.

13.1. LA JUSTICIA DE DIOS.

a). Un don ofrecido gratuitamente. La fórmula “justicia de Dios” hace


hincapié en Dios, en lo que Él es (Ro 1,17), lo que hace, sobre Dios como único
fundamento, lugar de origen y desarrollo de una acción dinámica y creadora a
favor de los humanos para que existan y sean ellos mismos. Para Dios no se
trata de otorgar un beneficio entre otros, sino de dar la salvación, la felicidad,
ese bien que es el objeto mismo de su designio (Ro 1,17; 3,21-22.26; 10,3).

b). Una acción salvífica realizada por Cristo. En Jesucristo es donde Dios,
fiel a su comunión con el conjunto de la humanidad, interviene para salvar. Por
la vida entregada – la muerte en la cruz – y la resurrección de su servidor
Jesús, el Justo por excelencia, es por donde Dios arranca del pecado a los
humanos, les devuelve “el estado de gracia”, les manifiesta la justicia, les da
una forma tangible: Pero ahora, independientemente de la ley, la justicia de
Dios se ha manifestado […] justicia de Dios por la fe en Jesucristo, para todos
lo que creen… (Ro 3,21-22: cf. 3,24-26; 2 Co 5,21; Flp 3,9).

La justicia de Dios está lejos de ser una cualidad latente de Dios, una
característica de su ser en el más allá. Se trata de una acción salvífica de Dios,
soberana, gratuita y poderosa que repercute en los humanos. Se revela (Ro
1,17; 3,25) históricamente, en la ofrenda expiatoria y propiciatoria de su Hijo
que ha asumido cólera, injusticia y pecado en lugar del hombre: A quien no
conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia
de Dios en él. (2 Co 5,21; cf. 1 Co 1,30; Ro 5,19).

13.2. La justicia divina, su presentación

a). Bajo un aspecto jurídico. El término aparece también en un marco


jurídico, por ejemplo, en la parábola del proceso donde se enfrentan dos partes
y que consta de auto de procesamiento, demostración, juicio, sentencia
absolutoria, declaración de inocencia o condena. En este contexto, Dios justo
se muestra en el acto de juzgar (Ro 3,25) a un mundo encerrado en el pecado
y normalmente merecedor de su cólera (Ro 2,1-16; 3,19; 1 Co 4,3-5). Hace
aparecer – prueba, demuestra – la justicia (Ro 3,26), pronuncia la sentencia
absolutoria. Por su palabra efectiva, concluye e indulta, y el hombre es
proclamado justo. Dios le hace justo “uniéndosele a Él” (dikaiosúnh=
justicia), expone su veredicto perdonándole (Ro 3, 21-26).

48
b). Bajo un aspecto místico. La lógica jurídica, con lo que supone de tensión
dramática, no proporciona ella sola la riqueza insospechada e inagotable de la
acción regeneradora de Dios. Pablo despliega conjuntamente el aspecto más
interior y espiritual de la justicia, que es misericordia y fidelidad. Dice que la
acción jurídica de Dios no es un acto jurídico de retribución, sino un acto de
gracia, un efecto de su amor (Ro 5,8-17; 8, 30-39).

13.3. La justificación del hombre en el presente.

La fidelidad amorosa y misericordiosa de Dios crea en el hombre la


justificación, es decir, el encuentro. Comunica lo propio de Dios, que es amor,
establece la justicia que place a Dios, instaura la paz (Ro 3, 21.24-26;
5,1.9.17; 8,30; 9,30; 1 Co 6,11). Procura en el presente (nún de) un estado
de gracia radicalmente nuevo, haciendo participar en el acto supremo de amor
que constituye la muerte de Cristo. Esta revelación de la justicia de Dios, en
acción desde ahora, se hace positiva gracias a la predicación del Evangelio.
Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la
salvación de todo el que cree […] Porque en él se revela la justicia de Dios, de
fe en fe, como dice la Escritura: el justo vivirá por la fe (Ro 1, 16-17).

Este aspecto es nuevo con respecto al judaísmo, que consideraba la


justificación como un bien escatológico futuro. En Pablo, la justificación
presente, que es la vida nueva, se proyecta también hacia el futuro de la
salvación definitiva. Es objeto de esperanza (Gal 5,5). En el juicio último es
donde será definitivamente sellada (Ro 3, 20.30; 5,19; 8,23; Gal 2,16).

13.4. La justificación: ¿por la fe o por las obras?

La plenitud de la acción divina llama y despierta la contrapartida humana. La


respuesta humana, inevitablemente, suscita preguntas: ¿de qué manera
incorpora el socio la justificación? ¿Los humanos se justifican por la fe o por las
obras?

En las disertaciones paulinas, la oposición fe-obras sigue la proclamación


fundamental de que nadie puede justificarse ante Dios. Todos – judíos y
paganos – han caído en el pecado (Ro 3,23) y se justifican por puro don,
gratuitamente, en virtud de la decisión soberana y libre de Dios: Por el perdí
todas las cosas […] para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no con la justicia
mía, la que viene de la ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que
viene de Dios, apoyada en la fe (Flp 3,9; cf. Ro 10,3).

a). La impotencia de la Ley. El apóstol para aclarar la cuestión, recurre


entonces a la experiencia de Israel y a la suya propia. Israel ha intentado
establecer su propia justicia (Ro 3,9; 10,9), ha perseguido una ley de justicia

49
que no ha alcanzado (Ro 9,31). El mismo Pablo ha vivido con fervor una
fidelidad ejemplar bajo el régimen de la ley. Él era, en cuanto a la justicia de la
ley, intachable (Flp 3,6). Pero esa justicia derivada de las obras de la ley (Flp
3,9; Ro 3,30; 4,2; Gal 2,16.21) pertenece a una fase ya prescrita de la
economía de la salvación. Su experiencia de Cristo le hace descubrir que una
justicia personal adquirida mediante el esfuerzo humano no es la justicia
comunicada y vivida como don (Ro 5,18; 8,10).

b). La justicia, en el acto mismo de creer. La justicia cristiana sin la ley (1


Co 6,11; Gal 3,6) no adquirida por las obras (Ro 3,21; 4,26) se apoya en la fe
(epi´). Esta no es una obra nueva del hombre, en la cual podría complacerse,
sino un abandono radical de toda glorificación y suficiencia. A pesar de todo,
conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino sólo
por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús, a fin de
conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues
por las obras de la ley nadie será justificado (Gal 2,16; cf. Ro 3,26.30; 5,1;
9,30; 10,6; Gal 3,8.24). Supone dejar de depositar la confianza en uno mismo
para pasar a Cristo, en quien Dios actúo para salvar, por quien actúa para
justificar: […] por quien [Jesucristo] perdí todas las cosas, y las tengo por
basura para ganar a Cristo y ser hallado en él, no con la justicia mía, la que
viene de la ley, sino la que viene por la fe de Cristo, la justicia que viene de
Dios, apoyada en la fe (Flp 3,8-9). El creyente, a imitación de Abrahán, no
obtiene la justicia por sus obras, sino por la fe (Ro 4,2-3.9.11.13; Gal 3,6).

La justicia obtenida por la fe, que hace participar en el acontecimiento de la


salvación, requiere la acogida de esta salvación, el reconocimiento y la
aceptación del mensaje del Evangelio (Ro 3,21-26; 2 Co 5, 18-21). De ello se
deriva para el fiel una actitud relacional justa, que da a Dios el reconocimiento
y el amor que merece y a los que tiene derecho, una actividad ajustada a
Cristo (Gal 2,17; 3,26-29), una vida nueva según el Espíritu que certifica la
justificación y al mismo tiempo la constituye (Gal 2,19-21; 5,4.5). Es una
fuerza de vida que quebranta el pecado, abarca la totalidad del ser (Ro 6,13-
20) y tiende hacia la vida eterna.

La categoría de la justicia, en Pablo, está muy alejada del símbolo de la


balanza con sus dos platillos, uno para la masa de las transgresiones y el otro
para los méritos. No es sinónimo de rectitud moral, de práctica de la limosna y
de las buenas obras, ese algo que una persona tendría como su bien propio. En
ningún caso se trata de una justicia represora y vindicativa. La justicia de Dios
engloba la acción saludable y objetiva de Dios y la comunicación de un estado
– un don – que establece, como consecuencia del bautismo, en una relación
nueva. El ser justificado es aquel que recibe la acción regeneradora de Dios por
la fe, el que se santifica: De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo

50
Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justica, santificación y
redención, a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el
Señor (1 Co 1,30-31).

14. LA LIBERTAD EJERCICIO PLENO, FRUTO DE LA LEY Y EL DERECHO.

14.1. Antecedentes

En el mundo antiguo, el hombre libre es lo opuesto al esclavo, que no se


pertenece, condenado a <vivir como no quiere>. Para los griegos, la libertad
es un ideal de vida en la esfera de lo político, de la ética y de la filosofía.
Significa ser autónomo, disponer de sí mismo, en un sistema democrático
donde el derecho armoniza poder y ley. Conlleva, una tensión hacia lo que
constituye su naturaleza. En el proceso de apropiación de su libertad interior,
los estoicos concentran su esfuerzo en vivir de conformidad con el mundo y
con ellos mismos, es un desligamiento total de las pasiones humanas y de las
contingencias exteriores.

En los escritos veterotestamentarios, la libertad está ligada al acto liberador de


Dios que libera a su pueblo sometido a los faraones (Ex 14,30; 15,15). Los
hebreos son liberados con vistas a la Alianza vivida en la aceptación de la ley.
Es una libertad concebida como una libertad para el Señor. Amenazada sin
cesar por ataques exteriores, es quebrantada y alterada por las infidelidades a
la Alianza y, en los últimos tiempos, por la puesta en práctica de múltiples
observancias y tradiciones humanas, percibidas como condiciones necesarias a
la obtención de la salvación.

En las Escrituras judías hay un gran número de palabras que aluden a la


liberación de la esclavitud, pero el término “libertad” está ausente de la biblia
de los Setenta, con excepción del libro de los Macabeos. En el Nuevo
Testamento la palabra no aparece en la tradición sinóptica; se la encuentra con
frecuencia en las epístolas a los Romanos, a los Gálatas y en la primera a los
Corintios.

14.2 La liberación operada por Cristo: una emancipación.

Según Pablo, es Cristo y sólo Cristo quien libera a los humanos bajo el modo
expiatorio. Cristo escogió la carne de pecado, la pobreza y la maldición. Adoptó
la condición de esclavo, bajo el régimen de la ley, sumándose así a la situación
de la humanidad para mejor arrancarla a la triple servidumbre de la ley, el
pecado y la muerte.

a). De la ley y del pecado. La ley mosaica es santa, justa y buena. Expresión
de la voluntad de Dios, dada para preservar la vida, paradójicamente despierta
concupiscencia, puesto que, al desenmascarar el pecado, lo pone de relieve.
Por eso la ley, comprendida como medio de salvación, conduce al pecado, que
es “perversión o ruptura” de la relación con Dios y con los hermanos y
hermanas. Por Cristo Jesús, que da su vida, se manifiesta la “justicia de Dios”,
se efectúa la reconciliación. Entonces puede florecer una vida fraternal
dominada por el ágape: “Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad;

51
sólo que no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes, al contrario,
servíos por amor los unos a los otros.” (Gal 5,13).

b). De la carne y de la muerte. La carne, en su acepción bíblica de ser


humano, es frágil y ambigua, limitada y cambiante, puede hacerse “carne de
pecado”. La persona humana vive según la carne cuando toma como norma
sus propios criterios y vive para ella misma, cuando se deja someter a sus
deseos idólatras, a su voluntad de poder y dominación, en lugar de confiar en
Dios y cumplir su voluntad. Al rechazar la ley de Dios, se dirige hacia la
muerte, “salario y fruto” de la pasión y del pecado (Ro 6,21-23; 7,5), negación
del amor y de la vida.

Gracias a la cruz de Cristo, la libertad ofrecida no está al servicio de la carne –


aceptar la carne como fin del ser humano (Gal 5,13) –, sino que introduce en
la vida misma de Dios y determina el sentido de la existencia. En lugar de
dejarse dominar por el deseo que tiraniza y arrastra al pecado (Ro 7,23), en
lugar de percibir y sentir la muerte como una condena inexorable y un fracaso
lamentable, el creyente define su existencia en relación con Cristo Jesús que
trajo la vida a la humanidad después de que Adán le hubiera traído la muerte
(Ro 5,12-21). Acepta los sufrimientos y las tribulaciones con un espíritu de
comunión a los sufrimientos de Cristo (Flp 3,10) para que la vida de Cristo
pueda actuar en los demás (2 Co 4,10-13). El sufrimiento, que constituye una
toma de conciencia de la fragilidad humana, invita al creyente a renunciar a su
propio poder para vivir en el abandono radical, en la obediencia. En su vida
como en su muerte, ya no se pertenece a sí mismo, sino al Señor (1 Co 3,21-
23; Ro 14, 7-9) para mayor gloria suya.

14.3. La libertad cristiana.

a). Una libertad en el espíritu. Cristo franquea poderes hostiles para hacer
llegar a los humanos a una nueva condición (Gal 5,1), la libertad en el Espíritu
que, actuando en los corazones, da la vida en Cristo Jesús: porque la ley del
espíritu que da la vida en Cristo Jesús me liberó de la ley del pecado y de la
muerte. Permite recibir la filiación y la herencia (Gal 3,23 – 4,7). Dios Padre es
quien, en definitiva, representa el objetivo último de la liberación operada por
Cristo.

b). Un servicio a Dios y a los demás. Para captar lo que es la libertad, hay
que definirla como un servicio: servicio a Jesucristo, que es el origen de la
libertad (Gal 2,4), y de quien el creyente es el servidor liberado (1 Co 7,22;
9,1), y servicio a los hermanos y hermanas de la comunidad: Efectivamente,
siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que
pueda. (1 Co 9,19; cf. Gal 5,13-14). En comunión con Cristo, los creyentes
rechazan las distinciones sociales de libertad y esclavitud; las diferencias de
sexo o de raza ya no son consideradas: Ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni
libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús (Gal
3,28). Porque en un solo Espíritu hemos sido bautizados, para no formar más
que un cuerpo, judíos y griegos, esclavos y libres. Y todos hemos bebido de un
solo Espíritu (1 Co 12,13).

52
Aunque esto puede parecer paradójico, Pablo habla de esclavitud con relación
a Dios (Ro 6,22) y de dependencia no ya del pecado, sino de la justicia: Pero,
gracias a Dios, vosotros, que erais esclavos del pecado, habéis obedecido de
corazón a aquel modelo de doctrina al que fuisteis entregados y liberados del
pecado, os habéis hecho esclavos de la justicia (Ro 6,17-18).

La libertad cristiana conduce a una nueva servidumbre voluntaria, la del ágape


– última característica – y a la obediencia reconocida y amorosa a Dios: Pero al
presente, libres del pecado y esclavos de Dios, fructificáis para la santidad. Y el
fin, la vida eterna (Ro 6,22).

c). Una llamada y un fin. La libertad cristiana se comunica con el bautismo,


se hace activa en el Espíritu, que asegura la eficacia de la predicación (Ro
6,17-18). Se la recibe como una llamada; Para ser libres nos libertó Cristo.
Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la
esclavitud (Gal 5,1). Ella involucra al cristiano en un combate, en una
evolución perseverante, en la exigencia de ejercer un discernimiento
iluminado. Claro está, los corintios pueden afirmar que “todo es lícito” (1 Co
6,12), pero eso no quiere decir que todo sea provechoso y edificante (1 Co
10,23). Incumbe al creyente, en el ejercicio de la libertad cristiana, discernir lo
que es el bien y mantener “su independencia respecto del juicio de conciencia
de no importa qué otra persona.” (1 Co 10,29).

Siempre hay posibilidad de volver a someterse al yugo de la esclavitud. Los


Gálatas, por ejemplo, sienten la tentación regresiva volviendo a la ley de la
circuncisión. El apóstol les recuerda entonces la historia de Agar y Sara (Gal
4,22-31), para concluir que, por su fe, los creyentes son los hijos de la
promesa: así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre (Gal
4,31). Esta liberación, ya adquirida por la muerte liberadora de Cristo, nunca
es definitiva. Sigue siendo un fin al que tiende todo el ser. Es una obediencia
renovada sin cesar al Espíritu, a su ley, que no es del orden de una obligación
exterior, sino una ley “cumplida en nosotros por el Espíritu Santo”. Es el fruto
de una colaboración entre Dios y el fiel: Porque el Señor es el Espíritu, y donde
está el Espíritu del Señor, allí está la libertad. (2 Co 3,17).

En Pablo, la libertad cristiana se sitúa en un plan muy otro al de la libertad


psicológica o moral, no es la “libertad” griega con el reconocimiento y el
ejercicio de los derechos democráticos. Más radical y universal, trasciende
todos los aspectos. Es un don, una gracia eminente de Dios, completamente
centrada en Cristo. Es un dinamismo que transforma y subleva la vida, sustrae
a la satisfacción y al régimen del miedo a no estar en regla, para permitir
encontrarse en el amor de Dios para determinar la vida a partir de ese amor.
Se expresa en un comportamiento ético que se vive en la comunidad cristiana
y en el mundo.

La noción de libertad se aproxima al concepto de liberación, otro término para


expresar la realidad de la salvación. La segunda subraya más bien el estado de
servidumbre anterior a la justificación, el aspecto doloroso del acto de redentor
realizado por Cristo, mientras que la libertad hace hincapié en la situación

53
nueva que se ha creado, en el futuro abierto a la esperanza. La creación ha
estado sometida a la vanidad. No obstante, conserva la esperanza, porque ella
también debe ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar
de la gloriosa libertad de los hijos de Dios (Ro 8,21).

Podemos concluir en este viaje hermenéutico por la ley, el derecho y la


justicia, veterotestamentaria, que el fin, por el cual Cristo, encarna en sí
mismo la verdad del hombre; que acogiéndolo a él, como Ley suprema,
mandamiento del amor del Padre, no sólo restablece en su humanidad la
justicia del Creador en la persona humana, sino que la prepara para degustar
de manera plena la libertad propia de los hijos de Dios, no sujetos a la carne
de la ley, sino que movidos por el Espíritu de la verdad, dispondrán de todo su
ser para llevar en sí todo lo creado, al culmen de la creación redimida. (Ro
8,38).

15. LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA “ENCUENTRO” DEL


EVANGELIO CON EL MUNDO ACTUAL.

Este tema es sólo un breve acercamiento a la Doctrina Social de la Iglesia


(DSI), también llamada pensamiento social cristiano, pues meternos a su
estudio, a un nivel básico, exigiría un tiempo de dedicación con el que muchos
no cuentan; seguramente existirán estudios más profundos sobre el tema,
pero también es cierto que existen grupos que no conocen el tema y es de vital
importancia acercar a los segundos a las praxis más idóneas y conjunta del
Evangelio.

La DSI es parte integrante de la nueva evangelización. Nuestra misión,


además, tiene una clara vertiente social, debemos actualizar nuestra formación
desde la perspectiva social cristiana, y dentro de esta perspectiva social la DSI
no puede ser una teoría extraña a nuestra formación, sino el mensaje
evangélico, hecho vida en obras de justicia, a favor de los desheredados de la
tierra.

Aunque aquí sólo ofrecemos una comprensión básica de lo que es la DSI, sin
duda, este breve acercamiento nos aportará orientación para el discernimiento
a fin de que iluminando nuestra realidad presente, respondiendo a los retos
históricos de la época que vivimos, pueda el cristiano hacer propuestas y
encuentre caminos en lo “que podemos hacer” para transformar las estructuras
de pecado e injusticia, haciendo de la representatividad de los Laicos tal como
lo expresa el Concilio Vaticano II una fuerza eclesial clara y representativa para
el mundo moderno.

Sin duda alguna estamos embarcados en acciones que tienen que ver con
estos objetivos:

 Erradicar la pobreza extrema y el hambre.


 Conseguir la educación básica y ética universal.
 Promover la igualdad y el respeto entre los seres humanos.

54
 Reducir el abuso y la mortalidad infantil.
 Mejorar las condiciones de salud física y mental de las clases más pobres
y desprotegidas.
 Garantizar la sostenibilidad y cuidado de “Nuestra Casa Común”
 Fomentar las Asociaciones para el Desarrollo integral y sostenible de las
comunidades.

Aunque el panorama social y político no es favorable. Hay un movimiento


pendular que va desde la visión de optimismo ambiental sobre la posibilidad de
desarrollo económico e independencia de los pueblos, hasta la toma de
conciencia de la dificultad que supone la erradicación de la pobreza; lo que es
constatable es que, si no transformamos el mundo actual, la distancia entre la
personas, colectivos y países ricos y pobres se va haciendo cada vez más
grande.

Colaborar en esta transformación es responsabilidad de toda persona y


colectividad humana, cada cual desde sus posibilidades reales.

¿Cómo estamos favoreciendo a esta transformación desde nuestra tarea


evangelizadora? ¿Nos planteamos cuál es nuestra aportación? ¿Qué papel tiene
en nosotros la reflexión social? ¿Qué conocemos del pensamiento social
cristiano?

Haciendo nuestra esta dimensión social de la evangelización iniciamos este


tema con unas palabras tomadas del Documento base de la Doctrina Social de
la Iglesia:

“Existen muchos hermanos necesitados que esperan ayuda, muchos oprimidos


que esperan justicia, muchos desocupados que esperan trabajo, muchos
pueblos que esperan respeto: ¿Cómo es posible que, en nuestro tiempo, haya
todavía quien se muere de hambre; quien está condenado al analfabetismo;
quien carece de asistencia médica más elemental; quien no tiene techo donde
cobijarse? El panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente, si a
las antiguas añadimos las nuevas pobrezas, que afectan a menudo a
ambientes y grupos no carentes de recursos económicos, pero expuestos a la
desesperación del sin sentido, a la insidia de la droga, al abandono en la edad
avanzada o en la enfermedad, a la marginación o a la discriminación social…
¿Podemos quedar al margen ante las perspectivas de un desequilibrio
ecológico, que hace inhabitables y enemigas del hombre las vastas áreas del
planeta? ¿O antes los problemas de la paz, amenazada a menudo con la
pesadilla de las guerras catastróficas? ¿O frente al vilipendio de los derechos
humanos fundamentales de tantas personas, especialmente de los niños?

El amor tiene por delante un vasto trabajo al que la Iglesia quiere contribuir
también con su doctrina social que concierne a toda persona y se dirige a todas
a todas las personas. (DSI 5).

55
15.1. ¿Qué es la DSI?

La DSI es un patrimonio de enseñanzas que se organizan


sistemáticamente: es un cuerpo de enseñanza en el seno de la Iglesia, como
respuesta histórica a los problemas económicos y sociales. Esta enseñanza se
presenta en documentos de diverso rango: encíclicas, exhortaciones
apostólicas, cartas sinodales, documentos conciliares, mensajes audiovisuales,
etc., que como un conjunto de principios de reflexión y de valoración
permanente, aportan criterios de juicio y orientaciones para la acción.

La DSI abarca todos los campos en los que se desarrolla la convivencia


humana, se extiende objetivamente al entero de las realidades temporales
que configuran y condicionarla vida de la persona humana dentro de la
sociedad.

La DSI hunde sus raíces en la misma Historia de Salvación. Los


cristianos que hoy asumen su compromiso social como consecuencia de su fe,
saben que la práctica social pertenece de manera inseparable a la Historia del
Pueblo de Dios; tiene sus raíces en la Palabra de Dios, en la predicación del
Reino de Dios, en la experiencia y testimonio de las primeras comunidades
cristianas.

La DSI tiene su fundamento en la dignidad de la persona humana,


haciendo opción preferente por el pobre (SRS 42). La misión de Jesús y el
ejemplo de su vida han dejado claro su compromiso con la dignidad y los
derechos de la persona humana, las necesidades de los más débiles, los más
necesitados, las víctimas de la injusticia.

La DSI tiene un carácter dinámico e histórico. Esta exigencia del Reino y


del seguimiento de Jesús se convierte en experiencia acumulada a lo largo de
la historia, y muestra los diversos modos que tiene la comunidad para ir
descubriendo cómo unir la fe y el compromiso social (OA 42).

La DSI es parte esencial de la evangelización. El mensaje social de la


Iglesia sólo se hará creíble por el testimonio de las obras (St 2, 14-18) (CA
57); enseñarlo es parte esencial de la fe y de la misión evangelizadora de la
Iglesia (SRS 41).

La DSI es especialmente para los católicos, aunque no sólo para ellos. A


través de ella la Iglesia cumple su misión de ayudar a sus bautizados y a los
que no siendo católicos se identifican sin sus enseñanzas sociales, a iluminar
los problemas sociales, económicos, políticos y culturales de cada época, en
orden a transformarlos a la luz del Evangelio.

La DSI más que una teoría se orienta a la acción. El mensaje social del
Evangelio no debe considerarse como una teoría sino, por encima de todo, un
fundamento y estímulo para la acción (CA 57). Aunque es una disciplina
académica, principalmente se orienta a la vida, está hecha para practicarla. Así
lo han entendido, en el curso de los siglos, los hombres y mujeres de todas las

56
clases sociales comprometidos individualmente y en organizaciones en diversas
acciones a favor de los marginados (CA 49).

La DSI orienta la vocación de cada uno en la lucha por la justicia. No se


queda en el enunciado de principios o en la interpretación de la sociedad, sino
que su fin es orientar la conducta de las personas como consecuencia del
compromiso por la justicia, según la función, vocación y circunstancias de cada
persona (SRS 41).

15.2. ¿Qué no es la DSI?

Ayuda a entender mejor el alcance de la DSI cuando también se explicita lo


que no es. A veces nos adherimos a corrientes ideológicas sin una clara
comprensión de lo que conlleva cada pensamiento y sin un claro
discernimiento de que el pensamiento cristiano tiene otra dimensión, por eso
conviene explicar la postura de la DSI porque en su aplicación el pensamiento
social no está exento de sucumbir a algunas tentaciones y riesgos.

La DSI no es una doctrina política ni una doctrina económica. La Iglesia


no está para asumir un papel de poder, sino de testimonio y servicio, le urge el
anuncio del Reino de Dios. Por eso no pone soluciones técnicas que son
competencia de los estados o de las instituciones de la sociedad civil, en las
cuales si están llamados a participar los católicos.

La DSI no es una ideología o corriente entre el capitalismo y el


socialismo: El socialismo y el capitalismo son igualmente responsables de
graves injusticias sociales, de métodos y consecuciones moralmente
rechazables. La DSI no se puede asimilar al programa de ningún partido
político, es esencialmente teología moral (SRS 41), su cometido es clarificar las
implicaciones de los distintos proyectos políticos y económicos, para que sean
conformes a la dignidad de la persona humana.

La DSI no es un cuerpo de doctrina estática o inmutable. Porque al


proponerse iluminar e interpretar las situaciones históricas cambiantes no
puede tener la misma validez que las afirmaciones dogmáticas. La Iglesia, dijo
su SS. Pablo VI, no tiene una palabra única que decir ante los problemas
sociales; una misma fe puede llevar a soluciones concretas distintas.

15.3. ¿Cómo se elabora y aplica la DSI?: El contenido general de la


Enseñanza Social de la Iglesia.

Las respuestas históricas de la Iglesia a los problemas sociales se elaboran


siguiendo la dinámica inductiva de VER – LA REALIDAD; JUZGAR –
ILUMINAR; ACTUAR – LO QUE PODEMOS HACER.

VER: Se trata de percibir la realidad con sensibilidad pastoral, porque se trata


de cuestiones que afectan a la persona, es ver con preocupación la realidad
que tiene rostros humanos imborrables.

57
Para ver hay que percibir con la inteligencia, es informarse y comprender los
problemas, las situaciones de injusticia, sus causas, los factores que las
producen, los mecanismos y las personas que las reproducen.

Para ver hay que analizar en equipo, organizadamente, con la ayuda de las
ciencias humanas y sociales, desde distintos puntos de vista, una misma
realidad social.

JUZGAR: Es interpretar la realidad y distinguir qué es y qué no es proyecto de


Dios sobre el hombre y el mundo en la vida concreta de las personas,
colectividades y pueblos.

Es iluminar y valorar qué conduce a la justicia y a la liberación (gracia) y qué


a la injusticia, opresión y dominación (desgracia).

Para interpretar la realidad no hay que acomodarse a valores y tendencias


sociológicas que sean mayoritariamente contrarios a los valores evangélicos,
pero tampoco hay que ser neutral. Desde la profesión de fe en Dios Padre
Creador de Vida, la coherencia implica establecer juicios de valor a favor de la
vida, por toda vida, y en consecuencia en contra de todo aquello que viola y
destruye los derechos de la persona.

ACTUAR: es dar vida, dar existencia concreta a las elecciones y decisiones


coherentes con los valores del Reino de Dios, porque la DSI está orientada a la
praxis.

Actuar es comprometerse en actuaciones concretas, es trabajar para eliminar


las barreras de desigualdades, las estructuras y los mecanismos de injusticia;
es crear condiciones, grupos, comunidades, movimientos para influir en la
transformación de la sociedad en dirección de la justicia social, la verdad, la
libertad y la paz.

Teniendo en cuenta esta metodología inductiva ver-la realidad; Juzgar-


iluminar; Actuar – lo que podemos hacer. Comprendemos cuál es el contenido
total de la DSI en su parte principal y su división en tres bloques:

IB. PRINCIPIOS GENERALES DE LA DSI

IIB. CRITERIOS DE JUICIO

IIIB. DIRECTRICES PARA LA ACCION

15.4. LA DSI nace del encuentro del Evangelio con la vida de los
pobres: Origen de la DSI.

La enseñanza social de la Iglesia nació del encuentro del mensaje evangélico y


de sus exigencias, comprendidas en el mandamiento supremo del amor a Dios
y al prójimo, y en la justicia, con los problemas que surgen en la vida de la
sociedad. (LC 72).

58
La DSI es algo propio de nuestra fe, que se aprende en la misma historia de la
Salvación: en la interacción de la Palabra de Dios con la realidad humana y la
respuesta de los hombres y mujeres cristianos.

a) Leer la Palabra de Dios nos urge a estar con los pobres: El


compromiso social de los cristianos no es una novedad de último siglo.
Lo heredamos de la larga experiencia del pueblo de Dios a lo largo de la
historia.
 Un pueblo de trabajadores emigrantes humillados que recupera
su dignidad: El pueblo de Israel sufre la opresión de Egipto. La historia
de este pueblo está ligada a la fe en el Dios que siente su aflicción y
camina con ellos hacia una patria de libertad y de vida en la cual no
vuelvan a ser esclavos: “Yo Yahvé, soy tu Dios, que te he sacado del país de
Egipto, de la casa de la servidumbre” (Ex 20,2). Por eso el pueblo siempre
recordará: “Dios escucha nuestra voz, vio nuestra miseria. Nuestras
penalidades y nuestra opresión, y nos sacó de Egipto… Nos trajo aquí y nos dio
esta tierra, tierra que mana leche y miel.” (Dt7-9).
 Un pueblo que vive la experiencia de una sociedad solidaria de
iguales: Todos tenían sus vidas unidas a un destino común, buscar y
construir una sociedad libre de humillaciones y de opresores, de miseria
y de sufrimiento. Una nueva manera de ser pueblo.
 Un pueblo que comparte y no acumula bienes superfluos: El maná
recogido en exceso “se llenó de gusanos y se pudrió” (Ex 16, 16-20). “Si
prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo, no serás con él
usurero, no le exigirás interés” (Ex 22,24).
 Un pueblo que reparte las funciones y se organiza para
participar: “Elige de entre el pueblo hombres capaces, hombres fieles e
incorruptibles, y ponlos al frente del pueblo como jefes… Moisés escucho a su
suegro e hizo lo que le dijo, eligió hombres capaces y los puso al frente de su
pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez” (Ex 18, 19-24).
 Un pueblo que vive la religión al servicio de la vida, de la
dignidad del trabajador, de la familia, de los derechos
fundamentales: “No habrá en tu tierra mujer que aborte” (Ex 23,26); “No
explotarás al jornalero humilde y pobre, le darás cada día su salario… No
torcerás el derecho del extranjero” (Dt 25, 14-18); No ofenderás a los pobres:
los emigrantes, los huérfanos, las viudas” (Ex 22, 20-23); “Los pobres tienen
derecho a coger los alimentos que necesiten para matar el hambre” (Dt 23,25).
 Un pueblo que cuenta con líderes que no se cansan de proclamar
las preferencias de Dios por los pobres y la práctica de la
justicia: Los profetas repiten sin cesar: “Practicad el derecho y la justicia,
liberad al oprimido de manos del opresor, y al forastero, al huérfano y a la
viuda no atropelléis” (Jr 22,3); “Aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad
sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda” (Is
1,17).

Los profetas son líderes que mantienen en el pueblo la conciencia de la


dignidad del trabajo, la persona humana creada por Dios y llamada a vivir
con toda una vocación de esperanza, amor y prosperidad. Por eso “forjarán
de sus espadas azadones, y de sus lanzas podaderas, no levantará la espada

59
nación contra nación” (Is 2,4); y los trabajadores “edifican casa y las habitarán,
plantarán viñas y comerán su fruto” (Is 65,21).

b) Seguir el mensaje de Jesús nos lleva al encuentro con el


necesitado.
 Jesús anuncia y practica en plenitud y con la entrega de la propia
vida, el amor a los pobres y el compromiso con los problemas
sociales. Jesús se presenta en medio del pueblo: “Para anunciar la Buena
Nueva del Reino de Dios, he sido enviado” (Lc. 4,43); “Para abrir los ojos a los
ciegos, liberar a los oprimidos y decir a los pobres que Dios les ama” (Lc. 4,16-
19); Para estar con los marginados: los niños (Mc 10,1-16); las
prostitutas (Lc. 7,37-38); los extranjeros y los de otras culturas (Lc. 10,
30-37); los pecadores públicos (Lc. 19,1-10); los enfermos (Lc. 13,10-
13).
 Jesús tiene credibilidad y autoridad para dictar sus propios
principios y marcar el camino a sus seguidores: Los que quieran
ocupar puestos importantes y hacer cosas por los demás (dirigentes,
coordinadores…) tienen que servir y vivir con sencillez, en una sociedad
que discrimina y humilla a los pobres, a todos los que no pueden
competir. (Mc 10,35-37; 42-43).
 Frente a un mundo de desigualdades y de miseria, volcado en el
ganar, gastar y gozar, solo cabe: desacralizar las riquezas (Lc. 18,
18-23); compartir (Mc 8,1-9); apasionarse por la justicia y la
solidaridad: dar pan al que tiene hambre, trabajo al inmigrante y al
parado; condiciones de vida digna al enfermo, al olvidado en la soledad
de la cárcel, de una familia rota, de una sociedad individualista. (Mt
25,34-46).
 Con su acción Jesús también educa políticamente y socialmente
al pueblo; una educación para participar en el destino propio y de los
suyos desde la fe en él.

c) La huella histórica de las primeras comunidades.

La comunidad de los seguidores de Jesús entiende y vive, desde el primer


momento, su compromiso ante los problemas sociales de manera singular con
los pobres y los necesitados.

Las primeras comunidades cristianas están formadas por personas de vida


sencilla, cuyo distintivo de su valor e importancia no es lo que tienen (Hech
3,1-9) sino Cristo resucitado. En nombre de Cristo dan la mano al que está
caído en el camino, aman al pueblo ya, a partir de su fe, son coherentes con
sus principios:

 Suprimen las barreras entre hermanos y cultivan el desprendimiento de


los bienes materiales (Hech 2,44; 4,32).

60
 Tienen una especial sensibilidad y preocupación por los pobres, porque a
los pobres se les ama con obras y no de boca y con buenas intenciones
(Hech 2,45; 1Jn 3,17-18; St 2,14-18).

 Se responsabilizan y se organizan para la distribución y utilización


solidaria de los bienes (Hech 4, 34-35).
 Se castigan las conductas de aquellos que intentan engañar y aparentar
que dan cuando en realidad acumulan insolidariamente (Hech 5, 1-4).

 Se movilizan en situaciones de primera necesidad para mandar ayuda a


los que están atrapados en alguna calamidad (Hech 11,27-39; 2Co 8,1-
15).

 Eligen a algunos bien preparados y llenos del espíritu evangélico para


administrar el dinero, no con mentalidad mercantil y comercial, sino
para socorrer a los desatendidos (Hech 6, 1-10).

 En una sociedad clasista no hacen distinciones entre las personas: los


pobres en dinero e influencias son más ricos en humanismo que los
opulentos que se burlan del pobre (St 2,1-13).

 Rechazan la obtención de ganancias a cualquier precio, vivir dominados


por los proyectos de ganar más y tener más cosas (St 4,13-17).

 Denuncian las riquezas acumuladas a costa del salario no pagado; la


vida de lujo y despilfarro ante las quejas de los trabajadores explotados
y la muerte de los indefensos (St 5, 1-16)

 Corrigen a los que no quieren trabajar y son una carga para los demás,
a los que no valoran el trabajo y viven desordenadamente (2 Tes 3,6-
12).

 Interceden por los más explotados: los esclavos (Carta a Filemón).

 Se preocupan por cambiar las estructuras de la sociedad y reformar las


relaciones sociales, para que todos vivan como hombres libres (Carta a
los Gálatas).

 Los cristianos son hombres y mujeres como los demás, pero tienen claro
lo que es libertad y libertinaje (Gal 5,13-24).

 Comprenden que no basta con tener una buena organización, medios


económicos, ser expertos en realidades sociales, etc.… si les falta el
amor les sobrará todo lo demás (1 Co 13,1-13).

61
e) Esta experiencia original va a permanecer en la historia del
cristianismo, y nosotros somos sus herederos.

 Los Santos Padres que ha vivido y hablado pegados al Evangelio de


Jesús, al testimonio de los apóstoles, en cartas, sermones, etc., nos
prepararon un rico patrimonio de principios y criterios para unir la fe con
el servicio a los pobres.

 El amor al necesitado, al pobre, es preferible a todo lo demás,


incluso a la religión de cutos y templos vistosos: “No rechazarás al
necesitado, sino que compartirás con tu hermano” (Didajé IV, 8); “¿Qué
sentido tiene que las paredes de nuestros templos estén cubiertas de perlas,
mientras Cristo muere de hambre en el pobre?” (San Jerónimo s.IV).

 Porque todos los bienes son creación y donación de Dios para


disfrute de todos los hombres. En esto consiste practicar la
justicia: “El que no comparte sus bienes con los pobres comete un robo
contra ello y atenta contra su propia vida” (San Juan Crisóstomo s.IV); “El
Señor Dios quiso que esta tierra fuera poseída en comunidad por todos los
hombres, ofreciendo sus productos para el bien de todos, pero es la avaricia la
que el derecho de propiedad” (San Ambrosio); “No le das al pobre de lo tuyo,
sino que le devuelves de lo suyo. Pues lo que es común y ha sido dado para el
uso de todos, lo usurpas tu sólo” (San Ambrosio).

 La propiedad y la apropiación de los bienes sin solidaridad es


fuente de desigualdad y desordenes sociales, de injusticia y de
explotación de los pobres, de las gentes sencillas y trabajadoras:
“El pobre desnudo gime a tu puerta y ni le miras siquiera (…) Te gozas
en los adornos preciosos, mientras otros no tienen que comer (…) El
pueblo tiene hambre y tú cierras los graneros (…) ¡Desgraciado quien
tiene facultades para liberar tantas vidas de la muerte y no quiere! (San
Ambrosio); “Son los pobres quienes excavan el oro, a quienes después
se les niega. Pasan fatigas para buscar lo que después nunca podrán
poseer” (San Ambrosio).

 Vivir en comunión y comunicación de bienes marca el estilo de


vida y de relaciones sociales de los seguidores de Jesús; de tal
modo que se equilibren y nivelen las desigualdades entre los
pobres y ricos en el desarrollo de la vida social: “Dios creó el
género para la comunión y la comunicación de unos con otros, como Él
empezó por repartir de lo suyo y a todos los hombres suministró su
Logos común, y todo lo hizo por todos. Luego todo es común y no
pretendan los ricos tener más que los demás. Así pues, aquello de que
“tengo y me sobra ¿por qué no he de gozar?” no es humano ni propio de
la comunión de bienes. Más propio de la caridad es decir “tengo ¿por
qué no dar a los necesitados?”. El que así sienta es perfecto, porque ha
cumplido el mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo (San
Clemente de Alejandría s.III.)

62
 El destino común de bienes está en consonancia con la comunión
comunitaria y social del hombre. La “Basiliada” era un modelo de
caridad colectiva: ¿Quién no sabe que el hombre es un ser sensible y
social, no solitario y salvaje? Nada es tan propio de nuestra naturaleza
como relacionarse unos con otros, tener necesidad unos de otros, amar
lo que corresponde a la raza humana y compartir con todos los
beneficios de la fe (San Basilio).

 La práctica de la denuncia marca también el compromiso de los


responsables de la Iglesia de los primeros siglos y como tónica
general, toman partido a favor de los débiles: La denuncia de las
injusticias establecidas y amparadas a la sombra de las instrucciones: la
denuncia de la corrupción administrativa y de las fortunas que crecían al
amparo de los cargos públicos; la denuncia de las desigualdades
escandalosas entre un pequeño número de acaparadores y una masa
ingente de pobres (San Juan Crisóstomo).

 A lo largo de la Edad Media sigue surgiendo, en medio de


contrastes, una Iglesia servicial y caritativa: Con el rico patrimonio
de las primeras comunidades y de los Santos Padres, asistimos a la
creación de numerosas iniciativas sociales y organizaciones de caridad.
Surgen grandes protagonistas en un periodo de contrastes. Figuras
como san Francisco de Asís, que defiende el modo de vivir de los
primeros cristianos y el compartir sobre el atesorar, y Tomás de Aquino
que supo incorporar los temas sociales e integrarlos en el tratado de
justicia, anteponiendo el valor de la justicia y el derecho a los
necesitados, al derecho de propiedad de los bienes.

 En los tiempos modernos: Hay una Iglesia que va a seguir


manteniendo su distintivo de caridad y amor a los pobres y débiles.
Globalmente la Iglesia continúa su labor asistencial y caritativa, siendo
en la práctica casi el único socorro de los débiles, los oprimidos y los
desheredados. Esta práctica de la caridad operante, dando respuesta
social a cada problema, ha convertido a la Iglesia en un canal de
distribución de riqueza entre los pobres. Si bien no llegó a cuestionar el
orden social existente, generador de desigualdades.

 Toda esta experiencia acumulada ha ido cimentando la enseñanza moral


que empezó a organizarse, sistemáticamente, desde finales del siglo XIX
hasta nuestros días, bajo el nombre de Doctrina Social de la Iglesia.

15.5. CONTENIDO DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.

A la hora de tratar el contenido de la DSI hay que distinguir:

63
Contenidos generales: son todos aquellos elementos que poseen un valor
permanente y tienen aplicación necesaria y directa sobre los temas
particulares. Estos contenidos generales se dividen en

 Principios generales
 Criterios de juicio
 Directrices para la acción.

Parte Especial: son todos aquellos elementos organizados en temas


particulares.

Si estudiáramos diferentes autores, que ha organizado en tratados todo el


contenido de la DSI, veríamos que hay diferenciación a la hora de organizar
elementos, algunas orientaciones pueden aparecer como principios generales o
como directrices para la acción indistintamente, incluso temas particulares,
esto es fruto de lo que señalábamos al principio del tema, que la DSI está aún
organizándose sistemáticamente, pues las orientaciones aparecidas en
documentos, a lo largo de todo su proceso de evolución histórica, no aparecen
ordenadas, lo que supone organizar y reorganizar constantemente, a medida
que crece su contenido con nuevos documentos y orientaciones.

El Pontificio Consejo “Justicia y Paz” presentó la última reorganización de


elementos en el “Compendio de la Doctrina Social de Iglesia” editado en
2005. En él se agrupan una serie de principios, pero dedican capítulo aparte a
cuestiones como la paz, el valor del trabajo humano y la salvaguarda de la
creación, que figurarían más como temas particulares que como principios; por
otro lado, se distinguen principios y valores, aunque no queda claro el objetivo
de esta distinción. Para hacer más sencilla la comprensión de este tema no es
esta la presentación que se hace en él; no obstante, en cada apartado
añadimos los puntos de referencia del Compendio Social de la Iglesia, por ser
éste el único documento específico de DSI, la referencia a dichos puntos se
ofrece como instrumento para quienes deseen ampliar el presente estudio.

Aquí optamos por dejar únicamente como temas particulares cuatro apartados
que tradicionalmente han tenido un peso particular en la DSI, estos son:

 Familia (CDSI 209-254)


 Economía (CDSI 323-376)
 Política (CDSI 377-540)
 Cultura

El resto de elementos se presentan como principios generales, siguiendo las


orientaciones de varios autores en DSI, porque consideramos que acciones
como la promoción de la paz, el valor del trabajo, la salvaguarda de la
creación, etc., son principios de valor permanente que tienen que estar
presente en cualquier ámbito social.

Es este estudio que estamos haciendo para acercarnos un poco a la DSI


trataremos solamente los contenidos generales, y de forma muy breve, ya que

64
cada tema particular sería objeto de estudio aparte con material suficiente
para todo en curso de formación permanente.

15.5.1. PRINCIPIOS GENERALES DE LA DSI.

Se denominan principios generales a todas aquellas orientaciones que son


universales, permanentes y constantes.

Estos principios, a su vez forman dos grupos: uno formado por los llamados
“principios originarios o de primer grado”, porque expresan realidades
fundamentales y constituyen la base inamovible de la DSI, y otro formado por
los llamados “principios derivados”, porque proceden de los anteriores: la
solidaridad, el bien común, la subsidiaridad, la participación, la vida social y la
justicia social.

a) Principios generales originarios

Los principios originarios con cuatro:

El principio teológico (CDSI 20-27)

Este principio afirma a Dios como realidad primera y suprema. Dios ha creado
el universo y la persona humana, y él es principio originario con su acción
creadora y providente. De aquí brota el origen divino de la dimensión social de
la persona en todas sus manifestaciones correctas. Dios es la causa primera, el
fundamento último y la finalidad de toda forma social.

Entrar en esta dinámica creyente supone introducirse en la experiencia de Dios


que actúa en la historia. La experiencia religiosa de Dios es a la vez una
experiencia de salvación y liberación. Dios dirige soberanamente la historia
porque la creación es obra de sus manos, su acción histórica es una acción
liberadora que culmina en la plena revelación de Dios como Padre de todos.

Esta fe en Dios como Padre de todos desencadena una corriente de


fraternidad, de ahí que el compromiso por la justicia, la paz, el bien común…
no es mera sociología sino expresión concreta de la fe en Dios. Crear un
mundo de hermanos supone un compromiso serio para cada creyente.

El principio cristológico (CDSI 28-33)

Jesucristo, rostro humano de Dios, al entrar en la historia de la humanidad ha


redimido definitivamente a la persona humana. La fe en la primacía de Cristo
nos lleva a la convicción de que todo lo comunitario, y toda la historia tiene su
fundamento y origen en la misión salvífica y liberadora de Jesucristo.

Él es la revelación plena del Padre, y el Reino la expresión de su voluntad.


Jesús y Reino son puntos obligados de referencia en toda mentalidad que
quiera ser cristiana y la proclamación de la Buena Noticia a los pobres, la
liberación de los oprimidos es referencia obligada en la tarea evangelizadora.

65
El principio antropológico (CDSI 34-48)

Afirma la primacía total, de la persona por encima de todo orden natural y en


todas las formas y ámbitos de la convivencia humana. La dignidad de la
persona humana, “creada a imagen de Dios” implica también un uso
responsable de todos los bienes de la creación, y una administración solidaria
de los mismos, para lograr un auténtico humanismo y una justa convivencia
social.

El principio del derecho natural: que afirma la existencia de un orden en la


naturaleza, de la ley natural, y de su origen divino. De este principio se deriva
el tema básico del destino universal de todos los bienes materiales creados
para todas las personas y para todos los pueblos.

Estos cuatro principios originarios: DIOS, JESUCRISTO, PERSONA HUMANA Y


NATURALEZA, son las bases de cimentación de toda la mentalidad social, a
partir de ellos tomamos conciencia de que:

 La promoción de la caridad, y con ella de la justicia, son dimensiones


constitutivas de la fe, por tanto, de la evangelización;
 La búsqueda del Reino de Dios, que tendrá una plenitud escatológica,
comienza aquí y ahora, en la historia concreta, y es aquí y ahora donde
debe construirse y realizarse;
 La importancia y dignidad de toda persona humana nos lleva al empeño
de liberar y liberarnos de toda esclavitud, como parte del designio de
salvación integral querida por Dios;
 La presencia activa de los cristianos en la construcción de un mundo
“para todos” respetuoso con la creación, es exigencia de la fe que
supone caminar por los senderos de la liberación integral.

De estos cuatro principios generales se derivan el resto de principios, por eso


son llamados principios derivados:

b) Principios generales derivados

LA PRIMACIA DE LA PERSONA HUMANA (CDSI 105-179)

La dignidad de la persona es el principio sobre el cual se organiza toda DSI.


Ninguna persona es más digna que otra, y no hay ningún proyecto político,
económico, cultural o social válido si no tiene como base ética común el
principio de la persona (MM 220).

Afirmar la primacía de la persona es afirmar que las estructuras sociales y las


instituciones sólo tienen razón de ser en la medida que se orientan a la
promoción y desarrollo integral y solidario de la persona humana. Todos los
bienes de la tierra deben ordenarse en función de la persona humana, centro y
cima de todos los bienes (GS 12).

66
No se trata de la persona en abstracto, sino del hombre y mujer concreto e
histórico: se trata de cada hombre y mujer, porque a cada uno/a le llega el
misterio de la redención y con cada uno/a se ha unido Cristo para siempre. De
ahí se sigue que la Iglesia no puede abandonar a la persona humana, y que
éste es el primer camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su
misión (CA 53).

Los derechos fundamentales de cada persona no son concesión de los Estados.


Son de cada hombre y mujer en virtud de su dignidad de persona, son
universales, de todos. Renunciar a ellos, negarlos o restringirlos constituyen
una violación a la dignidad humana. Los Estados deben garantizar, promover y
defender el conocimiento y ejercicio efectivo de los derechos de todos los
ciudadanos (PT 11-34).

En toda convivencia humana bien ordenada hay que establecer como


fundamento el principio de que todo hombre y mujer es persona, esto es
naturaleza dotada de inteligencia, de libre albedrio y que por tanto tiene por sí
mismo derechos y deberes que dimanan directamente de su propia naturaleza.
Estos derechos y deberes son por tanto universales e inviolables, y no puede
renunciarse por ningún concepto (PT 9).

EL PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD (CDSI 192-196).

De la dignidad de la persona se deriva el principio de solidaridad, regulador de


la vida social. La naturaleza de la persona humana es social. La solidaridad es
la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es
decir por el bien de todos (SRS 38). Por solidaridad vemos al otro/a sea
persona, nación, como semejante nuestro (SRS 39).

La práctica de la solidaridad para con los pobres y de los pobres entre sí es la


forma de vencer los mecanismos perversos que mantiene las sociedades
insolidarias. La solidaridad es una virtud personal y social capaz de crear
energías y condiciones para la justicia social, esta virtud es la firme
determinación de cada uno/a de introducir en la organización social, política y
económica la lógica de la solidaridad frente a la lógica de individualismo, la
competitividad, los beneficios de unos pocos a consta de la mayoría.

En virtud del principio de solidaridad, la DSI se opone a todas las formas de


individualismo social o político (LC 73).

La solidaridad nacional e internacional se consolida como uno de los principios


básicos de la concepción cristiana y de la organización social y política (CA 10).

Y los pueblos desarrollados tienen la obligación gravísima de ayudar a los


países en vías de desarrollo (GS 86).

EL PRINCIPIO DE SUBSIDIARIDAD (CDSI 185-188).

La subsidiaridad complementa a la solidaridad e impide que las personas y


grupos intermedios pierdan su legítima autonomía (LC 73) Pío XI lo expresaba
de la siguiente manera: “No se puede quitar a los individuos y dar a la

67
comunidad lo que ellos pueden realizar por su propio esfuerzo e industria”
(QA79).

Este principio es uno de los más dinámicos para organizar la sociedad, es


aplicable a todos los ámbitos y tiene una doble significación

 Las instancias superiores no deben sustituir a las inferiores, sino actuar


sólo cuando estás sean incapaces de hacerlo.
 Las instancias superiores deben ayudar a las inferiores para que puedan
conseguir mejor sus objetivos.

De aquí se sigue que a todo aquel que desea realizar obras buenas, orientadas
al bien común, los poderes públicos deben concederle libertad para que las
realice y prestarle la ayuda necesaria.

Según el principio de subsidiaridad una estructura social de orden superior no


debe inferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola
de sus competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad
y ayudarla a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales,
con miras al bien común. (CA 48).

El deber de justicia y caridad se cumple cada vez más contribuyendo cada uno
al bien común según la propia capacidad y la necesidad ajena promoviendo y
ayudando a las instituciones así públicas como privadas, que sirven para
mejorar las condiciones de vida del hombre. (GS 30).

DERECHO-DEBER A LA PARTICIPACION DEMOCRATICA (CDSI 189-191)

La participación se fundamenta en la igualdad fundamental de todos los


hombres. La democracia es el sistema político que mejor garantiza la
participación económica, política, cultural, religiosa, recreativa, legislativa… de
todos los ciudadanos. No puede existir verdadera sociedad que parta sólo de
arriba, creada por la imposición o la manipulación de un Estado, padre o
benefactor, que todo lo prevé lo planifica y dirige.

Tanto los pueblos como las personas individualmente deben disfrutar de


igualdad fundamental… igualdad que es el fundamento del derecho de todos a
la participación en el proceso de desarrollo pleno (SRS 33).

De la concepción cristiana de la persona se sigue necesariamente la justa


visión de la sociedad. La sociabilidad del hombre no se agota en el estado, sino
que se realiza en diversos grupos intermedios, comenzando por la familia y
siguiendo por los grupos económicos, sociales, políticos, culturales… Es a esto
a lo que he llamado subjetividad de la sociedad (CA 13).

La Iglesia aprecia el sistema de la democracia en la medida en que asegura la


participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los
gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes o
bien la de sustituirlo oportunamente de manera pacífica.

68
EL BIEN COMUN, LIGADO A LA CUESTION ECOLOGICA (CDSI 164-170; 481-
487)

El bien común es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible


a las asociaciones y cada uno de sus miembros el logro pleno de la propia
perfección (GS 26).

El bien común abarca a toda persona humana, es decir, tanto a las exigencias
del cuerpo como a las del espíritu. (PT 57).

También la vida económico-social deben respetarse y promoverse la dignidad


de la persona humana, su entera vocación y el bien de toda la sociedad por
que el hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económico-social-
(GS 63).

El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico, por ser auténtico,


debe integral, es decir, promover a todas las personas y a toda la persona. (PP
14).

El desarrollo integral del hombre no puede darse sin el desarrollo solidario de


la humanidad (PP 439). El verdadero desarrollo es el paso para cada uno y
para todos de condiciones de vida menos humanas a condiciones de vida más
humanas. (PP 20).

En relación a la cuestión ecológica, la naturaleza es un bien común, propiedad


de toda la humanidad, y la práctica de la salvaguarda de la creación es
también una responsabilidad común. (CDSI 451-487).

Es preocupante, junto con el problema del consumismo, y estrictamente


vinculado con él, la cuestión ecológica. La persona, impulsada por el deseo de
tener y gozar, más que de ser y de crecer, consume de manera excesiva y
desordenada los recursos de la tierra y de su vida misma. (CA 37).

Hay que señalar igualmente la mayor conciencia de la limitación de los


recursos disponibles, la necesidad de respetar la integridad y los ritmos de la
naturaleza y de tenerlos en cuenta en la programación del desarrollo (SRS 26).

LA PRIMACIA DEL TRABAJO SOBRE LOS BENEFICIOS DEL CAPITAL (CDSI 255-
322).

El trabajo de la persona hace que esta sea creadora y legitima consumidora de


los bienes producidos; es intrínsecamente perverso explotar a los trabajadores
en beneficio del capital. El trabajo es la clave de la correcta interpretación del
problema social. Los cristianos deben ponerse al frente de la defensa de los
derechos de los trabajadores y de sus familias: salario justo, descanso,
garantías sociales, seguridad social, empleo digno, etc.

Mediante su trabajo, la persona se compromete no sólo a favor suyo, sino


también a favor de los demás y con los demás: cada uno colabora con el
trabajo y en el bien de los otros. (CA 43).

69
El problema clave de la ética social es el de la justa remuneración por el
trabajado realizado, en tal remuneración debe estar presente también las
prestaciones familiares y ayudas sociales: prestaciones que deben
corresponder a las necesidades efectivas, es decir, al número de personas a su
cargo durante todo el tiempo en que no estén en condiciones de asumir
dignamente la responsabilidad de la propia vida. (LE 19).

Otro derecho es el de asociación, esto es a formar asociaciones o uniones que


tengan como finalidad la defensa de los intereses vitales de las personas
empleadas en las diversas profesiones. Estas uniones llevan el nombre de
sindicatos. (LE 20).

La empresa no puede considerarse solamente como una sociedad de capitales


es, al mismo tiempo, una sociedad de personas, en la que entran a formar
parte, de manera diversa y con responsabilidades específicas los que aportan
el capital necesario para su actividad y los que colaboran con su trabajo.

DESTINO UNIVERSAL DE LOS BIENES (CDSI 171-184)

Todos los bienes del universo son de todas las personas, porque son creación y
don del Creador y Padre común de todos los hombres. El derecho a la
propiedad privada no es un derecho absoluto, está subordinado al destino
universal de los bienes. Cuando se utiliza para concentrar bienes en las manos
de unos pocos, crea injusticias, viola el derecho fundamental de todos los
hombres a una vida digna. (MM 3; LC 87-90; SRS 39).

Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los
hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos
en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la
caridad… jamás debe perderse de vista este destino universal de los bienes.
Por tanto, el hombre, al usarlos, no debe tener las cosas exteriores que
legítimamente posee como exclusivamente suyas, sino también como
comunes, en el sentido de que no le aprovechen a él solamente, sino también
a los demás (GS 69).

La tierra ha sido dada para todo el mundo y no solamente para los ricos. Es
decir, que la propiedad privada no constituye para nadie un derecho
incondicional y absoluto. (PP 23).

El bien común exige, algunas veces, la expropiación, si por el hecho de su


extensión, de su explotación deficiente o nula, de la miseria que de ello resulta
a la población, del daño considerable producido a los intereses del país,
algunas posesiones sirvan de obstáculo a la prosperidad colectiva. (PP 24).

Existe otra forma de prosperidad, concretamente en nuestro tiempo, que tiene


una importancia no inferior a la de la tierra: es la propiedad del conocimiento,
de la técnica y del saber. (CA 32).

70
LA DEFENSA DE LA VIDA

Para que todos tengan vida y vida en abundancia el Padre nos dio a su Hijo,
sin embargo, hay estructuras que no son cristianas porque avocan a la
muerte:

 Al inicio de la vida: el aborto; el desamparo de menores de conduce a la


mortalidad infantil; la desprotección de la mujer gestante.
 Durante la vida: el hambre y todo tipo de agresiones a la vida y a la
salud.
 Al final de la vida: el abandono de las personas ancianas; la eutanasia.

Promover la cultura de la vida es crear condiciones generadoras de vida.

Cuanto atenta contra la vida – homicidios de cualquier clase, genocidios,


aborto, eutanasia y el mismo suicidio deliberado – cuanto viola la integridad de
la persona humana, como por ejemplo, las mutilaciones, las torturas morales o
físicas, los conatos sistemáticos para dominar la mente ajena; cuanto ofende a
la dignidad humana, como son las condiciones infrahumanas de vida, las
detenciones arbitrarias, las deportaciones, la esclavitud, la prostitución, la
trata de blancas y de jóvenes; o las condiciones labores degradantes, que
reducen al operario al rango de mero instrumento de lucro, sin respeto a la
libertad y a la responsabilidad de la persona humana: todas estas prácticas y
otras parecidas son en sí mismas infamantes, degradan la civilización humana,
deshonran más a sus autores que a sus víctimas y son totalmente contrarias al
honor debido al Creador. (GS 27).

La primera estructura fundamental a favor de la “ecología humana” es la


familia, en cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y
el bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado, y por consiguiente qué
quiere decir en concreto ser una persona. Se entiende aquí la familia fundada
en el matrimonio… Hay que volver a considerar la familia como el santuario de
la vida… Contra la llamada cultura de la muerte, la familia constituye la sede
de la cultura de la vida. (CA 39).

LA OPCION PREFERENCIAL POR LOS POBRES

La enseñanza social de la Iglesia está pensada y escrita con el objetivo último


de defender los derechos de los pobres. La solidaridad con los pobres y de los
pobres entre sí es la señal de la fidelidad de los cristianos y de toda la Iglesia
al Evangelio de Jesús.

En la protección de los derechos individuales se habrá de mirar principalmente


por los débiles y los pobres. La gente rica, protegida por sus propios recursos,
necesita de la tutela pública; la clase humilde, por el contrario, carente de todo
recurso, se confía principalmente al patrocinio del Estado. Este deberá, por
consiguiente, rodear de singulares cuidados y providencia a los asalariados,
que se cuentan entre la muchedumbre desvalida. (RN 27).

71
Quiero señalar aquí la opción o amor preferencial por los pobres… este amor
preferencial, con las decisiones que nos inspira, no debe dejar de abarcar a las
inmensas muchedumbres de hambrientos, mendigos, sin techo, sin cuidados
médicos y, sobre todo, sin esperanza de un futuro mejor: no se puede olvidar
la existencia de esta realidad. (SRS 42).

LA LUCHA POR LA JUSTICIA (CDSI 201-203)

Los cristianos no pueden cruzarse de brazos esperando que la justicia caiga,


por encanto, de las manos de Dios. No es una lucha contra alguien, sino a
favor de los pobres y sencillos del pueblo. Dios ilumina y fortalece a quienes se
comprometen y dan la cara, a quienes tienen hambre y sed de justicia.

El amor por el hombre y, en primer lugar, por el pobre, en el que la Iglesia ve


a Cristo, se concreta en la promoción de la justicia… no se trata de dar lo
superfluo, sino de ayudar a pueblos enteros – que están excluidos o
marginados – a que entren en el círculo del desarrollo económico y humano.
Esto será posible no sólo utilizando lo superfluo que nuestro mundo produce en
abundancia, sino cambiando sobre todo los estilos de vida, los modelos de
producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy
la sociedad. (CA 58).

EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD Y LA LIBERACION DE LAS EXTRUCTURAS DE


PECADO (CDSI 199-200)

La libertad no es algo dado sin más, la libertad se construye y crece. Hay que
superar el concepto individualista de libertad, somos libres cuando las
libertades son compartidas por todos. La construcción de la libertad es un
proceso solidario de liberación: liberación del egoísmo sociopolítico, económico,
cultural… Liberación del pecado individual y social y de las consecuencias del
pecado en las personas y las estructuras de la sociedad.

La suma de factores negativos, que actúan contrariamente a una verdadera


conciencia del bien común universal y de la exigencia de favorecerlo, parece
crear, en las personas e instituciones, un obstáculo difícil de superar… se debe
hablar de “estructuras de pecado”, las cuales se fundan en el pecado personal
y, por consiguiente, están unidas siempre a actos concretos de las personas,
que las introducen, y hacen difícil su eliminación. Y así estas mismas
estructuras se refuerzan, se difunden y son fuente de otros pecados,
condicionando la conducta de los hombres. (SRS 36).

LA PAZ FRUTO DE LA JUSTICIA (CDSI 488-520)

La paz es la base de la convivencia social y política. Pero la paz de una


sociedad, reconciliada y fraterna, no existe sin justicia. La injusticia es la gran
fuerza destructora de la paz. La paz y la justicia caminan juntas abrazadas.

No hay que olvidar tampoco que en la raíz de la guerra hay, en general, reales
y graves razones: injusticias sufridas, frustraciones de legítimas aspiraciones,
miseria y explotación de grandes masas humanas desesperadas, las cuales no

72
ven la posibilidad objetiva de mejorar sus condiciones por las vías de la paz.
Por eso, el otro nombre de la paz es el desarrollo integral de las personas y las
colectividades. Igual que existe la responsabilidad colectiva de evitar la guerra,
existe también la responsabilidad colectiva de promover el desarrollo. (CA 52).

15.5.2. CRITERIOS DE JUICIO.

Son las normas siempre válidas, para juzgar sistemas, estructuras,


instituciones y situaciones sociales concretas. De este juicio se pretende un
discernimiento recto de las situaciones sociales y de las realidades temporales
a la luz del Evangelio. Los criterios de juicio nos han de ayudar a encontrar
caminos para transformar las realidades que atentan contra la persona
humana y su dignidad.

Pueden señalarse como principales criterios de juicio:

El conocimiento cierto del objeto o situación social que se pretende


enjuiciar. Para llegar a este conocimiento es preciso tener en cuenta y
conocer la identidad cultural de cada comunidad, pueblo o agrupación social
que es objeto de nuestro estudio o juicio.

Instrumento necesario para llegar a este conocimiento es la capacidad


personal de observación objetiva y la ayuda de las ciencias humanas y
sociales.

La capacidad profesional y la experiencia correspondiente para juzgar


con serio conocimiento la materia respectiva: esta capacitación se
requiere principalmente en los agentes de evangelización o sujetos activos de
las realidades que se tratan.

Formación correcta – idónea de la conciencia social a la luz del


Evangelio, de los documentos del magisterio y el cultivo serio de una
sensibilidad social cristiana: la responsabilidad de la formación es de todo
cristiano, pero en este sentido hay una responsabilidad mayor sobre los
pastores y responsables de grupos, familias cristianas y asociaciones que
pretenden estar presentes en el campo de la actuación social.

Vigilancia, cautela e inventiva: con ello lo que se requiere es evitar que en


el proceso de formación de criterios se introduzcan elementos contrarios a la
razón y a la fe, y a la vez creatividad para inventar o abrir nuevas vías de
solución o proyectos nuevos de vida social. Aquí es importante no cerrarse al
apego inmovilista del pasado ni a una ciega pasión por lo nuevo.

15.5.3. DIRECTRICES PARA LA ACCION.

Son las orientaciones prácticas que nos ayudan a aplicar los principios de
reflexión para vivir la fe en la vida diaria. Al ir encaminadas a determinar las
pautas para la acción, constituyen también el cuerpo de la DSI. Por su
universalidad son aplicables a todos los sectores de la vida en sociedad.

73
El respeto a la persona: a toda persona sin discriminaciones y sin
reduccionismos deformadores y unilaterales. En cualquier medio o situación.
Este respeto no se limita a adoptar una actitud meramente pasiva o
inoperante, sino que incluye un esfuerzo personal diario para promover la total
dignidad del prójimo, sea individuo o colectividad.

El ejercicio del dialogo: que debe caracterizarse por el respeto y la


coherencia, la lealtad y el realismo, y ha de ser “intra” y “extra” eclesialmente.
En este diálogo hay que tener la capacidad de captar cuando sistemas,
instituciones e ideologías utilizan un léxico común con el pensamiento
cristiano, pero con términos de significación totalmente contraria.

En el ejercicio de este diálogo debe distinguirse siempre entre el error y el


sujeto que lo profesa. También hay que distinguir los sistemas ideológicos en
su estadio inicial puro y los movimientos históricos nacidos de estas ideologías
que pueden no tener la rigidez de aquellos (MM 205-297; PT 158-159). El
cristiano en todo caso debe saber combinar la dialéctica de la asimilación de
los valores positivos del interlocutor y el rechazo de aquello contrario a sus
principios.

La lucha por la justicia: Aquí se trata de la lucha noble y razonada por la


justicia social y la solidaridad, lo exige una ascética a la luz de la razón y
sobretodo de la fe para superar dos tentaciones: la cobardía y en su polo
opuesto el impulso desordenado.

La experiencia de la vida: esta es válida, en todo orden de cosas, cuando es


producto de la vida diaria conscientemente llevada. En el caso de la DSI se
obtiene por dos vías:

 La experiencia profesional o el saber práctico adquirido y aquilatado con


los años que una persona logra en una realidad temporal determinada.
 La experiencia religiosa, que también es necesidad práctica en la acción
social cristiana.

El compromiso cristiano: es una obligación de la persona creyente hacer


presente la fe en ámbito social y político, lo que implica disponer de ideas
claras y tener en cuenta que la fe no debe eliminar la autonomía de las
realidades temporales.

Principios generales, criterios de juicio y directrices para la acción son base


para promover un humanismo integral y solidario. Difundir esta DSI
constituye, por tanto, una prioridad pastoral, para que las personas,
iluminadas por ella, sean capaces de reinterpretar la realidad de hoy y de
buscar caminos apropiados para la acción: la enseñanza y difusión de esta
doctrina social forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia (SRS 41).

Toda comunidad cristiana puede clarificar y analizar objetivamente las


situaciones sociales, a la luz de las orientaciones propias de la DSI, para poder
iluminarlas evangélicamente y comprometerse en la tarea de transformación

74
del mundo para hacer presente aquí y ahora el Reino que Jesucristo vino a
inaugurar.

En ese orden de ideas, el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia da


cuenta de las líneas fundamentales del corpus doctrinal de la enseñanza social
católica. De manera completa y sistemática, aunque de forma sintética, se
puede afirmar que la Doctrina Social es fruto de la sabia reflexión del
Magisterio y expresión del compromiso constante de la Iglesia, en fidelidad a la
gracia de la salvación de Cristo y en amorosa solicitud por el destino de la
humanidad (Consejo Pontificio “Justicia y Paz” 2005). De igual forma, el
Compendio pretende ser un instrumento para construir el diálogo ecuménico e
interreligioso de los católicos con todos los que buscan sinceramente el bien
del hombre, tal y como lo manifiesta al expresar que este documento se
propone también a los hermanos de las demás Iglesias y comunidades
eclesiales, los seguidores de las otras religiones, así como a los hombres y
mujeres de buena voluntad que se interesan por el bien común “expresión
contenida en el numeral 12 del Compendio.

La Doctrina Social de la Iglesia, tal y como se ha enunciado, define el horizonte


de las responsabilidades relativas a la construcción, organización y
funcionamiento de la sociedad, haciendo énfasis particular en los desafíos que
la Iglesia tiene en el mundo de hoy: el desafío cultural, el desafío de la
indiferencia ética y religiosa y el desafío pastoral. Vale la pena señalar que los
derechos humanos, la paz, la justicia social y económica, y el desarrollo, se
erigen como aspectos claves y centrales de la praxis de la Iglesia y su diálogo
interreligioso e intercultural, con todos los pueblos y sectores de la sociedad
nacional e internacional.

ABREVIATURAS

CA Centessimus Annus
CDSI Compendio Doctrina Social de la Iglesia
GS Gaudium et Spes
JM Justicia in mundo
LC Libertatis Conscientia
LE Laborem Exercens
IS Ia Solemnitá
MM Mater Et Magistra
OA Octogesima Adveniens
PP Populorum Progressio
PT Pacem in Terris
QA Quadragésimo Anno
RN Rerum Novarum
SRS Solicitudo Rei Socialis

75
CONSTRUCCIÓN DE PROYECTOS SOCIALES

1. Introducción

El motivo del presente aporte, responde a un intento para clasificar (de un


modo general), la elaboración de proyectos de intervención en problemáticas
sociales que se pretenden cambiar o mejorar.

La elaboración de un proyecto puede resultar dificultosa para el Trabajador


Social que intenta elaborar una propuesta que potencie su tarea.

En numerosas oportunidades pudimos observar y comprobar, desarrollos


operativos interesantes, ideas significativas, etc., que simplemente se perdían
por no encontrar el modo de ser explicitadas.

Esta colaboración, no pretende planear un modelo o una receta, ya que cada


proyecto que se emprende tiene características propias y temporales que
imposibilitan su reproducción efectiva, fuera del contexto para el que se
originó.

Cada trabajador social que intente proyectar un desarrollo, tiene que tener
previsto el necesario análisis del contexto y operacionalizar (llevar a la
práctica) en consecuencia.

1.1 El proyecto social

Proyectar acciones sistemáticas fundamentadas, con un objeto definido y


metas claras y factibles, surge como una intervención grupal o personal
buscando resolver un problema de conocimiento referido a la mejora, o a la
corrección, o a la instrumentación de acciones novedosas, ante una necesidad
personal o grupal.

1.2 Contenido

1.2.1 Tema – Área Temática – Núcleo Problemático.

Punto de partida desde dónde inició la proyección de un proceso educativo que


procura lograr un mejoramiento de la problemática de conocimiento que nos
motiva a investigar e intervenir.

1.2.2 Delimitación del Tema – Área Temática – Núcleo

Focalizar el tema para centralizar el análisis en el tema específico y no


atomizar el análisis.

76
1.2.3 Fundamentación

Representa una descripción del/los condicionante/s que ha/n motivado la


propuesta de intervención o el proyecto operativo. Describe el contexto de
partida (momento histórico, situación y características detectables de la
comunidad, institución, personal, etc.) en donde se sitúa el análisis que
proveerá la detección de indicadores iniciales y variables que conforman en
diagnóstico de situación.

Incluye el análisis de enfoques realizados desde otros autores por medio de


investigaciones relacionadas a la problemática, documentos de elaboración
bibliográfica, otros proyectos que abordaron temas similares o vinculados, etc.

Justifica, desde el análisis, el porqué de la/s intervención/es que se proyectan.

Una vez realizada la fundamentación y diagnóstico del proyecto estamos en


condiciones de ejecutar la planificación.

1.3 Planificación del proyecto

Es el proceso que determina la dirección hacia donde ir y los requisitos


necesarios para poner en práctica el proyecto.

Diseño de un proyecto de Intervención social:

Para planificar un proyecto educativo, nos respondemos las siguientes


preguntas:

 ¿QUÉ HACER?: Propuesta.


 ¿PARA QUÉ?: Planteamiento del contexto y del problema.
 ¿A QUIÉNES?: Personas implicadas como destinatarios.
 ¿CON QUIÉNES?: Personas implicadas como responsables.
 ¿DÓNDE?: Lugares y espacios en donde se realizan las actividades.
 ¿CUÁNDO?: Cuadro temporal en el que realizará.
 ¿CUÁNTO?: Etapas previstas y cantidad de actividades específicas a
llevar a cabo.
 ¿CÓMO?: Técnicas a usar.
 ¿CON QUÉ?: medios e instrumentos con los que contamos.
 EVALUACIÓN: Monitoreo – Evaluación parcial – Evaluación final.

1.4 Objetivos generales y específicos

En cada proyecto, se enuncian las metas a alcanzar, de modo claro, y preciso.


Se aconseja abordar uno o dos objetivos generales, para no sobredimensionar

77
el proyecto de intervención en una proporción inalcanzable o de dudoso
alcance. Lo mismo se sugiere para los objetivos específicos.

Los objetivos de un proyecto son los logros que queremos alcanzar con la
ejecución de una acción planificada.

Los objetivos surgen del diagnóstico de las necesidades realizado el análisis de


la realidad.

Los objetivos en un proyecto constituyen el punto central de referencia, son los


que conforman su naturaleza y le dan coherencia al plan de acción. Por ello, es
muy importante que los objetivos sean:

 CLAROS: Formulados en un lenguaje comprensible y preciso, fáciles de


identificar.
 FACTIBLES: Posibles de alcanzar con los recursos disponibles, con la
metodología adoptada y dentro de los plazos previstos.
 PERTINENTES: Tienen una relación lógica con el tipo de problema que se
pretende solucionar.

1.4.1 Los objetivos generales

Son los propósitos o metas que conforman el marco de referencia del proyecto.

Por su formulación pueden admitir varias interpretaciones y no hacen


referencia a conductas concretas.

Como ejemplo podemos indicar que para formular objetivos generales se


suelen utilizar verbos del estilo de: conocer, comprender, analizar, evaluar,
etc., es evidente que estos verbos admiten varias interpretaciones y no son
directamente observables.

1.4.2 Los objetivos específicos

Son especificaciones más concretas y pormenorizadas de los objetivos


generales. Identifican de forma más clara y precisa lo que se pretende alcanzar
con el proyecto.

Estos objetivos restringen el significado de los generales. Sólo admiten una


interpretación, facilitan la mejor estructuración del proyecto social y pueden
desglosarse para su análisis.

Para formular objetivos específicos es necesario utilizar verbos de acción, tales


como: diseñar, enumerar, resolver, clasificar, calcular, comprobar, repetir,
ordenar, diferenciar, juzgar críticamente, comparar, decidir, etc.

78
Decir finalmente, que es conveniente que todo el equipo que vaya a llevar a
cabo el proyecto participe en la elaboración del mismo, se debata y se llegue a
un consenso comprometiéndose todos los miembros a asumirlo.

1.5 Método

El método hace referencia al camino que se va a recorrer para alcanzar un fin


propuesto (los objetivos).

1.5.1 Metodología

Proporciona las herramientas y las técnicas mediante las cuales intentaremos


transformar la realizad con el fin de mejorarla. La metodología constituye el
eje central de un proyecto. Es conveniente evaluarla en función de los
objetivos y los beneficiarios del proyecto.

Para el proceso metodológico es conveniente tener en cuenta:

 Las actividades a desarrollar en el proyecto. Se especifican las acciones


a realizar, así como la planificación de actividades variadas para alcanzar
los objetivos del proyecto.
 Especificar las técnicas e instrumentos que se van a usar para la
obtención posterior de los datos. Para ello es necesario saber
previamente qué datos necesitamos y qué herramientas vamos a utilizar
para obtener los datos (observación simple, participante, sistemática;
encuestas, entrevistas, cuestionarios, escalas de observación, etc.).
 Definir el grupo con el que vamos a trabajar. Es decir, a qué personas se
dirige el proyecto y qué características tienen. Conviene elaborar una
descripción de la población objeto de estudio (edad, sexo, formación,
clase social, etc.).
 Identificar la muestra con la cual se va a realizar el proyecto.
Normalmente no podemos trabajar con toda la población por lo que nos
vemos obligados a seleccionar un grupo de sujetos que reúnan
determinadas condiciones. A estos sujetos extraídos de la población con
los que se llevará a cabo el proyecto le llamamos en lenguaje técnico
“MUESTRA”.

Lo importante de la muestra es su validez, lo que no depende de su tamaño o


amplitud, sino de su representatividad, esto es, que represente a la población
que se desea estudiar. Refleje fielmente los rasgos y características que
aparecen en el grupo, en la población, en la proporción lo más aproximada
posible.

Esto se consigue con el muestreo.

El tamaño de la muestra hace referencia a la generalización de los resultados.

79
1.5.2 Recolección de datos

Se debe reflexionar sobre los datos que interesan para asegurar que el
proyecto responda a las necesidades detectadas. Especifica en forma clara
cuándo y cómo se va a llevar a cabo la recolección de los datos (etapa,
momento, etc.).

1.5.3 Análisis de datos

Obtenidos los datos, se instrumentan modos y técnicas de análisis,


comprobaciones prácticas (operacionalización).

1.6 Etapas (lo temporal)

Corresponden a diversas acciones desde el inicio del proyecto hasta el final del
mismo. Tiene como finalidad establecer las etapas del proyecto e indicar en
qué fechas han de llevarse a cabo las actividades.

Las etapas se encadenan en secuencias sucesivas y coordinadas que se


articulan entre sí. Se determina la duración de cada etapa se define la
secuencia de las mismas en el proyecto.

1.7 Recursos

Para realizar un proyecto es necesario contar con unos recursos que posibiliten
que el proyecto se lleve a cabo. Los recursos a prever son los humanos (con
quién hacer), materiales y financieros (con qué hacer).

1.7.1 Recursos humanos

Identificar las personas que participarán para llevar a cabo el proyecto y cada
una de sus actividades. Definir y distribuir las distintas funciones y tareas.
Identificar las distintas actividades y las personas responsables de su
realización, así como la capacitación de las personas, la experiencia y el tiempo
que podrán dedicar al proyecto.

1.7.2 Recursos materiales

Se debe hacer una enumeración lo más detallada posible de los recursos


materiales que deberán ser utilizados en las tareas del proyecto. Por ello, hay
que tener presente:

 Las instalaciones necesarias.


 Material fungible, de índole diversa, que es necesario para diseñar las
actividades.
 Instrumentos materiales, herramientas, etc.
 Material audiovisual, de transporte, deportivo, cultural, etc.

80
1.7.3 Recursos financieros

Tener previstos los gastos de desarrollo. Elaborar un presupuesto realista que


cubra los gastos materiales, de reuniones, de transporte, de locales, de
equipos, de sueldos, etc.

La financiación permite enunciar como serán previstos los gastos y qué


institución, organización, o actividad/es va/n a financiar el proyecto.

1.8 Facilitadores – Obstaculizadores (Diagrama DOFA)

Instancias que ayudan a la gestión o la obstaculizan. Fortalezas y debilidades


del emprendimiento.

1.9 Impacto estimado

Proyectar un resultado estimado, apoyándolo en los indicadores iniciales y en


el resultado de las conclusiones, surgidas del procesamiento de datos
obtenidos (entrevistas, encuestas, observaciones, etc.) y el marco teórico
(aportados en la fundamentación).

81
PLANIFICACIÓN DE PROYECTOS SOCIALES

2.0 ¿QUÉ ES PLANIFICAR?

Planificar es la acción consistente en utilizar un conjunto de procedimientos


mediante los cuales introduce una mayor racionalidad y organización en un
conjunto de actividades y acciones articuladas entre sí que, previstas
anticipadamente, tienen el propósito de alcanzar determinadas metas y
objetivos mediante el uso eficiente de medios y recursos escasos o limitados.

Uno de los procedimientos para planificar, y el que se mejor adapta al trabajo


social y la animación es el método de elaboración de proyectos que
presentamos en esta guía.

2.1 COMENZAR POR ORGANIZAR LA MENTE

Decíamos que planificar es usar procedimientos para introducir organización y


racionalidad en la acción, con el propósito de alcanzar determinados objetivos.
De alguna manera en la vida cotidiana y aún en las acciones más individuales
se suele intentar organizar las actividades con cierta racionalidad. Esto desde
el punto de vista operativo ya sea a nivel individual como a nivel institucional,
comporta dar respuesta a diez cuestiones básicas. Helas aquí:

Ser capaces de dar respuestas adecuadas a estas preguntas no significa que


"sepamos planificar", y mucho menos "elaborar un proyecto". Aquí lo
planteamos como un modo para ir organizándonos mentalmente de cara a la

82
realización de determinadas actividades. Estas diez preguntas, hasta
podríamos considerarlas, simplemente, como una forma de sistematización del
sentido común.

Frente a cualquier "que hacer” que tengamos que realizar las respuestas a
estas diez cuestiones, proporcionan las condiciones mínimas para establecer
anticipadamente una serie de decisiones que permitan introducir organización,
racionalidad, compatibilidad y coherencia a la acción. Por otra parte, no es
necesario elaborar un proyecto completo para ...terminar dándonos cuenta de
que no es viable su realización. Estas preguntas nos pueden ayudar a
considerar y descartar propuestas, con el fin de hacer diseños que, al menos
de forma preliminar, tengan algunas posibilidades de realización y no sean
"castillos en el aire".

QUÉ………………………. se quiere hacer…………. Naturaleza del proyecto

POR QUÉ………………… se quiere hacer……….…origen y fundamentación

PARA QUÉ………………. se quiere hacer……………objetivos, propósitos

CUANTO…………………. se quiere hacer……………metas

DONDE…………………… se quiere hacer……………localización física (ubicación

en el espacio)

COMO……………………. se va hacer …………….…Actividades y tareas.

Metodología

CUANDO…………………. se va hacer……………..…cronograma (ubicación en el

espacio– Tiempo)

A QUIENES……………... va dirigido………………… destinatario o beneficiarios

QUIENES………………… lo van hacer……………. recursos humanos

CON QUÉ………………… se va hacer………………. recursos materiales

………………… se va a costear………… recursos financieros

2.2 ELABORACIÓN Y DISEÑO DE PROYECTOS

De los diferentes procedimientos elaborados o propuestos para la realización


de las tareas de planificación/programación, parece evidente que el más

83
utilizado y utilizable en el trabajo social y la animación socio-cultural, es la
técnica de elaboración de proyectos.

Si esto es así, la primera y más urgente preocupación de todo trabajador social


(entendido en sentido amplio del término) en lo que concierne al manejo de las
técnicas de planificación. “ha de ser la de aprender a elaborar proyectos”.
Para ello no existe una normativa rígida, sino una serie de pautas que sirven
para organizar las ideas. precisar los objetivos. establecer los cursos de acción
y concretar una serie de actividades específicas.

Por consiguiente. la guía que ofrecemos, no es un recetario de "cómo hacer


proyectos", sino tal como se dice expresamente, es simplemente una "guía".
En ella se establecen unas pautas y lineamientos generales que se han de
utilizar para:

 concretar y precisar lo que se quiere realizar


 hacer efectivas las decisiones tomadas
 seguir cursos de acción que conduzcan a la obtención de determinados
resultados.

Hay, pues, buenas razones para preocuparse por salir de las formas difusas de
la fraseología estereotipada, o de los grandes propósitos que se expresan en
muchas propuestas de tipo social y cultural, pero que no sirven mucho más
que para ser archivados. No sabemos si existe algún medio eficaz y real para
evitar tantas vaguedades: nos consta que un mínimo de organización mental e
instrumental para elaborar proyectos (que es el propósito expreso de esta
guía) constituye un pequeño aporte, para descender del "declaracionismo" y la
"sloganitis". La verificación de lo anterior en la práctica social, tiene un
corolario obvio la necesidad de saber hacer proyectos. Y la elaboración de
proyectos no puede ser un amontonamiento arbitrario de ideas y propuestas
sin ninguna pauta de organización sistemática.

2.3 Definición de proyecto

Como marco previo que nos servirá para todo el desarrollo posterior, conviene
que comencemos por precisar que se entiende por proyecto en el lenguaje de
la planificación. Digamos ante todo que, en el uso corriente, la palabra
proyecto se utiliza para designar el propósito de hacer algo. En sentido técnico.
el alcance del termino es similar: se trata de una ordenación de actividades y
recursos que se realizan con el fin de producir "algo" ya sea bienes o servicios
capaces de satisfacer necesidades o de resolver " problemas".

Cabría una definición más precisa y comprensiva de lo que es un proyecto. El


ILPES (1) ha propuesto la siguiente: "proyecto es una unidad de actividad de
cualquier naturaleza, que requiere para su realización del uso o consumo

84
inmediato o a corto plazo de algunos recursos escasos o al menos limitados
(ahorros. divisas, talento especializado, mano de obra calificada. etc.). aun
sacrificando beneficios actuales y asegurados. en la esperanza de obtener. en
un periodo de tiempo mayor, beneficios superiores a los que se obtienen con el
empleo actual de dichos recursos, sean estos nuevos beneficios financieros,
económicos o sociales"1

(1) ILPES: Instituto Latinoamericano y del Caribe de planificación económica y social (forma parte del
CEPAL) Comisión económica para América Latina y el Caribe

Por nuestra parte, utilizamos el término proyecto, para designar el conjunto de


actividades que se proponen realizar de una manera articulada entre sí, con el
fin de producir determinados bienes o servicios capaces de satisfacer
necesidades o resolver problemas, dentro de los límites de un presupuesto y
de un periodo de tiempo dado.

2.4 Requisitos para la buena formulación de un proyecto

A la vista de cuanto se lleva dicho. resulta evidente que no basta con elaborar
proyectos; hay que saber hacer una buena formulación y diseño de proyectos.
Para ello. es preciso atenerse a una serie de requisitos.

Como se explica en un documento elaborado por la FAO, "un buen diseño de


proyecto debe especificar los elementos esenciales que se requieren para crear
un sistema de seguimiento para la ejecución del proyecto y la evaluación
consecutiva de los efectos e impactos del mismo “o dicho de una manera más
detallada, para que un proyecto esté bien diseñado y formulado debe explicar
lo siguiente:

 razones por las que se necesita realizar el proyecto (fundamentación).


 a que fin contribuirá el logro de los objetivos del proyecto (finalidad).
 que se espera obtener del proyecto en caso de que tenga éxito
(objetivos).
 a quien va dirigido el proyecto (beneficiarios directos e indirectos).
 que debe producir el proyecto para crear las condiciones básicas que
permita la consecución del objetivo (productos).
 con que acciones se generaran los productos (actividades).
 que recursos se necesitan para obtener el producto y lograr el objetivo
propuesto (insumos).
 quien, ejecutara el proyecto (responsables y estructura administrativa)
 como se ejecutará el proyecto (modalidades de operación).

85
 en cuanto tiempo se obtendrán los productos y se lograrán los objetivos
previstos (calendario)
• cuáles son los factores externos que deben existir para asegurar el éxito
del proyecto (pre-requisitos)

2.5 Clasificación de los proyectos

Existen diferentes clasificaciones de proyectos: una muy conocida y muy


simple es la que distingue entre:

•proyectos de tipo económico

• proyectos de tipo social

• proyectos de tipo cultural

Los primeros (los económicos) se relacionan directamente con la producción;


los otros (los sociales y culturales), comprenden principalmente proyectos que
se han estado denominando (con una expresión nada feliz) como
indirectamente productivos. Denominación que surge, como es obvio, de la
lógica productivista que subyace en estas afirmaciones. Dentro de los
proyectos de tipo social se incluye educación, vivienda, salud, seguridad social,
familia, minoridad, atención a grupos especiales, etc....

Una clasificación más amplia es la que distingue categorías, subcategorías y


clases de proyectos. Y es la que presentamos a continuación:

Categoría Subgrupos Clases

Producción de bienes Extracción Agricultura, Ganadería


Pesquero
Forestal
Minero

Transformación Bienes de consumo


Bienes intermedios
Bienes de Capital

Prestación de servicios Institucionales Transportes


Comunicaciones
Comercialización
Banca y Seguros
Servicios Públicos
Información
Turismo y esparcimiento

Profesionales De tipo personal


De tipo material
De tipo técnico

86
Infraestructura y Comunicaciones
Equipamiento Trabajos hidráulicos
Transportes
Energía
Utilización de suelo
Riesgo y drenaje

Mejoramiento de Educación y cultura


los niveles y de la Salud
calidad de vida Desarrollo urbano y vivienda
Nutrición y alimentación
Seguridad social
Familia
Minoridad
Deporte y recreación
Defensa social
Medio Ambiente, protección y
cuidado de recursos no
renovables

3.0 Guía para el diseño y elaboración de proyectos

La guía que presentamos en este parágrafo, sirve fundamentalmente para el


diseño de proyectos o, mejor dicho. para elaborar el documento que contenga
un proyecto. Este esquema debe utilizarse y aplicarse con flexibilidad y
creatividad, adaptándolo a las exigencias de cada caso concreto. Lo que aquí
proporcionamos. es una serie de pautas básicas que pueden guiar la
elaboración y diseño de los proyectos, habida cuenta de los requisitos que
deben cumplir para que estén bien formulados.

3 .1) Denominación del proyecto

Esto se hace, indicando, de una manera sintética y mediante un título,


aquello que se quiere hacer (creación de un centro social, de un servicio de
ayuda a domicilio, de un taller de artesanía etc.). Su objeto es identificar el
proyecto e indicar el marco institucional desde el cual se realizará de forma
muy breve.

Además, en la denominación se ha de hacer referencia a la institución.


agencia u organismo responsable de la ejecución del proyecto. Y en aquellos
casos en los que el que ejecuta no es el mismo que el que patrocina. habría
que indicar también el organismo patrocinante.

Si formara parte de un programa más amplio (conjunto de proyectos


integrados), será necesario hacer referencia a este.

Digamos que el objetivo principal de la denominación es el de


caracterizar. en pocas palabras, lo que quiere hacerse en el proyecto e indicar
el organismo ejecutor y patrocinante del mismo.

87
No hay que confundir el título del proyecto con el enunciado de un
problema (por ejemplo: "Falta de participación de los jóvenes"), ni considerar
el titulo como equivalente a la solución del problema (por ejemplo: "Proyecto
de desarrollo integral de los jóvenes"). Estos son errores bastante frecuentes y
que es necesario evitar para poder seguir desarrollando adecuadamente el
diseño del proyecto. Una mala denominación nos puede conducir a una
formulación imprecisa o muy amplia de objetivos, falta de concreción de las
actividades, etc.

3.2) Naturaleza del proyecto

Para explicar la naturaleza de un proyecto —conjunto de datos que


hacen a la esencia del mismo— es necesario desarrollar una serie de
cuestiones que sirvan para describir y justificar el proyecto. Las que indicamos
a continuación, pueden ayudar a esta tarea:

a. Descripción del proyecto (que se quiere


hacer)

La denominación identifica al proyecto, pero esto obviamente es


insuficiente para tener una idea completa acerca de que se trata el proyecto.
En este punto, hay que realizar una descripción más amplia del proyecto,
definiendo y caracterizando la idea central de lo que se pretende realizar. En
bastantes casos esta caracterización o descripción hay que hacerla,
contextualizando el proyecto dentro del programa del que forma parte.

De lo que se trata es de ampliar en sus aspectos esenciales la


información que proporciona la denominación. Ahora bien, la descripción no
conviene que sea excesivamente extensa, ya que a lo largo del proyecto se ira
ofreciendo información complementaria de todos sus aspectos. Lo que se
pretende es que la persona que desea conocer el proyecto, pueda tener, de
entrada, una idea exacta acerca de lo fundamental del mismo: tipo, clase,
ámbito que abarca contexto en el que se ubica desde el punto de vista de la
organización, etc.

b. Fundamentación o justificación (por qué se hace razón de ser y origen del


proyecto)

En la fundamentación del proyecto hay que presentar los criterios


(argumentación lógica) y/o las razones que justifican la realización del mismo.
Es muy importante destacar para tenerlo en cuenta a la hora de elaborar esta
parte del proyecto, que en la fundamentación deben cumplirse dos requisitos
para que sea completar y correcta.

88
•hay que explicar la prioridad y urgencia del problema para el que se busca
solución.

•hay que justificar por qué este proyecto que se formula es la propuesta de
solución más adecuada o viable para resolver ese problema.

De ordinario, estos dos aspectos complementarios pero distintos, suelen


confundirse. Muchas veces se justifica el proyecto, pero no se fundamenta
adecuadamente en base a un diagnóstico de situación. Otras veces se aportan
datos acerca del problema que se pretende resolver, con el proyecto, pero se
olvida incluir una evaluación que justifique por que el proyecto es lo mejor que
se puede hacer en esa situación.

Para evitar estos y otros problemas, puede ayudar tener, como


referencia los siguientes puntos o cuestiones a explicitar en la fundamentación
del proyecto:

cuál es la naturaleza y urgencia del problema que se pretende resolver:


Las razones que pueden dar lugar a un proyecto suelen ser muy variadas: hay
una necesidad y no existe un servicio para satisfacerla, el servicio existente es
insuficiente, se quiere mejorar la calidad de la prestación, etc. En definitiva, se
trata de identificar y analizar el problema que se pretende solucionar. Lo
sustancial en esta parte de la fundamentación es explicitar el por qué se hace.
destacando los principales aspectos críticos y los problemas que piensan ser
atacados, aliviados. o resueltos con la realización del proyecto. En muchos
casos, se han de indicar, asimismo los efectos de la no intervención, que
prioridad se concede a la solución de ese problema. En esta parte de la
fundamentación hay que considerar, no solo las razones técnicas, también
existen (y hasta pueden predominar) las razones políticas. De ahí que haya
que tener en claro, que toda fundamentación se apoya en dos tipos de razones
y justificaciones directamente relacionadas con los criterios para el
establecimiento de prioridades:

 razones políticas, cuando el proyecto concreta o realiza las orientaciones


políticas de un plan general o de un programa político. En este apartado
conviene hacer referencia a declaraciones de política, planes existentes,
programas ya aprobados, etc.
 razones técnicas, en las que se expresan las razones objetivas
(necesidades, problemas y magnitud de los mismos) que dan lugar, a la
realización del proyecto. En este punto también es conveniente hacer
referencia a las necesidades de ejecución del proyecto e indicar si este
forma parte de un programa más amplio previamente formulado, etc.

89
Naturaleza de la estrategia para la acción. (si es que la hubiere).

En este punto hay que indicar la trayectoria seleccionada, para llevar a cabo
las acciones consideradas necesarias y suficientes de cara al logro de los
objetivos propuestos.

Recursos internos y externos asignados para la solución del problema. Esta


tarea, que corresponde a la fase de diagnóstico, debe quedar claramente
reflejada en la fundamentación del proyecto, pues permite desde otro enfoque
visualizar cuales son as prioridades de la institución o de otras entidades.
respecto de la solución del problema. Además, la existencia o no de recursos
para resolver un problema, condiciona en gran medida las posibilidades de
ejecución y la viabilidad de un proyecto.

Justificación del proyecto en sí. En esta parte hay que presentar los resultados
que haya arrojado la evaluación previa del proyecto. acerca de su viabilidad,
análisis costo-beneficio o costo-oportunidad, productos, efectos e impacto, etc.
Esta evaluación que permite seleccionar. evaluar y priorizar proyectos, se hace
después de la formulación y diseño de los mismos, pero los resultados deben
quedar reflejados en esta parte del documento que contiene el proyecto (ver
anexo 5).

A tenor de todo lo dicho, en este punto hay que incluir una síntesis de los
datos del diagnóstico o estudios previos que justifiquen el proyecto, así como
algunas previsiones sobre la transformación de la situación-problema que se
pretende resolver con la realización del proyecto.

c. Marco institucional (organización responsable de la ejecución)

Cuando se trate de un proyecto que se elabora dentro de una institución


para ser presentado en el seno de la misma, este punto se puede obviar o
reducir bastante, ya que la información pertinente seria conocida por todos.
Sin embargo, cuando el proyecto se formula en una organización o institución
que será responsable total o parcialmente de la ejecución, pero este será
presentado para su eventual aprobación por otra entidad ajena a la que
formula el proyecto, conviene dedicar especial atención a este punto.

Sera necesario indicar la naturaleza de la organización, su mandato


situación jurídica y administrativa, instalaciones y servicios. estructura
orgánica y procedimientos administrativos, personal, etc. También es
conveniente en este punto incluir aspectos directamente relacionados con el
proyecto, como por ejemplo políticas y prioridades de la organización,
relaciones con otras instituciones etc.

90
En los casos de proyectos que se presentan a otras instituciones o
agencies exteriores para su financiación, puede ser más practico adjuntar toda
esta información (que suele ser amplia) en un dossier aparte del proyecto.
Todo ello, con el fin de no abultar innecesariamente el documento que
contenga el proyecto.

En definitiva, lo que se persigue en este punto es informar clara y


profundamente acerca de la institución, organización o agencia que será la
responsable fundamental de la planificación y ejecución del proyecto. Haciendo
referencia particular al departamento y/o programa del que pudiera llegar a
formar parte el proyecto específico.

d. Finalidad del proyecto (impacto que se espera lograr)

Conviene aclarar antes de explicar este punto que no en todos los


proyectos es necesario explicitar finalidades últimas. Muchas veces los
proyectos son tan pequeños y concretos que no es necesario formular este tipo
de fines. Sin embargo, cuando se trata de proyectos que se insertan dentro de
programas o planes más amplios y tendientes a lograr el desarrollo de algunas
áreas o sectores generales, conviene aclarar cuáles son esos fines últimos que
justifican la existencia del proyecto.

Esta finalidad del proyecto presupone que la realización de los objetivos


es un factor que contribuye al fin último, pero no necesariamente es el único.
Existe a veces la tendencia a exagerar la finalidad de un proyecto, o bien a
expresarla en términos vagos y abstractos. Por otra parte. los objetivos de un
solo proyecto, aunque este sea realizado con éxito, no pueden contribuir de
manera exclusiva al logro de las finalidades, que suelen depender de un gran
número de factores y proyectos.

Por todo ello, y pare evitar este tipo de problemas, debemos considerar
que, para formular finalidades de un proyecto, es necesario que estas.

 Justifiquen debidamente el proyecto y sus objetivos.


 Sea posible verificar cuantitativa o cualitativamente su marcha.
 Constituya preferiblemente un Único fin o vaya acompañado de otros
fines compatibles.3

Pero insistimos. de ordinario no suele ser necesario formular finalidades a nivel


de proyectos. ya que estas suelen ser expresadas a nivel de programa o planes
más generales.

91
e. Objetivos (para que se hace, que se espera obtener)

Explicitar los objetivos es responder a la pregunta para que se hace. Es


decir, se trata de indicar el destino del proyecto o los efectos que se pretenden
alcanzar con su realización. Conforman el elemento fundamental, ya que
expresan los logros definidos que se busca alcanzar.

Antes de seguir avanzando en este punto, quizá convenga realizar una


distinción entre lo que es la finalidad del proyecto (impacto) y lo que es el
objetivo o los objetivos del proyecto (efectos). Un ejemplo nos puede ayudar:
si decimos "disminuir el analfabetismo en la región X" estamos indicando una
finalidad, o dicho, en otros términos. precisando el impacto que puede tener el
proyecto. Si formulamos en cambio "reforzar el servicio de educación de
adultos en la región X" estamos señalando un objetivo. En este ejemplo
concreto, se puede reforzar un servicio de educación de adultos, lo que
contribuirá a disminuir el analfabetismo en la región, si se dan determinadas
condiciones o supuestos. Pero que disminuya el analfabetismo en la región, no
depende exclusivamente del reforzamiento del servicio (sino de este y otros
efectos más que pueden ser ajenos al proyecto). Por ello es importante
distinguir lo que serán efectos del proyecto (objetivos que se espera alcanzar)
y lo que será el posible impacto del mismo (es decir, a qué fin contribuirá el
proyecto si se desarrolla con éxito). Ningún proyecto adquiere su significado
pleno si no se produce una clara definición y explicitación de los objetivos a
alcanzar. La buena formulación del objetivo principal y de los objetivos
específicos (si ello fuere necesario), es garantía (no absoluta por supuesto) de
elaborar un buen proyecto, ya que en torno a los objetivos se da coherencia al
conjunto de actividades que componen el proyecto. costos, estrategias.
tiempos, etc.

Como ya se ha mencionado, a veces conviene hacer una distinción entre


el objetivo principal o general, y los objetivos específicos o complementarios:

• El objetivo principal, llamado también objetivo general, es el propósito


central del proyecto. A veces viene dado por los objetivos generales de un
programa.

• Los objetivos específicos, inmediatos o complementarios son anteriores


especificaciones o pasos (en determinadas circunstancias de carácter
intermedio) que hay que dar para alcanzar o consolidar de objetivos general.
En algunos casos puede tratarse de objetivos que se derivan del hecho del
alcanzar el objetivo principal. De cualquier modo, hay que tener siempre
presente que no es necesario formular objetivos de este tipo en todos los
proyectos. La necesidad de su formulación vendrá dada por el grado de
generalidad o abstracción que tenga el objetivo general.

92
No hay que confundir —como ocurre con alguna frecuencia — los
objetivos (que hacen referencia al fin deseado) y los medios para alcanzarlos.
Así por ejemplo cuando se dice, "promover", "coordinar", "realizar una
investigación", etc., se esté haciendo referencia a medios consecuentemente
no deben utilizarse para definir objetivos.

f. Metas (cuanto se quiere hacer servicios que se prestarán y/o necesidades que se
cubrirán)

Como lo acabamos de indicar los objetivos expresan en términos


simples, generales y vagos, los propósitos que se desean alcanzar. Si todo
quedase en eso, no se podría ir más allá de los deseos piadosos, las buenas
intenciones y los meros slogans. No debemos olvidar nunca que es mucho más
fácil formular objetivos ideales, abstractos y maravillosos y encontrar gracias a
ello seguidores entusiastas. que establecer pesos precisos para resolver
problemas concretos. Para que los objetivos adquieran un carácter operativo,
hay que traducirlos en logros específicos. es decir, hay que indicar cuanto se
quiere lograr con la realización del proyecto, dentro de un plazo determinado y
en un ámbito o espacio también determinado. Conforme a lo indicado, las
metas operacionalizan los objetivos. estableciendo cuanto, cuando y donde se
realizarán estos, de modo que las actividades y acciones correspondientes
puedan ser claramente establecidas, permitiendo determinar el nivel y
composición de los insumos, las actividades que es preciso emprender y la
modalidad de las operaciones para realizar dichas actividades.

g Beneficiarios ____ (destinatarios del proyecto a quien va dirigido)

Se trata de identificar quienes serán los beneficiarios inmediatos (los


directamente favorecidos por la realización del proyecto) y quiénes serán los
beneficiarios finales o indirectos, o sea, aquellos a quienes favorecerán los
impactos del proyecto.

Generalmente, se trata de dos tipos de destinatarios bastante


diferenciados. Por ejemplo, si el objetivo es "reforzar un servicio de educación
de adultos", los beneficiarios directos serán aquellos que constituyen el
personal de dicho servicio y que con el proyecto se verá aumentado o
reciclado. En cambio, los beneficiarios finales serán las personas analfabetas a
quienes beneficiará la mejora del servicio en términos de impacto y no de
efectos, como sería el primer, caso. Por lo que se refiere a los beneficiarios
finales, el uso de términos generales y vagos tales como "grupos carenciados",
"sectores desfavorecidos", "campesinos pobres", etc., no ayuda al diseño del
proyecto y resulta a todas luces insuficiente, si bien este tipo de formulaciones
pueden ser válidas a nivel de declaración política. Para el buen diseño de un
proyecto, es necesario identificar con precisión los destinatarios. Para ello,

93
puede ser útil delimitar este "grupo-meta" como a veces suele denominarse,
investigando e indicando, por ejemplo:

 Situación general (descrita mediante indicadores de ingresos, de


nutrición, o lo que fuese necesario).
 Ocupación (también haciendo USO de indicadores concreto, por
ejemplo: propietarios de menos de "x" hectáreas, trabajadores sin
tierra, asalariados temporales, familias con ingresos por debajo del
salario mínimo y ocupación autónoma, etc.).
 acceso a los servicios (familias en inquilinatos precario, agricultores sin
acceso a créditos, viviendas sin agua potable o electricidad, trabajadores
sin seguridad social, etc.)

h. Productos (resultados de las actividades)

En el documento de la FAO al que hicimos referencia, se definen los


productos como "los resultados específicos de las actividades realizadas a
través del uso de insumos planificados". Dicho en otras palabras, los productos
son el primer nivel de resultados a los que se llega por el hecho de haber
realizado con éxito las actividades. Y, además, son la condición previa para el
logro de los objetivos y metas (efectos). Si se obtienen los productos
programados y se dan las condiciones o supuestos establecidos, entonces
deberá lograrse el objetivo y la meta.

Otro error bastante frecuente en el diseño de proyectos, es la confusión


entre los objetivos y/o las metas y los productos. La generación de los
productos (su obtención) depende casi exclusivamente de la realización de las
actividades, y en esta fase del proceso no intervienen demasiados factores
externos. Por ello, la obtención de los productos se centra en la gerencia del
proyecto que tiene un control directo sobre ellos. Los productos que pueden
obtenerse en proyectos de tipo social o cultural pueden ser de dos clases.

 Resultados materiales (por ejemplo: número de cooperativas


creadas, número de viviendas construidas o mejoradas, escuelas
construidas, instalaciones, etc.).
 Servicios prestados (por ejemplo: personas capacitadas, servicios
proporcionados, créditos otorgados, etc.).

También hay que considerar que una actividad puede generar un


producto intermedio, es decir, el resultado de una actividad puede ser un
recurso o insumo necesario para poder realizar otra actividad posterior.

Lo importante, repetimos, es distinguir claramente los productos


(resultados de actividades) de los efectos (resultados de la utilización de los
productos para lograr el objetivo propuesto). En el ejemplo que estamos

94
utilizando para ilustrar esta guía, los efectos u objetivos del proyecto podrían
ser "reforzar el servicio de educación de adultos". La meta, "reforzar el servicio
de educación de adultos de la región X, en el año 1993, ampliando en un 50%
la capacidad del personal responsable de las tareas de educación". El producto
podría ser: "capacitar a 400 maestros en educación de adultos hasta 1992, en
cuatro cursos de un año de duración cada uno (1989-1992)" Por último,
señalar que, para un buen diseño del proyecto, es necesario que los productos
que se mencionan cumplan algunos requisitos:

 Que su realización pueda comprobarse, tanto en lo que se refiere a la


cantidad como al tiempo de consecución.
 Que estén ordenados según una secuencia temporal lógica.
 Que su realización sea esencial para conseguir el objetivo propuesto.
 Que sean realizables con los recursos disponibles.

i. Localización física y cobertura espacial (dónde se hará, qué abarcará)

Localizar un proyecto consiste en determinar el emplazamiento o el área en


donde se ubicará. Esta localización puede hacerse a un doble nivel:

 macro-localización, esto es, la ubicación geográfica del proyecto dentro


del área: región, comarca, conjunto rural, etc.
 micro-localización, identificando dentro de un conjunto menor, como
puede ser un barrio o manzana, el lugar o zona en donde se desarrollará
el proyecto.

En uno y otro nivel, la localización suele presentarse en el documento a


través de mapas y otros complementos gráficos.

Por su parte, la cobertura espacial indica el espacio físico o zona que cubrirá
el proyecto en cuanto prestación de servicios o área de influencia.

Así, por ejemplo, si se trata de crear un "centro de salud", la localización


física consistirá en indicar el lugar en el que estará emplazado el edificio que
albergará el centro de salud (calle, número, terreno, etc.). En cambio, la
cobertura espacial consiste en determinar el área a la que prestará servicios el
centro de salud: comarca X, o barrios Y, Z y Q. etc. La cobertura espacial, en
el caso de proyectos de prestación de servicios, suele indicarse no sólo en
términos geográficos, sino también en términos poblacionales (señalar área y
número de habitantes que se verán beneficiados en dicho ámbito). Siguiendo
con el ejemplo que presentamos en esta guía, la localización física del proyecto
de mejora del servicio de educación de adultos será el lugar en que está
emplazado dicho servicio o servicios (oficina central, escuelas, etc.). La
cobertura espacial será la población analfabeta y semi-analfabeta (o de otro
tipo) en la región que tiene el servicio de educación de adultos.

95
En definitiva, de lo que se trata en este punto es de indicar el lugar en que
se realizará el proyecto y la zona de influencia del mismo.

3.3) Especificación operacional de las actividades y tareas a realizar. (con


qué acciones se generarán los productos, actividades necesarias).

La ejecución de cualquier proyecto, presupone la concreción de una serie de


actividades e implica la realización de un conjunto de tareas concretas. En
otras palabras, ningún proyecto puede realizarse sin una sucesión de
quehaceres y aconteceres que tienen el propósito de transformar ciertos
insumos en los resultados previstos (productos) dentro de un período de
tiempo determinado.

En efecto, lo que materializa la realización de un proyecto es la ejecución


secuencial e integrada de diversas actividades. Esto implica que en el diseño
del proyecto se ha de indicar, de manera concreta y precisa, cuáles son las
actividades que hay que ejecutar para alcanzar las metas y objetivos
propuestos. Para ello debe explicársela forma en que se organiza, suceden,
complementan y coordinan las diferentes tareas, de modo tal que el
encadenamiento de las mismas: no sufra desajustes graves que influyan
negativamente en la realización del proyecto.

La organización, ordenamiento y coordinación en el tiempo y en el espacio


de todas las tareas que hay que realizar para el logro de los productos, metas
y objetivos del proyecto comporta los siguientes aspectos:

 Especificación e inventario de las actividades a realizar


 Distribución de las unidades periódicas de tiempo insertas en una
secuencia operativa, donde se señala la fecha de inicio y de terminación
de cada actividad (ver punto 5: calendarización del proyecto)
 lo anterior sólo sirve para indicar una relación de diferentes actividades,
pero ello no basta (sería un simple listado de actividades yuxtapuestas
en el tiempo); es menester, además, una ordenación y sincronización de
las mismas, puesto que algunas son previas, paralelas o posteriores a
otras dentro del proceso de realización del proyecto.
 Indicación de la cantidad y calidad de los insumos necesarios (recursos
humanos, servicios. equipo, dinero, bienes, etc.) involucrados en cada
operación, con referencia a la asignación de recursos por actividad (ver
punto 6, lo relativo a calendario financiero). De lo que se trata es de no
limitarse a un simple listado de actividades y tareas, sino de establecer
un curso o trayectoria que permita fijar la dinámica del proyecto en
función del volumen y ritmo de operaciones.

96
3.4) Métodos y técnicas a utilizar (modalidades de operación)

Se trata de otra forma o aspecto de explicitar cómo se hace.


En este apartado hay que especificar el instrumental metodológico y técnico
que se utilizará para realizar las diferentes actividades.
Cuando existe un único procedimiento para llevar a cabo una actividad,
lo importante es usar esa técnica de la manera más eficaz posible. Si éste
fuera el caso, en el diseño del proyecto se podría hacer alguna sugerencia al
respecto. Pero cuando existe una gama de técnicas alternativas, el problema
que se plantea es el de seleccionar una de ellas. Ahora bien, en este caso, lo
que debemos tener bien claro son los criterios de selección. En estos influyen a
su vez criterios ideológico-políticos y criterios técnicos. En la mayoría de los
casos, lo óptimo es lograr una combinación de tecnologías apropiadas y
tecnologías no obsoletas y de alto rendimiento. El problema suele ser que no
siempre el uso de estos criterios simultáneamente es complementario, muchas
veces son alternativos y en estos casos hay que ponderar cada uno de ellos
para seleccionar la alternativa que mejor se adapte a los fines del proyecto, y
la situación contextual. En el caso de proyectos de trabajo social o de
animación, un criterio básico y central en la selección de métodos y técnicas,
es el de dar preferencia a aquellos que facilitan, promueven o posibilitan la
participación de la gente en el desarrollo del proyecto. En estas circunstancias,
desde el punto de vista metodológico, hay que establecer los mecanismos de
inserción e implicación de los beneficiarios, en la realización del proyecto.

3.5Determinación de los plazos o calendario de actividades (cuándo ocurrirá)

Uno de los aspectos esenciales en la elaboración de un proyecto es la


determinación de la duración de cada una de las actividades. Este ítem o
aspecto es lo que se denomina "calendarización del proyecto".

Esto, además, permite juzgar la factibilidad del proyecto, esto es,


establecer si existe una distribución uniforme del trabajo si los plazos son
realistas, si se considera el tiempo suficiente para obtener los productos
básicos que se necesitan como insumos para otras actividades, si los límites de
tiempo asignados a cada actividad (máxima o mínima) son proporcionados
entre sí o hay desajustes graves, etc.

Para realizar esta calendarización del proyecto, existen diferentes


técnicas gráficas de apoyo a la programación que permiten distribuir en el
tiempo las distintas actividades y hacen posible una captación rápida y global
de la secuencia operativa. El más simple y conocido es el diagrama de avance,
cronograma o diagrama Gantt. De fácil comprensión y de gran utilidad para
programar el conjunto de actividades (ver anexo 3). Sin embargo, el diagrama

97
Gantt, por su misma sencillez, implica una serie de limitaciones, de ahí que
algunos utilicen la "red de pasos" o "red de actividades" PERT o CPM, que es de
más compleja confección. Para tratar de resolver las limitaciones del diagrama
Gantt, pero evitar en cierto modo las excesivas complicaciones del PERT o
CPM, puede ser útil emplear el método ABC (Analysis Bar Charting), en el
anexo 3 presentamos una síntesis sobre el proceso que comporta su
utilización.

Por último, queremos indicar que el calendario definitivo del proyecto


debe elaborarse una vez realizado el calendario financiero que explicamos en el
punto siguiente. Ello es importante para asegurarse que el suministro de
insumos en cada momento o fase del proyecto es el adecuado en función de
las actividades que comprende cada fase. Es decir, hay que asegurar que el
calendario de actividades es el óptimo en cuanto a interdependencia de unas
actividades con otras y en cuanto al flujo de recursos que es necesario
establecer en términos de tiempo para dichas actividades se puedan realizar
en el momento previsto.

3.6 Determinación de los recursos necesarios (quiénes y con que se realizará


el proyecto: insumos)

Todo proyecto requiere para su realización una serie de recursos


(bienes, medios, servicios, etc.) para obtener el producto y lograr el objetivo
inmediato. Cuando se elabora un proyecta suelen distinguirse cuatro tipos de
recursos: humanos, materiales, técnicos y financieros, que constituyen los
insumos necesarios para su realización.

a) Humanos: para ejecutar cualquier tipo de proyecto, hay que disponer de


personas adecuadas y capacitadas para realizar las tareas previstas. Esto
supone especificar la cantidad de personal, las cualificaciones requeridas a
realizar indicando quién es responsable de qué y cómo está distribuido el
trabajo (ver sobre esta cuestión lo relativo a la administración y gestión del
proyecto, punto 8). Cuando la índole del proyecto así lo requiera, hay que
indicar la necesidad de capacitar los recursos humanos que exige la realización
del proyecto. En este caso hay que establecer cuándo y con qué cualificación
se ha de tener el personal que se necesita (esto puede ser objeto de un
proyecto separado).

b) Materiales: es decir las herramientas, equipos, instrumentos,


infraestructura física, etc., necesarios para llevar a cabo el proyecto.

c) Técnicos: se establecen, además, las alternativas técnicas elegidas y las


tecnologías a utilizar.

98
d)Financieros: sobre la base de los cálculos de ejecución que explicamos a
continuación se realiza una estimación de los fondos que se pueden obtener,
con indicación de las diferentes fuentes con que se podrá contar presupuesto
ordinario, subvenciones, pago del servicio por los usuarios, ingresos o
beneficios, créditos (externos e internos), etc. Con ello, se podrá establecer la
estructura financiera del proyecto (quién o qué financia qué).

Pero ello no basta, para asegurar un buen diseño del proyecto en la


parte financiera, es necesario indicar lo que denominamos el calendario
financiero. Se trata de establecer en cada actividad y en cada momento o fase
del proyecto, cuáles son los recursos financieros necesarios. Esto se puede
realizar empleando un cuadro de doble entrada como el siguiente:

Momentos A B C D Etc.
Actividades
Actividad 1 $ $
Actividad 2 $ $ $
Actividad 3 $
Actividad 4 $ $
Actividad 5
Etc. $ $ $

En cada casilla hay que consignar la cantidad de recursos financieros


que son necesarios, de acuerdo a la actividad que tenga que realizarse y al
momento temporal en que se ubique. Una vez completado, podrá visualizarse
el flujo financiero necesario en cada momento y hacer las previsiones
oportunas. En otros casos, habrá que adaptar el calendario financiero a las
posibilidades reales de financiación en cada momento. De lo que se trata es de
evitar la mayor cantidad de desfases posibles entre el flujo de caja (cash-flow)
y los pagos a realizar o gastos a enfrentar.

Hay que precisar. Asimismo, La forma en que se irán obteniendo los


recursos, asegurando el ritmo de operación del proyecto, de modo que haya
una permanente revisión y nivelación entre gastos e ingresos.

Digamos, por último y a modo de síntesis, que un proyecto en el que no


hay recursos, no es mucho más que una declaración de buenos propósitos.

3.7 Cálculo de los costos de ejecución o elaboración del presupuesto

En todos los casos, la realización de un proyecto supone unos costos y la


disponibilidad de fuentes de recursos. No basta determinarlo en cifras globales:
en el análisis y cálculo de los costos se deben especificar claramente cada uno
99
de los rubros enunciando cada uno de los rubros, enunciando la cantidad y
cualificación del personal necesario, material, equipo, gastos de
funcionamiento, etc., todo ello expresado en términos monetarios.

El presupuesto, en cuanto presentación sistemática del costo y el


beneficio de un proyecto en unidades monetarias, comprende los siguientes
rubros principales:

a) Costo de personal: se calcula sobre la base del número de personas


que participan en forma remunerada en la realización del proyecto,
especificando el tipo de cualificación y la dedicación que se requiere
en cada caso. Dado que no todas las tareas tienen igual importancia,
a la hora de presupuestar los gastos hay que distinguir entre
personal técnico, auxiliares, administrativos, de servicio, etc.
b) Dietas o viáticos: incluye los gastos por desplazamiento del
personal (transporte, alojamiento y alimentación), comunicaciones,
etc., necesarios para realizar actividades fuera del lugar habitual de
residencia.

Locales: en este rubro la diferenciación principal está entre:

 Construcción de una localización.


 Compra y reacondicionamiento de un local.
 Alquiler de un local.

c) Material y equipos costo de material, gastos de transporte e


instalación. Mobiliario de oficina, archivos. equipos de cómputo,
calculadoras, fotocopiadora, etc.
d) Gastos de funcionamiento: electricidad, agua, gas. Gastos de
oficina (papelería, teléfono, comunicaciones, etc.)., limpieza y
conservación. Seguros, contribuciones e impuestos. Adquisición de
libros, revistas, etc.
e) Imprevistos: en todo proyecto hay que prever una cierta cantidad
de dinero para gastos imprevistos. Esta suma se suele calcular sobre
la base del 5% del total del presupuesto de gastos.
f) Beneficios: en algunos proyectos, además de los beneficios sociales
pueden obtenerse beneficios monetarios. Esto es, ingresos
financieros provenientes del mismo proyecto. En todos los proyectos
de índole productiva este rubro debe estar presente en el
presupuesto del proyecto. En otros proyectos de diferente modalidad,
pueden contemplarse ingresos provenientes de los usuarios. Dichos
ingresos, independientemente de que se aporten en dinero o especie
(mano de obra, por ejemplo) deberán cuantificarse en unidades
monetarias a la hora de elaborar el presupuesto de ingresos.

100
Lo que hay que hacer siempre es un presupuesto de gastos y de
cálculo de recursos, incluyendo la fuente y procedencia de los
mismos. Pero en algunos casos, se puede -o debe- hacer un estudio
de costos. En esas circunstancias se incluyen los siguientes rubros:
g) Costos directos: son. aquellos que se relacionan directamente con
la presentación del servicio e inciden en forma inmediata para la
realización y concreción del mismo.
h) Costos indirectos: corresponden a los servicios complementarios
que se originan como resultado de la ejecución del proyecto, por
ejemplo, alquilar un equipo de amplificación, gastos de impresión de
folletos, etc.
i) Costos fijos: son los costos que no sufren variación a corto plazo
cualquiera sea la magnitud de la prestación de los servicios o el nivel
de producción, por ejemplo, los sueldos del personal de plantilla, el
pago de alquiler de los edificios. etc.
j) Costos variables: llamados también costos de operación. Varían
directamente con el nivel de prestación de servicios o la magnitud de
las actividades que se realizan, como, por ejemplo, costos para la
contratación de personal para tareas específicas; materias primas.
energía eléctrica, etc.
k) Costo de capital: pueden entenderse como los costos de las
inversiones realizadas, o como el tipo de rédito que produciría ese
capital aplicado a otra inversión.
l) Costos corrientes: son aquellos que pierden su valor una vez que el
gasto se ha efectuado.
De manera general y simplificada puede decirse que, para la
determinación de los costos, hay que considerar tres elementos

 Los diversos factores que componen el proyecto.


 La cantidad usada de cada uno de los factores.
 El valor o precio de cada uno de los factores.

Resumiendo, la clasificación que puede hacerse de los costos, lo


esquematizado en el siguiente cuadro:

Características del costo De capital Corrientes Fijos Variables


Tipos de costo
Costos directos

Costos indirectos

La función del presupuesto es la de "asignar recursos", determinar la


fuente u origen de los mismos, y asegurar el desarrollo normal del proyecto y
funcionamiento de los servicios. De ahí que exista una notoria

101
interdependencia entre presupuesto y actividades Quien elabora un proyecto
debe articular coherentemente estos dos aspectos. de modo tal que no se
llegue nunca a la situación de haber establecido qué cosas hacer y no saber o
tener asegurado con qué hacerlo. O de tener recursos y no asignarlos
adecuadamente a la realización de las actividades que mejor contribuyen al
logro de los objetivos propuestos.

3.8 Administración del proyecto

En el diseño del proyecto debe quedar claramente presentada la


estructura de gestión para la ejecución del mismo. Para ello es necesario
enmarcarlo institucionalmente si ello no se hizo en el punto 2, relativo a la
naturaleza del proyecto. Si dicha información quedó reflejada en el documento
del proyecto con anterioridad, podremos pasar directamente a indicar la
estructura de gestión o administración del proyecto propiamente dicho.

Para ello conviene hacer figurar en el diseño del proyecto las siguientes
cuestiones:

 Organigrama, donde aparezca claramente señalado el proyecto dentro


de la organización existente, cómo se inserta en dicha organización.
 Funciones del personal del proyecto: esto es: determinar quién es
responsable y de qué parte del trabajo.
 Relaciones e interacciones del personal (determinar los niveles de
autoridad y jerarquía, relaciones de comunicación e información,
relaciones de consulta y asesoría.
 Mecanismos de control, coordinación, supervisor.
 Sistemas de evaluación interna y seguimiento, en cuanto a
responsabilidades y funciones.
 Canales de información. a quién hay que enviar informes. qué tipo de
informes y con qué objeto.

Si se trata de un proyecto que será ejecutado por varias organizaciones


habrá que, especificar además la responsabilidad que asume cada una de ellas,
así como el tipo de relación o vinculación que se establece a los efectos de la
ejecución del proyecto (convenio, acuerdo. etc.) También será necesario
especificar los responsables de las relaciones de coordinación inter-institucional
y sus atribuciones.

3.9 Indicadores de evaluación del proyecto

Los indicadores de evaluación son los instrumentos que permiten medir la


progresión hacia las metas propuestas. Si carecemos de ellos, toda evaluación
que nos propongamos será casi inútil, o poco viable. Tan importantes como las

102
metas son los indicadores en un proyecto. Ellos nos permiten realizar una
evaluación adecuada teniendo en cuenta los objetivos propuestos y las
realizaciones concretas. Por otra parte, si los indicadores no se establecen
durante la fase de diseño del proyecto habrá que reconstruirlos posteriormente
en la evaluación, probablemente con menos fiabilidad. Para que los indicadores
sean concretos y permitan una buena medición de los resultados del proyecto,
deben reunir algunas condiciones:

• Independencia, esto es: no conviene usar el mismo indicador para


medir diferentes metas y objetivos Cada meta debe tener un indicador
propio. Si ello no es posible, habrá que revisar el diseño del proyecto y
corregirlo.
• Verificabilidad. Es decir, los indicadores deben establecerse de tal modo
que sea posible comprobar o verificar de forma empírica los cambios que se
van produciendo con el proyecto. Esto permite que objetivamente el
indicador tenga el mismo significado tanto para un defensor como para un
oponente del proyecto.
• Validez. Los indicadores deben medir lo que se pretende medir. No se
trata de un jugo de palabras. Tomados en conjunto. todos los indicadores
deben reflejar los efectos del proyecto.
• Accesibilidad. Que implica el establecimiento de indicadores cuya
información necesaria (datos) se puedan obtener fácilmente. No tiene
mucho sentido emplear indicadores para los cuales hay que utilizar mucho
tiempo y esfuerzo en recabar los datos necesarios que permitan la
medición. Lo ideal es usar indicadores que requieran datos ya existentes o
que se puedan obtener mediante el sistema de seguimiento normal del
proyecto.

Por último, señalar que no siempre podemos encontrar indicadores


directamente cuantificables de lo que queremos medir. En esos casos, hay que
utilizar indicadores de sustitución o indirectos. Pero tenemos que saber que
cuanto más indirecto es el indicador, más peligro hay de que influyan factores
extraños.

Por ejemplo, en un programa de nutrición infantil, es mejor utilizar un buen


indicador sustitutivo de una mejora en la situación nutricional de los niños
(como por ejemplo las mediciones antropométricas, el peso o la talla, según la
edad) que el valor nutricional de la ingestión alimentaria. Muchas veces se
utilizan indicadores de sustitución (como, por ejemplo: calidad de los
materiales de la vivienda. compras de bienes de consumo o de capital, etc.)
para estimar cambios en los ingresos. ya que la gente está poco predispuesta
a dar información sobre sus ingresos económicos.

103
3.10 Factores externos condicionantes o pre-requisitos para el logro de los
efectos e impacto del proyecto.

Lo que aquí denominamos pre-requisitos para el logro de los efectos e


impacto del proyecto, son los factores externos significativos, sobre los cuáles
la administración o dirección del proyecto puede no tener ningún tipo de
control, pero que resultan esenciales para el éxito del Proyecto. Si bien la
gerencia del proyecto tiene el control sobre los recursos o insumos, las
actividades y la obtención de productos, ello no es suficiente para el logro de
los efectos (objetivos y metas) e impacto (finalidad última) del proyecto. Estas
últimas cuestiones, suelen depender en gran parte de factores externos más
que de los productos generados en el proyecto. Dicho en otras palabras, estos
factores están fuera del control del proyecto, pero deben producirse para que
el proyecto tenga éxito y logre el efecto e impacto propuesto, Por ello es
necesario que en el diseño del proyecto se especifiquen claramente cuáles son
esos factores externos de los que depende significativamente el éxito del
proyecto.

Un buen diseño del proyecto no deberá incluir factores externos poco


realistas (el proyecto sería inviable), ni tampoco elementos que puedan ser
aclarados en la fase de diseño. Podrán referirse "a decisiones de política,
mecanismos de coordinación interna del gobierno o de organismos externos,
insumos y productos de otros proyectos y programas, insumos materiales y
financieros para actividades consecutivas, etc." Por otra parte "la identificación
de estos elementos que no forman parte del diseño del proyecto puede
clarificar al proyecto y mejorar su probabilidad de éxito, señalando la
necesidad de estos requisitos externos y su coordinación para lograr los
efectos e impacto del proyecto. Este procedimiento reduce también la
incertidumbre en que opera el proyecto y establece los límites de la
responsabilidad gerencial".

De ordinario, estos factores juegan un papel muy importante en las


relaciones causales de los distintos niveles del proyecto. Por ejemplo, si se
obtienen los productos se podrán lograr las metas y objetivos. pero ese logro
no depende sólo de la obtención de los productos. Siguiendo con el caso que
tomamos para ejemplificar esta guía: los productos son "400 maestros
formados como educadores de adultos " el efecto u objetivo es mejorar para
desarrollar el servicio. Es decir, la meta de aumentar en un 50% el servicio de
educación de adultos se puede lograr si existen los maestros necesarios
formados (productos) y si el gobierno de la región X los contrata en el plazo
establecido para el servicio de educación de adultos (factor externo
condicionante para pasar del nivel de productos al nivel de metas y objetivos).
Y si seguimos con este ejemplo, suponiendo que este factor se ha dado y se ha

104
logrado contratar a los maestros (efecto u objetivo), ello no es suficiente para
que se logre el impacto o finalidad (disminuir el analfabetismo). Hay un factor
externo que condiciona el objetivo logrado y es la buena predisposición de la
gente para participar en el programa de educación de adultos. Si ese factor
externo se da, entonces se podrá pasar del nivel de efectos (objetivo) al nivel
de impacto (finalidad última).

Para determinar correctamente estos factores externos condicionantes


del proyecto o pre-requisito para el logro de efectos e impactos, es necesario
que sean

 realistas y bien fundamentados, ya que de lo contrario el


proyecto sería poco viable. Además, es preciso que no solamente
se expongan los factores, sino que se muestren e indiquen las
razones de por qué tiene posibilidades de acontecer (si no tiene
bastantes posibilidades de ocurrir, se estará proponiendo un
proyecto en el aire).
 precisos, esto es: que se expresen en términos concretos y no
como expresión de buenos propósitos. Dicho en otras palabras,
habrá que indicar con exactitud en base a qué fuente se
determina el factor. Hay que huir de fórmulas vagas tales como
"según datos disponibles", etc.
 completos, lo que implica señalar todos los factores externos que
condicionan el éxito del proyecto a todos los niveles (impacto,
efectos, productos, actividades, etc.). En cualquier caso, nunca
deben señalarse factores que conciernan a las partes implicadas
en el proyecto (ya sea en cuanto a insumos, obligaciones, etc.) ya
que ello no queda fuera del control del proyecto.

Por último, mencionar que puede resultar sumamente útil presentar un


cuadro sintético de los distintos niveles de resultados que se esperan obtener,
junto con los indicadores de cada uno de ellos y los factores externos que
condicionan el paso o salto de un nivel a otro. Si tomarnos el ejemplo con que
ilustramos esta guía, dicho cuadro quedaría del siguiente modo:

105
Niveles de resultados Indicadores y medios Factores
de comprobación

IMPACTO (finalidad) Tasa de crecimiento o (Efectos hacia impacto)


Disminuir la tasa de disminución del La población analfabeta de la
analfabetismo en la región en analfabetismo, establecida a región acepta y participa
un 50%, entre 1990 y 1996. partir de las estadísticas activamente en los cursos de
regionales, y comprobada educación para adultos, y
mediante datos sobre existen en el lugar otros
escolarización de adultos en servicios de promoción
la región. cultural o educativa que los
permitirán consolidar los
conocimientos adquiridos
(biblioteca, círculos de
cultura, etc.).
EFECTOS
(Objetivo): reforzar el 400 maestros de educación (productos hacia esfuerzos)
servicio de educación de de adultos empleados por el El Ministerio de Educación
adultos de la región X. servicio regional de educación efectivamente capaz de
Reforzar el servicio de de adultos para el año 1993, emplear a los 400 maestros
educación de adultos en la lo que se puede comprobar formados como fue
región X, en el año 1993, con los registros del presupuestado y se ponen
ampliando en un 50% la personal; se utiliza al más medios de transporte,
capacidad del personal personal de educación de etc., a disposición del
responsable de las tareas de adultos (técnico) en el personal responsable de
educación. programa reorganizado de educación de adultos de la
analfabetización regional, lo región X.
que se comprueba con una
encuesta especial a realizar
en 1993.
PRODUCTO
400 maestros bien Número de maestros
capacitados en educación de capacitados cada año en (actividades hacia productos)
adultos en el año 1992 a comparación con las metas 100 maestros graduados,
través de cuatro cursos de un establecidas y el desarrollo están disponibles cada año
año cada uno (1989 – 1992). de actividades. para su capacitación como
educadores de adultos.

El objetivo de este cuadro, que es presentar sintéticamente la relación


entre fines, medios y condiciones. puede lograrse de una manera más
completa, elaborando lo que se denomina "matriz del marco lógico" del
proyecto. Este instrumento puede utilizarse para probar, además, la
coherencia del diseño del proyecto (una presentación más detallada de este
instrumento, se indica en el anexo 4).

106
Bibliografía citada

1. ILPESGuia para la elaboración de proyectos. (mimeo), Santiago, 1966

2. FAO Pautas para la elaboración de proyectos de cooperación técnica.


(mimeo), Roma, 1984

3. idem.

4. Idem.

5. Idem.

6. Idem.

A continuación, presentamos un esquema general a modo de síntesis, de


la guía para diseñar proyectos, junto con un diagrama donde se puede apreciar
la interrelación entre los distintos componentes del proyecto en función del
flujo de causalidad.

ESQUEMA GENERAL PARA EL DISEÑO DE UN PROYECTO

1. Denominación del proyecto.


2. Naturaleza del proyecto.

1. Descripción del proyecto


2. Fundamentación o justificación
3. Marco institucional
4. Finalidad del proyecto
5. Objetivos
6. Metas
7. Beneficiarios
8. Productos
9. Localización física y cobertura espacial

3. Especificación operacional de las actividades y tareas a realizar.


4. Métodos y técnicas a utilizar.
5. Determinación de los plazos o calendario de actividades.

6. Determinación de los recursos necesarios:

• Humanos
• Materiales
• Técnicas
• Financieros

107
■ estructura financiera

■ calendario financiero

7. Cálculo de costos de ejecución y elaboración del presupuesto.


8. Administración del proyecto.
9. Indicadores de evaluación del proyecto.
10. Factores externos condicionantes o pre-requisitos para el logro de
los efectos e impacto del proyecto.

108
Anexo 1

109
GUÍA PARA DIAGRAMAR ACTIVIDADES

No siempre la exigencia del trabajo demanda elaborar un proyecto. Sin


embargo, siempre es necesario programar actividades. Esto puede hacerse de
maneras muy variadas, pero en general, es conveniente utilizar "guías" que
permitan ordenar y articular coherentemente las diferentes fases del trabajo a
los efectos de su ejecución.

Aquí proponemos una guía que puede prestar algún servicio en este
sentido y que, además, puede adaptarse a cualquier tipo de programación de
carácter social o cultural.

No hay mucho que explicar acerca del uso de esta guía, porque cada
columna indica lo que hay que hacer y el conjunto de ellas (consideradas de
izquierda a derecha) explican su secuencia lógica. Una recomendación práctica
nos parece oportuna: habida cuenta de los ajustes que se deben ir haciendo
mientras se elabora (es decir, mientras se va llenando la guía-cuadro), es
recomendable que se haga el trabajo utilizando un lápiz, de tal manera que se
pueda borrar y reformular con facilidad. Posteriormente, mientras se desarrolla
el proyecto, habrá que seguir haciendo nuevos reajustes.

Anexo 2

EL DIAGRAMA DE GANTT O CRONOGRAMA DE AVANCE

Explicamos a continuación el modo de confección del cronograma de


avance o diagrama Gantt, por ser el más sencillo y fácil de comprender de
todos los métodos gráficos de programación y control.

Consiste en una matriz de doble entrada. en la que se anotan, en las


líneas, las distintas actividades que componen un proyecto y en las columnas,
el tiempo durante el cual se desarrollarán esas actividades. Una barra
horizontal frente a cada actividad representa el periodo de duración de la
misma. La longitud de la barra indica las unidades de tiempo, señalando la
fecha de inicio y la fecha de terminación de la actividad.

Proceso que se sigue para la confección del gráfico Gantt

1°. Listado y ordenamiento de actividades

Este primer paso consiste en establecer la lista de actividades


ordenadas, según han de ser ejecutadas o realizadas. Se ha de prever una
secuencia con el máximo de lógica posible, partiendo de la actividad más
inmediata o inicial, o sea. que antes de ella no hay otra, y terminando con
aquella más allá de la cual no existe otra y que, por tanto, llamamos actividad

110
final. Entre la actividad inicial y la actividad final hay que indicar todas las
actividades a realizar estableciendo la relación de precedencia que hay entre
ellas.

2°. Construcción de barras. Estimación del tiempo de duración de cada


actividad

A continuación, hay que estimar el periodo de tiempo que lleva cada


actividad para su realización. Como la duración de actividades y recursos están
estrechamente ligados, para la estimación del tiempo, hay que tener presente
la real disponibilidad de recursos. tanto humanos como técnicos, materiales y
financieros, de modo que exista una razonable posibilidad de desarrollar la
actividad en el tiempo previsto. En este tipo de gráfico no se puede reflejar la
incertidumbre de terminación de una actividad. hay que hacer un cálculo que
vaya entre "lo más pronto posible" y "lo más tarde posible".

3° Confección del gráfico

El tercer paso es la elaboración gráfica teniendo presente el calendario


operativo que se ha confeccionado en el paso anterior. La tarea principal es la
construcción de barras horizontales cuya longitud representa cada actividad
indicada en unidades de tiempo. Por un convencionalismo aceptado
universalmente. a cada mes se le atribuyen 4 semanas. La mínima unidad de
tiempo en este tipo de gráfico es la semana.

A continuación, mostramos un ejemplo hipotético de diagrama Gantt,


utilizado para calendarizar los primeros 16 meses de trabajo, en un proyecto
de construcción de viviendas por el sistema de ayuda mutua:

111
Problema que pretende resolver Situación inicial

Efectos que se quieren lograr Objetivo general

Objetivos específicos

Metas

Productos

Actividades

Obstáculos

Por actividad

Tiempo
Por personas

Recursos
Materiales

Humanos

Total
Costos
A gestionar

Planifica
(participación institucional)
Funciones administrativas

Organiza
Quien

Coordina

Dirige

Controla

Impacto que se espera conseguir Situación objetivo

ANEXO 1

112
Tareas E F M A M J J A S O N D E F M A

1. Carcado de la obra
2. Construcción del obrador
(casilla con oficina, depósito de
herramientas, habitación del
sereno, servicios higiénicos

3. Demoliciones y limpieza de
terreno

4. Nivelación del terreno


(Replanteo general, desmontes,
terraplanes, rellenos, etc.)

5. Provisión de agua a la obra

6. Provisión de electricidad a la
obra para la iluminación y
funcionamiento de la maquinaria

7. Acopio de materiales de
construcción (arena, pedregullo,
cemento, hierro, etc.) y
herramientas

8. Fabricación de bloques y
premoldeados diversos

9. Replanteo de la obra
10. Fundición (excavación de
sanjas, llenado de cimientos y
contrapisos

11. Colocación de capa aisladora


12. Levantamiento de la
mampostería (paredes de
bloque, etc.)

13. Llenado de hormigón armado


de apoyos y supraestructura

14. Colocación del techo

15. Aislación del techo

16. Colocación del piso

17. Instalación sanitaria

18. Colocación aberturas

19. Instalación eléctrica

20. Revoque, pinturas y otras


terminaciones

21. Conexión de agua, luz y


sanitarios

22. Cercado de los lotes

23. Urbanización (arborización,


veredas, calles, etc.)

Anexo 2

113
ANEXO 3

METODO DE PROGRAMACION A B C (ANALYSIS BAR CHARTING)

Como ya señalamos en el texto, para planificar y controlar un proyecto


se han elaborado muchos métodos de redes. Estos métodos, a medida que se
fueron desarrollando, se hicieron más complejos, hasta el punto que, muchos
de ellos sólo podían elaborarse e interpretarse por un especialista.

El método ABC, tiene por objetivo asegurar que el trabajo se realice de


manera correcta y en el tiempo debido u oportuno, pero tratando de evitar las
complicaciones innecesarias que tienen otros sistemas o métodos de redes. Su
diseño se basa en la necesidad de ser utilizado en cualquier proyecto, oficina o
departamento.

Esta planificación del trabajo consiste en elaborar un calendario de


actividades y tareas, que asigna a cada una de ellas una fecha de comienzo y
un término. Asegurando paralela y simultáneamente los medios necesarios
para hacer que cada actividad esté realizada cuando sea oportuno. Para lograr
este objetivo, el ABC se desarrolla en una serie de pasos:

 Lógica de secuencias. Se trata de ordenar correctamente las actividades


que comprende el proyecto (tarea a realizar que tiene un comienzo y un
fin, durante la cual la actividad ocurre una sola vez). En esta fase no se
tienen en cuenta ni la duración, ni los recursos (esto se hará después).
Con estos datos se construye una red.
 Duración de las actividades. Se estima la duración de cada una de las
actividades y se inserta esta información en la representación de cada
actividad.
 Ruta crítica y holguras. Hay que determinar fechas de comienzo y de
término de cada una de las actividades críticas. La determinación de
holguras se realiza respondiendo a cuestiones como las siguientes:
¿cuál es la fecha más temprana en que una actividad debe
comenzar?
¿cuál es la fecha más tardía en que la actividad puede comenzar?,
¿cuál es la fecha más temprana en que la actividad puede
terminar?,
¿cuál es la fecha más tardía en que la actividad puede terminar?

 Programación. Los recursos se estudian en detalle. Con esa información


y toda la precedente, se toman las decisiones sobre las fechas de
comienzo y finalización de actividades más críticas, y se fija el
cronograma (calendario de ejecuciones).

114
ANEXO 4

MATRIZ DEL MARCO LÓGICO (Extractado del documento de la FAO: Pautes


para la evaluación de proyectos de cooperación técnica y adaptado por los
autores.)

La matriz del marco lógico es el instrumento más apropiado para el


análisis "medios-fines”. Originalmente se ideó para la AID (Agencia
Internacional de Desarrollo), y su empleo está actualmente muy extendido,
inclusive en todo el sistema de las Naciones Unidas.

Esta matriz del marco lógico ofrece una estructura que permite a los
encargados de la planificación y de la evaluación de proyectos, especificar con
claridad y precisión los distintos componentes del proyecto y las vinculaciones
que existen entre ellos. Ahora bien, el marco lógico no es un conjunto
integrado de procedimientos, ni una norma de evaluación. Desde el punto de
vista de la programación y desde el punto de vista técnico es neutro y no
indica cuáles son los medios más eficaces para lograr el objetivo a largo plazo
o finalidad del proyecto. Como decíamos en el texto, la matriz del marco lógico
es, fundamentalmente un instrumento que puede utilizarse para probar la
coherencia del diseño del proyecto.

El marco lógico consta de una matriz, en la que las columnas (lógica


vertical) representan los niveles de los objetivos del proyecto y los medios que
se necesitan para lograrlos. Las filas (lógica horizontal) indican cómo pueden
verificarse las realizaciones.

Con el uso continuado de esta matriz y el paso del tiempo, se le han


introducido modificaciones. Aquí se ofrece la versión de la OIT (Organización
Internacional del Trabajo) porque es más sencilla que la versión original y
porque subraya los componentes más importantes del marco lógico, dejando
de lado otros menos esenciales. En el gráfico adjunto figura el marco, junto
con las preguntas que deben contestarse para completar cada una de las
casillas.

La lógica vertical, se basa en el principio de causalidad, en una relación


"medios-fines". En otras palabras, las vinculaciones pueden expresarse en
términos condicionales, con la conjunción "si"... a la que sigue la relación. Es
decir: si se aportan insumos pueden realizarse actividades; si se realizan
actividades se obtendrán productos; si se generan productos se alcanzará la
meta y el objetivo propuesto; si se alcanza el objetivo se logrará el impacto, a
condición de que se produzcan los acontecimientos complementarios (factores
externos).

115
Otro punto importante que es preciso tener presente es que, a todos los
niveles, con excepción del que va del objetivo (efectos) a fines (impacto), la
etapa inferior debe ser necesaria y suficiente para alcanzarla etapa superior.
Por ejemplo: el suministro de los insumos o recursos indicados debe ser
necesario y suficiente para que se realicen las actividades; la realización de las
actividades es necesaria y suficiente para que se generen los productos; la
obtención de los productos y el acontecimiento del (o de los)factor(es)
externos(s) es necesario y suficiente para lograr las metas y objetivos
propuestos; el logro de los efectos y el acontecimiento del factor externo es
necesario y suficiente para lograr el impacto del proyecto.

Denominación del proyecto

DESCRIPCIÒN RESUMIDA INDICACIONES FACTORES EXTERNOS


OBJETIVAMENTE IMPORTANTES
COMPROBABLES
1. Finalidad 1.1 Indicadores del 2.2 Del objetivo inmediato
impacto del proyecto a la finalidad
¿Cuál es la razón del
proyecto, hacia qué objetivo ¿Cuáles son los medios para ¿Cuáles son los
sectorial más amplio se verificar la realización del acontecimientos o
dirigen los esfuerzos del objetivo último o finalidad? condiciones fuera del control
proyecto o del programa? ¿Cómo sabrá la dirección del del proyecto que deben darse
¿por qué se emprende el proyecto, o cualquier otra para que la realización del
proyecto? ¿Quiénes son los persona, que el proyecto está objetivo inmediato pueda
beneficiarios buscados? ¿Cuál aportando la contribución contribuir a alcanzar la
es el impacto que se prevista para la realización finalidad?
pretende? del objetivo a este nivel?
2. Objetivo y metas 2.1 Indicadores de la 3.1 De los productos al
realización del objetivo y objetivo y las metas
¿qué efecto específico debe las metas (terminación del
alcanzar el proyecto mientras proyecto) ¿Cuáles son los
esté en curso, es decir, si el acontecimientos, condiciones
proyecto se termina con ¿Qué pruebas, mediciones o o decisiones fuera del control
éxito, qué mejoras o cambios indicaciones confirmarán que de la dirección del proyecto
pueden esperarse en el el objetivo inmediato se está que, junto con los productos
grupo, organización o zona a realizando o se ha realizado? de éste, son necesarios para
que se dirige el proyecto? ¿Qué condiciones o lograr el objetivo inmediato.
situaciones objetivamente
verificables se prevén si el
proyecto alcanza su objetivo
y su meta?
3. Productos 4.1 De las actividades a
los productos
¿Qué productos (tipo y número) deben generarse (con los
insumos aportados y las actividades realizadas) para lograr el ¿Cuáles son los
objetivo inmediato. acontecimientos, condiciones
o decisiones fuera del control
de la dirección del proyecto
que, junto con las actividades
de éste son necesarios para
lograr los productos?

116
4. Actividades 5.1 De los insumos a las
actividades
¿Qué actividades debe realizar el equipo del proyecto para
generar los productos deseados? ¿Cuáles son los
5. Insumos acontecimientos, condiciones
o decisiones fuera del control
¿Qué bienes y servicios (personas, equipo, capacitación, etc.) de la dirección del proyecto,
deben aportar las partes implicadas en el proyecto, para que deben darse para iniciar
emprender las actividades necesarias con las que se las actividades, una vez que
generarán los productos programados? los insumos estén
disponibles?
Anexo 5

CRITERIOS PARA EVALUAR, PRIORIZAR Y SELECCIONAR PROYECTOS

Cuando hablamos de evaluación de proyectos en la fase de diseño,


estamos haciendo referencia a una clase de evaluación: la evaluación ex-ante.
Esta modalidad como su denominación misma indica, se efectúa antes de la
ejecución del proyecto, y tiene por objetivo investigar el diseño del proyecto,
su coherencia interna, su grado de adaptabilidad al contexto, etc. (Se puede
ampliar información sobre este tema en Evaluación de programas de trabajo social, de Ezequiel
Ander-Egg, Humanitas, Buenos Aires, 1989.).

No vamos a mencionar aquí todo lo relativo a la evaluación de


proyectos, ya que esto sería apartarnos bastante del tema que nos ocupa. Sin
embargo, no queremos terminar esta guía, sin antes indicar algunos criterios
que conviene tener en cuenta a la hora de evaluar proyectos, y de cara a su
fundamentación posterior. Además, la realización de la evaluación ex-ante, en
sus diversas formas, nos permite ajustar con mayor precisión la matriz del
marco lógico, y efectuar las correcciones oportunas en el diseño del proyecto.

Generalmente, la evaluación del diseño del proyecto debe realizarse por


más de un sistema, utilizando más de un procedimiento, ya que, al no tratarse
de proyectos económicos, la evaluación se hace más compleja y requiere de
criterios específicos. Algunos de estos criterios específicos pueden ser los
siguientes:

Análisis de costo-beneficio

Este procedimiento es fundamental cuando se trata de proyectos


productivos (granja, taller artesanal, cooperativa, etc.). Consiste en analizar en
cada momento o fase del proyecto (y luego en su conjunto) el nivel de costos y
de beneficios, comparando uno y otro a los efectos de determinar la
oportunidad económica y de rentabilidad del proyecto.

Este tipo de análisis que podríamos graficar de la siguiente forma,

117
B1 B2 B3 B4 ....... Bn
Momento cero (MO) M1 ....... M2 ....... M3 ....... M4 ....... Mn
Inversión inicial C1 C2 C3 C4 ....... Cn

se complica cuando se trata de evaluar proyectos sociales o culturales, cuyos


rendimientos no pueden ser medidos muchas veces, en términos económicos.
En estos casos, una adaptación de la fórmula podría serla siguiente:

fórmula simple: Beneficios


inversión + costos

fórmula adaptada: inversión + costos de funcionamiento


nº de beneficiarios

Así, por ejemplo, si existen 4 proyectos alternativos, y de acuerdo a la fórmula


nos encontramos que los proyectos son:

proyecto A = I + CF = 100 = 2
Nº benef 50

proyecto B = 3 (el proyecto de B es más rentable que A porque cuesta menos


por beneficiario)

Supongamos que A es un proyecto de salud, y sale a 4.


que B es un proyecto de educación, y sale a 3.
que C es de recreación, y sale a 1.
que D es para tercera edad, y sale a 2.

Entonces, desde el punto de vista de la rentabilidad:


C es mejor que D,
D es mejor que B, y
B es mejor que A.

Esta clase de análisis, nos permite ir evaluando la rentabilidad de los


proyectos, aun cuando no generen beneficios económicos. Sin embargo, el
hecho de que la evaluación deba realizarse siempre en
función de los objetivos estratégicos [E = f (0E)], y que la mayoría de los
proyectos sociales y culturales
tengan costos y beneficios no económicos, hace necesario en algunas
oportunidades, emplear fórmulas
más complejas, tales como:

beneficio económico + beneficios no económicos

costos económicos + costos no económicos

118
De esta fórmula se desprenden otras que quizás puedan ser más útiles
según la índole del
proyecto:

ventajas
= (Costa/benefit analysis)
desventajas

eficiencia
= (cost/efectivices analysis)
costes
En cualquier caso, el problema es simple cuando lo cualitativo (que
siempre existe) sólo "matiza" lo cuantitativo. El problema se hace más
complejo a la hora de evaluar, cuando lo cualitativo excede a lo cuantitativo.

Balance social
Además del análisis de costo-beneficio, o de costo-oportunidad, en el
caso de proyectos de tipo social, suele ser conveniente realizar también el
denominado "balance social". Este procedimiento para evaluar la relación
medios-fines y su nivel de cumplimiento, puede emplearse en todo tipo de
proyectos (empresas, organizaciones no competitivas, organizaciones no
lucrativas, etc.). En el caso de proyectos de bienestar social y de animación,
realizar el balance social comporta:

 definir los actores sociales (interesados)


 definir sus exigencias sociales
 determinar los indicadores sociales que corresponden a ellas
 medir el grado de cumplimiento (antes, durante y después)

Estos componentes básicos de lo que podríamos llamar auditoría social


(social audit), pueden ser muy útiles en la evaluación previa del proyecto. Sin
embargo, este instrumento de evaluación ex-ante, tiene una dificultad que es
preciso resolver para su buena utilización: se trata de los conflictos que
pueden generar las exigencias contrapuestas de los diversos interesados. Por
ejemplo, en un proyecto o servicio de tipo social como puede ser una
residencia de ancianos, los interesados son varios: los usuarios atendidos, los
usuarios en lista de espera, el personal que atiende la residencia (de todos los
niveles), las asociaciones ciudadanas de tercera edad existentes en la
comunidad, los competidores (otras residencias existentes en la comunidad y
que dependen de otra organización distinta a la que nos ocupa), los
proveedores del centro, los poderes públicos, los medios de comunicación
social, las familias de los ancianos, la comunidad local del área de influencia de
la residencia.

Es obvio que, en este ejemplo, los fines o exigencias de cada clase de


interesados (o actores sociales) son muy distintos, y pueden entrar en conflicto
entre sí, y entre ellos y los fines de los responsables de tomar las decisiones.
En estos casos, hay que ponderar a los interesados en función de criterios

119
políticos y técnicos. Para decirlo con mayor exactitud, primero hay que
jerarquizar los interesados (lo que es una decisión fundamentalmente política)
y, en segundo lugar, una vez jerarquizados, hay que ponderarlos (lo que se
puede resolver técnicamente). Para hacer esta ponderación, se utiliza el mismo
sistema que para la ponderación de alternativas en la toma de decisiones que
examinamos a continuación.

El método de los sistemas de ponderación


Una vez jerarquizados los fines y objetivos del proyecto, o los diferentes
proyectos alternativos queso pueden ejecutar (esa jerarquización puede ser
realizada en función de objetivos estratégicos, de objetivos políticos, o por
razones de rentabilidad económica), es necesario ponderarlos para asegurar
una
toma de decisiones o una evaluación coherente de los mismos.

Con el sistema de ponderación, se asigna un valor porcentual a cada


alternativa, de tal manera que la suma de todas ellas sea 100. A continuación,
se determinan las distintas posibilidades de acción en cuanto la aplicación de
recursos, y se establece el impacto de cada una de dichas alternativas sobre
los objetivos fines propuestos. Por último, se confecciona la tabla de
ponderación que permite hallar la decisión o alternativa más adecuada en
función de las prioridades.

Veamos el procedimiento con un ejemplo. Supongamos que el problema


es determinar la “asignación de recursos en un museo municipal" (*)

1°. Determinación de los objetivos del museo y ponderación de los


mismos:
conservación de obras de arte ..........................................20
formación cultural ........................................................... 40
dar una imagen positiva del municipio .............................. 10
ayuda a artistas locales ...................................................30
100

2°. Determinación de alternativas de aplicación de recursos:

adquisición de una obra extranjera


adquisición de obras locales
mejora de las instalaciones del museo

3°. Establecimiento del impacto de las alternativas sobre los objetivos:

A) Adquisición de una obra extranjera:


conservación .....................................................................0
formación cultural ............................................................50
imagen del municipio ........................................................50
ayuda a artistas locales ......................................................0
100

120
B) Adquisición de obras de artistas locales:

conservación ................................................................ ...0


formación cultura.............................................................20
imagen del municipio .......................................................10
ayuda artistas locales .......................................................70
100
1. Mejora de las instalaciones del museo:
conservación ...................................................................70
formación cultural ............................................................10
imagen del municipio ....................................................... 10
ayuda artistas locales....................................................... 10
100

4°. Ponderación de las alternativas:

(En el cuadro aparece: arriba, junto a cada objetivo, el valor asignado a


cada uno en función de las prioridades del museo; en las casillas de la
izquierda de cada objetivo aparece el valor numérico del impacto de cada
alternativa en dicho objetivo; y en la columna de la derecha de cada objetivo,
aparece el resultado de multiplicar el número de la casilla izquierda por el de la
casilla de arriba (objetivo). Sumando todas las casillas derechas de una fila se
obtiene el resultado final de cada alternativa).

Objetivos Conservación Formación Imagen Ayuda Suma


Alternativas (20) (40) (10) (30)
Adquisición
de obras 0 0 50 20 50 5 0 0 25
extranjeras
Adquisición
de obras 0 0 20 8 10 1 70 21 30
locales
Mejora de las
instalaciones 70 14 10 4 10 1 10 3 22

(Dado que todas las cifras a multiplicar terminan con unidades de cero, se ha
operado exclusivamente con las decenas para evitar Cifras de varios
numerales).
Según el sistema empleado, la adquisición de obras de los artistas
locales es la decisión más coherente con los objetivos ponderados que las otras
alternativas.

La evaluación del riesgo cualitativo y los problemas potenciales

Este tipo de evaluación ex-ante, tiene por objetivo mejorar el diseño del
proyecto en función de la situación contextual, la previsión de actuaciones
contrarias o no compatibles con el objetivo del proyecto por parte de actores
sociales externos, e introducir correcciones que permitan establecer factores

121
externos condicionantes o pre-requisitos para el logro de resultados en la
matriz del marco lógico del proyecto de la manera más realista posible.
Además, sirve como instrumento para diseñar medidas contingentes.

Dicho en otras palabras, esta clase o modalidad de evaluación supone —


en el lenguaje de la planificación estratégica— la detección de todos los
obstáculos posibles al proyecto, la evaluación de problemas potenciales, la
identificación de amenazas y riesgos, etc.

De lo que se trata, por tanto, es de establecer anticipadamente todas las


contingencias negativas que puedan afectar el proyecto. Otras contingencias
aparecerán en el transcurso del proyecto, pero cualquier previsión que se
realice en este sentido ayudará sobremanera al éxito del proyecto.

Para ello, hay que aprovechar el tiempo existente entre el


acontecimiento contingente y la aparición de las consecuencias negativas para
el responsable de tomar decisiones. Este espacio de tiempo es el que se
denomina tiempo de reacción. Asimismo, hay que estar atento a las "señales
de alarma" (weak signals) que se producen antes del acontecimiento
contingente, y que pueden servir de indicios o anuncios anticipados del riesgo
o amenaza que se avecina.

Si no se realiza esta evaluación de riesgo cualitativo, parte del tiempo de


reacción tendrá que emplearse en planificar nuevas acciones antes esos
riesgos e irá disminuyendo la capacidad de maniobra.

De ahí que la evaluación tenga que culminar en la elaboración de plan


de acciones para riesgos y contingencias. Ello permitirá aprovechar todo el
tiempo de reacción posible en su puesta en marcha en vez de usarlo en
planificar nuevas acciones.

De ahí que todo proyecto, bien elaborado, después de realizada la


evaluación ex-ante que ahora proponemos, culmine con la presentación del
plan de acción en situaciones de riesgo. Estas acciones deberán ser de tres
tipos:

 preventivas (que será conveniente aplicar permanentemente dado


que reducirán las posibilidades de existencia de riesgos)
 cautelares (aplicables desde el momento en que aparezcan
señales de alarma)
 reactivas (que se emplearán cuando se produzca el hecho
contingente negativo o la situación de riesgo y amenaza)

122

También podría gustarte