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La Comunicación Política Es Un Concepto Relativamente Joven

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La comunicación política es un concepto relativamente joven; se empezó a

utilizar en la década de los cincuenta, pero sus antecedentes históricamente


hablando, se remontan de manera práctica, a los tiempos cuando el ser humano
comenzó a vivir en grupo y se presentaron tanto las relaciones como las
confrontaciones por el poder en el escenario de la convivencia grupal,
comunitaria, tribal, y luego urbana, y hoy lo podemos ver en medio del mundo
globalizado.

En este sentido, podemos decir, que a través del tiempo, el ser humano ha
desarrollado la acción política desde la comunicación, con el fin predeterminado
de convencer e influir en los ciudadanos para la aceptación de determinadas
tomas de posiciones políticas sobre una visión convencional de sociedad,
economía, o cualquier política pública que se quiere implementar.

Se dice que Herodoto, considerado el “padre d ela historia” , haciendo


referencia a la comunicación política, a lo que según él se conocía como “los
ojos del rey”, en referencia a quienes “eran informadores independientes de la
autoridad”, sobre el pensar que los súbditos tenían de sus mandamases, acción
que luego sería utilizada por los romanos y por la cultura occidental, “a fin de
conocer la opinión y las noticias que circulaban por el territorio” (Berrocal, 2003:
25).

Es entonces, como ve
mos, que tanto la recolección como propogación dde y opinión, del gobernante
sobre su reino, hoy Estado nacional globalizado, es una forma de relación que se
ha ido perfenccinado, con el fin de buscar la aceptación y legitimación de su
forma de gobernar. En este sentido, la preocupación por lograr la aceptación y la
fama en la legitimación del poder, y con ello d elas acciones políticas, son parte
presente en el desarrollo de la civilización occidental.

Como diría Weber (1979), en todos los regímenes políticos, en todas las culturas
y épocas, la comunicación se ha orientado a fortalecer el mandato de un
determinado tipo de dominación y, de esta forma, garantizar la obediencia de los
ciudadanos; en otras palabras, crear las condiciones necesarias para el
funcionamiento de cualquier relación dominante-dominado.

Pero más que esto, en el caso que nos ocupa, que desde el Senado de la República se haya
consitutido un medio como la Revista “Legislación y Prospectiva”: una nueva forma de leer
al país, la comunicación debe verse como la forma de irradiar un contenido con imagen que
vincule a la entidad política, el Congreso, por medio de un mensaje persuacivo con la
ciudadanía que espera ver acciones que les representen visión d epaís., que procure la
generación, preeminencia y transmisión de emociones, valores, principios e ideas
que sustenten la aceptación del grupo gobernante. Por su parte, para que los
ciudadanos acepten es necesario, antes que nada, que conozcan el contenido del
mandato de los gobernantes y las reglas en cuestión a fin de estar en
posibilidades de acatarlas, cuestionarlas o rechazarlas.

Siguiendo a Weber, “se diría que la legitimidad de un régimen político descansa


en un proceso de comunicación orientado a socializar los sentimientos afectivos,
las premisas racionales, las creencias religiosas o las expectativas de
determinadas consecuencias-intereses que garantizan la existencia y reproducción
de los diferentes tipos de dominación” (1979: 27). Es importante destacar que la
comunicación en su perspectiva política tiende a buscar un mejor entendimiento
entre los integrantes que componen la sociedad y entre ésta y el grupo
gobernante.La comunicación cumple un papel fundamental en los sistemas
democráticos, ya que permite conocer el ejercicio de los gobernantes y elaborar
libremente nuestra forma de pensar y actuar en relación con el gobierno. Los
políticos, dentro de su función gubernamental, actúan y toman decisiones que
impactan a la sociedad, lo cual influye directamente en su permanencia y
estabilidad de su cargo, por lo que tienen como objetivo reducir la inestabilidad y
vulnerabilidad del mismo; por tanto, necesitan contar con apoyo para legitimar
sus acciones y garantizar su permanencia. Aquí, la comunicación adquiere un
papel trascendental, cuyas funciones son informar, interpretar y mediar intereses,
con esto se legitima su acción comunicativa, dado que los objetivos de los
políticos pasan por una estrategia de comunicación de sus acciones en forma de
mensajes a la sociedad. En conclusión, la actividad política se fundamenta en la
comunicación. Las acciones y obras de los gobernantes

88Reflexiones sobre la comunicación políticatienen que ser transmitidas a la sociedad y


retroalimentarse con las respuestas que den los partidos políticos, sindicatos,
estudiantes, intelectuales, entre otros, en cuanto a su aceptación, negación o
rechazo. Para un hombre de Estado, actuar y comunicar son dos caras de una
misma realidad.de sA R Ro l l od el Ac o m u n i cA c i ó np o l í t i cALos inicios de la
comunicación política pueden encontrarse prácticamente desde la ciudad-estado
con las aportaciones de Platón y Aristóteles en los momentos gloriosos de la
retórica en las plazas públicas, pasando por la República romana y el Estado-
nación, hasta llegar a la época actual, donde aparece el término de comunicación
política. Al respecto, Wolton señala que: “tiempo atrás, muchísimos vocablos
habían designado a esa actividad dedicada al intercambio de discursos políticos,
pero las más de las veces fue recibiendo una connotación poco laudatoria, y hasta
crítica, sobre todo en el siglo x x, en que el comunismo y el nazismo identificaron
comunicación política con propaganda (1998: 28).Los primeros estudios sobre
comunicación política aparecieron en el momento en que se empezaba ya a
reconocer el poder de los medios masivos de comunicación en la influencia y
manipulación de los individuos. Lasswell impulsó la investigación sobre las
posibilidades de la guerra psicológica contra Alemania en 1927; Pakard se centró
en el estudio del poder de los persuasores ocultos.La comunicación política
experimentó un gran desarrollo después de la primera guerra mundial, debido,
principalmente, a tres causas: la inminencia de que se aproximaba otro conflicto bélico,
con actores como el comunismo en la u r s s, los fascismos en Italia y Alemania; el acenso
de los e u al rango de primera potencia mundial, y el desarrollo de la prensa de masas, de la
radio y el cine, que no sólo suponían tecnologías al servicio de la información, la expresión
artística y el entretenimiento, sino también posibilidades para la propaganda y el
adoctrinamiento político, cuya eficacia y alcance urgía investigar (Del Rey, 1996: 166).Los
estudios sobre comunicación de masas de los años cuarenta comenzaron a
introducir herramientas metodológicas más elaboradas y complejas a fin de medir
el poder de influencia de los medios sobre sus audiencias; en esta época, la
publicidad, la propaganda, las relaciones públicas y la comunicación política
necesitaban recursos persuasivos para conquistar a los consumidores y cautivar a
los electores.Determinantes para esta nueva concepción del poder de la
comunicación sobre los individuos resultaron “los estudios en 1948 de Lazarfeld,
Berelson y Gaudet sobre las elecciones en Estados Unidos, y los estudios
empíricos de Hyman en 1953 sobre los efectos de la televisión en la campaña del
presidente Eisenhower, que han sido de gran importancia para tomar con gran
reserva y cautela el poder de los medios de comunicación sobre los individuos”
(Reyes, 2007: 108).Desde esta perspectiva, casi hasta mediados de 1960, se
impulsó la idea de
89María Cristina Reyes Montes, José Antonio O’Quínn Parrales, Juan Miguel Morales y Gómez, Eduardo Rodríguez
que la comunicación que se transmitía a través de los medios servía para
Manzanares

reforzar actividades determinadas. Sin embargo, los estudios posteriores


concluían que los individuos tendían a exponerse a ciertos contenidos en los
medios, renaciendo el interés por analizar el impacto de la comunicación en las
personas.Para fines de los sesenta, había trabajos importantes en este sentido,
como los de Kurt Lang y G. Lang, Valdimer Key, Jay Blumer y James Halloran.
Algunos defendían que los individuos practican una exposición selectiva de la
información que reciben de los medios, mediante ésta seleccionan y discriminan
mensajes con base en creencias y valores previamente determinados.En la década
de los sesenta, con la aparición en Estados Unidos de los debates políticos-
electorales en televisión, surgieron nuevos estudios sobre el papel de la televisión
y la influencia de ésta en los procesos electorales. Es en medio de esta atmósfera
general que comienzan a aparecer los primeros trabajos sobre la comunicación
política. En aquel momento, los estudios se concentraban en el comportamiento
electoral de los ciudadanos. Posteriormente: la comunicación política en la década de
1970 como campo especializado inicia su consolidación, partiendo de concebir a los
medios de comunicación como un factor trascendental y poderoso en la forma de pensar y
actuar de los individuos, y bajo este supuesto surgen teorías como la de los usos y
gratificaciones, en donde se concibe a la audiencia como receptora activa en la
información, quien la retiene y selecciona de acuerdo con sus necesidades, para utilizarlas,
posteriormente con intenciones y fines específicos (Reyes, 2007: 109).Asimismo,
durante las décadas de 1970 y 1980 también se incluyeron en los estudios de
comunicación política los que se centraban en el discurso político, la relación de
los medios, la opinión pública y las instituciones gubernamentales.Como se
puede observar, la definición de comunicación política se encontraba en un
proceso de construcción para adquirir su reconocimiento y es en 1973 cuando la
Asociación Internacional de Comunicación crea la división de estudios de
comunicación política, fomentando el intercambio académico entre los
interesados en estudios sobre los usos de la comunicación en la realidad política,
la relación entre poder y medios, la comunicación entre ciudadanos y políticos, la
publicidad electoral y actores políticos, entre otros temas.Con base en diversos
estudios, varios autores señalan que nació una nueva teorización sobre la
comunicación política, a la vez que se desarrolló una comunicación política
nueva, distinta, dado que aparecieron también nuevos medios de comunicación:
Dentro de los autores más importantes en los estudios de comunicación política destacan:
Lazarsfeld, Lewin, Houland y Lasswell; Lazarsfeld se dedicó al estudio de los medios de
comunicación y de sus efectos en los electores,; Lewin orientó su investigación hacia los
problemas de comunicación en los grupos sociales; Houland impulsó el análisis de la nueva
retórica de la persuasión, y Lasswell estudió la propaganda política y las técnicas de
análisis de contenido (Del Rey, 1996: 175).
90Reflexiones sobre la comunicación políticaLazarsfeld y Berelson investigaron sobre el impacto
de las campañas electorales, demostrando que los efectos de la comunicación
distaban mucho de ser controlados por los emisores, distinguiendo, incluso, que
los efectos dependen de las variables de los receptores.Posteriormente, las
aportaciones de autores como Fagen, Nimmo, Trent, Friedenberg, Pares y
Wolton, entre otros, permitieron comprender la comunicación política como un
fenómeno político y social, estudiando los efectos de las actividades
comunicativas, los intercambios de símbolos políticos, la ideología, los conflictos
y, fundamentalmente, su trascendencia e impacto en la actividad política.Como
menciona Alain Touraine (1994), en la comunicación política moderna no ha
existido una evolución general en los sistemas de representación política; derecha
e izquierda parecen hacer esfuerzos para reducir al mínimo sus programas y
reemplazarlos mediante la personalización de los candidatos o, en mayor medida,
por medio de las investigaciones de mercadotecnia política.Es innegable que han
aparecido nuevas formas de comunicación política sin que ello implique la
desaparición de prácticas tradicionales como el uso de la plaza pública, el mitin,
la visita domiciliaria; más bien, se han generado nuevas formas que combinan los
procedimientos tradicionales con los modernos.C o m o l o a p u n t a e n u n a r e
c i e n t e investigación Marc Abeles: “Existe un conjunto de rituales que marcan
la vida política de nuestras sociedades y ocupan un puesto en las prácticas de los
gobiernos y de los candidatos. Estos ritos deben reinscribirse en el contexto más
general de la simbólica republicana. La repercusión del desarrollo rápido de las
tecnologías mediáticas y el empleo progresivo de los métodos modernos de
comunicación por parte de los políticos” (citado por Ferry y Wolton 1989:
157).Otra de las características de estas nuevas formas de comunicación política
es su signo de gran cobertura mediática. El político y los gobernantes ya no
tienen que desplazarse miles de kilómetros para comunicar e informar sus
propuestas, obras y toma de decisiones a sus representados, basta con utilizar los
medios masivos de comunicación para hacerse presente inmediatamente en todo
el territorio al que quiere hacer llegar su mensaje.Ante los cambios que se
presentan en las sociedades modernas, dichos medios se han posicionado como
un elemento fundamental para establecer un vínculo de comunicación entre
gobernantes y gobernados; no obstante, el gobernante no puede confiarse sólo en
la comunicación interpersonal para informar, activar o persuadir a millones de
individuos, grupos sociales y organizaciones a los que debe llegar de alguna
manera.El desarrollo de la comunicación política ha tenido un gran impulso y
penetración en las relaciones del poder público con la sociedad; esto se ha
incrementado de manera exponencial a partir de los años noventa, cubriendo una
gran diversidad temática que incluye la propaganda política, los debates políticos,
las relaciones entre medios y estructuras gubernamentales (principalmente desde
el punto de vista de la formulación de políticas públicas),
91María Cristina Reyes Montes, José Antonio O’Quínn Parrales, Juan Miguel Morales y Gómez, Eduardo Rodríguez
la imagen política, el establecimiento de la agenda y las campañas
Manzanares

electorales. Sin embargo, también se han generado imprecisiones sobre el campo


específico de la comunicación política.L a c o m u n i c a c i ó n p o l í t i c a e s t
u d i a l a s d i m e n s i o n e s c o n t r a d i c t o r i a s y complementarias que se
presentan en la política, información y comunicación en sistemas democráticos.
Así, el desarrollo de la política que cada vez se hace más compleja y
problemática con la participación de nuevos actores sociales, la generación de
nuevas y mayores demandas, el aumento de la participación ciudadana y la
exigencia de acceso a la información política requiere de mayores estudios e
investigación en este campo específico.Nimmo y Sanders (1981) afirman que,
para lograr el reconocimiento de disciplina, la comunicación política tuvo que
transitar por cinco etapas: la primera surgió de su reconocimiento como parte
sustantiva de los procesos políticos; la segunda, con el inicio de publicaciones de
textos especializados en el tema; la tercera, a partir del reconocimiento
académico; la cuarta, con el reconocimiento profesional, y la última se ha
generado por una concurrencia multidisciplinaria (Sociología, Ciencia Política,
Comunicación y Psicología) en torno a ella.Actualmente, para gobernar, se
requiere conocer lo que necesita y demanda la opinión pública; de esta forma, la
comunicación permite a la democracia manejarse en sentido descendente, (del
poder político al electorado), y en sentido ascendente, de la opinión pública a los
gobernantes.Entonces, la comunicación política se presenta como el escenario en
el que se intercambian argumentos, pensamientos y pasiones a partir de los
cuales los ciudadanos eligen. Además, es a la vez una instancia en la que el
ciudadano obtiene información política para formarse una opinión de las
diferentes opciones que se le presentan y, así, tomar una decisión. Es aquí donde
podemos identificar y reconocer la importancia de la comunicación en la política,
ya que los llamados “hombres de la política”, en su necesidad por hacerse
escuchar por los ciudadanos, se ven forzados a emplear técnicas comunicativas
para que sus mensajes tengan una mayor eficiencia. Los políticos emplean
diferentes estrategias de comunicación para llegar a un tipo específico de
electorado.La comunicación ha venido a rescatar la importancia que tiene la
sociedad para el gobierno; los políticos saben que no es suficiente el
autoritarismo para controlarla. La exigencia de la sociedad es ser tomada en
cuenta, más todavía, pero ésta no es la misma, va cambiando de acuerdo con su
contexto y, por ello, se necesitan rescatar o reinventar las técnicas de
comunicación para llegar a ella y poder mantener un intercambio de ideas, lo que
es indispensable para la permanencia, desarrollo y consolidación de la
democracia.de f i n i e n d ol Ac o m u n i cA c i ó np o l í t i cAyl o sA c t oR e sq u ep A Rt i c i pA
ne ne l lAPensar en la comunicación política moderna nos ubica en el desarrollo de
los medios de comunicación, donde la transmisión de mensajes por parte de
partidos políticos
92Reflexiones sobre la comunicación políticay ciudadanos o bien entre gobernantes y gobernados
se hizo presente. Sin embargo, es imprescindible sistematizar la información
teórica, analizarla y aportar propuestas que enriquezcan este campo de estudio,
así como impulsar la investigación de nuevas temáticas sobre las relaciones
existentes entre los actores de la comunicación política y su impacto en el
fortalecimiento de la democracia moderna.En un principio, el término
comunicación política poseía un carácter denotativo de tipo teórico y el simple
hecho de mencionarlo no causaba mayores problemas; en la actualidad, cuenta
también con el carácter connotativo, pues al momento de investigarlo se necesita
ubicarlo desde sus referentes y dentro de un contexto, convirtiéndose en un
concepto operacional. Entre más operacional sea el concepto, de acuerdo con su
referente, mayor será la especificidad de su definición (Sartori, 1989a).La
comunicación política estudió en sus inicios la comunicación de los gobernantes
con la sociedad, vista ésta como mercado electoral; más tarde, también se enfocó
en el intercambio de discursos entre los políticos, hasta llegar a los medios de
comunicación masivos y la formación de la opinión pública.Como término, la
comunicación política moderna ha sido estudiada a partir del papel que juegan
sus principales actores: políticos, periodistas, dueños de medios de comunicación
y la opinión pública. Sin embargo, este análisis se ha centrado con especial
atención en la función que juegan los medios de comunicación en el intercambio
de mensajes entre el gobierno y la sociedad, dejando de lado otro tipo de temas
importantes para el estudio de este campo, como son la participación ciudadana,
la relación partidos-ciudadanía, transparencia y rendición de cuentas, la libertad
de expresión, entre otras.El concepto de comunicación política, al igual que el de
democracia, se ha ido modificando a través del tiempo, al grado que es casi
imposible no caer en imprecisiones. Hay diferentes autores que tratan de precisar
el campo de estudio de la comunicación política de manera más detallada,
estableciendo una serie de planteamientos y definiciones sobre este asunto.Para
Wolton, la comunicación política es “el espacio en el que se intercambian los
discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para
expresarse públicamente sobre política, y que son los políticos, los periodistas y
la opinión pública a través de los sondeos” (1998: 31). Dicho autor la define
como la interacción entre la información, la política y la comunicación,
elementos fundamentales para garantizar y desarrollar el funcionamiento de los
sistemas políticos democráticos. Como disciplina, estudia la influencia de los
medios de comunicación desde una perspectiva mucho más amplia, considerando
el papel de medios, sondeos y políticos, haciendo énfasis en los tres factores que
legitiman a la democracia: política, comunicación e información.Ochoa considera
que el proceso de c o m u n i c a c i ó n p o l í t i c a “ c o n s i s t e ,
fundamentalmente, en el intercambio de mensajes de orden político, entre
emisores y receptores. Dichos papeles pueden ser desempeñados de manera
indistinta o
93María Cristina Reyes Montes, José Antonio O’Quínn Parrales, Juan Miguel Morales y Gómez, Eduardo Rodríguez
simultánea por gobierno y ciudadanos en un marco del sistema social”
Manzanares

(1999: 19).Si no se cuenta con canales informativos, se aísla al ciudadano del


conocimiento y de que cuente con información suficiente; de esta manera, no
conocería las decisiones que toman los gobernantes y que en determinado
momento afectarían su vida ni conocería quiénes están al frente del gobierno, por
lo que su participación se reduciría al mínimo.Para Jean Marie Cotteret, “la
comunicación política es un intercambio de información entre los gobernantes y
los gobernados, a través de canales de transmisión estructurados e informales”
(1977: 1). En este caso, los canales de transmisión son diversos y la
comunicación existe cuando tenemos a un emisor, un mensaje, un receptor y una
realimentación. El emisor y el receptor pueden variar entre gobernantes y
gobernados; será comunicación política cuando en el sistema político existan
consecuencias en el intercambio de información, éstas pueden darse de forma
directa o indirecta, mediata o inmediata.Otros autores que coinciden con Ochoa
son Meadow, quien define la comunicación política como “el intercambio de
símbolos o mensajes que, con un significativo alcance, han sido compartidos por,
o tienen consecuencias para el funcionamiento del sistema político” (citado por
Ochoa, 1999: 4); mientras que Fagen plantea que una actividad comunicacional
se considera política en virtud de las consecuencias, actuales y potenciales, que
ésta tiene para el funcionamiento del sistema político; es decir, le atribuye un
carácter emancipador a la comunicación dentro del sistema político. Bajo estos
supuestos, Ochoa sugiere que la comunicación política ha desempeñado distintos
papeles dependiendo del sistema político: en una dictadura, su cometido se ve
limitado al servir como un mero instrumento del poder establecido,
considerándosele, entonces, como propaganda; en un sistema democrático, la
comunicación ocupa un rol central en sus procesos, ya que permite la
retroalimentación entre los diversos actores políticos.Una visión
institucionalizada de la comunicación política es la de D. Nimmo cuando sostiene
que “una comunicación (actividad) puede ser considerada política en virtud de las
consecuencias (actuales y potenciales) que regulan la conducta humana bajo
ciertas condiciones de conflicto” (citado por Monzon, 2006: 218).En este sentido,
la actividad comunicativa que se dé entre las personas tendrá consecuencias en el
sistema político para la toma de decisiones del gobierno y será comunicación
política siempre y cuando dicha actividad permita la interacción de opiniones
sobre los asuntos que interesan al gobierno y a los ciudadanos; de otra forma,
sólo será mera comunicación entre individuos.Por su parte, Jean Cotteret sostiene
que “el sistema político persigue en el seno de la sociedad objetivos precisos:
mantener o modificar el orden social” (1977: 99). Aquí, la comunicación justifica
la necesidad de legitimidad del sistema político, dando a los gobernados la
posibilidad de adherir los valores de una sociedad a un conjunto de valores
comunes, debiendo ser los deseados, admitidos y reconocidos por la sociedad en
el sistema político.
94Reflexiones sobre la comunicación políticaPara hablar de un buen funcionamiento en el sistema
político, resulta fundamental la existencia de una sociedad organizada que
legitime las acciones gubernamentales y la existencia de valores comunes. El
orden será visible sin la necesidad de recurrir a un control ejercido
arbitrariamente, puesto que los ciudadanos tendrán la firme convicción de que las
reglas fueron puestas por ellos y los valores deben ser respetados.Cotteret plantea
que “la comunicación política consiste en el pasaje voluntario de un mensaje
político desde un emisor a un receptor, con la intención de arrastrar a quien lo
recibe hacia una dirección determinada, de tal manera que no pueda encaminarse
a otra” (1977: 5). La comunicación, entonces, aparece como la posibilidad de
hacer que los demás hagan suyos los mensajes que reciben de quien los envía;
bajo este supuesto, no se puede hablar de una relación recíproca entre los
involucrados por el mensaje, porque tiene ventaja el emisor sobre el
receptor.Además, Cotteret restringe la decisión del receptor, pero éste no es
pasivo y toda la información que le llega del emisor la acepta o la rechaza según
sus intereses. El receptor puede ser persuadido únicamente si el mensaje tiene
implicaciones directas para él; por otra parte, la intención de llevarlo a una
dirección determinada está presente, pero su cumplimiento no puede ser
asegurado, dado que la decisión del receptor depende de varios factores que
pueden ser económicos, políticos, sociales, psicológicos, demográficos y
culturales.Se dice que la comunicación política ha surgido de la interacción entre
ciencia política y comunicación, sin dejar fuera las aportaciones de la sociología
y la psicología social, es así que la comunicación política se orienta, en
determinado momento, a fenómenos de liderazgo y poder en la función pública e
influencia social, donde se dan las relaciones entre los gobernantes y gobernados,
candidatos y electores.Para Valles, la comunicación política es el intercambio de
mensajes de todo tipo que acompaña necesariamente a la toma de decisiones
sobre conflictos de interés colectivo y está presente en las fases del proceso
político, como son “la expresión de demandas, definición de la cuestión que es
objeto de conflicto, la elaboración y negociación de propuestas de intervención,
la movilización de apoyos para cada una de dichas propuestas, y la adopción y
aplicación de una de ellas” (Valles, 2003: 289).La comunicación política se
concibe también como la relación entre individuos que entre ellos participan,
seleccionan e interpretan las fuentes de comunicación a las que se exponen con
facilidad y a las que se les presta mayor atención; los mensajes que reciben los
retienen selectivamente en la memoria y son registrados y mantenidos durante
largos plazos según sean las actitudes previas y la cultura política a la que
pertenezcan.En otra circunstancia, cuando se habla de comunicación política se
hace referencia al papel de la comunicación en el proceso político, así, es “el
conjunto de técnicas y procedimientos de que disponen los actores políticos, en
especial los gobernantes, para atraer, controlar y persuadir a la opinión pública”
(Guerrero, 2003: 61-62).Varias son las definiciones que se presentan y poco es lo
que se ha avanzado en el consenso para identificar la más aceptable; sin embargo,
en ciencias sociales, la validez de los conceptos depende del contexto, época y
tema que se esté tratando.Wolton define la comunicación política como un
“espacio en el cual se intercambian los discursos contradictorios de los tres
actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y que
son los políticos, los periodistas y la opinión pública a través de los sondeos”
(1998: 31). Bajo esta lógica, el autor entiende la comunicación política como un
proceso abierto y dinámico para transmitir mensajes en el que los tres actores
implicados tienen la posibilidad de discutir los asuntos políticos que surgen en el
acontecer y que, por ende, son de interés para ellos; la interacción entre los
actores goza de equilibrio en la toma de decisiones sobre los asuntos que se
discuten y se fortalece la relación existente entre ellos.Con esto, se pretende
señalar que la comunicación política es vista en su proceso mediante dos
direcciones: una descendente, de los políticos hacia los individuos, pasando por
la mediación e intervención de los medios; otra ascendente, de la opinión pública
a los políticos a través de la mediación de los sondeos. De esto, se tienen cinco
ventajas sobre la definición de comunicación política que Wolton (1998)
presenta:La primera se distingue porque amplía la perspectiva clásica, es decir,
tradicionalmente se ha estudiado la relación entre dos actores, ya sea entre
políticos y electores o periodistas y políticos; sin embargo, esta apertura se
distingue porque se analiza la interacción entre los tres actores (políticos,
periodistas y opinión pública). Lo anterior genera una línea de comunicación e
información política bien ascendente o bien descendente en la que los periodistas
son mediadores:La segunda ventaja señala la originalidad de la comunicación
política en la que se manejan tres dimensiones de la democracia: política,
información y comunicación. En un primer momento, aparecen en el espacio
público los temas y problemas políticos; después, los medios de comunicación
que difunden la información sobre éstos, y los periodistas que también informan,
pero que hacen una crítica sobre dichos temas. Una vez surgidos los asuntos
políticos, después difundidos por los medios de comunicación y criticados por los
periodistas, es necesario conocer la opinión pública, sus reivindicaciones y sus
reacciones sobre la acción de los políticos. Es así que se considera que esta
ventaja tiene una forma incluyente de los tres actores, logrando que la opinión
pública esté informada sobre los asuntos políticos y logre, con ello, emitir un
juicio sobre el trabajo político en tiempos electorales y no electorales. La tercera
ventaja subraya la trascendencia de los discursos políticos en la comunicación
política, es decir, son importantes aquellos que son objeto de conflictos y
polémicas; éstos obedecen a un tiempo y espacio determinado y varían
dependiendo de su significación en el espacio público en el que aparecen y se
discuten; con su cambio también se modifica la opinión de los tres actores
respecto a los discursos.La cuarta ventaja se presenta en la revalorización de la
política respecto a la comunicación, es decir, el lugar de la primera Opinión
públicaperiodistaspolíticos y Políticosperiodistasopinión pública

96Reflexiones sobre la comunicación políticasin ser opacada por la segunda, más bien, la
comunicación permite a la política expresarse amplia y extensamente, aunque,
por ello, la política se ha transformado en un espectáculo donde se privilegia el
sentimentalismo sobre la razón, lo cual es cuestionable en temas políticos y en la
toma de decisiones del gobierno sobre asuntos que interesan a la opinión pública
y que pueden afectarle.Por último, la quinta ventaja señala que el público no está
ausente de la interacción, pues sus opiniones son rescatadas mediante los
sondeos, mismos que permiten a periodistas y políticos conocer la reacción sobre
los temas que interesan a todos. En este sentido, la interacción se complementa
entre los tres actores y la política, información y comunicación se hacen
presentes como elementos de un proceso comunicativo, ahí la interacción entre
políticos, periodistas y opinión pública se lleva a cabo.La comunicación política
es una instancia de regulación en la que las elecciones dan la victoria a algunos e
inmediatamente reanudan otros debates; es también un conjunto de reglas que
permiten el funcionamiento del espacio de intercambio de
discursos.Actualmente, en la comunicación política, los periodistas han pasado
de ser testigos de la actividad pública y política a actores; los líderes políticos
adquieren nuevas técnicas de comunicación y persuasión; los gobiernos, en el
mejor de los casos, deben dar cuenta de sus actos con rapidez y transparencia, y
los partidos políticos pierden peso en la escena política para dar paso a la
popularidad e imagen de sus líderes. El nuevo espacio público está dominado por
la información.Tomando en cuenta las definiciones presentadas por los diferentes
autores, esto ha permitido comprender y explicar lo que se entiende por
comunicación política, así como identificar a los diversos actores que intervienen
en ella y establecer las relaciones que existen entre ellos a partir de los puntos de
vista contradictorios En apartados anteriores, se menciona que todo proceso de
comunicación requiere de un emisor, un mensaje, un receptor y una
realimentación; sin embargo, es importante incluir el canal por el cual se
transmite el mensaje, de esta forma tenemos un proceso ideal de comunicación
política.El mensaje político contiene información en su sentido amplio: datos,
opiniones, argumentos, sentimientos, valoraciones, llamamientos críticos, etc., y
se expresa de forma verbal o no verbal. El canal más simple e inmediato de
transmisión de un mensaje político es el contacto cara a cara, pero en el ejercicio
de masas los medios de comunicación son quienes canalizan la información.La
realimentación se produce cuando se invierten los papeles, es decir, un emisor se
vuelve receptor y viceversa. En la comunicación de masas, la realimentación se
da cuando en las encuestas y en los sondeos de opinión se registran las reacciones
de la población sobre las actividades y manifestaciones de los dirigentes
políticos.El constante movimiento “de ida y vuelta entre emisores y receptores
hace que la comunicación sea un ejercicio ininterrumpido que nunca cesa y en el
que multitud de participantes están permanentemente implicados, aunque sea a
ritmos y con intensidades diferentes” (Valles, 2003: 292).
97María Cristina Reyes Montes, José Antonio O’Quínn Parrales, Juan Miguel Morales y Gómez, Eduardo Rodríguez
Una vez identificadas las partes que intervienen en el proceso de
Manzanares

comunicación, es necesario identificarlas y compararlas con los actores de la


comunicación política, por ejemplo: el emisor en una campaña política sería el
candidato o político que aspira a ocupar un puesto público; el receptor o
receptores serían los ciudadanos que en determinado momento elegirán entre los
candidatos a aquel que atienda sus demandas; el mensaje será variado, bien
pueden ser las propuestas, el discurso, los debates, las frases de las campañas, por
mencionar algunos; el canal serían los medios de comunicación, como las
pancartas, las bardas en las que se pinta el logotipo del partido y las frases de
campaña, los periódicos, los comunicados, los mítines, entre otros. La
realimentación se presenta cuando los papeles se invierten y se refleja en las
encuestas, en los sondeos de opinión y en el resultado de las elecciones; en
tiempos no electorales, en las manifestaciones de los ciudadanos respecto a un
tema de interés común.Con la comparación entre los elementos del proceso
comunicativo y los actores de la comunicación política se pretende dejar lo más
claro posible el modo en el que se lleva a cabo dicho proceso y cómo funciona
éste en la comunicación política, para ello, en el siguiente apartado, se ahonda en
sus actores.Según Wolton, los políticos no pueden limitarse a ser sólo hombres
políticos (hommes politiques), más bien, deben concebirse como instituciones y
organismos a los que representan y que tienen intereses propios; los partidos, las
secretarías, los gobiernos y legislaturas estatales son un ejemplo. EI sentido de la
comunicación es presentar sus acciones y programas en busca de respaldo
popular y legitimidad. Es importante resaltar que los intereses de los políticos en
la comunicación política no están dados ni se hallan fijos en el tiempo.Por su
parte, los medios son organizaciones con intereses propios que se reflejan cuando
presentan la información y abordan los temas políticos; en el caso de la
información que transmiten, desde el momento en que se determina lo que es o
no es noticia, hasta la decisión de transmitirla o no, pasando por la forma en
cómo se transmite. Los intereses de los medios de comunicación se rigen por la
manera en la que se insertan en el mercado y en la política y por cómo cumplen
sus funciones profesionales, que son informar a los ciudadanos con el fin de
participar en los asuntos públicos, vigilar el poder y servir como un foro de
debate y discusión para diferentes grupos con el objetivo de comunicar sus
intereses.Además existe una relación políticos-dueños de los medios de
comunicación y periodistas, donde los políticos quieren que sus acciones se
transformen en mensajes y el periodista tiene en su poder la posibilidad de
convertirlas para difundirlas en los medios. Los valores que manejan cada uno de
estos actores son diferentes; a los dueños de los medios los mueve el valor
económico; a los periodistas, informar veraz y objetivamente; a los políticos, el
reconocimiento y validación de sus acciones por parte de los ciudadanos.La
ubicación en diferentes puntos dentro del sistema político, tanto de periodistas
como de políticos, los hacen desempeñar diferentes roles; el de los primeros será
el de vigilancia sobre las acciones políticas y el de los segundos, actuar y
gobernar.
98Reflexiones sobre la comunicación políticaEn la comunicación política, un gobierno no puede
gobernar a ciegas, necesita del reflejo de su actuación en los medios de
comunicación a través del análisis de la prensa, pues el medio también recoge la
opinión de su público sobre ciertos temas de interés para la comunidad mediante
sondeos realizados con técnicas de muestreo estadístico. De esta manera, los
resultados obtenidos le permitirán enjuiciar la actuación del gobierno en cuanto a
ciertos temas, con lo cual se convierte en representante de buena parte de la
población.Respecto al público, es importante saber a quiénes se incluye y a
quiénes se deja fuera; en lo que se refiere a la opinión, es necesario establecer si
son expresiones inmediatas, si son informadas, si expresan actitudes, si son
relativamente permanentes, o qué combinación de valores, identidades y
actitudes reflejan, o si podrían conducir o no a la acción. En otro caso, la opinión
emitida por los ciudadanos pondrá de manifiesto la postura de los miembros
proactivos de la sociedad que de manera abierta declara sus juicios, con lo cual el
medio se convierte en escaparate público del sentir popular.Si bien es cierto que
el medio se convierte en un espacio para que la población exponga sus
inconformidades; también es claro que obedece a los intereses de la empresa que
como tal representa –algunas de las declaraciones serán conocidas y otras no
podrán difundirse; no obstante, sólo tendrán relevancia cuando la población
organizada se manifieste en público expresando su inconformidad o su
aceptación, de otra forma, sólo será una opinión individual–.En el caso de los
actores de la comunicación política, se requiere de la presencia y participación de
todos: políticos, periodistas, dueños de los medios y opinión pública; su eficacia
depende de la autonomía y credibilidad de los diversos actores que participan en
ella, con lo que se preserva el principio de representación en una sociedad
democrática (Reyes, 2007).mo d e l o sd ec o m u n i cA c i ó np o l í t i cASegún Ochoa
(1999), un modelo de comunicación política se presenta en el momento en el que
el mensaje es codificado de modo que cumpla con ciertos requisitos que lo
adecúen a lo político. En un primer momento, se cuida la forma en que se dice, el
efecto que se preve que pueda tener el mensaje, la imagen pública, el carácter
social, entre otros; después, ese mensaje será interpretado tanto por quienes lo
reciben como por los mediadores sociales, así, la interpretación del mensaje
político para los medios será mediante el análisis del discurso, entrevistas y
aplicación de sondeos de opinión, a partir de los cuales codificará contenidos
(artículos, editoriales, reportajes). Para los ciudadanos, la interpretación puede
ocurrir según sus propias percepciones u opiniones, o bien, en función del grado
en que se vean afectados los intereses de cada grupo.Valles (2003) proporciona
dos modelos de comunicación política:a) Modelo telégrafo. Se concibe como una
relación lineal; los emisores elaboran y emiten el mensaje que es recibido y
descifrado por el receptor; la comunicación es aquí contemplada como un
ejercicio bilateral.
99María Cristina Reyes Montes, José Antonio O’Quínn Parrales, Juan Miguel Morales y Gómez, Eduardo Rodríguez
b) Modelo orquesta. Relación en la que intervienen multitud de actores,
Manzanares

los cuales, emiten mensajes simultáneos, accesibles en tiempo real y son


reinterpretados por los receptores que pueden reaccionar sobre la marcha e
intervenir de nuevo. El proceso se convierte en algo parecido al concierto
ofrecido por una orquesta.Si nos damos cuenta, en el primer modelo sólo los
emisores son los que transmiten información que llega al receptor, por lo que,
según Valles, dicho modelo únicamente está constituido por tres partes: emisor,
mensaje y receptor; sin embargo, en la comunicación política existen cuatro
actores, ya que no puede quedar fuera el proceso de realimentación. En el
segundo modelo, como se señaló, se afirma que los receptores reinterpretan los
mensajes y reaccionan ante ellos, lo que en la comunicación política significaría
la fase donde aparece la opinión pública.Lo interesante en el desarrollo de este
modelo es la existencia de la política, información y comunicación; la primera se
representa por la ideología y acción de los políticos; la segunda es manejada por
los medios de comunicación y principalmente por los periodistas; la última se
manifiesta en las interacciones de los ciudadanos respecto a los temas en el plano
político.Sin duda, estos modelos propuestos por los autores aquí vistos permiten
explicar mejor la comunicación política al hacer hincapié en los actores que
intervienen y la función que cumple cada uno; de este modo, permite su
desarrollo en un plano colectivo y también logra que la comunicación se dé en
dos pasos, del emisor a un líder de opinión y de ese líder de opinión al ámbito en
el que se sitúa.Así, a este modelo agregamos el líder de opinión que, dentro de su
círculo, tendrá la capacidad de multiplicar la difusión de los mensajes que no
hayan llegado a los ciudadanos por medio de los periodistas y medios de
comunicación.co n c l u s i o n e sSe debe dejar claro que el contenido de la
comunicación política es rico en enseñanzas para precisar el funcionamiento de
las instituciones, ya que permite que los ciudadanos se forman una idea de éstas,
las cuales nacen de una presentación del sistema político a través de los discursos
de los hombres políticos.Si los políticos no manifestaran sus acciones a través de
mensajes dirigidos hacia la población, ésta no tendría conocimiento sobre lo que
hacen. En una democracia, se lucha por derechos, libertades y cumplimiento de
las reglas establecidas para el buen funcionamiento del sistema político. En una
monarquía o regímenes totalitarios, las decisiones del gobernante se toman
arbitrariamente, sin consultar a la población. Por el contrario, en la democracia se
da espacio a la participación de los ciudadanos para la toma de decisiones; se
confrontan las opiniones y la población toma parte de ese debate de posturas
sobre las ideas expuestas, para que juntos, población y gobierno, generen un
consenso sobre lo que mejor convenga a ambas partes.No hay democracia sin
considerar a la opinión pública, pues es inseparable de un proceso
comunicacional, tanto en su constitución como en su expresión. Lo que
100Reflexiones sobre la comunicación políticareflejen por medio de los sondeos será considerado
por los gobernantes para la toma de las decisiones y el actuar político.La
importancia de la comunicación política en las democracias radica en el derecho
de réplica de la opinión pública respecto a las acciones que políticos y candidatos
realizan, al tiempo que permite la realimentación, la respuesta de los mensajes
que emiten los gobernantes a los gobernados. Por ello, cuando hablamos de
comunicación política lo hacemos dentro del campo de la democracia. En la
elección de nuestros gobernantes, dentro del sistema democrático, la
comunicación política juega un rol importante, desde el momento en el que los
partidos políticos presentan a sus candidatos, el desarrollo de la campaña
electoral, la difusión de la información por parte de los medios de comunicación,
los debates entre los políticos, las propuestas de campaña, la imagen del
candidato, la crítica de los periodistas, hasta llegar a la formación de la opinión
pública respecto a estos acontecimientos.En este sentido, Habermas (1986)
define a los espacios públicos de comunicación como categorías para comprender
las contradicciones de las democracias formales y los mecanismos de control que
las limitan. Un espacio público será el escenario en el que se presenten los
diferentes actores de la comunicación política para exponer sus puntos de vista;
en él se observan las confrontaciones de las opiniones, la forma de llegar a
acuerdos y las decisiones que se toman por la mayoría, al mismo tiempo que
refleja los avances y problemas que una democracia tiene.b i b l i o h e m eR o gR Af í
ABerrocal, Salomé (2003), Comunicación política en televisión y nuevos medios, España,
Ariel.Cotteret, Jean Marie (1977), La comunicación política, gobernantes y gobernados,
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Ensayo de un modelo”, en Revista Iberoamericana de Comunicación, núm. 5, México,
Universidad Iberoamericana.Habermas, Jürgen (1986), Historia y crítica de la opinión
pública, la transformación estructural de la vida pública, México, Gustavo Gili.Monzon,
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101María Cristina Reyes Montes, José Antonio O’Quínn Parrales, Juan Miguel Morales y Gómez, Eduardo Rodríguez
ManzanaresNimno, Dan y Keith Sanders (1981), Handbook of political communication,
London, SAGE.Ochoa, Oscar (1999), Comunicación política y opinión pública, México,
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caso de la reforma a la Ley Federal de Radio y Televisión”, en Revista de Ciencias
Sociales, año 14, núm. 43, Toluca, u a e m.Sartori, Giovanni (1989a), Teoría de la
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Teoría de la democracia. El debate contemporáneo, México, Alianza, t. 1. ________
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democracia?, Argentina, Fondo de Cultura Económica.Valles, Joseph M. (2003), Ciencia
política. Una introducción, España, Ariel.Weber, Max (1979), Economía y sociedad,
México, Fondo de Cultura Económica.Wolton, Dominique (1998), “La comunicación
política: construcción de un modelo”, en Ferry, Jean

Hoy la política es esencialmente comunicación. Sin este elemento


resulta impensable cualquier esfuerzo reformista que permita a
los partidos políticos efectuar su tránsito al tercer milenio. En caso
contrario su acción, si bien correctamente ideada, resultaría ciega
e imposible de ser hecha y llegar a la ciudadanía. Dejar de
hacerlo es precisamente un error en el que no podemos caer.
Necesitamos establecer un modo de comunicar lo político de
acuerdo a las necesidades de la época y de las formas de vida
imperantes en la sociedad actual.

acia un Plan de Comunicación Institucional Interno Una


organización política es producto de la confluencia de varias
dimensiones: sus objetivos, los mecanismos organizativos y lo
político propiamente dicho. La Comunicación atraviesa
transversalmente a la institución en todas sus dimensiones. A raíz
de ello, podemos reconocer diversos ámbitos de la comunicación
en las organizaciones:Ámbito de la información: se compone de
normas y datos que permiten que la organización funcione de
acuerdo al objetivo definido.Ámbito de divulgación: son las
novedades y elementos que buscan captar a las personas,
convencerlos, persuadirlos y sumar su voluntad a los fines de la
organización. Los boletines, las publicaciones, son algunos de los
elementos que se pueden implementar.Ámbito de formación y
socialización: tiene por meta reforzar en forma explícita la cultura
político institucional. En este marco se insertan las actividades de
capacitación, las actividades culturales recreativas y las
celebraciones.Ámbito de participación: es la participación
destinada a que cada uno se exprese, darle la palabra y ofrecerle
el reconocimiento. Puede incluirse el trabajo en equipo, el
reconocimiento a las iniciativas, las sugerencias y las propuestas.

Convocatoria 2021 Revista 'Legislación y Prospectiva'

El Comité Editorial de la revista Legislación y Prospectiva (UNAL y Congreso de la


República desde el CAEL) convoca a académicos, investigadores, congresistas y equipos
de trabajo legislativo para que remitan sus contribuciones (artículos de análisis y
prospectiva legislativa) de carácter divulgativo sobre alguno de los siguientes ejes
temáticos:

 Reforma tributaria
 Nuevo Código Electoral
 Plan de vacunación nacional y en las regiones
 El evento contó con la asistencia de Dolly Montero, rectora de la Universidad
Nacional, Hernando Torres Corredor, uno de los autores de la revista y decano
de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales. También estuvo
presente, Alejandro Briñez, abogado y politólogo de la Universidad Nacional y
autor en la revista.
 Su cobertura se centrará en las siguientes temáticas: agenda legislativa y análisis
coyuntural, prospectiva y dinámicas legislativas y evaluación de impacto de los
proyectos de ley estratégicos. La revista se caracteriza por pensar en el proyecto
común de nación y una alianza transformadora, en su primera edición, será
divulgada digitalmente por internet.
 “Legislación y Prospectiva”, es una revista de carácter divulgativo que se orienta
hacia el análisis académico, político y prospectivo de la labor legislativa. Utiliza un
lenguaje ágil y sencillo para que sea fácil la compresión del público interesado.

 Dolly Montero, rectora de la Universidad Nacional, mencionó que esta revista es
un sueño que se trabaja desde el año 2015, cuando la vicerrectoría de investigación
y centros de pensamiento de la universidad, se crea para hacer política pública, con
el fin de apoyar la acción legislativa, haciendo las diferentes propuestas desde la
academia.
 Manifestó: “agradecemos este lanzamiento de la revista que busca incitar la
reflexión y problemas que presenta el país, teniendo en cuenta que, para la
construcción de país, se deben tener unas bases equitativas, contemporáneas y de
paz. La Universidad Nacional agrupa en las nueve sedes que tiene en el país, un
sistema basado en la diversidad y convergencias”.
  Hernando Torres Corredor, uno de los autores de la revista y decano de la
Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional,
invitó a la reflexión mediante un estudio presentado en la revista respecto al decreto
1174, producto de la ley 1955 en su artículo 193, que autoriza al ejecutivo sobre el
piso de protección social, este tema trae a consideración elementos subyacentes a
los mecanismos de protección asociados a los derechos fundamentales de primera
generación.
 Sobre ese decreto se estructura un elemento asociado a las escalas salariales,
teniendo en cuenta que en escenarios como el de Colombia donde existe gran
porcentaje de informalidad, precariedad laboral, ese piso de protección social debe
amparar a las personas que no se encuentran en los regímenes contributivos o de
protección concluyendo que la salud es universal y se pueden crear a leyes que
promuevan la segmentación.

 Alejandro Briñez, abogado y politólogo de la Universidad Nacional y autor en
la revista, expresó que es un honor contribuir al desarrollo de la sociedad mediante
la revista, y hace una reflexión acerca de los desafíos que tienen los países, la
sociedad civil y el Estado con la pandemia, que ha dejado estragos en todas las
esferas de la sociedad, generando desempleo, hambrunas y desigualdad.
 Finalmente, André Noel Roth, director en jefe de la revista y docente, agradeció
esa articulación y apoyo entre las entidades para la creación de la revista y expone
los retos que se enfrenta la coyuntura política del país y las consecuencias de las
fronteras con la crisis del Covid-19, señaló que la revista será un puente entre el
mudo académico y político, iniciativa que además permite unir a la ciudadanía.
 La revista se puede encontrar en el
enlace: http://pensamiento.unal.edu.co/legislacionyprospectiva/https://
www.senado.gov.co/index.php/prensa/noticias/2084-revista-legislacion-y-
prospectiva-una-nueva-forma-de-leer-al-pais

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