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ANTEPROYECTO

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GOBIERNO DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN

SECRETARÍA DE EDUCACIÓN
SUBSECRETARÍA DE DESARROLLO MAGISTERIAL

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL


UNIDAD 19B GUADALUPE

LA FORMACIÓN DOCENTE COMO UN FACTOR DE ACTUALIZACIÓN E


INNOVACIÓN PARA LA CALIDAD EDUCATIVA

TESIS DE INVESTIGACIÓN

QUE EN OPCIÓN A OBTENER EL TÍTULO


DE MAESTRO EN EDUCACIÓN

PRESENTA:
DOLORES MARIELA NAVA DE LEÓN

MONTEMORELOS, N. L. FEBRERO DE 2021


LA FORMACIÓN DOCENTE COMO UN FACTOR DE ACTUALIZACIÓN E
INNOVACIÓN PARA LA CALIDAD EDUCATIVA

Actualmente la principal problemática establecida en la educación es la


batalla mundial de mejorar la calidad de la educación, provocando comenzar con
la calidad en la formación docente. En gran medida, el desarrollo de las personas
a través de procesos educativos de elevada calidad depende de las características
de sus educadores.

La educación funge un papel primordial en la sociedad, sin embargo, es el


docente la pieza fundamental en todo el proceso de la enseñanza y tiene la llave
para mejorar y preparar a las futuras generaciones, convirtiéndose así, en el
responsable principal de formar ciudadanos lo suficientemente capaces de
responder a sus necesidades, brindándoles lo mejor de si mismos y buscando
lograr el máximo desenvolvimiento de sus facultades de los individuos a los que le
corresponde formar.

Pero si llegamos a una reflexión sobre la responsabilidad de los docentes


en el momento de preparar a sus alumnos para enfrentarse con éxito a todos
los requisitos personales, culturales y laborales que se les exige día a día, se
debe plantear seriamente si están preparados los docentes para desarrollar sus
funciones profesionales. Posiblemente la profesionalidad de los docentes es el
cúmulo de una serie de circunstancias, entre ellas, su propia vida, la
experiencia que ha tenido como alumnos, los conocimientos adquiridos durante
su formación docente y, en una dosis muy elevada, el grado de implicación en
la tarea que desarrolla.
Para poder que todo esto llegue a ser posible, se requiere que el

profesorado este en constante formación docente, es decir, el docente moderno o


actual, debe estar consciente de que pertenece a una sociedad que exige una
cantidad de competencias a desarrollar con los estudiantes para poder ampliar las
clases y actividades, logrando cambios precisos, como tener claro que son un
ejemplo a seguir, por lo que el trabajar y crear ambientes de aprendizajes
significativos augura un involucramiento y desarrollo de competencias dentro y
fuera de la escuela; y que éste mismo este actualizado diariamente ya que la
actualidad va cambiando y los conocimientos se van transformando con ella.

A su vez la mentalidad y los intereses de los alumnos van sufriendo


modificaciones muy marcadas procedentes de los cambios de su entorno, el
docente ante tal situación no puede ni debe quedar al margen. Su obligación como
agente de cambio es prepararse y buscar nuevas formas en la que los estudiantes
puedan adquirir un nuevo e innovador conocimiento, dejar a un lado la pasividad
tradicionalista que tanto afecta a la educación.

El desarrollo de competencias para la calidad educativa va implícito en el


trabajo que se realiza día a día, porque más que tomar o aplicar para cursos,
diplomados, entre otros, es aterrizarlo en la práctica docente, como maestro esa
profesionalización va inmersa cuando planeo involucrar en los contenidos
actividades que sean desafíos, donde el estudiante utilicé el razonamiento para la
construcción de un pensamiento complejo.

Carranza (2007) no establece que la formación docente permite promover


la comprensión de la realidad educativa generando así un trabajo reflexivo en los
profesores, acerca de su acción docente, con la intención de mejorar los procesos
de enseñanza y de aprendizaje; a su vez nos permite nos permite innovar e
insertar en nuestras actividades educativas nuevas técnicas de todo aquello que
vamos aprendiendo como es tener una educación más inclusiva y con equidad de
género. Claro que es importante la formación continuada, de lo contrario
estaríamos desmarcados, desactualizados.

Con el paso de los años es posible apreciar que la formación y el


perfeccionamiento docente han sido y serán parte fundamental y concluyente de lo
que se pretende que sea la Educación de calidad.

La mirada a la calidad de la formación docente en nuestros respectivos


países revela que ésta no responde a los requerimientos actuales de la educación
en una sociedad en constantes cambios.

Fullan (1993) es uno de ellos el cual nos menciona que la formación


docente tiene el honor de ser, a la par, el peor problema y la mejor solución en
cuestión de educación puesto que se trataría de una base para aquellos cambios
que se desean realizar, e influye sustantivamente en la dirección de los procesos
educativos.

La formación docente alude al proceso por el cual el infante y docente


se forma logrando así construir una manera peculiar de ser y actuar en
su vida, también en el aula. La formación del docente como persona y como
profesional es básicamente un proceso de crecimiento en profundidad, que parte
de reconocerse y que, una vez iniciado, no tiene un punto de llegada.

 Es necesario planificar la formación docente a partir de aquellas


necesidades actuales y futuras del sistema educativo y definir el perfil del docente,
de acuerdo con lo que la sociedad y el sistema educativo esperan de él, sus
derechos y deberes. Lo cual implica redefinir el papel que desempeña el docente y
su adaptación a los nuevos desafíos educativos en cuanto a competencias y
habilidades, como a aquellas estrategias para romper la coexistencia de un
discurso innovador y una puesta en práctica aún conservadora.

Se pretende que el docente que egrese de su formación no solamente


conozca a fondo los campos de conocimiento ligados a su profesión, la didáctica y
las ciencias de la educación que por lo general se encuentran fraccionadas y
además aisladas de los campos disciplinares y de la realidad, sino que también
tenga la predisposición para la comprensión crítica en clave ética y compleja del
contexto sociopolítico, económico y cultural nacional, regional y mundial, es decir
que tengan un conocimiento sobre el panorama real en el que se encuentran
inmersos.

En los contextos de cambio actuales, con crecimiento exponencial y desde


una perspectiva crítica de esa racionalidad, en lo que respecta a lo educativo, ya
no alcanza con dominar los campos de conocimiento a enseñar y la dimensión
pedagógica-didáctica para su trasmisión, sino que se requiere docentes
autónomos, comprometidos con sus alumnos, con capacidad para identificar y
definir problemas y buscar soluciones.

La extensión de la formación docente, la renovación curricular, las


innovaciones en la práctica docente y el impulso a la formación permanente,
constituyen algunas de las principales líneas de acción implementadas en el
contexto latinoamericano en los últimos años. No es posible pensar que en los
años que dura la formación inicial, el futuro docente pueda adquirir todas las
competencias que necesitará para su ejercicio profesional.

Asimismo, es labor del docente que dentro de estos cambios inspiren y


enlace contenidos hacia una visión compleja que conlleva a una educación
integral, considerando que la mejor manera de transformar a la sociedad es, sin
duda, a través de la formación, donde construya una nueva forma de hacer teoría
del conocimiento acorde a la nueva educación, ciencia y filosofía que se requiere
para transformar la sociedad con el involucramiento de todos los actores de la
educación.

En la práctica docente diaria, los maestros deben implementar estrategias


con actividades como, por ejemplo:

 La construcción de la competencia por proyectos.

 Estudio de casos,

 Por transversalidad,

 Por grupos de discusión,

 Paneles,

 Debates,

 Proyectos didácticos.

De modo en el que las estrategias lo lleven a resolver y enfrentarse a los


problemas reales; que le permitan al estudiante vaya más allá de lo visto en clase,
es decir el aprendizaje por meta cognición, para que su aprendizaje sea
significativo, como  el uso organizadores gráficos, trabajo entre pares, auto
evaluación, ya que las actividades traen consigo un proceso de complejidad de
acuerdo a las etapas de desarrollo de los alumnos, por lo que se debe buscar lo
mejor para ellos, y eso será a través de los trabajos que desarrolle.

Cuando el docente esté consciente de dichos cambios en la sociedad y


educación, logrará una profesionalización y maduración en la forma de actuar y de
ser, ya que, muchas de las veces, se enfocan exclusivamente en tratar contenidos
del plan y programas, dejando a un lado, el ser.

En este mismo sentido, Arredondo (1989) nos establece que el


profesorado además de ser facilitador también funge el papel de investigador,
asesor y el de un guía, señalando que debe indagar respectos de los intereses de
los alumnos, el contexto cultural, social y escolar, factores importantes que dicha
investigación o reconocimiento permitirá saber que estrategias y/o técnicas se
deben aplicar, logrando así que los alumnos cumplan con los aprendizajes
esperados.

Es importante señalar que las características antes señaladas en cuestión


de los docentes (investigador, asesor, facilitador y guía) forman parte de las
competencias y de la formación que un docente debe tener en la actualidad, en
estos tiempos no podemos limitarnos en sólo estar frente a un grupo y dejar de
aportar a la educación.

Si bien es cierto cada docente sabe que el compromiso que tiene para con
los alumnos debe ser significativo, no sólo en las calificaciones, sino en la forma
de desenvolverse en este mundo actual, lo que conduce, a crear nuevos
ambientes de aprendizaje, cuyas características deben ser enfocadas a que el
alumno emplee lo que conoce y está a su alcance, teniendo la capacidad de
vincular su contexto con la teoría.

Aunado a ello, estos ambientes de aprendizaje se lograrán al tener un


compromiso claro y preciso entre docente–alumno, en el que exista la confianza,
motivación, actividades lúdicas, participación interactiva, entre otras, así como el
empleo de las TIC, todo ello, basado en las actividades que se planean y se
implementan en las clases, a través de tener como fundamento el contexto que se
realiza al inicio del ciclo escolar y los estilos y ritmos de aprendizaje de los
alumnos, para organizar y diseñar situaciones que le permitan al docente y alumno
interactuar.

En la formación que tenemos como profesionales de la educación no sólo


se trata de estudiar y tener algún papel que lo acredite, sino tener presente que
para estar activos debemos llevarlo a la práctica, tal como lo indican los principios
pedagógicos, los cuales se enlistan a continuación:

 1.3. Generar ambientes de aprendizaje.

 1.4 Trabajar en colaboración para construir el conocimiento.

 1.6 Usar materiales educativos para favorecer el aprendizaje.

Por ello, Perrenoud (2004) describe que el trabajo en equipo es importante


para el logro los aprendizajes y que como docentes en la búsqueda constante de
estrategias para lograr el perfil que nos exigen, debo estar en esa investigación y
hacer uso de los recursos y/o materiales para desarrollar un ambiente de inclusión
y diversidad.

Finalmente, ser docente es trascender en esta nueva sociedad del


conocimiento con el compromiso definido que la vocación no es sólo trabajar en el
aula, sino, en la búsqueda constante de ser un guía y facilitador que deje en los
alumnos la huella para enfrentar los retos que se les presenten, haciendo uso de
lo que sus maestros le enseñaron en el aula y fuera de ella.

La formación docente es clave para el proceso de construcción de la


identidad docente. Por ese motivo, no debería reducirse ni al manejo de
conocimientos disciplinares, ni de métodos, técnicas y dispositivos homogéneos,
ni tampoco a la improvisación, sino a la configuración de un saber, con raíces
tanto en el oficio como en la docencia como profesión reflexiva y crítica, sometido
a sistemática evaluación, discusión y revisión.
Pensar en los futuros docentes como potenciales agentes de cambios en
lo educativo y en lo social, implica orientar su formación inicial y permanente bajo
el principio de autonomía profesional, para que sean capaces de decidir con
fundamento en situaciones prácticas caracterizadas por la incertidumbre, la
singularidad y el conflicto, en las que participan personas concretas.

Importancia de la formación docente (actualización)

Entre muchos de los factores, destaca la importancia de estar en


constante formación en donde se nos brinde una formación solida y congruente
con las necesidades del trabajo, ofreciendo así un sistema que ofrezca
oportunidades permanentes de actualización y el perfeccionamiento profesional.

La actualización es parte fundamental de un docente debido a que cada


uno de los programas no establece una serie de objetivos que se deben de
desarrollar de acuerdo con cada grado y área, así mismo la realización de talleres,
cursos, etc. de actualización desarrollan la capacidad de reflexionar, analizar y
cimentar propuestas en el colectivo docente, todo lo anterior propone las formas
de mejorar la enseñanza en los centros educativos al satisfacer las necesidades
de los estudiantes mediante estrategias didácticas útiles para que ellos mismos
puedan llegar a ese conocimiento y desechar otras que no sirven a ese propósito,
mas que nada es enseñar a los alumnos a hallarle una funcionalidad a todo lo que
le enseñamos día con día en su vida diaria, mientras nosotros mostramos una
mente más abierta al seguir actualizándonos.

La formación docente cumple con algunas funciones en nuestra persona,


es decir el seguir actualizando no es saber más sino:
 Es satisfacer aquellas necesidades psicológicas del docente

generándole una seguridad en lo que realiza o propone, confianza en su

persona y eliminación de la incertidumbre.

 Fomenta una reflexión continua sobre lo que realiza y

temporalidad de los conocimientos.

 Refuerza la preparación cognitiva e instrumentalmente para

llevar a cabo un proceso de enseñanza aprendizaje mas adecuado y

encaminado a una educación de calidad.

 Permite adaptar el trabajo didáctico de los profesores al

contexto real en el que se encuentra.

 Forja un crecimiento profesional y constante.

La formación docente es la actualización de un proceso constante y


permanente, un elemento para un mejor desenvolvimiento del docente y una
estrategia para apoyar el desarrollo de la educación de calidad.

El propósito es la consolidación y la puesta al día de los conocimientos


que los maestros requieren para propiciar el aprendizaje de los diversos
contenidos.

Así mismo diseñar e implementar estrategias de acción que favorezcan el


desarrollo de las capacidades didácticas, la investigación continua, la creatividad
de los maestros en formación y el conocimiento de las relaciones escolares y
sociales que influyen directamente en los procesos de aprendizaje.
Lograra que los centros educativos se conviertan en una realidad social
para las nuevas generaciones es destacar procesos educativos que requieran de
apego y compromiso. Todo esto es posible si la totalidad del profesorado mostrara
una miente abierta a los contaste cambios y se preparara constantemente para
estar actualizado, con el objetivo de elevar la calidad educativa.

En este sentido, el papel de cada docente es primordial como a su vez la


preparación con la que este mismo cuente, puesto que la formación docente no
debería interrumpirse una vez que los docentes empiezan a trabajar en las
escuelas. La formación continuada debería aportar a los docentes ideas nuevas
sobre la manera de apoyar a los estudiantes que tienen más dificultades de
aprendizaje.

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