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Año I - Num 3 (CORREGIDA)

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Dr.

Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

LABOR UNIVERSITARIA
Mucha gente cree que los estudios de ocultismo sean especulación fantástica de unos
cuantos teósofos o espiritistas desequilibrados o de charlatanes interesados, que encontrasen
2 un modus vivendi fácil; al amparo de la credulidad de las gentes ignorantes.
Conceden que dos o tres hombres de ciencia, como William Crookes, Lombroso,
Zoellnet, etc., se dejaron sorprender por embaucadores o prestidigitadores hábiles que se
rieron de ellos; que si el sabio Richet aún no renuncia a sus empeños, es debido a su edad, en
que la arterioesclerosis vuelve a los hombres chochos.
Los que nos dedicamos a estos estudios, podemos enseñarles que no es así, y que por
todas partes, en las Universidades oficiales, se ven obligados a aceptar la existencia de un
fluido magnético con que opera el hipnotizador y que actúa sobre los médiums.
La última experiencia digna de anotar, es la hecha por el eminente sabio Ferdinando
Cazzamalli de la Universidad de Milano.
Para explicar los fenómenos de clarividencia, nos habíamos valido intuitivamente de la
analogía que nos ofrecía la telegrafía inalámbrica, y suponíamos que hubiera ciertas ondas de
más o menos longitud; que se comunicaban entre el objeto observado y la personalidad del
médium, como así mismo entre el hipnotizador y el sujeto.
Cazzamalli ha comunicado sus resultados al Instituto Parapsíquico de París, en que
relata que encerró a sus médiums en departamentos herméticamente cerrados, tanto para
aislarlos de las influencias atmosféricas que suelen estorbar, hasta los aparatos de la telegrafía
sin hilos, como también para evitar alguna influencia fraudulenta de parte de terceros. Conectó
al sujeto con un simple receptor de Marconi, con tubos para diferentes longitudes de ondas.
Tan pronto como ponían al médium en estado de trance, oíase ciertos ruidos muy
característicos en la radio. Al despertar, cesaban instantáneamente estos ruidos.
Se le obligó al médium a transportarse con su astral a partes donde ejecutaban
conciertos, e inmediatamente se escuchaban o registraban los sonidos de la flauta o del violín.
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

De manera; que las personas que ahora no crean en la telepatía, la mediumnidad y en


los clarividentes, no se les puede tildar de incrédulos, sino de ignorantes, ya que estas pruebas
mediante los aparatos mecánicos de las ciencias exactas, no son ya fenómenos aislados, sino
que por todas partes se realizan.
Que nuestra ciencia no invade aún las esferas oficiales y no se populariza más pronto;
es la culpa de tantos ignorantes en nuestro propio campo; que reciben con facilidad gato por
liebre y no se toman el trabajo de exigir siempre el control.
Voy a darles un ejemplo, de cómo procedo yo en estos casos.
En ocasión de mi última visita a Madrid, fui invitado de asistir a una reunión del Círculo
Espírita “Hacia la Luz”, de la calle de Jardines. Como siempre, el director ensalzaba las
facultades de sus médiums, y yo, acostumbrado a desenmascarar a estos falsos médiums,
propuse lo siguiente o el presidente lo propuso, no recuerdo; el hecho es, que debía yo decir al
oído, muy callado, de manera que nadie pudiera escucharlo, que observaba; por el otro lado la
señorita, que servía de médium clarividente, debió hacer lo mismo con otra persona; ambos
controladores, armados con papel y lápiz, debían anotar al pié de la letra lo que decíamos ver.
Al final, independientemente, se entregaron los pliegos al presidente y, leídos, resultaron
exactamente iguales; habíamos visto idénticamente lo mismo con la vista astral, yo que he
logrado la clarividencia, mediante ejercicios Rosa~Cruz, y la médium que tiene esta facultad
nativa. Allí no había fraude posible; ella resultó controlada por mí, y yo controlado por ella.
¿Testigos? Toda la reunión.
Hágase esto siempre, y verán que nadie nos puede tachar de inexactos o de visionarios.
En Alemania, este control se exige en todas las reuniones, y esto ha obligado muchas
veces a la justicia a no perseguir estas cosas sino a valerse de ellas. Últimamente, pudieron
descubrirse los autores de dos asesinatos, gracias a la ayuda de un clarividente, y robos se 3
descubren todos los días, pero no se escucha la afirmación de una, que se dice vidente, sino
cuando dos; en distinto lugar y fecha, e independiente de la otra, vean lo mismo.
Nunca se me olvidará un fenómeno que fue decisivo en mi vida, para dedicarme a estos
estudios.
Asistí, para burlarme de estas supercherías, como yo las llamaba, a un Círculo Espírita,
cuando se presentó una entidad que decía haber sido en vida un carpintero. Dijo que hacía dos
años había muerto y que debía cierta cantidad de dinero a un sujeto. Para asegurarnos, se le
preguntó cuando había muerto, y que deseaba. Dio, enseguida, hasta la hoja del libro del
registro donde estaba anotada su defunción, señaló un lugar de la casa donde había habitado,
donde tenía dinero escondido y, finalmente, nos suplicó sacásemos esta suma y la pagásemos
a su acreedor.
Todo resultó exacto; dimos con el dinero, se pagó al acreedor del “alma en pena”; y
tuvimos una comprobación preciosa de las doctrinas metapsíquicas. Hubo más de cincuenta
personas como testigos de ese hecho.

PSICOTERAPIA
Hay que confesar que, a pesar de los grandes adelantos de la ciencia médica, las
enfermedades, lejos de disminuir, han aumentado de año en año; exceptuando la viruela, el
Dr. Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

cólera y otras enfermedades, que han cedido más bien a la acción de la higiene, que a la labor
de los galenos.
La crítica que hecho últimamente Bernardo Shaw de los galenos, es más que justificada,
y hay que confesar que hay muchos decepcionados en medicina, tanto en el campo de los
médicos, como entre el público; y no podemos tachar de indiscreto a Valleix, cuando al
encabezar su Guía Médica dice: “¡Qué pena se experimenta al ver tantas vigilias y tanto
ingenio gastado, en obtener tan escasos resultados!”; y debemos creer al sabio Louis, cuando
dice: “La Medicina Oficial tiene sus factores de importancia”.
Desde hace dos años vengo estudiando en los hospitales, uno tras otro, la mayor parte
de los métodos curativos, lo cual me ha permitido observar que la mayoría daban resultados
deplorables y a ello debo la pérdida de personas muy queridas.
Creo que en medicina apenas vemos lo que ignoramos; hoy por hoy la terapéutica
atraviesa una crisis, tal vez la más grande que registran los anales de la medicina.
“Hay, exclama el médico, ausencia completa de doctrina científica, ausencia asimismo
de principios en la aplicación del arte, empirismo donde quiera. He ahí el estado, dice, de la
ciencia más útil y más sagrada de la humanidad”.
Las Ciencias Ocultas, pues, tan esparcidas en edades pasadas, surgen de nuevo como
problema de estudio, que ha de ser tanto más provechoso a la humanidad, cuando hoy, al
alcance de las ciencias exactas, nos es más fácil discernir lo verdadero de lo falso, lo
comprobado de las supercherías.
Estas ciencias hacen al ignorante, crédulo; pero al intelectual, despojado de
preconceptos, creyente.
Más que las otras ramas de la ciencia, revelan al hombre los misterios de su naturaleza,
4 los secretos de su organización, el medio de atender a su perfeccionamiento, el camino de su
felicidad, y hacerle dueño de su destino.
Como todas las demás ciencias, la Ciencia Oculta tiene sus especialidades para unos y
para otros. Los discípulos de la Magia de Eliphas Levi, se lanzan al campo interesante de las
evocaciones de espectros; o valiéndose de los métodos aconsejados por Paracelso y Claudio
de San Martín, operan conscientemente sobre el plano astral. Los teósofos son muy
aficionados al estudio comparativo de las religiones, descifrando el simbolismo oculto contenido
en las leyendas budistas quieren aplicarlo a las enseñanzas bíblicas y forman así una rama
interesante del Ocultismo.
Con verdadera envidia leí los puntos de un estudiante, que habiéndose dedicado a
descifrar las Leyendas del Rhin, con una lógica admirable y una imaginación asombrosa,
sacaba analogías entre los personajes legendarios y las fuerzas cósmicas.
Todos estos estudios son hermosos, pero hay una rama del Ocultismo, que además de
ser altamente interesante, puede traernos utilidades prácticas en la vida. Me refiero a la
aplicación de la Fuerza de Voluntad y los Agentes Herméticos a la Curación de Enfermedades.
Los médicos que me leen, tendrán mucho que objetar a mi conclusión. ¡Es tan difícil
desechar de golpe lo que se ha acumulado por muchos años!
Decía un médico célebre: “Quisiera que en medicina ignorásemos mucho de lo que
sabemos, para saber mucho de lo que ignoramos”.
Yo siempre tomé mi profesión como algo sagrado, y cuando recuerdo los médicos que
en épocas pasadas asesinaban a los heridos por falta de asepsia y antisepsia, veo que los de
hoy hacen verdaderos milagros; cuando recuerdo lo benéfico que ha sido un Lister a la
humanidad y la habilidad de un Doyen, soy ferviente adorador de los cirujanos en general.
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

Pero confieso honradamente, que soy un decepcionado en medicina oficial, en cuanto a


medicina interna, y opino que la ciencia que menos derecho tiene de ostentar este título, es la
medicina. Es tan oscuro aún lo que hemos escudriñado en la fisiología, es tan poco lógica
nuestra materia médica, que se necesita tener mucha necesidad o poco valor, para no
confesarlo, y repito que no podemos tachar de indiscreto, al ver encabezando su “Guía
Práctica de Medicina” a Valleix, cuando dice: ¡Qué pena se experimenta al ver tantos
estudios, tantas vigilias y tanto ingenio, gastados en obtener tan escasos resultados!
En medicina se puede repetir la pregunta que se hizo un filósofo: ¿Nuestra vida ha sido
errónea, nuestro modo de preguntar, defectuoso? Y un eco sordo nos responderá: Si, señores,
los médicos que solo ven la materia, no podrán curar ni cumplir su misión, podrán hacer más o
menos fortuna, podrán contemplar como la naturaleza cura sola, generalmente, a pesar de sus
medicamentos.
Que mi modo de juzgar no carece de razón, lo prueban las interminables escuelas y
métodos que se combaten entre sí, en que cada una cree tener monopolizada la verdad. El
alópata mira con desprecio al humilde homeópata, que mediante retribución de 25 centavos,
administra globulitos de azúcar, el homeópata pretende, y quizás con razón, que la práctica de
la quimioterapia constituya un crimen.
El error humano estriba en que el apasionamiento conduce a los extremos, aceptando
solo las propias simpatías, y combatiendo todo aquello que no esté de acuerdo con estas
simpatías.
Continuará…

LOS PELIGROS DE LA IMAGINACIÓN


Tomamos de la simpática Revista del Profesor Donni de Rosario, el siguiente artículo:
Eminentes psicólogos y otros hombres de ciencia que están haciendo un estudio
especial del psicoanálisis y de las curiosas influencias que las diversas emociones tienen sobre
las distintas mentes, han demostrado enorme interés en el extraordinario caso de miss
Kathleen Foley, que vivía en Topeña, Kansas, EE. UU.
En la noche del 18 de febrero, miss Foley despertó repentinamente de un sueño real, y
corrió al dormitorio de su madre, apretándose la garganta con la mano, y exclamando: Madre,
me acaban de envenenar.
Unos cuantos minutos más tarde, después de agudas convulsiones, como la producida
por una droga venenosa, la muchacha murió.
Pero la autopsia hecha por médicos hábiles y de experiencia, reveló algo inexplicable, y
es que miss Foley no tenía rastro alguno de veneno en su organismo. Y la misma investigación
demostró, que la muchacha había muerto de convulsiones orgánicas iguales a las que habrían
sido causadas por la reacción del veneno en el sistema humano.
Este es el caso de miss Kathleen Foley, la cual, según los que estudian psicología y
psicoanálisis, fue muerta por su propia imaginación. En otras palabras, se asegura que fue tan
real el sueño que tuvo, y en el cual se sintió envenenada, que su mente, bajo la actuación de
las influencias subconscientes, fue la causa de que sus órganos vitales experimentaran los
mismos efectos que habría producido el veneno. Incapaz de desprenderse de la creencia de
que el veneno había sido ingerido por ella, y con su ser completamente bajo el control de su
Dr. Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

desordenada y afligida mente, la muerte le sobrevino. Pura sugestión, dicen los que han
estudiado el caso.
Robert H. Page, distinguido psicólogo yanqui, explica este asunto en la forma siguiente:
“Kathleen Foley encontró la muerte de resultas de una sugestión psíquica involuntaria,
un accidente en sueño”.
“El hecho es notable, solo por lo poco frecuente que ocurre, y el poco conocimiento que
tiene la mayor parte del público, acerca de los hechos y de las investigaciones psíquicas”.
“En el caso de Kathleen Foley, tenemos una mujer de temperamento altamente
nervioso, fácilmente sujeta a la sugestión psíquica, que tenía sueños extraordinariamente
vívidos. En otra ocasión, encontrándose en su casa, había soñado con un asalto, un sueño tan
vivo y tan aparentemente real, que en ella causó la impresión de ser un “hecho real” y no un
“hecho soñado”; en el caso de su muerte, esta era la conclusión psíquica”.
Admirable como este caso, parece ha habido innumerables ocasiones en que la
imaginación de la mente subconsciente ha producido efectos igualmente extraños. La mente es
superior a la materia y la controla en absoluto, y en este caso, la mente de miss Foley
momentánea y desgraciadamente controló su cuerpo, bajo algún impulso subconsciente.
Hace algunos años, con el fin de comprobar la teoría de que la mente puede ser
obligada a ejercer tal acción sobre su carnal envoltura, algunos hombres de ciencia, según se
dice, hicieron un experimento con un criminal condenado a muerte, esta llegaría absolutamente
sin dolor, y su fin sería tan tranquilo como el sueño.
Se le vendaron los ojos, se le despojó de sus vestidos y cubierto con una sábana, fue
puesto sobre una mesa de operaciones, para impresionar más su imaginación, guardias
armados se paseaban de arriba abajo, haciendo golpear de vez en cuando en el suelo las
6 culatas de sus rifles. Se le pinchó un brazo y se hizo correr por él un pequeño chorro de agua
tibia, para figurar la sangre que debía correr de la herida. Gota a gota, el agua caía en una
palangana colocada al pié de la mesa, de tal modo que el sonido era terrible para el hombre
que creía que la vida iba escapándosele.
A medida que pasaban los minutos, el corazón del paciente fue modificando su acción. A
los diez minutos se notó un gran cambio. El condenado se sentía más agitado y la acción de su
corazón era más irregular. Al cabo de una hora, la vida se extinguió.
Cuando se hizo la autopsia, esta reveló que el individuo en cuestión, había sufrido una
muerte exactamente igual a la que se habría producido si todo lo que se le había hecho creer
hubiera sido real y efectivo.
Al darse cuenta de lo que se le había hecho, los incrédulos se rieron, pero los hechos
ocurrieron en la forma anunciada por los hombres de ciencia.
Edisson, no hace mucho tiempo, avanzó la teoría de que, tal vez el cuerpo humano está
compuesto de millones de seres vivos, cada uno con una individualidad, sujeto solo a la mente
del cuerpo que los controla. Ya he explicado yo, que cada célula es un ser per se.
¿Será esta la explicación de por qué muchos hombres, negándose a admitir que están
viejos, permanecen jóvenes? ¿Indica esto que la vejez, después de todo, puede no ser otra
cosa que un asunto psicológico, un proceso que ocurre entre estos cuerpos atómicos, porque
la mente que los controla, conociendo la extensión de la vida humana, los hace,
subconscientemente, que se envejezcan cuando ha pasado un cierto período de la vida?
Esta cuestión da mucho que pensar.
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

MENTALISMO
(3° Parte-Continuación)

Los ocultistas y los hombres de letras que me leen, conocen las figuras geométricas de
Chaladni, que estudian en acústica, en algunos gabinetes de física, que son producidas por
una placa vibratoria de cobre o de cristal. En la superficie de esta placa se extiende una capa
de arena fina, los bordes de la placa están ligeramente doblados hacia arriba.
Al pasar un arco de violín por uno de los bordes, la arena es lanzada hacia el aire por la
vibración, y al caer de nuevo sobre la placa, toma formas geométricas regulares que varían
según el borde por el cual se pasa el arco y que da una nota diferente.
Las figuras de Chaladni nos dan una idea aproximada de las formas del pensamiento del
cual, la ocultista célebre Besant, ha hecho estudios tan curiosos.
Pues, el espacio está lleno de estas formas, que si bien no las ve cualquiera por falta de
preparación, se suelen observar en las ventanas cuando el frío del invierno cubre los vidrios
con aquellas figuras de helechos, que los clarividentes e iniciados, ven siempre que lo desean.
Además, los Rosa~Cruz, después de hacer sus prácticas por algún tiempo, pero
habiéndolas hecho tal como deben hacerse, ven a todas las personas envueltas en un aura,
envoltura fluídica que adquiere el color según la mentalidad y adelanto de los individuos.
Para el Rosa~Cruz que ve el aura no hay peligro de ser engañado; pues, que puede
controlar sus semejantes, viendo los pensamientos e inclinaciones.
Esta aura está compuesta de substancias radioactivas que forman una especie de
atmósfera alrededor del átomo, y este átomo lo hemos descrito como compuesto de materia,
energía y conciencia, pues todo el éter está compuesto de átomos semejantes y sus
7
irradiaciones y su influencia. ¿Sacó de ellos el pensamiento su materia prima para formarse?
La parte más sutil, la más elevada de esta substancia radiante, es de una vibración
rapidísima, donde se agita la base primera de todo lo bueno, justo y perfecto, y esto constituye
Dios, o lo Dios en el Universo, esta parte divina se anida en nosotros y forma nuestro Yo
Supremo, nuestro Dios en nosotros, es el Ego Divino.
El Dios Ego, impulsa la voluntad, él forma después, la base de los pensamientos.
Dice un Gran Iniciado: “Dios es Amor-Voluntad y como tal, eterno. El Universo es un
pensamiento sostenido de ese Dios Amor-Voluntad”.
De manera que, primero fue la Voluntad, después vino el Pensamiento y siempre la
primera domina al último.
Al hablar de la materia, hemos dicho que del espacio no podemos saber nada, y que
nuestros conocimientos comienzan cuando el Caos se transforma en Cosmos. Ahora debemos
agregar, que de Dios, en el Universo, en el espacio, no podemos saber nada, hasta que se
manifiesta en nosotros.
Necesitamos para nuestros estudios, partir de lo conocido para llegar a comprender lo
desconocido, necesitamos basarnos en el Microcosmos Hombre, para sacar, por analogías,
conclusiones sobre el Macrocosmos Dios.
Dios se manifiesta después del Amor, por la Voluntad Universal, de la que nuestra
Voluntad Individual es solo una parte, una chispa, de la cual nosotros somos una especie de
acumulador.
Para la Voluntad Universal, sabiéndola evocar, no hay imposible; todo se puede lograr
mediante ella. La Voluntad Universal puede aliviar nuestra pobreza y miseria, consolar nuestras
Dr. Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

preocupaciones y contratiempos, y curar todos nuestros males, siempre que sea justo y la
sepamos debidamente evocar.
Monsieur Bezeat, que estuvo en Barcelona, evocaba en alta voz la Voluntad Universal, y
así logró sus maravillosas curaciones.
El retrato de Mahatma que yo suelo enviar como obsequio a los enfermos, no es más
que un amuleto cargado con Voluntad Universal y a centenares he recibido los testimonios de
lo que ha logrado.
No cabe duda que pensamos con el cerebro, pero no es el cerebro lo que piensa.
La mente es un receptor de la Fuerza Vital Universal dinamizada y transformada en
fuerza nerviosa.
La Fuerza Vital, descomponiéndose y adaptándose a las múltiples funciones a que la
sujeta la Voluntad, es árbitro de los destinos del hombre.
Los grandes plexos y los nervios, sirven de acumuladores de los fluidos en el organismo
y de conductores para transmitirlo a todo el cuerpo físico, e irradiarlo, formándose así el aura
que lleva en si la propiedad según como la impregnamos o dejemos de impregnar por el medio
ambiente, resultando que todo lo que nos acontece es obra de nuestro Yo, y nadie tiene
derecho a quejarse.
El optimismo es pensamiento continuo y en virtud de su ley, el optimista triunfa. El
pesimismo es pensamiento de igual forma y fuerza, y en virtud de lo mismo, crea su
neurastenia, fabrica su miseria y forma nuestra desgracia.
De manera especial me dirijo a vosotros, jóvenes de ambos sexos, que soñéis en
conquistas posibles, por medio del esfuerzo individual, hasta ahora tan mal dirigido y peor
desarrollado. A vosotras, casadas, jóvenes esposas que sufrís las imprudencias y os veis
8 humilladas por la infidelidad del que os juró amar; a vosotros, esposos, que no podéis dominar
con dulzura los caprichos de vuestra mujer, y a todos vosotros que os creéis con mala estrella,
no es extraño que el desaliento siga a vuestros fracasos, en la penosa lucha en el hogar y por
la existencia en el rudo combate por la adquisición del bienestar; vuestros sufrimientos
proceden de un conflicto entre la intensidad de la esperanza, tan segura a vuestra edad, y la
dureza de la prueba que el éxito exige, para llamarse triunfo, es a todos vosotros a quienes se
debe repetir: Educad vuestro carácter, desarrollad vuestras fuerzas mentales; pues, si no
vencéis, debéis pensar que la fortuna buscada por los empleos, colocaciones, trabajos,
negocios y en general, toda clase de avance, depende, sola y exclusivamente, de secretos
móviles internos que no sabéis manejar y que vuestra vacilación les quita su poder triunfador.

Galería Rosa~Cruz
LULIO, RAIMUNDO
Nada más difícil que escribir la biografía de este gran iniciado, ya que los historiadores
se contradicen respecto a él, de tal manera que resultan, no uno, sino dos y tres Lulios
diferentes.
Probablemente, nació en el año 1235, en Palma de Mallorca, y murió a los ochenta
años, es decir, en el 1315, después de haber recorrido toda Europa y probablemente estuvo en
Egipto.
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

Raimundus Lullus, como le han llamado los grandes adeptos, no es, como han querido
hacer creer algunos, una simple figura legendaria, nacida al calor de la fantasía popular, sino
un personaje real, histórico, que logró realizar, entre otras cosas, la transmutación del plomo
en oro, y es, por lo tanto, el antecesor de nuestro Miethe Eduardo III, de Inglaterra, haciéndole
oro; el cual el Rey acuñó y hasta ahora tenemos las monedas hechas de ese oro, como
curiosidad en los museos, con el nombre de Raimundinas. No solo supo hacer el oro sintético
Lulio, sino que descubrió varias sustancias que hasta ahora se usan en la química. Sus
contemporáneos, fascinados por su inmenso saber, le llamaron “El Doctor Iluminado”.
Lulio, el gran catalán, fue casado con una catalana, dama de altas virtudes, de apellido
del Castillo, que sufría la desgracia de tener un marido calavera; pues, Lulio, antes de
encontrar la Luz, no fue precisamente uno de esos escándalos donjuanescos lo que operó en
él el milagro, el que lo convirtió.
Cuentan que Lulio no respetaba hembra alguna, y podía dar rienda suelta a sus vicios,
porque pertenecía a la Corte de Jaime II, de Mallorca, era nada menos que el Senescal del
Rey.
Un día, llámale la atención una mujer de extraordinaria belleza; y como esta no se
detiene a sus requiebros, la persigue a caballo hasta el centro de la misma iglesia, sin respeto
ni miramientos al sagrado recinto.
El escándalo fue mayúsculo, pero acaso porque los audaces siempre han contado con
las simpatías de las mujeres, la dama no le rechaza, al contrario, le concede una entrevista,
pero, en ella le confiesa ser casada y con hijos y, como Lulio tampoco era soltero, convienen
en respetar sus compromisos hasta que enviuden.
A doña Ambrosía, que así se llamaba la señora del Castillo, no le eran desconocidos los
alquimistas y ella propone a Lulio, que se afilie a la Orden Rosa~Cruz, para aprender la 9
preparación del Elixir de Larga Vida y de la Piedra Filosofal, para que pudiesen, aunque
ancianos, algún día, como Fausto, rejuvenecerse para gozar de su mutuo amor.
Lulio toma en serio la propuesta, que quizás no fue más que un medio de que se valió la
dama para deshacerse de él. Él promete y cumple. He ahí una prueba de cuán curiosos
medios se valen a veces los maestros para llamar a los suyos.
El Lulio galanteador se vuelve Lullus, quien indaga y estudia, y logra finalmente la
Corona, con la Iniciación Rosa~Cruz.
Luego, el Saulo convertido en Paulo adquiere fama universal; va de corte en corte y
realiza milagros y prodigios.
Durante treinta años, no supieron uno del otro los dos amantes. Habían enviudado hacía
tiempo tanto el uno como el otro; pero un día, Lullus, va en busca de doña Ambrosía, a cumplir
con su compromiso de antaño, llevando el Elixir de Larga Vida y la fórmula de la Piedra
Filosofal. ¡Era tarde! Con la decepción más amarga en su semblante; descubre la dama su
pecho, que hace retroceder al Maestro, pues, un cáncer asqueroso carcomía los tejidos.
¿Es esto lo que quieres inmortalizar? ¿Vale la pena prolongar esta enfermedad
espantosa, o es ahora que crees que nos pueda traer la felicidad en oro? Le pregunta
Ambrosía a Lulio.
Y este, como toda respuesta, destruye lo que le había costado treinta años de
investigación.
¡No!, no, le contestó. Estas lacras son cuerpo material; pero pura y sana permanece
nuestra alma inmortal. Es en nuestros cuerpos espirituales en los que deberemos unirnos, y
esto se logra por la Iniciación.
Dr. Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

Dada la época, Lulio se retira a la vida religiosa, puesto que en aquellos años la Iglesia
contaba con muchos iniciados. Funda el Colegio de los Franciscanos y el Papa Nicolás IV le
autoriza a fundar otras varias instituciones que hasta ahora existen.
El Cardenal Ximenes, uno de los grandes hombres de aquella época, cada vez que
menciona a Lulio, le llama “El Divino Lulio”.
Lulio fue amigo de un alemán, quien se inició en la misma Logia Blanca, y el cual recibió
con nombre iniciático “Christian Rosenkreuzer”, que traducido es “Rosa~Cruz Cristiano”. Claro
es que los Rosa~Cruz tienen que ajustarse siempre a la época en que viven; y aunque los
misterios sean los mismos, después del paganismo romano siguió el cristianismo y en él recibió
una misión Rosenkreuzer.
Hasta Heindel, que debía haber sabido esto, lo confunde, y dice que este alemán fue el
fundador de la Orden en el año 1313. ¡Un disparate! Hay documentos de dos siglos anteriores,
que hablan de los Rosa~Cruz. Lulio es a la par, un orgullo español y especialmente catalán, y
uno de los Grandes Maestros Rosa~Cruz, al cual veneramos todos los iniciados.


BUZÓN
Señor González. Tucson, Texas: Tenga cuidado. Evidentemente, hay objetos que traen
desgracia, como asimismo el valor de los amuletos es innegable. Dos casos muy típicos le voy
10
a referir.
Existe en Yugoslavia un auto elegantísimo que nadie quiere comprar, a pesar de que
tiene un valor harto histórico, pues, es aquel en que fue asesinado el Príncipe Francisco
Fernando, en Sarajevo. Aún consérvanse las señales del atentado que precedió a la guerra
mundial. Adquirió este auto después el Ministro Dr. Irskic, quien sufrió un accidente en el coche
que lo puso al borde de la muerte. Pasó después a manos de un empresario de autobuses
entre Caolina y Imotski. Después de registrarse varios accidentes y el público, escamado,
negábase a montarlo, fue dedicado al servicio particular del empresario, con el fatal resultado
que le costó la vida su capricho de usar algo de mal agüero.
Veamos el revés de la medalla.
Famoso fue, por otra parte, el amuleto que usaba la artista Ana Hipólita Mars, una de las
grandes estrellas teatrales del tiempo de Napoleón Bonaparte.
Confiesa en sus memorias la aplaudida artista, que su fortuna y fama la debió menos a
sus dotes artísticas, que eran, sin género de duda, inferiores a muchas de sus compañeras,
que a un talismán proporcionado por un Rosa~Cruz. “A él, dice, no solo le debo la fama, sino
también mi fortuna”. Al morir, pasó este amuleto a otra arista y siempre produjo buena suerte.
Es esto una excepción. Cada amuleto sirve solo a la persona para quien ha sido hecho, y
según las constelaciones, lo que para uno atrae desgracia, puede traer la buena fortuna a otro.
Tenemos un ejemplo histórico, que nos relata en su obra Pachinger.
Una pobre muchacha se presenta a un joyero de la Avenue de la Ópera y ofrece vender
un anillo, y después a la muchacha y por toda contestación, llama a la policía. Llevada ante el
juez, la niña cuenta que una dama elegantísima se le acercó diciendo, al mismo tiempo que le
daba el anillo, “tómalo, te lo obsequio, que a mí solo me ha traído y me trae desgracia”.
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

El juez conoció en la cara de la pobre, que decía la verdad, pero, legalmente, no podía
entregarle la alhaja. Se puso un aviso en la prensa, con resultado favorable; se presentó una
dama de la aristocracia, que se negó a recibir el anillo, relatando las pérdidas que había tenido
al portarlo.
Quedó, pues, el anillo, en la pobre niña. Era la muchacha vendedora de un almacén, y
como su nombre salió por la prensa, el dueño se aprovechó dándole un puesto de receptora.
Allí conoció un hombre rico, el cual se casó con ella. Al poco tiempo obtuvo el
matrimonio un premio de la lotería y siguieron de suerte en suerte. El talismán era, pues, para
ella.
Señorita Pascuaza: Sigue usted con la misma, y para probarle que no es tan fácil
resolver cualquier asunto, le volveré a contar otro cuento.
Uno de aquellos reyes orientales, había condenado a muerte a uno de sus ministros,
quien tenía fama de embustero. Cediendo a las súplicas de la bella hija del condenado, el Rey
prometió perdonarle la vida, con la sola condición de que la primera frase que hablase al
presentársela debería ser una verdad.
Llega el reo y le informan de la condición. Medita un poco y dice: Pero, Señor, usted me
va a matar.
¡Ah! Exclamó el Rey. Ahora te perdiste, porque si te perdona la vida, habrías dicho una
mentira al decir que te iba a matar.
No, le dijo el ministro condenado. Si me matas, habré dicho la verdad, no podrás
hacerme matar sin faltar a tú palabra. La palabra del Rey.
El Rey quedó perplejo y pensativo por la astucia, y vio lo difícil del dilema. Al no poderlo
resolver, reunió a las cortes, que tampoco pudieron resolver el asunto. Si lo mataba, malo, si le 11
perdonaba, peor; salvó la situación el bufón del Rey, el cual propuso condenarlo a morir de
vejez. Y así se hizo, aunque quedando sin resolver este asunto, al parecer tan fácil.
Señor Pujol. Barcelona: Efectivamente, el caso es exacto.
El minero Agustín Lesage recibió el mensaje de un invisible pintor, pidiéndole le sirviera
de médium para hacer unos cuadros. Lesage no tenía nociones de pintura y era casi
analfabeto; pero hizo lo que el espíritu le había indicado. Compró pinceles, pinturas, telas y se
puso en actitud receptora.
Sintió que una fuerza invisible le movía la mano.
Los cuadros han llamado la atención a los grandes pintores por su perfección.
La Academia de Ciencias, comisionó al Sabio Osty para estudiar el caso, y este no tuvo
más remedio que rendirse a la evidencia.

LIBROS ÚTILES
Quisiera, en esta vez, llamar la atención sobre un libro notable, que debería adquirir todo
amante de nuestros estudios, si aún no lo posee. Es la monumental obra del Coronel de
Ingenieros y Administrador de la “Escuela Politécnica” de París, el Conde Alberto de Rochas1.

1La Obra mencionada por el Maestro es “Exteriorización de la Motilidad”, por el Conde Alberto de Rochas. (Nota del
Transcriptor).
Dr. Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

Publicar una crítica por mí, sería dar solo mi opinión personal. Por eso, prefiero copiar lo
que dijo de él el célebre Catedrático de Medicina de la Universidad Central, Dr. D. Abdón
Sánchez Herrero, con ocasión de publicar el Doctor Víctor Melcior Y Farre su traducción, y
adornar ese retrato, con el retrato de Rochas y el de la célebre médium Eusapia Paladino.
Prólogo2
Mi excelente amigo el Dr. Melcior, al traducir este libro, da una prueba concluyente de la
independencia de su espíritu, y se afirma en el puesto de honor a la vanguardia, tan reducida
como heroica, de la falange indagadora de la verdad; puesto bien conquistado por anteriores
merecimientos. Porque no se traduce un libro de esta clase sin compartir la responsabilidad de
su publicación con el autor, ni sin aceptar la realidad de los hechos que refiere, aunque en la
interpretación racional de los mismos se mantenga distinto criterio.
Y compartir la responsabilidad de un tal libro, y aceptar la realidad de tales hechos ante
la sociedad española, es afrontar el aterrador fantasma de sonrisa desdeñosa y estúpida, que
los niega por sistema, formado por las fuerzas psíquicas esclavas de la ignorante rutina; y es,
además, desafiar al peligro de un estigma estampado por los dominadores representantes de
la falsa ciencia, materialista y atea unas veces, y otras panteísta y fanática, en el rostro de los
que pelean en primera fila y a pecho descubierto, por la santa causa de la razón y de la
dignidad humanas: el estigma de la incurable locura.
La valentía con que mi amigo ha arremetido contra el enemigo, es prenda segura de su
triunfo, y hace mi concurso innecesario. Pero es que yo tengo singular placer en prestárselo,
valga lo que valiere, diciéndoles a los lectores de este libro: los fenómenos que Rochas ha
visto, yo los he visto; los que otros observadores declaran, yo los declaro, la realidad de los
12 hechos, proclamada tácitamente por Melcior al traducir la obra que los consigna, yo la
proclamo de un modo expreso y terminante.
Ahora: que los hechos en cuestión sean realizados por exteriorizaciones del alma o de
las almas, de la energía o de las energías de los seres humanos vivos; que lo sean por una
especial supervivencia y ayuda de los muertos, o por la intervención del diablo, eso ya lo
veremos a su tiempo y sazón. En el primer caso, aprenderemos a exteriorizarnos y a señorear
los espacios infinitos; en el segundo, nuestras súplicas y conjuros obligarán a los difuntos a
descorrer los negros velos del ignoto ultratumba; y en el tercero, cogeremos al diablo por los
cuernos, y quieras que no, le haremos ser buena persona a fuerza de preces al Dios Grande,
demandando su redención, o cuando menos, pidiéndole que nos conceda, juntamente con la
Gracia, el permiso para aprovechar la diabólica sabiduría.
Mientras llega el momento de indagar las causas y los mecanismos de semejantes
fenómenos, hagamos su resumen y discurramos un poco sobre la categoría lógica que les
corresponde, porque se inicia la tendencia a considerarlos producto de fuerzas físicas brutas, y
es menester oponerse desde luego a esta irracional dirección de las investigaciones.
Hay sujetos, llamados médiums, que, sin averiguadas señales objetivas de un cambio
del estado ordinario de su vida, o con previa autoprovocación de un estado de semi-
inconsciencia o de inconsciencia completa, frecuentemente doloroso, y siempre agotador de
sus fuerzas, al cual se nombra trance; unas veces con intervención de su voluntad, otras sin
que esta facultad intervenga, y aún otras a despecho de la misma, dan lugar a fenómenos
físicos, químicos, fisiológicos y psicológicos, contrarios a las leyes conocidas de la estática y de
la dinámica de los cuerpos inanimados, éter inclusive, contrarios a las leyes conocidas del

2 La versión del Prólogo aparecido en esta Revista fue cotejada con el original del libro. (Nota del Transcriptor).
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

funcionamiento fisiológico de los seres vivientes, y contrarios a las leyes conocidas del
funcionamiento psicológico de los seres humanos. La facultad de provocación o de realización,
voluntaria o involuntaria de dichos fenómenos, se denomina mediumnidad.
Esta facultad, que aparece espontáneamente en tales sujetos, parece desarrollable en
muchos y acaso en todos los individuos de nuestra especie, sufre intermitencias de actividad y
descanso, desaparece en algunos, y puede manifestarse en todas las edades del médium, sin
relación ninguna con su cultura ni con sus creencias.
Los fenómenos físicos que provocan o realizan, voluntaria o involuntariamente,
contrarios a las leyes conocidas de la estática y de la dinámica de los cuerpos inanimados, son:
1. La variación del peso de estos cuerpos, aumentándolo o disminuyéndolo, sin contacto
material averiguado, ni, por el presente, averiguable.
2. Movimientos ordenados e inteligentes de los mismos cuerpos, también sin contacto
apreciable, obedeciendo a un deseo mental o expreso de cualquier persona presente,
o sin finalidad conocida.
3. La escritura directa en condiciones absolutamente inexplicables sin la admisión de un
ser racional invisible e impalpable que la realice, y para el cual no sean obstáculos,
los obstáculos materiales que a su realización se opongan.
4. La impresión de huellas humanas sobre arcilla u otra substancia apropiada, aunque
esté encerrada en una caja clavada y sellada, sin detrimento del cierre ni de los
sellos.
5. Producción de sonidos sin significación precisa, y con significación intelectiva,
estableciendo una comunicación psíquica con el experimentador o experimentadores
y con la propia ordinaria consciencia del sujeto, unas veces en forma de golpes, cuyo 13
agente no se descubre, en los muebles, paredes, techo, o suelo de la habitación,
otras veces en forma de ruidos en el espacio, sin cuerpos visibles ni palpables que
choquen, otras haciendo sonar instrumentos de música con o sin acordes armónicos,
siempre sin contacto de ser perceptible.
6. Desarrollo de calor y de frío sin sustancias calorígenas ni frigoríficas conocidas.
7. Desarrollo de luz sin cuerpos luminosos averiguados, y con las cualidades y acciones
de la luz sobre las placas fotográficas.
8. Desarrollo de electricidad positiva y negativa actuante sobre el electróscopio, sin
auxilio de ninguna de las fuentes conocidas de electricidad.
9. Desarrollo de magnetismo positivo y negativo actuante sobre la aguja imantada.
10. Desagregación y reagregación de los cuerpos, haciéndolos penetrables sin
detrimento de su constitución física.
Los fenómenos químicos de la mediumnidad contrarios a las leyes conocidas de la
génesis, composición y descomposición de los cuerpos inanimados, son:
1. Aparición de estos cuerpos donde no pueden descubrirse substancias formadoras.
2. Composiciones químicas con falta absoluta de sus condiciones conocidas.
3. Descomposiciones químicas sin influencia directa ni indirecta perceptible.
Los fenómenos fisiológicos de la mediumnidad, contrarios a las leyes conocidas de la
generación, de la vida, y de la muerte, son:
1. La percepción de contactos, dolorosos o no, sin agente visible que los cause.
Dr. Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

2. Formación momentánea de fantasmas visibles y fotografiables, aunque impalpables,


dotados de movimientos intencionales.
3. Formación de seres humanos, o de alguna de sus partes, visibles, palpables y
fotografiables, que se mueven con inteligencia, que hablan racionalmente, que tocan,
acarician y castigan, que significan por boca del médium, por contactos, movimientos
mímicos, o sonidos inarticulados, sus temores y deseos, nombrándose
representaciones de personas difuntas, disolviéndose y evaporándose de la misma
inexplicable manera como aparecieron.
4. Aceleración de la germinación, crecimiento, florescencia y fructificación de las plantas.
5. Autosupresión del dolor y de todas las sensibilidades.
6. Autoexaltación de todas las sensibilidades, hasta ver a través de los cuerpos opacos,
oír lo inaudible, oler lo inodoro, gustar lo insípido, y tactar lo intangible.
7. Autosupresión casi completa de las funciones de nutrición, consintiendo la
permanencia del médium enterrado por algunos meses.
8. Automantenimiento del modo nutritivo, con retardo de su evolución hacia la senilidad,
consintiendo una longevidad extraordinaria.
9. Autoexaltación nutritiva, hasta reparar instantáneamente lesiones considerables.
10. La escritura automática.
11. El cambio de personalidad, hasta representar varias personas completamente
diferentes, por muchos caracteres fisio-psicológicos.
12. Ascensiones del mismo médium o de otras personas, por impulso ignorado.
Y por último; los fenómenos psicológicos de la mediumnidad, contrarios a las leyes
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conocidas de la percepción, memoria, pensamiento, juicio, afecto, volición, y determinación,
son:
1. Percepción y diferenciación de impresiones sin contacto directo o inmediato del
agente impresionante, con el organismo del médium.
2. Percepción distinta del pensamiento de las personas próximas, y de personas
alejadas hasta por miles de leguas.
3. Recuerdos inverosímiles de la propia existencia y de otras pretendidas existencias
anteriores.
4. Clarividencia a través del tiempo y del espacio.
5. Manifestación de conocimientos no adquiridos.
6. Resolución de problemas sin base matemática aprendida.
7. Juicios exactos sin elementos averiguables de conocimiento.
8. Simpatías y antipatías inexplicables.
9. Voluntad férrea, e hipobulia extrema.
10. Valor heroico y pusilanimidad cobarde.
Me parece que con solo este resumen, se da cuenta cualquiera de que los que andamos
en semejantes pesquisas y averiguaciones, y además lo declaramos urbi et orbi, corremos el
peligro, de la sonrisa burlona de los positivistas equilibrados, y de que nos vean con un pié en
el manicomio.
No todos los hechos resumidos se atestiguan en el presente libro; pero quien desee
amplias enseñanzas sobre ellos, lea la ya numerosa biblioteca, desde Jacolliot y Williams
Crookes, hasta Otero Acevedo, y los otros libros del insigne Rochas; y si no le basta con tantos
testimonios, experimente y vea por sus propios ojos, y luego váyase a la India a completar su
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

instrucción relativa al para nosotros nuevo mundo fenomenal, que es tan viejo, como el
universo. Y de todas suertes, con los en este libro atestiguados bastan para informarle, de que
las existencias comportan misterios fuera del alcance de esos topos materialistas, que están
alpiste de lo que es materia, y que son, sin embargo, los maestros prestigiosos de la actual
generación pseudocientífica.
Es tan poderoso todavía el vendaval levantado por los enciclopedistas del siglo último,
que hasta inteligencias de primer orden, creyentes allá en el fondo de sus consciencias, en el
hecho de que tras el fenómeno se oculta un noumeno, tras de la substancia tangible, una
energía intangible y señora de átomos y moléculas, y tras las apariencias físico-químicas de los
seres vivos, un alma libre y creadora, son arrastradas, en sus publicaciones, al pensar
limitadísimo, y al decir grosero del infecundo y desolador materialismo.
“¿Por qué la célula medular produce movimientos y la célula cerebral elabora ideas?”,
pregunta una eminencia española en cierto prólogo a un libro todavía non nato, sobre
anatomía de la médula, de un su colega. Y quiere contestar con conjeturas basadas en las
relaciones anátomo-sensoriales de cada foco gangliónico; pero manteniendo el error, de que
en las sensaciones celulares, están las ideas simples, luego combinadas y elaboradas para
formar las complejas por las células materialmente relacionadas, y llegando así a la
consciencia cerebral o de conjunto, ignorante de las consciencias gangliónicas subordinadas.
Es decir, que entre el movimiento signo, única cosa que puede dar de sí una célula,
aunque tenga más células conexas por sus patas de araña que arenas tienen las playas, y la
interpretación de este movimiento signo, no hay puente, y la célula cerebral es terreno y planta
al mismo tiempo del hecho de consciencia, y el hecho de consciencia, algo resultante por modo
directo de la asimilación y desasimilación celular, sin más substratum, que el substratum
anatómico, ni más formas, que las anatómicas, que se suponen iguales en el vivo y en el 15
cadáver, puesto que del cadáver nacen tan extrañas e irracionales inducciones y conclusiones.
Nada más cómodo, ni elemental, ni inocente, en presencia de un fenómeno, que
atribuirlo al cuerpo ponderable en que se realiza; y para atribuir la vida y la consciencia al
organismo ponderable de los seres vivos, no han necesitado ciertamente los materialistas
calentarse los cascos. Lástima grande es, que los mismos fenómenos del mundo físico les
hayan impuesto, con imposición incontrastable la admisión de algo imponderable a que llaman
éter, necesario para darse cuenta del calor, de la luz, de la electricidad, del magnetismo, y
hasta de la atracción universal, y de la armonía dinámica de los mundos.
Más, hasta aquí llegan sus conclusiones, y todo lo que no sea materia ponderable o éter,
no es, y todo lo que no sea transformación de substancia ponderable regida por inmutables
leyes, o movimientos del éter, sujetos a leyes mecánicas subordinadas a la primordial de la
conservación y equivalencia de la fuerza y de la eternidad y eterna cuantía de la materia
ponderable y conocida o cognoscible, no es tampoco; la libertad humana queda reducida a la
esclavitud del mundo físico; la consciencia, a mero movimiento del éter circulante por los
nervios y las células nerviosas, en virtud del impulso cósmico; la vida, a resultancias de
cambios químicos; la muerte, al acabamiento y al no ser.
La misma existencia de Dios es un sueño de los ignorantes, que ignoran que con
materia ponderable y éter, Dios no toca ningún pito en el universo; y el alma humana, otra
ilusión de los mentecatos que no han llegado a descubrir ciertas fibras colaterales de
comunicación celular, en las cuales reside, y cuyo conjunto enmarañado, es la esencia de esto
que llamamos Yo. El universo viene a ser una nube de agua turbia, sin límites ni contornos,
sembrada de puntos brillantes donde no hay ni puede haber más que atracciones y repulsiones
atómicas, bodas y divorcios continuos por apetitos y hartazgos intermitentes, sin
Dr. Heinrich Arnold Krumm Heller (Huiracocha)

espontaneidad, con la fatalidad por ley, sin moralidad ni finalidad, ni otro régimen que el
derivado de las intrínsecas propiedades atómicas o moleculares. En suma: una podredumbre
de cementerio iluminada por fuegos fatuos.
Para combatir esas tristezas desoladoras, y esas mentiras desfachatadas del
materialismo, vamos a razonar en su mismo terreno. A la constitución de todo cuerpo, dicen,
concurren dos substancias: la ponderable, específica o especificada, y la imponderable, o éter,
idéntica a sí misma, y en la cual no se dan más que diversas condensaciones o intensidades
de movimiento. La primera se limita para formar los cuerpos, la segunda es continua en el
universo, y así llena los espacios interatómicos, como los interplanetarios, estableciendo las
relaciones universales incorpóreas, cuya manifestación más evidente, es la atracción recíproca
en razón directa de las masas, e inversa del cuadrado de las distancias.
El éter es una substancia en movimiento, y la materia ponderable otra substancia,
también en movimiento, las dos diferentes, y el de la materia ponderable, diferente en cada
cuerpo simple, según la naturaleza o la forma de sus átomos. A partir de estas verdades
fundamentales, todos los fenómenos del mundo físico-químico, forma de los cuerpos,
densidad, gravedad, transformaciones, calor, luz, electricidad, magnetismo, atracciones y
repulsiones, dependen de las condiciones de conflicto de las substancias en movimiento, o sea
del modo de relación de estas substancias, siendo, por tanto, el fenómeno, un movimiento
resultante, en el cual el etéreo, que se supone de expansión, actúa en función de causa
influyente, y el material, que se supone de concentración y tendencia a la macidez y al reposo,
actúa en función de la causa influida.
Con estos elementos, surgentes de la eternidad y del caos, se explicaría el momento
creador de los cuerpos físicos, el orden universal o coste de conflagraciones inmensas, pero
16 nada más. Establecidas las relaciones definitivas, vendrían las diferenciaciones corpóreas
permanentes, las rotaciones uniformes, las órbitas invariables, la imposibilidad de todo cambio
y de toda evolución, el absurdo de toda espontaneidad y de toda nueva variación.
Es así que se descubre una evolución en el universo y un cambiar continuo: luego a esa
evolución y a esos cambios, los preside una Idea. Es así que surgen continuamente, hasta en
nuestro misérrimo planeta, por procedimientos especialísimos, cuerpos dotados de
espontaneidad, capaces de crear nuevos movimientos, cambiando la disposición de las
substancias y determinando nuevos conflictos; cuerpos dotados de percepción, de conciencia,
de pensamiento, de afectos y de voluntad, que ya no son solamente cuerpos, sino también
seres vivos dominadores de las substancias material y etérea: luego en estos cuerpos, hay
algo más que materia y éter.
Es una inconsecuencia lógica, el que porque aparezcan fenómenos calóricos, lumínicos,
eléctricos y magnéticos, se admita para ellos, un éter-substratum, y cuando aparecen los
fenómenos de consciencia y de volición, se niegue el alma-substratum de los mismos, y
cuando se presencia la vida y la evolución universal, se niegue a Dios Omnisciente y
Omnipotente; que se admita el éter que alumbra, y no el alma que lo enciende y que lo apaga
cuando quiere, el éter que se repele a sí mismo, y no el Dios que lo sujeta al cumplimiento de
sus inescrutables designios.
De otra parte, suponer que entre los átomos etéreos separados por repulsión esencial,
no hay nada, es el colmo de las suposiciones brutales.
De manera, que a la constitución de los seres vivos, concurren, cuando menos, tres
substancias: la corpórea o ponderable, substratum de los cambios nutritivos; la etérea,
substratum de los fenómenos calóricos, lumínicos, eléctricos y magnéticos, y la anímica,
substratum de los fenómenos mentales. Y si la concurrencia de las tres es necesaria para
Revista Rosa~Cruz, Año I, Núm. 3

formar un ser humano, la relación de dependencia resulta bien evidente. Jamás el éter y la
materia podrán formar más que un cuerpo físico, y si concurren a formar los seres vivos, es
que el alma coge y domina al éter y a la materia, aprovecha o contraría a sus propiedades, y
les obliga al concurso, hasta que cansada de la lucha o perfeccionada en fuerza de dolores,
abandona en detritus aquellas substancias que le sirvieron para vivir esta vida terrenal.
Una cosa es que durante su encarnación no tenga consciencia de todo lo que hace, y
otra cosa es que deje de hacerlo: con consciencia y sin consciencia lo hace, como lo prueban
los hechos enumerados antes, y los que en este libro aprenderá el lector.
Y si la materia y el éter proceden de la creación o de la eternidad, de la creación o de la
eternidad procede la substancia anímica, que es de seguro universal y forma las almas, como
el éter forma los cuerpos físicos con el concurso del éter mismo, acaso con el concurso de
otros éteres, dirigida ella misma y sus congéneres, por la dominación eminente del Dios
Creador. La supremacía de los fenómenos anímicos sobre los materiales y etéreos hasta el
punto de determinarlos, acredita su distinta y superior categoría lógica, y toda explicación de
los primeros por los segundos, es irracional ad absurdum.
Probado esto, no hay más que hacer que continuar la indagación fenomenal en el
mundo psicológico, no para demostrar la inmortalidad de las almas, hecho en que comulgan los
mismos ateos y los materialistas más empedernidos siendo, por tanto, su campaña una
campaña de hipocresía, sino para averiguar los destinos de nuestras almas y de nuestra
personalidad psíquica, en el tiempo y en el espacio, para convertir nuestras creencias en
conocimientos positivos, para admirar más de cerca y más pronto, la magnificencia de Dios.
Madrid, diciembre de 1896.
A. SÁNCHEZ HERRERO.
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LA MUJER, MÉDICO DEL HOGAR


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