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Semana 5

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SEMANA 5

DANTE ALIGHIERI: DIVINA COMEDIA

1. Contexto histórico cultural

-La Divina Comedia, obra magistral de Dante (1265 – 1321), pertenece


a la Edad Media, período de desarrollo feudal y monárquico.

-La historia conoce a la época comprendida entre los siglos XI y


XV con el nombre de Baja Edad Media.

-Europa manifiesta un desarrollo excepcional: ciudades, catedrales


góticas, universidades.

-En lo ideológico, es una etapa de cambios políticos con incremento del poder real y
expansión del pensamiento cristiano. Sin embargo, se le considera también como la época de
oscurantismo, ya que no se permite el desarrollo de la ciencia racional.

-Inventada y difundida la imprenta, esta dio a la literatura un particular impulso e


importancia, sobre todo en los medios cultos y monásticos.

-Literatura medieval. Durante esta época se desarrolla una literatura predominantemente


religiosa, muchas veces anónima que se manifiesta en himnos litúrgicos y paralitúrgicos.

2. Dulce estilo nuevo

- Se conoce como literatura del Dulce estilo nuevo a la creada por un grupo de escritores
italianos de la segunda mitad del siglo XIII. Esta es una expresión toscana (dialecto en el que está
escrita originalmente la Divina comedia).

- La expresión fue extraída del Canto XIV del Purgatorio de la Divina Comedia.

-El amor cortés toma un trasfondo religioso y se acompaña de la idealización de la mujer.

-Refleja la consolidación de la escritura e interés por la lengua vernácula.

-Dante elabora sus ideas sobre el estilo, lengua, forma y metro más adecuados para valorar
esencialmente la autenticidad del sentimiento poético y la dulzura y sutileza del tono.

3. Dante Alighieri

3.1 Referencias biográficas

Dante, diminutivo de Durante, nació en Florencia, Italia, en el año 1265. Durante su formación
infantil asistió a escuelas del convento franciscano de Santa Croce en donde estudió artes
liberales.

Un hecho de su adolescencia marcó su vida: su amor por Beatriz Portinari, a quien conoció hacia
1274. Ella será su musa de aspecto angelical en su poesía, a quien le dedicará su obra poética
“Vita nova”.
Beatriz contrae matrimonio con Simón de Bardi. Dante se incorpora al ejército güelfo
participando activamente. Participó como soldado en favor de los güelfos, en el sitio de Poggio
di Santa Cecilia contra los aretinos (1285) y fue jinete en la batalla de Campaldino (1289),
también contra los gibelinos.

La temprana muerte de Beatriz sumió al poeta en la depresión. Se dedica a estudiar a los clásicos
y en 1295 contrae matrimonio con Gemma Donati con la cual tiene cuatro hijos: Giovanni,
Pietro, Jacopo y Antonia.

De su formación humanista con Brunetto Latini y de sus lazos intelectuales con Guido Cavalcanti
nacería la concepción subliminal de la mujer, connotación que Dante concede a Beatriz. Cuando
murió Beatriz, Dante se consoló con una visión en la que la amada aparecía como parte de la
corte celestial, y el poeta se propuso volver a hablar de Beatriz solo para decir aquello que nunca
fue escrito de una mujer. Quince años más tarde, en la Divina Comedia, se revelaría el
alcance poético de esta promesa.

Tuvo una muy activa vida política. Perteneció a una facción de los güelfos denominada los
blancos (“moderados”).

En Florencia había una división entre dos familias, los “Cerchi”, llamados “los blancos” y los
“Donatti”, llamados “los negros”; Dante pertenece a los primeros.

Los “blancos”, dueños del gobierno, no pudieron oponerse a la entrada del Rey de Francia, de
lo cual los Donatti consiguieron el aprecio del Papa. Derrotados los güelfos por los magnates de
Donatti, muchos fueron desterrados, entre ellos Dante. Condenado por sentencia de marzo de
1302, jamás pudo volver a Florencia. Intenta varias veces pero fracasa y se dirige a la alta Italia
donde encuentra protección en la familia de los Scaligeri, señores de Verona.

“El Convivio”, libro en el que estudia los problemas más profundos que preocupan al
pensamiento medieval. Durante ese tiempo, continúa trabajando en la “Commedia”, que no se
sabe cuándo empezó a escribirla, pero que debió terminarla en los tiempos finales de su vida,
porque los últimos cantos fueron hallados por sus hijos después de su muerte.

Siempre incursionando en política, escribió “La Monarquía”, tratando de contribuir con la


pacificación.

A la edad de 56 años y sin haber regresado a su añorada Florencia, muere en Rávena, el


14 de setiembre de 1321.

3.2 Producción literaria

• “Vida Nueva” (1283 – 1292)

• “Rimas” - Compuestas en su juventud.

• “De vulgar elocuencia”

• “El Convivio” (1304 – 1307)

• “El cancionero”

• “La Monarquía” (1310 – 1312)


• “La Divina Comedia”. La empezó probablemente entre 1307 y 1308 y la compuso hasta
el final de su vida.

3.3 Características de su producción

• Su obra esencialmente poética muestra un ágil empleo del idioma y está pletórica de
símbolos.
• Es un experto en los recursos de la metáfora, la comparación y las descripciones de corte
magistral.
• Su forma predilecta en el discurso es la narración.
• Su obra muestra la religiosidad de la época, el cristianismo como elemento ideológico
fundamental en la cultura medieval.
• En su obra puede apreciarse la majestuosidad del tono épico, la sublimación de la lírica y
cierto afán didáctico moralizante.

4. La “Divina Comedia”

4.1 Resumen

El poema es una alegoría de fe por la cual el poeta, de formación cristiana, nos cuenta haber
descendido a las profundidades de la tierra –la “selva oscura”– donde fue intercedido por tres
fieras: una pantera, un león y una loba, que representan, respectivamente la lujuria, la soberbia
y la avaricia. La presencia de una sombra le anuncia ser Virgilio, poeta admirado por Dante, quien
le revelará, además haber sido enviado por Beatriz para guiarlo por el Infierno y Purgatorio.

Entran al Infierno, el cual está representado por un amplio abismo cónico, dividido en nueve
círculos concéntricos que se internan hasta el centro de la tierra en donde está Lucifer.

En el primer círculo, se encuentran los niños inocentes, los patriarcas y hombres ilustres de la
antigüedad anterior a Cristo.

En el segundo, “que contiene menos espacio pero mucho dolor”, se hallan los lujuriosos, los
pecadores carnales.

El tercero es el de “la lluvia eterna, maldita, fría y densa que cae siempre con la misma fuerza”,
allí están los glotones.

En el cuarto, se hallan los avaros y los pródigos, lanzándose enormes pesos.

El quinto círculo encierra a los irascibles, los coléricos, que se destrozan con sus propios
dientes.

En el sexto se encuentran los herejes de todos los tiempos.

En el séptimo, que se halla dividido en tres secciones, están los violentos contra otros y contra
sí mismos, los suicidas.

El octavo círculo se compone de diez fosas en donde está los rufianes y seductores, los
aduladores, los adivinos, los barateros y los falsificadores.

En el noveno círculo, que se encuentra guardado por gigantes mitológicos, se encuentran los
traidores a su patria, a sus parientes, a sus amigos, etc.
En el rincón más profundo del infierno están Lucifer y Judas Iscariote.

Seguidamente, Dante y Virgilio pasan al Purgatorio, enclavado en una alta montaña sobre una
isla terrenal del hemisferio sur, en el lugar exacto donde cayó Satanás. También está dividido
en nueve terrazas. Aquí los penitentes están clasificados según los siete pecados capitales en
siete gradas. El guardián del cementerio es Catón –político romano quien, dignamente, prefirió
quitarse la vida antes que humillarse en esclavitud ante César– quien muestra a Dante cómo
llegan las almas a su reino.

En el Purgatorio hay constantes alusiones a la tierra como una esfera, se discute sobre las
estrellas y sobre las posiciones del sol, las distintas zonas horarias, lo que demuestra
conocimientos científicos de la época.

Ya en las puertas del Paraíso aparece Beatriz y huye Virgilio.

El Paraíso comprende nueve cielos como esferas que giran alrededor de la tierra. Esta
concepción es de influencia aristotélica. Aquí, Dante es examinado por San Pedro, Santiago y
San Juan sobre las tres virtudes teologales, tiene una primera visión de Dios y se revela a sus
ojos el misterio de la divinidad. Dante simboliza el paraíso con la capacidad de las almas de amar
a Dios y por lo tanto, en función de ese amor, se establece una jerarquía celestial en la que el
alma puede ir ascendiendo de uno a otro cielo superior. Destaca esta idea de un alma más
desarrollada que otras en cuanto a su proximidad con Dios.

4.2 Fragmento

Inscripción que –según Dante en la “Divina Comedia”- figura en la entrada al Infierno.

Por mí se va a la ciudad doliente; por mí se va al


eterno tormento; por mí se va tras la maldita gente.

Movió a mi autor el justiciero aliento;


me hizo la divina gobernanza,
el primer amor, el alto pensamiento.

Antes de mí no hubo jamás crianza, sino lo eterno,


yo por siempre duro.
Oh, los que entren, dejen toda esperanza.

Canto Primero

En medio del viaje de nuestra vida, errante me encontré en una selva oscura, por haberme
apartado de la vida recta. ¡Ay, cuán duro me resulta relatar lo salvaje, áspera y fuerte que era
esta selva , que en la mente renueva mi temor; tan triste, que solamente la muerte le supera.

Pero antes de hablar del bien que allí encontré, revelaré otras cosas que vi por suerte.

No sabré explicar cómo entré en ella. Es que estaba tan adormecido cuando abandoné el
verdadero camino. Pero al llegar al pie de una cuesta –donde terminaba el valle que me había
llenado de miedo el corazón- miré hacia arriba y vi su cima revestida ya de los rayos del
planeta que nos guía con toda seguridad por todos los senderos. Entonces se calmó un tanto el
miedo que había permanecido en el lago de mi corazón durante la noche que pasé con tanta
angustia. Y del mismo modo que aquel que, saliendo adelante fuera del piélago, al llegar a la
playa se vuelve a las ondas peligrosas y las contempla, así mi espíritu, fugitivo aún, se volvió
hacia atrás para mirar el lugar del que no salió nunca nadie vivo.

Después de haber dado algún reposo a mi fatigado cuerpo, continué subiendo por la solitaria
pendiente, procurando afirmar siempre aquel de mis pies que estuviera más abajo. Al principio
de la cuesta se me apareció una pantera ágil, de rápidos movimientos y cubierta de manchada
piel. No se apartaba de mi vista sino que interceptaba de tal modo mi camino que me volví
muchas veces para retroceder. Era el momento en que apuntaba el día y el sol subía rodeado de
aquellas estrellas que estaban con él cuando el Amor Divino imprimió el primer movimiento a
todas las cosas bellas de la creación. Hora y estación tan dulces me daban motivos para
augurar bien de la pintada piel de aquella fiera. Pero no tanto que no me infundiera terror el
aspecto de un león que a su vez se me apareció. Me pareció que venía contra mí, con la
cabeza alta y con un hambre tan rabioso que hasta el aire parecía temerle.

Siguió al león una loba que, en medio de su aspecto demacrado, parecía cargada de todos
los deseos y que ya había obligado a mucha gente a vivir en la miseria. El fuego que despedían
sus ojos me causó tal turbación que perdí la esperanza de llegar a la cima. Y así como el que se
deleita en atesorar, llegado el tiempo en que sufre una pérdida se entristece y la llora con todos
sus pensamientos, así me hizo padecer aquella fiera inquieta que, viniendo a mi encuentro, poco
a poco me iba empujando hacia donde el sol perdía la luz. Mientras yo retrocedía hacia el valle,
se presentó a mi vista una persona que por su prolongado silencio parecía mudo. Cuando lo vi
en aquel gran desierto, le grité:

- Ten piedad de mí, quienquiera que seas, sombra u hombre verdadero.

- No soy ya hombre –me respondió-, pero lo he sido. Mis padres fueron lombardos y ambos
tuvieron a Mantua por patria. Nací en los tiempos gloriosos de Julio César, aunque algo tarde, y
vi a Roma bajo el mando del buen Augusto en tiempo de los dioses falsos y engañosos. Poeta fui
y canté a Eneas, aquel justo hijo de Anquises que volvió de Troya después del incendio de la
soberbia Ilión. Pero, ¿por qué te entregas de nuevo a tu aflicción?

¿Por qué no asciendes al delicioso monte (el camino que conduce a la virtud), que es causa y
principio de todo goce?

- ¡Oh! ¿Eres tú aquel Virgilio, aquella fuente que derrama tan ancho caudal de elocuencia?- le
respondí ruboroso-. ¡Ah! ¡Honor y antorcha de los demás poetas! Válgame contigo el
prolongado estudio y el gran amor con que he leído y meditado tu obra. Tú eres mi Maestro y
mi autor predilecto. Tú solo eres aquel de quien he imitado el bello estilo que me ha dado tanto
honor. Mira esa fiera que me obliga a retroceder. Líbrame de ella, famoso sabio, porque con su
aspecto se estremecen mis venas y late con precipitación mi pulso.

- Te conviene seguir otra ruta- me respondió al verme llorar-, si quieres huir de este sitio salvaje.
Porque esa fiera ante la cual te espantas no deja pasar a nadie por su camino, sino que se opone
a ello matando al que a tanto se atreve. Su instinto es tan malvado y cruel que nunca ve
satisfecho sus ambiciosos deseos y, después de comer, tiene más hambre que antes. Muchos
son los animales a quienes se une, y serán aun muchos más hasta que venga el Mastín y la haga
morir entre dolores. Éste no se alimentará de tierra ni de oro sino de sabiduría, de amor y de
virtud. Será la salvación de esta humilde Italia por la que murieron tantas personas. Perseguirá
a la loba de ciudad en ciudad hasta que la haya arrojado en el infierno, de donde en otro tiempo
la hizo salir la envidia. Ahora, por tu bien, pienso y veo claramente que debes seguirme. Yo seré
tu guía y te sacaré de aquí para llevarte a un lugar eterno, donde oirás aullidos desesperados.
Verás los espíritus dolientes de los antiguos condenados que llaman a gritos a la segunda
muerte. Verás también a los que están contentos entre las llamas porque esperan, cuando llegue
la ocasión, tene5r un puesto entre los bienaventurados. Si quieres enseguida subir hasta ellos,
te acompañará en este viaje un alma más digna que yo. Te dejaré con ella cuando yo parta, pues
el Emperador que reina en las alturas no quiere que por mediación mía se entre en su ciudad
porque fui rebelde a su ley. Él impera en todas partes y reina arriba. Arriba está su ciudad y su
alto trono. ¡Oh! ¡Feliz a quien elige para habitar en su reino!

4.3 Crítica

Según el propio Dante la Comedia puede ser leída en cuatro sentidos diferentes, estos cuatro
sentidos coinciden, según Edy Mingunzzi en El enigma fuerte. El código oculto de la Divina
Comedia, con los cuatro elementos y las cuatro causas aristotélicas: “el literal corresponde a la
tierra y a la causa material, el alegórico al aire y a la causa formal, el moral al agua y a la causa
eficiente, y el anagógico al fuego y a la causa final” (29).

El sentido anagógico es el más profundo y complejo de los cuatros, se refiere a un conocimiento


que no puede ser adquirido sino por la experiencia, y que solamente puede ser transmitido
a través de un lenguaje polisémico y simbólico, que permita al espíritu vislumbrar aquello que
la mente es incapaz de comprender.

La interpretación esotérica de la obra de Dante puede sostenerse en la participación activa en


la orden iniciática Fedeli d´Amore. Según los registros el autor ingresó a esta orden a la edad de
18 años. Consta que fue iniciado en 1º grado por Brunetto Latini y se desprende de sus obras
que alcanzó la dignidad de Gran Maestre. (Joseph Gallagher). Según Gallagher, el primer soneto
de la “Vida Nueva” fue escrito en honor a la orden. No debe extrañar la escasez de referencias
al respecto, pues esta orden fue mantenida en secreto debido al temor a la persecución de la
Iglesia Católica.

Parte de la filosofía de la orden consistía en criticar el comportamiento de altos dignatarios


eclesiásticos que se preocupaban casi exclusivamente de su poder terrenal y se alejaban de su
deber espiritual de acercar al hombre a Dios y, por tanto, a la Virtud.

Por otra parte esta orden tenía por finalidad restituir el cristianismo a su primera pureza para
así regenerar la sociedad. MacLennan sostiene que los Fideli d`Amore “forman una hermandad
cerrada dedicada a lograr una armonía entre los lados sexual y emocional de su naturaleza, y
sus aspiraciones intelectuales y místicas”. No debe malinterpretarse el interés sexual de esta
orden, pues su sistema se basaba en la armonía y equilibrio entre los aspectos masculino y
femenino de cada ser humano, utilizando como medio de ascenso hacia la virtud al Amor
Divino. “Su práctica también incluye la formación de la imaginación para mantener la imagen
del amado en la forma de una dama”.
La relación de Dante con Beatriz, que la transforma en un ideal femenino hasta llegar al punto
de la sublimación, se relaciona, en primer lugar, con la representación de la mujer en el amor
cortés; pero en segundo lugar, se pueden descubrir ciertas variantes que indican que el amor
cortés no explica completamente esta relación. Entre ellas se presenta la representación de la
mujer como principio activo y creador, pues en el amor cortés la mujer era considerada un
principio pasivo.

Continuando con la simbología trinitaria, tres son los guías de Dante a través de su peregrinaje
iniciático, el primero es Virgilio, que representa el conocimiento y la sabiduría clásica, su
segundo guía es Beatriz, el impulso motivador del viaje de restauración de su virtud, y
finalmente, el tercer guía es San Bernardo, inspirador de la Orden del Temple.

Además al principio de su viaje Dante se encuentra con tres animales simbólicos (la pantera, el
león y la loba), tres son los mayores traidores (Judas, Bruto y Casio) y tres las caras de Lucifer,
en oposición a la Trinidad.

Es profundamente simbólico que Dante inicie su viaje un Viernes Santo, pues coincide con la
muerte de Cristo, su descenso a los infiernos y resurrección.

El primer canto del Infierno es considerado un canto introductorio, en el que Dante explica la
situación en que se encuentra antes de iniciar el camino. El autor sitúa su viaje a la edad de
treinta y cinco años, y señala haber extraviado su senda. Su estado espiritual se presenta
sombrío, pues reconoce haber estado dormido, es decir, sin la voluntad para mantenerse fiel al
camino recto, permitiendo que la realidad, el pecado, la confusión y la ignorancia del mundo
dirigieran su devenir.

Es de especial importancia que, en este punto, Dante se dirija hacia un monte y que al
contemplar la cima de éste diga que “ya vestían los rayos del planeta que lleva recto por
cualquier camino”. No debe olvidarse que el autor ya poseía un conocimiento iniciático y, por
tanto, sabía que la forma de abandonar la selva oscura era el conocimiento, o simbólicamente,
subir al monte. Inicia el ascenso, pero aparecen ante él la pantera, simbolizando a la lujuria, el
león, simbolizando la soberbia y vanidad, y la loba, es decir la codicia, la ambición y el poder.

WILLIAM SHAKESPEARE: EL REY LEAR

1. Contexto histórico cultural

El reinado de Isabel I (1533 – 1603) le otorga a Inglaterra estabilidad y modernidad.

Inglaterra alcanza a ser considerada como potencia imperial: la reina favoreció el desarrollo de
la economía capitalista, fortalecida políticamente por la nobleza rica y la clase señorial de los
terratenientes.

Se desarrolla la filosofía empírica y las bases para el método científico de Francis Bacon (1561
– 1626).

Impulsados por el mecenazgo y la nobleza culta, aparecieron los primeros teatros abiertos,
especialmente diseñados para esa finalidad.
Isabel I concede mucha importancia al teatro al cual se le conoce como Teatro isabelino.

Hacia el siglo XVII, sin embargo hay un resquebrajamiento del estado monárquico. Isabel –
quien no había dejado descendencia– había sido sucedida por Jacobo I a partir de 1603. Jacobo,
de la dinastía Estuardo, hizo un gobierno unificado: Inglaterra, Escocia e Irlanda. La conspiración
de la pólvora (1605), conflictos con el Parlamento culminaron con la guerra civil (1642 – 1651).

2. El Teatro Isabelino

• Representa una propuesta que postula la ruptura con los moldes clásicos.

• Trasgresión de la unidad aristotélica de espacio, tiempo y acción.

• Fusión de los géneros por la inserción cómica del clown.

• Alterna el verso con la prosa.

• Se mezclan los personajes nobles con los plebeyos.

3. El Teatro del Renacimiento

2.1 Características

El teatro renacentista tiene como fin divertir al público, con lo cual consiguió su popularidad,
un teatro libre de doctrinas y consejas.

Su género más popular es la comedia del arte que goza de cierto espacio para la improvisación.

El uso de la máscara o clown permite identificar y diferenciar a los personajes.

Se desarrolló tres tipos de representación: cortesana, de la clase noble; populista, de argumento


accesible y dirigido al público y erudita, con fines didácticos y desarrollados en ámbitos
académicos como la universidad.

2.2 Representantes

• Christopher Marlowe (1564-1593), dramaturgo, poeta y traductor, quien popularizó el


verso blanco y se considera predecesor a Shakespeare.

• Ben Jonson (1572-1637), dramaturgo controversial, poeta y actor.

• William Shakespeare Arden, dramaturgo y lírico.

• Thomas Wyatt, lírico renacentista que adaptó el soneto italiano a la métrica del inglés.

• En la prosa se conoce la obra de Tomás Moro.

3. Autor

3.1 Referencias biográficas

De Shakespeare, escritor de una vida casi legendaria, del cual existen muchas suposiciones y
muy pocos datos comprobados, se sabe que en Nació en 1564 en Stratford-upon-Avon
(Inglaterra) y fue el tercero de ocho hijos. No se tiene registro que informe que haya tenido
estudios universitarios.
En 1582 –apenas tenía 18 años de edad– se casó con Anne Hathaway, hija de un granjero, con
la cual tuvo tres hijos: Susana, y dos mellizos: Hamnet, niño que fallece a los once años y
Judith.

Su obra de juventud son los versos que escribía; pero sobre todo gustaba de asistir a las
representaciones que las compañías de cómicos de la legua ofrecían en la Sala de Gremios de
Stratford, mascaradas, fuegos artificiales, cabalgatas y funciones teatrales con que se
celebraban las visitas de la reina al castillo de Kenilworth.

Hacia 1588, se estableció en Londres, puesto que debió abandonar Stratford al haber sido
sorprendido en cacería ilegal, en las propiedades de Sir Thomas Lucy, juez de paz de la
ciudad. Dos años más tarde trabaja como actor para la compañía Chaberlain’s Men y hubo de
conseguir el mecenazgo de Henry Wriothesley, conde de Southampton. En 1593 publica su
primer libro de éxito: "Venus y Adonis", que será sucedido de inmediato por el éxito de "La
violación de Lucrecia", un año más tarde. Son célebres también sus "Sonetos", de temática
amorosa y corte renacentista.

Se dice que en 1599, la compañía Chamberlain’s Men terminó de construir el teatro Globo en
el cual el autor representaría la mayoría de sus obras dramáticas. Esta dedicación al teatro –
escribía para la representación escénica– probablemente, hizo que el escritor descuidara la
edición de sus obras que no se hicieron sino hasta después de su muerte.

Su éxito teatral lo llevó a mejorar su economía, pues llegó a ser accionista propietario del teatro
Globo, con lo cual ayudó a su padre económicamente e incluso le compró un título nobiliario en

1596, cuyo escudo aparece en el monumento al poeta construido poco después de su muerte
en la iglesia de Stratford.

En 1611 se retiró del teatro y fue a vivir a su pueblo natal. Había hecho edificar su casa en
Stratford, a la que denominó como

New Place.

Falleció en su localidad natal el 23 de abril de 1616, el mismo día de la muerte de Cervantes y el


Inca Garcilaso de la Vega.

3.2 Producción literaria

Comedias

Los dos caballeros de Verona, 1592.

La comedia de las equivocaciones, 1593.

La fierecilla domada, 1594. Trabajos de amor perdidos, 1595.

Grandes comedias

El mercader de Venecia, 1597.

Mucho ruido y pocas nueces, 1599.

Las alegres comadres de Windsor, 1599. Noche de Reyes, 1601.


Comedias de conflicto (o comedias/obras problemáticas)

Bien está lo que bien acaba, 1602.

Medida por medida, 1604.

Tragicomedias románticas (o comedias tardías o romances)

Pericles, 1608.

Cimbelino, 1610.

El cuento de invierno, y La Tempestad, 1611.

Dramas históricos Enrique VI, 1590 – 1591. Ricardo III, 1591.

Ricardo II, 1595.

El rey Juan, 1596. Eduardo III, 1596. Enrique IV, 1597 – 1598. Enrique V, 1599.

Enrique VIII, 1613.

Tragedias

Tomás Moro, 1592. Titus Andronicus, 1594. Romeo y Julieta, 1595. Julio César, 1599. Hamlet,
1601.

Troilo y Crésida, 1602. Otelo, 1604.

Macbeth, 1605.

Antonio y Cleopatra, 1606. Coriolano, 1608.

Poesía

Venus y Adonis, 1593.

La violación de Lucrecia, 1594)

Sonetos (1597)

Querellas de una amante) (1597)

El peregrino apasionado, 1599. El fénix y la tórtola, 1601.

Elegía fúnebre, 1612.

Epitafio, 1616

Testamento, 1616.
3.3 Características de su producción literaria

Se inspiraba en temas de cualquier índole o procedencia y fusionaba los personajes nobles con
los plebeyos.

Su obra recoge argumentos de antiguas crónicas, leyendas populares o de obras antiguas.

Creó prototipos o personajes arquetípicos a partir de una genial caracterización y conocimiento


profundo de la vida humana y de la caracterología de la personalidad. En Otelo tenemos la
tragedia universal de los celos; en Macbeth, la de la ambición política; en el Rey Lear, la de
la humana ingratitud.

Representó los grandes problemas de la existencia.

4. Obra

4.1 Resumen

Lear, rey de Britania, ha decidido repartir herencia entre sus tres hijas: Goneril, mujer del duque
de Albania; Regan, mujer del duque de Cornuailles, y Cordelia, prtendida por el rey de Francia y
el duque de Borgoña. Con la intención de dividir su reino entre las tres hijas según el afecto que
ellas sientan por él, Lear pregunta a cada una cómo le quiere. Goneril y Regan hacen protestas
de sincero afecto y cada una recibe un tercio del reino; Cordelia, modesta y digna, dice que le
ama como manda el deber.

Airado por dicha respuesta, el rey divide su parte del reino entre las otras hermanas, con la
condición de que él, con cien caballeros, sea mantenido por una de ellas turnándose.

Retirado el duque de Borgoña, el rey de Francia acepta a Cordelia sin dote. El conde de
Kent, que se pone del lado de Cordelia, es desterrado, pero sigue al rey bajo vestiduras falsas.
Goneril y Regan, apenas poseen el poder, desenmascaran su ánimo malvado, faltan al pacto
estipulado por el padre negándole la escolta de caballeros, y cuando él, indignado, rechaza su
odiosa hospitalidad, le dejan que vague por el campo durante la tempestad. El conde de
Gloucester siente piedad del viejo rey y, por una delación de su hijo ilegítimo Edmund, se hace
sospechoso de complicidad con los franceses que desembarcan en Inglaterra a instancias de
Cordelia, y es hecho cegar por el duque de Cornuailles.

Antes de procurar la ruina de su padre, Edmund había calumniado ante él a su hermano,


el legítimo Edgard, obligándolo a huir de la ira paterna. Disfrazándose de mendigo loco, Edgard
se ve reducido a vivir en una cabaña en el campo, y precisamente en dicha cabaña buscan
refugio, durante la tempestad, Lear junto con el bufón de su corte y el fiel Kent. Lear, reducido
al nivel de un mísero vagabundo, siente por primera vez en su corazón la angustia del
sufrimiento humano; la prueba es demasiado ruda y pierde la razón. Kent lo lleva a Dover, y allí
Cordelia lo recibe afectuosamente.

Entretanto, Goneril y Regan se han enamorado ambas de Edmund, que se ha convertido en


conde de Gloucester. Goneril, para quitar de en medio a la rival, que, habiéndose quedado viuda,
quiere casarse con Edmund, la envenena; pero su intención de desembarazarse de su propio
marido es descubierta por una carta y Goneril se quita la vida. Edmund, acusado de
traición, es muerto por Edgard en un juicio de Dios; pero, vencedor de los franceses, había dado
ya orden de ahorcar a Cordelia, hecha prisionera junto con su padre; demasiado tarde, a punto
de morir, revela su feroz orden. Lear, que soñaba con estar siempre al lado de su hija, y por ello
soportaba resignadamente la prisión, ve cómo la estrangulan y muere vencido por el dolor. El
duque de Albania, que no había aprobado la manera como Goneril trataba a su padre, le sucede
en el reino. Edgard, que, sin ser reconocido, se había convertido en lazarillo de su padre ciego y
le habla quitado de la mente la idea del suicidio, es restaurado en el título y honores.

4.2 Fragmento

LEAR.-Ahora, nos vamos a manifestar nuestras más secretas resoluciones. A ver, el mapa de mis
dominios. Sabed que hemos dividido nuestro reino en tres partes. De los motivos que a ello nos
deciden, el primero es aliviar nuestra vejez del peso de las tareas y negocios públicos, para
asentarlo en hombros más jóvenes y robustos, y así, aligerados de tan onerosa carga, caminar
sosegados hacia nuestra tumba. Cornouailles, hijo querido, y vos, duque de Albania, que no
amáis menos a vuestro padre, nuestra firme voluntad es asignar públicamente en este día a cada
una de nuestras hijas su dote, a fin de prevenir con ello todos los debates futuros. Los príncipes
de Francia y de Borgoña, rivales ilustres en la conquista de nuestra hija menor, han permanecido
largo tiempo en nuestra corte, donde el amor los retiene: hay que contestar a sus peticiones.
Hablad, hijas mías: ya que hemos resuelto abdicar en este instante las riendas del gobierno,
entregando en vuestras manos los derechos de nuestros dominios y los negocios de estado
decidme cuál de vosotras ama más a su padre. Nuestra benevolencia prodigará sus más ricos
dones a aquella cuya gratitud y bondadoso natural más los merezcan. Vos, Goneril,
primogénita nuestra, contestad la primera.

GONERIL-Yo os amo, Señor, más tiernamente que a la luz, al espacio y a la libertad, muchísimo
más que todas las riquezas y preciosidades del mundo. Os amo tanto, cuanto se puede amar, la
vida, la salud, la belleza, y todos los honores y los dones todos; tanto, cuanto jamás hija amó a
su padre; en fin con un amor que la voz y las palabras no aciertan a explicar.

CORDELIA (aparte.)-¿Qué hará Cordelia? Amar y callar.

LEAR.-Te hacemos soberana de todo este recinto, desde esta línea hasta ese límite, con todo
cuanto encierra, frondosos bosques, y vasallos que los pueblan. Sean tu dote y herencia
perpetua de los hijos que nazcan de ti y del duque de Albania.

¿Qué contesta nuestra segunda hija, nuestra querida Regan, esposa de Cornouailles?

REGAN.-Formada estoy de los mismos elementos que mi hermana, y mido mi afecto por
el suyo, en la sinceridad de mi corazón, Ha definido, con verdad, el amor que os profeso, padre
mío. Pero aún quedó corta, pues yo me declaro enemiga de todos los placeres que la vista, el
oído, el gusto y el olfato pueden dar, y

sólo cifro mi felicidad en un sentimiento único: el tierno amor que por vos siento.

CORDELIA (aparte.)-¿Qué te queda pues, pobre Cordelia?

¿Pobre? No; estoy segura que mi corazón siente más amor del que mis labios pueden expresar.
LEAR.-Tú y tu posteridad, recibid en dote hereditario esta vasta porción de mi reino; no cede en
extensión, en valor ni en atractivo a la que he donado a Goneril. Ahora, Cordelia, tú que hiciste
sentir a tu padre el postrero, aunque no el más tierno transporte de gozo, tú cuyo amor buscan
y ambicionan los viñedos de Francia y el néctar de Borgoña ¿qué vas a contestar para recoger
tercer lote, más rico aún que de tus hermanas? Habla.

CORDELIA.-Nada, señor. LEAR.- ¿Nada? CORDELIA.-Nada.

LEAR.-De nada solo puede nada. Habla de nuevo.

CORDELIA.-Desgraciada de mí, que no puedo elevar mi corazón hasta mis labios. Amo a vuestra
majestad tanto como debo, ni más ni menos.

LEAR.- ¿Cómo, cómo Cordelia? Rectifica tu respuesta, si no quieres perder tu fortuna.

CORDELIA.-Vos, padre mío, me disteis la vida, me habéis nutrido y me habéis amado. Yo,
por mi parte, os correspondo, tributándoos todos los sentimientos y toda la gratitud que el
deber me impone; os soy sumisa, os amo y os respeto sin reserva. Mas

¿por qué mis hermanas tienen maridos, si dicen que es vuestro todo su amor? Tal vez cuando
yo me case, el esposo que reciba mi fe obtendrá con ella la mitad de mi ternura, la mitad de mis
cuidados y la mitad de mis deberes; de seguro, jamás me casaré como mis hermanas para dar a
mi padre todo mi amor.

LEAR.- ¿Está de acuerdo tu corazón con tus palabras?

CORDELIA.-Sí, padre mío.

LEAR.- ¡Cómo! ¡Tan joven y tan poco tierna! CORDELIA.-Tan joven y tan franca, señor.

LEAR.- ¡Está bien! Quédate con la verdad por dote; pues, por los sagrados rayos del sol, por los
sombríos misterios de Hécate y de la noche, por todas las influencias de esos globos celestes
que nos dan vida o nos matan, abjuro desde ahora todos mis sentimientos naturales, rompo
todos los lazos de la naturaleza y de la sangre y te destierro para siempre de mi corazón.

4.3 Crítica

¿Tormenta o lo romántico en el Rey Lear?

¿… hay alguien que pueda decirme quién soy?

(Carolina Rebolledo González. La naturaleza y el paisaje en El Rey

Lear de William Shakespeare)

Tormenta y la calma son motivos recurrentes entre los Románticos; al parecer estos
tópicos tienen, entre otras, una raíz profunda, en El Rey Lear de Shakespeare, obra que ha
graficado de modo magistral el concepto de naturaleza como reflejo del estado del hombre y
en la que la Tormenta como manifestación física y como tema, es eje central de la pieza.

El Rey Lear se divide estructuralmente en antes y después de la escena de la Tormenta; por


medio de esta escena Shakespeare nos presenta el giro dramático de la obra y nos enfrenta
directamente a la relación tragedia-naturaleza-paisaje.
A partir del momento en que Lear es despojado del poder y el reino está en manos de su dos
hijas mayores, el protagonista se verá enfrentado a la decadencia, haciendo un camino que ha
sido denominado por Nicanor Parra como: “de Rey a Mendigo”. Nuestro personaje buscará
refugio en casa de sus hijas, pero estas los rechazarán, el destierro al que se ve sometido lo
enfrentará al paisaje; a aquel paisaje que le ofrece una naturaleza salvaje y caótica y a su propio
paisaje interior: el paisaje de la locura.

La naturaleza no es un hogar y en este punto a adquirido para El Rey un sentido demoníaco y


autodestructor. El rey se verá por primera vez enfrentado a la dominante presencia de la
naturaleza y a la ausencia de civilización (representada con el castillo o la morada), en este nuevo
mundo que Lear habitará no hay ciudad ni población, en este escenario se declarará una crisis
de identidad en el personaje que desembocará en la locura: “… ¿hay alguien que pueda decirme
quién soy?”.

La tormenta viene a reestablecer el orden, pero no en un sentido racional de restitución, sino


más bien en un sentido de destrucción; la naturaleza no devuelve las cosas a su cauce, sino que
devasta para poder de esta manera reconstruir el mundo. Con el protagonista operará la misma
fórmula natural, el único modo en que Lear pueda enfrentarse al grave error cometido y
reestablecer la razón cegada, que lo impulso a rechazar y maldecir a Cordelia, es a través de la
destrucción de la razón, es decir: la locura.

Lear al ser expulsado por sus hijas se enfrentará a una tormenta física y a una tormenta de su
mente, el protagonista quedará a merced de los elementos naturales y de su propio
“tormento”. Desde este instante Lear comenzará una transfiguración inspirada por el
sufrimiento espiritual y físico, nuestro rey se volverá un asceta, un Diógenes mimetizado con el
paisaje, retornando a su naturaleza pura, desnuda y animal.

La temática de la naturaleza es muy amplia en el texto de Shakespeare y no quedará reducida


solo al personaje de Lear y a la escena de la tormenta. En primer orden, cabe destacar que la
preocupación de Shakespeare por el tema de la naturaleza, ha sido llevada al terreno del
lenguaje, durante la obra se harán constantes analogías personaje-naturaleza. Cordelia nos dirá
de su padre que “…acaban de verlo tan agitado como un mar furioso”, mientras que
Lear se referirá a sus dos hijas mayores comparándolas con toda clase de animales peligrosos,
dirá de Reagan: “…Cual serpiente me hirió el corazón con su lengua”. A lo largo de todo el
texto también nos encontraremos con los personajes dialogando con los astros y los elementos
de la naturaleza o bien refiriéndose a las fuerzas de lo natural, Edmond dirá: “…Le dije que los
dioses vengadores lanzan rayos contra todo parricida”.

Las invocaciones a la naturaleza de carácter casi ritual, también serán muy comunes durante la
obra. El personaje de Edmond se consagrará con su monólogo inicial a la naturaleza, al nuevo
orden maligno que Lear ha implantado, aquí Shakespeare usará además un doble simbolismo,
puesto que este personaje es considerado “hijo natural” o “hijo del placer” o bien bastardo, es
decir desde su concepción ya pertenecía a la naturaleza del caos. En contraposición está su
hermano Edgar que al pertenecer al orden benigno se ve en la necesidad de seguir el mismo
camino que Lear para sobrevivir, fundirse con el paisaje, participar de esa naturaleza revuelta
y guarecerse en una fingida locura.
MOLIERE: EL AVARO

1. Contexto histórico cultural

La obra de Moliere corresponde a la época del reinado de Enrique

IV (Francia, inicios del siglo XVII).

La firma del Edicto de Nantes en 1598 le había puesto fin a los conflictos de guerra político-
religiosa

de la segunda mitad del siglo XVI.

El cardenal Richelieu se convirtió en el organizador del Estado, en apoyo al nuevo monarca Luis
XIII (1617).

Lujo, pompa y riqueza rodean a la corte que, incluso ocupó el palacio de Versalles antes de
ser culminada su construcción. A ese teatro cortesano corresponderá la presencia de Moliere,
motivo de diversión para la Corte.

Es la época, también del esplendor del absolutismo monárquico.

Se desarrolló un aliento especial al teatro del siglo XVII.

2. El Neoclasicismo

Corriente que, en el siglo XVIII se declara abiertamente seguidora del arte clásico grecolatino;
proviene esencialmente de Francia, pero tiene su origen el siglo anterior, con manifestaciones
del barroco.

Entre los autores y concepciones literarias que influyeron sobre Moliere se cita la comedia
de Plauto y de Aristófanes, por lo que se le considera un neoclásico.

2.1 Características

Generalmente, la obra persigue un fin didáctico, moralizante.

Predomina la razón sobre el sentimiento. La literatura tiene una actitud crítica y reflexiva.

El lenguaje es depurado, obvia la expresión coloquial o pintoresca; por el contrario, la pureza


es un fin y se logrará a través de la claridad del lenguaje.

El estilo del lenguaje, sin embargo, está revestido de sencillez, pero sobre todo del respeto
a la norma clásica.

El teatro se rige por la norma clásica de respeto a la unidad aristotélica: unidad de espacio,
tiempo y acción.

Es propio de esta época el desarrollo del género ensayístico y de la fábula, acordes para el juicio
crítico sobre la sociedad.

El neoclasicismo se despoja de lo insólito y prefiere lo cotidiano por su verosimilitud.

Son cánones o principios en los cuales se basa: la imitación, la simetría y la perfección por
rigidez de la norma.
2.2 Representantes

• Pierre Corneille, padre de la tragedia francesa.

• Jean Racine.

• Jean de La Fontaine, fabulista cuyos relatos están inspiradas por clásicos como Ariosto,
Boccaccio, François Rabelais y Margarita de Navarra.

• Moliere.

3. Autor

3.1 Referencias biográficas

Moliere toma el nombre del escritor francés Francois de Moliere (nacido en 1599), pues su
nombre verdadero era Jean Baptiste Poquelin y había nacido en París en 1622. Fue dramaturgo
y actor. Perteneció a una familia burguesa.

Susana Cordero de Espinosa en su ensayo “El avaro. El enfermo imaginario. Moliere”, nos dice
que su padre era “conocido tapicero de la Rue Saint Honoré y en 1631 es nombrado tapicero del
rey. Su madre, Marie Cressé, que sabía leer y escribir muere temprano, en 1632”. Sin embargo,
señala, “Moliere recibe una sólida formación en el colegio de Clermont, a cargo de los jesuitas,
en donde toma conocimiento de los autores antiguos, especialmente de Plauto y Terencio (en
estos se inspiran más tarde obras como La escuela de los maridos y Amphitryon)”.

Obtuvo el título de abogado; sin embargo desde pequeño sintió la atracción por el teatro.

En 1643 fundó la compañía del llustre-Theâtre, en la que actuó, produjo y dirigió obras con las
que se dedicó a recorrer algunos pueblos, sin éxito; por el contrario, contrajo deudas que lo
llevaron a la cárcel. Al regresar a París consiguió la confianza y aceptación de Luis XIV, monarca
que le cede el Petit Bourbon, donde estrena en 1959, con gran éxito “Las preciosas ridículas”.
Esta comedia ofendió a las damas de la aristocracia parisina por lo que alguien mandó a destruir
el teatro. Designado en 1664 a cargo de las diversiones de la corte, creó “Los placeres de la
Isla encantada” que puso en escena “La princesa de Èlide” y “Tartufo”, donde calificó de
hipócritas a los religiosos, lo que le trajo como consecuencia la censura de esta obra por cinco
años. La iglesia lo llamó “El demonio en sangre humana”.

En 1665, se representó su glorioso “Don Juan” y la compañía se transformó en Compañía Real.

En 1666 escribió “El misántropo” y “El médico a palos”, en 1668 aparecieron, “Anfitrión”,
“Georges Dandin” y “El avaro”. En 1670, “El burgués gentilhombre”, en 1671, escribió “Los
enredos de Scapin”y “La condesa de Escarbañás”, en 1672 publicó “Las mujeres sabias” y en
1673, su última obra: “El enfermo imaginario”.

Fue un duro crítico de las costumbres y los prejuicios de la época, empleó la comedia de
caracteres y la farsa, para dar un tono popular a sus obras, las cuales soportan la acción del
tiempo y divierten y entretienen hasta nuestros días, habiendo creado figuras que se elevan
con valor de símbolos de la naturaleza humana.
Representando su última obra (El enfermo imaginario) sufrió una hemoptisis y murió en escena
el 17 de febrero de 1673. Debido a su oficio de comediante, se le negó la sepultura cristiana.
Gracias a la intervención del rey, se le pudo enterrar más tarde en el cementerio de Saint-Joseph.

3.2 Producción literaria

• El médico volador, 1645.

• El atolondrado o los contratiempos , 1655.

• El doctor enamorado, 1658. — farsa perdida que se representó ante Luis XIV.

• Las preciosas ridículas, 1659.

• Sganarelle, 1660.

• Don García de Navarra.

• La escuela de los maridos, 1661.

• La escuela de las mujeres, 1662.

• La crítica de la escuela de las mujeres.

• El casamiento forzado, 1662.

• La princesa de Élide, 1664.

• Tartufo (Tartuffe, 1664).

• Don Juan, 1665.

• El misántropo o El atrabiliario enamorado, 1666.

• El médico a palos, 1666.

• Georges Dandin, 1668.

• El avaro, 1668.

• Anfitrión, 1668.

• El señor de Pourceaugnac, 1669.

• El burgués gentilhombre, 1670.

• Los enredos de Scapin, 1671.

• La condesa de Escarbañás, 1671.

• Las mujeres sabias, 1672.

• El enfermo imaginario, 1673.


3.3 Características de su producción literaria

A través de su comedia, Moliere satiriza los vicios sociales de su época.

Es un observador de las conductas humanas. Con ellas ha logrado símbolos de vicios y


deformaciones del ser humano; es decir, con ellas creó arquetipos; así tenemos que:

En Las preciosas ridículas, elabora una sátira de la mujeres elegantes de París que
frecuentaban el Hotel Rambouillet.

El avaro constituye una crítica a la avaricia como pasión innata.

Tartufo es un estudio sobre la hipocresía.

Don Juan es la obra precursora del Juan Tenorio de José

Zorrilla, historia del empedernido seductor.

El médico a palos constituye una sátira contra los médicos petulantes.

El enfermo imaginario gira en torno a un hipocondriaco que teme la intervención de los médicos.

Es un creador de la comedia de costumbres.

Su tono es burlesco y satírico.

Utiliza la intriga como pretexto, pues lo que le interesa en el fondo es el retrato de la sicología
de sus personajes.

Denota un alto sentido común, juicio audaz y falta de apasionamiento para juzgar a sus
criaturas.

4. Obra

4.1 Resumen

El avaro tiene dos hijos, Cleante y Elisa. Valerio, enamorado de Elisa se hace mayordomo de
Harpagón para estar junto a su amada.

Harpagón se muestra como un padre conservador y, en su afán por preservar los intereses de
posición social tiene planeado casar a Elisa con el anciano Anselmo, un allegado de buena
posición quien aceptaría desposarla sin dote: Para su hijo Cleanto destina una viuda rica.

Por su parte, para él mismo, a pesar de la edad y no insensible al amor, ha puesto los ojos sobre
la ingenua gracia de Mariana. Frosina intriga haciéndole creer que la joven está interesada en él
y ambos perfeccionan los planes para obtener el consentimiento de la joven y de su
madre. Frosina pretende cobrar por sus servicios, pero Harpagón se escabulle por la ventana.

Con motivo de la firma del contrato de matrimonio, Harpagón invita a comer a Mariana, pero le
insiste en que ella cocine usando su propio dinero, ella se muestra molesta, pero urde un plan
para vengarse. Mientras el viejo se desnuda, Mariana (aterrorizada) intenta robar sus joyas.
Harpagón advierte al servicio y en especial a Maese Santiago de que debe mantener vigilada a
Mariana y propone que la aten en el sótano. El cocinero protesta, el intendente Valerio
apoya al avaro y alaba el plan. En ese momento llega Cleanto y Mariana reconoce al joven del
que está enamorada. Los tres amantes hablan y se desvelan su amor recíproco. Cleanto le quita
a su padre del dedo un anillo de gran valor, y se lo ofrece a su amada en su propio nombre.
Harpagón no llega a entender la situación, así que enloquece y sale huyendo de la casa. Cleanto
se haya a punto de convenir un empréstito que no puede ser más oneroso y descubre que el
usurero no es otro más que su propio padre, Harpagón reconoce a su propio hijo como víctima
de sus embustes. Puesto sobre aviso por el paradójico incidente, el avaro teme más que nunca
que le quieren engañar, y vive en perpetuo temor por cierta caja que contiene 10.000 escudos
de oro, que ha enterrado en el jardín. Flecha, leal a su amo Cleanto, sustraerá el arca de dinero
ahorrado y escondido por parte del avaro padre; el fin de Cleanto era independizarse de su
padre.

Harpagón prosigue en sus proyectos matrimoniales; invita a Mariana y a su madre a una


comida. Pero allí descubre que su hijo ama a Mariana y no tiene intención alguna de dejar a su
padre campo libre, porque es correspondido por la muchacha; y se entera a continuación del
robo de la preciosa caja. Fuera de sí sospecha del mayordomo Valerio y lo acusa, el astuto criado
le revela que ama a su hija y que se ha unido a ella en mutua promesa de matrimonio, pues está
seguro de ser correspondido por la muchacha.

Harpagón, medio enloquecido, provoca la intervención de la justicia, acusa a todos y les


amenaza con torturas y galeras. Hace que le policía encierre a supuestos culpables. Maese
Santiago para vengarse y evadir culpa, acusa a Valerio quien llega en ese momento y este en la
confusión cree que ha sido descubierto y confiesa su amor por Elizabeth y que están prometidos
en secreto. Harpagón se indigna por no estar enterado. Pero llega de repente el señor Anselmo
cuando Valerio empezaba a contar su propia historia; en el intrincado barullo se descubre que
este es el padre de Valerio y de Mariana, los cuales son por tanto hermanos y que la familia
quedó separada y dispersa muchos años antes por extraordinarios reveses de fortuna que
habían persuadido a los unos de la muerte de los otro.

Cleanto se casará con Mariana, que se convierte en rica heredera; Elisa se casara con
Valerio, y Harpagón, ya tranquilo por el hallazgo de la caja que le ha devuelto Flecha, termina
por dar su consentimiento tanto más cuando el rico Anselmo le promete correr con todos
los gastos del noble matrimonio.

4.2 Fragmento

ESCENA V

HARPAGÓN, ELISA y CLEANTO. Hablando juntos, permanecen en el fondo de la escena.

HARPAGÓN. (Creyéndose solo.) Sin embargo, no sé si habré hecho bien enterrando en mi


jardín los diez mil escudos que me devolvieron ayer. Diez mil escudos de oro en casa de uno son
una suma bastante... (Aparte, al ver a Elisa y a Cleanto.) ¡Oh, cielos!

¿Me habré traicionado a mí mismo? ¡Arrebatado por el furor, creo que he hablado en voz alta
al razonar a solas! (A Cleanto y a Elisa.) ¿Qué pasa?

CLEANTO. Nada, padre.


HARPAGÓN. ¿Hace mucho que estáis ahí? ELISA. Acabamos de llegar.

HARPAGÓN. ¿Habéis oído? CLEANTO. ¿El qué, padre mío? HARPAGÓN. Eso...

ELISA. ¿Qué?

HARPAGÓN. Lo que acabo de decir. CLEANTO. No.

HARPAGÓN. Sí tal. ELISA. Perdonadme.

HARPAGÓN. Ya veo que habéis oído algunas palabras. Es que

pensaba, en mi interior, lo difícil que es hoy día encontrar dinero, y decía que dichoso el que
puede tener diez mil escudos en su casa. CLEANTO. Vacilábamos en abordaros, temiendo
interrumpiros. HARPAGÓN. Me satisface deciros esto, para que no vayáis a tomar las cosas al
revés y a imaginaros que decía yo que tengo diez mil escudos.

CLEANTO. No nos metemos en vuestros negocios.

HARPAGÓN. ¡Pluguiera al Cielo que tuviese yo esos diez mil escudos!

CLEANTO. No creo.

HARPAGÓN. Sería un buen negocio para mí... ELISA. Son cosas...

HARPAGÓN. Buena falta me harían. CLEANTO. Yo creo que...

HARPAGÓN. Eso me arreglaría, en verdad. ELISA. Sois...

HARPAGÓN. Y no me quejaría, como ahora, de que los tiempos son míseros.

CLEANTO. ¡Dios mío! ¡Padre, no tenéis motivos para quejaros, y

ya se sabe que poseéis bastante caudal!

HARPAGÓN. ¡Cómo! ¿Que tengo bastante caudal? Quienes lo digan mienten. No hay nada más
falso, y son unos bribones los que hacen correr todos esos rumores.

ELISA. No os encolericéis.

HARPAGÓN. Es singular que mis propios hijos me traicionen y se conviertan en enemigos míos.

CLEANTO. ¿Es ser enemigo vuestro el decir que tenéis caudal? HARPAGÓN. Sí. Tales discursos y
los gastos que hacéis serán la causa de que uno de estos días vengan a mi casa a cortarme el
cuello, con la idea de que estoy forrado de doblones.

CLEANTO. ¿Qué gran gasto hago yo?

HARPAGÓN. ¿Cuál? ¿Hay nada más escandaloso que ese suntuoso boato que paseáis por la
ciudad? Reñía ayer a vuestra hermana; mas hay algo peor. Esto sí que clama al Cielo; y si se os
despojase desde los pies a la cabeza, habría con ello para constituir una buena renta. Ya
os he dicho veinte veces, hijo mío, que todas vuestras maneras me desagradan grandemente;
sentís una afición desmedida a echároslas de marqués, y para ir vestido así, preciso es que me
robéis.
CLEANTO. ¡Eh! ¿Y cómo robaros?

HARPAGÓN. ¡Y qué sé yo! ¿De dónde sacáis para sostener el vestuario que lleváis?

CLEANTO. ¿Yo, padre mío? Es que juego, y, como soy muy afortunado, gasto en mí todo el
dinero que gano.

HARPAGÓN. Muy mal hecho. Si sois afortunado en el juego, deberíais sacar provecho de ello
y colocar a un interés decente el dinero que ganáis, a fin de encontrároslo algún día. Quisiera yo
saber, para no referirme a lo demás, de qué sirven todas esas cintas con que vais cubierto de
pies a cabeza y si media docena de agujetas no bastan para sostener unas calzas. ¿Es muy
necesario gastar dinero en pelucas cuando pueden llevarse cabellos propios que no cuestan
nada? Apostaría a que en pelucas y cintas hay, por lo menos, veinte pistolas, y veinte pistolas
rentan al año dieciocho libras, seis sueldos y ocho denarios con sólo colocarlas al doce por
ciento.

CLEANTO. Tenéis razón.

HARPAGÓN. Dejemos eso y hablemos de otra cosa. (Sorprendiendo a Cleanto y a Elisa, que se
hacen señas.) ¡Eh! (Bajo, aparte.) Me parece que se hacen señas uno a otro para robarme mi
bolsa. (Alto.) ¿Qué quieren decir esos gestos?

ELISA. Dudamos mi hermano y yo en quién hablará primero; los dos tenemos algo que deciros.

HARPAGÓN. Yo también tengo que deciros algo a los dos. CLEANTO. Deseamos hablaros de
matrimonio, padre. HARPAGÓN. Y yo también quiero hablaros de matrimonio. ELISA. ¡Ah, padre
mío!

HARPAGÓN. ¿Por qué ese grito? ¿Es la palabra o la cosa lo que os atemoriza, hija mía?

CLEANTO. El matrimonio puede atemorizarnos a los dos, de la manera que podéis entenderlo,
y tememos que nuestros sentimientos no estén de acuerdo con vuestra elección. HARPAGÓN.
Un poco de paciencia; no os alarméis. Sé lo que oses necesario a los dos, y no tendréis, ni uno ni
otra, motivo de queja con lo que pretendo hacer; y para empezar por este lado (a Cleanto),
¿habéis visto, decidme, una joven llamada Mariana, que habita no lejos de aquí?

CLEANTO. Sí, padre mío. HARPAGÓN. ¿Y vos?

ELISA. He oído hablar de ella.

HARPAGÓN. ¿Cómo encontráis a esa joven, hijo mío? CLEANTO. La encuentro encantadora.

HARPAGÓN. ¿Y su fisonomía?

CLEANTO. Muy honesta y llena de talento. HARPAGÓN. ¿Su aspecto y sus maneras? CLEANTO.
Admirables, sin duda.

HARPAGÓN. ¿No creéis que una joven así merecería que se pensase en ella?

CLEANTO. Sí, padre mío.

HARPAGÓN. ¿Y que sería un partido deseable? CLEANTO. Muy deseable.

HARPAGÓN. ¿Que tiene aspecto de ser una buena esposa? CLEANTO. Sin duda.
HARPAGÓN. ¿Y que se hallaría satisfecho con ella un marido? CLEANTO. Seguramente.

HARPAGÓN. Hay una pequeña dificultad, y es que tengo miedo

de que no se consiga con ella todo el caudal que podría pretenderse.

CLEANTO. ¡Ah, padre mío! ¡No debe considerarse el caudal cuando se trata de casarse con
una persona honrada!

HARPAGÓN. Perdonadme, perdonadme. Mas lo que hay que decir es que si no se encuentra con
ella todo el caudal que se desea, puede uno intentar resarcirse en otra cosa.

CLEANTO. Se comprende.

HARPAGÓN. En fin, me satisface ver que compartís mi opinión, pues su honesta apostura y su
bondad han conquistado mi alma, y estoy resuelto a casarme con ella, con tal que posea algún
caudal. CLEANTO. ¿Eh?

HARPAGÓN. ¿Cómo?

CLEANTO. ¿Estáis resuelto, decís, a...? HARPAGÓN. A casarme con Mariana. CLEANTO. ¿Quién?
¿Vos, vos?

HARPAGÓN. ¡Sí, yo, yo, yo! ¿Qué quiere decir esto?

CLEANTO. Me acomete de pronto un vahído, y me retiro de aquí.. HARPAGÓN. No será nada; id


pronto a beber un vaso de agua clara a la cocina.

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