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Segunda Guerra Mundial

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Segunda Guerra Mundial

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Segunda Guerra Mundial

Parte de contemporary history y Edad Contemporánea

 Primera batalla de El Alamein, 1942

 Masacre de Nankín, 1937-38

 Batalla del Atlántico, 1939-45

 Batalla de Stalingrado, 1942-43

 Batalla de Berlín, 1945

 Ataque a Pearl Harbor, 1941

Fecha 1 de septiembre de 1939-2 de
septiembre de 1945
(6 años y 1 día)

Lugar Todos los continentes y océanos, pero


especialmente Europa, África del
Norte, Extremo Oriente, Atlántico
Norte y Océano Pacífico.

Casus belli Invasión alemana de Polonia


Segunda guerra sino-japonesaNota 1

Resultado Victoria aliada

Consecuencias  Colapso de la Alemania nazi

 Caída de los
Imperios japonés e italiano
 Creación de las Naciones Unidas

 Emergencia de los Estados Unidos y


la Unión
Soviética como superpotencias
 Comienzo de la Guerra Fría

 Reinicio de la Guerra civil china

 Inicio del proceso de descolonización


de Asia y África
 División de Corea

 Ocupación de Alemania y Japón

Cambios Véase anexo


territoriales

Beligerantes
Potencias del Eje Aliados
 Alemania nazi  Reino Unido
 Reino de Italia  Unión Soviética
 Imperio del Japón  China
 Estados Unidos
 Francia
Apoyadas por:
 Francia de Vichy
 Reino de Hungría Apoyadas por:
 Reino de Rumania  Polonia
 Eslovaquia  Checoslovaquia
 Reino de Bulgaria  Noruega
 Croacia  Países Bajos
 Mengjiang  Bélgica
 Manchukuo  Luxemburgo
 Chetniks  Resistencia italiana
 India libre  Imperio etíope
 Birmania  Reino de Grecia
 Vietnam  Reino de Yugoslavia
 Finlandia  Filipinas
 Corea  Raj británico
 Nankín  Canadá
 Tailandia  Australia
 Reino de Irak  Nueva Zelanda
 México
 Brasil
 Sudáfrica
 Transjordania
 Malasia británica
 Birmania británica
 Rodesia del Sur
 Reino de Egipto

 Mongolia

Figuras políticas
 Adolf Hitler  †  Jorge VI
 Hirohito  Winston Churchill (1940-
1945)
 Hideki Tōjō
 Iósif Stalin
 Benito Mussolini  
 Chiang Kai Shek
 Franklin Delano
Roosevelt  † (1941-1945)
 Harry Truman (1945)
 Charles de Gaulle

Bajas

40-100 millones de muertos


post–World War II
Primera Guerra
←Segunda Guerra era, Trente
Mundial y período
Mundial→ Glorieuses
de entreguerras
y Guerra Fría

[ocultar] 
Campañas de la Segunda Guerra Mundial

Europa

Polonia

Guerra de broma

Guerra de Invierno

Dinamarca y Noruega

Francia y Benelux
Inglaterra

Balcanes

Frente Oriental

Finlandia

Frente Occidental (1944-45)

Guerra del Pacífico

China

Océano Pacífico

Sudeste de Asia

Sudoeste del Pacífico

Manchuria (1945)

Mediterráneo y Oriente Medio

África del Norte

África Oriental

Mar Mediterráneo

Malta

Yugoslavia

Irak

Siria y Líbano

Irán

Italia

Sur de Francia

Otras campañas

Atlántico

Ártico

Bombardeos estratégicos
América

África Occidental

Océano Índico (Madagascar)

Guerras contemporáneas

Guerras fronterizas soviético-japonesas

Guerra franco-tailandesa

Guerra peruano-ecuatoriana

Rebelión Ili

La Segunda Guerra Mundial fue un conflicto militar global que se desarrolló


entre 1939 y 1945. En ella se vieron implicadas la mayor parte de las naciones del
mundo ─incluidas todas las grandes potencias, así como prácticamente todas las
naciones europeas─, agrupadas en dos alianzas militares enfrentadas:
los Aliados, por un lado, y las potencias del Eje, por otro. Fue la mayor contienda
bélica de la historia, con más de cien millones de militares movilizados y un estado
de guerra total en que los grandes contendientes destinaron toda su capacidad
económica, militar y científica al servicio del esfuerzo bélico, borrando la distinción
entre recursos civiles y militares. Marcada por hechos de enorme repercusión que
incluyeron la muerte masiva de civiles —el Holocausto, los bombardeos intensivos
sobre ciudades y el uso, por primera vez en un conflicto militar, de armas
nucleares—, la Segunda Guerra Mundial fue la más mortífera de la historia, con un
resultado de entre 50 y 70 millones de víctimas, el 2,5 % de la población mundial.1
El comienzo del conflicto se suele situar en el 1 de septiembre de 1939, con
la invasión alemana de Polonia, cuando Hitler se decidió a la incorporación de una
de sus reivindicaciones expansionistas más delicadas: el Corredor Polaco, que
implicaba la invasión de la mitad occidental de Polonia; la mitad oriental, junto
con Estonia, Letonia y Lituania fue ocupada por la Unión Soviética, mientras
que Finlandia logró mantener su independencia de los soviéticos (guerra de
Invierno). El Reino Unido y Francia le declararon la guerra a Alemania, que
esperaban como una repetición de la guerra de trincheras («guerra de
mentira») para la que habían tomado toda clase de precauciones (línea Maginot)
que demostraron ser del todo inútiles. Las maniobras espectaculares de
la blitzkrieg (guerra relámpago) proporcionaron en pocos meses a Alemania el
control de Noruega, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y la propia Francia,
mientras que el ejército británico escapaba in extremis desde las playas
de Dunkerque durante la batalla de Francia. La mayor parte del continente
europeo estaba ocupado por el ejército alemán o por sus aliados, entre los que
destacaba la Italia fascista, cuya aportación militar no fue muy significativa (batalla
de los Alpes, guerra greco-italiana).
La batalla de Inglaterra, la primera completamente aérea de la historia, mantuvo
durante el periodo siguiente la presión sobre el nuevo gobierno de Winston
Churchill, decidido a la resistencia («sangre, sudor y lágrimas») y que finalmente
venció, entre otras cosas gracias a una innovación tecnológica (el radar) y al
decisivo apoyo estadounidense, que negoció en varias entrevistas con Franklin D.
Roosevelt (Carta del Atlántico, 14 de agosto de 1941).
En 1941, la necesidad estratégica de ocupar los campos petrolíferos del Cáucaso
impulsó a Alemania a invadir la Unión Soviética (operación Barbarroja),
inicialmente exitosa, pero que se estancó en la batalla de Moscú y los sitios
de Leningrado y Stalingrado. Al mismo tiempo, Japón, en su campaña
de expansión por Asia y en venganza por el embargo económico que el gobierno
estadounidense les había impuesto, atacó Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941;
la agresión precipitó la entrada de Estados Unidos en la guerra. Pocos meses
después, la batalla de Midway (en julio de 1942) marcaría un punto de inflexión en
la guerra del Pacífico ante el debilitamiento de la capacidad de combate japonesa
frente a los estadounidenses. En el norte de África, los británicos frenaron el
avance de los Afrika Korps alemanes desde Libia hacia Egipto en la batalla de El
Alamein (1942), después de la invasión italiana al canal de Suez (1940).
El periodo final de la guerra se caracterizó por las complejas operaciones
necesarias para los desembarcos aliados en Europa (Sicilia, en julio de
1943; Anzio, en enero de 1944; Normandía, en junio de 1944) y por el hundimiento
del frente oriental, en el que se libraron las operaciones con tanques más
encarnizadas de la historia (batalla de Kursk, especialmente en Projorovka, julio
de 1943), mientras en el frente occidental los alemanes experimentaban armas
tecnológicamente muy desarrolladas (misiles V-1 y V-2) y soportaban bombardeos
destructivos sobre sus ciudades a una escala nunca antes vista (bombardeo de
Dresde, en febrero de 1945) y la destrucción total de su capital (batalla de Berlín,
entre abril y mayo de 1945).
En el frente del Pacífico, los estadounidenses tuvieron que desalojar isla a isla a
los japoneses, tanto en el sur del Pacífico (Guadalcanal, en agosto de 1942) como
en Filipinas (Manila, en febrero de 1945); tras librar las mayores batallas navales
de la historia (batalla del Mar del Coral, en mayo de 1942; batalla del Golfo de
Leyte, en octubre de 1944), alcanzaron tierras niponas (Iwo Jima, en febrero de
1945 y Okinawa, en abril de 1945). En agosto de 1945, el presidente de Estados
Unidos, Harry S. Truman ordenó bombardear con las recién inventadas armas
nucleares las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. La devastación causada por el
ataque, que a la larga se cobraría la vida de 250 000 personas, precipitó la
capitulación de Japón.
A diferencia de la Primera Guerra Mundial, la rendición (tanto la japonesa como
la alemana) se produjo por derrota incondicional, sin pasar por ningún tipo de
negociación. Las conversaciones decisivas fueron las que plantearon la división de
Europa en zonas de influencia entre los aliados, y que se negociaron en
sucesivas cumbres (conferencia de Teherán, el 1 de diciembre de
1943; conferencia de Yalta, en febrero de 1945; y conferencia de Potsdam, en julio
de 1945).
La Segunda Guerra Mundial alteró las relaciones políticas y la estructura social del
mundo. Tras la conflagración, se fundó la Organización de las Naciones
Unidas con el fin de fomentar la cooperación internacional y de prevenir
potenciales conflictos. La Unión Soviética y Estados Unidos se erigieron
como superpotencias rivales, estableciéndose el escenario para la Guerra Fría,
que se prolongó durante los siguientes 46 años. Al mismo tiempo, la influencia de
las grandes potencias europeas entró en decadencia, materializada en el inicio de
la descolonización de Asia y África. La mayoría de los países cuyas industrias
habían sido perjudicadas abordaron la recuperación económica con la ayuda
financiera del país americanos (plan Marshall), mientras que la integración política
emergía como un esfuerzo para establecer las relaciones de posguerra.

Índice

 1Cronología
 2Antecedentes
o 2.1En Europa
o 2.2En Asia
 3Transcurso de la guerra
o 3.1Inicio de la guerra en Asia (julio de 1937-septiembre de 1939)
o 3.2Inicio de la guerra en Europa (septiembre de 1939-mayo de 1940)
o 3.3Frente occidental (mayo-septiembre de 1940)
o 3.4El Mediterráneo (abril de 1940-mayo de 1943)
o 3.5África subsahariana (julio de 1940-septiembre de 1943)
o 3.6Frente oriental (abril de 1941-enero de 1942)
o 3.7El Pacífico (abril de 1941-junio de 1943)
o 3.8China y el Sureste de Asia (septiembre de 1941-marzo de 1944)
o 3.9La batalla del Atlántico (enero de 1942-febrero de 1943)
o 3.10Frente oriental (enero de 1942-febrero de 1943)
o 3.11Frente occidental (septiembre de 1940-junio de 1944)
o 3.12El Mediterráneo (mayo de 1943-marzo de 1945)
o 3.13Frente oriental (febrero de 1943-enero de 1945)
o 3.14El Pacífico (junio de 1943-julio de 1945)
o 3.15China y el Sureste de Asia (marzo de 1944-junio de 1945)
o 3.16Frente occidental (junio de 1944-abril de 1945)
o 3.17Frente oriental (enero de 1945-abril de 1945)
o 3.18La Guerra acaba en Europa
o 3.19La Guerra acaba en Asia
 4Medios militares de los beligerantes
o 4.1Armas
o 4.2Estadísticas
 5Repercusiones fuera de los países beligerantes
o 5.1Participación de América Latina
o 5.2Participación española en la guerra
 6Genocidio
 7Consecuencias históricas
o 7.1Consecuencias territoriales en el mundo
 8Véase también
 9Notas
 10Referencias
 11Bibliografía
 12Enlaces externos

Cronología
Véase también: Anexo:Cronología de la Segunda Guerra Mundial
En general se considera que la guerra comenzó en Europa el 1 de septiembre de
193923 con la invasión alemana de Polonia, que provocó la declaración de guerra
de Reino Unido y Francia a Alemania dos días después. Las fechas de inicio de
las hostilidades en la zona del océano Pacífico son varias y anteriores en el
tiempo: la segunda guerra chino-japonesa que comenzó el 7 de julio de 193745 o
incluso la invasión japonesa de Manchuria a partir del 19 de septiembre de 1931.67
Otros coinciden con el historiador británico A. J. P. Taylor, que sostenía que la
guerra chino-japonesa y la guerra en Europa y sus colonias ocurrieron
simultáneamente y ambas se desataron en 1941. Otra fecha de inicio a veces
usada para la Segunda Guerra Mundial es la invasión italiana de Etiopía desde el
3 de octubre de 1935.8 El también historiador Antony Beevor opina que la
conflagración comenzó con la batalla de Jaljin Gol entre Japón y las fuerzas
de Mongolia y la URSS, de mayo a septiembre de 1939.9 En este artículo se
seguirá la datación convencional.
La fecha exacta del fin de la guerra tampoco tiene un consenso universal.
Generalmente se ha aceptado que el conflicto terminó con el armisticio japonés
del 14 de agosto de 1945, en lugar de la rendición formal de Japón, que se
produjo el 2 de septiembre y que puso final definitivo a las hostilidades en Asia. En
1951 se firmó un tratado de paz con Japón.10 Décadas después, en 1990,
un tratado sobre el futuro de Alemania permitió la reunificación del país y resolvió
muchos de los problemas de la posguerra en Europa. 11 Japón y la URSS no
firmaron nunca un tratado de paz formal.12

Antecedentes
Artículo principal: Causas de la Segunda Guerra Mundial

La Liga de la asamblea de las Naciones, celebrada en Ginebra, Suiza, 1930.


Las causas bélicas del estallido de la Segunda Guerra Mundial son, en Occidente,
la invasión de Polonia por las tropas alemanas y, en Oriente, la invasión japonesa
de China, las colonias británicas y neerlandesas y posteriormente el ataque a
Pearl Harbor.
La Segunda Guerra Mundial estalló después de que estas acciones agresivas
recibieran como respuesta una declaración de guerra, la resistencia armada o
ambas, por parte de los países agredidos y aquellos con los que mantenían
tratados. En un primer momento, los países aliados estaban formados tan solo
por Polonia, Reino Unido y Francia, mientras que las fuerzas del Eje las
constituían únicamente Alemania e Italia en una alianza llamada el Pacto de
Acero. A medida que la guerra progresó, los países que iban entrando en ella (por
ser atacados o tener tratados con los países agredidos) se alinearon en uno de los
dos bandos, dependiendo de cada situación. Ese fue el caso de los Estados
Unidos y la URSS, atacados respectivamente por Japón y Alemania. Algunos
países, como Hungría o Italia, cambiaron sus alianzas en las fases finales de la
guerra.
En Europa
Artículo principal: Hechos anteriores a la Segunda Guerra Mundial en Europa

Mapa político de Europa en 1923, tras el final de la Primera Guerra Mundial y la firma de los tratados de
paz.

Expansión de Alemania de 1935 a 1939.

El Tratado de Versalles, establecía la compensación que Alemania debía pagar a


los vencedores de la Primera Guerra Mundial. El Reino Unido obtuvo la mayor
parte de las colonias alemanas en África y Oceanía (aunque algunas fueron a
parar a manos de Japón y Australia). Francia, en cuyo suelo se libraron la mayor
parte de los combates del frente occidental, recibió como pago una gran
indemnización económica y la recuperación de Alsacia y Lorena, que habían sido
anexionadas a Alemania por Otto von Bismarck tras la Guerra Franco-
prusiana en 1870.
En el Imperio ruso, la Dinastía Románov había sido derrocada y reemplazada por
un gobierno provisional que a su vez fue derrocado por
los bolcheviques de Lenin y Trotsky. Después de firmar el Tratado de Brest-
Litovsk, los bolcheviques tuvieron que hacer frente a una guerra civil, que
vencieron, creando la URSS en 1922. Sin embargo, ésta había perdido mucho
territorio por haberse retirado prematuramente de la
guerra. Estonia, Letonia, Lituania y Polonia resurgieron como naciones a partir de
una mezcla de territorios soviéticos y alemanes tras el Tratado de Versalles.
En Europa Central, aparecieron nuevos estados tras el desmembramiento
del Imperio Austrohúngaro: Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia.
Además, el extinto Imperio tuvo que ceder territorios a la nueva Polonia,
a Rumanía y a Italia.
En Alemania, el Tratado de Versalles tuvo amplio rechazo popular: bajo su
cobertura legal se había desmembrado el país, la economía alemana se veía
sometida a pagos y servidumbres a los Aliados considerados abusivos, y el
Estado carecía de fuerzas de defensa frente a amenazas externas, sobre todo por
parte de la URSS, que ya se había mostrado dispuesta a expandir su ideario
político por la fuerza. Esta situación percibida de indefensión y represalias
abusivas, combinada con el hecho de que nunca se llegó a combatir en territorio
alemán, hizo surgir la teoría de la Dolchstoßlegende (puñalada por la espalda), la
idea de que en realidad la guerra se podía haber ganado si grupos extranjeros no
hubieran conspirado contra el país, lo que hacía aún más injusto el ser tratados
como perdedores. Surgió así un gran rencor a nivel social contra los Aliados, sus
tratados, y cualquier idea que pudiera surgir de ellos.
La desmovilización forzosa del ejército hasta la fuerza máxima de 100 000
hombres permitida por el tratado (un tamaño casi testimonial respecto al anterior)
dejó en la calle a una cantidad enorme de militares de carrera que se vieron
obligados a encontrar un nuevo medio de subsistencia en un país vencido, con
una economía en pleno declive, y tensión social. Todo eso favoreció la creación y
organización de los Freikorps, así como otros grupos paramilitares. La lucha de los
Freikorps y sus aliados contra los movimientos revolucionarios alemanes como
la Liga Espartaquista (a veces con la complicidad o incluso el apoyo de las
autoridades) hizo que tanto ellos como los segmentos de población que les
apoyaban se fueran inclinando cada vez más hacia un ideario reaccionario y
autoritario, del que surgiría el nazismo como gran aglutinador a finales de los
años 20 e inicios de los 30. Hasta entonces, había sido un partido en auge, pero
siempre minoritario; un intento prematuro de hacerse con el poder por la fuerza
(el Putsch de Múnich) acabó con varios muertos, el partido ilegalizado y Hitler en
la cárcel. Durante ese periodo de encarcelamiento Hitler escribió el Mein
Kampf (Mi lucha), el libro en el que sintetizó su ideario político para Alemania.
Discurso político de Benito Mussolini en la tribuna de la plaza de Milán en mayo de 1930.

El caldo de cultivo existente a nivel social, combinado con la Gran Depresión de


inicios de los 30, hizo que la débil República de Weimar no fuera capaz de
mantener el orden interno; los continuos disturbios y conflictos en las calles
incrementaron la exigencia de orden y seguridad por parte de sectores de la
población cada vez más amplios. Sobre esa ola de descontento y rencor,
el Partido Nazi, liderado por Adolf Hitler se presentó como el elemento necesario
para devolver la paz, la fuerza y el progreso a la nación. Los ideólogos del partido
establecieron las controvertidas teorías que encauzarían el descontento y
justificarán su ideario: la remilitarización era imprescindible para librarse del yugo
opresor de las antiguas potencias aliadas; la inestabilidad del país era ocasionada
por movimientos sociales de obediencia extranjera (comunistas) o grupos de
presión no alemanes (judíos), culpables además de haber apuñalado por la
espalda a la Gran Alemania en 1918; además, Alemania tiene derecho a recuperar
los territorios que fueron suyos, así como asegurarse el necesario espacio
vital (Lebensraum) para asegurar su crecimiento y prosperidad. Todas estas ideas
quedaron plasmadas en el Mein Kampf.
Partiendo de la sensación de afrenta originada por el Pacto de Versalles, los nazis
potenciaron, alimentaron y extendieron la necesidad de reparación en la sociedad
alemana, mezclando los problemas reales con las necesidades de su propio
programa político, presentando el militarismo y la adherencia a la
disciplina fascista como las únicas vías capaces de reconducir la situación. Así se
justificó la represión brutal de cualquiera que no pensara del mismo modo o fuera
percibido como un enemigo del Estado. Y el clima existente a causa del Pacto hizo
que a parte de la sociedad no le preocupase lo más mínimo el incumplimiento de
cualquier tipo de tratado internacional. Hasta 1932, el NSDAP fue incrementando
su cuota electoral en las elecciones federales, manteniendo un estilo político igual
de bronco y agresivo que el que practicaba en la calle.
Sturmabteilung (SA) en Berlín, 1932.

En noviembre de 1932 tienen lugar las octavas elecciones federales alemanas, en


las que el NSDAP logra un 33,1 % de votos (aunque bajó algo más de un 4 %). Al
ser la lista más votada y ante la imposibilidad de lograr una opción de consenso
entre las demás fuerzas políticas, el presidente Hindenburg nombra canciller a
Hitler y le ordena formar gobierno.
El 27 de febrero de 1933, un incendio arrasa el Reichstag, la sede del parlamento
alemán. A raíz de este suceso, Hitler declara el estado de excepción. Pronto surge
desde el partido nazi la acusación de que los comunistas son los instigadores de
la quema, y Hitler logra que un Hindenburg ya muy mermado de salud firme
el Decreto del Incendio del Reichstag, aboliendo tanto al partido comunista como a
cualquier organización afín a ese partido.
Con sus principales enemigos políticos ilegalizados, Hitler procedió a convocar
las novenas elecciones federales alemanas el 5 de marzo de 1933. Esta vez logra
un 43,9 % de votos y pasa a gobernar, en coalición con el DNVP, en mayoría
absoluta. Una vez conseguido el poder político, para lograr el apoyo de la cúpula
del ejército (Reichswehr), ordenó asesinar a los dirigentes de las SA, en la
llamada noche de los cuchillos largos, la noche del 30 de junio al 1 de
julio de 1934.

Bombardeo de Guernica en 1937 por la aviación de la Alemania nazi, durante la Guerra Civil
Española (1936-1939).

Hitler restauró en Alemania el servicio militar generalizado que había sido


prohibido por el Tratado de Versalles, remilitarizó la Renania en 1936 y puso en
práctica una política extranjera agresiva, el pangermanismo, inspirada en la
búsqueda del Lebensraum, destinada a reagrupar en el seno de un mismo estado
a la población germana de Europa central, comenzando por Austria (Anschluss)
en marzo de 1938.
El principal objetivo declarado de la política exterior alemana de la época
inmediatamente anterior a la guerra era, por una parte, la recuperación de esos
territorios, así como del Corredor polaco y la Ciudad libre de Dánzig, en los
antiguos territorios de Prusia perdidos por Alemania después de 1918. Esas
reclamaciones territoriales constantes constituían elementos importantes de
inestabilidad internacional, pues Berlín reivindicaba abiertamente su restitución, de
forma cada vez más agresiva, con la intención de reconstruir la Gran
Alemania Großdeutschland.
El apoyo al levantamiento militar del general Francisco Franco en España por
parte de Italia y Alemania con tropas y armamento desafió abiertamente
al acuerdo de no-intervención en el conflicto civil (Guerra Civil Española) de las
naciones extranjeras. Hitler había firmado ya el Pacto de Acero con Mussolini, el
único de los dirigentes europeos con un ideario similar. El apoyo a las fuerzas
franquistas fue un intento de establecer un Estado fascista controlando el acceso
al Mediterráneo con vistas a una futura guerra europea, algo que solo funcionó a
medias.

De izq. a der.: Chamberlain, Daladier, Hitler, Mussolini, y Ciano fotografiados antes de firmar


los Acuerdos de Múnich.

El oeste de Checoslovaquia (la región conocida como los Sudetes) era el hogar de


una gran cantidad de población de ascendencia germana, cuyos derechos, según
el gobierno alemán, estaban siendo infringidos. La anexión de los Sudetes fue
aceptada en los Acuerdos de Múnich en septiembre de 1938 tras una conferencia
tripartita entre Alemania, Francia y Gran Bretaña, donde el francés Édouard
Daladier y el primer ministro británico Neville Chamberlain, siguiendo una Política
de apaciguamiento, confiaron en que sería la última reivindicación de la Alemania
nazi. Hitler había transmitido personalmente esa idea a Chamberlain, tras
entregarle un conjunto de informes con supuestas atrocidades cometidas contra
habitantes alemanes en los Sudetes. La postura inglesa y francesa se debía en
gran parte a la reticencia de sus poblaciones a verse envueltos de nuevo en una
guerra a escala mundial, así como al convencimiento (sobre todo por parte de
ciertos sectores de la sociedad inglesa) de que realmente el Tratado de Versalles
había sido excesivo.
Sin embargo, en marzo de 1939 los ejércitos de Alemania entraron
en Praga tomando el control de los territorios checos restantes. Al día siguiente,
Hitler, desde el Castillo de Praga, proclamó el establecimiento del Protectorado de
Bohemia y Moravia, a la vez que propició la aparición del Estado títere
de Eslovaquia. También se apoderó del territorio de Memel, perteneciente
a Lituania.
Adolf Hitler en Bonn, 1938.

El fracaso del apaciguamiento demostró a las potencias occidentales que no era


posible confiar en los tratados que pudieran firmarse con Hitler, así como que sus
aspiraciones expansionistas no podían seguir siendo toleradas. Polonia rechaza
ceder Dánzig a Alemania y firma con Francia un acuerdo de mutua defensa el 19
de mayo de 1939 y en agosto también lo suscribió con Gran Bretaña.
Por su parte, Alemania y la URSS firmaron el 23 de agosto del mismo año el Pacto
Ribbentrop-Mólotov, que incluía un protocolo secreto por el que ambas potencias
se dividían Europa central en esferas de influencia, incluyendo la ocupación
militar. El tratado establecía el comercio e intercambio de petróleo y comida de la
URSS a Alemania, reduciendo así el efecto de un futuro bloqueo por parte
de Gran Bretaña como el que casi había ahogado a Alemania en la Primera
Guerra Mundial. Hitler pasó entonces a centrarse en la preparación del futuro
conflicto con los Aliados cuando, como pretendía, invadiera Polonia con el fin de
incorporarla a Alemania. La ratificación del tratado de defensa entre Polonia y el
Reino Unido no alteró sus planes.

Benito Mussolini (izquierda) y Adolf Hitler (derecha), líderes de la Italia fascista y de la Alemania


nazi respectivamente (foto de 1937).
Benito Mussolini se había convertido en líder indiscutido de Italia durante ese
mismo período de entreguerras. Expulsado del Partido Socialista Italiano por
apoyar la participación de Italia en la Primera Guerra Mundial, en 1919 fundó
los Fasci italiani di combattimento, grupo militar integrado por excombatientes, que
reprimían a los movimientos denominados obreros y al partido socialista; era por
tanto análogo a los Freikorps alemanes tanto en ideario como en actuación.
El fascismo creado por Mussolini defendía un
régimen militarista, autoritario, nacionalista, que centralizara el poder en una
persona y un movimiento (Partido Nacional Fascista en el caso italiano) y contrario
a las instituciones democráticas. Los fascistas tomaron como emblema el fascio,
antiguo símbolo de poder entre los romanos, consistente en un haz de varas con
un hacha en el centro.
En estos años los movimientos obrero y campesino se manifestaron de manera
más radical al tomar las fábricas y las tierras bajo su control, en un intento por
imitar la Revolución Rusa. Los industriales y terratenientes, asustados por esta
amenaza a sus intereses, apoyaron económicamente a los Fasci di
combattimento. En septiembre de 1922 los camisas negras, como también eran
conocidos los fascistas, organizaron una marcha sobre Roma, para presionar al
gobierno por la incapacidad de resolver la situación económica. En
respuesta, Víctor Manuel III nombró a Mussolini primer ministro. Este empezó a
autodenominarse Duce ('Caudillo'), y estableció un gobierno totalitario. Creó
el Gran Consejo Fascista que controló el Parlamento. Persiguió a los sindicatos, al
Partido Socialista, a la prensa contraria a su gobierno, y a la Iglesia. Suprimió las
libertades individuales y el derecho de huelga. Controló los medios de
comunicación y solo permitió propaganda que exaltara el nacionalismo y el
fascismo. También introdujo el militarismo en el sistema educativo italiano.
Del mismo modo que Hitler en Alemania, Mussolini defendía el derecho de Italia a
la expansión territorial, de grado o por fuerza. Mussolini comenzó una gran
campaña expansionista conocida como el colonialismo italiano. Estableció
colonias en Somalia, Eritrea y Libia, y conquistó por la fuerza Abisinia y Albania,
ignorando las protestas de la Sociedad de Naciones.
En Asia
Artículo principal: Hechos anteriores a la Segunda Guerra Mundial en Asia
Primeros choques entre la China de Quing y el Imperio del Japón durante la Primera Guerra Sino-
Japonesa.

A pesar de ser nominalmente una democracia parlamentaria, el Ejército y la


Marina de Japón eran dirigidos por los ministros de Guerra y Marina (que debían
ser obligatoriamente generales o almirantes retirados o activos), los cuales no
estaban sujetos a la autoridad del Primer Ministro, sino directamente a la del
Emperador. De las 29 personas que recibieron el cargo de Primer Ministro durante
el periodo 1885-1945, 15 eran almirantes o generales retirados o activos (durante
el período 1932-45 fueron 8 de 11).
Esta anómala situación, combinada con el paso de un ejército permanente a otro
reclutado (lo que obligaba a dar instrucción militar a todos los jóvenes del país),
favoreció la progresiva militarización de la sociedad japonesa; el ejército y la
marina, escasamente controlados por el poder civil, definían sus propios objetivos
y se peleaban por los recursos presupuestarios disponibles, pero ambos
coincidían en su desprecio a la clase política. Se formaron grupos de opinión
enfrentados dentro de las fuerzas armadas que llevaban una "política paralela" a
la del gobierno. Japón, un conjunto de islas con gran cantidad de población pero
falto de recursos naturales, entró en el siglo XX con el firme propósito de imitar el
sistema económico de las potencias occidentales, incluyendo el colonialismo,
como forma de mantener su propio desarrollo, y volvió sus ojos hacia el continente
asiático.
En 1894 Japón, que ya hacía tiempo que se disputaba la península de Corea con
el Imperio Chino, inició la Primera Guerra Sino-japonesa con un ataque sin previo
aviso. Para sorpresa de todos, el pequeño Imperio de Japón aplastó a las fuerzas
del mastodóntico Imperio Chino, forzando un tratado de paz que le supuso la
concesión de Taiwán, de las Islas Pescadores y de Liao-dong. La Rusia Imperial
intentó limitar el dominio local de la emergente potencia: subvencionó el pago de
las deudas de guerra chinas con Japón y, apoyada por Alemania y Francia,
humilló a Tokio e impuso la restitución de Liao-dong a China.
Asia-Pacífico en 1939.

Rusia y Japón se vieron desde ese momento implicadas en la lucha por la


influencia en la parte noroeste de China. Rusia obtuvo la concesión para la
construcción del ferrocarril Transmanchuriano, y aumentó su presencia militar en
el sector con la creación de una base naval en Port Arthur, en la parte sur de la
península de Liao-dong. La política rusa se encaminaba a desarrollar su influencia
sobre toda Manchuria y Corea. Japón se inquietó e intentó en un principio
negociar una repartición de áreas de influencia en Manchuria, aunque sin éxito. De
modo que en 1904 la Marina Imperial Japonesa atacó y destruyó (de nuevo sin
previa declaración de guerra) la flota rusa estacionada en Port Arthur. Japón
estaba bien preparado, dominaba los mares de la zona en conflicto y sus bases
estaban cerca de la zona. Por el contrario, Rusia estaba minada por tensiones
internas, dirigida en el este por un mando incompetente e incapaz de asegurar un
enlace eficaz con el oeste, ya que el Transiberiano era su única vía terrestre, por
lo que no pudo plantar cara. La Guerra Ruso-japonesa terminó en 1905 con un
armisticio que humilló a Rusia y dejó Liao-dong en manos de Japón, junto con la
mitad meridional de la isla Sajalín y la preeminencia absoluta sobre Corea. En
1914, Japón declaró la guerra a Alemania, consiguiendo al final de la Primera
Guerra Mundial las posesiones alemanas del Océano Pacífico septentrional.
En la década de los 30 la posición política de los militares en Japón era cada vez
más dominante. El poder político estaba controlado por los grupos de presión
dentro del Ejército y la Armada, hasta el punto de que ocurrieron varios golpes de
estado y atentados por parte de cadetes y oficiales jóvenes del Ejército y la Marina
contra ministros y altos cargos que estorbaban los intereses de las camarillas
militares. Estas acciones llegaron a costar la vida incluso de un primer ministro en
1932, lo que supuso el final a todos los efectos de cualquier intento de controlar al
ejército desde el gobierno: la clase política era consciente de que simplemente
emitir en público una opinión desfavorable hacia las fuerzas armadas significaba
arriesgarse a morir a manos de un ultranacionalista en un arranque de patriotismo.

Tropas japonesas en Manchuria.


En 1931, usando como casus belli unos supuestos incidentes transfronterizos,
Japón invadió Manchuria, que convirtió en 1932 en Manchukuo, estado
independiente bajo protectorado japonés, junto con Jehol. Las críticas
internacionales por esta acción llevaron a Japón a retirarse de la Sociedad de
Naciones al año siguiente. En 1937, necesitado de recursos naturales y
aprovechando la debilidad china provocada por la guerra civil entre comunistas y
republicanos, Japón inició la Segunda Guerra Sino-japonesa, y ocupó la parte
noreste de ese país. Los Estados Unidos de América y Gran Bretaña reaccionaron
en apoyo del Kuomintang concediéndole créditos, ayuda militar encubierta, pilotos
y aeroplanos, y también levantando embargos cada vez mayores contra Japón de
materias primas y petróleo (su comercio exterior llegó a caer en un 75%, mientras
que las importaciones de petróleo lo hicieron en un 89%).

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