Etologia+pena Desbloqueado
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1. Preliminaria
Dar cuenta de cómo se explica el derecho como orden coactivo de la conducta humana es
quehacer de una filosofía del derecho. Pero, no es propiamente la sanción lo que preocupa a
los penalistas. Saber que la sanción se imputa a un hecho ilícito no les interesa
mayormente. Su preocupación es la pena y su justificación. Un que comúnmente se
sostiene que el problema de la pena es tema de la dogmática penal, una atenta lectura de la
literatura sugiere que su tratamiento escapa a la dogmática jurídica y se inserta, a veces con
éxito, en la filosofía política, en la antropología filosófica o en la meta-ética. No es extraño
que las grandes obras sobre el tema sean ensayistas políticos y filósofos (Platón, Thomas
Hobbes, Jeremy Bentham, Cesar Bonesana, Immanuel Kant, inter alia).
1
2. Razón de orden
De todo lo anterior se sigue que en este breve ensayo tiene como objeto explicar cómo se
origina el castigo en las comunidades humanas en sus primerísimas etapas y cómo se
surgen los órdenes coactivos del derecho y la moral. Aunque el trabajo alude a diferentes
disciplinas y recurre a diversos tipos de argumentación (e.g. antropología y etnología
jurídicas, historiografía, filología, metaética, et sit cetera), no obstante, éste ensayo se
inscribe dentro del campo de la filosofía jurídica analítica.
El tema que voy a exponer se llama: anamnesis3 del castigo (léase ‘pena’). Ahora bien ¿Por
qué anamnesis? Porque recoge reminiscencias o vestigios de las acciones que precedieron
al castigo. Y bien ¿Qué había antes? ¿Qué precedió a la pena? ¿Qué fenómeno le antecede?
3
Del griego a)na&mnesij: ‘reminiscencia’, ‘recuerdo’. (Cf.: Real Academia Española. Diccionario de la
lengua española, 22ª. ed. CD-ROM/ 1.0, Madrid, Espasa Calpe, 2003).
4
‘Frente al peligro, frente a lo adverso (adversario). Con el tiempo en Roma animadversio significa ‘castigo
público’. ‘potestad de infligir penas’; animadvertere gladio: castigar con pena de muerte’. (C f.: Blánquez
Fraile, Agustín. Diccionario Latino-Español. Español-Latino, Barcelona editorial Sopena, 1985, t. I, p. 154).
5
En el sentido de rechazo o repugnancia hacia alguien. C f.: “Aversivo va”, en Real Academia Española.
Diccionario de la lengua española, CD-ROM, cit.
6
Criminalia. Nascita dei sistemi penali, Roma/Bari, Editori Laterza, 1986 (Biblioteca Universale Laterza
183), Prefazione. (En el original ‘teatro’ está primero).
2
3. Animadversio y superviviencia
La especie homo produce cultura; creó la ciencia las instituciones sociales y el arte. Pero
habida cuenta de que las institucio nes son pautas de conducta, cabe inquirir: ¿cómo crea la
7
Disciplina cuyo objeto de estudio lo constituye la conducta animal (incluida la nuestra). La etología es una
combinación de ciencia de laboratorio y trabajo de campo con fuertes vínculos con otras disciplinas: e.g.,
neuroanatomía, ecología, biología, evolución. El etólogo se interesa en el proceso del comportamiento
(comparado) más que en el comportamiento de un grupo animal. Con frecuencia la etología se limita a un tipo
particular de comportamiento (e.g., agresión) en numerosas especies animales. (“Ethology”, en Encyclopædia
Britannica, Ultimate Reference Suite, DVD, Encyclopædia Brittannica Inc., Chicago Ill., 2006.
8
Konrad Lorenz (Viena, 1903-Altenburg, 1989), zoólogo, fundador de la etología moderna. Sus
investigaciones probaron que los patrones de comportamiento [de los individuos de una especie] se
encuentran en los mecanismos de su evolución. De joven, Lorenz atendía animales enfermos como voluntario
en el Zoológico de Schönbrunner. Llevaba registros de la conducta de los pájaros en forma de diarios. Un
diario suyo sobre un cuervo (corvus monedula) fue publicado en 1927 (Journal für Ornithologie). Lorenz se
graduó como médico en la Universidad de Viena en 1928 y se doctoró en Zoología en 1933, en la misma
institución. Lorenz estableció colonias de pájaros (cuervos y gansos); publicó una serie de investigaciones con
sus observaciones y pronto ganó reputación internacional. En 1935 Lorenz describió la conducta de
aprendizaje en patos y gansos jóvenes (ducklings y goslings). En 1937 Lorenz fue nombrado professor
adjunto (lecturer) en anatomía comparada y psicología animal en la Universidad de Viena. De 1940 a 1942
Lorenz fue profesor y jefe del Departamento de Psicología General en la Universidad Albertus de
Königsberg. De 1949 a 1951 dirigió el Instituto de Etología Comparada en Altenberg. En 1950 fundó el
Departamento de Etología Comparada en el Max Planck Institut de Buldern, del cual fue codirector en 1954.
De 1961 a 1973 fue director del Max Planck Institut de Fisiología del Comportamiento, en Seewiesen. En
1973 Lorenz, conjuntamente con Frisch y Tinbergen, recibió el Premio Nobel en fisiología. El mismo año,
Lorenz fue designado director del Departamento de Sociología Animal en el Instituto de Etología Comparada
de la Academia Austriaca de Ciencias en Altenberg. (Vid.: Hess, Eckhard H. “Lorenz, Konrad”, en en
Encyclopædia Britannica, Ultimate Reference Suite, DVD, cit.)
9
El pretendido mal. Sobre la historia natural de la agresión. Con la expression Das sogenannte Böse (‘el
supuesto mal’ o ‘el pretendido mal’) Konrad Lorenz alude a la idea que la agresión ha sido concebida
erróneamente como un mal. De ahí que la versión española, atinadamente, incorpora esta expresión como
aclaración del título: Sobre la agresión: el pretendido mal, excelente traducción de Felix Blanco, México,
Siglo XXI, [1971] 2003).
3
especie homo pautas de conducta? O dicho de otra manera: ¿cómo hizo un homínido para
que sus congéneres dejaran de hacer algo. 10
La respuesta a esta última pregunta es unánime: para que sus congéneres hagan o dejen de
hacer algo el homínido hace uso de animadversio, manifiesta como reacción aversiva,
agnóstica. La reacción agonística 11 –del Gr. a)gwnisth/j: ‘combatiente’ ‘antagonista’– es el
único mecanismo inhibidor que hace que los miembros del grupo se abstengan de hacer
algo.
10
En tanto que la conducta es un fenómeno binario y sus términos son convexos lógicos hacer que alguien
omita equivale a que alguien haga (la conducta contraria).
11
“Cada uno de los personajes que en la épica, el teatro u otros géneros literarios, se opone a otro [en el]
conflicto que los enfrenta. 5. [com.] ant. Persona que se halla en la agonía de la muerte.” [De ahí el adjetivo]
‘agonistico (a)’ del gr. a)gwnistiko&j:… 3. ‘relativo al combate’; ‘que implica lucha’…” Cf.: Real Academia
Española. Diccionario de la lengua española, CD-ROM, cit.
12
Vid.: The Wealth of Nation, cap. I y II (Classic Pelican, Harmosworth, Ingl. 1970.
13
En 1951 apareció uno de sus libros más conocidos de Nikolass Timbergen sobre el particular: The Study of
the Instinct.
14
Sobre la “reacción crítica” o “situación crítica” Vid.: Lorenz, Konrad. Sobre la agresión. El pretendido mal,
cit., pp. 37-38.
15
Con esta expresión la teoría del psicoanálisis alude a una tendencia supuestamente innata e inconsciente
hacia la destrucción que explica la conducta agresiva.
4
completamente extraña a la biología, y para la etología no sólo es innecesaria sino falsa.”16
Por paradójico que pudiera ser y, no obstante su manifestación aparentemente destructiva,
la animadversio (i.e. el instinto agonístico, la agresión) es el elemento más eficiente en la
lucha por la supervivencia.
Comenzaré con una breve descripción del aprendizaje de los códigos del comportamiento
eficiente de la especie homo en sus primerísimos estadios. El individuo (de cualquier
especie) escoge el hábitat, i.e. el segmento del biótopo que le permite subsistir. Elige los
elementos que funcionan como condiciones de pervivencia. A este segmento del medio
ambiente lo denominaré ‘imperativo vital’ (Imvit) que consiste la parte del mundo que
requiere para vivir, él y su especie (e.g. territorio, comida, hembras, control, vecindad, no
interferencia).
El hombre capta el ambiente percibiendo estímulos a los cuales da respuesta de acuerdo con
su “biograma de comportamiento”: i.e. repertorio de las respuestas propias de su especie. 17
No es necesario insistir en que sobrevivir implica “programas exitosos” de comportamiento
y que éstos “programas” son resultado de la selección natural. En éste sentido podría
decirse que el organismo humano funciona como una máquina cuyo hardware reconoce y
procesa información y genera respuestas, la cuales pueden ser tratadas como información.
16
Sobre la agresión. El pretendido mal, cit., p. 4.
17
Término original de E.W. Count (“Eine biologische entwicklungsgeschichte Sozialitat”, en Homo, vols. 9 y
10, 1958 y 1959, citado por Tiger, Lionel y Fox, Robin, Imperial animal, Londres, Secker & Warburg,
Londres, 1971. Existen reimpresiones posteriores: Henry Holt & Co. 1989; Transaction Publishers, 1997,
etc.). p. 22.
18
Tiger, Lionel y Fox, Robin, Imperial Animal, cit. supra nota 37, p.19.
5
5. El comportamiento y su «lectura»
La especie homo (como otras especies ) posee un repertorio de señales, posturas, ruidos,
movimientos por medio de los cuales comunica lo que siente y lo que planea hacer. Para
entender este repertorio de señales necesitamos conocer las reglas (semánticas) que rigen su
funcionamiento. Éstas reglas muestran cómo trabajan las señales que constituyen el “léxico
de la acción social”. 19
¿Cómo crea la especie homo pautas de conducta (costumbres, reglas, estándares, a las
cuales denominaré ‘normas’)? ¿Por qué? ¿Cómo operan? ¿Por qué los homínidos obedecen
normas? (o ¿por qué las desobedecen?). Puedo adelantar una respuesta general que obvia
muchas respuestas colaterales: cualquier cosa que haga el hombre será resultado de las
características genéticas de su especie.
6. Disputas y normas
19
Vid. idem. pp. 22-23.
20
Vid. Idem, pp. 35-38.
21
En este trabajo lo que se diga de las normas conviene mutatis mutandi tanto a las normas jurídicas como a
las normas de la moral (positiva).
6
dialectos. Pero, aunque el lenguaje es prácticamente infinito en sus variantes, sus temas son
reducidos en número. 22 Así también es el comportamiento humano.
La “disputa” surge por la posesión o control del Imvit. Una vez producida la disputa (o
conflicto), ésta tendrá que resolverse. Si los comportamientos de la especie son los que han
permitido la pervivencia del grupo, la solución de “disputas” tendrá que ser compatible con
el biograma de la especie.
7. El esquema de interpretación
Los individuos, no obstante los instintos, apetitos, deseos o inclinaciones que posean
(propios del biograma de su especie) tendrán en la animadversio (derrota, destierro o
muerte) un elemento altamente inhibidor de la comisión de perjuicios. Los individuos
22
Vid. Tiger, Lionel y Fox, Robin, Imperial Animal, cit. 27-30.
7
intentarán evitar la animadversio de la única manera posible, omitiendo el perjuicio que las
condiciona. Esto puede formularse como una regla anankástica en el sentido de: von Write:
8. Animadversio y autocomposición 23
Esta estructura proporciona fue exitosa para un grupo de primates moviéndose en la sabana.
Los miembros del núcleo central actúan como “jefes” en un complejo conjunto de acciones
y de interacciones. Los individuos de la periferia, más expuestos a los depredadores, son la
alarma del grupo o presas propiciatorias. Un conglomerado de este tipo (como el de los
homínidos) tuvo que ser altamente disciplinado para poder sobrevivir. Esta rígida disciplina
23
En el sentido procesal de solución de controversias.
24
Cf. Thorpe, W. H., Ciencia, hombre y moral, Labor. Barcelona, 1969, p. 80.
25
Goustard, M., Les singes anthropoïdes, París, Presses Universitaires de France, 1970, p. 75.
26
Cf. Tiger, Lionel y Fox, Robin. Imperial Animal, p. 47. Esta organización concéntrica se presenta aun entre
los primates no terrestres (Cf. Goustard, M., Les singes anthropoïdes, cit. p. 74).
8
se encontraba garantizada por la forma en que las disputas se resolvían. La forma era
básicamente una: la ainimadversio (i.e. la reacción aversiva). La naturaleza doto a la
especie homo (como a las demás especies sólo una forma de composición: la autotutela.
Uso ‘autotutela’ en sentido metafórico toda vez que la animadversio es un mecanismo
instintivo de supervivencia.
9. Animadversio y su ritualización 28
A medida en que las actit udes derivadas de la autocomposición coactiva penetran en los
miembros del grupo, la animadversio no sólo disminuye, sino cambia en algo su naturaleza.
Para alejar a un competidor puede ser suficiente para el residente realizar conductas que
adviertan una animadversio inminente. No es necesario para la estructura del grupo una
aplicación constante de animadversiones. Basta que los miembros del grupo reconozcan
27
“Agresión, evolución y normas. Una explicación etológica de la normatividad”, en Vázquez, Rodolfo
(Coord.), Filosofía jurídica. Ensayos en homenaje a Ulises Schmill, México, Ed. Porrúa, 2005, pp. 53-70.
28
Sit venia verba.
29
Cf. Thorpe, W. H., Ciencia, hombre y moral, cit., p. 8. Un individuo con poder (i.e. que controla el
imperativo vital) se mueve más libremente, come mejor, consigue mayor atención, vive más, menos
angustiado que los individuos que se encuentra en la “periferia” (quienes no tienen poder dentro del grupo).
Los individuos sin este privilegio tiene esta triple opción: abrirse camino hacia la jerarquía central, abandonar
el grupo para probar en otro lado o morir (C f. Tiger, Lionel y Fox, Robin, Imperial Animal, cit. pp. 46-49).
30
Vid.: Hess, Eckhard H. “Lorenz, Konrad”, cit.
31
Sobre la agresión, cit., p. 68.
9
que ciertos individuos harán uso de ellas si es el caso (i.e. cuando se cometan actos
considerados “perjuicios”). 32
(1) Los individuos de bajo status, por miedo o respeto, parecen “estar obligados” a
prestar mucha atención a la couche dominante, comportándose como “súbditos”.
(2) El individuo de alto status se comporta como dominante y convence a los otros
de que efectivamente lo es. 34
Un complejo humano se mantiene estable cuando las actitudes del grupo dominante
encuentran su correlato en las actitudes de los dominados (no necesariamente vencidos en
combate). Una vez aprendidas, y mantenidas en la memoria colectiva, estas actitudes y su
compleja interrelación, se convierten programas complementarios de comportamiento:
todo un aparato semántico para entender el repertorio de “perjuicios” y animadversiones. El
grupo se mantiene eficaz cuando el repertorio de perjuicios y animadversiones es el mismo
para dominantes y dominados.
32
Cuando, por ejemplo, un joven babuino se introduce en el espacio personal (imperativo vital) de un adulto
irascible, este último afecta hacer lo que parece un enorme bostezo, pero, en realidad, es una exhibición de
colmillos y rojas encías con el propósito de intimidar al descuidado muchacho (Vid. Tiger, Lionel y Fox,
Robin, Imperial Animal, cit, p. 22).
33
El poder (i.e. dominio), como la sumisión, se expresa por el uso de comportamientos reconocidos (e.g. los
que se usan en combate: gritos, gestos de amenaza, pantomimas de intimidación, etcétera. (Vid. mutatis
mutandi: Gonstard, M., [obra]. cit. supra nota 48, pp. 80-82). Estas actitudes (gritos, posturas y gestos)
nacieron como reacciones que, en tanto se asocian con la supervivencia, se ritualizan, y mediante una
evolución que les es propia, adquieren el significado de señal social (Vid. ibid, pp. 80-82 y 111; Thorpe, W.
H., Ciencia, hombre y moral, cit., pp. 82 y 95). Mediante estos ritos los dominantes manifiestan su status. Por
supuesto, quien ignore las advertencias sufrirá la animadversio.
34
Cf. Tiger, Lionel y Fox, Robin, op. cit. supra nota 37, p. 49.
35
Cf. Goustard, M., Les singes anthropoïdes, cit., p. 82.
36
Vid. mutatis mutandi: Thorpe, W. H., Ciencia, hombre y moral, cit., p. 95.
10
De lo anterior resulta claro que la animadversio ha sufrido una notable mutación; ya no es
(o no sólo) una reacción aversiva sino información social. El contenido de esta información
es compartida por los miembros del grupo. El repertorio de perjuicios y sus consecuencias
es memoria colectiva y es un “orden” “previsto”, “establecido”. Alterar este orden conduce
al caos; el grupo se desestabiliza y la ritualización desaparece. El perjuicio adquiere, así,
dimensiones de calamidad: es miasma. 37
37
Del gr. mi/asma: ‘mancha’, ‘corrupción’, ‘contaminación’ ‘desdoro’ ‘infamia’. De ahí: mia=r&oj, (a/,
o&n): ‘manchado’, ‘contaminado’, ‘sucio’; en L.: piaculum. (Liddell, H.G. y Scott, eek English Lexicon,
Oxford, Oxford University Press, p. 512). En Roma piaculum significa: ‘impiedad’, ‘sacrilegio’ ‘calamidad’,
‘lo que requiere expiación’… (C f.: Blánquez Fraile, Agustín. Diccionario Latino-Español. Español-Latino,
cit., , t. II, p. 1165). Miasma es el efluvio maligno que emanaba de los cuerpos enfermos o de la materia
corrupta (Cf.: “Miasma”, en Real Academia Española. Diccionario de la lengua española, CD-ROM, cit.).
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