Elementos Constitutivos Del Contrato
Elementos Constitutivos Del Contrato
Elementos Constitutivos Del Contrato
Estimados lectores, compartimos un breve fragmento del libro Derecho de los contratos en
el Código Civil Peruano, del reconocido jurista Luis Romero Zavala.
Cómo citar: Romero Zavala, Luis. Derecho de los contratos en el Código Civil Peruano,
edición: 1999, Editora Fecat, pp. 87-94.
Capítulo III
Elementos constitutivos del contrato
1. Nociones generales
1.- Nuestro Código Civil no contiene disposición expresa que enumere los elementos
constitutivos del contrato. Otras legislaciones, como el Código Civil español, por ejemplo,
sí han señalado taxativamente tales elementos.
Consentimiento, objeto y causa, son, por lo tanto, elementos constitutivos del contrato para
el C.C. español.
2.- Teniendo en cuenta que en el Capítulo anterior hemos hecho un recorrido a través de los
tipos de contratos de mayor trascendencia existentes en el negocio jurídico, aun cuando no
son los únicos por haber otros de menor jerarquía, es preciso aclarar para evitar confusiones,
cuál es el sentido de elementos constitutivos que estamos utilizando. Hacemos una
abstracción del contrato, vale decir, lo estamos considerando en su naturaleza más genérica
y al referirnos a sus elementos constitutivos obviamente nos referimos a los elementos que
están presentes en todos ellos, porque evidentemente algunas clases de contratos requieren
de algunos elementos especiales que resultan indiferentes para los demás. Tales, además, el
criterio inmerso en el dispositivo del Código Civil español que hemos transcrito. Otras
legislaciones siguen orientaciones similares, así el art. 1261° del Código Civil uruguayo, al
exigir para la validez de los contratos la concurrencia de cuatro requisitos esenciales:
d) que sean lícita la causa inmediata de la obligación; a los que habría de agregar, la
solemnidad para ciertos contratos.
Otro Código Civil el boliviano, en su art. 452° sostiene la concurrencia de los siguientes
requisitos para la formación del contrato:
3) la causa;
Finalmente, en el art. 1108° del Código Civil francés se menciona igualmente cuatro
condiciones esenciales para la validez del contrato o convención como suele nominarlo
también:
b) su capacidad de contratar
Si comparamos los cuatro dispositivos de los códigos que hemos tomado al azar,
observamos su falta de coincidencia. En otros, casos cuando la legislación no precisa los
requisitos, corresponde a la doctrina su fijación y llegaremos a la misma conclusión.
1.- En general, tanto los tratadistas como las legislaciones al referirse a los elementos
constitutivos del contrato, mencionan a los siguientes:
1) El consentimiento;
3) el objeto;
4) la forma; y
5) la causa.
Aunque, a decir verdad, no lo hacen coincidentemente. Lo que resulta válido para algunos
no es válido para otros. Es que, de todos ellos, algunos resultan indispensables, de tal suerte
que su ausencia hace inexistente el contrato, mientras que otros pueden faltar sin afectar la
formación ni la vigencia del vínculo contractual. A la de nuestro Derecho vamos a evaluar
la importancia de los cinco elementos aludidos.
4.- El objeto como elemento esencial del vínculo contractual resulta inobjetable, porque no
hay contrato -no puede haber- sin objeto. Los sujetos se relacionan contractualmente a
través de una determinada prestación o de prestaciones recíprocas. El contenido económico
o patrimonial de tales prestaciones es lo que denominamos objeto. Es bueno recordar, el
objeto de los contratos no son las prestaciones sino el contenido de ellas. Si el contrato
resuelve necesidades humanas requiere para ello de un contenido patrimonial, por eso se
explica la definición de contrato, crea, regula y extingue relaciones jurídicas patrimonial. Se
trata de los bienes en general porque solo estos tienen significación económica. Repetimos:
si no hay objeto no hay contrato, de allí que cuando el objeto perece, el contrato se extingue,
pues le falta uno de los elementos indispensables para su subsistencia.
5. En cuanto a la forma, ya hemos indicado, solo para unos cuantos contratos, la formalidad
o solemnidad es requerida. La mayoría de los contratos existen sin formalidad alguna, son
los que conocemos como consensuales. Los contratos que exigen forma pueden utilizar
diversas solemnidades: escritura pública o simplemente escrita. Los contratos formales
están ubicados dentro de la corriente formalista
1.- Está clasificación considera la manera cómo los elementos intervinienen en la relación
contractual y la necesidad de su presencia en grados que varían desde lo indispensable hasta
lo agregado o accidental. Es que, como lo acabamos de explicar no todos tienen la misma
importancia, incluso algunos pueden faltar sin afectar la existencia y validez del contrato; y
existiendo jerarquía es necesario clasificarlos. Así tenemos:
a) Elementos esenciales, o sea aquellos que no pueden faltar, porque su ausencia determina
la inexistencia del contrato o que se trata de naturaleza diferente. Se dice que estos
elementos o requisitos derivan directamente de la voluntad de las partes. Así en el contrato
de compra-venta, el precio es esencial, porque si se da un bien en lugar de él entonces ya no
se trata de compra-venta, sino de permuta,
2.- Nos parece de interés recordar con este respecto las referencias que apunta DE LA
PUENTE Y LAVALLE. Manuel [2], quien siguiendo las lecciones del español SANCHEZ
RAMON, Felipe, en su «Estudios de Derecho Civil». – Madrid. – 1899, expresa que los
elementos esenciales son aquellos «sin los cuales el contrato no podría existir o no podría
tener validez«. La existencia y validez del contrato que el Código Civil refiere
reiteradamente como consideraciones de protección jurídica (véase por ejemplo el art. 1438°
del C.C.). No es lo mismo, afirma, «no existir» que «existir viciosamente», para señalar que
los elementos esenciales se dividen en esenciales para la existencia y esenciales para
la validez del contrato>>.
3.- Los elementos esenciales para la existencia se subdividen en: comunes, especiales y
especialísimos. Los primeros son los indispensables para todos los contratos, mencionando
al consentimiento, la causa y el objeto. Con el respeto que nos merece tan ilustrado jurista,
nosotros no estamos convencidos que la causa tenga tal jerarquía a excepción de algunos
casos, como la donación, la renta vitalicia, el enriquecimiento sin causa y además porque en
la normatividad positiva de la mayoría de los contratos no se hace referencia a la causa
como elemento determinante, no obstante, su inclusión en la que corresponde al acto
jurídico (art. 140° inc. 3° del C.C.). Además, no se trata de negar la causa sino de hacer
abstracción de ella. Los segundos se refieren a los necesarios para la existencia de algunos
grupos contractuales, como la forma en los contratos solemenes. Y los terceros son
aquellos indispensables para cada tipo determinado de contrato, como el precio en la
compra venta. Nos parece que la diferencia que se pretende entre los últimos no tiene
finalidad práctica.
4.- Entre los esenciales para la validez del contrato, menciona nuestro autor a la capacidad y
el consentimiento. Explica las razones por las cuales el consentimiento figura tanto como
esencial para la existencia como para la validez, indicando en el primer caso como acuerdo
de voluntades sin el cual el contrato no existe y en el segundo caso, como válidamente
prestado, vale decir, sin vicio alguno que lo invalide. Nosotros creemos que la capacidad no
puede ser elemento distinto del consentimiento, porque forma parte de éste; lo que es parte
de un todo no puede ser ajeno al todo.
5.- También nos parece interesante las opiniones de GARRIDO ZAGO [3] referente a los
elementos naturales y accidentales. Dicen de ellos que no son considerados tales por la
doctrina, por cuanto fundamentan su crítica en que no son requisitos necesarios para la
existencia el contrato, para su formación, sino simplemente tienen que ver con la etapa
posterior o funcional, donde se deben producir las prestaciones convenidas»>. Nosotros
agregamos que precisamente en tales apreciaciones radica la jerarquía. La calidad de
esenciales los ubica en un nivel de primer orden porque los contratos no pueden existir sin
ellos Empero, los otros, nacen también con el contrato y no posteriormente; si no nacieran
con el contrato, simplemente discurrirá su existencia sin ellos.
4. Objeto y consentimiento
1. De lo expuesto hasta aquí, podemos ya concluir con claridad que los únicos elementos
esenciales de los contratos en general, no son sino el objeto y el consentimiento. Cada
contrato en particular, podrá tener además de los indicados, otros elementos que les son
también esenciales, pero no tendrán significación alguna para las otras clases contractuales.
Por eso, realizando un proceso de abstracción, en el gran universo de las relaciones
contractuales, nos encontramos con que no pueden faltar ninguno de los elementos
señalados (objeto y consentimiento) en la génesis del contrato.
2. No vamos a extender mayor análisis, por ahora, sobre el objeto, por ser materia que
corresponde en particular, a la teoría del objeto que debemos estudiar más adelante, pues el
Código Civil de 1984, contiene un capítulo especial sobre él, a diferencia del anterior.
Tampoco sobre el consentimiento, en cuanto resultante de la voluntad concordada porque
corresponde a su propia teoría en la relación contractual donde, precisa determinar la
existencia del consentimiento y cómo ésta se produce en su desarrollo que concluye con la
génesis del contrato.
[1] PUIG BRUTAU, José. Fundamentos de Derecho Civil– Tomo II.- Volumen I Doctrina
General del contrato, Bosch, Casa Editorial, Barcelona pág. 55.