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Prueba Testifical

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PRUEBA TESTIFICAL

La prueba testifical o prueba testimonial es, en derecho, un medio probatorio


emanado de las declaraciones que hagan testigos ante una autoridad judicial,
como parte de un proceso.

El testimonio de testigos ha venido perdiendo importancia, tanto por la facilidad


con que ahora se puede procurar la prueba documental, como por la
desconfianza en la veracidad del relato de las personas. Aun así, numerosos
hechos no pueden ser probados más que por testigos.

Dice Hugo Rocha Degree que el testigo debe tratarse de una persona física e
individual, por cuanto solo la persona física puede captar psíquicamente, los
hechos, retenerlos, recordarlos y narrarlos ante el tribunal. Además afirma que
toda persona física tiene capacidad6 , para ser testigo porque no hay motivo
para que haya prohibición legal, ni por razón de nacionalidad, sexo, edad,
imperfecciones físicas, enfermedades mentales o corporales o estados
ocasionales de inconsciencia, pero existe una incapacidad de hecho o natural
respecto de quien total o parcialmente no puede recibir percepciones o
comunicarlas, las que quedan sujetas a la apreciación del jue

Factores de ponderación a favor de la credibilidad

El cambio de paradigma: El juez (alejándose de los riesgos de la inmediación)


no debe dejarse llevar por sus impresiones subjetivas o su experiencia
personal, siendo por tanto más importante aquello que verbaliza (lo que dice)
que su aspecto externo o los indicios del lenguaje no verbal o para verbal
empleado (cómo lo dice).

1. La relevancia de la información: La información será relevante cuando


su testimonio se refiere a hechos controvertidos y con influencia decisiva
en el resultado del litigio.
2. La ajenidad de la controversia: El testigo no se encuentra implicado
emocionalmente con las partes, actuando de forma completamente
desinteresada. Por lo tanto, el mejor escenario es cuando la declaración
se lleva a cabo sin motivación o interés alguno en el resultado del pleito.
3. Los indicios de fiabilidad: Estos indicios transmiten fiabilidad de la
percepción del hecho o cosa sobre la que declara, en cuanto a la calidad
de la memoria y la declaración. El ponente destaca aquí tanto la
capacidad de contextualizar el relato (aportación de riqueza de detalles
espacio-temporales), así como las correcciones espontáneas durante la
declaración.
4. La fuente de conocimiento: El testigo ha precisado su fuente de
conocimiento de modo espontáneo, sin que fuera requerida por los
letrados o el juez, destacando su posición perceptiva, es decir, la
justificación de las razones por las que se encontraba en el lugar y
tiempo de los hechos.
5. La coherencia de la declaración: Coherencia lógica (cronológica y
secuencial) y psicológica que resulta corroborada por otros testigos. La
coherencia implica ausencia de contradicciones o ambigüedades,
pudiéndose interpretar su declaración como un todo coherente.
6. Las circunstancias concurrentes del testigo: Las relativas a su relación
con las partes y con lo que es objeto de la controversia.

La valoración conjunta de la prueba: La declaración del testigo ha resultado


corroborada por otros medios de prueba, en particular por medios de prueba de
eficacia tasada, como son los documentos.

Factores en contra de la credibilidad:

 La relevancia de la información: El testigo aporta información secundaria


e irrelevante, relacionada con hechos no controvertidos, que nada o
poco pueden aportar a la decisión del juicio. Igualmente, se destaca la
falta de concreción del testigo, que no responde con claridad y precisión
a las preguntas realizadas.
 La ajeneidad de la controversia: El testigo se encuentra implicado
emocionalmente con alguna de las partes, actuando de forma
completamente interesada, lo que se trasluce en el nivel de afectación
emocional durante su declaración. Por lo tanto, la declaración se lleva a
cabo con motivación o interés en el resultado del pleito.
 La calidad de los indicios: El testigo presenta indicios dudosos en cuanto
a la fiabilidad de la percepción o calidad de la memoria.
 El relato contradictorio: El relato es inconsistente, desde el momento en
que es contradictorio con otras declaraciones suyas precedentes o, de
existir varios testigos, existen contradicciones relevantes entre las
declaraciones de todos ellos.
 Las fuentes de información: Falta de espontaneidad en la aportación de
las fuentes de información, respondiendo con evasivas o sin aportar
datos relevantes cuando se le ha requerido.
 Las circunstancias concurrentes en el testigo: Las relativas a su relación
con las partes y con lo que es objeto de la controversia.
 La valoración conjunta de la prueba: La declaración del testigo entra en
contradicción con el resultado de otros medios de prueba, en particular
las máximas de la experiencia del perito o con el contenido de un
documento no impugnado.

A la vista de los anteriores factores de ponderación, Xavier Abel Lluch nos


ofrece unas sucintas conclusiones finales:

1ª.- El juez (alejándose de los riesgos de la inmediación) no debe dejarse llevar


por sus impresiones subjetivas o su experiencia personal, pues la valoración
debe descansar sobre parámetros objetivos y contrastables.

2ª.- La valoración judicial debe centrarse más en la declaración del testigo


(aquello que verbaliza o “lo que dice”) que en la persona del testigo (como se
presenta en la sala de vistas o su apariencia externa) o cómo se expresa (los
indicios del lenguaje no verbal o paraverbal empleado o “cómo lo dice”).
3ª.- Debe acudirse a parámetros objetivos y contrastables que permitan
justificar (en el sentido de “motivar”) la credibilidad o falta de credibilidad del
testigo, justificación que será controlable por las partes y por el órgano de
enjuiciamiento superior.

4ª.- La credibilidad de la declaración testifical debe abordarse desde una


perspectiva interdisciplinar, resultando imprescindible que la doctrina
procesalista entre en diálogo con otras ciencias, y, en particular, con la
epistemología, la psicología del testigo y la ciencia de la argumentación.

Concluir señalando que la propuesta de Xavier Abel Lluch no sólo es atractiva,


sino que apuesta por el objetivismo judicial en el proceso de valoración de la
prueba, lo que supone, sin ningún género de dudas, una mayor seguridad
jurídica para los operadores jurídicos.

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