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Oración para El Día de Ayuno

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ORACIÓN PARA EL DÍA DE AYUNO

(Miércoles y viernes A PAN Y AGUA)

Padre amoroso, hoy he decidido ayunar.


Recuerdo que tus profetas ayunaban,
que Jesús Nuestro Señor ayunó,
y que también lo hicieron sus discípulos.
La Santísima Virgen también ayunó
y ahora me invita a que yo lo haga.
Padre Eterno, te ofrezco este día de ayuno.
Que a través de él pueda yo estar más cerca tuyo,
me muestre tus caminos y abra mis ojos
para que reconozca tus muchos dones.
Que mi corazón rebose de amor hacia Ti y hacia mi prójimo.
Señor, que este ayuno me haga crecer en comprensión
hacia el hambriento, el que está desposeído, el pobre.
Haz que vea mis posesiones como dones del peregrinar
que deben ser compartidos.
Dame también la gracia de la humildad
y la fuerza para hacer tu Voluntad.
Señor, que este ayuno me limpie de los malos hábitos,
calme mis pasiones, y aumente en mí tus virtudes.
Y tú, Madre mía, obtén para mí la gracia de ayunar con alegría,
que mi corazón pueda cantar contigo
un canto de acción de gracias.
Pongo en tus manos mi decisión de ayunar con firmeza.
Enséñame, a través del ayuno, a ser más y más
como tu Hijo Jesucristo, por medio del Espíritu Santo.
Amén.

Queridos hijos, hoy los invito a renovar la oración y el ayuno, aún con mayor entusiasmo,
hasta que la oración se convierta en alegría para ustedes. Hijitos, quien ora no teme el
futuro y quien ayuna no teme el mal. Les repito una vez más: sólo con la oración y el
ayuno hasta las guerras pueden ser detenidas, las guerras de vuestra incredulidad y de
vuestro miedo por el futuro (mensaje de María reina de la Paz de Medjugorje del
25/01/2001)

ORACIÓN PARA EL AYUNO DE JESÚS SALVA A MI FAMILIA

Amado Jesús Unimos nuestra voluntad a la tuya y que seas tu Quien ore en nosotros, quien
viva en nosotros, quien more en nosotros y quien ayune en nosotros. Por manos de nuestra
amada madre María queremos los de este grupo ofrecerte nuestros ayunos, sacrificios y
oraciones en el día de hoy. Estamos en batalla Señor por nuestros hogares, ayúdanos y ten
misericordia de nosotros y de todos los que están buscando la salud espiritual y la
restauración de sus familias,
-nos negamos a nosotros mismos para que fortalezcas nuestro espíritu
-nos negamos a nosotros mismos para que salgan esos espíritus que solo salen con ayuno y
que deben salir de nuestros hogares, de nuestras familias, de nuestros hijos, nuestros
cónyuges y nosotros mismos.
-nos negamos a nosotros mismos para que nos reveles tu voluntad
-nos negamos a nosotros mismos para decirte que te seguimos con amor y que eres nuestro
buen pastor y sabemos que nos llevaras a pastos delicados aunque en este momento
estemos en cañadas oscuras.

Te pedimos Oh Señor, Dios uno y trino, que por medio de este ayuno en nuestros familias,
en nosotros y en nuestros cónyuges, el Santo Espíritu:
-riegue la tierra en sequía,
-sane los corazones enfermos,
-lave las manchas,
-infunda calor de vida en el hielo,
-dome los espíritus indómitos,
-guíe al que tuerce el sendero.

Señor tu dijiste:»Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo


aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. — «Mt. 7, 7-11″Y
todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo»
Juan 14.13″Esta clase de demonios de ningún modo puede irse sino mediante la oración y
el ayuno». Marcos 9:28-29
Eah pues Señor, que pedimos, buscamos, llamamos, oramos y ayunamos por nuestros
hogares y en tu Nombre pedimos al Padre que liberes a nuestra familia, a nosotros mismos
y a nuestros cónyuges de todo espíritu de:

• Envidia
• Rencor
• Odio
• Resentimiento
• Adulterio
• Lujuria
• Confusión
• Perversión
• Incomprensión
• Soberbia
• Tristeza
• Desánimo
• Divorcio
• Separación
• Avaricia
• Vida sexual desordenada
• Masturbación
• Infidelidad
• Violencia
• Ruina Económica
• Maltrato
• Abuso físico
• Abuso sexual
• Violación
• Violencia física
• Violencia sexual
• Endurecimiento de corazón
• Robo
• Impaciencia
• Humillación
• Violencia
• Rechazo
• Falta de perdón
• Impiedad
• Depresión
• Suicidio
• Alcoholismo
• Drogadicción
• Soberbia
• Perfeccionismo
• Amargura
• Venganza

y todos aquellos que solo Tu sabes amado Señor. Estos espíritus en tu Nombre y con el
poder de tu Sangre Preciosa los enviamos atados, encadenados, amordazados, y sin poder a
los pies de tu cruz para que Tú en tu Santa Voluntad dispongas de ellos. Y en lugar de ello
llenanos Señor el corazon con tu Espíritu Santo, con tu Amor para amarte y amar a nuestros
hermanos. Cúbrenos y protégenos con tu preciosa sangre a nosotros y todos nuestros
hogares, nuestros cónyuges y todos los hogares en crisis. Gracias Jesús por recibir nuestra
humilde oración y ayuno.

Te bendecimos.
Te amamos y Te damos gracias por todo lo que has hecho y estas haciendo para la
restauración de nuestras familias.
Tu estas en Control de nuestros hogares y nuestros problemas.
Todo será a Tu tiempo

JESUS EN TI CONFIAMOS
SANTA MARIA, RUEGA POR NOSOTROS
SAN JOSE PATRONO NUESTRO, RUEGA POR NOSOTROS AMÉN

¿Qué Salmo leer cuando ayuno?


46. He aquí, os digo que el Santo Espíritu de Dios me las hace saber. He aquí, he ayunado
y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. Y ahora sé por mí mismo
que son verdaderas; porque el Señor Dios me las ha manifestado por su Santo Espíritu; y
éste es el espíritu de revelación que está en mí.
¿Cómo orar para presentar el ayuno?
El hambre que siento hoy, la ofrezco a toda la humanidad. ¡Oh María, intercede por mí! ¡A
través de tu intercesión y protección, puedo ser libre de cualquier maldad y tentación
diabólica! ¡Enséñame, oh Madre, a ayunar y orar, para que cada día sea más como Tu
Hijo, Nuestro Señor, Jesucristo, en el Espíritu Santo!

Oración para iniciar un ayuno

Al iniciar el ayuno se necesita la fuerza para no caer en la tentación y romper el ayuno antes
de tiempo. Con esta oración al Señor encontrarás la fuerza necesaria para esperar que
termine el ayuno

“Señor, ayúdame a recordar que mi cuerpo


es un templo para el Espíritu Santo.
Señor, que siempre este dispuesto(a)
a ayunar para acercarme más a ti.

Que mi espíritu siempre esté conectado a ti mi Señor


y pueda cumplir el propósito por el cual
me has llamado a servirte.
Que tú puedas abrir mis ojos del entendimiento
y mis sentidos espirituales para escuchar tu voz.

Gracias Señor por este ayuno,


declaró que se cumple mis peticiones
en el nombre de Jesús”

Amén.

Oración para iniciar ayuno católico

Si eres católico te dejamos esta oración al Todoporoso en la que se consagra el ayuno por
medio de la oración y comprometiéndose a respetar el tipo y el tiempo del ayuno. Al
momento de hacerla debes decir claramente el tipo de ayuno (que alimentos no comerás) y
el tiempo que durará.

“Dios todo poderoso.


Vengo ante Ti a consagrar este ayuno.
Me he comprometido a
abstenerme de (tipo de ayuno)
durante un periodo de (tiempo del ayuno)
como un signo externo de lamento,
súplica, y la reflexión, durante mi búsqueda
de tu discernimiento y sabiduría divina.
Pido que Tu reino venga sobre nosotros
para que haya salud, la integridad, bienestar,
seguridad, prosperidad, armonía y justicia.
Señor en tu misericordia,
escucha mi oración”

Amén. Oración para iniciar el ayuno cristiano

Si eres cristiano (no católico) te dejamos esta oración de liberación en la que ofrendas el
ayuno a Dios, pidiendo que libere toda su gracia y bendición en tu persona y bajo la
protección de Jesús.

“Señor, yo creo en el poder del ayuno que tú escogiste


Señor, permite que mi ayuno destruya los yugos
que el enemigo ha puesto contra mí.

Permite que la luz ilumine mi vida


a través del ayuno que tú escogiste.
Permite que la salud y la sanidad sean derramadas
sobre mí a través del ayuno que tú escogiste.

Permite que los milagros sean liberados en mi vida


a través del ayuno que tú escogiste.
Permite que tu poder y autoridad sean liberados en mi vida
a través del ayuno que tú escogiste.

Con humildad ofrezco mi alma ante ti


a través del ayuno; permite que tu favor me exalte.
Expulso cada demonio obstinado de mi vida
a través del ayuno que tú escogiste
En el nombre de Jesús.”

Amén.

Oración para terminar el ayuno


Jesús, termino este día de ayuno en tu corazón. Te pido que tomes mis esfuerzos y
multiplícalos para la gloria de tu reino.
Lléname con un espíritu de gratitud y misericordia. Me gozo al acercarme a ti en este
ayuno.
y reconozco cuánto te necesito. Señor, soy tan débil, pero tú me haces fuerte.
Dame la gracia de seguir ayunando para que seas tu el que reine sobre mí.
Te pido que estés conmigo ahora que terminó el ayuno. Protégeme de todo espíritu de
venganza que venga sobre mí y mi familia.
Te pido me des la sabiduría para conducirme siempre por el camino correcto que esté
dentro de tu voluntad.

Protección de los hijos por medio de la oración y 7 días


de ayuno
Realiza esta oración todas las mañanas, durante 7 días acompañado del sacrificio del ayuno
y la abstención de los placeres. Encomendando a Nuestro Señor Padre Protector el cuidado
de nuestros hijos.

¡Oh Padre y Señor Dios!

acepta mis súplicas en este día

 qué con fervor elevo a ti,

para que protejas padre

a mis hijos que son tus hijos.

Cuida Padre,

a mis herederos que son tus herederos,

y pueda señor mío mi corazón estar tranquilo,

porque tu espíritu guía los pasos de tus siervos.

Oye, ¡oh Dios mío! mi clamor

acepta mi sacrificio,

toma en tus manos la voluntad de mi hijo

y hazlo un ser de bien.

Conviértelo señor en un hombre digno de admirar,


en un buen hijo, en un buen hermano,

también en un buen esposo,

en un buen padre y en un buen amigo

pero sobre todo en un buen cristiano.

¡Oh Padre Celestial!

recibe de mi está ofrenda, que es mi

sacrificio por tus bondades,

acepta de mi lo que te doy.

Que yo trataré y me esforzaré por

agradecer tu infinita misericordia.

Por ello, de esta misma forma protege a mis hijos

que son tus hijos

mis herederos que son tus herederos,

mi descendencia que es tu descendencia.

¡Oh Padre Celestial!

Me muestro ante ti por medio del ayuno,

sacrificio que no se compara con el que

tu viviste por todos nosotros

para perdonar los pecados


y salvar nuestras almas.

Por eso en mi súplica ruego a ti Señor

perdones y salves el alma de mi hijo.

Libéralo de toda atadura

y acógelo señor bajo tu brazo,

derrama sobre él, tu sangre protectora

para que así nada ni nadie pueda dañarlo.

¡Oh Santísimo!

Fielmente he seguido tus enseñanzas

he elevado tu palabra ante los incrédulos

he sido tu fiel siervo

y me has llenado de bendiciones innegables.

Me has dado felicidad infinita

me has llenado de un amor puro

como las lágrimas que derramó Jesús

por nosotros en la cruz.

Por ello, solo te pido esta vez señor

no desampares a mi hijo.
Y protégelo ante las tentaciones,

amenazas e infortunios del camino de la vida.

Padre amado

me comprometo ante ti

a seguir llevando tu mensaje de una vida eterna

llena de maravillas en el cielo.

Por ello Amado Creador,

me entrego a nunca faltar a tu palabra,

a nunca negarme a tus enseñanzas,

a jamás renegar de ti o de tus designios.

Solo te pido que a diario me otorgues dosis nuevas

de sabiduría, fe, esperanza  y tolerancia,

pero sobre todo

de entendimiento y amor por tu palabra.

Finalmente,

oye Dios mis plegarias llenas de fe

y que se haga tu voluntad

hoy, mañana y siempre.


 

Amén.

Desde el tercer día de las apariciones la «Gospa» mencionó que era necesario ayunar para
obtener la paz. Cuando le preguntaron, «¿cómo debía hacerse?» respondió: «El mejor
ayuno es el ayuno a pan y agua». Y en la vigilia de su Asunción el 14 de agosto de 1984,
pidió que se hiciera dos veces por semana; los miércoles y los viernes. No para que de los
dos días se eligiera uno, sino para que de los siete días de la semana se eligieran siempre los
miércoles y los viernes para ayunar. ¿Por qué los miércoles y los viernes?

La respuesta es simple: Porque originalmente eran los días de ayuno de la Iglesia. Los
primeros cristianos sustituyeron los días habituales de ayuno de los judíos (lunes y jueves)
por el de los miércoles y los viernes. Así consta en la «Doctrina de los Doce Apóstoles».
Una especie de catecismo de los Padres Apostólicos redactado en Siria a finales del siglo II.
El primer día de ayuno se hacía por la conversión de los pecadores porque ese día la Iglesia
recordaba la traición de Judas.

El segundo, en unión al sacrificio de Cristo en la cruz. Es un error pensar que dos días de
ayuno a la semana es demasiado, o bien, pueden afectar la salud corporal. De ser así, habría
que concluir que: «la Virgen viene a enfermarnos». Y en realidad es lo contrario. Hoy es
sabido que muchas enfermedades aparecen por desórdenes alimenticios. Cuando una
persona visita un naturista, por lo general, le recomienda ayunar y nadie le rebate. Cuando
muchos suben de peso y tienen problemas de salud comienzan a practicar ejercicios. La
Virgen, sin embargo, nos invita a ayunar dos veces por semana a pan y agua, y muchos
piensan que se ha equivocado. O bien, que no es necesario para su vida espiritual.

La Virgen ha dicho que: «Con el ayuno y las oraciones se pueden detener las guerras y
hasta suspender las leyes de la naturaleza. La caridad no puede sustituir el ayuno. Aquellos
que no pueden ayunar pueden ofrecer la oración, la caridad y una Confesión. Todos, sin
embargo, excepto los enfermos, deben ayunar.» (21 de julio de 1981) «El ayuno que
muchos hacen comiendo pescado, en lugar de carne, no es ayuno, sino abstinencia. El
verdadero ayuno consiste en renunciar a todos los pecados. Pero es necesario al
renunciarlos, hacer participar también al cuerpo». «El ayuno ha sido olvidado en el último
cuarto de siglo en el seno de la Iglesia Católica».

Es preciso recordar, que cuando la Virgen pide ayunar, no está pidiendo pasar hambre, sino
sustituir las tres comidas habituales por sólo pan y agua. Los entendidos aseguran, que si
durante el día se come suficiente pan y se bebe suficiente agua, se pueden obtener hasta
1200 calorías necesarias para desempeñar las labores cotidianas. No es recomendable, por
otro lado, acompañar el ayuno con otras bebidas (por ejemplo café, te, gaseosas) porque
pueden afectar el estómago. Cabe destacar, además, que la jornada de ayuno que la Virgen
recomienda, concluye con la primera comida del día siguiente. En el idioma español, la raíz
etimológica de «desayuno» significa, precisamente, terminar el ayuno (des- ayuno); comer
después del ayuno.
El ayuno del cuerpo libera al hombre de las pasiones, de los miedos, de las inseguridades,
etc., para proveer al espíritu de alegría, paz y amor. La Madre de Dios recuerda, además,
que, «para poder orar con el corazón es necesario ayunar». Quien ayuna con frecuencia
tendrá menos problemas con las distracciones en la oración y estará más abierto a la
voluntad de Dios.

El ayuno por consiguiente, es uno de los principales mensajes de la «Gospa», y quizás el


más práctico por haberse descuidado en la Iglesia. De sus mensajes leemos:

«¡Queridos hijos!: También hoy los invito a orar y ayunar por la paz. Como ya les he dicho,
les repito también ahora: «Hijos míos, sólo con la oración y el ayuno también las guerras
pueden ser detenidas».

La paz es un don precioso de Dios. Busquen, oren y la recibirán. Hablen de la paz y lleven
la paz en sus corazones. Cuídenla como una flor que necesita agua, ternura y luz. Sean
ustedes quienes lleven la paz a los demás. Yo estoy con ustedes e intercedo por todos.
¡Gracias por haber respondido a mi llamada!» (Mensaje del 25 de febrero de 2003)

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