Actividad 2 - Electiva CMD
Actividad 2 - Electiva CMD
Actividad 2 - Electiva CMD
Presentado por:
Luis Alfonso Campo
Angélica Riva Guerrero
Girleza Corcho Valeta
Asignatura:
Electiva CMD
Docente:
Juan Fernando Amaya
Programa:
Administración en Salud Ocupacional
El Bagre – Antioquia
Marzo 7 de 2022
Indicaciones para el desarrollo
importancia (de contexto local, nacional o internacional). El relato puede estar expresado de
Desastre en armero.
El 13 de marzo de 1985 el volcán arenas del nevado del Ruiz hizo erupción, el cual genero una
gran avalancha de nivel de barro que sepulto a la ciudad intermedia de armero a las 11:30 de las noches.
Cerca de 25 mil personas perdieron la vida, 20.611 quedaron damnificadas y heridas y son incalculables
Una vez reflexionando sobre todas las cosas que el ser humano, a lo largo y ancho de su vida
puede vivir, algunas malas, otras buenas, escribí esto: "la vida es ese algo que tenemos en las manos y
Caminamos por este mundo tan rápidamente que no nos damos cuenta de que nuestros hijos
crecen, no percibimos el amor de nuestros padres en el día a día, ni miramos hacia arriba para
Y así como el agua se nos escapa entre los dedos, así se nos van las esperanzas, los sueños, las
ilusiones y las oportunidades de ser feliz. Y es tan rápido que frecuentemente no tenemos tiempo de
muro del final de nuestros días, lleno de grafiti, con muchos letreros que nos recuerdan todas las cosas
que nos quedaron por hacer, pero que lamentablemente no hicimos ni tenemos tiempo.
Han pasado 25 años desde aquella fecha del 13 de noviembre de 1985 cuando un día por poco la
vida se me va de las manos y francamente no sé a qué horas los viví. Y al cerrar mis ojos para evocar los
momentos que deseo compartir, me doy cuenta de que cada recuerdo de mi vida es un milagro que Dios
me ha permitido vivir.
Yo tenía una vida "feliz" era una adolescente rodeada de todo lo que quería y tenía los mejores
amigos del mundo. Años atrás había perdido a mi padre a quien amaba mucho, pero en medio de ese
gran dolor me encontré con el maravilloso amor de Dios y conocí de manera especial al Señor
Jesucristo.
Este encuentro renovó en mí los deseos de vivir y me llene de grandes esperanzas pues la muerte
de mi padre había traído vida a mi espíritu, al recibir al Señor Jesucristo en mi corazón. Ya estaba a
punto de terminar mi bachillerato, cuando en esa trágica noche se me empezó a ir mi vida como el agua
se nos va entre los dedos, tan rápidamente, que solo logre atrapar la última gota de mi vida cerrando mi
Recuerdo que ese día, había recibido la visita de mi madre, quien ya vivía en otra ciudad. Yo
estaba en casa de una tía mientras presentaba mis últimas pruebas del colegio. Mi madre tenía que
regresar ese día, pero se le hizo tarde así que yo le pedí que se quedara conmigo pues al otro día
podríamos viajar juntas a Ibagué. Se quedó y ya para ese momento la ciudad estaba inundada con un
comida observamos que el carro estaba cubierto con una fina capa de polvo (ceniza del volcán) y cuando
encendimos las luces del carro percibimos a través de estas, que estaba cayendo ceniza.
Fuimos a la defensa civil, a la cruz roja y en todos los lugares que podíamos preguntar para saber
qué ocurría, pero todos decían igual: No pasa nada... Todos en casa se acostaron, menos yo, pues tenía
una prueba de fin de año en m De repente se desencadenó una fuerte tormenta. Los relámpagos eran
terribles y se oía que caían rayos por toda la ciudad. Recuerdo que eran como las 10:30 cuando decidí
acostarme pues tenía mucho miedo y me dije que sería mejor madrugar. ¡Hum! Cuántas veces dejamos
para el día siguiente pensando que tenemos la vida ante nosotros, pero lo que no sabemos y si el día
llegará. Ciertamente mi siguiente día llegó, mas no como yo lo esperaba colegio al siguiente día.
Me acosté al lado de mi mami con el short y la camiseta que tenía puesto para no despertarla.
Cuando de repente oí gritos de angustia en la calle. Al principio pensé que era una pelea callejera, luego
escuchamos como golpeaban desesperadamente el portón y la puerta de la casa y se oía la gente gritar
Cuando nos paramos y quisimos prender la luz ya no había. Al bajar las escaleras con una tía y
llegar al primer piso el agua ya nos daba al nivel de las rodillas. Para ese momento la tierra se estaba
estremeciendo fuertemente como si fuera un terremoto y sonaba como si animales gigantes viniesen
destruyendo el mundo. Abrimos el garaje y la puerta de la casa al mismo tiempo y de repente una
Huían a la inundación por el desborde del río que nacía en el volcán-nevado, mas nunca por la
erupción de este. Por este motivo buscaban las casas más altas. Y en medio de esa multitud escuché los
gritos de mi madre que angustiada me pedía que subiera al segundo piso. Subí las escaleras
prácticamente en "cuatro patas" pues era tan increíble el movimiento de la tierra que era imposible
sostenerse en pie. Tuve el tiempo exacto para hallarla, abrazarla y decirle "mami tranquila todo va a salir
La plancha de la terraza cayó sobre nosotros haciendo presión contra la plancha del segundo
piso. Para ese momento ya mi mamá se me había soltado de mis manos y con ella se me fue la esperanza
de uno más de sus abrazos y de sus besos. Me quedó en uno de mis brazos una de sus uñas enterrada,
como se quedó en mi corazón marcados sus recuerdos, sus caricias y sus besos.
Todo lo que viví durante la catástrofe fue confuso. Pienso que ninguno de los que vivimos esta
catástrofe, fuimos plenamente conscientes de lo que estábamos viviendo. Lo que si recuerdo con
claridad fue la experiencia sobrenatural que viví mientras que los escombros aplastaban mi cuerpo: Me
encontré de pronto en medio de una luz inmensamente blanca y experimentaba allí una felicidad que
jamás había sentido. De repente supe que había muerto y pregunté dónde estaba. Entonces escuche la
voz de Dios que me decía "estas en dentro de mí y lo que estas experimentando es el amor con que te
amo".
Recordé que años atrás Dios me había hecho el llamado a ser su sierva entonces le pregunte
porque me llevaba si Él me había prometido ser instrumento en sus manos. No recuerdo su respuesta en
palabras. Pero se, porque estoy viva aún, que el Señor me dio otra oportunidad.
Cuando recuperé el conocimiento, solo tenía mi cara por fuera del lodo y mi cuerpo de hombros
para abajo estaba atrapado por escombros. Todo estaba oscuro y escuchaba gemidos de angustia y de
dolor. Aún no sabía lo que había sucedió cuando una segunda avalancha se vino arrastrando con
violencia lo que encontraba a su paso y si bien es cierto esto me liberó de lo que me tenía atrapaba,
también viví juntamente a esta liberación la angustia más grande que una adolescente pueda vivir pues
empecé a hundirme como en un remolino y sintiendo que la muerte me halaba con violencia mientras
Recordé la gota de vida que tenía en mi mano y cerré con más fuerza mi puño para no dejarla
escapar porque quería con todas mis fuerzas vivir. En uno de los momentos en que salí a flote me agarre
de algo que parecía un tronco y de este me sujete hasta que la avalancha se detuvo y con ella también se
¡¡No podía pensar ni sentir, porque en mi cabeza de adolescente no alcanzaba a comprender que
pasaba!! ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba mi madre? ¿Dónde estaba yo? Quería
pararme, pero cuando estiraba mis piernas para tratar de hallar fondo me encontraba que el calor del
lodo aumentaba y que no había fondo y sobre la superficie del lodo cabalgaba aun el frío del nevado que
Yo quería hacerlo también, pero mis gritos y mi llanto se quedaban congelados en mi corazón.
Un hombre empezó a llamar a su esposa con desesperación. Yo no lo sentía muy lejos. No le podía ver
porque mis ojos estaban llenos de lodo, así como mi nariz y mi boca. Empecé a escupir el lodo y cuando
pude hablar aun sujeta a lo que yo creo que era un tronco de árbol, le pregunté dónde estábamos y
entonces fue cuando supe, por este hombre que el volcán había hecho erupción y que Armero había
desaparecido.
Pensé en mi mamá, en uno de mis hermanos que vivía allí con su esposa e hijos y en todos mis
tíos, en mis primos, en mis líderes espirituales, en mis compañeros del colegio, pensé en Dios y le pedí
fuerzas para seguir cerrando mi puño con la gota de vida que me quedaba, fuertemente para que no se
me escapara de la mano. Elevé una oración a Dios y le pedí una oportunidad más.
Entonces le pregunté al hombre con quién hablaba, dónde estaba él y me dijo que estaba sobre un
camión, así que decidí ir hasta allá. Empecé a empujarme entre el lodo sujeta aún a lo que me había
agarrado. Yo no sentía dolor alguno en ninguna parte de mi cuerpo y me guiaba por el sonido de la voz
del hombre que no paraba de gritar y llamar a su esposa. Cuando yo empecé a moverme sobre el lodo
nunca me imaginé que estaba en una gran mar de cadáveres. Me encontraba uno tras de otro, flotaban en
Yo les palpaba sus rostros para ver si respiraban, les hablaba con la esperanza de que fuese uno
de los míos y cuando percibía que estaban muertos los hundía para poder pasar por encima de ellos. Esta
acción me represento un profundo dolor con el pasar de los días, pues me parecía que 7 talvez había
hundido a mi propia madre y quizás aún con vida. Cuando llegué hasta el camión empecé a tocarlo y me
El hombre estaba dentro de la carrocería y cuando me vio empezó a gritarme que no me fuera a
subir. Yo quise sujetarme de una de las estacas para subir y fue allí cuando me di cuenta de que uno de
mis brazos no me servía, así como tampoco mis piernas. Además, cuando intente subir el camión
empezó a moverse y el hombre me decía que si no me soltaba el camión se iba a voltear porque éste,
solo estaba flotando en el lodo. Ya no tenía fuerzas para quitarme de allí así que solo me tocaba creer
que Dios pondría su dedo en el camión para que no cayera de lado aplastándome.
No sé cuánto tiempo transcurrió, pero de pronto el hombre vio no muy lejos de nosotros unas
luces de linterna y empezó a gritar: Aquí, Aquí, ¡¡¡ayúdenos!!! Eran personas que habían quedado en
una colina. El lodo nos había arrastrado tanto que habíamos llegado hasta el final con él. Estas personas
empezaron a colocar tejas de zinc de las casas destruidas y con ramas que cortaban de los árboles
lograron tocarme. Me pidieron que me sujetara a ella y luego me arrastraron hasta la orilla.
Allí alguien me levanto, pero cuando paso sus brazos por las piernas y toco mis carnes abiertas se
impresiono pues una gran parte de mi tejido había desaparecido quedando al descubierto mi hueso.
Tenía heridas por todo el cuerpo. Mi ojo izquierdo estaba medio afuera y mi pelo totalmente
chamuscado (parece que en estado de inconciencia pase por algún lugar en llamas). Ciertamente el
panorama para ellos fue desastroso pues me subieron unos cuantos metros y me dejaron allí, pues
pensaban que con seguridad moriría. Allí permanecí 4 noches y 5 días esperando un rescate. Al
amanecer del siguiente día los que podía ver empezaron a llorar ante lo que veían: No quedo nada,
decían, el mundo se acabó, ¡¡¡Dios mío ayúdanos!!! De pronto el volcán rugió y se sintió un temblor de
tierra.
La gente empezó a gritar y los que pudieron correr huyeron con la desesperación de otra posible
avalancha. Solo quedamos los heridos que no podíamos movernos y los cadáveres que habían sacado del
lodo. Ese mismo día escuche helicópteros, pero ni yo los veía ni ellos a mí, porque yo estaba del color
de la tierra. En la tarde el lodo que tenía en la boca, garganta y nariz empezó a secarse y me era
imposible respirar. Era como cemento y yo tenía sed. Empecé a recordar que muchas veces mi madre
me regañaba porque yo prefería un vaso de agua a un jugo y cuando me bañaba solía decirle al Señor:
"Dios nunca me vayas a dejar morir de sed". Y yo estaba allí muriéndome de sed y recordándole al
Señor mi petición.
De repente empezó a caer una suave llovizna y yo habría mi boca pero parecía como si las gotas
cayeran en todas partes menos en mi boca. En mi desesperación sentí que el Señor me mostraba que
tenía que hacer una vasija con mi mano y que primero la limpiara, luego volver a esperar que se llenara
y lavar la boca y la nariz y el último sería para beberla. Así lo hice y cuando estaba mi mano llena para
mano hasta la boca y me tome el trago más amargo de mi vida, pues toda la arena y lodo que tenía
todavía en la garganta y en la boca me rasgaron las paredes de la garganta produciendo un dolor tan
Mi llanto era una mezcla de dolor físico con el dolor del niño que se ha caído y busca con su
llanto el auxilio de su madre. Pero mi madre no llego. Tenía miedo. Cuando me paso el llanto me di
cuenta de que ya podía mover mis ojos y que el lodo que se había secado se había salido con las
lágrimas. Entonces en ese momento supe que no estaba sola, porque el Señor estaba conmigo.
Las noches siguientes fueron las más largas de mi vida, enfrentando el miedo y el dolor, no solo
de mis heridas sino de mi corazón. Durante la noche sentía culebras arrastrarse sobre mi cuerpo y las
ratas mordiendo mis heridas y lo único que salía de mis labios era: Señor ayúdame. ¡¡¡Se que Él estuvo
conmigo esperando un rescate que fue largo pero que por fin llegó!!!. Fue de una manera milagrosa que
Me llevaron a un lugar donde ponían a los sobrevivientes para ser transportados en helicópteros,
pero nadie quería llevarme porque no podía ocupar un lugar con una persona que no tuviera
posibilidades de vida. Pasaban por encima de los heridos diciendo: "éste si, este no," y a mí siempre me
tocaba el no.
medio día y no me escogían. Recordé que tenía la gota de mi vida en mi mano y con la misma fuerza
con que me aferraba a ella, me agarre fuertemente al pantalón de uno de los que pasaron por mi lado y
no le solté hasta que me prometió que me llevaría. Me subieron a un helicóptero que tenía el cupo
completo, no había casi espacio y tuvieron que acomodarme de lado al borde de la entrada.
Este helicóptero de rescate no tenía puerta y yo los escuche decir que si me caía nuevamente al
lodo nada se perdía pues yo de todas maneras no sobreviviría. El helicóptero aterrizó en un campamento
hecho por la cruz roja y cuando me bajaron me pusieron en una camilla. Durante los 5 días que había
demorado el rescate nunca vomite el lodo que me había comido, por lo que presentaba un crecimiento
En seguida llamaron por radio teléfono para comunicar la gravedad pues si mi estómago estaba
de ese tamaño era porque había peritonitis. Yo alcance a escuchar que no había cupo por avión y que
había que enviarme por tierra. Esto fue lo último de lo que tuve conciencia, y nuevamente apreté mi
puño para que no se escapara mi vida entre mis dedos y pensé en Dios mientras le decía: Ayúdame. A
Bogotá llegue en estado de coma. Morí clínicamente dos veces y tras recibir choques eléctricos, la vida
se me fue devuelta.
Días más tarde desperté del coma para enfrentarme a otra lucha. Mi pierna derecha estaba
gangrenada y había que amputarla..... Yo me quedé mirando a los ojos al doctor mientras me decía que
si me dejaba amputar me ofrecía un 50% de probabilidades de vida. En ese momento tenía una máscara
Le miré fijamente y con la cabeza le dije: NO. Me quito la máscara de oxígeno para que yo
pudiera hablar y me dijo: "Te estoy ofreciendo 50% de probabilidad de vivir si te amputo y me dices que
no?!!" Yo le respondí con una voz muy débil pero firme: Doctor, el Señor me ofrece el 100% sin
Y mientras los días transcurrían mi situación empeoraba pues pasando un día tenían que llevarme
al quirófano para quitarme más y más tejido dañado. El hueso y los tendones ya se estaban deteriorando
y mi estado de salud era cada día más precario. Un día se declaró el hospital en cuarentena pues se
detectó gangrena gaseosa. No pude volver a recibir más visitas y los médicos le aseguraron a mi familia
Sin embargo, vi morir una a una las compañeras de mi habitación y supe de muchos más en el
hospital, pero yo seguía con mi puño cerrado aferrándome a la vida. Unos quince días después de la
cuarentena el color de mi carne empezó a cambiar y al enviar una muestra al laboratorio se dieron cuenta
que la gangrena había desaparecido. Los médicos, las enfermeras, mi familia y todos los que se
Me hicieron unos injertos para remplazar todo el tejido perdido, pero quedé inválida. Por este
motivo viajé a Francia donde durante un año fui sometida a muchas intervenciones quirúrgicas y por
último me hicieron una cirugía estética para mejorar el aspecto de mi pierna. Aprender a caminar
Pero solo tenía una imagen en mi mente: Siempre me vi con un micrófono en la mano frente a
grandes multitudes de pie predicando la palabra de Dios y compartiendo los milagros de Dios en mi
vida. El proceso de mi sanidad interior se dio cuando después de haber alcanzado mi objetivo de
La catástrofe se había llevado mi familia, había perdido mi ciudad, mis amigos, estaba sola en
un país que no era el mío, sin padres, sin nadie. El temor a una nueva catástrofe me llenó de confusiones.
Muchas veces estando aún en París, esperando que llegara el metro, su sonido lo comparaba con el que
hacían las casas cuando se caían y de repente empezaba a tener fuertes crisis nerviosas.
Empecé a imaginar que mis padres vivían y yo misma me enviaba correspondencia de ellos.
Había momentos de lucidez en los que yo sabía que estaba perdiendo la razón. Decidí ir al psicólogo y
después de tres sesiones frustrantes decidí no volver. Salí de allí llorando mientras le decía en español al
Señor: Dios ¿dónde estás? ¡Como es que me sanaste de una enfermedad que para la ciencia es imposible
y no sanas las heridas de mi corazón! De repente me quedé viendo una postal que mostraba la imagen de
una joven muy parecida a mí. Se veía de espaldas pues ella estaba mirando un sol que nacía.
Y con sus brazos alzados y abiertos observaba un nuevo amanecer. La frase de esta postal decía
en francés: "He decidido ser feliz". Esta fue la más amorosa de todas las respuestas que he recibido de
mi Padre Celestial pues muy claro me decía: "Hija, tienes que decidir ser feliz, porque cuando esto
suceda, yo voy a ser el padre o la madre que ya no tienes, cuando tengas miedo yo te daré de mi paz,
cuando estés sola te cubriré con mi amor, cuando este oscuro yo iluminaré tu camino y cuando tengas
Entonces recordé mi Armero querido, ya no para llorarlo, sino para traer a mi memoria que en su
suelo me encontré con el más grande y maravilloso amor, que es el amor de Dios Desde ese día todos
los días de mi vida lucho por mi felicidad. Y sé que mi felicidad es Dios pues sé que solo Él tiene en sus
manos lo que yo necesito para ser feliz. Cuando veo la televisión me asombra la tragedia que está
viviendo el mundo.
Hace 20 años nuestra historia despertó conmoción, hoy es un recuerdo. En el capítulo 5 del
evangelio según San Juan, cuando el Señor Jesús llegó al estanque de Bethesda y le pregunto al
paralítico si quería ser sano este hombre empezó a darle todas las razones por las cuales él no había
podido experimentar la sanidad. Pero Jesús no le preguntaba por qué es que él no había sido sano, sino
que si quería ser sano y lo que este hombre tenía que responder era que sí.
Ciertamente el Señor nos ha hecho a todos esta pregunta en muchas circunstancias de nuestras
vidas, pero al igual que este hombre, solo hemos dado excusas del porque seguimos deprimidos,
enfermos y sin esperanzas. Yo no quiero simplemente contar mi historia que tal vez es pequeña
Solo quiero decirle al mundo que se desangra en la violencia, en el odio, en el dolor, que todavía
hay una buena razón para vivir, y que lo único que nos puede ayudar, es hacer un alto en esta carrera
Sé que muchos de mis compañeritos de colegio murieron con muchos sueños e ilusiones. Se que
mi madre murió con esperanzas y anhelos. Pero lo grave no es que ellos hayan muerto sin haber
Lo grave es que los que estamos vivos queramos morir. No importa lo que estemos viviendo,
siempre habrá una gotita de vida en nuestra mano y siempre habrá un motivo que nos de la fuerza para
Hoy soy una mujer casada, con un hijo de 8 años quien es el regalo de Dios para mi vida, junto
con mi esposo estamos dedicados a llevar al mundo el amor de Dios. Y no quiero terminar sin antes
preguntarte: ¿Quieres ser feliz? Ojalá digas que si: SI SEÑOR, SI QUIERO SER FELIZ. Y para ser feliz
Hoy reconozco que tu moriste por mí en la cruz, te pido que entres en mi vida, como mi Señor y
salvador y que hagas de mi la persona que tú quieres que yo sea. Dirige mis pasos y has de mi conforme
a tu voluntad." Ojalá mi pequeño testimonio te haya hecho comprender y gran y maravilloso amor de
Enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia_de_Armero
Se narra la historia de una joven que vivió la catástrofe de armero en 1985. Está joven fue una
sobreviviente de esta catástrofe, luchó hasta el último momento por ser rescatada ya que la tenían
descartada para el rescate por su situación, sus ganas de vivir y su fe a Dios a pesar de haber perdido la
vida y la condición física en la que se encontraba no fueron un impedimento para seguir viviendo.
Después de un algo tiempo después de una milagrosa recuperación ya que iba a ser amputada su pierna
por una gangrena que tenía a base de sus lesiones no aceptó que le amputaran su pierna y como siempre
su fe fue quien la ayudó a vencer todos estos obstáculos, su pierna después de unos días después de un
examen milagrosamente se dio cuenta que ya no tenía gangrena. Con base a su recuperación, viajó a
Francia para someterse a diferentes cirugías para mejorar la condición de su pierna para volver a
caminar ya que esta avía quedado invalida. Con toda la fortaleza de esta joven logró vencer su soledad y
llenar aquel vacío que dejó la familia que había perdido en aquel tiempo y gracias a su fe poco a poco
vivir podemos siempre salir de situaciones difíciles como lo hizo esta joven quien por más que no
quería. Ayudarla a salir del lodo por su condición y al ver que no le daban esperanzas de vida insistió
en ser rescata y demostró que la fe todo lo puede. Debemos todos los seres humanos ser conscientes
de que por más que creamos que nunca nos va a suceder un suceso de estos, debemos estar
preparados para cualquier cosa porque no estamos excepto a de nada y siempre tener presentes que