Abulafia
Abulafia
Abulafia
CLASE 6
Jayé Olam Habá.
La Vida del Mundo Futuro.
Práctica de los 72 Nombres
era una nube tenebrosa, pero a Israel lo alumbraba de noche; por eso, en
toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros. 21Moisés
extendió su mano sobre el mar, e hizo YHVH que el mar se retirara por
©Eduardo Madirolas/ psicologiaycabala.com
medio de un recio viento oriental que sopló toda aquella noche. Así se
secó el mar y las aguas quedaron divididas.
Método
Los tres versículos anteriores se disponen de la siguiente forma:
El primero se escribe de forma directa (empezando por la derecha,
como es usual en hebreo).
El segundo se escribe debajo del anterior, pero de unaforma
Las meditaciones de Abraham Abulafia/ CLASE 6
Tenemos así los tres versículos en línea, uno debajo del anterior. Si ahora los
leemos en vertical, es decir, en ternas, obtenemos 72 conjuntos de tres letras
cada uno. Cada uno de estos tripletes se interpreta como un Nombre de Dios.
De este modo obtenemos 72 Nombres.
Activo, pasivo y equilibrante
Esta es una forma clásica de tratar con los ternarios. La Cábala, tal como
muestra el Árbol de la Vida, que es su diagrama básico, es un sistema de
tres columnas. Las sefirot o esferas del Árbol, sus elementos
fundamentales, siempre aparecen en conjuntos de tres: activo, pasivo y
equilibrante; fuerza, forma y equilibrio; misericordia, severidad y
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encima y es anterior a la mente, al yo, al cuerpo y al mundo, algo que, como hubiera dicho
santo Tomás de Aquino, todos los hombres y mujeres llamarían Dios. Pero éste no es un
Dios ontológicamente ajeno, desvinculado del cosmos, de los seres humanos y de la
creación en general, sino el mismo arquetipo supremo de la Conciencia”.
Los tres ojos del conocimiento. Kairós. Pag 120 y ss.
En Cabalá, este nivel recibe el nombre de Shejiná, Presencia Divina, y es el asiento del Aní, el YoDivino, la verdadera
raíz del yo individual, razón por la cual se le llama: yo arquetípico, self transpersonal o, de una forma más clásica, neshamá
suprema, y constituye nuestro “punto de enganche” con la Conciencia Divina. Pero no se alcanza antes de la reducción a
nada de todas nuestras características personales.
Como dice Rabbi Aryeh Kaplan: “La palabra hebrea para “yo” es Aní . Es significativo que si se reordenan
las letras de Aní se obtiene la palabra Ain , que significa ‘nada’. Esto parece implicar que el verdadero ‘yo’ es la
‘nada’ dentro de mí.” Y un poco más adelante, continúa: “Cuando usamos entonces la palabra Ain-Nada para describir la
esencia de un ser humano creado a imagen de Dios, nos referimos al ‘yo’ último que no puede llegar a ser conocido. Se
trata de la fuente intangible de mi voluntad que me impele a hacer lo que decida. Está más alto que el pensamiento mismo,
porque es obvio que es ese ‘yo’ el que le dice a mi mente lo que tiene que pensar. Por eso es imposible imaginarlo, porque
la fuente de mi voluntad está en un nivel por encima del pensamiento. Simplemente, no hay categoría en mi mente en la
que encajarlo. Por tanto, cuando intento imaginar la fuente de mi voluntad, el verdadero ‘yo’, todo lo que puedo
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representar es una nada. Desde este punto de vista, los demás atributos de la personalidad humana no son el verdadero
Aní, sino que deben ser definidos con más propiedad como mi ‘ego’ (...) Si las funciones del ego no miran hacia su fuente
en el Ani, entonces son meramente obstáculos en el propio camino de crecimiento y desarrollo como una persona. Si, por
el contrario, se transforman en vestiduras o expresiones del Ani, del mismo modo que las sefirot de Jojmá a Maljút son
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expresiones de Kéter, entonces el ingrediente básico del self, la voluntad, puede también conectarse con su fuente, la
Voluntad Divina. Cuanto más una persona se identifique con el verdadero Ani-Ain, más estará en contacto con lo Divino
dentro de sí”.
En el mismo sentido en que, metafóricamente, podríamos decir que el cuerpo es el asiento del ego de la persona
(Maljút y Yesod).
Innerspace. Pag 49 y s.
En términos similares se expresa otro cabalista moderno,
Rabbí Ariel Bar Tzadok : “Siendo verdadero al ‘yo’ interior,
una persona empieza a ser verdadera al gran ‘YO SOY’ que
es YHVH . La sumisión a esta verdad se torna entonces
emancipación y libertad. Su rechazo es esclavitud y
oscuridad. Todo lo que es incongruente con la unicidad del
alma individual contamina a esa alma. Desde el punto de
vista religioso estas contaminaciones se llaman pecados. Hay
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como idéntica con la Shejiná y el espíritu santo, y que no tiene forma, sino sólo voz... La gloria interior tiene
su prolongación en la gloria ‘visible’. Mientras que la primera es informe, la segunda asume diversas formas
cambiantes de las cuales cada versión está sometida a la voluntad de Dios. Es esta segunda gloria la que
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aparece en el trono de la Mercavá o en la visión profética y la que constituye el sujeto de las enormes medidas
espaciales en las especulaciones del Shiur Komah respecto al ‘cuerpo de la Shejiná’... [Después esta segunda
gloria es identificada con] el Santo Keruv, como la aparición en el trono de la mercavá... Del ‘gran fuego’ de
la Shejiná emana no sólo el Keruv, sino también el alma humana... El Keruv puede tomar la forma de ángel,
hombre o bestia; su forma humana fue el modelo en cuya semejanza Dios creó al hombre.”
Según Scholem, esta identificación podría estar basada en el versículo de Ezekiel (10:4): “La Gloria de
YHVH se elevó desde el Keruv”, es decir, en singular.