Módulo 3 Lectura Neuroplasticidad

Introducción a la Neuroplasticidad Taller de Salud del Cerebro, Módulo 3
INTRODUCCIÓN A LA NEUROPLASTICIDAD
Y A TODO ESTO, ¿QUÉ ES NEUROPLASTICIDAD?
El cerebro humano es increíblemente adaptable. Nuestra capacidad
mental es asombrosamente grande y nuestra habilidad para procesar una
amplia variedad de información así como nuevas y complejas experiencias
con relativa facilidad puede ser a veces sorprendente. La habilidad del
cerebro para actuar y reaccionar de formas siempre cambiantes es
conocida, por la comunidad científica, como “neuroplasticidad”. Esta
característica especial le permite a los 100 billones de células que se
calcula tiene el cerebro- también llamadas neuronas o “materia gris”-
establecer continuamente nuevos caminos para la comunicación
neuronal y reacomodar los que ya existen a lo largo de nuestra vida, y
con esto ayudar a los procesos de aprendizaje, memoria y adaptación a
1
través de la experiencia. Sin la habilidad de hacer estos cambios tan
funcionales, nuestros cerebros no podrían memorizar nuevos hechos o
dominar una nueva habilidad, formar un nuevo recuerdo o adaptarse a un
nuevo ambiente; nosotros como individuos, no podríamos reponernos de
lesiones cerebrales o superar nuestras incapacidades cognitivas. Gracias
a la neuroplasticidad del cerebro, los perros viejos, por así decirlo,
regularmente aprenden nuevos trucos de cualquier tipo.
¿QUÉ PARTES DEL CEREBRO TIENEN NEUROPLASTICIDAD?
La plasticidad está donde quiera que exista un proceso neuronal
La neuroplasticidad no es un rasgo que se encuentre en una sola
estructura cerebral, tampoco consiste en un simple tipo de evento químico
2
o físico. Si no que, la habilidad del cerebro para ser moldeado –su
“plasticidad”- es el resultado de muchos diferentes y complejos procesos
que suceden en nuestros cerebros a lo largo de nuestra vida. Un grupo de
diferentes estructuras y células ayudan a hacer posible la neuroplasticidad.
Incluso existen diferentes tipos de plasticidad que, dependiendo de nuestra
edad, están más o menos involucradas en reformar el cerebro mientras
este maneja información nueva. La plasticidad funciona en todo el cerebro
no sólo en los procesos normales de aprendizaje y adaptación (más
evidente en los primeros años de desarrollo, pero que continua toda la
vida) sino también en respuesta a lesiones o enfermedades que causan
pérdida de funciones mentales.
LA NEUROPLASTICIDAD Y LA NATURALEZA / EL DEBATE DE LA
NUTRICIÓN: ¿CUÁL ES?
Por un lado está la Naturaleza, Por el otro, la Nutrición
Mientras que los genes juegan un papel importante en el establecimiento
de la plasticidad del cerebro, el ambiente también ejerce una influencia
importante en mantenerla. Tomemos por ejemplo el cerebro de un recién
nacido, el cual es bombardeado cada día con información nueva. Cuando
el cuerpo de un bebé recibe estímulos a través de sus muchos órganos
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sensoriales, las neuronas son responsables de mandar ese estímulo a la
parte del cerebro que está mejor equipada para manejarlo– y esto requiere
que cada neurona “sepa” las vías neuronales apropiadas para mandar sus
estímulos y trozos de información. Para que este mapa funcione, cada
neurona desarrolla un axón para mandar información a otras células
cerebrales vía impulsos eléctricos, y también desarrolla muchas dendritas
que la conectan con otras neuronas para que pueda recibir información de
ellas. Cada punto de conexión entre dos neuronas es nombrado “sinapsis.”
Nuestros genes, al nacer, han construido direcciones básicas para que las
neuronas las sigan a través del mapa, y han construido las “carreteras”
principales entre las áreas funcionales básicas del cerebro. La influencia
del ambiente entonces juega un papel clave en la formación de una red de
interconexiones mucho más densa y más compleja. Estas avenidas y
caminos más pequeños, siempre en construcción, pueden realizar la
transferencia de información entre neuronas de forma más eficiente y rica
con detalles de una situación específica. Esto está claramente evidenciado
por el rápido incremento en la densidad sináptica que puede verse en el
desarrollo normal humano. Los genes forman un entramado neuronal que,
al nacer empieza cada neurona con apenas 2,500 conexiones. A la edad
de dos o tres años, sin embargo, la estimulación sensorial y la experiencia
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ambiental ya se han aprovechado de la plasticidad cerebral; cada neurona
muestra alrededor de 15,000 sinapsis. Este número disminuirá para
cuando estemos en la edad adulta, aquellas conexiones no efectivas o
raramente usadas –formadas en los primeros años, cuando la
neuroplasticidad está en su apogeo- desaparecen.
¿CÓMO FUNCIONA LA NEUROPLASTICIDAD?
Redes y Conexiones Neuronales
Diagrama de una neurona
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La neuroplasticidad puede funcionar en dos direcciones; es responsable
de borrar las conexiones viejas tan frecuentemente como sea necesario y
la creación de nuevas conexiones. A través de este proceso, llamado
“poda sináptica”, las conexiones que no son eficientes o rara vez utilizadas
se dejan perder, mientras que las neuronas que son muy usadas para el
envío de información son preservadas, fortalecidas, e incluso se les crean
más sinapsis. Junto con el proceso de poda, está nuestra habilidad para
aprender y recordar. Mientras que una neurona actúa independientemente,
aprender nuevas habilidades puede requerir que grupos de neuronas
estén activas de manera simultánea para procesar la información neuronal;
mientras más neuronas estén activadas, mejor aprendemos. Como el
psicólogo Donald Hebb dijo: “las neuronas que se encienden juntas, se
conectan”.
¿LA NEUROPLASTICIDAD ME AYUDA A APRENDER Y RECORDAR?
Moldeando Conexiones a través de la Transmisión Sináptica
El aprendizaje afecta el cerebro en dos maneras diferentes, ninguno de
estos efectos sería posible sin la plasticidad especial de nuestro cerebro.
Como respuesta a nuevas experiencias o nueva información, la
neuroplasticiadad permite ya sea una alteración a la estructura de las
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conexiones ya existentes entre neuronas, o forma nuevas conexiones
entre las neuronas; esto último lleva a un incremento sobre todo de la
densidad sináptica, mientras que la primera hace más eficientes o
adecuadas las vías que ya existen. De cualquier forma, el cerebro es
moldeado para que almacene esta nueva información y, si es útil,
retenerla. Hasta ahora el mecanismo preciso que permite que ocurra este
proceso no es todavía bien entendido, algunos científicos tienen teorías
sobre que las memorias de largo plazo se forman exitosamente cuando
algo llamado “reverberación” ocurre. Cuando somos expuestos por primera
vez a algo nuevo, esa información entra a nuestra memoria de corto plazo,
la cual depende sobre todo de procesos químicos y eléctricos conocidos
como transmisión sináptica para retener la información, en vez de cambios
estructurales más duraderos y profundos como los ya mencionados. Los
impulsos electroquímicos de la memoria de corto plazo estimulan una
neurona, la cual a su vez estimula a otra; la clave para hacer que la
información dure, sin embargo, sucede sólo cuando la segunda neurona
repite el impulso y lo devuelve a la primera. Esto es más probable que
pase cuando percibimos la información como especialmente importante o
cuando alguna experiencia es repetida de manera frecuente. En estos
casos, el “eco” neuronal dura lo suficiente para hacer que la
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neuroplasticidad aumente, conduciendo a cambios estructurales duraderos
que conectan la nueva información a las vías neuronales de nuestros
cerebros. Estos cambios provocan ya sea una alteración de las vías
cerebrales existentes, o la formación de una vía nueva. En este sentido, la
nueva información o experiencia sensorial es cimentada en lo que parece
ser, en su momento presente, la locación más útil y eficiente dentro de la
masiva red de neurocomunicación. Más repeticiones de la misma
información o experiencia podrían conducir a más modificaciones en las
conexiones que la contienen, o a un incremento en el número de
conexiones que puedan accesarla – de nuevo, como resultado de la
asombrosa plasticidad de nuestros cerebros.
EL CEREBRO INCAPACITADO O DAÑADO: ¿PUEDE LA
NEUROPLASTICIDAD AYUDAR?
Reconstruir Conexiones que Reconstruyen Habilidades
La neuroplasticidad es la gracia que se salva del daño o incapacidad
cerebral; sin ella, las funciones perdidas nunca podrían ser ganadas de
nuevo, ni habría esperanza de mejorar los procesos que son realizados de
forma no muy hábil. La plasticidad permite al cerebro reconstruir las
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conexiones que debido a un trauma, enfermedad o a una condición
genética, han provocado un decremento de habilidades. También nos
permite recuperarnos de daño irreparable o reparar vías neuronales
disfuncionales por medio del fortalecimiento o reordenamiento de las vías
que quedan. Es muy probable que estos procesos ocurran de muchas
formas, los científicos han identificados 4 patrones principales de
plasticidad que parecen funcionar mejor en diferentes situaciones. La
primera es cuando células sanas que se encuentran alrededor de un área
dañada del cerebro cambian su función, incluso su forma, para llevar a
cabo las tareas y transferir las señales que antes estaban a cargo de las
neuronas dañadas en el lugar de la lesión. Un segundo tipo de
neuroplasticidad sucede cuando las células del cerebro reorganizan sus
vías sinápticas existentes; esto permite a las vías ya construídas
responder a demandas de procesos causados por la pérdida de función en
algún área. Un tercer proceso neuroplástico permite a toda un área del
cerebro tomar las funciones de células dañadas de otra área distante del
cerebro (es decir, un área no precisamente vecina al área dañada, como
en el primer tipo de neuroplasticidad). El cuarto tipo de neuroplasticidad
puede ocurrir en casos de daño a las áreas sensoriales del cerebro, donde
un tipo de impulso sensorial puede remplazar completamente al impulso
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dañado. Por ejemplo, cuando una persona ciega aprende a leer Braille,
esta experiencia puede reconectar el sentido del tacto de tal manera que
remplaza, dentro de la red cerebral involucrada en la lectura, a las
conexiones que normalmente vendrían de las áreas de la visión. Una o
varias de estas respuestas neuroplásticas nos pueden permitir
recuperarnos, algunas veces de forma muy notable, de una lesión en la
cabeza, enfermedad del cerebro o alguna incapacidad cognitiva.
(a)Áreas más activas durante

un ejercicio “de memoria”
(sumar números mentalmente)
en un grupo de 22 personas sin
escrerosis múltiple u otra
condición neurológica.
(b) Áreas más activas en un

grupo de 22 personas con
esclerosis múltiple, capaces de
realizar la tarea tan bien como
el grupo control. La actividad
en áreas más grandes y/o en
otra posición sugiere que el cerebro de estas personas se ha
“reconectado” para compensar los efectos de la esclerosis múltiple.
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LA NEUROPLASTICIDAD NO PUEDE DURAR PARA SIEMPRE…
¿O SI?
Desde Experiencias Recientes a Toda Una Vida de Aprendizaje
Contrario a la creencia popular, el “jardín” del cerebro nunca deja de ser
podado y de tener nuevas plantas. Aunque por mucho tiempo los
científicos creían que sí, investigaciones en la última década han mostrado
que nuestras conexiones neuronales nunca alcanzan, por la edad, un
patrón fijo después del cual ya no le es posible cambiar. Al contrario, le
procesos de la reformación y muerte sináptica es lo que le da al cerebro su
plasticidad.– su habilidad para aprender y recordar, para adaptarse al
ambiente y a todos los cambios que este traiga, a adquirir conocimientos
nuevos y aprender de experiencias recientes –a lo largo de la vida de un
individuo. Nuevas investigaciones sugieren que, más allá de modificar vías
y formar nuevas entre las neuronas existentes, el cerebro humano es
incluso capaz de generar nuevas células cerebrales. Esta regeneración
neuronal por mucho tiempo se creyó imposible después de los 3 ó 4 años,
investigaciones muestran que nuevas neuronas pueden desarrollarse más
tarde en el transcurso de la vida, aún en la época dorada de los 70 años o
más. Es por esto que, el viejo dicho “úsalo o piérdelo” se acomoda a la
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realidad. Si el cerebro de una persona es retado de manera constante por
una serie de estimulaciones y nuevas experiencias, pero al mismo tiempo
se le expone con regularidad a cosas que ya conoce, será más capaz de
retener su flexibilidad adaptativa, capacidad regenerativa y una notable
eficiencia a lo largo de su vida.
¿CUÁL ES EL FUTURO DE LA NEUROPLASTICIDAD?
Investigaciones recientes sugieren que la neuroplasticidad podría ser clave
para el desarrollo de muchos tratamientos nuevos y más efectivos contra
el daño cerebral, ya sea por lesión traumática, golpes, decrecimiento de la
cognición relacionada a la edad, o algunos otros desórdenes neurológicos
(Alzheimer, Parkinson, y esclerosis múltiple, entre muchos otros). La
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plasticidad también ofrece esperanza a las personas que sufren de
incapacidades cognitivas como Trastorno por Déficit de Atención, dislexia,
y Síndrome de Down; podría conducir a nuevos tratamientos contra la
depresión, anorexia y otros desórdenes conductuales y emocionales
también. Aunque la investigación en esta área es relativamente joven, la
teoría en la que se basa la plasticidad cerebral es una muy simple. Con
“neuroplasticidad dirigida”, científicos y clínicos pueden suministrar
secuencias calculadas de estímulos, y/o patrones repetitivos de
simulación, para causar cambios específicos y deseados en el cerebro.
Cuando investigaciones más avanzadas revelen las mejores formas de
crear y dirigir estos estímulos, el asombroso potencial de la plasticidad
cerebral podría comenzar a aprovecharse para mejorar métodos en
medicina, psicología, educación, terapia física, y muchos otros campos,
con el objetivo de mejorar o recuperar habilidades cognitivas, mentales y
físicas. Aumentar nuestro entendimiento de la neuroplasticidad promete
mucho, científicos y clínicos intentan descubrir mejores tratamientos a
través de los cuales las habilidades perdidas puedan ser reaprendidas, y la
pérdida de habilidades pueda ser detenida, incluso quizás hasta revertida.
Entender mejor la habilidad natural del cerebro para cambiar y repararse a
sí mismo será un avance mayor en el futuro de las neurociencias.
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(Adaptado de un artículo encontrado en MemoryZine.com)
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Y A TODO ESTO, ¿QUÉ ES NEUROPLASTICIDAD?

El cerebro humano es increíblemente adaptable. Nuestra capacidad

mental es asombrosamente grande y nuestra habilidad para procesar una

amplia variedad de información así como nuevas y complejas experiencias

con relativa facilidad puede ser a veces sorprendente. La habilidad del

cerebro para actuar y reaccionar de formas siempre cambiantes es

conocida, por la comunidad científica, como “neuroplasticidad”. Esta

característica especial le permite a los 100 billones de células que se

calcula tiene el cerebro- también llamadas neuronas o “materia gris”-

establecer continuamente nuevos caminos para la comunicación

neuronal y reacomodar los que ya existen a lo largo de nuestra vida, y

con esto ayudar a los procesos de aprendizaje, memoria y adaptación a

través de la experiencia. Sin la habilidad de hacer estos cambios tan

funcionales, nuestros cerebros no podrían memorizar nuevos hechos o

dominar una nueva habilidad, formar un nuevo recuerdo o adaptarse a un

nuevo ambiente; nosotros como individuos, no podríamos reponernos de

lesiones cerebrales o superar nuestras incapacidades cognitivas. Gracias

a la neuroplasticidad del cerebro, los perros viejos, por así decirlo,

regularmente aprenden nuevos trucos de cualquier tipo.

¿QUÉ PARTES DEL CEREBRO TIENEN NEUROPLASTICIDAD?

La plasticidad está donde quiera que exista un proceso neuronal

La neuroplasticidad no es un rasgo que se encuentre en una sola

estructura cerebral, tampoco consiste en un simple tipo de evento químico

o físico. Si no que, la habilidad del cerebro para ser moldeado –su

“plasticidad”- es el resultado de muchos diferentes y complejos procesos

que suceden en nuestros cerebros a lo largo de nuestra vida. Un grupo de

diferentes estructuras y células ayudan a hacer posible la neuroplasticidad.

Incluso existen diferentes tipos de plasticidad que, dependiendo de nuestra

edad, están más o menos involucradas en reformar el cerebro mientras

este maneja información nueva. La plasticidad funciona en todo el cerebro

no sólo en los procesos normales de aprendizaje y adaptación (más

evidente en los primeros años de desarrollo, pero que continua toda la

vida) sino también en respuesta a lesiones o enfermedades que causan

pérdida de funciones mentales.

LA NEUROPLASTICIDAD Y LA NATURALEZA / EL DEBATE DE LA

NUTRICIÓN: ¿CUÁL ES?

Por un lado está la Naturaleza, Por el otro, la Nutrición

Mientras que los genes juegan un papel importante en el establecimiento

de la plasticidad del cerebro, el ambiente también ejerce una influencia

importante en mantenerla. Tomemos por ejemplo el cerebro de un recién

nacido, el cual es bombardeado cada día con información nueva. Cuando

el cuerpo de un bebé recibe estímulos a través de sus muchos órganos

sensoriales, las neuronas son responsables de mandar ese estímulo a la

estímulos y trozos de información. Para que este mapa funcione, cada

neurona desarrolla un axón para mandar información a otras células

cerebrales vía impulsos eléctricos, y también desarrolla muchas dendritas

ellas. Cada punto de conexión entre dos neuronas es nombrado “sinapsis.”

principales entre las áreas funcionales básicas del cerebro. La influencia

del ambiente entonces juega un papel clave en la formación de una red de

interconexiones mucho más densa y más compleja. Estas avenidas y

caminos más pequeños, siempre en construcción, pueden realizar la

transferencia de información entre neuronas de forma más eficiente y rica

con detalles de una situación específica. Esto está claramente evidenciado

por el rápido incremento en la densidad sináptica que puede verse en el

desarrollo normal humano. Los genes forman un entramado neuronal que,

al nacer empieza cada neurona con apenas 2,500 conexiones. A la edad

de dos o tres años, sin embargo, la estimulación sensorial y la experiencia

ambiental ya se han aprovechado de la plasticidad cerebral; cada neurona

muestra alrededor de 15,000 sinapsis. Este número disminuirá para