Grupo Conformado Por: Jorge Andrés Hernández Daza, Laura Camila Ortiz Tapiero, Said Mauricio Peña Velandia y Omar Jimenez Vega
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- 0’ Contextualización
Para iniciar presentamos la contextualización presentada por la profesora antes de iniciar con
la sesión:
Este análisis toma como referentes conceptuales las lecturas desarrolladas durante el seminario,
siendo estas integradas a la propuesta gráfica del modelo hexagonal realizada por Soonhye
Park y J.Steve Oliver sobre Contenido Didáctico del Conocimiento (CDC/PCK, 2007). Lo
anterior bajo la pauta de los cinco componentes del CDC trabajados por estos autores a partir
de las investigaciones de Grossman, Tamir y Magnusson et al.; a partir de estos, realizamos
una lectura de la clase puntualizando en cada uno de los componentes identificando los
elementos relacionales de los mismos.
Para fines del análisis hemos realizado la siguiente clasificación temporal de los momentos de
la clase.
Es importante destacar que el interés por parte de la profesora en cerciorarse de que sus
estudiantes aporten a la construcción del relato sobre las clases desarrolladas estará muy
permeado por sus explicaciones e interpretaciones que repetidamente se sobrepondrán a la voz
o a lo mencionado por las estudiantes, con esto se pierde ocasión de reconocer los puntos de
partida sobre la temática a trabajar y los distintos niveles de comprensión real con los que se
cuenta al inicio de la sesión.
A la pregunta ¿Qué es comer? Los estudiantes responden como si la pregunta fuera ¿Qué pasa
cuando comemos? Así, algunos estudiantes aluden a los beneficios de la alimentación “nos
sirve para crecer”. Sobre esto, la docente direcciona las respuestas al conocimiento disciplinar.
Con ello, desaprovecha el uso de las preconcepciones e ideas previas de los estudiantes. Lo
mismo ocurre con la tercera pregunta ¿Qué es un alimento? Los estudiantes responden con las
características de los alimentos “fuente de nutrición”, “nos hace crecer”. Ante lo cual, la
docente menciona cuál es la respuesta, sin asociarla con las preconcepciones de los estudiantes.
Por otro lado, sobre la pregunta ¿Qué clase de alimentos conoces? Los estudiantes responden
con ejemplos “manzana”, papaya, melón, banano”. En esta pregunta, se supone que la docente
busca que el estudiante mencione los criterios por medio de los cuales se clasifican los
alimentos. En este punto, la docente no clarifica la intención de la pregunta, sino que direcciona
la respuesta por medio de pistas.
Así, de acuerdo con las categorías planteadas por Oliver y Pack la docente desarrolla su clase
y lo planeado en el currículo, sin prestar demasiada atención a la comprensión que pueden tener
sus estudiantes sobre el tema.
Algunas estudiantes escogidas previamente (al parecer en una clase anterior) se preparan para
interpretar a los personajes y las acciones narradas por la profesora, incorporando algunos
diálogos, siendo esta una actividad orientada a situar un mensaje final como moraleja en el cual
se indica la importancia de la alimentación saludable de 7 minutos, se realizará este ejercicio
dramático, que cerrará con un resumen de 3 minutos en el que la profesora realizó preguntas a
sus estudiantes, que han sido resuelta por ella misma de antemano.
En la dramatización se refleja algunos conocimientos previos vistos en clases anteriores, donde
se da a conocer un caso ejemplo del cual cada niño que participa en la dramatización tiene un
rol donde representa una clasificación superficial de los alimentos tomando en sí 3 de estas
clasificaciones (proteínas, carbohidratos y reguladores); de este modo se puede decir que no
abarca una clasificación completa de lo que son los alimentos según su función, según sus
nutrientes y según su estabilidad. Cabe recordar que el conocimiento de la materia y el
conocimiento disciplinar de la maestra es licenciada en primaria con especialización en
ciencias naturales.
Con esta metodología pareciera buscarse reforzar en las estudiantes el mensaje moral
presentado con la dramatización. No se llega a ahondar o a propiciar mayores reflexiones por
parte de las estudiantes, la profesora se muestra interesada por que repliquen de manera
conjunta el mensaje que acaban de recibir con la puesta en escena.
Este ejercicio similar al anterior cambia la dramatización física por dibujos animados para
llevar otro mensaje con moraleja sobre el deber ser de los hábitos alimenticios y los problemas
derivados de unos “malos” hábitos alimenticios.
Sin mayor reflexión sobre el material, una vez terminado este video de 5 minutos, nuevamente
organiza un breve foro donde se dirigen las reflexiones de manera artificial hacia los valores
morales que la profesora considera deseables en relación con los hábitos alimenticios.
Volviendo a reforzar las ideas e intenciones de la profesora, una estudiante de cada grupo
expone sus ejercicios grupales, mientras la profesora se cerciora de que se ha aprendido la
lección de manera satisfactoria, es decir, repitiendo el deber ser respecto a la alimentación.
Se cierra felicitando a las estudiantes y resaltando el cumplimiento de las metas ¿por qué?
Porque se hizo lo que había que hacer.
La profesora cierra el video afirmando que se cumplieron los propósitos: generar procesos de
aprendizaje donde las estudiantes participaran de la construcción del saber, del hacer y del ser
a través del desarrollo de la secuencia didáctica, donde las metas y desempeños establecidos
fueron alineados con las actividades y la evaluación misma.
Cabe indicar que el propósito inicial planteado es “que los niños comprendan la importancia
de alimentarse de forma saludable y equilibrada”, la creencia de la cual parte nos permite inferir
que la profesora considera que los procesos deberán ser regidos por la comprensión adquirida
de la enseñanza de la docente, esto en distintos momentos se anticipará a los conocimientos y
la comprensión con la cual parten las estudiantes. Que las niñas y los niños comprendan esta
importancia parte de la premisa de que no lo comprenden, de que no lo saben ¿Cómo ha llegado
la profesora a esta conclusión? ¿Qué proceso la ha llevado a concluir que sus estudiantes no
conocen la importancia de alimentare de forma saludable y equilibrada? ¿Qué va a entender la
profesora como alimentación saludable y equilibrada? ¿Cómo su comprensión de este
propósito entra en relación con el contexto socioeconómico y cultural de sus estudiantes?
Responder a estas inquietudes nos permitiría reconocer el rigor académico con el que la
profesora formula su orientación para la enseñanza.
Reconocemos que previo a la clase se han establecido los conocimientos que se deben
manifestar por parte de las estudiantes. Desde la introducción esto se hace evidente. La
profesora parte de una muy breve presentación de lo que realizarán durante la clase, dirigiendo
la atención sobre los saberes que serán validados en el transcurso de las distintas actividades.
Es llamativo reconocer que a este punto se ha propuesto que las estudiantes comprendan la
importancia de alimentarse sanamente, no obstante, parece ser irrelevante preguntarles sobre
el por qué creen que esto debe ser comprendido o para qué puede serles de interés este
conocimiento, es decir, no se establecen puntos de comprensión conjuntos, sino que se ofrece
uno de manera vertical. Bajo esta orientación se desarrollará durante toda la clase, el saber será
orientado y entregado desde la docente hacia las estudiantes.
Realizada una rápida búsqueda sobre la clasificación de los alimentos, uno de los contenidos
propuestos para ser abordados durante la clase, encontramos que de acuerdo al Portal CEUPE
basado en la clasificación alimentaria del programa de educación en alimentación y nutrición
EDALNU de España, los alimentos se clasifican de acuerdo a su origen y función en el
organismo, a partir de estos dos tipos de clasificación las investigadoras postulas unas
subcategorías.
Las estrategias que identificamos por parte de la profesora para la enseñanza de las ciencias
parecieran abordar superficialmente las referidas a las subject-specific y topic-specific, pues
formula tanto aproximaciones generales respecto a las temáticas a abordar como tácticas
específicas para reforzar la atención respecto a elementos específicos que la profesora reconoce
como elementos temáticos pertinentes en razón de su concepción curricular.
Cabe indicar como se ha mencionado previamente que estas estrategias de instucción han sido
elaboradas desde sus posturas actitudinales más que desde su conocimiento sobre la materia,
en esa medida, encontramos actividades en las cuales se responde de manera acertada o errada,
material dramático y de video orientado a la postulación de moralejas y guías donde se espera
sean transcritos los saberes direccionados por la docente.
Respecto a las dimensiones a evaluar, todo gira alrededor de una reafirmación de los saberes
instituidos por la docente. Sus distintos momentos de evaluación a través del video no nos
permiten reconocer dimensiones que se distancien de la replicativa, es decir, para la profesora
la evaluación busca evidenciar que en todo momento las estudiantes están repitiendo el deber
ser sobre la alimentación que ha sido instituido.
Conclusiones:
El ejercicio analizado tiene unos condicionantes. Primero, tanto la docente como los
estudiantes están siendo observados, lo cual puede crear un escenario en el que el propósito de
las acciones realizadas en el aula sea influenciar el criterio del observador. Además de lo
anterior, al realizar el análisis no contamos con información detallada ni suficiente sobre cómo
fue realizada la planeación, la experiencia de la docente, ni sus observaciones posteriores a la
clase.
No obstante, el análisis realizado tuvo como eje central la categoría “orientaciones que
influencian la enseñanza”. En ese sentido, buscamos describir los momentos en los cuales se
puede argumentar que las creencias de la docente son la principal influencia de su conocimiento
didáctico de contenido. Por este camino, notamos que en términos generales se expone un
discurso normativo sobre qué y cómo deberían comer los estudiantes, en el cual se asocia “la
gordura” o “los cuerpos anchos” con una mala salud. Así, la intención no es tanto generar
condiciones en la cual los estudiantes puedan cuestionar cómo alimentarse y generar sus
propias conclusiones, sino producir un efecto en ellos: deben comer de tal manera.
Tal creencia orienta las estrategias de instrucción, en las que se busca que los estudiantes
“afirmen” las respuestas que la docente ya ha establecido como “correctas”. Lo cual también
permite explicar por qué la docente no atiende a las preconcepciones de los estudiantes. Por
ello, la evaluación tiene un papel de repetición de lo ya establecido, así como de regulación de
la conducta para que los estudiantes presten atención a la clase.
Bibliografía
Park, Soonhye & Oliver, J. Steve. 2008. Revisiting the Conceptualization of Pedagogical
Content Knowledge (PCK): PCK as a Conceptual Tool to Understan Teachers as Professionals.
Research in Science Education, v38 n3 p261-284 May 2008