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Nietzsche

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Nietzsche

Siguiendo la expresión de Ricoeur (Hottois, 2003), Nietzsche, Marx y Freud conforman la


trilogía de filósofos de la sospecha; "sospechar", del latín sub-spectare, mirar por debajo, por
atrás de las apariencias. Mientras Freud nos alerta del inconsciente y de cómo la conducta
humana es menos controlada por el propio sujeto de lo que este piensa y mientras Marx nos
sitúa ante la realidad de la explotación del hombre por el hombre detrás de las grandes
instituciones del Estado de derecho, la sociedad capitalista y sus discursos, Nietzsche alerta
sobre la voluntad de poder tras las formas del conocer, así como las ilusiones sobre las que
se cimientan los valores de la cultura occidental.

Los límites de la razón ilustrada

La ética del superhombre

Re exiones sobre la extrema violencia que acompaña a las crisis sociales

Referencias
LECCIÓN 1 de 4

Los límites de la razón ilustrada

La filosofía de Nietzsche ensalza el arte frente al pensar conceptual, la intuición frente al concepto. La realidad es
plurívoca y fluyente, y por eso se expresa mejor en metáforas que en conceptos. Los conceptos, de hecho, no son otra
cosa que metáforas petrificadas, gastadas por su uso. La verdad misma es una ilusión que el ser humano se hace para
poder sobrellevar su necesidad de control sobre el futuro, la naturaleza y la vida.

¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias,


antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido
realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso,
un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se han
olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han
perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino como metal.
(Nietzsche, 1996, p. 25).

El mundo de la metafísica occidental, que para Nietzsche arranca con el socratismo, ha invertido la realidad: la
auténtica realidad, que es un mundo que fluye, cambia, se convierte en apariencia, y esta, que es el mundo de las
esencias inmutables, se convierte en realidad.

La verdad es asunto de perspectiva, así como lo real es pura perspectiva sobre los entes. Lo que se manifiesta como
verdad y como realidad depende en gran medida de la perspectiva, y la elección de la perspectiva, a su vez, está en
función de los valores (intereses, fines) del sujeto que interpreta. La lógica queda así reducida a una forma más de la
axiología (Hottois, 2003).
En todo caso, hablar del espíritu y del bien como lo hizo Platón significaría poner la verdad
cabeza abajo y negar el perspectivismo, el cual es condición fundamental de toda vida; incluso, en
cuanto médicos, nos es lícito preguntar: «¿De dónde procede esa enfermedad que aparece en la
más bella planta de la Antigüedad, en Platón?, ¿es que la corrompió el malvado Sócrates?, ¿habría
sido Sócrates, por lo tanto, el corruptor de la juventud?, ¿y habría merecido su cicuta?» - Pero la
lucha contra Platón o, para decirlo de una manera más inteligible para el «pueblo», la lucha contra
la opresión cristiano-eclesiástica durante siglos -pues el cristianismo es platonismo para el
«pueblo»- ha creado en Europa una magnífica tensión del espíritu, cual no la había habido antes
en la tierra: con un arco tan tenso nosotros podemos tomar ahora como blanco las metas más
lejanas. (Nietzsche, 2007, pp. 20-21).

La inversión del mundo realizada por Sócrates continúa con Platón y la metafísica cristiana, pero las modernas
ideologías democráticas, para Nietzsche, profundizan esa inversión. Nietzsche apuesta por una visión destinada a
desmitificar y a desvelar el enmascaramiento de la historia que describe, tomando a la ciencia y su verdad como
estrategias arraigadas en la conservación. También han de ser indagadas en una genealogía las nociones del lenguaje
moral, de las formas del conocimiento y la moral tradicionales como paso necesario para avanzar en una superación
del nihilismo.

La filosofía occidental se sostiene para Nietzsche en una profunda


negación de la realidad de la vida. Se sostiene en conceptos
absolutizados, desconociendo la gramática del lenguaje, hipostasiando
lo real en parejas conceptuales jerárquicas: verdadero/falso,
real/ilusorio, alma/cuerpo, ser/nada, bien/mal, etcétera (Hottois, 2003;
Copleston, 2011).
Incluso los intentos de superar esta metafísica, como puede ser el materialismo, incurren en la misma metafísica,
pues siguen siendo la aspiración teórica a la verdad por encima de toda perspectiva. Agnosticismo, ateísmo,
materialismo, etcétera, niegan la metafísica platónico-cristiana, pero incurren en una necesidad de sentido que
reproduce su estructura (Hottois, 2003).
LECCIÓN 2 de 4

La ética del superhombre

En consonancia con la negación ontológica y gnoseológica de lo real —cambio, fluir, metáfora—, el lenguaje moral
expresa la inversión de los valores vitales: lo que es bueno (la afirmación del poder de la vida) es convertido en
"malo", y lo que es malo (la negación del poder de la vida) es convertido en "bueno". La moral auténtica es la moral
de los nobles, de los fuertes, afirmación vital creadora que se caracteriza por los siguientes rasgos:

Individualismo, afirmación de la fuerza.

Anclada a la voluntad de poder, voluntad de señorío.

No acepta el deber ni la costumbre.

Es generosa, pero no caritativa: regala desde la sobreabundancia energética.

Asociada al superhombre.

Asume el triunfo de los fuertes (Hottois, 2003).

La moral de los nobles, de los señores, para Nietzsche es afirmación del sentido intramundano, del sentido de la
tierra. Por el contrario, la moral de los esclavos:

se erige sobre el resentimiento;

inventa falsos valores morales (piedad, bondad, caridad, etc.);


es gregaria;

está ligada al nihilismo: genera mundos ficticios para apartarse del mundo real (Hottois, 2003).

La historia occidental es el triunfo del resentimiento sobre los valores de afirmación de la existencia. Inversión del
lenguaje moral como expresión del mundo invertido en el que lo real de la vida y existencia transmuta en lo irreal de
la ficción eidética y ontológica. Los esclavos se unen mediante la fuerza del resentimiento para poder sostener esta
inversión y negación de la vida.

¡Justo, pues, lo contrario de lo que ocurre en el noble, quien concibe el concepto fundamental
«bueno» de un modo previo y espontáneo, es decir, lo concibe a base de sí mismo, y sólo a partir
de él se forma una idea de «malo»! Este «malo» (schlecht) de origen noble, y aquel «malvado»
(böse), salido de la cuba cervecera del odio insaciado –el primero, una creación posterior, algo
marginal, un color complementario, el segundo, en cambio, el original, el comienzo, la auténtica
acción en la concepción de una moral de esclavos-, ¡cuán diferentes son estas dos palabras,
«malo» (schlecht) y «malvado» (böse), que aparentemente se contraponen a un mismo concepto
«bueno» (gut)! Mas no se trata del mismo concepto «bueno»: pregúntese, antes bien, quién es
propiamente «malvado» en el sentido de la moral del resentimiento. Contestado con todo rigor:
precisamente el «bueno» de la otra moral, precisamente el noble, el poderoso, el dominador, sólo
que cambiado de color, interpretado y visto del revés por el ojo venenoso del resentimiento.
(Nietzsche, 2005, pp. 53-54).

La moral y su fundamento en la metafísica occidental (platónico-cristiana) constituyen una fuga ante la vida real: la
vida concreta no es nada para esta postura. Nietzsche realiza una hermenéutica genealógica (Hottois, 2003) orientada
a desenmascarar este nihilismo (pasivo) primitivo e inconsciente para avanzar hacia un nihilismo (activo) creador,
positivo, que permita superar la negación suprasensible e idealizante, regresando así al sentido de la tierra.

"El nihilismo tiene doble sentido:

» A) El nihilismo como signo del creciente poder del espíritu: nihilismo activo.
» B) El nihilismo como decadencia y retroceso del poder del espíritu: nihilismo pasivo" (Nietzsche, 2000, p. 45).

En la lectura que Nietzsche hace de los fenómenos culturales de su


tiempo, considera que la tendencia nihilista de la metafísica occidental
y sus valores negadores de la vida llegan a su fin, pues el progreso del
agnosticismo, el ateísmo, el materialismo, el positivismo, las ciencias
mismas, etcétera, conducen a la muerte de Dios (Copleston, 2011).

Pero, aun con la muerte de Dios, persiste la necesidad de sentido y de lo absoluto, en especial en los progresistas.
Para superar la situación de indefensión en que queda la humanidad con la muerte de Dios, se precisa el nihilismo
activo que supera la fuga de la vida implícita en la tradición nihilista, afirmando, por el contrario, el sentido de la
tierra y asumiendo el destino propio del hombre: el eterno retorno de lo mismo. Solo el superhombre, nos dice
Nietzsche, puede superar, mediante la creación de nuevos ideales y la inversión de todos los valores tradicionales, al
nihilismo tradicional. Este superhombre se caracteriza por aceptar la vida, afirma la tierra y rechaza toda utopía
espiritual (Copleston, 2011; Hottois, 2003). Asume los riesgos y su capacidad de crear, trasciende la voluntad del
siervo hacia la del señor.

Como lo real, el mundo carece de estructura racional e ideal, solo existe lo fluyente, lo espontáneo, que no tiene
dirección de progreso; queda la repetición de lo mismo eternamente: vivir el presente con voluntad de poder como el
único modo de vivir la eternidad. El tiempo es infinito, lo que implica que volverán siempre las alegrías y los
sufrimientos. La eternidad del instante y de cada acto ha de ser asumida en su inocencia (la inocencia del devenir).
Amar el destino y coincidir con la voluntad de poder son propios de un hombre que es superhumano (Hottois, 2003).

El superhombre es el hombre del nihilismo afirmativo que supera la angustia mortífera de la metafísica tradicional y
sus mutaciones, las ficciones que niegan el mundo (Hottois, 2003). Vive como creador de valores, señoreando el
aciago destino. Para Nietzsche el arte es la respuesta creadora por antonomasia, al transmutar la tragedia de la
existencia simbólicamente, pero sin negarla (Hottois, 2003).
La llegada del superhombre se produce, para Nietzsche, mediante tres transformaciones del espíritu:

en camello

en león

en niño (Nietzsche, 2016).

El camello simboliza la capacidad de sobrellevar la carga y arrodillarse para cargarla, la resignación y resistencia por
ella. El león es el hombre que se libera de las cargas morales, simboliza rebelión y fuerza. Finalmente, el niño es el
símbolo mismo del superhombre, expresa la autosuficiencia, la inocencia con la que se asume el devenir, el juego y
la creación.

Lectura obligatoria: Los escritos de Nietzsche como Escuela de la Sospecha

A continuación, se propone la lectura de la génesis de la filosofía nietzscheana del desenmascaramiento;


seguidamente, el periodo de Nietzsche del “espíritu libre”; y, el desarrollo de la crítica de la moral de Nietzsche en el
contexto de su obra.

Los escritos de Nietzsche como Escuela de la Sospecha.pdf


208.6 KB

Fuente: Frey, Herbert (2005). Los escritos de Nietzsche como Escuela de la Sospecha. Cuicuilco, 12(33), 113-126. Publicado

en Escuela Nacional de Antropología e Historia. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35103307


LECCIÓN 3 de 4

Reflexiones sobre la extrema violencia que acompaña a


las crisis sociales

El 18 de octubre de 2019 comenzó en Chile una profunda crisis social sin precedentes, producto de la expresión de la
desigualdad, las bajas pensiones, la mala salud y un radical sistema económico capitalista que lleva más de tres
décadas socavando la vida de sus ciudadanos. Casi en forma simultánea también se han visto en la región
manifestaciones violentas en contra de las autoridades de Ecuador, Bolivia y Colombia. Sin embargo, la crisis chilena
ha sido, por lejos, la más violenta de todas, no solo por las marchas, que muchas de ellas fueron pacíficas y
espontáneas, sino que hubo otras que fueron violentas, donde se agregaron incendios y profanaciones a iglesias,
destrucción de monumentos y saqueos, sin dejar de nombrar las violentas represiones de carabineros hacia la
población chilena y las graves violaciones de los derechos humanos, que informes de la ONU catalogaron de torturas
y violencia sexual, según relata Otto Dörr en el portal de noticias Theclinic.cl. Dörr manifiesta que los fenómenos de
descontento social obedecen a una crisis de identidad provocada por los procesos de globalización que han generado
la erosión de los valores que alimentan la esencia de los diferentes pueblos. (Dörr, 2019).

Figura 1. Protesta en Chile


Fuente: Agencia Uno, 2019, https://bit.ly/2Kfps1Y

Sabemos que las instituciones "ordenan" la vida social y hasta tienen una cierta universalización en el mundo; los
valores, en cambio, son propios de cada cultura. Pero si tenemos en cuenta que la sociedad global de consumo ha
impregnado a casi todas las culturas en el planeta, la irracionalidad del desarrollo económico como valor supremo ha
contribuido a la desorientación y el desamparo que afecta a gran parte de la sociedad occidental. La "muerte de Dios"
pronunciada por Nietzsche en 1883, como pérdida de sentido y valores eternos y absolutos, ha generado una crisis
profunda de identidad, especialmente en las nuevas generaciones. (Dörr, 2019).

Estamos viviendo tiempos de cambios, cambios de humores sociales que


se basan en los abusos y las desigualdades sociales que se perpetran
desde un Estado ausente, que deja a la suerte las decisiones de millones
de personas al mercado, generando todo tipo de violencia.
¿Cómo es la realidad para Nietzsche?

Plurívoca y fluyente

Unívoca y absoluta

SUBMIT

¿Qué defiende el superhombre nietzscheano?

Defiende a ultranza la exaltación de realidades trascendentales

Defiende a ultranza la autonomía personal

SUBMIT
LECCIÓN 4 de 4

Referencias

Agencia Uno. (2019). The clinic. Recuperado de https://www.theclinic.cl/2019/12/24/reflexiones-en-torno-a-la-


extrema-violencia-que-ha-acompanado-a-la-crisis-social/

Copleston, F. (2011). Historia de la Filosofía (Vol. 3). Barcelona, España: Ariel.

Dörr, O. (24 de diciembre de 2019). Reflexiones en torno a la extrema violencia que ha acompañado a la crisis
social. The clinic. Recuperado de https://www.theclinic.cl/2019/12/24/reflexiones-en-torno-a-la-extrema-violencia-
que-ha-acompanado-a-la-crisis-social/

Hottois, G. (2003). Historia de la Filosofía. Del Renacimiento a la Posmodernidad. Madrid, España: Cátedra.

Nietzsche, F. (1996). Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Madrid, España: Tecnos.

Nietzsche, F. (2005). La genealogía de la moral. Madrid, España: Alianza Editorial.

Nietzsche, F. (2007). Más allá del bien y del mal. Madrid, España: Alianza Editorial.

Nietzsche, F. (2016). Así habló Zaratustra. Madrid, España: Alianza Editorial.

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