Oración Abrasada
Oración Abrasada
Oración Abrasada
Oración
abrazada
De San Luis María
Grignion de Montfort
Oración abrazada
Pero acuérdate, sobre todo, de tu querido Hijo: mira y contempla el
rostro de tu Cristo (Sal. 83, 10). Su agonía, su confusión y su llanto
amoroso en el Huerto de los Olivos cuando dice: ¿Qué provecho hay
en mi sangre? (Sal. 29, 10); su muerte cruel y su sangre derramada
te gritan a voces ¡Misericordia!, a fin de que por medio de esta
Congregación sea establecido su imperio sobre las ruinas del de sus
enemigos.
Oración abrazada
“¿Qué es lo que te pido? Nada en mi favor, todo para tu gloria.
Oración abrazada
y que por medio de la verdadera devoción a María, es decir, interior
sin hipocresía, exterior sin crítica, prudente sin ignorancia, tierna sin
indiferencia, constante sin liviandad y santa sin presunción,
aplasten, por donde quiera que fueren, la cabeza de la antigua
serpiente para que la maldición que Tú le echaste se cumpla
enteramente: Pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre su
descendencia y la tuya; esta te aplastará la cabeza (Gn. 3, 15).
“¿No me está a mí mejor morir que verte, Dios mío, todos los días
tan cruel y tan impunemente ofendido, que hallarme todos los días
más y más en peligro de ser arrastrado por los torrentes de
iniquidad que van creciendo? Mil muertes me serían más tolerables.
O envía socorros desde el cielo, o llévate mi alma. Si no tuviera la
esperanza de que oirás, pronto o tarde, a este pobre pecador en
interés de tu gloria, como has oído a tantos otros -Este pobre clamó
y el Señor lo escuchó y le salvó de todas sus angustias (Sal. 33, 7)-,
pediría absolutamente con un profeta: Llévate ya mi alma (I Rey 19,
4). Pero la confianza que tengo en tu misericordia me hace decir
con otro profeta: No moriré, sino que viviré para narrar las hazañas
del Señor (Sal. 117, 17); hasta que con Simeón pueda decir: Ahora,
Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mi ojos han visto,
etc. (Lc 2, 29-30).
Oración abrazada
“Tú formaste la cabeza de los predestinados con Ella y en Ella; con
Ella y en Ella debes formar todos sus miembros. Tú no engendras
ninguna persona en la Divinidad; pero eres, Tú solo, quien formas
fuera de la Divinidad todas las personas divinas; y todos los santos
que han sido y serán hasta el fin del mundo, son otras tantas obras
de tu amor unido a María. El reino especial de Dios Padre duró hasta
el diluvio y terminó por un diluvio de agua; el reino de Jesucristo
terminó por un diluvio de sangre; pero tu reino, Espíritu del Padre y
del Hijo, continúa actualmente y se terminará por un diluvio de
fuego, de amor y de justicia.
Oración abrazada
Da su voz de mando el Señor: vienen en tropel los portadores de
buenas nuevas: Huyen los reyes de los ejércitos, huyen; aun la mujer
casera participa en el botín. Y mientras ustedes reposan entre los
oviles, las alas de la paloma se han cubierto de plata y sus plumas,
de oro brillante. Al dispersar el Omnipotente por ella a los reyes,
cayó la nieve sobre el Selmón. Monte de Dios es el monte de Basán;
montaña rica en cumbres la montaña de Basán. ¿Por qué miran con
envidia, montes encumbrados, al monte que eligió Dios para
morada suya, en el que por siempre habitará Yavhé? (Sal 67, 10-17).
“Entre estos tus amados será donde Tú, en calidad de Rey de las
virtudes, de Jesucristo el Bienamado, tendrás tus complacencias,
puesto que ellos en todas sus misiones no tendrán más fin que el
darte toda la gloria de los despojos que arrebatarán a sus enemigos:
Rex virtutum dilecti, dilecti et speciei domus dividere spolia.
FRICYDIM
Familia Religiosa del Inmaculado Corazón y la Divina Misericordia
Oración abrazada
“Por su abandono en manos de la Providencia y su devoción a María
tendrán las alas plateadas de la paloma: inter medios cleros pennae
columbae deargentatae, es decir, la pureza de la doctrina y de las
costumbres. Y su espalda dorada et posteriora dorsi eius in pallore
auri, es decir, una perfecta caridad con el prójimo para soportar sus
defectos y un gran amor para con Jesucristo para llevar su cruz.
“Tú solo, como Rey de los cielos y Rey de los reyes, separarás de
entre el pueblo estos misioneros como otros tantos reyes, para
tornarlos más blancos que la nieve sobre el monte de Selmón,
monte de Dios, monte abundante y fértil, monte fuerte y cuajado,
monte en el que habita y habitará hasta el fin.
“Quién es, Señor, Dios de verdad, este misterioso monte, del que
nos dices tantas maravillas, sino María, tu querida Esposa, cuyos
cimientos has puesto Tú sobre las cimas de los más altos montes?
Fundación suya sobre los santos montes (Sal 86, 1). El monte de la
casa de Yavé se asentará a la cabeza de los montes (Miq. 4, 1).
“Dichosos y mil veces dichosos los sacerdotes que Tú has tan bien
escogido y predestinado para morar contigo en esta abundante y
divina montaña, a fin de que lleguen a ser los reyes de la eternidad,
por el desprecio de la tierra y su elevación en Dios; a fin de que se
tornen más blancos que la nieve por su unión con María, su Esposa,
toda hermosa, toda pura y toda inmaculada; a fin de que se
enriquezcan allí del rocío del cielo y de la grosura de la tierra, de
todas las bendiciones temporales y eternas de que María está llena.
Oración abrazada
si mezcla de lo suyo contigo, lo echará a perder todo, lo trastornará
todo. Tu Congregación: es tu obra, Dios soberano: Haz tu obra: haz
tu obra, totalmente divina: junta, llama, reúne de todos los términos
de tu dominio a tus elegidos, para hacer con ellos un cuerpo de
ejército contra tus enemigos.
“Y por Ti, Dios soberano, aunque en servirte hay tanta gloria, tanta
dulzura y provecho, ¿casi nadie tomará tu partido? ¿Casi ningún
soldado se alistará bajo tus banderas? ¿Ningún San Miguel gritará
de en medio de sus hermanos por el celo de tu gloria: ¿Quién como
Dios? Permíteme ir gritando por todas partes: ¡Fuego, fuego, fuego!
¡Socorro, socorro, socorro! ¡Fuego en la casa de Dios! ¡Fuego en las
almas! ¡Fuego en el santuario! ¡Socorro, que se asesina a nuestros
hermanos! ¡Socorro, que se degüella a nuestros hijos! ¡Socorro, que
se apuñala a nuestro padre!
“Los que son del Señor, vengan a mí (Ex 32, 26): que todos los
buenos sacerdotes repartidos por el mundo cristiano, sea que
actualmente se hallen combatiendo o que se hayan retirado de la
pelea a los desiertos y soledades; que todos esos buenos sacerdotes
vengan y se junten con nosotros; la unión de las fuerzas hace más
fuerte: para que formemos, bajo el estandarte de la Cruz,
FRICYDIM
Familia Religiosa del Inmaculado Corazón y la Divina Misericordia
Oración abrazada
la unión de las fuerzas hace más fuerte: para que formemos, bajo el
estandarte de la Cruz, un ejército bien ordenado en batalla y bien
regido para acometer de concierto a los enemigos de Dios, que han
tocado ya alarma: sonuerunt, frenduerunt, fremuerunt, multipllicati
sunt.