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Hipias Menor

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374 DÚI.

OGOS

negada por Sócrates, primero en el mismo campo en


el que Ripias trataba estos temas, es decir, aportando
un texto del que se pueda inferir lo contrario. Pero a
continuación se entra en una discusión que ya nada
tiene que ver con textos ni personajes literarios. Tras
una serie de razonamientos queda sentado que aquel
que técnicamente es capaz de hacer bien una cosa es,
HIPIAS MENOR
sin duda, el más capacitado para hacerla mal, pues
sólo él, si quiere hacerla mal, la hará mal sin en·or, a
diferencia del inexperto que por casualidad podría ha­
�UDICO, SóCRATES, HIPIAS
cerla bien alguna vez. Extrapolando este razonamiento
al ámbito moral se llegará a decir, en 376b, que c. . es .
l?.UDICO. - Tú, Sócrates, ¿por qué guardas silencio 363a
propio del hombre bueno cometer injusticia voluntaria­ tras esta exposición de Hipias que ha tratado de tantas
mente y del malo, hacerlo involuntariamente•. Aunque, cosas, y no te unes a nuestra alabanza de lo tratado o
como ya se ha dicho, tampoco Sócrates admite esta con­ refutas algo, si crees que no ha sido bien dicho? Sobre
clusión, no lo admite más que por intuición, ya que los todo, cuando nos hemos quedado solos los que preten­
razonamientos, único apoyo de Sócrates en la búsqueda demos especialmente interesarnos en emplear nuestro
de la verdad, le han llevado a esa conclusión. � es tiempo en la filosofía.
la aporía del diálogo: lo que los razonamientos han d� SóeRATBs. -Ciertamente, :eudico 1, hay algunos pun­
mostrado no lo puede admitir una consideración obj� tos, de los que ahora Hipias ha hablado acerca de Ho­
tiva de puro sentido común. Platón se debate aquí toda­ mero, sobre los que yo le preguntarla. En efecto, yo he
vía en los problemas del pensamiento socrático. Se oído decir a tu padre, Apemanto, que la Iliada era un b
mezclan los ámbitos del conocimiento y la moral y poema de Homero más bello que la Odisea, tanto más
prevalece el espíritu dialéctico. bello, cuanto mejor era Aquiles que Odiseo 2• Decía, en
efecto, que los dos poemas habían sido compuestos,
.
el uno en honor de Odiseo, el otro en honor de Aqwles.
NOTA SOBRE EL TEXTO
Sobre este tema, si Hipias está dispuesto a ello, me
gustarla preguntarle qué piensa él de estos dos hom­
La tradoocióo se ha llevado a cabo sobre el texto de BullMBT,
bres, cuál de los dos dice que es mejor, ya que nos ha
Platonis Opera, vol. 111. 1903 (reimpresión, 1974).
expuesto otras muchas ideas de todo tipo sobre los e
poetas y en especial sobre Homero.
BmLIOGRAFtA
1 Budico, hijo de Apemanto, citado a oontin � �u�
ua ón, sin
un ateniense seguidor de Ripias. Aparece tam btén en Hrpras
Véase la indicación bibliográfica en este volumen pág. 147.
Mayor 286b.
2 Aunque es más frecuente decir Ulises que Odiseo, a.mbos
usos son corl'ectos. La forma en esta traducción es Odisco.
3i6 DIÁLOGOS RIPIAS MENOR 377

:e.tro. - E s evidente que Ripias no rehusará respon­ dres. Pero, por otra parte, ¿qué nos dices de Aquiles y
derte, si le preguntas algo. ¿No es cierto, Ripias, que de Odiseo? ¿Quién de los dos dices que es mejor y por
si Sócrates te hace alguna pregunta, tú le responderás? qué? Cuando estábamos ahí dentro muchos y tú esta­
¿O qué harás? bas haciendo tu exposición, perdí un poco tus palabras.
RIPIAS. - Ciertamente, J:!.udico, obraría yo de modo No me atreví a preguntar porque había mucha gente
inconsecuente, si, yendo siempre desde Élide, mi lugar y para no interrumpir tu discurso preguntando. Ahora,
de residencia, a Olimpia 3, a la fiesta solemne de los puesto que somos unos pocos y me invita l!udico a
griegos, cuando se celebran las Olimpíadas, alli en el preguntarte, dinos y explícanos con claridad qué decías e
santuario me ofrezco a ampliar, cuando alguien lo quie- acerca de estos dos hombres. ¿Cómo los juzgas?
d re, lo que he preparado para mi exposición y a contes­ HIP. - Bueno, Sócrates, quiero exponer aún con
tar a lo que cualquiera desee pregunt;yme, y ahora más claridad que antes lo que yo digo acerca de éstos
evitara las preguntas de Sócrates. y de otros. En efecto, afirmo que Homero ha hecho a
364a Sóc. - Gozas de una situación feliz, Hipias, si en Aquiles el más valiente de los que fueron a Troya, a
cada Olimpiada entras en el santuario tan lleno de Néstor el más sabio, y a Odiseo el más astuto.
confianza en la disposición de tu espíritu para la sabi­ S6c. - ¡Vaya, Hipias! ¿Podrlas, por favor, no reírte
duría. Me causaría extrañeza que alguno de los atletas de mí, si comprendo con düicultad lo que dices y te
de ejercicios corporales entrara allf para luchar tan pregunto repetidamente? Intenta contestarme afable y d
confiado y seguro en su cuerpo como tú aseguras que complacientemente.
lo estás en tu mente. HIP. - Sería vergonzoso, Sócrates, que yo enseñe
Hl:P. - E s natural, Sócrates, que tenga esta con­ estas mismas cosas a otros y estime justo recibir dine­
fianza. En efecto, desde que he empezado a concurrir a ro por ello, y ahora, al ser preguntado por ti, no tuviera
Olimpia, nunca he encontrado a nadie superior a mí consideración y no contestara tranquilamente.
en nada. Sóc. -Muy bien. En efecto, yo, cuando decías que
¡, Sóc. - Dices bien Ripias. Tu fama es una ofrenda Homero babía hecho a Aquiles el más valiente, me
de sabiduría para la ciudad de los eleos y para tus pa- parecía que entendfa Jo que decfas, y también que ha­
bía hecho a Néstor el más sabio. Pero, cuando dijiste e
3 Olimpla fue el más afamado santuario de Grecia después que e] poeta había hecho a Odiseo el más astuto, para
del de Delfos. Situado en la región de 1:1Iide, al pie ele Ja colina decirte la verdad, no supe en absoluto qué querías
de Cronos, en el valle del Alfeo. La construcción del santuario decir. Por si partiendo de aquí lo entiendo mejor,
comenzó a mediados del siglo vn a. C. Los famosos juegos
olímpicos, las Olimpíadas, se remontan sin duda hasta finales
dime. ¿No ha hecho Homero a Aquiles astuto?
del segundo milenio a. C. No obstante, su fecha histórica es el HIP. - En absoluto, Sócrates, sino el más simple y
año 776 a. J. en que comienza el registro del vencedor en la veraz. Porque en las Súplicas 4, cuando hace que ha­
carrera y la introducción de la tregua olímpica que debían
blen entre ellos, dice Aquiles a Odiseo:
observar todos los griegos. Al celebrarse regularmente cada
cuatro años, fueron las olimpiadas una base aceptada para la 4Las Súplicas es el nombre dado a una parte del canto IX
fijación cronológica, hasta su definitiva supresión en tiempo
'
de la !lfada.
Odiseo, Ayante y Fénix tratan de apaciguar la ira
del emperador romano Teodosio. de Aquiles.
378 DI.(LOGOS HIPIAS MENOR 379

36Sa «Laertlada s, descendiente de Zeus, Odiseo rico en HIP. -Capaces, afirmo, y en gran medida, para mu­
recursos, es preciso decir las palabras directamente chas cosas y especialmente para engañar a los hombres.
como yo las llevaré a cabo y como pienso que se cum­ Sóc. - Según parece, los astutos con arreglo a tus e
plirdn. Es mi enemigo, como las puertas d�l Hades, el palabras, son capaces. ¿Es así?
b que oculta en la mente una cosa y dice otra. Pero yo HIP. - Sí.
voy a hablar tal como serd realizado.» Sóc. - ¿Los astutos son engañadores por simplici-
dad e insensatez, o bien por malicia e inteligencia?
En estas palabras muestra el modo de ser de cada
HIP. - Por malicia especialmente y por inteligencia.
uno de ellos, cómo Aquiles es veraz y simple, y Odiseo
Sóc.- Luego son inteligentes, según parece.
es astuto y mentiroso. Hace, en efecto, que Aquiles di­
HIP.- Sí, por Zeus, y mucho.
rija estas palabras a Odiseo.
Sóc - ¿Siendo inteligentes, no saben lo que hacen,
.

Sóc. - Ahora ya. Ripias, es probable que entienda


o sí lo saben?
lo que dices. Según parece, llamas al astuto mentiroso.
HIP. - Lo saben muy bien; por eso obran mal.
e HIP.- Exactamente, Sócrates; pues de esta condi­
Sóc. - Si saben lo que saben, ¿son ignorantes o
ción ha hecho Homero a Odiseo en muchas partes de
conocedores?
la Ilíada y de la Odisea.
HIP. - Conocedores, en efecto, al menos respecto a 366a
Sóc. - Luego, según parece, para Homero una cosa
eso, a engañar.
era el hombre veraz, y otra distinta, pero no la mis­
Sóc.- Veamos, pues. Recapitulemos lo que dices.
¿Afirmas que los mentirosos son capaces, inteligentes,
ma, el hombre mentiroso.
HIP. - ¿Cómo no va a ser así, Sócrates?
conocedores y hábiles para aquello para lo que son
Sóc. - ¿Piensas tú lo mismo, Hipias? mentirosos?
RIP. - Sin ninguna duda. Sería extraño que no lo
HIP. - Lo afirmo, ciertamente.
pensara. Sóc. - ¿Los veraces y los mentirosos son individuos
Sóc.- Pues bien, dejemos a Homero, puesto que es
distintos, incluso muy contrarios unos a otros?
d imposible preguntarle qué pensaba al escribir estos
HIP. - Eso digo.
Sóc. - Veamos; resulta que, según tus palabras, los
versos. Pero tú, puesto que parece que aceptas su cau­
sa y que estás de acuerdo con lo que afirmas que Ho­
mentirosos son personas capaces y hábiles.
mero dice, contesta conjuntamente en nombre de
HIP. - Sin duda.
Homero y en el tuyo.
Sóc.- Cuando dices que los mentirosos son capaces b
HIP. - Así será, pero pregunta con brevedad lo que
y hábiles, ¿acaso dices que son capaces, si quieren, de
quieras.
engafiar en aquello en lo que engafian, o bien que no
Sóc.- ¿Dices que los mentirosos son incapaces de
s'on capaces?
hacer algo, como los enfermos, o bien que son capaces?
HtP. - Que son capaces.
Sóc.- Para decirlo sumariamente; los mentirosos
5 Laertfada, hijo de Laertes, que era el padre de Odiseo.
son los capaces y hábiles para mentir.
El trozo citado son los versos 308·314 del indicado canto IX
de la /liada. HIP. - Sí.
380 DIÁLOGOS HIPrAS MBNOR 381

Sóc. -Luego un hombre sin capacidad para mentir te, a causa de no saber, y que tú, en cambio, que eres
e ignorante no podría ser mentiroso. sabio, si quisieras mentir, mentirfas siempre del mismo
HrP. -Así es. modo?
Sóc. -Así pues, es capaz el que hace lo que quiere HIP . - Asf es, como tú dices.
e cuando quiere; no hablo de los impedidos por enfer­ Sóc. - ¿El mentiroso es mentiroso respecto a las
medad o causas semejantes. Tú eres capaz de escribir otras cosas, pero no respecto al número, y no podría
mí nombre cuando quieras; estas situaciones son las decir mentira al calcular?
que yo digo. ¿No llamas tú capaz aJ que es así? HIP. - También, por Zeus, respecto al número.
HIP. - Sí. Sóc. - Por tanto, pongamos este supuesto, Hipias,
Sóc. - Dime, Hipias: ¿no eres tú experto en cuen tas que un hombre puede ser mentiroso respecto al cálculo b
y en cálculo? y al número.
HIP. - Más que nadie, Sócrates. HIP. - Sí.
Sóc. - ¿No es cierto que, si alguien te preguntara S�c. - ¿Quién sería este hombre? ¿No es necesario
qué cifra dan setecientos por tres, tú podrías, si quisie­ que él tenga la condición de ser capaz de mentir, si va
d ras, decir la verdad sobre esto con rapidez y exactitud? a ser mentiroso, según tú convenías hace un momento?
HIP. - Ciertamente. Pues, si te acuerdas, dijiste que el incapaz de mentir
Sóc. - ¿Acaso porque eres el más capaz y el más no podría nunca ser mentiroso.
hábil en esto? HIP. - Sf me acuerdo y así se dijo.
HIP. - Sí. Sóc . - ¿No es cierto que hace un momento te has
Sóc. - ¿Acaso eres el más hábil y el más capaz so­ manifestado como el más capaz de mentir respecto a
lamente, o también, el mejor, en lo que eres el más cuentas?
capaz y el más hábil, en el cálculo? HIP - Sí, también se di
. jo eso.
HIP.- También el mejor, Sócrates. Sóc. - ¿No eres tú también el más capaz de decir e
Sóc. - Tú podrías decir la verdad sobre esto con la 1a verdad respecto a cuentas?
mayor capacidad. ¿No es asf? HIP Ciertamente.
HIP. -Así lo pienso.
. -

Sóc. - ¿Luego un mismo hombre es capaz de decir


e Sóc.- ¿Y la mentira acerca de estas mismas cosas? la mentira y la verdad respecto a cuentas? �te es el
Respóndeme. Hipias, honrada y generosamente, como apto con respecto a ello, es el experto en cálculo.
hasta ahora. Si alguien te pregunta cuánto dan sete­
HIP - Si.
cientos por tres, ¿serías tú el que mintiera con más
.

cuentas, Hipias, ¿quién será


precisión y mantuviera la mentira sobre este punto, si
Sóc.- Respecto a
mentiroso sino el apto? En efecto, éste es también ca­
quisieras mentir y no responder nunca la verdad o
paz; éste es también veraz.
367a bien sería el ignorante en cuentas el que si lo q�ie­
ra, podria mentir mejor que tú? ¿No es más cierto HIP. -Así parece.
que el ignorante, aun queriendo decir la mentira, mu­ Sóc. - ¿Ves que, respecto a esto, la misma persona
chas veces díría, por azar, la verdad involuntariamen- es mentirosa y veraz y que no es mejor el veraz que el
382 DIÁLOGOS BIP1AS MENOR

d mentiroso? En efecto, son la misma persona y no son HIP. - Parece que sí.
totalmente contrarios, como tú creías ahora mismo. Sóc. - Ea, Ripias, examina libremente de esta ma­
HJP. - No lo parecen, partiendo de eso. nera todas las ciencias y mira si alguna es de otro
S6c. - ¿Quieres, entonces, que lo examinemos en modo. Tú eres con mucho el hombre más sabio en la b
otro caso? mayor parte de ellas, según te oí yo ufanarte una
HIP. - Si es tu deseo. vez en el ágora. en las mesas de los cambistas, cuando
Sóc. - ¿Es cierto que tú también eres experto en exponías tu envidiable y gran sabiduría. Decías que
geometría? en cierta ocasión te presentaste en Olimpia Y que era
HIP.- Ciertamente. obra tuya todo lo que llevabas sobre tu cuerpo. En pri­
Sóc.- Bien. ¿No es también así en geometría? Un mer lugar, que el anillo -por ahí empezaste- era obra
mismo individuo, el geómetra, es el más capaz de men­ tuya porque sabias cincelar anillos; que también el e
tir y de decir la verdad respecto a las figuras. sello era obra tuya, y asimismo el cepillo y el recipiente
HIP. - Sí. del aceite que tú mismo habías hecho, después decías
Sóc. - ¿Respecto a este objeto es éste el experto o que el calzado que llevabas lo habías elaborado tú
lo es algún otro? mismo y que habías tejido tu manto y tu túnica. Lo
e HIP. - Ningún otro. que les pareció a todos más asombroso y muestra de
S6c. - ¿No es cierto que el geómetra experto y tu mucha habilidad fue el que dijeras que habías tren­
sabio es el más capaz para estas dos cosas y que, si zado tú mismo el cinturón de la túnica que llevabas,
alguien puede engañar con respecto a las figuras, es que era igual a los más lujosos de Persia. Además de d
éste, el experto? En efecto, éste es capaz, y el mal geó­ esto, llevabas poemas, epopeyas, tragedias y ditiram­
metra es incapaz de engañar. Por consiguiente, no pue­ bos; y en prosa habías escrito muchos discursos de las
de ser mentiroso el que no es capaz de mentir, según más variadas materias. Respecto a las ciencias de que
hemos acordado. yo hablaba antes, te presentabas superando a todos,
IIIP. -Así es. y también, respecto a ritmos, armonías y propiedades
S6c. -Examinemos aún un tercer caso, el del astró­ de las letras, y a otras muchas cosas además de éstas,
nomo, en cuya ciencia tú crees que eres más entendido según creo recordar. Por cierto, se me olvidaba la
368a aún que en las anteriores. ¿Es así, Hipias? mnemotecnia, invención tuya, según parece, en la que
HIP. - Sí.
tú piensas que eres el más brillante. Creo que se me
olvidan otras muchas cosas. Pero, como digo, ponien- e
Sóc. - ¿Acaso no es lo mismo en astronomía?
HIP. - Es probable, Sócrates. d.o la mirada en las ciencias que tú posees -muy nu­
merosas-- y en las de otros, dime si, de acuerdo con
S6c. - Luego también en astronomía, si alguien es
mentiroso, el buen astrónomo lo será más; él es capaz
lo convenido por ti y por mí, encuentras alguna en la
de mentir; no el incapaz, pues es ignorante.
que el que dice la verdad y el que miente sean dos per­
sonas distintas y no la misma persona. Examina esto
HIP. - Así parece.
Sóc. - Por tanto, también en astronomía la misma
en la clase de sabiduría que tú quieras o de destreza
persona es mentirosa y veraz.
384 DIÁLOGOS HIPJ.AS MENOR 385

369a o como te guste llamarlo; no la encontrar'c:tS, amigo, que se dice, a fin de aprender. Si el que habla me
porque no la hay. Con todo, cilla tú. parece de poco valer, ni insisto en mis preguntas ni
IIIP. - No puedo, Sócrates, al menos por ahora. me intereso por lo que dice. En esto reconocerás a los
S6c. - Ni podrás, según creo. Si yo digo la verdad, que yo considero sabios; encontrarás que soy insis­
¿tienes presente lo que resulta del razonamiento, tente sobre lo que dicen y que interrogo para aprender e
Ripias? y sacar provecho. En efecto, al hablar tú ahora me
HIP. - No tengo muy en la mente lo que dices, Só­ he dado cuenta de que en los versos que tú citabas,
crates. mostrando que Aquiles se dirige a Odiseo como si éste
Sóc. - Porque quizá ahora no utilizas la mnemo­ fuera un charlatán, me resulta extraño que tú tengas
tecnia; sin duda, no lo crees necesario. Yo te lo recor­ razón, porque Odiseo, el astuto, en niguna parte apa-
daré. ¿Sabes que tú dedas que Aquiles era veraz y rece mintiendo, en cambio Aquiles se muestra astuto, 370a
b Odiseo, mentiroso y astuto? ' como tú dices. En todo caso, miente; habiendo dicho
HIP. - Sf. estos versos que tú citabas antes:
S6c.- ¿Te das cuenta de que ahora han resultado
cEs mi enemigo como las puertas del Hades el que
ser la misma persona el mentiroso y el veraz, de mane­
oculta en la mente una cosa y dice otra» 6,
ra que si Odiseo era mentiroso, venía a ser también
veraz; que si Aquiles era veraz, también era mentiroso, dice, poco después, que no le convencerán Odiseo y b
y que no son diferentes ni contrarios estos hombres, Agamenón y que de ningún modo se quedará en Troya,
sino semejantes? sino que:
IIIP. - Sócrates, tú siempre trenzas razonamientos
de este tipo; tomas separadamente lo más capcioso de «Mañana, dice él, tras haber hecho los sacrificios a
la argumentación, te aferras a ello, tratas el asunto en Zeus y a todos los dioses, habiendo cargado bien las
e pedazos y no discutes en su totalidad el tema del razo­ naves y haciéndolas arrastrar7 al mar, verás, si quib
namiento. Pues, ahora, si tú quieres, yo te demostraré res y te interesa esto, navegar muy de mañana hacia
con muchos testimonios y con razonamiento apropiado el Helesponto, rico en peces, mis naves y, en ellas, a
qlle Homero ha hecho a Aquiles mejor que a Odiseo e mis hombres afanosos de remar. Si el glorioso Enosi- e

incapaz de mentir; y que al otro, en cambio, lo ha he­ geo 8 nos concede buena navegación, al tercer día po­
cho falso, muy mentiroso e inferior a Aqlliles. Por tu dría llegar yo a la fértt1 Ptía» 9•
parte, si quieres, contrapón discurso a discurso dicien­
do que Odiseo es mejor; así éstos tendrán más ele­
6 Son los versos 357-363 del canto IX de la !liada.
mentos de juicio sobre qllién de los dos habla mejor. 7 Las naves se sacaban a tierra por medio de rodillos para
d S6c. - Ripias, yo no discuto que tú seas más sabio evitar daiios en la madera. Alrededor de sus tiendas y sus
que yo. Tengo siempre la costumbre, cuando alguien naves vivian los guerreros y sus jefes.
8 Enosigeo es un epíteto de Posidón, csacudidor de la
habla, de prestarle mi atención, especialmente cuando
tierra•.
el que habla me parece sabio, y, en mi deseo de com­ 9 Ptía es la patria de Aquiles, en el valle del . Esperquio, en.
prender lo que dice, ..averiguo, reexamino, comparo lo el Noroeste de Grecia.

37.-25
386 DLÚ.OGOS RIPIAS MENOR 387

Incluso, antes de esto, cuando injuriaba a Agame­ bras vanas, y esto, hasta el punto de que se atreve a
nón, dijo: contradecirse delante de Odiseo, sin que éste lo advier­
ta. Odiseo, al menos, parece que le habla sin darse b
•Ahora me voy a ir a Ptía, puesto que es mucho cuenta de que Aquiles miente.
mejor ir a casa con las curvas naves; no pienso estar
Hn>. - ¿Qué estás diciendo, Sócrates?
d aquf sin honores y amontonar para ti caudal y ri­
queza» Io. Sóc.- ¿No sabes que, después de haber dicho a
Odiseo que levaría anclas con la aurora, no le dice a
Tras haber dicho estas palabras, las unas, en pre-­ Ayante que levará anclas sino otra cosa distinta?
sencia de todo el ejército, las otras, ante sus compafie.­ HIP. - ¿En qué lugar?
ros, en ninguna parte se le ve ni prepararse ni intentar
Sóc. - Cuando dice:
echar las naves al mar con la intención de regresar a
su casa, sino que desprecia, con la mayor tranquilidad, «No me inquietaré por el sangriento combate hasta
el decir la verdad. Asi pues, Hipias, te preguntaba yo que el hijo del prudente Priamo, el divino Héctor, e
desde el principio, porque no sabía a cuál de estos dos llegue a las tiendas y a las naves de los Mirmidones
e hombres babia hecho mejor el poeta, y porque consi­ matando Argivos, e incertdie con fuego las naves. Jun­
deraba que los dos eran excelentes y que es difícil to a mi tienda y mi negra nave pienso contener a
discernir quién de ellos era mejor en cuanto a verdad y Héctor, aunque esté ansioso de combate» u.
engaño u otra cualidad. En efecto, con relación a esto
los dos eran casi iguales. ¿Acaso crees tú, Hipias, que el hijo de Tetis 12, educado
HIP. - No lo juzgas bien, Sócrates. Es evidente que, además por el muy sabio Quirón u, era tan olvidadizo
cuando Aquiles no dice la verdad, no miente con pre­ como para que él mismo, tras haber vituperado con la d
meditación, sino involuntariamente, y que se ha visto máxima censura a los que hablan a la ligera, manifes­
obligado a quedarse y a prestar auxilio a causa del tara inmediatamente a Odiseo que pensaba regresar y
revés del ejército; en cambio, cuando Odiseo no dice a Ayante que pensaba quedarse? ¿No crees que lo hizo
la verdad, lo hace voluntariamente y con intención. intencionadamente y creyendo que Odiseo era un hom­
Sóc. - Me engañas, querido Hipias, e imitas tú mis­ bre ingenuo al que él superarla con esta habilidad y
mo a Odiseo. con no decir la verdad?
371a IIIP. - De ningún modo, Sócrates. ¿Qué intentas Hl:P.- No me parece a mí así, Sócrates, sino más
decir y con respecto a qué? bien que dejándose llevar por su falta de doblez, dice e
Sóc. - Porque dices que Aquiles no miente con m.
tendón, un hombre que según lo representa Homero,
u Son los versos 650-655 del canto IX de la IUada.
además de hablar a la ligera, era tan charlatán e insi­
12 Tetis, una de las nereidas, madre de Aquiles.
dioso que incluso parece sentirse superior a Odiseo en
13 Platón sigue la tradición al hacer de Quirón el educador
cuanto a que éste no se dé cuenta de que é l dice pala- de Aquiles, en tanto que Homero sólo le asigna la parte corres­
pondiente a la medicina dejando a Fénix el resto de su edu­
lO En el canto I de la Ilúula, versos 169-171. cación.
388 DIÁLOGOS IJIPIAS MENOR 389

una cosa a Ayante y otra a Odiseo. En cambio, Odiseo, sabio al que me ha enseñado, dando a conocer lo que
cuando dice la verdad, lo hace con una intención, y lo aprendí de él. Y por cierto, tampoco ahora estoy de
mismo cuando miente. acuerdo con lo que tú dices, sino que discrepo total- d
Sóc. - L).lego es mejor, según parece, Odiseo que mente. Sé muy bien que esto es por mi causa, porque
Aquiles. soy como soy, para no decir de mí nada grave. En
HIP. - De ningún modo, Sócrates. efecto, Hipías, a mí me parece todo lo contrario de lo
Sóc. - ¿Qué, entonces? ¿No ha resultado antes que que tú dices; los que causan dafio a los hombres, los
los que mienten voluntariamente son mejores que los que hacen injusticia, los que mienten, los que engañan,
que lo hacen sin querer? los que cometen faltas, y lo hacen intencionadamente
HIP. - ¿Cómo es posible, Sócrates, que los que co­ y no contra su voluntad, son mejores que los que lo
meten injusticia voluntariamente, los que maquinan hacen involuntariamente. Algunas veces, sin embargo,
372a asechanzas y hacen mal intencionadamente sean me­ me parece lo contrario y vacilo sobre estas cosas, evi­
jores que los que no tienen esa intención? Me parece dentemente porque no sé. Ahora, en el momen1o pre- e
que merece excusa quien comete injusticia o miente o sente, me ha rodeado una especie de confusión y me
hace algún otro mal sin darse cuenta. También las parece que los que cometen falta en algo intencionada­
leyes, por supuesto, son mucho más severas con los mente son mejores que los que lo hacen involuntaria­
que hacen mal o mienten intencionadamente, que con mente. Hago responsables del estado que ahora padez-
los que lo hacen sin intención. co a Jos razonamientos precedentes, de manera que
Sóc. - ¿Ves tú, Ripias, que digo la verdad al afirmar ahora, en este momento, los que hacen cada una de
que yo soy infatigable en las preguntas a los que sa- estas cosas involuntariamente son peores que los que
b ben? Es probable que no tenga más que esta cualidad las hacen intencionadamente. Así pues, hazme esta gra-
buena y que las otras sean de muy poco valor; en cia y no rehuses curar mi alma, pues me harás un bien
efecto, me extravío al buscar dónde están los cosas y mucho mayor librándome el alma de la ignorancia que 373a
no sé de qué manera son. Una prueba de ello, suficien­ el cuerpo de una enfermedad. En todo caso, me antici-
te ·para mí, es que, cuando estoy con alguno de vos­ po a decirte que no me vas a curar si tienes la inten-
otros, los bien considerados por una sabiduría de la ción de pronunciar un largo discurso, pues no sería
que todos los griegos darían testimonio, se hace visible capaz de seguirte. En cambio, si estás dispuesto a res­
que yo no sé nada. Pues, por así decirlo, no coincido en ponderme como hasta ahora, me ayudarás mucho, y
e nada con vosotros; por tanto, ¿qué mayor prueba de creo que tampoco te hará dañ.o a ti. Es justo que te
ignorancia existe que discrepar de los hombres que sa­ llame en mi ayuda 14, hijo de Apemanto, pues tú me
ben? En cambio, tengo una maravillosa compensación animaste a dialogar con Hipias. También ahora tú, si
que me salva : no me da vergüenza aprender, sino que Ripias no quiere responder, pídeselo por mí.
me informo, pregunto y quedo muy agradecido al que
me responde y nunca privé a nadie de mi agradeci­
14 Se simula una resistencia de Hipi as a seguir la conver­
miento, jamás negué haber aprendido algo haciendo
sación. En vista de ello, Sócrates le pide a :t;:udico que persuada
de ello una idea original mía. Al contrario, alabo como a Hipias a continuar.
390 DIÁLOGOS BIPIAS MENOR 391

EUD.- Pero creo yo, Sócrates, que Hipias no tiene HIP. - ¿Qué otra cosa va a ser?
l1 necesidad de nuestro ruego. No iban por ahí las pala­ S6c.- ¿Quién es mejor corredor, el que corre des­
bras que nos anticipó, sino más bien hacia que no pacio intencionadamente o el que lo hace contra su
evitaría las preguntas de nadie. ¿Es así, Hipias? ¿No voluntad?
es eso lo que decías? H.IP. - El que lo hace intencionadamente.

HIP. - Sí, ciertamente. Pero, Eudico, Sócrates siem­ S6c. - ¿Correr no es hacer algo?
pre embrolla las conversaciones y parece como si tra­ HIP. - Lo es. en efecto.
tara de obrar con mala intención. Sóc.- Si es hacer algo, ¿no es también ejecutar
S6c. - Mi buen Ripias, no hago eso intencionada­ algo?
HIP. - Sí. e
mente, pues sería sabio y hábil, según tus palabras,
sino que lo hago involuntariamente, de modo que per­ Sóc.- ¿El que corre mal ejecuta esto en la carrera
dóname. En efecto, tú dices que se debe excusar al que mal y de modo feo?
hace daño involuntariamente. HIP. - Mal, con certeza.
e :euo. - No lo hagas de otro modo, Hipias, sino que, S6c. - ¿El que corre lentamente corre mal?
por nosotros y por las palabras que antes dijiste, con­ HIP. - Sí.
testa a lo que te pregunte Sócrates. S6c. - ¿No es cierto que el buen corredor ejecuta
HIP. - Responderé, puesto que me lo pides tú. Bien, esto, que es malo y feo, intencionadamente, y el mal
pregunta lo que quieras. corredor, involuntariamente?
S6c. - Deseo vehementemente, Hipias, examinar lo HIP. - Así parece.
que ahora hemos dicho: si son, en verdad, mejores Sóc. - ¿Luego en la carrera el que ejecuta cosas
los que cometen faltas intencionadamente, que tos que mal hechas involuntariamente es peor que el que las
lo hacen involuntariamente. Pienso que para este exa­ ejecuta voluntariamente?
men procederíamos adecuadamente de este modo. Asf HIP. - En la carrera. al menos, st
pues, contéstame: ¿dices que hay algún corredor S6c. - ¿Y en la lucha? ¿Es mejor luchador el que 374a
bueno? cae voluntariamente, o el que cae involuntariamente?
HIP. - Sí, ciertamente. HIP. - El que cae voluntariamente, según parece.
d Sóc. - ¿Y mato? Sóc.- ¿Es peor y más feo en la lucha caer, o de­
HrP. - Sí. rribar?
S6c. - ¿No es bueno el que corre bien y malo el que IIIP. -Caer.
corre mal? S6c. - ¿Luego también en la lucha el que ejecuta
HIP. - Sí. actos malos y feos voluntariamente es mejor luchador
S6c . - ¿El que corre despacio corre mal y el que que el que Jos ejecuta involuntariamente?
corre deprisa corre bien? HIP. -Así p arece.
HIP. -Sí. Sóc. - ¿Y en todos los otros ejercicios del cuerpo?
S6c.- ¿Luego en la carrera y en el correr, la rapi­ ¿No es cierto que el mejor respecto al cuerpo es capaz
dez es lo bueno y la lentitud lo maJo? de realizar ambas clases de cosas, las fuertes y las
lllPIAS MBNOR 393
392 DIÁLOGOS

b débiles, las feas y las bellas, de forma que, cuando en Sóc. - ¿Luego consideras tú que los órganos tuyos

lo que concierne al cuerpo se realizan cosas mal he­ que trabajan mal voluntariamente son mejores que los

chas, el mejor respecto al cuerpo las realiza voluntaria­ que lo hacen involuntariamente?

mente, y el peor involuntariamente? HIP. - Sí, son mejores.


HrP. - Parece que es así en lo referente a la fuerza. Sóc. - Por tanto, una sola afirmación abarca todo

Sóc. - ¿ Y en cuanto a la buena apariencia, Hipias? esto: no es deseable poseer, porque son malos, los

¿No es propio del mejor cuerpo tomar las posturas feas oídos, las narices, la boca y todos los órganos de los

Y malas voluntariamente, y es propio del peor cuerpo sentidos que trabajan mal involuntariamente; en cam- e

tomarlas involuntariamente? ¿Cómo piensas tú? bio, es deseable poseer, porque son buenos, los que lo

HIP. - Asi. hacen voluntariamente.

Sóc. Luego también la mala apariencia, cuando HIP. -Así me lo parece.


el uso de qué instrumentos es mejor, el
-

e es voluntaria, proviene de la perfección del cuerpo, y Sóc.- ;, Y

cuando es involuntaria, proviene de la imperfección. de aquellos con los que se trabaja mal voluntariamente

HrP. -Así parece. o el de aquellos con los que se trabaja mal involun­
tariamente? Por ejemplo, ¿es mejor un timón con el
Sóc. - ¿Qué dices respecto a la voz? ¿Cuál dices que
es mejor, la que desentona voluntariamente o la que lo que se pilota mal sin quererlo o uno con el que s e
hace mal queriéndolo?
hace involuntariamente?
1-IrP. -La que desentona voluntariamente. HIP. - Aquel con el que se hace mal queriéndolo.
Sóc.- ¿No son lo mismo un arco, una Jira, una
Sóc.- ¿Es inferior la que desentona involuntaria-
flauta y todas las demás cosas?
mente?
HrP. - Sí. HIP. -Dices la verdad.
Sóc. - ¿La condición natural de un caballo con el 375a
Sóc. - ¿Qué preferirías tener, lo bueno o lo malo?
que se cabalga mal voluntariamente es mejor que la de
HIP. -Lo bueno.
aquel con el que se hace mal esto involuntariamente?
Sóc. - ¿Preferirías tener unos pies que cojearan
HIP. - Seguramente.
voluntariamente, o involuntariamente?
S'Oc. - Entonces, es mejor.
HIP. - Voluntariamente.
Hn•. - Si.
d Sóc. - ¿No es la cojera un defecto y una mala apa·
Sóc. - Así pues, con un caballo de buena condición
riencia?
se podría intencionadamente realizar las obras propias
HIP. - Sí.
de esta buena condición en sentido contrario; en cam­
Sóc - ¿ Y la miopía, no es un defecto de los ojos?
.

bio, con el de mala condición natural se realizan éstas


HIP. - Sí.
involuntariamente.
Sóc. - ¿Qué ojos querrías tú poseer y tener contigo,
HIP. - Sin duda.
aquellos con los que voluntariamente ves poco y con
Sóc.- ¿No sucede lo mismo con la condición na­
estrabismo, o los ojos con los que esto sucede involun­
tural del perro y con la de todos los otros animales?
tariamente?
HIP. - Sí.
HrP. - Los ojos con los que voluntariamente.
394 DIÁLOGOS HIPIAS MENOR 395

Sóc. - ¿Y qué, entonces? ¿El alma de un arquero HIP. - Sería horrible, Sócrates, que los que obran
es mejor si yerra el blanco voluntariamente, o si yerra mal voluntariamente fueran mejores que los que obran
involuntariamente? mal contra su voluntad.
b HIP. - Si yerra voluntariamente. Sóc. - Sin embargo, asf resulta de lo que hemos
Sóc. - ¿Luego es ésta mejor para el tiro al arco? dicho.
HIP. - Sí. HrP. - No, ciertamente, para mí.
Sóc. - ¿Entonces, el alma que yerra involuntaria­ Sóc. - Yo creía, Hípias, que también te parecía a
mente es peor que la que yerra voluntariamente? ti así. Pero respóndeme de nuevo. ¿No es la justicia
HIP. - Al menos, en el tiro al arco. una fuerza o una ciencia, o bien lo uno y lo otro jun­
Sóc. - ¿Y en la medicina? ¿No es más conocedora tos? ¿O no es necesario que la justicia sea una de estas
de la medicina el alma que hace mal a los cuerpos cosas?
voluntariamente? HIP. - Sí es necesario.
HIP. -Sí. Sóc. - ¿No es cierto que, si la justicia es una fuerza e
Sóc. - Luego, en este arte, ésta es mejor que la que del alma, el alma más fuerte es más justa? En efecto,
no lo l1ace voluntariamente. un alma así nos ha resultado ser mejor, amigo mío.
HIP.- Sí, es mejor. HIP. -Sí.
e S6c. - ¿Qué, pues? Del mismo modo lo es la más Sóc. - ¿Y si es una ciencia? ¿No es más justa el
conocedora del arte de tocar la cítara y del arte de alma más sabia, y es menos justa la menos sabia?
tocar la flauta; y respecto a todas las artes y conoci­ HIP. - Así resulta.
mientos, ¿no es mejor la que voluntariamente hace las Sóc. ¿No es cierto que la más fuerte y la más
-

cosas mal y torpemente y comete errores, y es peor la sabia ha resultado ser mejor y más capaz de realizar
que hace esto involuntariamente? ambas cosas, lo bueno y lo malo, en cualquier activi- 376a
HIP. - Así parece. dad?
Sóc. - Pero, ciertamente, preferiríamos como almas HIP. -Sf.
de los esclavos las que cometen errores y obran mal Sóc. - Luego cuando realiza lo feo, lo realiza vo­
voluntariamente, más bien que las que hacen esto in­ luntariamente por su fuerza y por su arte; esto parece
voluntariamente, en la idea de que son mejores para ser propio de la justicia: o bien lo bueno y lo malo,
esto. o una sola de estas dos cosas.
HIP. - Sí. HIP. - Parece que sí.
Sóc. - Y nuestra propia alma, ¿no quisiéramos que Sóc. - Y el cometer injusticia es hacer mal, y no
cometerla es hacer bien.
fuera lo mejor posible?
HIP. - Sí.
HIP.- Sí.
Sóc.- ¿No es cierto que el alma más fuerte, cuando
d Sóc. - ¿No es cierto que será mejor, si obra mal y comete injusticia, lo hace voluntariamente y la mala,
comete errores voluntariamente, que si lo hace invo­ involuntariamente?
luntariamente? HIP. - Así parece.
396 DIÁLOGOS

b Sóc. - ¿No es un hombre bueno el que tiene un


alma buena, y es malo el que la tiene mala?
HIP. - Sí.
Sóc.- Luego es propio del hombre bueno cometer
injusticia voluntariamente y del malo, hacerlo involun­
tariamente, si, en efecto, el hombre bueno tiene un
alma buena.
HIP. - Pero, ciertamente, la tiene.
Sóc. -Luego el que comete errores voluntariamente
y hace cosas malas e injustas, Ripias, si este hombre
existe, no puede ser otro que el hombre bueno.
HIP. - No me es posible admitir eso, Sócrates.
S6c. - Tampoco yo puedo admitirlo, Ripias, pero
necesariamente nos resulta así ahora según nuestro
e razonamiento. Pero, como decía antes, yo ando vaci­ HIPIAS MAYOR
lante de un lado a otro respecto a estas cosas y nunca
tengo la misma opinión. Y no es nada extraño que ande
vacilante yo y cualquier otro hombre inexperto. Pero
el que también vosotros, los sabios, vaciléis, esto es ya
tremendo pan nosotros, que ni siquiera dirigiéndonos
a vosotros vamos a cesar en nuestra vacilación.

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