Procesal Penal
Procesal Penal
Procesal Penal
Tradicionalmente el Sistema Penal se lo piensa integrado, desde el punto de vista normativo, por
el derecho constitucional, el derecho penal, derecho procesal penal y el derecho penitenciario.
Desde el punto de vista funcional, el Sistema Penal es entendido como un medio de evitar la
violencia social (o minimizarla), de proteger a la sociedad del conflicto y preservar los intereses
y bienes jurídicos más preciados de los seres humanos.
Ese control social ejercido a través del derecho penal y reconocido como tal, debe y puede ser
ejercido eficazmente sin lesionar los derechos humanos que los sujetos a él sometidos
directamente o indirectamente, pues estos son los ciudadanos que gozan de las garantías
establecidas para someterse a ese control social.
Repercusiones en el Derecho Penal Sustantivo
El Derecho Penal como forma de control social, entra en función y adquiere razón de ser cuando
se prohíbe a los miembros de la sociedad, desviar su conducta, y reaccionar directamente contra
la conducta agraviada. Siendo el Estado el único competente para enjuiciar conductas tipificadas
como ilícitos, aplicar las sanciones correspondientes y ejecutar las penas por medio del Órgano
Administrativo o Judicial encargado para ello.
El Derecho Penal moderno informado por ideas humanistas y democráticos ha postulado el
principio de “mínima intervención” el cual propone al Sistema Penal como un último reducto del
Control Social y sea la extrema reacción de la que se puede y se debe valer el Estado, para
prevenir, controlar y sancionar las conductas ilícitas.
Este es un postulado del Derecho Penal de mucha importancia pues lleva implícita la idea de ser
más respetuosos de los derechos humanos, al pretender reducir la intervención en los conflictos
innecesarios que pueden tener otra alternativa y lograr un importante descongestionamiento
penitenciario.
Repercusiones en el Derecho Penal Adjetivo.
En el proceso penal es donde se manifiesta si un Sistema Judicial es consustancial y respetuoso
de los Derechos Humanos, dado que el ciudadano que es llevado a juicio debe contar con las
garantías constitucionales de un debido proceso y sólo puede ser declarado culpable después de
un proceso tramitado con arreglo a esas garantías.
El imputado se ve amparado en el juicio por el Principio de Culpabilidad (NULLA POENA
SINE CULPA) que significa que la pena sólo puede fundarse en la constatación de que puede
reprochársele el hecho de que se le imputa y del Principio de Inocencia, conforme al cual ese
imputado de un ilícito penal debe ser considerado inocente mientras no exista sentencia
condenatoria firme en su contra.
Ésta última y otras garantías básicas se encuentran consagradas en instrumentos internacionales
entre los cuales cabe destacar La Convención Americana Sobre Derechos Humanos (Pacto de
San José de Costa Rica) de cual Honduras es parte.
La Libertad durante el Proceso Penal
El hombre necesita su libertad para desenvolverse plenamente, siendo la libertad la esencia de
todo ser humano, por tanto, él requiere para su autodeterminación individual, la preservación y
respetado de cierta esfera de intangibilidad para que el valor contenido en el derecho libertad no
se le desfigure en su contenido esencial por intervención del Estado o particulares.
Consecuente con el derecho a la libertad personal, el ciudadano debe contar con la defensa del
ordenamiento jurídico frente a la intervención del Estado en el proceso penal, asegurándole todas
las garantías procesales para su detención, determinación de plazos máximos de incomunicación,
medios para su defensa, etc., pues nadie puede ser privado de su libertad si no es con la
observación de determinados requisitos previamente fijados en la Constitución y la Ley.
Es en el proceso penal donde más se lesiona el derecho a la libertad, algunas veces
innecesariamente y cuando ya no es pertinente para los fines del proceso, podemos definir la
prisión preventiva, como la privación de libertad ordenada antes de la existencia de sentencia
firme, por el tribunal competente, basada en el peligro de fuga para pretender evadir el juicio oral
o en el peligro de poder obstaculizar la averiguación de la verdad.
La prisión preventiva debe verse como la excepción y no como la regla en el proceso, esto debe
entenderse así precisamente por que el proceso penal trata de que la persecución se desarrolle
dentro del respeto a los derechos humanos, para esto deben existir mecanismos que garanticen
que se respetará el debido proceso, cuando se decrete encarcelamiento ya sea preventivo o en
cumplimiento de una pena privativa de libertad, si no es así, tendríamos un Estado
Las garantías representan las seguridades que se otorgan para impedir que el goce efectivo de
esos derechos sea conculcado por el ejercicio del poder estatal, ya en forma de limitación de ese
poder o de remedio específico para repelerlo (Ej. CN: Art. 94).
En este sentido puede decirse que ningún habitante de la nación puede ser penado sin juicio
previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o
sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado
a declarar contra si mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente.
Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable
(Arts. 82,84,88,89,90,94,95,99 de la Constitución de Honduras).
Defensa En Juicio. Artículo 82 Constitucional.
Se puede sostener que la inviolabilidad de la defensa en juicio es la garantía procesal más
genérica e intensa de la Constitución, constituye el centro del sistema de garantías
constitucionales.
Está directamente vinculado y apuntalada por el juicio previo y el juez natural (Arts. 82, 90 y 94
CR), constelación de garantías que configuran el debido proceso legal.
El art. 82 de la Constitución declara enfáticamente que es inviolable la defensa en juicio. Se
refiere a la defensa de la persona y de los derechos, comprendiendo no sólo el procedimiento
penal, sino también el extra pena (civil, laboral, administrativo), aunque existen mayores
exigencias para el procedimiento penal que para los demás, en razón de la mayor importancia
política del proceso penal que actúa un derecho sancionador.
La inviolabilidad de la defensa en juicio se le garantiza a toda persona que hace valer
suspretensiones ante un tribunal de la República, sea que lo realice como actor penal o civil actor
penal privado, querellante particular, o como demandado civilmente o
acusado penalmente.
El actor penal público (Ministerio Público) actúa por expropiación
de los derechos de la víctima del delito de acción penal pública y sometido a las reglas propias
del organismo estatal (Ley Orgánica del Ministerio Público), por lo que susfacultades y deberes
no se identifican con los que surgen constitucionalmente para el
particular (parte privada) en juicio.
Defensa en Juicio
Cláusula constitucional se refiere a la defensa en el juicio, es decir que presupone el proceso
regular y legal en el cual no puede condenarse a quien no ha sido oído.
En ese proceso ante el juez natural está en juego la defensa de la persona y de los derechos, lo
que comprende tanto la que proviene directamente del sometido a proceso (activa o pasivamente)
como la de su asistente jurídico.
Ello se concretiza a través de diversas manifestaciones del derecho de defensa en juicio, que
pueden exponerse del siguiente modo:
Derecho de intervención en juicio: se trata de la posibilidad sin restricciones de comparecer
ante el tribunal, por parte de cualquier habitante de la nación o persona jurídica, para hacer valer
sus derechos como pretendiente activo o pasivo, directamente o por representación legítima:
actor y demandado (acusado).
Garantía de Audiencia ante el Tribunal: es el derecho a que se provean las condiciones para
ser oído como presupuesto de toda privación de un derecho constitucionalmente reconocido
(condena): nadie puede ser condenado sin ser oído.
El derecho a ser oído tiene como contrapartida la prohibición de imponer una declaración en
contra de sí mismo: nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo; por otra parte,
presupone rodear la actividad de una serie de exigencias que la posibiliten plenamente:
Prueba de las cuestionen planteadas: Como consecuencia del derecho a alegar que poseen,
todas las partes deben tener también la posibilidad de acreditar los extremos fácticos que el
Tribunal habrá de asumir en el juicio para la aplicación del derecho, esto es la fijación de los
hechos que el Tribunal estima acreditados por las partes en el debate.