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La Fisica Nazi

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Incluso las dos grandes revoluciones de la física del siglo XX, tuvieron sus haters.

La
diferencia es que estos haters estaban respaldados por la horrífica maquinaria
nazi. Lenard es conocido por el estudio de los rayos catódicos, lo que hoy conocemos
como chorros de electrones. De hecho, Lenard participó en el propio descubrimiento
del electrón y destapó algunos de sus extraños comportamientos.

Y es irónico porque fueron justamente estos descubrimientos los que detonaron la


revolución que fue la mecánica cuántica, una idea totalmente radical de entender el
mundo que Lenard rechazaba. En este caso, le tocó a los judíos. La cosa es que este
odio irracional hacia el pueblo judío no permaneció en la política, también saltó a la
física. Que teorías como la mecánica cuántica, fundada por físicos judíos como Bohr, o
la Relatividad creada por Einstein eran «ateísmo mágico», «estafa», «falsificación
inescrupulosa de la realidad», «mentira judía» o «especulación talmúdica».

En este «movimiento» también estaba metido Johannes Stark. Al igual que con
Lenard, es bastante irónico que fueran las ideas cuánticas que tanto rechazaba Stark
las que explicaran por qué sucedía su efecto. Tal vez fuera por eso que sus
compañeros físicos le impidieron alcanzar esos cargos, lo que hizo que en Stark
creciera un gran resentimiento hacia ellos. Stark llegó a llamar Sommerfeld, un gran
físico alemán, «el gerente de los círculos judío y promesitas».

Así que no es de extrañar que Stark y Lenard fueran super amigos. Los físicos
pragmáticos buscaban entender la naturaleza a través de experimentos y del uso puro
del método científico. Como no podría ser de otra manera, los físicos pragmáticos
solían ser de «raza nórdica» o raza aria, mientras que ser físico dogmático era algo
inherente al pueblo judío. Vamos, que los judíos con su «física judía» habían
corrompido a la verdadera física, la Deutsche Physik, incluso a algunos físicos
arios, como a Heisenberg, uno de los padres fundadores de la cuántica.

Es decir, que eran precisamente la relatividad y la cuántica las que estaban arropadas
por decenas de pruebas experimentales, mientras las teorías de éter y los modelos
atómicos clásicos de la Deutsche Physik eran los que no encajaban con nada. Parece
que las etiquetas que Stark puso estarían mejor intercambiadas. Pero, al margen de
esto, lo cierto es que al partido nacionalsocialista obrero alemán, más conocido como
el partido nazi, la Deutsche Physik le venía de perlas. Einstein era una persona muy
popular, y todo lo que fuera desacreditarlo, especialmente si provenía de otros
científicos, era bienvenido.

Lenard y Stark se integraron muy pronto dentro del partido nazi y durante la campaña
electoral de 1932 estuvieron muy a tope, algo que era raro entre físicos. Cuando
finalmente Hitler subió al poder, los dos fueron recompensados, especialmente
Stark, que acabó recibiendo la presidencia de dos instituciones alemanas muy
importantes. Mientras todo el mundo estaba construyendo la física moderna, Alemania
daba pasos hacia atrás. Por un lado estaban los burócratas, hartos de que Stark les
exigiera partidas para investigación demasiado grandes.

Por otro, ciertos cabezas del partido nazi, a los cuales Stark exigió su dimisión por
movidas internas. Stark se negó a financiar los proyectos ocultistas y pseudocientíficos
que les encantaban a las SS, lo cual los cabreó. Asi que tras destaparse que Stark había
despilfarrado mucho dinero alemán en un proyecto que pretendía refinar turba en
oro , el escándalo sirvió para que sus enemigos le forzaran a dimitir. Cuando los aliados
tomaron Berlín e iniciaron los Juicios de Nuremberg, que juzgaron los crímenes
nazis, Stark fue convocado.

Lenard para entonces era un señor muy mayor de ochenta y pico años y fue
absuelto. Pero Stark, con sus setenta y tres años, tuvo que pasar por el
proceso. Einstein y Heisenberg fueron convocados a testificar y se les preguntó si la
Deutsche Physik de Stark era una cuestión científica o si estaba basada en el
antisemitismo. Curiosamente, y a pesar de que ambos habían sido públicamente
atacados por Stark en varias ocasiones, ni Einstein ni Heisenberg se mojaron, y da la
sensación que esto fue lo que salvó a Stark de un mal destino.

El jurado finalmente consideró que el tema de la Deutsche Physik era un debate


científico y simplemente multó a Stark. Stark viviría durante diez años más
tranquilamente en su casa en Baviera hasta su muerte. La cosa es que este fue el fin de
la física de la aria, un movimiento que mezcló las ideas nazis que se filtraban por toda
la sociedad con el temor de los físicos a entrar al mundo anti intuitivo que las
revoluciones habían abierto.

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