Este documento presenta un curso básico de 12 lecciones sobre la predicación cristiana. El curso cubre temas como la naturaleza de la predicación, el proceso de elaboración de sermones, las diferentes clases de sermones y cómo presentar un sermón de manera efectiva. Cada lección incluye ejercicios prácticos y se complementa con lecturas recomendadas de libros sobre homilética. El curso busca capacitar a los estudiantes en el arte de la predicación bíblica para servir a la palabra de Dios.
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Este documento presenta un curso básico de 12 lecciones sobre la predicación cristiana. El curso cubre temas como la naturaleza de la predicación, el proceso de elaboración de sermones, las diferentes clases de sermones y cómo presentar un sermón de manera efectiva. Cada lección incluye ejercicios prácticos y se complementa con lecturas recomendadas de libros sobre homilética. El curso busca capacitar a los estudiantes en el arte de la predicación bíblica para servir a la palabra de Dios.
Este documento presenta un curso básico de 12 lecciones sobre la predicación cristiana. El curso cubre temas como la naturaleza de la predicación, el proceso de elaboración de sermones, las diferentes clases de sermones y cómo presentar un sermón de manera efectiva. Cada lección incluye ejercicios prácticos y se complementa con lecturas recomendadas de libros sobre homilética. El curso busca capacitar a los estudiantes en el arte de la predicación bíblica para servir a la palabra de Dios.
Este documento presenta un curso básico de 12 lecciones sobre la predicación cristiana. El curso cubre temas como la naturaleza de la predicación, el proceso de elaboración de sermones, las diferentes clases de sermones y cómo presentar un sermón de manera efectiva. Cada lección incluye ejercicios prácticos y se complementa con lecturas recomendadas de libros sobre homilética. El curso busca capacitar a los estudiantes en el arte de la predicación bíblica para servir a la palabra de Dios.
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Bachillerato en Ministerio
Contextual
HOMILÉTICA I. IDENTIFICACION DE LA ASIGNATURA
Nombre: Predicación Contemporánea
II. OBJETIVOS
1. Explicar la naturaleza de la predicación.
2. Desarrollar el proceso de invención del sermón.
3. Estructurar un sermón incluyendo el bosquejo final.
4. Diferenciar las principales clases de sermones.
III. PROGRAMA SINTETICO
1. Predicación contemporánea
IV. METODOLOGIA DE ENSEÑANZA‐APRENDIZAJE
Clase magistral., Exposiciones y discusiones, Asignación de lecturas y ejercicios
prácticos, Trabajos individuales y grupales
V. EVALUACION
Evaluación de desempeño, debate, ejercicios prácticas, análisis de casos.
VI. BIBLIOGRAFIA
Manual de predicación del Dr. Pablo Jiménez
Homilética básica
Por
Pablo A. Jiménez
Tabla de contenido
Introducción Lecciones: 1. Predicación y homilética Ejercicio #1: Cuestionario homilético 2. El sermón y la homilía Ejercicio #2: ¿Eres tú?, una homilía sobre Mateo 11 3. La predicación bíblica Ejercicio #3: Los géneros literarios 4. El estudio del texto bíblico (Primera parte) Ejercicio #4: El punto de contacto 5. El estudio del texto bíblico (Segunda parte) Ejercicio #5: Los tres pasos 6. Los rudimentos de la predicación Ejercicio #6: Identifique los rudimentos 7. El bosquejo del sermón Ejercicio #7: Escriba un bosquejo sermonario corto 8. Consejos para la redacción del sermón Ejercicio #8: Redacte un bosquejo sermonario completo 9. Los cuatro tipos básicos de sermones Ejercicio #9: Los cuatro tipos de sermones básicos 10. Formas avanzadas de predicación Ejercicio #10: Preguntas para evaluar el contenido del sermón 11. La presentación del sermón Ejercicio #11: Preguntas para evaluar la presentación del sermón 12. Cómo planear nuestra predicación Ejercicio #12: Programa de predicación Conclusión Apéndices 1. Un sermón expositivo 2. Un sermón narrativo 3. Un sermón temático‐doctrinal 4. Un sermón de ocasión 5. La Hoja de trabajo sermonario 6. La Hoja de evaluación sermonaria Bibliografía básica
Introducción
El evangelio según San Juan comienza con la siguiente afirmación: «En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios» (Jn. 1:1). El vocablo griego que se traduce como «verbo» es el término «logos». Este vocablo significa «palabra», «discurso» o «estudio». En el mundo grecorromano el «logos» era considerado como una entidad divina; una realidad espiritual que había jugado un papel clave en la creación del universo. Juan afirma que Jesús es el «logos», la palabra divina hecha carne (Jn. 1:14). Esto explica porqué la palabra ocupa un lugar tan importante en la fe cristiana. De hecho, el cristianismo usa el término «palabra» para referirse a tres realidades distintas, pero relacionadas íntimamente. Estas son: • Jesucristo es la palabra de Dios hecha ser humano. • La Biblia, la colección de documentos fundamentales de nuestra fe, es la palabra escrita de fe porque da testimonio de Jesús. • La predicación cristiana es palabra de Dios, siempre y cuando testifique de Jesucristo de manera fiel al mensaje bíblico. La predicación cristiana es una disciplina pastoral dedicada al servicio de la palabra; de Jesús, palabra divina hecha carne, y de la Biblia, testimonio escrito de los actos portentosos que Dios ha manifestado en la historia de Israel y en la de Jesús de Nazaret. La predicación también está al servicio de la palabra en otro sentido. La predicación cristiana ocurre en medio de una comunidad de fe, compuesta por personas creyentes en Dios y en Jesucristo, como Señor y salvador. Quien predica también tiene la tarea de darle voz a las preguntas, anhelos y necesidades de la iglesia que le comisiona para predicar. Quien predica da voz tanto a la palabra divina, proveniente de Dios por medio de las Escrituras, como a la voz del pueblo, que espera con fe la manifestación de la gracia de Dios. Por todas estas razones, afirmo que la predicación es una disciplina pastoral cuyo propósito principal es servir a la palabra, en todas las manifestaciones explicadas en los párrafos anteriores.
El propósito y la organización de este libro Este libro ofrece un curso básico de predicación. Contiene 12 lecciones cortas sobre los temas básicos del arte cristiano de la predicación. También incluye 12 ejercicios que conducen a practicar la teoría expuesta en las lecciones. El libro también contiene dos apéndices útiles para la enseñanza de la predicación: la hoja de trabajo sermonario y la hoja de evaluación sermonaria. El libro termina con una bibliografía básica que el estudiantado podrá usar para continuar sus estudios homiléticos.
Cómo usar este libro Las lecciones de este libro están coordinadas el libro Principios de predicación, escrito por Pablo A. Jiménez. Sin embargo, este libro también puede usarse con otros textos introductorios al arte cristiano de la predicación. Por esta razón, al final de cada lección sugeriré lecturas de algunos de los libros mencionados a continuación. • Arrastía, Cecilio. Teoría y práctica de la predicación. Miami: Editorial Caribe, 1978. • Braga, James. Cómo preparar mensajes bíblicos. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1986. • Broadus, Juan A. Tratado sobre la predicación. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones, 1925. • Costas, Orlando E. Comunicación por medio de la predicación. Miami: Editorial Caribe, 1973. • Crane, James D. El sermón eficaz. El Paso, Texas: Casa Bautista de Publicaciones, 1961. • Jiménez, Pablo A & Justo L. González. Manual de homilética hispana: Teoría y práctica desde la diáspora. Terrassa (Barcelona): Libros CLIE, • Jiménez, Pablo A. La predicación en el siglo XXI: • Jiménez, Pablo A. Principios de predicación. Nashville: Abingdon Press, 2003. • Mottesi, Osvaldo L. Predicación y misión: Una perspectiva pastoral. Miami: Logoi, 1989. • Vila, Samuel. Manual de homilética. Terrassa (Barcelona): Libros CLIE, 1978. También puede encontrar materiales en el Internet para complementar este libro. Visite www.drpablojimenez.com, un portal electrónico dedicado al arte cristiano de la predicación.
¡Adelante! Le exhorto a estudiar con dedicación, sabiendo que la tarea de predicar el evangelio es ardua y difícil. Oro a Dios pidiendo que le ayude, le ilumine y, sobre todo, le use con poder para comunicar su palabra al pueblo de Dios.
Rev. Dr. Pablo A. Jiménez 2 de octubre de 2008
1 ¿Qué es la predicación?
Introducción La predicación es uno de los elementos centrales de la adoración cristiana. En la mayor parte de nuestros servicios religiosos hay un momento en el cual alguna persona se coloca frente a la audiencia para explicar el significado que tiene un texto bíblico para nosotros hoy. La palabra proclamada puede tener un gran impacto en la audiencia que la escucha con fe. Esta lección ofrece varias definiciones básicas para el estudio del arte cristiano de la predicación. Estudiaremos el significado del término «predicación», «proclamación» y «homilética», entre otros. El objetivo principal de esta lección es ayudar al estudiantado a comprender las diferencias entre estos términos, sentando una base para el estudio de la disciplina.
Conceptos Podemos definir la predicación cristiana como la proclamación del evangelio de Jesucristo dentro del contexto de un servicio de adoración. El objetivo o propósito principal de la predicación es ayudar a la audiencia a interpretar la vida a la luz de la fe cristiana. La iglesia es quien escoge, prepara y autoriza a las personas que han de predicar. Por lo regular, quien predica es un pastor, una pastora o una persona que se ha destacado por su liderazgo dentro de la iglesia. La predicación es una empresa interdisciplinaria. Los predicadores y las predicadoras deben emplear ideas y técnicas relacionadas a distintas disciplinas, tales como el estudio bíblico, la teología cristiana, la historia, el consejo pastoral, la oratoria y la comunicación, entre otras. Quien predica debe unir el conocimiento adquirido por medio del estudio con el conocimiento que se acumula por medio de la experiencia. Por eso, afirmamos que la predicación es un ejercicio de integración pastoral. El término «proclamación» se refiere al anuncio del evangelio de Jesucristo. La proclamación puede ser tanto verbal como no‐verbal. Por ejemplo, la predicación es una forma verbal de proclamación cristiana y la pantomima es una forma no‐ verbal. Otra término importante para comprender el significado de la predicación es la palabra «kerigma». La misma se deriva del verbo griego «kerysso,» que significa «proclamar» o «anunciar». Por lo tanto, el «kerygma» es el contenido de la predicación. En la teología bíblica es un término técnico que se refiere al mensaje central de la fe cristiana. Sin embargo, en muchos libros se usa como sinónimo de términos tales «proclamación» y «evangelio». Existe una gran diferencia entre los términos «homilética» y «predicación». La predicación es la proclamación del evangelio de Jesucristo en el contexto del culto cristiano. Por su parte, la homilética es la disciplina que estudia la teoría y la práctica de la predicación cristiana. Es decir, la homilética es la ciencia que estudia la predicación. La homilética abarca todos los aspectos relacionados a la predicación cristiana. Primero, estudia los principios y los métodos que debemos usar para interpretar la Biblia y exponer su mensaje adecuadamente. Segundo, estudia los procesos y las técnicas necesarias para preparar sermones cristianos. Tercero, busca las maneras más efectivas para presentar el sermón a la congregación. Cuarto, investiga el impacto de la predicación en las congregaciones que la escuchan. Finalmente, examina el lugar de la predicación en la adoración cristiana. No es necesario ser una persona experta en el campo de la homilética para predicar adecuadamente. Sin embargo, el estudio de la homilética—por medio de la lectura de libros de texto sobre la disciplina y la visita a portales electrónicos sobre el tema—puede ayudarnos a mejorar nuestro entendimiento de la predicación y nuestra efectividad en el púlpito.
Ejercicios A continuación encontrará un ejercicio que le ayudará a examinar su propia experiencia en el campo de la predicación. El ejercicio tiene el propósito de ayudarle a detectar sus áreas fuertes, de manera que pueda cultivarlas, desarrollando así mayor efectividad. Del mismo modo, el ejercicio le ayudará a identificar sus áreas débiles, que requerirán más determinación, esfuerzo y trabajo. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Arrastía: Capítulos I y II • Broadus: Introducción • Crane: Capítulos I al III • Costas: Capítulos 1 y 2 • Jiménez, Principios: Capítulo 1 • Mottesi: Capítulos I y II
Ejercicio #1 Cuestionario homilético
1. Indique cuanto tiempo lleva asistiendo a la Iglesia: o Menos de 5 años o 5 a 10 años o 10 a 20 años o Más de 20 años
2. Marque los puestos de liderazgo que ha ocupado en la Iglesia (anote todos los que apliquen): o Pastor o pastora o Presidencia de la Mesa Directiva, Junta de Oficiales o de Síndicos o Anciano o anciana o Diácono o diaconisa o Presidencia de comités o ministerios o Miembro del equipo de adoración o Superintendente de la escuela bíblica dominical o Maestro o maestra de escuela bíblica dominical o Miembro de grupos musicales o Otros: ________________________________________
3. ¿Cuánto tiempo que lleva predicando?: o Nunca he predicado o Menos de un año o 2 a 5 años o 5 a 10 años o 10 a 20 años o Más de 20 años
4. Indique la cantidad aproximada de sermones que ha predicado: o Nunca he predicado o 1 a 10 veces o 11 a 25 veces o 26 a 50 veces o 50 a 100 veces o Más de 100 veces
5. ¿Cómo describiría el estilo principal de sus sermones?: o Textual o Expositivo o Narrativo o Temático o Doctrinal o Sermones de Ocasiones Especiales o Otro: ________________________________________
6. ¿Cómo describiría el énfasis de la mayor parte de sus sermones?: o Evangelización o Cuidado Pastoral o Desafío Profético o Educación Cristiana o Desarrollo en la fe o Otro: ________________________________________
7. Usted se considera como un predicador o una predicadora: o Efectivo/a o Bueno/a o Regular o Poco efectivo/a o Pobre
9. He tomado los siguientes de cursos de predicación: No he tomado curso alguno sobre Predicación _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
10. Me interesa conocer más sobre los siguientes aspectos de la predicación: Homiletica y todo lo referente a la Predicación _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
2 El sermón
Introducción El discurso cristiano que presenta un pastor o una pastora ante una congregación tiene un nombre particular: sermón. Este discurso tiene el propósito de principal proclamar las buenas noticias de parte de Dios a la humanidad; la noticia de que Dios se ha acercado a los seres humanos para salvarlos del mal, del pecado y de la muerte. El objetivo de esta lección es ayudar al estudiantado a continuar aprendiendo varios términos importantes para el estudio y la práctica de la predicación cristiana. En particular, la lección define los términos «sermón» y «homilía», contrastando su significado. Estos son términos básicos que aparecen en todos los manuales y libros sobre el arte cristiano de la predicación.
Conceptos Un sermón es un discurso que expone o proclama el mensaje del evangelio. El sermón no es un documento, sino un evento que ocurre cuando alguien presenta el mensaje cristiano ante una audiencia en el contexto de la adoración cristiana. El sermón cristiano se desarrolló en diálogo con la Biblia y con la retórica griega. Por un lado, el Nuevo Testamento recoge fragmentos de sermones de la era apostólica. En el libro de los Hechos de los Apóstoles hay varios fragmentos que siguen el mismo patrón: comienzan con un texto del Antiguo Testamento; afirman que dicho texto es una profecía que se ha cumplido en el ministerio de Jesús de Nazaret; presentan a los apóstoles como testigos de tal cumplimiento; y llaman a la audiencia al arrepentimiento y la conversión (véase Hechos 2:14‐41; 3:11‐26; 7:1‐ 53; 20: 24‐43; y 13:12‐52). Del mismo modo, 1 Pedro y Hebreos parecen ser sermones sobre el Salmo 2 y el Salmo 110, respectivamente. Siguiendo estos modelos bíblicos, la iglesia cristiana entendió que todo sermón debía presentar el mensaje de, por lo menos, una porción bíblica. Por otro lado, la retórica griega afirmaba que un discurso debía tener tres secciones básicas. La introducción, cuyo propósito es ganarse la confianza de la audiencia (en griego «ethos»); el cuerpo, que apelaba a la razón (en griego «logos»); la conclusión, que recurre a las emociones de los oyentes (en griego, «pathos»). La homilética se apoyó en este modelo para desarrollar formas sermonarias tales como el sermón de la «triple apelación». Este divide el sermón en tres secciones que apelan respectivamente a la razón, al corazón y a la voluntad. En parte, esto explica por qué se dice que un sermón debe tener «tres puntos». La palabra «homilía» proviene del griego, donde describe una plática o comunicación religiosa de tipo familiar. En este sentido, podemos decir que la homilía es un sermón corto que explica una porción bíblica versículo por versículo en menos de 10 minutos. Por lo regular, una homilía tiene tres elementos básicos. El primero es la porción bíblica que debe comentar. El segundo es el culto cristiano, donde se presenta la homilía. El tercero es la comunidad, a la cual se presenta el mensaje bíblico. Aunque la homilía se presenta regularmente ante una congregación de personas que ya han creído en el mensaje bíblico, la misma tiene propósitos tanto misioneros como pastorales. Busca que las personas débiles en la fe reafirmen su fe y que los creyentes fieles crezcan en la fe. Del mismo modo, la homilía se presenta regularmente en iglesias que celebran la Comunión (también llamada «eucaristía» o «cena del Señor» por algunas confesiones cristianas) todos los domingos. Por eso, es normal que la conclusión de la homilía haga referencia a la celebración de este sacramento u ordenanza. La homilía es la forma sermonaria más usada en las tradiciones católicas, ortodoxas y anglicanas, entre otras. Sin embargo, también puede ser muy útil para las personas que predican en tradiciones protestantes y evangélicas.
Ejercicios Lea la breve homilía que aparece en el ejercicio #2. Compare la misma con alguno de los sermones de práctica incluidos en el apéndice de este libro. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Arrastía: Capítulos III y IV. • Jiménez, Principios: Capítulo 2 y 3
Ejercicio #2 ¿Eres tú? Una homilía sobre Mateo 11: por Pablo A. Jiménez
La lectura del evangelio para este tercer domingo de adviento presenta un momento de debilidad y duda en la vida de un gigante de la fe: Juan. Juan el Bautista se encontraba en la cárcel sabiendo que iba a morir pronto; sabiendo que las fuerzas de la muerte llamarían su nombre. Y estando allí...estando allí, dudó: ¿Eres tú? ¿Eres tú, Jesús? ¿Eres tú aquel que habría de venir? o ¿Debemos esperar a otro? La Biblia nos dice que Juan envió dos de sus discípulos a trasmitirle aquella pregunta al Galileo: ¿Eres tú? ¿Eres tú? Es interesante que esta pregunta venga de labios de Juan, de Juan el Bautista, de aquel que al ver a Jesús en el Jordán le dijo: ¿Yo necesito ser bautizado por ti y tú vienes a mí? Pero ha pasado el tiempo y Juan se encuentra ahora encarcelado. Por su parte, Jesús continua predicando un mensaje poco ortodoxo. Las personas pertenecientes al judaísmo normativo, i.e., la casta sacerdotal, los familias ilustres y los líderes de los grupos fariseos dudan de él: Piensan que está endemoniado. Jesús no guarda las leyes de la pureza, no se lava las manos antes de comer, no guarda las tradiciones de los padres. Tampoco es un rabino, no tiene nombres ilustres en su resumé, es un auto‐didacta. Y, sobre todo, es galileo...galileo, galileo. Y de Galilea solamente venían rabinos carismáticos milagreros. Pero ahora la vida se acaba; pero ahora la muerte se acerca; pero ahora estoy a merced de mis enemigos; y dudo. ¿Eres tú, Señor? ¿Eres tú? La pregunta de Juan el Bautista es sumamente importante. Es la misma pregunta que usted y yo hemos hecho en distintos momentos de la vida: ¿Dónde está Dios en la experiencia humana? ¿Dónde está el reino que tanto predicamos? ¿Dónde está Jesús? En medio de un mundo que sufre dolor y sufrimiento; en medio de un mundo de hambre y de violencia; en medio de un mundo de crueldad; nos debemos preguntar, ¿Eres tú, Jesús? ¿Eres tú aquel que proclama e inaugura un reino de vida y de justicia? Y si eres tú, ¿dónde estás? ¿Por que no ha llegado el reino? ¿Por qué? En cierto sentido, la pregunta del Bautista tiene un nivel existencial profundo. Juan conocía las Escrituras muy bien. Probablemente sabía que en el Libro de Isaías, en lo que hoy conocemos como el capítulo 61 se indicaba que el Mesías liberaría a los cautivos... Y Juan estaba cautivo. Si Jesús era el Mesías, quizás Juan no tendría que morir, quizás, quizás. Juan podría volver al desierto, al Jordán, si Jesús es el Mesías, quizás. No debemos juzgar al Bautista con dureza. Ustedes y yo nos comportamos en forma similar. En momentos de duda y de necesidad, cuando es nuestro bienestar lo que está en balanza, preguntamos con sospecha: ¿Eres tú, Señor? ¿Eres tú? Jesús comprendió la profundidad del dolor de la pregunta de Juan, lo comprendió muy bien. Por eso Jesús procede a contestarle, en forma clara y directa, diciendo: Id y haced saber a Juan las cosas oís y veis, los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio; y bienaventurado el que no halle tropiezo en mí. ¿Reconocen estas palabras? Han sido tomadas del capítulo 35 de Isaias, la misma porción que leímos hace un rato. Jesús le contesto a Juan diciendo, quizá el reino no ha venido con un estruendo; quizás el reino no ha venido en una forma espectacular. Sin embargo, está aquí. Esta aquí, y las señales son muy claras. Jesús le responde a Juan haciendo un recuento de sus obras, indicando que el reino puede verse en su práctica de la fe. En nuestros momentos de duda, Jesús nos da la misma respuesta: el reino está entre nosotros, y sus señales son claras para quien lo quiera ver. Se ve en la práctica de la fe del pueblo de Dios, está encarnado en la vida del pueblo. Cada día, en cada una de nuestras comunidades, Cristo continua obrando, encarnado en el pueblo, presente en la práctica de la fe del de personas sencillas, aun cuando nosotros no podamos verlo. El reino tiene señales claras, señales como Altagracia. Altagracia es miembro de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Bonao, República Dominicana. Recuerdo que hace unos años su pastor y yo fuimos a visitar a Altagracia. De su pobreza Altagracia nos dio lo mejor que tenía. Tomo una de las gallinas que criaba en su patio, la mató e hizo un sopa. Mientras esperabamos que la comida estuviese lista, entró un niño a la casa. Tendría 3 años y meses. Altagracia era una mujer mayor para ser la madre del niño, por eso le pregunte: «¿El niño es suyo?» Al escuchar mi pregunta Altagracia comenzó a llorar y, abrazando al niño muy fuerte, me dijo: «Es mío, el Señor me lo dio.» Uno de sus hermanos había tenido hijos con muchas mujeres. Una de esas mujeres, a su vez, había tenido hijos de muchos hombres y tenía una niña del hermano de Altagracia. Un buen día Altagracia recibió la noticia de que la mamá de su sobrina, padeciendo de un alcoholismo feroz, había decidido regalar a todos sus hijos, y le pidió que fuera a buscar a su sobrina, porque sino la iba a regalar a la primera persona que encontrara. Altagracia viajó desde Bonao hasta Santiago, encontrando a aquella mujer viviendo en la miseria con ocho niños. Cuando Altagracia llegó, la madre de su sobrina le ordenó a su niño más pequeño que caminara a comprar algo de tomar. Cuando Altagracia vio a aquel niño tan pequeño, le dijo: «Yo voy con él.» La tienda estaba a 50 minutos de la casa. Altagracia comprendió la crueldad en medio de la cual vivían aquellos niños, y de camino a la casa, oró a Dios diciendo: «Señor, yo me quiero llevar a este niño también.» Al llegar a la casa, aquella mujer enferma había cambiado de actitud y le dijo en forma hostil: «Yo no quiero verla aquí. Váyase; llévese a su sobrina. Y si quiere, llévese a ese también.» Altagracia no espero que aquella mujer volviera a cambiar de opinión. Tomó a su sobrina y a aquel niño desconocido y se los llevo a su casa. Para darle todo el amor que su pobreza le permitía; Para darle todo el cariño que le permitía su condición económica, precaria. Yo conocí a aquel niño sólo tres meses después de este evento. El niño se veía fuerte, saludable, contento. Sentado en la falda del Pastor, cantaba coritos y recitaba textos bíblicos dos textos bíblicos que sabía de memoria. Y llamaba a Altagracia «mamá». ¿Eres tú, Señor? ¿Eres tú?
3 La predicación bíblica
Introducción La predicación cristiana se basa en las Sagradas Escrituras. La Biblia es el texto básico para toda persona interesada en el arte cristiano de la predicación. La iglesia entiende que Jesucristo es la palabra de Dios hecha carne (véase Juan 1:1 y 1 Juan 1:1) y que la Biblia es la palabra de Dios escrita por personas inspiradas por el Espíritu Santo. Esta lección introduce un concepto que puede ser nuevo para el estudiantado: la predicación bíblica. El objetivo de la lección de definir este concepto de manera detallada, ofreciendo criterios que permiten determinar si un sermón es verdaderamente bíblico. La lección busca también fomentar el estudio y la práctica de la predicación bíblica en nuestras congregaciones.
Conceptos La predicación bíblica es aquella que toma una porción de las Sagradas escrituras como punto de partida para el sermón. Su propósito principal es interpretar el mensaje del texto para los oyentes de hoy. La predicación bíblica ocurre cuando el contenido, la función y la forma del texto moldean el contenido, la función y la forma del sermón. En otras palabras, la predicación es bíblica cuando el sermón está diseñado en forma coherente con el pasaje bíblico que le sirve de base. Un sermón es bíblico cuando su contenido corresponde al contenido del texto que intenta exponer. Para poder interpretar adecuadamente el contenido de un pasaje bíblico es necesario prestar atención a tres elementos importantes: 1. El contexto social e histórico: ¿En qué época fue escrito el texto? ¿Qué comunidad lo produjo? ¿A qué comunidad o persona en específico fue dirigido? ¿Cuál era la situación social e histórica de estas comunidades religiosas? 2. El mensaje: ¿Qué dice el texto? ¿Cuál es su argumento? ¿Cuáles son las ideas y los conceptos teológicos claves del pasaje? ¿Cómo podemos interpretar esta porción en forma valida? ¿Cuál es el mensaje del texto para nosotros hoy? 3. El estilo literario: ¿Es un texto narrativo, poético o discursivo? ¿Qué imágenes literarias usan? ¿Qué elementos del texto deben interpretarse en manera figurada? Un sermón es bíblico cuando su función corresponde a la función del texto que le sirve de base. Es decir, un sermón bíblico busca crear en el oyente un efecto similar al del texto. Un texto puede consolar, exhortar, desafiar, edificar, llamar a la fe, etc. La predicación bíblica trata de discernir el propósito del texto y se esfuerza para que el sermón tenga un propósito similar. Por ejemplo, el libro de Apocalipsis fue escrito para consolar a los cristianos que sufrían la opresión del Imperio Romano. El propósito del texto es alentar a la audiencia, llamándolos al compromiso con el Dios amoroso y liberador que se ha revelado en Jesucristo. Un sermón sobre Apocalipsis debe tener, pues, el propósito de alentar y consolar a la Iglesia. Un sermón basado en Apocalipsis que provoque miedo en los oyentes traiciona la función del texto. Un sermón es bíblico cuando su forma corresponde a la forma del texto. Es decir, un sermón bíblico toma en cuenta la estructura literaria del pasaje bíblico que intenta exponer. La estructura de un texto bíblico es muy importante, ya que es imposible separar la forma y el mensaje de una porción bíblica. De hecho, por regla general, la forma aclara el contenido. Por ejemplo, si casi todas las parábolas tienen un final sorpresivo: el esposo llega cuando menos lo esperan (Mt. 25:10); el samaritano se compadece del judío herido (Lc. 10:33‐35); y el publicano es justificado (Lc. 18:14). Todo esto habla de la sorpresa que causa la revelación de Dios en Cristo. En el Reino de Dios todo es novedoso. Aquí vemos claramente como la forma y el contenido van de la mano. Un sermón sobre una parábola que tenga un final sorpresivo será más impactante que un sermón con un final tradicional. En resumen, la predicación es verdaderamente bíblica cuando el sermón es un reflejo fiel del contenido, la función y la forma del texto que le sirve de base. La tarea, pues, de la persona que predica es dejar que Dios hable a través de la exposición del mensaje bíblico. Sólo entonces los oyentes tendremos la oportunidad de encontrarnos con el Señor de la vida en la proclamación de la Palabra de Dios.
Ejercicios El ejercicio #3 tiene el propósito de ayudar al estudiantado a contemplar y comprender la diversidad de los géneros literarios contenidos en las Sagradas Escrituras. De ser necesario, consulte un diccionario bíblico que le pueda ayudar a comprender mejor estas formas literarias. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Arrastía: Capítulo V. • Broadus: Parte I • Crane: Capítulo IV • Jiménez, Principios: Capítulo 4 • Mottesi: Capítulo III
Ejercicio #3 Los géneros literarios
En la literatura bíblica hay varios géneros literarios, tales como los: 1. Textos narrativos: Los textos narrativos cuentan la historia de los orígenes del mundo, del pueblo de Israel, la vida de Jesús, y el desarrollo de la Iglesia primitiva. Los evangelios, que comúnmente se consideran como un género aparte, contienen gran cantidad de material narrativo. 2. Textos legales: Este tipo de literatura recoge las leyes que gobernaban la vida comunitaria y el culto a Dios en Israel. 3. Textos poéticos: La Biblia está llena de fragmentos y composiciones poéticas, tales como proverbios, salmos, y elegías, entre otras formas. 4. Textos en forma de discursos: Tanto los libros proféticos Antiguo Testamento como las epístolas del Nuevo contienen textos discursivos. Del mismo modo, los libros históricos incluyen fragmentos de discursos y de sermones. 5. Textos apocalípticos: Este es un género complejo que combina la historia, la poesía, y la profecía. Es el género literario más difícil de interpretar en toda la Biblia. Podemos encontrar porciones apocalípticas en los libros proféticos, en los evangelios y en el libro de Apocalipsis Busque en su Biblia un ejemplo de cada uno de estos géneros literarios: o Genesis Narrativo: ______________________________ o Deutoronomio Legal: ______________________________ o Salmos Poético: ______________________________ o Isaias Discursivo: ______________________________ o Apocalíptico: ______________________________ Apocalipsis
4 El estudio del texto bíblico (Primera parte)
Introducción El estudio del texto bíblico que ha de ser explicado o expuesto en el sermón es uno de los elementos centrales de la predicación cristiana. Quienes predican de manera responsable y efectiva, estudian el texto bíblico de manera profunda. Existen diversos métodos y técnicas para estudiar la Biblia. En este manual recomendamos un método de interpretación bíblica para la predicación llamado el sistema de Los tres pasos. Este sistema busca conducir al estudiantado—por medio de actividades y preguntas específicas—a una interpretación válida del texto. El objetivo de esta lección es promover el estudio serio y profundo del texto bíblico, enmarcado en la práctica de los ejercicios espirituales, particularmente de la oración y la meditación.
Conceptos El primer paso es el punto de contacto. Este es el espacio donde el texto nos toca personalmente. Es un momento devocional donde el estudio de las Escrituras se entrelaza con la adoración. El punto de contacto puede establecerse de distintas maneras. Quizás baste con un rato de meditación. Otra alternativa es escribir el texto en el centro de una hoja de papel, rodeándolo con nuestros comentarios. Sin embargo, la metodología más efectiva es la de contestar preguntas guías. Aparte cerca de 30 minutos para su encuentro con el texto. Comience con unos momentos de oración. Lea el pasaje varias veces, por lo menos, en dos versiones distintas de la Biblia. Tome nota de las diferencias significativas entre las mismas. Después, lea el texto en voz alta con entonación y sentimiento. Entonces, conteste las siguientes preguntas: 1. ¿Qué preguntas surgen de la lectura del texto? 2. ¿Qué sentimientos experimenta al leer el pasaje bíblico? 3. ¿Qué recuerdos le trae? 4. Imagine que está en el mundo que propone el texto: ¿Qué ve? ¿Qué oye? ¿Qué huele? ¿Qué saborea? ¿Qué toca? En resumen, ¿qué siente al estar en el mundo que propone el texto? 5. ¿Que cambios han ocurrido en su forma de entenderlo? 6. ¿Qué temas para la predicación le sugiere este pasaje bíblico? Tome tiempo para familiarizarse con el método. Más adelante podrá añadir actividades y preguntas que respondan a su propia perspectiva teológica y a su personalidad. El segundo paso es la explicación. Este es el momento donde el intérprete toma distancia del texto. Además, es donde se consultan fuentes secundarias, tales como las concordancias, los diccionarios y los comentarios bíblicos. Podemos dirigir nuestro estudio por medio de las siguientes preguntas guías. 1. En lo posible, identifique el contexto histórico, social, político y religioso del texto. ¿Cuál era la condición social de la comunidad a la que se dirigió originalmente? 2. ¿Cuál es el género literario del texto? (narración, poesía, profecía, texto legal, evangelio, epístola o Apocalipsis) 3. ¿Cuál es su forma? (parábola, historia de milagro, discurso profético de juicio o salvación, código legal, exhortación, exposición doctrinal, visión apocalíptica, etc.) ¿Qué función tiene esta forma? ¿Cuáles son las características literarias de este texto? 4. ¿Qué palabras debe buscar en el diccionario bíblico? ¿Cuáles son los conceptos teológicos claves del pasaje? 5. ¿Qué respuestas ha encontrado a sus preguntas sobre el texto? ¿Qué elementos importantes ha encontrado en su investigación? 6. Finalmente, resuma el mensaje central del pasaje.
Ejercicios El Punto de contacto (ejercicio #4) es uno de los elementos básicos de nuestro sistema de preparación sermonaria. Lea el material adjunto y haga el ejercicio del Punto de contacto con el texto bíblico que le indique el profesor o la profesora. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Jiménez, Principios: Capítulo 4 • Jiménez, Siglo XXI:
Ejercicio #4 Punto de contacto
Escoja el texto bíblico de su preferencia para hacer este ejercicio, que le tomará aproximadamente 30 minutos. Dedique algunos minutos a orar. Lea la porción bíblica escogida, por lo menos, en dos versiones distintas de la Biblia. Note las diferencias que hay entre las mismas. Ahora, lea el texto en bíblico en voz alta, con entonación y sentimiento. Después de completar esta parte del proceso, conteste las siguientes preguntas 1. ¿Qué preguntas surgen de su lectura del texto? 2. ¿Qué sentimientos experimenta al leer el texto? 3. ¿Qué recuerdos le trae a la memoria este texto? 4. Imagine que está en el mundo que propone el texto: ¿Qué ve? ¿Qué oye? ¿Qué huele? ¿Qué saborea? ¿Qué toca? En resumen, ¿qué se siente al estar en el mundo que propone el texto? 5. ¿Que cambios han ocurrido en su forma de entender el texto? 6. ¿Qué temas e ideas le sugiere el texto?
5 La interpretación del texto (Segunda parte)
Introducción Los dos pasos estudiados en la lección anterior son muy importantes, dado que cada uno tiene funciones distintas en el proceso de interpretación bíblica. El punto de contacto le da un marco espiritual al estudio del texto bíblico, entrelazando la exégesis y la hermenéutica con la oración y la meditación. La interpretación entra en los detalles del texto, sin los cuales es imposible comprender su mensaje. Ahora bien, la oración y la explicación no son suficientes. Para predicar, es necesario llegar a comprender el mensaje que tiene el texto bíblico para nosotros hoy. El objetivo de esta lección es recalcar la importancia que tiene la comprensión y la contextualización del mensaje de la Biblia. Nos invita a leer la Biblia en la vida y la vida en la Biblia.
Conceptos El tercer paso del método propuesto para es la interpretación. Esta es una relectura informada del texto que toma como punto de partida la información obtenida en la explicación. Esta segunda lectura debe ser más completa, más profunda y más crítica que la primera. Existe una gran diferencia entre explicar y comprender. La comprensión ocurre cuando se escucha el reclamo del pasaje bíblico. Por ejemplo, después de analizar críticamente la historia de la pasión y muerte de Jesús de Nazaret, explicando los puntos principales de los textos evangélicos. Ahora bien, sólo comprenderemos el mensaje de la pasión cuando experimentemos la presencia del Cristo resucitado en nuestras vidas. Del mismo modo, hay personas que pueden explicar en detalle un texto tan complejo como la Parábola del Buen Samaritano. Tienen el conocimiento y la capacidad para analizar la conducta del sacerdote y del levita que se rehusaron a ayudar al hombre que estaba herido a la vera del camino. Sin embargo, sólo comprendemos el texto cuando sentimos que Jesucristo nos llama a ayudar a las personas heridas que podamos encontrar en nuestro caminar. Podemos usar las siguientes preguntas guías para interpretar el texto bíblico 1. Compare el contexto social e histórico del texto con el nuestro. ¿Qué elementos de conflicto presenta? ¿Qué elementos relacionados a la salvación? ¿Qué elementos se relacionan al juicio de Dios? ¿Hay en nuestro mundo elementos parecidos a éstos? ¿Cuáles? Al contestar estas preguntas, estaremos usando la hermenéutica de analogía, es decir, estaremos haciendo una comparación entre nuestro mundo y el mundo bíblico para determinar la pertinencia del texto. 2. ¿Acaso la forma o la estructura literaria del texto sugieren una estructura específica para su sermón? 3. ¿Acaso la función del pasaje sugiere un propósito específico para su sermón? 4. Para escuchar el mensaje de este texto en forma apropiada, ¿con qué personaje debemos identificarnos? Si el texto es narrativo, podemos identificarnos con alguno de los personajes; si es discursivo, con la persona que escribe o con quienes reciben la enseñanza. Recuerde que nunca debemos identificarnos con el héroe de la historia. 5. ¿Qué pautas sugiere este texto para la práctica de la fe y para la acción pastoral? A la hora de interpretar el texto debemos considerar sus implicaciones prácticas; debemos preguntar qué cosas el texto llama a hacer aquí y ahora, tanto a nivel personal como comunitario. Así nuestra predicación será pastoral y contextual. 6. La pregunta final es, ¿cuál es el mensaje del texto para hoy? Es decir, ¿cuáles son las «buenas nuevas» del pasaje? Dado que la palabra «evangelio» viene del vocablo griego que significa «buena noticia», la predicación que carece de buena noticia no es proclamación cristiana.
Ejercicios Lea las preguntas guías que conforman el sistema de los Tres Pasos. Estudie un texto utilizando las preguntas incluidas en el ejercicio #5. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Arrastía: Capítulo VI. • Jiménez, Principios: Capítulo 4 • Jiménez, Siglo XXI: Capítulo
Ejercicio #5 Preguntas guías para el método de Los Tres Pasos
Escoja otro texto bíblico. Comience el proceso de estudio en oración. Recuerde leer el texto en, por lo menos, dos versiones de la Biblia y hacer por lo menos una de las lecturas en voz alta. Ahora, conteste las siguientes preguntas.
A. Punto de contacto 1. ¿Qué preguntas surgen de su lectura del texto? 2. ¿Qué sentimientos experimenta al leer el texto? 3. ¿Qué recuerdos le trae a la memoria este texto? 4. Imagine que está en el mundo que propone el texto: ¿Qué ve? ¿Qué oye? ¿Qué huele? ¿Qué saborea? ¿Qué toca? En resumen, ¿qué se siente al estar en el mundo que propone el texto? 5. ¿Que cambios han ocurrido en su forma de entender el texto? 6. ¿Qué temas e ideas le sugiere el texto?
B. Explicación 1. En lo posible, identifique el contexto histórico, social, político y religioso del texto. ¿Cuál era la condición social de la comunidad a la que se dirigió originalmente? 2. ¿Cuál es el género literario del texto? ¿Cuál es su forma? ¿Qué elementos la caracterizan? ¿Qué función tiene esta forma? 3. ¿Cuáles son las características literarias de este texto? 4. ¿Qué palabras difíciles de entender contiene el texto? ¿Cuáles son los conceptos teológicos claves del pasaje? ¿Qué significado tienen? 5. ¿Qué respuestas ha encontrado a sus preguntas sobre el texto? ¿Qué elementos importantes para la interpretación del pasaje ha encontrado usted en su investigación? 6. Resuma el mensaje central del pasaje. Exprese sencilla y claramente los temas e ideas de este texto para su audiencia original.
C. Interpretación 1. Haga una comparación entre nuestro mundo contemporáneo y el mundo que propone el texto. ¿Cómo compara el contexto socio‐histórico del texto con el nuestro? ¿Qué elementos de conflicto presenta el pasaje? ¿Qué elementos salvíficos? ¿Hay en nuestro mundo elementos parecidos a éstos? 2. ¿Acaso la forma o la estructura literaria del texto le sugiere una estructura específica para su sermón? 3. ¿Acaso la función del texto le sugiere un propósito específico para su sermón? 4. Para escuchar el mensaje de este texto en forma apropiada, ¿con qué personaje debemos identificarnos? 5. ¿Qué pautas le sugiere este texto para la práctica de la fe y para la acción pastoral? 6. ¿Cuál es el mensaje del texto para nosotros hoy? ¿Cuáles son las «buenas nuevas» del pasaje?
6 Los rudimentos de la predicación
Introducción Toda disciplina tiene rudimentos, es decir, tiene elementos básicos que son esenciales para su estudio y su práctica. No es posible dominar una disciplina si no se conocen sus rudimentos. Cuando usted y yo comenzamos nuestros estudios en la escuela primaria, aprendimos los rudimentos del lenguaje (el abecedario, las vocales y las sílabas) y los rudimentos de la matemática (los números, contar y agrupar), entre muchos otros. El objetivo de esta lección es presentar los rudimentos de la predicación. Estos son elementos sin los cuales no es posible desarrollar un sermón claro y efectivo.
Conceptos Los «rudimentos» de la predicación son los elementos básicos que debe tener todo sermón, no importa su énfasis o su diseño. Estos son el título, el texto, el tema, el propósito y el área del sermón. a. Título: El título es una frase que da a conocer el tema del sermón. Es una frase corta que anuncia el tema en forma parcial, pero llamativa. Su función principal es provocar el interés del oyente, de manera que éste se anime a escuchar el sermón. Un buen título no debe tener más de siete palabras, dado que los títulos largos presagian sermones largos y aburridos. b. Texto: Es el pasaje bíblico que sirve de base a nuestra reflexión. Esta porción bíblica puede consistir de un versículo, un pasaje bíblico, uno o más capítulos, una sección o un libro de la Biblia en su totalidad. Lo importante es que esta porción bíblica le ofrezca unidad y sentido de dirección al sermón. Un sermón debe tener sólo un texto básico, aunque se puedes hacer referencias a otros pasajes bíblicos a lo largo del sermón. c. Tema: El tema es una oración que resume el contenido del mensaje y sugiere la forma del sermón. Debe ser una oración gramaticalmente completa, con sujeto verbo y predicado. El tema no debe ser una frase suelta (como «el amor de Dios»), dado que una frase carece de verbo y de predicado. Escribir el tema en forma de oración (como «El amor de Dios nos motiva a servir a los demás») nos ayuda a resumir el contenido del sermón, predicando así con mayor claridad. Otro punto importante es que el tema debe expresar las «buenas nuevas» del mensaje cristiano. Si su sermón no transmite «buenas noticias», usted no está predicando el evangelio de Jesucristo. d. Área: Se refiere al propósito general del sermón. Antes de predicar, debemos identificar el área de la experiencia cristiana que el sermón desea tocar. En nuestro juicio, las cuatro áreas principales son la evangelización, la educación cristiana, el desafío profético y el consejo pastoral. Es necesario que usted escoja una de estas áreas. Si usted traba de evangelizar, educar, educar y consolar a la misma vez, su sermón será ambiguo y hasta confuso. e. Propósito: El propósito es una frase o oración que explica por qué deseamos hablar sobre este tema. Se determina haciendo preguntas tales como: ¿Cuáles son las necesidades más apremiantes de mi congregación y de mi comunidad? ¿Qué me ha motivado a escoger este texto? ¿Por qué deseo hablar de este tema? En resumen, ¿qué efecto quiero que tenga este sermón en la audiencia? Recuerde que su sermón nunca debe tener un propósito mezquino, como regañar a la audiencia otro ministerio. Su propósito principal debe ser glorificar a Dios y edificar a la audiencia. Es importante que usted se acostumbre a escribir los rudimentos de cada uno de sus sermones. Los rudimentos ayudan a quienes predican a darle claridad, propósito y sentido de dirección a sus sermones.
Ejercicios Prepare los rudimentos para un sermón basado en el texto estudiado en el ejercicio #5. Llene la forma que aparece en el ejercicio #6, empleando los principios estudiados en este capítulo. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Arrastía: Capítulos VII al X • Braga: Capítulos 4 al 13 • Broadus: Parte II • Crane: Capítulos V y VI • Costas: Capítulos 3 al 6 • Jiménez, Principios: Capítulo 5 • Mottesi: Capítulo IV • Vila: Capítulos I y VII al X
Ejercicio #6 Los rudimentos de la predicación
Tome el texto estudiado en el ejercicio anterior y procesa a escribir los rudimentos para un sermón. Escriba el título del sermón, indique el texto que va a servir de base al mismo, redacte su tema en una oración gramaticalmente completa, seleccione el área de su sermón y declare el propósito del mismo:
Título: ________________________________________________________________________________________ Texto: _________________________________________________________________________________________ Tema: _________________________________________________________________________________________ Área: o Evangelización o Educación cristiana (Desarrollo espiritual) o Desafío profético o Cuidado pastoral Propósito:
7 El bosquejo del sermón
Introducción Un sermón debe comenzar afirmando un punto teológico importante para la vida cristiana y el desarrollo espiritual de la audiencia. Debe desarrollar ese punto y debe terminar explicando claramente cuáles son las implicaciones que las personas que lo escuchan. En resumen, un buen sermón debe estar bien bosquejado. La inmensa mayoría de los sermones inefectivos comparten el mismo defecto: no han sido bosquejados debidamente. La ausencia de un bosquejo claro crea la confusión tanto en quien predica como en quien escucha. El objetivo de esta lección es enseñarle al estudiantado a bosquejar sus sermones, promoviendo así la efectividad de su predicación.
Conceptos Un sermón debe tener, por lo menos, tres partes: la introducción, el cuerpo o desarrollo y la conclusión. La introducción es la parte más importante del sermón, pues en ella se capta o se pierde la atención de la congregación. Tiene la función o el propósito de comenzar a presentar el tema en forma llamativa. Una introducción efectiva debe ser breve, clara y concisa. Además, debe estar unida al tema central del sermón. Dada su importancia, debe prepararse con sumo cuidado. El cuerpo o desarrollo del sermón es la sección más larga, pues en ella se desarrollan las ideas centrales relacionadas al tema. Por lo regular, el cuerpo o desarrollo se divide en varias secciones. Las secciones principales se llaman «puntos». Estos «puntos» tienen el propósito de ampliar, explicar y desarrollar el tema. A su vez, los «puntos» se dividen en partes más pequeñas llamadas «incisos». Un inciso no debe tomar más de dos párrafos. Un punto no debe tener menos de dos ni más de siete incisos. Un sermón no debe tener menos de dos ni más de cinco puntos. La conclusión presenta las implicaciones prácticas y concretas del tema para la vida de las personas que escuchan el sermón. Al igual que la introducción, debe elaborarse cuidadosamente. En la conclusión, se pueden aplicar las enseñanzas del sermón, afirmar la importancia o veracidad del tema o exhortar a la audiencia a cumplir con una tarea específica dentro de la misión de la Iglesia. El sermón básico o tradicional se caracteriza por anunciar el tema central o «proposición» del sermón al final de la introducción. El anuncio del tema debe ser breve, claro y directo. Además, debe ser positivo, recalcando las buenas nuevas de salvación. Como el anuncio del tema interrumpe el buen fluir del sermón, es necesario hacer una transición entre el anuncio del tema y el cuerpo o desarrollo del sermón. La transición puede hacerse por medio de una pregunta, de una oración que resuma lo anterior o por medio de la presentación de un dilema o selección. La transición no debe tomar más de un párrafo. Por lo tanto, el sermón tradicional sigue el siguiente bosquejo: a. Introducción b. Anuncio del tema c. Transición d. Cuerpo o desarrollo 1. Primer punto a. Inciso #1 b. Inciso #2 c. Inciso #3 2. Segundo Punto a. Inciso #1 b. Inciso #2 c. Inciso #3 3. Etc. e. Conclusión
Ejercicios Proceda a bosquejar el sermón que está desarrollando sobre el texto estudiado en el ejercicio #5, empleando los rudimentos escritos en el ejercicio #6. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Mottesi: Capítulo IV • Jiménez, Principios: Capítulo 6 • Vila: Capítulo IV
Ejercicio #7 El bosquejo de sermón
Continúe trabajando con el texto estudiado y comience a bosquejar el sermón para el cual ha escrito los rudimentos.
Introducción Una de las preguntas más comunes en esta etapa del estudio de la homilética es como desarrollar un bosquejo de sermón. Algunos estudiantes pueden discernir los puntos principales de un texto y medir su impacto para hoy, pero no logran desarrollar sus ideas y terminan ofreciendo sermones tan cortos que dejan confundida a la audiencia. En esta lección ofrecemos consejos prácticos sobre la elaboración y el desarrollo del bosquejo del sermón. El objetivo de la lección es ayudar al estudiantado a escribir bosquejos bien elaborados, donde se escriba toda la introducción y toda la conclusión, y que contengan suficiente información para poder predicar cada punto y cada inciso con precisión.
Conceptos El proceso por medio del cual se prepara un sermón tiene cinco fases, explicadas a continuación: 1. La invención: El proceso comienza cuando se escoge el tema que a tratar. 2. La disposición: Continúa cuando se elabora el esqueleto del bosquejo del sermón. 3. La elocución: Se determina el estilo y se escogen las imágenes que han de usarse para desarrollar el sermón. 4. La memoria: La persona que va a predicar se prepara para la presentar su sermón, terminando el bosquejo o escribiendo el manuscrito. Además, repasa el contenido del sermón y memoriza sus puntos principales. 5. La entrega o presentación del sermón: El proceso termina cuando se presenta el sermón ante una congregación en el contexto del culto cristiano. Puede emplear las siguientes técnicas para comenzar su sermón: 1. Cuente una corta historia. La misma puede ser tanto una anécdota personal como un episodio histórico. 2. Explique el contexto histórico del pasaje que va a predicar. 3. Comente brevemente los textos bíblicos que preceden a la porción bíblica que ha de exponer. 4. Haga referencia a un tema o un suceso de actualidad. 5. Describa una escena literaria, de una película conocida o de un programa de televisión. El cuerpo o desarrollo del sermón debe elaborarse siguiendo algunos de los «procesos retóricos», tales como la narración, la interrogación, la ilustración, la aplicación, la argumentación, la exhortación, la definición, la interpretación, la descripción, la ejemplificación o la comparación. Puede concluir su sermón haciendo una de las siguientes actividades: 1. Resuma las ideas principales que ha presentado en su sermón. 2. Exhorte a los oyentes a participar activamente en algún aspecto de la misión de la Iglesia. 3. Narre una historia que ilustre algunas de las ideas principales del sermón. 4. Haga preguntas generadoras, que lleven la audiencia a pensar sobre las implicaciones del tema. 5. Llame la audiencia a comenzar o a renovar su compromiso con Dios. Una ilustración es una historia o una anécdota que apoya o desarrolla una idea. También incluye el uso de símiles, metáforas, analogías, alegorías, ejemplos, poemas, y testimonios, entre otros recursos. Una buena ilustración es tan clara que no necesita mayor explicación. Si una ilustración es muy compleja, no tiene utilidad alguna. No emplee ilustraciones que hablen de asuntos técnicos, tales como la electricidad o la medicina. Una buena ilustración debe aclarar una idea; una mala ilustración confunde, aburre o distrae.
Ejercicios El ejercicio # 8 le pide que emplee su imaginación para escribir una historia o una anécdota que pueda ilustrar su sermón. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Broadus: Partes III y IV • Mottesi: Capítulo V y VI • Vila: Capítulo XI al XIV
Ejercicio # 8 La ilustración del sermón
Todo sermón debe tener, por lo menos, una anécdota o una historia que ilustre, aclare o ejemplifique su mensaje. Es común encontrar libros que recogen cientos de ilustraciones para sermones. En términos generales, estos libros son de poca utilidad, pues la mayor parte de nuestra feligresía ya ha escuchado anteriormente estas historias, citas y anécdotas. En el pasado, era común usar escenas de la literatura universal como ilustraciones para sermones. Sin embargo, es difícil hacerlo en la actualidad sin darle al predicador un aire de superioridad, pues la mayor parte de la gente no conoce las novelas y las obras de teatro a las cuales se hace referencia. Las películas de cine y los programas de televisión son una nueva fuente de ilustraciones para la predicación. Sin embargo, es necesario evitar referencias a estos productos culturales que distraigan a la audiencia. Tomando en cuenta estas advertencias, proceda a escribir una historia o anécdota que pueda ilustrar el sermón que está preparando sobre el texto estudiado en el ejercicio #5.
Introducción La mayor parte de los predicadores siguen el mismo formato en todos sus sermones. Algunos sólo predican sermones narrativos, mientras otros siempre encuentran tres puntos que explorar en todo texto y en todo tema. La dependencia de una sola forma sermonaria es peligrosa, ya que puede llevarnos a la monotonía, mermando así el interés de la audiencia en la proclamación de la palabra de Dios. Esta lección introduce al lector y a la lectora a los cuatro tipos de sermones que, a nuestro juicio, todo predicador debe dominar. El objetivo de esta lección es recalcar la importancia de la variedad en la predicación. Deseamos que las personas que predican regularmente puedan conocer y utilizar correctamente estas cuatro formas de presentar la Palabra de Dios.
Conceptos Los sermones se pueden clasificar por su fuente, a su propósito o a su diseño. Si los dividimos de acuerdo a su fuente, podemos identificar cuatro formas sermonarias básicas: el sermón expositivo, el narrativo, el temático o doctrinal y el sermón de ocasión. El sermón expositivo presenta parte del mensaje de una porción bíblica, presentando su mensaje para la mundo de hoy. La porción bíblica puede ser tan breve como un versículo tan extenso como un libro de la Biblia. La función de este tipo de sermón es darle voz al texto bíblico. El sermón expositivo busca que la audiencia experimente a plenitud la vivencia que describe el texto. Es decir, el propósito del sermón expositivo es que la audiencia experimente la realidad y la potencia del mensaje. El sermón narrativo es presenta un aspecto del mensaje de una unidad de la Biblia, por medio de una o más historias. Es decir, este tipo de sermón comunica el mensaje del evangelio por medio de la narración. Este tipo de sermón organiza sus ideas siguiendo la estructura del cuento corto. Es decir, comienza indicando el marco escénico, pasa a describir la trama, llega a un punto culminante y termina indicando el desenlace de la historia. Un sermón narrativo puede basarse tanto en textos bíblicos como en historias seculares. El propósito del sermón narrativo es que la audiencia identifique su historia personal y colectiva con la historia que narramos. Este tipo de predicación proclama una «historia compartida» donde se entrelazan la historia bíblica, la historia de la iglesia, la historia personal de quien predica y la historia personal de cada oyente. El sermón temático o doctrinal presenta un análisis cristiano de un tema, explicando las implicaciones del mismo para la sociedad actual. El tema a considerar puede ser tanto una doctrina cristiana (como la salvación, el pecado o la santidad) o un asunto de actualidad (como el aborto, la pena de muerte o la violencia contra la mujer). La función del sermón temático es principalmente didáctica o educativa. Su propósito principal es que la audiencia aprenda más sobre un tema, moviéndose a la acción pastoral. El «sermón de ocasión» explora o celebra un evento específico en la vida de la Iglesia. Dicho de otra manera, este sermón interpreta un evento en particular desde un punto de vista teológico. La función de este tipo de sermón es ofrecer una palabra orientadora desde el punto de vista de la fe cristiana, ayudando a la congregación a comprender el significado teológico y pastoral del evento que se celebra o de la ocasión que se observa. Se pueden predicar sermones de ocasión en matrimonios, en funerales o en días de fiesta patria. Como indicamos anteriormente, los sermones también pueden ser clasificados de acuerdo al área de la experiencia cristiana que desean explorar. Afirmamos que existen cuatro áreas básicas: la evangelización, la educación cristiana, el desafío profético y el consejo pastoral.
Ejercicios Lea los sermones incluidos en el apéndice de este libro. Trate de establecer las diferencias entre los mismos. ¿Qué caracteriza cada una de las formas sermonarias? Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Braga: Capítulos 1 al 3 • Costas: Capítulo 7 • Jiménez, Principios: Capítulos 7 al 10, Apéndices A al D • Vila: Capítulos II, III y VI
Ejercicio # 9 Los cuatro tipos de sermones básicos
Trate de identificar, en sus propias palabras, dos características de cada uno de los tipos de sermones básicos:
Introducción Cuando usted repara algo en su casa, utiliza diversas herramientas. Cada herramienta tiene su propósito y su utilidad. Un martillo rara vez puede ayudarnos cuando la situación requiere el uso de un destornillador. Por eso, las personas expertas en reparaciones saben cómo manejar distintas herramientas. Las formas sermonarias son precisamente herramientas útiles para la predicación. Aunque la mayor parte de los predicadores y las predicadoras que conozco apenas dominan dos o tres tipos de sermones, en realidad existe una inmensa variedad de formas sermonarias. El objetivo de esta lección es invitar al estudiantado a explorar los distintos tipos de sermones que deben estudiar y, eventualmente, añadir a su repertorio.
Conceptos En unión al sermón tradicional, existe el sermón inductivo. Este tipo de sermón presenta su tema al final de la exposición, ya sea al final del cuerpo o en la conclusión. Mientras el sermón tradicional parte de una idea que presenta como verdadera, el sermón inductivo busca llegar a una conclusión que la congregación pueda reconocer como verdadera. En cierto modo, podemos decir que el sermón inductivo parte de la realidad, no de las ideas, derivando lo abstracto de lo concreto. Además de la predicación inductiva, existen otros tipos adicionales de sermones, de los cuales aquí solo presentamos diez. Aclaramos que la mayor parte de estas formas sermonarias son avanzadas y que las personas principiantes deben limitarse, por el momento, a redactar bosquejos que sigan el diseño básico del sermón tradicional. a. El sermón de la «triple apelación»: Divide el cuerpo del sermón en tres áreas, la primera apela a la razón, la segunda al corazón y la tercera a la voluntad. Este sermón se basa en la homilética de la Iglesia antigua b. El sermón textual: Comenta un versículo de la Biblia palabra por palabra o frase por frase. c. La lectura bíblica: Este sermón comenta una porción bíblica versículo por versículo. d. El sermón de ley y evangelio: Este tipo de sermón, proveniente de la tradición luterana, divide el cuerpo del sermón en dos partes. La primera habla presenta la exigencia de la ley divina y la segunda expone la gracia salvadora de Dios en la persona de Jesucristo. e. El sermón dialéctico: Divide el cuerpo del sermón en tres partes: tesis, antítesis y tesis. Se le conoce también como el sermón «hegeliano». f. El sermón interrogatorio: Este sermón divide el cuerpo del sermón en varias partes que contestan de dos a cinco preguntas tales como ¿qué? ¿quién? ¿cómo? ¿cuándo? ¿por qué? y ¿para qué? g. El sermón de resolución de problemas: Este tipo de sermón también divide el cuerpo del sermón en dos partes. La primera identifica un problema y la segunda presenta posibles soluciones al mismo. h. El sermón analítico: Organiza sus ideas en torno a tres actividades, a saber, ver, pensar y actuar. i. El sermón profético: Estudia una profecía e identifica cómo se ha cumplido la misma. j. El sermón retrospectivo: Se divide en tres secciones. La primera habla del presente, la segunda trata sobre el pasado y la tercera vuelve al presente. La exposición bíblica se presenta en la segunda sección. Estas formas sermonarias pueden ser muy útiles para momentos específicos en la vida de la iglesia. Por ejemplo, la lectura bíblica puede ayudarnos a analizar textos problemáticos, cuya interpretación esté causando confusión en la feligresía.
Ejercicios En el ejercicio #10 tiene el propósito de ayudarle a desarrollar criterios para evaluar el contenido de los sermones. Puede usar estos elementos para evaluar sermones propios o de otras personas.
Ejercicio #10 Preguntas para evaluar el contenido del sermón
Puede usar estas preguntas para evaluar su propio sermón (si lo ve en vídeo) u otros sermones predicados en clase o en un servicio de adoración a Dios. Estas son preguntas de discusión que debe contestar con un párrafo corto.
1. Resuma el sermón en una oración sencilla, clara y declarativa. ¿De qué trata este sermón? _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
2. ¿Escuchó usted el Evangelio—las «buenas noticias» sobre Dios en Cristo—en este sermón? _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
3. ¿Qué dice este sermón sobre Dios y sobre su relación con la humanidad? ¿Respalda usted estas ideas y estos comentarios? _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
4. ¿Acaso la persona que predicó manejó el texto bíblico de manera responsable? _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
5. ¿Cómo contribuyó el sermón al desarrollo del servicio de adoración? _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
6. ¿Qué cosas recordará usted de este sermón? _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
7. ¿Qué sugerencias podría usted ofrecer para mejorar este sermón? _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________
11 La presentación del sermón
Introducción La teoría homilética que estudiamos en este manual tiene un propósito práctico: llevarnos a predicar la palabra de Dios ante una audiencia. Por esta razón, no debemos limitarnos a estudiar la Biblia y de las diversas formas de diseñar un sermón. También es necesario estudiar cómo podemos presentar el sermón de manera efectiva ante una congregación. La predicación es un oficio que se perfecciona en la práctica. Por eso, es necesario ensayar nuestros sermones, predicar regularmente y grabar nuestros sermones en audio o vídeo, de manera que podamos evaluarnos a nosotros mismos. Esta lección tiene el propósito de ayudar al estudiantado a presentar sus sermones de manera efectiva, siendo así más eficaces en el púlpito.
Conceptos Un sermón no cobra vida hasta que se presenta ante una congregación. Hasta ese momento, no es más que una idea o una serie de anotaciones en un papel. La presentación (también llamada «entrega») del sermón incluye tanto aspectos verbales como no‐verbales. A continuación ofrecemos algunos consejos prácticos para la presentación eficaz del sermón. 1. Mantenga una actitud positiva. Crea que su sermón hará una diferencia en la vida de las personas que habrán de escucharlo. 2. Prepárese bien antes de ir al púlpito. Termine el bosquejo o el manuscrito del sermón antes de comenzar el servicio de adoración. Practique su sermón, leyendo el bosquejo o manuscrito en voz alta, antes de llegar a la iglesia. 3. Ore constantemente, desde el momento que escoja el texto del cual va predicar hasta el momento de ir al púlpito. Pídale a Dios que le dirija y que le dé sabiduría para predicar de manera efectiva. Pídale que, por medio de su Espíritu Santo, transforme la vida y los corazones de las personas que necesitan tener una experiencia de fe. 4. Adore a Dios durante el culto. No se distraiga leyendo o repasando sus notas. Tampoco abuse de su voz, cantando a gritos. 5. Mantenga un volumen de voz adecuado. No grite. Use pausas y silencios para dar énfasis. Varíe el volumen y la entonación de su voz. 6. Limite el uso de las muletillas. No repita palabras tales como «Amén», «¿verdad?» o «¿comprenden?» cada dos o tres frases. No tome el nombre de Dios en vano diciendo «Aleluya» o «gloria a Dios» por nerviosismo, no porque verdaderamente desea alabar a Dios. 7. Mire directamente a la audiencia. Mire en varias direcciones, sin olvidar a las personas que están sentadas en la parte de atrás del templo. 8. ¡Predique! No se limite a leer sus notas. Si escribe un manuscrito completo del sermón, debe tratar de leerlo como si estuviera hablando. 9. Mantenga una buena postura en el púlpito. Colóquese de frente a la congregación. Nunca le dé la espalda a la audiencia. No se incline ni se recueste del púlpito. Para evitar movimientos involuntarios, coloque un pie un tanto al frente del otro. Las personas que se paran con un pie al lado del otro tienden a balancearse de lado a lado. 10. Dedique tiempo a la congregación después de que el servicio de adoración haya terminado. No se despida rápidamente. Reciba con gratitud y humildad los comentarios de la feligresía. No preste mayor atención a los comentarios, que sean demasiado positivos o negativos. Finalmente, trate de que su postura, sus gestos y su expresión facial concuerden con el tono y el contenido de su mensaje. De otro modo, su lenguaje corporal le transmitirá a la congregación que algo anda mal. Los gestos de su cara y el tono de su voz gritarán sin palabras que usted no cree lo que está diciendo con su voz.
Ejercicios En el ejercicio #10 tiene el propósito de ayudarle a desarrollar criterios para evaluar la presentación de los sermones. Puede usar estos elementos para evaluar sermones propios o de otras personas. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Broadus: Parte IV • Crane: Capítulo VII • Costas: Capítulos 8 al 10 • Jiménez, Principios: Capítulo 11 • Mottesi: Capítulo VII • Vila: Capítulos XV y XVI
Ejercicio #11 Preguntas para evaluar la presentación del sermón
Puede usar estas preguntas para evaluar su propio sermón (si lo ve en vídeo) u otros sermones predicados en clase o en un servicio de adoración a Dios. Estas son preguntas que puede contestar con un «sí» o un «no».
_____ Se escuchaba bien? _____ Mostró bastante variedad en el volumen y tono de su voz? _____ Mantuvo buen contacto visual? _____ Tuvo buena postura? _____ Hizo bastantes gestos con sus manos y su cuerpo? _____ Coordinó sus gestos con el tono y el contenido del sermón? _____ Mantuvo una expresión facial vivaz? _____ Mostró entusiasmo y convicción? _____ Transmitió una actitud positiva?
Sugiera estrategias para mejorar la presentación de este sermón.
Introducción En la mayor parte de las congregaciones protestantes de tradición libre y en las iglesias pentecostales de habla hispana quienes predican escogen los textos y los temas de sus sermones tomando en cuenta principalmente las necesidades de la iglesia local. En esta lección consideramos algunos elementos que se deben considerar a la hora de programar localmente la predicación. El objetivo de esta lección es fomentar la diversidad en nuestra predicación. Deseamos que el estudiantado combine distintos tipos de sermones, que toquen textos bíblicos diversos y que respondan a las muchas necesidades que tienen los feligreses que asisten a nuestras iglesias. La diversidad de enfoques y acercamientos a la predicación aumenta el impacto y la eficacia de nuestra predicación.
Conceptos A la hora de hacer un plan de predicación, es necesario tomar en cuenta los siguientes elementos: 1. El Año Cristiano: Todas las iglesias y las denominaciones cristianas celebran algunas de las distintas temporadas del Año Cristiano. Por ejemplo, todas celebran Navidad y Semana Santa. Además, todas observan los días más significativos del Calendario Cristiano, días tales como el Viernes Santo o el día de Pentecostés. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta estas temporadas y días especiales. 2. Días y ocasiones especiales: Muchas iglesias observan fechas tales como el día de la Reforma, el día de las madres y la Semana de la familia forman parte de la vida de la Iglesia. 3. El plan general de trabajo de la iglesia: Cada iglesia local debe tener un plan general de trabajo anual. En este plan, se deben trazar las metas, los objetivos y las estrategias de trabajo que la iglesia ha de seguir durante ese año. La predicación es una de las estrategias más útiles con las cuales cuenta una congregación para lograr sus metas y sus objetivos. 4. La diversidad de la Escritura: Algunos predicadores sólo emplean algunos libros de la Biblia. Esto es un grave error. El uso limitado de las Escrituras no le hace justicia a la diversidad de temas y de géneros literarios que contiene la Biblia. 5. Variedad en la predicación: La predicación puede ser una disciplina excitante y renovadora si usamos diversas formas y diversos énfasis en nuestra predicación. En vez de limitarnos a predicar un solo tipo de sermón, podemos emplear diversos tipos de sermones y aun experimentar con algunas formas sermonarias avanzadas. Un buen programa de predicación incluirá sermones expositivos, narrativos, temáticos, de ocasión, deductivos, inductivos, dialogados y de consejo pastoral, entre otros. También debemos variar los temas de nuestra predicación. 6. Flexibilidad: Todo programa de predicación debe ser flexible, pues es necesario responder a las situaciones imprevistas que ocurren ocasionalmente en la iglesia local y en la comunidad. Algunas de estas situaciones nos forzarán a hacer cambios de última hora en el programa. Una de las formas más efectivas de organizar nuestra predicación es mediante el uso de series de sermones. Una serie es la presentación sistemática de predicaciones sobre un tema en particular. La serie busca tratar en forma responsable un tema que no puede presentarse en un solo sermón. También se puede usar la serie para respaldar los distintos énfasis del programa de la iglesia. Aunque podríamos señalar diversas variantes, hay dos tipos básicos de series: 1. La serie bíblica: Esta presentan sermones que provienen de un mismo libro de la Biblia o que están unidas porque tocan un tema particular de la teología bíblica (como la fe). 2. La serie temática: Esta presenta sermones que exploran alguna doctrina (como la salvación) o algún problema social relevante para la fe (como la familia).
Ejercicios La predicación pastoral es distinta a la evangelística. Mientras un predicador ocasional o visitante puede repetir algunos bosquejos, los pastores y las pastoras tienen que desarrollar sermones nuevos para cada domingo. El ejercicio #12, el último del libro, tiene el propósito de ayudarle a crear conciencia sobre los desafíos que presenta la predicación pastoral. Complemente este ejercicio con la lectura del siguiente material: • Arrastía: Capítulo XI • Crane: Capítulo VIII • Costas: Apéndice A
Ejercicio #12 Programa de predicación
Escriba un programa de predicación para una Iglesia local. El mismo debe abarcar un mes de trabajo. Indique el título, el texto que usará de base, el tema y el área de énfasis de cada sermón.
Primer domingo: Título:_________________________________________________________________________________________ Texto:_________________________________________________________________________________________ Tema:_________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ Área:_________________________________________________________________________________________
Segundo domingo: Título:_________________________________________________________________________________________ Texto:_________________________________________________________________________________________ Tema:_________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ Área:_________________________________________________________________________________________
Tercer domingo: Título:_________________________________________________________________________________________ Texto:_________________________________________________________________________________________ Tema:_________________________________________________________________________________________ _________________________________________________________________________________________________ Área:_________________________________________________________________________________________