Sistemas Computacionales
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ALUMNO:
INTRODUCCIÓN
Las Ciencias Sociales son disciplinas que consideran distintos aspectos de los grupos sociales y las
relaciones de los seres humanos que viven en sociedad.
El objeto de estas ciencias es aprender a vivir en sociedad acatando las reglas de la vida colectiva y
conociendo los mecanismos fundamentales de la democracia y adquirir la competencia social y cívica
que permite participar de una manera eficaz y constructiva en la vida social gracias al conocimiento de
conceptos y estructuras sociales y políticas y pleno respeto de los derechos humanos, incluida la
igualdad como base de la democracia.
En las Ciencias Sociales se integran diversas disciplinas que estudian a las personas como seres sociales
y a su realidad en sus aspectos geográficos, sociológicos, económicos e históricos.
Los procesos de enseñanza y aprendizaje de esta área, que tendrá un carácter global e integrador.
• Los contenidos, o conjuntos de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes, contribuyen al
logro de los objetivos de esta etapa educativa y a la adquisición de competencias.
• Los criterios de evaluación del logro de los objetivos de la etapa educativas de primaria y del grado
de adquisición de las competencias correspondientes.
• Los estándares y resultados de aprendizajes evaluables.
El currículo de esta área ha de atender al desarrollo evolutivo físico, sensorial y psíquico del alumno, al
pensamiento concreto de la persona, es éste el momento de aprovechar su capacidad investigadora y
su deseo de estar en contacto con el mundo para estimular su capacidad de socialización.
Las Ciencias Sociales recogen todas las formas de comportamiento que preparan a las personas para
participar de una manera eficaz y constructiva en la vida social y profesional, especialmente en
sociedades cada vez más diversificadas, y, en su caso, para resolver conflictos, prepara a las personas
para participar plenamente en la vida cívica gracias al conocimiento de conceptos y estructuras
sociales y políticas, y al compromiso de participación activa y democrática.
La selección de los contenidos contribuye a la consecución de los objetivos generales de la Educación
primaria y al desarrollo de las
competencias.
Los contenidos se han agrupado en bloques que permiten una identificación de los principales ámbitos
que componen las Ciencias Sociales.
INDICE
2.1 El Marxismo.
El surgimiento de las Ciencias Sociales, como ciencias con objeto y método de estudio, se dio en un
momento histórico en el que los individuos buscaban interpretar, explicar y, sobre todo, dar respuesta
a los problemas que se presentaban en su entorno sociocultural. A partir del siglo XIX surgió un debate
teórico sobre la cientificidad del conocimiento social, que con altos y bajos se ha prolongado hasta
nuestros días. Diferentes intelectuales, principalmente del ámbito europeo, postularon ideas acerca de
las características y competencias de este campo del saber. Las propuestas metodológicas, inherentes
a las explicaciones teóricas de cada autor dan cuenta de formas distintas de percibir la realidad,
aunque con importantes aportaciones para la explicación y comprensión de los fenómenos sociales.
Por tanto, el carácter científico que se le adjudica a las Ciencias Sociales no surgió repentinamente,
sino que es fruto de debates, contradicciones y enfrentamientos que delinearon formas de percibir la
realidad social. ¿Cómo ser ciencia, igual que las ciencias naturales? Aunque la sociedad ha sido objeto
de estudio desde la Antigüedad, es en el siglo XIX cuando se produce una áspera disputa en torno a la
cientificidad de las disciplinas sociales (Sociología, Derecho, Historia, Economía y Antropología). Ello
ocurre en momentos en que el mundo social del hombre del siglo XIX se volvió altamente
problemático. Urgía establecer el papel del individuo en la sociedad, su relación con el Estado, el papel
del Estado en la economía, los límites del poder público, las relaciones entre las clases sociales, etc.; y
para hacerlo no se contaba con ningún conocimiento confiable. Existían, efectivamente, tratados de
política, economía, derecho, etc., pero carentes de método, de conocimiento riguroso y no resolvían
los problemas que se presentaban al hombre. La desarticulación del sistema feudal en Europa, el
surgimiento del capitalismo con sus nuevas clases sociales (burguesía y proletariado), que desplazaron
del poder político y económico a la antigua nobleza y el clero, los efectos económicos de la Revolución
Industrial y la Revolución Francesa, fueron el marco dentro del que se inició el desarrollo de las
disciplinas sociales y en el que avanzaron hacia su carácter científico. Frente a esta necesidad urgente
de explicar la sociedad y ordenarla, diversos pensadores encontraron que existía carencia de
conocimientos acerca delo social, que sólo podría resolverse mediante el conocimiento de la sociedad,
es decir, mediante el desarrollo de las ciencias sociales. Resultaba incuestionable la necesidad de
contar con una ciencia que explicara a la sociedad y diera cuenta de los fenómenos que se establecen
en la interrelación de los hombres que la conforman. En este debate hubo pensadores en favor y en
contra del carácter científico de estas disciplinas, de acuerdo al entendimiento de ciencia que
poseyeran. Por lo tanto, las nuevas disciplinas iban a ser científicas o no dependiendo del concepto de
ciencia que se utilizara como referencia. Surge entonces la pregunta ¿qué se entiende por ciencia? A
través del desarrollo histórico se han desarrollado dos grandes tradiciones respecto a lo que debe
entenderse por ciencia: a) aquella que la entiende como la explicación que la razón otorga a los
diversos fenómenos investigados) aquella que la entiende como la explicación causal de los hechos. La
primera encuentra su origen en la actividad filosófica de los griegos, especialmente en Aristóteles, y la
segunda, en la posición empirista de la ciencia del Renacimiento, que tiene como representante a
Galileo (quien comprobó empíricamente los postulados de Copérnico). Dentro de la tradición
aristotélica de la ciencia, se considera que, para ser científica, una explicación debe dar razón de su fin,
debe hablarnos del por qué y para qué de los hechos (concepción teleológica). La explicación o
concepción teleológica de la ciencia fue ampliamente criticada hasta que surgió la explicación galileana
(siglo XVII), que atendía el estudio de las causas del fenómeno (concepción causalista). La nueva
concepción causalista se basó en la formulación de hipótesis sujetas al análisis experimental. La
comparación de la hipótesis con las observaciones hechas durante la experimentación, fue la que
fundamentó la explicación de los hechos. Son las cosas las que giran en torno al entendimiento, y no el
entendimiento en torno de las cosas. Es precisamente este cambio en el enfoque del estudio de la
realidad lo que se conoce como la revolución copernicana. Por tanto, frente a la necesidad de explicar
lo social, algunos pensadores del siglo XIX e inicios del XX tuvieron que desarrollar estas nuevas
disciplinas que se construyeron con el modelo de las ciencias naturales, particularmente el de la Física,
que había alcanzado un reconocido nivel de desarrollo. El problema era que muchos de los fenómenos
que ocurren en el orden social no pueden ser aprehendidos con las categorías de estudio de las
ciencias naturales lo que llevaba a la discusión acerca de su pretendida cientificidad. Lo trascendental
del debate, a lo largo del siglo XX, fue (para algunos sigue siendo) si las nuevas ciencias debían
construirse siguiendo el modelo de las ciencias naturales, o si se podría construir el conocimiento de la
sociedad siguiendo caminos diferentes a los que se habían utilizado, es decir reivindicar la autonomía
de las nuevas ciencias. Se puede decir que el debate en torno a la cientificidad del conocimiento de la
sociedad se encuentra marcado por la polémica entre quienes entienden la ciencia como la explicación
causal de los hechos, expresado en leyes, con objeto de dominar la naturaleza; y quienes piensan que
la ciencia debe no sólo explicarlos hechos sino atender a sus fines y significados. Analizando la
polémica entre 2 ambas posturas, observamos que cada una nos conduce a diferentes resultados, ya
que persiguen distintos fines e interpretan la realidad con enfoques particulares. ¿Cómo ser ciencia,
pero distinta a las Ciencias Naturales? El conocimiento científico se distingue del conocimiento vulgar o
cotidiano por su rigurosidad y sistematización. Las características mencionadas de la ciencia son el
resultado del uso de una metodología en la producción del conocimiento. En esto, tanto las ciencias
sociales como las naturales son similares, puesto que ambas constituyen rupturas con el conocimiento
vulgar y son productoras de explicaciones de la realidad, mediante el uso de métodos y
sistematizaciones del conocimiento. Entonces, ¿dónde está la diferencia? Aunque algunos estudiosos
de la sociedad trataron de construir las ciencias sociales reproduciendo el modelo de las ciencias
naturales, pensando que el método de tales ciencias era el único posible para tener acceso al
conocimiento científico de la sociedad, otros pugnarán por una metodología adecuada a las
peculiaridades del objeto de estudio de las nacientes ciencias sociales. Los primeros están agrupados
dentro de la corriente denominada positivista y los segundos desde diversas perspectivas que, de
manera general, denominaremos aquí como antipositivista. La discusión se produce básicamente en el
terreno metodológico. Los positivistas consideran que el único método válido para explicar la realidad
es el método empleado por las ciencias de la naturaleza. Y agregan que, si las disciplinas sociales
aspiran al status científico, deben utilizar el método científico, pues es el único que proporciona
objetividad a las explicaciones que se den de la realidad. Los antipositivistas no están de acuerdo con la
afirmación radical de los positivistas y aunque reconocen la utilidad del método científico, consideran
que la realidad social, en tanto que es producto de la actividad del hombre, debe ser además de
explicada, comprendida. La realidad social no se agota en la explicación de sus causas; el por qué y
para qué de los fenómenos sociales no puede ser comprendido mediante el método científico,
considerado éste desde la perspectiva de las ciencias naturales, por lo que se hace necesario utilizar
otros métodos, además del científico, para explicar el objeto social. Respecto a la objetividad de la
explicación científica, los positivistas consideran que ésta existe cuando cualquier persona puede
reproducir el experimento y verificar en la realidad la veracidad del enunciado o explicación de la
ciencia. Por su parte, los antipositivistas también opinan que la ciencia debe ser objetiva, pero, más
que la comprobación experimental de las hipótesis científicas, entienden por objetividad la
explicitación de la subjetividad. Consideran que la neutralidad axiológica no existe y que la objetividad
consiste no en negar los valores, prejuicios e intereses que intervienen en la explicación y selección de
los objetos de conocimiento, sino en hacerlos explícitos y criticarlos, haciéndolos parte de la
explicación del objeto. También, se debe mencionar el objeto de estudio como otro de los aspectos
diferenciadores entre una y otra forma de hacer ciencia. Los hechos sociales, en tanto que hechos
humanos, tienen una interioridad que debe ser comprendida, más que explicada. Los actos humanos
tienen una dimensión teleológica: son actos dirigidos hacia el logro de un fin. La elección de uno u otro
fin depende de juicios valorativos, y no atender a los fines y valores que los determinan es dar una
falsa explicación de los hechos. Si bien el método explicativo es adecuado a las ciencias de la
naturaleza, es insuficiente para las ciencias de la sociedad, pues en razón de las particularidades de su
objeto de estudio deben usar el método comprensivo. No basta que las ciencias sociales expliquen el
cómo de los fenómenos que estudian, sino que es necesario que comprendan el por qué y para qué de
los mismos. En definitiva, el proceso de construcción de las Ciencias Sociales coincide con el proceso
mediante el cual el conocimiento científico de lo social se separa del contexto científico que presentan
las ciencias naturales, al reconocer que el objeto de estudio que le es propio, por sus peculiaridades,
debe ser explicado y comprendido mediante una metodología distinta de la que utilizan las ciencias de
la naturaleza. Es el debate entre positivistas, que pretendían hacer ciencia social siguiendo el modelo
de las ciencias naturales, y los antipositivistas, que aspiran a la elaboración de una ciencia nueva para
explicar la realidad social. Las ciencias Sociales hoy De la discusión sobre la factibilidad de construir una
ciencia social distinta de las ciencias naturales, con una metodología propia surgió desde la sociología
la llamada teoría comprensiva. Para Max Weber (el principal representante de esta corriente) el
método experimental puede llegar a explicar fenómenos naturales, pero existen otros tipos de
fenómenos que no se agotan con su explicación y que para completar su estudio hay que
comprenderlos. ¿Cómo resolver dicha problemática? Para lograrlo se requiere un método diferente al
de las ciencias naturales. Este método es el llamado comprensivo, de las ciencias de la cultura, alas que
pertenecen las ciencias sociales. De acuerdo a esta concepción, la realidad no se puede conocer tal
cual es, no se le puede conocer conceptualmente sino transformándola. Cuando conocemos algo, no
estamos ante una reproducción de la realidad sino frente aúna simplificación de la misma. Por tanto, el
investigador sólo puede conocer la realidad en algunas de sus partes, de acuerdo con un punto de vista
parcial, por loque las explicaciones que se ofrezcan de ella, desde diferentes puntos de vista,
indistintos enfoques, es legítima, aun cuando éstos sean opuestos. Por otra parte, cualquier objeto de
la realidad pasa por una constante transformación, por un constante devenir, con lo que se establece
el principio de continuidad de todo lo real. Por eso, ni en la naturaleza ni en la sociedad encontraremos
un ser idéntico, igual a otro; de ahí se establece el principio de heterogeneidad de todo lo real.
Entonces, ¿cómo llegamos a la realidad? Considerando lo anterior, para conocerla y conceptualizarla,
la realidad requiere ser transformada y se deben hacer cortes en ella, para que los objetos que se
estudian mantengan sus cualidades. Debemos aclarar también que la realidad es una y sólo se divide
mentalmente para efectos científicos ante la imposibilidad de conocer la totalidad. Pero, ¿cómo se
fracciona? Para segmentar la realidad se necesita que la ciencia emplee algún criterio prejuicio que
permita limitar el objeto de estudio. Si se atiende a las cualidades más generales y permanentes de los
objetos con el fin de abarcar el mayor número de ellos, estaremos utilizando el criterio de las ciencias
de la naturaleza, que pretende formar conceptos universales. Si, por el contrario, atendemos a las
características individuales e irrepetibles de los objetos estaremos utilizando el criterio de las ciencias
sociales, que consiste en relacionar la realidad con los valores. Podemos concluir que la selección del
aspecto individual del objeto a estudiar supone un juicio de valor por parte del científico, por lo que la
estimación valorativa se encuentra en la base de las ciencias de la sociedad o de la cultura. Esto no
significa que el científico deba hacer juicios de valor al describir su objeto de estudio, sino que debe
tomar en cuenta los valores que rigen un tipo de sociedad, que se encuentran vigentes, para poder
comprender el objeto de estudio, no sólo en sus causas sino en su significado. Por ejemplo, para
Weber el capitalismo es explicable en su origen y consolidación no únicamente en función del
desarrollo de las fuerzas productivas durante la Revolución Industrial, sino que resulta comprensible
además por los valores insertos en la ética del protestantismo (ahorro, trabajo, abstinencia). En
tiempos en que la realidad social se hace cada vez más problemática la investigación y proyección
científica en esta área adquiere mayor relevancia y connotación pública, por lo que asumir seriamente
su estudio y problematización debiese constituir un desafío permanente para quienes ven en el
accionar de los sujetos sociales una posibilidad de transformación social
2.1 El marxismo
Parte de las interrogantes epistemológicas que nos acogen este principio del siglo XXI en las Ciencias
Sociales son, inicialmente, el legado de un continuum indagatorio sobre el papel de las ciencias y las
humanidades en las dinámicas inmanentes de realidades sociales propias -y necesarias- para
redimensionar las condiciones de vida actuales. De allí que se propone analizar desde la complejidad
organizada, la crisis paradigmática en la que se desenvuelven ciertos modelos con intenciones
totalizadoras en las Ciencias Sociales.
En este sentido, el trabajo se ordena desde la explicación del auge de la interdisciplinariedad y la forma
de racionalidad del método hasta la conformación de comunidades científicas y el supuesto éxito
predictivo y coyuntural del método cartesiano, lo cual desembocará en el represamiento de los nudos
problemáticos en las Ciencias Sociales y el dilema del control. Todo lo anterior conforma la perspectiva
de análisis.
Para ello, se abocará a reflexionar sobre cómo se edifica la interdisciplinariedad en las Ciencias Sociales
a partir del relato maduro de una lista importante pero no extensiva de autores (García, 2007;
González Casanova, 2004; Funtowics, 2000; Maldonado, 2009; Morin, 2003; Najmanovich, 2005;
Reynoso, 2006; Ritman, 2003-2006) que han señalado una patología del saber moderno: el de la
selección y rechazo de datos bajo controles simples de cuantificación y verificación sobre la base de
una presunta indiscutibilidad de la razón instrumental y de la racionalización social según el modelo
medio-fin, sin que ello refiera a una crítica ascética sobre las Ciencias Sociales y su desarrollo histórico,
por el contrario, este tipo de divergencias entre el método, la concepción de sociedad y la cientificidad
de los resultados no son nuevas, ni se sustentan en la deconstrucción pese del método hipotético
deductivo, como tampoco se basan en argumentaciones desveladas y laxas sobre la desmitificación de
tesis fundamentales para el desarrollo de las Ciencias Sociales como las planteadas por Marx,
Bourdieu, la Escuela crítica de Frankfurt entre otras; por el contrario, lo que se desarrollará a
continuación, es una pequeña contribución a la crítica de los modelos míticos que sustentan sus
formulaciones en presupuestos estandarizados que desconocen el sentido recursivo -tanto en el
método como en la comprensión del objeto-sujeto de estudio- en las Ciencias Sociales.
En este sentido, y como primer punto de análisis, la incomprensión de la condición humana, desde sus
medios materiales hasta sus escenarios éticos, ha sido un argumento racionalizado y subsumido
dentro de una fragmentación de saberes que distancian -abismalmente- las posibilidades reales con las
posibilidades utópicas o deseables, lo cual constituye una limitación a la creatividad y a la ilusión.
Por tanto, este rápido recorrido por la complejidad -epistemológica- de las Ciencias Sociales supone
una provocación para abordar desde otro punto de vista, la racionalidad, la irracionalidad, la certeza, la
incertidumbre, tal y como lo afirma Max Horkheimer al denunciar: "la razón no se puede convertir en
algo transparente a sí misma, mientras que el ser humano actúe como miembro de un organismo que
carece de razón" (Horkheimer, 2006:20).
Para esto, es importante examinar cómo se comprende y "racionaliza" la capacidad humana para la
creación de incertidumbres desde posiciones críticas, por ejemplo, la desarrollada por Hugo
Zemelman, quien citando a Imre Lakatos, dice que, finalmente, "el hombre ha podido progresar
porque la razón se ha atrevido a pensar en contra de la razón" (Zemelman, 2005). Esta perspectiva es
compartida por el pensamiento evolutivo de Marcos Roitman el cual señala que los humanos no
"soportamos la idea de caos, desorden o catástrofe" (Roitman, 2006:261), porque nos gusta la norma,
lo ordenado, lo regulado, lo que nos cause menos problemas; ello implicaría que todo aquello que se
salga o intente salirse de esta lógica conjunta de principios ordenados, medibles y predictibles se evite
en función de mantener-sostener el paradigma aceptado y vigente.
Así, como segundo punto de análisis, el supuesto desasosiego entre la teoría y la práctica que ha
imperado en varios nichos disciplinarios positivos, de base experimental, queda en cuestionamiento
debido a que "el método" no se basa en una irracionalidad de la racionalidad moderna, o de un
maniqueísmo por establecer pasos hacia un "abismo conceptual" en términos santianos, por el
contrario, la complejidad organizada busca la heterogeneidad de los elementos (o subsistemas) que lo
componen y sobre todo, como la afirma Rolando García, "la interdefinibilidad y mutua dependencia de
las funciones que cumplen dichos elementos dentro del sistema total" (García,1994).
Por ejemplo: cuando Prigogine inicia sus estudios sobre estructuras alejadas del punto de equilibrio
(disipativas), encausaba el concepto de indeterminación, es decir, la imposibilidad causal lineal del
tiempo por prever el futuro, como principio de análisis para el cálculo del tiempo en el futuro. Este
método de investigación se nutre de los procesos de no equilibrio y de la prueba empírica de la
irreversibilidad de los hechos.
Ahora bien, este tipo de perspectiva sistémica considera como necesaria la elucidación y posterior
construcción de una estrategia metodológica que conjugue puentes (teóricos) entre saberes que
conformarían -por relación en la conceptualización del objeto-sujeto de estudio- un corpus
epistemológico que requiere del entendimiento de la multiplicidad de mundos y campos de trabajo en
las ciencias, es decir, se reconoce como ciencia de la creación y no simplemente como revisión o
descripción de hechos pasados. Este paso, fundamental, es el paso de la conformación de grupos
interdisciplinarios.
El auge de la interdisciplinariedad
El trabajo interdisciplinario, lejos de ser una moda mal comprendida y mal ejecutada por comunidades
científicas que solamente refunden datos, es propicia para expandir la mirada de las dinámicas
intransitivas que acuden al agotamiento de teorías y metodologías. En otros términos, la
interdisciplinariedad bien ejecutada, por grupos de científicos con marcos teóricos comunes, permite
rendir cuenta de las articulaciones entre dominios disciplinarios quebrados por el aislamiento del
conocimiento multidimensional a partir de una supuesta hermenéutica crítica.
La pista que interpela a la interdisciplinariedad como conocimiento en grupo, no se acaba con los
axiomas que la complejidad como ciencia de la creación establece, pero al menos si indica el camino a
seguir sobre la necesidad de crear puentes entre saberes, concatenando el conocimiento adquirido, en
primera instancia, en la física, la biología, la informática, la matemática y la química sobre la
autoorganización, y las Inter definiciones que desde las Ciencias Sociales conectan la acción
(experiencia social) con la institución (estructuras sociales).
A pesar de esto, la exhaustividad de los postulados disciplinarios modernos en las Ciencias Sociales
como la econometría, la ideografía en historia, la física social y el psicoanálisis, provienen de una
doctrina facultativa de conocimientos donde la semántica misma advierte de una intraducibilidad,
imposición y rigor metodológico que dirigía la investigación científica en un "orden disciplinario" que,
paradójicamente, limitaba los problemas sociales a asociaciones infranqueables entre el ser
(ontológico) y el saber (epistemológico). En este sentido, es importante acotar que no es la suma de
disciplinas ni la idea de una división de trabajos que encuentran puntos en común (búsqueda de
interfaces) la que dará vida a investigaciones interdisciplinarias, sino la introducción de la complejidad
al mundo de las Ciencias Sociales como conciencia del todo, es decir, focalizar la organización de las
disciplinas acostumbradas a optimizar las diferencias de sus subsistemas de pensamiento en
paradigmas conservadores.
Este modelo posee una causalidad recursiva que remite a una causa-efecto-implicación como bien lo
señala González Casanova en su explicación sobre el análisis general de sistemas organizados se aplica
esta proposición a los debates epistémicos sobre las Ciencias Sociales se puede encontrar una
disociación entre la organización de la totalidad, su semiótica y el control de la autorregulación de sus
métodos; de ahí que la reestructuración de totalidades no desintegra la estructura del pensamiento
moderno, por el contrario, se podría advertir la superación de ciertas teorías que son integradas a
modo de subestructuras con la intención de mostrar la apertura constante de nuevas posibilidades
"nunca acabadas", por eso la incomprensión metodológica funge como principio de apertura en la
investigación de las Ciencias Sociales.
Ninguna parte del objetivo de la ciencia normal está encaminada a provocar nuevos tipos de
fenómenos; en realidad, a los fenómenos que no encajarían dentro de los límites mencionados
frecuentemente ni siquiera se los ve. Tampoco tienden normalmente los científicos a descubrir nuevas
teorías y a menudo se muestran intolerantes con las formuladas por otros (Kuhn, 2004:53)
Es por esto mismo que, de acuerdo con Kuhn, la "existencia de un paradigma ni siquiera debe implicar
la existencia de algún conjunto completo de reglas" (ídem), aunque exactamente el paradigma no se
comporte como una empresa única, monolítica y unificada.
Empero, el estado de confort de estas comunidades científicas da pista para vislumbrar algunas
alternativas. Pablo González Casanova insiste en lo siguiente:
...desde mediados del siglo XX, coexisten de nuevo varios paradigmas que a la vez orientan hacia la
conservación, la creación y la legitimación del sistema dominante y apuntan hacia la construcción de
sistemas alternativos en todos los órdenes de las ciencias y las artes (González Casanova, 2004:390).
Esta claustrofobia social es propia del mecanicismo científico moderno de la previsibilidad de los
hechos sociales -hipótesis plausibles- y de las proyecciones cuantitativas en sistemas cerrados o
controlados. La descripción, explicación y predictibilidad de las teorías modernas -estructurales y
funcionalistas- se han manejado en una mescolanza de discursos "universales" que desean ostentar la
lógica de la interculturalidad y la transdisciplinariedad, necesarias para ser catalogadas como ideas
fundantes de un paradigma con tintes de universalidad pero sin tomar a consideración "los conflictos
paradigmáticos (contradicciones internas) en coexistencia con los conflictos sub-paradigmáticos (los
excesos y déficits)" (Santos, 2003:190).
Ejemplo de Inter definición disciplinaria: las áreas temáticas que se articulan desde la rigidez
metodológica del modelo hipotético-deductivo como disimiles o distantes en la valoración cuantitativa
de las variables, estarán predispuestas a mostrarse como desbalanceadas, pero, ello no implicará que
su articulación científica este ajena a contactos de orden estructural-social.
Los derechos humanos, el acceso a la justicia y la seguridad son áreas de conocimiento científico que si
se quiere pueden llegar a unirse fraternalmente en el ámbito jurídico y, de igual manera, pueden
distanciarse del relato jurídico y subsumirse en teorías sociales y antropológicas de convivencias
comunales, relatos históricos, organizaciones políticas y culturales.
Por su parte, la traducción disciplinaria del camino positivista y neopositivista del paradigma moderno
se podría mirar de la siguiente manera tomando como referencia el ejemplo anterior.
De modo que pensar, impensar y redimensionar (López, 2000) las Ciencias Sociales requiere de la
búsqueda de soluciones (epistemológicas, pragmáticas y axiológicas) a nudos problemáticos de las
realidades sociales. Estos nudos o etapas-momentos de estancamiento, inmovilidad, atadura o traba,
son parte de las barreras teóricas e incomprensión que los saberes sociales han intensificado desde sus
sistemas lineales (inductivos) y simetrías metodológicas que dejan de lado los "nuevos consensos
heurísticos" (Wallerstein, 1996:81).
Para ello, Marcos Roitman señala de manera muy clara el ideal discursivo-científico de la humanidad
desde el punto de vista de las ciencias de la certidumbre:
...descifrar los mensajes que emiten la naturaleza y transformarlos en un conjunto ordenado de
principios que nos permitan comprender y explicar el movimiento de los cuerpos, la vida de los
organismos y la organización de la materia, es el gran sueño que desea ver realizado la humanidad.
(Roitman, 2006:261)
Por lo tanto, la reconstitución de las Ciencias Sociales en el contexto actual necesita, innegablemente,
del trabajo interdisciplinario para una redimensión de la relación sujeto objetivado y objeto
subjetivado (grupos de investigación interdisciplinaria) donde las Ciencias Sociales tengan una
reunificación epistemológica del mundo del conocimiento y la prominencia de un conocimiento
institucional que sea tan solo parte del centro del problema que a continuación se enunciará:
- Poner en el centro del "pensar-hacer" (González Casanova, 2004:96) "el circuito natural de la vida
humana" (Hinkelammert y Mora, 2008:29) inmerso en un desasosiego (epistemológico y fáctico de la
praxis histórica) producto de una "experiencia paradójica mutiladora del cuerpo multidimensional-
vivencial" (Najmanovich, 2005:37)
Así, la incertidumbre como programa utópico permite, por un lado, retomar los consensos que ya
Immanuel Wallerstein había proyectado en su libro Abrir las Ciencias Sociales y que aquí se resume: "1)
la relación entre el investigador y lo investigado; 2) reinsertar el tiempo y el espacio como variables
constitutivas internas en el análisis y no meramente realidades físicas invariables y 3) cómo superar la
separación artificial erigida en el siglo XIX entre lo político, económico y cultural" (Wallerstein,
1996:81-83), y a partir de aquí abrir las Ciencias Sociales sin tener que cargar con la llamada
"imposibilidad lógica" popperiana u objetivación del objeto de estudio como experiencia paradójica.
"Así pues, el trascender lo posible es condición para conocer lo posible y, a la vez, conocer lo posible es
condición para poder trascender la realidad en el marco de lo posible". (Hinkelammert, 2002:310)
La idea de Hinkelammert se afianza en el límite del sujeto cognoscente como sujeto actuante ante
todo como conocedor y creador de realidades, así, las demostraciones lógicas de planificación,
desarrollo, competitividad se quedan en la díada regresión-progresión infinitas, donde el control de
"todo" es en circunstancias obvias imposible y al mismo tiempo, moralmente perverso.
Por tanto, los nudos problemáticos en las Ciencias Sociales tienen el dilema del control como programa
anti utópico (Hinkelammert, 2002:310) dejando de lado los verdaderos nichos de desarrollo teórico en
beneficio del circuito natural de la vida o de la vida misma. Por eso, se propone, visibilizar y establecer
las preguntas que no hablen del "todo" como universo imposible de controlar, pero sí de la sociedad
"como un todo".
De este modo, la complejidad organizada o interdisciplinariedad en las Ciencias Sociales tiene como
fundamento primario la interacción de componentes -en sistemas cerrados y abiertos- propios de la
vida, la humanidad y la naturaleza (materia). Se denomina organizada por presentar las posibilidades
del todo y las partes en conjuntos y subconjuntos de relaciones determinantes que suscitan eventos
identificados como límites de la razón; asimismo, los eventos en virtual descontrol como la pobreza, el
genocidio, la guerra, no se opusieron a la metafísica de los eventos controlados como los tratados de
comercio internacional, los subsidios arancelarios y la explotación del medio ambiente.
Esta relación dialéctica y funcional del "todo" viene a brindar una pista del fundamento epistemológico
en la construcción de (nuevos) paradigmas sociales en América Latina, más aún, si se tiene en cuenta la
elaboración de conceptos-realidades (interdefinibilidad) como problema sinérgico, contradictorio de
los elementos que conforman el "todo".
Lo remitente de las vertientes sociales y política en América Latina se ha explicado desde visiones
reducidas de predictibilidad y ordenamiento de sistemas absolutamente objetivados, en los cuales la
universalidad del pensamiento moderno europeo fue punto de inicio y fue punto de llegada. El
problema en consecuencia sigue siendo un conflicto de autoridad-coerción resuelto de la misma
forma. El método causa-efecto propio del ideal medio-fin dio como augurio la crisis política, social,
identitaria y cultural de América Latina.
Por un lado, durante los años sesenta y setenta del siglo XX los debates se centraron en el surgimiento
de movimientos insurgentes que proclamaban una toma de conciencia del enclaustro geopolítico del
cual era presa América Latina. Las reivindicaciones producto de las revoluciones de Cuba (1959) y de
Nicaragua (1979), ésta última de dudosa manufactura, dieron muestra que el cambio en el poder de
mando no sugería un modo de actuar diferente.
Por otro lado, el surgimiento de nichos teóricos como la teoría de la dependencia hicieron hincapié en
el contradictorio ideal de universalidad industrial burgués a través de ligeros intentos de complejidad -
sin que ello refiera a que se estaba haciendo un uso consiente de los postulados de la complejidad
organizada anteriormente descritos, pero que por su valía conceptual se puede relacionar-.
La crisis de la sociología latinoamericana de los años setenta, donde la consolidación del capital
empresarial-privado y los cambio-ajustes estructurales con el objetivo político de modernización y
nueva industria, redujeron sustancialmente las posibilidades de un desarrollo a "escala humana" y, por
el contrario, afianzaron un modelo estructural-funcionalista donde la idea centro-periferia atascó el
intento de lograr un desarrollo endógeno que fuera contrario con la idea sistema del mundo.
Los intentos por repensar las Ciencias Sociales tuvieron líneas teóricas que recorrían pensamientos
arielistas -antiimperialistas- de principio de siglo XX y "reformulados como parte de un dualismo
estructural" (Sotelo, 2005:49) expuesto por teóricos como Mauro Marini y Vania Bambirra donde "el
imperialismo constituiría una variable a ser introducida ex post, una vez entendida la particularidad de
la formación social estudiada" (Sotelo, 2005:96). Además, los debates ideológicos, por un lado, se
avivaban cuando los defensores del llamado "desarrollo hacia afuera" y la perspectiva de la
acumulación de capital y de la dominación política certificaban verdaderas prolongaciones de los
territorios extranjeros, mientras que, por otro lado, los aportes de la teoría marxista de la dependencia
analizaban el desplazamiento del sistema oligárquico-terrateniente a uno centrado en las necesidades
y variables regionales.
Esta aparente dicotomía no es del todo factible en término reales. Los ideales de algunos pensadores
latinoamericanos sobre la complejidad social mantenían una reestructuración de la totalidad en
sentido Holo gramático. "A partir de allí, la llamada década pérdida de los años ochenta empezó a dar
cabida a regímenes que reivindican la "fórmula de la democracia" como "alternativa" frente al
militarismo, la dictadura y el autoritarismo" (Sotelo, 2005:96)
Así pues, los intentos que década por década se han expuesto para la reivindicación de los sujetos
emergentes contienen elementos que se encuentran adscritos a los nuevos consensos heurísticos que
planteó en su momento Wallerstein y que siguen las preocupaciones por validar la idea de "creación
endógena con notable tendencia al desmantelamiento de la figura clásica moderna" (Sotolongo, et al,
2006:47) fortificadora del capitalismo y el neocolonialismo.
En palabas de Abdel-Malek "la emergencia de un nuevo orden internacional" (Malek, 2005:X reta la
abstracción estatal por brindar posibilidades de "estabilidad" jurídica y económica. La negación o
simplificación de desligar el interés cooperativo del desarrollo comunitario reedita una vieja pugna
entre las tendencias teóricas significativas por la emergencia de consolidar una integración política.
Para eso, en una primera fase de reflexión, o "complejidad reflexiva" (Funtowics, 2000:63) se reafirma,
en el sentido de Abdel Malek, la moralidad y erradicación del principio competitivo que históricamente
ha ahogado la posibilidad creativa de la región y su necesidad de reinterpretar -como lo hicieron en su
momento las líneas teóricas más importantes del pensamiento latinoamericano- el abordaje del
sujeto-actor y la incorporación de la complejidad como esquema teórico explícito para repensar y
proponer las orientaciones de las nuevas racionalidades que se desarrollan en América Latina.
A modo de conclusión
Por lo tanto, en alguna medida se puede concluir que la transición es un viaje asertivamente incierto y
que paradójicamente crea un clima de inestabilidad y de oportunidad en su interacción con las
comunidades científicas y los métodos que utiliza. Esta dinámica perfila vacíos y plenitudes que al final
terminan como una profecía que se cumple a sí misma, materializando las ideas de Nietzsche sobre las
verdades como construcción de intereses.
De esta forma, la interdisciplinariedad da pistas sobre los vacíos, silencios e incertidumbre de una
época en la que los antiguos valores se han derrumbado y los nuevos no acaban de aparecer para
tomar su lugar; esta transición paradigmática, de un paradigma de la simplicidad a otro de la
complejidad, no se reduce solamente a la sustitución de una epistemología que representa una ciencia
moderna de otra postmoderna, se trata de transformaciones que están tocando las puertas de la
organización social, política y cultural, que a su vez, son cambios que enfrenta un mundo que defiende
la comodidad de su estatus a otro más plural, de nuevas demandas y nuevas formas de comprensión
de los fenómenos de la realidad.
Aun cuando las estructuras sociales estén en plena transformación, el paso del paradigma clásico
mecanicista que apuesta a lo lineal y funcional donde se conoce una realidad social representada como
única y verdadera, generalmente centrada en un enfoque mono disciplinar, a otro paradigma que aún
es considerado como emergente y que se sustenta en lo no lineal, en causas múltiples y efectos
emergentes, es necesario.
Por tanto, se está en una transición que podría quedarse ahí, en la transición misma ante el caos que
puede generar la indefinición, o, por el contrario, podría avanzar hasta crear su propio orden y por
consiguiente reiniciar una especie de nuevo ciclo sobre nuevas bases o presupuestos que no incluyan
segregaciones y abismos como los del ahora viejo orden ha expresado
La historia nos muestra cómo el Estado ha tenido distintas funciones a lo largo de su desarrollo
histórico dentro del capitalismo. Aplicar un enfoque interdisciplinario al estudio de un fenómeno
específico muy importante, es el caso del Neoliberalismo. Éste es un modo de actuar del Estado, el
mercado y la sociedad civil que implica profundos y complejos cambios en la vida moderna, a partir de
dejar que el mercado predomine sobre los otros y especialmente en el contexto del actuar del estado
bajo el enfoque del bienestar, en que éste predominaba sobre el mercado Antecedentes del
neoliberalismo. En la historia del Estado moderno podemos encontrar las siguientes etapas: a). En los
siglos XVI y XVII, en el marco del Feudalismo, las Monarquías absolutas dominaban a los países
europeos. Solo el rey concentraba todo el poder. b). En el siglo XVIII y bajo la influencia de la
Revolución Francesa de 1789, los estados bajo la forma de gobierno de Monarquías Parlamentarias, en
las que el gobierno consulta con el PARLAMENTO sus políticas. A la población se le ofrece protección
para sus bienes, se forman ejércitos nacionales que superan a los de cada feudo y cobran estos
servicios mediante impuestos. c). A partir de 1880 y hasta En este período, el estado ejerce políticas
sobre sus ciudadanos encaminadas a mantener, defender y ampliar el territorio y los mercados,
establecer leyes para que exista un mínimo orden que garantice las inversiones y las actividades de
compra-venta. Invierte en el ejército para garantizar estas actividades, así como en el establecimiento
de un sistema de caminos y comunicaciones que facilitan el desplazamiento de mercancías y las
actividades comerciales en el mercado. En este período se trataba de hacer crecer el mercado y reducir
la actividad del Estado, los ciudadanos no consideraban que el estado deba proporcionar bienestar
más allá de la defensa de la SOBERANÍA, la seguridad en la ciudad y los pueblos, y la facilitación legal
para establecer y garantizar la libertad de comercio. Aquí está generalizada la creencia de que el
bienestar es un resultado del trabajo personal, del esfuerzo y el ahorro dentro del sistema comercial, y
que es un asunto privado.
ES LA ÉPOCA DEL PRIMER LIBERALISMO
De 1929 a La crisis económica mundial de 1929 desestabiliza al capitalismo establecido en los países
desarrollados. El Estado comienza a asumir responsabilidades que antes no imaginaba, e interviene en
la libertad comercial estableciendo leyes que limitan la creación de MONOPOLIOS, la ESPECULACIÓN,
garantizando los depósitos bancarios, seguros, etc., o bien, asumiendo costos sociales. Así es como en
Estados Unidos se establece el seguro al desempleo, seguro social y vales de alimentos. Es en esta
época cuando surgen dos creencias sobre el estado: primero, que los gobiernos son de ahora en
adelante los que se encargan de proporcionar el bienestar a la población mediante programas que
disminuyan el desempleo, amplíen la seguridad social y los servicios de salud. (Mismas que establecerá
México en su plan nacional de desarrollo a partir del cardenismo, casi en forma similar). Y el segundo,
que el mercado, abandonado a las leyes puras de la oferta y la demanda, siempre llevará a establecer
fuertes crisis económicas, y que la intervención del estado de ahora en adelante tendrá el objetivo de
prevenirlas, pues si éstas son graves como la de 1929, pueden llevar a procesos revolucionarios. Es la
época en que se establecen también gobiernos republicanos y democráticos en Europa. Las
generaciones que viven esta época consolidan su creencia de que el Estado debe proporcionar
bienestar. Y ésta es la época del auge del ESTADO DE BIENESTAR. Los objetivos del Estado de bienestar
son dar seguridad económica y social a las personas y a los grupos sociales mediante la reducción de la
desigualdad creada por el mercado que dejado a sus libres fuerzas produce graves crisis económicas, o
fenómenos como la guerra, los desastres, etc. Este tipo de políticas de bienestar ejercidas por el
Estado se fueron difundiendo desde los países desarrollados a los subdesarrollados. El Estado de
bienestar fue la forma como se consolidaron los Estados en los países subdesarrollados en el siglo XX.
Logró conformidad de los ciudadanos al garantizarles empleo, o en su caso mínimo, nivel de ingresos
estableciendo un salario mínimo, control de precios de productos energéticos como luz,
comunicaciones, etc., así como de alimentos; otorgó servicios médicos y educativos a bajo costo vía la
seguridad social, dotó a los trabajadores de un sistema de prestaciones sociales como jubilación, y creó
empleo mediante la adquisición de empresas privadas que las hizo públicas vía las nacionalizaciones o
expropiaciones, o bien, invirtiendo en gasto para carreteras, escuelas, hospitales, etc. A partir de 1980
comienza un cambio de rumbo en la economía mundial cuando se critican los excesos del estado de
bienestar, que llevan a una nueva crisis, y a responder con una nueva forma de ver al estado: reducirlo,
retirar su intervención de la economía y de la seguridad social para regresarlo a la época en que debía
ser un estado con mínima participación para volver a dejar libre la acción de las fuerzas del mercado.
Menos estado y más mercado será lo que caracterice al NEOLIBERALISMO. El Neoliberalismo tiene su
antecedente en el Liberalismo que, si bien ideológicamente existió desde el siglo XVIII, en la práctica de
los gobiernos se establece a lo largo del siglo XIX. También puede apreciarse cómo las condiciones para
que resurgiera esta corriente se da en el modo como actuaron históricamente los estados entre 1929,
1945 y en adelante, hasta los años sesenta cuando intervinieron en la economía y la seguridad social
para evitar inestabilidad económica (crisis financieras) o social y política (protestas y revoluciones).
Como se ha visto, el enfoque interdisciplinario genera aportes muy importantes pues entre los
ciudadanos hay un cambio cultural y de eso se ocupa la antropología; de igual forma hay un cambio en
la percepción del papel y poder del individuo ante el mercado y el estado, y esto lo estudia la
economía, la sociología. Finalmente, el papel preventivo de la intervención del estado para garantizar
la estabilidad, neutralizar ideologías radicales y evitar revoluciones puede ser estudiado por la ciencia
política. Características sobresalientes Para entender las características sobresalientes del
Neoliberalismo se critica bajo la perspectiva conservadora que: 1. Su excesiva intervención en la
economía ha generado una nueva crisis económica, que se traduce en el estancamiento y bajo nivel de
productividad de las empresas como producto de la protección que hace a los sindicatos y las
prestaciones sociales, que aumentan las cargas al empresario, restándole nivel de competitividad ante
otros del extranjero. 2. Esta nueva crisis económica se manifiesta en que hay estancamiento
económico y a la vez inflación del costo del producto por el paternalismo gubernamental. 3. La
economía y la inversión no se pueden agilizar porque el estado ha sobreprotegido a los trabajadores
concediéndoles altas prestaciones sociales, y a la vez controla el precio de los productos de consumo
popular.
Hay un excesivo proteccionismo de las fronteras que impide la competencia y el aumento de la
productividad; como el mercado nacional no permite traer productos del extranjero que son baratos y
de buena calidad, el consumidor local tiene obligadamente que comprar aquí, así sea caro y de mala
calidad. Para la crítica conservadora, el estado de bienestar debe reducirse en tamaño y en funciones,
dejando libre el mercado para que sea la oferta y la demanda la que indique qué empresas sobreviven
mejorando la productividad, abriendo las fronteras a la nueva inversión productiva que viene con la
globalización y abaratando los costos innecesarios por el establecimiento de un salario mínimo o
prestaciones a los trabajadores que encarecen el costo de la mano de obra aunque no sea
suficientemente productiva. Esta crítica fue muy aceptada en la época de los años setenta y ochenta
del siglo XX, pues en el caso de México, fue una época en que había mucha inflación y la gente veía
cómo se devaluaba el dinero, a los billetes se les aumentaban ceros y lo que hoy costaba un precio
para mañana valía más, generando una agobiante carestía. También era aceptada porque se veía cómo
la corrupción en el estado dilapidaba el dinero sin ninguna responsabilidad, o porque se creaban
nuevas dependencias de gobierno que no hacían nada, pero cobraban altos sueldos sus funcionarios.
En el mercado la gente compraba productos caros y de mala calidad, pues no había otros que le
compitieran. En las empresas había mucha simulación: Tú haces como que trabajas...y yo como que te
pago se decía, o porque los sindicatos sobreprotegían a los trabajadores, y esto lo permitía sólo por
razones de control político, esto es, para tener su lealtad a la hora de ir a votar. Finalmente, porque las
empresas públicas eran tan ineficientes en su mayoría, mal administradas, pues estaban ocupadas por
políticos y no por gerentes efectivos y había mucha corrupción y despilfarro de recursos del pueblo. El
Neoliberalismo prometía un mundo donde esto se acabará y creó la ilusión de que la productividad, la
calidad y la eficiencia por fin llegarían al modo como lo era un país desarrollado. Y por eso hubo mucha
complacencia con este nuevo proyecto que prometía mejorarlo todo. Por ello, las siguientes
características del estado Neoliberal son las opuestas a las del estado de bienestar. 1. Retorno al
estado mínimo o a la menor intervención del estado en el mercado, la economía y la sociedad. 2.
Reducción del tamaño de la burocracia administrativa para abaratar el costo del estado. Esto implica
anular secretarías y departamentos del estado que sean innecesarias. 3. Privatización de empresas
públicas, retirarse de la propiedad de empresas públicas vendiéndolas a la iniciativa privada. 4.
Privatización de servicios públicos. 7. Privatización de la seguridad social. 5. Disminución de las políticas
sociales tales como el gasto en el combate a la pobreza. 6. Flexibilización de las leyes laborales, que
dan salario mínimo, seguro médico, estabilidad en el empleo, ascenso por escalafón, jubilación, etc.,
independientemente de la productividad que tengan en la empresa. 8. Nuevas políticas fiscales y
tributarias que permitan aumentar los ingresos al estado, gravando a toda la población, y ya no sólo a
las clases medias y empresariales. 9. Apertura económica de las fronteras y fin del proteccionismo a
empresas improductivas, apertura a la inversión extranjera que pueda invertir en fábricas que
produzcan con alta calidad y productividad. Con esto a la vez se permite integrar cada país en
tendencias a la globalización. 10. Modernización de los aparatos productivos nacionales, de la industria
y empresas en general, propiciando la elevación de su productividad, calidad y eficiencia a efecto de
hacerlos competitivos.
Modernización del sistema educativo nacional de cada país, a efecto de ofrecer carreras orientadas
hacia las nuevas tecnologías, el mercado y los nuevos negocios. Como se aprecia, el neoliberalismo
implica la retirada del estado de la economía y la sociedad, pero también una reestructuración y
modernización de las mismas. Mas el neoliberalismo afecta también las funciones y características del
estado nacional: No solo disminuye su tamaño al recortar la burocracia, eliminar por la vía de la venta
de las empresas públicas y permitir la privatización de los servicios públicos, sino que además limita sus
funciones soberanas al entrar a firmar acuerdos de libre comercio en los que las decisiones políticas
económicas a seguir en cada país serán tomadas en el extranjero, en concordancia con los dictados de
los organismos económicos financieros internacionales, tales como el fondo monetario internacional,
el banco mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, etc Conceptualización Pueden darse muchas
definiciones del Estado de bienestar y del neoliberalismo. Para nuestro propósito, definimos al estado
de bienestar como aquel que interviene en el mercado y la economía por la vía de una mayor inversión
pública para generar empleo y empresas estatales, así como en la sociedad estableciendo un sistema
de seguridad social, propiciando el bienestar colectivo y garantizar un nivel mínimo de consumo para
los grupos sociales más desfavorecidos. En esta definición queda claro cómo el Estado de bienestar
abandona la práctica de dejar que el mercado por sí solo proporcione empleo, seguridad y bienestar y
asuma como responsabilidad suya promoverlas, usando sus propios recursos e instrumentos de
política social. En el Estado de bienestar, la acción del mismo estado se ve ampliada, la del mercado se
ve limitada y la sociedad civil parcialmente beneficiada ya que no deja de vivir los excesos del primero.
Por su parte, definimos al Neoliberalismo como: Aquella política económica que en el contexto de la
globalización se abstiene de intervenir en el mercado, en la economía y la sociedad, para lo cual
desmantela los medios para lograr el bienestar social que se había establecido en la época del estado
del bienestar y que lleva a adelgazar al estado. En esta definición captamos que el estado Neoliberal
resurge como reacción a la anterior forma de estado interventor, y plantea desmantelarlo, vendiendo
sus empresas, eliminando las conquistas de los trabajadores en el ámbito de seguridad social de la
anterior época y
7 disminuyendo el tamaño de su administración, así como su gasto social en el bienestar de la
población. En el Neoliberalismo el estado se ve limitado conforme se amplió la esfera de acción del
mercado, y la sociedad civil se ve afectada porque ahora impacta a su bienestar la dura lógica de las
fuerzas del mercado Costos sociales de la política neoliberal aplicada por el estado El simple hecho de
que estés leyendo estas líneas significa que no eres pobre ya que tuviste los medios monetarios para el
pago de tu inscripción y la compra de otros medios de estudio. La pobreza hace referencia a una
carencia de bienes, alimentos, servicios o de condiciones materiales que requiere la gente para su
subsistencia y el desarrollo de sus capacidades físicas y espirituales. La pobreza genera por ello
insatisfacción entre grupos de individuos respecto a sus necesidades básicas. ¿A quiénes se les
considera pobres? A individuos o grupos sociales que carecen de recursos para obtener los tipos de
alimentación, vivienda, educación y salud mínimos habituales para su desarrollo personal y social.
Ahora bien, estos mínimos a obtener varían de sociedad en de una época a otra. Si en un lugar del
mundo o en una etapa de historia de una sociedad las personas habitualmente consumen carne y ésta
es parte de la costumbre, entonces es pobre quien no tiene acceso a ella. Por ejemplo, en Argentina,
país exportador de carne al mundo, la dieta popular y obrera incluye este producto que es accesible,
pero no así algunas legumbres que son caras. En México, al contrario, la carne es un producto caro en
comparación con algunas legumbres. sociedad, o el Otro ejemplo es que en Estados Unidos es un
mínimo habitual el acceso a electrodomésticos, como refrigeradores y televisión; pero no en México,
que los pueden comprar los que no se consideran pobres. En Estados Unidos se pueden tener estos
aparatos y ser pobre; en México no. En un caso y otro son finalmente mínimos habituales socialmente
establecidos. Los que no tienen ese consumo, se consideran pobres en cada caso. Muchas veces
hacemos mal uso del término <POBREZA>, mencionando que estamos pobres. Si te das cuenta, el
término es más amplio, ya que no sólo implica que tengamos un automóvil del año, un guardarropa
lleno de vestidos modernos. Si tienes en este momento unas monedas para poder comprarte un
refresco, si puedes salir a pasear el fin de semana y
8 comprarte un helado, si puedes ahorrar para comprarte un disco de tu artista preferido, si tienes una
cama donde dormir y en tu casa un poco de comida, significa que no te encuentras en el porcentaje de
la población de pobreza extrema. Se hace necesario establecer distintos mínimos de la pobreza, o
distintas líneas a partir de las cuales se entiende si se es o no pobre. El Banco Mundial ha generalizado
el concepto de líneas de pobreza, que define cuántos dólares mínimos por día necesita una persona.
Para poder hacer comparaciones internacionales, definió los mínimos siguientes: Para América Latina y
el Caribe 2 dólares. Para Asia y los países ex socialistas 4 dólares. Para los países desarrollados dólares.
Quienes perciben estas cantidades diarias, en estas regiones, son gente considerada como pobre, pero
si reciben la mitad, son gente en condición de pobreza extrema. En el caso de América Latina entonces,
la pobreza se da cuando se percibe diariamente al menos dos dólares americanos para la subsistencia,
y se está en situación de pobreza extrema cuando se percibe diariamente solo un dólar americano para
subsistir. La pobreza es una condición social, es decir es creada por los modos como se produce y
distribuye la riqueza en cada etapa de desarrollo de un país. Esto significa que el modelo económico de
un país en un momento determinado puede disminuir la pobreza en tanto que en otro puede
aumentarla. En la superación de la pobreza influye no sólo adoptar un nuevo modelo económico que
mejore la distribución de la riqueza, sino también una mayor participación política de la gente en
instituciones democráticas. Por ejemplo, un congreso y/o parlamento auténtico, permite que los
ciudadanos pobres puedan tener diputados que les ayuden legislando para mejorar su nivel de vida, o
que haya partidos políticos que canalicen estas exigencias. La superación total de la pobreza en el
capitalismo no es posible. Existiría como contraparte de este modo de producción y le acompañará
siempre. Sin embargo, puede disminuirse cuando el estado impulsa un modelo económico que mejore
la distribución social de la riqueza aún dentro del mismo capitalismo. Este proceso, no obstante,
requiere el esfuerzo continuo de varios gobiernos. Se calcula que en el caso de México se necesita
cerca de 20 años con un crecimiento económico promedio de 4.5% de la economía para superarla,
esto es, tres o cuatro sexenios que trabajen en el mismo esfuerzo. No es por ello
9 asunto de un solo gobernante, o de un solo partido e ideología, si no de mantener una política
continua de combate a la pobreza. En el Informe Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
de 1999 se indica que la pobreza en la región latinoamericana afecta a 169 millones de habitantes
(31.1% de la población), en donde una de cada tres persona gana menos de dos dólares al día. Por otra
parte, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) publicó en su informe de 1998 que el
número de la población en pobreza supera los 200 (41.1%) millones de personas, de las cuales
alrededor de 90 (18.6) millones son indigentes. Si sumamos pobreza con pobreza extrema, América
Latina tiene 187 a 225 millones de pobres en Los datos oscilan entre 169, 200, 225 millones de pobres
para el continente latinoamericano. En México el banco mundial considera que por lo menos 40% de
los 100 millones de mexicanos, esto es 40 millones, viven en pobreza; mientras otro 14.9%, vive en
pobreza extrema. En total serían pobres en México 54.9 millones de personas en 2002, más de la
mitad de los mexicanos. En el ámbito nacional, por una parte, el gobierno federal reconoce que dos
tercios de la población (66.5 millones de mexicanos) 17 viven en la pobreza, de los cuales 26 millones
del total de los mexicanos, se encuentran en la extrema pobreza. La globalización y el neoliberalismo
han acrecentado a lo largo de 20 años el número de pobres en el mundo, especialmente en África, Asia
Central y América Latina. El desempleo Según datos de la Comisión Económica para América Latina
(CEPAL), con relación al desempleo entendido este como aquellas personas que trabajan pocas horas
de la semana o no trabajan en absoluto, en América Latina la tasa de desempleo llegó ha ser crítica en
promedio a pesar que la mayor parte de los países de la región lograron crecimiento económico a un
ritmo aceptable durante En México, al inicio de la década de los 90 s el desempleo continuó
aumentando y alcanzó su máximo nivel en 1997, cuando la tasa de desempleo llegó al 7.5%, periodo
en el que se perdieron alrededor de 750 mil empleos en un año, debido a la crisis que se conoció
como: El error de Diciembre. En 1998, según datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
(STyPS), la tasa bajó a 3.2%, situación que provocó que las personas inactivas ascendieran a un millón
100 mil personas en todo el país. Pero si se tomara en consideración no solo el desempleo, sino
también al subempleo (Personas que trabajan menos de 35 horas a la semana o que no laboran), la
tasa de desempleo aumentaría a niveles críticos; lo que implica a finales de 1998 más del 12.8% de la
población mexicana se encontraba sin empleo o laborando menos de la jornada ordinaria en todo el
país. En la época del Estado de Bienestar los trabajadores habían logrado mediante diversas luchas
sindicales, reforzar sus sindicatos, hacerlos crecer en número, y de ese modo ampliar su poder de
negociación para obtener mejores prestaciones y condiciones de trabajo. por escrito. Para el
neoliberalismo, este poder de los sindicatos y la amplitud de sus conquistas en el contrato colectivo,
significaban que el trabajo había caído, desde el punto de vista empresarial en una rigidez que
desalentaba la inversión, porque si se quería invertir se tenía que enfrentar a sindicatos duros, a
trabajadores caros, y a los que no podían trabajar más allá de las horas y tareas fijadas de antemano
Esto era para el empresario una inflexibilidad que impedía un mayor aprovechamiento de la mano de
obra y el aumento de la productividad, para ello los empresarios en el modelo neoliberal exigieron el
establecimiento de una nueva forma de trabajo que se conoce como Flexibilidad Laboral que requiere:
a) Ser pagado sin prestaciones. b) Que sea despedido para no crear antigüedad. c) Que ya contratado
realice las actividades que requiere el empresario sin tener el problema que no pueda cambiarlo de un
departamento o actividad, porque haya estado previamente establecido por escrito. El neoliberalismo
diseña una nueva forma de trabajo que es la flexibilidad laboral y que permite abaratar los costos de
mano de obra y aumentar la productividad. Esa nueva forma de trabajo poco a poco se va extendiendo
a las nuevas empresas, o se instala en las anteriores previa lucha entre el empresario y el sindicato;
que ante el desempleo se ve obligado a reducir las prestaciones, bajar salarios y en ocasiones hasta
aceptar el despido de una parte de sus trabajadores a cambio de que otros se queden laborando o no
cierre la empresa. De golpe una reducción de ingresos las empresas producen así empleo, pero es un
empleo precario; mismo que consiste en el nuevo tipo de empleo, que ofrecen las empresas, pero con
bajo sueldo sin pago de prestaciones ni posibilidad de estabilidad a mediano plazo. Si con el
neoliberalismo se reduce la cantidad de empleos bien pagados, y por el contrario surge un nuevo de
tipo de trabajo flexible y mal pagado; a este fenómeno lo acompaña el desarrollo del autoempleo en el
sector informal de la economía. Éste es el que vemos en los puestos ambulantes en las calles, en los
mercados sobre ruedas, en los estantes desarmables que se ponen cada día y en el que se venden
artículos electrónicos, eléctricos, herramientas, bienes de consumo, etc. Y que cada ciudad tiene. Este
tipo de trabajo que antes era anormal, en realidad es normal ahora, pues representa una buena parte
de la economía. Para el caso de México, los datos sobre el empleo informal que da el Instituto Nacional
de Geografía y Estadística e Informática (INEGI) muestra que actualmente la mayoría de las personas
está sobreviviendo en la economía informal. En el Neoliberalismo hay además un crecimiento
económico demasiado lento, como para generar el suficiente empleo que requieren las nuevas
generaciones. El empleo que produce es mal pagado o precario como para ayudar a aliviar la pobreza.
Tener un empleo ya no basta para sostener una familia, se requieren varios miembros de la familia
laborando, y aun así hay dificultades económicas.
Bibliografía
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https://www.utel.edu.mx/blog/10-consejos-para/historia-de-las-ciencias-sociales/
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