Tomo 20 21
Tomo 20 21
Tomo 20 21
REVISTA
FACULTAD DE CIENCIAS
OVIEDO
1979-80
Dep6sitn legal: 0. 45 - 1958 ISSN-M73-6303
Edita: Imprime:
Servicio de Publicaciones U . d e O. Gráficas Summa, S. A.
Jesús Arias de Velasco, s/n Polígono Industrial de Silvota
OVIEDO OVIEDO
Rev. Fac. Cienc. Univ. Oviedo (Ser. Biología), 20-21 (1979-80): 3-13.
Por
MIGUEL A. COMENDADOR
Departamento Interfacultativo de Genéiica
Universidad de Oviedo
RESUMEN
SUMMARY
An aiteration of the stnirture of the dorsocentral and scotellar bristles with maternal transmis-
sion, was detected in n U. sini1l1rin.s linr. 'l'lii$ palicr coniril~iiirnnew data about tliis alteration. As the
most outstaiiding properties of ihis c h a r ~ c t e rwe eniphnsize: i: there is a siroiig response to Ihc
selection, ii the dorsocentral and scutellar bristles in atypic locati~~ns a r e also capable of experiencing
modificatinn of tlie striicturv, iii tfiere is n sirong teiidency fiir tlie bristles with the aiterated structure
to locate themselves on ihe sanie xide oi' the body, io individuals proceeding from lines with wildtype
phenotype can acquire the aforementioned alteration by infrction.
We formulate aii hypothesis tlint could explnin a great part of the known properties of this
chayocter.
INTRODUCCION
Las especies del género Drosophiln, por haber sido ampliamente utilizadas
e n la investigación genética, son generalmente muy bien conocidas en lo que s e
refiere a la transmision d e caracteres monogénicos así como al comportamiento
d e diferentes caracteres bajo control poligénico. Sin embargo, son pocos los casos
conocidos d e caracteres transmitidos por vía materna y la mayor parte d e ellos
son debidos a l a presencia d e virus (BRLYy PI.LIS,1980) o bacterias (DAXIELS rt u¡.,
1977;' OTHAet al., 1979). En otros casos la naturaleza del factor responsable
permanece aún tlesconocida (Rcciirrox y PIcARD,1978).
En lo q u e s e refiere a las quetas, s e han descrito varias decenas d e genes
sencillos q u e afectan al número o estructura d e las mismas (LINSLEY y GRELL,
1968). También s e conoce la respuesta a la selecci6n d e sistemas poligénicos qiie
controIan el número d e quetas localizadas s o l ~ r edifeicntes zonas del cuerpo, pero
sólo s e conoce un caso d e alteración del número y estructura d e las quetas,
transmitida por vía materna (C~LIENDADOR, 1980).
El caso mencionado ha sido descrito en una línea d e D. simulnns, en l a cual
s e presentan individuos con iin fenotipo qiie ha sido denominado S , consistente en
alteraciones e n la estructura d e las macroquetas, d e tal manera q u e s e pueden
encontrar en las zonas dorsocentral y l o eccutelar desde ausencia total d e las
quetas, incluido el anillo basal, hasta quetas d e taniaño normal pero deformes. El
número d e quetas con la estructura alterada e s variable, pudiendo encontrarse
desde individuos t o n todas las quetas (dorsocentrales y escutelares) con la estruc-
tura alterada, hasta individuos con las ocho cluetas nor~nales.
Aunque fundamentalmente s/,l« están afectadas las quetas dorsocentrales y
escutelares, también es posible q u e esta alteraci6n se extienda a macroquetas d e
otras localizaciones torácicas, principalmente las postalares.
En el presente trabajo s e aportan nuevos datos para el conocimiento d e este
tipo de alteracitin estructural d e las macroquetas y s e forrnula iina primera
hipótesis explicativa del fenómeno.
MATERIAL Y METODOS
fenórneno que afecta únicamente a la queta como tal o por el contrario, e s debido
-:a In riiosicifin localizada en que normalmente s e encuentra cada queta, s e cruzaron
--f
:ión artificial
S e tomaron 50 individuos (la mitad d e cada sexo) d e fenotipo S, los cuales
fueron homogeneizados en 3 m1 d e solución d e Ringer. E n tres placas d e 10 mm
d e diámetro y con alimento fresco, s e hizo una extensión d e 1 m1 del homogenei-
zado. En cada una d e estas placas s e sembraron 100 huevos d e 6-10 horas d e
edad .
RESULTADOS
Selección
En la figura 1 se muestran las distribuciones del número d e quetas con
fenotipo S, considerando conjuntamente las dorsocentrales y escutelares, en la
poblaci6n base (Go) y en las tres generaciones d e selección (de G, a G,). En la
gráfica correspondiente a G,, s e ~ u e d eapreciar una característica notable del
carácter S: su dimorfismo sexu: 11. Hay u na mayor frecuencia d e machos con e s t e
f'enotipo (45,12 9%) que d e hernbras (310,20 %) y el número medio d e quetas
anormales por mosca afecta da es significativamente mayor en machos
(2,32 t 0,06) que en hembras (1.66 + 0,07).
Esta situacibn es diferente d e la encontrada e n otras muchas líneas d e
Drosophila que presentan un fenotipo q u e afecta a las macroquetas, e n las que
tanto la penetración como la expresividad son mayores e n hembras q u e en
machos (FRASER, 1963; GIBSON,1968 y RUBIO,1970).
En las tres generaciones d e selección llevadas a cabo, s e obtiene una fuerte
respuesta y la distriluciSn del número d e quetas con fenotipo S s e desplaza
número d e q u e t a s d e f e n o t i p o S
Fig. 1.-Distribuci6n del número de quetas (dorsocentrales + escutelares) con renotipo3 (trazo lino) y
variaciún del número medio de quetas de fenotipos (trazo grueso) en la poblaci6n base (G,) y
en las tres generaciones de selecriún (G,-G3). Hembras -machos - - - - -.
rápidamente hacia la derecha. El número medio d e quetas S por individuo s e
intrementa significativamente tanto en hembras como en machos, si bien este
incremento es mucho más fuerte en machos (de 1,04 t 0,08 en Go pasa a
*
6,50 0,19 en G,) que en hembras (de 0.50 rt 0,05 en Go a 5,35 I1 0,20 e n G,).
Así pues, como consecuencia del aumento del número total d e qlietas con feno-
tipo S. el dimorfismo sexual comentado antes, s e hace mucho más patente.
TABLA 1
Variación del número medio de quetas normales, número medio d e quetas extra y
número medio d e quetas extras alteradas y s u s errores típicos (E.T.), con las
generaciones d e retrocriizamiento
Número medio quetas Número medio q u e t u Numeri> medio quetas
normales t E.T. extra f E.T. extra alteradas + E.T.
Hembras . Machos Hembras Machos Hembras Machos
Asimetría
Desde un principio s e pudo apreciar q u e cuando sobrr un mismo individuo
existían dos o más quetas d e fenotipo S, había una cierta tendencia a que éstas
estuviesen localizadas en un mismo lado del cuerpo (COMEND,~DOR, 1980).
Para tratar d e esclarecer esta idea s e han analizado los individuos que
presentan dos quetas d e fenotipo S, tanto si eran dorsocentrales como escuteIa-
res, independientemente una zona d e la otra. La razón por la cual s e eligieron
estos individuos es q u e son los únicos q u e permiten afrontar el problema: si el
número d e quetas d e fenotipo S fuera impar (una o tres) independientemente d e
cuál s e a la tendencia en su localización, necesariamente debe haber un número
d e quetas normales (o d e fenotipos) diferente a cada lado del cuerpo, debido a la
simetría natural d e cada individuo.
En la figura 2 s e dan los seis fenotipos posibles en individuos con dos quetas
d e fenntipo S. En dicha figura, un cuadrado representa el mesonoto o e1 escutelo,
y un círcdlo cada clueta d e fenotipo S. Los seis fenotipos aludidos son: a , dos
quetas S posteriores; b, dos quetas S anteriores; c, dos quetas S en el lado
izquierdo; d, dos quetas S en e1 lado derecho; e, una qlreta S posterior-izquierda y
otra anterior-derecha; f, una queta S posterior-derecha y otra anterior-izquierda.
Si la distribución d e las dos quetas fuese aleatoria sobre la superficie d e cada
zona (escutelo o mesonoto), es decir, si no hubiera una tendencia a la localizaci6n
Fig. 2.-Fenotipos diferentes que pueden existir cuando hay dos quetas (dorsocentrales o escutelares)
de fenotipos S. (Ver texto).
Tabla 2.-Prueba d e ajuste a una distribución al azar d e las frecuencias d e los fencrtipos representados
en la Fig. 2. Entre paréntesis los números esperados si la distribución e s al azar. (Ver texto).
Fig.. 3.-Izquierda: hembra de fenotipo normal. Derecha: hembra d e fenotipo S con los segmentos
abdominales deformados, ausencia ylo alteración d e las rnacroquetas dvrsocentraies y escutr-
lares y ausencia d e microquetas en la zona deformada del abdomen.
i7nrii~rdo)d e fenotipo S y en ese mismo lado del cuerpo una notable modificacian
.--1----
En los individuos con este fenotipo abdominal, parece que el factor respon-
sable d e la alteracibn d e la estructura d e las quetas es capaz d e modificar otras
uras epidérmicas, como pueden ser las abdominales incluyendo las corres-
pondierites microquetas, cuando la presencia d e ese factor es muy intensa.
InfPcciC
.. . in artificial
1
dos los c aracteres que s e conocen en Drosophila con transmisión por vía
a, son d ebidos a la existencia d e microorganismos parásitos o simbiontes.
IJor est a razón, !se ha pro cedido a hacer uria prueba I d e inféc ción artificial d e una
'
DISCUS
?,,,,-L.'l
simulans, d e una forma similar a otros (-asos de:jcritos pcur difere ntes autores
como responsables d e diferentes c:aractere s. Adem¿ís, mucli8os d e los hechos aquí
descritos podrían s e r explicados e. o', aLepta la hipótesis A-
n"
Uc; q U c dicho factor
. m.,
c
una propiedad intrínseca suya, sino una consecuencia d e la interacción del factor
y la célula en la q u e s e encuentra; es decir, la velocidad d e división del factor está
condicionada por la fisiología d e la mosca sobre la cual s e encuentra. d e manera
que s e seleccionan aquellos individuos en los q u e la velocidad d e reproducción
del factor es mayor.
También podría explicarse .la tendencia observada a la asimetría. Embnológi- -
camente, cada mitad del noto procede d e un disco imagina1 alar (ver BRYP LLT,
1978). Cada disco alar procede d e un primordio larva1 constituido po r un númiero
pequeño d e células (MADHAVAN y SCIINEIDER-MAN, 1977) y los dos s e inaepenaizan
d e s d e un estadío temprano del desarrollo, d e tal manera q u e las células q u e s e
ran en un lado del cuerpo están, bajo el punto d e vista d e su origen
~.mbiológico,más estrechamente relacionadas que las d e un lado con las del otro.
Puesto que las células que dan origen a las quetas dorsocentrales y escutelares d e
un mismo lado del cuerpo e s t i n separadas entre si por un número menor d e
divisiones celulares que las que separan a las d e un lado d e las del otro, la
probabilidad d e que en un mismo lado del cuerpo s e encuentren células portado-
ras del factor responsable del f e n o t i p o s es mayor q u e la d e q u e existan células en
ambos lados del cuerpo portadoras d e dicho factor.
Es obvio que la hipótesis formulada no está apoiada más q u e en datos
indirectos y que su confirmaci6n precisa fundamentalmente d e la caracterización
del factor o factores responsables del fenotipo S.
Quiero expresar mi agradociniiento a1 Prof. .J. Ruhio por sus útiles supt~reiicias,a la Dra. N. Plus
determinarihii d r Ins ~iarisitosd~ In liripn .sim S y a la Sra. A. Kühl por la ayuda técnica
IJIK la
~~resiada.
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(Ed. M. Ashhurner y T. R. F. Wrighi) vol. Zd, 625-702. Acadernic Press. London.
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and 71s iiifectivity Sor nther muscoids. J. Insrrt. f a r h . , 6: 491499. '
Por
EVA GARCIA-VAZQUEZ
Y
JULIAN RUBIO
Departamento Interfaciiliaiivo dr Genética.
Uni\'ersidad de Oviedo
RESUMEN
S e ha realizado selecciln estabilizadora para iin fenotipo distinto del normal en nueve líneas d e
Drosophila melanogcr.ster, utilizando tres criterios d e selección. Estos criterios son idénticos en cuanto
al número (dos) de rnacroquetas extra del fenotipo seleccionado; pero difieren en la localización d e
dichas quetas en el mesonoto o en el escutelo y en posición anterior o posterior. S e analiza la
respuesta tanto en el aspecto numérico conlo en el d e localización de las quetas. La efectividad d e la
selecci6n estabilizadora depende del patr6n d e IocalizaciOn d e las quetas en el fenotipo seleccic~nado.
S e discuten estos resultados en rdacióri con las hipótesis sobre la equivalencia d e las posiciones
anteriores y posteriores, dentro del rnesonoto y del escutelo, para concluir que apoyan la hiplítesis d e
la no equivalencia d e tales posirinnrs
ABSTRA
. .
Results of an experiment ot stabilizing selection for a phenotype other than the wild type in
Drosophiltr m~lanofinstcr are reported. Nine selection lines were estahlished using three partly
differelit selection criteria, wliere both number and pattern of extra bristles are equally considered:
three lines selected for two extra anterior sculellar bristles; three lines for two extra anterior
dorsocentral bristles; and threr lines for tw» extra dorsocentral bristles, one anterior and one
posterior, eacli placed at different side of the body. Selection has hecn clearly effective in al1 six lines
selected for two anterior hristles either dorsocentnl or scutellar, in constrast to lines selected for one
anterior and one posterior dorsocentral bristles which also show differences among ~ h e m .These
results show that selection success greatly depends on h e bristle pattern in the selected phenotype,
and are t aken ti> su1 rpothesis that the four normal bristle sites are not eqtiivalent.
INTRODUCCION
La selección estabilizadora en caracteres cuantitativos, al conferir ventaja
reproductiva a un fenotipo óptimo, reduce l a varianza fenotípica eliminando
fenotipos desviados del óptimo, que suele s e r intermedio. E n la naturaleza s e
encuentran casos d e selección natural estabilizadora q u e mantiene en las pobla-
ciones un único fenotipo con tal fijeza q u e é s t e llega a constituir un carácter típico
y diferencial d e la especie. Tal es el caso d e las cuatro macroquetas dorsocentra-
les y las cuatro escutelares d e Drosophila (RL~BIO, 1978). Sin duda por e s a intensa
estabilizaciún natural del carácter ha sido posihlc: restaurar, por selección artifi-
cial estabilizadora, el fenotipo normal en poblaciones donde había sido modificado
por la presencia d e un mutante monogénico (scote, RENDELy SHELDON, 1960;
rough-shaven, RLIBIO,1966).
P o r otra parte, la aparicibn en las poblaciones naturales, en muy baja
frecuencia, d e individuos con alguna macroqueta dorsocentral o escutelar d e más
(macroquetas extra) ha permitido repetidas veces coinprobar l a existencia d e una
variación genética subyacente bajo el fenotik)o canaliz:adn, q u responde ~ prisitiva y
rápidamente a la selección direccional para mayor número d e macroquetas (p. ej.
PAYNE,1918; FRASER,1963...). En algunos d e estos experimentos, al progresar la
selección direccional, se han detectado, mediante análisis d e la amplitud d e las
clases fenotípicas numéricas (probits), indicios d e canalización para los niveles de
dos y cuatro macroquetas extra (MENSIIA,1966; PLA,PERISy SANCWEZ, 1980).
RUBIO(1978) ha mostrado q u e la selección estabilizadora para un fenotipo distinto
del normal, en concreto para dos macroquetas extra, dorsocentrales o escutela-
res, produce una respuesta positiva inequívoca.
Sin embargo el fenotipo normal del carácter macroquetas no es un carácter
sólo numérico, ya qiie además d e constancia numérica presenta también una
exacta localización d e cada una d e las macr oquetas Irn el meíjonoto (dorsocentra-
les) y e n el escutelo (escutelares): e s un calrácter nu mérico-e spacial. !s u estabili-
zación y canalización en la naturaleza debe- I: -I- l~. . L: - ~ U J Ipor
, tanto, ambos aspectos.
RUBIO(1966) demuestra que, en el caso d e selección restauradora del fenotipo
canalizado normal, la respuesta difiere significativamente según s e tenga en
cuenta o no la posiciún d e las macroquetas en los individi~osseleccionados como
reproductores. Esto apoya experimentalmente la hiphtesis d e ROBERTSOV (1965) d e
que, por tratarse d e un carácter numérico-posicional, el fenotipo normal debe
definirse como «una queta por localización» y no como número total d e quetas en
cada área (mesonoto o escutelo). En cambio RENDEL(1965), que admite que la
determinación del número d e pelos e n el bigote del ratón s í está relacionado con su
localizaciún, mantiene q u e la canalización d e las macroquetas escutelares hay
que referirla a su níimero total en el escutelo, con independencia d e la posición
q u e ocupen; s e basa en s u s resultados d e selección estabilizadora para sólo 2
macroquetas escutelares en una población mutante scute (RENDEL et al., 1965).
La simetría bilateral del organismo tiene importancia predominante:
MAYNARD-SMITH y SONDHI (1%1) demostraron q u e la seleccibn para un fenotipo
asimétrico bilateral es ineficaz. L a cuestión s e reduce a saber si al seleccionar
para 2 quetas extra es indiferente q u e s e seleccionen individuos con una clueta
extra anterior y otra posterior (una a cada lado) o con ambas anteriores (o
posteriores). Si el área real d e unidad d e control abarca todas las localizaciones
(hipótesis de RENDEL)es indiferente, porque ambos criterios d e selección son
simétricos bilaterales; en la hipótesis de ROBERTSON el primer criterio será menos
eficaz por seleccionar un fenotipo doblemente asimétrico bilateral.
En el presente trabajo s e establecen líneas según estos dos criterios para el
mesonoto (dorsocentrales), y sólo para 2 macroquetas extra anteriores para el
escutelo. Esta desigualdad para las dos áreas se debe, en primer lugar, a que los
resultados de RUBIO(1978) para el área dorsocentral no son tan claros como los
del área escutelar. En segundo lugar, a que en la población de origen de este
experimento la variabilidad espontánea para macroquetas extra escutelare~
expresa casi exclusivamente en posición anterior.
MATERIAL Y METODOS
Línea de selección
Tomando como origen una línea isomaterna para cada línea de selección, se
inició ésta con tres criterios diferentes, resultando tres tipos de selección, cada
uno de ellos practicado en tres líneas independientes. (1) tipo SC: selección para
fenotipo de 2 quetas extra escutelares, una en cada posición anterior (líneas SC-1,
SC-2, SC-3); (2) tipo ADC: el fenotipo seleccionado son 2 quetas extra en el
mesonoto ocupando las dos posiciones anteriores (líneas ADC-1, ADC4, ADC-7);
(3) tipo AP: las 2 quetas extra del fenotipo seleccionado se encuentran en el
mesonoto, una anterior y otra posterior en distinto lado respecto al eje de
simetría bilateral del animal (líneas AP-2, AP-3, AP-5).
SC ADC AP
Fig. l.-Fenotipos seleccionados en las líneas escutelares, SC, y d~)rsocentrales,ADC y AP.
RESULTADOS
Por claridad en la exposición s e presentan primero los resultados d e la
selección en todas las líneas bajo el aspecto numérico del fenotipo seleccionado, y
después los resultados referentes al aspecto posicional del mismo.
P a r a l a respuesto en número de quetas extra sólo s e presentan los datos d e las
hembras, aunque s e contaron también siempre en los machos. En ambos sexos la
respuesta es paralela, a pesar del dimorfismo sexual del fenotipo quetas extra,
bien comprobado en anteriores experimentos d e selección direccional y estabili-
zadora (RUBIO,1966; FRASER y GREEN,1964); en ambos casos el número de quetas
extra es mayor y, dn general, la respuesta mejor en las hembras. También
está comprobado que este dimorfismo es más claro en el escutelo que en el
oto (RLBIO,1978). Finalmente, si la selección estabilizadora y canalizadora
pra un fenotipo fijado es efectiva reduce, como es lógico, el dimorfismo (LATTER,
1963; FRASER, 1963; RUBIO,1978). Nuestros resultados s e ajustan a estas anterio-
res comprobaciones.
La proporción d e hembras que representan una o más quetas extra en todas las ií-
neas y tipos d e selección aumenta hasta alcanzar entre el 90 % y el 100 %; unas E-
neas alcanzan antes que otras este nivel. con diferencia d e varias generaciones, inclu-
so dentro del mismo tipo d e selección. Más importante es la distribución por cla-
ses fenotípicas que presentan las descendencias en cada línea, al principio y al fi-
nal d e la selección (Fig. 2). Ya en la Gen. 1 aparecen en las líneas ADC y A P
individuos con más d e 2 quetas extra. cosa que no ocurre en las SC. Y e n el
50.
1 2 3 L 5
80.
70-
4
1 2 3 4 5
Fig. 2.-Distribuci6n de frecuencias por número de quetas extra al comienzo y al final de la selección.
Gráficas obtenidas reuniendo los datos de las generaciones G-O y G-1 (gráficas superiores) y de
las tres últimas generaciones (gráficas inferiores).
19
conjunto d e todas las generaciones d e las líneas SC, sólo han aparecido 4
hembras con más d e 2 quetas extra en la misma línea. En las líneas ADC s e va
reducienido la proporción inicial d e hembras con más de 2 extras e incluso
aesaparecen ya en varias generaciones. En cambio, en las tres líneas AP aumenta
1
significa tivamente esa pro i e hembras con más d e 2 quetas extra (hasta 5
en algiirlas hembras) alca ~n nivel final del 10 % en 2 líneas y más del
o
,,
LU YO en la AP-5 (Fig. 2). Esra a i ~ e r e n c i aen la evolución y resultado final entre las
líneas A ' es todavía más significativa teniendo en cuenta sus similares
frecuenc tles d e esas clases (Fig. 2, primeras generaciones).
-- otra parte, las clases O y 1 quetas extra disminuyen mucho más en las
-Por
líneas AP que en las ADC. Como consecuencia, en las línea's AP el número medio
d e quetas extra rebasa el valor 2 en repetidas generaciones, incluso d e tina
manera constante desde l a G-5 en l a línea AP-5. En cambio, en las Iíneas ADC y
S C el número medio d e quetas extra nunca pasa d e 1,7.
Esta evolución d e las clases con más o con menos d e 2 quetas extra, que
diferencia a las líneas AP d e las ADC y SC, parece sugerir una presión selectiva
direccional. Sin embargo, en todas las líneas y tipos d e selección (Fig. 2) ha
aumentado significativamente la amplitud d e la clase 2 quetas extra (no s e
considera necesario realizar la transformación en probitsj. La Figura 3 detalla
ccímo varía con la selección el porcentaje d e hembras d e la clase 2; para cada tipo
d e selección (SC, ADC, AP) s e ha utilizado el valor medio d e s u s tres líneas
Generac
Fig. 3.-Frecuencia de individuos con dos quetas extra en las sucesivas generaciones en cada uno de
los tipos de selección estabilizadora.
independientes. Esto permite afirmar que todas ellas dan respuesta positiva a la
selección estabilizadora para el número d e quetas extra, fenotipo distinto del
norma 1 en la especie (O quetas extra). Hay que señalar que las líneas ADC
tardar on unas 6 generaciones en iniciar una respuesta clara, hecho reflejado
tambicSn en la proporción d e individuos con alguna queta extra. La causa d e este
retrasc debe estar en alguna circunstancia d e la variabilidad inicial d e dichas
líneas que resulta difícil concretar. Pero, una vez iniciada la respuesta, la pen-
diente y el nivel final son similares a los d e los otros tipos d e selección.
LcL respuesta paru e [ aspecto posicional del fenotipo seleccionado confirma,
en pri mer lugar, resultados anteriores indicadores d e la independencia entre el
mesonoto y el escutelo (RUBIO, 1978). En ninguna generación d e las líneas ADC y
AP aparecen quetas extra en la región escutelar; en todas las generaciones d e las
líneas SC sólo aparecen 12 individuos con quetas extra dorsocentrales, todos,
menos uno, repartidos en las tres primeras generaciones d e las tres líneas.
L,a respuesta a la selección desde el punto d e vista d e la localización d e las
quetas extra dentro d e s u área (mesonoto o escutelo) s e analizará sólo en los
indivicluos con 2 quetas extra, por razones obvias.
E in las tres líneas SC y en todas s u s generaciones, todos los individuos con 2
quetas extra laS tienen localizadas una en cada posición anterior, exactamente
según el fenotipo seleccionado (Fig. 4). Esta respuesta corrobora con resultados
incluso más exactos, la obtenida en anteriores experimentos (RUBIO,1978).
Fig. 4.-Frecuencia de los individuos con 2 quetas extra que las presentan en la posiciuit acicLci<inada,
en las sucesivas generaciones de cada tipo de s e l e c c i h .
21
Las respuestas d e las líneas ADC y AP s e presentan (Tabla 1) c,omo porcenta-
jes d e individuos clasificados por l a localización d e s u s 2 quetas extra, reuniendo
los datos d e machos y hembras porque el dimorfismo sexual observado para el
número d e qiietas extra no s e encuentra para su localización. También s e han
reunido los datos d e las tres líneas ADC por su notable homoge neidad, en
contraste con unas tendencias dispares en las líneas AP. Además si éstas s e
reunieran podría enmascararse otro dato importante: las bruscas osc~lacionesd e
frecuenc:ias d e todos los fenotipos posicionales en generaciones sucesivas (Tabla
1). Ya ein la generación 5 d e las líneas ADC el 90 % d e los 2 quetas extra las
tienen localizadas según el fenotipo seleccionado (A) (Fig. S); a partir d e ahí s e
van aprolximando lentamente al 100 %. Otro dato notable es la ausencia, desde el
principic1, d e individuos con s u s dos quetas extra en posición posterior (P). Los
.
inaiviauos (A + P ) , con una queta anterior y otra posterior, y los (I), con alguna
8 . . I
queta extra en posición intermedia, que no eran raros en las primeras genera-
ciones, tienden rápidamente a desaparecer.
En cambio, en ninguna d e las tres líneas A P aumenta la frecuencia del
fenotipo (A + P), que sólo ocasionalmente pasa del 40 % en las primeras genera-
ciones; aunque tampoco s e l e puede señalar una tendencia clara y sistemática a
Fig. 5.-Frecuencias iniciales (izquierda) y finales (derecha) de cada fenotipo posicional en los indivi-
duos con 2 quetas extra en las líneas AP. Gráficas obtenidas reuniendo los datos d e las dos
primeras generaciones y de las tres últimas.
TABLA 1
Frecu encias de los feilc sicionales en los i ndividuor uetas ext ra, en
.-r.
. . .
1as líneas de selección dorsocentrales anterior (AUL) y antero-postenor ( AP)
;enera--
ciones A
disminuir en ninguna d e las Iíneas, por l a característica, comun a la$ tres, d e
+
grandes oscilaciones de firecuenci: i. d e ( A P) de u na generiación a otra. Por (~ t r a
+
parte este fenotipo (A P) inclu! le dos clases d e individuo1s: los quie presen tan
ambas qtietas extra (ant erior y posterior) al mis mo lado del eje d e sime tría
bilateral del organismo, y los que I:ienen unia a cada lado d e dicho eje. La primera
clase muestra clara asimetría bilztteral y rio puede por ello s e r equivalente a la
segunda clase, que además es la única cc~ n f o r m eal fenotipo seleccionado. Las
proporciones relativas d e cada una d e estas dos clases varían, al parecer. aleato-
riamente a lo largo del experimento en las tres líneas AP: en unas generaciones
predomina una u otra clase para después, en siguientes generaciones, tener
frecuencias casi iguales, y viceversa. Por todo ello al comparar (Fig. 4) las
frecuencias que alcanza el correspondiente fenotipo seleccionado en cada uno d e
los tres tipos d e selección (SC, ADC, AP), para las líneas AP s e representan sólo
los porcentajes d e individuos con una queta extra en cada lado del eje d e simetría
bilateral.
E s muy llamativo en las lineas AP el alto porcentaje d e individuos d e fenotipo
(A), sobre todo en las lineas AP-3 y AP-5, donde llega a veces al 90 %. Es decir,
aumenta l a frecuencia d e u n fenotipo no seleccionado, pero que responde a la
simetría bilateral en cualquier hipótesis sobre la equivalencia d e las posiciones
anterior y posterior; y no aumenta (incluso parece disminuir) el fenotipo (A P) +
que sería simétrico bilateral sólo en la hipótesis d e equivalencia y que además es
el seleccionado. La respuesta posicional en l a línea AP-5 s e asemeja además a la
d e las Iíneas ADC en la muy escasa presencia d e individuos con las dos quetas
extra en posición posterior (P). L a Iínea AP-3 en cambio presenta en algunas
generaciones una proporción apreciable d e individuos (P), que luego s e reduce
mucho. L a línea AP-2 s e destaca d e las otras dos por s e r l a d e menor incremento
d e la frecuencia de fenotipo (A), por su frecuencia constante, aunque no alta, de
fenotipos (P), y por s u mayor proporción d e individuos d e fenotipo (A P). +
Finalmente, en las tres Iíneas AP tienden a desaparecer los fenotipos con quetas
extra intermedias (1), como en las lineas ADC. Como resumen d e esta diversidad
d e tendencias en cada Iínea A P la Figura 5 contrasta las distribuciones inicial y
final d e s u s fenotipos posicionales.
DISCUSION
Algunos datos de diferencias entre el mesonoto y el escutelo confirman la
conclusión obtenida en anteriores trabajos (RUBIO,1971, 1978) sobre la indepen-
dencia d e ambas regiones del tórax en el control genético del desarrollo en sri
relación con l a formación d e quetas extra. Tal es l a aparición espontánea, en la
mayoría d e las Iíneas isomaternas, d e fenotipos con quetas extra localizadas
exclusivamente en una u otra d e esas regiones: sólo el 5 , l % d e todas las líneas
las presentan en ambas regiones, proporción q u e no supera la probabilidad d e
ocurrencia simultánea d e dos sucesos independientes. Además la selección,
para un número d e quetas superior al normal, e n ninguna línea ha produ-
ietas extra en región distinta d e aquella don-de s e seleccionan. Es decir, en
1s líneas isomaternas la endogamia pone d e manifiesto diferente variabili-
dad feriotípica, y en las líneas seleccionadas a partir d e aquéllas s e explota, d e
modo iindependiente y exclusivo para cada región, la variabilidad genotípica
existen te en cada línea isomaterna. Otros datos s e refieren a la regularidad y
fijeza d e localización en posiciones anteriores y posteriores d e la quetas extra
(aparecidas espontáneamente e n las líneas somaternas o como respuesta en las
líneas seleccionadas) que es mucho mayor en el escutelo que e n el mesonoto.
Estos clatos apa.recerán dentro d e l a discusión d e las respuestas a la selección
estabili zadora allnque ya no s e c omente su significado para esta cuestión prelimi-
nar.
Al valorar las respuestas a la selección estabilizadora por el aspecto numé-
rico del1 fenotipo quetas extra, si s e atiende sólo al incremento relativo d e la clase
2, no p,arecen darse diferencias entre los tres tipos d e selección (Fig. 3). Pero hay
diferen cias clar;as e n la eví~luciónd e las clases con menos o más d e 2 quetas
extra. 'Y esto es importante, porque los tres criterios d e selección aplicados aquí
pueden conside rarse simultáneamente direccionales y estabilizadores: tienden a
auinenl:ar el nú mero d e quetas extra (O en la población normal) utilizando la
variabillidad ocu lta bajo el fenotipo canalizado, pero al mismo tiempo ponen un
corto 1ímite a es a variabilidad y e s e aumento al intentar estabilizar el fenotipo en
sólo 2 quetas extra (debe aumentar sólo una queta extra e n sólo dos d e las varias
localizaciones posibles). L a cuestión, pues, está en si este efecto limitante (estabi-
lizador) e s operativo e n los tres criterios d e selección empleados. En las líneas SC
la resp uesta est ahilizadora es má:~ i m ades d e el principio, no hay cla ses con Imás
d e 2 qiietas ext ra, y en las líneasi ADC V: i camino d e serlo , ya que el efectcI d e
límite I.:stá redu ciendo las clases iniciales d e más d e 2 quet as extra. Esta me
exactitud y rapidez d e 1a respues t a en la1s líneas ADC p u e d e relac:ionarse con
otras observaciones d e una may o r fijeza y regulziridad de: varios ;aspectos del
fenotipo quetas extra en el escutcelo y con la mayor facilideid en log rar canal iza-
ción en él (RUBIO,1971, 1978 y d atos no F)ublicados) todo ello debido a distintas
características d e los procesos d e desarrol lo en el escutelo y el mesonoto.
.
>
En cambio en las líneas AP incluso aumentan los individuos con más d e 2
quetas extra. Hay ademá S intensa reducción d e las clases O y 1 (mayor q u e en las
líneas ADC donde s í es eficaz e:1 efecto limitante), lo cual refleja q u e toda la
distribución puede desplazarse hacia clases superiores. Todo ello s e traduce en
que el número medio d e quetas extra pase d e 2, y explica q ue estas líneas vayan
algo por delante d e las demás en porcentaje d e individuos clon 2 que1:as extra. En
P. .
suma la seleccidn d e tipo AP no posee efecto estabilizador suticiente para hacer
d e la clase 2 un tope a su presión direccional. Esto s e comprende mejor exami-
nando la respuesta en el fenotipo posicional, donde puede explicarse también que
mento re:al d e la clase 2 sin contiradicción con esa escasa eficacia (l el
efecto e!jtabilizad lor.
, .
Dada s las características numérico-espaciales , A-1 ,,,,otipo
4--- ?.,l;.,"A,,
caina,,,,,,, al
evaluar la respuesta a la :selección estabiiizadora la localización d e la s quetas es
tan importante como su número, lo mismo si s e trata d e restaurar el fenoti Po
normal como d e estabilizar en ia población un fenotipo distinto del no~rmal.
Las respuest as d e las líneas S
N : en el acspecto posicional Idel fenoti Po
son cohf :rente$ cson las enicontrada.s para el efecto liimitante en el fenc)tipo nunié-
-. .. - .. . .... -.. , . . . .
rtiaxlrria. uesue
I-ICO: i - e s p u r s ~ a
- I I 1
ei principio en las 1,iineas SC y aproximánaose a ello
1
ROBERTSI DN.
Por tanto, la clase nlc mér-ica 2 quetas f:xtra, cu)i a frecue ncia aumienta en os
. . ., ,. . .
tres tipos d e seleccion, es muy heterogeiiea en tenotipos posicionales en las Iineas
. 1 1,
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Drosophila. Rev. f'(rc. Cicr,Lcua,
ra d e un fenoiipo dis..,.,,.
a,;"*,,
Por
TOMAS NARANJO*
Y
JUAN RAMON LACADENA
Deparranicnto d~ Grnbtica. Faculiad de Bioli>g'a.
Univernidad Compluteriae de XIadrid
RESUMEN
las que contienen nienor cantid ad d e c,roniatiiia. Las triadas s e observaron dividiendo sincrbnica o
asincríinicamente. S e discute un posible ori¡gen d e esta irregularidad.
SUMMARY
Multipolar spindles formation at anaphase 1 in threc ABRR hybrids obtained from the cross of
tiexaploid tritiralc by diploid rye, their respcctive frequeiieies being 14 %, 10 % and 32 %, is
reported. Ttiis special bchaviour led meiocytes to appear composed by three cells, triad, separated by
three radial walls at second division. A relation between cell size and chromatin account was detected
in triads, smaU ceUs having lesser chromatin account than large ceUs. Shynchronous and ashynchro-
nous triads both were obnenred. A possible origin of this irregularity is discussed.
INTRODUCCION
Los procesos normales d e división celular, que ocurren tanto a nivel d e
mitosis como d e meiosis, requieren la formación d e un huso bipolar que arrastre a
ambos polos las dos mitades en que s e divide el contenido cromosómico de la
célula. Sin embargo, ya en los primeros estudios efectuados sobre la división
- -
. - -.
,,.c,,,,,,. ,,,ual: Departamento interfacultativo d e Genética. Universidad d e Oviedo. Oviedo,
España.
en plantas (STRASBURCER, 1880), que fueron calificadas por BOVERI(1888) como
anomalías patológicas debido a que ocasionaban una distribución cromosómica
anómala que originaba células con números cromosómicos alterados.
Posteriormente las mitosis multipolares s e han encontrado frecuentemente
en cultivos d e tejidos y s e ha observado que su frecuencia aumenta cuando s e
someten a la acción d e radiaciones ionizantes y d e determinados agentes quími-
cos (revisiones por PERA,1970 y BMERand MoLR-BAJER,1972). También han sido
desc,ritos e n plantas numerosos casos d e husos multipolares en meiosis, siendo
muy resaltable el hecho d e que s e observaran preferentemente en híbridos o
especies polipoides (revisión por TAI,1970).
En el presente trabajo s e analiza la ocurrencia d e husos multipolares en la
anafase 1 d e la meiosis d e híbridos d e Triticale por centeno diploide.
METOD
El material utilizado e n este trabajo ha sido siete híbridos d e constitución
genómica ABRR obtenidos en el cruzamieii~uuc --.- . J-
~riticalehexaploide (AABBRR,
2n = 6x or Secale cereale diploide (RR, 2n = 14). Cinco d e estos híbridos
tenían n :romosómicos normales, 2n = 28, mientras que los otros dos eran
a n e u ~ l o i u e s ,LII = 26.
i observaciones ! larun en anteras que haibían sid o fijadas en
N N
permanentes con Sandeural después d e separar p orta y cubre con nieve carbó-
nica.
RESULTADOS Y DISCUSION
De las siete plantas analizadas cuatro presentaban husos hipolares normales
en anafase 1 y después d e la subsiguiente división celular i i las clás icas
diadas que posteriormente entranan en segunda división.
Sin embargo en dos plantas d e 28 cromosomas 1341-2 y 1338-4 y en otra de
26 1606-1 aparecieron anafases 1 con al menos tres polos (Fig. l a ) que dieron
lugar a telofases trinucleadas (Fig. lb). Como consecuencia d e este comporta-
miento, durante la segunda división podían observarse grupos d e tres células,
triadas, dentro del receptáculo d e la célula madre d e polen inicial, que estaban
separadas por tres tabiques radiales (Figs. l c , d y e). Teniendo en cuenta que en
las plantas la formaci6n del tabique s e produce en un plano perpendicular al eje
del huso, esta disposición radiada d e los tabiques sugiere que durante la anafase 1
d e la célula originaria habrían existido tres direcciones d e separacibn cromosíi-
mica, correspondiendo cada una d e ellas a los lados del triángiilo formado por los
tres polos. A su vez este hecho, también descarta l a p»sibiiidad d e que el núcleo
ue aparecía en las telofases 1 trinucleadas s e hubiera formado por acumu-
iacion d e cromosomas desconectados d e un huso bipolar hipotético, siendo por
tanto únicamente originadas por husos multipolares. Durante la segunda división
las tres células d e la triada podían avanzar en el proceso d e división sincrónica-
mente o podían encontrarse en diferente fase. Después d e telofase 11 s e producía
d e nuevo la división celular q u e originaba u n a hexada (Fig. 10.
rig. 1.->e representan las distintas etapas traiiscurridas desde ia tnrrnaci6n d e un huso tripolar en
andase 1 hasta el final de la rnricsis. a) andasc triptdar, h) célda trinucieada eii trlifasr 1, c)
tricida mcistruntlii la rrlactiiín entre tamaño (:elular y contenido en cromatina, d ) triada asiilcrú-
nica coi1 dos c6lulas en inetafase 11 y una c.n aiiafase 11. e) riada sincrGnica en anafase 11, f)
hexada.
organizadores serían unidades simples que s e compc~ r t a r í a nigual que los centrio-
los en animales. En híbridos y poliploides en qu e s e pro ducen con bastante
frecuencia las meiosis multipolares, los organizadores del huso de genomios
distintos podrían estar fusionados o separados. En el primer caso originarían
meiosis bipolares, mientras q u e en el segundo producirían meiosis multipolares.
Esta hipótesis puede considerarse apoyada por el hecho d e q u e las mitosis
multipolares observadas en tejidos animales en cultivo s e producen preferente-
mente en células poliploides en las que prubablemente, junto con los cromoso-
mas, tarribién s e ha multiplicado el número d e centri010s (PERA and RAINER,1973).
En Inuestro caso, si tal hipótesis f ~ i e rr acierta, se podrían explicar perfecta-
mente lo s resultados obtenidos, puesto que: los híbr idos en cuestión llevan junto
con los g enoniios A y B del trigo el genomio R del centeno. A estos tres genomios
podían c orrespon~ der tres organizadores del huso.
No iobstante, esta hipótesis no explicaría los casos d e meiosis multipolares
observados en los diploides. Para explicar este comportamiento TAI argumenta
que el organizador del huso correspondiente a un genomio podría fragmentarse
espontáneamente en subunidades cada una d e las cuales podría originar un huso
proporcional a s u s dimensiones.
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21. Oviedo (Ser. Eliología),
Pur
TOMAS NARANJO
Departamento Inierfacultativo de Gen6iica.
Universidad de Oviedo
SUMMARY
Chroirnosome paiiring val ues and chroniosome distribu~ionwe 1 in oiie Iriploid plant of
-11 .... .- ,.l-"-...-".
r y r . i1.r .....
w a a. ueuutiru
J..-] l . l.-.
m i a r v c i i ~-iiii~iiioai>mcs
iiiiit
?
INTRODUCCION
I'.l comportamiento meiótico viene determinado por tresi fenómeinos funda-
mentales: apareamiento cromosómico, formación d e auiasiiias -. 2
v uistribución --A
MATERIAL Y METODOS
naterial utilizado h a sido una planta triploide d e centeno, Secule cereule,
!l, Fig. 1 ) obtenida en el cruzamiento d e centeno tetraploide cultivar
«Gigant6n» (2n = 4x = 28) (TJIO,SANCHEZ-MONGE y AI~VAREZ-PEKJ 4 , 1953) Por
centeno diploide cultivar «Ailés» (2n = 14)
P a r a el control del número cromosón niplearori meriste mos de !raíz
que fueron pretratados con frío, 4°C durante 48 h, p raer los c:romosonlas.
Seguidamente, las raíces s e fijaron en alcohol-acét La tinciiin s e rea lizO
con la técnica d e Feulgen tras haber efectuado una s con C1H 1N a 6i3" C
durante 12 minutos. Para la observacicín de la meiosis s e utiIizaron anteras fija d a i
en alcohol acético 3 : l que fueron teñidas también con la técnica d e ETeulgen. Las
preparaciones s e hicieron peimaneiites con sandeural después d e s e l)arar por1ta y
cubre con nieve carbónica.
RESUL'I'ADOS
Apareamiento en metqfase I
Cada trío d e cromosomas homólogos presentaba únicamente dos alternativas
en metafase 1: podía formar un trivalente o bien, un bivalente mas un univalente.
En ningún caso s e observaron tres univalentes homólogos, puesto que no apare-
cieron células madres d e polen con menos d e siete asociaciones d e cromosomas
apareados.
I,a distribución d e trivalentes por célula en las 200 CMP analizadas s e
i en la Tabla 1. Esta distribución s e ajusta a la binomial(0,7 + 0,3)', donde
la probabilidad de que tres cromosomas homólogos estén formando un
te en metafase 1 y 0,3 la probabilidad de que formen un bivalente más un
univale nte (ver NAIUNSO et al. 1979).
Ah ora bien, tres cromosomas homólogos apareados en trivalente durante
paquitena, pueden no dar lugar a un trivalente en metafase 1 si no s e han formado
los quiasmas apropiados. En consecuencia, la probabilidad d e formación d e
trivalentes estimada anteriormente con un valor d e 0,7, puede resuItar por debajo
d e su valor real. SYBENGA (1965) desarrolla un método aplicable a trisómicos
primarios que estima con mayor exactitud l a probabilidad d e que los tres cron10-
somas hom6logos estén apareados en paquitena. Este método s e tpasa en 1as
,
frecuencias que presentan los distintos tipos d e trivalente (cadena, sarteii o f),
.
bivalen tes (abieirtos o cerrados) y trio d e univalentl es. Dichzi probabilidad ( f ) d e
formaciión d e un trivalente en paquitena viene dada por la ex presión siguiente:
f =
triv. cadena + triv. sartA-
LG.1
-
biv. cerrados + triv. cadena + triv. sarti
Este método puede ser perfectamente aplicable a los triploides que s e consi-
deran como trisómicos primarios múltiples. En 100 CMP d e las 200 analizadas fue
posible distinguir con claridad los distintos tipos d e trivalentes siendo s u s fre-
cuencias respectivas: trivalentes en cadena 291, trivalentes en sartén 191 y
trivalentes en forma d e Y 9. Además aparecieron 195 bivalentes cerrados, 14
bivalentes abiertos y los correspondientes 209 univalentes. Para estos valores
corresponde una f = 0,71 y 1-f = 0,29. Además, considerando que entre dos
brazos unidos ha ocurrido como mínimo un quiasma, fue p osible esitablecer en
estas 100 CMP la distribución del número mínimo d e quiasmlas por ciilula (Tal-)la
1). Dicha distribuci6n presenta una media d e 15,77 + 0,28.
o 2
6 n 10
3
4
3
Total
Media
(1) El número rníniniii de qiiiasnias s e Iia estal~lecidocii liase a que un trivalenfc en rnilrna hrma comfi
niiiiimri dos 1rquiasrn:rs, un trivalentr cn sart6n tres. 1111 trivalente cii Y di).. un I~iualrriircrrradrj di18 y un bivdcnte
atlierit~l. 1~jq tres tip(>sde irivalentes fiirron claramente distinguitlos en la* 100 CXlI' analizadas.
~ ~
donde:
y LACADENA
Siguiendo a G~RALDEZ (1976) el valor d e e lo podemos estimar de
la siguiente manera:
M = número d e ChIP'exarninadas en metafase 1.
4 =núniero d e C M P examiriadas en anafase 1.
E = número d e iiiiiv~lentrsdividiendo eciiacionalrnente en las A células.
1' = número d e univalentes en las 31 células.
De acuerdo con esta expresihn el valor d e e resu116 ser e = 0.64 y por tanto
r = 0.36.
2 . 2 ) Si 11,s cromosornas que dividen retiuccionalrnente, procedan d e triva-
lentes o d e iinivalrrites. son independientes y tienen 112 d e probabilidad para
emigrar a un polo clrterininiidu, la probahilidiid de las tlistintas clases d e distribu-
rion vendría dada por la expresiítn (SFIC~\S, 1963):
Ez = [ i X) ( ) 7 -
7-x
para z = -
2
TABLA 11
Compa ración entre los resultados observados para la distribución d e cromosomas
en la ailafase 1 d e un triploide d e centeno y los esperados según una distribución
al azar d e los 7 )mas exti.a, tanto si los univalentes dividen ecuacional-
mente c()mo redu ccionalmente
-
UlStitDUC
n 1A 7 ll 7A 3
4
16
31
Total
xz = 7 , h
Aparear miento
Según DAWCON (1962), la frecuencia media d e trivalentes por célula en los
triploides puede ser influida por tres factores: a) L a longitud d e los cromosomas:
a mayor longitud corresponde una mayor probabilidad d e que s e asocien los tres
homólogos. b) El número haploide d e cromosomas, la elevación del número
haploide disminuiría la frecuencia d e trivalentes. c) L a frecuen'cia d e quiasmas,
ésta guarda una relacirjn directa con la probabilidad d e que una asociacicín
trivalente s e mantenga como tal en metafase I .
El primer punto queda reflejado al comparar las frecuencias medias d e
trivalentes por célula observadas I:n Lycop,ersiclem es(scnlentiim, 4,9 111 por célula
(2n = 3x = 24, cromosomas relatiivamente cortos) (UPCO'TT,1935) y Lilium tigri-
num, 9,7 111 por célula (2n = 3 x == 24, crobmosomas relativamente largos) (CH.~\T
DLER et al., 1937). El efecto d e la longitud s e PLlede obs ervar tainbién en el
comportamiento d e un tripoide d e maíz en el que! los croimosomas más largos
-.- n
? A 0, 1 , .
forman más trivalentes q u e los más cortos (MCCLINTOCK, IYZY). r o r el contrario,
en el centeno, que tiene crornoso mas d e longitud muy similar (GIR, k D E Z et (d.,
1979), todos los cromosoimas pres,entan la misma probabilidad de f ormar tri va-
.
. ..
lente en metafase 1 en el triploide analizado.
El efecto d e l a frecuencia d e quiasmas puede ser responsable, al menos en
parte, d e que en un tris6mico primario d e centeno con 13,Ol quiasmas por célula
apareciera un trivalente en metafase 1 con una probabilidad d e 0,39 (SYBENG.~,
1965), mientras que en el triploide aquí estudiado con una media d e 15,77
quiasmas por célliila (Tabl a 1) s e obtenga una ~robabilidadd e formación d e un
trivalente d e 0.7 . Es dec ir, que la mayor frecuencia d e quiasmas del triploide
podría haber determinado el auniento d e la probabilidad-d e aparici6n d e trivalen-
tes en metafase 1 con respecto al trisiimico.
P o r otro lado, el número (mínimo) d e quiasrnas estimado e n el triploide es
mayor q ue el quc3 se observa en los dipIoides nornlales (NARANJO and LACADENA
1980). Es;te result ado está en consonancia con los obtenidos por MATHER (1939) en
maíz y que sugieren q u e el aumento en el número d e genomios produce una
elevación en la capacidad biocluímica d e la célula que afecta a la formación d e
quiasmas. Esta interpretacibn podría explicar también las diferencias en el nú-
mero d e quiasmas entre el triploide y el triscímicc~señalado anteriormente.
Las diferentes configiiraciones aparecidas en metafase 1 son cons ecuencia d e
los diferentes tipos d e asociaciones q u e s e producen entre los tres (:rcbmoson nas
que compiten e n el apareamiento. A sil vez, las posibilidades d e apareamierito
entre los cromoscm a s homólogos están condicionadas por el número d e puntos d e
iniciac ió n d e diclho apareamiento. Con s61o dos puntos d e iniciación s e pueden
. .
obtener asociaciones d e dos cromosomas o d e tres cromosomas hom6logos, con
una frecuencia d e 113 y 213 respcectivame nte, si no existen preferenc,ias en el
apareamiento (SYBENGA, 1975). Esto idm'a lugeir a que en el triploide los tnvalentes se
-
+
distribuyeran según la binomial (213 11.3)'. Sin embargo, los valores encontrados
no sigue n esta di stribucií, n ( x 2 = 11,06, g.1. = 5, p = 0.05) sino la distribuc ión
(0,7 + 0,,3)7,e n laI que 0.7 q u e e s la probabilidad d e que aparezca un t rivalente en
metafase, T.,, , m.m.,,,,A , 213.
S Pero mayor aún es la probabilidad de qur .ir. cs...
..d.
L
" 0
V L ~
Distribución cromosómica
Los resultados observados en la distribución cromosómica en anafase 1
ponen d e nianifiesto los siguientes hechos:
1) Los univalentes d e centeno dividc:n ecuaciionalmente con la misma 11-0-
babilidad, r = 0,64, e independientemente los unos d e los otrns. Este hecho hc~ b í a
Z. ". --.. (1976) en ciertos
sido observado también por G I R ~ ~ Dy E1LHL\VCI\A -- -
p d-~ t-i s d e A A
--.
que la diferenciia entre ambos tipos pueda ser achacada a que s e originan en
- ,.- .. uuidiire
distinto. iiiuiiiciiiu A r
la metafase 1. En nuestro caso los univalentes deriva-
rían prácticamente en su totalidad d e cromosomas no apareados, como parecen
indicar las probabilidades obtenidas para asociaciones trivalentes en paquitena
(0,71) y en metafase 1 (0,70). Por tanto no cabe esperar ningún comportamiento
diferencial.
2) Los univalentes d e centeno que dividen reduccionalmente ( r = 0,36) s e
distribuyen al azar entre los dos polos anafásicos.
3) Los cromosomas integrados en un trivalente s e separan dos a un polo y el
tercero al opuesto. Las diferentes asociaciones son independientes entre sí en su
orientación en el huso y esto determina una distribución al azar d e los cromoso-
mas.
Estos resultados son contradictorios con los encontrados en Datura stramo-
nium (SATINA and BLACKESLEE,1937 a y b) donde aparece una fuerte tendencia a
que 10s cromosomas del grupo extra emigren juntos a? mismo polo. Del mismo
modo, dos triploides d e Endymion nonscriptus y E. hispanicus (WILSON,1959),
con el mismo número cromosómico (2n = 3x = 24) y frecuencias d e apareamiento
similares, presentan sin emb.argo, una diferente distribución cromosómica: al azar
E. nonscriptas, no al azar E. hispanicus. Estos resultados contrapuestos no
permiten generalizar sobre los mecanismos que regulan la distribución cromosG-
mica en los triploides.
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irg, Berlin, X + 251 p
L,
Por
LORIA BLANCO, M. CARMEN MENDOZA
Y
CARLOS HARDISSON
-epariameni» Inierfaculiativo de Microbiología.
-'niversidad de Oviedii
RESUMEN
S e estudia la n aturaleza d e la resistencia a nueve antibióticos aminvglicósidos q u e expresa un
. .. marrescms. Esta cepa alberga dos plásmidos d e resistencia d e masa
aislado clínico d e Serrarla
molecular S0 y 85 megadaltons respectivamente, que pueden cotransferirse por conjugación a Echen'-
chin col¿. La expresiún f'cnotipica d e las resistencias Iia sido correlacioriada con las actividades
adeniltransferasa y acetiltransferasa tanto en células transconjugantes d e E. coli, albergando uno o
ambos plasinidos. coniu en segregantes plasmídicos obtenidos por tratamiento con bromuro d e etidio,
que habí;in perdidi) algiinas niarc.as d e resistencia a amiiiogli<~úsidos.Sr enc:oiitrS que el pliísmidv d e
50 Mdal. codifica iinia adeniltransferasa cuyo perfil d e siistratos inrluye estreptomicina y espectinomi-
cina. El plásmido d e 85 Mdal. codifica tres enzimas diferentes: una adeniltransferasa similar a l a
anterior pero con menor afinidad uor los sustratos: una acetiltransferasa con Suerte afinidad por
gentainicina. tohramiriiia y sis omiciria y menor por kananiirin a y deoxik, B; y una fosfo-
.
transferasa cuyo perfid incluye al menos k,anamicina, neomicina aminosidi amicina.
SUMMA
T h e nature of resistance tu nina aminoglycoside antibiotics chown in a clinical iscdate of Serratiu
rnarcescens is studied. This strain carries two resist;ince plasm ids of 50 and 85 meg,adaltons in size
rhat were c!otransferred by conjugation tu Escherichiu roli. 'The phenoitypic resist ance has been
. - ~
correlated with the adenylyltranl'erase and acetyltransferase activities of the L. coli transconjuf;ants
harboring one or both plasmids, and in plasmitlic segreganls obtained by ethidium hra)mide treatiment
which showed loss »S some resistancte markers to aminoglycosides. It was found that ttie plasmid ,of 50
Mdal. c!odifies an adeiiylyltraiisferase with a profile of sustrates which includes stireptomycin and
spectinomycin, whereas tlie 85 Mdal. plasmid codifies three different enzyrnes: a n adienylyltransfi:rase
similar to the preceding, but with l a s affiiity for h e sustrates; an ace,tyltransferiase with st rong
at'finity for gentamiciri, siuurnicin and totiramycin, but weak Sor kanamyci n and deoi~ykanamycin B;
and a phosphotransferasr whose prufiir inc:ludes al least kanamycin, rieoniycin, aminosidin and
riba5tamicine. T h e experimental data obtained indicate that in the resistance to nine amiiioglycosides
in the nosocomial strain of'S. nzarcescens three different enzymes a r e implicated.
INTRODUCCION
L oS arninog constituyen un grupo d e antibiótic os cuya iitilizaci61n es
básica en la qii $a actual. S u espectro d e acción incluye 1undamerital-
mente bacteria!3 Gram-negativas, micobacterias y Staphylococcus ai1reus. En
cuanto a su moclo d e acci6n tienen un efecto bactericida. sobre las c epas sus(:ep-
tibles, relacioniido con la interferencia en la síntesis protéica a nivel dt la
. . . - - . . .
subuni<jad ribo: hrnica 3cU S. Estc3 hecho deterrnin a la utili n terapiai d e
estos a!ntibióticc)S, debidc3 a la exiistencia cle grandt:S diferer re el sistcrma
ribosóniico d e 12is bacter ias y el d e las céli las eucairiotas.
La resisteni tia a los aminogli(:&idos, en situaciones clínicas, s e ha planteado
desde 1loco tienipo desp ués d e siJ introducci6n en terapia, estando determinada
predomiinantemclnte por la existencia d e plásrnidos d e resistencia (plásmidos R)
.~- . -~
q u e codit-ican la síntesis d e en2:¡mas pe:riplásmic os espec:íficos q~ie modifilcan
químicz3mente al aminoglic6sido 1?rovocansdo un blc>que(, en s u sisteirna d e triins-
porte5. Los mecanismos d e mod ificacihn descrito s comprt:nden: ac:etilación I d e
. . . . . . .
grupos arnino, adenilación y fosforilación d e grupos hidróxilo2. Para que la modifi-
cación tenga lugar, además del enzima y cle1 aminolglicósido sustrato, s e requiere
la presencia d e un catiíin divalente y d e un cofac tor (acetil-coenzima A para la
.. . .
N-acetilación y u n nucleótido para la O-adeniiación y O-fosforilación).
Actualmente el mét( ección piira la valoración d e las distintas activi-
dades enzirnáticas e s el ~imático,descrito iniciaImente por O Z A N Nl Ey~
-
ampliando y modificajo por MEN\'F:NISTE y UAVIES',que s e basa en la valoración d e
la transferencia al aminoglicósidr) d e los ( S, que in lac-
ción, marcados radioactivarnente.
-.
II.1 objeto del presente trabajo ha sido poner d e manifiesto si la resistencia a
nueve iaminoglic:ósidos, habitualmente utilizados en clínicia, que p 3 la
cepa dc origen hospitalario d e S e r r a t i n rnarcescen.~ CSC 29381 era a la
. .
presencia d e enzirnas modificadores d e aminoglicósidos d e origen piasrnidicc~.
P a r a ello hemos desarrollado los siguientes puntos:
l.-Elección d e un sistema d e células apropiado.
2.-Caracterización d e los elementos genéticos extracromosómicos portadores
d e las resistencias.
3.-Valoraci6n d e las distintas actividades enzirnáticas implicadas en l a resis-
tencia a aminoglicósidos.
MATERIALES Y METODOS
J ~ I I U L L U I I C ~ ~ I C ~ ~ LC
BSI C
~ J 29Loi, disiada d e una muestra d e tejivo puiiiionar
Pruebas d i d a d u antibióticos
1--
.a resistencia a los antibióticos fue determinada por recnicas a e difusidn en
agar reconiendadas por la O.M.S. (antibiog placas ciontenienclo
aritibiítiros y C . I . M . ) con las modificacione, >ajos preii i ~ s ' , ~ .
RESULTADOS
1. ~ N SISTEMA DE CBLULAS
E L E C C I DEL
la literatura s e cita que un determinado enzima puede modificar diferen-
tes anti bi6ticos aminoglicósidos y que un determinado aminoglicósido puede s e r
,.P.
moairicado por más d e un tipo d e enzimas5,10. Para poder aplicar el método
radioenzimático necesitábamos un sistema d e células apropiado en el q u e no s e
solapasen los efectos d e lns diferentes tipos d e posibles enzimas responsables d e
la resistencia múltiple a aminoglicósidos q u e expresaba el aislado clínico d e S.
nlnrcescens CSC 29381. Con este fin intentamos obtener y seleccionar distintos
tipos de segregantes plasmídicos en la cepa d e s . marcescens y en los dos tipos d e
células transconjugantes d e E. coli q u e habían recibido distintas marcas d e
resistencia d e S. marcescens en experimentos previos d e conjugacicín. P a r a eilo
los tres tipos d e células fueron crecidas en presencia d e 150-200 pglrnl d e
bromuro d e etidio. El bromuro d e etidio es un agente intercalante que, a concen-
traciones subinhibitorias, actúa irn[pidiendo la replic ación del ADN plasmídico sin
afectar a la replicación dcel ADN c romosómico.
En células d e S. m~lrLc.,LcrLa no s e obtuvieroit D G g I ~ ~ a n t eesn los q u e s e
hubiesen eliminado todas o parte d e las marcas d e resistencia, mientras q u e en
células transconjugantes d e E. coli s e obtuvieron distintos tipos d e segregantes y,
ante los resultados obtenidos, fue seleccionado el sistema d e células que s e
incluye en la Talbla 1.
daltons d e masa moleculair, a los que hemos designado como pUO 320 y pUO 321
respectivamente . Dos bs~ n d a sd e la misma masa aparecen e n E. coli T c 2 ,
mientras que en E. coli T c 1 solanlente apa rece la banda d e 50 Mdal. y en E. coli
Tc 2 segregante 1 la d e 85 Mdal. E n los otrc1s dos tipos d e segregantes obtenidos a
partir d e células d e E. coli T c 2 s e observa la banda d e 50 Mdal. y una banda con
movilidad ligeramente superior a la del plásmido d e 85 Mdal. (pUO 320) por lo
TABL
orreiación entre niveles de resistencia a aminogiicosiaos (C.I.M.)
nidos en el sistenna de celpas elegic
Con centracibn i rihibitoria minima @giml)
Masa moleci
Cepa (megadalto
S . marcescei
CSC 293t
S . marcesce,
CECT 15'
- ..----
B. coli KlZ W311U - A - <1 ( 1 < l --
Transconjugante 1 32 128 <1 < 1 <1 <1
Transconjugante 2 32 > 128 32 16 4- > 128
Tc-2 segregante 1 16 €4 16 8 <1 > 128
Tc-2 segregante 2 32 > 128 16 ~ I. < 1 (1 <
Tc-2 segregante 3 32 > 128 <1 1 128 128 > 12:
SZmbolos.-Sm: estreptomicina; Sp: espectinomicina; Gm: aenramicina; 3i: simmicina: Tm: tobrarnicina: k m : Kanamicrna
Nin: neomicina; Am: aminosidina; Rib: na; DKB: deaxikanamicii na B; Ak: annikacina.
(,a) pUO: pliismido de la Universidad de Oviedo.
( bi y (c): Drlcnciones en el pldsniido plJO 320.
Fig. la Fin. l b
111. VALORACI~N
DE LA ACTIVIDAD ENZlMhTICA ADENILTRANSFERASA
Estreptomicina
Espectinomicina
Kanarnicina
Gentamicina
Neomicina
(1) Los porrei~tajcsde acti\ridad estiin cdculados en rrlaciiin a la rstreptomicina. e independientemente para
y E. col;.
S . marcesr.~~ns
IV. V A L O R A C IDE
~ NLA ACTIVIDAD ENZIM:\TlCA ACETlLl
Gentamicin~
Tobramici
Sisomicini
Kanaminir
DKB
Ncomicini
Aminosidi
TABLA IV
. Enzimas plasmídicos modificadores d e aminoglicósidos del aislado clínico
S. marcescens CSC 29381
ENZIMA PLASMlDO
Nombre Actividad Rango Masa
sistemático enzimiticn sustraios Punto de modificat:iOn molerular Denominacihn
-
A A D (3") Nucleo tidil- Sin 3"- hidroxilo d e la amino-
transferasa Sp hexosa 111 de la S m ,
9'- hidroxilo d e la actinamina
V. N LA ACTIVIDAD E:
V . ~ L O R A C I ~DE , FOSFOTH
DTSCUSION
,7 -1
S. murcescens CSC 29361. LI primero corresponde a un enzima adenilarite de
grupos hidróxilo d e la espectinomicina y d e losi :úsidos estreptidínicos
como la estreptomicina. Este perfil d e sustratos cc l e al enzima estrepto-
micin adeniltransferasa caracterizado por BENVENISTE y UAVIES en 1971' y cuyo
nombre sistemático actual es AAD (3"): n~cleotidiltransferasa~~. El segundo
c,orresponde a un enzima acetilaiite d e grupos amino, con afinidad fuerte por los
arninogliccísidos deoxi-estreptarnínicos: gentamicina, sisomicina y tobrarnicina y
débil por kanamicina y DKB; e s t e perfil d e sustratos corresponde al del enzima
descrito en 1974 por LE GOEFIC(citado en 6) en Klebsiella denominado en princi-
pio gentamicin-acetiltransferasa y cuyo nombre sistemático actual es AAC (3)-11:
. resistencia a los otros cuatro aminoglicósidos deoxi-estrep-
a c e t i l t r a n ~ f e r a s a ' ~La
tarnínicos: kanamicina, neomicina, aminosidina y ribostamicina s e transfena en
bloque a células d e E. coli y en este huésped era eliminada también en bloque por
tratamiento con bromuro d e etidio. P e r o ni e n la cepa parental d e S. marcescens
ni en células transconjugantes d e E. coli resistentes a estos cuatro antibióticos se
encontró actividad adeniltransferasa ni acetiltransferasa significativa frente a
ninguno d e ellos, lo que nos lleva a deducir q u e el tercer mecanismo d e resisten-
cia e s debido a u n a fosfotransferasa d e tipo A P H (3') cuya caracterización más
completa requeriría l a valoración radioenzimática d e dicha actividad frente a
estos yha otros dos sustratos: butirosina y l i ~ i d o m i c i n a ' ~ .
LO; determinantes genéticos responsables d e los tres mecanismos d e resis-
tencia parecen estar localizados en moléculas d e ADN extracromosómico d e tipo .
plasmídico (factores R, o plásmidos d e resistencia). En el aislado clínico d e S.
mnrcescens CSC 29381 coexisten dos d e estos plásmidos. d e masa niolecular 85 y
50 Mdal. a los que hemos designado pUO 320 y pUO 321. Ambos plásmidos
pueden cotransferirse mediante conjugación a E. coli y en este huésped son
albergados de forma estable y expresan el mismo espectro d e resistencia a
aminoglicósidos que en el aisIado clínico de S. marcescens aunque a distintos
niveles. Cada uno d e estos plásmidos también puede s e r portado por E. coli d e
forma independiente y estable; cuando el plásmido albergado es el d e 50 Mdal.
(pUO 321) las células d e E. coli (Tc 1) sólo presentan el enzima AAD (3"):
nucleotidiltransferasa, mientras que cuando albergan el plásmido d e 85 PvIdal. (Tc
2) presentan los tres tipos d e enzimas descritos.
En la TABLA IV se resumen las características d e los enzimas presentes en
el aislado clínico d e S. marcescens CSC 29381 y s e correlacionan con los plásmi-
dos que los codifican.
AGRADECIMIENTOS
A1 Dr. R. .4lvarez, Jefe del Servicio d e Bacteriología de la C. S. Covadonga por la cepa de S
nrnrceticenr CSC 29381.
Par
JOSE ANTONIO SALAS
Y
CARLOS HARDISSON
:partarnenio Interfaculiaiivo de Microbiología.
1:niveraidad d~ Oviedo. España
RESCMEN
Las esporas durmientes d e S. oniibioticus presentan valores Q 0 2 para la respiración endógena y
exógena d e 10,69 y 32.71 plO,lhlmg peso seco, respectivamente. Diversas especies estudiadas d e este
género presentaron vaiores superiores e inferiores a los obt2nidos con S. crntibibticus. La respiración
&gene, tanto en esporas durmientes como en esporas hinchadas, fue sensible d cianuro potásico,
atuhriiia, EDTA y 2,4-dinitrífenol e inseiisible a rotenoria. antimiciria A y di(~iiinarol.La azirla sódica
ejerciA un doble efectl): inhibidor y estimulante d e la respiración exógena, dependiendo el efecto
rihservado d e la concenirari&n d e inhibidor y del estado motio16gico d e las esporas. Para conseguir el
mismo efecto en espnras hinchadas q u e en esporas durmientes fueron necesarias concentraciones 10
veces suprriores d e azicla r;íidi<:a. S e demuestra asimismo la presencia en las esporas durmiente: ; d e
dos actividades enziiniticas relacionadas con el nietabolismo respiratorio: catalasa y citocromo oxi-
dasa. Ambas activitladec; esl,ec;it'icas fueron inuy superiores en esporas hinchadas con respecto a las
esporas durmientes. Estos resultadi~ssugieren la participaciun d e flavo~pruteinasy citvritiiii- -
,,.--,.-. ." ~n la
cadena respiratoria d e las espor;is, aiisenciii d e quinon a s y la pres,encia d e actividad citocromo oxidasa
y catalasa. Asimismo, muestra]1 q u e no 1) arccen exir3tir diferen cias significativas importantes en la
composici6n de la cadena respii.atoria en a mbos estad os morfológ:ices d e la germinaci6n.
SUMMARY
Dormant spores o f S . antibioticri.~showed QO, vaiues for endogenous antl exogenous respiration
of about 10.69 aiid 32.71 pl 02/li/mg dry weight. Ttiere was iniportant differences in the Q 0 2 values
obtained with different Strrptornyces species. No significative differences in sensitivity to several
metabolic inhibitors in di~rmantand swollen spores were detected. Exogenous respiration was sensi-
tive to potassium cyanide, atahrin, EDTA and 2,4-dinitrophenol and insensitive to rotenone, antimycin
A and dicoiimarr~l.Sodiiim azide producecl inhihition and stimulation of the respiration depending on
the inhibitor concentration and of the morphologicd stuge «f the spores, being nrccesary 10 times
superior concentrations 10 get the same effect in swollen spores than in dormant spores. Other t w
enzymatic activities relatad with the respiratory metabolism were also detected in dormant and
swollen spores. These enzymatic specific activities were 3-4 times higher in swollen spores han in
dorrnant spores. Our results suggest thr presence of flavoproteins, cytochroines b and c, cytoclirome
oxidase and catalase in ttic respiratory chain of the spores.
INTRODUCCION
MATERIAL Y METODOS
I)eterminaciones respirat
El consumo d e oxígeno por las esporas s e determinó a 3S°C ei ) un
RESULTADOS
A,-. .
d e carbc)no exógena metabolizable. Esta rr:spiracióii endógena prese ntri valor es
. .. S - .. . . . " "
VU, d e 7,71 111 0,lhlmg peso seco en agua destilada. La adicibn d e fostato
inorgánico (respiración e n tampón fosfato 5 mM p H 7,O)produjo un incremento en
el valor QO, (de 7,71 a 10,69 p1021hlmg peso seco). L a respiración exógena d e las
esporas durmientes, tras la adición d e glucosa 20 mM, fue unas 2,5 veces
superior a la respiración endógena en agua destilada. Sin embargo, ni la adición
d e galactosa ni d e f'ructosa produjo ningún efecto S valor QC do
para la respiracicín endógena.
Las esporas hinchadas, obtenidas tras 2 horas d e incubación en medio
líquido GAE, presentaron valores Q02 para la respiración endógena 3 4 veces
superiores a los obtenidos con las esporas durmientes: 29,29 y 32,71 pl 0,lhlmg
peso seco e n agua destilada y en tampón fosfato respectivamente (Tabla 1). La
adición d e un sustrato exógeno, glucosa 20 mM, produjo un fuerte incremento en
TABLA 1
Respiración endógena y exógena de esporas durmientes e hinchadas de Strepto-
myces antibioticus.
Las esporas, en su fase durmiente o hinchada, fueron obtenidas como s e descri-
bió en Material y Métodos, determinándose el consumo d e oxígeno a 35OC em-
pleando un electrodo d e oxígeno. Paralelamente s e determinó el peso seco d e las
muestras, calculándose finalmente los valores Q02 (pl Oplhlrng peso seco) que son
los que s e presentan en esta Tabla
Fase rnorfol6gica (QO,)
el valor QO, con respecto al d e las esporas durmientes (de 18,50 a 77,lO pl
0,lhlmg peso seco).
Con el fin d e estudiar la importancia d e la integridad física y estructural d e
las esporas para el proceso respiratorio, s e estudió la respiración d e las esporas
durmie ntes e hiinchadas empleando extractos libres d e células. La respiración
ex6gen a d e las c:sporas durmientes e hinchadas disminuyó en tin 15-25 % cuando
-
el valor VU, se determinó con un extracto crudo procedente d e la rotura mecá-
nica de: Ias espc,ras con bolas d e vidrio (Tabla 11). Esta disminució n fue muicho
mayor cuando (%tos ext ractos s e centrifugaron y s e determinó el consumc) d e
4 11
Respiraccon exogena de extratos lcbres de células de esporas de Streptomyces
antibioticus.
Las esporas durmientes e hinchadas fueron rotas mecánicamente con bolas d e
vidrio d e O,11 m m d e diámetro como s e describió en Material y Métodos, deter-
minánd lor QO, 1en varias fraccion es del extracto as1i obtenidco, en p r esen-
cia d e glucor,a 20 mil![ .
-
n m . .
00, (14O.lhlme oeso seco)
Hinchadi Intactas
Extracto crudo
?..
Sobrenadante extracto c m d o Xl,96 t U , 3 1
t~xígeno con el sobrenadante d e esta centrifugacicín a 10.000 rpm durante 5
minutos.
valores QO, elevados como S. viriclochrorno genes y S . aoreof ¿lciens, otros valo res
QO, muy bajos como S. fradiae y algunas j~ r e s e n t a r o nvalories intermiedios co mo
S. aiztibioticics y S. scabies.
TABLA 111
J- -----
Respir-aciur~rrruuqenu y exu'pena ue L,
ehpuras durmientes (le uarcuh e s ~ a c i e sde1
géner o Streptomyces.
1Las espc mientes d e las (iistintas especies fueron N se
L 6 1 r .I . -..
I '1
aescrinio . r 1
en material 7
y ivretoaos, determinándose el1 consumo u e oxigerio en
ausencia d e sustrato exógeno (respiracibn endbgena) y tras la adici6n tie glucosa
20 mM (respiración exógena) d e modo análogo al descrito en l a Tabla 1
S. fradiae - 0,Ol
L . L A
1 97 +
,,su - 0.02
S. scabies 8,81 rt 0.16 14.31 k 0,M
S. antibioticus 10,79 -C 0.32 18.50 k 0.82
S. aureofaciens 19.57 +: 0,44 34.30 I 0,62
S. viridochromogenes 0.72 43.54 2 "
Control 20.15 r
..\tabrina 1 4.03 +
Btsbrina 0.1 8,06 +
hishrina 0.01 11,08 + u.4.1
Dirumarol 0.1 19.92 + 0.15
Rittenoiia 0.1 2 0 , a + 0.32
Antimicina A 0.1 19.86 -t 0.64
Cianuro potáaicu 1 2,61 I 0,512
Cianuro poiásico O, 5.64 5 0,76
í:inntrro pcitisico 0.1 13.30 -C 0,132
t i i d a s6dira 1.25 12,58 + 0.53
2.4-diiiitrot'rnd 0.25 24,,18 *
EDTA 1,25 12,29 i
citocrorn o oxidas: 1. El cianiuro potá sico fue un poten t e inhibici o r d e la:5 dos actiivi-
dades enizimática S, bloquc:ando c a si totalmente su actividad en conc:entraCiÚin 1
-1K P-. A - 1-.-
, actividduG3 cUpecíficas ~J - i ,.",
i i i i r r . LUII el hinchamiento ur: 163 ~ s p o r a s las
m, .
c ,... dos
enzirnas aumenta ron consiiderablennente: 3,25 UElm g prote ín m%
peso seclo para czitalasa y citocrom o oxidasa respect ivarnenitt
DISCUSION
esporas aurmientes d e S. antibioticlu presentan una tasa ae respiración
endógena detectable, e n ausencia d e una fuente d e carbono ex6gena. Esta respi-
ración endógena fue estimulada por la adición d e fosfato inorgánico, resultado
clue ya había sido descrito en micelio d e s . griseus (HOCKENHULL, FANTES,HERBERT
y WHIT EHEAD, 15)54). Sin (embargo, existen grandes diferencias entre la respiración
endóge na de csporas durmientes d e distintas especies d e este género. Estas
diferen cias pueden estar relacionadas con una distinta concentración d e reservas
end6ge nas y10 con diferencias en concentración o actividad d e los distintos
cornpoinentes de la cadena respiratoria d e las esporas. En cualquier caso, las
espora:; durmientes d e Streptomyces presentan una respiración endógena, a dife-
rencia de las en dosporas bacterianas en las cuales no s e detecta ningún consumo
de oxílgeno. Ot ra caracl:erística importante a destacar es la existencia en las
espora!j durmierites d e la maquinaria enzimática necesaria para l a oxidación d e la
glucosa, ya que la adición de este azúcar produjo un notable incremento del QO,.
Otros azúcares como galactosa y fructosa, no incrementaron el valor 00, por
encima del obtenido para la respiración endógena, probablemente debido a la
ausencia en la espora durmiente d e los sistemas de transporte para estos dos
azúcares (s.41.~~ y HARDISSON, 1981).
Con el hinchamiento de las esporas, los valores QO, tanto para la respiración
end6gena como para l a exógena aumentaron unas 2-4 veces con respecto a los
obtenidos con las esporas durmientes, lo cual indica que como había sido descrito
anteriormente (HARDISSON, MANZANAL, SALAS y SUAREZ,1978; HARDISSON,SALAS,
GCIJAKRO y SUREZ,1980) esta fase irminació n s e cariicteriza )or una g,ran
actividad metabúlica y biosintétic
El estudio d e la acción d e inhibidores respiratorios y desacoplantes d e la
f'osforilación oxidativa sobre la respiración excígena mostrí, que no existen dife-
rencias significativas entre l a sensibilidad a estos agentes en las esporas durmien-
tes e hinchadas, a excepciún del caso d e la azida sódica. Este inhibidor produjo
inhibición y estimulaciRn d e la respiracicín en ambos estados morfolúgicos, siendo
necesaria una concentración 10 veces superior d e inhibidor en esporas hinchadas
para conseguir el mismo efecto que en esporas durmientes. Este doble efecto d e
la azida ya había sido dc:scrito eri Bacillu:r cereus ( DRINGy GOULD,1975). Pensa-
mos que la diferente sen si bilidad da las esporas en función d e su estado morfoló-
.. 1
gico pudiera deberse a la exisrencia a e una mayor concentración d e citocromos en
las esporas hincvhadas. 1Zl inhibidor produciría simultáneamente ambos efectos:
con altas conce ntracione:S del agente, el efecto inhibidor sería siiperior y enmas-
I
cararía el efecto aesacoplante; por debajo d e una determinada concentración d e
inhibidor, solamente se observaría el efecto desacoplante d e la fosforilac:ión
oxidativa.
La respiración fue sensible al cianuro potásico lo cual indica la presencia d e
citocromos en la cadena respiratoria d e las esporas, a diferencia d e las esporas d e
S . streptomycini las cuales fueron insensibles al cianuro (KALAKOUTSKII, MUKHIN,
LAPTEVA, TAPTIKOVA y DOUZHA, 1970). Asimismo, la participación d e flavoproteínas
parece confirmada por la inhibición debida a la atabrina. La presencia d e cito-
cromos y flavoproteínas en la cadena respiratoria d e las esporas concuerda con
los resultados obtenidos por varios autores en rnicelio d e Streptomyces (NIEDER
PRUEM y HACKETT, 1961; REHACEK, RAMAN~V yYKOZOVA, 1968; INOLIE, 1973) y en
esporas (TAPTIKOVA, KALAKOUTSKIIy ACRE,1969). La no inhibición con rotenona y
antimic ina A p uede~ explicarse por la ausencia en 1as esporas del sitio d e acción
d e esto'S agente!s. Puede descartarse la plarticipacion d e quinonas interpuestas
entre flavoproteínas y citocromos, ya que la respiración fue insensible al análogo
d e quinonas dicumarol. La respiración fue sensible al EDTA, el cual probable-
mente actúe entre flavoproteínas y citocromo b. Asimismo, parece existir un
acoplamiento entre la cadena respiratoria y la fosforilación oxidativa sensible al
2,4-dinitrofenol.
En conclusión, las esporas d e Streptomyces presentan una respiración endó-
gena, transcurriendo probablemente el flujo d e electrones a través d e una serie d e
intermediarios respiratorios como son flavoproteínas, citocromos b y c y citocromo
oxidasa. Nuestros resultados son coincidentes con los obtenidos por otros autores
en rnicelio d e s . antibioticus (REHACEK,
RAMANK~IITY y KOZOVA, 1968).
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RESUME
SRestudia e n este trabajo l a ultraestmctura d e las branqiiins de D i o p n ~ r anenpoliinno a nivel d e
la cutícula, prestando e*peciiil atericiíin a la compleja oipanimci6n del sistema fibrilar localizada e n la
drnomincida acalla fihrozav.
SUMMARY
Tliis pnyer reports resulis obiaincd from the study iif ttie ultrastructurd nrgariization of the
cuticle in the gil13 of Diopc~rrcineupo/i!ri.nr~,
with special consideration to the coml)lexity of t h r fibrillar
system located in the so-cdled «fibroua layer,,.
INTRODUCCION
Iniciamos con este estudio una serie de trabajos encaminados al conoci-
miento ultraestructural d e las branquias d e Diopatra neapolitann.
La ultraestructura de la cutícula de los aiiélidos poliquetos ha sido tratada
por riumerosos autores, tanto en diversas familias comci en distintas partes del
cuerpo de este grupo de invertebrados. Así, WESTHEIDE y RIEGER (1978) y STORCH y
W E L ~ C(1970)
H estudian la ciitícula en varias especies d e la familia Hesionidae.
P I L I T(1964),
~ BROKEI,\IANUy FISHER (1966), M L i ~ i ~ ~ y~ RAJULLI t \ ~(1974)
~ ~ ~ ~ ~
dedican su atencióii a los Neridae. BOII~LY (1967) lo hace en Syllidae. BRANDERBURC
(1970) y RIEGERy RIEGER(1976) en Archianelidae. MISURAC~\ y NAGY(1970) en
Eunicidae y BUBEL(1973) en Serpulidae. Por otro lado, s e ha estudiado la
morfogénesis d e la cutícula larvaria d e algunos poliquetos (ECKELBARGER y CHIA,
1978).
Prácticamente no existe bibliografía sobre la ultraestructura d e las branqiiias
d e poliqiietos; solamente tenemos referencia d e un trahaio ~,sohre esta parte del
~- ~
MATE RIAL Y
..
ejemplares sobre los q u e s e realizó este estudio fueron recolectados en
5
R
l e las hrzinquias d rece pres entar, tal
- - - - GII
eri corles . s r ~ r r i u -i r i.o.s coirio -- r r i i c i ~ ~ s c ~ electrónica,
pia . .
- -..- .- -- .uriiiuriiie
uiia esti-uc~uia .-:i---
y
-
-.-u
solamente e n do! ocasion es henios podido observar la presericia d e algunos cil ios
1
m . ,
Es la más fina d e las tres capas (600-800 A). Aparece al M.E ina
banda continua bastante uniforme y con un cierto grado d e ondulación que e s
atravesi da por prolonga(:iones digitiforme S d e las células epidérmicas. En l a
epicutícsula cabei reconoc:er dos 2conas: la más ex,terna, d e densidad media y
textura graiiular hoinogenea y la más interna, de mayor densidad, con un grosor
tres o cuatro veces menor y textura también honiogénea (Fig. 1).
Fig. 1
Secciím transversd de la ruti-
cula en la que s c observan la
cubierta exieriia (ce), la epicuií-
cula (ep) con sus dus znnas, la
capa media (cm), la capa filjrosa
(cf) y la zona esponjosa (ze).
También s e aprecia cúmo los
rnicrovilli (mv) atraviesan la cu-
tícula hasta el exterior
-L 1
.Y-; (X 58.500)
Zona c c ~ t i c ~ ~intermedia
lar
sitúa inn ente por una niat:riz
e graniilc que se p y tenues de
trayecto a p a i - e ~ i ~ e m e nirregular.
te El grosoir d e esta segundaI capa es aproximia-
damente d e 0,6 rnicras y presenta una dens idad mecfia a los 1eiectrone S .
Las prolongaciones celulares al atraves a r esta capa sc ven rode adas d e I
estrecho halo prá cticamen te transp arente a los electirones (Fin. 2). En el límite
este halo con la matriz !je obserlva en miuchas oc:asiones, tanto eni seccion
transversales conno longitiudinales, la presemcia d e una fina línea elebrtronden
(Fig. 2).
Jibrosa.
Zona cc~tici~lnr-
-- . .
Fig. 2.-Serci6ii tangencia1 de Iti rapa niedia ciiticwlar rii donde se aprecian varios tlobletes de
de Iido y la línea electrondensa que limita a cstos ( x 74.000).
rnicrovilli (rnv) ri~d~>adon
En secciones paralelas a la superficie o ligeramente oblicuas s e puede apre-
ciar con facilidad que las fibras presentan un alto grado d e ordenación, d e tal
forma que el estrato más profundo d e esta zona fibrosa posee un grupo d e fibras
paralelas entre sí y limitando entre cada dos una fila d e digitaciones citoplásmi-
cas. En niveles más superficiales el sistema adquiere mayor complejidad, apare-
ciendo un segundo grupo d e fibras, también paralelas entre s í pero en dirección
cruzada con el primer grupo, dando origen a la formación d e áreas rcímbicas
interfibrilares en cada una d e las cuales s e localiza una digitación (Fig. 3).
f -,
Fig. 4.-Sección oblicua d e la capa fibrosa en donde s e observa la presencia dr doblcies de rnirrovilli
(inv) en las áreas r6mbicas de la trama fibrilar. También se aprecia en varios puntos la
bifurcación de fibras (flechas) ( X 29.000).
Prolonguciones digitif0rm.e~
1 células epidérmicas d e las branquias presentan en su zona apictal un
complejo sistema d e largas microvellosidades que penetran en las capas cuticula-
res atravesáiidolas en s u totalidad, según trayectorias preferentemente perpendi-
culares a la superficie (Fig. 1).
En s u zona basa1 presentan un grosor d e 0 , l micra y dejan entre sí espacios
d e contorno irregular aparentemente vacíos, q u e en uniún con las microvellosida-
des, forman una capa d e textura esponjosa d e unas 0,18 niicras en la que es
frecuente observar la presencia d e imágenes que sugieren procesos d e pinocitosis
(Fig. 1).
rn muchas ocasiones s e aprecia en el interior d e las microvellosidades, en su
zona basi d , la presencia d e estructuras densas, a modo d e viirillas lorigitudinales,
que s e c ontinúan un cierto trecho en el citoplasma apical d e la célulai epidérmica
-. -
(b'ig. 5). También es frecuente ver, en secciones transversal^^ A - lloa"a prolongacio-
1"
Fig. 6.-Seccibn tangencid al nivel del tcrcio interno d e la capa fibrosa. Obsérvese la disposici6n de
los mirrovilli según un patrrin Iiexagonal y las formaciones electrondrnsas (flechas) ( X 91.000).
malla d e la misma. En los niveles más profundos d e esta zona s e siguen ohser-
vando en las prolongaciones celulares las formaciones electrondensas con el
mismo aspecto y situacihn descritos, desapareciendo a partir del tercio inferior de
la capa fibrosa. A este nivel el grosor d e las prolongaciones d e las células
epidérmicas es d e 0 , l micras. Por otro lado, ya desde el tercio medio d e esta
capa, s e aprecia que muchas microvellosidades s e dividen en dob 0 tres ramas
secundarias d e menor diámetro. Las ramas originadas por una microvellosidad
discurre n juntas, siguiendo la misma direccihn que la principal y ociipando una
d e las ,áreas rhmbicas de la red fibrilar (Fig. 4) mientras ésta mantiene su
..-J..---
i~iuriidvií)n, ya q u e en la zona más superficial d e la capa fibrosa las ramas
secundarias d e las prolongaciones celulares s e distribuyen d e modo irregular, si
bien e n muchos casos s e sigue manteniendo la contigüidad entre las parejas o
tríos d e rainificaciones, situaci6n que permanece en la capa cuticular media (Fig.
2)
L a s prolongaciones d e las células, al atravesar la cutícula, s e localizan d e
una forma ordenada, que es particularmente aparente en el tercio inferior d e esta
cubierta, en donde s e observa c,on clariciad su dlisposició n según un patrhn
liexagonal d e 0,18 micras d e lado (Fig. 6).
, .,.,,.~ovellosidUu,,
T r a s atravesar la capa media 1"- m;<.*
.lb,u.."" hDEt"
"A-e 1lnex .,,a.u la epicutí-
cula, que también perforan, furmando unas proyecciones citoplásmicas axtracuti-
cillares d e una longitud d e 0.13 micras, las cuales presentan en su ápice un
Fin. 7.-Secciiín transversal rle la cutícula en la que se ve crímo algunos inicrovilli IJreseiitan proycc-
ciones dilatadas ( x 20.000).
refuerzo d e material electrondenso situado bajo l a membrana celular (Fig. 1).
Tales proyecciones aparecen en ocasiones prolongadas en una expansión globosa
d~ forma y tamaño variables (Fig. 7).
Rn-ristiendo la epicutícula y rellenando los espacios situados entre las pro-
yeccionc:S citoplásmicas extracuticulares s e dispone un material d e p s p e c t o laxo y
textura 1gránulo-filamentosa que recuerda a un glicocálix (Fig. 1).
np
-, lo anteriormente expuesto puede concluirse q u e las células epidérmicas
d e las branq~iiasd e Diopatm neapolitann aparecen revestidas, excepto a nivel d e
*uc. rnicroveiiosidades, por las siguientes capas (Fig. 8): 1.") cubierta externa
ic.e.); 2.") epiciitícula (e.p.1; 3.') capa cuticular media (c-m.); 4 . O ) capa cuticular
fibrosa (c.f.); 5.") capa esponjosa basa1 (2.e.
DISCUSION
La organiza1cián de la cutícula según el modelo de capas superpuestas d e
fibras p aralelas :ntre sí en cada capa y d e dirección cruzada con la d e las fibras
d e capaa
,-
i:--..A:
i i i i i ~ ~ i a t a sembebidas
. en una matriz gránulo-filarnentosa es muy co-
mún en anélidos
Primeramen t e fue ci,Lada en oligoquetos por REEDy RUDALL(194.8) y confir-
mada p o s t e r i o r,.-*m,. ~ i -i~,.-
pul ~ diversos autores, como R I C H A R (1974).
D~
Una estructura semejante del tegumento s e d a en los poliquetos (PILATO,
19M; BOILLY, 1%7; BROKELMANNy FISHER,
1966; MICIHEL,
1969; MISLIKACA y NAGY,
1970; STORCHy WELSCH,1970; BAN HEL, 1971; CHIEN
y col., 1972; WELSCH
y STORCH,1973).
Sin embargo el único trabajo a e que tenemos referencia sobre branquias d e
poliquetos (STORCH y ALBEKTI, 1978) no aporta ningún dato sobre la organización
ultraestructural d e la cutícula. P o r otra parte, los estudios llevados a cabo sobre
esta cubierta no s e refieren a las branquias, por lo que las particularidades
observadas por nosotros podrían deberse a diferencias regionales d e la organiza-
ción cuticular. L a existencia d e una capa subepicuticular equivalente a la que
nosotros designamos como «zona media» (c. m.) ha sido.indicada solamente por
MIS~IRACA y NACY(1970) ei1 la cutíc ula corporal d e Dioputr.n neapolitar ice
mediterranea.
En las descripciones iriecrias
.--L-- -
por otros autores no s e contempla la existencia
d e dicha capa, a pesar d e la claridad con que s e observa, por ejemplo en las
imágenes presentadas por STORCH y ALBERTI (1978) correspondientes a las bran-
quias d e Pherrrsa pLic.mosa, si bien esta omisión s e debe sin duda a que dicho
trabajo está orien tado d e rnodo prá'cticamente exclusivo a l a ultraestru ctura d e 1las
células epidérmic:as.
-.
- -- - - 1-ia u3 :i -s-p- .~ s i c i ó ndel sistema fihrilar siguiendo u11 p ~ i . ó n
De modo seiiieiaiite.
tan altarnente orclenado y fácilmente observable en nuestro material, no es des-
crito poi muchos autores y aquellos q u e lo hacen e xponen Lina descripcibn muy
somera.
Es preciso indicar q u e en algiinos d e los experimentos dedicados a la puesta
a punto d e la fijación del material nos hemos podido dar cuenta d e que las
condiciones d e fijación (pH, osmolaridad, concentración salina, etc.) tienen una
estrecha relación con las imágenes ultraestructurales d e la capa fihrosa, hasta tal
punto dc: q u e puiede s e r totalmente inobservable el sistema fibrilar sin q u e esto
signifique- uria - iiiala fijación d e los demás elementos. Coincidimos en este punto
con las observaciones d e GOFFINET y col. (1978) ei úlidos, ya que esto$
autores indican q u e con los métodos habit uales d e y contraste seguidos
por ellos y otros investigadores las fibras no -s i-~-i icviucri~cs. - ....
L a inexistencia d e estriación transversal en las fibras cuticulares d e nuestro
material coincide con los datos obtenidos por otros autores como BAN-I'Z y MICHEI.
(1971) y STORCH y W E I ~ C(1970).
H
P o r otro lado, la presencia d e subfibrillas muy tenues es también citada por
WESTHEIDE y RIEGER(1978), si bien e s t e autor observa q u e tales subfibrillas
aparecen entrelazadas entre s í formando fascículos relativamente laxos, mientras
q u e e n nuestro caso l a agregación e s más intensa y solamente s e aprecia la
descomposición en fibrillas e n las zonas terminales.
El contacto directo d e las prolongaciones celulares con el medio externo
parece s e r una disposición común en l a cutícula d e los oligoquetos (KRALL,1968;
P ~ T W A L1971; D , GOODMAN y PARRISH, 1971; BURKE,1974) y en la mayoría d e los
poliqiietos (WESTHEIDE y RIEGER,1978; STORCH y ALBERTI, 1978; ECKELBARCER y
CHIA, 1978), salvo casos muy particulares en los que los microvilli aparecen
aislados del medio externo, situación que. por otra parte, es la que s e encuentra
en sipuricúlidos (GOFFINET y col., 1978).
La presencia en oligoquetos d e corpúsculos superficiales ha sido citada por
REEUy RUDALL(1948) y RUSKAy RUSKA(1%1) y su naturaleza, consistente e n
hinchamientos distales d e los microvilli epidérmicos fue demostrada por HESS y
HENZEL(1967), lo cual coincide con nuestras observaciones.
Los datos m orfológicos ultraestructural es obteni dos nos indican q u e la cutí-
cula es IIina formiición que reune en sí una r,igidez mcicánica y una cierta plastici-
dad. La presenci,a d e la cutícula no represeinta, por (>tra parte, una barrera entre
.
- .. - -.-
el medi1u.. exieiric) y las células ey~idérmicaS branqiiiales, d iido que existe una
amplia !superficie d e intercambio gracias ii los extiremos de: los microvilli que
-
contactain con el exterior.
r o r otra parte, la cutícula branquiai s e presenta mucho más delgada q u e la
del restc1 del cuerpo y con una organización bastante menos comp ac ta, lo cual
apunta t ambién e n el sentido d e que la posible barrera que la cutícula representa
para el i n r e r c a m ~ i od e substancias está simplificada en la branquia.
Por
ARS E N 1 0 FER
.
JOSE MANUEL GARCIA
rnenlo Inlerfacuilalivo dt Moifologia
Univcraidad dt:Oviedo
En el presente trabajo se describrn las células d e tipo glial presentes en el núcleo dorsai dcSa1rno
irirlrris. Se racririort:ri v:~riiis tipos celularrs que sea agrupan eii: cblulas ependimarias, c6lulas asocia-
das a los vasos v células intersticialel;.
Tlie glial c d l s in tlir nuclrus (lorsal ol'Snlmo ii-ideits are described. We Iiave icleiitified se\rcral
tipes: epenclimal cells, blood vessels asociated cells and intersticiai rells.
INTRODUCCION
La imagen a microscopio óptico d e la neuroglia tal como ha sido descrita por
los invc 3s d e principio d e siglo, en base a impregnaciones argénticas
(C.UAL, H~JC~IRRO, 1915; Río ORTEGA, 1921 a , b, 1924). no s e correlaciona
con las iiiiagr.ii~,iuitraestructurales.
Existen considerables discrepancias en la clasificación d e la neuroglia desde
el punto d e vista ultraestructural, fundamentalmente en lo que refiere a la
descripción d e la miciroglia y al reconocimiento d e s u existencia. Algunos autores
(M.AXWELI. y KRUGER, 1965; EAGER y EAGER, 1966; KING,1968; KRUCER y MAXWELL,
1966, 1967; SCHONBACH, 1969) no admiten su existencia. Los autores que la
reconocen no coinciden en s u descripción (MORIy LEBLOWD, 1969; BARONy
GALI.ECO, 1972; SCI.ILI[.ZTy (11. 1957; MUCNAINI y WALBERC, 1964; VAUGHN Y PETERS,
1971; LEWIS,1968, etc.).
El problema es también muy complejo en vertebrados inferiores. Con el
presente trabajo pretendemos aportar nuevos datos ultraestructurales para un
. - - .
mejor conocimiiento d e los elenlentos gl iales del sistema nerviosc) central
Teleósteos .
RESULTADOS
En el núcleo dorsal del área vestíbulo-lateral d e Salm.o irideus h emos obsi er-
vado además d e las células neuronales y endoteliales, células que ag;rupamos ci e
la siguiente forma: 1) Células ependimarias que s e disponen formando una o dos
capas limitando con el vc~ n t n c u l o ,2) Célul as que se: dispone]n asociad as a vaso1s y
3) Células intercjticiales.
C é l ~ ~ b aependimarius
s
Presentan un soma alargado, próximo al ventrículo que emite u1na prolon ga-
ción que s e interna en el núcleo dorsal. S u núcleo es redondeado, alargado y en
ocasiones lobulado, en el que la cromatina s e presenta dispersa en pequeños
grumos por todo el carioplasma y asociada a la carioteca formando una fina
banda.
El citoplasma es abiindante E:n general, con cisternas cortas d e R. E. rugoso
y numerosos ribosomas 1ibres que: destacan sobre una matriz clara. Las mitocon-
drias tienen una cámara interna muy densa y crestas claras. Su forma es redon-
deada o alargada, en general son pequeñas y en ocasiones presentan una zona
centra1 filiforme. El R. E. liso es escaso. S e pueden observar paquetes d e
niicrofilamentos en las prolongaciones y en algunas ocasiones en las proximidades
del núcleo (Fig. 1).
Las células ependimarias que están en contacto con e1 ventrículo poseen
cilios y evaginaciones di@ hacia éste, pudiendo apreciarse además en la
porción apical del c i t o p lisma
~ nunnerosas mitocondrias, raíces ciliares y cuerpos
. .
basales además d e complejos d e unión entre ellas (Fig. 2).
Fig. 1.-Cklula rpendimaria eii la que s e observan rilios y evaginaciones digitiformes hacia la luz
ventririilar ( X 10.000).
79
Fig. 2.-Citopls\n~a Il e célula c ]pcndimaria en F.] q u c s e observari p a q u ~ t e sd r Silarnt~ntos.La célula se
prolonga Iiac.ia IJ. zona interna del iiúcleo dorsal ( x 12.000).
80
s e encuentran bastante dilatadas y aparecen también abundantes riboso-
mas lib res. Las mitocondrias son muy escasas. El núcleo presenta una densidad
homogémes (Fig. 4). Este tipo celular no lo hemos encontrado nunca en el espacio
perivaslcular. .
Cé1~tln.sintersticiales
Entre las células intersticiales s e pueden reconocer dos tipos celulares. Uno
de ellos esta f'orniado por células en general alargadas que presentan un núcleo
muy lobulado, muy denso, con cromatina formando una gruesa banda perinuclear
Fig. 4.-Célula asociada a iiii vaso situada fuera del espacio perivascular ( x 12.000).
Fig. 6.-CBlula intersiicial situada entre las fibras iniclíiiicas cuyo núclec~prrsento la crornntiiia 1ioc.o
condensada ( x 10.000).
DISCUSION
estudios con microscopia electrónica d e los elementos gliales en verte-
presentan enormes problemas a la hora d e identificarlos con los tipos
descritos con microscopia óptica en mamíferos, exceptuando l a astroglia.
Hernos d e destacar que no hemos observado en ningún caso células que
presente:n características que permiten definirlas como astrocitos como han hecho
un.,,.-n
Rnubcn y MAXWELL (1967), MYSLIVECKOVA (1978) y SCHONBACH (1969) en peces,
anfibios y reptiles. Tales características son fundamentalmente l a presencia d e
glucógeno y sobre todo paquetes d e microfiamentos. Estos caracteres s e emplean
también en mamíferos por MUGNAINI y WALBERG (1%4). En nuestros resultados
señalamos que las únicas células q u e presentan microfiamentos son las ependi-
marias y pueden aparecer en el cuerpo celular y en las prol'ongaciones, las cuales
<--- -
cruzan ei- 1 area ocupada por el núcleo dorsal. Por tanto, consideramos que las
prolonga on microfilamentos en este núcleo deben identificarse como
prolonga las células ependimarias y no pueden reconocerse astrocitos en
-1 z---
ei area que ocupa. Los estudios d e MYSLIVECKOVA (1978) y KRUGER y MAXWELL
(1%7) no indican en qué regiones han reconocido astrocitos, por lo que cabe
esperar que estas células puedan encontrarse en otras zonas del S. N. C. d e
Sabmo irideus.
L a existencia d e microglia está puesta e n duda no sólo en vertebrados
inferiores (KRUGER y MAXWELL, 1966, 1967; SCHONBACH, 1969) sino también en
mamíferos (MAXWELL y KRUGER,1965; EAGER,1966 y KING, 1 x 8 ) . Otros autores
que admiten su existencia discrepan en cuanto a s u origen, así, en mamíferos
VALIGHN y PETERS (1971) y LEWIS(1968) indican que los tres tipos gliales provienen
del ependimo primitivo. MYSLIVECKOVA (1978) en su trabajo sobre la glía d e peces,
anfibios, y reptiles, señala que no h a encontrado microglia al microscopio electró-
nico. CAMMERMEYER (1966), señala en mamíferos que existe dificultad en diferen-
ciar la microglia d e la oligodendroglia a microscahpia elec trónica, ya q u e s u s
características morfológicas son muy similares.
La presencia d e células en el espacio perivascuiar q u e hemos observado,
indicaría un posible origen extralependim ario d e algunos tipos celulares del
S. N. C. Las características ultra1estructur ales d e algunas células intersticiales
parecen coincidir con las d e estas c-.Al..l"" ,,, ,,tuadas
e;
en el espacio perivascular, por
lo que es posible que exis ta un tránsito a través d e la memEirana basal, introdu-
ciéndose en el tt:jido ner>vioso. Además, debemos apuntar que la presencia d e
1
A C H ~ I C A R RN.
O , (1915).-De l'evolution d e la nkuroglie, et specialement d e ses relations i iivpare.il
Por
M. J. KODKIGUEZ COLUNCA. A. CAkll'OS MUNOZ
Y
E. BRANEZ CEPERO
Drpartamrníu IntcrSacultaii\~udc klorfiilogia hlicrosrOpica.
Unir~rsidadde Oviedo
RESUMEN
En el presente trabajo s e ha realizado un estudio d e la periferia somcitica neurund, dei;cribieiido
las relaciones ultraestrurt~iralesexisienies entre dicho soma y las células gliales, los elementos
fibrilares y el tejido coiijiiiitivo rirciiiidaiite.
SUMMARY
An ultrsstructurai study of' bodv iieuiones pei iphery has lireii carried out. Tlie aotlior\ de\crihed
tlie relationshil~suf tlie rell hodv with glial cells. fibrillary elemetits and conective tissuc.
INTRODUCCION
La ultraestructuia d e los elementos neuronales que integran el plexo mienté-
rico gástrico, ha sido objeto d e estudios recientes en orden a tipificar los distintos
tipos neuronales en relación, tanto con su soma celular, como con las prolonga-
ciones axónicas (GABELLA, 1971-1976; COOK,1976; HOYES,1980).
Existen, sin embargo, pocos trabajos que aborden el tema intentando siste-
matizar a nivel ultraestriictural las relaciones d e diclias neuronas con las estruc-
turas fibrilares, gliales y conectivas circundantes (COOK,1976).
En el presente tiabajo describiremos la ultraestructura d e la periferia neuro-
na], destacando las particularidades estructurales más significativas, en orden a
la organización arquitectura1 del plexo.
MATERIAL Y METODOS
El presente trabajo s e ha realizado utilizando como animal d e experimenta-
ción la rata blanca, cepa Wistar. S e estudiaron cinco ratas d e peso comprendido
entre 200 y 250 gr que fueron anestesiadas con cloroformoléter 1:l. La fijación s e
llevó a cabo mediante perfusión, utilizando como fijador una solución d e gliitaral-
dehído al 1 % - paraformadehído al 1 % en tampón fosfato 0,12 M (pH 7,2-7,3),
realizándose l a postfijación con tetróxido d e osrnio al 2 % tamponado. La inclu-
sión s e realiza en EPON. Las áreas qiie contenían ganglios, fueron seleccionadas
realizando previamente cortes semifinos d e una micra de espesor, que s e tiñeron
con azul d e toluidina o s e observaron directamente por contraste d e fases.
Posteriormente s e obtuvieron los cortes ultrafinos en un ultramicrotomo LKB-111,
realizándose a continuación una segunda tinción d e contraste con citrato d e
plomo y observándose finalmente las muestras en un microscopio PHILIPS-300.
RESULTADOS
L a membrana celular d e los elementos neuronales delimita a nivel del soma
un contorno polirnorfo. Dicho contorno s e configura como consecuencia d e las
distintas relaciones que s e establecen entre las estructuras del plexo mientérico
-glía, fibras y tejido conjuntivo- y el pirenóforo neuronal.
La membrana neuronal rodeada por células gliales satélite ofrece, general-
mente, un contorno liso cuando dicho contacto neuro-glial s e lleva a cabo a nivel
del soma d e l a célula glial. Cuando las prolongaciones gliales circundan la
periferia neuronal e s posible visualizar pequeñas depresiones e invaginaciones en
este último elemento celular (Figs. 1 y 2).
Fig. l.-Célula glial perifkrica al sorna iieuronal. Existen elementos íil~rilarcsinterpuestos (X 17.500).
88
En algunos casos s e observan áreas densas en las membranas celulares d e l a
neurona y d e la glía. El citoplasma subyacente a dichos niveles no ofrece particu-
laridades estructurales d e ningún género (Fig. 2).
90
torno d e la membrana neuronal en este contacto con el tejido conjuntivo e s muy
variabl e, oscilando desde un carácter estrictamentr: liso has!ta otro m arcad amlente
tortuoso. No s e observa e n el citoplasma suby;tcente niinguna p articularid ad
estmctural d e carácter significativo (Fig. 4).
DISCUSION
Los somas neuronales son ultraestructuralmente, como señalan BAUMGARTEM
i) y GABELLA (1971). fácilmente identificables por s u s caracteres nucleares y
- lásmicos. COOKy BURNSTOCK (1976) tipifican a nivel ultraestriictural en el
estúmago del cobaya, nueve tipos dif'erentes d e somas neiironales. Dichos tipos
tienen por base el tamaño celular y la distribución d e los organelos. Solamente
uno d e los parámetros d e dicha clasificación tipológica esta relacionada con l a
perifer ia neuronal, concretamente con las relaciones neuro-gliales.
Eri cualquier caso, los parámetros utilizados constituyen más un conjunto d e
varied iides descriptivas que una auténtica tipificación neuronal. Es obvio que la
valorac:ión ultraestructural d e los tamaños exige además, un estudio seliado muy
riguroso d e las muestras.
El estudio que realizamos en el presente trabajo, pone d e relieve que l a
morfología del soma neuronal y en conjunto el contorno celular, están estrecha-
mente relacionados con el volumen y l a morfología d e las diferentes estructuras
nerviosas. No hemos observado uniones intercelulares que permitan justificar
sistemas d e anclaje entre los elementos gliales y fibrilares periféricos al soma
neuronal, si bien hemos comprobado reiteradamente el amplio contacto existente
entre el soma neuronal o s u s expansiones y el tejido conjuntivo circundante. Esta
circunstancia no descrita por otros autores a nivel gástrico ni a nivel intestinal
(GABELLA, 1972-1976; COOK, 1976; OKI,1977; HOYES, 1980), parece sugerir q u e a
nivel del plexo mientérico las necesidades tróficas d e los elementos neuronales y
quizás la disposicicín arquitectura1 del ganglio requieran un más estrecho contacto
con la periferia conjuntiva. Es importante señalar, además, que a este nivel la
membrana basal s e encuentra sumamente adelgazada, hecho éste que ha sido
descrito previamente por ASTUDILLO y BRANEZ(1976) e n la membrana basal que
rodea la periferia glial en el plexo mientérico del intestino.
Por
bl. A. FERNANDEZ CASADO
Drpartanieiito de Botdnira
Uiiiveraidad de Oviedo
SUMMARY
The Viola p~rsici,foliciSchreberi is ap poinied from the Rodiermo (León province), showing your
rcynonymies, the descriptio, the rhromosnm ia riumber ( 2n = 20), the characteriwtics of the pollen grains
and your distribution; we have realized a key with tll e main characters wich separate, tliis species
frorn the nearest.
I C E CAI.
-PETALOS LATERA
-P E T H :RIOR
PEDI
ACTEOLAS -LIMBO
PECIOLO
ESTIPULAS
ESTIPULA
Fig. 2.-Ejemplaies de V . persicifolin Schreberi.
Las estípulas son de forma lanceolada, con el borde casi entero o provisto d e
cilios y dientes cortos, poco abundantes en su base; la longitud v a n a entre 0,55 y
1 cm (la media es de 0,75 cm), la anchura oscila entre 0,4 y 2 mm (la media es 1,3
rnm).
El pedicelo mide entre 2 y 8 cm (la media es d e 5 cm) está provisto d e un par
de braceolas situadas ligeramente por debajo d e la flor, en el quinto superior d e
su longitud.
Los sépalos, son de forma lanceolada y con el ápice agudo, su longitud varía
entre 0,35 y 0,65 cm (la media es d e 0,45 cm) están provistos en su base d e unos
apéndices que miden entre 1 y 2 mm (la media es d e 1,4 mm), con el margen
entero hialino.
Los pétalos son d e color azul-violáceo claro, casi blancos, con venas muy
marcadas d e color violeta obscuro; s u longitud oscila entre 0,81,1 cm (la media
es de 1 cm), siendo aproximadamente 2 veces más largos que los sépalos. Los dos
laterales s e disponen horizontalmente, los dos superiores dirigidos hacia arriba y
el inferior s e prolonga en un espolón d e 2-3 mm d e longitud (con una media d e 2.5
mm), con forma d e un grueso saco, con el extremo obtuso y ligeramente curvado
hacia arriba, excediendo muy ligeramente a los apéndices calicinos. En cuanto a
la forma d e los pétalos, los laterales y los superiores son oval-redondeados, con el
ápice obt~iso.
El estigma mide unos 2 mm d e longitud y presenta forma d e subob-
tuso.
Las anteras miden 0,45 cm, las d e los estambres inferiores, s e prolongan en
unos apéndices d e 0,36 cm y tienen forma d e saco obtuso.
La cápsula se dispone sobre un pedicelo que s e curva hacia abajo, tiene
forma ovoide, con el ápice agudo, la sección es trígona y sin indumento en su
- - - -
superficie; su Ion gitud varí a entre 1 m (la media e s d e 0,8 cm), l a anchura
es d e 0,4 cm.
L a s semillas están pr ovistas d rna, son piriformes, d e color blanco y
con l a superficie lisa-reticulada, miden unos 2 mm d e longituid.
El número cromosómico observado en las mitosis d e los ápices d e las raíces
es de:
-- r-_
deduce que es una planta ue pasiizales mesotrolos cuiries a 1ia- niiariza
..a-- A 1:--
Bromion.
CI.,IVEPARA SEPARAR V . persicfilia Schreb. DE I.AS ESPECIES P R 6 X l lMAS.
AGRADECIMIENTOS
Al Praf. Dr. M. Mayor López por s u s orientaciones para la realización de este trabajo y a
Guillerrno Rd:iyez González. por sus dibujos.
BIBLIOGRAFIA
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Basel. Zurich.
& R. HIRZEL . ,
í1970).-Flora ,.,.,.
dc, Tm. 11: 748-750. Birkhauser Verlag.
Por
M. L. VERA DE LA PUENTE
D ~ p n r ~ a r n e nd<
~t,oBotdnicn.
Universidad d r Oviedo
RESUMEN
"
Emprtrirm nignrm L. ssp. ,,.,,u..."> ,.o qu,,,L.u
..."rb,
...San Isidrc, , ,,,,.,,~rias-LrWn), ahout 2.000 m
of altitudc. nn qliartzites. Your stage is preferably in littlt- custiioned conimuriity, where the piedomi-
nant species wiill wlii<:li it is associated is tlie Cladonia ciliatn Stirton vai-. trnciis (Fliirke) Aliti.
-
E m p e t r u n ~nrzrlr m 1.. sst) . 1 . a1 e nuevo al a ñ o siguiente, en el m e s
_._.nigrum, ai1 coiecrar
.',
-~
d e juli o , ejenip lares con flor, pudiendo comprobar q u e e r a una pl,anta dioilc a.
Ademáis d e l a raracterizaci6n sistemática d e l a subespecic E. nigr,um L. siS P .
nigrurn PUL --- X I las flores unisexuales, s e hicieron medidas- ut: 2- 1-e
- c i]Ya
hoias,
longitud comprendida normalmente entre 4,5-5 m m y anchura 1-1,5 m m , nos
confirmó este taxon, según HESS, LANDOLT & HIRZEL,e n la «Flora d e Schweizn.
Este taxon s e distribuye en Europa, por Escandinavia como límite Norte y
hacia el S u r llega al J u r a y Selva Negra, no teniendo referencias muy confirmadas
de que alcance latitudes menores1; a diferencia del Empetrrrm nigrrrm L. ssp.
hermuphroditum (Hagerup) Bocher que penetra hasta los Alpes y Pirineos.
Existen unas condiciones ecológicas muy determinadas en los lugares que
hemos encontrado el E. nigrum L. ssp. nigrum; instalándose así en laderas Norte,
en altitudes alrededor de los 2.000 metros y generalmente sobre repisas de
cuarcita, con suelos cuyo pH oscila entre 3,2 y 3,9.
Su distribución en la Cordillera Cantábrica es muy limitada, pues después de
haber visitado varios d e sus picos que reuniesen más o menos estas característi-
cas, sólo lo localizamos, en Asturias; en el pico Toneo y pico Nogales; y en León:
en el pico Agujas, todos pertenecientes a un mismo cordal entre el Puerto de San
Isidro y Puerto de Vegarada (véase mapa).
1 km,
'R ~ v AGODAY
~ y MAYOR(1%5), lo comentan como visto en la excursi6n X.a de la I.P.E. del año
1953, en la'zona de la Laguna de las Yeguas (Sierra Nevada).
104
Hemos hecho un esquema en el que tratamos d t reflejar d e una forma
gráfica, la disposición d e las comunidades en que está presente el E. nigrism L.
ssp. nigrum, en función del grado d e pendiente y d e la profundidad del suelo.
Como s e observa en el esquema adjunto, los pulvinulos que corresponden al
n.O 2, están esencialmente formados por dos especies dominantes: E. nigrum L.
ssp. nigrum y Cladoniu ciliata Stirton var. tenuis (Florke) Ahti y otras especies
acompañantes, con menor grado d e dominancia como son el Vaccinium rcligino-
sum L . , Vaccinium myrtillus L., Deschampsia flexuosa (L.) Trin, Ag~ostisvinealis
Schreber, Junci~strifidus L., Calluna vulgaris (L.) Hull. y Huperzia selago (L.)
Schrank & Martiiis.
Esta formación pulvinular muy compacta, facilita q u e el suelo mantenga un
g a d o d e cierta humedad que contrasta con una mayor sequedad d e las comuni-
dades vecinas. De todas las formas la situación d e la Calluna vulgaris (L.) Hull.
en la periferia d e los pulvinulos dcinde s e a cusa una mayor sequedad (la
N
concen,tración d e mayor humedad está eri el centi-o del pulvinulo que coincide
l .
exclusivamente con las dos especies dominantes que hemos indicado).
Respecto a la naturaleza del suelo q u e tiene como roca madre cuarcitas
ordovícicas, es muy poco profundo, en el que el único horizonte existente es el
húmico.
Entre los pulvinulos s e suele intercalar Juncus trifidus L., en las cuarcitas
desnudas.
Cuando la pendiente s e hace más suave y el suelo más profundo, aparece las
landas donde la Calluna vulgaris (L.) Hull. comienza a desplazar al E. nigrum L.
ssp. nigrum. Estas landas están integradas fundamentalmente por las siguientes
especies: Calluna vrllgaris (L.) Hull., Vaccinium myrtillus L. y a veces Vaccinium
uliginosi~mL., Deschampsia flexuosa ( L . ) Trin. y Cetrana islandica (L.) Acha-
rius. Aquí, el E. nigrum L. ssp. nigrum deja d e ser dominante.
En el trabajo d e Braun-Blanquet sobre los Pirineos Orientales, s e cita el E.
nigrum L. ssp. hermaphroditum (Hagerup) B ocher. Al comp arar las comunidades
cantábricas y pirenáicas d e E. nigrum L., s e observa en ambas la existencia d e
especies comunes tales como: Vaccinium rnyrtilli~sL., Vaccinium uligonosum L.,
Juncus trifidus L., Hupenia selago (L.) Schrank & Martiue, Calluna vulgaris (L.)
Hull. y Deschampsia flexuo.sa (L.) Trinn., pero sin embargo en nuestra zona, no
están presentes el Rhododendron ferrugneum L. y Loiseleuria procumbens (L.)
Desv., muy características d e estas formaciones pirenáicas.
Aunque disponemos d e varias tablas fitosociológicas de la zona estudiada,
preferimos d e momento no pronunciarnos a que unidad fitosociológica pertenece-
ría este tipo d e comunidad.
Como conclusión, estimamos que el Empetrum nigrum L. ssp. nigrum consti-
tuye una reliquia en vías d e extinción, y que pudiera s e r desplazada por Calluna
vulgaris (L.) Hull., especies d e Vaccinium o Juniperus communis L. ssp. nana
ESQUEMA D E LA DISPOSICION D E L -
E m p e t r u m n i g r u m L. s s p . n i g r u m
1 SAN 1 sIDRO ) 2.060 m . :
l. --Jur S s s p . 2ana
-
2. - Pulvinulos d e E m p e t r u m n i g r u m s s p . nigrum nia cilia 5 v a r . -
té
3. - Juncus trifidus
AGRADECIMIENTOS
Al Prof. M. Mayor por las sugerencias dadas en la realización d e esle trabajo. Así mismo a la Dra.
Ana Crespo por la ayuda en la identificación d e los líquenes y a Guillerino Rodnguez por los dibujos
realizados.
BIBLIOGRAFIA
BRAUN-BLANQUET,
J. ( 1 9 4 8 ) . l u Végétation alpine des Pyrénées Orientales. 306 pp. Monografía de la
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. r ac. ~ i e n c .Univ. Oviedo (Ser. Biología), 20-2 1 (1979-80): 109-115.
Por
H. S. NAVA
Departamento de BolBnica.
Universidad de Oviedo
L,fiJ"I.
S e indican nuc:vas localid;nd es geográ ficas para ; emismos íbero-atlánticos. Así como s e
citan algunas noveljades para Asturias.
SUMMARY
New geographicai locaiitics are show for s o m e ibero-atlantic. Endemis s o as yome newnesses for
Asturias are appointed.
INTRODUCCION
Los estudios sobre la flora d e Astu bien datan d e épocas lejanas
A , DURIEU,1835; LERESCHE
( L A G A ~ C1803; 1 1878...) han sido continuados
por botánicos posteriores, con i m ~ o r t a n t e aa v u ~ ~ d c i o n een s las d t i m a s décadas,
que han permitido un conocimier ito actual :completo.
Hoy interesa no sólo conocer la pre e u n determinado taxon, sino
#: -4 ' , , , , ,
también el grado d e distribución ;;r;i,i;iaiika J u Lomportamiento ecológico. Este
f
A T rifolium micranthum Viv C i t a s propias .
A
MEuphorbia platyphyllos L. O t r o s autoresAü8
C 1
Capsella rubella Reuter
Ampliamente distribuida por Galicia (MERINO,1909, M. L A ~ N Z 1967).
, Romero
la cita en León (Puerto Pirenaico «Bermejo»), M. L A ~ N en Z Soto (Oseja d e
'Sajambre). En Santander, GANDOGER, del Cordel (Campóo).
S e ha herborizado en Oviedo, en los alrededores d e la Facultad d e Ciencias.
Er~phorbiaplatyphyllos L .
GUINEA (c.B. d e Santander) y M. LOSA(1947) en su monografía, recogen para
la Provincia únicamente la cita d e CHERMEZON (1920) en Avilés. Omitiendo l a cita
de L. P. M~NGUEZ en las inmediaciones d e Oviedo, recogida en COLMEIRO, LASTRA,
1978; la cita d e Grado.
La hemos encontrado en una escombrera d e Carrocera (San Martín del Rey
Aurelio).
Euphorbia segetalis L.
Especie poco frecuente en el Norte d e España, conocemos citas gallegas d e
LANCEy MERINO.Para Asturias s e recogen en COLMEIRO citas d e L. P. M~NCIJEZ
y
PASTOR;que LOSAy GUINEA igualmente omiten.
Hemos podido herborizarla en El Entrego, en bordes d e camino ruderalizado.
C e ~ t t ar ucu~ U L I . U U Ait.
pecie del Sur d e España, Canarias y Africa del Norte; apareció en una
Irera d e Carrocera (San Martín del Rey Aurelio), junto con: Euphorbia
platyph3/os; O e n o t h ~ r arrythrosepaln; Reserla luteoln; Delphynium ajacis; T r i -
plricrospermum inodorum; Verbascum uirgat~rm,etc.
Desconocemos cualcluier otra cita para el Norte d e España.
AGRADECIMIENTOS
Al Prof. Dr. M. iviayor Lopez por su avuda
, v, consejos en la realizacicin del trahajo, as1 como a
Guillerrno Rodrípuez González por s u s dibujos.
BIBLIOGRAFIA
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Fac. Cienc. Uniu. Ouiedo (Ser. Biología), 2 0 - 2 1 (1979-80): 117-119.
Por
J. J. LASTRA MENENDEZ
Y
M. MAYOR LOPEZ
Dc-partarnenio d e Roiánirn
l:nivrraida<l tlr Ovirdt,
RESUMEN
3Y
Seveiral aspccts ints from G .¡as) and enivirons are analised.
INTRODUCCION
La presente nota florística, es una continuaci6n d e los estudios q u e estamos
llevando a cabo en Grado y sus alrededorec
Sigiiiendo la pauta d e la anterior not.a, hacennos un breve comentario d e
, 1 .
aquellas especies, que consideradas d e interes, Dien porque no s e conocía q u e
estuviesen representadas en Astu rias, biei1 por s o escasa r epresentación o por
tener algún singular caricter ecoliigico.
(11 El númen) d e pliego se refiere al número del herbario d e la Tesis Doctoral e n preparacihn d e
J. J. L~sritnMENENDEZ.
Sedum. caespitosum (Cav.) DC.
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Reu. Fcic. Cienc. U n i i ~ .Oviedo (Ser. Biología). 20-21 (1979-80): 121-127
1 U1
M. 1. BATALLAN
Y
R. SANCHEZ TAMES
Citedro de Fisiologia \'egctal, Facultad dt. Ciencias.
Universidad de Oviedo. Spain
RESUMEN
ABSTRACT
The content of differentiy linked pheiiol compounds diiring o of seeds oí Ciccr- arirti-
num L. tras been s i lrdicd. The b., ,.,
-.YaY"nP
.,. of free phenols which at
the embryo influences ...< ccrnn,L.it
A¡-
the end is grenrer than in seeds witliout embryo. Several compounds Iiave been isolatrd and
p-hydroxyl~enzoic aciii, vanillic acid, syringic acid, p-coiimaric acid, ferulic acid, gentisic acid,
p-hydroxy acetophenone and garbanzo1 identified. For the unidenlified compounds chromatographic
data and colour reactions are given.
INTRODUCTION
Unaer tne heading phenols, several structurally different compounds are
included; these compounds are widely distributed in the seed components (VAN
OVERBEEK, 1%6). Although they were considered as germination inhibitors they
can promete gerrnination at different concentrations (COME,1970), sometimes
both effects can be shown in the same solution (EVENARI,1949). I t is clear that
phenols play an important role in barley seed germination and it is suggested that
amino acid and protein synthesis may be affected by phenols (VANSUMERE et a l ,
1972). As part of a study on the germination of seeds of Cicer arietinum L.
changes in concentration of phenol compounds and the isolation and identification
of several of such compounds is reported.
Plant material
Intact seeds of Cicer arietini~mL. or only cotyledons and testa were sterjlized
by immersion for 1 min in 0.1 % HgC12 and afterwards washed for 3 h in sterile
distilled water. Germination was carried out in Petri dishes lined with wet towel
paper, in a dark room with 80 % relative humidity and 25 I 1°C from O h to 72 ti.
T h e seeds used for quantitative evaluation of phenols were dried at 80°C to
constant weight and milled to a fine powder.
Al1 solvents were redistilled before use and the ethyl ether freed of peroxi-
des. Weighted quantities of seeds were suspended in 80 % methanol for 24 h at
room temperature. After filtration the residue was reextracted three times with
80 % methanol for 12 h at room temperature. T h e fiitrates were combined, the
methanol was removed under vacuum at 34OC, then the aqueous residue was
acidified to p H 3,O with 2N HCl, the free phenols were extracted by partition four
times against equal volumes of ethyl ether. T h e combined etlier layers were
evaporated to dryness, this was called direct fraction arid contained free phenols
and those forming salt type combinations. T h e aqueous residue was hydrolyzed
with 2N HCl and heated in reflux for 30 min. T h e hydrolysate was extracted with
ethyl ether as before. This was called the acid fraction and contains phenrilic
compounds extracted as glycosides.
T h e aqueous residue left after hydrolysis was adjusted to pH 8 with Ba(OH),
and refluxed for 2 h, followed by adjustment to p H 3 by 2N HCl and partitioned
four times against ethyl ether. T h e combined ether layers were evaporated to
dryness. This was called the alkaline fraction, and contained compounds extrac-
ted a s esters.
T h e plant material left after methanol'extraction was refluxed with 2N OHNa
for 4 h, acidifed to pH 3 and partitioned four times with ether. The ether
fractions were combined and evaporated a s before. This was the residual fraction.
Each dry extract was redissolved in 10 m1 80 % MeOH.
Analytical methods: Total phenols were measured by Folin-Denis as descri-
bed by SWAIN & HILLS(1959) using extract aliquots of 7 ml. Absorbance at 725 nm
was compared with a gentisic acid calibration curve, and expresed as pg of this
compound.
T h e isolation and identification of the phenol compounds was made by paper
chrom;atography on Whatman N . O I & 3 MM and TLC on cellulose and silica gel.
The S'olvents used for developing the chromatograrns were: S,, isoprbpanol
iia-water (10:l:l vlv); S P , benzene-acetic acid-water (6:7:3 vlv); S,,
chloroform-methanol - 4 % formic acid (10:l:l vlv); S4, 2 % acetic acid.
It was necessary to run several chromatograms in order to achieve a good
separation of the compounds. The elution of the isolated products on paper or
TLC nras done with methanol (ESHDAT and MIRELMAN, 1972).
T o i~dentify ciompounds the following methods were used. T h e chrornatograrns
were e xarnined in UV -366 and 254 nrn- before and after application of arnmonia
-.
vapour. 'Lhey were also developed by spraying with one of tlie following solutions:
diazotized p-nitroanyline (C,), 2,6 -dibrornoquinonechlorimide (C,), diazotized sul-
phanilic acid (C3) or phosphomolibdic acid (C,).
P.,.
TIME IN I~OUR%
TABLA 1
Chromatograpliic properties of the unidentified compounds (For explanation of
symbols see methods)
R l valucs Cdour reaction
Lnmpounds S, S, S3 S4 C1 C, C3 UVm UV3- + NH, UV
Key io cnlnurs.-he: beige: hl: hlue: gn: grecnish; o: orange: p: purple; pk: pink; vt: vinlei: y: yellow.
TABLE 11
Ultraviolet absorption peaks (in methanol)' for the unidentified compounds of C.
arietinum seeds. (For explanation of symbols see methods)
Unknown 1
Unknown 2
Unknown 3
llnknown 4
L'nknown 5
Unknown 6
Unkriown 7
llnknown 8
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. , clianees in seeds «f Cicer arieLunum L. durine eermination. Rev. Eso.
U U
RESUMEN
Considerando que numerosos autores sefidan el papel d e las glándulas del flanco corno fuente d e
feromonas de atraccidn sexual, y que, d e hecho, nuestras propias investigaciones han demostrado
alteraciones en los paiáinetros d e conducta sexual después d e la supresibn d e estas glándulas, nos
propusimos estudiar si la oblación de estas .estructuras alteraba el consumo d e oxígeno (como índice
de actividad de un tejido) d e una serie d e estructuras5 glandulares (testículc,S, glándul;is adrenales) y
nerviosas (bulbo oifatorio, hipotáianlci aiiter ior, ventroinedial y posterior, amiigdda, área s e p t d , núcleo
caudado, cortezas anterior y posterior), qiie de alguria manera están implicadas en e1 control d e la
sexualidad del harnster.
Nuestros resultados indican alteracio nes estadir significativ ,as a nivel d e testículos,
glándulas adrenales, bulbo olt'atorio, hipolailanio venti i r e a septal , 10 cual prirece proba r la
relaci6n entre las glándulas del flanco y iocl a s estas es :itadas.
In vici w of the f;act that ma iiy writers point out tll e role of t he flank gl,m d s as bei iig a rource of
f eromone:J sexual ailtractir~n aiid that mc>reover oui' own rese:arch has shown alterations in the
... . ? . e . . .. .
paramelhers o1 sexuai behavtor a t t r r the supression o1 theSe glands, we decided lo study if the
ablation of these structures altered tlie oxygen coiisurnption (thus being an indicator of tissue activity)
of a number of glandular structures (testes, adrenal glands) and nervous (olfatory bulb, anterior,
ventromedial and posterior hypothalamus. omygdala, septal area, caudatus nucleus, anterior and
posterior cortex) which in oome way take part in the control o€ the sexual behavior of the hamster.
Our resulis show statistically significant changes where te:stes, adreiial glands, olfatory biulb,
ventromedial hypothalamus and septal area are concerned. TIlis seems to prove tii e relation: ihip
between the flank glands and al1 these structures.
INTRODUCCION
Numerosos trabajos d e i n ~ e s t i g a c i ó n ' , ~ , han
~ , ~ ,demostrado que el olfato, en
los mamíferos superiores, e s de una gran importancia desde el punto de vista
sexual. Por ejemplo. en los hamsters machos s e ha podido comprobar que son
poderosamente atraídos por la descarga vagina1 d e la hembra y por la descarga d e
las glándulas del f l a n ~ o ~Por
, ~ . supuesto, la presencia d e estos «olores» debe d e
ser detectada por alguna estructura neurofisiológica especializada que activará «a
posterior¡» áreas nerviosas relacionadas específicamente con la sexualidad o con
la dinámica hormonal.
El bulbo olfatoriu parece ser la estructura nerviosa capacitada para detectar
e integrar estos diferentt j d e comunicación química. Por otra parte, el
MATERIAL Y METODOS
S e utilizaron 46 hamsters machos Mesocriretr~s anr-atr~s,d e la cepa del
Departamento Interfacultativo d e Fisiología (Medicina y Ciencias) d e la Universi-
dad d e Oviedo, cuyo peso corporal oscilaba entre 115-117. Los animales fueron
mantenidos en condiciones standard d e luz (12L-12H), temperatura (23 + 3 O C ) y
humedad absoluta. L a alimentaciún era «ad libitiim* con libre acceso a comida y
bebida.
A un grupo d e 24 hamsters s e les suprimieron las glándulas del flanco. Los
animales fueron anestesiados mediante algodón impregnado en éter. Una vez
.das estas glándulas en la región dorsal, fácilmente reconocibles por su
pigmentación, s e suprimieron mediante una simple operación sin hemo-
rragia alguna. Posteriormente la piel fue suturada con hilo d e seda. No s e
manifestó, en ninguno d e los animales, infección postoperatoria. Tras un período
d e recuperación d e 30 días, los animales fueron sacrificados por decapitación;
' ~ m e n t es e disecaron los tejidos a estudiar: bulbo olfatorio., hipotáli3mo
anterio.r, hipotállamo ven tromedial, hipotálamo posterior, amígdala, área se1)tal,
núcleo caudado , corteza anterior (latero-frontal), corteza posterior (latero-occi-
. ,\ . l
pita), glándulas aarenaies y testículos, de acuerdo con el Atlax d e H O F ' F M A N I ~ .
.. 4 m
1 , , , .-
~ .
(método d e la gl ucosa-0x1idasa) y E;e registr 6 el peso d e las siguientes estructuras:
\
TABL,
Efectos de Ia supresión d e las glándulas del flanco sobre el consumlo d e oxíg
d e estructuras cerebrales en hamster macho ~Mesocricetusauiratus
-
Q0,:ul 0,lmg iej. fresco/hora
Tejidos -
eriiudiados Control Glandertornizados utr,
-
Bulbo olfatorio *1,03 t 0.08 (17) 1.32 + 0.07 (14) &m
Hipottílain o anterior 1,35 I0,15 (1 1) 1,19 i- 0,09 (10) 0,85 "S
Hipotálain o posterio 1,53 r 0,17 (11) 1-22 +I 0,08 (12) 5
Hipotálai n o ventrorn 1,31 t 0,16 (11) 0,84 + 0,09 (11) 15
Amígdalr1 1-25 + 0,06 (13) 1.32 2 0.07 (10) 5
.Ares ueptal 1.19 2 0,C 0,93 + 0,06 (10) 2,26
Núcleo caudado 0.98 + O,C 1,06 + 0,07 (12) 0.86
Corteza anterior 1,05 5 0.1 1.31 2 0 , l l (11) 1.30
Corteza posterior 1.45 + 0.1 1.34 + 0.10 (13) 0,68
RESULTADOS
TABLA 11
Efectos d e la supresión d e las glándulas del flanco sobre el consumo da oxígeno
d e estructuras glandulares en el hamster macho Mesocricetl~sauratu.s
Q0,:ul 0,lmg tej. frescolhora
Tejidos
estudiaclos Contrdi Glandeciomiizados
TABLA 111
Efectos d e la supresión d e las glándulas del flanco en el hamster mac
cetus nurcztrrs sobre el peso: corporal, d e glándulas adrenales, testícuios, nnones,
rreas y glucemias
Pesos
Glucernia (mgrn %) 55,64 i 2.16 (17) 49,07 2 3,29 (23) 1,53 h'S
-- --
DISCUSION
Los datos obtenidos en el presente trabajo indican que la supresion a e las
glándulas del flanco, en el hamster macho, modifica d e una manera significativa
el consumo d e oxígeno d e estructuras nerviosas y glandulares comprometidas en
la dinámica hormonal ylo comportamental (bulbo olfatorio, hipotálamo ventrome-
dial, área septal, glándulas adrenales y testículos).
De gran importancia son los resultados obtenidos con relación a1 área se-ptal
.-- . .
(Tabla 1), e n la que s e puede apreciar un descenso significativo en su actividad
- - - ~
~
pueden comprobar inás estos efectos, puesto que incluso s e produclen altera'cio-
nes en cuanto a su peso. Estos resultados son bastante similares ;3 los quei s e
observan tras la p a n ~ r e a t e c t o m í a 'e~n los que también la conducta " ~ " . . . > l ,r -1 !7
bi
tura nerviosa capacitada para detectar e integrar diferentes niveles d e comun ica-
ción química, ya heinos señalado que varios auto re^^,',^, han probad o los efe(:tos
d e su supresibn sobre la conducta. Nosostros, hemos analizado el proceso ;r 12 A ..s
BlDLlUbKAP IA
Minneapolis.
15) FISHER.
' R. A. v F. YATES (1957).-St
resurch: Ed. ~ a i n e r New
,
. ,
York.
L. -
:bles for Bi oloPical.. Amic~~ltriral
a n d Mediral
- - -
16) MENBNDEZP,\TTERSON, A., J. A. FLOREZLOZANO y B. IMARIN(1978)-Metabolismo oxidativo de
A;-*;ntas estructuras del sistema nervioso central, glindulas adrenales y testícultrs en hamster
"..>L.>
rnacll o (Mesocricetus auratus) pancreatectomizados (95 %). RPII. Fac. Cienr. Univ. Oviedo, 1.7,
18, 19: 343-348.
iienc. ünizi. Oviedo (Ser. Biología), 20-2 1 (1979-80): 135-148.
-
Po
4RACELIj
Depariamenio de Zodogia y Ecología.
Universidad de Oviedo
RESUMEN
El ojo nauplial de Artrmia está constituido por 2 grandes células pigmentarias centrales y por
células retiniaiias. 'Tirrie 3 cicelos, 2 laterales (OL) y uno medio ariierior (OM). Las céliilas reiinianas
se disponen en cada ocelo en una capa simple, aunque alguna piieclr no ser adyacente a la copa
pigmer itaria; sil m q~fjl.vgiay ji?r y su volumen variable. S u nú mero es d e 8-11 en el OM y
17-29 e:n ca&'& ' e:nj~mdq r variable eii s u s características m'orfolbgicas y en sil situación
The nauplius eye of Artemin consisis of'2 big central pigment cells and of retinula cells. It has 3
ncelli, 2 lateral (OL) and one anterior in the middle (OM). Tlie retinula ceUs oí each ocellus are dis-
posed in a simple laycr, ilioiigti certaiii nnes may nui be adjacent to tlie pigment cup; iheu moiphology is
very irregular, ancI variable 11 ieir vulume . Their num~ b e is
r 8 1 1 nt the Ohl and 17-29 a t each OL. I n its
morpholo>gicai ch:nra'cterinticr5 and in its sitiiatioii respect ni:hrr organc: thr naupllius eye is v ery
m
variai~le.
NTRODIJCCION
. ,
El concepto de ojo nauplial que toaavia permanece hoy fue expresado ya en
el siglo pasado por CLAUSen un trabajo (1891) recopilación, esencialmente d e
Crustáceos no Malacostráceos. La denominación d e ojo nauplial fue dada por
HANSTROMen 1928, siendo ahora generalmente aceptada. S e trata d e un ojo
mediano, frontal, impar, formado por 3 ó 4 ojos simples u ocelos, ex1clusivo de los
Crustáceos. KAESTNER(1970) prefiere hablar en un sentid'o más arnplio d e ojos
medianos o frontales simples en los Crustáceos, semejan tes a los de los otros
artrópodos, y que en la larva nauplius s e reúnen para formar el único órgano
óptico d e la larva, por lo que en ese caso s e denomina ojo nauplial. PAULUS (1979)
considera a cada uno de los componentes como ojo nauplial, por lo que Artemia
tendría 3 ojos naupliales. R~S~MUSSEN (1971) prefiere llamar «Mittelauge» (ojo
medio) al ojo nauplial.
La revisión en todos los Crustáceos y el estudio d e la estructura de Ios ojos
naupliales la realizó ELOFSSON en la década d e los 60 (1963, 1965, 1966), aunque
trabajos más recientes aportan nuevos datos sobre su presencia en grupos consi-
derados carentes d e ojo nauplial, y sobre su ultraestructura. De todas formas los
trabajos realizados con ME no son muy numerosos, ya que la mayoría de las
publicaciones aparecidas estudian los ojos compuestos. Artemia es un Crustáceo
Anostráceo, orden que suele incluirse en los Branquiópodos junto con los Notos-
tráceos, Concostráceos y Cladóceros. ELOFSSON, sin embargo, considera no homó-
loga la estructura del ojo nauplial y órganos frontales de Anostráceos y la del resto
de Branqui~podos, a los que denomina Filópodos. Estos últimos tienen un ojo
nauplial constituido por 4 copas ocelares, 2 laterales y 2 en posición media, y por
sólo 2 tipos d e células: pigmentarias y retinianas. Las primeras s e presentan en
Notostráceos y Concostráceos en número variable y constituyendo un tejido. Por
el contrario, los Anostráceos poseen sólo 3 copas ocelares y 2 células pigmenta-
rias gigantes.
L a primera referencia al ojo nauplial d e Artemia salina, que es a su vez la
primera d e Crustáceos, fue dada por LEYDIGen 1851. Más tarde CL/\US(1873 y
1885), HESSE (1901), SPENCER (1902), ZOGRAF(1904), NOWIKOFF (1905 y 1906),
MOROFF(1912), HANS~ROM (1924), D m ~ ~ s r e u(1944),
x DAHL(1959), ELOF~SON (1966),
VAISSIERE(1956), BENESCH (19691, RASMUSSEN (1971), y HIROKIy KOSHIDA (1976)
realizan diversos trabajos en los que s e trata sobre el ojo nauplial d e Anostráceos,
algunos centrándose en el desarrollo, otros en la estructura d e l a larva, otros en el
adulto, y por fin otros en s u funcionalidad. Los únicos en los que s e utiliza ME de
transmisión son el d e VAISSIERE (1961) que presenta una única fotografía del
acorps interne» d e Artemia hoy c onocido como ra bdoma, y el d e R I \ ~ h f u s ~ ~
también sobre Artemia.
Con el presente trabajo pretendemos un estudio anatómico completo d e un
ojo nauplial relativamente sencillo.
MATERIAL Y METODOS
S e utilizaron ejemplares adultos d e Artemia obtenidos a partir d e un cultivo
d e los nauplius eclosionados de huevos durables de Artemia de la caca Tetrakraf-
werk y d e la casa SeRa (Heinsberg, Germany) que se mantenía sin dificultades.
El cultivo s e inició con las directrices recogidas por IVLEVA (1973). S e realizó en
un acuario con poca profundidad, de agua d e mar a la que s e añadieron 15 grll de
NaCl (sal d e cocina). La alimentación fue inicialmente d e levadura, y posterior-
mente sólo a base d e cultivos d e Chlorella.
Microscopia óptica
inción en bloque con carm: co (ROMEIS 1936) 1:,ara proc eder
a tin rc uclear. L,a inclusión s e hizce por el nnétodo dc: celoidin a-parafin a d e
nz.--P:
K ~ L ~ I I VLras
I .
-,- -.. - - -
Lecnlcas
A
110 ~ r o ~ o r c i o n a r oresuiLauos
A .- - -uara
n 1.-J. satisfac~urius - - - este
- - - estu-
A .
dio.
M:----
Los trozos fijados eran cabezas. a las que s e se:ccionaron los ojos compuestos
para favorecer la penetración. La fijación que proporcionó mejores resiiltados es
la descrita por HOQTMAN y CONTE(1975) con glutaraldehído y OSO,, d e la que
nosotros sustituimos el tampón originai por tampón fosfato; posteriormente s e
tiñeron las cabezas con acetato d e uranilo 2 % en agua. Las inclusiones con
mejores resulta.dos fuer on las realizadas en Durcupán ACM, por los métodos
habituales recogidos poir SANTANDER (1968). Los bloques fueron tallados con un
n . -
Piramitome LKD y corrados con u n Ultramicrotomo LKB. Los cortes s e recogie-
L .
RESULTADOS
Fig. l.-Diagrama d e secciones frontales sucesivas (a-g) de la regirin del ojo nauplial. Células pigmen-
tarias en puntos gruesos; órgano frontal ventral en puntos finos: zonas d r nruri>pilo (npo.
neuropilo del ojo nauplial) en rayado vertical y zonas ganglionares en cuadrícula; brganci
re( c,l)tor en cavidad: cag, r6lula actompañante gigante; rr. cClula epidérmic,a; cg. ciegris
gástricos; om, ocelo nirdio; 01, ocelo lateral; t. tegumento.
- -
Con frecuencia el diámetro mayor e s el trainsversal, en posic ión anter ior en el ojo,
.
concretamente al nivel d e los brazos d e las células pigrnenrarias.
~-'..-....L ~ - -- -
Fig. 2.-Perfies celulares d e secciones frontales sucesivas (A-D) d c un OL y regiones adyacentes. Los
núniert~scorresponden a diferentes c6lidas retinianas identificadas. npo. cag y ce, como r n Fig
1. cp, célula pigmrntsria: d, dentritas de neurona bipolar; a, axones de las crilulas retinianas.
con el hemocele. Esta disposición determina una polaridad d e las células; las
situadas en posición central en los ocelos en gran parte s e alargan en la dirección
copa-hemocele. Las consideramos como «células tipo». En conjunto s e disponen
radialmente respecto a la copa, adquiriendo forma troncopiramidal alargada con
su base menor en la copa. S u s núcleos s e colocan en posición periférica o media,
nunca internamente. P e r o otras células no son así, sino redondeadas y d e gran
volumen, ampliamente en-contacto con la copa pigmentaria, y periféricas. Por
ejemplo, en la parte posterior d e los O L d e uno d e los ejemplares ( E l ) 1-3 células
ocupan dorsoventralmente todo el ocelo adyacentes a la copa. Encontramos
también en los ocelos 1 ó 2 céIulas d e pequeño volumen que no s e ponen en
contacto con las células pigmentarias y no tienen siuperficies rabdom éricas, y que
consideramos son residuales, atípicas, no diferenciiadas.
También en ocasiones un ocelo posee una zona retiniana d e numerosas
células eño tamiaño e irregularmente dispuestas, d e morf'ología variada,
Fig. 3.1.-Perfiles celulares de secciones frontales sucesivas (A-D) de un OM. En C y D existe una
esfera de microvilli aparentemente huecos (em), de dimensiones diferentes a las del rab-
doma, y de origen incierto. u , axones retinianos.
angulosas y con salientes notables: s e sitúan en la porción anterior d e los OL.
E~o~ssonl
(1966) consideraba que existían dos tipos d e células retinianas, lo que
podría explicarse por esta particularidad descrita, que parece s e r aleatoria. Al
.---- ojos copas pigmentarias de formas diferentes, allí donde éstas son inás
',,S
I r I l c I 11.
abierta.4, Iiay más espacio y la disposición celular es más uniforme. Donde Son
más cóincavas la retina es más complicada, por la escasez d e superfici e, y exist en
nAl..l"c más variadas que s e deformaó para alcanzar los polos ocelare:
Fig. 3.2.-Kerons1rucci6n de las células retinianas del mismo OM observadas desde un punto d e vista
proximal, desde la copa pigrnentaria. La esfera no rstá representada. S e señalan los núcleos
y también Isa superficies rabdornéricas (con punteado grueso).
- .
mente (periferia-capa) con respecto al plano sagita1 del animal, por lo que unas
son mucho más 'alargadas que otras; el conjunto es asimétrico. En él existe
también una esfera periférica ( A N A D ~yNA K A D ~ N1980) , compuesta por microvilli
y conjuntos inembrariosos. En otros ejemplares la esfera está ausente y las células
retinianas son aproximadamente paralelas al plano sagita1 del animal, con dispo-
sición parecida a la d e un OL, aunque el conjunto e s menos extenso. La orienta-
ción d e as es per pendiculi 3r u oblic ua respelcto a las d e los OL.
Se ~bservar la morfa~logía d e células concreta S en la Fig. 4. Es
F , .. .
destacaole ia nererogeneidad d e Iormas d e las distintas células, así como la
irregulairidad d e cada un;1 d e ellas . La superficie de las células retinianas puede
formar ángulos, ser c(incava en algunos puntos, y a veces tiene profundas
. - - - - -.- 1 - - - - -:-. - - - .
hendiduras o proiorigaciories o smientes de tipo diverso. La significación de estos
accidentes es problemática. Aparentemente la forma es caprichosa.
Fig. 4.-Reconstrucción de las células 2. 13, 18 y 2C de un OL , vistas de:;de un puni[o de vista laterai
Las superficies rabdoméricas están en punteadlo, grueso !3i s e ven directa-
(L) o medial (?VI).
mente, y fino si s e ven por transparencia.
DISCUSION
como s e ve. Sólo a través d e un dibujo d e NOWIKOFF (1905) era posible contar 17
células en un OL de Artemia. Considera ELOFSSON que 10s OL de Branchinecta
tienen d e 25 a 75 células y que cada especie puede tener un margen diferente a
las demás. Respecto a la disposición d e las células retinianas sólo ELOFSSON
expresa, para la especie anterior, la existencia d e 2 grupos diferentes en los OL,
unas grandes
- concentradas en la parte dorsal y de forma parecida a una pera, y
otras estrechas y más pequeñas concentradas en la porción ventral y exterior,
sobresal iendo sobre la copa y llegando lateralmente hasta la epidermis, disposi-
.,
,..,.-
tiiuii L ~ U Z nosotros no encontramos en Artemia. Nosotros encontramos en ella de
m...
forma aleatoria grupos dir células más pecp e ñ a s y entremezcladas. Las difei
cias en volúmenes y extc:nsión cr:lulares Sion las que confit:ren a caida ocelo
carácter peculiar.
Re: ipecto al número de ocelos, los ojosi nauplialles de Anostráceos difieren de
11os de otros Branquiópodos y se parecen a los del r,esto de Crustáceos. Es impor-
taii~t:aeñalar que en el ojo de Anos'tráceua, tiuiiio en otros Crustáceos (como
--S-
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Por
ACELl ANADON
Drpartomento de Zodogín y Ecololp'n.
Universidlid de Oviedo
RESUMEN
El ojo nauplial d e Art~rniaestá inervado por 3 nervios correspondientes a los 3 ocelos. Los nervios
rstin coiistitui<los excIusivarnente por los axones d e las células retinianas que s e reúnen dorsuven-
tralrnente a 11, largo (le un eje sobre la superficie externa d e cada «celo. Ya constiiuidos. los nervios ee
dirigen l ~ a r i nuri irc~uropil~i
sitiiado en una zona anterior al ojo naliplial, ligerarnrnte ventral a éste.
T h r nauliliiis eye of Arteniici is innervated t ~ y3 nerves, o rir fur each ocellus. The nerves are
cnniposed exclusively bv tlic axons uf ilie reiiiiula cells which gai her dorsovt:ntrally along an axis over
ilie exterior surface «f ~ a r l ocelliis.
i
.. .
T h r 3 nerves run towards a neuropiie s~tiiatedin froni and ventral
to the naL
INTRODUC
Existe una discordancia bibliográfica apreciable relativa al ojo nauplial d e
diversas especies.de Anostráceos. Respecto a la inervación d e las copas ocelares
existe una especial confusión. En particular BENESCH(1969) y VAISSIBRE(1961)
mencionan la inervación en los primeros estadios larvarios d e Artemia, pero del
adulto existen menciones contradictorias. Pretendemos en esta comunicacicín
esclarecer l a inervación del ojo nauplial d e Artemia adulta, ya que la reconstruc-
ción es1)acial del mismc nos ha permitido dletermina ente el o1rigen d e Sjiis
nervios.
MATERIAL Y METODC
S e realizaron cortes seriados ultrafinos del ojo nduplldi u e Artemia. Con ellos
se reconstruyb, con la ayuda d e mapas d e fotografías, la trayectoria y el origen d e
los nervios. Los métodos d e inclusión están descritos en A N A D ~(1980).
N
RESULTADOS
El ojo naiuplial d e Artemia tiene 3 nervios ópticos. Dichos nervios están
constituidos e, rclusivanlente por las pro1ongaciones axónicas correspondientes a
,:
,
las células retiliiaiiaa, C
libras , ,*, , .
efeiGiiiGa A,
ucl ojo por tanto, sin que hasta la fecha s e
hayan descrito fibras af erentes aI los ocelos del ojo nauplial. No existen elementos
nerviosos auxiliares.
Prolongaciones axónica
La observación del cono axonico a e todas las ceiuias retinianas es extrema-
damente difícil. A pesar de que el lugar d e partida del nervio puede identificarse
bien, no siempre e s posible determinar con seguridad el origen del axon d e cada
célula, pues s e confunde con otras protuberancias celulares. En los ocelos latera-
les s e puede observar una línea dorsoventral, periférica, en la zona anterior, a lo
largo d e la cual s e van reuniendo los axones d e todas las células retinianas (Fig.
1). Las secciones d e estos axones tienen la misma apariencia q u e el citoplasma
I I
10 P
c d
Fig. 1.1
8
Fig. 1.1 y 1.2.-Secciones sucesivas a-d y 1-8 de los ocelos laterales de un ojo nauplial en la zona do
reunión d e los axones y de formaci6n d e los nervios ópticos. a, axones; cp. célula
pigmentaria; np, neitropilo prúximo al origen d e un nervio, antes de alcanzar el
tieuropilo correspondiente a todo el ojo.
3 nervios en todo caso s e dirige hacia una zona d e neuropilo situada en posicién
anterior al ojo. Las relaciones d e este neuropilo y el resto del cerebro no las
hemos determinado.
L a posición del ojo nauplial con respecto al cerebro es variable. En algún
P ig. Y.-Fo~ot;rdia ci)i-r-c~sliuiiclieritrn una zuiia d e reuiii6ii d e astbiies. S e puede ver la zona d e origen
del aso11 (flc<:lia)d e la célula que tiene un g ran grinitlo denso a lo 's. a, axones: cp,
célula pigrnentaria.
puede: no s e r t:rrónea ya que en las larvas el ojo nauplial ocupa la posición más
anteri cuerpo, mientras que en los adultos no es así, y 1os nervic3s s e
dirige11 [lacia delante. ELOFSSON - -:-...- al d e
(1966) supone el ojo d e Artemia serriejanre
Brc~nc hinecta, pero con los 3 n ervios má s cortos por presentar menor espacio
hemoccélico. Sin embargo, ni 1;i posició n del ocelo medio es posterior, ni los
nervic.- A:-:.
13 3t: ~111gen
m-
hacia atrás. LaiueDLn
Prr,r.-r.,
(1969) estudia los estadios larvarios y no
I
describe los nervios, pero representa a lo que considera 3 neuropilos distintos del
ojo nauplial, que nosotros no hemos encontrado claramente constituidos.
RASMUSSEN (1971) observa en Arten~iaunas secciones transversales de un haz
nervicISO entre el ocelo medio y el órgan o frontal ventral, pero no encuentra su
origenI ni descr ibe los nt:rvios del ojo. PAULUS (1979) citando a esta autora dice que
el ojo =, C.C.
.-.
L I , ~ ,condici,,.
*..*..O" .,
-.- uGaprende d e este trabajo, sino l a contraria.
"B.,
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..r l...i l...-
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Biología)
trr i
FLORENTINA ALVAREZ-MARQUES
Departamento de Zooli)gja y Ecolopa.
Cnivrraidsd dr Oviedii
RESUMEN
De las trece especieas de Clut~soralonrt.sconocidas actualnienir, seis han sido encontradas en el
plancton costero del Cantábrico asturiano durante los años 1974-75. Estas especies son C.' mastigopho-
rus, C. lic!irlits, C. nrrrrirornis, C. jobei, C. pergrns y C. .fi(rcufrts. Todas ellas, a excepciíin d e C.
,firrro/rr.s habían sido citados en árcas oceitiicas del Golfo d e Vizcaya.
La (ispc(iif5 niis itiiportantt: e s C. liuirlrrs (representa el 71.22 % del total d e ejemplares del genero
Cnusoc~~lr~nrcs), seguida d e C. ctrcriicurnis (22.60 % del total d e ejemplares). Las otras cuatro cspccies
forman tan síilo el 6 % restante.
Se analizan las variaciones estacionales d e las especies en este área costera y s e comparan con
las encontradas en otras área
ARY
Six species of the genus Clnusocalonus have he en found in the plankton samples from the coastal
waters of Anturias (Norihern Spain) during 1974-75. These srie rivs are: C. m~i.s~;gopIcorr~.~, C. l i c i ~ l t s ,
C. urcuirornis, C. jAbei, C. pergens and C. furcut«.s.
All the crpecies hut one, C. fitrrntus. were recorded previouslv in «Den waters from the Bay of
Biscay.
C. lioidtls was the most numerous of the gen us Cluusoci e total nun~ b e r s
found) and C. <~rrrr.irornisw;2s the second species in quaniit; O % of the tcital
nuinbers), while the remainitig ai,ccic:- w....-m .l.-
r i t : iiic ~ , 1 8% of thr L I ~ L ~ IIIIIII~UCIS VI L I ~ .
L .-
C QCBIUL 111 these
samples .
Thie seasonal cycles havr! been anal:ysed and cc other differ ent areas.
INTRODUCCION
El género Clausocalan~~s Giesbrecht, 1888 ha sido objeto d e una completa
revisión por parte d e FROST
y FLEMINGER (1968), ya que hasta ese momento existía
una gran confusiOn con respecto a las especies que comprendía y sus sinonimias.
Estor autores reorganizan el género utilizando caracteres morfológicos y merísti-
cos (usac30s tradicrionalmente en la taxonomía d e Copépodos) y cáracteres sexua-
les prim arios y isecundarios, obteniendo como resultado la creación d e cinco
nuevas cespecies y una nueva ordenación d e las sinonimias. En la actualidad
..
existen t,,,,
.--
,.e
,,,ecies
-0-
derjcritas dc31 género Clausocalanr~sp ara las q ue FROSTy
I R (op. cit.) establ ecen su (listribuci ón geográfica glotlal.
~ibliografíaexistente sobrt:las esp ecies d e este gén ero y su biología es
.-- - -.
todavía c -n el Med iterráneo existen ,algunos t rabajos, Ien el Mal- d e Ligu:ria
1 '
MATEF
frente a Gijón, entre los 43O35' N y los 5O36' W, con una prof~indidad rnedia d e 55
m aproximadamente.
7c m
Los muestreos han sido realizados durante los años 1974-,,, nA
.,lGu.anntG ,,,ds-
tres oblicuos d e 10 a O m, con mangas d e tipo Juday-Bogorov d e 250 y 475 micras
d e luz d e malla y 50 cm d e diámetro d e boca (Tabla 1).
Los ejemplares para la identificación y recuento d e especies han sido toma-
dos d e alícuotas, o del total d e las muestras si las especies del género estaban
escasamente representadas en las mismas.
La abundancia d e cada una d e las especies s e expresa en n.O d e individuos
por metro cúbico, normalizados utilizando el lg (indslm3 1). +
La identificación de las especies d e Clausocalunus se ha realizad o siguien do
las claves d e FROSTy FLEMINGER (1968).
Los ejemplares eran observados al microscopio inmersos en glicerina y agua
destilada al 50 %, y a continuación s e procedía a su medida con un ocular
micrométrico. Los tamaños d e los ejemplares (longitud máxima y mínima) vienen
expresados en l a Tabla 11.
Para clarificar los detalles del sistema reproductor, los ejemplares han sido
tratados en algunos casos con ácido láctico d e 4 a 6 horas. Los ejemplares
disecados han sido dibujados en cámara clara.
I TABLA 1
1974 1975 Presencia del género .
.las 25011( 4 7 5 ~ p 1475~ Clawocalanus en las dife-
les Dfa
Enero 4 + + 1 3 + + rentes fechas de muestreo
+ + durante los años 1974-75 y
21
en los dos tipos d e mallas
Febrero 22 + + 22 + + utilizadas. (+, presencia;
Marzo 23 + + -, ausencia; los huecos en
ñbril 2 + + blanco indican la ausencia
Mayo 3 0 + + 1 3 + + d e muestreo).
24 - -
11 - 25 + +
1o:;:: 4 - + 1 1 + +
Agos t o 22 + 14 +
S e t iembre 23 + +
--L..
"CLU1- ---
22 + +
Novi
Dici 24 + +
TABLA 11
Intervalos de tamaño encontrados para los adultos de C l a ~ ~ s o c a l a n en
~ c sel Cantá-
brico, A. Comparación con los dados por FROST y FLEMINGER (1968) para distintas
áreas geográficas, B, y WILLIAMS y WALLACE (1975) para el Atlántico Norte, C.
(Los tamaños vienen expresados en rnm)
RESULTADOS Y DISCUSION
S e han identificado seis especies de Clau.socalanus en las muestras recogí-
das: Clau.socalanns mastigophorus (Claus, 1863), Clausoculan~cslivid~csFrost y
Fleminger, 1968, Clausocalan~uarciiicornis (Dana, 1849), C l u ~ ~ s o c a l a n jobei
is
Frost y Fleminger, 1968, Clausocalanw pergens Farran, 1926 y Clausocalanils
ficrcatlrs (Brady, 1883).
C l a u s o c a l a n u s m a s t i g o p h o r u s ( ~ á m i n 1,
a 1 y 2)
una espiecie muy poco friecuente y escasa e n las niuestras. Es la m enos
nte del g énero, rc:presentaI al 0,52 % del rolt a l d e CI,ulrsocllbcl,nlu. Apa rece
solamente en los meses d e invierno y primavera del ano 14 (r ig. la). Solo s e han
l . . . - -. ,.-. . ~ ,7 ,.
recogidc3 hembrais cuyas longitudes s e dan en la TE ibla 11.
C. mastigophorris es señalada en tod as las á r eas donde ha sido encontrada
como la especie más escasa del género.
E n el Golfo d e Vizca ya, WILLIAMS y 'ALLACE (: in restrin gida
a la segunda init ad del aíio, con 1cas máxinios d e ali d e profuindi-
A -
uau,J i 0- , - * ; - - l ~ .1. . L .,
".P..,- ....l...0 A.
a g o s t o - s , ~ , ~ , , ~y , ~I I~u V I C I I I U CLtGJ t J,L a J
-..
mr.rx.-.z.
~ U l I J l U ~ I ~tulno
C i U G l I el ~ e r í o d o
reproductivo principal. En la zona estudiada, aunque los daitos son f i rios,
s e observa un aumento del número d e individuos desde e n e ro hasta 1 era,
lo q u e podría significar según los citados autores, q u e el -.--:<.A vr;iii,uL, I C U L ~ , U U C ~ ~ V
r.
principal en esta zona costera coincidien1 con 10: i meses primaver ales. HLIRE y
SCOITO DI CARLO(1970), en una estación ccastera d e 1 s u r del Adriátic O encuen tran
el máximo anual para l a especie en los masas rle i n v i e -- r i i u - p i i ~ ~ ~ a v1..i u~ ~que
a,
coincide con nuestros datos. Parece por tanto, q u e en áreas costeras los máximos
anuales para la especie están adelantados respecto a las áreas oceánicas.
C l a u s o c a l a n u s l i v i d u s (Lámina 1, a, r y 5)
C. lividw e s la especie más importante d e todos los Clarisocal nnus en esta
zona costera del Cantábrico. Aparece prácticamente en todas 1:3s fecha!4 de
muestreo y constituye el 71,22 % del total d e ejemplares del género ~...,n-*.-,.A
ii~uiiriauOS.
Los límites d e tallas d e los ejemplares s e dan en la Tabla 11.
Considerando los dos años d e muestre0 en conjunto. el ciclo d e la especie en
esta zona s e puede resumir d e la siguiente manera: la especie - --?.- - dos
picsciila *. .
máximos anuales d e abundancia, uno en los meses primaverales (mayo) y un
segundo máximo secundario en el otoño (setiembre) (Fig. lb). No obstante.
analizando los dos años por separado, s e observan diferencias en los ciclos. El
máximo primaveral coincide en los dos años, pero no así el segundo período
reproductivo importante, ya que en el 74 (aún a falta d e datos en los meses de
setiembre a diciembre) parece estar adelantado a los meses estivales (julio).
WII.I,IAMS y WALLACE (1975), en el Golfo d e Vizcaya durante el año 1965
encuentran dos máximos anuales para la especie, uno primaveral (mayo) y el
segundo estival (agosto). En el Golfo d e Nápoles y sur del Adriático, HUREy
ScoTTo DI CARLO(1970) encuentran solamente un máximo anual para C. Lividr~sen
los meses d e invierno y comienzos d e primavera.
C. lividus parece tener su período reproductivo principal en estas latitudes
muy claramente restringido a los meses primaverales, no obstante en el resto de
Lámina' I.%. mastikophoms. hembra: 1 , U con espermateca, v i s ~ alateral; 2, P,; C. lii~irl~is,
Iiembra:
3, vista lateral; 4, Il con esperniateca, lateral; 5, P5;C. urcuicornis, Iiembra: 6, U ron
espermateca y rspermati,loro adherido; 7, UI; 8, P5; 9, P5 an6rnalo.
(U: urouoma; UI: segmento genital; P,: quinto par de patas tora<:icas).
las épocas del año e n zonas costeras, el segundo aumento importante d e la
población puede estar adelantado o retrasado según los años.
C l a u s o c a l a n u s a r c u i c o r n i s (Lámina 1, 6, 7, 8 y 9)
E s una especie bastante bien represeritada en las muestras, contribuyendo
en un 22,60 % al total d e Cla~~socalanus recrogidos.
Las tallas d e los ejemplares d e los dos JGAllJ G3tán dadas en la Tabla 11.
n,.-rrn 0.3,
AGRADECIMIENTOS
Al Dr. R. Anadón por las críticas, sugerencias y comentarios del manuscrito, y a todos los que de
alguna forma me prestaron su ayuda en este trabajo.
Por
JESUS ORTEA
Departamento de Zoología y Ecología.
Universidad de Oviedo
RESUMEN
Descripción de la morl~nlogiaexterna, anatomía y puesta, de una nueva especie d e Eubmnchits
recolectaida en Tene:rife, Islas (Zanarias, seguida d e una relación d e las espc:cies Alánticas d d género.
iRY
Description of the morphology, interntal anatomy and eggs capsule of a new specie of Eubranchus
found in Tenerife, Canary Idand, followeid by an ac<rount of the Atlantic species of he genera.
INTRODUCCION
Lo1s Eubrar n Aeolidaceos d e p e q u e 6i talla, 10-15 mrn, con el pie
redondeado por delante, rinóforos lisos, ceratas poco numerosos, rádula triseriada
y mandíbula con el borde masticador corto y denticulado. Están bien representa-
dos en el Atlántico, donde viven el 40 % d e las especies conocidas, d e las cuales
el 25 % son anfiatlánticas y el 65 % pueden s e r recolectadas en las costas d e
EuropaL.
Ni nguna es,pecie del género era conc) ~ i d aconI anterior,idad d e las costas d e
.. .
Africa, consecuencia probable d e lo poco estudiada que está aún la fauna d e los
Opistobranquios en gene
E n una campaña re¿ilizada eri Tener& : los meses d e julio y agosto d e
. . -
1980, bajo el patrocinio d e la Junta d e Canarias y dentro d e un Plan General d e
Estudio del Bentos Circuncanario q u e realiza el Departamento d e Zoología d e la
Universidad d e La Laguna, capturamos cinco ejemplares d e un pequeño Eubran-
c h w , q u e ya en el momento d e su captura supusimos q u e era una especie nueva
para la ciencia, por existir en nuestra colección d e estudio la totalidad d e las
especies del género que viven en el Atlántico Este. Esta nueva especie la descri-
bimos aquí.
171
Los cerata s e disponen en series perpendicualres al eje mayor del cuerpo y
presentan la característica d e que la segunda hilera d e los ejemplares mayores
(4-5 mm) tienen siempre menor número d e ceratas que las series anterior y
posterior a ella, realizándose Ia inserción en el cuerpo d e su primer cerata en una
posición mucho más lateral que en las otras dos series, aproximadamente a la
altura a la que en ellas tiene lugar la inserción del segundo.
L a distribución d e los cerata d e los distintos ejemplares medidos en exten-
sihn, e s la siguiente:
Animal de 5 mm: lado derecho 4,2,3,1,1
Animal d e 4,5 mm: lado derecho 3,2,3,1,1
Animal de 4 mm: lado derecho 3,2,3,2,1
Animal d e 2,5 mm: lado derecho 3,2,2,1
Animal d e 1,5 mm: lado derecho 2,1,2,1
Los cerata son del tipo d e los d e E. cingulatus, con un ensancha erca
del ápice y otro cerca d e la base (Fig. 1, C , D). El hígado en su interi1,l c a UI; color
crema rosado o blanquecino y el cnidosaco bien visible (Fig. 1, D). La superficie
del cerata presenta pequeñas manchitas pardo verdosas, que por lo general se
distribuyen formando bandas en la zona d e los ensanchamientos, entre las que
hay alguna manchita dis persa (Fig. 1, c ) .
L a papila anal está 1pigmenta d a d e blanco y se: encuent ra entre los grupo1s de
ceratas segundo y t e r c e-- A-1 1-
~ uucl lddo derecho, en uiid . ,~ I U---
-- ~ U .~ I,.--
---.e. J..---l -.
I I u u i a a "de la
iiida
Biología
E. arci bive sobre hidrozoos Campanularidos d e los que s e alimenta y en
cuyas proximidades desova. La puerta (Fig. 2, E) e s una copa abierta d e 1 mni de
Fig. 2.-E = detalle de la puesta. F
los laterales.
= mandíbula. G ,.,. ,, ..,.., y ,
,,,,,i de
173
diámetro en cuyo interior hay unos 65 huevos d e 165 & d e diámetro medio
(extremos d e 140 y 190 &)
Derivatio nominis
L a especie la denominamos E. arci del latín arcus-i = puente, ya que la
tendencia d e las grandes manchas laterales e s la d e tomar esa forma.
Depósito
El holotipo está depositado en las colecciones del Museo Nacional d e Historia
Natural d e París, junto con una diapositiva del animal vivo. El resto d e la serie:
paratípica está depositada en los Departamentos d e Zoología d e las Universidades
d e L a Laguna y Oviedo.
DISCUSION
El conjunto d e los caracteres morfológicos y anatómicos observados en E.
arci, le diferencia d e todas las especies atlánticas del género. L a forma d e los
ceratas y la coloración del cuerpo recuerdan a E. c i n g ~ ~ l u t upero
s , difiere clara-
mente d e él por la pigmentación d e los rinóforos, la inserción del 2.O grupo d e
ceratas, y por detalles anatómicos como la ausencia d e estilete peneal en E. arci y
el número d e hileras d e dientes radulares que en E. cingulutus es d e 50 para ur.
animal d e 11 mm, mientraique en E. arci hemos contabilizado 73 para un animal
d e 4,5 mm, número que supera u1 d e cualquier otra especie europea en un animal
d e ese tamaño. También E. doriae tiene una coloración similar, pero los cerata no
s e insertan en hileras.
La puesta e s también de forma similar en ambas especies, pero el tamaño de
los huevos es d e 90 micras en E. cingzrlatus para una puesta de Plymouth
(Inglaterra) (KRESS,1972) frente a las 165 & d e E. arci d e Tenerife.
Con esta captura son ya 26 las especies del género Eubranchus que se
conocen en todo el mundo, d e las cuales las 10 siguientes viven en el Océano
Atlántico.
-E. rupium (Moller, 1842) d e Groenlandia y Noruega (MOLLER,1842; BERGH,
1868; LEMCHE,1935).
-E. tricolor Forbes, 1838 d e Groenlandia (LEMCHE,1941) hasta Galicia (Norte
d e España) (observación personal) en el Atlántico Este. Del Artico a Boston en el
Oeste (ABBOTT,1974).
-E. pallidus (Alder & Hancock, 1842) d e Escandinavia (FRIELE& HANSES,
1876) al Mediterráneo (TRINCHESE, 1879; BERGH,1882; VAYSSIERE, 1913) y Canal de
Suez (O'DONOGHUE, 1929) e n el Atlántico Este. Desde el Artico a Massachussetts
en el Oeste (ABBOTT,1%8), Maine (RIVESy HARRIS,1976).
-E. vittatus (Alder & Hancock, 184.2) d e las Islas Británicas (ALDER& HAN-
COCK, 1842; FARRAN, 1901). Es una especie que hemos recolectado también en el
Norte de España (observación personal) y d e la que existen citas que necesitan
confirmacicín en Cataluña (BALLESTEROS, 1980) y Canal d e Suez (O'DONOGHUE,
1929).
-E. farrani (Alder & Hancock, 1844) de Escandinavia (FRIELE& HANSEN,
1876; ODHNER, 1907) al Mediterráneo (QUATREFAGES, 1844; TRINCHESE, 1879; VAYS-
SILRE,1903, 1913; PRUVOT-FOL, 1954; SCH~IECKEL, 1968; BALLESTEROS, 1980) y
Canal de Suez (O'DONOGHUE, 1929
-E. c i n g ~ c l a t r t s(Alder & Han( candinavia (ODHNI al
Norte de España (ORTEA,1978). *
-E. e x i g r ~ u s(Alder & Hancock, 184.8) de Groe'nlandia (BERGH,1882) al Mediterrá-
neo (VAYSSI~RE, 1913; BALLESTEROS, 1980). En el Atlántico Oeste es conocido
desde el Artico a Massachussetts ( A B B O ~ ,1974).
-E. doriae (Trinchese, 1874) cle las cos tas atlánticas de Francia (TARDY,1962
como C n p e l l i n i a e x i g u o ) y del Mczditerrán,eo (VAYSSI~RE, 1888, 1913; TRINCHESE,
1874, 1879).
-E . c o n i c l t ~S ; (Marcus, 1958) d e Florida y Barbados a Brasil (MARCUS,1958;
MARCU: i & HUCHI ES, 1974).
-E . a r c i n. . sp. de Tenerife, es la primera especie de Eubranchus que se
captura en el Atlántico Este por debajo de los 3 8 Norte. Para mas detalles acerca
de la morfología, anatomía y distribución geográfica de las especies europeas de
E i ~ b r a r z c h11s ver EDML NDS y KRESS(1969).
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r, C O 1 --L-..-U:
Por
M." LUISA VILLEGAS
o Zorrlogia y Emlogía
D ~ ~ a r t a m r i i t(le
Ilniversidsd de Oviedo
RESUMEN
S4 csttidia la al~undariciade las larvas y postlarvas d e sardina y anchoa en la costa Cantibrica
diirante trrs aiins. s í rnisnio s e aportan caracteres merísiicos d e los ejemplares recogidos.
SLIMMARY
Tlie ahundance of'Pilchard and Anchovy was investigiited in the coast of tlie northern Spain for a
prriod oí tlirre years. TIii rneristic criracters are d s o givrn.
Muchos son los autores que han estudiado algunos aspectos de la biología d e
la sardina y anchoa en diferentes áreas del Atlántico y del Mediterráneo, si bien
las referencias sobre la época de freza y características d e la misma en el Mar
Cantábrico son escasas, siendo ALVARIAD (1957), ARB,~ULT y BOUTIN-LACROIX
(1968-69), DICENTA y CENDRERO (1977), SUAUy VIVES(1979) y VILLEGAS(1979) los
autores que han liecho alguna referencia sobre la presencjia o abuindancia (
estas pr en el rnisino.
M.4TERIAL Y METODOS
El mnterial lctilizudo proviene de dos fuentes:
-Material 1.-Recogido en la zona costera d e Gijí,n (Asturias) durar
. ite los años
1973-75 en varias estaciones cercanas a la costa (F e utilizar on marigas
biccínicas de 475 y 250 rnicras d e luz de malla.
.
-Material 11.-Recogido durante la campaña Itsaso 11 realizada por el Insti-
-
tuto Español d e Oceanografía en junio-77 en aguas del Mar Cantábrico, y d e las
Fig. l.-Estaciones del material 1.
RESULTADOS Y DISCUSION
Sardina pilchardus (Walbaum, 1792)
En el material 1 hemos encontrado ejemplares d e s d e enero a diciembre y eii
el material 11 en todas las estaciones muestreadas.
El Cuadro 1 nos muestra el número d e larvas recogidas e n los distintos meses
CUADRO I
Abundancia d e larvas y postlarvas d e S. pilchnrrlrrs
1
Fig. 3.-Sardina pilchardus. a) 5.5 mm; b) 8,25 rnrn; c) 16 mm.
las aletas dorsal y anal mucho más patentes, y en la aleta caudal comienzan a
distinguirse los radios (Fig. 3c).
Los caracteres merísticos d e algunas d e las postlarvas son:
LT =
L.S. =
L. prA =
L. p r o =
D.O. =
L.C. =
A.C. =
LprAlLT =
LClLT =
AClLT =
DOlAC =
La longitud preanal representa un 82 %, en las más pequeiias, y un 78 %, en
la más grande, d e la longitud total; parece haber, pues, un mayor aumento d e la
zona caudal que d e la precaudal según crece. La longitud d e la cabeza representa
del 13-15 % d e la longitud total y su altura del 11 %, en la más pequeña, al 6 %
en las mayores, habiendo pues una disminución neta d e esta proporción con el
aumento d e la talla. Por otro lado el diámetro del ojo con respecto a l a altura d e la
cabeza es el 33 % en las d e tallas más pequeñas y aumenta esta razón al 54 % e n
las más grandes, debido a una menor velocidad d e crecimiento d e la altura d e la
cabeza.
S i comparamos nuestras medidas c on las q
adultos encontramos:
1) La altura máxima, situada en adultos a nivel d e la dorsal, está contenida
unas 4,5 veces en la longitud precaudal y en las postlarvas menores de 8 mm, loca-
lizada en la cabeza, está contenida unas 9 veces en la longitud precaudal: en las
mayores d e 8 mm, en las que la altura d e la cabeza s e va iguala del
tronco, lo está entre 11-13 veces en la longitud precaudal.
2) La longitud d e la cabeza, que en adultos está contsiiiua uiida -r vr;ccs en
la longitud total, en las postlamas lo está unas 7 veces.
3) El diámetro del ojo, que en adultos está contenidc E veces e n la
longitud d e la cabeza, en las postlarvas lo está unas 4,5 vecba b.n l a -.cm,,
,1110111a.
Fig. 4.-Abundancia de S. pila 'tardiis reci&idos con malla de 4'75 micras t:n los años
CONCLUSIONES
La sardina freza -en nuestras costas a lo largo d e todo el año, con máximo en
primavera; en invierno, si l a temperatura es adecuada, se observa (Xro peqLleño
máximo, siendo nulas en agosto y septiembre. El intervalo d e temiperatura del
agua a 10 m e s d e 10,9°C-180C con una temperatura óptima d e 13-l',70.,r
Comparando las postlarvas recogidas por nosotros en elI materialI I con las de
otros autores resultan d e menor tamaño, probablemente del,ido a la migración d e
las larvas d e mayor tamaño a aguas más profundas, lo qhr: qur;ua avalado por
comparación entre las longitudes d e los ejemplares recogidos en el material 1 y 11.
siendo d e mayor tamaño kos recogidos en el material 11, que lo fue a mayor
profundidad.
La anchoa necesita para la freza una temperatura más elevada que la sar-
dina, como han apuntado diversos autores. La escasez d e recogidas coincide con
las observaciones d e DICENTA y CENDRERO (1977) que consideran que esta especie
e s escasa en el Cantábrico oriental en este estadío.
S i bien Su.41~y VIVES(1979) encontraron postlarvas a lo largo d e vera
..J- -
y el verano, nosotros sólo las obtuvimos en junio, observanao que ia rriayor
abundancia s e encuentra en las estaciones situadas al Este del Cabo Peñas.
Por o t r o lado, en ambas especies se ha o b s e r v a d o que las tallas d e r e a b s o r -
ción del v i t e l o s o n m e n o r e s q u e las dadas por o t r o s a u t o r e s .
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a D. Antonio Dicenta, del Instituto Español de Oceaiiografía, la cesibri d e parte de
los muestras para s u estudio.
Así mismo a la Esciiela Náutico Pesquera d e Gijón, y en especial a D. Arturu Fernández, la ayuda
prestada en la recogida d e gran parte del material.
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tiv. Oviedo (Ser. Biología), 20-2 1
Por
CARLOS NORES -
Departamento de Zoología y Ecologia.
Universidad de Oviedo
RESUMEN
Se ha estudiado la dieta d e s . aluco en una zona de campifia donde esta especie parece sustituir a
T. ulhu, no sólo en el territorio de caza, sino también en los posaderos y nidos, asociados a las
habitaciones humanas. Se ha comparado la muestra de egagrópilas recogidas con otros tres lotes
pertenecientes a lechuzas d e otras tantas localidades prrjximas. comprobándose el alto grado d e
competencia que supone la convivencia d e ambas especies y la mayor diversificación d e la dieta del
cárabo.
Las relaciones d e carácter trófico d e ambas especies, al igual q u e los valores absolutos d e los
espectros alimrntirios, incluyen a ambas especies en las comunidades d e estrigiformes centroeuro-
peas, diferenciiindi!>e notablemente d e la comunidad mediterránea.
Por último Jr (.limprobú que la variacitin local d e la dieta d e lechuza puede Negar a ser superior
que la diferencia observable entre ambas especies en territorios d e caza equivalentes.
SUMMARY
T h e diet of S. aluco in ain open field, where this species seems subtitute to T. u,Iba, was stludied.
We have comparea, . arne puiets sample collected with tree otlier ones of barn owi, in
8, . lnree
..
near
localities. veiyfying the Iiigli degree of competence ~ l i a tinvolves both species living together, as well
as the higher diverxification in the Tawny owl diet.
Tha trophic relationships between these species and the absolute values of iheir food make these
species beiong to the europcan owl communitv, and diffrenciate them of' the mediterranean one.
Lastly, ihe variation of tIie diet of th,e harn owl at different localities is greater than the difference
between the diet ol' two ment ioned spec:ies which Mrould hunt a t the same hunting field.
METODOS
Para el estudio comparativo d e los regímenes alimenticios hemos calculadn la
amplitud d e la componente trófica del nicho en cada una d e las rnuestras me-
diante la fórmula W = eH, donde H es l a función d e Shanoin-Weavéi- (en BLO~ VDEL
y BOURLIERE, 1979).
También hemos calculado el solapamiento del nicho trófico en tre las m ues-
tras obtenidas, no agrupadas por especres, sino considerando cat-la una c omo
". .
independiente d e las demás, mediante las siguientes eciiaciones d e coeiicientes
d e competencia: n
Xpij.Pik
ti) --
- Z -
,/'m
- --
?k='kj
nE p i j . p i k
I
i
(21 "jk= n
2
5pij
7,
El índice [l] ( M A C . ~ R TyI ~LEVINS,
~R 1967) nos da una medida simétrica del
solapamiento del nicho entre especies, mientras que el [2] (en LEVINS,1968)
expresa el solapamiento d e forma asimétrica, indicando la importancia relativa
n'1"-l i e tiene para cada especie. Hemos utilizado el índice simétrico [l] por ser más
' &
TABLA 1
Relación completa d e las presas encontradas i egagróp ilas d e S1
Presas o?'
RESULTADOS Y DISCUSION
La alimentación más diversificada, según los valores obtenidos d e W, co-
iresp( Srrix uluco, a cal isa, sobr.e todo, d e la elevada cornposición
insect dieta (Fig. 1).
EI solapamiento d e la muestra d e La Isla con las otras tres es bastante alto
8 .
(Tabla 11), con u n valor medio (le1 87,6 %, alcanzándose el máximo coeficiente
con respecto a la muestra d e Inifiesto, lo que sin duda es dehido a la estructura
similar d e la fraccicín d e mamífc:ros.., a ,
n(esar d e la reducción que presentan los
sorícidos en la muestra de cárabo. Menor solapamiento presenta con respecto a
Villaviciosa
W=S ' 15
lla
' 35
- -
-- Infiesto
W4'01
* -
Fig. l.-Histopama de frecuencias de las distintas presas de S t n x almo (La Isla) y Tyto alba
(Villaviciosa, Ribadesella e Infiesto).
192
Villaviciosa, a pesar d e ser una muestra cualitativamente muy similar en cuanto a
ises d e alimento consideradas. .
as muestras pertenecientes a T. alba presentan entre sí, lógicamente, un
utayui índice d e solapamiento simétrico (valor medio 92,5 %), aunque es impor-
tante señalar que la comparación d e muestras d e Ribadesella y Villaviciosa
arrojan un índice inferior al obtenido con las muestras d e La Isla e Infiesto. La
relación d e valores expuestos en l a Tabla 11 nos lleva a dos conclusiones parcial-
TABLA 11
aviapamiento simétrico del nicho alimenticio entre iay cuatro muesrras ariaizadas
mediante el índice de MacArthur y Levins
Villaviciosa Ribadesella Iníiesto
O,886 La Isla
0,908 Villaviciosa
0,988 Ribadesella
m.... .
así como la a p arición en las egagrópilas a lo largo d e todo el año, no limitan su
capturahilidad a la expansión postgenerativa, como había comprobado SOUTHERN
(1954) en Inglaterra. Las aves, anfibios e insectotj no desc:mpeñan un papelI d e
importancia; así por ejemplo, las primeras s6lo ;dcanzan proporci,ones d e una
cierta importancia en ausencia d e los mamíferos que constituyen sus presas
habiti;iales (zonas urban as o cubi ertas por la nieve)1; los anu ros, que compone n la
casi t otalidad d e la cliise 8 d e la figur,a, son p resas rar as, exce pto para las
lechuilas que c azan en zonas muiy higrófilas o en n a s costc:ras, C O Nio sucedt: en
Villaviciosa y Ribadesella; y los insectos, más representativos d e l a dieta d e T.
alba en la región mediterránea (Lovi\~ret a l . , 1976), apenas tienen significación
alguna en cuanto a biomasa en el Norte d e España.
No sólo los datos d e alimentaciGn d e la lechuza en Asturias difieren notable-
mente d e los d e l a España mediterránea, asemejándose a los d e Europa Central (a
excepción d e l a casi duplicación del porcentaje d e insectívoros, posiblemente
relacionada con la suavidad d e los inviernos del clima atlántico en esta latitud),
sino que, tanto los datos d e amplitud d e nicho como los d e solapamiento relativo
d e ambas especies están mucho más próximos a los valores dados por HERRERA e
HIRALDO (1976) para las comunidades d e estrigiformes d e Centroeuropa que a los
del área mediterránea (Tabla 111).
TABLA III
Valores comparativos d e los diversos parámetros relativos al nicho alimenticio
citados (:n el text o, d e las tres comunidades q u e s e señalan. Los subíndices C y L
je refieren respectivamente a S. aluco y T. alba
WP Wl de-1 ' a'l-c
-
Centro Eu ropa 5,84 4,m 0,764 0,057
Asturias 5,81 4.50 0,783 0,928
Area Medi tnrr.4na.i A ~n 588 , 0,166 0,246
AGRADECIMIENTOS
Deseo hacer constar tiii ag radecimien lo a mi compañero F. Braña por sus ideas y comentarios
acerca de la presente nota, así c'amo a las 1ioctoras C. F. Bernaldo de Quirós y G. G. Baschwitz por la
determinaciún de los restos de i nsectos.
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Aniroriol«ei
... Ihis paper. he ineihod ttitit 1s basrd i i i i tlie the Indiviciuai Funda mentid
n . ..... !-.. -1. -
Formula (FBI) and iiic iiiaiiiiai .I
u a ~ i ~i ....
i o g l y p h iFormula
c (FDYx,, rv suiuy P..- --1
iivr iiiaie sriirs ~ i i a icome
frorn represeritaiive samples from ttir ustiiriari general pol~~ilatioii, soiitli-cast astiirians, Parres and
Piloña astiirians, leonesra friini tlir Esla viilley and Ieoneaes frorn the C r a valley. I t has lieen found
. tlie LLLLI. FDII.1 typr, caracterize tlie five series above rnentioned
oiit tliai tlie 0.10.0 E'BI t s ~ ) <and
whicli sliows tlie ljasic likiirss Iirt\v\.rrn thetii. a s for a s their dactvlogly~liicri)iifiiiration is cr>n<:rrned.
LIos estudios sobre las lineas dermopapilares d e manos y pies s e han revelado
como del mayor interés en diferentes campos d e la Biología Humana, pero en
A .
.\ntropologia tienen, como es sabido, particular importancia dada su variabilidad
tipolbgica indiliidual y poblacionai. La notable variabili dad indi vidual d e las
figuras dactilog:Iíficas d e la mano presenta dificultades p ara s e r e:xpresada me-
.,, por eso hemos propuesto (E(:o(:HL%GA,
diaiite una forma sencilla, ... . n
lr78a) la utiliza- 3
ci6n d e lo que hemos denominado Fórn lula BAs:ica Indiv idiial (FBI) y Fórmula
Dactiloglífica Manual (FDM). La primera, permite la caraciterizaci6n dactiloglífica
d e un individuo al expresar en forma compendiada su combinación d e figuras en
los diez dedos d e las manos, mediante una fórmula numérica constituida por tres
grupos d e uno o dos dígitos cada uno, separados por un punto; expresando el
primer grupo d e l a izquierda el número d e arcos presentes, el grupo central indica
el número d e presillas y el grupo d e la derecha refleja el número d e torbellinos
presentes en los diez dedos. De esta forma, una FBI tal como 1.8.1, indicará la
presencia d e un arco, ocho presillas y un torbellino en el conjunto d e los diez
dedos. Esta fórmula resulta d e utilidad, particularmente, en el análisis d e la
herencia familiar d e los dermatoglifos y en la caracterización d e las poblaciones
humanas.
Ahora bien, la FBI no expresa d e que forma s e encuentran distribuidas las
diferentes figuras dactiloglíficas, por ello, s e h a propuesto la utilización, con este
fin, d e la Fórmula Dactiloglífica Manual, la cual está constituida por cinco letras
mayúsculas d e forma q u e cada una d e ellas representa, d e izquierda a derecha, la
figura dactiloglífica presente en el dedo pulgar, índice, medio, anular y meñique,
respectivamente. Por l a letra A s e designa a los arcos, por la L a las presillas y la
W representa a los torbellinos. Como es obvio, un individuo estará caracterizado
por una FDM para cada mano, e s decir, una fórmula combinada d e dos FDM
separadas por u n a barra transversal, d e manera que a la izquierda d e dicha barra
s e sitúa la FDM que expiresa la ccmbinación d e figuras d e la mano izquierda y. a
s u derecha, l a c orrespon diente a la d e la mano derecha. Tal fórmula combinada
'..--..i n
constituirá la Fórrriuia u a c *r' 1i i o1,r
~ i ~ i cIndividual
a (FDI). De esta manera, tina FDI
tal como l a siguiente: LLLLLlW'LLAL iridicará en el por presencia d e
presillas en los cinco dedos d e su mano izcluierda, un torhel 1 dedo pulgar
1
d e la derecha, un arco en el dedo anular y presillas en los aeaos indice, medio Y
meñique d e la mano derecho. La FBI que corresponderá a un indi?viduo COI1 tal
F D I será: 1.8.1 y, como e s evidente, esta misma composición podría obtenerse de
muy diferente combinación d e un arco, ocho presillas y iin torbellino, pero resulta
muy útil para abreviar la expresión dactilo: 5lífica y 1:)oder agr upar individuos en 10s
análisis familiares y d e poblaciones. Por o tra parte , dado CI ue algunios individuos
presentan el mismo tipo d e FDM en ambas manos, s e distingue entre portadores
d e FDM-asimétrica (FDMa) y portadores ide FDM-simétrica (FDMs). Finalmente
indicaremos q u e cuando interese mayor dc:talle en los análisis d e los dactiloglifos,
s e pueden utilizar los supenndices acostumbrados, acompañando a las letras de
la FDM, expresándose así si la presilla e s ulnar o radial, o si el torbellini3 es
concéntrico, espiralado, etc., aunque es evidente que esta concreció n introdu cirá
l .
cierta complicación a la hora d e formar grupos en los análisis d e pobiaciones.
MATERIAL Y METODOS
En el presente trabajo s e han utilizado cinco series d e varones, procedentes
d e una muestra estudiada por EGOCHEAGA (1972) representativa d e la población
general asturiana y formada por 261 varones; una segunda serie d e 114 varones
procedentes d e los valles del Sella y Cares, estudiada por GOWEZ(1978) y a la q u e
denominaremos «asturianos del suresten; una tercera procedente d e los concejos
d e Parres y Piloña, formada por 194 varones (VILLADANGOS, 1980), y otras dos
series d e leoneses, estudiados por GOMEZ(1976), procedentes, una, del valle del
Esla y constituida por 159 varones y , la otra, del valle del Cea y formada por 100
varones.
En todos los casos las impresiones dactilares s e han obtenido mediante los
procedimientos habituales para este tipo d e estudios y a partir d e individuos d e
ascendencia asturiana o leonesa y no emparentados entre sí.
Para el registro d e las Fórmulas Básica Individual y Dactiloglífica Manual, s e
han considerado como arcos todas las figuras adeltas, como presillas todas las
figuras monodeltas y como torbellinos todas las figuras d e más d e dos deltas.
Dada la intencionalidad que nos hiemos prcnpuesto t:n la utilización d,e las fórrnu-
las. no s e distinguen entre los dife,rentes ti pos denti+od e cada clase dle figuras
. . .. .
El cálculo d e las frecuencias d e los distintos tipos d e figur,,n c rln ,,,F1DM
requiere d e ciertas precisiones según la finalidad con l a q u e s e haga. Así, cuando
interesa expresar las frecuencias para cada mano por separado con objeto d e
calcular posteriorniente las diferencias bimanuales para cada tipo d e FDM, s e
hará el recuento d e la frecuencia con la q u e una determinada FDM aparece en
cada una d e las manos; pero cuando lo que interesa e s expresar las frecuencias
con las que cada tipo d e FDM s e presenta, en una determinada población, en
cada un1 0 d e los sexos, s e deherá 1x o c e d e r d e la forma siguiente:
Cuando una detc:rminada fórmula aparece sólo en una d e las manos d e
I. .
caaa inaiviauoI - I
constaerado, es claro que ia suma d e las veces q u e dicha fórmula
aparece %noderecha más c21 d e las que 10 hace en la izquierd;3, será ig u al
al númt lividuos muestrea dos que presenten dicho tipo d e FDM, ya (V e
1
cada inaiviauo no fue consideraao mas q u e una sola vez en el recuento d e
frecuen cias.
b) En aquc ,S en los que la FDM sea simétrica, su prt erá
1
anotada aos veces: en ia mano derecha y en la izquierda. Pero la frecuencia d e
portadores d e e:stas fórmiulas en la muestra no será ahora igual al número d e
veces que dicha f6rniula fue computada ya q u e fue anotada dos veces para el
mismo individuo . En esto s casos la determinación d e la frecuencia d e portadores
en la muestra (leberá tt:ner pree número d e individ u o s q u e presentan
FDMs.
- TIPOS DE FOF
.--.-.
JAL ( F E. l . ) CON
-- . S A,..--
POR C RlAS S I
L A Rt RICA.
ASTURlAh
[ Pobl. Gene
4,83 t o,;
7,61 O,'
Resumiendo, pues, se puede indicar que las series masculinas aquí compa-
radas presentan grandes semejanzas respecto a sus características dactiloglíficas,
aún cuando pueden constatarse pequeñas diferencias que solamente iin análisis
más detallado de los dermatoglifos permite concretar (EGO<:HEAGA, 1978b).
Análisis de la frecuencia de los tipos de FDM
E n el Cuad recogen aquellos tipos d e FDM cuyas frecuencias igualan
o superan el c ciento, al menos en alguna d e las series d e varones
estudiadas en ei uieserite trabajo. S e puede observar a u e el tipo d e FDM que
presenta la frec uencia m á s elevada en las Icinco ser ies es el 1,LLLL, i10 existiendo
diferencias estadísticamc:nte significativas entre niniguna de ellas. La: 3 frecuenc:ias
más baias s e b4"-a ~. p.a,..." , -1 ,",. .,
~L u el tipo WLLWL , r;ll
A,
rri L u U v u G la poblabIvii gLiieral
r..,.-
-
m--
STUR IANOS (N=261< (N= 1940 iSES (N= EONESES ( N = 100 Cf)
(Pobl. hi e n e r a l ) y Piloña) 'olle del Es11 (Valle dc81 Cea)
M o n o s n o s M a n o s M o n o S M
I
U,lu U Una o
I ambos ambas
42 15.16 21,83 5,03 '1~73 l0p6?2,39 3,OOI 1,71 3pOI1,71 5,00?2,18 7,OO ?0,89
3,14-+1,3a
-
! 3,14?1,38 8
igualan la frecuencia del cinco por ciento úinicamen t e entre los leoneses del valle
del Cea (WWW' WW y WLLLL). Las difei+encias e ntre las frecuencias que pre-
sentan 1 .as poblaciones considerad as para e:I tipo LLLLL no son estadís-
ticamen te signifilcativas.
S e 1puede concluir, piJes, q u e el análisi S d e los t 7DM nos presenta un
conjuntc) de pobliaciones c iiyas cariacterísticas dactilc son muy !si milares , lo
q u c c:uii cuerda ttambién c:on lo en contrado para otr "3 i a a g ~ Santropológicos. No
obstante:, es posi ble pone r d e maniifiesto el hecho d e que la distinta biodinámica
poblaciamal ha in troducidl» pequeñ as diferencias aún cuando s e trata d e un rasgo
que periiiaiic~ctan fijo t d e las generaciones con caso d e los
dermatogIifos.
- . -. - - .
. -- - .- - .
ESUMEN Y CONCLUSIONES
las difer.entes co mbinacic ircos, priesilias y torbellini os; mien1tras que los
tipos d e FDM concretan 1a combiriacibn de figuras 1que pred omina en cada ni2
1 i1
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Por
PEDRO GOhlEZ GOhlEZ
Departamerito de Aniropologia.
Universidad de Oviedo
RESUMEN
The existente of a certain heterogeneity in thc distribution of frequency has heen confirmed in
the study of tlie ~ h ' s y s t e moí' 2,101 iridividuals ncrtive to East Astlirias, however Asturias is niore
homogenious in the distribution offrequency tlian the ABO group. T h e frequency of ecden and « C D e i
are similar to other cantahric pu~iiilations including the Basques but with the exception inf the
Galician. T h e ecDEn aiid «cDe» frequencies are higher than the basque series which had already been
studied. Nevertheless the Biscayaii frequency of bcith xcDEx and «cDe» etutlied by Iturrioi. and that of
the FLencli Bas<lucs by Levine uf the acDe» group fall into the statistical field of vüriability in the
popiilations in Asturias anil Cantaliria. These t'requencies, &ove al1 the <<cDE»group, are inferior in
the Galician. Therefore, taking into account the genetic frequencies accc~rdingto the data we have,
these popiilations are more similar to the Basques than the Galician, because some of these characte-
ristics I be exclusively basqu he extendc:d to the (:antabric IZegion exc luding
Galicia.
E3 tJabcIILC
A - 1-
la importancia ~ U UCG I I L ~ Uuc -
ia a" -&..,.l *."
L L u a a I I L I U p U L u g I d biológica ha
nos. Esta serie total ha sido dividida en seis series parciales que corresponden a
otras tantas poblaciones zonales; para la constitución d e zonas hemos tenido en
cuenta el concejo d e origen d e cada individuo. El concejo, por tanto, s e tomó
como unidad básica d e partida. Las zonas o series zonales están formadas por las
correspondientes series o zonas de los concejos geográficamente prbximos y entre
cuyas frecuencias fenotípicas empíricas no encontramos diferencias estadística-
mente significativas. Los individuos d e las zonas 1 y 11 (Fig. 1) fueron selecciona-
dos entre los alumnos d e los centros d e enseñanza d e dichas zonas, los d e las
zonas 111, TV, V. VI son miembros d e la Hermandad d e Donantes d e Sangre d e la
Residencia d e la Seguridad Social d e Oviedo; en la selección d e los individuos
sólo s e han tenido presentes las condiciones dichas sobre su origen no influyendo
en la selección ningún tipo d e condicionamiento grupal. Las determinaciones
fenotípicas, realizadas en el laboratorio d e Hematología d e dicha Residencia, se
efectuaron sobre porta empleando los cinco sueros habituales: anti-C, anti-E,
anti-D, anti-c y anti-e d e las casas ORTHO, DADE, KNIKERBONER d e uso
corriente en los laboratorios para estas determinaciones. En los cálculos s e han
seguido las indicaciones d e MOURANT (1976).
RESULTADOS Y DISCUSION
Los valores d e las frecuencias y su distribución dentro d e la zona s e ofrecen
las tablas y cuadros adjuntos.
r recr~enciasfenotípicas
Las diferencias entre las frecuencias fenotípicas teóricas y empíricas tienen
significación estadística (Tabla 1) lo que puede s e r debido a la existencia de
pobla.cienes más o menos aisladas dentro d e la región de estudio; E:Sta consiidera-
ción :nos ha llevado a desglosar la serie general en seis series parc:iales según s e
h , ,i<:hu,
rl conservando aquella como serie d e referencia. La heterogeneidad
tipoltigica-racial d e base d e los asturianos del Sur-Este (GOMEZ,1978) puede,
presi:imihlemente, extenderse a otras zonas de la región oriental y por otro lado la
existencia, en otras, d e una persistente inmigración d e todos los puntos d e la
Región y Penínsiila a lo largo este siglo pueden ser las causas directas d e los
desequilibrios genéticos hallados en las zonas. El estudio fraccionario en pobla-
ciones zonales nos permite, por tanto, el análisis d e la distribución diferencial d e
SUS frecuencias entre las zonas.
Frecuencias cromosónicas
I{ntre las frecuencias d e los h a p l o t i)OS,
~ comc) en otras poblaciones europeas,
e n c oitramos
~ I~n amplio predominio de valores d e «CDe» y «cde» seguidos con
- - .- - iiutables d e los d e «cDE» y, d- i-
difereiicida
A A
o-
i i -d-.
y- i distancia, d e los d e «cDe». Así
mismo, como en otras poblaciones del Centro y Oeste cantábrico, los valores
correspondientes a «cde» son superiores a los d e «CDe» con diferencias estadisti-
camente significativas (t = 4,05: P < 0,001) entre las frecuencias d e estos dentro
d e la serie general. La distribución d e frecuencias zonales (Fig. 2) en el área d e
estudio pone d e manifiesto una disminución d e valores d e aquellas d e Oriente a
Occidente, lo cual no es extensible al conjunto d e la Región, ya que las frecuen-
cias halladas en el Occidente (Gómez, Vigil, Lausin) son algo más elevadas que
las correspondientes d e l a serie oriental, y muy superiores a las d e los gallegos
estudiadas por Guasch; por otra parte su valor no aumenta hacia Santander.
Los valores hallados en la zona caen dentro del campo d e variabilidad d e
frecuencias atribuidas por MARQUER (1%3) a los vascos, y son superiores a los d e
otras poblaciones europeas como es sabido.
La distribución d e valores d e frecuencias d e «CDe» (Fig. 3) manifiesta
TABLA 1: FRECUENCIAS DELRh EN E L ORIENTE DE ASTURIAS ,
5
ccddEe 2 O, 00095 1.56 0,00074
2100.91 i 1 0,99998
1050L. AELAT. A050L. RELAT. A050L. RCLAT. AB50L. RECAT. AESOL. RELAT. .RELAT.
ERPIRICAS
TOTALES
ZONAS 1
tendencias en los valores de dirección opuesta a las del anterior riapiotipo, lo que
va de acuerdo, según los datos que poseemos, con lo observado en la Región, ya
que las frecuencias en el Occidente asturiano son superiores a las halladas en el
Oriente así mismo las d e Asturias a las d e Cantabria y las de ésta a las d e los
vizcaínos estudiados por Iturrioz.
CANiABRlCO CANiABRlCO
,* --
--\,
0,4649 \,
- '\-,Lb*' . ,-*,
1
,-+I
+ '\ . \
' t '
S--
,-1
I
+
'
,--a
-- N, I/+: ,-Y-* -8
*-. r
,-*\--.-L*'-
\*-> \ \
* --+
Fig. 2 - Distribución de "cde" Fig. 3 - Distribución de "c0 e "
CANTABRICO
. '---( ,
\ N----
;:--A,
r /' 0,0729 /+-as
\--e-;*
-*-1+-\ t-+,-..*u--
*\ ' + - J+
Fig. 4 - Distribucidn de "CDE" Fig. 5 - Oistribución de " C Da"
(1974) están dentro del campo
citados, y d e la serie d e vascos franceses d e LEVINE
de variabilidad d e frecuencias d e las poblaciones centro-cantábricas.
; frecuencias d e los haplotipos &de» y «CDE» dentro del área d e estudio
I ligeramente la media europea, no obstante los valores son absolutamente
bajos y oscilatorios. Los dos restantes «cdE» y «CdE», tienen frecuencias muy
bajas, nulas o casi nulas como es corriente.
Frecuencias alélicas
La distribución d e frecuencias del alelo C (Fig. 6) tiene s u máxim n la
zona 111, los valores disminuyen d e Este a Oeste. Igualmente la dis i de
frecuencias del alelo del D (Fig. 7) aumenta s u s valores hacia el Oriente. A pesar
d e lo dicho los niveles d e frecuencias d e ambos alelos son bastante constantes en
-4stiirias y equiparables a los d e otras poblaciones cantábricas, saivo los vizcaínos
por unsi parte, (:on valor es más bajos para el «D» y los gallegos, ( iva-
mente, más altc1s. El alce10 «E» tiene s u s mínimos en las zonas 1 SUS
frecuen cias aum entan ha cia el Oeste (Fig. 8), sin embargo en el conjunto die la
regiún (lichas frt:cuencias i son me] el Occid ente d e ,Asturias y superic)res
en Can1~ a b r i alas d e los viizcaínos : ares a la5j d e los aisturianos,.
CANTA #RICO
'\,0,1051
.-4
'\.~,Ios~ S,
> -+
.',
,-* ;-a
I
'. \ 1
-;e'
--+->+S
--\,
/.+S
,.-* *-*
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GÓMEZ, P., C. VIGIL y A. LAUSIN(1980).-Estudio del sistema sanguíneo «Rhm en el Occidente
asturiano. Bol. Cien. Nat. IDEA, 2 6 : 105-110.
GUASCH,J. (1950).-E1 factor Rh en Espaiia. Rev. Esp. de Pediatría, 6: 387-390.
ITURRIOZ,M., M. JUARIST~ y J . M. BASABE(1978).-Subgrupos del sistema sanguíneo Rh en población
vasca. 1 Synap. Antiop. Biol. de España. Madrid: 303-307.
LEVINE,M . H. ct al. (1974).-Anthropology of a basque village a new hemotypological study. Cahiers
rl'Anthropologie et d'Ecologie hun~nine,3-4: 159-171.
MARQUER, P. (1963).-Contribution á I'ktude antliropologique du peuple Basque et au probléme de ses
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VIGIL,C., P. G O m , P. RODR~GUEZ y F. SANROMAN(1980).-Estudio del polimorfismo del sistema Rh
en la población asturiana. 11S y m p . Ant. Biol. Oviedo (en prensa).
INDICE
páginas-
GENETICA -
M. A . Comendador: Herencia materna de alteraciones estructurales de las
en Drosophila simulans .............................................................
E. Carcia-Vázquez y J . Rubio: Selección estabilizadora atendiendo a la localización
d e las macroquetas en Drosophila ........................................................
T . Naranjo y J . R . Lacadena: Husos multipolares en anafase 1 de híbr idos d e
triticale x centeno diploide ........................................................
T. Naranjo: Comportamiento meibtico d e un triploide d e centeno .....................
MICROBIOLOGIA
M. G . Blanco, IW. C . Mendoza y C . Hardisson: Caracterización de enzimas plasmí-
dicos modificadores de aminoglicósidos en un aislado clínico de Serratia
BOTANICA
M. A . Fernández: Viola persicifolia Schreberi en el norte de España .................
M. L. Vera: Ernpetrum nigrzim L. ssp. nig~urn.en la Cordillera Cantábrica ..........
H . S . A'ava: Datos sobre la flora centro-oriental asturiana ................................
J. J. Lastra y M . ~ M a y o cNota florística sobre Grado y sus contornos (11) ...........
FISIOLOGIA VEGETAL
M. l . Butalldn y R . Sánchez-Tamés: Changes in phenolic compounds during the
germination of seeds of Cicer arieiinum L. .............................................
PO@'lm
FISIOLOGIA ANIMAL -
A. Mené ndez-Patr,erson, J . /2 . Flórez Lozano, S . Ferncínrlez Fernández y R. Marin:
Efe ctos de 1;a supresicín de las glándulas del flanco en e1 hámster macho
ille.socn'cetus a l ~ r c ~ t l ~sobre s , los pesos y el metabolismo oxidativo de estruc-
turáa.... i r c i v i o s --
a s -. -l--J
y gi~iiJulares............................................................... 129
ZOOLOGIA
A. Anadón: Anatomía del ojo nauplial d e Arternia sp. (CRUSTACEA: ANOS-
TRACA) adulta ................................................................................. 135
A. Anadón: Inervación de1 ojo nauplial de Artemia sp. (CRUSTACEA: ANOS-
TRACA) adulta ................................................................................ 149
F. Alijarez-hlarq~cés: El género Clawocalani~s Giesbrecht , 1888 (COPEPODA:
CALANOIDA) en el plancton costero del Cantábrico asturiano ................ 157
J . Ortea: Un; nueva especie de Etrbranchus (MOLLUSCA: OPISTHOBRANCHIA)
d e Tenerife, Islas Canarias ................................................................. 169
M.a L. Villegus: Larvas y postlarvas d e Sardina y Anchoa del Mar Cantábrb 177
C . Norea .ación del régimen alimentici : aluce y Tyto alba
cosl l asturian?L ........... ............. .......................... 189
ANTROPOLOGIA
J. E. Egocheaga: Análisis d r d e fórmiila básica individual y dactilo glífica
manual en varias pobla la Cornisa Cantábrica ....................
P. Cómez: Estudio de las f~ecueiiciasuei 3-1
sislema sanguíneo Rh y su distrik
_'_A_
- _
FACULTAD DE CIENCIAS
----- F - -- -
y SERIE BIOLOGIA
CNIVERSIDAD DE OVIEDO (ESPANA)
REDACCION:
DIRECTOR: Prof. Dr. Carlos Hardisson Rumeu
SECRETARIO: Prof. Carlos Lastra López